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1. Culto en la monarquía. El culto del Templo.

La falta de un santuario dedicado a Yahvé aparecía como una


afrenta cuando David hubo consolidado su posición y edificó un
palacio para sí. (2 S. 7.2). No fue él quien edificó el templo, pero si
quien reunió los materiales, los fondos, y adquirió un lugar
adecuado (1 Cr. 22.8, 3; 2 S. 24.18–25). Salomón inició la
construcción en el año cuarto de su reinado, y el templo se
completó siete años después (1 R. 6.37–38)..

Con el establecimiento de la monarquía, el culto adquiere


características propias del estado. La cercanía física del templo y el
palacio también era una cercanía de intereses y de estilos.

El culto del templo era complicado, lleno de ritos y reglas estrictas,


siguiendo las normas de la vida palaciega. Surgen entonces
profesionales como los porteros, los cantores e instrumentistas,
mientras que la dirección y manejo del culto estaba en manos de los
levitas y sacerdotes.

Dinámica del culto del templo.


DIOS
Oráculo

Enseñanza Sacrificio

Funciones del culto del Templo:

a. Sacrificial: El Templo era eminentemente el lugar de los


sacrificios.
b. Instrucción: También se enseñaba la Torá.
c. Lugar para dar los resultados de los oráculos.
ii. LOS SACRIFICIOS Y LAS OFRENDAS

Desde los tiempos antiguos, una de las formas principales del


sacrificio era el holocausto, que es el nombre que se da a una forma
de sacrificio en que la víctima es totalmente consumida por el fuego
(Lv 1). En el templo se ofrecían holocaustos dos veces al día, uno
por la mañana y otro por la tarde. Una persona podía, además,
ofrecer un holocausto como sacrificio privado por medio de los
sacerdotes.

Sacrificios menos frecuentes eran los de la dedicación de un


santuario (2 S. 6.13; 1 R. 8.5ss; Ez. 43.18ss; Esd. 3.2ss), la
coronación de los reyes (1 S. 11.15; 1 R. 1.9), y los días de
penitencia nacional (Jue. 20.26; 1 S. 7) o de preparación para la
batalla (1 S. 13.8ss; Sal. 20).

La construcción del templo por Salomón dio ocasión para el


ofrecimiento de sacrificios de iniciación (1 R. 8.62ss), además de los
regulares (1 R. 9.25), pero como las fuentes que tenemos son libros
de reyes se refieren fundamentalmente a la participación real (cf. 2
R. 16.10ss), no tanto a la del pueblo. Sin embargo, la prueba de que
se efectuaba el culto diario la tenemos en 2 R. 12.16, y la frecuente
mención de sacrificios en los profetas y los salmos.

Entre las ofrendas de estación que se presentaban anualmente en


reconocimiento de la parte que le correspondía a Dios en la
productividad, se encontraban las primicias tanto de animales como
de frutos (Ex. 13; 23.19; Dt. 15.19ss; 18.4; 26; Nm. 18; cf. Gn. 4.3–
4; 1 S. 10.3; 2 R. 4.42), los diezmos, y las ofrendas de la primera
gavilla (Lv. 23.9ss) y la primera masa (Nm. 15.18–21; Ez. 44.30; cf.
Lv. 23.15ss). Su propósito posiblemente no era el de consagrar el
resto de la cosecha, sino el de desconsagrarla.

Todo pertenecía a Dios hasta que se hubiera ofrecido y aceptado la


primera porción en lugar del todo. Sólo entonces desaparecía la
restricción del uso humano del resto (Lv. 23.14, cf. 19.23–25). Aun
la porción que se ofrendaba generalmente sólo se presentaba en
forma simbólica en el altar, y después se retiraba para el uso de los
sacerdotes o para una comida ceremonial de sacrificio. Este era
también el destino final del pan de la Proposición que se ofrecía
semanalmente.

Isaías puede recibir su llamado en el templo (Is. 6), y Jeremías y


Ezequiel hallar lugar para un culto purificado en el futuro (Jer. 17.26;
Ez. 40–48). Este es también el sentimiento predominante de los
salmistas, que constantemente hablan de sus sacrificios de acción
de gracias en pago de sus votos (p. ej. Sal. 66.13–15). También
están presentes las expresiones de penitencia y de gozo ante el
perdón (Sal. 32; 51) y, aunque no se menciona a menudo el
sacrificio en estos contextos, probablemente debamos inferirlo
desde el momento en que se experimenta perdón en el templo (Sal.
65.1–5).

Si bien no es necesario considerar que todas estas referencias son


posexílicas, también es preciso recordar la queja de los profetas, en
el período tardío del reino posterior, de que a menudo el sacrificio
no iba acompañado del arrepentimiento y la penitencia.

Generalmente se entiende que el desastre del exilio trajo como


consecuencia un sentido más profundo del pecado, e
indudablemente es así (cf. 2 R. 17.7ss; Neh. 9), pero no como
afirma Wellhausen, que sólo entonces pudo haber entrado en la
religión israelita la nota expiatoria de Lv. 1–7 y 16. Las referencias
al sacrificio en los escritos no levíticos anteriores y posteriores al
exilio, aunque generalmente demasiado fragmentarios como para
decidir la cuestión, poco apoyan esta tesis. El gozo y la penitencia
continúan caracterizando al sacrificio (Esd. 6.16–18; Neh. 8.9ss).

En su tiempo, el Templo fue el lugar por excelencia de los oráculos.


Los oráculos eran respuestas en forma de consejo o de profecía y
era el sacerdote quien pronunciaba los oráculos (Dt 33:8).10
haciendo uso del efod1, los urim y los tummin2. El oráculo responde
poniendo en evidencia una de las suertes; es una respuesta con un
si o con un no que progresa por elminaciones y restricciones
sucesivas, cf 1 Sam 23:9-12. Este proceso podía durar mucho
tiempo, 1 Sam 14: 18-19. Se daba el caso de que el oráculo se
negaba a responder 1 Sam 14:37; 28:6, seguramente cuando las
dos suertes salían juntas. El uso de estas suertes decrece en el
destierro pues ya no había sacerdotes para manejar el urim y el
tumim, por lo cual no están presentes en el segundo templo.

EL TEMPLO DE SALOMON

Cerca del 965 a.C., el rey Salomón comenzó la construcción del


Templo en la parte norte de Jerusalén, sobre la era de Ornán, lugar
que probablemente también era llamado monte Moriah (2 Cr 3.1).
Aunque la construcción del Templo duró siete años, fue sólo parte

1
La palabra efod tiene varios significados en la Biblia. Un vestido que llevaban los sacerdotes (1 Sam
22:18; 2 Sam 6:14); una prenda especial para el sumo sacerdote (Ex 28:6-14;29:5; 29:2-7; Lev 8:7). Un
objeto de culto confiado a los sacerdotes para consultar a Dios (1 Sam 23:10; 30:8)
2
Sobre la base del supuesto de que Urim y Tumim eran dos objetos planos, cada uno con un lado por “sí”
y un lado por “no”, luego al ser sacados o lanzarlos fuera de la bolsa (cf. Pr. 16.33) un “sí” (dos Tumim) y
un “no” (dos Urim) y un “sin respuesta” (un Urim y un Tumim), resultan todos posibles.
del proyecto de un palacio más grande, que necesitó trece años
para terminarse. Se sabe poco sobre esta edificación, y el mapa
ofrece una reconstrucción en su mayor parte basada en
excavaciones de lugares y templos contemporáneos del Oriente
Medio.3

1 Re 6 2 Cr 3.1–14

Almacenes

3Strange, John, Atlas Bíblico, (Miami: Sociedades Bíblicas Unidas) 2000, c1999.
DEBIR: HEKAL:
Jaquin

Lugar Lugar ULAM ATRI


O
Santísimo Santo

Boaz

Mar

Mar

Ajuar del Templo

a. El atrio: Donde se hallaba el mar de bronce, que era una gran pila
sostenida por 12 figuras de toros, que servía para la purificación de
los sacerdotes y para lavar las víctimas.

b. Ulan: El vestíbulo.

c. Hekal: El lugar santo, la sala de culto. Aquí estaba el altar de


incienso, o altar de cedro; el altar de oro; la mesa de los panes de
oblación; el candelabro, el altar de sacrificio, o altar de bronce.

d. Debir: Lugar santísimo, o el santo de los santos, lugar donde


estaba situada el Arca. Piso más alto del templo, reservado a
Yahvéh. En el Templo de Herodes, entre el Hekal y el Debir había
un velo.

e. Propiciatorio: Tapa de de madera chapeada en oro, colocada


entre los querubines

f. Querubines: Figuras aladas; animales con cabeza humana que


representaban con el Arca, el trono de Yahvéh.
El Templo es un santuario real. De ningún modo significa que fuera
solamente una capilla palatina, o santuario particular del rey.

Historia
1. Su destino estuvo unido a la historia política y religiosa del
reino.
2. En el atrio tuvieron lugar la sublevación de Atalía, la
proclamación y consagración de Joás (2 Re 11); fueron
consagrados todos los reyes de Juda después de Salomón.
3. Los reyes tuvieron la superintendencia del templo.
4. Acaz cambio el altar de bronce de Salomón por uno que había
visto en Damasco (2 Re 16:10-16) con el fin de tener con qué
pagar tributo a Teglat Falasar (2 Re 16,17), y suprimio los
símbolos de independencia: el estrado y la entrada real.
5. Manases erigió en el templo altares a falsos dioses y Aserá (2
Re 21:4-7
6. Los reyes fieles lo purificaron de estas actitudes paganas.
Exequias desapareció el nehustan, ídolo en que lo israelitas
reconocían la serpiente de bronce del desierto (2 Re 18:4)
7. Después del descubrimiento del libro de la Ley Josías lo
purificó del culto a Baal y Aserá. (2 Re 23:4-12).
8. El Templo era el espejo de la vida religiosa de la nación.
9. Entre los auténticos creyentes había una corriente opuesta al
Templo.
10. El rey tenía poder sobre el tesoro del Templo.
11. Joás, rey de Israel despojó el Templo después de su
victoria sobre Amasías ( 2 Re 14:14)
12. El templo de Jerusalén tuvo tres épocas de esplendor
antes de ser destruido definitivamente por los romanos en el
año 70 d.C.

a. Primera época: corresponde al templo construido por


Salomón. La literatura judía lo considera el primer
Templo. Fue saqueado por Nabucodonosor, rey de
Babilonia (597 a. C.). Los babilonios lo destruyeron en el
año 587–586 a.C. y llevados sus grandes columnas y
sus tesoros como botín a Babilonia.
b. Segunda época: En 538, Ciro autorizo a los judíos a
regresar y reconstruir el templo de su Dios. Los primeros
desterrados restablecieron un altar en el antiguo lugar
(Esd 3:2-6) y comenzaron la reconstrucción (Es 5:16).Se
interrumpieron por negligencia de los judíos (G 1:2), y se
reanudaron bajo la dirección de Zorobabel y Josué (Esd
4:24-5:2); Ag 1:1-2:9). Estas obras se terminaron en el
515 a.C.).
Se sabe poco de este segundo templo, no se tiene una
descripción completa de sus planos ni de su
construcción, pero se sabe que tenía las mismas
dimensiones. Este fue, en sentido estricto, el segundo
Templo. En el año 169 a.C. Antíoco IV.Epífanes, rey
griego de la dinastía seleúcida, saquea y profana el
Templo con la supresión de los sacrificios legítimos y la
adopción del culto a Zeus Olímpico (1 Mac 1:44-49; 2
Mac 6:1-6) ; la abominación desoladora (Dn 9:27;
11:31). Esto da lugar a la rebelión macabea. Los libros
de los Macabeos detallan que Antíoco IV se llevo el altar
de oro, el candelabro, la mesa, el velo, las chapas de
oro, los vasos preciosos y los tesoros (1 Mac 1:21-24;
2Mac 5:15-16), lo cual supone que, aunque la
construcción era modesta, los utensilios del templo si
eran de gran valor. En 164 a.C. Judas Macabeo lo
purificó, construyó un nuevo altar, restableció el
santuario, el candelabro, el altar de perfumes, la mesa,
la cortinas y el culto, y en adelante se celebró Hannuka,
o Fiesta de la Re-dedicación o Purificación del Templo
(1 Mc 4:36-59). Cien años después, el general romano
Pompeyo tomó Jerusalén, penetró en el templo, pero
respetó el santuario sin tocar su tesoro, evaluado en
2000 talentos.

c. Tercera época: Comienza con la reconstrucción de


este templo por el rey Herodes en el año 20 a.C. Según
parece, el templo reconstruido por Nehemías y Esdras
era un edificio muy modesto. Los ancianos lloraban
delante de él porque no se les parecía al anterior (Esd
3:12-13; Ag 2:3), en cambio, el que reconstruyó Herodes
era espléndido. Por esta razón, en la literatura judía se
designa con el nombre de segundo Templo al de
Herodes. El templo los edificios anexos culminó en el
año 64 d. C. solo seis años antes de ser saqueado y
destruido completamente por Tito en el 70 d.C.

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