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iFriedrich Ratzel
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LA,GEOGRAFIA
r-+!--W POLITICA
v'i Co n"beptos Fu ndamen tal es
)
Textos escogidos y tradubidos det alemáii
po.r Frangois Ewald ; "
FOTOCOPIA NO COMERCIAL
Autorizada sólo con fines académicos
( Art. 47 - Ley 17.336 )
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I
iPrólogo
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política
+ la oeoorafía
De
a la geopolÍt¡ca
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I competencia en el plano científico, a tal punto que el cétebre propagandista wilhelm
Hübbe-Schleiden escribirá en 1879: "¿Acaso no es deplorable? Los medios que se
I
movilizan actualmente para el Africa central son distribuidos en una perspectiva
ideal, sín proyecto réal"2. Los universitarios alcanzan a satisfacer tan poco los
I objetivos pretendidos por la economía, que en 1878 RobertJannasch (194s-1919)
crea en Berlín la Asociación centralde Geografía comercial, para la promoción de
los intereses alemanes en el extranjero, con su publicación propia, E.<port (1879):
los geógrafos sólo juegan allí un papel secundario. si dejarnos aparte excepciones
como Ferdínand von Richihofen, cuyos viajes a China quieren conjugar las
.ard, aspiraciones del poder y de la uni.¡ersidad, Alfred Kirchhoff (por lo demás raramente
belícista), que se interesa en 1880 en la economía alemana en las islas del Pacftico,
o el famoso Theobald Fischer, especialista en el Mediterráneo, cuyo actlvlsmo
( marroquí terminará por motestar a su gobierno, losgeógrafos aF¡andonan el torreng
colonial a las grandes f]rm1¡. 5l¡:lo1er.*qrfpH:tea Friedrich Fabri en '[gZtL
, \, ¡'r' ' l'
1('._,
*.. pgfirlanese ala CÍgen dgl §íq:."¿Será necesario quéinclüso en éste campo nos
cgntentemos con ddr teóricosqu_e á6ú7ñüianffir paraE-u§o déEirá§liáñIo¡-6§?fd
Á¡a'tir ae ro§áii6l'leeo, uñ"ñlri or
atención a los problemas coloniale§. Ellos participarán en la lundaolóh del
Kolonialverein (Comiié Colonial) en'18d2 y de la Kolonialgesellschaft (Socledad
Colonial) en '1888. Pero ellos continuarán siendo allí minoritarios y se guerdárán do
sobreestimar la eficacia de su corporacíón hasta 1890: "Echan sobre todo lac baac¡
de la actividad de los polÍticos, de los comerciantes, de los admlnlstradore¡ y dt lot
oficiales..l Universitarios concienzudos, sirven como talesalagente do torrono oon
sus mapas (famosos), las estadísticas (precisas)que elaboran y loC llbros publlildOt
por ellos, destinados alas escuelas. Pero estos resuftadgsosimpj§[e.Lgug 9[9-q cffiil-885). siguen Estudlg d_e t9s espacios pol/ricos (1BO§) Egttdo
,
ilghns¡enoo,.fuildamentalmente,una@cq"a!plp-o-deL iñbre. todg, ta Geogra.fíq potítica, títuto qle se tornó cóíábr.;¿;
d6ne a srr 0ü3 3ggrallglüg nuevi§, Más. de.tos Estado', d,t;;;;;i;;7;-i;á;;;,;,
113': ,:::*o:l':? j1^,y:: 9:?g'!!'á
aúnMvíalapolíticaexteriordelReichenunsentidoabiertamente- o"-,:
T::"1?,,:::"i:-l1yllyi" :unynda.edición en reoe. Más aierante pubilca
lmperialista, elco!tingentede geógrafosque se incorpora, porejemplo, alFlottenverein Deutschland, tntroducció.n a una ciencia delpaís nata¿ oOráqu..á;#;;ffi;;
(ComitéAlem@osedi{ngueal!í9nynrolespecíficamente reediciones hasra el fin-de ra segunda guerra mundiar y qu.'.^r." piotunoamente
geográfic'o; estos F/otfeprofessoren (pro}é§ó-ñ§-dé Iá"FIóta), (qr.i§Básárrpór'lo aremana (1898). con €t Mar, fuente de poíeicia delosiueálos goo),
a la opinión
(l
Oerñáslilórla¿qiFs de moral, a una organización competidora, la Asociación Ubre que retomaba en lo esencial un capítulo de la Geograf ía potítica,
iatzel, aráoroso
para los Proyectos de Marina, 1899) se-acantonan en una función de siinRlg- patdario de una gra¡ flota aremana, hace eco a riMarlna. en
_tefurrzy ta vtda
prcpaganda;. expertos en el detalle o soÑiastO§Of§6§,"ñó-3ábían e-ntonces' et.seósrafo, cuyo ,.sunoó pá,fodo no dela
c o n st tu r é I. b l{ñ': tr u s t Oef fn_pq!-í!sg:-."
llrYly1 .T]E*§rsmSlumentat,
oe acusar un c¡erto misticismo, ásociará-.nuevamente_biogeograiía y geogratia
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huñáiá?'- - '
En gste contexto, un personaieparac§LAgelgX"cepg§¡r. .§e_traJade EfiCd!§I'
EaEet lrdF4i!o+):-l§u-iormacíóf ry1a¡lq9gLag-¿.tñ*é-ggs¡"ro.Iuizo prirñeio
;§rñ¡6; oe rarmaói a@ioói og iá Éri iié¡Aet6e rs, d on de a I
i*{ orñY*
ggggrgiSgoltlqa q-e--tB¡§l"oJma.así en.teoría,PQrQuelos conocimientoP ?c1,1-qtu-l?9"99." én rórmulaé demasiado globales.r2
se-gfgang,a0_auÍjlrc.dp*{p,rJe]aSq-e*sltén de-[.ooder- de. Estado .y de-.§uq.lgf.fna§,
territoriaies.
l¡J
I y la orientación resueltamente alemana de las leyes formuladas. Precisamente los
razonamientosmovilizadoresqile-eitán en e!-orjgcn.dqléxito ratzeliano, entre los no
en Africa central, a los esquimales, a los húngaros, los checos, los brandemburgueses,
§é:ó§ráfo;rsufre¡ un re[9*c..9s-g 91a.spédos de §g§le,
'Más
e.n la interpolación en los'
Wa§hington, Río de Janeiro, Buenos Aires y San Petersburgo, Palestina, Francia, ñámféiáireios, en la puá§iá'éntré páiéntesisr3. aún: se tos encuentra como
Alemania, Austria, Borneo, ltalia central en la antigüedad, Milán, Chartres,
"expulsados» en una serie de textos -prefacíos, artículos de diarios, conferencias-
Constantinopla y Viena! que constituyen elconjuntode circunstanciasdondelamatriz ratzelianafue elaborada.
Aryec,glsl-pg!1§?!11!gl!_o qg B-eB§l _en la...me_{iga misma de los o"hie[vqs que qe fij§
de ejemplos h¡stóricos es un el§Effñioes,i[ñdamé.1!g!n9$g,te99¡strui¡esesistemaymostrarquela Geografía
pp@capéimnec"¿a
#- , qErr,leJ:flo,.Hi.::flr.l1^?,r,.,:il
fPQlM,csBefIrBneqe-ap9§&q§Lo30ru?a.denc'laalemana». Esenesesent¡cloque
^"L5::i:::i':t§::::
esprrru numano no orspone, para fuertemente, de un método indeformable \ A oe-Üe oariá láiazon a Claude H'affffi tráñi:lóóalifica la obra de Ratzel como *un _.
p«i{ántasías i¡qiviouales y capaz dá resistir Victoriosameñ-té áL anáii§ii, es en váño 'i'|yr momentoepisteqg!¿frgpEilpry_e..]EA&giáfle;': láGeograflaPotltlcadapard
que los investigadore§ acumuleñ pacientemente m91¡-o-¡.9_s"_de l1eqhp- :..,n¡nguna [.L-r]eer una última tentativa académica de poner la geograffa al servlclo del Roldhr'.
\ Hay allí una «monumentalización,| -Oet ."b., g-rográfico que peca en dos
aspeEto§. Elláño puéde'éüfai"iruñ6af1b real: .Mientrás ei po§iOte, en las otras Hásta Ia primera g uerra mu ndiat, el Eptshjelqf án pefmmtco ¡o[l¡lameltg
ciencias de observación, tomar y analizar uno a uno hechos aislados o, por lo meRos, dív§idé?ntiti-§-rripos d6 inteieses (agrarios ultraconéáñadorer lprdot t lt burocracla,
grupos poco complejos, de los cuales e! observador captá la total¡dad sin demasiada. que reivindican un proteccionismo aduanero; pequaña y madl¡ne burguesfas
álficultad, en Iageografrg,p"91l.f,ntr!¡,á.toi¡gqhqsnoiepresentansínoen un e9-!?99 ¡ interesadas en la revolución permanente de las frontora! lntft- y axlraneclonales;
Oe agrupaÑénióiuüm, üe intérpenetraciónJg! que existen importantes B-osibilidapeg gran capital bancario e industrial que se alfan los unot oon lo¡ otro¡ logún el
d'e que algunos escapen a un análisis incluso m-i¡yebübió§o (...¡;".,'Los análisis
-
gegEf§g9rjg 9spa9Lo-9.11espac¡o, no se superponen pf)rconsiguienteiflña§Xada'
óxtáño que- la Geoijrdiia Política, que hace tanta iéTerehcia a toda sueñe de
COnflguraClones espaciales, contenga muy pocos mapas. Alseleccionar, por analogía,-1
12 Ver Jacques ANCEL, Geopollllct, Pr͡, I gOC,
rasgog comunes a los esoacios. Ratzel red¿9" d, .ll" l, r"alidrd .o, lrntl
13 Es de notar que entre lor no grógrrlor l¡. lryr¡ lrl¡¡llrn¡¡ ¡oñatlluym, lñ[taammla, cl?¡a
municiones..r.tóric¡!,, un¡vrrdrd¡r¡tsrobfL¡ln quf lff prmltf anmlE|'lÍtua ollalh,oa, b.
mismo¡ quc eubyrccn rn todr lr oblr drl grógtrlo,
0 V¡l Crmlll¡ VALLAUX, Geogralfa
ple¡
social, el suelo y el Estado, París, 191 1 , pág' 24. r4vercraucr.BAFFESIN, Putuntgoojnil.ülpcót,?Íf¡, llao,pff, llrLtobnd.R¡Ed ..
l0 lbk1lm, 21-22. un (mom.nto .pi¡l.mo6eioo,! li{!!! Or ru lnflt4üg,f{,nllfr lAa'r,igoqr,,tr l o d. .u
tl lDl(hm, ple,26. Polltlqcho Ooognphb l0oognlh fulü¡l\
14 15
m.qmento y las necesidades de reestructuración del sistema). Níngún gobierno, cruce de diagonales montañosas : la primera (s.o.-N.E.), de ta selva Negra en
€l§marck, Cáprivi o Bülow, sabrá sobrellevarperfectamente esta partición heredada Ezgebirge, de Basilea a Dresde; la segunda (N.o.-s.E.)de la selva turlnglá a los
?e la revolución «por arriba,. otra distorsión: la serie de discursos -raciales, montes de Bohemia, del Danubio. nagel_a§!gÉ.p9_rson§jggiente, toé gra_dos
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naturalístas, hístoriadores- de lógicas muchas veces incompatibles, que postulan
cada uno'una suerte de frontera ideal. Es, en fin, a partir de lugares diferente -
universidad, atlas y schutverein (clubes estud¡antíles), estados mayores, con
Bernhardi, Moltke y Schlieffen, sociedades con vocación económica, como el
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de ta historigqlqqg¡g -detimitación de una Alemania en táEoáo Medla?f utür
"pura"
:e#;Í13#l#3
fundamentales. El qeóqrafo no deiará de insistir en la división oeomorfotón iaa de
regÍones situa9as-entre los Alpes y la planicie det nortq, hqcha Oe mp¡taneq-stn
tac
rta las
Mitteleuropáischer Verein (sociedad centroeuropea)- que se formulan las !'¡gntada-s en el mismo sentido que los pafse§
reivindicaciones territoriales. espacr¿¡l ilé AEiriáiiáfiábríá p o r co n s g u ie n te,
i
VOCaCtOn «europea"t5 transformó, sin embargo, en uno de los territorios más enfeudados del lmperio. por
otra parte, los ríos como el Flhin y el vístula jugaban un papet primordial en las
comunicaciones entre norte y sur. No por consiguiente, prosigue Ra:a;el,
-se..debe,
ceJlqSfre]e gg!9fe d9l9: !91!o-19qPÍiJtF, a Alg¡uania con gre-.cla, y buscar en tá
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diversidad morfológicá"úñá causá uniláteral del "régimen» político: "Esta analog-ia
Si Deutlch tand, lntroducción a una ciencia del país natal marca lan
profundamente al público del Reich, es que subraya un punto esencíal desde 1870-
se fundzr¡ñ'p:líüítáinenIEéñ una cbnfeSidñlboñdiciones de§iáüórables tan enraizádas
.;n-9[,s@*ió¡hl{ánti_{-rc!9j_am¡ei1t9'p-ó-[tico"'s.f
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1871 : laguerrabismarckiana, porhabersancionadoformalmente la unidad alemana,
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no podÍagarantizarle la realidad. Edificarel Reich, no eratodavía unificarAlernania. evolución tornaría G
imposible. Se1lgllgf[¿-eflreG filósofos de tos pequeños y mEtlián-os
cg_fng._lgs
división"U$I I pái§
G
Estados de A[emania,
rania, interpretar
¡nterpretar la división"Uf
la humanidad en su conjunto.lFlatzel
pái§dómo una suerte de destino,
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rbas,, d--s [a ebístemolo0ía aldmana,
0
j
@ mafcadaplr,una trler§ié0lu0dffiental-enlre-lq§xaio§
p3íse*s_ del norte v e[ sur montañoso, la apertura (ausencia de-_trpnt_elas l1íUda{,_al un lrsmo exaceroado
_-.---
3
e-ste como aloeste, sisesube¡uevameniehaciaehone-yregio¡gr_s compactas, más
exiguas, mejor delimitádas cuando el ojo se desplaza hac,ia_e-1.-s_qr
pororia párté;"qGFerdo§Háb§Frli§6, fa Atrmaniá§eiitentrional constituia un país
(RáBéfreóuerdá;
\I
3
extranjero). Este eje norte-sur, continúa el geógrafo, corta nuevamente una
vectorialización de oeste a este, del Mosa alVístulá, cuyo efecto corrige la primera
oposición. La geografía del Reich revelaría, en fin, el grave inconveniente de un
Alemania: " ¡¿ razón profunda de la distorsión (nortq-su r de una recíqroco qulsB ofrg-c_g-¡ laS d_es.pol_e,Lciqfl_3.,Etfeich necesita de Austrh, pgf
débil capqci{ad para domiñaTé'l-e3pá@frEñ'fg a las tareas qggselabian londe pasa una parte importante de su comercio: "No dispone de vías de acctto
más cómodas en elAdriático y en las desembocaduiás del Danubio....,2r. y luego:
tiempo hacia ltalia y en dirección deleste; se debía, por el contrario, compensar las
"Dos Estados tan imbricados el uno en el otro están condenados a tener relacioneg
carencias "estructurales, oor uná meior administr?ción 9§lespacio. Y, una política pacíficas o bien, a acortar, por la fuerza, en la primera ocasión, una frontera común
tan multifocal no podía. justamñidlíÁremánia, te¡ar?eTávo?fter las tendencias desmesuradámente larga.zt.
centrÍfugas: "La hiperirofia de las marcas en el paisaje histórico, la plétora y el
despotismo, que ya no son hoy, felizmente, en lo esencial, sino secuelas del En resumen, elgeógrafo zanja en Puebtos y Espacios(18g4):
pasado.20. LosEmperadoresylospríncipesalemanescontaron conlayuxtaposición "Nuestro Reich
alemán es el coronamiento de una política de retención,?i. BaEel, que opone
de espacios demasiado diferentes, mientras la g'enSentradiceión entr:q ql inpsrjg_g-e categóricamente la accíón (concreta) a los discursos (de salón) irá hasta legitirnar la
, .-1a Edad Media y ios Estados que Io constituían no deiaban de exigir, escribe Ratzel, anexión de Alsacia de Lorena
y por
rázones exclusivamente militares:
"Si la guerra
) | uñánolución pragmática. gesde entón*6 ü§ de 1870 no hubiera tenido lugar, la mayoría de los alemanes habría encontrado el
'iI@iándesviarsup-o1íticaenelse.ntidodeunaconcentración
" d;ñA;ñffi-ni;ft¿eién¡a como sea'posible, desdá et punto dé ü§fa de"ta
" Fleich al cual aspiraban, perfectamente.acabado, incluso sin Alsacia"26. Y para que
| Alemania reallzara sú pitenc¡algeográficp, el imperio de los Habsburgo, ese cuerpo
\rn parcialmente extranjero, debía ser previarnente disociado.
dq,su terr¡torio, gracias a transferencias de población a partir de las regíones de alta tenitciriospolacos, sicampesinosaiemáneg novinieran atnstalarrc dll, ArlilOÉílt
densldad y, luego, una real colaboraciónde las.provincias chinas,hizo la expansión: debe enteriderse la tesis ratzeliana del primado territortatsobre lor rovtmfñEi
nLas diferentes partes del inmenso imperio contr¡buyeron en diversos Ejrados..."az. (intra)nacionales,talcomoladesarrollaeWRryfiFÜl¡llu,
Por lo demás, Ias regiones más pobladás no fueron necesariamente moyilizadoras, Jahrbuchde 190a): d¡rigentes "políticos» cuentan con Ia na¡Ttiiá?Eñ"d6i-tinltonó v
sln lo cual elalcance delfenómeno de emigración sería ¡ncalcrjtable. Sobre todo, no sobre t¡na redistribución cualquiera del poder entre las minorfas n¡olonrlti
China supo realizar una pacificación. Lg9 chinos. por eiemplo. gn las regiones porque, en última ¡nstancia, elprimerfactorsiempre gani;la existenctaOe Rumrnli,
m e ridion ales de Mo nso a y dg'Meng[grg-t e n Formosa, con struye rol!üEñld§,
I i
muestra Flatzel, se desprende de su cohfiguración alrpdedor del prout y eobrc lodo
rutas, abrieron escuelas. Ellos L""811-Uütáñtfsd-fá0tó? de del Bajo-Danubio, que [as grandes potencias europeas preferfan ati't¡utr a uni
¡4p
I nación de menor importancia por razones de equilib¡io -no de reagrupamlcnto
"sentimental" de los rumanos en elsur-este de Europá.
por eso que un gran número'de pueblos vecinos están íntimamente ligados a la
"Es
clvllización chiná, quedando, sin embargo, independientes"2e. Los historiadores de
Chlna, recuerda RaEel, pudieron por consiguiente mostrar que el cofóso chino se . Porylrapart-e,,,e-!Reích, aejemptode-*c-[i¡,a-Q-e-bj¡{-q¡pruebasde
"paclllsmo»cn
Je: lerritorios anexados: "Nosotros nos acercamos a ellos (los polaios)degdo cl'
edlflcó más bien por la implantación -comercio y agricultura-, que po¡ la conquista - p@,
.ru nQ-€Epdillga.' tos masureq tos lltsanos, lo¡
]r"-.:-:-_..:-:_
las tropas-. pblacos protestantes de Silesia so sotr
\ -^cenlralLaque
pasíón china del geógrafo se explica fácilmehte. El Reich, en la posición
1/ le es asignada, debe darse medios ggoestratégicos tanto más sólidos
( cuanto que está, en elóentro, ainenazado en dos frentes. La China se hace entonces
\ metáforalosdeinconvenientes
Alemania. Como el lmperiodet Medio, elflg1c¡gepgsggreensar-eo
de su situación geográfica. Y en
\espaclo Consideraciones
sus
r VU H-eáni et porqué Bstrarck quE , gonceder un statüs de autonomfE
--*i-a_]§--W§ggs.
ros Dotaco
?----aa---:--
Prusia habrÍa , en cierto modo, poi-§ije los lñt'0ros6§
rninoritarios fuesen preservados en elcuadro de un Reich consolidado. y elgeógrafo
resume:f«(,..) Hay, en lo que se llama lasvirtudes guerreras, tomadas separadamente,
Ir
una ausencia
auséncia de resultados
resuttados durables. unUn pueQlo guererqpuedejefriharjmpgrlgs,
pue§to guenerg
Todos los párrafos "comprometidos" de lstas afortunadas y Sueños, una serie de es capaz de fundarlos o de mantenertos (.:f,r.rfErpr6dsíción ratzeliana lncl'uso se
artfculos con carácter autobiográfico publicadosen Iafamosarevista nacional-liberal ra ersg am*eoioáóieói§Cb?t
(
Dle Grenzboten (El Mensajero de las Fronteras) van en ese sentido. Pero para el ñ,"ffidtróáñiérité;'tá tüón ior ta euat
Rek4-glt'-ca-q9-0$ald.adaio o i§.s-g§.s9s&[qlgn?-9xp?nsión cualquiera en ú
elj-qr-estg; "l-a idegCe.gue.elDanubtrn_anastlS-intdieses atemánes hacia elMar (,
Nsgrópérténece á una época de codicia ímpotente (...féfte¡¡Jatálgltii!_e mantsngf
Ñááia*r.,;irtáñece a .?,
deteota rasgos "mcingoloides» y una «media-Asia" al este del Saale, intiman a que nue pe ¡nteéraOa.Jla_ContlOeractón
!e pusblon las regiones. V@ Alemana, sin elAsla"¡¿. Por ?
eegÉflQal18e8) fe pori en
Eg{glglse hará cargo, por otra parte, de los puntos de esai?eifflñotáiá con ?
gntuslasmo que la comisión encargada por el Reich de delimitar ese espacio tuvo
éxlto, a flnes de 1897, en la "adquisición" de 89.204 hectareas en la períferia del
tl,
domlnio llngüístico alemán. De nada serviría, según Ratzel, haber anexado los 0,
30 Ver G/ücksnseln und Tráume (lslas aloftunadas y suaños), Leipz§, 190S, pá9. 397.
31 Ver Ole Chinesische Auswanderung op.cit. pá9. 260.
t,
27 Ycr Dle Chlnesische Auswanderungi Ein Beitrag zu¡ Kultur -und Handels- geographie (La
omlgrtdón chihe. Un apode a la geograÍfa cttltural y comerciaf, Breslau, 1876, pá9. 50.
32Ver Deutschland und das Mittelme* (Alemaniay el Mediternáne,o),en Oic Gnnzblrr, 'l8gg, Nr 44, ,l
pá9.205.
?llbÍdo¡tt, pá9.57. 3.3Ysr Polittschgeographische Rüd<bltd<e (Rctroapodllva plltlajoogrlllct), on Ooographbdrc l,
2l lbÍdcn. Zeit*htlft, 1898, pá9. 264.
20 21
, dice RaEel
-gxcluirsa
enteras como los .220.000 franceses de Alsacia-
\
\ ___--_+_.-: oeooráfico \
Et oaradioma _-*:-
quo manlllestamente no habría elegido si hubiera tenido la etección"34. Es por ello Günthei Buttmann, biógrafode Ratzet, nos enseña que et viaje a América fue
qu0' bruscamente,[la argumentación ratzeliana se torna contrad¡ctoria, cuando el de un íde-"óiffi§obre Ió3 iiétes de su-ófióio,36.
g eóg raf o quie re demo strar de so'eTil o u n to tE:vr-lá m e taosco t6o iA
r-@ "
a los
Kürt Haéáer[-iátzeliano;aurorde una mónuriii:nIá'l história de las Cóién'iá6áHiráñas,
¿acaso no presentaba ya los dos volúmenós de los Estados Un¡dos de América
todos sus cualidades, por defecto militar: "Las como la primera obra de un no-americano sobre la Unión que no pasaba inadvertida?
sin emóargo, poco se puso de relibve el título de ta segunda edición: ge.o§!:qfíq.
U n ido s d e A mérca. oue sancionaba iustame nte lá,.tffiffiffi¡-i
\§ CC
\I.-
las fronteras
--.
internas, dondé la'naturaleza se desvanece por abstracción
\
31Vrr A0cktlnrel4 op.clt., pfte. gS.
3t V¡l O/r Ahhotlrcho Aucwtnduung, op.cit., pág. 264.
(
\i
i\,
\:
38 Ver G0nther BUTTMANN, op.cit., pá9.47.
39 Ver Olc Vercinigten Staaten von Amerika,2a edición, Munich, 1893, ll, Politische Geographle dor
r\ Vereinlgten Staaten von Amedka unter besonderer Berúcksichügung der natúrlichen Bedingungon
3t Vrl Ob Chlnotlrchc Autwenderung,op.cit., pág. 260. und wirtschaltlicher Verháltnisse, (Geograffa pglfüca de los Estados lJnidos de Añétlc., cgn
t7 Vl H¡n¡ Uhbh WEHLER , Ktlconhcrde dee Kat*¡rebhs 1871-19t8, Góttingen, 1970.
ii'; espcial onsidereción de las condiciones naturales y de las rel*iones eanómicas), plg, 84.1!,
22
«¡natemátlca". Y,"trrás generalmente: "Hay errof geográfico cuando se quiere, a mundiales exige, es verdad, una solución; pero no la ruptura brutalde las realldados
!Érttr Oé:eiipacios restringidos, sacar conclusiones que vale n para los grandes"{. Es europeas. El geógrafo constata que en Europa central no se tardó en co¡pqg¡ger
$e, prosigue Ratzel, las dimensiones de.lggEs!adosul!9g§-!g^g{!.eleL1.e*s-e.pais- ta gestión ameiicana y qge tos Estadg:llenden a elto, há¡¡auna verdáfEráiü¡Cüfi.
u-n o niñiisrnaoe rm aile ñiEE'Iñ
¡ n §ggacls§-se S -ell!3rc*:iqs efáét-ds cóñ'ldffffli
,,-.o1@e lglrlp"l"q4!a"cjóft de hombres.un mnririento.onstante-queoperó+dme{9 ¡¡eEa.lomadar ellos van a buscar primero la combinaciín económica de cua
/ desde eleste aloes-!e*desplazaa laq ooblaciqnes;peninvq.rsamenleJosclirjge0Se.s fuezas{. En un prifiT6í-ti"e*mffi,- 1[§g_lglA sólo de protegerse del «pellgfo
.aryféfi6ffi6',,, sino d'e ir hacia un nuffi
/ an@mA;6iáñ;pü las m¡iiñáJÉ6ñs, oblisados a habilitarsu territsriq.e.qmo un dta iue-se
/ nffivrtariá?tos
u Esftl66üriidl§, áó ta er óg raro, a a con ce ntració n
ge I
lEUí6ñe éñtüi¡. por ro demás, ptensa
Lzlmn6ñfassuns¡. RaEet, esta Comüñiüáo d€-íñErcsésffdtajárá de ensancharse a térmtno cuando
"Europadel Oeste", es decir prioritariamente Francia, se inscriba en este proyecto.
I Hay más{los pro]rqqtosqgqesjta!É9¡ggs-dg lss-Estado,slloidoscorresponden-
a talla de su po-teñóíal "La doctrina Monroe no es un hecho aislado, menos aún un
la
friüióffi¡]ffi ¡óninEr"m-eiffi
u6iiríatreintapor-crentoclelesupelicie
del globo .y ser.ia !q1§-fn{gle-¡iblg,-_cu-alIg .qg.e se trata ahí, de una tuerza
(éO¡ñEiá6iá;;, todavíá-éubÑbtadá, en el nivet de cultui?_g.!9_ya-d4 Sin embargo, '.nUndial.Elgeógrafoncdejadereconocerelfenómenoinverso,deladescomposición
con'iiñtrá-ffiÉéi,los-Eatad;lunffis nci Ñán'sotos en este caso, con sus 142.000 6e,los impei-rolp,a_§ad,os_. Pero, en el hórizónte hi§tórico del paradigma americano,
--L '' *
km2. Canadá (AméricádelNorte britán¡ca), Brasil, Rusia, China, Australia, confirman cuenfá §obre-'a'*-'
la ineluctibilidad a término del proceso y saca, sobre todo para la
esa tendencia universal hacia la potencia mundial (Weltmachf), cuyos efectos se Mitteleuropa, una lección. De la Kleindeutschland al lmperio del Medio y hasta la
Weltmacht (gotencia mundial) BaEel, pordeslices sucesívos, eleva sistemáticamente
el Reich a ta dignidad -de un continente.
\Corer"io ¿e tmpev¡o-\
.l
rN o só lo s9,_s n-cgglllf_al¡, gil i- an
I alsglA*§g- _qo_¡l
u nlo ; esto val e
latzel ha comprend_i9.p:C"&glAn9fr,te.q-o-n !9s*h!S!oriadores contemporáneos
lqualmente para fenómenos de menor ¡mportancia y da, en unáéiápaiiɧ-éfáv*a6a,
-
nomobgtas en las cuaes IaS evoluc¡onBS COnCUeIOán»-. En aInDoS casos, Un
----- de ta c6l6-ñlñ66ñalemán4 §üé,por tiáog¡ 1¡_e_§4dmát t_ároe at.e§csóa¡p, nu¡óiál]
cilmEñ"ñ§ü ia histórica: "Por todas oartes las
É--.-.
(por venir) para América, potencias coloniales se -.._ -
telmundo (...).En breve, parecía
ooslas nfructíferas" (apesarde laausenciarelativadeislasen lasaguasamericanas). los últimos buenos
Sln embargo, y Flatzel volverá a ello en un texto consagrado a la Comunidad pedazos. Entre nosotros se había discutido bastante y era hora de que las palabras
Eqnómlca de Europ7 Centrat(19Q4), §glgg¡ggi |fÉfjg3. Rstomando el famoso fuesen seguidas por actos", escribe uno de sus discípulos's. Por lo demás, laraz6n
ergumento del calcifler Caprivi ante el Reiclistag (10 de diciembre de 1891);L"- de fondo de ello sería evidente: «Las grandes potencias siempre han sido potencias
goqglfiqcJglla el peso de la historia sobre los anüguos cuadros, qllepro¡Íp-q g!{e cotoniates. Tanto en Bosnia.como enrno-iá3ió16'1Gñania ólEliá--ascap'an-au*a
9sE:ey.-u,h*iog.'s_-pt l§--!*ne.¿i: .eo,ún h "rir¡f
a¡retjSi,ae-9ro 4q"Pdio háy p6on k§ru¡sgñ.
ddma§lá?lo-poco preocupados de la específicidad europea. Por lo demás, las e§tructurales del imperio alemán se mantienen a través de todo-el perfodo y sus
de_§q'Ini4ós--riiuéstian §rie;En cada etápá, gl HéÍch-renuevá su óesfasd, gomo q!.
egñfiilá- sF m pE-r1r@§e6§ raio está o-bsáéióñ áo o por está
razonar por «transacción". La competencia de las potencias
col1rulg!0n-a!er¡grdurante las tres fases que escandan, na9§.§-v-¡1-g§Q-e]§.iglor.!A.... -- territorios africanos del Reich en un plano
t,t¡UlotmañL I
c6@;üielf-ii:Eede-a-olenial,.alsmáTilÉmc¡áNá¡¡§i fiá oé Iea+ a I8e0, Africa es bien tindo, te exptica et S de ¿bllmür¡ 6i ff U r
mlrcada por la extrema reserva del canciller, que.jugará sobre todo la fiebre colonial mapa africano se encuentra en Europa. Hc alll Húlll, hl
contra la opqsicíón interna; una estabilización reticente hasta 1894, bajo Caprivi; la
lnstauración, con el magnate Hohenlohe-Schillingsfürst, de una era combatíva, a la
cualelemperadorGuillermo llacuerdasus favoresyque, apartirde 1897, continuará
acentuándose, cuando Bülow se hace Secretario de Asuntos Extranjeros.
Egkg|r*
wl-son§¡.guiente,,v-s-a'gp-9ga§-9,3*q§ms§1r,._eI*"qqino".e-l.acig!1,_._sggls__-t n,l"e-m"""qe.
En una pequeña nota consagrada a Franz Adolf Eduard Lüderitz (1834 - ñóiaál-g eóg ño'¡6¡üqE roñ de bases comcrclale¡;
desaparecido en 1886), ese comerciante-aventurero de Bremen, que había
desencadenado la ocupación alemana del sur-oeste africano en Angra Pequena, @ciones al in mbararir¡e
terio r, oe man erá-de ilese
@ta
oeEñ n, u na qracrQlr
Ellormás
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colonizaciónalemanaenesaregión. Pero,aquí,elinterlocutorsobrepasaampliamente
n rzacro co ns g
r
en¡rimerlu.gar para el secretariado de Asuntos Extranjeros»s. Ahora bien, la y el volta-neggo,+ara ir a fündar una estación cerca de la bajada hacia el Nfger, en
colnónízáción inglesa, alprincipio articuladasobre elcomercio, ilustraba precisamente sansane,Marigou, aunque la aventura (1894-95) haya conctuido con cierto frácaso:
el modo de empleo a seguir. Por ejemplo, en el Camerún, donde Bismarck cede a
"No es (por consiguiente) un apetito espacial cualquiera el que nos fuee a a penotrar
los ingleses el comercio con Nigeria y con elprimordial Benué, con una línea or¡ental en el interior de las tierras, sino una voluntad de habilitar orgánicamente nuestras
f) de dernarcación muy desfavorable, pasando al nor-este de Yola. En Posición y posesiones"ss; he allí, en su espíritu, una necesldad tanto más imperiosa, ya que los
Derechos de Alemania sobre elNíger(1897), Ratzel muestra que los británicos se países_ del
"Sudán,,, ricos y fértiles. tenderían «naturalmente" hacia el mar.
hSbfan «conteni4do,. cggq!¡q alto,la párte mas nálágáEffi
tode alemana sobre una esta
rvlsler aun, esra ¡ecrura raize¡tana qe tos movtmrenlos tngreses senata un pflnctpto
esáñc¡al de la estrategia británíca en los períodos en los cuales el Reich trata de
lnstalarse en Africa: es el b/ogueo espacialde la economía de un protagonista,
por una cartografía a la cual se
acantonado justamente en una preocupabión enteramente comercial. Gambia,
Slerra Leona, Costa de Oroy "¡¿gss" coñstituirían otros tantos eslabones de una
cadena que neutralizg la expansión competidora, sin que los británicos deban
obllgatoriamente intervenir con las armás. El impasse de la relación comercio- z-ñ
I La escala de las combinaciones )
espacio se verificará en 1890, bajo Caprivi, que sanciona la presencia inglesa en la
desembocadura del Volta sobre el golfo de Guinea y en un cuadrilátero que RaEel, muy crítico freüe a los oioneros, omite, sin embargo, discutir el plan de
flanqueaba al oeste elTogo alemán; unahparente equidad en el espacio ocultaba Carl Peters (1856-1918), según ef cuallos establecimientos coloniales se extendían,
en elfondoun fenómeno decisivo: paraamenazarelcomercio togolés (alemán), Gran a fines de 1 886, desde el cabo Gardafui en Bovuma, es decirdesde el Golfo de Adén,
Bretaña no tenía necesidad alguna de apropiarse, en lo inmediato, del conjunto de en el sur de la actual Tanzánía, y llegaban hasta las Comores, incluyendo el sur-oeste
la cugnca voltaica, le bastaba esperar_que el Togo se desorganizara a sí mismo, de Madagascar. Este aventurero ambícionaba la ocupación en el interior del Africa
Itento más, cuanto que el territorio disponía de una banda costera de las más de unas slndias alemanas", Que habrían cubierto más de 56.000 km2. Y el geógrafo
rcducldasl Desvalorí:ación a dlstiancia, aún, del territorio, en Esctarecimiento sobre deplora lá equivocación del Reich, que rechazó las ofertas relativas a Suazilandia.
al Alrlca OrienlalAlemana(1894),luego de la habílítación del ferrocarril congolés, ya Manifiesta un inmenso ¡nterés por el célebre Emin Pachá (alías Eduard Schnitser),
qug la colonia del Reich nó dará más el acceso al Océano lndico54. que a partii de.]876 trabaió para los egipcios, prímero en Sudán, luego en
"Africa-
Ecuatoríaf,,, bajo las órdenes de Gordon, y debíó, en razón de la insurrección
Slse recuerda que a mitad del año 1887 Berlín y Londres caían prímero sobre mahdista, pasar a Uganda. Eh un texto de 1904, Ratzel esboza el mapa, imaginado
unt no lntervención en los hinterlands respectivos de sus colonias, la hostilidad del por Emin, de un ímperio
gaógnlo gs torna aún fnás comprelnsible. Es en nombre del principio de la ocupación meridional del Sudán,
tlaatlve, por consiguiente ya rentabilizada comercialmente, que la Alemania Wi de I sq0p^rá freaal¿|pio¡-e-¡g; I El
bl¡mrroklana habfa suscrito este acuerdo que le prohibía la búsqueda de fronteras a, en esa el proyecto de atrávesar Africa por Monbuttu, para llegar al
m0lorag porotros medlos. Ratzel no se prívará de aconsejar a sus dirigentes reparar Hinterland carfierunés"s. Para comprender esta voluntad ratzel¡ana de hacer
resaltar los planes alemanes de Mittelafi4a, debe recordarse que para Caprivi, que
permahece en ese sentido bismarckiano, el imperativo de seguridad económica
55 Vqr Deutsch lands Stellung und Rechte am Niger (Posición y derechos de Alemania sobre el NÍget),
ea Oie Grénzboten,'1897, Ne 25, pá9. 548.
til V¡ Dhck ONQKEN, rbldem. 56 Ver Emin Pascha (Eduard Schnitzer), en All§emeine Deut*he Biographie, XLVlll, ¡elomrdo .n
t¡l V¡r Oout¡chetdtika ln hellerm Lichte (Alrica Oriental Alemana a una luz más clara), en Oie Klelne S¿triften,t. l, ed. Hans Helmolt, con una bibliogralta de Viklor HANTZSCH, Munlch y Brlln,
Otan¿0É,tm,l8e4, Ne4g. 1906, pá9.515.
,' ,'1
28
k'g/
sigue primandq "S¡ s-e quiere marcar un hito en la]-lggqqa ql qqlq4el general lo demás esencialen elplano corñbrcial¡, renunóiába en su favoralsultanatodl
Cáprivi, ét.apárécei, a la entre las desembocaduras del Djuba.y del rana, 'en la costa de los somalht
generalmente; les abandonaba Uganda, esa llave del Africa, para retomaf ll
incluso acentuar, la expresión deGravenreuth. La§
Las consecuencias eran evidentes: en 1896.
1886- Bismarck
predecesor.
r'--- - ya había corygggf a Gran rrr o
qel
Bismarck apostaba a Francia, que deseaba desviar de su espíritu de revancha cuá
en el este, contra los ingleses, pero evitaba ciudadosamente indisponer a los pg
británicosmoidiendo su imperio colonial. Ratze.l, que siempre subrayó el aislamiento uñá?rncrciún considerable; la Liga Pqngermanista será en gran parte fundada en
funesto en el cual ope rabán los exploradores alemanes del período (pre)bismarckiano, reacción al prime.r tratado que sacrificaba, no sin razones estructurales, el porvenir
seirrítaráaúncuandolelleguenlosPropósitoscolonialesdeTaverna(1895): el imperial del Reich al saneamiento -con¡ercio y administración- de sus colonias@. Por
canciller habría considerado ceder elAfrica-Orientalalemana a los ingleses, que, por lo demás, ía posi@sde elfnqmenlg de tos tratados
su parte, habrían llevado a los franceses, a cambio de concesiones británicas en la *camerunelelOe 1893, con lnglaterra, y qe 1894, con fiánc¡a. EñEI§rim-ár cá§6,
cuestión egipcia (y de algunas modificaciones dn la frontera lorena), a ofrecer sá:lñ[áGEstabtécer et trazádo definltivo con *Nigeria,. Los británicos, sin
Madagascar al Fleich58. Por otra parte, se sabe que Bismarck soñaba seriamente en embargo. éran favorables a un avance del Reich hasta la línea de partición de las
1889, en trocar partes del lmperio por la isla de Heligciand, en el norte de la aguas entre el Nilo y el Chari, por consiguiente, a una ocupación 'alemana de todo
desembocaduradel Elba, hasta entonces inglesa: por ejemplo, elsur-oeste africano sl «§uf,{¡,i 6entral para dar jaqub mate a las pretensiones francesas en la región. En
aparece en esa época como término del intercambio. Ahora bien, el tratado del 16 el ségundo caso, los franceses, sólidamente establecidos sobre el Congo y sus
de junio de 1890, por consiguiente ratificado bajo Caprivi, va en el mismo sentido, afluyentes, amenazaban en particularala ricaprovincia norte delCamerún, Adamaua,
incluso si el viejo canciller se ve tácticamente forzado a oponerse a é1. Un sólo hecho y, al mismo tiempo, disputaban a Alemania un acceso al lago Tchad. Se lnterpreta
nuevo, evidentemente de envergadura: [os sucesores de Bismarck velan ahora por la timidez del Fleich durante sus negociaciones como una maniobfa; las relaciones
una delimitación más coherente de sus colonias africanas. Manfred Sell entrega un anglo-alemanas se habían deteriorado desde el otoño de 1893, y atlzar el conflicto
buen resumen de la transaccióru otrece al Reich una colonia este-africana limitada franco-inglés era llevar diplomáticamente a los britán¡cos a acercarse a Algmania y
al este por el Océano lndico y al oeste por los lagos Victoria, Tanganyika y Nyassa; a Austria-Hungría: "(...¡ Resta la cuestión, sin embargo, de saber porqué elgobierno
el sur-oeste africano se ve atribuir un accqso aZambeze por la famosa banda de alemán, relativarnente confiado en el apoyó inglés en este asunto, adopta una actitud
Caprivi (en un lugar donde, sin embargo, la Arteria africana, más arriba de Victoria tan conciliadora,or. En efecto, el Reich lba a contentarse da un eccego alTchad, al
Falls, no. es navegable y contra el muy útil lago Ngami a lnglaterra). Sólo los Charíy al Sangha (afluente delCongo alSur-este) sin otras relnvlndlcaclones. Es que
Hinterfand cameruneses ytongoleses quedaban abiertos a una eventualpenetracién los alemanes,siempre bismarckianos, seapoyan en sudáblllmplrnt¡olón camerunesa,
alemana. En de sus fronterasen concentrada qn la región costera: "Desde el comlenzo ll mtnltostaron las
consecuencias negativas del principio alemán de determlnfr l0r llmltgs de su 4
i
expansión a partirde la rentabilidsd de los territorlos a adqulrlrrr, lguJ oomprobaclón
Como lo escribe, sín embargo , el Frankfurter Journatdel l g de junio de 1890: en 1897, durante.las negociaciones franco alemanas r propótllo df Togol cLAdch I
I
nLos ingleses limitaron a Alemania al território que ella siempre había considerado satisfará con las frcIüefas-existentos, a cambJglr a I
60 RecordcmorqurhllgrmlltntAllgmolnt0anúo¡Vtlll{ fi ll¡araila¡ttl¡lAMu¡uho¡ j
57 Vrr Olrck ONCKEN, op.cit., pá9. 33. Ve¡band ol t ¡ dr lullo d¡ I l9a. llfa .l aalrlh oblatUC aa La IhñlI fLñlltaa, añ pmhuhr ¡n
CiYt¡ KolonhloBlorycapráche(Declancionescolonialesdetabemal,en DieGrenzboten, 1895, Ne44. sud.Ardcr, r¡mltrr¡¡ r Hof¡t oñoNoli, oriltrltr lt Jurdim xüal'/,- ltlbú h h.
!9 Vu Mrnlnd S ELL, Dts Dcutach-elngllsdv Abkommen wn 1 890, über Helgoland und die alrikanischen colonln thmmt), PrdrÉoln, Munlolt, Vlmr, twbh, llll, I
Kobnbn ln Llútc dor dant*hen Presóe (El acuerdo ahglo-alemán de f 890 sobre Heligoland y laa 81 V¡r 0hok ONOKEN, op,oll,, plg, tlO,
' oolonlm ¡lürnm r l¡ luz d¡ lr pronca alemana).-terlfn-Bonn, 1926, pág.15. 02 lbldotn, pae. 12,
30 31
cortado el Reich de la rica Africa Centraf, éstátdea podía, eventualmente, retornar :¡ ü': I.
a le sup€rfic¡e. Los franceses, por lo demás¡hgJo hacen de otra manera. Elgeógrafo 65Se{"bequeelcélebre$anualdeWilhelm ROSCHERy RobeTtJANNASCH, Kotonien, Kotonialpotitik
und Aú§wanderung(Colonias, políticacolonialyemigración),1aedican, Leipzig, 1 848, no conbagra
rgcuerda que, desde 1885, Francia avanzáb'agin cesar de Porto-Novo (costa de los un capítüla,a Francia La apreciación en Alemania de la colonización francása, a menudo muy
Esclavos) hacia el¡orte, en dirección de ld frontera togolesa, y reclamó, luego de sus sewr{Yegítim4en cambio, las pretensiones del Reich.
campañas dahoméyas (1890-1894), la totalidad de la banda territorialdel Golfo al
* sig Qeüerfa decir . antagonistas» (N.d.l.T. f rarrcéscastellano).
66 Vq?Airtk ONCKEN, op. cit. pás. 57.
67 Vq"/1tr Kenntnis der engli*hen Weltpglitik(lntrodueión a la plftica mundial de lngtaterral en Dlc
G¡erÉboten, 1 895, No 27, 9á9. 9, '11.
63 V¡r Oic Maske ab (Abajo las máscaras), a¡ Dbolfi¡¡Zboten, 1894, Nr 21, pág. 338. 68 RATZELso hace atln más irrisivo en Wider die Reichñrgker, op.cit.: .Toda actividad naclon¡ldo
84Yc¡ Uncen Pflléht in Transvaal (Nuesto deberáiÜ.litttsvaaf ,en Die Grenzboten,1896, Nr 2 pág. tá mptrópc{ie en ultramar comunica a nueslros hermanos de raza una doais nueve de ac¡ro elemón
84. r ,t*' en-Üsangre', pág. 11.
pci t
hY-' 33
32 \
Eltérmlno da las especulaciones empréstitoportugués,condiciónsinequanondelaempresacomún, condltndaqlL
quedara demostrada la bancarrota de Portugal, fque la penetración comorolll dtl
En Asra del Sur-Este y los Eslados Unidos (1895), Ratzel adopta un punto de Fleich se afirmage en la región para transformarsé en el plano políticoz. Aún mlll
vlsta que puede parecer contrad¡ctorio. Por una parte, consciente del porvenir del el Reich, al obtener regiones tan "estalladás» corTlo sus futuros pedazos de Angola
Japón, esta lnglaterra del Pacífico, tal como la esboza en Pueblos y Estados y Timor en "lndonesia", volvía a las fuentes bismarckianas de su inspiración. En
lnsularas ( 1895), se opone a la brutalidad alemana manifestada en particular por el efecto, poco importaba alcanciller el carácter "dis!,erso", incluso impróvisado del
agregado von Gutschmidt después del tratado de Shimonoseki: el Japón, vencedor imperio alemán, cqn tal que el mercado fuese preservado y las materias primas
de los chinos, había exigido que le fuesen cedidos Formosa y el archipiélago de Liao- fueran abunda.ntes. Pero, sobre todo: aunque los.úm.eros ?ños de la teJgglg.fasg-
Tong sobre el continente; Rusia y, sobre todo, Alemania habían intervenido con pansiva del imperialismo alemán estén marcados por una opo_9ición entre un
fueza para que los nipones renunciaran a esta última pretensión. Por otra parte,
Ratsel critica el carácter "desmesurado" de la expansión japonesa y rechaza "todo
ioritariamente al
nuevas. oufere en e seamejorasegurada
Julclo pesimista concerniente a China, porque hay ahí un efecto de la última guerra
quo no sabría turbar la mirada del político serio, capaz de percibir las constantes y
los hechos esenciales"e
eniñ§eiliilóExoansionista"T?.Estapoliticq_e-stabaf undadasobrelos
Esta inconsecuencia aparente del geógrafo se explica si se recuerda que se Ionrerc¡ares y era, preéiGffite, ta;áñá@lé".
lnaugura, bajo Hohenlotie-Schillingsfürst, a fines de 1894, una nueva tendencia, que Oébe, poi
resaltará más nítidamente con Bülow, a partir de 1897; el Heich exige en adelante una localización
compensacionesen ultramar, que restablezcan un equilibrio frente a los imperíalistas
lngleses y francesesTo. El avance de lostompetidores debe ser aprovechado bajo
la lorma de fracciones de espacio que permitan a Alemania proteger, incluso o l catastro planetario y, así,
desarrollar su comercio y obtener nuevas esferas de actividad. Sin embargo, Fritz permanecen paradójicamente fieles al principio bismarckiano del imperialismo
comercial. Se considera sucesivamente la adquisición de Cuba, de Fernando Poo,
Schwane lo mostró bien para las negociaciones con lnglaterra que iban hacia una
ropartlc¡ón eventual, el 30 de agosto de 1898, de las colonias portuguesas entre los de islas del grupo Canarias o Cabo Verde, de Timor y Mindanao (Filipinas), de las
dos pafses, en el caso en que este imperio quebrara definitivamente: el Reich sabe Carolinas y del conjunto Samoano, es decir de puntos de apoyo (Stützpunkte)* Los-
que podría habilitarse así un "cinturón inglés" alrededor de sus posesionesTr. por el hecho degqq r1g¡tg número de estas bases,
Londres y Berlín, sin embargo, se entienden en relacíón con una repartición de
tlt
ut1 wiluI\EIrt
Angola hasta Egipto (una banda, a lo largo del Congo, correspondía todavía a J
de recortari \/
Alemania) y de Mozambique (los británicos obtenían la parte del león en el sur del
Zambeze ydelChire), lo que sancionaba nuevamente elcerco, estavez del sur-oeste
ffirani I
afrlcano y del sur angolés (desde ese momento alemán), por los territorios ahora Bretaña y Franciahasta entoncesJ
lngloses de Centro-Angola, del Katanga, muy influido por Gran Bretaña y Rhodesia.
Es que, por una parte y por la otra, los intereses divergían sobre lo esencial; los
lngleses deseaban que el Reich dejara de sostener a los boers y no se instalara en
Mozambique (bahía Delagoa); los alemanes esperaban primero que se realizarael
72 Ver Oirck ONCKEN, op.cit., p.77.
73 lbídem, pá9. 57.
C0 Vt¡ Octtcicn (Asb del Sur-Este), en üe Grenzboten,l8gs, N0 31 , pá9. 2a4. 74 werner FRÁUENDIENST, e^ Dautsche waltpolitik l= Die wek als Geschichte) (El mundo como
70 Pur un rnlllrlt muy delallado de la polttica aparentem€nte equilibrada, pero, en definitiva, pro+usa historia), Ne 1, 1959, pág,2a, muostra que inversamente, la inlerpenet¡ación de las economías
y rnll.lnglrre d¡ ¡¡le perfodo, ver Peter WINZEN, &úlows Weltmachtkonzept lEt ancepto de llEvabaá la intervención riúhiple de un país como Atemania, llegado más tarde al escenario mundial'
got nol. mundhl do 80/ow), Boppard am Rheln, 197. Es más, el Reich habría continuado traiando lacuestión coloniai en tárminos de drplomacra, es dech,
7t VarFdtr8CHWARZE, O.td.uttch..ngllache Abkommcnúberdle poÉugiesl'schen Kolonienwm a instancias dp su polÍtica en Europa.
t0, Aueual ll08lEl acuordo etylotbmln aob¡c be alonias pofturydsas, del 30 de agosto de 75 Ver Dirck ONCKEN, op.cit., pá9' 76, Subrayado por nosolros.
, lrn l¡¡lr, Oóttlng¡n,l931.
34 35
nservadaS. Ello no significa, por lo demás, en manera alguna que los "navalistas" línea de Say en dirección del sur-oeste, hacia el Alto-Volta y el Golfo de Gulnea. El
'!áfh iavorabtes a úna extemión pura y simple én Extremo'Oriente, por qiemplo. hecho de que estos movimientos procedan de manera cuasigeométrlca no tleno, pof
ClÜmos a John E. Schrecker'. "Tirpitz'politicalperspicacity thus strengthened his lo demás, nada sorprendente: se trata de constituir a la escala de toda Afrlca,
owh cómmitment to the néed far wortd power. However, this sensitivity also conjuntos ininterrumpidos, Argelia y Senegal, por ejemplos3. Y sólo los lngleses
'dóndltlonéd the methods by which he was witling to pursue that goat. ln particutar the podrán ejercer presíón: "Francia desde hace tiempo ha renunciado a su sueño do
admitat was reluctant to induige in activities which would tead to open military hegemonía sobre el Níger de hace díez años,84.
hoStitities, since many of the pro-imperiatlst groups whose support he needed d¡sliked
actual warfare,n. En verdad, y a pesar de la mala voluntad de los Asuntos Enfrente, del lado inglés, elcuadro es idéntico. Los británicos sueñan con una
Extranjeros, el Reich cercará Tsing-táo, en ia bahía de Kiau-tcheou sobre el mar línea continua del Cabo al Cairo. Al mornento del tratado de mayo d¡ t894 con el
Amarif[0, y tratatá de influir en toda lá provincia de Shantung (al este de Hoang-ho). ' Congo, este último, porlodemás,lés "arrefldó» unabandatffiorialde25 kilómetros
Muy luego, el Asia Menor y Marruecos atraerán la atención de los sectores entré los lagos Tanganyika y Alberto-Eduardo, a cambio áe regioñei situadas al
ultranac¡onalistas de la opinión alemanaTs. Pero el almirante continúa razonando en oestedelAlto-N¡lo, hastaeldécimogrado norte, esdeqi6§éun ariendo sobre elBahr
tárminos de economía: "(...) for Tirpitz, as for many other thinkers of the late .el-Ghazal. Evidentemente, este acuerdo contravénía los términos del tratado de
nlneteenth century, national power consisted of a worldwide system of mílitary Berlín (1884-1885), que prohibíatqda alienación de la colonia congolesa a una de las
strength, poliücal influence, and above all, economic involvement"re. Un hecho partes negociadoras (salvo los belgas, por supuesto). Y dlveto francés no podfa
prlmordialpermanece: "CómoesapolÍticrdeexpansiónnosehabíafiiadoobjetivos faltar: el Congo hacíade tampón entre el imperio francés del nor-oeste y el Sudán
precisos, eorría tras cualquier éxito territorial y terminaba, por consiguiente, por egipcio bajo la influencia británica. Pero, sobre todo, los franceses no querfan de
contentarse con ganancias cuyo interés o utilidad no compensaban de manera ninguna maneta, que un eventualeje norte-sur británico en Africa les prohibiera una
alguna un crecimiento de fricciones posibles con las otras potencias,8o. operación cualquierahaciaeleste. En ambos casos, RaEelsacaaluz geoestrateglas
de orden cont¡nental, cuyas complicaciones producirán justamente el incidente de
He allí, precisamente, elpunto en el cual interviene Ratzel. Para el Fachoda, en 1898.
óiá: no cabe ninguna duda de que los Sin embargo, va más lejos aún al comprobar la planetarizacióndel fenómeno.
?fátfl§§Bsieñún€Tffis por sus proyecios de futuro en Africa del Norte, continuarán Francia en Tonkin, lnglaterra en Birmania, los rusos en Persia o en Afganistán, se
tejlendo hacia Trípolí los hilos que ya han cosido de Argelia a Túnez. Esta apertura reparten el mundo. A[ mismo tiempo, tq_n-usya_g.flglggiglr--demana interforlrá
sg lnscrlbe en un contexto que engloba la ruta del Congo alTchad. En efecto, a partir necesariamente €n imoerios va reconocidci§ en el olano internacional. Si los Estados
del lago Tchad, el camino más transitable de Europa central al Mediterráneo pasa por uñiffi ostierreGñeñ;ieb6ññ16s5,é3ñitiiü§ñóa;f -eñpeo,ñiá-Ñ-diañpr-§r
Trfpo["et. Vuelve a ello en Posición y Qerechos de Alemania sobre el Nigen "Las baiá olóñ e r una ñó?ñpdreil cla"ssrla
pr6tenslonés de Francia Sobre el Níger alto y medio participan de un inmenso
proygcto concerniente al conjunto del nor-oeste africano"@. Eltratado franco-inglés
del 5 de agosto de 1890 fijaba ál especto nítidamente los límites:.Argelia y Tunisia
del noñá, de Say, sóbre el Níger, a Barrua, sobre el lago Tchad, al sur y tuego una
oarticioar en una Oartíción "imperialista" de la China, el Reich -y no sólo por razones *- los pueblos (1 900),
obrt
lffi , üñió ?ii-o recóitin oer iápóñ óo nio ó6ñffiñíi6§,
i Politica, recuerda qurlu lntaill
-
ujtü-eo+fticáTúAüa sñliéñádqi.e§ffiFéI0?ñ:* en laque todavfa no cxhtlr uqlnCü
aA@nqnapqffiy-f-algqqplqs_e-p-oglrgjgl?I"U.1§¡ce¡mu¡disnrq-deglgf*[a-1.-* actual, elhechod rllmno
zátffiá¡r más
E§ta opción delgeógrafo anticipa entonces un desvío de la política exterior del ' fufrI§-en el mar.
Reich hacia 1900: aislados en ultramar, los alemanes adoptarán tesis mucho más dr
moderadas, singularmente hacia lnglatera, ydarán prioridad en matenade Weltsteilung üy
(posición frrundial) a la construcción de una flota de guerra, sobre la cudl pueda ó-ceanogralf r lo¡
lundarse su influencia.
De esta forma,
QtI§J¿-§§he§ón-.
a Almirantazgqinolés),
+"
que la flota brltánlor t
'+i:j-
eXU adl§.ggeJAsigre n é¡ Ordsrr,!'rd@6U¡
La Atemania en el mar:
Éa .n n".t tlte. V lu eg o, exdiib-a- dl-0E-667h10, un
I
lvlare germanicum ln
desde 1830. Francia, ltalia, Austria y Ruala eparaoln al
En i897, un inmenso debate cautiva al Reich: Guillermo ll, el almirante von Japón ss manifie§tan «en zonas en las cualeg otrorl no nfElf bfmf pfrl oponana
Senden, jefe del gab¡nete imperial de la Marina y, sobre todo, von Tirpitz' a los británicoS.et. Es que el avance tecnológlco d¡ lol
recientemente nombrado secietario de Estado, imaginan una flota capazde vencer debde árrora a las potenffi§',Jlp*|t*
las fuerzas británicas. La función del Comité para una Flota Alemana, creado en abril Bretáffiljñ§ir-§üóíeiñáóíá se dstuma, ncluso I
de 1899, será justamente movilizar en ese sentido a la opinión alemanasT. Luego de oe uiflfi&á -v füé i?ecisámáiitó bt riiróitll6i
haber hecho aprobar la primera ley sobre la flota en mar¿o de 1898, los dirigentes
del Reich siguen con el impulso adquirido y, como lo indica Wolfgang Maríenfeld, la
mayoríade los universitarios, entre ellos muchos geógrqfos, apoyan el proyectoss' e sobn rl mll
Sin embargo. "las contribuciones de los geógrafos alemanes a esta discusión no son L=-;L-;n¿'€.:E;'=;;: f .- --
qniqrs[]L
o,,. v. por declslon n0 oue00 tomllla ry
oor otra, "la decision
decisivas, nipor las perspect¡vas que SU disciplina les permitiría elaborar, ni por una eTperigro pmdfiT*dé uñ piólagonista ínblpcndo, poqú íHilflmhmrntr
originalidad cualquiera en el plano periodístico; uno solo hace excepCión, se trata de débit, que compensará esas caránda! sroó[ndo uhr vlÍÓn p$ollnlo y una
Friedrich Ratzel,se. Este último, en un corto prólogo a Mar, fuente de potencia de
capacidad de concentración en un lugar pnolm: rNo tl pufcl lC0flEü unr gurrra
86Ve¡ ÜberKalifornr'en,(Sobre Calilornia) (1895), en K/e,ne Schnften (Pequeños escritos) , op.cit. Este
¡nterás por las jóvenes naciones oprimidas vale también, por ejenrplo, para los hindúes, cuya
rebelión el geógralo espbra, sin por ello subestimar las capacidades de los británicos. 90 Ver Das Mee r als Qu¡lttc dor Vllttorgtóia (ll mtcrmc ñralr Ó ,tüttü t L rt¡Cbd, L¡h¡lg'
87 Yer Franz SCHULTE-ALTHOFF, op.cit., pá9. 163. 1900, prefacio.
88 Ver Wollgang MARIENFELO, Wíssenschaft und Schlachtllottenbau in Deutsdtland 1897'1906, st ver iúrcntrage undWclttgolLr ou¡¡tlándr l¡llotr y h dtuffñ m flficataalt¡t KfilnlcMlton,
lCiencia y añstrucción de una llota dé guerra en Alemtania\ Mainerundshau, (Panorama de la t..2, op.cit., pig. 378. El m-foüb lu¡ r¡drardd¡n lal, f ,u¡lLaaa al a ar .ñ.lo dr ll9t' por lor
Marina), Ne 2, 1957. Mü nchne r N eu e tta NachdohLn,
89 Vor Franz SCHULTE-ALTHOFF, op.cit., pá9. 16á. 92 Ver Oas Meer, og.cll, Ptg. 79. rt
38
39
naval como sobre el continente"es. El efecto sorpresa, el compromiso feliz, todo eso
consideran que el rnar de Behring les pertenece, los noruegos se lmponen en sus
fiordos, los británicos trataban las "Manchas" de Bristot o dasan patrick y el marde
h iloüa enemiga es un medio mucho más fácitmente
lrlanda como su dominio. Ahora Qie¡*g¿g¡gglgg¡i encla de una
.meqánica, marítima
ese punto de vísta la subida a escena de las nuevas
Irrg'¡$tato
cod{lgació @ en caso
rgg¡fuu ra de r óampo m arrtrñ6?á'uatarra,
potencias. Anticipando et dreadnoughf de la guerra ruso-japonesa (1904-1905), el
geógrafg"reclamará para el Reich, por consiguiente, ta precüión oe iiro y la eficacia
6n el fuego, así como la corazacontra los obuses, de manera que el desfase con los
logi
logBltczrEñt6cros los océanos, practícarán mejor el bloqueo. En ninguna parte se
planteacon mayor acuciosidad este espinudo problema del derecho marftimo que
brltánicos sea rápidamente compensado.
en esas .(pegueñas bahías" que son los mares de tamaño medio, de 195 srJSlsS nlj5,,
Mediterráneos constituyen elmodelo: "Laaustral-asiática está abierta por naturaleza;
mismo tiempo, Ratzet se hace eco de un punto central del propósito
la euro-africana, gracias alcánalde Suez, habilita elcamino más corto delAtlántico
tlrpltziano. Como lo hizo resaltar Volker Berghalp, el almirante ¡nvitaba'a sus
contemporáneos a optarporelacorazado. La elección de ese buque particu[armente alOcéano lndico;laamericanaestáapunto de abrirse porelcanalinter-oceánico,e7.
Para el define el carácter es-gg
movilizable para el enfrentamiento en alta mar determinaba la política por venir del
'e los
Reichenelmar: seiríahacialabatailadedecisión(Enfscheidungsschtacht)yiugaría
desde ese momento la ofensiva; apostando a lascualidaoeJoel acorazado, los
alemanes reequilibrqban la superioridad numérica del adversario inglés; uiE-
inmediata.
Y lo que es válido para los Mediterráneos concierne a fortiori a los mares que el
geógrafo califica de marginales (Randmeere o Nebenmeere):
"Mar del Norte y Mar
Báltico son sectores más restringidos y menos autónomos, pero siguen siendo
pasajes importantes y cierto carácter meditarráneo determina particularmente al
Báltico, estrechamente circunscrito"es. En esos casos primordiales, se revela un
muy fuerte antijuridicismo. Y, justamente, el gran problema que se plantea a los
,) gobiernos del Reich, es el de que
"Aleman-ia se encuentra desplazada tras las
I grandes potencias marítimas, cuyas costas debe pasar para llegar a alta mar"ee.
\ Gran Bretaña y Noruegacontrolan el acceso alAüántico, incluso si el Mar del Norte
w
es más dífícil de bloquear. Y Ratzel rememora el asunto de 1848, en el cual la
pequeña Dinamarca pudo ejercer una presión formidable sobre su vecino meridional
-los navíos alemanes debían seguir el Gran y elPequeño Belt, atravesar el Kattegat
'f1 y el Skagerrak. Teniendo en cuenta, por consiguiente, que el Reich no dispone de
,af
posesiones «avanzadas,¡ go «€soS rnares», la construcción de una flota aparece al
@ Bg§t§0teue§g guEh!9!Ee0te- El esnceplo
de flEire territoriale, cuya extens¡ón se medía por el alcance de las baterÍas
geógrafo ineludible.
'dlez prirfreros días, para que el Reich no fuese obligado a volver a la defensa de su
rlbera.' En elcaso inglés, más amenazante, debía esperarse que el protagonista
ocupase Borkum y la desembocadura del Ems y habititara attí una bahía; un bloqueo
de los dos mares, del Norte y Báltico, era inevitable.
,..'
La única_chance del Reich era, pues, concentrar sus fuerzas navales en el Mar
del Norte, cqbriendo así el Báltico; convenía arriesgarlo todo a lo ancho de
Heligoland y"repelerde manera.compacta elataque ingtés, y exptotar luego el efecto
sorpresa, avanzando sobre.Gran Bretaña'oj Hatzel están en perfecto I
Acá cuentan la ruta de Sicilia y el pasajé dd oeste a este del Medite7áneo, puede
leerse en Afemania y el Mediterráneo (1893). Francia, tratará
concentración de los navíos alemanes en el Mar del Norte, si la guerra naval naturalmente
estallara. He ahí por qué Ratzel evoca constantemente el pringipío de una
inestab¡lidad inherente a tos es que etapa es Marruecos, cuya arrinconada (E
. _--=-
nldiffiEEg¡¡i-tg&!1QsJ. -#'a
La miedosa idea deléquilibrio político vacila cada Africa Negra y América no podría dejar a París indiferente, escribe et geógrafo un
vgz gue lo rozan las olas del mar,roo. Es que Alemania, por una inconfortable decenio antes de la primera crisis marroquí. S¡tfSnba¡
posición, les está sometida más que otras naciones. Y, desde este punto de vista, británicos. los franceses fracasarán. Doroue su aunque
la orientación "nord¡sta" se imponía. sa sobre un análisis pertinente. tienealgode
a someter a Marruecos, nueva
/l+s
\-:-/
/
.-se.contentaron con reseñar én algunos hscículos los grandes prlnclplos del
fundador. Se trató, pues,.de una Suerte de comprendio geodóxico, como eiartfculo
de Heinrich Hertzberg consagrado a La Geografía Política de Friedrlch Ratzel, en
bs sgada para Alemania: del mísmo 1ggg,'3.
modo, Trieste, esta ciudad «eslovena», no presentaría, según Ratzel, intereses
inmediatos sino para Austria-Hungría. Es el esfuerzo
axiomas raE'e lianos f ueron a razonamlentos por lo demás, no
de los
preservados, pero su internacion ina§ fustan
Bruno_Éltx-
alemán, de 1906"4
Laargumentación delgeógrafopermanece, a este respecto, todavíatirpitziana:
se recuerda que el almirante, al principio favorable a la inversión china, se mogtrará 'Geónomaspropusiergn, a partirde Raü1, una acumulación aún más formidable de
más y más reticente a acciones violentas, a comienzos del año 1900, oponiéndóse detalles, en los gue las fórmulas del iniciador encontraban verificaciónr'5.
en este punto a Bülowi'0.
financieras, reclamaba la adecuación de las tuezas. naUet ¡rá en etmismo AI la escuela retuerza aún el movimiento de
de
Existen esas reqlas de la Geografía Polifiba que traducen une ¡nmpuJsftE tica del ella es
determinada hacia cierta I
isla estará como Yes [^
en virt0d de su
, que
demasiado el
Bretaña, al
añps yeintg
1?ouelJos
oeóg.ratos gue O
sobre la relacíón entre el poder y el espacio. Perola66-ra de Ratzel¡Sgue_fraponei-
f
de sus posesiones, no
de
rol, lo hará por anacronismo.
117 Ya? Polltttchc Geographie,ed. Joseph Matznetter, Oarmstadt, 1977, en particular la introducción,
Plg. I r 29. El volumen contiene las Geopolitische Aetachtungen úber Skandinavien
lOúormclonoa gcoplfücas sobre Escandinavial, Geographische Zeitschriit,l 905, de Klellén,
y mrllzr rmpllemente ¡u famoso Staten som Lifsform, Stockholm, 1916.
lll lbld¡n, pt. t6. Lo! lexto! mayores liguran allí: Karl HAUSHOFER, Politische Erdkunde und
Aoogdltlk, on Homonje a Erich von Drygalski,"Munich-Be¡lfn, J 925; Otto MAULL, Politische
OoqnüburdAoopolltlk,cnGeographischerAnzeiger,tg26;KarlA"WITTFOGEL, Geopolitik,
Qoqnf,tluhcr M.irlr,lltmur und Manismus, en lJntet dem Banner der Mamismus l1ajo el
,pl¡#adrlntnltnol,10?f,.
ffi- ',.r*o
*{.&', ,
un punto de vista
História, sobre esta
cada vez
Le?%
si.l?
§r. geografía ggljXc¿r
r3-geogralra potÍtica no exige otros métodos más que geogr
geográficos, esta
última debe ser coñ-p1e-'táñiente asimirada por er observador dé ro;
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CAPíTULO I
:egli'Jigurag.gué¡q@IgEe¡¡Eeuglex@ütvr6n0s,
[má§eñes tales como: marea humana, pteadá humaná, ista htñáñá, prifflEii
isiá
istmo político, así lo dejan entrever. Pero, al usarlas, no se piensa en el sentldo
profundo que pueden tener esas expresiones.
Para la biog_eografía no son imágenes. Hay espacios vitales, islas de vida, etc.
ografía tón de la ujda en la
superllcle
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. _1__ a_Y !_:="*...,::-i.
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tegr!ó¡io determinado, para vivir sobre un suelo seguro, tan espacioso como sga potencia, pero también su dependencia del suelo, hasta el estancamiento de lá§'
posible y que les sea propio. , como en el Bajo Egipto. Mientras más extendido éstá el suelo, más ¡
sgstenidos son sus lazos con el pueblo. -La difereh
l^ del el Estado se const¡tuye como
,
t/P
{ S. nsi se instituye /A organización política sueloz
ffianismo ligado a-üna1rá*ó-Ción determinadade la superllg!§§§Ta iierÍá.cIé mahera l. Toda presen »
provienen de aquellas del pÚeblo y del suelo. Las. más i , Estado que desprecia el suelo es incompleta. Ello es igualmente válido para la
§qúe-esasptopiedades
)importantes I,\clasificación de los Estadosl Vierkandt, por ejemplo, distingue los pueblos naturáles
son el tamañ0, la situación y las fronteras; luegoyisqen -el_!p9 y la forma
del suelo. con su vegetación, su irrigación y, en fin. las relaciones que él tiene con de los Estados primitivos, de los Estados anárquicos, guerreros, conqulstadore."s, de
el resto de lá sÚpe7ióié tenestrs; rcffia4icular, con los tn-*arg§ggTliguÉv'ioglt . formación aristocrática, y es seguro que, en esta serie, la "manifestaclón creclqnte .lI
"t¡erras inhabitadas que, en un primer momento, no tiene. n irltejɧ Pgltt¡c de formas fijas, que mantienen Ia personalidad en los cuadros preclsos,¡ermlte
,de e5tas propied*aldés foiman el país (das Land¡. Pero cuando se habla de nuestro reconocer la esencia del desarrollo de la cívilización. No es menos clertogggb§ge
if"páís", se agreqa a ello lo que el hombr'e ha creado y los recuerdos qüe á§!!!l- eñlós Estados menos desarrollados se deffiá*có'mo "ausencfade-óstructura" no
'len¡:azagl-os. Étlo, ¿e tal modo que un concepto en su origen puramente geográfico, só16§?é1i6reffi §'éñóiadeune jércitdreffi io,oéünaadmln.liililáó[fñt-dffina
*- -*--=t
I -_:-:--:-.-'
Itomá álientido de un lazo espiritual y sentimentálGffiiéTó§hábí[áriies delpaís y su tri6üt-acr-élEino que depende oe una serie de factores geográf¡cdo fi-añ-FTñ16¡Iar,
lustoriu.
,
suelo, de la i
I ,,,,
-
/'r r .
t, ,.
54
capltales y sus ciudades-fronteras, sus citadelas, la red dé sus rutas, de sus canales
y de. sus ferrocarriles!
,gl man
' '
Y, sin embargo, e nada-
dlce de la idea política qu
I[9,g!*ar1tte¡:deyatuoJ?d.d
E0 un Estado civilizado. el n'¡ohlo entern la
ll"ru. El alma oel giiáoo
.e
se renueva
-, LoS
sin la su desarrollo ve
3f gual tiende gl
aten¡enses, con su pequeño terr¡torio cuyos últimó-árincones eran conogidos y que , es una Flealpolitik, en no
explotaban políticamente desde siglos, podían comprenderlatesisde platón, jesgn una gestión del día a
r,l l.|'Jrr¡ti"r
la cualel hombre yel Estado no difieren sino éñtoino. Eñeloroceso É" ",il+l I r .i h
en el
actuaría ",""#*;:,1, e§etal[g[p¡¡ganisr
SU
I La familia funda elprincipio de su cohesión sobre elamor sexualy maternat de fronteras alpinas, mientras podría arreglárselas sin sus colinas trans.renanae y el
I la muJ'er:;rt solado se incorporan cofradías que encuentran su cohesión en el instinto Jura.
Pero ta intens¡ficacan3,eJc.smer,..cle"'dele§intgf§"am_bl9§.y§glggifgglagr"g_n.a9_
tar9",tn n?.gr p,
sociales, cierta uniformidad de estructura.
ge 'ñeríesiviejos
d6l6sT§iáóosüiildós
de América refleja, evidentemente, la opoqipión entre zona atlántica y pacífica, este-
oeste, húrnedo-seco,
lnternas de los
Ya se ha
de los
r
Clertas oartes-de un
*i'--
ligadas que otras a o mas que
.tede. de aquellos de la metrópolis. España perdió su
su valor imperio colonial americano por esa razón; Dinamarca se alienó a lslandia por una
razón análoga. El cierre de Amberes por Holanda durante los tratados de Westfalia
creó una situación inorgánica nociva y sin porvenir. Aún menos sostenible era el
bloqueo de Bélgica durante la ocupación por los holandeses de todos sus nudos
unidas mar.l-a de un río es indi camineros y fluviales importantes. lnglateria está hoy confrontada a fa dificultad de
su curso contener eldesarrollo de la industria y del comercio de la lndia sobrepoblada.
-. li
d''i'j
sig los había
la
varios mi les de ellos. [El comercio,
y países no son
\ 6)rrr
['eiiüáró;,mestáoo
rr^" r.,r""^,'. tleg.eJes progiedades
t-l s
b;i
nd sueJg. El_desalrollo e§-lqtal es".!¿n*E,e§!g_ggl egpacio: no p-.4rtq det vácío. En et
; t"---
I
Está ligado de la manera más estrecha alpesar;'ollo político,Qg los pueblos, de modo
Jrt § ¿{nas exMlgadq.de la _:¡l'
t) manerarnás estrecha al sueloJ Este movimiento continúa todavía hoy y continuará ';;
mucho más imoortancia que cuando el t sin conciencia de que las fuentes de su
tiene ó determinados. ;tfffi ñEóñáaaaa*memaraneiaEa-S 1- qEmtffiffi; -ááEádoGt"p?-óceso,
d e
10 cen para equivocaciones relativas a los
ó-e es?§'réTátiones. procesos históricos.' Cuando las comunidades de los valles de Uri, de Schwyz y de
UnteMalden decidieron formar una unión eterna, no se trataba de nada más que de
Qlezca c.o.mo.u0 mantener su jurisdicción inOepenOiente del exterior. Las generaciones siguientes
víeron allí el proyectó de formar una confederación autónoma, dirigida contra los
Habsburgo e, inbluso, contra et lmperio Alemán. Es tan contrario a la Historia como
a la geografíá. Es posible que el sentimiento de que el lago de los Cuatro Cantones
constituye un lazo natural entre los valles del Reuss, de Muota y de Sarnen haya
iugado un papel; y esas bomunidades estaban ciertamente consclentes de la
protecdón relativa que les confería su situación. Pero entonces no so podfa dlvisar
nlnguna otra cosa, en particularláventajaque podíaconstitulr la ¡ltuaclón geográfica
de ese núcleo estatal para las relaciones eñtre Lucerna y Zurlch, Se debe esperar
elfn del siglo XIV para que aparezca en forma embrlonarla la oonloderaclón, en el
sentido territorial del término. Ella no se realizárá sino un slglo máó larde.
desarrollos estatales, se ve que ellos contienen desde ef inicio la idea del Estado, lg#Urrmgglg@ De ta. misma.manera, a ta potftlca
lnclu§oeuantki üna idea semejante no podía estar presente en un comienzo. Ella terame te arn arra-dS .a. sóbfepaqafjgS f
ilganrlvt
pefinanece sin influencia sobre los primeros desarrollos dpl Estado; se podría decir
en n
I
que planea gobre ellosr Los Estados jóvenes no quieren tealizarla; no buscan sino
.formar un Estado dentro del Estado, una colonia. Los colonos francones de !"üiqffi:fflru-f",.-4lr*'-'t',í*,ld'ffiH"ffi
mientras que la de carlos V buscaba haceivárer
unar,éffioiüiióro. rloonorplo
Siebenbtirgen (Transilvania), en sus villorrios, no deseaban sino formar un Estado de imperio, v Esoaña,q3rtió a conquistar er poder
mundiar en ilerrai
crolconoold¡?
tan autónomo como fuese posible, bajo la protección de la Corona Húngara; los En todos los niveles deldesarrolloie asiste'a
intentos Je ó"."ri^ poll¡or,
pioneros norteamericaños que habían pasado los Alleghany, sófo se negSban a independientemente der suero, muchas veces i"t.ncta
consideiaoa conio una peilgron
fundlrse en los Estados de Virginia y de Carolina del Norte. La hístoría de Europa es carga. Numerosos tenitoríos fueron adquiridos . p..r,,rvo;i-ra'Lvoluctón
rica en ejemplG de territorios políticos instituidos sobre una base económica a golpe grandes Estados está marcada por momentos de lo¡
de incertioumoie ánt. ta necesld¡d
de hacha y de carreta. Se puede seguir eldesarrollo de territorios limitados, como de anexar los vastos espacíos indispensables para la consolidación
Glarus, Urserental, Berchtesgaden, Davos, desde la primera ocupación. Los de fuerza, pero cuyo valor político no aparecíá ' oe una poslclón
alemanes en el este se contentaron al comienzo con hacer un catastro de sus
.n ,n .ori.;;;.-
Ar
campos, limitándolos tan naturalmente como fuese posible, utilizando alturas y
cursos de ag,ua, determinando el trabajo de cada ung la situación y extensión de su
@t$gn3-$.e- f3.sg.qlfles pglenc!3s€uropeas permite asistiratdesarroilo de una
' propiedad. Es de semejante suma de esfueaos que nació el Estado.
{! vdor toonÓmloo del suelo, el que tiene para un individuo, puede ser I
rf¡ffinmn Jlg9ne@-CIsi _colnt¡drto, qü6-é6ñcie-iñ6'?-lill
"éJ
CAPITULO III
Posesión y poder
F*"ñri€e¡%h_d
i \i
l
1, tu
Allí donde no había punto
de apoyo para conquistar, ellos edificaban nuevos. Su dominación no cubre, por
consiguiente, ningr3n territorio; parece más bien una red con mallas variables.
Piecisamente, ese proceso de reticulación es algo imprevisible, que opera por sallqg.
.',..,'.,.--.-'d
-9tql9e
se dice
_quelte,-1i.ggtq_Elrg
.-----%
deci.qúe las
68 69
tierras. Tates fueron, por efempto, las prete*nsiones y ta posiclón dc lo¡ d0tlf, fl
de las Marcas sus servidores Argos; así, en Laconia, los no agricultords üorios estaban instaladot añlrr Ea
cadenas montañosas delTaigetos-y del Parn6n, en el preciso medio Oef i¡rifioñii
ticamñ'te débiles:lbe componen, en efecto, de una tanto, que las mejores tierras de trigo se tornaron dorias. Esta situaclón dlo
Mrentras mas oeotles sean noy esos margenes, nacim¡ento a la división entre los estados de los grandes hacendados y el campeslnado
Io y !!q§ u9!tq sera aqueila manana. Fue et caso autóttono, condenddo a arar su tierra, luego de haber sido, tamblán ella, sometlda,
y el Elba; los rcbustos Casi naturalmente, los prime?os gozaron de la pcsición preeminente de unaaristocracla
seguirán de lejos la expansión fronteriza. El crecimiento alemán, en sentido inverso, que vivfa del Estado y de la guerra, y que se alimentaba del trabajo de aquellos que
habían sometido. Es la situación que encontramos en creta y en Beocia, ba¡o ta
En
la parte, la de una aristocracia
camoe$nos. lasi
campesinos.. Es la srtuacton oue Afls
*..-_,*':-_.
¡onoraEa nada. de la deoendencia del
_
rural y el Estado. La cuestión agraria. Antes que nada. es al hecho de que
¡ry!¡e!t-o demo-gárfic-o_ cqntinúa produciéndose en e]_!¡terigr de un mismo
atribuir lo que
.,i.*
..-^§-'".-
campesrna, e
ciudades rurales. Fero con la , hubo un
El tráEáioE número creciente Oe inOiviOuo lpeso de
y entraba su movilidad; su horizonte-
Elcampe,qin s
elíücamente r.ná§.g!I!pf endedores; es i
entre esas dos poblaciones se ahonda hasta tal
.a
La divisióru ya presente en Tácito, e-ntre agricultores wendes y nómades
Lr=or*ro !+*re-l
!hruÉ'-
II
sármatas, conesponde a la oposición entre paíqes de estepas enel sudeste y países
El movimiento histórico e
debosques en elnorte. Delfiismo mbdo ocune ulteriormente con la oposición entre
y et ffi¿Ífñieiiü'dé ié§'Estadbs
Europa Cen{ral, forestal, y Europa del Este, formada por estepas; hasta la
conversión de los húgaros, hásta el más.mínimo pedazo de eslepa al pie de los Alpes
e
y de los Cárpatos estdba poUado por ndmades. y, como elpaís bajo de las estepas a
del Danubio medio se sitúa entre los Cárpatos y los pre-Alpes en el este, los (¡
magiares. otrorapuebio de estepas, se encuentran incrustados entre los eslavos del
norte y los del sur. Eldesanollo d€ la potencia magiar ligada al país bajo, hizo que a
Bohemia y Moravia se volvieran hacia Al'emaniq, que les estaba enparentada por el
6uelo. Una zona depastizales roinpía-así el conjunto de tienas agrícolasy se
e
e
levantaba como una"barrera, eñ la oepiesión danubiana, entre el este y el oeste.
te
,i ,i:.1¡;-,,, .,.
if
El movimiento histórico
to dlrector. Porque, en un
tb Sin
repre
parece, que vercon una
Lorena misma, con su
fuerte densidaddemográfica, conoce desde 1870 un doble movimiento de emigración
a partir de Alemania y de inmigración hacia Francia. como el curso de los ríos, los
mo_vimientos mígratorios de los pueblos, con
dícede
cuandq -Grecia cr,eaha rlueyas colonias.
6hfg9g en BohefDia, cuando no toma el aspecto de la emigración individual hacia sólo está limitado por las pretensiones de las
prlr!3 {á'tfliiañar. [!3 potencia de un movin]ientg,histórlcP no puedq _s?laEente en
tan
mínimas, que term¡na por tener una
t rLent,.j^re€-e#eiedensd"¡ i.rq ugqngn3de|egaclón más al|áde Ia
movilidad de los pueblos. te en la f¡e,ITEra ; otros _s_e .P[ff)§!{p4n*
,,s Peídét m uy r¡ecuen
fiUléiHs."
¡
t tféA-a-n ¡e ro sIñ i6ñ-iá*sile á to s ¡ n, cruzar las fronteras. El
Japón, desde médiados del siglo XVll
de tal encierro sobre sí mismo. Una co
y rnañfúes han aprendido a fijarse a sino en reqiones débil pobladas, en vastos espaclos
ánñTGEilsedentario; los turcomanos, sobre las riberas del Caspio, cambiaron la ín io ñ-ace cali impbsibte.
vldaenante de pastores de las estepas por aquella, todavía más incierta, de piratas.
han
¿Acaso los ancestros de los habitantes de la actual Europa, como se Supone, Los procesos de rechazo terriblemente brutales que tuvieron lugar en Amérlca
átravesado Asia central antes de llegar a su ¡mplantacién actual? Tal es la cuestión y en Australia testirnonian, por el carácter sistemático de sus tristes resultados, los
que se plantea desde el momento en que se pretende explicar esas huellas de efectos de la bulimia de territorios, ligados a los grandes establecimientos de
nOmadismo que marcan la entrada de los celtas, de los germanos y de los eslavos de muchas
gn la Histofia. Las grandes migraciones a comienzos de la Edad Media aparecen tomar el
entonces como la última manifestación de una pulsión otrora. más potente, pero
rápldamente paralizada porelcrecimiento dqmográfíco consecutivo a las costumbres
adoptadas y a la sedentarización que implica el trabajo agrícola' de masas importante,
El examen ge
)
t76/
\----'/ 77
de &da pos¡bilidad de enfrentamiento, exactamente como ocurre ahora con los comoengranescala. Sucrecirñientomásallá§dlqpenínsulasehizoextrem¡dffnañI
É
ssqurmaJes. rápido y con un constante empuje rrac¡a [ód teirriürios que más se parecfan I tüiil
¿No fue, acaso, Gatia,consu clima medite¡rán9o,'privilegiada con respecto a europi
Se ha visto cómo el valor dado al suelo central o al Atlántico? ¿Acaso Provenza no siguió síe]ido la región más romana,
incluso en el apogeo de la romanización de Gatia? Hecho similar án Notica, aunque
en un grado menor: los romanos avanzaron hasta la región de Latibach (Ljubljana),
'allí
,
donde el país estaba méhos separado de ttalia, mientras que en Retia el
crecimiento del lmperio permanec¡ó muy limitado. ,Fletia sólo conoció un débil
desárrollo'de la civilízación roinana, porque los Atpes impedían que elta se
'desenvolvi'era continÜamente del sur af norte. El.ini-smo fenómeno se reprodujo en
otros lugares: incluso en la época de su mayor éxpánslón, Roma siguió siendó una
medio para una cadena de penínsulás, de islas y de países costeros esencialmente mediterráneos.
tgrr¡torios V se tlO
dos
. lncluso la Guerra da
lnsul@rá"iñi§iñá?ffiñ?r ;m6ñiiáá ros-liáiiáñós por
tgrfign fff,Íñ'ñi6ffia aparece enteramente natural: ltalia quiere ser, totalmente,
Secesión, formalmente llevada en torno a la cuestión de la esclavitud. tuvo como penfnsula. Una potencia marítima buscará siempre nuevos puntos de apoyo
objetivo principal la mantención de la unidad del territorio de los Estados Unldos. marítimo, como lnglaterra, ávida de islas y de puertos, en tanto que una potencia
continental, Rusia, por ejemplo, no cesará de organizar sus hordas de caballeros
nómades en ejérbitos cosacos. Guardémonos, sin embargo, de querer ver siempre
en ese fenóméno, por lo menos'cuando actúa espacialmente, un fenómeno de
«gradtacíón,, o de «atracción», lo gue, no sólo no explica nada, sino que esconde
tiémpo, pero que quedó Iatenté:ñóE que el carácter orgánico de é1. Está claro que la división de Prusia en dos partes, Este
y Oeste, provenía de_l esfuezó absolutamente apremiante de sobreponerse a los
son diferidas por tanto obstáculos íntermedios: E lnglaterra comprendió que la tendencia de Rusia a
avanzar hasta et Hindu Kush, a partir del momenlo en que había penetrado hasta el
Oxus, correspóndía a una necesidad.
reun que esta en
ffi"ñi§U¡o@tan para la liquidáción
delconflicto. Baio este aspecto sg"gqeEen.epm¡Ergf§qggg¡§-e-c^$qnjg.a"s-yJgg
guefras colonialq-s. igualmente tan poco aptas para desc¡gadg¡grlodala tueftay
:'rE"w Trfpoll, Madrld a Fez. Las- dos secagtes Krasnowodsk-Herat y Peshavar-Herat dan
caso, de una cuestión de vida o muerte, las direcciones de la ofensiva rusa y de la defensa inglesa en Asia central. Estas
e@ lfneas son tan sólldas, que si la política cotidiana puede perfectamente distraernos
de ella, su realidadcomo expresión de tendencias seculares no puede ser borrada.
La polftlca hace volver a ella siempre. Así, Austria, luego de una pausa ds ciento
sesenta años, nuevamente cruzó el Save para penetrar en Bosnia y en la VleJa
Seófa. ¿Qulán hublerapodido prever la revitalizaiión de la secular ruta comerclal
Medlterráneo-Erltrea, cuando los puertos del Mar Flojo y la ruta Venecia-AleJandrlr
78
habfansidoarruinadosporeldescubrimientodelarutamarítimahacialalndia? Ello,
sin em,bargo porque se trata de la ruta marítima más cortá.
".dúíaBroducirse,
i.
yrffi
:
en elorigen es nada
80
antl0uas'io r¡aiciÁ q€s. Ciertas tribus de Af ri ca Central desplazan invarlablemente núcleos se desarrollan a partir de üñá €blárc§tula, escinden la materia otrort
ffimini-Estados a los sectores poblados de árboles favorables a las plantaciones unificada y originan dos cuerpos. Cada núcleo liende a de todo lo que
de colocasias;los Estados polinésicos nunca sesitúan en la montaña;todos quieren ele
tener un acceso al mar. Suiza frenó su propio crecimiento para permanecer como
un Estado montañoso. lncluso los Estados nómades que ocupan un espacio ya
mucho más extendido se organizan sobre bases naturales bien determinadas: se norte v elsur: -Ocuire también que, en razón de uná
multiplican, apaftándose tan poco del modelo, que se puede dar esta regla: que la op-osición frreconciliable,'un espacíó sea reservadb entre los dos pueblos, como
organización nómáde se funda sobre las grandes extensiones de pasturajes; es entre los turcos y los serbios'desde lagran revolución, espacio que fue, en este caso,
' hostil albosque y a la montaña. Las potencias marítimas siempre han prlvilegiado liberadó por la partida de los turcos.
las costas; y fue contra su voluntad que lnglaterra fue obligada a extenderse desde
la lndia sobre el continente asiático. Otro tipo de diferenciación consiste en Ia atribución de funciones puramente \ .
po¡tilc S l-r
El nivelde @lpffi ,iá§iiás*d"ecoñ-úñi-cacidn-,f o§cthtrosóo-rnsñiilñ-i
efecto, a medida que los v-;
las zonas fronterizas ocupan ellas solas más de la mitad del territorio. Se resentirán
ñus territorios estaban hechos con tanto más molestia esos apremios puramente territoriales cuanto que la
demografíase eleVaiá. La
las cubren
al han hace tíempo, todo valor en
,seha de Los
d.,.Mi.'r:¡s1
de sus y parece que sólo agenE§tté una tienen, en general,la misma concepción delvalor
de un pafs; asf tencias europeas se disputaron, en estos últimos
los continentes.
les aseguró la dominación de continentes
odo crecimiento, así comqlg§a enteros.
Si
stalará al lado del antiguo, comq-q!
entro.dos vecinos no rutas, puertos y fortificaciones han sido edificados, las otras situaciones de un mismo
tenitorio se encuentran ocultas; sdría ún error el ilnorarlas o menospreciarlas: ellas
-y en otro lugar- un prejuicio resurgen ineluctablemente. Por haber sobreestimado la península lbérica, durante
situación del Rhin al este, Francia podía conferirle un valor largo tiempo se olvidó que Marruecos comparte con España su situación atlántico-
fronterizo. Aleinania, por el contrario, en razón de una sítuación mucho menos mediterránea, y que Ceuta o Tánger pueden igualar a Gibraltar en cuanto aldominio
favorablé, no podíá atribuir el mismo valor a lo que constituye su arteria vital'oeste, de los estrechos. Francia, que dejó a lnglaterra cobrar importancia en Marruecos,
como tal, indivisible. ¿Acaso la línea Vístula-Narew conservó bajo la autoridad rusa nosupo,tampocoella,apreciarestehechoensujustovalor. Afindecuentas,¿¡qÍlsg-""-
el valor que le dieron otrora los prusianos? ¡Por supuesto que noll!{s§gpglqiben lo._spaíses
É4 -.**-@+_.,
y de sus ventajas naturales?
- iamá@.! en r ez l, Francia tuvo me ñd§tilñüffiffii'ii ae gntivoo, Jo,4 ü e"¡ ace- innüá§E" E-:ef. §.§[af útr$f un
ffi,,go,.Eu,qoopoflalt¡ofl[allaySltuÉruUSuultrtiln¡llll : el valor de
políticamente comiartido, que Metz, situado en la entrada de la cuenca del Sena, o
Belfort, que gobiprna el acceqo alpaís del Flódano. Para Alemania era más o menos
a la inversa. Ello recuerda la escala de valoles de los franceses durante la paz de Y, EéS
Utrecht: ceder Tournai en el p'86fffiffiffi, pero guardar Lille a todo precio. como un
Naturalmente, para Francia, Lille, entre el Lys el Escalda, era más cercano, más
y
lmportante desde el punto de vista de las comunicaciones y mejor fortificada que
cualquier otra plaza del otro lado de la "Barrera". Los valores pol
que la Historia'hádado a las plazas fuertes yoqagE§füqfim
con ellos.
s, stno
comerciales de ta lndia y de Asia Central -razón por la cual pudieron renacer luego rrnaFóñléanatural; protege mejorque todas las fortificaciones y todos los
de su destrucción- y porque nacieron en su vecindad ciudades de importancia, tales fosos, sin por ello constitu¡r un obstáculo para el comercio; las desembocaduras de
como Antioquía, Aleppo, San Juan de Acre, Trípoli y Beirut. Todas dan testimonio losrfos,cuyoflujoyreflujolleJánytaenflotaSenteras;@
de que Siria, esa franja que permite a Arabia un acceso fácil al Mediterráneo, tiene encierraun país con una barrera: esos valores no§g§.Ig§1qÉUgngs3iléJqlno§
un valor indiferente a las contingencias históricas.
Para ello,
en una
orlgen y el centro de las libertades helvéticas. Búena parte del ardiente patriotismo
d¡ loe eqlzos provlene de la naturatezade su país; oetmismo modo que cAPífsLO Vtr
los franceses
no dellenden una Franciaabstracta, sino la Francia,, país generoso,
"be[a ese yque
no§otros no sólo nos aferramos al Rhin por su valor polítíco, sino polrque nos
une a Territorio estatat y territorio naturat.
División y estructura
91.Autonomíageográficaypo\íti9á L_aautono,Tíapotf ía
Tergeste un puerto franco que se transformó en la actuatTríeste. Ese ogooráfica. Lo cual hace de ella una cuestión cay'rtEl en geogratiá]oiÍiñá. ta
[uerto, situado autonomía geográfica de un país reside en la afirmación de sus particularidades con
en un lugar tan desfavorable para un puertó, con dificiles relaciones con el interior,
tragó sumas enormes y ocasionaria todavía gastos considerables. Se podrÍa
! rgspecto al medio ambiente. Sus dimensiones constituyen uno de sus factores, pero
atribuii no elesencial.
9ges sumes a lasinfraestructuras portuarias, a las rutas trazadas en el Karst y
el
Pre.dll hacla Faz y Laibach (Ljubtiana¡, ai ferrocarrit det semmering
probablemente, a la vía férrea del predit, que bien habría que habilitar. v. ,ri A lavez islay continente, Australiaes un territorio estatal, el más autónomo que
lnáúso aii exista. Pero, al mirarlo de cerca, ese continente compacto y cerrado se descompone
ge sacarfan centenas de rnillones
de beneficios, que no traducirán nunca el valor
polftlco de Trleste en una época en la cuat Venecia, en regiones cuya naturaleza es muy diferente, sin hablar del relieve y de la
el adversario tradicional (que
Austrla sólo adqutrió en 1 797), se oponía at tmperio. en una época en ta que las hldrografía. De hecho, Australia es la parte'del mundo menos unificada. He allí una
ruias característica que pesa sobre su desarrollo económico y que planteará todavía
comerclales que convergen sobre Viena debían ser hechas ihdependíentes,
en una delicados problemas a ese país. La brusca htegración al Commonwealth correspondía
ópoca en que la capitaldel lmperío aplastó a Augsburgo, que era ñasta ese mom6nto
la cabeza del comerclo entre Alemania e ltafia, en-uná época en que un puerto al trazado aparente de ese territorio cerrado; pero la evolución ulterior del joven
sltuado tan lejos al este como TrÍestg debía necesariamente transformarse Estado revelará todo lo que Australia contiene en materia de diferencias ¡nternas y
en el hasta qué punto regiones enteras, hosüles a la civilización, serán difÍciles de
contro naturalde las comunicac¡oneécón Dalmaciaricaen puertos, pero independ¡ents
delextetlor. El eJemplo de Fiume (Rijeka), que hace competencia creciente a Trieste , dominar: la formación deljoven Estado ya lo mostró. No olvidemos tampoco que un
desde que conqurstó ta autónomk de ra mitad áer rmperío, es, quizás, aún desarrollo económico.y social bastante rapido creó allí grandes diferencias entre los
¡1unq1ia seis Estados, cuya extensión original ya variaba mucho.
mág lnstructlvo,t'se costo que conlleva Fiume, su valor en dinero, no
son nisiquiera
comparables al v
Una isla, como una montaña, es autónoma. Sin embargo, los terrltorios
demasiado pequeños, como la Kurische Nehrung, las islas del lago de Constanza,
a su último crucero una isla aluvialsobre elcurso de un río, tienen menos autonomfa, y todavfa mgnos
latlenen lasfraccionesde un conjuntogeográficocuyo azarquisoquesedesprendleran
de ella: un pedazo de Sahara, una sección de valle, una pendiente de montaña. La
polítlca puede satisfacerse de tales configuraciones, el comerclo no tardará cn
desbordar sus límites arbitrarios y tenderá a integrarlos al conjunto al cual ellof
corresponden naturalmente. Debilidad comeraal-y aislamlento eaogúlll€c,"-
oomblnados, diferirán laformación deterritorios relativamente extsndldot, rutónomot
en elverdadero sentído de la palabra. La concentración de los eeplolor polftloor
en unldades más importantes no sólo está frenada por la ausencla dt unt rad da
comunlcaciones; ésta tiene sus razones profundas en esa autosullolcnoh quf Ofdf
«pals» reivindica alquerer mantenerse como un Estado dentro dt un Etlldo, Lol
Kelnstaaten(pequeños Estados) del oeste de Alemania pudleron llcvlr unt aíttanoh
alslada porque la combinación de la agricultura, la ganaderfa y rl rrtf¡fnfd6 haoff
posible cierta autonomía económica, quizás relerzada por la prulnol¡ dt unr rub
'comercial. De allf el número de Kleinstaaten sobre el Hhln y Cl ManO,
86 87
unlflcacién y de fusión que le dio nacimiento: Ese proceso constituye un carácter aquel en el cual et país, sin duda cohéiáte;és\a compuesto, como Austrl¡.Huñ!iltr
esencial de todos los organismos políticos: se forma por la composición y la de un cúmulo de regiones muy diferentes por.bu origen, su n¡velOe civillzaclón-y lú
«tlculación de elementos que no cesan de entrar en nuevas relaciones. Un Estado, forma de gobierno: un país que, como Estados Unidos de América, está compuitto
por consiguiente, no sólo está compuesto de individuos y de familias, sino también de sectores más o menos jóvenes. Luego, áquel donde las divisiones proceden dc
de pequeños Estados. Y, como no existe Estado aislado, como todos existen en una necesidad de concentración estatal: el ácento está entonces puesto sobre una
relaciones de mutualidad, se engranan incesantemente nuevos procesos de administración uniforme y centralizada y una cooperación armoniosa de las partes,
unificación yde fusión. que, en su inicio, son espiritualesy económicos. La expresión orientadas a los objetivos del Estado.
geográficadelcrécim¡ento reside en elincesante aumento de los espacios económicos
' y políticos que, hoy, se extienden al planeta.
96. Como la formacién de los Estados consiste en la reunión de sus fuezas y en el
ejercicio de éstas sobre un territorio más amplio,lo que llevaa la añadiduraalespacio
Wi@W-Si elgeógrafo concede mucho menos importancia a la división
que a sij forma exterior o a la repartición de sus habitantes, no
eriginal de espacios más amplios..se distinguirán en cada Estado países más
-ffifllEtfe un Estado antiguos ypaíses más jóvenes, o bien países núcleos y países adjuntos. Se conocen
IP deberfa, sin embargo, considerar esta dív¡sión desde un punto de vista puramente los nombres de esos países núcleos: Altpeussen, Altbayern, Stammlande austríacos.
práctico, sino en relación con eldevenirdelorgianismo estataly con su vida. Son aouf La jerarquía entre territorios romanos de ciudadanía y territorios aliados, entre Roma
decisivos los factores naturales que eontribuyen a la cghesión del todo o coñstituvgn e ltalia, entre ltalia y las provincias. acusa esta distinción. La tradición persa que
@soS casos la ior¡és¡óñéi tan suelta, que et[eógr-6- hacíadePersidelacunadelarealezaessignodelmismoprincipio. Y,comoenltaliá,
estará obligado a tratar cada parte, una después de la otra. Es una de las se encontraráallíla misma facultad de revigorización y de regeneración del núcleo:
características distintivas del lmperio Británico el constituirse de pedazos dispersos ef renacimiento v¡no de Peisia. La ca(ografía política manifiesta sus dístinciones:
porelvasto mundo. La constitución de Dinamarca, hecha de elementos cont¡nentales Sudán, por ejemplo, que no tiene fronteras y donde los Estados dan la impresión de
e insulares, es tan característica, que debe'resaltarde todadescr¡pción. Lo cualvale una multitud de células dispersas. Sin embargo, incluso los Estados llamados
lgualmente para la constitución de ltal¡a, con sus elementos continentales e insulares, unificados están lejos de presentar una total uniformidad. Las divisiones arbitrarias
alpinos, apeninos y su planicie del Po. Esa otra suerte de división interna la que .i en departamentos o en provincias no logran ocultar esos vieios límites históricos. En
marca la relación de Austria f de Hungría, de Bosnia y de Hezegovina frente a Francia, el Estado más unificado de Europa, Córcega es mucho más que un simple
Austria-Hungría. de Suecia y de Noruega, de Finlandia y de Rusia, de los d¡ferentes departamento; e incluso las fronteras de la más antigua provinciade laGaliaromana,
Estados del Beich alemán. de Suiza, de los Estados Unidos de América o de otras fa Provenza (Provincial, todavía no se han borrado.
confederaciones, muy a menudo no tiene fundamento natural; pero la descripclón
polftico-geográfica se guardará de ignorar una característica interna de los Estados, Mientras el pais n.(cleo es. por su naturaleza, el más unificado y traduce con
a menudoprofundamente anclada en la Historia. Un simple Estado del Commonwealth extremEEr{rE4!?lEl-acterTsiicasoeiEaáo,los pg§g-s adiuntos son esencialmente
australiano que mantiene relaciones directas con elgobierno inglés es otra cosa que o@ói pue¿¡dn pié§éñiIrTüéñes pañ¡cuEiidfdes oe c¡ril¡zación é-rriblüso de razai
una provincia canadiense que debe pasar por elgóbierno central de Ottawa. Se ocurre, también, a menudo, que se distinguen completamente en cuanto a la
deberá incluso explicar, para las Flepúblicas Americanas, lo que es un territorio, un situación, al clima y at suelo. En,los niveles más primitivos del desarrollo, el país
diskito federal. Y, no se descuídarán tampoco los fenómenos jurídicamente núcleo debe ser naturalmente apropiado a las relaciones internas; es por ello gue su
enrevesados, como los restos Ce autonomía en las provincias vascas españolas, en articulación sobre los ríos es tan frequente. El Rhin era la gran arteria del lmperio de
los sajones de Siebenbürgen, en Croacia y en Eslovenia húngaras. En la medida en Carlomagno. Francos, austrasios y, en parte, neustrianos, formaban, sobre las dog
que estos fenómenos tienen su origen en [a naturaleza y la historia de un imperio, no orlllas del rfo, el país núcleo. La posición de la capítal, Aquisgrán, resultaba de ello,
se hace sino mencionarlos en las introducciones de las monografías que tratan de A todas las demás diferencias se agregan aquellas debidas a la antigÜedadr log
ellos. Falta entonces un desarrollo preciso, concerniente al Estado oolítico que pafses adjuntos se integraron en períodos diferentes, lo que produJo en el lnterlor dc
resultó de ello. He justamente allí una de las tareas de la-§éografía política. los Estados unagran variedad de relaciones. Cuando tos países adJuntoe provlrnln
de un mismo campo de civilización, de un mismo territorio étnlco, loa E¡lfdot
El proceso de estructuración interna, parte de un territorio, por asf decirlo. manifestarán, algunas generaciones después'de la unidad, una o¡traohl ooha¡lÓn
todavfa acribillado de vestigios políticos por liquidar, de pueblos enclavados, para entre los antiguos y nuevos territorios, como en Prusia, en ltalla, antra lü ilglonal
llegar al Estado moderno, donde el poder está uniformemente dístribuido e ¡gualado austrlacas, la Toscana, las regiones papales y oüas. Hay Estadol qua aa unlfln mlr
cl nlvelds civilización. Entre los dos se encuéntran dos grados esenciales: primero, rápldo a uno de sus vecinos, más que a otro: lnglatena se lu¡lonr oon Erooh, Prt!
90 91
no con lrla&da. -$n Estado como Rusia mantendrá sus diferentes países Adjuntos medida én que él se benéf icie de un comeicio desarrotlado
y en expanslón.
con man6'.dd¡jérro, míentras que la Antigüedad, en particular, da ejemplo de de Secesión viene a retorzar esta'idea. Et.dominio aá;ádi;il;oza Le Ourrrt
relacione§ muy f lexibles posición ¡nucho más ribre frente a ra metróporis hoy dc unr
que aqueila quá rrankiln hrbfr
reclamado en 1775 para las trece colonías -y que le tue,
97. Se observa QUe el tarnaño de /a-s áerfpe de snffia
bntonüi rechazada con
indignación por ros ingreses-. cada año trag nuevos
signos de rerajacrón dc la
laH es en el oeste de los Estados Unidos, donde los Estados jóvenes son potencia coroniar británica. Las coronias, en función
oe s, situác¡Jn geográfrca y do
lGlñá§giáñAes, ggmo en eloeste de Alemania. Las grandes potencias de Europa las comunidades de íntereses que de eilas se desprenden,
buscan unrrse máa
Central, Austria jr Prusia, provienen de las regiones más jóvenes y más extendidas sólidamente entre ellas gue con lametrópolis; erigen barreras
aduaneras contra osta
del este alemán. Luego de habe¡ crecido gracias a la absorción de esos vastos última; van aun hasta frenar la inmigración oe loi metropotitanosl'óe
arlr la poll¡ca
territorios, ellas retrocedieron hacia el oeste para realizar allí la unidad de sus de los imperial connections, ese imperialismo que se contenta
muy justamente, con
miembros desunidos. Así se formó el nuevo Beich alemán. refozar las relaciones intercoloniales, con preservar el cuadro
eitár¡or del lmperlo
frente a las tendencias a la autonornizacióri que runaan rós
áaios-inmutaoles del
Elcuadro político de un territorio no debe cegarrespectode las transformaciones espacio y de la situación.
espaciales internas que pueden producirse allí. El cuadro puede subsistir y su
contenido descomponerse;elcontertido originalr¡ente diferenciado, puede encontrar 98. En el cuadro determinado de un Estado, conviene esfoaarse por evitar
cómo igualarse y unificarse. En tal caso, dos tendencias espaciales diferentes se demasiadas desproporeiones entre las partes. De'ailí ta iJea
oáiránsierir et princtpio
Oponen o, al contrario, tienden hacia el mismo objetivo. No es la regla que imperios polftíco der equiribrio a.ras reraciones intemas. E[a
confirma er punto de vrsta
otrora fuertemente estructurados decaigan a partir de sus márgenes -como Britania práctico: es más fácit mantener qohgg¡in._de
!a
so disoc¡ó del lmperio Romano. Ocurre bastante a menudo que la forma subsiste, d..igr",o- nárJes_"ü1,r;¡Jg.-_gue_de..pa.rtes
en tianto que, desde el punto de vista deltontenido, importantes modificaciones
espaciales y otras dislocaciones llevan a modificaciones esenciales de la fueza
polftica. El trabajo de zapa, muy a menudo condenado, a término, de los pequeños . Esta polít¡ca es fácil de llevar en un país tan
elástico como tos Estados Unidos
de América, cuya constitución quiere que ras nuevas regiones
espacios contra los grandes, constituye una gran parte de la historia interna de los se transformen en
territorios, y estos en Estados, en el momento en que un ciárto nivelde población
lmperios. Elviejo lmperio Romano Germánico ofrece el ejemplo clásico de un largo sea
alcanzado. Naturalmente, en condiciones iguaies, la ,elac¡on
proceso de descomposícíón que se efectuó en un cuadro caduco, mantenido en loJlacion-espacio
será proporcíonal. Asíaparece sobre elmapa un cu?ioso que llevadesde
¡ Úregionales,
apariencia. Es caracterfstico que lberia, pafs de fuertes contrastes y con privilegios los pequeños Estados con fuerte densidad de pobiación"degradé.,
o""la áó.ir-a¡ántica a tos
país de Fueros,haya llevado con rara obstinación la lucha contra Floma. grandes Estados recientes, débilmente poblados, deloeste
En todo imperio grande, Ia vida individual de las regiones diferentemente dotadas lejano yoá las riberas del
Pacífico. Losdoce Estados más péqueños forman una priáera'línea
desde el punto de vista de la situación, del clima, del relieve, de las razas, así como del Maine a
Carolina delsur; tos Estados medios, de 94.000 a 1Bá¡00 ñ;,'qlue
del nivel de civilización de las poblaciones, se opone a toda uniformación. tienen, po,
consigujente, una superficie que se sitúa en la media de los Estad'os,
se extíenden
sobre el resto del este y del sur-este, así como sobre todo el oeste
Aquí, nuevamente, el comercio asume una tarea política; es él quien asume la
histórico. Todo
el resto se sitúa al oe.ste del Mississippi: forman parte de ella los
cohesión de los imperios sín nivelar las diferencias más profundas. En los jóvenes Estados cuya
extensión iguara aqueila de ras grandes potencias áuropeas, ,oro 7"r"",
Nuevo-
Estados Unidos de Améríca, en parücular, pero también en Austria, en Gran Bretaña, México, oregón, california y Nevada. como la densidaá aemográfica,
ra extensión
en Sueci+Noruega, ciertos lazos han podido recientemente relajarse. En efecto, en de los territorios está determinada por er rerieve y er crima. e.
la medida en que se gana en elfondo, en eldominio delespacio, se puede descuidar
ür g.Loos unidos,
se asiste, al mismo tiempo que al crecimiento de los Estados,
a su división: virginia-
la forma. occidental se disoció de ra antigua Virginia, lüyomíng se,;;ár¿ d. D"kota, que
se
divídióellamismaenDakotadelNorte'ydelSur. Lacuástióndetasiáparticionesestá
La lucha de los Estados Unidos de América del Norte por su independencia planteada, por razones políticas, muy a menudo en relación
con el Estaoo de Nueva
permiüó en primer lugar a los ingleses, descubrir a qué límites se enfrentaban la York, que muchos verían con buenos ojos estallar en razónde
su influencia como
lntegración polftica y las posesiones lejanas en elseno de un imperio. Y el edificio piuotal state {Estado pivote) y de la importancia de su
gue vlno asustltuira las trececoloniasdemostróque un podercentralverdaderamente (127.000 kmz, siete míilones de habítantes). por doquíer
capitai y á" ,,
tenitorio
lucrte puedc tolorar, sin perjuicio para su unidad, la vida más diversificada, en la
s, [uáa"n observar
tendencias a la uniformación, a una rimitación natural'de tas jrovincias,
de los
92 93
dlstritos, de los departamgntos. Ellas van tanto más lejos cuanto que las unidades
histórícas hail sído borradas, como en Francia. Exceptuado eldepartamento urbano
intemas van hacia la f ormac¡ón Oe ríiáaOes iriUependientes, cuyo creclmlan6
pronto estallar el conjunto. Cuando empiezan a¡elimitarse, r, tbseractón oulnl
ff
del Sena y el territorio de Belfort, la extensión de los departamentos oscila entre más para el geógrafo que la estructura, d6sde ese momento sobrepaatdl,
10.728 km2 (Gironda) y 3.578 kmz (Vaucluse). La extensión media es de 6.310 km¿ Corresponde a la política práctica, ayudada por la geografía y la historia, reconocof
. cincuenta y cinco departamentos cuentan.entre 700 y 5.000 km2. En ltalia, la
y ese fenómeno en la estructura interna de los imperios. La repartición de las
provincia más grande, la de Cagliari, tiene 13.430 km2, la más pequeña, Livorno, 345 confesiones en la Alemania de la Reforma era níás decisiva que las modificaciones
, km2, lo que da, en promedio, 4.200 km2. incorporadas a una foiina política eiterior ya vacilante. Pero no por ello caeremos
en el error en que incurrió Alemania en 1870, Que consistía en creer en una fácil
103. El territorio natural y ta descom4sjc.iin det Estado. Está en la naturaleza de descomposición de Francia en dos partd's, norte y sur;. tampoco en el prejuício
láscosas@eográficosfavorezcane|ascensodelEstado, inverso, que querría borrar el contraste climático y racial entre el norte y el sur de los
mientras que el Estado en descomposición utiliza los pequeños. En ambos casos, Estados Unidos, luego del fracaso de la secesión.
los desplazamientos adhieren.a puntos y líneas naturales según un movimiento de
ida o de vuelta. Un país de crecimiento importante, como los Estados Unidos de
América, no habrá cesado de crecer hasta que no haya ganado las fronteras más
naturales que se pueda imaginar. La descomposición, que vemos en acción en los
mini-Estados de Africa Central. prosigue hasta los límites de los últimos claros, y los
grandes rásgos unificadores dé"la geografía, incluso las cuencas fluviales, pierden
su fueaa política. Basta que la naturaleza favorezca esta tendencia para que un
mini-estatismo, aparentemente conforme al relieve, se abra paso en la montaña, en
tanto que, sobre las costas bien recortadas,,las pequeñas confederaciones estatales
€ncuentran en los valles y las bahías protección suficiente. Los vastos horizontes
marítimos habían unido las ciudades de comercio; la descomposición liberó de
alguna suerte sus determinaciones naturales, en particular su relación cada vez
singular con el Hinterland. Rostock ganó la delantera a Lübeck y, de manera muy
notoria. fueron los comerciantes independientes del Niemen y los establecimientos
prusianosde Kovnor quienes iniciaron este proceso. Delmismo modo que lo que se
abemeja se une2, lo que es diferente tiende a separarse. El derecho al desarrollo
separado, fuhdado sobre formas de relieve, se opone a la tende.ncia a la constitución
de vastos territorios comerciales y €statales. Un imperio se deshace, se
"desmiembrll», corno dice Droysen. Si se mantiene en sus formas antiguas, será
como un «monstruo político", según la expresión de Pufendorf, a propósito del
lmperio Germánico. Esta visión, sin embargo, testimonia úna confusión entre ¡a
forma gigantesca y artificial y el contenido, sin duda impotente tomado en totalidad,
pero que se torna autosuficiente al adaptarse, provincia por provincia, a la condiciones
naturales.
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s,.':.ii
s ,n$§
+ffi.
TERCERA PAHTE
El crecimiento espacfal
de los Estados
CAPÍTULO VIII :
La influencia
de las representaciones geográficas,
de las ideas religiosas y nacionales
sobre el crecimiento de los Estados
123. Etequilibrio político. Está claro QUo «Blequilibrio €urop€o» es todo menos una
invención de.los diplomáticos. Las superfícies de Austria-Hungría, de Alemania, de
100 101
Frrnoh y de España en Europa se expresan, respectivamente, por los números 1 00, Canadá, a través de los lazos Attántico-Pa0ífico, los canales con esclull sUl
80, 84, 80;aquellas de los Países Balos y de Bélgica, por 100 y 90;aquellas de los contornan el río S. Mary y que aseguran la unión entre el lago Superior y et dgO
Eatado¡ Unldos y de América del Noñe británico (con Terranova), por 100 y g6; Hurón, y, más generalmente, la explotación de las vías de comunicación sobre lot
equellas de Ontario y de Quebec, por 100 y 97. Sa reencuentran estas proporciones Grandes Lagos. Más cerca de nosotros, se puede considerar el canal Mar del Norte-
cn la Hl¡torla en las escalas y situaciones más díversas. Es elresultado de una larga Báltico, que asegura a Alemania una unión autónoma entre esos dos mares, como
avoluclón y de un equilibrio obtenido luego de numerosos conflictos. La ley del un contrapeso alSund, comunicación natural entre Suecia y Oinamarca. Con su
Cqulllbrlo 9e lmpuso en los Estados europeos del oeste y del centro mucho antes del proyecto de ensanche del canal del Mediodía, Francia busca también compensar las
rlglo XVl. Pero ss en el siglo XVI que se tomó clara conciencia de ello, en razón de posiciones inglesas sobre la ruta de Gibraltar.
les luchas de España, de Francia y de la monarquía de tos Habsburgo por la
hegemonfa en Europa. Allí está, en el fondo, la expresión espacialde una tendencia La asunción de funciones importantes de un Estado por otro va más allá de la
a la lgualaclón, cuya poderosa actividad civilizadora atraviesa el crecimiento de los igualación territorial. Puede ir hasta la exclusión, si el objetivo de la competencia es
E¡tadoe. la preeminencia política. En la mayoría de los casos, se trata del dominio de los
mares, sobre el cual descansa el poder mundial. Aun si él no necesita ocupar
Tan leJos como podamos remontarnos en la Historia, la evolución de los siempre las mismas posiciones, no puede prescindirde posiciones decisivas, lanto,
E¡tados respeta, consciente o inconscientemente, esta ley. El hecho que se haya que el proceso de compensación se torna fatalmente proceso de rechazo. Es el
clcaldo Halys como trontera lmperial entre Media y Lidia es, sin lugar a dudas, la ejemplo clásico de Cartago y de Roma. para quien la Sicilia, orientada tanto hacia el
prlmore gran tentatlva histórlca dE fundar un sistema de Estados renunciando al oeste como hacia el este del Mediterráneo, constituyó el primer objetivo. Los PaÍses
(unlvcruo», 6s declr, al lmperio único de Asia Menor. Cuando los Estados han Bajos e lnglaterra, que se desarrollaron en su conflicto con España, se apoderaron
crecldo uno al lado de otro y han podido controlar los medios de acción y sus de sus posiciones de ultramar y buscaron alcanzar dimensiones incluso refozadas
rccurSo!,la mlsma tendencla al equilibrio puede constatarse. Esta ley se verificó otrora por aquellas de Portugal. Los comienzos del lmperio Británico en cuanto
nugvamento durante la fundaclón de los recientes imperios coloniales; se acaba de potencia atlántíca e interoceánica coinciden precisamente con los orígenes del
addlf tn Alrlca a una verdadere carrera entre las potencias: lnglaterra y Alemania conflicto con España. Se tra?aba entonces de un territorio tan vasto, que Gran
t! ropartloron Nueva Gulnea en una relación de 125 a 100. lncluso los jóvenes Bretaña necesitó dos siglos para asentar su hegemonía sobre los mares, luego de
macro-Estedos de nuestro siglo so constltuyeron sobre este viejo modelo: Siberia que los Países Bajos le hubieron cedido las posiciones más importantes.
!e dcsarolló lrEnte al más grande imperlo del Viejo Mundo de la época, China,
y los
Ertadob UnEos de América provienen 6n parte del modelo de la América españof a. 126. La compensación hacia abaio. Se encuentra otra forma de compensacíón en
lnolu¡o los Estados constltuidos por pueblos menos avanzados muestran un el hecho de que una potencia necesariamente parcelada no Soporta 14 emergencia
lorprondente aire de familia desde el punto de vista del tamaño, a pesar de su en su vecindad de un Estado espacialmente unificado. iDividir pari reinar! La
tnostabllldad. No sólo hay allf una misma lncapacidad para dominar un espacio que política del Hansa, extraordinariamente parcelada, era impedir la unificación de los
ottaco obstáculos idénticos. El grupo Uganda-Unyoro-Ruanda o la serie Bornu países del norte, mantener en el norte del Báltico una situación análoEa a la suya y
(Karem)-Baghirmi-Wadaitestimonian, en elcorazónde Africa,la acción de la misma preservar así el equilibrio. Esparta aniquiló ciudades enteras y bloqueó la unificación
tendencla a la igualación. En un nivel aún inferior, se constata la unión de pequeñas de pequeñas ciudades para consolidar su poder. Francia combaüó la supremacía
trlbus contra un vecino más fuerte, cuyos ataques repetidos invitan a la fusión espacial del lmperio Alemán favorecien dola Kleinstaaterei (proliteración'de Estados
polftlca. pequeños) y siguió la misma política en ltalia: dividirpara reinar. Eldecaimiento de
lsrael era una de las eondiciones del desarrollo de Asur. La gran Rusia misma,
125. La compensación en lunción de la situación y de las venta¡as naturales. Está trabaja contra la unificación de los ducados danubianos. Es todavía una suerte de
an la naturaleza del crecimiento político el que los Estados vecinos, que quieren y nivelación por lo bajo: cuando al lado de Estados débiles, otrora poderosos, surgen
dcben tornarse semejantes, no se atengan a la compensación en extensión. La Estados débíles que quieren ser fuertes: nO es sino cuando Atenas, Esparta y Tebag
vmlnded lmplica igualmente que se distribuyan las ventajas de la situación y de los se hubieron consumido que FocÍa y Arcadia pudieron aspirar a una Pqlftlgt
ruoursos naturales, lo que conlleva una comunidad de intereses y de funciones, independiente.
lr¡n¡lormando a msnudo la competencia en voluntiad de rechazo. Ello no sólo se
produce en los espacios re§tringidos. Pensemos en la competencía a que se Elcrecimiento de un Estado puede irtan lejos que toda compgtonqh !a tgma
antragen las dos grandes potencias de América del Norte, los Estados Unidos y imposible. Los vecinos que no pueden seguir buscan dar un golpe para datCñtf crtr
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102
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La situación
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aeuln ¡o' cAPiiuh
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situación geográfica es
\ una constante del suelo.terrestre, que atraviesa elmovim¡ento de la flistoria. Situado
en cierto lugar de la tieira, pueblos y Estados reciben de él siempre el mismo sello,
como un río se calmay se desencadt'na siempre en el mismo lugar. La situación es
más que una invariablé histó(ica; es el depósito donde, en los probesos históricos
1
importantes, las olas se calmán despqés de la tempestad. En la medida en que un
pueblo consérva su situación f, por consiguiente, su país, se conserva a sí mismo.
Guardar su territorio y vivir al interior de sys fronteras es la primera tarea de un
pueblo. Siempre vuelve a é1.
Porsu situación, un
Recibe de ella, al
pafs que se
femisferio, cada continente, cada océano, confieren sus propiedades al
sitúa allí. Ello es verdad respecto de sus características generales qug son laraza,
la religíón, la civilización. En Africa, hay Estados negros, en lslam, Estados
islámicos, y, entre los primitivos, Estados primitivos. Es de su sltuaclón que depende
asociación de Estados vecinos.
Estado puede cambiar de forma sln que ollo afmtt tu potlnol¡l polftloo. En el
teritorio situado entre el mar Egeo, elTauru¡ y 0l Hlndu Kulh, h Hlttolt permlte
asistira ta formación de conjuntos polftlco¡ dlfcnnt¡¡ tptrtlrd! altmanloa ldántlcos.
Que fuesen asirios, egipcios, persas, glrlo! o romlnoa' damprr ll
lltuaban sobre el
¡stmo entre el Mar Egeo y el golfo Pórsloo. Enfa Mcfopotfmla y Eglpto, lrán y Asla
Menor, siempre hubo relaciones. Pero al praollrmtnta proplo de esta sltuación el
que etta no pueda expresarse on t6rmlnor dr tanllorlo y dc ,¡o¡¡s¡¡s. ' Ello no cambia
nada al hecho de que, para cada E¡trdo, aólo hly unr dtuaolón, y que un Estado no
es pensable sin ella.
más bien precisar tos designabá otrora lo absurdo y la insignificancia de la Alemania de ta Dieta o de ta ltalla
ounto esltría-desprovista de toda significación. Su trabajo es
oe tongitud, los oóéanos, las montañas, los ríos en el seno de los desunida. La situación y la grandeza de esos dos páíses no lograba sobreponerse
6ráJá. d|r"t,iüo v
a su dispersión. Alemania e ltalia no eran lo que podrían haber sido en razón de sus
cua¡es un País está situado'
propiedades naturales. La utilización de la expresión
"concepto geográfico" pueds
del dar lugár a incomprensiones. Más habría valido, para Alemania, ler menos polftica
En la época dq Desmarest y de Buffon, interesaba mucho la determinación
en la época en que se hacía de ella un "ooncepto geográfico,. y, ciertamenie, más
centro de los lmperios y de los cóntinentes. Se daba como centro delViejo
Mundo,
paralelo delHemisferio Norte, habría valido para ella estar mejor dotada por la naturaleza, lo que constituye la
üñ J¡nto.ituaoo entre átdé.jmos"rto y décimooctavo
el Hemisferio Sur. Se trata ahí de verdad del concepto geográfico.
i pái" et ñuevo Mundo, un punto equivalente en
üna transterencia de la geodesia a la. que no tiene interés para la
-geografía,
geogratica. §e encuentraun resto de este "omfalismo" 132. lndependencia de ta situación. Hay situaciones que, en apariencia, tienen el
áetermlnaciOn de üñasituaóión
áh iás ant¡ouas descripciones dá los}stados Unidos, que atribuían una incomprensible mismo valor político. De hecho, son muy diferentes, siendo la una independiente, la
;i";ñ¿|ñá qri punto tan insignificánte como Fort Riley. Taldeterminación sólo otra dependiente de otra situación. Se habría podido creerque no había, en Europa,
tfáná rñ r.for simiólico. Si sehide, por ejemplo, la distancia de
Lisboa a Delhi' situación comparable a aquella de Flandes: al borde del mar, en medio de los paises
que estuvo al
Járula¿n, la ciudad Santa de los crislianos y de los musulmanes, más ricos, en el cruce de las vías comerciales del norte y del sur de Europa. Sin
menos al medio' embargo, el desarrollo autónomo de Flandes jamás conoció las mismas garantías
centro de los combates de los dos polo§ delViejo Mundo, está más o
óairi*" ;nodo que Üa Meca está más o menos al medio del mundo musulmán' que aquel de Suiza. Reposaba más sobre la situación det mundo que sobre ta suya
propia. En qué medida la sítuación de un país le confiere durablemente independencia,
que se refieren a es lo que muestra el ejemplo de las revueltas campesinas y burguesas delsiglo XIV
131. Situación natural y política. Hay una infinidad de situaciones
h reláción de los lugáies y de los territorios en los polos y en el ecuador, en los en Europa Central. Sólo dieron lugar a Estados en dos lugares: en los Alpes y alborde
üráláfot v tn to. mériOianos, en los continentes y en los océanos, en los ríos, los del mar, en la Confederación Helvética, en el Hansa y, más tarde, en Holanda. Se
iü;Jt lá. montañas, tos bosques y otros puntos, líneas o espacios naturales:
'rr'UAónu'"on
trata allí de territorios situados en elborde de zonas habitadas, abiertos a lo meno§
de un lado. Las situaciones insulares son las más independientes. Una isla puede
la naturaleza . Otra sárie de situaciones se vincula a la relación de
patabra ser totalmente independiente de su vecindad más cercana. Venecia pertenece
tig Sltuac¡Ones entre ellas. Estados, ciudades, fronteras, caminos, en una
ilqr. los hombres han edificadb, están unidos según estos dos tipos de geográficamente a la costa occidental del Adriático. Era, otrora, un mundo
ióáJ
sitiaciOn. En otros téfminos, las situaciongs políticas están ligadas a las situaciones completamente d¡ferente de la planicie del Po, como sí un océano y no una laguna
ñát,ráf.t. Ásí, decir que el tenitorio que se encuentra entre los Alpes y el Báltico se lo separaran de allí. Hasta su independencía, Venecia pertenecía al lmperio
grados de lat¡tud Norte' Bizantino y sus intereses vitales se situaban en el Adriático oriental. Jamás se le
SltrJa entre los cuaáragésimo séptimo yquincuagésimo sexto
desfasado en cinco reprochó tanto su soberbio áislamiento como a Chile, situado entre elOcéano y la
ápéctfUe rna situacióñ natural. i'ero, áecir que ese territorio está
comprendido-entre los Alpes Cordillerade los Andes, eldesierto en elnorte, elbosque en elsur. Entre los Estados
Orados de latitud norte con respecto a aquelque está
ja situación con otra' Aleman¡a ocupa de América del Sur, Chile pudo tener un desarrollo independiente, porque gozaba de
í elóc§ano ntlántico, describe relqción de una
gran del una sítuacíón de independencia. Del mismo modo que Siberia, encerrada entre el
ía prmáiá s¡tuación; Francia, la segunda: §ituación política. Si digo: la isla
se sitúa entre tos grados cincuenta y cincuenta y nueve de Océano, los hielos y un desierto, mostró una independencia de desarrollo conforme
nor.óeste de Euro¡ia
al oe§te del Báltico, ocupada por los reinos de lnglaterra y a su situación.
latltud norte, ella se sitúa
y natural. Si Atenas pudo
Oe EJro¿ii'f,ay.coincidencia entre situaciones política
pátOet t, poteicia económica y comercial, mientras Corinto supo conservar la suya' 133.Determina"tA^ y deee g lffi situación forma parte de los
ái fa piue¡a de que la situación de Corinto era naturalmente buena' Aquella de objetoúldllque trata la geograiía. El mapa es elinstrumento mayorde su descripción.
Atenas, con sus puertos y el Atica, era igualmente ventajosa; pero' le faftaba
lo Su estudio no es por ello menos necesario alpolitólogo. Una situación ss define por
ngcesar¡o: et Étmo. Su situación sólo'era buena potíticamente' üna multiplicidad de relaciones. Para simplificar, se considerará que una situación
puede definirse en relación con otras situaciones ya conocidas, zonas, continentes,
La situación natural es un concepto geográfico y puede ser asido desde
un océanos, cadenas de montañas. Alemania se sitúa en la zona tamplada del
punto de vista sstrictamente geográfico. La situación política eS un concepto a Hemisferio Norte, en Europa Central, entre el cuadragésimo séptimo y el quincuagéslmo
c-on áesprecio la expresión "concepto geográfico"' quinto grados de latitud norte, entre los Alpes, el Mar del Norte y el Báltlco. Esta
inedlas pOlftico. Se utiliza
natural su pleno valor polftico' Así se situación puede compararse a aquella de Francia, quo se encuentra.tamblón entre
.OUanCA un Estado no sabe dar a Su siiuación
108 109
alborde del volcanes y de los temblores de tierra codeiáünina et destino de un país, en qua l¡¡
lor Alpes y el M4r del Norte. Se distingue de ella porque Francia se sitúa
óó¿áho Áffantiio y está desfasada en cinco grados hacia el sur. fuentes de toda suerte tienen una influenciaiobre el desarrolto dó un pueblo, lll
relaciones subterráneas también deben serestudiadas. Se tiene elderecho de exlglr
clasificados que, allídonde se habla de posición mundial, se trate de las relaciones con las rutás
Los datos relativos a la situación geográfica de un país deben ser
de los espacios de los óuales ellas dependen' Así, en botánica, del comercio mundial. La posición mundial de Creta no sólo puede caracterizarse
segúnlá di;ensión
a la familia de las por su situación en el ángulo de tres continentes. La palabra no puede s¡no aplicarse
áá-Oaa qrt la Rosa Caninaperlenece al tipo de las fanerógamas,
que Alemania pertenece al país al Mar Mediterráneo. Panamá, singapur, he allíposiciones mundiales.
ña¿gEü á gén.ro rosa. Det mismo modo, se dirá "suez,
y, más
del Hemisferio Norte (o del Viejo Mundo), a la zona templada, a.Europa
piectsamente,aEuropaCentral. Sepodríanseñalarotraspertenencias:alospaíses 135. Relaciones entre situación y espacio. El tamaño o, más precisamente, la
áriop.or que bordean los Alpes, o a aquellos que bordean el Báltico y el Mar del superficie, const¡tuye un factor esencial de la situación geográfica. Lo que modifica
y precisa su imagen'
ruortá. Cada rasgo atribuye al país un conjunto de propiedades el tamaño desplaza naturalmente la situación. En la medida en que la situación es
POr ello es importante órdenarlos desde lo más abstracto a
lo más concreto, extendida', se lapuede expresarpornúmeros:Alemaniatiene una costade 2.440km,
Se inscriben pero ello sólo explica muy parcialmente la situación del país con respecto al mar.
COnSlderando sólo lo esencial. Hemisferio, zona, continente, océano,
evldentemente en una serie lógica. Aquella de Francia, entre el Mardel Norte, el Mediterráneo, los Pirineos y los Alpes,
se traduce ígualmente poco en cifras. Porque esos hechos geográficos mayores son
gn toda clasificación conviene como la osamenta sobre la cualdescansa el cuerpo de los Estados; su importancia
134, La comparación de situaciones emparentaaas'
cómparar loi Estados según su situación geográfica. La situación de Europa y de puede variar, síempre que esa armádura no sufra nidisminución ni amputación. En
para
América del Norte en la iona templada norte proporciona una base natural las situaciones extremadamente neurálgicas, el espacío pierde su importancia hasta
cómtáárfas. Considerando las dos situaciones, se observa que ellas no se reducen no tener ninguna: la situación mundial, como aquella de Adén o de Singapur, sólo es
los mismos paralelos, sino que la evolución de su suelo concuerda' posible en pequeña escala, pero los efectos de esos espacios restringidos cubren
a Su inclusión en
lue su clima, su fauna y su flora son comparables. No solamente los fenómenos son una extensión considerable. Es así como la ocupación de una situación costera
cOmparabtes, sino también su historia. Su suelo dio nacimiento
a homologfas implica la dominación del interior de las tierras,l o que un país con dominante
ecoáómicas y políticas, cuya fueza, condicionada por la naturaleza, se expresa en continental puede tornarse marítimo, siposee una posición marítima, incluso mala,
y
párti.rt"r en'tá. repetición la duración de su acción. Alemania e ltalia se han como el ángulo de Aigúes-Mortes, bajo Luis Xl. La situación recibe así una plusvalfa
potenciasdelmedio, alnorte y alsurde Europa' ElSacro que no contenía en sí-misma. El Mediterráneo no sólo cuenta por su reserva de tres
IünóóniraOo siámpre como
como la de millones de kilómetros cuadrados, sino por la proyección de las influencias que se
irl.iio'norano Germánico explotó la situación centrat de Atemania, así puede incluso viertén allí. El se impone mucho más por su situación que por su tamaño. El tamaño
itáiia. nmOos países actuaron particularmente el uno sobre el otro' Se
las mismas tareas, las no obtiene su valor sino de la superfice de las aguas, la situación de la configuración.
,ár cOro dos'potencias a las cuales su situación asignaba
sát¡jrc¡eron diferentemente. Los Caballeros Teutón.icos tomaron el lugar de Poco importan las distancias; prueba de ello, los tres continentes que rodean el
subió cuando la orden de los Mediterráneo. Es una tesís principal de la geografía política o aplicada. La situación
Brandeburgo y la potencia de los Hohenzollern
provenir de una ley pondera ta sobreeslimacíón como ta subestimación det tamaño de los espacios. Con
óaOáfeior feütOnióos dectinó. Su fusión utterior nos parece
geografía política práctica, esas analogías de situaciones se dan a el fin de paliar la insuficiencia de la reducción acostumbrada del Estado a su
natural. Para la
v€ces como comuniáades de intereses, o como final¡dades concurrentes. superficie y a su población, se debe, por consiguiente, hacer intervenir el estudio del
mapa. No para agregar nuevos datos sobre un país, sino para establecer entre ellas
una correlación viviente. El espacío político tiene algo de abstracto. La situaclón
se dice muy a menudo "posición mundial,, (weltstetlung) por "situación»'
es reviste, por el contrario, un carácter preciso, orgánico. Es por ello que esos dog
lmnos óonceptojestán muy próximos, pero deben ser distinguidos. La situación
parámetros de la geografía política están índisociablemente ligados el uno al otro.
to primero y mhs simple; la pósición mundial agrega allí el conjunto de las condiciones
un pueblo en
naturales y ae tas propieOádes que definen el tugar de un Estado o de
posición y la situación de un De la ley de crecimiento de los Esta4os, se desprende necesarlamento qua l¡a
sl mundo. En ese sentido, posiiión mundialdesigna la
a su lugar sóbre el globo tenestre como por la ventajas de la situación son reconocídas más temprana y más láollmrntr qur
fafs soOre la tierra, tanto eh cuanto sus fronteras' su aquellasdelasuperficie. Resultandeellolosfenómenos,grávidosdeoonrouanOll¡,
IáainO"O de sus tierras y sus mares, su forma, Sus costas,
ta medida en que las de la diferenciación según la situación y de la selección de laa vcntaJft googflrlott,
áóñifgrá.iOn y su irrigááión, su clima, su flora y su fauna. En
de los hombres, en que la potencia de los De alll, asimi*cmo, elhechode que la únicaventajageográllcadampraarplotrdf pof
,lqrei"j natuiates págán ei esfuezo
111
' 'i 110
'¡¡' '¡'" adorninaretespacio, losperíodos másantiguosdó lahistoria hantenidoporteatro
u lnc trctadoq min la situación'-"'Tod9
'trac la periferia. Pese a sus progreso§ polítióos, lahlemania continental del siglo lX al Xll
ffi"il,:l#,:í¿$lJ,fi'},li..[*iinüts*t'::,:,Tñ?,'"ft estaba en retraso respecto de los países del sur-oeste y del nor-oeste, bañados por
dórica por la las aguas. Cuando Estados jóvenes pueden adjüdicarse ventajas sobre un suelo
Megara retiene los pueáos. de la penínsu1a
h altutclón, La p.qu.ñ" o castilla deciden del políticamente virEen,, se instalan en sus ríberas tan ampliamente como les sea
gannola,p.qr.ááJ piovincia-s co*o Hoi"nJá erandeburgo proteitor entrefiar y posible. Los tres Estados de América del Norte tienen costas sobre el Atlántico y '
en un ángulo
dr¡tlno de grandes É.trdor, cartago, atrapada Mediterráneo' Tantos sobre el Pacífico. En América Central, es evidente que cada Estado ocupa una ribera
su potenciaén
deslerto, desarrolla, sin que se ta consideÉ, y Colombia manifiesta claramente, al extenderse a lo largo de la bahía de Davis, una
sobre el espacio' que ella termina
hechos demuestran la supremacía de situac¡on
la
durante todo el tiempo en queJos [endencla g la eXpansión pordesbordamiento en el Pacífico. En América delsur, fue
pOr absorber. Ese encadenamiento .. ,"niii.tt" deliberadamenteque,desdeelorigen, seaislódelmaralParaguay,yfuenecesaria
Estados crecen o, cuando ellos invÓlucionan' una guerra desafortunada para alejar a Bolivia del Pacífico. Ocurre que en períodos
remotes de.la Historia la situación periférica del núcleo estatal no aparezca tan
Silapoblacióndependedelespacioocupado,lainfluenciapolít¡cadependede poderosa nítidamente, como,'por ejemplo, la elección dé Marienburg como centro político por
tas dos' Gran Bretaña es hoy
la sltuación. Unáór"n h"ción requiere de eliz de ciertas otras' la Orden de los Caballeros Teutónicos, que está'situada a igual distancia de Thorn
y por la situación
por la superficie dJatgunas de sus posesiones
f
mitad sur de América del y del Báltico; ello respondía al cuidado de asegurar las comunicaciones, tanto con
O" ló, f sta¿os Ú,i¡Oos, en la
Hay situacion., proporcionalmente Álemanía como con elmar. La más grande propoñión de territorio se encuentra en
"á.ááqr.tta
Norte,que como¡nán lasiosventajas. Rusá,
poretcontrario, tiene,
sur el interiorde los continentes; todos los grandes Estados modernos son continentales,
a su tamañ0, sotá focas situaciones
v:,nia¡álas, ya que está limitada al oeste, al
porque han añadido vastos espacios interiores a sus antiguos dominios periféricos;
Y alnorte Por
mares cerrados' y así se han consolidado sobre el continente
medíana y tan
eí su situación peninsular,
El Norte de Holanda condensa todoslos hechos 150. ta situación media. Los países delcentro son tan poderosos en posición dó
erEscalday elEms,
favorable,de aáá.eroooduradelnrrin entre geografía neerlandesa, tanto' fuetza, como neurálgicos en posición de debilidad;ellos incitan a sus vecinos a la
de la
característicos, ñlstóricamente tan importantes Toda Holanda se agresión o a la resi3teincia. Amenazantes o amenazados, grandes pueblos y
ótras.
que esta provincia es como ,n ,..ur.n Já too"t
tas
potencias histórÍcas se han engrandecido en esta situación. La intensidad de las
r€conoceenro."oitornásJáesaregion a"z,zzokm2,esoes,unvigésimodelreino'
de Brandeburgo' regeneraciones se encuentra allí tanto más acrecentada, cuanto que las tendencias
O, Cariiii",
En el caso s¡tuáciOn central, como en aquel
"ániu naiurales de Alemania del Nor-Este'
el más diversas vienen a conjugarse en el centro. Las vías de comunicación, al
sltuado en ta oesámoocadura de rr. ."lioá. secundarlo' Es por su converger en esa regíón, les confisren un beneficio anexo, al verter allÍ sus
espacio ..0. a ta situác¡ón; no hace sino
g;ái'..p".io. Pero, cuando se observa la producios. Porotraparte, lasituación media constituye unaprotección, en lamedida
"ñirp;ñá
eltuación que ellos pudieron crecer,
en que elterritorio se encuentre a igualdistancia de las amenazas exteriores. Se
sltuación de ciudades, de istas o de
pas* ói..rin.nlet, :: e-stá frente a situaciones'
enteramente debe recordar cómo las regiones-núcleos de ltalia estaban aseguradas en el imperio
que supr¡me. p"rtá etvalordet.:p;ü su importancla se contiene
Adén, sirigapur' Hong Kong' romano, rodeadas por las provincias exteriores; durante todo el período en que reinó
en la situacion:'es-ei caso en cioráiiái
"n r,¡"ita,
s¡tuacion reemplazan hasta cierto punto un solo emperadqr, ninguna guerra emprendida por el imperio turbó su desarrollo.
Hellgolandia, Key west. Las ventaias ailá La situación media implica también relaciones diversas y necesarias con otros
aquellas delesPacio' países. En el interior de un territorío nacional o estatal, a medida que se aleja uno
del centro, la influencia del exterior se acrecienta. Las razas puras, las culturas
l4T.Lasventajasdetasituaciónperiféria,Ellaessiemprepreferibleencomparación verdaderamente originales, ocupan el centro. Los indígenas del sistema kassai en
conlasituacióninterior,porquepermitecomunicacionesmásfáciles.Vent{asque
trnc¡on de la ley que determina
pueblos. En Africa, al igual que los esquimales del centro del Artico, así lo testimonian. Los
demuestra la extensión presente de los encontramos factores históricos y nacionales de la estatización acusan una pureza más grande
los lugare'g"ogiffrc"entefavorables'
eue elpueblodominante ocupe los indios de América en el centro, y son attí más durables. La situación media, cargadade consecuencias
cottát,
aislados en et interior o"lá.ii.rr".,ásrai¡r
á!-ras
" políticas, de los magiares en Hungría y de los checos en Bohemia, la posición de-la
a ros;botrsetát
Norte y del Sur, alos
del Nofte aoorlgenes ae nuttt'tii.q rv§ rrv'Y!rrY'--
at ,,rusuat¡q' '
lt:y:::t:':y,*T¡';?Itt; Aet Marca de Brandebuigo en Prusia, Lonfirman ese hecho. Y cada vez que la evolución
Los Estados- pá¡r¿iitot so1 únicos en go-zar inmediaitaménte
del Cabo. l9s esoq histórica ha favorecido la situación marginal, como en Washington, Flío de Janeiro'
comercto marftlmo. O" .iiir, **ce fácilmenüiáconóciute en la historiade
,ia nara
para ll€Q8G Buenos Aires o San Petersburgo, la tendencia a reencontrar una sítuación medía
tiene en cuentaeltiempo que es necesario
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112
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, dominado por los agresores, jugó de manera decisiva contra Rusia, en tanto que
antes, en 1812, le había permitido vencer: recuérdese que las tribus alemanas no
supieron explotar el espacio que era su)/o en la lucha contra los romanos; ensgas<
partes, es el factor ouramente esoiritual de una conceoción suoerior del esoacio-'lo .7
qug¡g;ffiireIg¡tcia.A menudo, esa adquisición se pierde; eñ él caso de Alejandro !
ó3e César, se ha conservado para la posteridad, cuyos horizontes ha agrandado. '
La Historia muestra perpetuamente que todo espacio más vasto plantea problemas
más importantes para la guerra, y que el vencedor es aquel que los ha resuelto. Se
tratade un combate por el espacio, por medio delcualse agranda la concepción del
espac¡o. (...)
I
178. Diferentes categorías y grados de dominio espaciat. Es muy instructivo
comparar el movimiento de los germanos en América del Norte con aquel de las
grandes potencias coloniales, España y Francia, a las cuales ellos reemplazaron allí
casi en todas partes
.: España envió un número bastante granda de colonos, que se desplegaron
rápídamente hasta California y el Río de la Plata; pero la organización política que
España dio a esos países no correspondió jamás a las necesidades de esos pueblos
Jóvenes, que vivían en condiciones diferentes en cada caso. Se ve comúnmente en
la tendencia española a la federación, que se manifestó brutalmente en ese siglo,
una reacción necesaria al absurdo territorial de un imperio que se extendía sobre una
centenade paralelos, y dividido en tres vírreinatos: Perú, México y Nueva Granada,
que ni siquiera estaban en relación antes del siglo XVlll.
N,aturaleza y evolpción
de las fronteras políticas
239. Propiedad generat de las frónteras. La frontera geográfica. La frontera entre el
mar y el coritinente es la costa; la frontera entre la tierra y el río es la ribera; la f rontera
entre la montaña y Ia planicie es la ruptura de pendiénté entre una declinacíón fuerte
y una débil. Una masa granítíca y una capa de esquisto están separadas por una
cinta de cuarzo; del mismo modo, la frontera entre dos Estados que constituían Én
su origen un conjunto, es la cicatriz que corresponde'a una ruptura histórica. un
bosque y una planicie herbosa entran tan bruscamente en contiacto, que la obscura
masa de la una se levanta como una muralla sobre el fondo verde claro de la
superficie de Ia otra. Es una verdadera muralfa láque determina la frontera entre la
ciudad y el país plano.
Fuera de esas fronteras visibles, hay muchas otras que son impalpables. Si
vamos de Bolzano a Trento, no distinguimos la frontera entre las poblaciones
alemanas e italianas; se puede caminar durante días en el Algan y pasar en muchos
lugares la frontera germano-austríaca, sin acfuertirlo. Sin embargo, tenemos quizás
la sensación de ver, en uno de los dos países, más caras extranjeras, una manera
extranjera en el corte de las ropas comunes o distinguidas, inscripciones extranjeras.
He allí signos de que la frontera está cerca; sin embargo, no vemos línea, sólo esos
fenómenos dispares.
Sín embargo, la mayor parte de las fronteras naturales d€be sof oonrlfmfdf
políticamente. lncluso la lfnea de cumbres más afirmada, la lfnea de pütlolón da ht
aguas más evidente, permanece dudosa con respecto a esa lfnat lm$lnülf qua
tenemos en el espírítu. Es preciso recordarlo a propóslto dc un uto nolantr Cal
126 't27
concepto defronteras naturales. Decir que en 1860 Francia terminó porapr:opiarse ocurre qtre ciertos ríós hayan podído, en únd époóa dada, jugar un papel frontorlzo,
de una frsntera natural, da la impresión de que con la césión de Saboya a ese país que'posteriormente no estarán ya aptos ilara cumfrir. Lo c-ual
Su nueva frontera llegaba a Ser la única pensable, natural. De hecho, Francia no hizo
eslartlcularmenlr
verdad en cuanto concierne a la utilización provisoria y simbólica de los rfos
sino trazar una línea{rontera a traúés de ld zona fronteriza. Se considera la frontera como
fronteras.
plrinea cpmo particularmente simple, y que va de suyo. Ahora bien, el Tratádo de los
Pirineos, de 1659, no conllevaba una determinación específica. De allíuna cantidad
En el caso de los ríos, se requiere de- condiciónes particulares para que la
de puntos obscuros, que arrastraron a una negociación de quince años entre Francia ínhabitabilidad que caracteriza la fronteia naturaljuegue su papet. Los ifos añchos
y España, de 1853 a 1868. Despr:és de que España hubo rehusado aplicar el como brazos de maF son, por'esá misnia razón, aócesibles al comercío. por el
"pr¡ncipio de las cumbres", dribieron tenerse en cuenta numerosos derechos contrario, lós rápidos, las gargantas, hace-n del río una línea de separación absoluta,
forestales y de pastoreo que se remo'ntaban, en muchos casos, a donaciones del Elrara, que constituye a to [argo de 75 kin ra fronteá éntre Monienegro y Turqula,
siglo Xlll, de tal suerte que la frontera que se resofvió se aparta considerablemente con sus gargantas que en algunos tugares tienen hasta g00 m de prolunáldad,'con
de la línea de las cumbres principales, así como de la línea de partición de las aguas. sus escasas posibilidades de atravesarlo, con su cárácter infranqueable en perfodo
de crecída, constituye el itlealdel foso-frontera. Éllo no pioviene dblrfo comoial,
,258. Los.fíos como fronteras. Hasta el siglo XVl, en las regíones montañosas de slno
del hecho de que el río tiene su lecho en un lugar de separación de terrltorlos
Alemania los ríos y los cursos de agua eran ten[dos por res nulliusli era ese un resto naturales. Así ocurre también con el Jujuy, cuyo cu.rso sigue la configuraclón de la
últlmo del borde fronterizo.'Hoy,'cuando se ajusta la frontera en el "talweg'2, so[. montaña sur-brasileña; él separa los países áltos del norte delbajo páís del sur, el
sopre tgdo los militares qúienes hdcen el elogio de la§ fronteras fluviales, pues la bosque de la estepa, los sedentaribs de las plantaciones de esclaíoi del norte, del
hlstoria milítar, desde la.Antigüedad hasta los üempos modernos, del lndc al nomadismo de las estepas del sur. Acá los españoles, allá los portugueses, y qulen
Potomac, rebosa de casos en que los ríos demuestran su valor táctico, como sector quiera atraviesa el río para entrar en la estepa se torna involuntariamente eépañol.
deoperacíonesyobstáculoalaaproximacióndelenemigo. ¿Noserodeanlasplazas
¡Qué direrenóia con er vaile der arto Rhin y rá identidal ¡¿ añ ;;;rioerasr
luertes de murallas y, sobre todo, de fosos llenos de agua? En la época en que los
romanos gstablecieron cincuentafuertessobre elRhin, ese río no eraparaellos nada El rfo como frontera universal. En la época en que era imposible determinar
más que un «foso húmedo". Sin embargo, a este respecto, como a tantos otros, no con exactitud una línea fronteriza, ríos y cursos de agua estaban predestinados a
se puede disociar las riberas del río, y la gggg'afía militar dará prioridad a la altura servir de trazo a fronteras universalmehte reconocidas. De alli la multitud de
quedominaetrío,porsobreelríocomoffiadefensiva fronteras fluviales, tanto entre los primitivos de h.oy iómo en los grandes imperlos del
exige que se reparta"la defensa sobre todo su curso;.oor e.l h.echo de la falta de pasado, cuya periferia no podía sef determinadá con alguna ceñeza sino por mares,
posiciones tansversales, no se dispone sino de una delgada cobertura sobre los rfos o montañas, Las fronteras que la clarividencia de óarlomagno dio a su imperio,
flancos. Lo cualredobla la amenaza de envolvimiento. Es para remediar ese estado dei E¡aer aiFaaÉ, pasando por el Elba, el saale, los montes de-Bohemia, el Enns y
de hecho gue se establecen los fuertes. O bíen la [íneiá lluvial se ve artificialmente el bosque vienés, han guardado su valor jurídioo por generaciones. se conünuará
prqlongada: las fortificaciones que hizo.Trajano del primer frente de extensión feyendo por largo t¡empo sobre el puente de Bensburg: Eidora romanl terminus
romano constituían una suerte de prolongacíón del Danubio al Mar Negro (hasta impetii3. l-o mismo vale para el Ebro y el ríber. otro tanto para el Aar y el Rhin de
Tomisl; Adriano fue el primero en integrar eldodo norte del Danubio en la fortificación los francos orientales; el Góta Alf, del wenersee al mar, para los noruegos,
de la f rontera. Sin embargo, la f rontera no sirve sólo para def ender, tiene otras tareas KbnigsaueyKoldingfjordparaeischteswig. EtbajoZab,entreÁsiriayBabitonia,lno
que cumplir. Es un ríos fronteras naturales y es acaso una de las fronteras más antiguas que conozcamos?
. 128 129
rutas comerciales hacia el oeste. Luego, los Estados francos y alamanos {üe in¡n ,o, recorridas por cuatro ,r", oá t.rrollrriles y gtras tantas rutas naclonllf¡.
ostaban situados más allá de ese río lo privarcin de una situación política, de la ci.¡al y favorecen el establecimiento. Es oor elloque los ríos no pueden servir
el tiempo no había podido borrar la ¡mporkncia cultural nacional, pero la volvig a
durantl
mucho tiempo como fronteras. La diménsión comercialde los ríos, que es la más
encontrar durante la partición del lmperio bajo Carlomagno. Francia enteiaéstaba ¡mportante y.la más durable. terminará siernpre oor sobreponerse a su función de
ahora bordeada por el Fhin y el Mosa, Lorena por el Rhin y Alemania por el Elba. He frontera, cuando se observan pares de ciudades-puent"s, coro Mannheim y
alll, muy claramente, la influencia política de los ríos sobre las formaciones estatales . Ludwigshafen, Maguncia y castel, colonia y Deutz. se ve que esas ciuoades qró
en Europa Central, fenómeno que retomará parcialmente con la frontera renana ,franquean el río. bgrran,la frontera.. El Rhin alemán es franqueado porvientiún
entre Alta y Baja-Lorena por una parte, Franconia y Suabia por otra pañe, con los puentes de ferrocarril, cuya impresionante arquitectura resistirá sin duda al tiempo.
tramos del Saona que delimitan Borgoña y Francia, con el Ródano entre Arelat y De Basilea a Binge, elvalte det Bhh.es la zona de Europa Centrat que fue la última
Francia, con el hecho de que todavía en el siglo XVll el principado de Orange, el en alcanzar tal densidad de población. ¡Haber hecho de ella una frontera, qué
Condado Venaissin y Aviñón tienen el Hódano por frontera. Cuando Carlos Vll hubo ,monstruosidad!
planteádo luego el principio de la frontera renana, las exigencias del perfodo se
habfan tornado totalmente otras, y el Rhin permaneció poco tiempo como rfo- 262. Fronteras naturales y artificiales. La geografía política debe contar con las
frontera. fronteras políticas dibujadas por los tratados. La naturaleza del entorno puede lnllulr
sobre la operacionalidad de sus fronteras y, según el caso, el agua o el bosque, las
Esas añerias pueden servir de frontera, o mejor, como proyecto de frontera montañas y los valles, facilitarán una u otra función de las fronteras, aunqug sean
buando se coloniza un país nuevo. Es el papel que jugaron el Saale y el Elba, luego ellas artificiales en su más atto grado. pero también se debe, por cierto tlempo, tomar
el Havel y el Nuthe en la germanización de Alemania Oriental, el Shannon en ¡a la frontera tal cual es, es decir, como la consecuencia o la traducción de los destinos
britanizaiíón de lrlanda, el Mohawk y el Ohio en la colonización de América del Norte históricos -un puebto puede, por to demás, desarrollarss tan vlgorosamente al
y el Oub en Africa del Sur. Agreguemos que su status, que era primitivamente el de interior de una mala frontera, que ta expresión de su individualldad vendrá a
zonas fluviales, favorecía su papelde frontera. El bajo Vístula, país de pantanos y compensar lo que sus fronteras no le dan. La l¡bertad de suiza y de los pafses BaJos
de bosques, constituía una frontera ancha y poderosa entre prusianos y eslavos, e se impuso, por ejemplo, por sobre las fronteras abiertas de eso¡ dos pafsee. El
lncluso entre paganos y cristianos antes del siglo Xll. Puede ocurrir que, cuando un carácter natural de un frontera no sólo se remite al suelo. El pueblo mlsmo puede
movlmiento colonizador se efectúa en dlrecciones diferentes, ellas confluyan para contribuir, señalando obstinadamente tos límites de su terrltorlo. Cuando una
haierde un río, al menos temporalmente, ellfmite entre civilización y salvajismo. Fue frontera najural delimita una población nacionalmenta homogánea, olla será, por
el'caso óel Ohio, en América del Norte, en el siglo XVll. eso, notor¡amente fuerte: sacará de la unidad nacional una fuezl polftloa que, a su
Et río como frontera y vía de comuniación. La densificación del hábitat y la
vez, la relorzará. El sahara que separa a los negros de los alrlcrnot del Noñe, sl
Himalaya que opone a los mongoles y los arios, los Andes que rfrlrn I loe lndloe
lntensificación del comercio no tardaron en mostrar que si los ríos podían continuar
silvícolas de los índios civilizados, son fronteras de importancle mundlrl.
slrvlendó como zona-thmpón, no se les podfa aislar de los países en que tienen su
lecho. El tráfico se extiende naturalmente a los países que los bordean y trama sus
hllos de una ribera a otra. . La frontera aspira a consolidar, a profundizar las -y en suSerelación
debe considerar siempre a la frontera en su relaclón orgánlor con el Estado
con las geográflcas.
separaciones. Como frontera, el rlo tiene tendencia a.retorzar y profundizar su otras ventajas En buena parto, al equlllbrlo polftlco
aspecto disociador;como vía de comunicación, él aparta todo cuanto se opone a la descansa sobre las fronteras. lt¡:a b'rena frontera contrupott pfoplcdades monos
positivas y, en una misma frontera, los buenos sectorot hoocn contfepolo a los otros.
movilidad de las transacciones. Resulta de ello una dualidad profunda; comercio y
potftlca no logran, por lo demás, disociarse jamás totalmente. La significación Francia, notablemente limitada al oeste, al sur y al este por ol mrr y l¡ montaña, soporta
po"lftica del Rhin reside en las relaciones que él establece entre d¡ferentes países. más fácilmente el trozo loreno de su frontera, que Alcmrnh cl troro ru8o de la suya. Al
general stoffel que nos dice: parís, se
MeJor dlcho, en la médida en que fluye por ténitorio súizo, austríaco, francés, belga "La frontera alemanl c¡tl d¡mulado cerca do
y náeilándés, es, propiamente tal, éi más internacional de los ríos alemanes. la debe volver al Rhin", respondemos: de Kall¡ch r Brrlfn, no attá tanto más lejos que
de MeE a París y no encontramos en Francla nadt aqulvglente a los 1.160 km de
Un río que es al mismo tiempo unavíade comunicación, gue crea un contacto fronteras abiertas entre Alemania y Busla.
dlarlo entre millares de ríbereños, no puede hacer las veces de frontera política. Las
dOS Características de un río, su navegabilidad y su lecho, alimentan el comercio, La proporcióq de las fronteras naturales y plltlcrre, Sobre tos 7.675 km de
allentan la comunicación entre hombres sobre largas.distancids -ambas riberas del fronteras alemanas, 32% están ocupadas por coetas. Los Eiados Unidos, por el
130 131
oontrario, tiCne¡7.070 km de costas para 8.480 km de fronteras terrestre§, gqtq qs, por ejemplo, deben estar comprendidos en la frontera o,
467o. NoruÜga tiene en total y por total sólo 2.460 km de fronteras terrestres, Esqocia
si no, para que no vaySn
caer en manos de una potencia enemiga, se arreglarápar" .onr¡oroü
I
una potáncla
o lnglaterra, de Berwick-sobre-el-Tweed a Solway-Firth, no más de 115 km, y más débil, dependiente. Tanto como se pueda, la frontera
enqlooara costa!,
Dlnamarca, cuando aún poseía los ducados, gozabade unafrontera marítimatreinta montañas y desembocaduras, como"míriimo las desembocadura-s
de todos lo¡
vCces más ¡mportante que su frontera terestre. Si se observa que el conjunto de fas grandes ríos que atraviesan elpaís. En lo que concierne ta pontacion,
a la frontefe
lronteras de Sajonia es terrestre, una diferencia de tamaño aparece entre las dos debe, en cuanto sea posible, coincidir con los límites etnográfilos; .ioeoe
englobar
catogorías. Para ir al detalle, se debería sustraer de la frontera terrestre de los míembrosdeunaetniaextranjera,seevitaráqueello!enajaengrandesmasas, Las
Estados Unidos eltrozo de San l-orenzo y de los Grandes Lagos, y asociarlo a las grandes ciudades comerciales, las zonas industriales importan-ies y,
sobre todo, la
fronteras maritimas. Resultaría de ello que, en alrededor de tres cuartos de su capital, estarán alejadas de las fronteras; El trazadode la'frontera dáberá ser lo más
perlferia, los Estadosun¡dos están limitados por el mar, por lagos que parecen mares directo posible. En caso de rodeo o ángulo, la convexidad o la punta estarán vueltas
y por un rlo semejante a un brazo de mar. Dél mismo modo se puede oponer lg hacia el país vecino.
lrontera germandrsuiza, que pasa en lo esencial por el lago de Constanza y por el
Rhin, a la frontera terrestre «seca» franco-suiza
un Es.tade peiqueño se acomoda máittcitmente a una mala frontera que un Estado
grande. Hay un mínimo de ventajas fronterizas que una potencia que no qulera
suicidarse no aceptará ceder. La amputación de prusia duiante lapazde Tilslt, su
na frontera natural no es necesariamente una reducciónduranteelCongresodeViena,sevrcly[eroncontrasusautores. LafrontEra
enke Bulgaria y Flumelia oríental, trazada en elcgngreso de Berlín, fue desbordada
OeFo¡e-su ¡óq.- Úna frontera se valoriza con lá autonomía del Estado y "se al cabo de siete años, como era previsible. En matéria de fronteras, los pequeños
desvaloriza con su dependencia. Cuando Prusia, en el siglo XVll, era vasalla de Estados son más despr?eocupados que los grandes.
Polonla, su frontera, otrora tan resisten'te, no tenía mucho más importancia que una
en las grandes
"dlvlslón admíriistrativa interior de Polonia.' La naturaleza presenta fenómenos
carece de antes de que los romanos reconocleran el
Bnálogos. lilandia no sólo obtiene ventajas de su frontera marítima: la corriente
est6-groenlandesa, que domina la ruta de Dinamarca, acafiea, al cabo de algunos oeste y norte. delviejo lmperio Germánico contribuyó a su ruina, porqve trataba la
' irños, masas dé.hielo hacia el nor-oeste, que entraban su comercio y su agricultura. frontera con la míopía y.la despreocupación que son"característica AÁt Xteinstaat
Nuestros grandes emperadores han sido siempre-mejoradores de fronteras; sin
erhbargo, nuestra frontera oeste,-sembrada de ánciares, porosa, era indefendible.
Lo cual facilitó la penetración de los franceses en Alsacia. Los pequeños Estados
que se hacc de ellas. Algunos principios geográficos: pueden encontrar protección en su debílidad; un imperio, por el conirario, no podrá
encargar su seguridad a los pequeños Estados que lo componen. El sentido del
flf§lEfe, contenerla. En la montaña, ella segpirá la línea de las cumbres, ¡ncluso más, sgglo se acusa con las generaciones, se expresa en el precio acordado a las
la eobrepasará. lgualmente, uná frontera deberá englobar un río para apoyarse fron¡e¡as. Mientras más autónomo es un Estado, más se inteiesará en sus fronteras,
gobre é1, como la antigua frontera f¡anco-prusiana de Treves a Sarrebruck, situada
poi'que la duración de los Estados descansa sobre la solidez de las fronteras. Al
gobrelariberaizquierdadelsarre; ysicoinéideóonelrÍo,seladebetrazarenlomás
¡niémo tiempo, el Estado impone su potencia frente al exlraniercta Las citadelas
profundo de su lecho, bn el "thalweg". La frontera no debe pasar al pie de la ladera
froriterizas, donde esa potencía se reúne, comunícan a los pueblos y a los Estados
lnterlor de una cadena de montañas o sobre la ribera interna de un río, como es el elsenümiento que expresaba un hombre de Estado turco a propósitb Oe la frontera
ca!,o de la frontera germano-belga-neerlandesa sobre el Mosa, de Aquisgrán a turcagr§erbia que marcan los lÍmites más alejados del lmperlo.
Cleves. El rlo lndo es una frontera ideal parala lndia: de la rama o-este de su delta ¿'
"náfiúdqlestelas
26§¡!ar:@Desdeelpuntodevistamilitar,|afronterase
hagta Attok, donde deja lamorltaña, el lndo pérmanece del lado indio, puesto que la
lronterapasasobielasmontañasquebordeansuriberaderecha. Lafronteradeberá cuentaEnttE-ldsñ€ili6lde acción det Edtado, porque su fue¡za y su debilidad
comprehder las islas vécinas a una costaó, por lo menos, asegurarles un acceso dependdn ile ia protección que ella asegura. pero otros medios de acción están en
favorable. Sl un pal§ €stá limitado por un brazo de mar, éste deberá poseer por lo relación con ella. Tener Metzvale un ejército, el que Francia hubiera debido movillzar
mcnog una rlberar y meJor las dos, o incluso bases sobre la ribera opuesta, como anles de la adquisición de Lorena por Alemania, para cubrir la lfnea Treves-
lnglaterra an las lslas anglo-normándaq,-Españaa¡Ceutáy, otrora, Suecia, en elsur sanebruck, infinitamente más desfavorable. Desde el punto de vista militar, una
d¡l Báltloo. Los puntos que ocqpan uria situacion §uligro§a, Túnez frente a Sicilia, frontera no sóto es una lÍnea de defensa, es tamb¡én una línea de ataque. En casl
132
lodos.los cgsos es, por lo dem{s, el.factor ganador, porque la guerra exige-la
Olenglva, latoma de tenitorio; lo que no es posible sino por un ataque de la frontera
cñeárlga o lncluso su traspaso. Haciendo eso, el atacante muchas vece§ieidüce la
lfnea sobre la cual él.mismo sufriría la ofensiva. Si, en caso de guerra nórdica, La§ i§las
Alemanla ocupa Jutlandia, reducirá su frontera terresire; cierto es que alargará su
' lrontera marftima, pero extenderá al mismo tiempo su ofensiva sobre el costado de
lac lslas danesas. Hay situaciones fronterizas que no se puede defender con éxito,
292. Signtificación poiítica de tas istAs
porque 6stán demasiado envueltas en el territorio enemigo. Es preciso, por
oonslgulente, liberarse de ellas para cubrirlas, La defensa de Silesia opera en
(...) utilizaremos el términcisla en su sentido tradicional,
Bohemla, porque no se quiere arriesgar el rodeamiento y porque toda la frontera, en el fondo, los continentes son, también ellos, isras. pero,
sin considerar que,
desde la Montaña de los Gigantes al paso de Jablonec, no podría ser cubierta. Las no óruiJ"ro. que con er
crecimiento.ininterrumpido de los espacios potrttcos, los
operaclones decisivas deben ser desplazadas a un campo de batalla más abierto, contrnentes se lnsularlzan
como to demuestra el proceso lnlclado tanto en Australla
como lo demostró por primbra vez la estrategia dé Federico el Grande. El ejército ?gillgamente, como en
Amenca.
pruslano de .l866 siguió la misma estrategia.
sóan ios dos imperios insurares de hoy: Gran Bretaña y Japón.
Elentorno de las f ronterasno cuenta menos. Puede o no facilitar el acercamiento no se
por su. unidad v ra or:ieniacrsn origrná toiáoá por¿Acaso
gn caso de guerra, o el contrabando en tiempo de paz y, debe, por consiguiente ser 9:llg::! Tbos
rrsrca y espirituat de sus habitantes, donde se marcán,
ra formacrón
aprehendldo como la explanada de una plaza fuerte. Lo que puedo naturalmente sln embario, oon bastants
t1,!u9r!s aesus múttiptes ortsenes? su pórrticie.ia ,i.rcaoa por una
degear, es tener un vecino débil que no amenace mi frontera. Quiero continuar .:^rl*::ii
vlendo más allá de mis fronteras. Para conprender la ventaja que representa la g¡dqslVafconq ulstadOra, oue se
cal if i ca g u sto s arñ6ñte-
cxlstencla de bosques en una regíón fronteriza, basta con rememorar el avance
por el mar, ellos violan fácllmente tos d¡noho¡
alemán en Francia y el obstáculo que ellos opusieron a la cavallería de Bazaine, el pero cuidan celosamente que su posición psrmanezca dó otroe,
6 de agosto, cerca de Sarrebruck, y el peligro que hibieron revolotear sobre su ala lnvloralá. ootado¡ dc un
teritorío restringido, su potenciadescansasobre rame¡oroe
lzqulerda, cerca de San Avold, porque no podía abrazar con su mirada el movimíento ui?rontciaryroore uñá
flota poderosa. El temor de ser invadido no cesa de aiormentar
dE las tropas enemigas. Cabe todavÍa recordár que, dos días antes, el Bienwald
japoneses por.una extrema sansrbiudad
r loi lngieees; ál se
habfa dlslmulado a los franceses el camino dél lll€jérc¡to sobre el Lauter, en tanto 1.1.i111.,.14 :n.ros lnii táol Jcnetracrón de
La oposíción de ros,hombres porfiloor tngt.¡'rr
quo €l tt Ejército atravesaba la zona boscosa de Kaiseriautern, tras la cual se había fly:::l1y!rr"rg1":
ra Mancnacorresponde ataaparente moderaclón
rr rrinerbaJo
rcunldo. de loe hombor lolfiloorfrponesás
en retacióncon tos ásuntos de corea, cuando en realld¡d cliavl?l n rmóób¡llñ¡
de deshacerse de ra idea de un desarrouo prrarenlb
rutáno,láilñiüru ár ru pais.
cxcelente frontera, tanto cuanto la n
Estarabierto a todos los estfmulos, permaneollndo olpr¡ d¡ ¡lrborarloa
», pero encuentran allí la ventaja - abrigo de una entidad cerrada, he aflf ra garantfa oo un ánorñ'llñüqur
al
de una reduccióri de las fronteras oordefender. Italia, que tiene la frontera más corta arcmzarfa
ta perfección. Eilo vare para ros organlsmos, lo¡ purblo¡,1ói
con Sulza, saca de ello un benéfico porcentaje, que sería retorzado si eltratado de noñloüo¡: rlóaniáñ
neutralldad de Saboya fuese aceptado como una realídad. Bélgica y Luxemburgo
cubren todo el norte de Francia, del Mar del Norte al Mosa, ventaja que aparece
ouendo sevesobre losantiguos mapas lacínturade fortificacionesque Franciahabía
thgtafado desde Calais a MeE, frente a los Pgíses Bajos austríacos; no había menos
a una mezcla obstáculos
de once fortificaciones para la sola provincia d0 Artois.
pueblos y de los Estadol, qu. burcm protaoolón
Ln tronieras naturales. La
afl¡maclón de un terrltorlo lrcirtc a ie rgnltvtord d¡ un voorná iá ná"" tanro más
fácllmente cuando la¡ lr¡üzal rntcrn¡¡, libcrrdu dc iu roálo p.n:t¿ri.o,
se recogen
sobre stmlsmas. sln embugo, nrun iucoto niun eitaolpiiáüán cumprir
su misión
134
todlgla'!:,:1:lo" f:' :11*3P:: yZanzíbar sobrepasan con mucho d cóntinentevecino por el cultivo delté y delclavo
en semejqFte qerco,.porque su vida, corl?
v"oÜ'ir'ffió¡;;id;á- t-". u"rt.rás debe" tn de olor.
"itl.at =eI?lY{',
perfectarirente las fro Qqien quiera tenga una isla o un archipiélago tendrá tendencia a franquear la
sta
ruta marítima que lo aísla del continente, es decir, e,!9b§tafl¡lo que lo separa de ella
y el camino que lo conduce a ella. La seguridad qué emáñáde Ia situación insular
É-.&;il;áieráprnin.utarés,susinguiarexpansióndesdeterritorios-reslilg',::^' y la valorización política más rápida de las islas reforzarán esatendencia a dominar.
hastalejanascomarcas. CadaépocadetaHistóriaconocelahegemoníadeunaisla, la ruta marítima, lo que presupone la toma de posesión de una y otra ribiera. Las islas
G-ülldlas partes det gle-bo hay islas cuya importancia política sobrepasa'
nace del aislamiento más
están e.nfrente de costas con las cuales podrán formar una base naval -Tenedos
amotiamente sus dimensionés.'Lagülsión expánsionista frenteaTroya,Kranaé (Pausanias,lll22) enelGolfodeGytheion,Citera,estánontre
y, junto atendencias
;;;i,;;;;i;;6.*riá.protectoras diñrentan lainsolenteasresión
de un primerdesarrollo político las más viejas plazas cornerciales.
ái .on..r"ntismo y aia rigider, se asiste a los inicios
V...r"ri.".Ia.ifuásO"isiaMenorsehelenizancofnoiamáslohizoelcontinente, .La autonomía de las islas, que no excluye una vecindad inmediata y las
vivientes numerosos vestigios
inversa, las islas éritánicas mantuvieron
íriañtras, a la relaciones más estrechas, explicaque colonosyagresores las elijan con predilección
celtas. como puntos de apoyo para penetrar luego más profundamente en el interior de las
tierras. Utilizan primero el cerco de la isla, paraimplantarse, cubrirse y continuar su
avance en la próxima ocasión. lschia y la isla de Elba formaron parte de los primeros
territorios ocupados por los griegos. El mismo cuadro para los establecimientos
europeos en el Viejo Mundo. A partir del momento en que la Armada española se
f'rjó cámo objetivo prioritario la toma de la isla de Wight, Wight se transformó para los
ingleses en una base de desembarque. Desde Bruce y Enrique Vlll, no hay enemigo,
di lnglatena que no haya visto en lrlanda un punto aún máb débil. Rügen fue la
costeras, situadas a primeraetapadelainvasión suecaen Alemania, delmismo modoque ellaconstituyó,
territorios
hace algunos siglos, la última etapa de los paganos eslavos que refluían hacia el
ffi este. ei a partir de las islas de. Carolina del Sur y de la desembocadura del
Mississiooi que los nordistas retomaron en 1861'la conquista de los Estados del Sur
f t-a. ¡.iá. si.iuadás a tp targo de un continente tienen u1[-Pl:-t1,|:i'
autonomía' s'eces¡on¡stá. Lainsignificante Sh¡p lsland, situadaen eleurso inferiordelMississippi,
polítíco tl permanecerá como el lugar histórico donde la Unión tomó posición sobre el Golfo
concentración y promontoiio. Éltas cdmparten su valor
q.. se encuentra'por eso mismo refozado o amenazado.
:!i :t19":t:'^"
ñ;;;;i;;riáIJ por Rügen, nuestra
a fines de 186'l -salvo si llegara asersumergidapor el Mississippi. Situaciones como
J;ih.d¡á ás vatorizaáa por el Seeland, Pomerania occidental aquellas de las islas de la Mancha o de las islas Jónicas constituyen verdaderos
Ladesembocadura lugares de inseguridad para los continentes.
costaenelMardelNorteiorlasislasFrisonas,elAticoporEubea. posición
y
del Hudson, con sus ües mitlones de habitantes su extraordinaria
comercial, ¿serfa acaso concebible sin Manhattan,
ta ista de Nueva York? ¿En Alemania no dispone de islas ni en el Mar del Norte ni sobre el Báltíco,
;á;ürp"br"cerr" á ¡áiia" t" "r."n.ia de la ista de Key West, con su base naval exceptuada lapequeñaHeligoland, tardíamenteadquirida;sólo posee unapolvareda
entre el Elba y el Eider, aprovechó de isias costeras én elMardálNorte e islas másimportantes, pero en menornúmero,
; ..ffi-6¡!¡;it ¡¡r"rtr" costa en el Mar deldeNorte,
Africa OrientalAlemana perdió con su sobre el Báltico. Es un signo de regresión. En efecto,lOs alemanes, otrora, estaban
ilü;6ü'"iciOn Oe Hetigotand, aquella
y
"'' rnuóho más avanzados en el Báltico;tenían islastan importantes como Bornholm
sopáraclón deZanzhar y Pemba'
Gotland. Alemania no posee sino dos de las más pequeñas islas importantes del
Odsde un pÚnto de vista las islas conocen a menudo Báltico central, Alsen y Fehmar, laqotras conslituyen la parte medía del reino de
Dinamarca. Alemania posee, sin embargo, la rlnica isla importante del sur del Mar
,¡
Eiias. Desde la
ff tñ-5!iláóó" Eüliñ-¡.n simamae s usl o, cul tiv€ban a
I m o ntañ a'
mlontrea sus veclnos.ritl...i.Ü*Jr¡áá en barbecho_la mayorpart.,g:.:-fiti
las sea lsland. cevlán, Pemba
&;;á;ááiáüááér de Carolha áátsurvqnfáde
136 137
. c..
a oondiciones heterogéneas; una potencia purame-nte maríiima no puede lográdo Pédroy Miquelón scn losúltimos restosdépó$. siones francesasen AmértcadclN0f[r
duránte mucho iiempó. 'El mar. que los separa, sigub siendo una posición alealoria.. como Spinalunga y Suda, que Venecia togró sálvar luego de la pérdida de Creta, B¡
Frente al peligro persa, las islas Jónicas, las menos amenazadas, simplemente se puede aún citar Timor, Macao. las isladangtó-normandás, el grupo de las Bahamas.
separaron del continente y Samos se transforrnó en el centro de una potencia
autónoma. i Las potencias insulares bu;can' muliiplicar las ventajas de su posición,
apoyándose sobre otras islas. El camíno les estábien indicado, porque esos Estados
,. Se pierde a menudo su posesión continental, aun cuando se hayan conservado se mant¡enen con los medios que presidieron su propia fundabión. La estrechez de
las partes insulares. Los laponeses debieron renunciar en 1895 a sus conquistas las islas las predispóñii'al"dominio de los mare§, un dominio que no quiere
sobre el contiq.ente, pero guardaron Formosa; las islas anglo-normandas embarazarse con ni¡gfüna carga c-Qntinental.
permaneciergn como posesiones inglesas después de las guerras contra Francía.
En la confusión que siguió a la muerte de Federico Barbarroja, los Hohenstaufen'no : Antes de extenderse por un breve período en España, la potencia cartaginesa
pudieron mantenerse sobre el terr¡torio italiano más que en Sicilia., Aunque 'era
de crCen esencialmente in§ular: Sicilia, Cerdeña, las Bdéares, Egates, Malta,
Dinamarcase haya extendido en Schónen, en Noruega y sobre la costa báltica, su ' eran otras tantas bases que cerraban y permitían el monopolio del Mediterráneo
potencia sobre el continente terminó por desmoronarse, excepto sobre la península occidental. Y lo que es más, los primeros establecimientos cartagineses sobre el
de Jutlandia. A la inversa, cuando Persia tenía Asiá fu'lenor, su potencia sobre las continente tenían algo de insula¡'en su estrechez, su proximidad a las costas y su
lslas relativamente pequeñas, en ausencia de una flota, iba atornarse completamente. situación aseguraAa y dominadora. lnglaterra posee. millares de islas, y es a partir
lncierta. Mientras más continental es una potencia, más se relaja su relación con las de islas que ella domina vastas extensiones maritima§ y continentales. Algunas,
lslas. Citera pasó siempre como el eslabón menos segurc de LaceCemonia. Los ' como Santa Elena y Ascención, pueden ser asimiladas a barcos encallados. La
Estados Unidos de América, Rusia y China, que son el resultado de un poderoso posición de fueza de Venecia derivaba mucho más dá sus posesiones insulares en
desarrollo continental, fueron o permanecen prívados de islas. Sólo Alaska. el Adriáüco, de aquella de Cerigo en el Mar Jónico, de aquella de Creta, de Chipre
tardíamente adquirida, posee muchas de ellas, 81.000 km2 (casi 6% de la superficie y de Eubea, que de la Terra ferma, adquirida, por lo demás, en lo esencial, más tarde.
I totat). Dinamarca posee Bornholm y Ias islas Faróer, lslandia, restos del imperio normando
en el Báltico y en el Océano, imperio que comprendía también las Oakney y las
300. Potencia y bases i nsulares. Cuando u Shetland. Y la costa wende del Báltico era hace tanto tiempo propiedad de los
continental Welien, mientras que Rügen, conforme a la afinidad polÍticade las lslas, permanecfa
(véanse las islas danesa. Esta atracción de los ánálogos se manifiesta con partlcular clarldad en la
adquisición de islas por lnglaterra o en la extensió¡ de otras potanclas sobre el
francesas,yBornholmentreAlemaniaySuecia). Singapurestátotalmenteintegrado contínente: Rusia en Armenia, Austria en Bosnia, Francia en Tunlsla, lnglaterra en
a la esfera de acitividad de Sumatra, Java, Borneo. Un rompecabezas tenitorial Chipre, Alemaniá en el sur-oeste y en el este de Africa, lnglaterra sobre la8 lslac que
como aquel de las'Antillas traduce la autonomía respectiva de esas islas, por le hacen Írente.
contraste con la unifo;'mioad y las dimensiones de los territorios americanos. La
tendenciade los Estados coniinentales a cerrarse sobre sus territorios no se impone "302. La contribución espacialy demográfica de las islas. En tanto quo lot E¡tados
jamás en el caso de los archipiélagos. Las islas están hechas así, permitiendo qué puramente insulares son escasos, casi todos los Estados con lronttrt marftlma
una potencia habite allí entre otras. Para los atenienses, Chipre tenía como interés, contienen islas. Unicas excepciones en Europa, trss Egtado¡ dotadO¡ dc una coata
fuera del cobre y de la madera de construccíón, venir a disociar las esferas egipcia exigua: Bélgica, Bu§aria y Montenegro. Montenegro pogee , por lo damát, ¡lgunag
y persa, al igualque en el espíritu de los macedonios Eubea separaba a Atenas de pequeñas islas sobre el lago Scutari. En la relaclón cntrc l¡! lrlm y aloontlncnte,
las Cícladas. Exactamente como Cuba. sometida a la ínfluencia norteamericana, la superficie no es determinante, aunque no soe dolprachblc conttttrf qua lm lrl¡¡
tiene por misión, entre otras, intercaiarse en(e las posiciones mayores de lnglaterra ocupan 50.1 85 km2 en ltalia, por conslgulontc t87c dc tut 28t.5C8 kml, mllntnt quc
en las Antillas: Jamaica y Eahamas. en Francia las proporciones son de 9.500 kmr para136,406 kml, af daolr
,l,8%;sólo
hay cuatro Estados Europeos cuyes lsla! roproltntrn mlt dc 10.16 d¡ au tupcrllole:
EsEestuciurafavorecelainestabilidadpolíticadelasislas. ¿Cuántosposeedores Gran Bretaña e lrlanda; Dlnamarca, ltalla y Grccla, §l re exctptúa a la alelada
han conocido Sicilia las islas Jónicas, Córcega, Heligoland? La frecuencia de los Córcega, sólo quedan 680 kma de superllcle ln¡ular para Franola. En Alemania la
restos de una anti$ ra dominación o de viejas influencias va en el mismo sentido. San proporción eaa a0,4Vo. Pero, sl s6 comperan las poblaclong8, una huena m¡tad de
138
.
. de Bügen, Heligglq¡rd y Eubea). La proximidad de dos continentes conlleva siempre
.,r lq emergencia !eJslas pequeñas y grandes. Los continentes del Hemisferio Sur
están ligados-a los del Hemisferio Norte por territorios de una gran riqueza insular:
p , las Américas del Sur y del Norte por las Antillas; Africa y Europa por las lslas del
, .ltlediterráqeo; Asja y Australia por las lslas de la Sonda- Flesulta de ello un ctlmulo 'Y
f "de oosicíoáes estraiéo¡cas. tanto másd¡eisivescuanto oue las rutas del comercio
r:--er¡eles os soramen
vendrán a unirse Cuba y otras islas de las lndo.Occidentales, cuando el canal
centro-americano haya sido perforado. De allí, también, las posiciones en promontorio
de islas como.Qaulos y Melites en el imperio cartaginés, Sicilia en el imperio romano. OCTAVA PARTE
que no se pugden delimitar esferas de influencia marítima. El mar no es favoraHe al Aquelto que
3-clgi9: lo9 mitesios habían rectamado otrora, etrratado de Nlnlü
rqullibrio potltido; en efecto, el hecho que él sea uno tiende a hacér hegemónico el (1261) lo concedíó a Génova. cuando Rusia hubo aran.aoo
r,asü el Mar Nogro,
domlnio de tos mares, del mismo modo como el comercio marítimo tiende al reivindicó su parte de dominación, en tanto Turquíaso aferraoa
aloáiácrrooe proñtOtr
monopolio. Los juristas de la Edad Media, que tenían sin duda elconfuso sentimi'énto la entrada al Bósforo y a tos Dardanetos a tos buques oe guárra
á*iranjeros.
dequeelmarnopodíaestarsometidoaunapotenciasecularcualquiera, tdpusieion
a dlsposición del Papa. Fue preciso esperar hasta 1609 para que Grocio diera un Lo§ Estados Unidos arguyeron que la compra de Alaska arrastraba
lundaménto cíentífico al principio del mare liberum. El poder del Estado no se
conslgo lr
del Mar.de Bering y quisieron impeoir ailí á tos ingtesei i^ pr..á-0.
ta foca. Lr
extlende sino a los navíos.' ¿Po(yia concebirse la historia de Grecia de otro modo cuestión era sabersi Rusia consideraba el Mar de Bering como un
mar cerrado y lo
que como la historia det Mediten{neo Oriental? El Mar Egeo no ofrece ninguna había cedído, pues, a los Estados unidos. se zanjó eridesfavor
del mar cerrado,
dlvlslón entre Europa yAsia. Si fuera preciso trazarla, se encontraría detrás de las No hay marque no haya sido objeto de al menos una reívindicación.
El proyecto de
costas griegas de Jonia. "Del mismo modo como una sola ola rompe desde Jonia repartír el océano mundial entre los dos Estados de la penínsuta
. a Salamina, jamás un pueblo ha ocupado una ribera sin ocupar la otra" (Curtíus). concebiblemásqueporunapotenciauníversal,comoelpapado. Losneozelandesec
ibérlcá no eta
, Balo todos los cíelos, el mar es esa misma extensión salada, verde o azul, cubíerta han formulado aÚn recientemente pretensiones sobre toáos los
archlplélagos quá
de blanca espuma, que va a mojar el iceberg o el arrecife de coral. Aquello que el separan las Fijide Tuamotu;pero la satisfacción de esas pretensiones, que
ño hace
mar baña presenta, por ese hecho, caracteres emparentados. La s¡militud de las t¡sino traducir la formidable especulación del lmperio Británico, no era pensable.
costas del Mediterráneo Oriental c¡ertamente ha favorecido la aclimatación de los 'rI
pugb¡os, que reencontraban al!í un entorno costero ya conocido. E incluso las 13.
raglongs costeras de terrítorios distantes, como Sícilia e lrlanda, presentan una c bordean los océanos formar
lmpactanté analogía- Es a menudo imposible distinguir, unas de otras, a las íslas veces más extendido que el Mediterráneo y doscientas velniluna
volcánlcas subpolares y tropicales. El pareoido universal de costas con dunas, veces más que el Báltico;ninguna potencia puede, pues, espLrar dominarlo. El
solo
marcas y deltas ha contribuído a producir en los pueblos marítimos una conciencia objetivo razonable de una política aflántica es extenderse al máximo sobre sus
unlv_ersal, qr¡e ha contribuido a hacer de ellos los agentes del comercio mundial y los riberas y sus islas. De allí la tendencía oeste-europea a hacer de las costas quo van
pretondlentes a la dominación del mundo. desde Gibraltar a Escocia una sola ribera. Ese fue, por turno, el deseo de Eipaña,
Francia e lnglaterra. cuando la monarquía española estuvo en condiciones de
310. E/ cierre de un mar. El mar cerrado. La ley de acumulación de las atacar a lnglaterra desde los pafses Bajos, estuvo muy próxima a poder realizar ese
ventalas geográficas en el crecimiento estatal quiere que el mar atraiga a sueño de dominación de la Europa atlántica. Desde la adquisición del Canadá hasta
los Estados: ellos se desplazan, por así decirlo, de golfo en golfo y de un la declaración de la independencia de tos Estados Unidos (1169-1716,), lnglaterra
cabo aftro, siendo su objetivo rodear completamenie porciones enteras de habfa alcanzado ese objetivo en el lado norteamericano.
mar. (
Las costas delocéano Aflántico tienen siempre másvalor que las del océano
No se puede construir el concepto de "mar cenado" a Part¡r de mares Pacífrc0. La distancia relatívamente escasa que separa los continentes que lo
lnterlores, como se hace en lacienciapolítica, porque ningunaparte delmar, asíesté bordean facilitafas comunicaciones. Alestecomo aloeste, se imbricaprofundamente
práctlcamentecerrada, pgdríaserabstraídadesusrelaciones con elocéano mundial al interior de las tierras y, de ambos lados, numerosas islas vienen a relorzar the
yconlastierrasquelabordean. Políticamentehablando,esinsuficientedefinirelmar blending of the waterwith the landz,lo cual le imprime, en cierta manera, el carácter
cerredo como vaciado al interior de tierras, por su estrecha apertura y la soberanía de un mar interior. El océano pacífico puede ser inmenso, el Atlántico tiene una
. . de una sola potencia sobre todas sus riberas y desembocaduras (Perels); porque ello ¡mportancia histórica mucho más grande: él ha tomado el lugar del Mediteráneo.
nada dlce de la necesidad vital de ese mar para el comercio de los otros países. El Los Estados unidos y el dominio canadiense,
¿no son acaso próductos dei A¡ántico?
. comerclo supone ta libertad de los mares; y las pretensiones de la teoría no son Esa superioridad de la Europe fronting shorei continúa jugando hoy. Más de cuatro
tuflclentemente fuertes para constituírle obstáculo. lncluso si todos los países del
Báltlco o del Mar Negro estuvieran en la mismá mano, así fuese ella la más poderosa,
tl mundo gntero se unlrfa para liberar las vías marftimas que llevan a Rusia, alrán,
t Suecle, a Flnlandla. He allf una clase de cenadura gue fqg casi la del Mar Negro 2 Significa: la unión del agua con la tiena (N.d.l.T. francéscastellano).
Ou¡ndo éJ sstaba en manos de los turcos y Turquíq dgminaba por todas partes su 3 Significa; playa con frente a Europa (N.d.l.T. francéscastellano).
152
nacla¡do! para el domlnio de los espacios inmensos de un océano. A la inversa, '' ,.rt:ry,
nulttfo planeta §e ha tornado tan exiguo-que el sueño de un sistemade imperial ¿
,&n}Catlons,con elcualsueñan los británióos, no podría realizarse allÍ. Un sistema
'ifmclentO
deberfa interfdrir bn las e§feras de influencia de otras potencias, gue lo
oombellrán. Al contrario de la'politica continerital de Rusia en Asia y de los Esiadqs
Unldo¡ en Amérlca, la polftlca marít¡ma de lnglaterra está desde ya condenada a la
laoCllón. En cuanto a la ocupación de Egipto, ella es el retoño de una potítica
lobrepa3ada y privada de futuro. La época e§ Oe las potencias marítimas medias. "d.
- i-{
NOVENA PARTE
Montañas y plan¡cies
CAPíTULO XXIV.
una costa. Amenaza el peligro de que la metrópolis se vea desequilibrada por una a part¡r del siglo XlV. El conflicto entre los intereses marítimos y terrsstrot tomó,
sobrecarga-de terr'itorios políticamente inútiles. La bulimia espacialde esos'Estádos, durante laguerrade la Sucesión de España,laformade,una rivalidad entre loswhlgt
a menudo Qondenados, no viene de su humor, ella se desprende oe su pobielá en y los tories, los unos por la guerra, los otros por la paz. Los whigs tenfan sug ralot¡
Éierras de su evolución. Mientras la influencia de una potencia marítimi¡-se,iije¡za
y
en las ciudades de ta costa, donde residían armadores, mercadsrss, mayorlstat y l¡t
/-en e
el interior de las tierras, riihi,tar; del gentes que prestaban al Estado. Los tories, esa vieja arístocracia hacendada, ta
'/ Eelgq[g Jggp<]$. lnglaterra siempre reclamará ventajas para el comercio oponía a la aristocracia ascendente deldinero. Eran originarios del campo, de ouyo
marítimo, los puertos de mar y los ferrocarriles que llevan de la costa al interior de producto vivían. El comercio exterior les significaba poco y la guerra no leg dabl
las tierras. Intentará, por ejemplo, exigir una prioridad para Esmirna en Asia Menor, nada; no participaban de ninguna manera en las grandes especulacloncs, El
o en favor de sus vías férreas sobre la red de Anatolia. Fue el grave error de Austria ascenso a potencia de lnglaterra moderna sanciona precisamente la vlctorla de lA
ignorar esé punto durante las primeras habilitaciones de vías férreas en la Turquía política océánica sobre la política territorial. Los ecos de esa lucha se reencuentnn
europea y permitir que se instalaran vías de acceso al Mar Egeo en Tracia y en en elconflicto entre Greater Britainy Little Britain.
Macedonia, antes de la prolongación de sus propias vías al ínterior de ese espacio.
Pers, ese retraso de una potencia continental nuncatiene nadade contingente. Una
Lá diferencia es aún más marcada en el caso de un país que tiene dos carat,
' potencia marítímalleva consigo perspectiva, una concepción más ampliadelespaiio
la una continental, la otra oceánica. La balanza se desplaza a veces hacla una, a
y un sentim¡ento más íntimo de sus intereses comerciales. Es lo que muestra el
veces haciá otra. Cada vez que Francia retoma conciencia de sus ¡ntereses I
Japón, potencía marítima que busca asegurarse el mayor número y los mejores
mediterráneos o atlánticos, sus vecinos cont¡nentales experimentan con ello un I
. accesos al mar, estableciéndose en el interior y alrededor de toda Corea. Rusia, a alivio. La tentativa francesa de penetrar en México o al Sur de América del Norte
la inversa, se conforma con un sistema mixto, pues tibnduna frontera considerabfe (
facilitó la unificacíón de Alemania y de ltalia. A la inversa, el flujo devastador de las
con Corea, pero también, el deseo comprensible de adquirir un puerto libre de hielos (
campañas napoteónicas sumergió a Europa, mientras lnglaterra rechazaba Francla
sobre la costa coreana. Japón, por consiguíente, comenzó por instalarse en los
en el mar. La destrucción de la flota francesa en Trafalgar y en Abukir fue segulda
puertos de Fusán, Gensán y Chemulpo: désarrolló sus relaciones marítimas con
del aniquilamiento de ios ejércitos continentales en Austerlitz, Jena, Wagram. La
(
esos y otrqs pus¡ss coreanos, habilitó líneas regulares de vapores, animó los (
situación de Alemania exige que se preserve un equilibrio sntre sus fuezas
intercamhios entre losdos países -lnglaterra le hizo en 1901 un regalo, alentrometerse
terrestres y navales. No debe oct¡rrir que, por refozarse en el mar, ella se debllite (
- gara que fuera "levantada la interdicción sobre las exportaciones coreanas de
en Europa pentral; cada uno de los dos factores debe, por el contrario, refonar al
cereales- y se aseguró privilegios sobre la pesca coreana. En 1g02, puso el cable
otro.. (
de Fusán a Chamulpo y construyó estaciones telegráficas sobre la costa coreana,
etc. ' (
ta relación entre potencia marítima y potencla terrestre está regida por la ley
de la potencia marítima pura, cuando la relacíón se apoya sobre un espacio que sólo a
Por más que sea masiva la faceta oceánica de una potencia continental, está en
- la naturalezade lascosas elque su historia sg presente como unasucesión de períodos
se puede alcanzat por mar. Las comunicaciones por marson precarias y effmeras.
Por el contrario, una verdadera potencia continental, porque se apoya sobre un
I
con dominantes continentales y oceánicas,,La expansión continental es más simple
territorio, no se debilítará sino por una penetración enemiga. Ello es lo que hace la I
que la expansión oceán ica, la sola ofrebida a los Estados insulares. Para transficrmaréei
f-ormidable oposición entre los lmperios Brltánico y Buso:elprimero no se concibe (
en potencia marítima, una potencíá continéntal necesita tomar algunas medidas sin el dominio de los mares; el segundo sólo necesita de una flota para facilitar y
técnicas. -A menudo ellas son tomadas en poco tiempo, pero aniesgan fracasar con garantizar las comunicaciones relativamente secundarias.
(
igual facilidad. Es un asunto de largo aliento, cuando el comercio marítimo no Ia (
precede en absolu(o. Napoleón no logró transformar la potencia continéntal en
El ideal para una gran política, que reinvindique el poderío mundial, considera (
potencia'marítima, en tanto que Roma lo logró aún, en una época en que tanto la
la combinación de los factores continentales y marítimos. La necesidad de
construcción naval como la guera marítima eran más simples.
ensanchamiento es la misma en arnbos casos. Y hemos observado cómo la
adquisicióh de territorios podía ser indispensable para la realización de los designios
I
Cuando Amasis quiso hacer de Egipto una potencia marítima, debió primero de una potencia marítima. Cierto es que la geografía no siempre es tan favorable
tntegrar Ónipre a su plan, porque alti endntraoa la madera, los metales y los puertos comb en el Medíteráneo, donde un mar relativamente grande, bien recortado,
que el Bajo Egipto no te ofrecía. Los elementos que debían hacer de Gran Bretañá
bañado de islas y_de penínsulas fácilmente dominables, invita casi naturalemente al
una glan potencia marítlma no comenzarona manifestarse sino muy paulatinamente monopolio. No hay potencia marítima que haya alcanzado a anexarse los territorios
o
quintos de sus impóñaciones pené1ran a los Esiados Unidos pcr los grandes puertos
de la costa atlántica. Las colonias y los Estados más antiguos, los más poblados y
145
lor eacudlrá hp.p¡ a..acarrear su ruina. La facilidad con.gue se adquieren influencia y S2O. ta paiti'respegiiva det mar y dq la tierra en la potencia marítima y ta potench
pore§tones$ñ'las regiones más alqjadas y con que se las preserva sin grandes marítima'pura. Los pueblos marítimos.presentan una doble pertenencia, en h
lnver§lones,'fran permitido éxitos siempre rápidos a las naciones ligadas al mar. Si medida erl qu.e ge.acostumbrap tanto al.elemento líquido como a la tiena llrme y
l¡¡ naciones marítimas se de§arrollan tan rápido no es sólo porque ellas están buscan combinar las ventalas de la vida sobre mar y sobre tierra. Conviene, lln
naturalmente limitadas a islas o a costas; ellas üenen la posibilídad de elevarse a la embargo, prqguntarse cuáfes son las partes respectivas de la tierra y del mar en la
potencia sin anexarvastas extensiones continentales. El Hansa, los Países Bajos potencia marÍtima. Si la tendencía a la e¡pansión costera gana, el carácler effmero
'son eiemplos evidéntes. De que el desarrollo de estas potencias es brusco y 'de
la potencia maríüma se encontrará con ello sellado, y los mismos navíos que, poco
gotprendents, ofrecen ejeryplo los rápidos progresos de los griegos, que, apenas tiempo ánteé, se hacían a la mar llenos de esperanza, se disgregarán. El desallento
llegados al Mediterrfieo Occideñtal establec¡eron colonias sobre las costas de hará vehdei en sÜbasta la flota que se acababa de construir: así, MarÍa Teresa se
lberla, o la expansión casi milagrosade los ingleses de '1559 a 1650, sobre casitodas desembarazó de la flota adriática de Carlos Vl, y el Bundestag de aquella del
,lts costas del pJaneta. parlamento. Este es en particular el caso cuando los beneficios comerclales
' 319. Hegemonía y potencia marítima. Esta expansión rápida de las potencias acumulados rápidamente primansobre !a apropiación de territorios, duradera pero
lenta. Los fenicios, que no fueron jamás sino una potencía comercial, desaparecleron
' .marftirhas explica elcarácter súbito de los conflictos y su tendencía a concluir en favor
puraysimplemente en lacompetenciacon otraspotencias comerciales más nuevas;
de la hegemonia. Cuando el equilibrio que reinaba entre potencias marítimas llega
f ue necesaria, a la inversa, una acción del más grande estilo en la historia del mundo,
a romperse, una de entre ellas deberá asegurarse eldominio del espacio marítimo
para arrastrar la caída de Cartago, que enfeudaba países y pueblos y cubrla de
lclpectivo.' En tiempo de paz, son las potencias continentales las que apuntan al
fortal€zas sus provincias.
monopolio en el límlte de sus territorios,.en partieular en materia de comercio; en
tlámpb de guerra, por el contrario, son las potencias marítimas las que tienden al
mbnopolio. Lá dominac¡ón del Mediterráneo fge lo qüe estuvo én juego en el conflico En un conflicto entre una potencia terrestre y Un@ se
Cntre lnglaterra y la Francia de Napoleón lq. La guerra naval tiende a "barrer" las
v . La estrategia continental
llotas enemigas, en part¡cular en lo que concierne a los transportes, indispensables dfl-os británicos en la Guerra de Sucesión de España reveló, en particular en los
Pafses Bajos, su repugnancia a cortarse de sus bases marítimas, lo que tornó aún
a toda exp'edición'marítima, y que la más mínima escuadra puede venir a perturbar
-el 6xlto de la expedición de Napoleón en Egipto (1798) fue esencialmente debida a más ineficaz una ayuda ya bastante débil. Holanda siempre consideró sus fuezas
continentales com"o un cuerpo extraño. No le ocurrió más que una vez, en 1704, el
azares favorables. La destrucción de una flota enemiga es mucho más fácil de
reallzar y produce un resultado inmediato mucho más decisivo. movilizar ciento sesenta mil hombres. Es por eso que el hecho material de la
vecindad de unapotencíacontínental se reveló muya menudo mucho más eficazque
He allí por qué todas las formas de la piratería son op"te, de transformar la la acción a gran distancia de la potencia marítima más fuerte. La facilidad de las
dominación marítima en monopolio. comunicaciones sobre el mar hace olvidar que ei alejamiento es un obstáculo, en
tanto que toda la historia política está allí para recordarlo.
Esa extrema inestabílidád de las potencías marítimas explica que siempre
haya habido en la Historia momentos de monopolio. Así fue después de la
321. La expánsión de la potencia marítima. La repartición ínsular de los territorios
destrucción de Cartago o de la caída de Napoleón.
hace que numerosos piueblos toquen el mar, en tanto que aquellos del interior nunca
Estatendenciaalmonopolio, que otorga alapolíticade las potencias maiítimas hañtenidolaexperienciadeello.Alomás,elrecuerdo,yaincomprensible, sobrevive
au carácter extens¡vo, explica la debilidad de ese tipo de Estados. Una politica de eñ.sus. mitos. Éntfe los primeros, algunos se transforman en pueblos marítimos,
ocupaclón intensiva y de explotación económica de lberia habría permitído a Cartago integrán de alguna sueite la movilidad del elemento líquido y utilizan su extensión
ooncoder a los romanos la hegemonía sobre Sicilia. Pero la política extensiva que para una rápida expansión, mientras los hab¡tantes del interior permanecen atrapados
clladesarrollabasobre lqs márgenescosteros fue lacausade unafatalintolerancia. y condenados a la inmovilidad, entre numerpsos veqinos cuyas presiones exigen una
Ec lustamente lo que hace el carácter agresivo de las potencias en la dominación de penosa reaccióridefensiva. Sin embargo, muchos pueblos no han hecho ningún uso
los mares. El mar es demasiado grande paia poder defender una parte de é1. Por de las ventajas de la proximidad del mar, incluso pueblos insulares o pueblos tan
lo demás, ¿no decf a acaso Plinio el Viejo que sobre el mar la defensiva presagia una impórtantes en la Historia como los persas. En la.primera etapa de la humanidad,
rulna eegura? Se puede obligar a una flota a la defensiva, pero eso no hará iamás la naúegación fue un p¡ivitegio del cual muy pocos pueblos gozaban. Considerando
dO olla el prlnclplo de su estrategia. Considerará, muy por el contrario, la defénsiva cuántassituácíon'esfavorablespermaneceninexplotadas,seadvierte laimportancia
^que
c0m0 una lase provlsoria, a la cual repugna la natüraleza del mar. puede representar la invención de la navegación. Los pueblos que comprendieron
156 157
los antigúos maciios, rebajados al rango de mesetas montañosas, es un'tenómeno entre Alemania y Francía proviene del espabio político que tienen en comúni lo qul
grandioso que, sin embargo, no tiene otra significación para la Historia que la de ser ayet eB el este de Francia y hoy es el oes!é deAtemania estuvo siempre somtt¡do
un obstáculo fácil, rápidamente franqueado; los Estados no ven allí más que una a cambios políticos; eso conduce a los vjejos Estados a fricciones y a unt
serie de bastiones y de postes fronterizos relativamente eficaces. Hay, sin cornpetencia inevitable. Desde la desembocadura del Ródano a la del Rhin, en los
'Alpes, et Jura, Ios vosgos y fas {rdenas. Ja evolución, que debió hacerse sobre un
suelo común, no ha cesado de verge lrastornada. En Austria-Hungría un nuevo
fundamental de la situación. deltamaño y de la forma de los continentes factor orográfico, la planicie húngara. se combina con las montañas medias y los
y de los océanos; ellas remiten a la or:ografía, tomada en su sentido más amplio, es Alpes; Austria, íntimamente ligada a Alemania por su relieve occidentai, se
decir, a la forma y a la constitución del relieve del planeta. Se debe a la formación autonomiza hacia el este, aunquedl triángulo de los países balos de Galizia se apoye
de montañas un gran número de relieves que no sóio han actuado como obstáculos polít¡camente sobre la Alemania del nor-este y sobre pbtonia. Et rasgo más singular
sobre elmovihiento histórico o lo han revertido: ellos han impuesto sus características -en los planos etnográf¡co y muy pénto potítico- de lá población y ta historia de
a grandes territorios. El sistema plisado de las Cordilleras y de las Rocallosas orientó Austria-Hungría, proviene de esos países bajos, rodeados por los Cárpatos, que
las migraciohes y la formación de los Estados-delNt¡evo Mundo. Asia permanece constituyen como una isla entre íbs Alpes y las montaflas medias, por una parte, y
sumisa a la influencia de las altas rnesetas del interior, con su borde montañoso. las planicies de Euiopa Orienial, por .lq otra. Pero, d.ado que los Cárpatos se
Africa se caracteriza, por el contrario, poi la aüsencia de largas cadenas de desarrollan como un gran ramat del sistema alpino en los alrededores de presburgo,
montañas. Los Estados pequeños, situados sobre un territorio restringído. están a partir de las montañas de Leitha. y dado que los Alpes en su extremo este se
marcados por cierta uniformidad orográfica; se los puede caracterizar sin más como fusionan en el borde occidental de la planicie húngara, a esta última se atribuye un
países de montañas, de mesetas, de valles. Expresiones tales como «países carácter cárpato-alpino. Es en ese sentido que supan puede definir ta monárquía
alpinos" o "llanura del Norte" son evidentes. Si se exceptúan algunas lronteras- austro-húngaracomo "unaunidad, apesarde ladiversidad de losfactoresorográficos
bolsones en elnorte, un Estado como elde Schwazburg-Rudolstadt estáenteramente que subyacen en ella".
situado en el bosque turingio. A esta coincidencia orográfica corresponden siempre
analogías políticas.
que Husra y
Eñtral,les impone, de lado todas las diferencias, una misma obligación:
lucharcontralastribusnómadesdelasestepas. EnAméricadelsur,lapartevariable
de los Andes entrega un buen criterio de clasificación.
íi: I
L"s *
r* r*' Flelieve e historia
que lageogr
articulación sino después. La montaña existe como un todo; ella determina los
movimientos históricos sólo en su conjunto. En el caso alpino, por ejemplo, las
determinacionbs continúan haciéndose sentir después de siglos á ta eécatá Oá-üñ
continente, cualquierasea lavariedad de los comportamientos iocales. Las montañas
con diferentes desnívelescumplen muydíferentdrnente sutareade barrerahistóriá
En general, la alta montaña frena y aísla más; sin embargo, los Alpes, más elevados
que los Pirineos, no tienen la misma eficacia, porque sus pasos son más profundos
-a dos tercios de su altura en los Pirineos, a la mitad en los Alpes- y porque son,
conforme a la estructura alpina, más numerosos y están mejor repartidos.
ta4 elicazmente a todo paso, sise probó contra los persas, los griegos y los romanos montenegrinos: "Estan siempre listos para cl sacrificio supremo; viven, por a8f
y "se mantiene en su rol histórico" (Mommsen), ello se debe a su situación entre el decirlo, de su muerte,'r Los pueblos de montaña, conscientes de que ló inaccesible
Mar Negro y el Mar Caspio, que cubren sus flancos, al apoyo que le da el país alto de su territor¡o es su mejor aliado, no lo han hecho nunca más accésible que lo
de,Armenia, en fin, a su amplitud considerable. lncluso las estepas vecinas necesario.
contribuyen a la solidez de ese campo naturalmente parapetado; ellas impiden esa
primera forma de dominación, que es el envolvimiento por los flancos, aparecida en 355. La naturaleza ccnro refugio. Las relaciones entre montaña y paÍs plano se
los Pirineos y en los Alpes varios siglos ántes de la penetración frontal. reproducen cualquiera sea la escala; lo mismo ocurre con el efecto protector de la
montaña sobre los espacios más o menos grandes. se encugntran grandes Estados
Los países situadoi a ambos lados de una montaña presentan siempre cierta
independientes en la frcntera entre colinas y altas montañas; pegueñas comunidades
relación de reciprocidad estratégica. Muy a menudo se puede alcanzar el mismo
objet¡vo por ambos lados. Los franceses pudieron buscar alcanzar Viena tanto por romanches se han mertenido en el fondo del Stubaital, cuando habfan desaparecldo
gl sur como por el norte; Federico el Grande y Moltke utilizaron tanto Silesia como del resto del paÍs bayuvaro. En ambos casos, es asÍ porque el entorno montañoso
" Bohemia en su recorrido hacía elAustria interior. De allí el hecho de que batallas entrega la protección de una naturaleza desértica. Se encuentra una coincidencla
ItávdOas a cabo de ambos lados se libren en una relación causal. análoga, esta vez entre dos países montañosos y un puerto, en el bastión del
protestantismo francés de los años setenta del siglo XVI: Bearn, Cevenas y La
Federico el Grande avanza por Sajonia y Bohemia para defender Silesia y Rochelle. Hay que guardarse de ver en esa protección natural el efecto pasivo de
compensa su derrota de Kolin por la victoría de Leuthen. No sabiendo, en 1866, si un entorno donde los hombres se habrían contentado con disimular su vida y sus
lOs austríacos atacarían sobre el Oder o sobre el Elba, los prusianos retrocedieron
bienes.
en 6l momento de la ofensiva; pero, cuando hubo constatado que Silesia no estaba
amenazada; Moltke desplaza la decisión al oeste de los Sudetes; la batalla de Deben tamb¡én mencionarse esos procesos particulares en que
Kóniglrátz preservaba Silesia y aseguraba la ruta de Viena por Moravia. Ese que glfece.la montaña va mucho má&a*lád+{a{jmnle consenracióq.
estratega nosdejó, por lo demás, en su Memoriade 1860, instructivas observaciones
' sobre las situaciones respectivas de Bohemia y de Silesia con respecto a Berlín y a
Viena.
a, que haráque el un día sus barreras
Las montañas actúan como velas; ellas disimulan al enemigo los movimientos
y las relaciones de fueaas; las operaciones de 1866 mostraron que al abrigo de las un cúmulo de sólidos territorios, más que la inmensa planicie de la Alemania oriental.
montañas se puede, discretamente, operar úna coñcentración de tropas, lo que
perm¡te hacer jugar en pleno el efecto sorpresa. La situación geográfica cie los Tres Cantones fue determinante en la evolución
de la Confederación Helvética. Esas tres regiones constituÍan una suerte de unidad
354. Las montañas en la historia mititar. Pobres en recursos, poco pobladas y federativa, incluso territorial, "cuyaraíz indefectible eran las montañas,, (Dlerauer).
privadas de vías de comunicacion, las montañas obligan a los ejércitos a cubrir Pudieron, por consiguiente, ser la columna vertebral de la joven Confederaclón. Los
mucho terreno. Sus movimientos se alargan y se hacen más lentos. Es imposible otros miembros de la Confederación vacilaron, buscaron una poslclón lntermedia,
concentrar una ofensiva para precipitar rápidamente la decisión, como en la planicie, dejaron la alianza o fueron reemplazados. Sólo los Tres Cantones, epoyadog en el
San Gotardo y en el lago de los Cuatro Cantones, encajado en elángulo dg log Alpes
§ donde los medios abundan. De allí la gran similaridad de las guerras de montañas
de Glárnich y Berna, se mantuvieron. Es así como territorios mucho más lmportantes
a través de los siglos; la naturaleza de los ejércitos y los desarrollos del arte militar
», juegan allí un papel bastante diferente de aquel que, en las grandes campañas, vinieron desde el exterior a asociarse a un núcleo sólido y protegldo, Lo¡ tres valles
tienen como teatro la planicie. Los combates de los rusos en el Cáucaso se asemejan lejanos constituyeron un polo de atracción y de crecimlento para ol con¡unto de la
mucho a las campañas turcas eh Montenegro. Las marchas a través de los Alpes, vieja Confederación -el valle de Uri, el territorio de Schwyz, quo !o o8calonlbt entre
en los síglos XVll y XVlll en particular, las batallas austríacas sobre el Rhin, el Po o Myhten y el lago, los valles ramificados de Unterualdon., cada vat un plquoño
el Danubio, significaban grandes pérdidas de fueza y de tiempo. mundo cerrado, con sus costumbres privadas y pribllcaa. De¡errollo qua tccuerda
en muchos aspectos eldel reino ds Skone en Escocla, quo tuvo por núclco Argyll,
Los combateJ éimontana son extremadamehte Lperos; ellos presentan a Perth, Fife y algunos otros pequeños torrltorlog.'
menudo un carácterdesesperado; estáen la naturalezade ese teatro de operaciones,
donde los combatientesdefienden su propio suelo,conocen cadapulgadade terreno ' El traductor alemán - lrancós agndocc r C¡th¡rlnt von 8ülow por lor conaalot qua olla tuvo a bien
y, además, tienen poco que perder. ¿No decía acaso un ofic¡al austríaco de los prodigarle.
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l El suelo, la sooiedad y el Estadol
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El suelo y la sociedad
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Como el Estado ne es concebible sin territorio
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( v" Así, que el hombre sea considerado aisladamente o en grupo (famllla, tribu o
)' Estado), donde quiera se observe, se encuentra algún trozo de tierra vlnculado a él
y a su persona y al grupo del cualforma parte. En lo que se reflere al Estado,la
geografía política está hace tiempo acostumbrada a incluir en la llstade consideraciones
el tamaño del territorio junto al número de la población. lncluso grupos como la tribu, a los
lgualmente, se ha representado nómades como completamente
ll lamllla, la §omuna, que no son unidades políticainénte autónomas, sólo son desprovistos de toda organización polÍtica en el sentido de la antigua máxima Sacae
poclbles sob(e un suelo y su desarrollo sólo puede sercomprendido con respecto a nomades sunt, civitatem non habentz, Se ha preguntado si ellos se interesan por el
lrc sue[o;);. oeunlsmo modo que |os
del.¡nismo mogo pr !g!§t_oles-§tnose_--** suelo que ocupan, y, corlsecuentemente, si ellos lo delimitan. Pero, hoy, el hecho
lc8 qn retacron con los progresos del dominio político. En todos esos casos, está f uera de duda: el territorio de Mongolia está tan delimitado y dividido como aquel
ssra ás o menos durabre de Arabia. Montañas, riquezas, cursos de agua e incluso montones de piedras
con la tierra, comercio en el curso del cualse intercarnbian, entre ellos y la tierra, toda
artificialmente apiladas representan las fronteras de las tribus, y-no hay ni siquiera
SUerte de acciones y de rgaccionq;, Y, aun de suponerque en un pueblo en vías de lasmáspequeñasdivisionesquenoesténrodeadasdelímites. Encuantoalaaptitud
oreclmiento la importáncia del§ud"lo¡o"sea tan evídente, íque se le observe en el- de esos misños pueblos paracrcar Estados, se puede ver cuán grande es ella, por
momento de la deiadencia y de la disilubiónl Nada de lo.que ocurre entonces se la historia de las sociedades sedentarias que se encuentran rodeadas de tribus
comprender, si no se considera elsuelo. U¡pqeE!-o retrocede en tanto pieri nómades; cuando los Estados de las primeras caen en ruinas, son justamente los
nómades vecinos quienes irilportan allí una vida nueva, de donde resultan nuevos
en el terri Estados.
Por lo demás, no es entre los pastores nómades que el amarre al suelo está
en su mínimo, porgue ellos vuelven siempre a los mismos pastoreos. Es mucho más
débil en esos agricultores del Af rica tropical y de América que, alrededor de cada dos
años, dejan sus campos de mijo y de mandiocapa'a no volver jamás a ellos. Y es
menor aún en aquellos que, por miedo a los pueblos que amenazan su existencia,
no se atreven a ligarse dernasiado fuertemente a la tierra. Sin embargo, una
que tiene porobjeto lahabitación es tan simpte,!-iluede elta haresuttado clasíficación superficÍal no sitúa a tales socíedades entre las nómades. Sise clasifica
Qntfe el hombre y el suelo una relación que ha permanecido casi invariable en el alospueblosdeacuerdoalafuezaconque ellosseadhierenalsuelo,sedebeponer
tlempo. Las habitaciones .modernas son, en su mayoría, menos efÍmeras gue totalmente abajo a los pequeños pueblos cazadores del Africa Central y del Asia del
aquellas de los pueblos primitivos; pero et habitante de las ciudades se hace un sur-oeste, aóí como a esos grupos que se encuentran errantes en toda especie de
lbfuglo artificial con piedras talladas que no siempre es tan espacioso como las sociedad, sin que un suelo determinado les esté afectado en propiedad (por ejemplo,
' cavgrnas de la edad de pieidra; igualmente, los bohemios de Europa, los fettahs en Japén). Los-australianos, los habitantes de
muchas aldeas negras y polinésicas
Ostán fornadas por chozas más confortables que más de alguna aldeaeuropea. En la Tiérra del Fuego, los esquimales, que para sus cacerías y cosechas de raíces,
nuestras capitales, los representantes de la más alta civilización que haya jamás buscan siempre ciertas localidades y que delimitan sus territorios de caza, están en
cxlstldo, disponen, ilara sus alojamientos, de menos lugar que los miserables un nivel más elevado. Más arriba se encuentran los agricultores nómades de los
habltantes de un Kraal hotentote. Las habitaciones entre las cuales hay más países tropicales,; luego, los pueblos pastores gu€, en diferentes regiones del Asia,
dllerencia son, por una parte, aquellas deJos pastores nómades, con la eitrema se mantienen sobre el mismo suelo hace siglos. Y sólo entonces vienen los
movllldad que necesitan las migraciones continuas de la vi{r pastoral, y, por otra, agricultores sedentarios establecidos en pueblos con lugar fijo, y los pueblos
los departamentos apilados en las casas-monstruos de nuestlas grandes urbes. y, civiliádos igualmente sedentarios, de los cuales la ciudad es como elsímbolo.
rln ernbar§o, los nómades mismos están atados alsuelo, aunquá los lazos que los
Atan a él sean más sueltos que allí donde la sociedad lleva una vida sedentaria. La alimentación es la necesidad más apremiante para los particulares, así
'Bequleren de más espacio para moverse, pero volverán periódicamente a ocupar como para lacolectividad; así, las necesidades que ella impone tanto a los individuos
lo¡ mlsmos emplazamientos. No se está, por consiguiente, autorizado a oponer los como a los grupos prima por sobre todas las demás. Aunque el hombre pida su
nómades a todos los demás pueblos sedentarios tomados en bloque, por la simple alimento alacaza, a la pesca, a los frutos de la tierra, es siempre de la naturaleza
re¡ón de que, despué§'dé'una estada de algunos meses en un lugar, el nómade de su alimentación que ellos dependen, y del lugar de la habitación y de la extensión
mque §ucarpay latrañsporte a'lomos de camello aalgún otro lu§arde pastoreo. Esa del terreno que produce los alimentos. La duración de los e'btablecimientos en un
dllcrenola no tiene nada de esehóial; ni siquiera üene la importáncia de aquella que
'r¡¡ulta de su gran movilidad, de si¡ necesidad de espacio"consecuencia de la vida
pl¡lorel. 2 Son nómades, no tienen ciudadanfa. (N, d. L T. lrancés-castellarió).
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168 169
mllmo lugar,varfa lgualmente, dependlendó de que las fuentes de la alimentacíón recubre en ella elcarácterpotít¡co. es sglg_qd
produ2can de manera duradera o se agoten al cabo de atg ún t¡empo. La caza emptea los ajustes sociales, necesarios para la defen§a. se separan ctp los demás. Y vemos .
de preÍerencla hombres, en tanto que la recolección de fiuta es más bien ocupación t'
de muieres y niños. Mientras más productivas sean tacazay la pesca, más mujeres familiares son púestas en común, con el objetivo ésoec_ial de defende.¡: els.uelo. La
y nlños habrá disponibles para el trabajo doméstico; y más podrá la casa, por
estros están allí
conslguiente, ser sólidamente construida y conven¡entemente habilitada. en iin, . enterrados, contribuye aese resultado: porque el amarre al suelo que es consecuencia
mlentras más la agricultura esté en condiciones de asegurar una satisfacción cierta de ello, crea entre socíedádes distinlas y separadas una comunidad de intereses que
a la n'ecesidad de alimentarse. tanto más se hace iambién posible ellijarse sobre un es un encauzamiento a lá formacion del Estado.
hábltat limitado. Hay, por consiguienie, una muttitud de fenómenoé sociales que
tlenen su causa en la necesidad, primitiva y urgente, de ta alimentación. y para
cxpllcarse ese hecho es necesario recurrir a la teoría de la r,urgen6i¿,, d€ la cual
hablh Lacombe, según la cual las instituciones más primitivas y más fundamentales '
/
Tanto desde elpunto de vista económico como desde elpunto de vista político,
loffan aquellas que responden a las necesidades más urgentes.
la relación más simple que una sociedad pueda sostener con el suelo es aquella que
se observa en el caso de la familía monogámica; entiendo por ello el grupo formado
cudndo s'óto se explota et suelo de manera pasajera, también se fija uno a él por una pareja y sus descendientes. que. a partir de una choza común, irradian sobre
un espacio limitado que ellos explotan con la caza o la pesca, con miras a obtener
'mañt€n€tse¿ttÍJis de esa necesidad que el Estado saca sus mejores fuerzas. La su alimentación. Si la familia se acrecienta por multiplicación natural, entonces
también se ve acr@s¡iapa
tarea del Estado, en lo que concierne al suelo, es siempre la misma en principio: el
simple, ese crecimieñto se hace sin solucíón de continuidad, es decir, el dominio
Estado protege el territorio contra los ataquet exteriores que tienden a aminorarlo.
expiotado se extíendealrededorde lacasafamiliar. Alaumentar,lafamíliamonogámica
En el más alto grado de la evolución política, la defensa de las fronteras no existe sólo
puede transformarse en la familia compuesta o en el clan, qúe, como en Améríca del
para servir a ese objetivo; el comercio,.el desarrollo de todos los recursos que
Norte y en Oceanía, continúa habitando enteramente bajo un mismo techo, en la
contlene el suelo, en una palabra, todo aquello que puede acrecentar la potencía del
Estado, concurre también allí. La defensa del país es el fin último perseguido por "€sadelclan". Naturalmente, sélo puedeserasíallídonde elsuelo es particularmente
productivo, como cerca de ríos muy abundantes en peces de América del Norte, o
todos esos medios. Esamisma necesidad de defensa es también elresorte delmás
bien, asimismo, en regiones donde la agricultura ha alcanzado un alto grado de
n0table desarrollo que presenta la historia de las relaciones del Estado con el suelo;
desarrollo. Esa suerte de familia o de clan hace las veces de Estado. Pero, cuando
qulero referirme al crecímiento territorial del Estado. El comercio pacífico puede
el grupo familiar §e parte, con el fin de asegurar a los llegados más recientemente
preparar ese crecimiento, porque tiende finalmente a fortificar al Estado y a hacer
una parte determinada del suelo, de inmediato aparecen las habitaciones nuevas y
fetroceder a los Estados vecinos. Que consideremos una sociedad grande, o cada una de ellas es ei asiento de una nuéva sociedad doméstica. Entonces, elvalor
pequeña, ella buscará, ante todo, mántener integralmente el suelo sobre elcualvive
dedigual de las tierras comienza a hacer sentir sus efectos: ellas están más o menos
y del cual vive. Oue se haga cargo de esa tarea, e inmediatamente ef a se transforma
alejadas, no tienen la misma situación, la misma fecundidad, y todas esas diferencias
en Estado. tíeñen una influencia sobre eldesarollo de las familias. Lo-s parientes no pueden
formar grupos económicAmente cerraéos bs unos a los otros; el lazo que los une
Se debe observar las formas más simples de sociedades para comprender en virtud de su comunidad de origen se mantiene y une recíprocamente a varios
blen esa relación. Si se examina de cerca la relación de la sociedad con el suelo, y establecimientos, varios pueblos, varias casas de clanes. Es asÍ como un Estado
nace. Estavez económlcas
c,C todas las agrupaciones sociale consumado. Pero, q0 gse nivgldg!_deSg¡¡gllo,q!
gttüi más estrecho. con el en,su esencia elhacerse de un terrltorlo que sobrepase
unlclos d mismo. rffin""dé-ti§r?á Los habitantes del pueblo, de la ciuclad, esfán
UfllOOStt.miSmorñngó?T""0é-[erra.
t0d@enteligadoslosunosalosotros.lnclusocuando monocelular: el Estado, por el contrario, atrag a su clrculo de acclón a un número
¡lta¡ últlmas clases de sociedades toman formas políticas, conservan todavía algo cada vez más considerable de esos organlsmos elementalss, y los desborda a todos.
dc famlllar en la manera en la cual están constituídas y, no vemos aún aparecer al Se forma así, entre esas dos clases de agrupaciones, una diferencia de tamaño que
E¡tldo, porque se confundg con la familia- El carácter doméstico de la asociación
170 171
*t
172 173
¡Obre un Suelo muy poblado, de donde aún püede sacar más fuezas humanas para naturalezafísicadelpaís, de susventajas e inconvenientes, resalta, porconsiguiente,
¡u defensa, y una mayor variedad de recursos de toda Suerte, que si la poblaciÓn sobre la historia política,,. La historia nos muestra. de modo mucho más penetrante
'ugse escasa. Así. no es §implemente en la extensión de su territorio que se debe que el historiador, hasta qué punto el suefo es labase realde la política. Una política
pñciar la fuerza de un Estado; Se tiene una melor medida en la relaciÓn que la verdaderamente práctica siempre tiene un punto de parlida en la geografía. En
¡ociedad sostiene con elterntorio. Pero hay más;esa misma relación actúatambién política, como sn historia, la teoría que hace abstraciión del suelo toma los síntomas
tobre la constitución interiordel Estado. está iguatmente repartido porcausas. ¿Oómo no comprendertodo lo que hay de estéril gn una lucha cuyo único
se inclina h rano, una objetivo sea la potencia política y en la cual la victoria, de cualquíer lado que se
vuelque, deiará,sin embaS', las cosas más o menos en elmismo estado en que se
no orooretanos encontraban antes? Los tratados que no tienen por efecto repartir una potencia
su máximo desarrollo en las conforme a la situación respectiva de los Estados, no son jamás sino expedientes
diplomáticos sin duración. Por el contrario. la adquisición de un territorio nuevo, al
iln derechos. obligar a los pueblos a emprender nuevos trabajos, al extender su horizonte moral,
ejeice sobre ellos una acción verdaderamente liberadora. He allí lo que determina
el renacimiento de los pueblos que, luego de una guerra feliz, se enriquecen con
De allí deriva una gran diferencia entre dos ctasás de Estados: en los unos, nuevos paíáes, precio de su victoria. De allí proviene ese efecto de renovación y de
la SOCledad vive exclusivamente del suelo que ella habita (ya sea por la aqricu rejuvenecimiento que historiadores profundos, como Mommsen, atribuyen a toda
c por la ganadería. eso no importa), y eldomiñ-íbTgcadátiibu. de. cada-Qgnuna. de expansión política. Flusía desarrolló su potencia en el curso de las mismas luchas
cacfmñifiáiienoeffiel Estado; en los otros. los hombres que Europa occidental sostuvo durante las cruzadas. Pero aquí estalla la gran
a recurir ^ tierras diferéntes y a mcnrrdo hactante aleiadas de diferencia entre la historia que se mueve sobre su tierra natal y aquella que se disipa
fquellas dónde están establecidos, AllÍ donde ládensidad tenga su punto más alto,
'atán,Ohligaclos en expediciones lejanas en países extranjeros. Es en Rusia que se furdó ese gran
ló10 una pequeña parte de la población vive Únicamente del suelo; la mayoría va imperio cristiano del Este, que las cruzadas buscaron vanamente crear en otro lugar,
f pedir a un suelo extranjero los alimentos y las vestimentas necesarias para vivir. pero prescindiendo de toda base territorial. Allí se ve crecer sin interrupción un
!n los dlstritos industriales más poblados, una buena parte de los trabajadores Estado que saca sus fuerzas delsuelo recientemente adquirido; acá se asiste a un
labltá lejos del lugar d'onde están empleados; es una población flotante, que va rápido aborto, debido a que se estaba demasíado lejos de las fuentes mismas de la
¡quf o allf seg,jn las ocasiones dd trabajo que le sean ofrecidas. Pero aquellos que vida nacional. La guerra de Crimea. el Tratado de París de 1 856 y su ruptura en 1 871 ,
to vlven del suélo que ellps ocupan tienen naturalmente necesidad de estar en son otros ejemplos del mismo fenómeno; las condiciones geográficas jugaron allí el
Claclón con otras tierra§. Es para ello que sirve el comercio. Sólo el cuidado de mismo papel.
olguardar esas relaciones contra los disturbios posibles es una función que
nCümbe al Estado; es así que Se le ve extender.su campo de accién por medio de
t6l6nias, de confederaciones aduaneras, de contratos de comercio, movimiento de
rxtenslón que siempre tiensn, por lo menos en algún grado, un carácter político.
incontramos, por consiguiente, incluso en las fases más elevadas de la evolución
para ds toda
O0lAl, la misma división del trabajo, entre la sociedad que utiliza el suelo
que protege las fuezas concentradas slrve como soporte rfgido
abltarlo y paravivir de é1, y el Estado lo con
a los humores, a las aspiraciones camb¡antss de los hombres, y cuando se les ocurre
n tu mano.
olvidar ese substrato, les hace sentir su lmperlo y lts rocuorda, medlante serios
avisos, que toda la vida del Estado tl€ne sug ralceg 0n le tlorrt, Hegula los destinos
Sa oÚetará, quizás, que esta concepciÓn menosprecia el valordel pueblo
nOS de los pueblos con una ciega brqtalitJad. Un puoblo Ceb¡ vlvlr sobre el suelo que
, tobfc todo, del hombre y de sus facultades intelsctuales, porque exige
que sea recibió de la fortuna, debe morlr állf, debc ¡ulrlr ll lay da ó1. Eg en el suelo, en lin,
bn¡E¡rado ol suslo sin el cual un pueblo no puede existir. Pero la verdad no dela que se al¡mentaelegofsmo polÍtlco, que htoadalrurlo clobletlvo principalde lavida
|.r la verdad. El PaPel dcl clanrcnto humano en la polltlca nc posctU'991- - priblica;conslste, en electo, en conaÍvlrallafiliorlo ntcloñal, s¡€mpre y a pesar de
todo, ,y a hacar todo lo poslblo por 00mo el únlco en gozarlo, incluso
de una socledad
El suelo y el progreso
Es muy natural que la fílosofía de la historia haya tenido siempre una suerte de lndice de nombres propios
predilección gár buscar la base geográfica de los acontecimientos históricos. En
olecto, en su,calidad de ciencia más elevada, que se distingue únicamente de las
demás disciplinas históricas por su tendencia a buscar de preferencia las causas
generales y permanentes, encontraba en el suelo, que es siempre ídéntico a sí
{
mismo, un fundamento inmutable p3ia los acontecímientos cambiantes de la
historia. Es igualmente así que la biolo'g{ague qn definitiva es la historia de los seres
vivientes sobre la tierrg, siempre vuelve a la consideración del suelo sobre el cual esos
BARTH, Heinrich, (1821-1865), explorador célebre, en particular por sus viajes en
centro del continente.
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sáreshannacido,muerenyluchan. Lafilosofíadelahistoriaessuperioralasociología,
CURIIUS, Ernst, (1 814-1 896), historiador de la Antigüedad, especialista en el arte griego. e
en cuanto ha procedido por comparaciones históricas y así ha sido llevada, ella misma,
a comprender la importancia del suelo. Porque ofrece un punto de referencia fiio en I
medio de los cambiós incesantes de las manifestaciones vitales, el suelo ya tiene, en
DAHLMANN, Friedrich Christoph, (1785-1860), hisroriador e inftuyente potÍtico.
e
sl mismo y por sí mismo, algo general. He allí cómo los filósofos adviritieron bastante
rápido, y mejar que los historiadores propiamente dichós, el (lapel del suelo en la
DIE RAU ER, Johannes, (1 842-1 9201, historiador suizo.
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hlstoria. Montesquíeu y Herder no se proponían resolver prbblemas sociológicos o' DROYSEN, Johann Gustav, ( 1 808-1 884), gran historiador, especialista en el perÍodo helenÍstico y en
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geográficos cuando se preocuparon de estudiar las relaciones de los pueblos y de fos
Estados con sus territorios respectivos; pero, para comprender el papeldel hombre y
su destlno, se sentían en la necesidad de represéntárselo sobre el suelo que sirve
Prusia.
JUNKER, Wilhelm, (1 840-1892), explorador del país det Nilo y del Atrica Oriental.
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de teatro a su actiyidadY que, según Herder y Ritter, fue creado para é1, de manera LESSON, Rená Primeváre, (1794-1 849), viajero y profesor de botánica.
de permitirle desarrollarse allí conforme alplan delCreador.
LORENZ, Ottokar, (1832-1904), especialista en la Edad Media, autorde una teorÍacíclica de la historia.
iu Lo que es sorprendente es que, en las consideraciones relativas al progreso
MOMMSEN, fheodqr, (1S17-1903), historiador, aulor de obras sobre la Roma Antigua.
hlstórico, se haya tenido tan poca cuenta de ello. ¡Cuán obscuras son esas teorías
'donde se nos representa al desarrollo humano baio la forma de una ascensión en
PERELS, Ferdinand, (1 836-1903), autoridad alemane en materia de derecho maritimo.
lfnea recta, o comó una suerte de flujo y reflujo, o uh movimiento en espiral, etc.!
Descartemos esas fantasías y atengámonos a la realidad, oblígándonos a sentir PUFENOORF, Samuel, (1632-1694), jurista, autorde obras fundamentales sobre el derecho natural.
slemprs él suelo sólido bajo nuestros pies. Entonces
RANKE, Leopold von, (1795-1886), historiador, tuvo un papsl fundador en el establecimiento de una
evolución, también ella, se eleyasiempre más alto. historia científica en Alemania.