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RESUMEN
1.- Introducción
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TERCER CAPITULO: DELINEAMIENTOS ESPECIFICOS
3.- Bibliografia
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PRIMER CAPITULO: MARCO CONCEPTUAL
1.- Introducción:
Edward Taylor, sostiene a cerca de ello lo siguiente ...―cultura es aquel complejo totalizador
que incluye conocimientos, creencias, arte, leyes, moral, costumbres y cualquier otra
capacidad y hábitos adquiridos por el hombre como miembro de una sociedad ‖...(Taylor,
1871: 25)
Siendo la expresión simbólica una de las más grandes manifestaciones del hombre en su afán
de comunicación y de trasmisión como parte del aprendizaje espontáneo y generacional. No
solamente a ello nos referimos al lenguaje y la escritura sino también las expresiones
simbólicas de trasmisión cultural, como son: la iconografía, el arte, la mitología, folklore, etc.
Erwin Panofsky a realizado toda una investigación respecto a los "Estudios sobre iconología"
en 1939, interrelacionando la iconología como una manifiestación directa de la concepción
simbólica. Definía la iconografía como: ..."la rama de la Historia del Arte que se ocupa del
contenido temático o significado de las obras de arte en cuanto algo distinto de su forma (...)
estudiado a través del "método iconológico", para ello se necesitan tres pasos: "descripción
preiconográfica" (únicamente sensorial), "análisis iconográfico" (identificación de las
imágenes, historias y alegorías contenidas en la obra, pero de forma meramente descriptiva,
no interpretativa) y "análisis iconológico" (donde se desarrolla la interpretación en función
del contexto histórico, cultural y social dilucidando la significación intrínseca o contenido,
que se aprehende investigando aquellos principios subyacentes que ponen de relieve la
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mentalidad básica de una nación, de una época, de una clase social, de una creencia
religiosa o filosófica, matizada por una personalidad y condensada en una obra"...
(Panofsky, 1962:110-125)
Es decir en toda cultura o sociedad se dá una interrelación interna tanto social, ideológica y
económica que precisa de un instrumento canalizador e integrador, en marcándose así el
―PODER‖ como instrumento de organización y liderazgo atribuido a una persona o grupo
de personas destacadas por diversas cualidades que posteriormente transmitirán éste poder
a sus descendientes de manera legítima.
Max Weber define al Poder como: ... “Es la probabilidad de que una persona o varias para
realizar su propia voluntad en una acción, ya sea en común o aún en contra de la oposición
de otros participantes en la acción.(...) El reparto del poder se vincula estrechamente con el
ordenamiento de un sistema ya sea legal, social o económico”... (Weber 1915:45).
Weber plantea que, imponer la propia voluntad dentro de una relación social, aún contra toda
resistencia y cualquiera que sea el fundamento de esa probabilidad quiere decir que ya está
presente el elemento de relación social, esto es la conducta plural entre los miembros. Es decir
la relación social que hay entre los miembros que han decidido integrarse para conformar y
relacionarse dentro de un grupo para actuar socialmente, lo que implica que deberán dejar de
lado sus individualidades y apegarse a la conducta que se ha establecido, las mismas que se
apegan a un orden legítimo con normas precisas como guía del comportamiento y con límites
de ámbito. Con lo anterior Weber atribuye al poder la sujeción a un orden legítimamente
establecido que garantice la conducta conforme a reglas pactadas. Afirma que el poder
político tiene su asiento sociológico en tres tipos de dominación: carismático (dioses,
semidioses, héroes, guerreros, caudillos, personas con cualidades especiales), tradicionales
(trasmisición del poder por herencia) y racional (democrática). (Weber, 1915)
En este caso nos limitaremos a entender el poder denominado por Weber ―poder carismático‖,
es decir el ―Poder‖ que necesita ser legítimo para poder transcender a los posteriores
herederos, para ello la manera más rápida y eficáz fue a través de lo subjetivo o divino
interrelacionándolo con lo humano, como fue el caso de los ―reyes‖ en todo el mundo
antiguo fue una de las formas de legitimar el Poder a través de la tradición oral y
simbólica, transmitida generacionalmente, lo que conocemos como los mitos, en los cuales
se explicaba de manera simbólica surrealista la obtención del ―Poder‖ de una persona o
grupo, de esta manera nace el concepto de élite (los escogidos o elegídos). Formándose así
una cosmovisión representada a través de la cosmogonía expresada en los rituales,
posteriormente denominado ceremonias o protocolos. Acompañándole a todo ello una
parafernalía apropiada para su ejecución.
Sostiene Sir J. Frazer: ... “La creencia de que los reyes poseen poderes mágicos o
sobrenaturales, en virtud de los cuales pueden fertilizar la tierra y traer otros beneficios a
sus súbditos, ha sido como partida por los antepasados de los pueblos. (...) El toque de
reyes, no es más que una supervivencia de un antiquísimo y primitivo rasgo cultural de las
tribus y clanes, considerándolos a sus jefes, chamanes, pastores, sacerdotes, reyes y
emperadores como sagrados con atributos especiales ante los que había que arrastrarse a ni
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se le podía mirar a la cara”.(...) La noción de un "dios-hombre" o de un ser humano dotado
de divinos poderes sobrenaturales pertenece esencialmente al período más primitivo de la
historia religiosa, en la que dioses y hombres eran considerados todavía como seres de casi
la misma clase y antes de quedar separados por un abismo infranqueable, que el pensamiento
ulterior abre entre ellos. Aunque pudiera parecemos extraña la idea de un dios encarnado en
forma humana, no es como para sorprender y sobrecoger al hombre primitivo, que ve en un
"dios-hombre" o en un "hombre-dios" tan sólo un grado más alto de los mismos poderes
sobrenaturales que él mismo se arroga de perfecta buena fe. No establece diferencia
demasiado grande entre un dios y un hechicero poderoso.(...) Ninguna clase social se ha
beneficiado tanto como los reyes, de esta creencia en la posible encarnación de un dios en
una forma humana. La doctrina de esta encarnación y, con ella, la teoría de la divinidad de
los reyes. ( Frazer 1854:pp120-125)
Plantea Jan Assmann que: ...“El rey llega a estar unido con conceptos cosmogónicos de lo
primordial cuando está en contacto con su origen, aquí este es un dios, no tiene su segundo
(igual), no existe otro antes de él de carácter temporal y no de lugar, o sea, el primero por
excelencia.(...) Los dioses habitan en las imágenes permitiendo la cercania con la población
manteniendose una interrelación inframundana, a través de representación y la mediación en
el estado, la religión, los mitos, ritos, imágenes y estatuas representando lo divino como la
fuerza del símbolo”...(Assmann, 2003:47)
Las sociedades antiguas tenían una religión politeísta siempre estaban vinculados intimamente
con un universo creado por dioses antropomorfos, zoomorfos, fitomorfos y amorfos
denominado panteón de dioses, lo que se conoce como ―religiones politeístas panteístas‖.
Los cuales son guiados y dirigidos por este panteón divino, siendo ellos los que tienen en
sus manos las reglas del orden univesal de la creación y del comportamiento del hombre,
pero que a su vez éstos estaban necesitados de los ofrecimientos u ofrendas hechos por los
humanos para poder subsistir, ya que no se les concebía como dioses omnipotentes. Lo que
Assmann lo denomina ― inmanencia o la primera aproximación a dios a través una
interrelación o simbiosis, expresados en la multiplicidad de sus formas según sus atributos‖
(Assmann 2010)
Una de las más representativas simbologías como se dijo anteriormente sería los mitos, en
primer orden estaría el mito de iniciación o entronización al ―Poder‖, para ello cada sociedad
a tomado diversas explicaciones y por lo tanto diversas representación simbólicas muy
necesarias para establecer las ordenzas y las reglas de la interacción de los miembros de cada
cultura o sociedad.
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Los mitos forman parte del sistema de creencias de una cultura o de una comunidad, la cual
los considera historias verdaderas. Al conjunto de los mitos de una cultura se le denomina
mitología. Cuanto mayor número de mitos y mayor complejidad tiene una mitología, mayor
es el desarrollo de las creencias de una comunidad. La mitología sustenta la cosmovisión de
un pueblo. Es a través de ella que se justifica la diferencia de trato para con sus reyes, reinas y
su linaje, por su origen era necesario establecer una relación muy íntima con los dioses,
siendo esta la que determinaba su jerarquía y linaje divino siempre estaba expresado a través
de los diversos símbolos y emblemas de poder interactuando con las diversos rituales basados
en la mitología. (Grimal, Pierre 2008/ Brisset, Martin. 2012 et.al.)
En este trabajo se tomará como estudio de caso a la cultura o sociedad Mochica, enmarcada
en su ideología y cosmovisión como medio de trascendencia o entronización del poder
expresado a través de su iconografía como medio integrador de su organización social y
política. Ya que es una de las sociedades más representativas de la costa norte del Perú,
siendo portadora de invaluables atributos tanto tecnológicos como ideológicos y de medios de
subsistencia.
El estudio está enfocado en su aspecto ideológico no por ello se pondrá de lado los otros
aspectos técnicos y culturales, ya que guardan una estrecha conección en su conjunto,
haciéndola aún más atractiva para el enfoque del estudio.
El trabajo está divido en cinco capítulo, cada uno de ellos contienen varios subtítulos
específicos de cada aspecto pero tratando de desarrollarse de lo general a lo más específico,
basado para ello en el método deductivo.
El primer capítulo está dirigido a establecer las concepciones más generales a cerca de
palabras claves dentro del trabajo, como son: Cultura o Sociedad, Iconografía y Poder, con el
fin de establecer una interrelación dentro de un contexto ideológico en la cosmogonía
prehispánica en este caso Mochica.
De igual forma se propone los objetivos del estudio, teniendo como objetivo principal llegar
a determinar la relación de la iconografía del ceramio GB 403 expuesta en la colección del
BASA del Instituto de estudios antropológicos de Latinoamérica de la Universidad de Bonn-
Alemania. Con otras expresiones iconográficas tanto de otros ceramios u otros objetos
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arqueológicos como así también los murales en las diversas construcciones mochicas,
relacionados con el tema principal a cerca de la trascendecia del poder.
En el quinto capítulo se dedica a los resultados alcanzados por el estudio y las conclusiones u
opiniones personales a cerca del estudio, de igual forma se determina sí el estudio cumplió
con sus objetivos y se debate la hipótesis. Finalmente como una parte de este capítulo está
considerado la bibliografía, la cual esta determinada de acuerdo a los criterios internacionales
para ello.
El valle del norte de la costa peruana es un área desértica, atravesada por la Cordillera de los
Andes tiene dos de las tres cuencas hidrográficas de Perú: la cuenca hidrográfica del Pacífico
y la del Atlántico. En la vertiente del pacifico destacan el rio Jequetepeque, Chicama, Moche,
Virú y Santa. En conjunto estos ríos irrigan la costa desértica del norte, los cuáles descienden
de la cordillera de los Andes hacia el mar, formando en su recorrido planicies aluviales y
sedimentarias en los conos de deyección en las proximidades del litoral permitiendo el
desarrollo de la agricultura y generándose fértiles oasis. En la costa norte el clima es más
cálido y promedia los 25 °C casi durante todo el año, mientras que más al norte el clima es
tropical-seco o más conocido como de tipo sabana tropical. Las regiones de Lambayeque,
toda Piura y Tumbes presentan precipitaciones que oscilan entre los 50 y los 200 mm durante
los veranos. Los inviernos se presentan cálidos aunque muy secos, rara vez la temperatura
baja de los 25 °C durante el día aunque baja hasta los 16 °C por las noches. En invierno se dá
la presencia de vientos en la costa debido a la presencia de la fría Corriente de Humboldt que
viene de sur a norte afectando el clima tropical que debiese darse a estas latitudes. Mientras
que los veranos son muy calientes y existen noches lluviosas. Las temperaturas rodean a
veces los 35 °C durante la tarde y la humedad se incrementa gracias a la intervención
momentánea de la cálida Corriente del Niño que viene de norte a sur entre los meses de
diciembre a abril. La primavera y el otoño mantienen temperaturas también cálidas que
oscilan entre 28 °C durante el día y descendiende aproximadamente a 19 °C durante las
noche. Respecto al litoral, este es muy rico por estar bañado por la Corriente de Humboldt o
Corriente Peruana que permite la abundancia del zooplancton muy apreciado por diferentes
peces, entre ellos la Anchoveta, bonito, etc. Considerada como el recurso potencial de
subsistencia para esta área. (es.wikipedia.org/wiki/Costa_(Perú))
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La cultura Moche o Mochica se desarrolla aproximadamente entre los siglos I y VII de
nuestra era (100 d.C. - 750 d.C.). En un escenario desertico de la costa norte del Perú donde se
encuentran los restos arqueológicos de sus templos piramidales, palacios, fortificaciones,
obras de irrigación y cementerios que testimonian su alto desarrollo tecnológico, una
compleja organización y una cosmovisión plasmada en su arte. (Castillo/Uceda, 2007)
Los Mochicas fueron una civilización prehispánica del antiguo Perú que perteneció al
denominado Periodo Intermedio Temprano. La tradición cultural del Estado Chavín fue
debilitándose y amalgamándose con otras culturas locales, surgiendo así los nuevos estilos
locales como: la cultura Vicús en la costa norte, mientras que en la costa central la cultura
Lima, en la sierra la cultura Pucará, Huaraz, y en la parte de la costa norte la cultura Mochica,
todos ellos se establecieron desde el periodo intermedios temprano hasta probablemente el
Horizonte medio, es en este periodo intermedio donde destaca la cultura Mochica en la costa
norte. Al desarrollarse esta cultura se conformó una confederación de señoríos o curacazgos
mochicas en los valles de Lambayeque, Jequetepeque, Chicama, Moche, Santa, Chao, Viru,
Nepeña y Huarmey, con un área total ocupada probablemente de 2708 Km2. Todas ellas eran
dirigida por un Cie-Quich (Señor), ayudado éste por poderosos curacas llamados Alaec
(curacas). Teniendo como los centros más importantes a Moche y Galindo en La Libertad;
Pampa Grande en Lambayeque.
El idioma de esta cultura fue el "Muchik", posteriormente adoptada por la nación Chimú y
hablado hasta mediados de la colonia, dejando algunas palabras en la costa norte hasta la
actualidad. (Castillo/Uceda, 1994)
Fuentes: (Mapa de la distribución del estilo Mochica en tiempo de Larco: Castillo y Larco
1994) es.wikipedia.org/wiki/Cultura_moche
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2.- Organización social Mochica:
Hacia el final del periodo Mochica, Moche Sur llegó a opacar el poder de Moche Norte,
conquistando territorios hasta Piuray Jequetepeque. Pero esta hegemonía fue breve, pues hacia
el 550d.C., esta sociedad sufrió serias transformaciones producto de severas sequías. Una de
ellas, de 32 años, probablemente fruto de una manifestación del Fenómeno del Niño, trajo
como consecuencia el desalojo de las partes bajas de los valles y el desplazamiento hacia el
interior del valle. (Dillehay, 2001) Esto provocó un nuevo resurgimiento de la clase Moche
Norteña y un debilitamiento de la Moche Sureña. Moche Norte, al final de superiodo, terminó
conviviendo con la cultura Virú. Los centros principales en Moche Norte fueron el valle del
río Jequetepeque (donde se halla San José de Moro y Huaca DosCabezas) y el valle del río
Lambayeque (donde se halla Sipán yPampa Grande).Los centros principales de Moche Sur
fueron el valle del río Moche(donde se halla la Huaca del Sol y de la Luna) y el valle del
ríoChicama (donde se halla el Complejo El Brujo). (Castillo/Uceda, 2007)
Respaldando a ello Donnan viene sosteniendo hace pocos años que:... “la goma que mantuvo
unidos a todos los Mochicas fue una religión de élite, controlada y propiciada por los
estados, un conjunto de prácticas ceremoniales comunes, donde las élites tenían el
protagonismo en la representación y teatralización de los mitos que aseguraban la
continuidad de la sociedad” (Castillo et al. 2008: 70).
Partiendo de la moderna tesis de Donnan, la cual expresa de manera más concruente respecto
a que el ―pegamento‖ que unió a los mochicas y evito la deriva cultural o que se instituyeran
como culturas distintas fue una religión de la élite, que estaría organizada en complejas
formas de gobierno, posiblemente en varios estados. Esta propuesta es lógica, cabal y
sustentada arqueológicamente, empero, levanta algunas incertidumbres. En concreto, los
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especialistas mochicólogos, han revelado que las élites mochicas parece que fueron bastantes
menos homogéneas de lo que se pensaba, como se manifiesta en sus patrones arquitectónicos
monumentales, tecnologías, cánones artísticos, estilos cerámicos e inclusive en las prácticas
rituales. (Castillo y Uceda 2008)
Por lo tanto, la materialización del poder que emanó de las élites heterogéneas y ambigüeas
serían el hilo conector de la sociedad mochica en toda la región de la costa norte, es decir se
caracteriza por haber sido procesos históricos diferentes más no independientes, entidades
políticas propias pero autónomas, fenómenos culturales complejos y estructuras sociales
jerárquicas heterogéneas, desarrollos temporales locales diferentes organizados en un poder
sociopolítico descentralizado conocido como jefaturas o cacigazgos.
La información etnohistórica y los tratados del siglo XVI, sostienen, que cada valle estaba
bajo el gobierno de un señor principal que concentraba todos los poderes, especialmente el
religioso. Esto ha llevado a pensar que los Mochica formaron un gobierno teocrático, en el
que cada reino se beneficiaba a través de un eficiente mecanismo de reciprocidad intervalles.
El mayor soporte de este planteamiento se encuentra en la cerámica y en los murales que
adornan los restos arqueológicos de esta cultura, donde los temas que se representan son
generalmente de orden religioso. (Franco, 2009)
Por último tenemos el planteamiento de Richard Schaedel, sobre la distribución del poder
estableciendo de esta manera las jerarquías para cada valle. ... “Existía una jerarquía en los
diversos tipos de poblamiento en que se dividia la unidad política multivalles mochicas,
clasificándose así: 1) Un gran centro ceremonial y político-administrativo que serviría como
capital, en el valle de moche. 2) Centros ceremoniales claves que servirían como
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subcapitales. 3) Centros satélites defensivos terciarios, ubicados generalmente en las partes
más estrechas de los valles. 4) Centrso ceremoniales terciarios en cada valle. 5) Pirámides y
edificios misceláneos”. (Schaedel, 1973:21)
Fuente: http://losmochicas.perucultural.org.pe/pdf/tll_266_269.pdf
Hablar del poder Mochica es estudiar las formas y diferencias de las elites Mochicas, en
diferentes momentos, así también como en diferentes situaciones políticas y bajo distintas
circunstancias, utilizaron la ideología, la economía, la política y la coerción para diseñar
estrategias para tener el control y legitimar su posición social. Algunas de las cosas de las que
podemos estar seguros, es que los Mochicas eran una sociedad elitista, donde las
contradicciones sociales y el acceso desigual a los recursos debían motivar desorden social.
Las interacciones políticas entre las elites de diferentes regiones deben haber sido
fundamentales para las estrategias de legitimidad. Los matrimonios entre los linajes reales
deben haber sido, hasta cierto punto, más efectivos que la acción militar. Una de las más
importantes de todas las fuentes de poder, es aquella que parece ser la más permanente y que
alrededor de la cual giran las demás fuentes, es la ideología y sus materializaciones en
templos y artefactos. Los Mochicas invirtieron más recursos en la construcción y
mantenimiento de templos que en cualquier otra infraestructura y dentro de estos edificios
desarrollaban rituales que, de acuerdo a la evidencia iconográfica y la información
arqueológica, requería la inversión de grandes cantidades de recursos. (Donnan y Castillo
1994)
La producción de artefactos rituales era una de las actividades más sobresalientes entre los
Mochicas y de acuerdo a ella se desarrollaban tecnologías y se creaban interacciones
comerciales. Era bajo circunstancias rituales que la guerra se convertía en una batalla
ceremonial y la tributación se convertía en una forma de contribución por el bien de la
sociedad. Las mismas elites Mochica se convirtieron en expresiones materiales de su sistema
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ideológico, siendo capaces de encarnar las funciones de las principales deidades y seres
sobrenaturales en las representaciones rituales. (Donnan y Castillo 1994. et. al. Alva 2004).
La élite Mochica estaba compuesta por hombres, mujeres y niños pertenecientes al linaje real.
Sus viviendas generalmente son grandes construcciones elaboradas con un diseño interior
para el uso cotidiano, como: dormitorios, cocina-comedores, salones, grandes patios y
pasadizos conectados con los templos. Las elites Mochica están claramente representadas en
el arte desempeñando funciones de liderazgo, como comandantes militares, recibiendo
ofrendas dentro de estructuras techadas, o como deidades participando en eventos míticos y
ceremonias. La evidencia funeraria e iconográfica coincide en presentar a las elites con
prendas extremadamente elaboradas, que comprenden no sólo finas vestimentas sino también
varios ornamentos metálicos: coronas, plumas, narigueras, collares, brazaletes y diversos
artefactos de metal como cetros, armas, banderolas y literas. Asimismo fueron enterrados en
tumbas reales ubicadas en pequeñas plataformas funerarias, generalmente en cámaras
rodeadas por finos objetos de metal, cerámicas, piedras semipreciosas y múltiples entierros de
criados. Los entierros de la elite no solamente eran ricos y complejos, sino que generalmente
incluían varios objetos con representaciones iconográficas y parafernalia ritual incluyendo
vestimenta e instrumentos que les permitían participar en ceremonias y recrear narrativas
míticas. Los entierros de los gobernantes Mochica en Sipán y de las sacerdotisas en San José
de Moro son algunos de los ejemplos más destacados de las elites gobernantes Mochica.
(Donnan y Castillo 1994. et. al. Alva 2004).
Seguidamente en rango se encontraba una clase social integrado por personas que no eran ni
ricas ni pobres: el pueblo. Este sector estaba conformado por pescadores, campesinos,
artesanos, mercaderes y soldados. Establecidos por especialidades dentro de cada área
ocupacional. Sus viviendas eran muy similares poco diseñadas y mínimamente decoradas,
presentaban dormitorios comunes, cocina-comedor-sala, patio anterior y posterior en
pequeñas dimensiones. De igual forma su vestimenta era simple y muy fina. El gran número
de entierros encontrados hasta ahora pertenecen a esta clase social Mochica. Sus entierros
generalmente están contenidos en pequeñas cámaras con nichos en la región sur (Mochica
sureño) y en tumbas en pozos en forma de bota en la región norte (Mochica norteño). Ellos
pueden incluir diversos objetos cerámicos, algunos de ellos incluso con representaciones
iconográficas complejas, pero pocos objetos de metal. Al parecer el pueblo Mochica tenía
acceso a las representaciones de ceremonias y mitos, pero no podían desarrollar funciones de
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liderazgo en sus recreaciones. Estos entierros con frecuencia contienen conjuntos de objetos
relacionados con actividades específicas, por ejemplo la producción textil en el caso de las
mujeres, o trabajos en metal en el caso de los hombres. Parece haber una representación
intencional de los aspectos funcionales de sus identidades al momento del entierro. (ibíd.)
La clase pobre Mochica es la menos entendida y estudiada, solo se registrado los estudios de
un cementerio de pescadores en Pacatnamú por Donnan y McClelland (1997) y las
excavaciones de pequeñas viviendas a los pies de Galindo de Bawden (1994) son los únicos
ejemplos de los establecimientos de la clase baja o pobre. En muchas casos los pobres fueron
tratados en formas totalmente distintas de los otros Mochicas, por ejemplo, en San José de
Moro, la gente pobre, en especial las mujeres y los niños, eran colocados sumariamente en
entierros poco profundos, con poca o ninguna asociación y al lado de áreas donde habían
estado trabajando en la producción de chicha. Sus entierros no corresponden en forma,
orientación del cuerpo o disposición de los elementos al tratamiento funerario de las elites o
del pueblo. Los niños pequeños son bastante abundantes entre este tipo de entierros, como si
los niños no hubieran sido incluidos en el status social de sus mayores y siempre hubiesen
sido tratados como pobres. En Pacatnamú se encontró un cementerio compuesto por 28
hombres, 27 mujeres y 29 niños de clase baja. A pesar de que este tipo de entierros están más
organizados en términos de posición y orientación e incluso la mayoría de ellos fueron
colocados dentro de ataúdes de caña, sus asociaciones muestran que a veces estos individuos
tenían un acceso muy restringido a los bienes y recursos. Las vestimentas muchas veces
fueron producidas con telas excesivamente utilizadas, trapos con múltiples parches. Las
viviendas de la clase baja, estudiadas en Galindo y otros lugares, son estructuras angostas,
construidas con paredes de piedra, ubicadas en la laderas de los cerros, con acceso limitado a
los recursos y muchas veces separadas del resto de las comunidades mediante muros. Es
probable, sin embargo, que estas viviendas de la clase baja fueran en realidad refugios para la
comunidad en caso de ataques. Se encuentra frecuentemente relacionadas a estas casas las
vasijas de almacenamiento, los contenedores de agua y las pilas de piedras para las hondas.
(Donnan y McClelland. 1997 y Bawden. 1994)
Se plantea una probabilidad que los Mochica pobres pueden haber tenido estrechas relaciones
con la tradición Gallinazo, o que incluso pueden haber sido poblaciones esclavizadas
Gallinazo (Shimada 1994).
Aunque esta hipótesis tiene muchas observaciones debido principalmente a la nueva visión
de Gallinazo como la tradición cultural subyacente, es decir, que todos los Mochicas fueron
Gallinazo en su tradición popular, algo que fue más evidente entre la clase pobre.
(Castillo/Uceda, 2007). Esto no quita el postulado que la clase pobre mochica estaría
íntimamente relacionado con la población esclavizada por las conquistas de expansión.
Fuente: : http://losmochicas.perucultural.org.pe/pdf/tll_266_269.pdf
La Huaca de la Luna es uno de los dos componentes mayores del centro urbano y ceremonial
de la antigua capital de Moche. Se ubica al este y al pie de una montaña aislada conocida
como Cerro Blanco, prácticamente al lado del río y a unos 5 km. del litoral. Se trata de un
complejo arquitectónico que tiene una extensión de 290 m. de norte a sur y de 210 m. de este
a oeste. Está conformada por las siguientes estructuras arquitectónicas: una enorme
plataforma ubicada en la esquina suroeste del complejo (Plataforma I); una plataforma más
pequeña ubicada en la esquina sureste del conjunto (Plataforma II); y una tercera plataforma,
intermedia en tamaño entre las dos primeras, que se encuentra en la esquina noreste del
conjunto y a un nivel más elevado que las dos precedentes. Estas tres plataformas que
predominan en el conjunto están articuladas por cuatro plazas dispuestas a distintos niveles,
distribuidas de la siguiente manera: una gran plaza de 180 m. de largo por 100 de ancho
ubicada al norte de la Plataforma I (Plaza 1) y donde debe encontrarse el acceso principal al
conjunto; una segunda plaza (Plaza 2) de menor tamaño y 3.5 m. más elevada que se
comunica tanto con la Plataforma I como con la plaza anterior; la tercera ubicada entre las
Plataformas I y II (Plaza 3) y que en realidad se puede subdividir hasta en tres segmentos, y
que se caracteriza por la presencia de un afloramiento rocoso pegado a la Plataforma II; y la
Plaza 4 que está ubicada al oeste de la Plataforma II. Las plazas están delimitadas por muros
de adobe de gran grosor y altura. Entre ellos sobresale el muro perimétrico que cierra el lado
sur del conjunto, formando un amplio corredor de 18 m. de ancho y unos 180 m. de largo al
sur de las plataformas I y II y de la Plaza 3. Este centro urbano Moche se le caracterizó por
estar nucleado en torno a dos edificios públicos de grandes dimensiones: las Huacas del Sol y
de la Luna, con sectores residenciales y barrios de especialistas. (Fig.1). (Topic, T.1977;
Canziani 1989: 103 y 104; Uceda/Mujica 1996: 86).
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(Arquitectura Monumental) (Arquitectura doméstica)
Utilizaron las embarcaciones para la pesca artesanales elaborados con totora, plantas propias
de las riveras de la costa, conocidos como ―caballitos de totora‖, siendo este un vehículo muy
necesario para la subsistencia de la población mochica. (Donnan 1968; Wilson 1985)
El canal ―La cumbre‖ en los valles de Chicama y Moche, fue construido de adobe y tierra,
con una extensión aproximada de 113 km, permitió cultivar terrenos eriazos ubicados en
ambos lados del valle, e incluso llevar agua de un valle a otro, mejorando la carga hídrica, es
una obra pionera que recién hoy en día es superada por el moderno proyecto Chavimochic.
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Asimismo se encuentra el acueducto de Ascope en el valle de Chicama con una extensión de
1400 mts de longitud y 15 mts de altura, utilizando un aproximado de 785,000 de material
movilizado. Por último se halló evidencias y reutilización de la represa de San José en
Pacasmayo, actuallmente reutilizado como represa ―Gallito ciego‖. (Uceda/Castillo 2007)
Fuente: http://sanjosedemoro.pucp.edu.pe/descargas/articulos/Loscostanorte.pdf.
Como segundo punto tenemos la cerámica como uno de las manifestaciones de mayor
expresión tecnológicca y cultural de la sociedad Mochica. Los Mochica desarrollaron dos
técnicas alfareras, las cuales originaron dos vertientes, la primera técnica pictórica y la
segunda escultórica. En ambas técnicas se generó una ingeniosa plástica Mochica, debido a
la expresividad de sus "retratos" en arcilla moldeada, asimismo se encuentran también las
representaciones pictóricas plasmadas en los ceramios. A través de finos trazos perfilaron
figuras simples y escenas complejas donde los seres representados expresaban vida y
movimiento. La posición de los pies indicaba la dirección de los diversos movimientos como:
quietud, caminata, carrera o baile; si el torso está inclinado hacia adelante sugiere velocidad,
mientras que la posición de la cabeza implicaba reverencia o dignidad. La discordancias
anatómicas espresadas en las figuras se combinan partes de frente y de perfil para darle mayor
movimiento, asimismo la perspectiva se establece reduciendo el tamaño de las
representaciones distantes y agrandando los más cercano. Muchas veces, se recurre a separar
paneles horizontales que indican diversos planos, superior o inferior de un piso. El rango e
importancia de los actores se determina a través del tamaño, atuendos provistos y esmero en
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la pintura dentro de la escena, como ej: los señores eran siempre representados más grandes,
mejor ataviados y más nítidos que los hombres comunes. (Larco, 1960)
Sostiene al respecto Rafael Larco Hoyle: ... “La Artesania Mochica fue básicamente de color
rojo sobre crema y excepcionalmente en color naranja y algunas en negro ahumado
transparente. Los llamados huaco retrato o cerámios escultóricos, son esculturas de retrato
de individuos o representación de personajes con sus respectivas funciones y diversas
manifestaciones emocionales. Otras cerámios tienen forma más utilitarias com: tazas, ollas
esféricas, vasijas cerradas con gollete cilíndrico, vasijas cerradas con pico, cuencos,
escudillas, botellas con asa estribo, siendo uno de los característicos los cancheros (ollas
cerradas con mango lateral cónico) y callahuas (botellas con asa estribo). La limitada
variedad en el desarrollo de la cerámica Mochica indica un desarrollo artístico
marcadamente estable. Otro aspecto son las representaciones de escenas pintadas a manera
de tema, siendo las principales las escenas de la vida real, pesca, recolección, cacería, y
escenas de combate. Por otra parte, también hay escenas mitológicas, donde se puede
encontrar figuras antropomorfas, seres encarnecidos o feroces, así como distintos aspectos
de la vida secular, la vida sagrada, lo común y lo privilegiado de este pueblo. Con el tiempo,
las cerámicas fueron cambiando en forma, lo que permitió identificar las cinco fases de
Moche”... (Larco, 1960)
Los estudios recientes dejan en claro que el arte Mochica no sólo captó todos los aspectos de
la vida cotidiana sino que graficó muy seguidamente imágenes y escenas significativas
referidas a eventos, temas ceremoniales constantes y probablemente mitos y relatos que
reflejan su concepción del mundo. Es decir se dió una selección más representativa del
fascinante mundo de imágenes gráficas conocidas como iconografía. La cerámica moche fue
realizada en la gran parte de los casos bajo estrictos controles de los grupos de poder. Los
Moche concibieron su cerámica escultórica y pictórica como un medio de refuerzo ideológico,
mediante el cual las élites representaban su cosmovisión y la difundían a las masas como
también sucedió con los murales moche con representaciones divinas o de sacrificios en la
Huaca del Sol y de la Luna, y en El Brujo. Las repeticiones en los motivos y la elección de
ciertos temas hacen pensar que había escuelas de ceramistas y que los artesanos tenían reglas
impuestas por los sistemas religiosos y sociales. Esto se ve reforzado si vemos que existen dos
grandes estilos en la cerámica moche, el de la cerámica de elite y el de la cerámica local. En el
primer caso el estilo no varía de valle a valle, lo cual confirma que la producción se realizaba
en centros especiales bajo cierto tipo de control. Mientras que el segundo caso, los estilos
varían según cada valle, es decir cada valle presentaba particularidades propias, pues el
control de este tipo de cerámica, más utilitaria y de menor calidad, era más laxo o poco
exigente. (S. Uceda/ J.Castillo, 2007)
18
Fuente: sanjosedemoro.pucp.edu.pe
Carole Fraresso: ... “ sostiene que tres metales y cuatro aleaciones se emplearon en la costa
norte del Perú durante el periodo Mochica (100 d.C.-800 d.C.). Como son el cobre (Cu), el
oro (Au) y la plata (Ag), desde el punto de vista arqueológico y metalúrgico. Las
consideraciones expuestas se fundan en el estudio de objetos metálicos de tradición Mochica
descubiertos en las tumbas reales mochicas principalmente de Sipán. (Alva y Donnan 1993) y
de los ajuares funerarios de los «gigantes» en Dos Cabezas (Donnan 2003). Sin embargo, los
objetos acabados no son los únicos vestigios dignos de interés para entender cómo se
organiza la producción metalúrgica de esta sociedad. La gran mayoría de los vestigios
metálicos proceden de contextos funerarios intencionales;(...) constituyen testigos muy útiles
de las actividades de producción. (Fraresso, 2007:159)
19
Patterson (1971), sostiene, que sin embargo, el desarrollo sistemático de este campo de
investigación lo debemos en gran medida al riguroso trabajo de Heather Lechtman, quien a
partir de la década de 1970 desarrolló la arqueometalurgia, que ofrece una nueva percepción
del estudio de los metales. La interacción de la ciencia y de la arqueología logró determinar a
partir de los índices tecnológicos tratamientos de superficies, técnicas de soldaduras o
identificaciones de metales o aleaciones en objetos del pasado. (Lechtman 1971, 1973,
1979a, 1984a, 1986, 1991a, 1994, 1996; Lechtman et al. 1975, 1982).
Asímismo han dado en los últimos quince años, una nueva concepción a las piezas metálicas
encontradas, por ejemplo, dentro del ataúd en la Tumba 1 del Señor de Sipán, los cuales
evoca una parafernalia ritual compleja, una estrecha relación entre el poder político y las
instituciones ideológicas en esta sociedad y, también, una estrecha relación con la
organización del sistema de producción. La correlación de la iconografía y las excavaciones
científicas de importantes sitios arqueológicos, como la Huacas de Moche en el valle de
Moche y El Brujo en el valle de Chicama, o Sipán (Alva y Donnan 1993; Castillo 1993: 69),
Dos Cabezas (Donnan 2003) y San José de Moro (Castillo 1996, 2000; Donnan y Castillo
1992, 1994) en los valles de Lambayeque y Jequetepeque.
La elaboración de estos metales no solo se puede observar como bienes que denotan símbolos
de riqueza y de rango o poder, sino que también se debe considerar el significado ideológico
del metal mismo, sin olvidar los probables rituales propiciatorios ligados a ciertas técnicas de
producción y las propiedades intrínsecas de los metales que son también propiedades de uso:
forma, color, sonido, resonancia, peso, maleabilidad, ductilidad, tenacidad y hasta olores.
20
Técnica del vaciado/ cera perdida
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Cultura_moche
21
3.5.- Técnicas Iconográficas:
Los estudios recientes dejan en claro que el arte Mochica no captó todos los aspectos de la
vida cotidiana y que graficó únicamente imágenes y escenas significativas referidas a eventos,
temas ceremoniales constantes y probablemente mitos y relatos que reflejan su concepción del
mundo. Una selección representativa nos aproxima a este fascinante mundo de imágenes
gráficas. Otro gran avance fue expresado a través de su Pintura Mural, hallado en casi todos
las construcciones monumentales en todo el territorio mochica, por ejemplo de ello tenemos
en la Huaca de la Luna y del Sol, como también el valle de cao en la complejo arquelógico el
Brujo, asimismo en zona más alejadas hacia el norte, como de Lambayeque se encontraron
varios monumentos arqueológicos en los que se aprecia pinturas murales. Las podemos ver en
El Purgatorio, situado en el sector noreste de Túcume; en Huaca Pintadade Illimo; en Huaca
el Loro, en Huaca Corte, en área de Batán Grande; en Chornancap, en la parte baja del valle
de Lambayeque y en La Mayanga. Lamentablemente por factores climáticos estas pinturas
murales se están deteriorando día a día. El complejo de Chornancap cerca de la ciudad de
Lambayeque es uno de los más singulares. En las paredes se encuentran pinturas murales que
reflejan temas relacionados con la agricultura y las cabezas trofeo, temas estrechamente
ligados al culto a la fertilidad, combates, eventos sociales, etc. (S. Uceda/ J.Castillo, 2007;
et.al C. Donnan, 1978)
22
El arte mochica permite así notificar y explicar al pueblo el rol de la élite. Se vuelve un
medio de comunicación privilegiado que impacta el subconsciente, transmitiendo un mensaje
claro del poder y del orden social. Este discurso ideológico se expresa sin palabras, pero con
códigos iconográficos precisos y explícitos que se convierten en un lenguaje. Siendo así, los
conjuntos arquitectónicos y sus adornos son dedicados al culto a las divinidades y a las
ceremonias asociadas. (Bawden, 1996)
Los primeros análisis físico químicos sobre murales mochicas permitieron adquirir
información sobre las mezclas pictóricas. El elemento colorante corresponde a un pigmento,
generalmente, de origen mineral. El único pigmento orgánico es fabricado con carbón de
madera de especie indeterminada, caracterizado en los sitios de La Mina y El Brujo.
(Bonavia, 1985; Franco et al. , 1994; Kakoulli, 1997; Sabana & Reyna, 1998; Bourgès, 1998;
Scott et al., 1998; Wright, 2002;2005).
23
(Mural representando al Dios Ai Apaec en la Huaca de Luna)
Fuente: http://www.arqueologiadelperu.com.ar/laluna.htm
24
Murales con frisos muy similares al de la Huaca de la Luna en el patio ceremonial de la
Huaca en Brujo. ( R. Franco 2003) Fuente: http://rutamoche.net/trujillo-complejo-el-
brujo.html
Fuente: http://www.arqueologiadelperu.com
Representación del mural de San José de Moro (Chepen- Jaime Castillo Butters 2007)
25
Fuente: http://chepencultural.blogspot.de
Los Mochicas concebían que la transmisión del Poder se efectuaba a través de un orden
cíclico en el cual intervendrían seres tanto míticos como personas reales, la secuencia de
dichos ciclos se desarrollaban dentro de estos dos mundos, unos representados por las
divinidades diurnas (mundo de arriba) y el otro por las divinidades nocturnas (mundo de
abajo). Formándose también oposiciones binarias articuladas para generación de nuevas
parejas (masculinas y femeninas), lo que a su vez desarrollarían el nuevo cíclo mítico.
... “Las parejas divinas interactuan con parejas humanas engendran hijos divinos, lo que
vendría hacer la interrelación de ambos mundos (mundo de arriba y mundo de abajo),
formando una “ simentría del espejo” o reflejante”... (Golte 1994)
Al respecto sostiene O. Silva, lo siguiente: ...“La cosmovisión dual, “es una forma de ver el
mundo que implica entenderlo como compuesto por una multitud de parejas de opuestos.
Desde la tierra hasta las aldeas, pasando por el cuerpo humano, los animales y las plantas se
entiende que todo tiene dentro principios que luchan entre sí y que, a la vez, se complementan
ya que la existencia de cualquiera de ellos es condición para la existencia del otro. Esta
multitud de oposiciones binarias consiguen, en conjunto un equilibrio dentro del cual la vida
es posible. El equilibrio no es, por supuesto, permanente. Hay infinidad de situaciones y de
entes materiales e inmateriales que atentan contra él y que logran alterarlo periódicamente,
así sea en forma parcial y transitoria”. (Silva, 1971:172)
26
Representación de una danza ritual con la pareja divina como partícipes de la festividad.
Nótese la diferencia en las trenzas y el traje de cada uno. (C. Donnan/McClelland, 1999)
Representación de una escena de sacrificio con los tres principales personajes (Señor
Mochica, el sacerdote y la sacerdotisa) (C. Donnan/McClelland, 1999)
Fuente: http://lambayequeactual.blogspot.de/2009/09/doncella-muchik.html
27
Ai Aepec
El Dios principal era Ai Aepec, pero existieron unas seis divinidades muy importantes. Los
ceramistas moches cuidaron mucho la representación de cada una de las divinidades. La vida
religiosa de la Cultura Mochica giraba y se regía por el culto al Felino, el que se encuentra
personificado en la divinidad de un dios supremo llamado AI APAEC, que representa a un
hombre con grandes colmillos, transformándose en animal, con un tocado semilunar. Se
refleja artísticamente a través de la representación escultórica y pictográfica, tanto en la
cerámica, metales, textiles y murales. (Benson, 1972; Hocquenghem, 1983; et.al.)
Los mochicas llamaban Aia Paec a la divinidad y Alaec pong a la piedra o figura que la
representaba. Otras divinidades eran Si (la luna), Ni (el mar), Fur (Iguana, dios de la muerte).
Los del valle de Chicama le rendían culto a su dios Chicamac. A pesar de que Aia paec era la
deidad principal, el culto a Si era el más extendido dada la relación de la luna con el mar y las
mareas (puesto que los mochicas eran esencialmente pescadores). Consideraban a la luna más
poderosa que el sol. Durante los eclipses lunares creían que la luna era atacada y había
grandes llantos, cuando pasaban hacían una fiesta celebrando el triunfo de la diosa. Ofrecían
muchos sacrificios a la luna, hasta sus propios hijos. Los habitantes de la zona de Pacasmayo
(Pacatnamun) rendían especial culto al mar y le ofrecían maíz y almagre. La práctica de la
magia estaba muy difundida. Los brujos hacían sacrificios en un cerro sagrado del valle de
Talambo llamado Coalechec. (Rostworowski, 1988)
El dios principal (Ai Aepec). Este dios está identificado con viejas herencias ideológicas que
vienen desde la época Chavín y complementadas con otras deidades, como la serpiente, el
cóndor o el águila como máximas expresiones de poder en todo el proceso cultural andino.
Cabe poner en claro que esta inspiración espiritual, fue determinada por su observación del
espacio cósmico. Hay una información antiquísima que AI APAEC, era una constelación de
estrellas.pero existieron unas seis divinidades muy importantes. (Hocquenghem, 1983)
Larco en 1940, ha sido el primero en considerar que una sola divinidad suprema presidía el
panteón mochica, y propuso llamarla Ai-Apaec, es decir, el poderoso, en el idioma muchik.
La probable presencia de una sola divinidad animadora con aspecto plenamente
antropomorfo, pero luciendo colmillos de una fiera, concuerda con sus planteamientos
teóricos sobre la evolución de las creencias religiosas durante la primera época, la época
Chavín, cuando según él, surgió la civilización andina y el numen supremo perdió
gradualmente sus rasgos arcaicos de felino. Probablemente habrá que seguir esperando por
una interpretación más precisa del complejo ceremonial. Por ahora me interesa remarcar que
al asociar los rasgos principales de las esculturas descritas, tenemos que aceptar entre los
mochicas la constitución de un universo sagrado, donde los dioses se expresan claramente a
través de la figura y el poder de seres animales. Para acceder a ese universo sagrado, los
hombres, a su vez, deben transformarse —a través de la ceremonia, del ritual o de la planta
sagrada— en esa suerte de numen animal que comparte el carácter devorador de los animales
predadores y, por tanto, participa de la primacía sobre los demás animales del entorno. En
términos políticos, queda la evidencia de que son los señores del agua, de la tierra y del aire,
es decir, los caimanes, los jaguares y las águilas, los que rigen como figuras ideales de un
28
poder y de una fuerza predatoria que los hombres intentan conjurar apropiándose de ella.
(Chaparro, 2000)
Planteando que el Señor de Sipán está asociado con un personaje sobrenatural masculino,
ataviado como guerrero, que preside la Ceremonia del Sacrificio, donde recibe una copa con
la sangre obtenida de prisioneros vencidos en batallas rituales (Alva y Donnan 1993).
Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Mitolog%C3%ADa_moche
30
Representación de la imagen tallada en madera del dios Ai apaec (Museo Larco – Lima 2000)
Fuente: http://www.slideshare.net/hugo80pastor/iconografia-mochica
31
Representación del dios Ai apaec guerrero y sacerdote
Fuente: http://www.slideshare.net/hugo80pastor/iconografia-mochica
Shi
Anne Marie Hocquenghem, sostiene que: ...―El oro representaba la derecha y la plata la
izquierda, el sol y la luna, el día y la noche, lo masculino y lo femenino, respectivamente.
También confirmó que en la cultura Mochica el culto a la luna estuvo fuertemente arraigado
y precedió a la posterior adoración al sol, entre otras razones porque la luna permitía medir
el tiempo con mayor amplitud y porque mientras el sol desaparece en la noche, la luna está
presente durante el día y la noche” .( Hocquenghem, 1980)
Siendo así la luna, era la diosa de la noche y del cielo nocturno en la cultura Mochica; el
zorro, símbolo de la media luna plateada. Aparece aquí sosteniendo dos escaleras
representando éstas la función mediadora entre cielo y tierra. El culto lunar era en esta cultura
muy poderoso predominando por sobre el del dios solar (Ai Aepaec- diadema dorada).
Los Moches adoraban a Ai Aepaec, el dios hacedor llamado también ―el degollador‖; a Shi, la
diosa luna y a Nii, la diosa del mar. Contaban el tiempo guiándose por la aparición de Fur, la
constelación de las Siete Cabrillas. El culto lunar estaba muy generalizado, consideraban a la
diosa luna más poderosa que el dios sol pues ella alumbraba de noche; de Shi dependían las
cosechas, se le atribuía el alboroto del mar y las tempestades, ella era una visitante del otro
mundo y castigaba a los ladrones. El templo principal de Shi se levantaba en el sitio ahora
conocido como Guadalupe y se llamaba Shi-An (casa de la luna). Los Moches practicaban los
sacrificios humanos y la sodomía religiosa. ceremonia nupcial, el sacerdote de Shi es
desvirgado por el sacerdote guerrero de Aiec Paec en el altar del templo de la luna, los seres
mitológicos que los rodean pueden ser representaciones de dioses menores o los alaeq que
presenciaban el acto. (Rostworowski, 1988)
32
Según los cronistas, En términos generales, cuenta Cieza de León: Era costumbre de los
Moches consagrar a sus hijos al servicio de sus dioses. Los nobles Alaeq consagraban al hijo
primogénito a Aiec Paec, si éste era varón era entrenado como sacerdote guerrero y si era
mujer era consagrada como sacerdotisa; el segundo hijo era consagrado a Shi, si éste era
varón era consagrado como sacerdote ritualista y si era mujer era consagrada como
sacerdotisa; el tercer hijo era consagrado a Nii; el cuarto hijo a Fur y así según el número de
hijos que tuvieran. No todos los varones consagrados a Aiec Paec llegaban a convertirse en
sacerdotes guerreros pues el entrenamiento era muy riguroso. El joven que conseguía pasar
todas las pruebas era armado guerrero y se le entregaba una macana como símbolo de que
había llegado a la edad viril, ésta ceremonia se llevaba a cabo cuando el joven cumplía catorce
años. El joven guerrero podía elegir entre regresar con su familia para tomar a una mujer
como esposa o quedarse por dos años más en el templo para convertirse en sacerdote
guerrero. Los varones consagrados a Shi eran educados en los ritos secretos a la diosa y en
las artes de curar con hierbas. Cuando un joven consagrado a Shi cumplía los doce años era
consagrado como sacerdote ritualista y presentado a los sacerdotes guerreros de Aiec Paec; al
día siguiente los sacerdotes guerreros interesados en el joven se daban cita en la explanada del
templo de Shi y demostraban sus habilidades en una danza-combate o cumpliendo una tarea
solicitada por el pretendido la cual consistía casi siempre en cazar un jaguar o un oso de
anteojos. El ganador desposaba al sacerdote de la diosa luna y los perdedores, si no habían
muerto durante la prueba, eran sacrificados a Aiec Paec. El sacerdote de Shi y el sacerdote
guerrero de Aiec Paec hacían ayuno de sal y de ají en sus respectivos templos. La ceremonia
nupcial se llevaba a cabo en una noche de luna llena, el sacerdote de Shi era desvirgado en el
altar del templo de la diosa en una ceremonia a la que solo podían asistir los nobles Alaeq. El
sacerdote guerrero de Aiec Paec no vivía con su desposado pero lo ―visitaba‖ cuando lo
deseaba. Los sacerdotes de Shi tenían prohibido salir de los recintos sagrados de la diosa
luna. Si un sacerdote de Shi no era pedido en matrimonio por un sacerdote guerrero de Aiec
Paec a los doce años, era presentado por segunda vez a los trece, a los catorce y a los quince,
si después de cumplir los dieciséis aún no era pedido se convertía en prostituto sagrado y su
virginidad era subastada entre los nobles Alaeq. (Ibid)
Cuenta la leyenda, Cuando el ejército de los invasores rivales iban a tomar el templo de Shi,
los pocos sacerdotes guerreros de Aiec Paec que quedaban se arrojaron desesperadamente
contra los invasores mientras que la sacerdotisa de Shi ordenaba a los sacerdotes de la luna
que tapiaran el templo. Cuando acabaron con los últimos sacerdotes guerreros y consiguieron
llegar al templo de Shi se encontraron con la sorpresa que las sacerdotisas, los sacerdotes y los
prostitutos sagrados del templo de la luna se habían emparedado vivos con sus riquezas y
ofrendas; por respeto a la diosa no profanaron el templo. que ellos no murieron sino que
huyeron usando los túneles subterráneos y consiguieron llegar hasta la región de los Chibchas
(actual Colombia) o que se internaron en la amazonía, la última palabra la tienen los
arqueólogos que aún no han excavado los tres últimos niveles de la Huaca de la Luna.
(Rostworowski, 1988)
Fuente:http://www.deperu.com/arqueologia/aiapae.html
34
Representación de la sacerdotisa (Diosa Shi Mochica) (Dibujo de: Kutcher 1958, Fig:3)
Fuente: axisarteiconografiamoche.blogspot.com
Fuente:http://www.deperu.com/arqueologia/aiapae.html
35
4.2.- El calendario ceremonial Mochica:
A modo introductorio se podría tomar las investigaciones de Anne Marie Hocquenghem: ...
“Los ritos colectivos andinos se realizaban en tiempo incaico, como en 1a actualidad, de
acuerdo a un calendario. ceremonial relacionado con un calendario de tareas agrícolas
(Guaman Poma de Ayala, 1936: 235 -260; 1 130-1 167) . Los cronistas no están de acuerdo
sobre los nombres de los meses del calendario inca ni sobre 1a cerrespondencia‚ entre éste y
el calendario espafiol (Rowe, 1946: 308) . No es fácil de establecer, además, 1a correlación
entre el calendario ceremonial andino y el que rige las tareas agrícolas, porque en los Andes
los momentos propicios para siembra varian de una región a otra y según las condiciones
naturales puede haber dos y hasta tres momentos de siembra. Si se considera el calendario
ceremonial este está tan bien adaptable al calendario agricola de 1a costa como a1 de la
sierra ya que cuentan con dos estaciones , una húmeda que empieza en noviembre y termina
en abril y la otra seca que empieza en mayo y termina en octubre, con la preparación de 1a
tierra en agosto y 1a última cosecha almacenada en Junio. E1 calendario ceremonial andino
está determinado por las observaciones de las pleyades que marcan el principio de la
estación húmeda, con su culminación en noviembre y el fin de esta estación por el medio del
mes de abril . Su reaparición es a principios de junio que marca el principio de 1a estación
Seca del año. Está tambiän determinado por las observaciones solares de los solsticios y
equinoccios que, en relaciön con observaciones lunares permiten definir el comienzo de los
doce ritos anuales, asi como también por las observaciones de los pasajes del sol por el cenit
en febrero y octubre y por el anti-cenit o nadir en abril y agosto”. (Zuidema 1982 a-b en
Hocquenghem, 1983) .
Es decir que el mundo de los mochicas estaba regido por un calendario ceremonial que
emulaba el ciclo de la naturaleza, las estaciones, el movimiento de los astros y los principales
fenómenos naturales, como el inicio de la época de lluvias, los solsticios, equinoccios y
eclipses de sol y luna. En la Huaca de La Luna los sacerdotes y gobernantes Moches
celebraron las principales fechas de este calendario ceremonial, adornando estas pirámides
con bellos frisos y altorrelieves multicolores. Los cuales representan la ideología mágico
religiosa interactuando con las diversas actividades políticas, sociales, comerciales y bélicas
de la sociedad Mochica.
Según los últimos estudios realizados por los arqueólogos de La Huaca de La Luna: Santiago
Uceda, Ricardo Morales y Moises Tufinio, éste templo estuvo dedicado al dios Aiapaec. Los
antiguos peruanos relacionaban a objetos de la naturaleza (como cerros, piedras o ríos) como
poseedores de voluntad divina. Los cerros eran los proveedores del agua, muy necesaria para
la agricultura. El Cerro Blanco, sobre cuya falda esta Huaca de La Luna, era la montaña
sagrada de los moches. La Huaca del dios de la Montaña (Huaca de La Luna) tiene plazas,
patios, rampas y pirámides, todas muy necesarias para las ceremonias en honor a esta
divinidad. Muchos de los ambientes de esta huaca estaban decorados con hermosos frisos de
muchos colores.
36
Las imágenes en los muros tenían relación con los ritos y ceremonias practicados en dichos
lugares. El agua es escasa en la desértica costa peruana. Sin embargo los estrechos río, que
descienden raudos desde las alturas de los andes, irrigan fértiles valles en avenidas
estacionales. Pero este equilibrio es precario en los andes, pues los años de abundante agua
son sucedidos por otros de escasez total. Es por eso que para los moches era muy importante
predecir el comportamiento del agua, sujeto a la "voluntad" del dios de la montaña. Por eso
los moches consultaban oráculos, hacían adivinaciones y ofrendaban sacrificios humanos y de
animales para que de ese modo se pueda mantener el orden climático y la venida del agua.
Lo primero era hacer una ceremonia adivinatoria en donde los chamanes (sacerdotes)
consultaban, usando coca u otro alucinógeno como el catus san pedro (Echinopsis pachanoi),
cual será la voluntad del dios y que tipo de ofrendas exigirá. El dios de la Montaña pedía
sacrificios humanos. En las pampas desérticas próximas a Moche se realizaba una batalla, los
prisioneros serán sacrificados. Los que caían capturados eran despojados por sus captores de
todas sus armas y ropa. Luego eran llevados desnudos y amarrados a la gran plaza delantera
(Plaza 1) donde eran presentados ante los sacerdotes y el soberano. Un friso sobre la fachada
de la pirámide representa este momento. Subían a la cima de la pirámide por una larga rampa.
Luego eran llevados a una pequeña habitación en el patio trasero, en la cima de la pirámide,
allí eran adoctrinados por mujeres como una preparación para el sacrificio. Luego de varios
días eran sacados al patio en donde serán degollados. Este patio está decorado con frisos
donde destaca, al centro el rostro del dios de las montañas.
En el nivel más alto de la fachada de la pirámide está también la imagen, en cuerpo entero, del
dios de la montaña: aiapaec, también conocido como "el degollador" pues es frecuentemente
representado con un tumi (cuchillo) en una mano y una cabeza cercenada en la otra. La sangre
vertida por el sacrificado era depositada en una copa, y presentada al gobernante moche que
esperaba de pie sobre un altar. El Curaca (gobernante) moche ofrendaba esta sangre al dios de
la montaña. Desde la gran plaza delantera era posible ver lo que sucedía sobre el altar. Por eso
esta parte del ritual debió ser una ceremonia pública con la concurrencia de gran cantidad de
personas que observaban desde la plaza.
En otros momentos, otros tipos de sacrificios eran exigidos. En una plaza de la parte alta un
peñasco ha sido dejado (Plaza 3a), asemejando una maqueta del Cerro Blanco, que está a su
espalda. Sobre este peñasco los sacrificados eran desmembrados, en alusión a la muerte por
despeñamiento, un ritual practicado por los moches. Numerosos esqueletos encontrados en
este lugar corroboran esta práctica. Por varios siglos los moches celebraron el calendario
ceremonial y ofrendaron sacrificios al dios de la montaña, manteniendo de ese modo el orden
del universo (Uceda y Tufinio 2003; et.al. Bourget 1995-1996).
Estableciendo identidades rituales entre los miembros más encumbrados de esta sociedad. La
necesidad de reproducir los rituales como mecanismo en la construcción de la idea del estado
habría llevado a la creación de un sistema de permanetes y reformantes rituales, que en efecto
habría creado una suerte de estados arcaicos/teatrales Mochica. En el caso Mochica, parecería
que la escala de los rituales, su costo y su capacidad de afectar a una comunidad cada vez más
amplia se incrementó sostenidamente a lo largo del tiempo, y posiblemente a medida que la
sociedad se hacía más compleja.
Las sucesivas ampliaciones de los espacios rituales en las Huacas de la Luna y el Brujo son
evidencia de este crecimiento sostenido. No sorprende que algunos individuos hayan tenido a
su cargo la personificación de divinidades, héroes, o seres sobrenaturales en estos rituales.
37
Para este fin, estos individuos debían ser dotados de la parafernalia correspondiente
(vestimentas, adornos, artefactos) y necesarios para su ―performance‖*. Se ha discutido como
la evidencia a favor de que estas asignaciones fueron permanentes. Es decir Individuos de un
amplio rango de edades, desde infantes hasta adultos mayores, parecen haber sostenido estas
identidades, al menos en el momento de la muerte, lo que apuntaría que la asignación de una
identidad ritual fue permanente, y posiblemente que fue una asignación atribuida, es decir que
se reservaba para algunos individuos privilegiados desde su nacimiento. (Castillo/Rengifo,
2008)
El muro con el calendario ceremonial Mochica: detalle de las fases de la Luna y las
constelaciones en relación con los seres míticos. (Huaca de la Luna y El Brujo)
Fuente: http://www.arqueologiadelperu.com.ar/laluna.htm
*(―Espectáculo representado en directo ante un público, en el que se combinan diferentes formas de expresión,
como la danza, el teatro, la música, el cine y las artes plásticas; se realiza con espontaneidad e improvisación”
Diccionario Manual de la Lengua Española Vox. © 2007 Larousse Editorial, S.L).
38
Sostiene Donnan, que los mitos y ritos, como por ejemplo la ceremonia del Sacrificio creó
una suerte de mapa social, es decir que fue un ―modelo a seguir‖, en el que se definieron las
principales identidades ceremoniales en la sociedad Mochica, y consecuentemente las
relaciones de poder y jerarquía ente los miembros de la elite. Estos tenían a su cargo la
interpretación de los mitos a través de la personificación de identidades rituales y por
consiguiente una planificación tanto del tiempo determinados por la variaciones climáticas
como del lugar determaniado para su ejecución. Lo que se conoce como calendario litúrgico.
Representado en la iconografía naturalmente en los principales centros religiosos de todo el
área mochica, asimismo en los artectos ceremoniales.(Castillo/Rengifo 2008)
Fuente: http://www.arqueologiadelperu.com.ar/laluna.htm
39
El altar principal en la cima de la Plataforma 1 de la Huaca de La Luna. Aquí se realizaron
las principales ceremonial del calendario mochica. Abajo a la derecha, dibujo de la
representación de un altar pintado sobre una vasija moche. Textos, Fotos y Dibujos: Lizardo Tavera
Fuente: http://www.arqueologiadelperu.com.ar/laluna.htm
Asimismo los estudios realizados en la Huaca del Brujo, complementan las premisas
planteadas anteriormente por diversos investigadores del área mochica (S. Uceda, J. Castillo,
C. Donnan, A. Hocquenghem, DeMarrais, McClelland, Mann, Eling, et.al.).
Los trabajos de investigación arqueológica llevados a cabo a lo largo de varios años (desde
1990) por el PACEB: Proyecto Arqueológico Complejo El Brujo (PACEB) a cargo del
arqueólogo Régulo Franco, financiados por la Fundación Wiese y con el apoyo de la
Universidad Nacional de Trujillo (UNT) y el Instituto Regional de Cultura - La Libertad.
En el complejo arquelógico El Brujo se encuentran dos grandes templos: Huaca cao viejo y
Huaca Cortada, separadas por 500 metros. En la Huaca Cao viejo se veneró al dios Chicopaec
(Ai aepaec), el soplo vital de la vida y protector de los muertos. Cao Viejo es el nombre de
una de las más importantes pirámides construidas por los mochicas, fue el principal centro
religioso y administrativo de dicha cultura en el valle de Chicama (costa norte del Perú) y
posible par de las Huacas de Moche (El Sol y La Luna en el valle de Moche), junto con
quienes formaron dualidad, base de la organización religiosa, política y económica en el
antiguo Perú. También representado el calendario ceremonial mochica.
40
alimentación, era imprescindible poder conocer y predecir las temporadas lluviosas, pues en
la costa peruana los ríos son estacionales y se nutren de las precipitaciones pluviales que
ocurren en las zonas altas de la cordillera de los andines. Diversos fenómenos atentan
continuamente contra este orden natural alterándolo, produciendo años muy lluviosos o
prolongadas sequías. Sin embargo, estas alteraciones no se dan al azar, son el resultado de
ciclos que no son anuales (como las estaciones), si no que se repiten a intervalos de 30, 70 y
hasta cientos de años. La experiencia milenaria adquirida por los Mochicas al observar la
naturaleza les permitió entender éstos, aparentemente, caprichosos ciclos, y pudieron
identificar las señales que la naturaleza les ofrecía para su detección. Por ejemplo, la
presencia del Spondylus, molusco bivalvo de aguas calientes en sus costas de mar frío
significaba el calentamiento de las aguas marinas, lo que traería como consecuencia períodos
de fuertes lluvias, con desbordes de ríos, inundaciones y avalanchas (fenómeno de El Niño).
Por ello el Spondylus (conocido como Mullu) fue muy apreciado y era considerado sagrado.
Para garantizar que el precario y cambiante ciclo del agua sea predecible los Mochicas
desarrollaron grandes conocimientos en astronomía y ecología, llevando a cabo gran cantidad
de ritos y ceremonias propiciatorias, de agradecimiento o aplacamiento. Todo ello estaba
integrado dentro del calendario ceremonial, junto con otras actividades muy importantes
como el inicio de la siembra, la cosecha o las temporadas de pesca.
Las ceremonias propiciatorias servían para promover la continuidad del orden ya conocido,
las ceremonias de agradecimiento eran para cuando la naturaleza respondía al ciclo conocido
(como la cosecha, por ejemplo) y las ceremonias de aplacamiento eran para cuando el orden
se alteraba y se pedía su restablecimiento. Los sacrificios humanos fueron comunes en este
último tipo de ceremonias.
Todo lo anteriormente explicado sucedía dentro de la Huaca (la pirámide), en sus diversos
ambientes (como plazas, patios y recintos), por ello se considera que las pirámides mochicas
son la expresión física del calendario ceremonial y representan en pequeño a todo lo que
forma el mundo en que vivimos (en el que vivieron ellos): el cosmos. ((Franco, Gálvez y
Vásquez 2001b; 2003).
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Frontis de la huaca de Cao Viejo. Con los mismos frisos que los de la Huaca de la Luna
Fuente: http://www.arqueologiadelperu.com.ar/elbrujo.htm
Fuente: http://www.arqueologiadelperu.com.ar/elbrujo.htm
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4.3.- Los mitos y ritos Mochicas: (Basados en Anne Marie Hocquengheim)
Los Mochicas dejaron una enorme cantidad de información acerca de sus creencias y rituales
en sus detallados dibujos y esculturas. Creían que los seres vivos en la tierra tienen en el cielo
a sus progenitores, quienes se encargan de su cuidado y multiplicación, y que las estrellas del
firmamento y los animales o insectos representaban en nuestro mundo a dichas fuerzas que
movían a la naturaleza. No hay que olvidar que los Mochicas heredaron una larga tradición
cultural, bastante distinta de otras tradiciones en los Andes centrales. Desde las primeras
sociedades costeras del Precerámico Tardío al Cupisnique (derivado costero del Chavin), a
través de una serie de sociedades pequeñas y localmente circunscritas como Salinar y Virú.
(Castillo/Uceda, 2007)
Seler en 1923, propuso utilizar las informaciones etno-históricas y etnológicas para interpretar
las representaciones iconográficas prehispánicas. Siendo seguidor de ello Luís Larco Hoyle
en 1936-38 , basándose principalmente en la tradición etno histórica y la tradición oral para
interpretar algunas escenas complejas representadas en la iconografía de la cerámica mochica.
Por los años 1947, 1950 y 1958 Levi Strauss, Kutscher, Hissink, etc. Interpretaron la
representación de la serpiente en diversas escenas no solamente de la iconografía mochica
sino comparativamente con otras culturas andinas (Chavín, Tiahuanaco, Nazca, etc.).
Tomando con base las fuentes mencionadas anteriormente (etnohistóricas y etnológicas).
(Hocquenghem, 1983)
De esta manera pudieron darles una interpretación más ligada a la cosmovisión andina, ya que
muchas de estas escenas son representadas en casi toda el área andina en sus diversas etapas
evolutivas a través del tiempo. Como son: "carreras" ‚ "combates", "juegos‖‚ ―danzas‖,
―actividades cotidianas caza, pesca, agricultura, etc‖
Mientras que para A.M. Hocquenghem le parecia que le faltaba un análisis más estructural de
la iconografía mochica. Cuestionando así el trabajo de Carrión Cahot (1955;1959) Como no
se habian percibido las relaciones entre el conjunto de las representaciaciones, se han ido
aislado y clasificado temas perdiéndose así 1as similitudes de las representaciones dentro de
diversos temas sin poder comprender la representación importante del poder. (Ibid)
Se puede observar claramente que las escenas se encuentran entre el mundo mitológico y el
mundo real. ―La doble representación sistemática de las escenas, jugadas en un mundo
“fabuloso" y en un mundo "real". Los temas relacionados con aspectos "sagrados" de 1a
vida‚ conducen a establecer un paralelo entre la iconografiia moche y los mitos y ritos
andinos‚ Las representaciones "fabulosas" serian los mitos‚ es decir las acciones de los
ancestros y las representaciones "reales" serian los ritos, es decir las acciones de los
moches. Se puede entonces comparar la iconografía moche a1 conjunto de las informaciones
sobre los mitos y los ritos de los Andes”. (Dumezil, 1941en Hocquenghem, 1983:4)
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Valiéndose de ello Anne Marie Hocquenghem empieza una nueva interpretación de los mitos
y ritos de los mochicas, sostieniendo lo siguiente: ...“ Es válido en este caso ya que a pesar
de la distancia en el espacio y en el tiempe, y no obstante, 1a diferencia ecológica sabemos
que las culturas andinas, costa, sierra y ceja de selva han estado en contacto desde hace más
de cuatro mil años y que las creencias y costumbres que comparamos son las de agricultores
en una región en donde alternan una estación húmeda y una estación seca. Finalmente, es
fácil comprobar 1a permanencia apenas alterada de los mismos motives y símbolos en 1a
iconografia de los andes centrales así como los mismos nombres de algunos antepasados en
los relatos”. (Hocquenghem, 1983)
Los mitos y ritos andinos establecen paralelos entre los fenómenos naturales, como los astros,
las estaciones, la reproducción animal y vegetal y el ciclo vital y de la muerte de los hombre
relacionándolo todo ello con los antepasados míticos. Ellos se transmiten y se practican en
forma colectiva en un momento determinado del ciclo anual o de forma privada, según las
circunstancias de la vida de cada individuo. (Hocquenghem, 1983)
Asimismo plantean los arqueólogos Jaime Castillo y Santiago Uceda, lo siguiente: ... “Es
obvio que los Mochicas no estuvieron solos en la costa norte, sino que interactuaron a lo
largo de su historia con poblaciones de tradiciones locales y populares, comúnmente
denominadas Virú o incluso Salinar. Los Mochicas mismos aparentemente surgieron de este
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estrato antiguo y popular, cuando la irrigación a gran escala creó una nueva fuente de
riquezas. En una menor escala, pero igualmente importante para su configu ración e
identidad cultural, los Mochicas interactuaron con sociedades que surgieron al mismo
tiempo, como Recuay en las alturas vecinas del Callejón de Huaylas, Cajamarca y
Chachapoyas en la sierra norte y Vicús en la lejana costa norte”. (Castillo/Uceda, 2007)
Basando este trabajo en la descripción de los mitos y ritos establecidos por Anne Marie
Hocquenghem en su investigación realizada para su tésis de doctorado en 1983. Como
también en la interpretación realizada de los diversos temas iconográficos de las
investigaciones realizadas por el Proyecto Arqueológico El Brujo-Perú en 1990, el proyecto
arqueológico San José de Moro (2000-2007) y el proyecto arqueológico Huaca de la Luna
(2003-2007).
Los arqueólogos del PACEB han estudiado detenidamente estas representaciones, a las que
llaman "temas complejos", pues sobre cada uno de los tres muros decorados han identificado
siete diferentes historias o narraciones (temas complejos) que tratan sobre los orígenes y
fundamentos del mundo, así como sobre el orden y estructuración de la sociedad mochica
(Franco y Vilela 2003) .
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4.1.- La iniciación o nacimiento (solsticio de verano): (Anne Marie Hocquenghem)
Las escenas de carreras Mochicas han sido comparadas con las carreras rituales incaicas.
Después de la culminación de las pléyades* o su desaparición en el cielo. Antes del Solsticio
de verano, cuando empezaban las lluvias en los Andes y aumentaba el caudal de los ríos
costeños; cuando las plantas cultivadas comenzaban a brotar. Entonces se principiaban los
ritos de iniciación de los jóvenes guerreros. Los ritos del pasaje de la adolescencia a la
mayoría de edad, se celebraban cuando las pléyades y el sol estaban en la culminación de sus
respectivos ciclos anuales, cuando las plantas cultivadas estaban a medio crecer, cuando
empezaba la estación húmeda y cuando los difuntos habían vuelto cerca de las chacras para
cuidarlas hasta el fin de las lluvias. Los adolescentes que se iniciaban participaban en una
carrera, daban pruebas de su agilidad y de su vitalidad, bajando a toda velocidad de lo alto de
un cerro blanco (Huaca de la Luna). En caso de la sierra en una región inculta donde habían
pastoreado, con una espina en la mano, hacía el centro ceremonial. Hay indicios que al final
de la carrera tenían relaciones sexuales con las doncellas iniciadas. (Hissink. 1950: Kutscher,
1950, 1954).
Fuente: http://de.slideshare.net/argoperu/los-mochicas
*(Es el conjunto de estrellas jóvenes o una joven constelación conocida como las siete
cabrillas, se sitúan a una distancia aproximada de 450 años luz de la Tierra. Las Pléyades
forman una espiral dentro de la Galaxia de la Vía Láctea. Y la Galaxia gira sobre su propio
eje. Fue muy conocida en todo el mundo antiguo através de la relación mitológica.
(http://es.wikipedia.org/wiki/Pl%C3%A9yades_(astronom%C3%ADa)
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Fuente:http://de.slideshare.net/JMM/moche-diapositivas
Las escenas de combates han sido comparadas con los combates rituales incaicos, coloniales y
actuales. Después del solsticio de verano, durante el segundo mes de la estación húmeda, y
antes de lo que es hoy carnavales, cuando las lluvias fuertes enfurecian el caudal de los ríos
costeños (fenómeno natural el Niño), las plantas cultivadas crecían y los jóvenes guerreros
tenían que dar pruebas de sus fuerzas y de sus aptitudes para defender a sus comunidades
(Hissink, 1950; Hocquenghem, 1977).
Fuente: http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0718-71812011000200004&script=sci_arttext
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Las escenas de juegos han sido comparadas con los juegos o danzas rituales. Los cuales
siguen siendo celebrados hasta hoy después del equinoccío de la estación húmeda, cuando
desaparecen las pléyades. El sol pierde fuerzas, las lluvias se terminan y el caudal de los ríos
costeños dísminuye, las plantas cultivadas ya no crecen pero tienen que madurar y en este
período del año los difuntos tienen que alejarse de las chacras y volver al otro mundo. Los
jóvenes guerreros participaban en un juego que, según su desarrollo, permitía conocer las
voluntades de los difuntos en cuanto a la cualidad, a la cantidad y al modo de repartir la
próxima cosecha, se considerada como sus bienes del difunto. El mismo juego permitía
decidir, según la voluntad de los antepasados, de la redistribución de las tierras y de la
reestructuración de la autoridad. Según como iba avanzando el juego, se podía adivinar como
se realizaba el retorno de los difuntos en el otro mundo. Si este viaje resultaba fácil entonces
los difuntos se alejarian rápidamente, las lluvias no volverían y el sol maduraría los frutos y
las semillas germinarían, de lo contrario las lluvias seguirían y la cosecha se pudriría.
(Hissink, 1950; Hocquenghem, 1979; Harris, 1982).
Fuente:http://de.slideshare.net/JMM/moche-diapositivas
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4.4.2.- La fertilización de las pléyades (pasaje del sol por el núcleo):
Una segunda carrera ritual se celebraba después de la reaparición de las pléyades y antes del
solsticio de invierno, durante el primer mes de la estación seca. Cuando nacían las pleyades y
el joven sol, se cosechaba, nacía la nueva cosecha. Los guerreros recién iniciados
participaban en una carrera, traían de las tierras bajas, donde se encuentran las mejores
chacras, las semillas al centro ceremonial para almacenarlas. Los guerreros corrían dos veces
más en el año, pero con armas en las manos, antes de los equinoccios, en tiempo de sequía
para echar los males fuera del territorio y en tiempo de húmedad para acompañar las ofrendas
a los ancestros (Hocquenghem, 1983 ).
Fuente:http://www.gabrielbernat.es/peru/preinca/cultpreincaicas/dregionales/MOCHE/moche.html
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