Vous êtes sur la page 1sur 37
Dispositio (ESTUDIOS) Vol. V-VI, No. 15-16; pp. 19-55 © Department of Romance Languages, University of Michigan TIPOLOGIA DEL DISCURSO DEL PERSONAJE EN EL TEXTO NARRATIVO Mario Rojas The Catholic University of America Todo texto narrativo constituye en si un complejo signo, un gran enunciado, fundado en codigos y voces que, en conjunto, determinan el sentido del texto no sélo en su virtualidad semdntica sino también en la estética, Basados en este princi- pio general, nos dedicaremos en este trabajo, al estudio del sistema que forman las voces 0 actos locutivos del personaje en la obra narrativa. Para este propésito, toma- remos como fundamento la denominada “teoria de la enunciacién""!. Esta traspasa los limites de la frase y relaciona lo enunciado (construccién lingiiistica como signi- ficante y significado) con el acto de habla o situacién de enunciaciOn. Segin esta teorfa, es posible encontrar en el enunciado indicios gramaticales (‘shifters’) o seménticos que, al estar vinculados al proceso de habla, nos proporcionan una subs- tancial informacién sobre el sujeto enunciante. Metodolégicamente, como es usual en los estudios estructuralistas, maneja- remos los conceptos de rasgo distintivo y de oposicion sémica que nos permitirin, Por una parte, separar los elementos esenciales de aquellos que aparecen como variantes en la composicién de las categorias locucionales y, por otra, establecer el conjunto de unidades minimas que, en base de oposicién o contraste, facilitard la construccién de un modelo tipoldgico de las potenciales locuciones del personaje en una obra narrativa. 1. La primera exposicign sistemética de la teoria de la enunciacién aparece en Langages, 17 (marzo, 1970) edicién dirigida por Tzvetan Todorov. Una completa bibliografia sobre el tema. se encuentra en Oswald Ducrot (1978). 20 MARIO ROJAS Este trabajo constaré de cuatro secciones. En la primera, ademés de la formulacién de algunos principios tedricos que serdn el fundamento para nuestra categorizacién del discurso del personaje (de aqui en adelante DP), nos referiremos a los trabajos mds recientes que incidan en nuestro tema y cuyo andlisis nos llevard a la reformulacién de una tipologia de DP. Las dos secciones siguientes corresponderén al estudio particular de los discursos directs y de los discursos indirectos. La liltima secci6n se destinard a las conclusiones, 1, Ensuestrato profundo, el texto narrativo puede describirse como formado por dos categorias locucionales: el discurso del narrador y el discurso del personaje. Esta estructura bdsica puede representarse en el siguiente esquema:2 Esquema 1: Estrato discursivo profundo del texto narrativo. T; texto narrative: DN; discurso del narrador; DP-discurso del personaje. Este postulado tiene, por lo menos, dos implicaciones tedricas: (a) todo segmento textual est ligado, como enunciado, ya al acto de habla del narrador o al del personaje, y, (b) una importante porcién de la informacién seméntica y funcién estética del texto narrativo depende del modo especial de configuracién de dichas instancias de habla. La ficcién narrativa tradicional se caracteriza por la clara demarcacién entre los enunciados del narrador y los del personaje. Este deslinde no es tan evidente, sin embargo, en el texto narrativo contempordneo en que se tiende a neutralizar la opo- sicién DN / DP (Dolezel, 1973: 53); y, por lo tanto, a generar secuencias locutivas ambiguas que no se sabe con certeza de qué voz provienen. Este efecto de ambi- giiedad locucional se consigue, en especial, mediante el empleo del discurso indirec- to libre. El tratamiento del discurso del personaje en los estudios narratol6gicos se incluye, generalmente, en el modo narrativo, siendo el discurso indirecto libre (DIL), por su compleja composicién estructural, el que ha atraido més Ja atencién de los tedricos?. A continuacién nos referiremos solamente a los trabajos mas recientes que contienen elementos de interés para la formulacién de una tipologia de DP. 2. La regla propuesta por Doleéel (1974:4) como T= DN + DP no refleja la relacién. jerdrquica existente entre DN y DP. Esta deficiencia es corregida pot Mojmit Gryger quien reformula dicha regla tal como la reproducimos en este estudio. 3. Los trabajos mds recientes y comple tos sobre DIL son los de Dolezel (1973), McHale (1978), Pascal (1977) y Strauch (1974), DISCURSO DEL PERSONAJE 21 1.2. En el capitulo IV de Figures JIf* destinado al modo narrativo, Genette distingue dos tipos de relatos: el de acontecimientos (“recit d’evénéments”) y de palabras (“récit de paroles”). Tomando como pardmetro la gradacion mimética que conlleva la transmisiGn de palabras, Genette distingue tres tipos de discursos de perso- najes: el reproducido (“rapporté”) que consiste en la reproduccién del habla del personaje tal como, supuestamente, ha sido pronunciada; y que es, por tanto, la mas mimética de las reproducciones. El discurso traspuesto (“transposé”) por el que el na- rrador transmite -insertando en su propio discurso (sin un cambio de nivel discursivo)- los enunciados del personaje cuyas palabras se registran parcialmente. Finalmente en un polo opuesto al reproducido, el discurso narrativizado (“narrativisé”) el menos mimético de los tres, en que el narrador reduce el enunciado del personaje a un acontecimiento mas. Estas tres categorias de discurso pueden darse, segin Genette, tanto en el lenguaje pronunciado como en el interior que no llega a verbalizarse Mas que en la descripcin exhaustiva de DP, Genette estd interesado en la funcién que dichos discurso tienen con respecto a la representacién mimesis-diégesis. Este interés especial justifica el hecho de que incluya el tema en el capitulo destinado al modo narrativo y no al que dedica a la voz, como seria lo pertinente.5 13. Brian McHale (1978), tomando también como criterio el mayor 0 menor grado de mimesis-diggesis que comportan los discursos de personaje, elabora una tipologia con un espectro de alternativas més completo que la triparticién de Genette. McHale, en una direccién de diégesis a mimesis, distingue siete posibilidades de DP, que se describen e ilustran a continuacién. a) Ei sumario diegético. En esta categoria se indica que ha habido un acto de habla, pero no se especifica ni su contenido ni su textura verbal: (1) Los encalados zaguanes vomitaban hacinamiento de chiquillos, casi desnudos, sobre la sucia calzada. Se comerciaba a gritos. A cada. ins- tante estallaba una gresca. (Rodriguez Larreta, La gloria de don Ramiro, pig. 43) b) Sumario menos diegético (‘‘Less ‘purely’ diegetic”). Aqui se informa no s6lo que ha habido un acto locutivo, sino que se indica, ademés, el tpico de la con- versaci6n: 2) Después, sanos sus hijos, los armé, habld con algunos parientes y los decidié a acompafiarle, pagéndoles de su peculio, y una vez lista esta pe 4, Parte de Figures IH ha sido recientemente traducido al inglés por Jane E, Lewin bajo cl titulo de Narrative Discourse: An Essay in Method, (Ithaca, N. Y.: Cornell University Press, 1980). 5. Un exhaustivo analisis de Figures /IT es el de Shlomith Rimmon, (1976). 2 MARIO ROJAS. quefia fuerza, fue a hablar con cl prefecto de Morelos y le contunicd su resolucién de lanzarse a perseguir plateados. (Altamirano, El Zarco, pag. 79) ¢) Discurso indirecto de reproduccién puramente conceptual. En este caso se reproduce lo dicho por el personaje, pero tomando en consideracién s6lo su aspecto conceptual sin que exista, en el narrador, preocupacién alguna por registrar elementos discursivos pertenecientes al enunciado del personaje: (@) Cuando, a las nueve de la maitana, Daniel haba dejado a su prima para dirigitse a la ciudad, habia dado orden a Fermin que lo esperase en Barrancas, designandole las casas en que lo encontraria, en caso de que ocurriera alguna novedad. (José Marmol, Amalia, II, Pag. 354) 4) Discurso indirecto mimético en algin grado. En esta categoria no sélo se reproduce el contenido del enunciado del personaje, sino que hay, ademés, un intento de reflejar algunos aspectos de su textura formal: (4) Romualdo me dijo que muy bien, que le habia ganado la apuesta. Me confesé que ya no estaba tan inquieto, por lo de su reloj porque tenia dos clientes para ta cabeza, dos cabros que le iban a dar no mil qui- nientos, claro, pero st, mil... quién sabe para qué quertan la cabeza del Gigante, él no iba a estar metiéndose en el gusto de los demas. (Donoso, El obsceno péjaro de la noche, pig. 95-96) e) Discurso indirecto libre. Esta forma de reproduccién, segin McHale, no s6lo es gramaticalmente intermediaria entre el discurso indirecto (D1) y el discurso di- recto (DD), sino también lo es desde el punto de vista de la representacién mimética. (5) En toro suyo gitaba una obscuridad absoluta, radical. ;Tendria que acostumbrarse a ellas eternamente? Su angustia aument6 de concen- traci6n al saberse hundida en esa niebla espesa, impenetrable: Estaria en el limbo? Se estremecié, (Garefa Marquez, Ojos de perro azul, pig. 37) £) Discurso directo. Es la forma de DP mas mimética, aunque, insiste McHale, se trata en este caso sélo de una ilusién de literalidad, ya que todo dilogo novelis- tico es en alguna medida convencional. (6) Tuvo que esperar a que dofia Inés terminara la faena de barrer la calle y viniera a picarle las costillas a su hijo con el mango de la escoba y le dijera: -;Aqut tienes un cliente! Alevantate! Guan Rulfo, Pedro Péramo, pg. 123) DISCURSO DEL PERSONAJE 23 g) Discurso directo libre. Para McHale esta categoria es una variante de DD, Ja Unica diferencia con éste es la ausencia de marcas ortograficas. (7) Estaba en un cuartito lindo, frola Cuéllar, paredes blancas y cortinas cremas, y@ sanaste, cumpita?, junto a un jardin con florecitas, pasto y un drbol, (Vargas Llosa, Los cachorros, pigs. 60-61) Esta tipologizacién del discurso reproducido no pretende, dice McHale, ago- tar todas sus variantes y posibilidades, sino que mas bien representa algunas de sus manifestaciones: “Other categories could be introduced to capture transitional and mixed forms, Indeed, the great categories of reported discourse which otherwise would have to be awkwardly subsumed under the canonical syntactical types, or simply, left out."(260). La consideracién de un rango més amplio de posibilidades ayuda, de acuerdo a McHale, a solucionar la inadecuacién de aquellos modelos que presentan (desde el punto de vista de la representacién mimética de DP) solo tres alternativas: DD, DI y DIL. Tal es el caso de Genette o de Hernandi (1972), quien también contempla una triparticion semejante de DP. McHale propone esta tipologia después de haber llegado a la conclusion de que es imposible justificar o describir toda la variada gama de posibilidades DP, utilizando solamente categorias gramaticales. Como lo veremos més adelante, es posible, mediante la aplicacién de signos gramaticales y semanticos relacionados con el acto de enunciacién, configurar una tipologia que considere el conjunto de cate- gorias de DP y sus respectivas variantes. A propésito del DDL, McHale sostiene que es una simple variante de DD, siendo las marcas ortogrdficas lo unico que diferencia ambos discursos. Esta dife- Tenciacién nos parece insuficiente puesto que no toma en consideracion el elemento que es el decisivo en la distincin: el verbo declarativo transitivo que en el DDR une lexical y sintdcticamente DN y DP, y que desaparece completamente en DDL. Por lo demas es facil encontrar ejemplos en DDL en que se mantienen las marcas orto- grificas, 14 — Gérard Strauch (1974, 1975) ofrece una tipologia de DP en la que emplea el sistema de oposiciones binarias. Segiin Strauch es posible distinguir, tomando como referencia los dos pares de oposiciones oblicuo/no oblicuo y regido/no regido, cuatro tipos de discursos “‘mediatizados” (j.e.: DP serfa un discurso mediatizado en cuanto es transmitido por mediacién del narrador bésico). La primera oposicion permite diferenciar el discurso directo del indirecto. El indirecto es oblicuo porque los signos indicadores del acto de habla son traspuestos, gramaticalmente, a la estructura del discurso del narrador. En el discurso directo, dichos indicadores manticnen su embrague ligado a la instancia locutiva del personaje. La segunda oposicién separa al DP, que esta regido por un elemento lexical (verbo dicendi o sentiendi) perteneciente a DN, de aquél que se mantiene libre de esta atadura éctico-semntica. La aplicacién simulténea de las dos parejas de oposiciones 4 MARIO ROJAS determina una tipologia de DP que podemos representar en el siguiente esquema: DP bis pps DIL DDL + regido + regido -regido regio, + oblicuo - oblicuo + oblicuo -oblicuo Esquema 2: Tipologia de DP, segiin Strauch. DIS: discurso indirecto subotdinado: DDS: discurso directo subordinado. La conjuncién de los sistemas de oposicién permite, como se lo propone Strauch, diferenciar los DP entre si. Sin embargo, al reducir la descripcién de DP a la pareja minima de sus rasgos distintivos los hace aparecer como categorias fijas, ocultando tanto su dindmica interna como la serie de variantes que los constituye. Para captar estas variantes, se hace necesario distinguir otros rasgos inherentes al sistema de DP, que, afiadidos a los de Strauch, conformen una tipologia més ex- haustiva y totalizadora. 1.5 Seymour Chatman (1975, 1978) propone una tipologia parecida a la de Strauch, pero con algunas observaciones adicionales que conviene comentar por sus implicaciones teéricas. Chatman parte distinguiendo dos tipos bésicos de DP: a) la voz intema (pensamientos verbalizados) y la voz externa (locuciones elicitas). Cada una de estas categorias puede, a su vez, manifestarse bajo la forma de la cita o del reportaje; es. decir (en términos tradicionales) por medio de la reproduccién directa ¢ indirecta respectivamente. En un nivel superficial, la distincién entre DD y DI es clara. ‘Ambas formas constan de dos oraciones (“clauses”), una introductoria y optativa (‘tag clause"’) y la otra obligatoria (“reference clause”). La diferencia se explicita al contrastar ambas formas en tres elementos morfosintacticos: el tiempo verbal, la persona del sujeto (ambas categorias correspondientes al enunciado del personaje) y la presencia de la conjuncién que. En DD el tiempo y la persona estén regidas por la instancia enunciativa del personaje; en DI, en cambio, se adectian a la estructura gramatical del enunciado del narrador. La conjuncién que sélo puede aparecer en DI. La nitida distincién entre DD y DI se opaca, sin embargo, cuando se opera en un nivel semdntico, més profundo. Tomando como referencia las ideas de Banfield (1973), Chatman cita algunos ejemplos en que la transferencia de DD a DI no es posible sin que se altere el sentido o se generen oraciones que transgredan reglas de la gramética. Por otra parte, solo DD puede reproducir con exactitud las palabras pronunciadas originalmente por el personaje. En cuanto a la mayor 0 menor participacién del narrador, DI supone siempre una mayor intervencién del DISCURSO DEL PERSONAJE 25 sujeto reproductor, de tal modo que el lector nunca puede tener la seguridad de que tales han sido las palabras enunciadas por el personaje. Chatman sostiene que hay, sin embargo, formas indirectas que contienen rasgos fonéticos, sintcticos, semédnticos 0 de otra indole que estén vinculados al acto locutivo del personaje y no al del narrador. En este punto, Chatman se aleja de Banfield al considerar como gramaticales (en el contexto ficticio) construcciones que ésta considera no gramaticales.® ‘A los pares de oposiciones anteriores (interno/extemo; directo/indirecto), Chatman agrega una tercera: regido (“tagged style”) y libre (‘‘free style”). La dife- rencia entre uno y otto tipo de discurso se manifiesta en que el libre carece de la cldusula introductoria que lo ligaria sintacticamente a DN. La tipologia de Chatman se representa en el esquema 3 Regido (a) Directo <= Libre (b) Regido (©) Indrsto << Libre (4) Regido (@) Directo Libre Regido (@) Indeeto << Libre Esquema 3. Tipologia de DP, segiin Seymour Chatman. Interno pp Externo Como vemos, las formas (b) y (f); (d) y (h), con la omisién de la cléusula introductoria, son idénticas y consiguientemente ambiguas. La ambivalencia slo puede resolverse por la informacién contextual. Al referirse a DIL, Chatman sos- tiene que no corresponde simplemente a aquella forma desprovista de la cldusula introductoria, sino que posee “a greater degree of autonomy, and though ambiguity may persists, the absence of the tag makes it sound more like character speaking or thinking than a narrator's report.” (1978: 201) Al comparar las tipologias de Strauch y Chatman se comprueba que ellas no difieren substancialmente, con la excepcidn de que el primero emplea s6lo dos pares de oposiciones dando por sobreentendida al doble posibilidad de reproduccién interna y externa. Al mismo tiempo, ambos reconocen la existencia de variantes dentro de las categorias basicas, pero no Hegan a integrarlas en su tipologia, sino que las tratan en observaciones més bien marginales. 6. En los siguientes estudios aparece alguna observacién critica de la teoria de Banfield: Chatman (1978), Dillon y Kirchhoff (1976), McHale (1978) y Strauch (1974). 6 MARIO ROJAS. Strauch ha comentado los ejemplos que Chatman toma de Banfield para ilustrar Ia alteracién semdntica de ciertas formas indirectas; y ha sostenido que muchos de ellos han sido “fabricados” por Banfield para substanciar su posici6n. La mayoria de las veces, sugiere Strauch, basta que se cambie el verbo introductor por “say” o que se omita la conjuncién (que contrariamente a lo sostenido por Banfield no es un rasgo obligatorio en la gramdtica de DIR (Strauch, 1974: 78), para que la posicién de Banfield sea cuestionada. Como bien lo afirma Chatman, DD es la forma mis mimética puesto que da la seguridad de que las reproducidas, han sido las palabras literales dichas supuesta- mente, por el personaje. Al referirse a este punto Chatman parece compartir la posicién de Banfield quien asume, en el discurso ficticio, una versién original de DD con que se vincularia la forma indirecta. Como bien lo afirma McHale, si bien DD es tedricamente recuperable en la reproduccién de discursos reales, no lo es en los enunciados ficticios. Desarrollando esta idea Mclfale sostiene que en la ficcién “there is no direct ‘original’ prior to or behind an instance of ID or FID; the supposedly ‘derived’ utterances are not versions of anything, but themselves ‘the originals’ in that they give as much as the reader will learn of ‘what was really said.’ ” (McHale, 256) Desde esta perspectiva no tiene mucho sentido, entonces, hablar, en el discurso ficticio, de formas directas intransferibles a su contrapartida indirecta E] narrador (0 finalmente el autor implicito) tiene ta facultad de elegir la forma de reproduccién que estime mejor a su relato o al efecto estético que se proponga crear, siendo perfectamente licito el empleo de formas que en el discurso natural (no-ficticio) son imposibles por la transgresién gramatical que implican. Chatman, al seflalar que es posible encontrar en el discurso literario ver- siones de DIR que presentan marcas o sefias que evidencian el discurso del personaje 0 el del narrador, cuestiona el concepto de Banfield sobre DIR. Este no seria, segin Chatman, una categoria que forme parte de las formas de reproduccién como lo sos- tiene Banfield. (1973: 17). Estas marcas vinculadas al acto locutivo del personaje son pruebas fehacientes para restituir a DIR su calidad de discurso reproducido. Sobre este punto volveremos al tratar especificamente este tipo de discurso. 1.6 El tiltimo teérico al que nos referiremos en esta introduccién es Lubomir Dolezel, quien, en base a un conjunto de rasgos distintivos construye las tipologias mds completa en cuanto al andlisis de los elementos componentes del sistema DP. DoleZel parte de la premisa de que la estilistica (“ciencia que describe los medios estilisticos y sus sistemas”, 1964: 260) puede emplear una metodologia similar a la que usa la lingistica estructural en la descripcién de los sistemas lingiis- ticos. Para ilustrar este punto, Doledel hace una descripcién del sistema de estilos (discursos) de habla del personaje en un texto narrativo. Dicho sistema esté for- mado por los siguientes “medios contextuales”: estilo directo (ED), estilo directo libre (EDL), estilo indirecto libre (EIL), estilo mixto (EM), todos estos contra- puestos al estilo del narrador objetivo (EN). Los rasgos distintivos, que segin Doledel diferencian, basicamente, los estilos entre ellos son los siguientes: i) graficos (comillas, dos puntos), ii) sintécticos (sistemas de las tres personas y tres tiempos verbales), iii) enunciativos (medios de apelacién y expresividad), iv) semédnticos DISCURSO DEL PERSONAJE 7 (punto de vista seméntico del hablante) y estilisticos (matices estilisticos especiales). Asigna a estos rasgos el valor de (1) que simboliza el valor positivo del rasgo, es decir, que estd presente; de (0) si es negativo o ausente y, el de 0/1 si es susceptible de asumir tanto en valor positivo como el negativo. De la aplicacién de estos rasgos a cada uno de los estilos resulta el siguiente modelo: @ Gi) Gi) yw) estilo directo 1 estilo directo libre 0 estilo indirecto libre 0 estilo mixto ° estilo del narrador 0 Esquema 4, Tipologia de DP, segin Lubomir Dole2el (1964). Como puede observarse, Dole4el excluye de su modelo el DIR, que no corres- ponderia al acto locutivo del personaje, sino al sisterna discursivo del narrador. Paradiferenciar los dos tipos de discurso directo toma, también como referencia s6lo las marcas ortogréficas y no la ausencia o presencia del verbo dicendi o sen- tiendi. Puesto que Dole%el, esta interesado més que en la descripcién detallada de los distintos estilos, en usarlos como como ejemplo para ilustrar la aplicacién de los métodos y conceptos de la lingiistica estructural a la estilistica, no profundiza en la descripcién de dichos estilos; de tal modo, no deja clara la diferencia entre su EIL y EM. En una obra posterior (1973), en que DoleZel retoma el sistema de DP para referirse especificamente a DIL, los dos estilos en cuestién aparecen como for- mando una sola categoria que, en inglés, denomina “Represented discourse” (RD) y que define como “a transitional narrative device resulting from the neutralization of the opposition of DN y DC” (51). Otra novedad, ademas de la fusién de EIL y EM, es la especificacion més rigu- rosa que hace Dolezel de los rasgos distintivos que conforman el sistema locutivo de los personajes. Estos son: i) Sistema y uso de las tres personas gramaticales. La primera persona, relaciona la accién verbal con el sujeto de enunciacién; la segunda, refiere la accién al oyente y, la tercera, relaciona la accién con el referente, o sea, con la persona 0 cosa de que se habla. ii) Sistema de los tres tiempos verbales. Estos resultan al estructurar las coordenadas expresa la accién que simultdnea a la posicién temporal del hablante; el pretérito refiere a las acciones anteriores al momento o instancia de habla y el futuro a las acciones posteriores a ella. iii) Deixis. Bajo esta categoria, Dolezel incorpora aquellos elementos lingiisticos que indican la posicién espacio-temporal del locutor y que consisten, generalmente, en adverbios 0 locuciones adverbiales, tales como ahora, este momento, maftana, ayer, aqui, en este lugar, todas expresiones que sélo determinan su objeto o refe- rente en funcién de la presencia de los interlocutores. iv) Sistema apelativo 0 conativo. En la linea de Buhler (1950) y Jakobson (1960), incluye Dolezel bajo este ubro los elementos lingtiisticos que se orientan hacia el 28 MARIO ROJAS oyente, por medio de los cuales se intenta controlar su conducta interna o externa. Los elementos conativos mas comunes son los vocativos o interpelaciones, las for- ‘mas del imperativo y las frases interrogativas, ¥) Sistema de emotividad, Pertenecen a esta categoria todos los signos lingiisticos, que orientados hacia el sujeto de enunciacién, revelan su afectividad o emotividad en relacién al referente, al receptor oa ambos. Los signos més comunes que desem- pefian esta funcién expresiva (Buhler) o emotiva (Jakobson) son las interjecciones, las formas exclamativas, repeticiones y las oraciones incompletas. vi) Sistema de semdntica subjetiva. Dole%el reune en este sistema todas las formas lingiisticas que reflejan puntos de vista, actitudes o evaluaciones idiosincraticas del hablante en relacién con el objeto de su discurso. Puesto que estos signos mani- fiestan una reaccién diferente a las del narrador o agente reproductor, no pueden atribuirse sino al personaje. Las formas mas usuales que portan una semintica subje- tiva son los adjetivos calificativos y algunos adverbios modales (e.g.: un buen hom- bre, viste elegantemente) y los adjetivos pronominales (e.g.: es un condenado, un patipelado). También pertenecen a este sistema los términos modalizantes por medio de los cuales el hablante se pronuncia sobre el valor de la verdad del discurso, en especial, la evaluacién de la accidn verbal a la que puede atribuirle un valor real, irreal, de posibilidad, como condicién o deseo, etc. y que se manifiesta, usualmente, por medio de los distintos modos verbales. Conectados a las formas verbales mo- dales, coayudan a la expresin de la semAntica subjetiva adverbios modales: cierta- mente, sin duda, posiblemente, tal vez, entre otros. Vii) Sistema Hectal, que abarca todas aquellas expresiones que manifiestan caracteris- ticas del idiolecto del hablante: su repertorio lingitistico lexical, sintdetico y foné- tico. Estos hndbitos lingiifsticos constituyen referencias que permiten situar al ha- blante en su contexto geogréfico y social informando, por ejemplo, sobre la region de que proviene, su estatus social, profesién u oficio, su nivel de educacién, su dominio de mas de un cédigo lingiistico, el grado de intimidad que mantiene con su interlocutor, etc. Como puede desprenderse de esta enumeracién y descripcién de rasgos distintivos, Dolezel excluye el sistema ortografico que en el esquema 4 permitia diferenciar los estilos directos. Esta omisin se debe a que, esta vez, Dolezel esté interesado en contraponer el discurso indirecto libre al discurso del narrador obje- tivo (no codificado en su enunciado) y al discurso directo del personaje.(41). De este modo, carecemos de un modelo tipoldgico de DP en el que Dolezel aplique la nueva serie de rasgos distintivos. Sin embargo, tomando como referencia el modelo pre- sentado en el esquema 4 y teniendo en consideracién el hecho de que el discurso indirecto libre (“represented discourse”) - en su nueva descripcién - se fusiona con el “estilo mixto”, es posible elaborar una tipologia completa de DP en que se aplique la nueva serie de rasgos distintivos propuestos. Puesto que nos interesa incorporar, en este modelo de DP, el discurso indi- recto propiamente tal (que, como lo sefialabamos, no aparece en el esquema de Dolezel), es necesario agregar - a los rasgos distintivos propuestos por Dolezel los de oblicuo y regido tal como los define Strauch (1974; 1975). El modelo tipolégico que proponemos, basado en el de Dole%el, esta representado en el esquema 5. 29 DISCURSO DEL PERSONAJE v0 1/0 0109] oD V0 vo 1 eanafqns porlururas ap euiosis, () “Ip2910q A yoneng 40d soysondoud soanunsip soases so] ue Opeseg dd ap oolo[odn OfPOW :¢ Dwianbsy Vo oO vo 0 0 T T oysapuy v0 vo 1/0 vo vo 10 21qM ovoompuy 1 1 I T t 0 0 asqy orang T T T T + 0 T ovat soar aa Pepianowe —oaneuoa seuosiad ¢ — soduion ¢ sugstp ap sodiy, OPEWOISIG —-BLIAISIS SIXIDq@ AP FWAISIG ap EwOISS onoHGO play sossey a) @)—@) (a) @ © © 30 MARIO ROJAS. Los cambios que hemos introducido en el modelo de Doledel son los siguien- tes: (1) inclusién del discurso indirecto, (2) Incorporacién de los rasgos distintivos regidojoblicuo (propuestos por Strauch). Estos rasgos, si bien permiten diferenciar bdsicamente los cuatro discursos, no dan cuenta de Ja variabilidad interna de DI y DIL, la cual se manifiesta por el uso optativo de algunos de los sistemas. Asi, apare- cen aqui consignadas las variantes formales de DI que van desde la estructura que transporta, simplemente, el sistema personal y verbal de DN hasta aquellas formas con una alta concentracién de rasgos lingiiisticos (semanticos, sintécticos y fonéti- cos) asociados con el acto de habla del personaje. (3) El discurso indirecto libre aparece caracterizado por Dole%el (1973: 41) como sigue a) a) i) (wii) o of 1 i 1 1 1 (El asterisco indica que et sistema conativo solamente puede aparecer en DIL con algunas modificaciones. Asi, por ejemplo, el imperativo no asume su forma regular, es decir, con la segunda persona, sino por medio de la forma perifristica, como en deberia visitar a su hija). Esquema 6. Caracterizacién de DIL segiin DoleZel (1973). En nuestro modelo, el modelo anterior se modifica por el valor que se asigna a los rasgos distintivos, todos los cuales aparecen (con la excepcidn de regido/obli- cuo , por supuesto) con el valor 0/1, es decir, que pueden o no aparecer en la estruc- tura de EIL, Esta revaloracién de los rasgos distintivos refleja con mds fidelidad, a nuestro parecer, las multiples posibilidades que asume EIL como podrd apreciarse, posteriormente, en el corpus que emplearemos como fundamento empitico de nues- tra postulacién tedrica. La adecuacién y validez de nuestro modelo se tratard de probar en el estudio particular que haremos a continuacién de cada uno de los discursos del personaje I 2.0 El rasgo bésico /-oblicuo/ y la potencial aparicién, en su estructura, de todos Jos rasgos gramaticales y semdnticos vinculados al acto de enunciacién del per- sonaje, confieren al DD una autonomia con respecto a DN. Dicha autonomia, sin embargo, es sélo relativa ya que DD nunca llega a situarse al mismo nivel discursivo del narrador en forma.de concatenacién o yuxtaposicién, sino siempre aparece insertado en DN como un inter-enunciado o metadiscurso. Las funciones de repre- sentacién y de control del narrador se manifiestan (en Ia reproduccién de DD) en varios aspectos, algunos de los cuales discutiremos a continuacién. La forma de control més evidente del narrador es su preferencia por la forma de transmisién directa en vez de la indirecta. Lo dicho o pensado por el personaje es considerado por el narrador de tal interés o importancia para la repre- sentacién de la realidad, que lo leva a optar por la forma de reproduccién més mimética, que expresa con més autenticidad y fidelidad el discurso supuesto del DISCURSO DEL PERSONAJE 3 personaje y que mantiene integra su estructura tanto formal como conceptual. Formalmente se esforzard por registrar todas las peculiaridades lingiiisticas, especial- mente fonéticas y sintacticas, que reflejen el dialecto 0 idiolecto del personaje; conceptualmente todas Jas marcas semédnticas que caracterizan su expresidn. Puesto que el narrador selecciona los enunciados del personaje reproduciendo sélo algunos de ellos, la seleccién misma es de especial importancia, sobre todo en la narracién personal (ver Tamir 1976) en que un narrador personaje reproduce su propio discurso, que selecciona y distribuye de acuerdo con la imagen de si mismo que desea transmitir. En algunos casos, es posible advertir omisiones 0 reproducciones incompletas que revelan la presencia de un narrador no digno de credibilidad (ver Booth, 1961). Estos escamoteos u omisiones son, entonces, claves semdnticas que el lector implicito debe descodificar adecuadamente con el fin de captar la verdadera naturaleza del narrador. Otro aspecto que refleja el control del narrador es la distribucién de los enunciados reproducidos, el lugar en que son insertados en DN. En una narracién donde los acontecimientos se presentan en una secuencia légico-temporal, DD aparecerd en aquellos momentos en que ha sido supuestamente dicho por el perso- naje. En la narrativa contemporénea, sin embargo, se tiende a alterar esta concor- dancia de fabula y sujet de tal manera que es posible encontrar enunciados del per- sonaje, hilvanando conversaciones dispersas, estableciendo el orden de su aparicion, etc. Como veremos luego, los textos de Mario Vargas Llosa resultan muy apropiados para ilustrar esta dislocacién espacio-temporal de enunciados del personaje. E] control del narrador se observa también en sus comentarios sobre aspec- tos supralinguisticos relacionados con la situacién de enunciacién del personaje, como asf mismo en las observaciones de cardcter metalingiiistico sobre los enuncia- dos del personaje, sobre todo los de tipo suprasegmental. Como se verd , este tipo de control tiene una funcién decisiva en la forma de reproducci6n directa regida. Una vez elegida la reproduccién directa, el narrador debe decidir el modo de ensamblar el discurso del personaje en su propio discurso: si usar la forma regida 0 la libre, si integrar la reproduccién en su texto de tal modo que no interrumpa el flujo narrativo, o bien, demarcando los dos cédigos mediante un en bloque. Todas estas alternativas tienen, sin duda, determinadas funciones esté- ticas. Asi, por ejemplo, la escuela realista, interesada en una forma de representa- cin verista preferird separar claramente las secuencias discursivas del personaje, que aparecen asi como libres de toda manipulacién por parte del narrador. En sintesis, DD es la forma de reproduccién del habla del personaje mas literal (aunque, sabemos, ésta es parcial) y, por tanto, la mds mimética, El discurso del personaje, por la concentracién de rasgos vinculados a su instancia de enun- ciacién, aparece claramente demarcado de DN, lo cual le confiere una autonomia que, sin embargo, no puede ser absoluta, pues el narrador ejercerd siempre su rol de control y de representacion. Este control se manifiesta en la seleccién y forma de DD, en su distribucién, en el modo de introducirlo, en los comentarios con que lo acompatia, etc. 32 MARIO ROIAS 2.1. Discurso directo regido. El rasgo /+regido/ que distingue DDR de DDL lo determina, bdsicamente, la presencia del verbo dicendi 0 sentiendi contenido en la oracién que introduce DDR. Si bien este verbo es el rasgo mas definitorio de DDR, hay otros elementos pertenecientes a DN (Prince, 1978) los agrupa bajo el nombre de discurso atributivo.) que coayudan a reforzar la ligazdn entre los dos discursos, especialmente la de caracter seméntico. EI discurso atributivo estd constituido por todas las frases y expresiones de DN que acompafan generalmente al discurso directo: informaciones sobre el locutor y su interlocutor, sobre el lugar y tiempo de la enunciacion, cualidades fonoldgicas, sintdcticas y seménticas del enunciado del personaje, la intencién comunicativa de los locutores, el tipo de interaccién que se establece entre los interlocutores como resultado de la comunicacién lingilistica, etc. Como lo sefiala Prince, el discurso atributivo no solamente sirve para la presentacién de DP, sino que puede asumir otras funciones estéticas, como por ejemplo, ser un indice revela- dor para la caracterizacién del personaje. Puesto que DDR aparece siempre ligado a un personaje-hablante ayuda a revelar rasgos de la personalidad de éste, sus actitudes, sentimientos, resortes 0 motivaciones internas, etc. Un personaje que siempre susu- tra, dice Prince, es de naturaleza diferente de aquel que estd constantemente gritando. Algunos de los componentes del discurso atributivo y su funcién serdn vistos en el comentario del corpus que utilizaremos para ilustrar algunas caracteristicas de esta forma de reproduccién tal como se lo emplea en la narrativa contemporinea. Hay un elemento distintivo de DDR, sin embargo, en el cual nos detendremos un momento tanto por su importancia como por el tipo de relaciones seménticas que puede condicionar la relacién DN y DP. Este elemento es el verbo de la oracion introductoria. 2.1.2. El verbo introductotio, como ya lo hemos establecido, es el que anuncia la teproduccién de un discurso ajeno a DN, la insercién de un intertexto o metadis- curso; en fin, el que sefiala que hay un cambio de nivel discursivo, en que la voz del personaje relega, momenténeamente a un segundo plano, la voz del narrador. Van den Heuvel explica este cambio como sigue: “Le discours rapporté est un discours “cité””, discours dans le discours, nettement marqué par le changement du niveau narratif, du status du narrateur et de celui du personage qui d’objet devient sujet de !’énonciation. L’objet devient narrant pour temps plus ou moins long.” (1978;29). Ademis del anuncio del cambio de voces, el verbo introductor puede dar otro tipo de informaciones relativas a aspectos exteriores al acto lingilistico. A estos verbos Strauch (1972) los denomina verbos introductores circunstanciales y los clasifica en cuatro grupos: (i) contextuales: relacionan el discurso reproducido con otros enunciados que le preceden o le siguen, tales como agregar, responder, con- cluir; (ii) elocutivos: denotan la manera con que el hablante transmite el enunciado: emision de voz, articulacién y, ocasionalmente el medio de trasmisién. Entre estos DISCURSO DEL PERSONAJE 33 verbos tenemos: tartamudear, carraspear, murmurar, citar, escribir; (iii) nocionales designan la naturaleza del discurso, tales como informar, recordar, urgir, y (iv) afee- tivos: como los de (iii) también aluden al contenido del discurso, pero con una carga mds afectiva que nocional. Se incluyen aqui verbos como jurar, confesar, rememorar (Strauch, 1972: 229-236). Mas importantes atin, por la especial relacién seméntica que establecen entre DN y DP, son los llamados por Strauch verbos sintétieos (1972; 1974; 1975) los cuales no se limitan a anunciar a DP, o a aludir a circumstancias exteriores al acto de enunciacisn, sino que ellos mismos participan en la estructuracién seméntica del enunciado reproducido. En otras palabras, estos verbos contienen ellos mismos una parte del mensaje del metadiscurso. Son sintéticos, por ejemplo, los siguientes verbos: pedir, demandar, prohibir, negar, conminar, ete. Como bien lo sefiala Strauch los verbos sintéticos condicionan la presencia de enunciados mis abstractos que literales; de aqui que sean mds usados en las formas indirectas o en los tipos de discurso directo, donde se nota una mayor intervencién del narrador en la interpre- tacién semdntica del enunciado reproducido. En la narrativa contemporanea, sobre todo en la llamada objetiva (Dolezel, 1973: Capitulo 3), es decir, en las narraciones en que el narrador no interviene como personaje (extradiegético-heterodiegético, en términos de Genette) y asume una posicién neutral con respecto a los hechos narra- dos; hay un esfuerzo por parte del narrador de emplear lo menos posible verbos sintéticos, usando més bien los verbos decir o pensar; semanticamente, los menos marcados de subjetividad. 2.41.3. DDR y la narracion personal. En la narracién personal, aunque narrador y personaje son ontolégicamente una misma entidad, la instancia narrativa es dife- rente a la instancia de habla del personaje. La férmula “yo cuento mi historia” (ver Rousset, 1973) que tipifica la narracién personal, encierra una dualidad: el yo que cuenta, por un lado, y el personaje que experimenta los hechos narrados, por otro. Dicha dualidad esté marcada por dos coordenadas temporales: el presente del acto narrativo y el pasado en que tuvieron lugar los acontecimientos que se cuentan. El centro de interés puede, por lo tanto, enfocarse tanto en el yo narrador (narracién rememorativa en que él pasado se reactualiza en funcién de la situacién actual del narrador; en el “ahora que escribo”), como en el yo-personaje (narracién autobio- grifica donde domina el pasado y los hechos se ordenan, generalmente, por la sucesién de la historia y donde el yo-narrador aparece solo esporddicamente). La distincién yo-narrador/yo-personaje se hace atin mas evidente en el plano discursivo. El narrador personal, como instancia narrativa, es siempre extradiegético (Genette, 1972: 238-139). El status de esta instancia puede, sin embargo, cambiar en el decurso del relato en aquellos momentos en que el narrador reproduce directa- mente lo dicho por él en calidad de personaje, transformdndose de inmediato en una instancia intradiegética. Su discurso consiste en un relato (e.g.: en una narracién dentro de otra) se constituye en un metarrelato. El siguiente ejemplo ilustra claramente la presencia de las dos instancias narrativas. 34 MARIO ROJAS. (8) (a) Masticamos el proyecto junto con la coca, permanecimos un rato silenciosos. Era cosa de ir y traerse una buena balsa, Seguro que costaria unos treinta soles pero no importaba. El Arturo se removid en su banco (b) -Vamos, pué, con vos, me dijo miréndome. (a) Yo tenia ganas de ir nada més que por tirar un poco de pala y beber el cafiazo que sacan en Shictin, donde hay cafiaveral, trapiche ¥ alambique, pero recordé que habfa plitanos por cortar y que la siem- bra nueva necesitaba una mano de ceniza de modo que seria necesario encender monte. @’) No puedo, pug. Tengo que plantar enef terrenito que limpié Y voya quemar monte, Si me tardo el gramalotal me va a ganar. (Ciro Alegria, La serpiente de oro, pag. 23-24) En este texto puede contrastarse el empleo de la norma educada de la ins- tancia narrativa(a) con la norma dialectal campesina que caracteriza el habla del yo- personaje (a’), instancia ésta intradiegética que pone a tono con su interlocutor. Las observaciones de tipo metalingiiistico que el narrador hace de su propio discurso reproducido 0 el de otro personaje, son de especial importancia en la narra- tiva personal (sobre todo en la forma rememorativa). Un ejemplo del segundo caso es el siguiente: (9) Eres injusto me dijo Alex y yo iba a protestar cuando me dijo. No, déjame hablar y después que sepas, verds que eres injusto, y yo lo dejé hablar con su voz redonda, bella, bien cuidada, que decia todas las eses y todas las des y donde todas las eres eran eres y comencé a com- prender mientras hablaba por qué era tan famoso actor de radio y por ‘qué recibia miles de cartas femeninas todas las semanas y compren- dia por qué rechazaba las proposiciones que le hacfan y comprendi por qué también le gustaba conversa, contar, hablar: era un Narciso que dejaba caer sus palabras en el estanque de la conversacién y se ofa complacido en las ondas sonoras que creaba. ;Fue su voz la que lo hizo homosexual? ;O es que en cada actor hay escondido una actriz? Guillermo Cabrera Infante, Tres tristes tigres, pig. 82) Este texto, ademds de ilustrar el ensamblamiento del didlogo en la secuencia textual de DN, sin que de este modo se quiebre el fluir de la narracién, nos muestra cémo una observacién de tipo metalingUistico puede conducir al narrador a inferir rasgos que caractericen a su interlocutor. 2.1.4. Funciones estéticas de DDR. Las dos funciones basicas de DDR son la reproduccién de tipos esenciales de didlogos (DoleZel, 1964: 263) y de soliloquios (Bickerton, 1967). En la narrativa contempordnea, si bien se ha mantenido el arma- z6n estructural del didlogo, se ha innovado en su presentacién o en la distribucién que asume en el texto. En cuanto a la expresin del lenguaje interior, ademds del soliloquio, como lo veremos, DDR sirve para otros fenémenos de expresin de la conciencia, DISCURSO DEL PERSONAJE, 35 244d La superposicion de didlogos. Uno de los procedimientos tipicos de Ja narrativa tradicional para alterar la ordenacién espacio-temporal de los hechos relatados era la redistribucién de los motivos y la ruptura de su relacién crono- l6gico-causal. Para lograr este mismo efecto de dislocacién témporo-espacial, la narrativa contempordnea experimenta con una interferencia de tipo formal, en el plano del discurso en vez de hacerlo con una interferencia de contenido. Uno de los autores que mds ha innovado a este respecto es el novelista peruano Mario Vargas Llosa, especialmente en sus obras La casa verde (CV), Conversacién en La Catedral (CO) y Pantaleon y las visitadoras (PV). La armazén formal de CC consiste en una secuencia de discursos espacial y cronolégicamente inconexos que es posible desco- ificar s6lo por datos contextuales; en especial, los especificados por el narrador bisico en el discurso atributivo: identificacién de, por lo menos, uno de los inter- Jocutores. Estas claves semdnticas permiten conectar los discursos con su situacién de enunciacién, y permiten también (por el uso exclusivo del verbo ‘decir’ como introductor de las locuciones, que contrastado en la categoria de tiempo) diferen- ciar el didlogo central sostenido por Santiago y Ambrosio el que siempre, en oposicidn a las otras concurrencias dialdgicas, se introduce por “dice”. La instancia enunciativa central 1a de Santiago-Ambrosio- desde la que convergen y divergen todas las demds “‘ondas dialdgicas” (expresién de Oviedo, 1970: 223) se distingue, ademas del verbo introductor en presente, también por rasgos que aparecen en la estructura interna del propio enunciado de los personajes: por ejemplo, el vocativo ‘nifio’ con que siempre Ambrosio se dirige a Santiago. De especial importancia en CC es el didlogo que sostienen Fermin y Ambrosio, no sélo desde el punto de vista del contenido, que encierra claves fundamentales de la fébula (“el crimen de Ambrosio, su relacién homosexual con Fermin , la revela- cién que Ambrosio hace de su crimen y su fuga posterior a Pucallpa” (Oviedo: 225)) sino también en la disposicién y estructura formal de los enunciados. Bl didlogo entre ambos personajes se registra s6lo por medio de lo dicho por uno de los inter- locutores (Fermin), escamotéandose asi la identificacién de Ambrosio. Con el fin de restituir parcialmente el contenido de la interaccién lingitistica, se parafrasea en elenunciado de Fermin lo dicho por Ambrosio: ao) No te desprecio, no te odio -dijo don Fermin-. Estd bien, me tienes respeto, lo hiciste por mi . Para que yo no sufriera, bueno. No eres un infeliz, estd bien. (pig. 189) Para Casto M. Femdndez la omisién de Ambrosio tiene una clara funcién estética: oculta su personalidad al lector y “funciona como un elemento de intriga més 0, mds atin, como la intriga fundamental que desencadena la conversacion de Santiago y Ambrosio en la Catedral” (1973: 486). El efecto de misterio e intriga se refuerza, mds todavia, por la brevedad de la reproduccién del didlogo reducido a forma minima de presentacién y por el considerable espacio textual que separa cada fragmento registrado (Oviedo: 224-225). 36 MARIO ROJAS La particular estructura de CC es un ejemplo decisivo de cémo la disposicién y forma de las instancias locutivas de los personajes pueden llegar a ser elementos claves para la representacién del mundo ficticio. 2.1.4.2. Variacién funcional de la acotacién, La acotacién narrativa tradicional, de estructura fija y repetitiva que contiene el verbo introductor de DDR mis la infor- macién situacional del acto locutivo del personaje- ha sido igualmente modificada por Vargas Llosa. En un esfuerzo por remozar dinamizando la acotaci6n que llama “especie de fésil tradicional”, explica el autor la motivacién y propésito de su intento en las siguientes palabras (11) Aprovechando Ja actitud del lector que ya esti acostumbrado. a ver interrumpida ta nartacién por esas acotaciones que se han vuelto t6picos, las sustituf por algo més creativo: los pensamientos de aquel que habla que pueden o no coincidir con lo que dice- 0 a las reaccio- nies de aquel que lo escucha. Creo que se consigue profundizar esa expresin y contribuir un poco a eso que tanto reiteramos de la voca- cidn totalizadora de la novela. (Citado por Oviedo, 1970: 235) Un ejemplo de esta técnica innovadora aparece en CC: (2) -Encantado, sefior Bermiide2 -venia con la mano estirada y sonreia, veremos cuanto te dura la alegria-. Espero que se acuerde de mi, el afio pasado tuve . . . (pig. 252) La acotacién en (12) emmarca una locucién potencial, inexpresada, de Cayo. El perfeccionamiento y uso extensivo de esta técnica puede apreciarse mejor en PV, donde ya no limita la variacién a la expresiGn de una realidad subjetiva (Diez, 1972), sino también. a otros contenidos narrativos. Asi, aparecen insertados en la acotacién no s6lo locuciones potenciales como en (12), sinotambién enunciados expresados: a3) -{No pens6 que ese Servicio sélo podia existir en la clandesti- nidad mas absoluta?- pasea por la habitacién, bosteza, se rasca la cabeza, oye campanadas, dice es tardisimo el general Victoria-. Se le advirtié hasta el cansancio que la primera condicién de su trabajo era el secreto. (pig. 306) La acotacidn en (13) cumple una doble funcién: ademés de presentar acciones para- Ielas a la locucién del personaje, incluye en su estructura otro enunciado del mismo personaje, también paralelo al acto de habla que se acota. En otra variante, la acota- cién presenta al personaje cuyo enunciado se transcribe y lo presenta como el foco © punto de vista desde el que se perciben aspectos descriptivos de Ia realidad (ver Baldori de Baldussi, 1974: 180-185): a4) -No lamento nada to que he hecho ~ ve salir de su casa al fabricante de lépidas y al marido de Alicia, ve pasar autos, chiquillos DISCURSO DEL PERSONAJE 37 con uniformes y libros, una viejita que ofrece loterfas, se siente extra- fio, se abotona la guerrera Panta -. He actuado segiin mi conciencia y ése' también es el deber de un soldado. Haré frente a lo que venga. Ten confianza en mj mami, (pag. 278) Otro aspecto original de la acotacién vargallosiana -también relacionado con el punto de vista o focalizacién- es que en el cierre de la acotacién se menciona al locutor y éste aparece nombrado del modo cémo lo apela su interlocutor. El prota- gonista, cuando dialoga con su mujer, Pochita, es invocado en la acotacién como “Pantita”” que es como lo nombra su mujer. Si habla con sus compaferos de oficio, aparece mencionado como “el capitén Pantoja”’; cuando dialoga con las visitadoras, esel “sefior Pantoja”. Un ejemplo de este tiltimo caso es el siguiente texto de PV: as) Diez. soles de multa a Coca y Pechuga por hablar en filas- no pierde ta calma, saca un Idpiz, un cuaderno el sefior Pantoja-. Si crees que estés en condiciones de salir en el convoy, puedes hacerlo, Coca, ya que te autoriza el servicio sanitario, asf que no te pongas histérica. Y ahora, plan de trabajo de la jomada. Tres convoyes, dos de 48 horas y uno que regresa esta misma noche - emerge de detris de la formacién Chuchupe-. Ya hice el sorteo con los palitos, sefior Pantoja. Un convoy de tres chicas al campa- mento de Puerto América, en el rio Morona. (pég. 127) Esta innovaci6n de la técnica de la acotacién constituye una prueba empirica mis de la clara distincién téorica que debe hacerse entre los conceptos de voz y focalizacién © punto de vista que suelen confundirse constantemente (ver Genette, 1972: 203.206 y Bal, 1977). Aquila acotacién es expresion de la voz o discurso del narrador bdsico, pero se formula tal como se percibe desde el punto de vista del interlocutor u oyente. 2143. DDR y el monélogo interior. El monélogo interior, técnica narrativa con que se intenta captar la floracién libre de sensaciones, pensamientos, observa- ciones, juicios, etc. del personaje, puede manifestarse textualmente de varias formas, una de las cuales es DDR. Es conveniente observar que aqui se trata de una forma de monélogo interior que, como todo DDR, estd mediatizada por el narrador basico, diferente al mondlogo interior inmediato que abarca el texto total y en que el personaje, cuyos contenidos interiores se iluminan, constituye en si la instancia narrativa basica (ver Van den Heuvel, 23-24). El ejercicio de las funciones de control y de representacién del narrador bdsico hace que el monélogo interior, bajo la forma de DDR, raras veces legue a la expresién de contenidos desordenados de con- ciencia (libres de toda l6gica) situados a un nivel infralingilistico, sino que mas bien Megue a monélogos que mantienen una relativa organizacién ldgica que no obliga a Ja transgresién del cédigo gramatical, como sucede en otras formas de monélogo interior. E] monélogo interior expresado en DDR no sélo puede manifestarse en la narracién personal en primera persona, sino también en las narraciones en segunda persona, caso que puede ilustrarse con el siguiente texto: 38 MARIO ROJAS (16) Lo malo, piensas, es tener que seguir con las relaciones piblicas, pero, te dices con aplomo, Marisela es lo més importante y debes superar ahora esa dificultad para hablar con tas chicas; dificultad que empez6 en la escuela, con las amigas de las primas; con tas . . . Pero has estado solo demasiado tiempo, piensas, y recuerdas las playas de Mocambo, las nifias tendidas en la arena, y los nifios, y oyes a Esteban que ‘coment al paso de un pelisrojo en baflador fosa: ‘'mariconazo, chin- gado”, y ti: “qué es maricén, tio Esteban”, y él “los que se dejan or detris, hijo": supiste pues, y te pareci6 grotesco (Francisco Prieto, Caracoles, pags. 130-31) Hay aqui como en el mondlogo interior en primera persona, un intra-didlogo entre el personaje y si mismo, en el que confluyen emisor, receptor y referente (Weissman, 1976): un personaje que se dirige y apela a si mismo mediante el pro- nombre fi al que cuenta la historia de un él que, a su vez, corresponde al mismo personaje. El texto (16) ejemplifica el tipo de locucién, pensada o dicha, que el personaje reactualiza o revive en su mondlogo interior. Esta locucién corresponde, en relacién a los niveles de voces, a un meta-metadiscurso, donde la primera instan- cia es la del narrador bdsico; la segunda, Ia del personaje; y la tercera, lo pensado 0 dicho por el personaje hablante u otro en el pasado. Este cambio de niveles puede hacerse evidente slo mediante el DDR. Un ejemplo en que se nota un fendmeno similar, pero donde lo actualizado son s6lo pensamientos, es el siguiente texto de cc: ay ‘Falta una hora para que se retina la Federacién y no hemos tomado ningtin acuerdo - pensando aterrado, se me va a cortar la voz piensa-. ;Vamos a perder el tiempo discutiendo problemas personales ahora? (pég. 198) En “pensando” se introduce la reflexién o sentimiento que acosd a Santiago en el momento en que se efecttia la situacién de enunciacién que tiene como interlocuto- tes a los miembros del grupo Cahuide. Con “piensa”, como lo muestra el tiempo verbal, se alude a la instancia presente de la conversacién sostenida por Santiago y Ambrosio en La Catedral, En la narrativa contempordnea, como puede inferirse del corpus que se ha empleado en. esta seccién, la funcién estética de DDR no esté limitada slo a la presentacién del didlogo y del soliloquio, sino que, junto al discurso atributivo concomitante a su estructura, ha legado a ser un elemento importante en la estruc- turacién del mundo narrativo, no sdlo en su aspecto formal, sino también en su seméntica 22 Discurso directo libre. Los rasgos basicos que definen DDL son los de /-re- gido/ /-oblicuo/. El primero lo diferencia de DDR; el segundo de los discursos indirectos. La ausencia de elementos correspondientes al discurso atributivo, en especial del verbo introductor, puede crear dificultades en la lectura ya que no hay muestras claras de transicién de DN a DP (Prince, 1978: 312). Esta obstruccién en DISCURSO DEL PERSONAJE 39. el proceso de lectura se produce, sobre todo, en aquellos casos en que el texto apa- rece totalmente integrado a DN sin ninguna indicacién de tipo grifico (comillas o un tipografia diferente a la del texto basico). Paraddjicamente, lo que DDL gana en autonomfa al independizarse sintdcticamente de DN, lo pierde desde el punto de vista seméntico y contextual ya que, por la falta de marcas formales que indiquen la transicin, aparece como componente de una sola unidad locutiva: la del narrador bésico. El proceso se complicaria mas atin si se tratara de la reproduccién de una compleja red de voces. Es por esta razén que, en estos casos, los autores prefieren el empleo de DDR; éste, como bien lo sefiala Prince (313), es el recurso mds adecuado para coordinar y jerarquizar las voces, 0, por lo menos, en comparacién a otros procedimientos, el menos costoso. Puesto que DDL asume todos lo rasgos seménticos o gramaticales relaciona- dos con el acto locutivo del personaje (a falta del discurso atributivo o de deslindes de tipo gréfico) los indicadores de enunciacién evidencia, el cambio en el nivel de las voces, como puede verse en el siguiente fragmento de CC: (18) Sonrié y vio que Tallio asentia y habria la boca pero no le dio tiempo a hablar: le alcanzé el pufiado de recortes. Un gesto exagerado de sorpresa, los hojeaba muy serio, asentia. [DDL] Asi, muy bien, leélos, hazme creer que los lees, bachiche. [DDL] (pég. 253) EI segmento en DDL se identifica, como tal, por las marcas gramaticales conativas (imperativo y vocativo) que revelan la presencia de un interlocutor a quien se interpela, aunque aqui éste no Iega a percibir el mensaje pues se trata de un didlogo potencial, pensado pero sin proferirse. Otro modo de suplir la informacién del discurso atributivo es la ayuda de ciertas marcas contextuales que alertan sobre un posible cambio de nivel de voces. Un ejemplo de este procedimiento es el siguiente: (19) Desde ef primer domingo que lo vi. .. entre los frascos de especiticos y hierbas de consuelo que él mismo preparaba y vendia a grito herido Por los pueblos del Caribe, s6lo que entonces no estaba tratando de vender nada de aquella cochambre de indios sino pidiendo que le evaran una culebra de verdad para demostrar en care propia un contraveneno de su invencidn, (DDL}el inico infalible, seftoras y sefiores, contra las picaduras de serpientes, tardntulas y escolopendras, y toda clase de mamiferos ponzofiosos. [DDL] Alguien que parecia muy impresionado por su determinacién nadie supo dénde . (Garcia Marquez, La incretble y triste historia... , pig. 83) En (19) el segmento en DDL, integrado completamente al flujo narrativo, la seftal mis evidente de la aparicidn de un enunciado diferente al del narrador es la forma vocativa que aparece en Ia estructura de Ia locucién del personaje. Sin embargo, es posible advertir otros indicadores de tipo contextual que ayudan ala distincién de las voces. Uno es el sintagma verbal “vendia a grito herido”, que inmediatamente antecede a DDL. Como se comprobard también a propésito de DIL, las formas 40 MARIO ROJAS regidas de reproduccién funcionan como elementos cohesivos que impiden los cortes bruscos de las formas libres con respecto a DN. 2.2. — Funcién estética de DDL. Esta forma de discurso sirve para la manifestacién de didlogos especiales (Doletel, 1964: 263) y del monélogo interior (Bicherton, 1967: 238; DoleZel, 1964: 263). En general, tal como to ilustran (18) y (19), DDL sirve para expresar modos locucionales, tanto los interiores como los enunciados en un acto de habla, aunque en la narrativa contempordnea se nota una preferencia por el uso de DDL para la expresién del lenguaje interiorizado (e.g.: el mondlogo inte rior) 2.2.1. Mondlogo interior. Son pertinentes aqui las mismas observaciones que hemos hecho a propésito del mondlogo interior y DDR; en especial, el hecho de que se trate de una forma de habla mediatizada por DN y no del tipo de mondlogo interior inmediato que parece descubrir al lector, directamente, los contenidos de conciencia que bullen en el mundo interior del personaje. Un ejemplo de mondlogo interior en DDL es el siguiente (20) Estis docididamente distraido. ,No tienes que ir a la escuela hoy? iAh!, las vacaciones slo sirven para ablandar la voluntad. Aprisa, aprisa, joven [DDL] (‘"Le ha cambiado la cara. Se empieza ahacer hom- bre. jAh! este vaa saber lo que es disciplina; querré fumar, querré coger...se va a topar conmigo... batros. velios; el asco. Querrd desobedecerme. jAh! ya veremos.")[DDL] ;Rapido!, jovencito! No estoy bromeando. (Carlos Fuentes, Las buenas conciencias, pig. 75) El mondlogo interior esté claramente demarcado por el paréntesis y por las comillas que anuncian el desplazamiento al mundo interior, subjetivo, del hablante. Las construcciones paratdcticas, las momenténeas suspensiones, las aliteraciones ¢ interjecciones de (20), son rasgos caracteristicos del monélogo interior. Los usos mds frecuentes de DDL son para la expresidn de locuciones evoca- das o revividas en la conciencia del personaje. Se tiende a que estas remiemoraciones aparezcan como parte de un monélogo interior. Es posible, sin embargo, encontrar- las intercaladas independientemente en la narraciOn. Este es el procedimiento que se sigue en Pedro Paramo cuando el protagonista recuerda lo que le ha dicho su madre antes de morir; evocaciones que aparecen esparcidas en la obra y que se reproducen yaen DDR o en DDL. Un ejemplo del segundo caso es el que sigue: (21) Vi pasar las catretas. Los bueyes moviéndose despacio. El crujir de las piedras bajo las ruedas. Los hombres como si vinieran dormidos. “... Todas las madrugadas, el pueblo tiembla con el paso de las carretas. Llegan de todas partes, copeteadas de salitre, de mazorcas, de yerba de part. Rechinan sus ruedas, haciendo vibrar las ventanas des- Pertando a la gente. Es la misma hora en que abren los hornos y huelt a pan recién horneado. Y de pronto puede tronar el cielo. Cact la DISCURSO DEL PERSONAJE luvia. Puede venir ta primavera. Alld te acostumbrards a los “derre- Pentes’, mi hijo.” (Juan Rulfo, Pedro Péramo, pig. $0) Estas locuciones revividas estén enmarcadas mediante las comillas y el uso de cursivas; y afloran en la conciencia del protagonista segiin estimulos externos que provocan relaciones asociativas. En el caso de (21), el tesorte que estimula el recuerdo es el paso de las carretas de crujidoras ruedas. A diferencia de (18) y (19), los segmentos en DDL de (20) y (21) estin claramente demarcados por medio de signos gréficos que visualizan la transicién. Un ejemplo en que se imbrican DN y DP sin que se marque grificamente la transicin de uno a otro, es el siguiente texto: (22) ¥ entretanto comenzé de nuevo a ir a fiestas y, como para borrar la mala fama que se habia ganado con sus locuras de rocanrolero y com- prarse a las familias, se portata en los cumpleafios y salchicha-parties ‘como un muchacho modelo: Hegaba puntual y sin trago, un regalo en la mano, [DDL] Chabuquita, para ti, feliz cumplete, y estas flores para tu mama [DDL] [DDR] dime jvino Teresita? [DDR] Bailaba muy tieso, muy correcto, [DDL] pareces un viejo [DDL] no apretaba st pareja, a Ias chicas que planchaban [DDL] ven gordita vamos a bailar, [DDL] y conversaba con las mamas, os papas, y atendia [DDL] sitvase sefiora (DDL] a las tias, [DDL] Je paso un juguito?, [DDL] a los tios [DDL] un traguito?, [DDL] galante, [DDL] que bonito su collar, [DDL] [DIL] cémo brillaba su anillo, [DIL] tocuaz, [DDL] {fue a las carreras, sefior, cudindo se saca el pollén? [DDL] y piro- peador, [DDR] es usted una criolla de rompe y raja, sefiora, [DDL] [DIL} que le ensefiara a bailar asi, don Joaguin, [DIL] [DDL] que daria por bailar asi. [DDL] (Vargas Llosa, Los Cachorros, pigs. 92-93) Hemos demarcado y rotulado sdlo los segmentos que registran hablar de personaje. Las secuencias en DDL se identifican como tales por rasgos vinculados a la instancia enunciativa del personaje: elementos conativos, expresivos 0 subjetivos, deicticos, lectales. En el texto se combinan con DN tres de las formas de repro- duccién de DP: DDL, DDR y DIL. Las formas libres dan una mayor soltura y fluidez a la narraciGn, efecto que aparece reforzado con el uso del discurso atribu- tivo (“galante”, “locuaz”, “piropeador”). Como lo sefialabamos, el discurso atribu- tivo era caracteristico de DDR; sin embargo, lo vemos aplicado en (22) a DDL. Esta variante, ademas de la funcién estética anotada, permite al narrador basico inter- calar, escuetamente, referencias a la postura social que adopta el personaje y a los fines que orientan sus locuciones. E] Ultimo segmento de (22), que hemos rotulado como DDL, es ambiguo por la doble interpretacién que puede darse al verbo “daria”: puede ser predicado de yo o de di. En el primer caso, corresponderfa a DDL y, en el segundo, a DIL. En la demarcacién de registros de habla, hemas integrado el apelativo “don Joaquin” (que a nuestro parecer facilita la transicién de DIL a DDL) al componente de DIL y al 42 MARIO ROJAS no al del tiltimo segmento , como parecerfa mds adecuado; sobre todo si se rotula este segmento como DDL. El uso del vocativo en la estructura de DIL es una inno- vacién que Vargas Llosa emplea con mucha frecuencia y que se ejemplifica més ade- lante en (29), (31) y (32). Es precisamente esta innovacién la que obliga a una modificacién del modelo de Dole%el, punto en que ahondaremos luego en la seccién destinada a DIL m1 3.0 El tratamiento de DIR y DIL es desde el punto de vista tedrico, uno de los aspectos mds importantes de nuestro estudio, pues son justamente estos dos tiposde registro de DP los que nos llevan a tna revisidn del modelo propuesto pot Doledel. 3.1 Discurso indirecto regido. Los rasgos distintivos basicos de DIR son los de / +regido/ /+oblicuo/ . Es regido pues esta integrado a una unidad sintéctica supe- rior perteneciente al enunciado del agente reproductor, ligado a éste por medio del verbo declarativo dicendi o sentiendi por la conjuncién subordinante que. Esta es, por lo demés, optativa en algunas construcciones de DIR, en especial en las inte- rrogativas y exclamativas. Es oblicuo porque las categorias de persona y de tiempo del enunciado del personaje estén transpuestas al régimen gramatical de DP (Strauch, 197: 424-425; 1974: 63). Para la mayoria de los tedricos (Banfield, 1973: 17; Doletel, 1964: 262; 1973: 11; Guiraud, 1971: 84, entre otros) DIR no tiene el status de reproduccién de DP, pues el habla del personaje se asimila completamente a DN perdiendo de este modo su rango de locucién. Habria aqui entonces una sola voz: la del narrador y no una confluencia de dos voces. Otros teéricos (Grygar: 1976: 512; McHale, 1978: 254-257; Strauch, 1974: 68; Voloinov, 1973: 125-140) cuyo punto de vista com- partimos, sostienen, sin embargo, que no puede negarse a DIR el estatus de repro- duccién ya que es posible encontrar ciertas variantes de DIR que presentan rasgos gramaticales o seménticos vinculados no al habla del agente reproductor, sino de aquel cuya habla se reproduce. Generalmente, cuando se habla de DIR, sostienen estos tedricos, se toma en cuenta s6lo un tipo de DIR asignando asi a esta forma de discurso una estructura fija y no una categoria cuya dindmica interna puede generar algunas variantes. Uno de los primeros en sistematizar DIR como una serie de variantes es Volosinov. Volosinov distingue dos variantes 0 modificaciones basicas de DIR que (usamos la traduccin al inglés) denomina “referent-analyzing” y “texture analyz- ing". La primera se caracteriza porque reproduce lo dicho por el personaje sélo en su aspecto conceptual o tematico y no “oye” o registra su “textura formal”, es decir, aquellos aspectos del significante (130). Los textos (2) y (3) son ejemplos de este tipo de DIR. La segunda variante se define asi: It incorporates into indirect discourse words and locutions that characterize the subjective and stylistic physiognomy of the message DISCURSO DEL PERSONAJE 43 viewed as expression. These words and locutions are incorporated in such a way that their specificity, their subjectivity, their typicality are distinctly telt, more often than not they are enclosed in quotation marks... It is a modification that presupposes the presence in the linguistic consciousness of a high degree of individualization of other speaker's utterances and an ability to perceive differentially the verbal envelope of an utterance and its referential meaning. (pdgs. 131-132) El texto (4) es un buen ejemplo para ilustrar esta variante. En él pueden observarse algunos rasgos que apuntan al acto enunciativo del personaje, lo cual pone claramente en evidencia la confluencia de las voces de DN y DP. Ademis de! deictico temporal “ahora” y de la expresidn idiolectal “‘cabros” aparecen en (4) los elementos modalizantes “claro”, “si” que ponen de manifiesto el modo en que el personaje se relaciona con su propio dictum (Ducrot y Todorov, 1972: 382; Cas- tello, 1979). Una posicién similar a la de Volo8inov es la de Strauch quien sostiene que hay miltiples variantes de DIR las cuales pueden determinarse tomando como refe- rencia dos pardmetros: literalidad y abstraccién. Mientras mds abstracta es, mds se acerca a DP (Strauch, 1975: 411). El elemento seméntico que més contribuye, segiin Strauch, al enunciado de tipo abstract, es el verbo sintético. Tal verbo asume una parte de la reproduccién participando sobre ella (Strauch, 1975: 413). La lite- talidad, por otro lado, esta marcada por la presencia de los “elementos erriticos” que corresponden a todas aquellas sefiales gramaticales o semanticas que apuntan al acto locutivo del personaje y que escapan al proceso de subordinacién de DP a DN (Strauch, 1975: 414-415). Otros ejemplos, ademds de los (2), (3) y (4), que ilustran la dindmica interna de DIR son los siguientes: (23) Ademds, era zurda y le daba por querer hablar en espafol, por Hamar a Andrés anquel mio, marrido mio, querrido mio, y por preguntarle'si €l también la amava, de noche, en la cama. (Eugenio Cambaceres, Sin rumbo, pig. 126) (24) Deefa ese caporal que en todos los dfas de su vida no habia conocido un caballo tan bueno para el pleito como el retinto, y que él, siempre {que se viese montado en animal tan fino, a naiden le tenia miedo, y era capaz de salirle al frente al mismo diabio, (José Lopez Portillo y Rojas, La parcela, pig. 73) (25) Se levanté de Ia mesa y salié del comedor y tadavia grité [DDR] tus versitos de chismosos y de maricén [DDR] y [DIR] que se muriera de una vez, maldito. [DIR] (Vargas Llosa, Conversacién en La Catedral, pags. 80) En (23) se registran DIR rasgos idiolectales de la cantante de pera que con un fuerte acento italiano intenta pronunciar palabras espafiolas y que confieren un efecto parddico al texto. En (24) se puede observar una variante que fluctiia entre 44 MARIO ROJAS. DIR y DIL. Si bien se omite el verbo “decia”, que por reglas gramaticales deletivas se omite, atin se mantiene la conjuncién subordinante “que” (“y que él...”", que mantiene el enunciado de DP sintécticamente ligado a DN. El seginento en DIR registra rasgos dialectales que el narrador basico destaca tipograficamente. El texto (25) presenta una variante similar a la anterior en que se omite el verbo declarativo “grité”, pero que mantiene la conjuncién subordinante “que”. El uso directo del sistema conativoes, generalmente, rechazado por el proceso de subordinacién en Ja forma indirecta; sin embargo, como puede observarse en (25) es posible la apa- ricién de un vocativo directo en DIR. Este procedimiento ha sido generalizado por ‘Vargas Llosa en la forma indirecta libre y, muy ocasionalmente, en DIR. McHale nos da otras evidencias de DIR que presentan marcas correspon- dientes a la locucién del personaje y que vienen a reafirmar la necesidad de consi- derar DIR en un modelo tipolégico de DP. De especial valor es el siguiente texto: (26) She took her head but when he mentioned a thousand she began to brighten up and to admit that que voulez vous it was la vie. (Dos Passos, Nineteen, Nineteen, citado por Mc Hale, pig. 251) Si se pretende la formulacién de una tipologia universal, valida para toda narracién cualquiera que sea la lengua en que se escriba, no pueden marginarse de la categorizacién de DIR ejemplos como el dado por Mc Hale en el que la presencia de un cddigo completamente ajeno al del narrador bdsico nos sittia irremisiblemente en el enunciado del personaje 3.1.1. Funcion estética de DIR. Es el tipo de reproduccién del discurso del perso- naje en que se hace mds evidente el control del narrador seleccionando, resu- miendo e interpretando el enunciado del personaje. A su vez, entrega al lector implicito claves precisas para la interpretacién semédntica del tal enunciado. DIR era el tipo de reproduccién del pensamiento o habla del personaje caracteristico de la novela anterior a la moderna, donde el narrador mantenia una autoridad absoluta del mundo representado. El didlogo, que presupone un rol més importante del personaje, se hace mds predominante a partir de la narrativa moderna (Mancas, 1973: 101). El narrador extradiegético-heterodiegético que asume una focalizacién cero tiene, como posibilidad, un mayor control que se manifiesta en el uso de DIR. para interpretar tanto los pensamientos como los actos locutivos de los personajes. El narrador-personaje tiene acceso a la interioridad sdlo cuando esté refiriéndose a si mismo; ya que por la limitacién de su perspectiva sélo tiene control sobre los enun- ciados expresamente dichos de los demés personajes. Un ejemplo de esto ultimo es el que sigue: 7) Lo podrfa contar con mucho detalle pero no vale la pena. La mujer hablé de que nadie tenfa derecho a tomar una foto sin permiso, y exigié que le entregara el rollo de pelicula. Todo esto con voz seca ¥ DISCURSO DEL PERSONAJE 45 clara, de buen acento de Paris, que iba subiendo de color y de tono a cada frase, ulio Cortdézar, Relatas, pig. $30) La primera muestra del control del narrador se observa en su decision de abreviar su conversacién con la mujer por considerarla sin la importancia suficiente como para su transmisién literal. El DIR es el mds adecuado para este efecto. La segunda muestra son las observaciones de cardcter metalinguistico sobre el enuncia- do del personaje que siguen al didlogo abreviado reducido a su puro nivel concep- tual, Nétese que en vez del empleo de una variante de DIR que manifieste en su propia estructura las caracteristicas dialectales del personaje, el narrador prefiere destacar éstas mediante un comentario adicional con que orienta al lector para la interpretacién de dicho personaje. 3.2. Discurso indirecto libre. Este tipo de discurso de personaje se caracteriza, basicamente, por los rasgos distintivos /-regido/ /+oblicuo/. Es libre o no regido pues no esté subordinado seménticamente a un verbo declarativo perteneciente al enunciado del narrador ni tampoco ligado a éste, sintdcticamente, por medio de una conjuncién subordinante; es oblicuo porque esté gramaticalmente traspuesto al DN. Esta transposicién no es absoluta ya que hay miltiples brechas por medio de las que las seftales del enunciado del personaje penetran en la estructura formal del narrador. Esta flexibilidad de DIL es lo que lleva a Dolezel a definirlo como un discurso de cardcter transicional,, caracterizado por la presencia de rasgos distintivos con valor positivo (presencia de marcas de DP) y con valor negativo (ausencia de marcas de DP), que condiciona amplia serie de posibilidades de DIL (1973: 50). Tomando como parémetro la mayor o menor densidad de marcas de DP, Dolezel distingue dos tipos polares de DIL: el compacto (“compact”) y el difuso (“dif- fused”). El DIL compacto se caracteriza por la concentracién de marcas de DP que permiten distinguir claramente, en el texto, un acto de habla diferente al del narra- dor (50); el difuso se define, por el contrario, por la presencia minima de rasgos locutivos del personaie, lo cual origina secuencias textuales ambiguas en las que no es fécil distinguir con claridad dos voces amalgamadas: la del narrador y la del perso- naje. Chatman (1978:202-3) hace una parecida subcategorizacién de DIL, distin- guiendo, desde un punto de vista estilistico, dos tipos de DIL: uno en el que no hay diferencia visible entre DN y DP de tal modo que el segmento en DIL parece s6lo una pardfrasis del narrador; otro, en el que tal segmento registra un lenguaje que claramente no es el del narrador y que, por tanto, lleva al lector, invariable- mente, a DP. Los siguientes textos ilustran los dos tipos de DIL: (28) [N] Columbia enmudecid. [N] [DIL] ;Bra verdad lo que Casilda decia o sélo una comprensible envidia porque, pese a ser Casilda la mano derecha de su padre en el despacho, era a ella, a Colomba, a quién Hermégenes a veces solia sentar en sus rodillas para cantarle 46 MARIO ROJAS canciones de cuando la guerra, de sus tiempos de hisar? tsa envidia, ahora, no le importaba . . . [DIL] Gosé Donoso, Casa de campo, pigs. 184-5) (29) _[N] Pero més se calentaba y mis lo fastidiaban y una vez (N] [DIL] eraunescindalo, Hermano, [DIL] [N] vino su padre echando chispas ala Direceién [N] [DIL] martirizaban a su hijo y él no lo iba a permi- tir, Que tuviera pantalones, que castigara a esos mocosos o lo haria 41, pondria a todo el mundo en su lugar, qué insolencia, [DIL] [N] un manotazo en la mesa, {N] [DIL] era el colmo, no faltaba mas. [DIL] (Vargas Llosa, Los cachorros, pig. 66) El texto (28) de José Donoso corresponde al estilo de la novela decimo- nénica, el narrador ostenta una autoridad manifiesta en un control absoluto del mundo representado que alcanza también a la reproduccién del habla de los perso- najes, Estos emplean, siendo atin nifios, un lenguaje que no se diferencia formal- mente de aquel del natrador. El nico elemento lingiistico que podria atribuirse en (28) al enunciado del personaje, es el deictico “ahora”. Como contrapartida del anterior, el texto (29) contiene segmentos en DIL cargados de signos positivos de DP: las exclamaciones “era un escndalo”, “qué insolencia”, “era el colmo”; Jas expresiones lectales “mocoso”, “tener pantalones”, “poner a todo el mundo en su lugar”; el vocativo “hermano”. Uno de los rasgos de DP que permite captar con més facilidad la confluencia de voces en un segmento en DIL es el lectal (dialectal, sociolectal, idiolectal) el que mejor patentiza el enunciado del personaje. Asi, por ejemplo, en el siguiente texto, a pesar de que no hay en él abundantes marcas de DP, se revela claramente la pre- sencia de una voz distinta a la del narrador por las expresiones tipicas del habla campesina -tipograficamente destacadas en el texto original- que difieren radical- mente de la norma culta del narrador bisico: (30) Marcelo con la cabeza baja y meditando silencioso, dejébase levar por st) mulo. Hubiera querido ser como los otros, que hacfan todo sin que les pasara nada. Por alif iban tan alegtes, tan contentos, sintiéndose fuettes y felices alimentados con aquellos tragos absorbidos a purso. iQué dichosos! E's verdad que eran hombres atrevidos que tiraban del machete por cualquier cuestidn, y que del resto vivian rigndose y em- bromando ..., en tanto que I no le gustaba més que estar quitao de ‘buya, metido por los rincones. ;Ah!, él estaba enfermo, muy enfermo. Una botella que te dieron para ver si se curaba la toms tres dias segui- do sin lograr éxito, (Manuel Zeno Gandia, La charce, pigs. 230-31) La estructura de uno de los segmentos en DIL en (28) contraviene la des- cripcién de DIL tal como ha sido propuesta por Dolezel. En efecto, este autor sostiene que las secuencias en DIL pueden expresar la funcidn alocutiva o conativa, pero con algunas modificaciones formales de adecuacién a DN. De este modo, el imperativo no aceptaria la segunda persona tipica de la forma regular, sino que se DISCURSO DEL PERSONAJE 47 emplearia, en su lugar, la tercera persona. DIL tampoco aceptaria en su estructura la forma de apelacién directa, que estaria reemplazada por la forma nominativa (Dolezel, 1973: 30-31). Estas observaciones las hace Dole?cl a partir de un corpus limitado a la literatura checa. Tal como lo sostiene el mismo Dolegel, DIL es uno de los recursos narrativos mds flexibles que, por su cardcter transicional, permite a los escritores “a high degree of freedom for developing their own, idiosyncratic modifi- cations and variations of RD... (40). A nuestro parecer, Vargas Llosa, en virtud de esta libertad, ha introducido una variante de DIL que obliga a una modificacién del modelo de Dolezel. Como apoyo empirico a la reformulacién de este modelo ademas de (29), usaremos los siguientes ejemplos: G1) [DIL]También habia trabajitos de otro tipo, don, pero que hacian ellos, no Ambrosio [DIL][DDR]Esta noche salimos, dijo el sefior Lozano, avisale a Hipslito, y Ludovico jen el auto oficial, sefior? No en el Forcito viejo. [DDR]{DIL]Elios le contaban después, don, ¥ por es0 se enteraba Ambrosio: seguir a unos tipos, apuntar quién entraba a una casa, hacerles confesar lo que sabian a los apristas presos, ahi es donde Hipolito se ponia como Ambrosio le habfa contado, don, © serian inventos de Ludovico. [DIL] (CC. pig. 307) (82) Una lancha se detiene roncando junto al embarcadero y Julio Redtegui salta a tierra. Sube hasta Ia Plaza de Santa Marfa de Nieva -un guardia civil echa al aire una madra, un perro la atrapa al vuclo y se la trac- y cuando ega a Ia altura de los troncos de capirona un grupo de per- sonas sale de Ia cabafia de la gobernacién. El alza la mano y saluda: lo observan, se animan se precipitan a su encuentro cudnto gusto, qué sorpresa, Julio Reategui estrecha las manos de Fabio Cuesta, [DIL] {Porqué no habia avisado que venia?, [DIL] de Manuel Aguila, [DIL] fno se lo perdonaban, [DIL] de Pedro Escabino, (DIL] se habrian preparado para recibirlo, [DIL] de arévalo Benzas, (DIL};;cuintos dias se quedaria esta vez, don Julio? [DIL] Nada, [DIL] era una visita relimpago, seguia de viaje ahora mismo, ya sabian qué vida Hevaba. {DIL} ‘Vargas Llosa, La casa verde, pig. $53) Como lo hemos sefialado, el imperativo, uno de los medios fundamentales por que se manifiesta la funcién conativa o alocutiva aparece en DIL solo peri- frdstica 0 analiticamente. Esta adecuacién de DP a DN puede observarse en (29) en el segmento en DIL: “que tuviera pantalones, que castigara a esos mocosos .. .” en que la orden o mandato se expresa indirectamente mediante una oracién subor- dinada nominal con el verbo en subjuntivo. Con respecto al vocativo, -el otro medio bisico de la alocucién- asume en checo, segiin Dole?el, la forma nominativa coali- gada al nombre explicito del oyente. Esta conjuncién origina un texto ambiguo que puede interpretarse como vinculado a la instancia enunciativa del narrador o del personaje. Un ejemplo de esta ambivalencia discursiva se observa en el siguiente segmento de (31): ". .. pero qué hacfan ellos, no Ambrosio.” El término Ambrosio puede interpretarse doblemente como desempefiando una funcién nominativa (un 48 MARIO ROJAS componente formal de DN) 0 como un signo en funcién alocutiva, es decir, un vocativo ligado a DP. Si se convierte el segmento a su hipotética version directa resultarfa “. .. pero dime lo que hacen ellos, no lo que haces tit, Ambrosio.” La interpretacién segunda aparece reforzada contextualmente por la conjuncién adver- sativa “pero” que es una distintiva marca de DP e, indirectamente, por el vocativo directo “don” con que Ambrosio apela a su interlocutor de oculta identidad. La raz6n de esta ambivalencia se produce, segiin DoleZel, porque DIL “with its reduc- tion of grammatical persons, is unable to distinguish formally between speaker, hearer and the object of utterance. When such a distinction is needed, it has to be materialized by a direct naming of the speaker or hearer” (1973: 52). Esta afir- macién pierde, parcialmente validez, sin embargo, al confrontarla a segmentos en DIL como los que se registran en (29), (31) y (32) que reproducimos a conti- nuacion: (a). .cra un escdndalo, Hermano. (b) También habia trabajitos de otro tipo, dom .. . Flos le contaban después, don .. (6) joudntos dias se quedaria esta vez, don Julio? Estos textos desde el punto de vista discursivo, son susceptibles de una doble demarcacién,, Se los puede, por un lado, englobar componiendo una sola unidad en DIL y, por otro tomarlos como dos segmentos locutivos, separando el vocativo de DIL y rotuléndolo como un componente de DDL. A nuestro parecer, basados en la disposicién con que aparecen en la prosa de Vargas Llosa, constituyen una sola unidad, y se trata por tanto de una nueva variante de DIL. Conviene recordar que tal como lo observébamos a propésito de (25) el novelista ha experimentado, igualmente, la insercién del vocativo en la estructura del DIR. El vocativo incorporado a la estructura de DIL soluciona la ambigitedad que veiamos en el doble uso pragmético del término “Ambrosio”. La intencién del autor de aunar el vocativo como parte de DIL se manifiesta no solo en la recurrencia de este tipo de estructura, sino también, en la explicita aparicidn en DIL, de marcas del acto locutivo del personaje que, contextualmente, estan en intima relacién con el vocativo. Asi en (c) vemos cémo la expresin temporal deictica abre paso al vocativo cuya asimilacién a DIL se ve reforzada por la estructura interrogativa que abarca todo el segmento en DIL. Esta nueva variante constituiria un soporte empirico para una modificacién parcial del sistema de personas gramaticales de DIL que, segiin Dolezel, esta total- mente asimilado al sistema de personas de DN. La transformacién del sistema tripersonal de DP a DNse expresa por la siguiente regla: “The system of grammatical persons of RD is obtained when transforming the three-person system in such a way as to arrive at a system formally identical with that of DN” (1973:26). De acuerdo a esta regla, la primera y segunda persona que, en una instancia de habla, designa al hablante y al oyente, en DIL se convierte a la primera o tercera persona, segin se trate de un narrador homodiegético 0 heterodiegético. Ahora bien, si el vocativo DISCURSO DEL PERSONAJE 49 directo va siempre aparejado al pronombre de segunda persona, que en espafiol generalmente se omite, pero que es fécilmente recuperable, (“;cudntos dias se que- daria esta vez, (usted) don Julio?) habria una alteracién que afectaria uno de los aspectos mds estables de DIL, ya que se abre una brecha en su estructura para incor- porar el sistema personal de DP; al menos en la especificacién del oyente. Todo esto levaria a una modificacin del modelo de Dolezel (ver esquemas 5 y 6) asignando al rasgo distintivo caracterizado como “sistema de personas” el valor de O/1 en vez de 0, tal como lo propone Dolezel Sobre la base de los textos que hemos utilizado para ilustrar aspectos de DIL, es posible establecer otros alcances de cardcter tedrico. Para algunos tedricos (Banfield, 1973, 1978a, 1978b; Kuroda, 1973, 1976; Otero, 1976) DIL es un tipo de discurso sin narrador. A esta concepcién de DIL se opone la de otros (Dolezel, 1973; Strauch 1974; 1975) quienes ven DIL como un tipo de discurso que se define por la interaccién de dos voces: la del narrador y la del personaje, A propésito de la postulacién de una narracién sin narrador dice Strauch: “exciper de l'absense de pronoms de la 1€F personne dans un texte pour proclamer la mort du narrateur paraisse aussi absurde que de dire qu'un énoncé sans pronom de la prémiere personne ‘n’a pas de locuteur” (1974 :69), Una observacién similar es la de Warning quien sos- tiene que un texto sin el pronombre en primera persona o sin defcticos que refieran al sujeto de enunciacién no significa que no haya un hablante; éste puede estar “textualmente ausente, pero pragmaticamente siempre presente” ya que como acto de lenguaje “todo texto presupone un sujeto de accién y pot tanto de locutor” (Waring, 1979: 322). El texto (32) presenta las caracteristicas de la enunciacién histérica (Benveniste (1966; 1974), Simonin-Grumbach (1975) ); hay en él una apariencia de objetividad por la ausencia de rasgos que apunten a la instancia enunciativa. El tiempo de base es el presente, pero asociado éste a la tercera persona de tal manera que asume el mismo valor del pretérito, que es el tiempo basico tipico de la enun- ciacidn histérica (Simonin-Grumbach, pigs. 95-100). La intervencién del narradot hetero-extra diegético se advierte tanto en su papel de reproductor como de media- dor de DP. Esta tltima funcién se manifiesta por medio del discurso atributivo con que se va identificando a cada uno de losinterlocutores que saludan a Julio Redtegui a su llegada. Las secuencias rotuladas como DIL hacen evidente (a) que hay en ellas Ja confluencia de dos voces: la del narrador que reproduce, asimilando a la estruc- tura formal de su discurso lo enunciado por los personajes y la voz de éstos cuyas marcas se registran parcialmente (“esta vez”, “ahora mismo”) y (b) que, contraria- mente a lo sostenido por Banfield (Thus, the free indirect discourse does not consist of a reproduction of verbal communication, 1973: 18) DIL reproduce el didlogo, la interrelacién verbal que sostienen Reategui y sus interlocutores. El texto (32) constituye de este modo, un soporte empirico a lo afirmado por Strauch:**.. . il nous parait impossible de rasonner au sujet des proc€dés par lesquels un rappor- teur transmet 4 un tiers le discours d'un locuteur, si ce n'est dans le cadre de sa fonction de communication. Dans une telle optique tout énoncé relayé, un énoneé médiat, la reproduction du discours d'un locuteur au sein du discours d’un rappor- teur. (1974: 70). 30 MARIO ROJAS 2.1. Funcién estética de DIL. Es este uno de los medios contextuales que refle- jan con mayor efectividad 1a actitud o punto de vista que asume el narrador con respecto a los personajes, ya sea, mostrando su simpatia hacia ellos hasta llegar en algunos casos a la identificacién misma, o bien, haciendo evidente su antipatia 0 desacuerdo; distancia que se manifiesta especialmente por medio de la caricatura 0 ironia, En este sentido, como bien lo expresa McHale, DIL puede ser un vehiculo de fusién lirica del narrador y el personaje o un medio por el que evidencia su total disociacién o diferencia con él.” A partir de la novela psicolégica en especial, DIL se ha convertido también en uno de los recursos mds importantes para la expresién de procesos mentales del personaje, de sus suefios, meditaciones liricas, estados alucinatorios 0 cargados de intensa emocién, etc. que, manifestados tal como ocurren en la conciencia del personaje, aparecen incorporados en el flujo narrativo y, al mismo tiempo, some- tidos a un cierto control por parte del narrador. A esto es lo que Guiraud lama realismo subjetivo (1976: 86). La eficacia funcional de DIL como un vehiculo de expresidn de la conciencia, ha levado a algunos tedrico a limitarlo exclusivamente a esta funcién (Bickerton, 1954; Cohn, 1966; Banfield, 1973; 1978a; 1978b). Asi, por ejemplo Banfield sostiene que DIL es ante todo vehiculo de pensamientos y aunque Ilegue a ser empleado para la transmisién de palabras no se trata de una reproduccién sino de un simple “eco” de palabras en una conciencia (“Even when a dialogue is presented in free indirect style, it is not understood as actual spoken words, but as words heard or perceived, registering on some consciousness, 1973: 31). En una posicién mds ajustada a la naturaleza de DIL, Dolezel asigna a este tipo de reproduccién tanto la funcién de representacién de contenidos de conciencia (mondlogo narrado), como la de expresién de cierto tipo de didlogos. El cambio de segmentos puramente narratives a mondlogos narrados produce en el lector, segiin Dolezel, “an impression of the simultaneous unfolding of two fictional strata, that of the extemal world (in narrative) an of the internal world of the character (interior monologue). A continuous and simultaneous confrontation of the ‘stream-of-cons- ciousness’ of a character with the surrounding enivronment or accompanying actions is thus made possible” (1973: 49). Con el empleo de DIL no solamente se logra esta interpenetracisn de reali- dades, sino que también se hace posible la conjuncién de segmentos narrativos y de segmentos locucionales del personaje. Esta confluencia de DN y DP, tan caracteris- tica de la narrativa contempordnea genera un dinamismo tal en que es posible aunar formalmente fragmentos de didlogos que han tenido lugar en espacio y tiempo disimiles. Los textos (22) y (23) ilustran claramente este aspecto. En el primero se combina DN con DDR, DDL y DIL y, en el segundo, se registran en DIL y DDR fragmentos de conversaciones que han tenido lugar en espacios y tiempos diferentes. La altemancia y confluencia de los distintos tipos de DP y DN constituye, de este hispanoarientatincisn estética y otros aspectos relacionados con DIL en textos expafoes e ispanoamericanos puede encontrarse en Dominguez de Rodriguez-Pasqués (1975, 1976), Lott (1972) y Verdin (1970). emne Parga sa DISCURSO DEL PERSONAJE st modo, uno de los recursos estilisticos fundamentales de que se vale Vargas Llosa para las mudas témporo-espaciales con que intenta una representaci6n simultanea de miltiples niveles de la realidad. IV En el modelo tipolégico de DP, tal como aparece en el Esquema 5, se parte de una distincién basica de las cuatro categorfas de DP mediante la aplicacién de los rasgos distintivos regido y oblicuo, propuestos por Strauch. La aplicacién tnica de estos rasgos distintivos no refleja, sin embargo, la dinamica que resulta de la interac- cidn de las categorias entre si y con respecto a DN. Un modo de superar esta defi- ciencia es agregando a dichos rasgos basicos aquellos que Dole%e! emplea en su tipo- logizacin de DN y DP. El modelo de Doletel es adoptado con algunas importantes modificaciones: a) se incorpora DIR que es excluido por Dole%el por considerarloun componente de DN. Hemos encontrado soportes tanto tedricos como empiricos que justifican la inclusién de DIR en una tipologia de DP; b) DDL es diferenciado de DDR no por marcas grificas, criterio seguido por Doledel , sino por el rasgo /-regido/, es decir, por la ausencia del verbo introductor; c) apoyados en textos de Vargas Llosa hemos asignado el valor de 0/1 a todos aquellos rasgos que pueden o no apare~ cer en una determinada categoria de DP. Esta representacion refleja, a nuestro parecer, con mayor claridad la fluctuante naturaleza de las formas de reproduccién indirectas, sobre todo de DIL. Un modelo tipolégico de DP como el que proponemos tiene las siguientes ventajas: (1) Hace evidente las relaciones que hay entre los cuatro tipos de discursos del personaje como componentes de una clase natural; (2) permite caracterizar DP como constituido no por categorias fijas y estdticas, sino como capaz de generar variantes que revelan la constante relacién dindmica que hay entre DN y DP; (3) muestra Ja funcién que cada uno de los tipos de DP mantiene con respecto a la gtadacin mimesis-iggesis, siendo DDL la forma mis mimética y menos diegética y DIR la menos mimética y més diegética; y (4), lo més importante, permite confir- mar la regla, postulada al cominezo de este estudio, la cual especifica para todo texto narrativo - desde el punto de vista locucional - la presencia potencial de dos discurso: el del narrador y el del personaje. Una secuencia en DIL, de acuerdo a dicha regla, no es consecuentemente un texto sin narrador, sino un texto en que confluyen dos voces, (la “voz dual” de Pascal, 1977): la del narrador y Ia del personaje. OBRAS CITADAS ‘Alegria, Ciro. Ea serpiente de oro. Santiago-Chile: Editorial Nascimento, 1946. Altamirano, Ignacio Manuel. ET Zarco, Mexico, D.F.: Porria, 1971. Cabrera Infante, Guillermo. Tres tristes tigres. Barcelona: Seix Barral, 1971 ‘Cambaceres, Eugenio, Sin rumbo. New York: Anaya, 1971. 32 MARIO ROJAS Cortézar, Julio. Relatos. Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 1972. Donoso, José. Casa de Campo. Barcelona: Seix Barral, 1978. - El obsceno pdjaro de la noche, Barcelona: Seix Barral, 1970. Fuentes, Carlos. Las buenas conciencias, México , D.F.: Fondo de Cultura Econémica, 1969. Garcfa Marquez, Gabriel. La increfble y triste historia de la cdndida Erendira y su abuela desal- mada. Barcelona: Barral, 1974. Ojos de perro azul. Rosario-Argentina: Equiseditorial S.R.L., 1972. Lépez Portillo y Rojas, José. La parcela, México, D.F.: Porriia, 1973. Marmol, José. Buenos Aires: Estrada, 1955. Prieto, Francisco. Caracoles, México, DI Joaquin Mortiz, 1976. Rodsfguez Larreta, Enrique. La Gloria de Don Ramiro. Boston: Health and Company, 1966. Rulfo, Juan, Pedro Péramo, México, D.F.: Fondo de Cultura Econémica, 1975, Vargas Llosa, Mario. Los cachorros, Barcelona: Lumen, 1976. La Casa Verde, En Obras escogidas. Madrid: Aguilar, 1973. -Conversacién en La Catedral. Barcelona: Seix Barral, 1973. -Pantaledn y las visitadoras, Barcelona: Seix Barral, 1973. Zeno Gandia, Manuel. La charca. Barcelona: Vosgos, 1978. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS Bal, Micke 1977 “Narration et focalisation.” Poétique 29, 107-127. Baldori de Baldussi, Rosa 1974 Vargas Llosa: un narrador y sus demonios, Buenos Aires: Fernando Garcia Cambeiro. Banfield, Ann 1973 “"Narrative Style and the Grammar of Direct and Indirect Speech.” Foudations of Language, 10, 1-39. 19782 “*The Formal Coherence of Represented Speech and Thought.” PTL 3, 289-314. 1978 “Where Epistemology, Style and Grammar Meet Literary History: The Deve- lopment of Represented Speech and Thought.” New Literary History 9, 5-454, Benveniste, Emile 1966 Problémes de linguistique géneréle, Paris: Gallimard. 1974 Problémes de linguistique géneréle, IT, Paris: Gallimard. Bicherton, Derek 1967 “Modes of Interior Monologue: A Formal Definition.” Modern Language Quarterly 28, 229-239, Booth, Wayne C 1961 The Rhetoric of Fiction. Chicago: University of Chicago Press. Buhler, Kar! 1950 Teorla del lenguaje, Madrid: Revista de Occidente. DISCURSO DEL PERSONAJE 33 Castello, Edward T 1979 “Modality and Textual Structuration.” PTL 4, 299-314, Cohn, Dorrit 1979 “Narrated Monologue: Definition of a Fictional Style.” 18, 1966, 97-112. Chatman, Seymour 1975 “The Structure of Narrative Transmission.” Essays in New Stylistics, Ed. Roger Fowler. Ithaca, N.Y.: Cornell University Press, pags. 223-257. 1978 Story and Discourse, Ithaca, N.Y.: Cornell University Press. Diez, Luis A 1972 “Conversacién en La Catedral- saga de corrupcién y mediocridad.” Homenaje a Vargas Llosa. Eds. Helmey Giacoman y José Miguel Oviedo. New York: Las Américas, pégs. 204-221, Dillon, George L y Frederick Kirchhoff 1976 “On the Form and Function of Free Indirect Style.” PTL 1, 431-440. Dolezel, Lobomir 1964 “Vers ta Stylistique structurale.”” Traveaurx linguistiques de Prague 1, 257-267 1973 Narrative Modes in Czech Literature, Toronto: University of Toronto Press, Dominguez de Rodriguez-Pasqués, Petrona 1975 BI discurso indirecto libre en la novela argentina. Pontificia Universidade Catolica do Rio Grande do Sul. 1976 “El discurso indirecto libre en la narrativa de Miguel Angel Asturias.” Estudos Toero-Americanos 11, 85-91. Ducrot Oswald y Tzvetan Todorov 1972 Dictionnaire encyclopédique des sciences du langage. Paris: Seuil. Ducrot Oswald 1978 “Structuralisme, énonciation et sémantique.” Poetique 33, 107-127. Femdndez, Casto M 1973 “La critica de Vargas Llosa.”” Cuadernos Hispanoamericanos 276, 474-495. Genette, Gérard 1972 Figures II, Patis: Seuil. Gryget, Mojmir 1976 “AContribution to the Theory of Literature.” PTL 1, 569-578. Guiraud, Pierre 1971 “Modern Linguistics Looks at Rhetoric: Free Indirect Style.” Patterns of Literary Style, Ed. Joseph Strelka, University Park, Penn; The Pennsylvania State University Press. Hernandi, Paul 1972 “Free Indirect Discourse and Related Techniques,” Apéndice de Beyond Genre, (Ithaca, N.Y.: Cornell University Press, pags. 187-205. Heuvel, Pierre Van den 1978 “Le discours rapporté.” Neophilologus 62, 19-38. 54 MARIO ROJAS. Jakonson, Roman 1969 “‘Linguistics and Poetics.” Style in Language. Ed. T.A. Sebeok. Cambridge: ‘The M.LT. Press, pags. 350-377. 1970 “Shifters, Verbal Categories, and the Russian Verb.” Selected Writings II. Le Hague-Paris: Mouton. Janik, Dieter 1973 Die Kommunikationstruktur des Erzihlwerks. Verlag Lother Rotsch Beben- hausen, Kuroda, S.-Y 1973 “Where Epistemology , Style and Grammar Meet: A Case Study from Japanese.”" Festschrift for Morris Halle, Eds. S. Anderson y P. Kiparsky. New York: Rin- hart and Winston. 1976 “Reflections on the Foudations of Narrative Theory.” Pragmatics of Language ahd Literature, Ed. Teun A. Van Dijk, Amsterdam: NorthHolland Publishing Company. Lott, Robert E 1972 “From Irony to Empathy and Ambiguity in Galdés’s Use of Free Indirect Style in Misericordia.” Studies in Honor of Tatiana Fotitch. Eds. Josep Sola- Solé, Alessandro S. Crisafulli y Siegftied A. Schulz. Washington, D.C.: The Catholic University of America Press. McHale, Brian 1978 “Pree Indirect Discourse: A Survey of Recent Accounts.” PTL 3, 249-287. Mancas, Mihaela 1972 “Notes pour une analyse distributionelle des styles du discours.” Cahier de linguistique teorique et appliquée 9, 99-109. Oviedo, José Miguel 1970 “Mario Vargas Liosa: La invencién de una realidad. Barcelona: Barral. Pascal, Roy 1977 The Dual Voice: Free Indirect Speech and its functioning in the Nineteenth- Century European Novel. Manchester: Manchester University Press. Otero, Carlos-Peregrin 1976 “Vargas Llosa, Teorfa y praxis.” Grial 51, 18-34. Prince, Gérard 1978 discours attibutif et le recit.” Poétique 35, 305-313. Rimmon, Shlomith 1976 “A Comprehensive Theory of Narrative: Genette:s Figures Ill and The Struc turalist Study of Fiction.” PTL, 133-62. Rousset, Jean 1973 Narcisse Romancier, Paris: Librairie José Corti, Schmid, M. Wolf 1973 Der Texttaufbau in der Eredhlungen Dostoevskys, Beihefte zu. Poetica Munchen: Fink, Simonin-Grumback, Jenny 1975 “Pour une typologie des discours.” Langue, Discours, Societé. Ed. Julia Kris teva, Paris: Seuil, pags. 85-121. DISCURSO DEL PERSONAJE 35 ‘Strauch, Gérard - 1972 “Contribution a l’etude sémantique des verbes introducteurs du discours in rect.” RANAM 5, 226-242. 1974 “Interpretations récentes du style indirect libre.” RANAM 7, 40-73. 1975, “Probléme et méthodes d'un étude linguistique du style indirect libre.” Tradi- tion et Innovation, Litterature et Paralitterature, Actes du Congrés de Nancy. Paris: Librairie Marcel Didier, pags. 409-428, Tamir, Nomi 1978 “Personal Narrative and its linguistic Foundations.” PTL 1, 403-429. Verdin Diaz, Guillermo 1970 Introduccién al estudio indirecto libre en espaitol. Revista de Filologta Espa- ola, Anejo XCI. Volofinoy, N.Y, 1973 Marxism and the Philosophy of Language. Trad. Ladislav Matejka y T. T. Titunik. New York: Seminar Press. Warning, Rainer 1979 “Pour une pragmatique du discours fictionnel.” Poétique 39, pags. 321-337. Weissman, Frida 1976 “Le monologue intérieur: a 1a premiere, a la seconde o A la troisiéme personne?” Traveaux de la linguistique et de litterature XIV , 2, pags. 291-300.

Vous aimerez peut-être aussi