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iFriedrich Ratzel
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LA,GEOGRAFIA
r-+!--W POLITICA
v'i Co n"beptos Fu ndamen tal es

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Textos escogidos y tradubidos det alemáii
po.r Frangois Ewald ; "

Prólogo de Michel forinmá "\,


Traducido delfrancés
por Denise Couyoumdjian de Folc$

FOTOCOPIA NO COMERCIAL
Autorizada sólo con fines académicos
( Art. 47 - Ley 17.336 )
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iPrólogo
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Friedrich Ratzel (1 844-1 904)

política
+ la oeoorafía
De
a la geopolÍt¡ca

por Michel Korinman

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I competencia en el plano científico, a tal punto que el cétebre propagandista wilhelm
Hübbe-Schleiden escribirá en 1879: "¿Acaso no es deplorable? Los medios que se
I
movilizan actualmente para el Africa central son distribuidos en una perspectiva
ideal, sín proyecto réal"2. Los universitarios alcanzan a satisfacer tan poco los
I objetivos pretendidos por la economía, que en 1878 RobertJannasch (194s-1919)
crea en Berlín la Asociación centralde Geografía comercial, para la promoción de
los intereses alemanes en el extranjero, con su publicación propia, E.<port (1879):
los geógrafos sólo juegan allí un papel secundario. si dejarnos aparte excepciones
como Ferdínand von Richihofen, cuyos viajes a China quieren conjugar las
.ard, aspiraciones del poder y de la uni.¡ersidad, Alfred Kirchhoff (por lo demás raramente
belícista), que se interesa en 1880 en la economía alemana en las islas del Pacftico,
o el famoso Theobald Fischer, especialista en el Mediterráneo, cuyo actlvlsmo
( marroquí terminará por motestar a su gobierno, losgeógrafos aF¡andonan el torreng
colonial a las grandes f]rm1¡. 5l¡:lo1er.*qrfpH:tea Friedrich Fabri en '[gZtL
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*.. pgfirlanese ala CÍgen dgl §íq:."¿Será necesario quéinclüso en éste campo nos
cgntentemos con ddr teóricosqu_e á6ú7ñüianffir paraE-u§o déEirá§liáñIo¡-6§?fd
Á¡a'tir ae ro§áii6l'leeo, uñ"ñlri or
atención a los problemas coloniale§. Ellos participarán en la lundaolóh del
Kolonialverein (Comiié Colonial) en'18d2 y de la Kolonialgesellschaft (Socledad
Colonial) en '1888. Pero ellos continuarán siendo allí minoritarios y se guerdárán do
sobreestimar la eficacia de su corporacíón hasta 1890: "Echan sobre todo lac baac¡
de la actividad de los polÍticos, de los comerciantes, de los admlnlstradore¡ y dt lot
oficiales..l Universitarios concienzudos, sirven como talesalagente do torrono oon
sus mapas (famosos), las estadísticas (precisas)que elaboran y loC llbros publlildOt

1 Ver FranzJosef SCHULTE-ALTHOFF, Str¡drbn zurpolitischenWissenochtlttgo*hlohLd*Mohat


Geographie im Zeitalter des lmpeialísmus, Padeóorn, I971 .

2 lbfdem, pá9. Sl..Subrayado por nosotros.


3 Citado por Franz SCHULTE-ALTHOFF, ibidem, pá9. 102.
4 lbfdem,pá9. 130.
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10 11
(

por ellos, destinados alas escuelas. Pero estos resuftadgsosimpj§[e.Lgug 9[9-q cffiil-885). siguen Estudlg d_e t9s espacios pol/ricos (1BO§) Egttdo
,
ilghns¡enoo,.fuildamentalmente,una@cq"a!plp-o-deL iñbre. todg, ta Geogra.fíq potítica, títuto qle se tornó cóíábr.;¿;
d6ne a srr 0ü3 3ggrallglüg nuevi§, Más. de.tos Estado', d,t;;;;;i;;7;-i;á;;;,;,
113': ,:::*o:l':? j1^,y:: 9:?g'!!'á
aúnMvíalapolíticaexteriordelReichenunsentidoabiertamente- o"-,:
T::"1?,,:::"i:-l1yllyi" :unynda.edición en reoe. Más aierante pubilca
lmperialista, elco!tingentede geógrafosque se incorpora, porejemplo, alFlottenverein Deutschland, tntroducció.n a una ciencia delpaís nata¿ oOráqu..á;#;;ffi;;
(ComitéAlem@osedi{ngueal!í9nynrolespecíficamente reediciones hasra el fin-de ra segunda guerra mundiar y qu.'.^r." piotunoamente
geográfic'o; estos F/otfeprofessoren (pro}é§ó-ñ§-dé Iá"FIóta), (qr.i§Básárrpór'lo aremana (1898). con €t Mar, fuente de poíeicia delosiueálos goo),
a la opinión
(l
Oerñáslilórla¿qiFs de moral, a una organización competidora, la Asociación Ubre que retomaba en lo esencial un capítulo de la Geograf ía potítica,
iatzel, aráoroso
para los Proyectos de Marina, 1899) se-acantonan en una función de siinRlg- patdario de una gra¡ flota aremana, hace eco a riMarlna. en
_tefurrzy ta vtda
prcpaganda;. expertos en el detalle o soÑiastO§Of§6§,"ñó-3ábían e-ntonces' et.seósrafo, cuyo ,.sunoó pá,fodo no dela
c o n st tu r é I. b l{ñ': tr u s t Oef fn_pq!-í!sg:-."
llrYly1 .T]E*§rsmSlumentat,
oe acusar un c¡erto misticismo, ásociará-.nuevamente_biogeograiía y geogratia
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En gste contexto, un personaieparac§LAgelgX"cepg§¡r. .§e_traJade EfiCd!§I'
EaEet lrdF4i!o+):-l§u-iormacíóf ry1a¡lq9gLag-¿.tñ*é-ggs¡"ro.Iuizo prirñeio
;§rñ¡6; oe rarmaói a@ioói og iá Éri iié¡Aet6e rs, d on de a I

lntluencia dei Ernst Haeckel (el inventordeltérmíno ecología) lo llevará aldarwinismo.


P.qpJicq.-e.-n 1S69 un libro. de-99-t4.,9-b--e"9i-e-¡ c-il,Sw"kvet0ir-dslJnundz-Qt§áAi99,9tte
aiestigua ya lagconcepcionege,/g!9ro!§!39a b-i9l9qi¿a4!9§ lgtoqadas hasta en las
;ñá§**áái"ñi iri,,' * o'oi-orerca¡;É
Éñpac'io titai) fi eoT) o La Tieria'y ia
Vidá(iV}t:l§02i. Nacionalisla eqlgslgg$,Sgtzel se e¡-rola en 1870 yrontará esa
camoáña en sus' q-ó-ñ86;iérto ñffiero oé
viei6§,Itáiailiizeffi§oilÉ.tó.do, Es]lffi dñ(1873); se puede decir que es al
egtudiar este último país que se hace geógrafo. Sus Cuadros de las ciudades y de
la eivilizaciónhor-americanas(1874) anticipan Los Estados Unidos del Norle de
América11878-1880), primera obracompletasobre este tema. Luego, Ratzelestará
llsto para retOmar §'u cátedra de geografía en la Universidad Técnica de Muních. Su
tesissobrela Emigraciónchina(1876)abordalacuestiónmuchoantesqueSpengler.

la cátedra de geografía de la Universidad de Leipzig. Ya es miembro fundador del


Comité Colonial y de diversas sociedades que luchan : Contra los defensores del
Reich (1884). El primer año del famoso Congreso de Berlín (repartición del Africa),
el geógrafo exhorta a los dirigentes deliPartido Nacional-L¡beratf én elcual actúa, a
mantener un esfueao de colonización "científica"5. Este interés por ultramar se
traduce de nuevo en una Etnotogía(1885-1888) y Bgkq!.p,fqn -ong-E!"1s9929-AS q -\ ,

nuevo mapa delAÍrica con algunas.obseruacienes g9?era!99 sgbre los principios de lr


*J
6 YCt lbtdem, gág,225:.El grueso de los geógrafos alemanes se contentó, antos qu€ nada, con 7 Ver Günther BUTTMANN, Friedrich,garzel Sturtgart, .l977.
rlgcclona¡anteloe acontecimientos;raram€nte influyó en losdebates preliminares, o pesó sobre las 8 Para una historia del academicismo geogdico, consultar yves LACO§T
E, Lt gcognlh tl¡vo,
. orhnlgciones determinantes,.
p!.me.ro,.para hacer la guen4 Parfs, 1992, edición aumentada y
'
- obn fundrón dr ¡rt¡ rutor,
tV¡rH¡naUlribhWEHLER, Eismard<undderlmperialismus,Colonia, 1969,4'edición,Munich, 1976, ' Neologismo no explicado por el autor, pcro quc ctlmológicameht-lg.iil"-irf.,
ifoxlmrdrmrnlr,
- - -'
p19,476. "ardid ideológico' (similar a estrategome) 1ru. O. t. f. frañcfu.cr¡tcilrñá1.
12 13
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herramienta páralos dirigentes, que, a su vez, aprenderán a instrumentalizarla. Tal


-{.!g,nyg¡¡l J4cques Ancel .subraya con razón el carácter n€coarfhmlil
effiá rá?o¡cioñTe't8ez, en?l óuaiHaiiei ña-Üiá oet geneiii,-a-6éiílCiio, inóluso axiomét¡co, de leyes quert para informar sobre toOoiiii
"sontido geográfico", que puede ser, sinó enseñado, por lo menos de_sanollado. hechos históricos, quatquiera'sea su amptitud óIiéñ sl¡ duración, se traductá
-La

i*{ orñY*
ggggrgiSgoltlqa q-e--tB¡§l"oJma.así en.teoría,PQrQuelos conocimientoP ?c1,1-qtu-l?9"99." én rórmulaé demasiado globales.r2
se-gfgang,a0_auÍjlrc.dp*{p,rJe]aSq-e*sltén de-[.ooder- de. Estado .y de-.§uq.lgf.fna§,
territoriaies.

Ahora bien, el universitario Ratzel qgsig gojsgir el saber político geográfico


sqgún los métodos que, en su tiempo, le paréten fos más científicos: t\r ,

- Su libro rebosa de referencias históricas, clasificadas precisamente en


función de un rasgo geográfico común. Como lo muestra Camille Vallaux: " fl método

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I y la orientación resueltamente alemana de las leyes formuladas. Precisamente los
razonamientosmovilizadoresqile-eitán en e!-orjgcn.dqléxito ratzeliano, entre los no
en Africa central, a los esquimales, a los húngaros, los checos, los brandemburgueses,
§é:ó§ráfo;rsufre¡ un re[9*c..9s-g 91a.spédos de §g§le,
'Más
e.n la interpolación en los'
Wa§hington, Río de Janeiro, Buenos Aires y San Petersburgo, Palestina, Francia, ñámféiáireios, en la puá§iá'éntré páiéntesisr3. aún: se tos encuentra como
Alemania, Austria, Borneo, ltalia central en la antigüedad, Milán, Chartres,
"expulsados» en una serie de textos -prefacíos, artículos de diarios, conferencias-
Constantinopla y Viena! que constituyen elconjuntode circunstanciasdondelamatriz ratzelianafue elaborada.
Aryec,glsl-pg!1§?!11!gl!_o qg B-eB§l _en la...me_{iga misma de los o"hie[vqs que qe fij§
de ejemplos h¡stóricos es un el§Effñioes,i[ñdamé.1!g!n9$g,te99¡strui¡esesistemaymostrarquela Geografía
pp@capéimnec"¿a
#- , qErr,leJ:flo,.Hi.::flr.l1^?,r,.,:il
fPQlM,csBefIrBneqe-ap9§&q§Lo30ru?a.denc'laalemana». Esenesesent¡cloque
^"L5::i:::i':t§::::
esprrru numano no orspone, para fuertemente, de un método indeformable \ A oe-Üe oariá láiazon a Claude H'affffi tráñi:lóóalifica la obra de Ratzel como *un _.
p«i{ántasías i¡qiviouales y capaz dá resistir Victoriosameñ-té áL anáii§ii, es en váño 'i'|yr momentoepisteqg!¿frgpEilpry_e..]EA&giáfle;': láGeograflaPotltlcadapard
que los investigadore§ acumuleñ pacientemente m91¡-o-¡.9_s"_de l1eqhp- :..,n¡nguna [.L-r]eer una última tentativa académica de poner la geograffa al servlclo del Roldhr'.

\ Hay allí una «monumentalización,| -Oet ."b., g-rográfico que peca en dos
aspeEto§. Elláño puéde'éüfai"iruñ6af1b real: .Mientrás ei po§iOte, en las otras Hásta Ia primera g uerra mu ndiat, el Eptshjelqf án pefmmtco ¡o[l¡lameltg
ciencias de observación, tomar y analizar uno a uno hechos aislados o, por lo meRos, dív§idé?ntiti-§-rripos d6 inteieses (agrarios ultraconéáñadorer lprdot t lt burocracla,
grupos poco complejos, de los cuales e! observador captá la total¡dad sin demasiada. que reivindican un proteccionismo aduanero; pequaña y madl¡ne burguesfas
álficultad, en Iageografrg,p"91l.f,ntr!¡,á.toi¡gqhqsnoiepresentansínoen un e9-!?99 ¡ interesadas en la revolución permanente de las frontora! lntft- y axlraneclonales;
Oe agrupaÑénióiuüm, üe intérpenetraciónJg! que existen importantes B-osibilidapeg gran capital bancario e industrial que se alfan los unot oon lo¡ otro¡ logún el
d'e que algunos escapen a un análisis incluso m-i¡yebübió§o (...¡;".,'Los análisis
-
gegEf§g9rjg 9spa9Lo-9.11espac¡o, no se superponen pf)rconsiguienteiflña§Xada'
óxtáño que- la Geoijrdiia Política, que hace tanta iéTerehcia a toda sueñe de
COnflguraClones espaciales, contenga muy pocos mapas. Alseleccionar, por analogía,-1
12 Ver Jacques ANCEL, Geopollllct, Pr͡, I gOC,
rasgog comunes a los esoacios. Ratzel red¿9" d, .ll" l, r"alidrd .o, lrntl
13 Es de notar que entre lor no grógrrlor l¡. lryr¡ lrl¡¡llrn¡¡ ¡oñatlluym, lñ[taammla, cl?¡a
municiones..r.tóric¡!,, un¡vrrdrd¡r¡tsrobfL¡ln quf lff prmltf anmlE|'lÍtua ollalh,oa, b.
mismo¡ quc eubyrccn rn todr lr oblr drl grógtrlo,
0 V¡l Crmlll¡ VALLAUX, Geogralfa
ple¡
social, el suelo y el Estado, París, 191 1 , pág' 24. r4vercraucr.BAFFESIN, Putuntgoojnil.ülpcót,?Íf¡, llao,pff, llrLtobnd.R¡Ed ..
l0 lbk1lm, 21-22. un (mom.nto .pi¡l.mo6eioo,! li{!!! Or ru lnflt4üg,f{,nllfr lAa'r,igoqr,,tr l o d. .u
tl lDl(hm, ple,26. Polltlqcho Ooognphb l0oognlh fulü¡l\
14 15

m.qmento y las necesidades de reestructuración del sistema). Níngún gobierno, cruce de diagonales montañosas : la primera (s.o.-N.E.), de ta selva Negra en
€l§marck, Cáprivi o Bülow, sabrá sobrellevarperfectamente esta partición heredada Ezgebirge, de Basilea a Dresde; la segunda (N.o.-s.E.)de la selva turlnglá a los
?e la revolución «por arriba,. otra distorsión: la serie de discursos -raciales, montes de Bohemia, del Danubio. nagel_a§!gÉ.p9_rson§jggiente, toé gra_dos
ET: "t
naturalístas, hístoriadores- de lógicas muchas veces incompatibles, que postulan
cada uno'una suerte de frontera ideal. Es, en fin, a partir de lugares diferente -
universidad, atlas y schutverein (clubes estud¡antíles), estados mayores, con
Bernhardi, Moltke y Schlieffen, sociedades con vocación económica, como el
ffi.!llr;"
de ta historigqlqqg¡g -detimitación de una Alemania en táEoáo Medla?f utür
"pura"
:e#;Í13#l#3
fundamentales. El qeóqrafo no deiará de insistir en la división oeomorfotón iaa de
regÍones situa9as-entre los Alpes y la planicie det nortq, hqcha Oe mp¡taneq-stn
tac
rta las

Mitteleuropáischer Verein (sociedad centroeuropea)- que se formulan las !'¡gntada-s en el mismo sentido que los pafse§
reivindicaciones territoriales. espacr¿¡l ilé AEiriáiiáfiábríá p o r co n s g u ie n te,
i

raüeliana es hostil al determinismo :


Pot qglslgulente, tres casos de-figuraen tos cuales
. Fa.tzet ya e iyg.qr_gI'
papg*t
s que p€[q.ggroI9msila*
apuntalar la vléja
nu9stro estallido político de las montañas situadas sobre el suelo alemán
"t7. Yasería
SE falso, explica,- porque en ninguna parte en Alemania, se han formado Estados
de otra maner , para msntañosos; en el siglo XVl, el Spessart y la selva bávara eran, por ejemplo,
erqlq, Pi.g Pg 19 É o: o¡ istasde h oiscu sto n al e ínhabitadas y ese tipo de regiones no interesaban a los príncipes sino por sus
3I P'otag
lj rn§íó § de ebcalag sls u ggsiyqs¿lgrye!]endizar,iprwesivemeüssu
e¡ e@qllp-o-r eeaUi
?!3 A?-p",c?
ces iv o s, A e m ani a_ r§ riquezas minerales. Por el contrario, la Bohemia, acotada por montañas, se
\ "§;yg.uor
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VOCaCtOn «europea"t5 transformó, sin embargo, en uno de los territorios más enfeudados del lmperio. por
otra parte, los ríos como el Flhin y el vístula jugaban un papet primordial en las
comunicaciones entre norte y sur. No por consiguiente, prosigue Ra:a;el,
-se..debe,
ceJlqSfre]e gg!9fe d9l9: !91!o-19qPÍiJtF, a Alg¡uania con gre-.cla, y buscar en tá
rr
,?
diversidad morfológicá"úñá causá uniláteral del "régimen» político: "Esta analog-ia
Si Deutlch tand, lntroducción a una ciencia del país natal marca lan
profundamente al público del Reich, es que subraya un punto esencíal desde 1870-
se fundzr¡ñ'p:líüítáinenIEéñ una cbnfeSidñlboñdiciones de§iáüórables tan enraizádas
.;n-9[,s@*ió¡hl{ánti_{-rc!9j_am¡ei1t9'p-ó-[tico"'s.f
er
1871 : laguerrabismarckiana, porhabersancionadoformalmente la unidad alemana,
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no podÍagarantizarle la realidad. Edificarel Reich, no eratodavía unificarAlernania. evolución tornaría G
imposible. Se1lgllgf[¿-eflreG filósofos de tos pequeños y mEtlián-os
cg_fng._lgs
división"U$I I pái§
G
Estados de A[emania,
rania, interpretar
¡nterpretar la división"Uf
la humanidad en su conjunto.lFlatzel
pái§dómo una suerte de destino,
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rbas,, d--s [a ebístemolo0ía aldmana,
0
j
@ mafcadaplr,una trler§ié0lu0dffiental-enlre-lq§xaio§
p3íse*s_ del norte v e[ sur montañoso, la apertura (ausencia de-_trpnt_elas l1íUda{,_al un lrsmo exaceroado
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3
e-ste como aloeste, sisesube¡uevameniehaciaehone-yregio¡gr_s compactas, más
exiguas, mejor delimitádas cuando el ojo se desplaza hac,ia_e-1.-s_qr
pororia párté;"qGFerdo§Háb§Frli§6, fa Atrmaniá§eiitentrional constituia un país
(RáBéfreóuerdá;
\I
3
extranjero). Este eje norte-sur, continúa el geógrafo, corta nuevamente una
vectorialización de oeste a este, del Mosa alVístulá, cuyo efecto corrige la primera
oposición. La geografía del Reich revelaría, en fin, el grave inconveniente de un

17 hídem, pá9. 149.


15 Para una primera aproximaclón del tema, consultar Michel KORINMAN y Maurice RONAI, Las 18Ver Betradttungen über den Zusammenhang *ischen dem deutxhen Boden und der deutschen
ideologías del teritorio, en Histo¡ia de tas ider,lqías (edición Frangois Chátelet), París, 1978.
-
'l 6 Ver Deutscñ land -Einlührung
Gesch¡chte (Cansideraciones sobre las relaciones entre el suelo y la Nsto¡ia de Alemania), en Die
in die Heimatkunile, 5. edición, Berlín y Leipzig, 1 921 , pág. 1 8. Grenzboten, 1 898, No 39, pá9. 591.
16 17

Alemania: " ¡¿ razón profunda de la distorsión (nortq-su r de una recíqroco qulsB ofrg-c_g-¡ laS d_es.pol_e,Lciqfl_3.,Etfeich necesita de Austrh, pgf
débil capqci{ad para domiñaTé'l-e3pá@frEñ'fg a las tareas qggselabian londe pasa una parte importante de su comercio: "No dispone de vías de acctto
más cómodas en elAdriático y en las desembocaduiás del Danubio....,2r. y luego:
tiempo hacia ltalia y en dirección deleste; se debía, por el contrario, compensar las
"Dos Estados tan imbricados el uno en el otro están condenados a tener relacioneg
carencias "estructurales, oor uná meior administr?ción 9§lespacio. Y, una política pacíficas o bien, a acortar, por la fuerza, en la primera ocasión, una frontera común
tan multifocal no podía. justamñidlíÁremánia, te¡ar?eTávo?fter las tendencias desmesuradámente larga.zt.
centrÍfugas: "La hiperirofia de las marcas en el paisaje histórico, la plétora y el
despotismo, que ya no son hoy, felizmente, en lo esencial, sino secuelas del En resumen, elgeógrafo zanja en Puebtos y Espacios(18g4):
pasado.20. LosEmperadoresylospríncipesalemanescontaron conlayuxtaposición "Nuestro Reich
alemán es el coronamiento de una política de retención,?i. BaEel, que opone
de espacios demasiado diferentes, mientras la g'enSentradiceión entr:q ql inpsrjg_g-e categóricamente la accíón (concreta) a los discursos (de salón) irá hasta legitirnar la
, .-1a Edad Media y ios Estados que Io constituían no deiaban de exigir, escribe Ratzel, anexión de Alsacia de Lorena
y por
rázones exclusivamente militares:
"Si la guerra
) | uñánolución pragmática. gesde entón*6 ü§ de 1870 no hubiera tenido lugar, la mayoría de los alemanes habría encontrado el
'iI@iándesviarsup-o1íticaenelse.ntidodeunaconcentración
" d;ñA;ñffi-ni;ft¿eién¡a como sea'posible, desdá et punto dé ü§fa de"ta
" Fleich al cual aspiraban, perfectamente.acabado, incluso sin Alsacia"26. Y para que
| Alemania reallzara sú pitenc¡algeográficp, el imperio de los Habsburgo, ese cuerpo
\rn parcialmente extranjero, debía ser previarnente disociado.

Era traducir, en términos geográficos, el proyecto bismarckiano. Se sabe que,


a más tardardésde 1848, un áspero debate Ópone en Alemania los partidarios de la
opción kleindeutsch (pequeño-alemana) que excluye Austria, y aquellos delsueño
gro&deutsch (gran-alemán), que incluye todos los territorios de lengua y de cultura
germánicas. En 1866, Bismarck había zanjado en favor de la Pequeña Alemania.
RaEel, en una primera fase de su argumentación, le da la razón. Explica en primer
lugar, en La Situación geográfica de Aleman¡a (1896), que Austria (¡así como
Francial) es mucho más meridional, ya que sólo en Bohemia llega a los cincuenta
ytresgradosytresminutoszr. Pero, sobretodo, ellmperio Habsburgocontemporáneo
lormaría un territorio naturat, que parece una estrella cuyos cinco brazos confluyen ( E/ tmperio det Me\
en la cuenca de Viena. Se bastaría; por consiguiente, a sí mísmo. En fin, una parte ---=-_
conslderable de las fronteras entre el Reich y.Austria-HungrÍa limitan del lado Se recuérda que @ qstu.diab-a_largas¡ente los
austríaco con una provincia de mayoría eslava, por consiguiente, poco segura moy!mientosde población en lahistoriad,elgtgft_d--o-yJataba(subt!§§)¡pg§gE[9-Uggl-
(Ratzet deja aparte a Hungría, puesto que esta provincia del lmperio Habsburgo y ht{aria, Ese Jlle¡gs-calslantB
Alemania, separadas por una banda galicia de 42 kilómetros en los Tatras, no son def g @sx¡s¡$Agglgsj, de toda suerte se articulaba ya en la Emigración
realmente vecinas). Pero está la esencial Bohemia, medio eslava, y luego, Ratzel propone una verdadera tipología de ese proceso. El modelo
seoundarlamente, Galicia, con Cracovia y Eielitz, así como la punta morava en chino se caracterizabaporunaformidable eficaciadebidaaciertos rasgos especlficos.
Máhrlsch-Ostrau. Otro tanto de razónes para desear una fortaleza alemana. §! En primer lugar, los emigrantes chinos nunca actúan voluntariamente; nada arbitrarlo
@te*conscie¡lg§glq"ng-c"pstdadde-una.alanza.enlre en un movimienlo regulado por una burocracia puntillosa y vigorosa. Todo es allf
t@rial de buenas
Alemania están desprovis!1s tfg¡t-e_ras organización. Los chinos poblaron en primer lugar los espacios vacíos en el centro
¡-n el áxferlói .Sg puede distinguir en ese fenómeno una causa profunda del apoyo

22Ve¡ Deutschland,og. cit., pá9. 196.


l0 V.r o.ulrañbúoe, cll,, plg. 142. 23Yer Die geographische Lage, op.cit., pá9. 450.
?[Yo¡ ilo clalr;hc hlc¡o¡ltoho Ltndrchtll(Elgab rJr hlrlórloo alemán), en Die Grenzboten, 1 898, Ne 24 lbidem, pág.45.f. Subrayado por nosotros. Se ve que Rauel ha lnt.rlorErdo paáaclrmañla al
¡l4, rao.2tg estallido, en 1866, del t€iritorio germánico..
ll V¡r en DieGrenzbotan, 25Ve¡ Vótker und Ráume (Pueblos y Espacios), en Dle Grenzbolen, lggl, Nt la, Pat, t,
tata, 26lbÍden,pág.5.
18 19

dq,su terr¡torio, gracias a transferencias de población a partir de las regíones de alta tenitciriospolacos, sicampesinosaiemáneg novinieran atnstalarrc dll, ArlilOÉílt
densldad y, luego, una real colaboraciónde las.provincias chinas,hizo la expansión: debe enteriderse la tesis ratzeliana del primado territortatsobre lor rovtmfñEi
nLas diferentes partes del inmenso imperio contr¡buyeron en diversos Ejrados..."az. (intra)nacionales,talcomoladesarrollaeWRryfiFÜl¡llu,
Por lo demás, Ias regiones más pobladás no fueron necesariamente moyilizadoras, Jahrbuchde 190a): d¡rigentes "políticos» cuentan con Ia na¡Ttiiá?Eñ"d6i-tinltonó v
sln lo cual elalcance delfenómeno de emigración sería ¡ncalcrjtable. Sobre todo, no sobre t¡na redistribución cualquiera del poder entre las minorfas n¡olonrlti
China supo realizar una pacificación. Lg9 chinos. por eiemplo. gn las regiones porque, en última ¡nstancia, elprimerfactorsiempre gani;la existenctaOe Rumrnli,
m e ridion ales de Mo nso a y dg'Meng[grg-t e n Formosa, con struye rol!üEñld§,
I i
muestra Flatzel, se desprende de su cohfiguración alrpdedor del prout y eobrc lodo
rutas, abrieron escuelas. Ellos L""811-Uütáñtfsd-fá0tó? de del Bajo-Danubio, que [as grandes potencias europeas preferfan ati't¡utr a uni
¡4p
I nación de menor importancia por razones de equilib¡io -no de reagrupamlcnto
"sentimental" de los rumanos en elsur-este de Europá.
por eso que un gran número'de pueblos vecinos están íntimamente ligados a la
"Es
clvllización chiná, quedando, sin embargo, independientes"2e. Los historiadores de
Chlna, recuerda RaEel, pudieron por consiguiente mostrar que el cofóso chino se . Porylrapart-e,,,e-!Reích, aejemptode-*c-[i¡,a-Q-e-bj¡{-q¡pruebasde
"paclllsmo»cn
Je: lerritorios anexados: "Nosotros nos acercamos a ellos (los polaios)degdo cl'
edlflcó más bien por la implantación -comercio y agricultura-, que po¡ la conquista - p@,
.ru nQ-€Epdillga.' tos masureq tos lltsanos, lo¡
]r"-.:-:-_..:-:_
las tropas-. pblacos protestantes de Silesia so sotr

\ -^cenlralLaque
pasíón china del geógrafo se explica fácilmehte. El Reich, en la posición
1/ le es asignada, debe darse medios ggoestratégicos tanto más sólidos
( cuanto que está, en elóentro, ainenazado en dos frentes. La China se hace entonces
\ metáforalosdeinconvenientes
Alemania. Como el lmperiodet Medio, elflg1c¡gepgsggreensar-eo
de su situación geográfica. Y en
\espaclo Consideraciones
sus
r VU H-eáni et porqué Bstrarck quE , gonceder un statüs de autonomfE
--*i-a_]§--W§ggs.
ros Dotaco
?----aa---:--
Prusia habrÍa , en cierto modo, poi-§ije los lñt'0ros6§
rninoritarios fuesen preservados en elcuadro de un Reich consolidado. y elgeógrafo
resume:f«(,..) Hay, en lo que se llama lasvirtudes guerreras, tomadas separadamente,
Ir
una ausencia
auséncia de resultados
resuttados durables. unUn pueQlo guererqpuedejefriharjmpgrlgs,
pue§to guenerg
Todos los párrafos "comprometidos" de lstas afortunadas y Sueños, una serie de es capaz de fundarlos o de mantenertos (.:f,r.rfErpr6dsíción ratzeliana lncl'uso se
artfculos con carácter autobiográfico publicadosen Iafamosarevista nacional-liberal ra ersg am*eoioáóieói§Cb?t
(
Dle Grenzboten (El Mensajero de las Fronteras) van en ese sentido. Pero para el ñ,"ffidtróáñiérité;'tá tüón ior ta euat
Rek4-glt'-ca-q9-0$ald.adaio o i§.s-g§.s9s&[qlgn?-9xp?nsión cualquiera en ú
elj-qr-estg; "l-a idegCe.gue.elDanubtrn_anastlS-intdieses atemánes hacia elMar (,
Nsgrópérténece á una época de codicia ímpotente (...féfte¡¡Jatálgltii!_e mantsngf
Ñááia*r.,;irtáñece a .?,
deteota rasgos "mcingoloides» y una «media-Asia" al este del Saale, intiman a que nue pe ¡nteéraOa.Jla_ContlOeractón
!e pusblon las regiones. V@ Alemana, sin elAsla"¡¿. Por ?
eegÉflQal18e8) fe pori en
Eg{glglse hará cargo, por otra parte, de los puntos de esai?eifflñotáiá con ?
gntuslasmo que la comisión encargada por el Reich de delimitar ese espacio tuvo
éxlto, a flnes de 1897, en la "adquisición" de 89.204 hectareas en la períferia del
tl,
domlnio llngüístico alemán. De nada serviría, según Ratzel, haber anexado los 0,
30 Ver G/ücksnseln und Tráume (lslas aloftunadas y suaños), Leipz§, 190S, pá9. 397.
31 Ver Ole Chinesische Auswanderung op.cit. pá9. 260.
t,
27 Ycr Dle Chlnesische Auswanderungi Ein Beitrag zu¡ Kultur -und Handels- geographie (La
omlgrtdón chihe. Un apode a la geograÍfa cttltural y comerciaf, Breslau, 1876, pá9. 50.
32Ver Deutschland und das Mittelme* (Alemaniay el Mediternáne,o),en Oic Gnnzblrr, 'l8gg, Nr 44, ,l
pá9.205.
?llbÍdo¡tt, pá9.57. 3.3Ysr Polittschgeographische Rüd<bltd<e (Rctroapodllva plltlajoogrlllct), on Ooographbdrc l,
2l lbÍdcn. Zeit*htlft, 1898, pá9. 264.
20 21

, dice RaEel
-gxcluirsa
enteras como los .220.000 franceses de Alsacia-
\
\ ___--_+_.-: oeooráfico \
Et oaradioma _-*:-

quo manlllestamente no habría elegido si hubiera tenido la etección"34. Es por ello Günthei Buttmann, biógrafode Ratzet, nos enseña que et viaje a América fue
qu0' bruscamente,[la argumentación ratzeliana se torna contrad¡ctoria, cuando el de un íde-"óiffi§obre Ió3 iiétes de su-ófióio,36.
g eóg raf o quie re demo strar de so'eTil o u n to tE:vr-lá m e taosco t6o iA

r-@ "
a los
Kürt Haéáer[-iátzeliano;aurorde una mónuriii:nIá'l história de las Cóién'iá6áHiráñas,
¿acaso no presentaba ya los dos volúmenós de los Estados Un¡dos de América
todos sus cualidades, por defecto militar: "Las como la primera obra de un no-americano sobre la Unión que no pasaba inadvertida?
sin emóargo, poco se puso de relibve el título de ta segunda edición: ge.o§!:qfíq.
U n ido s d e A mérca. oue sancionaba iustame nte lá,.tffiffiffi¡-i

I ión. En la fase superior donde pnmeras


los ------<
cuaoros. EI oroolema se

lRatzet es, en primer lqq-af.globehnente seducido: IUaOtanOo de tos Estados


ñiF§i56-n'as) plra n germanización de esas regiones, que tenía por objetivo ta Un ¡ Cléñgg Iá]ñ{úéJá¡JLC nrorg r "u¡-rl ñló o m o Ái é rn a rii a E-Freñeie d ). psn ; sr
.

agrego sus dimensiones en superficie, §tbeicibeláá imáóañToiáiriiénte diferente.


00mpn maslva de tlerras hasta ese entonces poseidas por la nobleza polonesa (y
Ella corresponde a Europa entera, ya no se trata de un país, sino de un verdadero
f l düllltamlento ds esta r.iltíma) fue, sin embargo, un fracaso relativo. Los propietarlos
continente (...). Catorce o quince países tales como Alemania y Francia cabrían
dom¡n¡¡,.fugd¡meotaarrterulastaspoila-crisHagleda,?p!:,oJecharon tas elevadas allí"3e. F0 debe, pues -explica el geógrafo-, si se quiere formular una apreciación
olertar.dsJacomlslón nombfgdap.are_e*sjgg&gk_L4gj!S11",9af q.uspf"opi-o: bíenes, correcta de los Estados Unidos, cambiar dg representación espacial
mlentras los polacos,
por
lóllOament a-1894, tuvieron ¡reg 9¡¡Al.Usg*3b-gy-?gó-s
la ventaja. Por más que
0l i

cuentas, atravesada por el Mississippi "ninouna montaña de Aleiñániá o de Freñcia


-

PI999!Lq,-.e-n-.es-?..eltufÁ -una..ap"-e-rtula..§.e-m-e-je¡!g:fi p"ierden su importiancia: ise


olvlda que, repartiqlos sgPÍe vqgtos_e_spqcjosr lgs gpstáculosproveni-entes de la altura
"óééódñiiüáiáCi¿íñ"á
,;. ra aivisión, por
^§\
$-ü consfgu¡e_0te. enfejes americanos, que se traduciría excelentemente en a geometría l

\§ CC
\I.-
las fronteras
--.
internas, dondé la'naturaleza se desvanece por abstracción

\
31Vrr A0cktlnrel4 op.clt., pfte. gS.
3t V¡l O/r Ahhotlrcho Aucwtnduung, op.cit., pág. 264.
(

\i
i\,
\:
38 Ver G0nther BUTTMANN, op.cit., pá9.47.
39 Ver Olc Vercinigten Staaten von Amerika,2a edición, Munich, 1893, ll, Politische Geographle dor
r\ Vereinlgten Staaten von Amedka unter besonderer Berúcksichügung der natúrlichen Bedingungon
3t Vrl Ob Chlnotlrchc Autwenderung,op.cit., pág. 260. und wirtschaltlicher Verháltnisse, (Geograffa pglfüca de los Estados lJnidos de Añétlc., cgn
t7 Vl H¡n¡ Uhbh WEHLER , Ktlconhcrde dee Kat*¡rebhs 1871-19t8, Góttingen, 1970.
ii'; espcial onsidereción de las condiciones naturales y de las rel*iones eanómicas), plg, 84.1!,
22

«¡natemátlca". Y,"trrás generalmente: "Hay errof geográfico cuando se quiere, a mundiales exige, es verdad, una solución; pero no la ruptura brutalde las realldados
!Érttr Oé:eiipacios restringidos, sacar conclusiones que vale n para los grandes"{. Es europeas. El geógrafo constata que en Europa central no se tardó en co¡pqg¡ger
$e, prosigue Ratzel, las dimensiones de.lggEs!adosul!9g§-!g^g{!.eleL1.e*s-e.pais- ta gestión ameiicana y qge tos Estadg:llenden a elto, há¡¡auna verdáfEráiü¡Cüfi.
u-n o niñiisrnaoe rm aile ñiEE'Iñ
¡ n §ggacls§-se S -ell!3rc*:iqs efáét-ds cóñ'ldffffli
,,-.o1@e lglrlp"l"q4!a"cjóft de hombres.un mnririento.onstante-queoperó+dme{9 ¡¡eEa.lomadar ellos van a buscar primero la combinaciín económica de cua
/ desde eleste aloes-!e*desplazaa laq ooblaciqnes;peninvq.rsamenleJosclirjge0Se.s fuezas{. En un prifiT6í-ti"e*mffi,- 1[§g_lglA sólo de protegerse del «pellgfo
.aryféfi6ffi6',,, sino d'e ir hacia un nuffi
/ an@mA;6iáñ;pü las m¡iiñáJÉ6ñs, oblisados a habilitarsu territsriq.e.qmo un dta iue-se
/ nffivrtariá?tos
u Esftl66üriidl§, áó ta er óg raro, a a con ce ntració n
ge I
lEUí6ñe éñtüi¡. por ro demás, ptensa
Lzlmn6ñfassuns¡. RaEet, esta Comüñiüáo d€-íñErcsésffdtajárá de ensancharse a térmtno cuando
"Europadel Oeste", es decir prioritariamente Francia, se inscriba en este proyecto.
I Hay más{los pro]rqqtosqgqesjta!É9¡ggs-dg lss-Estado,slloidoscorresponden-
a talla de su po-teñóíal "La doctrina Monroe no es un hecho aislado, menos aún un
la
friüióffi¡]ffi ¡óninEr"m-eiffi
u6iiríatreintapor-crentoclelesupelicie
del globo .y ser.ia !q1§-fn{gle-¡iblg,-_cu-alIg .qg.e se trata ahí, de una tuerza
(éO¡ñEiá6iá;;, todavíá-éubÑbtadá, en el nivet de cultui?_g.!9_ya-d4 Sin embargo, '.nUndial.Elgeógrafoncdejadereconocerelfenómenoinverso,deladescomposición
con'iiñtrá-ffiÉéi,los-Eatad;lunffis nci Ñán'sotos en este caso, con sus 142.000 6e,los impei-rolp,a_§ad,os_. Pero, en el hórizónte hi§tórico del paradigma americano,
--L '' *
km2. Canadá (AméricádelNorte britán¡ca), Brasil, Rusia, China, Australia, confirman cuenfá §obre-'a'*-'
la ineluctibilidad a término del proceso y saca, sobre todo para la
esa tendencia universal hacia la potencia mundial (Weltmachf), cuyos efectos se Mitteleuropa, una lección. De la Kleindeutschland al lmperio del Medio y hasta la
Weltmacht (gotencia mundial) BaEel, pordeslices sucesívos, eleva sistemáticamente
el Reich a ta dignidad -de un continente.

\Corer"io ¿e tmpev¡o-\
.l
rN o só lo s9,_s n-cgglllf_al¡, gil i- an
I alsglA*§g- _qo_¡l
u nlo ; esto val e
latzel ha comprend_i9.p:C"&glAn9fr,te.q-o-n !9s*h!S!oriadores contemporáneos
lqualmente para fenómenos de menor ¡mportancia y da, en unáéiápaiiɧ-éfáv*a6a,
-
nomobgtas en las cuaes IaS evoluc¡onBS COnCUeIOán»-. En aInDoS casos, Un
----- de ta c6l6-ñlñ66ñalemán4 §üé,por tiáog¡ 1¡_e_§4dmát t_ároe at.e§csóa¡p, nu¡óiál]
cilmEñ"ñ§ü ia histórica: "Por todas oartes las
É--.-.
(por venir) para América, potencias coloniales se -.._ -
telmundo (...).En breve, parecía
ooslas nfructíferas" (apesarde laausenciarelativadeislasen lasaguasamericanas). los últimos buenos
Sln embargo, y Flatzel volverá a ello en un texto consagrado a la Comunidad pedazos. Entre nosotros se había discutido bastante y era hora de que las palabras
Eqnómlca de Europ7 Centrat(19Q4), §glgg¡ggi |fÉfjg3. Rstomando el famoso fuesen seguidas por actos", escribe uno de sus discípulos's. Por lo demás, laraz6n
ergumento del calcifler Caprivi ante el Reiclistag (10 de diciembre de 1891);L"- de fondo de ello sería evidente: «Las grandes potencias siempre han sido potencias
goqglfiqcJglla el peso de la historia sobre los anüguos cuadros, qllepro¡Íp-q g!{e cotoniates. Tanto en Bosnia.como enrno-iá3ió16'1Gñania ólEliá--ascap'an-au*a
9sE:ey.-u,h*iog.'s_-pt l§--!*ne.¿i: .eo,ún h "rir¡f
a¡retjSi,ae-9ro 4q"Pdio háy p6on k§ru¡sgñ.
ddma§lá?lo-poco preocupados de la específicidad europea. Por lo demás, las e§tructurales del imperio alemán se mantienen a través de todo-el perfodo y sus
de_§q'Ini4ós--riiuéstian §rie;En cada etápá, gl HéÍch-renuevá su óesfasd, gomo q!.
egñfiilá- sF m pE-r1r@§e6§ raio está o-bsáéióñ áo o por está
razonar por «transacción". La competencia de las potencias

40 lbfden, pá9. 123,127. 44lbídem,pág.9O,y DermitteleuropüscheWirtschafNerein(LaasociacióneconómicacentrceurcPeal,


41 lbÍdon, pá9.86: en Die Grenzbofen, 1904, Nc 5.
12lbfden, 45 Ver Kurt HASSERT;'Oeutschlands Kolonien, Le¡pzig, 1910, pág. 1 y 36.
43 lbÍdcm, pá9. 8. SubrayaQo por nosotros. los celadores del Reich), Munich, 1 88a, pá9, 8.
46 Yer Wider die Reichnérgler (Contra
24

col1rulg!0n-a!er¡grdurante las tres fases que escandan, na9§.§-v-¡1-g§Q-e]§.iglor.!A.... -- territorios africanos del Reich en un plano
t,t¡UlotmañL I
c6@;üielf-ii:Eede-a-olenial,.alsmáTilÉmc¡áNá¡¡§i fiá oé Iea+ a I8e0, Africa es bien tindo, te exptica et S de ¿bllmür¡ 6i ff U r
mlrcada por la extrema reserva del canciller, que.jugará sobre todo la fiebre colonial mapa africano se encuentra en Europa. Hc alll Húlll, hl
contra la opqsicíón interna; una estabilización reticente hasta 1894, bajo Caprivi; la
lnstauración, con el magnate Hohenlohe-Schillingsfürst, de una era combatíva, a la
cualelemperadorGuillermo llacuerdasus favoresyque, apartirde 1897, continuará
acentuándose, cuando Bülow se hace Secretario de Asuntos Extranjeros.
Egkg|r*
wl-son§¡.guiente,,v-s-a'gp-9ga§-9,3*q§ms§1r,._eI*"qqino".e-l.acig!1,_._sggls__-t n,l"e-m"""qe.

" Abstracción de espacio

En una pequeña nota consagrada a Franz Adolf Eduard Lüderitz (1834 - ñóiaál-g eóg ño'¡6¡üqE roñ de bases comcrclale¡;
desaparecido en 1886), ese comerciante-aventurero de Bremen, que había
desencadenado la ocupación alemana del sur-oeste africano en Angra Pequena, @ciones al in mbararir¡e
terio r, oe man erá-de ilese

Ratzelíns¡ste -a pesarm cAn-aSpreffiUeróTɧm§¡]¡A§ljJ{e¿rsó se-podía órit¡cai


a extráñffilto?em᧠quáitátzel, en éoríifá
uffiábá"p"éñása-;xtenaer$rNñesitábamossuf ueza '
"
los celadores del Reich, emita dudas sobre la capacidad de Alemanla para locallzar
en el n¡undo espacios todavía adecuados para una verdadera emlgraclón.
motrtzr§trr€1-eTcáiácté?brróneo,Aémasiádb óó6óLEonsiiffirüd'tré'im3ü.?. Escepticismo que se afirma enlas Perspectivas de nuestro protectorado en Afrlca del
Sur-Oesfe(1892): laagriculturanecesariamenteextensivaprohíbeallf todaafluencla
de colonossr. BaEel, que sostiene en gener¡l la primacGde_]gfgdgd_aS_BqIgflas
iento por sobre el imperialismo comercial y reprochará al canciller el haber
m árókt-ñEl16ii6ii oprscts o

@ta
oeEñ n, u na qracrQlr
Ellormás
áEil-Yle-ornr u a oe
colonizaciónalemanaenesaregión. Pero,aquí,elinterlocutorsobrepasaampliamente
n rzacro co ns g
r

-qps n ecn o s-espacr r r

.L/ -- - te oien ¡a opin*¡ñE¿l geógrafo: "(...)


on estatura a los precursores del Reich en Africa; se trata del canciller Bismarck en ,7' Nuestra administración no juzgó en absoluto útil, desde el comienzo, ponerse en la
persona, cuya mala voluntad para transformar los primeros intentos de colonización 1 escuela de las potencias más experimentadas, sobre todo lnglaterra"6¿. Los
es bien conocida. Prímero el comercio, luego la bandera (Die Flagge folgt dem problemas fronterizcis son, por ejemplo, tratados con una indiferencia cuyos efectos
Handef¡., tal era la consigna de Bismarck, gran admirador del sistema inglés de las negativos marcarán para siempre al imperialismo alemán;como lo subraya Oncken,
primeras compañías ..por carta», que manifestaba hostilidad a toda ocupación cuyos
de que el prgblema de uls
rlesgos hubiesen excedido la rentabilidad y no debía cesarde subrayar la imposibilidad,
en el caso alemán, de "digerir" inmensos espacios. Se debió, por consiguiente,
osperar hasta los últimos años del período bismarckiano para que el viejo canciller
cedlera a las presiones del lobby colonial, de rnanera de recuperar terreno en el
lnterlor del Reich, donde, desde el otoño de 1881, ya no gobernaba sino apoyado 49 Citado por Karl Erich BOBN, Von der Reidtsgrúndung bis zum Ersten Weltkrieg (Desde la fundtclón
sobre mayorlás cambiantes. Bismarck, por lo demás, continuará interpretando los del Reich hasta la primera guena mundial), Sluttgart, 1970, pág. I 25.
50 Ver Dirck ONCKEN, Das Problem des "Lebensraumso in der deutschen Politick vor ,911 lEl
problema del vital" en la política alemana antes de f 9f4), tesis, Friburgo, t 948, plg, 10,
"espacio
51 Ver Die Aussichten unseres súdwestatrikanisd¡en Schuagebiets (Las perspectlvrt da nuaalf0
protectorado sudoccidental africano), en Die Grenzboten, 1892, Ne 4. El geógrrlo, pol lo drmfi,
muestra enLaGeograffaPollticaqueiamáslascoloniaspermanec€npurem.ñlloomooomlflahl,
17 Yo¡ 0¡, Kul Pclors, en Die G¡enzboten, 1897, Ne 1 8, pág. 253. Ellas "tienden" a la ocupación del suelo.
1€ lblclon, 52 Citado por Dirck ONCKEN. op.cit. pá9. ?3.
26 27

en¡rimerlu.gar para el secretariado de Asuntos Extranjeros»s. Ahora bien, la y el volta-neggo,+ara ir a fündar una estación cerca de la bajada hacia el Nfger, en
colnónízáción inglesa, alprincipio articuladasobre elcomercio, ilustraba precisamente sansane,Marigou, aunque la aventura (1894-95) haya conctuido con cierto frácaso:
el modo de empleo a seguir. Por ejemplo, en el Camerún, donde Bismarck cede a
"No es (por consiguiente) un apetito espacial cualquiera el que nos fuee a a penotrar
los ingleses el comercio con Nigeria y con elprimordial Benué, con una línea or¡ental en el interior de las tierras, sino una voluntad de habilitar orgánicamente nuestras
f) de dernarcación muy desfavorable, pasando al nor-este de Yola. En Posición y posesiones"ss; he allí, en su espíritu, una necesldad tanto más imperiosa, ya que los
Derechos de Alemania sobre elNíger(1897), Ratzel muestra que los británicos se países_ del
"Sudán,,, ricos y fértiles. tenderían «naturalmente" hacia el mar.
hSbfan «conteni4do,. cggq!¡q alto,la párte mas nálágáEffi
tode alemana sobre una esta

rvlsler aun, esra ¡ecrura raize¡tana qe tos movtmrenlos tngreses senata un pflnctpto
esáñc¡al de la estrategia británíca en los períodos en los cuales el Reich trata de
lnstalarse en Africa: es el b/ogueo espacialde la economía de un protagonista,
por una cartografía a la cual se
acantonado justamente en una preocupabión enteramente comercial. Gambia,
Slerra Leona, Costa de Oroy "¡¿gss" coñstituirían otros tantos eslabones de una
cadena que neutralizg la expansión competidora, sin que los británicos deban
obllgatoriamente intervenir con las armás. El impasse de la relación comercio- z-ñ
I La escala de las combinaciones )
espacio se verificará en 1890, bajo Caprivi, que sanciona la presencia inglesa en la
desembocadura del Volta sobre el golfo de Guinea y en un cuadrilátero que RaEel, muy crítico freüe a los oioneros, omite, sin embargo, discutir el plan de
flanqueaba al oeste elTogo alemán; unahparente equidad en el espacio ocultaba Carl Peters (1856-1918), según ef cuallos establecimientos coloniales se extendían,
en elfondoun fenómeno decisivo: paraamenazarelcomercio togolés (alemán), Gran a fines de 1 886, desde el cabo Gardafui en Bovuma, es decirdesde el Golfo de Adén,
Bretaña no tenía necesidad alguna de apropiarse, en lo inmediato, del conjunto de en el sur de la actual Tanzánía, y llegaban hasta las Comores, incluyendo el sur-oeste
la cugnca voltaica, le bastaba esperar_que el Togo se desorganizara a sí mismo, de Madagascar. Este aventurero ambícionaba la ocupación en el interior del Africa
Itento más, cuanto que el territorio disponía de una banda costera de las más de unas slndias alemanas", Que habrían cubierto más de 56.000 km2. Y el geógrafo
rcducldasl Desvalorí:ación a dlstiancia, aún, del territorio, en Esctarecimiento sobre deplora lá equivocación del Reich, que rechazó las ofertas relativas a Suazilandia.
al Alrlca OrienlalAlemana(1894),luego de la habílítación del ferrocarril congolés, ya Manifiesta un inmenso ¡nterés por el célebre Emin Pachá (alías Eduard Schnitser),
qug la colonia del Reich nó dará más el acceso al Océano lndico54. que a partii de.]876 trabaió para los egipcios, prímero en Sudán, luego en
"Africa-
Ecuatoríaf,,, bajo las órdenes de Gordon, y debíó, en razón de la insurrección
Slse recuerda que a mitad del año 1887 Berlín y Londres caían prímero sobre mahdista, pasar a Uganda. Eh un texto de 1904, Ratzel esboza el mapa, imaginado
unt no lntervención en los hinterlands respectivos de sus colonias, la hostilidad del por Emin, de un ímperio
gaógnlo gs torna aún fnás comprelnsible. Es en nombre del principio de la ocupación meridional del Sudán,
tlaatlve, por consiguiente ya rentabilizada comercialmente, que la Alemania Wi de I sq0p^rá freaal¿|pio¡-e-¡g; I El
bl¡mrroklana habfa suscrito este acuerdo que le prohibía la búsqueda de fronteras a, en esa el proyecto de atrávesar Africa por Monbuttu, para llegar al
m0lorag porotros medlos. Ratzel no se prívará de aconsejar a sus dirigentes reparar Hinterland carfierunés"s. Para comprender esta voluntad ratzel¡ana de hacer
resaltar los planes alemanes de Mittelafi4a, debe recordarse que para Caprivi, que
permahece en ese sentido bismarckiano, el imperativo de seguridad económica

55 Vqr Deutsch lands Stellung und Rechte am Niger (Posición y derechos de Alemania sobre el NÍget),
ea Oie Grénzboten,'1897, Ne 25, pá9. 548.
til V¡ Dhck ONQKEN, rbldem. 56 Ver Emin Pascha (Eduard Schnitzer), en All§emeine Deut*he Biographie, XLVlll, ¡elomrdo .n
t¡l V¡r Oout¡chetdtika ln hellerm Lichte (Alrica Oriental Alemana a una luz más clara), en Oie Klelne S¿triften,t. l, ed. Hans Helmolt, con una bibliogralta de Viklor HANTZSCH, Munlch y Brlln,
Otan¿0É,tm,l8e4, Ne4g. 1906, pá9.515.
,' ,'1
28
k'g/
sigue primandq "S¡ s-e quiere marcar un hito en la]-lggqqa ql qqlq4el general lo demás esencialen elplano corñbrcial¡, renunóiába en su favoralsultanatodl
Cáprivi, ét.apárécei, a la entre las desembocaduras del Djuba.y del rana, 'en la costa de los somalht
generalmente; les abandonaba Uganda, esa llave del Africa, para retomaf ll
incluso acentuar, la expresión deGravenreuth. La§
Las consecuencias eran evidentes: en 1896.
1886- Bismarck
predecesor.
r'--- - ya había corygggf a Gran rrr o
qel
Bismarck apostaba a Francia, que deseaba desviar de su espíritu de revancha cuá
en el este, contra los ingleses, pero evitaba ciudadosamente indisponer a los pg
británicosmoidiendo su imperio colonial. Ratze.l, que siempre subrayó el aislamiento uñá?rncrciún considerable; la Liga Pqngermanista será en gran parte fundada en
funesto en el cual ope rabán los exploradores alemanes del período (pre)bismarckiano, reacción al prime.r tratado que sacrificaba, no sin razones estructurales, el porvenir
seirrítaráaúncuandolelleguenlosPropósitoscolonialesdeTaverna(1895): el imperial del Reich al saneamiento -con¡ercio y administración- de sus colonias@. Por
canciller habría considerado ceder elAfrica-Orientalalemana a los ingleses, que, por lo demás, ía posi@sde elfnqmenlg de tos tratados
su parte, habrían llevado a los franceses, a cambio de concesiones británicas en la *camerunelelOe 1893, con lnglaterra, y qe 1894, con fiánc¡a. EñEI§rim-ár cá§6,
cuestión egipcia (y de algunas modificaciones dn la frontera lorena), a ofrecer sá:lñ[áGEstabtécer et trazádo definltivo con *Nigeria,. Los británicos, sin
Madagascar al Fleich58. Por otra parte, se sabe que Bismarck soñaba seriamente en embargo. éran favorables a un avance del Reich hasta la línea de partición de las
1889, en trocar partes del lmperio por la isla de Heligciand, en el norte de la aguas entre el Nilo y el Chari, por consiguiente, a una ocupación 'alemana de todo
desembocaduradel Elba, hasta entonces inglesa: por ejemplo, elsur-oeste africano sl «§uf,{¡,i 6entral para dar jaqub mate a las pretensiones francesas en la región. En
aparece en esa época como término del intercambio. Ahora bien, el tratado del 16 el ségundo caso, los franceses, sólidamente establecidos sobre el Congo y sus
de junio de 1890, por consiguiente ratificado bajo Caprivi, va en el mismo sentido, afluyentes, amenazaban en particularala ricaprovincia norte delCamerún, Adamaua,
incluso si el viejo canciller se ve tácticamente forzado a oponerse a é1. Un sólo hecho y, al mismo tiempo, disputaban a Alemania un acceso al lago Tchad. Se lnterpreta
nuevo, evidentemente de envergadura: [os sucesores de Bismarck velan ahora por la timidez del Fleich durante sus negociaciones como una maniobfa; las relaciones
una delimitación más coherente de sus colonias africanas. Manfred Sell entrega un anglo-alemanas se habían deteriorado desde el otoño de 1893, y atlzar el conflicto
buen resumen de la transaccióru otrece al Reich una colonia este-africana limitada franco-inglés era llevar diplomáticamente a los britán¡cos a acercarse a Algmania y
al este por el Océano lndico y al oeste por los lagos Victoria, Tanganyika y Nyassa; a Austria-Hungría: "(...¡ Resta la cuestión, sin embargo, de saber porqué elgobierno
el sur-oeste africano se ve atribuir un accqso aZambeze por la famosa banda de alemán, relativarnente confiado en el apoyó inglés en este asunto, adopta una actitud
Caprivi (en un lugar donde, sin embargo, la Arteria africana, más arriba de Victoria tan conciliadora,or. En efecto, el Reich lba a contentarse da un eccego alTchad, al
Falls, no. es navegable y contra el muy útil lago Ngami a lnglaterra). Sólo los Charíy al Sangha (afluente delCongo alSur-este) sin otras relnvlndlcaclones. Es que
Hinterfand cameruneses ytongoleses quedaban abiertos a una eventualpenetracién los alemanes,siempre bismarckianos, seapoyan en sudáblllmplrnt¡olón camerunesa,
alemana. En de sus fronterasen concentrada qn la región costera: "Desde el comlenzo ll mtnltostaron las
consecuencias negativas del principio alemán de determlnfr l0r llmltgs de su 4
i
expansión a partirde la rentabilidsd de los territorlos a adqulrlrrr, lguJ oomprobaclón
Como lo escribe, sín embargo , el Frankfurter Journatdel l g de junio de 1890: en 1897, durante.las negociaciones franco alemanas r propótllo df Togol cLAdch I
I
nLos ingleses limitaron a Alemania al território que ella siempre había considerado satisfará con las frcIüefas-existentos, a cambJglr a I

como suyo, incluso sin documentos expresos"ss. Y los contemporáneos no se


hicieron ilusiones: un país llegado atrásado en la carrera por el imperio africano, cil de mantener comerclalmonb, oonrldf nnCc lr pttlrJndldrd lrrlrola
como el Reich, frenaba porsí mismo, con tales gcuerdos, su actividad propia. Pero, delterritorio.
sobre todo: a cambio de Heligoland, Alemániacedía a los británicos Zanzíbar (por

60 RecordcmorqurhllgrmlltntAllgmolnt0anúo¡Vtlll{ fi ll¡araila¡ttl¡lAMu¡uho¡ j

57 Vrr Olrck ONCKEN, op.cit., pá9. 33. Ve¡band ol t ¡ dr lullo d¡ I l9a. llfa .l aalrlh oblatUC aa La IhñlI fLñlltaa, añ pmhuhr ¡n
CiYt¡ KolonhloBlorycapráche(Declancionescolonialesdetabemal,en DieGrenzboten, 1895, Ne44. sud.Ardcr, r¡mltrr¡¡ r Hof¡t oñoNoli, oriltrltr lt Jurdim xüal'/,- ltlbú h h.
!9 Vu Mrnlnd S ELL, Dts Dcutach-elngllsdv Abkommen wn 1 890, über Helgoland und die alrikanischen colonln thmmt), PrdrÉoln, Munlolt, Vlmr, twbh, llll, I
Kobnbn ln Llútc dor dant*hen Presóe (El acuerdo ahglo-alemán de f 890 sobre Heligoland y laa 81 V¡r 0hok ONOKEN, op,oll,, plg, tlO,
' oolonlm ¡lürnm r l¡ luz d¡ lr pronca alemana).-terlfn-Bonn, 1926, pág.15. 02 lbldotn, pae. 12,
30 31

" Eaf¿el,gl-cogllé nz o div id l_d o, co ry.q&99-e!"9tr!$enaai@


inte-rés¡al¡ÉiticqJr€s!¡a!99!99-de_&ljggla¡d
Nígqr. Lo cual, nota RaEel, entrababá todo desarrollo delrogo alemán al norte. y
-e_l él insiste sobre la brutalidad con que los franceses intervienén, oponiéndose a la
vacilación-, no se equivoca sln embaroo, al resoecto. Autor en 1 895 de
gl^},§cltaba la conólusión de tratados alemanes con los jefes africanoss. Los iratados franco-
una larga lntrodúffila Ia polít¡ca mundialde lnglaterra, comienza por demostrar alemanesde 1894y lSgTtraducenbienelmétodofrancés: enelprimercaso,Francia
una cierta "gratuitad" de la colonización británica: Es el rasgo "fenicio", evocado ya dio vuelta hacia el este las posesiones alemanas a la altura deldécimoquinto paralelo
an Abajo las máscaras (189a). El'geógrafo nota la sobréabundancia, en Africa y forzó al Reich al sacrificio de toda extensión en el camerún. En el ságundo,
inglesa, de "tierrasque se prestan a la agricultura y a la ganadería, las que nos hacen Alemánia se inclinó ante la voluntad francesa, que le ímpugnaba todo avance hacia
faltasingularmente»n. E insiste en la auseñcS de emigración británica real -trece mil el Níger y tendía_al envotvimiento del rogoen einor-este. Éaoria, por consiguiente,
colonos en 1894para todo el sur de Afriea,'. Los ingleses atesorarían el espacio, una eftivocación alemana sobre el resultado de los tratados concertados con
explica RaEel en Nuesfro deber én el'-TrAnsvaal(1896), del mismo ¡sf,6 «que un lngfaterra y Éiancía. Es que el Reich nq razona en la misma escala que sus
principio de su política consiste enápoderarse de los países ricos en oro»6*'l Por protagoi[istaé". En verdad, sus dirigentes apuntan, desde ese mom enlo, aconsolidar
consiguiente, en un primer tiempe, dg*nanera alguna se trata en su espíritu dé una las posesiones alemanas de manera, justamente, que el comercio esté melgr
valorac¡ón de sus colonias. El MashoriáláirO, por ejemplo, conquistado sobre los proteg¡do 4Jlí* Pero trabajan sobre conjuntos espacialmente restringidos, en un
Matabele, no se inscribe en una perspéeüüii$9 Oeéarrólto. es que los britálticos momento en ciue las grandes potencias coloniales cambiaban de escala.' se
buscan prioritaríamente frenar toda vele¡dad de autonomización de las repúbficas recuerdah las palabras de Guillermo ll al embajador inglés Frank Lascelles; el
boers -el Bechuanaland separa esta últimas del sur-oeste africano-. En cuanto a 'emperador explicaba a su interlocutor su escepticismo in cuanto a Africa ¡r se
"Rhodesia", ella aislaba el sur-oeste africano del Afríca-Oriental alemana. RaEel - ijeclaraba favoráble al desarrollo de una sola y única posesións. Batzel, que p'or et
'en
agfggaglJtrljl"cpg-sg*qg -Qfan Bretaña a la costr portuguesa -negociado con Lr:§boá- contrario desea que el Reibh se ele"e def nivel-«provincial,, al plano *regíoná|, su
oeevalorizárá ddátia tiá iñ¿á dé ibrióCáirit p.ieióháAáuiéñ§o Miár'Eües, en6;üábt aprdhensién de los espacios coloniales, pero permanece consciente del retraso
RelEñ]ñii[6 müq[Cá§rFqro-r6da_am§rcró]ii 6lirñi an a füt@ hist'órico de Alemania en esta matería, aconse¡aiá, por consiguiente, en la época del
M&-üád..r-á i.irífiltiac[ónI-ffir¿saan si¡¿iríráo b&Umfíá raid,jameson en Tr¡nsvaal (fin de t89s), y'oel óéteore dáspacho tetegláfico de
Guiller'moll al Presídeñte boer Krüger, una alianza estrecha con esie último.
Considéra upa pdítica " mol¿¡» germaño-boer que per miliría cerrar con cerrojo el sur
Ahora bien, en sus negociaciones con 4ibmania, los británicos han procedido de Africa ha§ta Mozambique: faltaba a esos verdaderos aristócratas (los boers) la
cada vez de manera idéntica,'lograndp envoltffrlas posesiones del Reich. En 1890, unión oiiuna gran potencia, que les hubiese abierto tos ojos sobre sus perspectivas
porque ellos hicieron reconocor Süs pretertrsioilts en el sur de Tanganyika y sobre el y sobre los peligros'qué coníant 'lle aquí la significación exacta del ideologema, en
nor-oeste del lago Nyas§a. Del mlsrql tnodo que los alemanes ratificaron ¿l curso e!?.Ja Albmania de lh época, del boer, ese campesino bajo-alemán, en lucha
' protectorado inglés sobre Zanzíbar:
§rar¡ JrelgÍa, 6s gs¡¿ manera, se habia cOntra effieÜérhonismo anglo-celta": una barrera al sur de Africa daría asiento al
m_egurado definitivamente una lÍnea m#i «polo» i rmánicé O&az de poner en jaque a lnglaterraB.
eiTffi-o, oor ótra párte, un pasaje iibrfá-üeste o--ernrr¡caoriental alemana, lá
,amoiq §tevenson.Fload, los británicos podflñ todavía, al tiempo que renunciaban
oflclalmente a cualquier anexión e¡ el.Estg,§ongolés, presentarse un dÍa como
compradores de territorios en esa región;,qgdecir, si Gran Bretaña descartaba
provlsodamente su gigantesco prbyecto de tirffrpién del Cabo al Cairo, que hubiese . ,..,. 1

cortado el Reich de la rica Africa Centraf, éstátdea podía, eventualmente, retornar :¡ ü': I.
a le sup€rfic¡e. Los franceses, por lo demás¡hgJo hacen de otra manera. Elgeógrafo 65Se{"bequeelcélebre$anualdeWilhelm ROSCHERy RobeTtJANNASCH, Kotonien, Kotonialpotitik
und Aú§wanderung(Colonias, políticacolonialyemigración),1aedican, Leipzig, 1 848, no conbagra
rgcuerda que, desde 1885, Francia avanzáb'agin cesar de Porto-Novo (costa de los un capítüla,a Francia La apreciación en Alemania de la colonización francása, a menudo muy
Esclavos) hacia el¡orte, en dirección de ld frontera togolesa, y reclamó, luego de sus sewr{Yegítim4en cambio, las pretensiones del Reich.
campañas dahoméyas (1890-1894), la totalidad de la banda territorialdel Golfo al
* sig Qeüerfa decir . antagonistas» (N.d.l.T. f rarrcéscastellano).
66 Vq?Airtk ONCKEN, op. cit. pás. 57.
67 Vq"/1tr Kenntnis der engli*hen Weltpglitik(lntrodueión a la plftica mundial de lngtaterral en Dlc
G¡erÉboten, 1 895, No 27, 9á9. 9, '11.
63 V¡r Oic Maske ab (Abajo las máscaras), a¡ Dbolfi¡¡Zboten, 1894, Nr 21, pág. 338. 68 RATZELso hace atln más irrisivo en Wider die Reichñrgker, op.cit.: .Toda actividad naclon¡ldo
84Yc¡ Uncen Pflléht in Transvaal (Nuesto deberáiÜ.litttsvaaf ,en Die Grenzboten,1896, Nr 2 pág. tá mptrópc{ie en ultramar comunica a nueslros hermanos de raza una doais nueve de ac¡ro elemón
84. r ,t*' en-Üsangre', pág. 11.
pci t
hY-' 33
32 \
Eltérmlno da las especulaciones empréstitoportugués,condiciónsinequanondelaempresacomún, condltndaqlL
quedara demostrada la bancarrota de Portugal, fque la penetración comorolll dtl
En Asra del Sur-Este y los Eslados Unidos (1895), Ratzel adopta un punto de Fleich se afirmage en la región para transformarsé en el plano políticoz. Aún mlll
vlsta que puede parecer contrad¡ctorio. Por una parte, consciente del porvenir del el Reich, al obtener regiones tan "estalladás» corTlo sus futuros pedazos de Angola
Japón, esta lnglaterra del Pacífico, tal como la esboza en Pueblos y Estados y Timor en "lndonesia", volvía a las fuentes bismarckianas de su inspiración. En
lnsularas ( 1895), se opone a la brutalidad alemana manifestada en particular por el efecto, poco importaba alcanciller el carácter "dis!,erso", incluso impróvisado del
agregado von Gutschmidt después del tratado de Shimonoseki: el Japón, vencedor imperio alemán, cqn tal que el mercado fuese preservado y las materias primas
de los chinos, había exigido que le fuesen cedidos Formosa y el archipiélago de Liao- fueran abunda.ntes. Pero, sobre todo: aunque los.úm.eros ?ños de la teJgglg.fasg-
Tong sobre el continente; Rusia y, sobre todo, Alemania habían intervenido con pansiva del imperialismo alemán estén marcados por una opo_9ición entre un
fueza para que los nipones renunciaran a esta última pretensión. Por otra parte,
Ratsel critica el carácter "desmesurado" de la expansión japonesa y rechaza "todo
ioritariamente al
nuevas. oufere en e seamejorasegurada
Julclo pesimista concerniente a China, porque hay ahí un efecto de la última guerra
quo no sabría turbar la mirada del político serio, capaz de percibir las constantes y
los hechos esenciales"e
eniñ§eiliilóExoansionista"T?.Estapoliticq_e-stabaf undadasobrelos
Esta inconsecuencia aparente del geógrafo se explica si se recuerda que se Ionrerc¡ares y era, preéiGffite, ta;áñá@lé".
lnaugura, bajo Hohenlotie-Schillingsfürst, a fines de 1894, una nueva tendencia, que Oébe, poi
resaltará más nítidamente con Bülow, a partir de 1897; el Heich exige en adelante una localización
compensacionesen ultramar, que restablezcan un equilibrio frente a los imperíalistas
lngleses y francesesTo. El avance de lostompetidores debe ser aprovechado bajo
la lorma de fracciones de espacio que permitan a Alemania proteger, incluso o l catastro planetario y, así,
desarrollar su comercio y obtener nuevas esferas de actividad. Sin embargo, Fritz permanecen paradójicamente fieles al principio bismarckiano del imperialismo
comercial. Se considera sucesivamente la adquisición de Cuba, de Fernando Poo,
Schwane lo mostró bien para las negociaciones con lnglaterra que iban hacia una
ropartlc¡ón eventual, el 30 de agosto de 1898, de las colonias portuguesas entre los de islas del grupo Canarias o Cabo Verde, de Timor y Mindanao (Filipinas), de las
dos pafses, en el caso en que este imperio quebrara definitivamente: el Reich sabe Carolinas y del conjunto Samoano, es decir de puntos de apoyo (Stützpunkte)* Los-
que podría habilitarse así un "cinturón inglés" alrededor de sus posesionesTr. por el hecho degqq r1g¡tg número de estas bases,
Londres y Berlín, sin embargo, se entienden en relacíón con una repartición de
tlt
ut1 wiluI\EIrt
Angola hasta Egipto (una banda, a lo largo del Congo, correspondía todavía a J

de recortari \/
Alemania) y de Mozambique (los británicos obtenían la parte del león en el sur del
Zambeze ydelChire), lo que sancionaba nuevamente elcerco, estavez del sur-oeste
ffirani I

afrlcano y del sur angolés (desde ese momento alemán), por los territorios ahora Bretaña y Franciahasta entoncesJ
lngloses de Centro-Angola, del Katanga, muy influido por Gran Bretaña y Rhodesia.
Es que, por una parte y por la otra, los intereses divergían sobre lo esencial; los
lngleses deseaban que el Reich dejara de sostener a los boers y no se instalara en
Mozambique (bahía Delagoa); los alemanes esperaban primero que se realizarael
72 Ver Oirck ONCKEN, op.cit., p.77.
73 lbídem, pá9. 57.
C0 Vt¡ Octtcicn (Asb del Sur-Este), en üe Grenzboten,l8gs, N0 31 , pá9. 2a4. 74 werner FRÁUENDIENST, e^ Dautsche waltpolitik l= Die wek als Geschichte) (El mundo como
70 Pur un rnlllrlt muy delallado de la polttica aparentem€nte equilibrada, pero, en definitiva, pro+usa historia), Ne 1, 1959, pág,2a, muostra que inversamente, la inlerpenet¡ación de las economías
y rnll.lnglrre d¡ ¡¡le perfodo, ver Peter WINZEN, &úlows Weltmachtkonzept lEt ancepto de llEvabaá la intervención riúhiple de un país como Atemania, llegado más tarde al escenario mundial'
got nol. mundhl do 80/ow), Boppard am Rheln, 197. Es más, el Reich habría continuado traiando lacuestión coloniai en tárminos de drplomacra, es dech,
7t VarFdtr8CHWARZE, O.td.uttch..ngllache Abkommcnúberdle poÉugiesl'schen Kolonienwm a instancias dp su polÍtica en Europa.
t0, Aueual ll08lEl acuordo etylotbmln aob¡c be alonias pofturydsas, del 30 de agosto de 75 Ver Dirck ONCKEN, op.cit., pá9' 76, Subrayado por nosolros.
, lrn l¡¡lr, Oóttlng¡n,l931.
34 35

nservadaS. Ello no significa, por lo demás, en manera alguna que los "navalistas" línea de Say en dirección del sur-oeste, hacia el Alto-Volta y el Golfo de Gulnea. El
'!áfh iavorabtes a úna extemión pura y simple én Extremo'Oriente, por qiemplo. hecho de que estos movimientos procedan de manera cuasigeométrlca no tleno, pof
ClÜmos a John E. Schrecker'. "Tirpitz'politicalperspicacity thus strengthened his lo demás, nada sorprendente: se trata de constituir a la escala de toda Afrlca,
owh cómmitment to the néed far wortd power. However, this sensitivity also conjuntos ininterrumpidos, Argelia y Senegal, por ejemplos3. Y sólo los lngleses
'dóndltlonéd the methods by which he was witling to pursue that goat. ln particutar the podrán ejercer presíón: "Francia desde hace tiempo ha renunciado a su sueño do
admitat was reluctant to induige in activities which would tead to open military hegemonía sobre el Níger de hace díez años,84.
hoStitities, since many of the pro-imperiatlst groups whose support he needed d¡sliked
actual warfare,n. En verdad, y a pesar de la mala voluntad de los Asuntos Enfrente, del lado inglés, elcuadro es idéntico. Los británicos sueñan con una
Extranjeros, el Reich cercará Tsing-táo, en ia bahía de Kiau-tcheou sobre el mar línea continua del Cabo al Cairo. Al mornento del tratado de mayo d¡ t894 con el
Amarif[0, y tratatá de influir en toda lá provincia de Shantung (al este de Hoang-ho). ' Congo, este último, porlodemás,lés "arrefldó» unabandatffiorialde25 kilómetros
Muy luego, el Asia Menor y Marruecos atraerán la atención de los sectores entré los lagos Tanganyika y Alberto-Eduardo, a cambio áe regioñei situadas al
ultranac¡onalistas de la opinión alemanaTs. Pero el almirante continúa razonando en oestedelAlto-N¡lo, hastaeldécimogrado norte, esdeqi6§éun ariendo sobre elBahr
tárminos de economía: "(...) for Tirpitz, as for many other thinkers of the late .el-Ghazal. Evidentemente, este acuerdo contravénía los términos del tratado de
nlneteenth century, national power consisted of a worldwide system of mílitary Berlín (1884-1885), que prohibíatqda alienación de la colonia congolesa a una de las
strength, poliücal influence, and above all, economic involvement"re. Un hecho partes negociadoras (salvo los belgas, por supuesto). Y dlveto francés no podfa
prlmordialpermanece: "CómoesapolÍticrdeexpansiónnosehabíafiiadoobjetivos faltar: el Congo hacíade tampón entre el imperio francés del nor-oeste y el Sudán
precisos, eorría tras cualquier éxito territorial y terminaba, por consiguiente, por egipcio bajo la influencia británica. Pero, sobre todo, los franceses no querfan de
contentarse con ganancias cuyo interés o utilidad no compensaban de manera ninguna maneta, que un eventualeje norte-sur británico en Africa les prohibiera una
alguna un crecimiento de fricciones posibles con las otras potencias,8o. operación cualquierahaciaeleste. En ambos casos, RaEelsacaaluz geoestrateglas
de orden cont¡nental, cuyas complicaciones producirán justamente el incidente de
He allí, precisamente, elpunto en el cual interviene Ratzel. Para el Fachoda, en 1898.

óiá: no cabe ninguna duda de que los Sin embargo, va más lejos aún al comprobar la planetarizacióndel fenómeno.
?fátfl§§Bsieñún€Tffis por sus proyecios de futuro en Africa del Norte, continuarán Francia en Tonkin, lnglaterra en Birmania, los rusos en Persia o en Afganistán, se
tejlendo hacia Trípolí los hilos que ya han cosido de Argelia a Túnez. Esta apertura reparten el mundo. A[ mismo tiempo, tq_n-usya_g.flglggiglr--demana interforlrá
sg lnscrlbe en un contexto que engloba la ruta del Congo alTchad. En efecto, a partir necesariamente €n imoerios va reconocidci§ en el olano internacional. Si los Estados
del lago Tchad, el camino más transitable de Europa central al Mediterráneo pasa por uñiffi ostierreGñeñ;ieb6ññ16s5,é3ñitiiü§ñóa;f -eñpeo,ñiá-Ñ-diañpr-§r
Trfpo["et. Vuelve a ello en Posición y Qerechos de Alemania sobre el Nigen "Las baiá olóñ e r una ñó?ñpdreil cla"ssrla
pr6tenslonés de Francia Sobre el Níger alto y medio participan de un inmenso
proygcto concerniente al conjunto del nor-oeste africano"@. Eltratado franco-inglés
del 5 de agosto de 1890 fijaba ál especto nítidamente los límites:.Argelia y Tunisia
del noñá, de Say, sóbre el Níger, a Barrua, sobre el lago Tchad, al sur y tuego una

TTVerJohn SCHBECKER, /mperiatismandChineseNationalism.Germanyin Shantung(lmperialismo


E.
y ntclonalismo chino. Atemania en Shantung), Cambridga, Massachusetts, 1971 pág' 22.
'
78 Sobre el estado de la opinián alsmana a lines del siglo. consultar útilmenle Jacques DROZ, La
Europa Central, París, 1960.
7e Vcr John E. SCRECKER, op.cit. pag. 20. Subrayado Por nosolros.
80 VerÜlrckONCKEN,op.cit.pág.84.GerhardGROTE, tJntérsuchungenzurdeutschenKotonialpolitik
undle Jahrhundertwende(tnvestigaciones sobrelaplftbacobnialalemana en elcambio desiglo), 83 La .forma rara" del Congo de LeopoHo ll, lerrilorio de dos millones de kmt, con una costa de 50 km,
8elln, l$0, se orienta en el mismo sentido, en particular respecto de Oceanfa. sería la consecuencia de €sta geometrtzación fozada a la francesa.
8t Vcr Oeutschland und das Minelmee¡, op.cit., pá9. 201. 84Ve¡ Deutschlands Stellung und R*hte am Niger, og. crt.. lbfdem.
62Yo¡ Doubchlan& Stelluttg und Rechtc am Niger, op.cit., Pá9. 550. 85 Ver Osúasrbn, og.ciL, lbÍdem.
36

oarticioar en una Oartíción "imperialista" de la China, el Reich -y no sólo por razones *- los pueblos (1 900),
obrt
lffi , üñió ?ii-o recóitin oer iápóñ óo nio ó6ñffiñíi6§,
i Politica, recuerda qurlu lntaill
-
ujtü-eo+fticáTúAüa sñliéñádqi.e§ffiFéI0?ñ:* en laque todavfa no cxhtlr uqlnCü
aA@nqnapqffiy-f-algqqplqs_e-p-oglrgjgl?I"U.1§¡ce¡mu¡disnrq-deglgf*[a-1.-* actual, elhechod rllmno
zátffiá¡r más
E§ta opción delgeógrafo anticipa entonces un desvío de la política exterior del ' fufrI§-en el mar.
Reich hacia 1900: aislados en ultramar, los alemanes adoptarán tesis mucho más dr
moderadas, singularmente hacia lnglatera, ydarán prioridad en matenade Weltsteilung üy
(posición frrundial) a la construcción de una flota de guerra, sobre la cudl pueda ó-ceanogralf r lo¡
lundarse su influencia.

De esta forma,

QtI§J¿-§§he§ón-.
a Almirantazgqinolés),
+"
que la flota brltánlor t
'+i:j-
eXU adl§.ggeJAsigre n é¡ Ordsrr,!'rd@6U¡
La Atemania en el mar:
Éa .n n".t tlte. V lu eg o, exdiib-a- dl-0E-667h10, un
I

lvlare germanicum ln
desde 1830. Francia, ltalia, Austria y Ruala eparaoln al

En i897, un inmenso debate cautiva al Reich: Guillermo ll, el almirante von Japón ss manifie§tan «en zonas en las cualeg otrorl no nfElf bfmf pfrl oponana
Senden, jefe del gab¡nete imperial de la Marina y, sobre todo, von Tirpitz' a los británicoS.et. Es que el avance tecnológlco d¡ lol
recientemente nombrado secietario de Estado, imaginan una flota capazde vencer debde árrora a las potenffi§',Jlp*|t*
las fuerzas británicas. La función del Comité para una Flota Alemana, creado en abril Bretáffiljñ§ir-§üóíeiñáóíá se dstuma, ncluso I

de 1899, será justamente movilizar en ese sentido a la opinión alemanasT. Luego de oe uiflfi&á -v füé i?ecisámáiitó bt riiróitll6i
haber hecho aprobar la primera ley sobre la flota en mar¿o de 1898, los dirigentes
del Reich siguen con el impulso adquirido y, como lo indica Wolfgang Maríenfeld, la
mayoríade los universitarios, entre ellos muchos geógrqfos, apoyan el proyectoss' e sobn rl mll
Sin embargo. "las contribuciones de los geógrafos alemanes a esta discusión no son L=-;L-;n¿'€.:E;'=;;: f .- --
qniqrs[]L
o,,. v. por declslon n0 oue00 tomllla ry
oor otra, "la decision
decisivas, nipor las perspect¡vas que SU disciplina les permitiría elaborar, ni por una eTperigro pmdfiT*dé uñ piólagonista ínblpcndo, poqú íHilflmhmrntr
originalidad cualquiera en el plano periodístico; uno solo hace excepCión, se trata de débit, que compensará esas caránda! sroó[ndo uhr vlÍÓn p$ollnlo y una
Friedrich Ratzel,se. Este último, en un corto prólogo a Mar, fuente de potencia de
capacidad de concentración en un lugar pnolm: rNo tl pufcl lC0flEü unr gurrra

86Ve¡ ÜberKalifornr'en,(Sobre Calilornia) (1895), en K/e,ne Schnften (Pequeños escritos) , op.cit. Este
¡nterás por las jóvenes naciones oprimidas vale también, por ejenrplo, para los hindúes, cuya
rebelión el geógralo espbra, sin por ello subestimar las capacidades de los británicos. 90 Ver Das Mee r als Qu¡lttc dor Vllttorgtóia (ll mtcrmc ñralr Ó ,tüttü t L rt¡Cbd, L¡h¡lg'
87 Yer Franz SCHULTE-ALTHOFF, op.cit., pá9. 163. 1900, prefacio.
88 Ver Wollgang MARIENFELO, Wíssenschaft und Schlachtllottenbau in Deutsdtland 1897'1906, st ver iúrcntrage undWclttgolLr ou¡¡tlándr l¡llotr y h dtuffñ m flficataalt¡t KfilnlcMlton,
lCiencia y añstrucción de una llota dé guerra en Alemtania\ Mainerundshau, (Panorama de la t..2, op.cit., pig. 378. El m-foüb lu¡ r¡drardd¡n lal, f ,u¡lLaaa al a ar .ñ.lo dr ll9t' por lor
Marina), Ne 2, 1957. Mü nchne r N eu e tta NachdohLn,
89 Vor Franz SCHULTE-ALTHOFF, op.cit., pá9. 16á. 92 Ver Oas Meer, og.cll, Ptg. 79. rt
38
39
naval como sobre el continente"es. El efecto sorpresa, el compromiso feliz, todo eso
consideran que el rnar de Behring les pertenece, los noruegos se lmponen en sus
fiordos, los británicos trataban las "Manchas" de Bristot o dasan patrick y el marde
h iloüa enemiga es un medio mucho más fácitmente
lrlanda como su dominio. Ahora Qie¡*g¿g¡gglgg¡i encla de una
.meqánica, marítima
ese punto de vísta la subida a escena de las nuevas
Irrg'¡$tato
cod{lgació @ en caso
rgg¡fuu ra de r óampo m arrtrñ6?á'uatarra,
potencias. Anticipando et dreadnoughf de la guerra ruso-japonesa (1904-1905), el
geógrafg"reclamará para el Reich, por consiguiente, ta precüión oe iiro y la eficacia
6n el fuego, así como la corazacontra los obuses, de manera que el desfase con los
logi
logBltczrEñt6cros los océanos, practícarán mejor el bloqueo. En ninguna parte se
planteacon mayor acuciosidad este espinudo problema del derecho marftimo que
brltánicos sea rápidamente compensado.
en esas .(pegueñas bahías" que son los mares de tamaño medio, de 195 srJSlsS nlj5,,
Mediterráneos constituyen elmodelo: "Laaustral-asiática está abierta por naturaleza;
mismo tiempo, Ratzet se hace eco de un punto central del propósito
la euro-africana, gracias alcánalde Suez, habilita elcamino más corto delAtlántico
tlrpltziano. Como lo hizo resaltar Volker Berghalp, el almirante ¡nvitaba'a sus
contemporáneos a optarporelacorazado. La elección de ese buque particu[armente alOcéano lndico;laamericanaestáapunto de abrirse porelcanalinter-oceánico,e7.
Para el define el carácter es-gg
movilizable para el enfrentamiento en alta mar determinaba la política por venir del
'e los
Reichenelmar: seiríahacialabatailadedecisión(Enfscheidungsschtacht)yiugaría
desde ese momento la ofensiva; apostando a lascualidaoeJoel acorazado, los
alemanes reequilibrqban la superioridad numérica del adversario inglés; uiE-
inmediata.
Y lo que es válido para los Mediterráneos concierne a fortiori a los mares que el
geógrafo califica de marginales (Randmeere o Nebenmeere):
"Mar del Norte y Mar
Báltico son sectores más restringidos y menos autónomos, pero siguen siendo
pasajes importantes y cierto carácter meditarráneo determina particularmente al
Báltico, estrechamente circunscrito"es. En esos casos primordiales, se revela un
muy fuerte antijuridicismo. Y, justamente, el gran problema que se plantea a los
,) gobiernos del Reich, es el de que
"Aleman-ia se encuentra desplazada tras las
I grandes potencias marítimas, cuyas costas debe pasar para llegar a alta mar"ee.
\ Gran Bretaña y Noruegacontrolan el acceso alAüántico, incluso si el Mar del Norte

w
es más dífícil de bloquear. Y Ratzel rememora el asunto de 1848, en el cual la
pequeña Dinamarca pudo ejercer una presión formidable sobre su vecino meridional
-los navíos alemanes debían seguir el Gran y elPequeño Belt, atravesar el Kattegat
'f1 y el Skagerrak. Teniendo en cuenta, por consiguiente, que el Reich no dispone de
,af
posesiones «avanzadas,¡ go «€soS rnares», la construcción de una flota aparece al
@ Bg§t§0teue§g guEh!9!Ee0te- El esnceplo
de flEire territoriale, cuya extens¡ón se medía por el alcance de las baterÍas
geógrafo ineludible.

habilitada§-dñ*ta c l_os t¿rm¡ñós oe ia


c esA distancia en tres míllas, no son
Tambíén aquí la demostración subentíende las exigencias tirpitzianas. El
almirante pedía que la flota alernana abandonara su rol de protección costera. En
respetados por nadíe. Sólo cuentan las relaciones de fuezas. Los Estados Unidos
caso de guerra con Francia, debía obligarse inmediatamente al enemigo al
enfrentamiento en alta mar, antes de que su escuadra mediterránea subiera
99lbldcn. nuevamente al Mai del Norte. Más arJn: el combate debía tener lugar dentro de los
e4Yo¡ Politl*he Geographie,op.cit. 3r edición Eugen Obermummer, Munich, f 923, pág. 512.
95 Para el programa tirpitziano, remitirse a Volker BERGHAHN, Der nr?nz-Ptan. Ganesls und Verfalt
clner innenpoM*hen Krisenstratcgie unter Witheilm ltlEl ptan firpiitz. 66n.Ot y lracasoie una
er,traielgia de crisis de política ¡ntema bajo Guittermo /I) , Düsseldorf, l97i . 97 Yer Das Mee¡ op.cil., pá9. 21.
06Yer Flotte.nlrage und Waltlage, op.cit.pág. 381. 98 lbfde¡¡t.
99 Ver Die geograghische Lage Deutschtands, op.cit. pág. a53.
40

'dlez prirfreros días, para que el Reich no fuese obligado a volver a la defensa de su
rlbera.' En elcaso inglés, más amenazante, debía esperarse que el protagonista
ocupase Borkum y la desembocadura del Ems y habititara attí una bahía; un bloqueo
de los dos mares, del Norte y Báltico, era inevitable.
,..'
La única_chance del Reich era, pues, concentrar sus fuerzas navales en el Mar
del Norte, cqbriendo así el Báltico; convenía arriesgarlo todo a lo ancho de
Heligoland y"repelerde manera.compacta elataque ingtés, y exptotar luego el efecto
sorpresa, avanzando sobre.Gran Bretaña'oj Hatzel están en perfecto I

icismo invita a la belicosidad. Por lo íticamente


r o1¡t¡!á mi|"a¡.a1aá rñ§tiiáíiá:,,tá
,10s. con
ffi Ñidfñieñék{..np-63Gáore-ge"unaRaía-z-ontsrcdr
JnoiTffiffi-:frlY'3d6¡é tddo:;Ei" ) a la bandera y la
"al final,
a explotar una situación de declinamiento por

con sus 8.013.000 toneladas, debe necesariamente serdefendida. f{lg$Eg¡lás§g-


intensificAs.hg*rs§{cío (se ha muttiplicado por veintitrés desde 1808), más se cosa en el caso f rancés. Ratzel, que reconoce a Francia u n sentido agudo
de la geoestrateg¡a, lo sübraya: qúenquíeia tenga en la mente el mapa de Africa del
Norte, ve que Túnez era inútil en el "redondeo» de las posesiones francesas: :.La
cianifinanián nalítina. rla
significación polític¡ rle 6q6 n^ í¡ ¡anoicla.-aml¡
ese país rcirr¡monto óñ
ee^siste exclusivarnentp qmaaasa¿ a ltalia
pn amena¿ara ltqlia I(...)"frtr
f .hfÚ*-"

Acá cuentan la ruta de Sicilia y el pasajé dd oeste a este del Medite7áneo, puede
leerse en Afemania y el Mediterráneo (1893). Francia, tratará
concentración de los navíos alemanes en el Mar del Norte, si la guerra naval naturalmente
estallara. He ahí por qué Ratzel evoca constantemente el pringipío de una
inestab¡lidad inherente a tos es que etapa es Marruecos, cuya arrinconada (E
. _--=-
nldiffiEEg¡¡i-tg&!1QsJ. -#'a
La miedosa idea deléquilibrio político vacila cada Africa Negra y América no podría dejar a París indiferente, escribe et geógrafo un
vgz gue lo rozan las olas del mar,roo. Es que Alemania, por una inconfortable decenio antes de la primera crisis marroquí. S¡tfSnba¡
posición, les está sometida más que otras naciones. Y, desde este punto de vista, británicos. los franceses fracasarán. Doroue su aunque
la orientación "nord¡sta" se imponía. sa sobre un análisis pertinente. tienealgode
a someter a Marruecos, nueva

Co nta la carrera.por el e.gulpeT,e$g


moderno s6bre el mar, los ingleses, explica Ratzel en las Cuestiones de Orien-16'
\*'"-- lo
las
100 Ver Volker BERGHAHN, op.cit. pá9. 173.
10'l Yer Zu¡ Kennfnis, op.cit. N! 2, pá9. 58.
ini
102 Ver Das Meer, op.cit., pá9. 45. 105 Vcr Polltlcchc Geographie, op.cit.,3. edición..pág. 517-518, y Die orientalischen Fragen (Las
103 Economistas como Luio BBENTANO o Gustav SCHMOLLER agregan, a la lnversa, que, cucotloncs odenteles), en Das LebenlLavida), lulio de 1897, luego en Keine Schriften, t. 2, op.cil.
amenazada por las barreras proteccion¡stas inglesas, Alemania, privada de llota, no podrfa hacer 106 Vcr Doutschland und das Mittelmee¿ opcit., pá9. 200.
frente a una «regresón al mercantilismo". Recugrdan que 6l tratado anglo-alemán de comercio, 1 07 Lr dl¡t¡ncl¡ ontrc Tolón y Bizerte es larnitad de aquella entre Malta y Gibraltar, agrega el geógrrlo,
que existla desde 1865, fue rescindido unílateralmsnte el 30 de julb de 1 897. He aquf le rlgnillcaclón del conllicto franco-inglés a propósito de Suez.
104 Ver Das Meer,og.cit. pág. 63. 108 Ver Das Mocr, op.cil., pfu. 62.
/ttzt- / t,

/l+s
\-:-/
/
.-se.contentaron con reseñar én algunos hscículos los grandes prlnclplos del
fundador. Se trató, pues,.de una Suerte de comprendio geodóxico, como eiartfculo
de Heinrich Hertzberg consagrado a La Geografía Política de Friedrlch Ratzel, en
bs sgada para Alemania: del mísmo 1ggg,'3.
modo, Trieste, esta ciudad «eslovena», no presentaría, según Ratzel, intereses
inmediatos sino para Austria-Hungría. Es el esfuerzo
axiomas raE'e lianos f ueron a razonamlentos por lo demás, no
de los
preservados, pero su internacion ina§ fustan
Bruno_Éltx-
alemán, de 1906"4
Laargumentación delgeógrafopermanece, a este respecto, todavíatirpitziana:
se recuerda que el almirante, al principio favorable a la inversión china, se mogtrará 'Geónomaspropusiergn, a partirde Raü1, una acumulación aún más formidable de
más y más reticente a acciones violentas, a comienzos del año 1900, oponiéndóse detalles, en los gue las fórmulas del iniciador encontraban verificaciónr'5.
en este punto a Bülowi'0.
financieras, reclamaba la adecuación de las tuezas. naUet ¡rá en etmismo AI la escuela retuerza aún el movimiento de
de
Existen esas reqlas de la Geografía Polifiba que traducen une ¡nmpuJsftE tica del ella es
determinada hacia cierta I
isla estará como Yes [^
en virt0d de su
, que

demasiado el
Bretaña, al
añps yeintg
1?ouelJos
oeóg.ratos gue O
sobre la relacíón entre el poder y el espacio. Perola66-ra de Ratzel¡Sgue_fraponei-
f
de sus posesiones, no

-*---Sirré-mbargo, los dirigentes universitarios de la corporación redactan, bajo el


efecto de momentoshistóricos particularmente íntensos, textos más pofíticos, como
Es comprensible que la posteridad de RaEel haya sido poco analizada. En
primer lugar, scitádo unlnterés
Alfred ! e [¡g r, con Lo s objetivo s d e n u estra pot ítica,en I g ffi
extraordinario cat@aso aremán en 1918, permiten
observar un avance conceptual. Se sáOe que el sueco Budolf Kjellén elabora, ya en
'1905, Consideraciones sobre Escandinavia; laideade asignar a la
ffiamente rnovitiza¡i6*óor-7- oótler. Ie -'
, Sin En el fondo, y particularmente en su
6, El Estado, forma de vida, Kjellén utilizaba el término de

113 Vet Heinrich HEHTZBERG, Friedrich Ratzels Politischa Gaographie, en Geographischc


Zeitschrift,4. 1898.
109 Ver Deutschland und das Miltelmeer, op.cit., pá9. 203. 114 Ver Bruno Felix HANSCH, Das deutsche Kolonialreich (El imperio colonial alemán), en
1'10 Ver John E. SCHRECKER, op.cit. Geographische Zeitschrift,l 2. 1 906. El autor era el especialista en los asuntos coloniales de la
1 I'l Ver Hans Dietrich SCHULZ, D¡e déutschsprachige Geographie von 1800 bis 1970. Ein Beitrag zur Liga Pangermanista. Abogará, en 1912, por una concentración alemana en Africa, alrededor
Gesclubhte ihrer Methodologie lLa geogratla en idioma alemán entrc 1800 y 1970, Un apofte a la del Congo.
historia de su metodologÍa), Berlín, 1 980. 1f 5 Ver Otto MAULL, Polilische Geographie, Francloñ, 1925.
112Ye¡ Zu Fried¡ictt RalaletiGedadttnís,geptantats Festsch¡iftzum60Gebuttstag(Enconmemoración ll6VerAlfredHETTNER, DieZieleunsaretWeltpolit¡k(Lasmetasdenueslrapolfticamundlat¡,eo
dc friad¡h.h Ratzel, como homenaje a su 60e aniversario|, Loipzig. f 904. Der Deutsche Krieg, Ne 64, ed., Ernst Jáckh, Stuttgart-Berlfn, 191S.
4
en sl mo
de los años veinte, un
Karl Haushofer, que publica en
1025 QaografÍa Política y Geopolítica, a Otto Maull, que le contesta, en 1926, con un
tlxto del mismo título (recordemos que Haushofer y Maull son, ion Hermann
Llutensach y Erich Obst, miembros del secretariado de redacción de la célebre
Zcl§cltrtltfüG.ecpolitik,fundada en 1924)- Ladiecusión proseguirá en los años que
¡l0u.An, Debe notarse que partic¡pan igualmente en ella KarlWittfogel, el teórico del
manlsmo, qué publica en 1929 Geopotítica, Materiatismo geográfico y Marxismo.
No tlene ello nada de ornámental, ya que se comprueba allí, eq-gl-qgtrpg_§lg]g-

de
rol, lo hará por anacronismo.

117 Ya? Polltttchc Geographie,ed. Joseph Matznetter, Oarmstadt, 1977, en particular la introducción,
Plg. I r 29. El volumen contiene las Geopolitische Aetachtungen úber Skandinavien
lOúormclonoa gcoplfücas sobre Escandinavial, Geographische Zeitschriit,l 905, de Klellén,
y mrllzr rmpllemente ¡u famoso Staten som Lifsform, Stockholm, 1916.
lll lbld¡n, pt. t6. Lo! lexto! mayores liguran allí: Karl HAUSHOFER, Politische Erdkunde und
Aoogdltlk, on Homonje a Erich von Drygalski,"Munich-Be¡lfn, J 925; Otto MAULL, Politische
OoqnüburdAoopolltlk,cnGeographischerAnzeiger,tg26;KarlA"WITTFOGEL, Geopolitik,
Qoqnf,tluhcr M.irlr,lltmur und Manismus, en lJntet dem Banner der Mamismus l1ajo el
,pl¡#adrlntnltnol,10?f,.
ffi- ',.r*o
*{.&', ,

He aquí la idea que dio nacimiento a este libro, en el cual los


Estadds. en todo¡
sk* los grados de su desarrollo, son considerados eomo oroanism,ñiñI.ñla¡an r ra¡
f;

un punto de vista
História, sobre esta
cada vez

habilitadas enre los

Le?%
si.l?
§r. geografía ggljXc¿r
r3-geogralra potÍtica no exige otros métodos más que geogr
geográficos, esta
última debe ser coñ-p1e-'táñiente asimirada por er observador dé ro;

a los hombres de Estado


prag ntático§y mfeeEñAt naaiones enteras.

Tengo, por consiguiente, la esperanza de que este libro no sólo interesará a


los geógrafos. Sipudiera contribuir a un acercamiento entre las ciencias políticas e
históricas, por úna parte, y la geografía por la otra, me sentiría ya ricamente pagado,
con creces, por mi trabajo. Entonces, quizás, se difundirá la idea de que lodo el
comPlgio de las ciencigs sociales no puede desarrollarse fue-ra_de un fundañ'6ñió-
geográfigg
¡r. .i ,1é

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CAPíTULO I

El Estado como organ¡smo


%
l6ado af§üAó*-

:egli'Jigurag.gué¡q@IgEe¡¡Eeuglex@ütvr6n0s,
[má§eñes tales como: marea humana, pteadá humaná, ista htñáñá, prifflEii
isiá
istmo político, así lo dejan entrever. Pero, al usarlas, no se piensa en el sentldo
profundo que pueden tener esas expresiones.

Para la biog_eografía no son imágenes. Hay espacios vitales, islas de vida, etc.
ografía tón de la ujda en la
superllcle
F:"_'
. _1__ a_Y !_:="*...,::-i.

tíerra determínan la extensión de sus


¡amá§6 ná visto la óreac¡ón de Estádos eñ i᧠regiones p6'láies óéñios deslertos;
--(
6fl6'§Té7rñár'ecen ffiEmeñóTeqrreño-én 1ás-'ré$6ñE§1roñi§árél|16Sno§qui§ !

.t
,':.*]Y \.
{'*
v
¡"i

- ", . ai{,]

f ,Los rulmeros remiisn a los párrafos de la edicíón original alemana.


53

v Estado es una fracción de humanidad y una fracción de todo si fronteras


t ncebible,§ñ el suelo lerrestre, así como tarnpolo lo es la
"1
P arnos de Estado, siempre designamos tes
!
una ciudad o una ruta, una fracción de humanidad a:"
, hoy como en , forman un pueblo dtr
o unaobrahumanay, almismo tiempo. unafracciónde superficieterrestre.fEl Estadlo y de comerciantes; ellos habitan las islas y las franjas costeras. Los sulzos
tiene firmemente sino lasye¡laias-su€-le procura \,rlp
,¡ se apesan tanto como sus ancestros a las libertades que su confederación les
.es!Q /,.i,v 'tr,i$ permite gozat. Much4§ ygceq sq CeQq.gs.pglgl
itrq
.
la so6eranía : €s@u e, reg resadas
y plantea que los cambios territoriales no pueden t¿ lrt.]lerrj.Url*f@¡evalo¡arsp
.r\" luego de su tentativa imperial a su espatidñátúiáI6ñocieron un nuevo crecimiento,.
t¡mitado pero más orgánico. lEn muchos casos, et fracaso de tos ;ffi:['J)'
:os iinoorta pgc
,Y 7 loñtinn^rÁn a', nrpcimient l la influenciáilGrétiáen
I¡afán€uctectntcnlgil influenc¡a de Grec¡a en oriente se hacía sentir muchoJ
/)
t leta:ze antes de Alejandro, por lá cultura y la economía; proseguirá bajo la forma del
\(Stamm). nipor' ua, pero sí, en el
\, helenismo después deldesmoronamiento del lmperio de Alejandro.
de ligamen al suelo nunca es tan fue¡§
i Ordenes y grupos sociales, comercio y religión, toman de esa fuente fueza -
ipgjitiq
l@hos,,,,po
X lítica n aciona@a
Eñ-6rs¡gró ñ6'i:nsiguieñie, en las islás donde ta

sobre la gpmprensión del.valor s-uglo-; O§9_1_a-9f,


p-e.!
..nac.¡onal",
en vsz de
"territorial'l El sentido político-geo§ráficb de liiOi"mi:,¡ta: los alemanes síenten la con elc@delpueblo con su suelo
necesidad de dar una forma política a su comunidad, y buscan juntarse sobre un ¡eiue zan, To s re cI?§óSáIüáñlo n cJd a vez m e j o r ex p
¡iüé616-ffiée I o tad o s, eI

tegr!ó¡io determinado, para vivir sobre un suelo seguro, tan espacioso como sga potencia, pero también su dependencia del suelo, hasta el estancamiento de lá§'
posible y que les sea propio. , como en el Bajo Egipto. Mientras más extendido éstá el suelo, más ¡
sgstenidos son sus lazos con el pueblo. -La difereh
l^ del el Estado se const¡tuye como
,
t/P
{ S. nsi se instituye /A organización política sueloz
ffianismo ligado a-üna1rá*ó-Ción determinadade la superllg!§§§Ta iierÍá.cIé mahera l. Toda presen »
provienen de aquellas del pÚeblo y del suelo. Las. más i , Estado que desprecia el suelo es incompleta. Ello es igualmente válido para la
§qúe-esasptopiedades
)importantes I,\clasificación de los Estadosl Vierkandt, por ejemplo, distingue los pueblos naturáles
son el tamañ0, la situación y las fronteras; luegoyisqen -el_!p9 y la forma
del suelo. con su vegetación, su irrigación y, en fin. las relaciones que él tiene con de los Estados primitivos, de los Estados anárquicos, guerreros, conqulstadore."s, de
el resto de lá sÚpe7ióié tenestrs; rcffia4icular, con los tn-*arg§ggTliguÉv'ioglt . formación aristocrática, y es seguro que, en esta serie, la "manifestaclón creclqnte .lI

"t¡erras inhabitadas que, en un primer momento, no tiene. n irltejɧ Pgltt¡c de formas fijas, que mantienen Ia personalidad en los cuadros preclsos,¡ermlte
,de e5tas propied*aldés foiman el país (das Land¡. Pero cuando se habla de nuestro reconocer la esencia del desarrollo de la cívilización. No es menos clertogggb§ge
if"páís", se agreqa a ello lo que el hombr'e ha creado y los recuerdos qüe á§!!!l- eñlós Estados menos desarrollados se deffiá*có'mo "ausencfade-óstructura" no
'len¡:azagl-os. Étlo, ¿e tal modo que un concepto en su origen puramente geográfico, só16§?é1i6reffi §'éñóiadeune jércitdreffi io,oéünaadmln.liililáó[fñt-dffina
*- -*--=t
I -_:-:--:-.-'
Itomá álientido de un lazo espiritual y sentimentálGffiiéTó§hábí[áriies delpaís y su tri6üt-acr-élEino que depende oe una serie de factores geográf¡cdo fi-añ-FTñ16¡Iar,
lustoriu.
,

suelo, de la i

A7A f 4ra{,¡'t rq";'I-; ¡


rt
cl¡=mfu€!!4:9t!9xte
co frg§rizglec-ogi.do por uno o dos sendüor c.n dlruoclón de
territorlos velings ¡Qué
los territorlo§veCinG. trlldo pnilhtiillpor
diferencia con la densidad del trfldo
¡Quádiferencia prctant&lo por et
ol
mEpagrñ6n6ffiáo europeo, con sus pequeños y grandcllrtübombnhi, tua
" , .., ¿,_L . --.¡.1 j,.t¡.i. ¡..,.'.,-

I ,,,,
-
/'r r .

t, ,.
54

capltales y sus ciudades-fronteras, sus citadelas, la red dé sus rutas, de sus canales
y de. sus ferrocarriles!
,gl man

' '
Y, sin embargo, e nada-
dlce de la idea política qu
I[9,g!*ar1tte¡:deyatuoJ?d.d
E0 un Estado civilizado. el n'¡ohlo entern la
ll"ru. El alma oel giiáoo
.e
se renueva
-, LoS

ntonces Ia unidad del

ítica es como el ritu de un Estado o su '..J


sí no fuera lor la

gana en Ho-y-,*Y-1"!¿.lgr9es.[u*c'|loglfi glgm%E§ffi esoque


roa que se desv¡a del estado cambiante de los pueblos,
débilcon un alma para ir a la consideración del s-uelo. e] arc¡igelp_qg tos Apeninos
no podía
de

¡nás importantes del mundo.


su niáñéiátd oreoóüó?

sin la su desarrollo ve
3f gual tiende gl
aten¡enses, con su pequeño terr¡torio cuyos últimó-árincones eran conogidos y que , es una Flealpolitik, en no
explotaban políticamente desde siglos, podían comprenderlatesisde platón, jesgn una gestión del día a
r,l l.|'Jrr¡ti"r
la cualel hombre yel Estado no difieren sino éñtoino. Eñeloroceso É" ",il+l I r .i h
en el
actuaría ",""#*;:,1, e§etal[g[p¡¡ganisr
SU

L[Ig§B§ogencra que ya no se encuentra en [á tas


El Estado §§üáén ei mismo nivet ouáZiá¡
nuevo.
eternas.

Ítíca no sólo está el


@.,W;,j¡
derechos de un Estado sobre
Y
o ggnquistador, o
eeP-trilHitri-ruren
l.undamento orgánico. [sí, la comparación de un Estado con un organismo es tantol .

m¡5lf¡a-Eñ6áñióGrare oe un Es¡aoo pflmrrlvo;ro es menos s¡ se É.#ra¡a oe un*'l*


La' cogtu mbre d-e_-vivir j untoi-í-
Estatoll€saftollaoo. A-
_-%
I un
,"I".S je".¡9oaH.--6lA .on n¡orr-
¡ntereses oue forman _qc§nÉI[igg_del Estado; en_cuanto a ta neiesioáffi
EqLqQggq!.o-Iga¡liqllgs.desa"rro[F-dss. nggs muyle-qndt..
, B.gnpglcrgr!.del prr1e99(&-gg_elseler.
logrpgdgtqararn?¡Ig¡Hfl tlm?ipéiEstaoo.-elsueionó
Las numerosas tentativas que se hicieron para tratar al Estado como un organísmo
han dado muy pocos frutos. Lq-c4qs.3..Pl!lgip3l _vjgne"de. que-uno§e sie.q?,a-Fs.*-*
séIq es esCelário
=."."-.-*
.
ooip.t.g_q_e]lra[dii.iéñün:G§iffiiá
-.,-*:Ñ.#u
trábáió.laegslu*tlErá.de
;.*-ú;,+#-;-:::j tüáñti¿"
vüii ¡üntolñE¡o uñ al ouebió-¿¿ññ;"-isñ.,á .¡n., .nn
r""íffi
a.reSgg pugq h_qb_el§IrFejl ggrggag: Ir/ILltg y la esjructura de un ser SpEgLLae${rPregevivjriu-ü91-&1ótgglaiDueWgscs¡sp"misdssrleseu
gsy-qlo,"9glg-e_-e_sg-L9¡19_r¡aoas!39§fipf-qsie-4qs-p"aea§s_s. De ailí ta úcrar¡záCíón
vlüfente. Seamarrasiempreátá§ñi e ciertos !_v-ggg:.qge. a menudo*1giq¡¡gss_ !tru_c.r1Q"naG._r0,ür asor" -
t.§ostúmbre.Qevjy¡it¡ntosoglt[abajo-cgqii'-. ydelanecesidaddeorotecciéñcieiivan
'de
la filT.e.z.a de lAs frq,ntpraqJ¿ra iaversión *
"n_g§Igg lEf1ilgm§:lniil=¡"emti
espiritualSeal¡mentamuchomás.,t.ffiacerlopensarel
vocabulario impreciso de tos histor¡adores. De ras los .tendenc¡as,,l6ñlo6'-,.' ,,,' ,,
historiadores atribuyen at atma det pueblo gríego -ta*tehderrcifárfr?iloelgd-e_ i ..
animales más perfectos viven en la ma
idénticos son
a3ersrrulrqlltg3ge§.,-e{.r-EarEsl-e§-e-syediljsarm'iltñLescstoiláj*; f p-*.tñprrtái ,, ,
prod retoe distihtos los unos rte loq otros-
Ia "&!É-e!.q!g-a l,y
¡ tfáñsformaCes en
yj]sgqpug9lg"l la primera debe explicarse por la in @', n,
de una pulsión ínterna, sino de una consecuencía de impresiones y de inÍluencias ", ''.-'
I externas. Sqgle_be busca_r t?r?9n de t1segg§g§!_Qlcierre q¿logLgfl"!o¡io_s_, eI
q1 ácte¡ -u rb?¡§tr§,sié ii_r§ibilqyFq$ ll'fr-üñ l ó n ti m áilo náói ón i al-ffi
et contrario, .¡¿ "putsión at Estado,,, de ta óü?isildidii (ue no peñ'6iiÉiériiláñiá de
los fenicios, en tanto que se la encuentrageneralmente en los indo-germanos, vlene
de las relaciones muy diferentes que esas dos comunidades, una agrfcola, la otra
importante sé torna el suelo: él comercial, mantienen con el suelo.
s e&![gq!os últimos del organismo estatal son los es slno

son familias, clanes,


-.¡_:-,y-a
cofrao¡as,
se apropian y trabajan elsuelo en elcuadro
dé e§to§ciii.¡bó'§6élá familíá.'ülffidiüiüñi ¿
,t
a

. Un oolftteo a"isa,iri se afgnar togi*§ y


t esenclalparr un puablo g un

monómlca¡ lnscrlblrsa¡nla{eografía. con elfin degivarlas de la fueE?gygg1!?9


txtilarfen de ¡u lazo con elsuelo. Es asl como la oposición territorialdelnorté y dél- interior, mataba sus proplor hllor y anrolrbl amlryot, Lo¡ rlbüañot da 8tn crltób¡l
ffin pergro parasu unroao. Lo que lue reconocroo muy (lslas Satomón), enterlbln vlvol r lo¡ ndlln nroldoay gompribl!rur ht¡or r to!
hmpnnemtntc, y con rezó- pequeños hombre¡ quo vlvhn an lo¡ boqul¡ ¡n ¡l lnhdor d¡ lr blr,
58 59

I La familia funda elprincipio de su cohesión sobre elamor sexualy maternat de fronteras alpinas, mientras podría arreglárselas sin sus colinas trans.renanae y el
I la muJ'er:;rt solado se incorporan cofradías que encuentran su cohesión en el instinto Jura.

,'l ' lelvatordeuna ggsyttqc


ñiffi §-a; "ffi
deIEs tado de_p e nqq i p n. qe o-gráligg ao n eI t
I'--1 orl or\ozrntsnfb-effiti §éléffi'ñr¿if sffi s
-:j:---
sqllido-Ee.*:tgffiqq-6§ne-Eníáñtrr-q@ñí.impqllanqi?..pó(ue-'liósl-e
l'+P.Ee-:!-erorr $*-Ñneta,mmmwñí.
adicionan en una suma de ven-taias pf_esq0tes-lPara la penínsuta ibérica, los plrlneós
' m-áñiéiEñGiliffi oá árlacásilna ¡slá.-pará lt"li", elpo, al
reforzarsu carácterinsular, tuvo en IaAntigüedad lamismaimportanciaque losAlpes
en los tieinpos modernos. una costa escarpada, susceptible de abrigar numerosos
puertos, refuerzalas ventajas de una situación insular. Paraun país cuyo desarrollo
socavando la vida de farnília.

Pero ta intens¡ficacan3,eJc.smer,..cle"'dele§intgf§"am_bl9§.y§glggifgglagr"g_n.a9_
tar9",tn n?.gr p,
sociales, cierta uniformidad de estructura.

lLa fu..m^nión.¡te ó.g^n¡< far.el Fs¡^,ln po necáiamente ti-i¡^,¿al ,a


nl§ {,n
o
§ ?9 iÍi re n c r-a O e un a Uts) ra a gylf }{eEg[p-o,r: u-q?"qiyts]gl d e lrr_abaj ó {ñ
El orgeqisag

ge 'ñeríesiviejos
d6l6sT§iáóosüiildós
de América refleja, evidentemente, la opoqipión entre zona atlántica y pacífica, este-
oeste, húrnedo-seco,
lnternas de los
Ya se ha
de los
r
Clertas oartes-de un
*i'--
ligadas que otras a o mas que
.tede. de aquellos de la metrópolis. España perdió su
su valor imperio colonial americano por esa razón; Dinamarca se alienó a lslandia por una
razón análoga. El cierre de Amberes por Holanda durante los tratados de Westfalia
creó una situación inorgánica nociva y sin porvenir. Aún menos sostenible era el
bloqueo de Bélgica durante la ocupación por los holandeses de todos sus nudos
unidas mar.l-a de un río es indi camineros y fluviales importantes. lnglateria está hoy confrontada a fa dificultad de
su curso contener eldesarrollo de la industria y del comercio de la lndia sobrepoblada.

lejos ,Séibia seríáEéfi¡litivame nte I Todacomunidadhumanalu-chaconelexterioryconsiqomismapreasgf¡glll§.o


desea tanto a Belgrado. Suiza es inconcebible sin sus t¡na vg é un ariáriismói pero ei.ira-ñ
-üN.q+\l-'ieUV 60

tncbsarite det *muge v tranilóf[rdq", qgggg-31u91É"e la Hi§tgria, tie¡§e--¿. ¡99§9[rl-a- ( CAPíTULO


rII )\
a un estado Oe orqan6-; oOservailiñl!§ai, la integración de existencias \
áúnofn". en maiores coniuntos; raramente son reemplazadas por nuevos

-. li
d''i'j
sig los había
la
varios mi les de ellos. [El comercio,
y países no son

\ 6)rrr
['eiiüáró;,mestáoo
rr^" r.,r""^,'. tleg.eJes progiedades
t-l s
b;i
nd sueJg. El_desalrollo e§-lqtal es".!¿n*E,e§!g_ggl egpacio: no p-.4rtq det vácío. En et
; t"---

I
Está ligado de la manera más estrecha alpesar;'ollo político,Qg los pueblos, de modo
Jrt § ¿{nas exMlgadq.de la _:¡l'
t) manerarnás estrecha al sueloJ Este movimiento continúa todavía hoy y continuará ';;

mucho más imoortancia que cuando el t sin conciencia de que las fuentes de su
tiene ó determinados. ;tfffi ñEóñáaaaa*memaraneiaEa-S 1- qEmtffiffi; -ááEádoGt"p?-óceso,
d e
10 cen para equivocaciones relativas a los
ó-e es?§'réTátiones. procesos históricos.' Cuando las comunidades de los valles de Uri, de Schwyz y de
UnteMalden decidieron formar una unión eterna, no se trataba de nada más que de
Qlezca c.o.mo.u0 mantener su jurisdicción inOepenOiente del exterior. Las generaciones siguientes
víeron allí el proyectó de formar una confederación autónoma, dirigida contra los
Habsburgo e, inbluso, contra et lmperio Alemán. Es tan contrario a la Historia como
a la geografíá. Es posible que el sentimiento de que el lago de los Cuatro Cantones
constituye un lazo natural entre los valles del Reuss, de Muota y de Sarnen haya
iugado un papel; y esas bomunidades estaban ciertamente consclentes de la
protecdón relativa que les confería su situación. Pero entonces no so podfa dlvisar
nlnguna otra cosa, en particularláventajaque podíaconstitulr la ¡ltuaclón geográfica
de ese núcleo estatal para las relaciones eñtre Lucerna y Zurlch, Se debe esperar
elfn del siglo XIV para que aparezca en forma embrlonarla la oonloderaclón, en el
sentido territorial del término. Ella no se realizárá sino un slglo máó larde.

Cuando lo¡ Ertrdo¡ ütln lurÉrdof tobr. l¡nltorlo¡


62 63

desarrollos estatales, se ve que ellos contienen desde ef inicio la idea del Estado, lg#Urrmgglg@ De ta. misma.manera, a ta potftlca
lnclu§oeuantki üna idea semejante no podía estar presente en un comienzo. Ella terame te arn arra-dS .a. sóbfepaqafjgS f
ilganrlvt
pefinanece sin influencia sobre los primeros desarrollos dpl Estado; se podría decir
en n
I
que planea gobre ellosr Los Estados jóvenes no quieren tealizarla; no buscan sino
.formar un Estado dentro del Estado, una colonia. Los colonos francones de !"üiqffi:fflru-f",.-4lr*'-'t',í*,ld'ffiH"ffi
mientras que la de carlos V buscaba haceivárer
unar,éffioiüiióro. rloonorplo
Siebenbtirgen (Transilvania), en sus villorrios, no deseaban sino formar un Estado de imperio, v Esoaña,q3rtió a conquistar er poder
mundiar en ilerrai
crolconoold¡?
tan autónomo como fuese posible, bajo la protección de la Corona Húngara; los En todos los niveles deldesarrolloie asiste'a
intentos Je ó"."ri^ poll¡or,
pioneros norteamericaños que habían pasado los Alleghany, sófo se negSban a independientemente der suero, muchas veces i"t.ncta
consideiaoa conio una peilgron
fundlrse en los Estados de Virginia y de Carolina del Norte. La hístoría de Europa es carga. Numerosos tenitoríos fueron adquiridos . p..r,,rvo;i-ra'Lvoluctón
rica en ejemplG de territorios políticos instituidos sobre una base económica a golpe grandes Estados está marcada por momentos de lo¡
de incertioumoie ánt. ta necesld¡d
de hacha y de carreta. Se puede seguir eldesarrollo de territorios limitados, como de anexar los vastos espacíos indispensables para la consolidación
Glarus, Urserental, Berchtesgaden, Davos, desde la primera ocupación. Los de fuerza, pero cuyo valor político no aparecíá ' oe una poslclón
alemanes en el este se contentaron al comienzo con hacer un catastro de sus
.n ,n .ori.;;;.-
Ar
campos, limitándolos tan naturalmente como fuese posible, utilizando alturas y
cursos de ag,ua, determinando el trabajo de cada ung la situación y extensión de su
@t$gn3-$.e- f3.sg.qlfles pglenc!3s€uropeas permite asistiratdesarroilo de una
' propiedad. Es de semejante suma de esfueaos que nació el Estado.

rucñasE"loi3¡ffi rr|fiviliffi;ffi ;a-a'aasp..,til,Jl"i".jn,?ÁJn,",".,Austrra,


es decir tas posesiones der Emperadoi, y Francia,
naturales del relieve hacen que asic;r. dñ;;;icias.marftimas,
Holanda eJngratena.*€ran ros agentes-de la ubaranza,páñt¡.iv
i:ffiññ'rffiaiá§-nu-se Europa. Frusia no hiib.más que pasar por ailí, como
i",
de portavoces
lé§-§éii§iáíiéás entre una sombra; eila se retiró
"§i-é§tán después de ra muerte de pedro ei oranáe. La repañició"
EsláOGT6io r:Tüññ*Ltñiidó tlnfrradas a td esencia[' §¡- se qu isie ra J" i* i."itorios, muy
-urñilmráflas'má§táéldeialte, se caeríáén'óiáitific¡ó:'Hái,
ÉiiiéleniÉto, dos Estados
destguarés en superfície,99 ra síguiente: 578.1b0
habitantes para Austria; 523.100 kmz y 20 miflones
ñ; y-ü;is mirtones oe
que se pueden comparar con ltalia: Corea y Chile. Karl Ritter ya había comparado oe r¡á¡iiantes para Francra;
Corea con ltalia; se fundaba en la silueta f¡na de la penfnsula, en la cadena de 308.350 km2 y 9 miilones de hab¡tantes para tngtatero;áb.é¿ó
habitantes para Horanda. cuando prusia ruego
xrrlri,s ,itton.. ae
montañas abruptas que se prolongan de extremo a extremo sobre la costa este, en de ra anexión de éires¡a, integró
sistema europeo, conkba con .t56.380 er
el contraste entre las morfologías ricas y pobres de fas costas occidentales y
habitantes. Poronia, cuya superficíe se evaruaba
;á; ;; ils mittonas ¿e
¡¡'z y pocá
orientales; en fin, en elensanchamiento de la montaña sobre elramalcontinentai, en 5g0.600 km2, para unapobración
de 8 miilones de habitantes, estaba excruida, asi
ciqrto es, muy álejada del cieqre alpino, pero que aísla la península con sus dos rfos- có,no Esp"n" itl""¡". No eran
fronteras, elJalu y el Tumen. Si se agregan las superficies -287.000 km2 para ltalia decisivos sino ros medios de poder inmediaiamente
disponiúeá: e¡ercitos, frotas,
y 190.000 km2 par4 Corea-, la comparación es efectivamente aceptable, incluso si dinero. Las cinco potencias que decidían
lo que es.hoy, engrobaban, pór consiguíente,
ra suerte de Europa ylari trecno
de eila
la costa este de Corea es mucho más recortada que aquella de ltalia, e incluso si el arrededor de un sexto der continente
y ya.casi la mayoría de sus habitantei.
interior de las montañas difiere. Pero, si se considera el entorno en sentido amplio, Eilas no ocupaban más de tres octavos de
las tienas situadas ar oeste de ros imperios ruio y
el clima y la poblacíón, la comparación es poco explotable. Tqgla tentativa de esta turco. cuando, en 17sg, Federrco
el Grande sacrificó militarmente a piusia orientar,
lelI3§._a--9ffy1s-Hf eehsy"ip$,te-eeq?"E1taog-0ffi irii
ejército era demasiado
se había d?qá .renta de que.sr.r
rnotyrouo. EqQ-qgtglatr
Prrrsu-romáuá pá?te a.ra"d pote*ñóias
rubiÍr-m ie¡¡it*io aár¿ri.oo extendido.
óüé, háciendo .o,.nú.tr ;stracción der
tanráñ''y ré..rrscsc,,ffi congidgqban i ejorcito
isto ria testimo a siem.pre._ se@ ..*.;; ñ;i;Jrünto qua poora
H n i
I,eq@lgl,cg rás*nécesidadés. prusra,
potencia Érj'i'§u éi6lcít§;eiité'd dé §eikj'éñéfBano
p*.r.r,iJñüIfr. ,n" gr.n
territorriar. Hoy, estas seis grandes
potenc¡as cubren ros tres qrartos de ra
superticie oe europa y cámpiá.i.n ros cuatro
quintos de su pobración. Frecha abstrac;ión
oe tos impáriósilsáv irrco, ras cinco
grandes potencias de Europa occ¡dental y
central ocupan atredLoor de los tres
se iealmente fundar sólo si se quintos delresto del continente.
99!.9glvj@. ng
Buigggng-:gllgmprendido. Los progres¡va¡?.ente. prtmeror
observadoreSdelaGinol6gí@naoiáncánstatadóquelar
guerras incesantes que tibran los pueblos.prfmitivos no conducen
clanes y las tribus establecídos en esos países. a ninguna
adquisición territorial durable. Ellas terminan en cjza del hombre que, por una parte,
comerciales pasa, por el contrario, por un mejora su poblamiento del paÍs vencedor y, por la otra, alimenia eicomercio
de
esclavos. No es sino en casos muy raros que un pueblo victorioso se extiende
entre las murallas de una c¡uclad: el progreso ue el de una po durablementeyquelacolonizaciónacompañaosiguealaconquista.
ffiáñtifye-ñ6.1.o'fue-, su suelo propio se revetó demasíado sig-ue siendo, sin-emb-?!'g.o, unJe¡Qmepo distinto,iguepue.de
Lacolonización
rir;ilirb5;óüñ;;
estrecho y demásiado pobre, y el espíritu del comercio, el arte y la inteligencia despu.és dB tg c-.91quista. Por ejempto, en Bornú, entre tos Baghirmis,
desertaron de las ciudades griegas. Ya en la época de César, no eran sino la sombra .,tS.llg en
wadat, cuando las conquistas hacia el sur tuviBron por prímer resultado la
creación
de su antígua grandeza. Ya anteriormente, la colonización fenicia había mostrado de dominios de explotación, de los cuales se estaba lejos de prár., la futura
hasta qué punto el ejercicio de una gran política puede ser engañoso y ef ímero, en integración política, detimitada por una frontera.
ausencia de un lerritorio adecuado. lncluso la potencia terr¡torial de los persas
termina por contrabalancear la sobrepotencia cultural de los gríegos. La experiencia
de las colonias comerciales más recientes muestra nuevamente esto, que se puede dg l.as rueaas
en la vida de los Los
brevemente expresar, así:lun*qars econqrrlicamenle-explptadonffis-oElC¡o"d€rrna- x
apropiación nácionaljFue la debilidad de la colonizacíón neerlandesá en América del
oTe ef enviar comerciantes a la costa, mientras los ingleses dispersaban a los
{I Eso les fue tanto más fácil, cuanto qfd
§ necesario les parece un De allí la cesíón
campesinos sobre el territorio. Para los neerlandeses, la Nueva Amsterdam, sobre
la isla de Manhattan, era un establecimisnto cornercial; se transformó en la nueva (\/ como una inocente falta de
experiencia, cuando no era sino la consecuencia de una apreciación diferente del
York, el centro de implantaciones agrícolas florecientes. § suelo y de otra concepción de las fronteras, tan racional como aquella de los
que le permita
el mismo. La relación que

En vistadel movimiento profundo hacia un fundamento territorial cada vez más


fuorte de
-":llTl::.'--
la
le la política, la política c3gl4Bg¡3¡eAdehs.lacionalidades
contemooráne4de onalidades constituye, sin
dudas,unavué[táFaciaunapolíticanoterritorial.El@
al suelo. EIIa no sabria
que
encuentra hostilidades

éxito allÍ donde se encuentra ligada a una


-p..91
una Ítica

{! vdor toonÓmloo del suelo, el que tiene para un individuo, puede ser I
rf¡ffinmn Jlg9ne@-CIsi _colnt¡drto, qü6-é6ñcie-iñ6'?-lill
"éJ
CAPITULO III

Posesión y poder
F*"ñri€e¡%h_d

zl @. conau ista n e c ític|. se ouede conor ristar t rn pa Le


i-l s?f apropiárselo. La historia de las cotonias europeas, en particutáTEñüfen
i ejÍm?Af¿ fensiones territoriates y de tomas de pos'esión que no fueron
seguidas de ningún trabajo de explotación. La Antigüedad también ofrece múltiptes
ejemplos de que, en
Las teorías estratégicas anteriores descansaban sobre una sobreestimación
. ifel suelo, proveniente etla m¡sma de un desconocimiento de la naturaleza del
Estado; los generales se fijaban como objetivo puntos geolráficos, sin preocuparse
de la mayor o menor capacidad de resistencia de los ejérdtos enemigos. Según su
pla4 de campaña, el Ejército francés del Danubio, en la primavera de 1799, debía, en e1
- Hay también numerosos ejemplos del
que la actívidad civilizadora de los individuos anticipa la toma de
después de haber atravesado la Selva Negra, alanzar el alto Lech, el lsar y el lnn, posesión polftica.
luegg o0upar las vías dé acceso tirolesas. Clausewitz explica a este respecto que
la vok¡ntad de alcanzar esos objetivos descansaba sobre la idea de rechazar toda
enem¡ga;y se pregunla si ellos tenían verdadero valor, siendo elenemigo
'tan débil, que su rechazo podíaparecetun asunto tan secundario como dudoso. Sin
determinación del lugar donde golpeará el enemigo, así como de la importancia de
sus fueaas, semejantes objetivos geográficos no están sino "en relación con lo
principal, pe{o no son lo principal» (ClqusewiE , La Campaña de 1 799,1.1. pá9. 62). los dos orocesos. e¡
'$\ no suoonoa eUiáhai
caramente pagada contra la

característico gue en los Países Bajos los habitantes de los


afrontar la naturaleza, hayan sido exoneradosde impuestos y de servicio militar. Del
mismornodo,loque Heinrich Barthdesignacomocolonización "pacífica»y «guerrera»

i \i
l
1, tu
Allí donde no había punto
de apoyo para conquistar, ellos edificaban nuevos. Su dominación no cubre, por
consiguiente, ningr3n territorio; parece más bien una red con mallas variables.
Piecisamente, ese proceso de reticulación es algo imprevisible, que opera por sallqg.
.',..,'.,.--.-'d

-9tql9e
se dice
_quelte,-1i.ggtq_Elrg
.-----%
deci.qúe las
68 69

tierras. Tates fueron, por efempto, las prete*nsiones y ta posiclón dc lo¡ d0tlf, fl
de las Marcas sus servidores Argos; así, en Laconia, los no agricultords üorios estaban instaladot añlrr Ea
cadenas montañosas delTaigetos-y del Parn6n, en el preciso medio Oef i¡rifioñii
ticamñ'te débiles:lbe componen, en efecto, de una tanto, que las mejores tierras de trigo se tornaron dorias. Esta situaclón dlo
Mrentras mas oeotles sean noy esos margenes, nacim¡ento a la división entre los estados de los grandes hacendados y el campeslnado
Io y !!q§ u9!tq sera aqueila manana. Fue et caso autóttono, condenddo a arar su tierra, luego de haber sido, tamblán ella, sometlda,
y el Elba; los rcbustos Casi naturalmente, los prime?os gozaron de la pcsición preeminente de unaaristocracla
seguirán de lejos la expansión fronteriza. El crecimiento alemán, en sentido inverso, que vivfa del Estado y de la guerra, y que se alimentaba del trabajo de aquellos que
habían sometido. Es la situación que encontramos en creta y en Beocia, ba¡o ta
En
la parte, la de una aristocracia

camoe$nos. lasi
campesinos.. Es la srtuacton oue Afls
*..-_,*':-_.
¡onoraEa nada. de la deoendencia del
_
rural y el Estado. La cuestión agraria. Antes que nada. es al hecho de que
¡ry!¡e!t-o demo-gárfic-o_ cqntinúa produciéndose en e]_!¡terigr de un mismo
atribuir lo que
.,i.*
..-^§-'".-
campesrna, e
ciudades rurales. Fero con la , hubo un
El tráEáioE número creciente Oe inOiviOuo lpeso de
y entraba su movilidad; su horizonte-

Elcampe,qin s
elíücamente r.ná§.g!I!pf endedores; es i
entre esas dos poblaciones se ahonda hasta tal

o por el caballero, el clero, el

que los opone, los unos so


ej¡clavo- La coton ización?!iá , los otros en el pañido capitalista y democrltloo,
de los boers en Africa del Sur. atravesado por tendencias socialistas, como lo mostró la evoluclón axoapolonrlmlnla
rápida -y, por esa razón, doblemente instructiva- de Austrla. Puedt ooutflf, nmblln,
Es sobre esta escisíón de las ones económicas y políticas con el suelo que que en una colonia tan rica como Nueva Zelandia, que tlcnl Um p0tlf0lón
equivalente a un octavo de Alemania, la tierra llegue a faltar, Coñ
se instalan en la frontera de Estados constituidos, con la ¡ntereses de la masa cada vez más numerosa de labradore¡,

estatal, con tal de que sus pretensiones,

cllor ocupaban generalmente pos¡c¡ones dominantes y, frecuentemente, las mejores


,l
70 I
I
I
millónJ"rnedio.¡{q a«eú{ueron divididos y puestos al alcance de los agricultuores;
o que,ll6irtoti tiizo en Nueva Zelandia el gobemador Grey, elgobierno compre las
I
I
tierras vacantes para arrenciarlas proqresivamente por oeifüEñTFEllfééláilEf
v. rr¿5;
I,l
íncluso más, lo es e[ pueblo como colectividad. Oesde 1994, mantiene a los
I

Se gxpresq_alfí no sólo la lucha de las

cqntra las zonas áridas, en una

üel Atlárüico al Pacíf ico,

.a
La divisióru ya presente en Tácito, e-ntre agricultores wendes y nómades
Lr=or*ro !+*re-l
!hruÉ'-
II
sármatas, conesponde a la oposición entre paíqes de estepas enel sudeste y países
El movimiento histórico e
debosques en elnorte. Delfiismo mbdo ocune ulteriormente con la oposición entre
y et ffi¿Ífñieiiü'dé ié§'Estadbs
Europa Cen{ral, forestal, y Europa del Este, formada por estepas; hasta la
conversión de los húgaros, hásta el más.mínimo pedazo de eslepa al pie de los Alpes
e
y de los Cárpatos estdba poUado por ndmades. y, como elpaís bajo de las estepas a
del Danubio medio se sitúa entre los Cárpatos y los pre-Alpes en el este, los (¡
magiares. otrorapuebio de estepas, se encuentran incrustados entre los eslavos del
norte y los del sur. Eldesanollo d€ la potencia magiar ligada al país bajo, hizo que a
Bohemia y Moravia se volvieran hacia Al'emaniq, que les estaba enparentada por el
6uelo. Una zona depastizales roinpía-así el conjunto de tienas agrícolasy se
e
e
levantaba como una"barrera, eñ la oepiesión danubiana, entre el este y el oeste.
te

,i ,i:.1¡;-,,, .,.
if
El movimiento histórico

Desde el punto de vista Oála


políüca, no se requiere conocersino el resunñn de la parte mecánica. No

to dlrector. Porque, en un
tb Sin
repre
parece, que vercon una
Lorena misma, con su
fuerte densidaddemográfica, conoce desde 1870 un doble movimiento de emigración
a partir de Alemania y de inmigración hacia Francia. como el curso de los ríos, los
mo_vimientos mígratorios de los pueblos, con

et sur dé tolEstados uníClos provocó la partida de los amos hacia


esctavltud en el
Aniérica del Norte; p{delamente, los negros emigraron de noñe a sur, lo que hizo
aparecer, de Carolina del Sur a Texas, allí donde los negros son mayoritarios, la
inquietante coloración del black belt.

esquemática de pueblos paralizados no cg-flgspglgggJA


iÍcó_slffiññfiiá§
que han agotado hastaa los arroyos migratorios;

dícede
cuandq -Grecia cr,eaha rlueyas colonias.

las variachnes que conocen bs "Veqinos, Es preciso no dejarse


Occidentaly Cántral,
tan estrechamente imbricados los unos en los otros que se les podrfa conslderar
como temporalmente acabados. En su caso, la estructura inhibe un movimlento que
no es ya posible sino bajo la forma de una lenta penetración, como el avance dc lot
itallanos en el valle de Adege o el desplazamiento de fronteras entre alam¡nal y
74 i {-tf 75

6hfg9g en BohefDia, cuando no toma el aspecto de la emigración individual hacia sólo está limitado por las pretensiones de las
prlr!3 {á'tfliiañar. [!3 potencia de un movin]ientg,histórlcP no puedq _s?laEente en
tan
mínimas, que term¡na por tener una
t rLent,.j^re€-e#eiedensd"¡ i.rq ugqngn3de|egaclón más al|áde Ia
movilidad de los pueblos. te en la f¡e,ITEra ; otros _s_e .P[ff)§!{p4n*
,,s Peídét m uy r¡ecuen
fiUléiHs."
¡
t tféA-a-n ¡e ro sIñ i6ñ-iá*sile á to s ¡ n, cruzar las fronteras. El
Japón, desde médiados del siglo XVll
de tal encierro sobre sí mismo. Una co
y rnañfúes han aprendido a fijarse a sino en reqiones débil pobladas, en vastos espaclos
ánñTGEilsedentario; los turcomanos, sobre las riberas del Caspio, cambiaron la ín io ñ-ace cali impbsibte.
vldaenante de pastores de las estepas por aquella, todavía más incierta, de piratas.
han
¿Acaso los ancestros de los habitantes de la actual Europa, como se Supone, Los procesos de rechazo terriblemente brutales que tuvieron lugar en Amérlca
átravesado Asia central antes de llegar a su ¡mplantacién actual? Tal es la cuestión y en Australia testirnonian, por el carácter sistemático de sus tristes resultados, los
que se plantea desde el momento en que se pretende explicar esas huellas de efectos de la bulimia de territorios, ligados a los grandes establecimientos de
nOmadismo que marcan la entrada de los celtas, de los germanos y de los eslavos de muchas
gn la Histofia. Las grandes migraciones a comienzos de la Edad Media aparecen tomar el
entonces como la última manifestación de una pulsión otrora. más potente, pero
rápldamente paralizada porelcrecimiento dqmográfíco consecutivo a las costumbres
adoptadas y a la sedentarización que implica el trabajo agrícola' de masas importante,

de la guerra es siempre penetrar el

ffifro piiñffiñ"é la etnología oceánica; pero el término de la migración é, c0mo


nO da Cuenta de eSe estado de interpenetración, que constituye una suerte de en razón de la diferenciación
fermentrción. Es preferible la comparación de Junker: el desplazamienlo, el guerra no tiene
rochazo, la dispersión y la migración de los innumerables pueblos de Africa hace
pensar en un juego de ajedrez, que tendría un número infinito de casilleros, sobre los af!Q.rlBor
cueles las piezas cambiarían constantemente de lugar'

El examen ge
)

t76/
\----'/ 77

de &da pos¡bilidad de enfrentamiento, exactamente como ocurre ahora con los comoengranescala. Sucrecirñientomásallá§dlqpenínsulasehizoextrem¡dffnañI
É
ssqurmaJes. rápido y con un constante empuje rrac¡a [ód teirriürios que más se parecfan I tüiil
¿No fue, acaso, Gatia,consu clima medite¡rán9o,'privilegiada con respecto a europi
Se ha visto cómo el valor dado al suelo central o al Atlántico? ¿Acaso Provenza no siguió síe]ido la región más romana,
incluso en el apogeo de la romanización de Gatia? Hecho similar án Notica, aunque
en un grado menor: los romanos avanzaron hasta la región de Latibach (Ljubljana),
'allí
,
donde el país estaba méhos separado de ttalia, mientras que en Retia el
crecimiento del lmperio permanec¡ó muy limitado. ,Fletia sólo conoció un débil
desárrollo'de la civilízación roinana, porque los Atpes impedían que elta se
'desenvolvi'era continÜamente del sur af norte. El.ini-smo fenómeno se reprodujo en
otros lugares: incluso en la época de su mayor éxpánslón, Roma siguió siendó una
medio para una cadena de penínsulás, de islas y de países costeros esencialmente mediterráneos.

de ese fenómeno en lafrase

s de Floma.c-o¡J¡3.§us os, que eran seguldas

tgrr¡torios V se tlO
dos
. lncluso la Guerra da
lnsul@rá"iñi§iñá?ffiñ?r ;m6ñiiáá ros-liáiiáñós por
tgrfign fff,Íñ'ñi6ffia aparece enteramente natural: ltalia quiere ser, totalmente,
Secesión, formalmente llevada en torno a la cuestión de la esclavitud. tuvo como penfnsula. Una potencia marítima buscará siempre nuevos puntos de apoyo
objetivo principal la mantención de la unidad del territorio de los Estados Unldos. marítimo, como lnglaterra, ávida de islas y de puertos, en tanto que una potencia
continental, Rusia, por ejemplo, no cesará de organizar sus hordas de caballeros
nómades en ejérbitos cosacos. Guardémonos, sin embargo, de querer ver siempre
en ese fenóméno, por lo menos'cuando actúa espacialmente, un fenómeno de
«gradtacíón,, o de «atracción», lo gue, no sólo no explica nada, sino que esconde
tiémpo, pero que quedó Iatenté:ñóE que el carácter orgánico de é1. Está claro que la división de Prusia en dos partes, Este
y Oeste, provenía de_l esfuezó absolutamente apremiante de sobreponerse a los
son diferidas por tanto obstáculos íntermedios: E lnglaterra comprendió que la tendencia de Rusia a
avanzar hasta et Hindu Kush, a partir del momenlo en que había penetrado hasta el
Oxus, correspóndía a una necesidad.
reun que esta en
ffi"ñi§U¡o@tan para la liquidáción
delconflicto. Baio este aspecto sg"gqeEen.epm¡Ergf§qggg¡§-e-c^$qnjg.a"s-yJgg
guefras colonialq-s. igualmente tan poco aptas para desc¡gadg¡grlodala tueftay
:'rE"w Trfpoll, Madrld a Fez. Las- dos secagtes Krasnowodsk-Herat y Peshavar-Herat dan
caso, de una cuestión de vida o muerte, las direcciones de la ofensiva rusa y de la defensa inglesa en Asia central. Estas
e@ lfneas son tan sólldas, que si la política cotidiana puede perfectamente distraernos
de ella, su realidadcomo expresión de tendencias seculares no puede ser borrada.
La polftlca hace volver a ella siempre. Así, Austria, luego de una pausa ds ciento
sesenta años, nuevamente cruzó el Save para penetrar en Bosnia y en la VleJa
Seófa. ¿Qulán hublerapodido prever la revitalizaiión de la secular ruta comerclal
Medlterráneo-Erltrea, cuando los puertos del Mar Flojo y la ruta Venecia-AleJandrlr
78

habfansidoarruinadosporeldescubrimientodelarutamarítimahacialalndia? Ello,
sin em,bargo porque se trata de la ruta marítima más cortá.
".dúíaBroducirse,
i.

yrffi
:

Éias áinidades electivas no esján ligadas a las fronteras de un país cenado.


determinadas, buscará.reenco ntrar

no se debe ver en ese


una ley general de atracción de las grandes formaciones estatales sobre

Es por amalgamaque ciertos biólogos asímilan disociación y diferenciaclón,


,) induciéndonos al eror. La disociacíón sólo vale desde el p,unto dá vista
espaciat,

inapreciable desde el punto de vista eclesiástico,


económicamente avanzado, atrajera al (Sapto) lmperio Germánico -lo que contríbuyó
a hacerque el crecimiento naturalde nuestro país hacia el norte y el nor-oeste fuese,
Sin embargo, de la-diferenciación son aplicables a
contra teda naturaleza, tan débil-.
sociedades y a los EstáiIo3l
.=¡?.ffi-k_
i
resulta 0e la ext€nsién espaci

en elorigen es nada
80

antl0uas'io r¡aiciÁ q€s. Ciertas tribus de Af ri ca Central desplazan invarlablemente núcleos se desarrollan a partir de üñá €blárc§tula, escinden la materia otrort
ffimini-Estados a los sectores poblados de árboles favorables a las plantaciones unificada y originan dos cuerpos. Cada núcleo liende a de todo lo que
de colocasias;los Estados polinésicos nunca sesitúan en la montaña;todos quieren ele
tener un acceso al mar. Suiza frenó su propio crecimiento para permanecer como
un Estado montañoso. lncluso los Estados nómades que ocupan un espacio ya
mucho más extendido se organizan sobre bases naturales bien determinadas: se norte v elsur: -Ocuire también que, en razón de uná
multiplican, apaftándose tan poco del modelo, que se puede dar esta regla: que la op-osición frreconciliable,'un espacíó sea reservadb entre los dos pueblos, como
organización nómáde se funda sobre las grandes extensiones de pasturajes; es entre los turcos y los serbios'desde lagran revolución, espacio que fue, en este caso,
' hostil albosque y a la montaña. Las potencias marítimas siempre han prlvilegiado liberadó por la partida de los turcos.
las costas; y fue contra su voluntad que lnglaterra fue obligada a extenderse desde
la lndia sobre el continente asiático. Otro tipo de diferenciación consiste en Ia atribución de funciones puramente \ .
po¡tilc S l-r
El nivelde @lpffi ,iá§iiás*d"ecoñ-úñi-cacidn-,f o§cthtrosóo-rnsñiilñ-i
efecto, a medida que los v-;
las zonas fronterizas ocupan ellas solas más de la mitad del territorio. Se resentirán
ñus territorios estaban hechos con tanto más molestia esos apremios puramente territoriales cuanto que la
demografíase eleVaiá. La

alrededor de la cual se edifica el i


deb¡lítándoss, hasta
puras abstracciones:
hayan percibido elvalor pplític"o de una frontera natural tan importante como SU

las cubren
al han hace tíempo, todo valor en
,seha de Los
d.,.Mi.'r:¡s1

de sus y parece que sólo agenE§tté una tienen, en general,la misma concepción delvalor
de un pafs; asf tencias europeas se disputaron, en estos últimos
los continentes.
les aseguró la dominación de continentes
odo crecimiento, así comqlg§a enteros.

Si
stalará al lado del antiguo, comq-q!

ñEntralizadas entre elantiguo Estado y los nuevos. La


:to imnlica siemore..la aistoáaiión de un sistema otrtfl-
roSlstonte. Se le compaerá al proceso de crecimiento
82 83

entro.dos vecinos no rutas, puertos y fortificaciones han sido edificados, las otras situaciones de un mismo
tenitorio se encuentran ocultas; sdría ún error el ilnorarlas o menospreciarlas: ellas
-y en otro lugar- un prejuicio resurgen ineluctablemente. Por haber sobreestimado la península lbérica, durante
situación del Rhin al este, Francia podía conferirle un valor largo tiempo se olvidó que Marruecos comparte con España su situación atlántico-
fronterizo. Aleinania, por el contrario, en razón de una sítuación mucho menos mediterránea, y que Ceuta o Tánger pueden igualar a Gibraltar en cuanto aldominio
favorablé, no podíá atribuir el mismo valor a lo que constituye su arteria vital'oeste, de los estrechos. Francia, que dejó a lnglaterra cobrar importancia en Marruecos,
como tal, indivisible. ¿Acaso la línea Vístula-Narew conservó bajo la autoridad rusa nosupo,tampocoella,apreciarestehechoensujustovalor. Afindecuentas,¿¡qÍlsg-""-
el valor que le dieron otrora los prusianos? ¡Por supuesto que noll!{s§gpglqiben lo._spaíses
É4 -.**-@+_.,
y de sus ventajas naturales?

- iamá@.! en r ez l, Francia tuvo me ñd§tilñüffiffii'ii ae gntivoo, Jo,4 ü e"¡ ace- innüá§E" E-:ef. §.§[af útr$f un
ffi,,go,.Eu,qoopoflalt¡ofl[allaySltuÉruUSuultrtiln¡llll : el valor de
políticamente comiartido, que Metz, situado en la entrada de la cuenca del Sena, o
Belfort, que gobiprna el acceqo alpaís del Flódano. Para Alemania era más o menos
a la inversa. Ello recuerda la escala de valoles de los franceses durante la paz de Y, EéS
Utrecht: ceder Tournai en el p'86fffiffiffi, pero guardar Lille a todo precio. como un
Naturalmente, para Francia, Lille, entre el Lys el Escalda, era más cercano, más
y
lmportante desde el punto de vista de las comunicaciones y mejor fortificada que
cualquier otra plaza del otro lado de la "Barrera". Los valores pol
que la Historia'hádado a las plazas fuertes yoqagE§füqfim

con ellos.

s, stno

comerciales de ta lndia y de Asia Central -razón por la cual pudieron renacer luego rrnaFóñléanatural; protege mejorque todas las fortificaciones y todos los
de su destrucción- y porque nacieron en su vecindad ciudades de importancia, tales fosos, sin por ello constitu¡r un obstáculo para el comercio; las desembocaduras de
como Antioquía, Aleppo, San Juan de Acre, Trípoli y Beirut. Todas dan testimonio losrfos,cuyoflujoyreflujolleJánytaenflotaSenteras;@
de que Siria, esa franja que permite a Arabia un acceso fácil al Mediterráneo, tiene encierraun país con una barrera: esos valores no§g§.Ig§1qÉUgngs3iléJqlno§
un valor indiferente a las contingencias históricas.

Para ello,
en una

cascada, que tiene men0r


le él
la naciones que apuntaban a la dominación de los océanos), tiene un valor que los
lndependiente del interior de sus tienas, de la mayor o menor extensión de la colonia invierten panoramas, de las
del Cabo: ella no haee sino confirmarla. La delimitación del territorio cuenta aún montañas, de los glaciares, de los arroyos. Su valor, ¿puede acaso reducirse a una
menos en materia de situación. La Norica romana, el ducado medievalde Carintia
y el ducado napoteónico de llirÍa tenían practicamente la misma situación con
iesp6to a los Alpes y al mar; poco importaba que la frontera con el Tirol fuese natural
O nO. C¡Ando una situación ha hecho sus pruebas en el curso de la Historia, y cuando tan admirado, no sólo es una maravilla de la naturaleza, es también el
84

orlgen y el centro de las libertades helvéticas. Búena parte del ardiente patriotismo
d¡ loe eqlzos provlene de la naturatezade su país; oetmismo modo que cAPífsLO Vtr
los franceses
no dellenden una Franciaabstracta, sino la Francia,, país generoso,
"be[a ese yque
no§otros no sólo nos aferramos al Rhin por su valor polítíco, sino polrque nos
une a Territorio estatat y territorio naturat.
División y estructura

91.Autonomíageográficaypo\íti9á L_aautono,Tíapotf ía
Tergeste un puerto franco que se transformó en la actuatTríeste. Ese ogooráfica. Lo cual hace de ella una cuestión cay'rtEl en geogratiá]oiÍiñá. ta
[uerto, situado autonomía geográfica de un país reside en la afirmación de sus particularidades con
en un lugar tan desfavorable para un puertó, con dificiles relaciones con el interior,
tragó sumas enormes y ocasionaria todavía gastos considerables. Se podrÍa
! rgspecto al medio ambiente. Sus dimensiones constituyen uno de sus factores, pero
atribuii no elesencial.
9ges sumes a lasinfraestructuras portuarias, a las rutas trazadas en el Karst y
el
Pre.dll hacla Faz y Laibach (Ljubtiana¡, ai ferrocarrit det semmering
probablemente, a la vía férrea del predit, que bien habría que habilitar. v. ,ri A lavez islay continente, Australiaes un territorio estatal, el más autónomo que
lnáúso aii exista. Pero, al mirarlo de cerca, ese continente compacto y cerrado se descompone
ge sacarfan centenas de rnillones
de beneficios, que no traducirán nunca el valor
polftlco de Trleste en una época en la cuat Venecia, en regiones cuya naturaleza es muy diferente, sin hablar del relieve y de la
el adversario tradicional (que
Austrla sólo adqutrió en 1 797), se oponía at tmperio. en una época en ta que las hldrografía. De hecho, Australia es la parte'del mundo menos unificada. He allí una
ruias característica que pesa sobre su desarrollo económico y que planteará todavía
comerclales que convergen sobre Viena debían ser hechas ihdependíentes,
en una delicados problemas a ese país. La brusca htegración al Commonwealth correspondía
ópoca en que la capitaldel lmperío aplastó a Augsburgo, que era ñasta ese mom6nto
la cabeza del comerclo entre Alemania e ltafia, en-uná época en que un puerto al trazado aparente de ese territorio cerrado; pero la evolución ulterior del joven
sltuado tan lejos al este como TrÍestg debía necesariamente transformarse Estado revelará todo lo que Australia contiene en materia de diferencias ¡nternas y
en el hasta qué punto regiones enteras, hosüles a la civilización, serán difÍciles de
contro naturalde las comunicac¡oneécón Dalmaciaricaen puertos, pero independ¡ents
delextetlor. El eJemplo de Fiume (Rijeka), que hace competencia creciente a Trieste , dominar: la formación deljoven Estado ya lo mostró. No olvidemos tampoco que un
desde que conqurstó ta autónomk de ra mitad áer rmperío, es, quizás, aún desarrollo económico.y social bastante rapido creó allí grandes diferencias entre los
¡1unq1ia seis Estados, cuya extensión original ya variaba mucho.
mág lnstructlvo,t'se costo que conlleva Fiume, su valor en dinero, no
son nisiquiera
comparables al v
Una isla, como una montaña, es autónoma. Sin embargo, los terrltorios
demasiado pequeños, como la Kurische Nehrung, las islas del lago de Constanza,
a su último crucero una isla aluvialsobre elcurso de un río, tienen menos autonomfa, y todavfa mgnos
latlenen lasfraccionesde un conjuntogeográficocuyo azarquisoquesedesprendleran
de ella: un pedazo de Sahara, una sección de valle, una pendiente de montaña. La
polítlca puede satisfacerse de tales configuraciones, el comerclo no tardará cn
desbordar sus límites arbitrarios y tenderá a integrarlos al conjunto al cual ellof
corresponden naturalmente. Debilidad comeraal-y aislamlento eaogúlll€c,"-
oomblnados, diferirán laformación deterritorios relativamente extsndldot, rutónomot
en elverdadero sentído de la palabra. La concentración de los eeplolor polftloor
en unldades más importantes no sólo está frenada por la ausencla dt unt rad da
comunlcaciones; ésta tiene sus razones profundas en esa autosullolcnoh quf Ofdf
«pals» reivindica alquerer mantenerse como un Estado dentro dt un Etlldo, Lol
Kelnstaaten(pequeños Estados) del oeste de Alemania pudleron llcvlr unt aíttanoh
alslada porque la combinación de la agricultura, la ganaderfa y rl rrtf¡fnfd6 haoff
posible cierta autonomía económica, quizás relerzada por la prulnol¡ dt unr rub
'comercial. De allf el número de Kleinstaaten sobre el Hhln y Cl ManO,
86 87

Rg¡e q rgjgjgdice- laau-tp¡ s in (g 9 c9-1p*ryica, ci m e n to d e a nd e pe 19 g I c! a


.
i I i
ocupar un terr¡torio natural, formará con él un todo orgánico, cuya fuee a sobrepasará
potíticA,E@?ébe compone_r-s,gje regiood§ crrya-3-pl:qdueciones.satisfáfjáng+ considerablemente" la suma de las fuerzas de sus partes, tomadas individualmente.
@kr"E.desdeeSepUntodevistagUeSedebejuzgarla Estados Unidos debía alcanzar el Océano Pacífico para que se diera cuenta
repulsión de los.chinos a desarrollar sus intercambios comerciales; tiene sus raíces verdaderamente del vSlor polÍtico de su suelo.
en la autosuficiencia que confiere a China tanto su situación geográfica como su
demografía. El comercio chino puedg ser, en granparte, un comercio interno; lo será 93. La exputsión de cuerpos extraños fuera delterritorio natural. Un Estado está
sien'¡gre'más q.ue en los países con una situación unidimensionada y una demograf ía dotado de una naturaleza particular por el territorio en el cual se inscribe, y cuando
mediocre, que incítan al intercambio de los productos superfluos. No hay otro país llega a desbordarlg, ocurre como si un cuerpo extraño hubiera venido a iniertarse
sobre el planeta donde, como en China, la población pueda satisfacer todas sus sobre ese organismo: nO es raro que lo expulse. Los romanos jamás pudierOn
necesidades en gf .percado interno, sin depender del extranjero. Es en esa traspasar durante mucho tiempo el límite de las estepas; se fijaron sobre el Tiza o el
independencia que deben busóarse las causas del aislamiento y del desarrollo Eufiates. El crecimiento orgánico del lmperio encontraba allí su límite. Ya por su
autónomo del lmperio y del pueblo chinos. China permanece independiente de los forma eltipo de relaciones que maritenía Galizia con el resto del lmperio austrfaco
otros países y naciones; guardá de elto una conciencia orgullosa. La sobriedad, la mgestra hasta qué punto el proceso de anexión había sido poco natural. La
frugaiidad, la alta formación moral de una fuerte intelligentsia, viejas tradiciones, el asociación de Chile a los territorios occidentales de la actual Argentina, que
respeto por ia Historia y la volun(ad de mantener las costumbres nácionales, que pertene_Cen al dominio naturalde la pampa, por más que se explica por el proceso
animan a cada chino, caracterizan China y permiten a todo su pueblo preservarse. de su dóscubrímíento, por la organización del lmperio español y por las guerras de
"No es fáeil predegir el futuro, pero, en relación con China, cierto es que no será tan liberación, iba, sin embaigo, contra la naturaleza de las cosas. La partición de
pronto qug sd'veiá la partición de este imperio entre las potencias europeas. América del Sur en fa época de la dominación española descansaba tanto sobre un
fampoco es de'temer que venga a amenazar a nuestras economías. Para la trazado üompletamente arbjtrari+ de las fronteras, en el seno de un mundo que
organización_desu administración, laextenqión de su comercio yde los intercambios, prácticamente flo se CoñoCía (la párticién éféÓtuada por Carlos V entre Pizarro y
China es un Estado de derecho. La alta inteligencia de su pueblo, su principio ético Álmagro lo testimonia) , como sobre el azar de los descubrimientos. Esa partición
y su civilización la hacen comparable a los paises occidentales» (Von Loczy, China era tan poco natural, que provocará, en parte, las guerras de independencia. Aun
lm Welthandel(China en elcomercio mundial), Eger, 1899). Los Estados Unidos de cuando la reorganizaqión política retomará a menudo las fronteras de las antiguas
América, desde que han inte§rado a Puerto Rico, Hawai y las Filípinas, se han provincias espqñolas, elta presenta, sin embargo, un carácter más natural. La unión
transformado en un Estado autosuficiente, incluso más perfecto que China. de las provincias de Mendoza y San Juan, antiguo§ territorios chilenos de la pampa,
a Argent¡na, marca el triunfo del territorio natural sobre esos recortes artificiales.
92. La inversión de los territorios naturales por los Estados. El desarrollg de un Pará que la ásociación se forme nuevamente, el comercio entre las cordilleras
Estado es su pleno dsarrqlloen unluadro geográfico dado. El E-s1ffiG¡esarrolla debería reforzarse vigorosamente, de manera de permitir el acercamiento de los
rg u-arrrert6éñ6 s6ñi ; n e au iufu u y ov e rs rÍr cao a, arra e
territbrios atlántico y'pacífico, que disponen de recursos tan diferentes. Debería, por
configuraciones políticas ctiyersificadas ellas mismas. Sin dificultades, elta logra Cgnsiguiente, ocurrir lo que pasa hace Cincuenta años en América del Norte, gracias
toda tentativa de uniformidad. Por lo dernás, mientras su crecimiento no sea a la economíay alapolítica vigorosa de los Estados Unidos. Ello, cie¡taments, no
interrumpido, puebtos y Estados se extienden desde terñtorios naturales más es para mañana.
pequeños hacia aquellos más grandes. Agrandarse constituye siempre el ob.ietivo
hacia el cual tiende su desarrollo. Cuando el objetivo es alcanzado, ello define cada
vez un capítulo importante de la Historia. La unificación en un Estado único -la isla
prinqipal- de las cuencas fluviales y de las regiones oosteras que constituían los
territorios naturales de Estados autóctonos, concluyó bruscamente un período de la
historia de Gran Bretaña. No es sino en ese momento que la naturaleza insufar del
iavorbcer el acercamiento, los intelcambios y la mezcla de las poblaclones. El
paÍs va a expresarse plenamente. De atlí la importancia de la cesura histórica
proceso de crecimiento interno sera tanto más seguro, cuanto que habrá sido
durante la unificación de lnglaterra y de Escocia. Es de esa época que data la preparado por intercambios comerciales.
lrreprimible ascensión de Gran-Bretaña hacia una posición de potencia mundial. La
llberación tie la península ibérica, ocupada por los moros, la unifícación de ltalia, Cada vez que un Estado Se presente como una comunídad cerrada y estemos
ofrecen otros ejemplos de grandes cesuras históricas. Cadavezque un Estado logra propensos a aprehenderlo Como organismo, nunca debemos olvidar el proceSo de
88 89

unlflcacién y de fusión que le dio nacimiento: Ese proceso constituye un carácter aquel en el cual et país, sin duda cohéiáte;és\a compuesto, como Austrl¡.Huñ!iltr
esencial de todos los organismos políticos: se forma por la composición y la de un cúmulo de regiones muy diferentes por.bu origen, su n¡velOe civillzaclón-y lú
«tlculación de elementos que no cesan de entrar en nuevas relaciones. Un Estado, forma de gobierno: un país que, como Estados Unidos de América, está compuitto
por consiguiente, no sólo está compuesto de individuos y de familias, sino también de sectores más o menos jóvenes. Luego, áquel donde las divisiones proceden dc
de pequeños Estados. Y, como no existe Estado aislado, como todos existen en una necesidad de concentración estatal: el ácento está entonces puesto sobre una
relaciones de mutualidad, se engranan incesantemente nuevos procesos de administración uniforme y centralizada y una cooperación armoniosa de las partes,
unificación yde fusión. que, en su inicio, son espiritualesy económicos. La expresión orientadas a los objetivos del Estado.
geográficadelcrécim¡ento reside en elincesante aumento de los espacios económicos
' y políticos que, hoy, se extienden al planeta.
96. Como la formacién de los Estados consiste en la reunión de sus fuezas y en el
ejercicio de éstas sobre un territorio más amplio,lo que llevaa la añadiduraalespacio
Wi@W-Si elgeógrafo concede mucho menos importancia a la división
que a sij forma exterior o a la repartición de sus habitantes, no
eriginal de espacios más amplios..se distinguirán en cada Estado países más
-ffifllEtfe un Estado antiguos ypaíses más jóvenes, o bien países núcleos y países adjuntos. Se conocen
IP deberfa, sin embargo, considerar esta dív¡sión desde un punto de vista puramente los nombres de esos países núcleos: Altpeussen, Altbayern, Stammlande austríacos.
práctico, sino en relación con eldevenirdelorgianismo estataly con su vida. Son aouf La jerarquía entre territorios romanos de ciudadanía y territorios aliados, entre Roma
decisivos los factores naturales que eontribuyen a la cghesión del todo o coñstituvgn e ltalia, entre ltalia y las provincias. acusa esta distinción. La tradición persa que
@soS casos la ior¡és¡óñéi tan suelta, que et[eógr-6- hacíadePersidelacunadelarealezaessignodelmismoprincipio. Y,comoenltaliá,
estará obligado a tratar cada parte, una después de la otra. Es una de las se encontraráallíla misma facultad de revigorización y de regeneración del núcleo:
características distintivas del lmperio Británico el constituirse de pedazos dispersos ef renacimiento v¡no de Peisia. La ca(ografía política manifiesta sus dístinciones:
porelvasto mundo. La constitución de Dinamarca, hecha de elementos cont¡nentales Sudán, por ejemplo, que no tiene fronteras y donde los Estados dan la impresión de
e insulares, es tan característica, que debe'resaltarde todadescr¡pción. Lo cualvale una multitud de células dispersas. Sin embargo, incluso los Estados llamados
lgualmente para la constitución de ltal¡a, con sus elementos continentales e insulares, unificados están lejos de presentar una total uniformidad. Las divisiones arbitrarias
alpinos, apeninos y su planicie del Po. Esa otra suerte de división interna la que .i en departamentos o en provincias no logran ocultar esos vieios límites históricos. En
marca la relación de Austria f de Hungría, de Bosnia y de Hezegovina frente a Francia, el Estado más unificado de Europa, Córcega es mucho más que un simple
Austria-Hungría. de Suecia y de Noruega, de Finlandia y de Rusia, de los d¡ferentes departamento; e incluso las fronteras de la más antigua provinciade laGaliaromana,
Estados del Beich alemán. de Suiza, de los Estados Unidos de América o de otras fa Provenza (Provincial, todavía no se han borrado.
confederaciones, muy a menudo no tiene fundamento natural; pero la descripclón
polftico-geográfica se guardará de ignorar una característica interna de los Estados, Mientras el pais n.(cleo es. por su naturaleza, el más unificado y traduce con
a menudoprofundamente anclada en la Historia. Un simple Estado del Commonwealth extremEEr{rE4!?lEl-acterTsiicasoeiEaáo,los pg§g-s adiuntos son esencialmente
australiano que mantiene relaciones directas con elgobierno inglés es otra cosa que o@ói pue¿¡dn pié§éñiIrTüéñes pañ¡cuEiidfdes oe c¡ril¡zación é-rriblüso de razai
una provincia canadiense que debe pasar por elgóbierno central de Ottawa. Se ocurre, también, a menudo, que se distinguen completamente en cuanto a la
deberá incluso explicar, para las Flepúblicas Americanas, lo que es un territorio, un situación, al clima y at suelo. En,los niveles más primitivos del desarrollo, el país
diskito federal. Y, no se descuídarán tampoco los fenómenos jurídicamente núcleo debe ser naturalmente apropiado a las relaciones internas; es por ello gue su
enrevesados, como los restos Ce autonomía en las provincias vascas españolas, en articulación sobre los ríos es tan frequente. El Rhin era la gran arteria del lmperio de
los sajones de Siebenbürgen, en Croacia y en Eslovenia húngaras. En la medida en Carlomagno. Francos, austrasios y, en parte, neustrianos, formaban, sobre las dog
que estos fenómenos tienen su origen en [a naturaleza y la historia de un imperio, no orlllas del rfo, el país núcleo. La posición de la capítal, Aquisgrán, resultaba de ello,
se hace sino mencionarlos en las introducciones de las monografías que tratan de A todas las demás diferencias se agregan aquellas debidas a la antigÜedadr log
ellos. Falta entonces un desarrollo preciso, concerniente al Estado oolítico que pafses adjuntos se integraron en períodos diferentes, lo que produJo en el lnterlor dc
resultó de ello. He justamente allí una de las tareas de la-§éografía política. los Estados unagran variedad de relaciones. Cuando tos países adJuntoe provlrnln
de un mismo campo de civilización, de un mismo territorio étnlco, loa E¡lfdot
El proceso de estructuración interna, parte de un territorio, por asf decirlo. manifestarán, algunas generaciones después'de la unidad, una o¡traohl ooha¡lÓn
todavfa acribillado de vestigios políticos por liquidar, de pueblos enclavados, para entre los antiguos y nuevos territorios, como en Prusia, en ltalla, antra lü ilglonal
llegar al Estado moderno, donde el poder está uniformemente dístribuido e ¡gualado austrlacas, la Toscana, las regiones papales y oüas. Hay Estadol qua aa unlfln mlr
cl nlvelds civilización. Entre los dos se encuéntran dos grados esenciales: primero, rápldo a uno de sus vecinos, más que a otro: lnglatena se lu¡lonr oon Erooh, Prt!
90 91

no con lrla&da. -$n Estado como Rusia mantendrá sus diferentes países Adjuntos medida én que él se benéf icie de un comeicio desarrotlado
y en expanslón.
con man6'.dd¡jérro, míentras que la Antigüedad, en particular, da ejemplo de de Secesión viene a retorzar esta'idea. Et.dominio aá;ádi;il;oza Le Ourrrt
relacione§ muy f lexibles posición ¡nucho más ribre frente a ra metróporis hoy dc unr
que aqueila quá rrankiln hrbfr
reclamado en 1775 para las trece colonías -y que le tue,
97. Se observa QUe el tarnaño de /a-s áerfpe de snffia
bntonüi rechazada con
indignación por ros ingreses-. cada año trag nuevos
signos de rerajacrón dc la
laH es en el oeste de los Estados Unidos, donde los Estados jóvenes son potencia coroniar británica. Las coronias, en función
oe s, situác¡Jn geográfrca y do
lGlñá§giáñAes, ggmo en eloeste de Alemania. Las grandes potencias de Europa las comunidades de íntereses que de eilas se desprenden,
buscan unrrse máa
Central, Austria jr Prusia, provienen de las regiones más jóvenes y más extendidas sólidamente entre ellas gue con lametrópolis; erigen barreras
aduaneras contra osta
del este alemán. Luego de habe¡ crecido gracias a la absorción de esos vastos última; van aun hasta frenar la inmigración oe loi metropotitanosl'óe
arlr la poll¡ca
territorios, ellas retrocedieron hacia el oeste para realizar allí la unidad de sus de los imperial connections, ese imperialismo que se contenta
muy justamente, con
miembros desunidos. Así se formó el nuevo Beich alemán. refozar las relaciones intercoloniales, con preservar el cuadro
eitár¡or del lmperlo
frente a las tendencias a la autonornizacióri que runaan rós
áaios-inmutaoles del
Elcuadro político de un territorio no debe cegarrespectode las transformaciones espacio y de la situación.
espaciales internas que pueden producirse allí. El cuadro puede subsistir y su
contenido descomponerse;elcontertido originalr¡ente diferenciado, puede encontrar 98. En el cuadro determinado de un Estado, conviene esfoaarse por evitar
cómo igualarse y unificarse. En tal caso, dos tendencias espaciales diferentes se demasiadas desproporeiones entre las partes. De'ailí ta iJea
oáiránsierir et princtpio
Oponen o, al contrario, tienden hacia el mismo objetivo. No es la regla que imperios polftíco der equiribrio a.ras reraciones intemas. E[a
confirma er punto de vrsta
otrora fuertemente estructurados decaigan a partir de sus márgenes -como Britania práctico: es más fácit mantener qohgg¡in._de
!a
so disoc¡ó del lmperio Romano. Ocurre bastante a menudo que la forma subsiste, d..igr",o- nárJes_"ü1,r;¡Jg.-_gue_de..pa.rtes
en tianto que, desde el punto de vista deltontenido, importantes modificaciones
espaciales y otras dislocaciones llevan a modificaciones esenciales de la fueza
polftica. El trabajo de zapa, muy a menudo condenado, a término, de los pequeños . Esta polít¡ca es fácil de llevar en un país tan
elástico como tos Estados Unidos
de América, cuya constitución quiere que ras nuevas regiones
espacios contra los grandes, constituye una gran parte de la historia interna de los se transformen en
territorios, y estos en Estados, en el momento en que un ciárto nivelde población
lmperios. Elviejo lmperio Romano Germánico ofrece el ejemplo clásico de un largo sea
alcanzado. Naturalmente, en condiciones iguaies, la ,elac¡on
proceso de descomposícíón que se efectuó en un cuadro caduco, mantenido en loJlacion-espacio
será proporcíonal. Asíaparece sobre elmapa un cu?ioso que llevadesde
¡ Úregionales,
apariencia. Es caracterfstico que lberia, pafs de fuertes contrastes y con privilegios los pequeños Estados con fuerte densidad de pobiación"degradé.,
o""la áó.ir-a¡ántica a tos
país de Fueros,haya llevado con rara obstinación la lucha contra Floma. grandes Estados recientes, débilmente poblados, deloeste
En todo imperio grande, Ia vida individual de las regiones diferentemente dotadas lejano yoá las riberas del
Pacífico. Losdoce Estados más péqueños forman una priáera'línea
desde el punto de vista de la situación, del clima, del relieve, de las razas, así como del Maine a
Carolina delsur; tos Estados medios, de 94.000 a 1Bá¡00 ñ;,'qlue
del nivel de civilización de las poblaciones, se opone a toda uniformación. tienen, po,
consigujente, una superficie que se sitúa en la media de los Estad'os,
se extíenden
sobre el resto del este y del sur-este, así como sobre todo el oeste
Aquí, nuevamente, el comercio asume una tarea política; es él quien asume la
histórico. Todo
el resto se sitúa al oe.ste del Mississippi: forman parte de ella los
cohesión de los imperios sín nivelar las diferencias más profundas. En los jóvenes Estados cuya
extensión iguara aqueila de ras grandes potencias áuropeas, ,oro 7"r"",
Nuevo-
Estados Unidos de Améríca, en parücular, pero también en Austria, en Gran Bretaña, México, oregón, california y Nevada. como la densidaá aemográfica,
ra extensión
en Sueci+Noruega, ciertos lazos han podido recientemente relajarse. En efecto, en de los territorios está determinada por er rerieve y er crima. e.
la medida en que se gana en elfondo, en eldominio delespacio, se puede descuidar
ür g.Loos unidos,
se asiste, al mismo tiempo que al crecimiento de los Estados,
a su división: virginia-
la forma. occidental se disoció de ra antigua Virginia, lüyomíng se,;;ár¿ d. D"kota, que
se
divídióellamismaenDakotadelNorte'ydelSur. Lacuástióndetasiáparticionesestá
La lucha de los Estados Unidos de América del Norte por su independencia planteada, por razones políticas, muy a menudo en relación
con el Estaoo de Nueva
permiüó en primer lugar a los ingleses, descubrir a qué límites se enfrentaban la York, que muchos verían con buenos ojos estallar en razónde
su influencia como
lntegración polftica y las posesiones lejanas en elseno de un imperio. Y el edificio piuotal state {Estado pivote) y de la importancia de su
gue vlno asustltuira las trececoloniasdemostróque un podercentralverdaderamente (127.000 kmz, siete míilones de habítantes). por doquíer
capitai y á" ,,
tenitorio
lucrte puedc tolorar, sin perjuicio para su unidad, la vida más diversificada, en la
s, [uáa"n observar
tendencias a la uniformación, a una rimitación natural'de tas jrovincias,
de los
92 93

dlstritos, de los departamgntos. Ellas van tanto más lejos cuanto que las unidades
histórícas hail sído borradas, como en Francia. Exceptuado eldepartamento urbano
intemas van hacia la f ormac¡ón Oe ríiáaOes iriUependientes, cuyo creclmlan6
pronto estallar el conjunto. Cuando empiezan a¡elimitarse, r, tbseractón oulnl
ff
del Sena y el territorio de Belfort, la extensión de los departamentos oscila entre más para el geógrafo que la estructura, d6sde ese momento sobrepaatdl,
10.728 km2 (Gironda) y 3.578 kmz (Vaucluse). La extensión media es de 6.310 km¿ Corresponde a la política práctica, ayudada por la geografía y la historia, reconocof
. cincuenta y cinco departamentos cuentan.entre 700 y 5.000 km2. En ltalia, la
y ese fenómeno en la estructura interna de los imperios. La repartición de las
provincia más grande, la de Cagliari, tiene 13.430 km2, la más pequeña, Livorno, 345 confesiones en la Alemania de la Reforma era níás decisiva que las modificaciones
, km2, lo que da, en promedio, 4.200 km2. incorporadas a una foiina política eiterior ya vacilante. Pero no por ello caeremos
en el error en que incurrió Alemania en 1870, Que consistía en creer en una fácil
103. El territorio natural y ta descom4sjc.iin det Estado. Está en la naturaleza de descomposición de Francia en dos partd's, norte y sur;. tampoco en el prejuício
láscosas@eográficosfavorezcane|ascensodelEstado, inverso, que querría borrar el contraste climático y racial entre el norte y el sur de los
mientras que el Estado en descomposición utiliza los pequeños. En ambos casos, Estados Unidos, luego del fracaso de la secesión.
los desplazamientos adhieren.a puntos y líneas naturales según un movimiento de
ida o de vuelta. Un país de crecimiento importante, como los Estados Unidos de
América, no habrá cesado de crecer hasta que no haya ganado las fronteras más
naturales que se pueda imaginar. La descomposición, que vemos en acción en los
mini-Estados de Africa Central. prosigue hasta los límites de los últimos claros, y los
grandes rásgos unificadores dé"la geografía, incluso las cuencas fluviales, pierden
su fueaa política. Basta que la naturaleza favorezca esta tendencia para que un
mini-estatismo, aparentemente conforme al relieve, se abra paso en la montaña, en
tanto que, sobre las costas bien recortadas,,las pequeñas confederaciones estatales
€ncuentran en los valles y las bahías protección suficiente. Los vastos horizontes
marítimos habían unido las ciudades de comercio; la descomposición liberó de
alguna suerte sus determinaciones naturales, en particular su relación cada vez
singular con el Hinterland. Rostock ganó la delantera a Lübeck y, de manera muy
notoria. fueron los comerciantes independientes del Niemen y los establecimientos
prusianosde Kovnor quienes iniciaron este proceso. Delmismo modo que lo que se
abemeja se une2, lo que es diferente tiende a separarse. El derecho al desarrollo
separado, fuhdado sobre formas de relieve, se opone a la tende.ncia a la constitución
de vastos territorios comerciales y €statales. Un imperio se deshace, se
"desmiembrll», corno dice Droysen. Si se mantiene en sus formas antiguas, será
como un «monstruo político", según la expresión de Pufendorf, a propósito del
lmperio Germánico. Esta visión, sin embargo, testimonia úna confusión entre ¡a
forma gigantesca y artificial y el contenido, sin duda impotente tomado en totalidad,
pero que se torna autosuficiente al adaptarse, provincia por provincia, a la condiciones
naturales.

Todos estos ejemplos muestran que la imperfección de la estructura política


interna no e§tá sola al arrastiar la descomposición de los imperios; estas tendencias

I Hoy Kaunas en Unión Soviética (N.d.T. alemán-francás).


2 Aludc al juego de palabras en franeés: "Ce qui se ressemble s'assemble". (N.d.l.T.lranc6s'
oal.llano).
Piil!

ffi
s,.':.ii
s ,n$§

+ffi.

TERCERA PAHTE

El crecimiento espacfal
de los Estados
CAPÍTULO VIII :

La influencia
de las representaciones geográficas,
de las ideas religiosas y nacionales
sobre el crecimiento de los Estados

1'l 1. Exploración geográfica y consolidación política. El ensanchamiento del


horizonte geográfico pasa por el establecimiento riguroso de la extensión, de la
sltuación de la estructura de los territoríos. Ello exige el concurso de trabajos
geográficos y políticosi debe continuar mucho más allá que eldescubrimiento de los
territorios. No son sólo los descubrimientos geográficos los que cuentan en la
formación de los Estados, siño también su profundización científica por las medidas,
el cálculo, la invesügación y la representación cartográfica. El levantamiento de los
datos y su transcripción cartográfica siguen de cerca a la adquisición de nuevos
territorios. El trabajo diplomático depende estrechamente de fa caf idad de los mapas
geográficos, lo que consütuye un capítulo ¡nteresante de la historia de los tratados.
La lnsuficiencia de mapas de Europa del Sur-Este se hizo'sentir cruelmente durante
la guena de Crimea,luego durante las negociaciones del Congreso de París, sobre
el delta del Danubio (donde dos Belgrados, en vez de uno, sobre el lago Jalpuch,
causaron dificultades particulares), y otro tanto, ígualmente, durante elCongreso de
Berlfn de 1878. Es significativo que, durante este úftimo congreso, sólo los apuntes
de los oflclales rusos y austríacos, de los ingenieros auslríacos delferrocarril yde los
marlnos franceses pudieron const¡tuir una base útil. Turquía aún no habla hecho
nada para precisar el mapa de su territorio.

112, Élsabergeográficoyetnográficocomofuerzapolífiba. Quesetratedelproyecto


o de su eJecución, el crecimiento político tiene cada vez más necesidad de elementos
lntelgctuales. Es hacerle cada vez menos.iust¡cia el asimilarlo a la reunión fozada
de provlnclas nuevas con posesiones anteriores de un país. La superioridad de los
rusos sobre los lngleses en Asia Central, en la concepción así como en la acción, se
debe lndlscutlblemente a su mejor conocímiento en geografía. De allí la simpatía de
los geógrafos alemanes y franceses por una ofensiva tan productiva sobre el plano
clentfllco. El saber geográfico ha demostrado hace tiempo su eficacia política. Se
podrfa cltar un número incalculable de acciones que fracasaron a causa de un
horlzonte polftlco-geográfico deformado o imaginario, de un desconocimiento del
pafs y de los hombres, del suelo y del clima; y otros tantos ejemplos de proyectoa
polftlcos consclentemente fundados sobre la geografía.
CAPíTULO IX
fra.r"
ir,
.

.t Et crecimiento del Estado


en sus relaciones
con el medio ambiente
122. La tendencia general al ajuste espaciat de los Estados produce transferencias
de tamaño de un Estado a otro, y elto cohtinuamentb. Está en la naturaleza
de los
Estados el desarrollarse en competencia con los Estados vecinos;
!o que está en
juego consiste, la mayoría de las veces, en terrjtorios. Lq sle¡fAn qglsl¡lqyg
et
objetivo del desarrollo político, en la medida en que el fstaoo que tiene et territorio
más vasto incita a su vecino a compensar la diferencia adquiriendo él mismo
territorios. segrln el principio det "eguitibrio". El Estado más pequeño tenderá a
adqtlirir una pañe delterritorio de su vecino o a recuperarlo; no es iaro que, en ese
movimiento.de flgjo¿¡refrujo, una línea medianera venga a expresar el proceso de
compensación espacial. Las mismas pretensiones pueden ser satisfechas en otro
lugar, como cuando Prusia compensó en polonia la expansión francesa sobre et
Flhin, o cuando Austria compensó sus pérdidas de i gsg a ,fg66, por la ganancía
de
BosniaydeHeaegovina(1878). Ettaperdíaatrededorde44.a''u¡rnrymásdecinco
millones de habitantes en la península italiana, pero se agregaba si.oea km2 y un
millón y medio de habitantes en los Balcanes. prusia, así como Austria, empu¡áron
del este hacia el oeste, en tas regiones donde ta debitidad política, rigaoa á relá.i,ñ;
complicadas, permitían una extensión a menor costo. proceso quá se reencuentra
en iaevolución de los Estados más diversos: en Africa, cuando el lmperio Khama en
Bechuanalandia se achicó bajo la§presiones de los matabele en eleste, se extendió
hasta Mababe y frenó, almismo tiempo, elavance de los mismos matabele hacia el
lago Ngami; la expansión hacia el oeste compensaba las pérdidas aleste y los dos
imperios lgualaron su potencia. La evolución espacial de Francia áparece,
retrospectivamente, análoga al flujo y reflujo de este Estado entre el océano y el
Bhin, los Pirineos y los Alpes, lo que implicaba unatendencia a preservar elequilibrio
frente a todos sus vecinos. Primero, la antigua Galia y la Galia romana fueron
repelidas por las invasiones germánicas en el este; a la inversa, el reino de los
Francos fue rechazado hacia eleste por los normandos y, en razón de las conquistas
inglesas del siglo xv, de Dieppe a Bayona, lo que acarreó la anexión de teritorios
que iban de la Provenza al Bhin; hasta que, para termínar, Alemanía refozada
reocupa el Rhin y rechaza a los franceses sobre los Vosgos. ¿Francia habría acaso
sentido esta última pérdida tan cruélmente, si la consolidación territorial de sus
vecinos no hubiese tornado más improbable que otrora toda compensación con otra
frontera?

123. Etequilibrio político. Está claro QUo «Blequilibrio €urop€o» es todo menos una
invención de.los diplomáticos. Las superfícies de Austria-Hungría, de Alemania, de
100 101

Frrnoh y de España en Europa se expresan, respectivamente, por los números 1 00, Canadá, a través de los lazos Attántico-Pa0ífico, los canales con esclull sUl
80, 84, 80;aquellas de los Países Balos y de Bélgica, por 100 y 90;aquellas de los contornan el río S. Mary y que aseguran la unión entre el lago Superior y et dgO
Eatado¡ Unldos y de América del Noñe británico (con Terranova), por 100 y g6; Hurón, y, más generalmente, la explotación de las vías de comunicación sobre lot
equellas de Ontario y de Quebec, por 100 y 97. Sa reencuentran estas proporciones Grandes Lagos. Más cerca de nosotros, se puede considerar el canal Mar del Norte-
cn la Hl¡torla en las escalas y situaciones más díversas. Es elresultado de una larga Báltico, que asegura a Alemania una unión autónoma entre esos dos mares, como
avoluclón y de un equilibrio obtenido luego de numerosos conflictos. La ley del un contrapeso alSund, comunicación natural entre Suecia y Oinamarca. Con su
Cqulllbrlo 9e lmpuso en los Estados europeos del oeste y del centro mucho antes del proyecto de ensanche del canal del Mediodía, Francia busca también compensar las
rlglo XVl. Pero ss en el siglo XVI que se tomó clara conciencia de ello, en razón de posiciones inglesas sobre la ruta de Gibraltar.
les luchas de España, de Francia y de la monarquía de tos Habsburgo por la
hegemonfa en Europa. Allí está, en el fondo, la expresión espacialde una tendencia La asunción de funciones importantes de un Estado por otro va más allá de la
a la lgualaclón, cuya poderosa actividad civilizadora atraviesa el crecimiento de los igualación territorial. Puede ir hasta la exclusión, si el objetivo de la competencia es
E¡tadoe. la preeminencia política. En la mayoría de los casos, se trata del dominio de los
mares, sobre el cual descansa el poder mundial. Aun si él no necesita ocupar
Tan leJos como podamos remontarnos en la Historia, la evolución de los siempre las mismas posiciones, no puede prescindirde posiciones decisivas, lanto,
E¡tados respeta, consciente o inconscientemente, esta ley. El hecho que se haya que el proceso de compensación se torna fatalmente proceso de rechazo. Es el
clcaldo Halys como trontera lmperial entre Media y Lidia es, sin lugar a dudas, la ejemplo clásico de Cartago y de Roma. para quien la Sicilia, orientada tanto hacia el
prlmore gran tentatlva histórlca dE fundar un sistema de Estados renunciando al oeste como hacia el este del Mediterráneo, constituyó el primer objetivo. Los PaÍses
(unlvcruo», 6s declr, al lmperio único de Asia Menor. Cuando los Estados han Bajos e lnglaterra, que se desarrollaron en su conflicto con España, se apoderaron
crecldo uno al lado de otro y han podido controlar los medios de acción y sus de sus posiciones de ultramar y buscaron alcanzar dimensiones incluso refozadas
rccurSo!,la mlsma tendencla al equilibrio puede constatarse. Esta ley se verificó otrora por aquellas de Portugal. Los comienzos del lmperio Británico en cuanto
nugvamento durante la fundaclón de los recientes imperios coloniales; se acaba de potencia atlántíca e interoceánica coinciden precisamente con los orígenes del
addlf tn Alrlca a una verdadere carrera entre las potencias: lnglaterra y Alemania conflicto con España. Se tra?aba entonces de un territorio tan vasto, que Gran
t! ropartloron Nueva Gulnea en una relación de 125 a 100. lncluso los jóvenes Bretaña necesitó dos siglos para asentar su hegemonía sobre los mares, luego de
macro-Estedos de nuestro siglo so constltuyeron sobre este viejo modelo: Siberia que los Países Bajos le hubieron cedido las posiciones más importantes.
!e dcsarolló lrEnte al más grande imperlo del Viejo Mundo de la época, China,
y los
Ertadob UnEos de América provienen 6n parte del modelo de la América españof a. 126. La compensación hacia abaio. Se encuentra otra forma de compensacíón en
lnolu¡o los Estados constltuidos por pueblos menos avanzados muestran un el hecho de que una potencia necesariamente parcelada no Soporta 14 emergencia
lorprondente aire de familia desde el punto de vista del tamaño, a pesar de su en su vecindad de un Estado espacialmente unificado. iDividir pari reinar! La
tnostabllldad. No sólo hay allf una misma lncapacidad para dominar un espacio que política del Hansa, extraordinariamente parcelada, era impedir la unificación de los
ottaco obstáculos idénticos. El grupo Uganda-Unyoro-Ruanda o la serie Bornu países del norte, mantener en el norte del Báltico una situación análoEa a la suya y
(Karem)-Baghirmi-Wadaitestimonian, en elcorazónde Africa,la acción de la misma preservar así el equilibrio. Esparta aniquiló ciudades enteras y bloqueó la unificación
tendencla a la igualación. En un nivel aún inferior, se constata la unión de pequeñas de pequeñas ciudades para consolidar su poder. Francia combaüó la supremacía
trlbus contra un vecino más fuerte, cuyos ataques repetidos invitan a la fusión espacial del lmperio Alemán favorecien dola Kleinstaaterei (proliteración'de Estados
polftlca. pequeños) y siguió la misma política en ltalia: dividirpara reinar. Eldecaimiento de
lsrael era una de las eondiciones del desarrollo de Asur. La gran Rusia misma,
125. La compensación en lunción de la situación y de las venta¡as naturales. Está trabaja contra la unificación de los ducados danubianos. Es todavía una suerte de
an la naturaleza del crecimiento político el que los Estados vecinos, que quieren y nivelación por lo bajo: cuando al lado de Estados débiles, otrora poderosos, surgen
dcben tornarse semejantes, no se atengan a la compensación en extensión. La Estados débíles que quieren ser fuertes: nO es sino cuando Atenas, Esparta y Tebag
vmlnded lmplica igualmente que se distribuyan las ventajas de la situación y de los se hubieron consumido que FocÍa y Arcadia pudieron aspirar a una Pqlftlgt
ruoursos naturales, lo que conlleva una comunidad de intereses y de funciones, independiente.
lr¡n¡lormando a msnudo la competencia en voluntiad de rechazo. Ello no sólo se
produce en los espacios re§tringidos. Pensemos en la competencía a que se Elcrecimiento de un Estado puede irtan lejos que toda compgtonqh !a tgma
antragen las dos grandes potencias de América del Norte, los Estados Unidos y imposible. Los vecinos que no pueden seguir buscan dar un golpe para datCñtf crtr
r..;!r, :. ir_4i _{r

102

txtenslqpy, agrupando sus fuezas, buscan rechazar aese Estado haciafronteras


t¡les qG n'b lti sea ya posible amenazar de manera sensible su equilibrio. Así, la
Ouestlóll de la sucesión de España puede, a partir de mediados del siglo XVil,
, Constltuir el gran problema de la política europea, porque se trataba del desafío de
la formación de un nuevo Estado más grande que todos los demás. Del r¡ismo modo,
Francla napoleónicavio atodas las pot"encips europeas, todavía autónomas, trabaiar
por Su decaimiento (1812-1815). Siel lmperio colÜliat británico no ha govocado
hasta ahora et cefo furiosó de las otras'potencias, es en razón de su dispenfón sobre
el planeta. iHa§tS aquíl Visto el crecimiento gigáiñ&co ds los intereses europeos
eñ el mundo, esüü_imperio de 28.000.p0b m, sólo podrá preservarse si no obliga
''btrasipotencias
demaslado a las coüniales a roáearto y si tolera su actividád
comercial; si, por consífuuiente, no oppne una resistencia demasiado firme a los
deseos decompensdción. La tentaciórf nacionalista mgrcaría el comienzo del fin de
€sta pot€ncia inaudita.

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B:
't t CUffiTA PARTE l&

La situación

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aeuln ¡o' cAPiiuh
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.¡ /l §

f d¿' La situación en géneral

situación geográfica es
\ una constante del suelo.terrestre, que atraviesa elmovim¡ento de la flistoria. Situado
en cierto lugar de la tieira, pueblos y Estados reciben de él siempre el mismo sello,
como un río se calmay se desencadt'na siempre en el mismo lugar. La situación es
más que una invariablé histó(ica; es el depósito donde, en los probesos históricos
1
importantes, las olas se calmán despqés de la tempestad. En la medida en que un
pueblo consérva su situación f, por consiguiente, su país, se conserva a sí mismo.
Guardar su territorio y vivir al interior de sys fronteras es la primera tarea de un
pueblo. Siempre vuelve a é1.

Porsu situación, un
Recibe de ella, al
pafs que se
femisferio, cada continente, cada océano, confieren sus propiedades al
sitúa allí. Ello es verdad respecto de sus características generales qug son laraza,
la religíón, la civilización. En Africa, hay Estados negros, en lslam, Estados
islámicos, y, entre los primitivos, Estados primitivos. Es de su sltuaclón que depende
asociación de Estados vecinos.

situación media de Europa CentrEl, o de la


e interior de las fronteras e§te y oeste de Francla.

gencral drtcrmlnt lol caracteras

Estado puede cambiar de forma sln que ollo afmtt tu potlnol¡l polftloo. En el
teritorio situado entre el mar Egeo, elTauru¡ y 0l Hlndu Kulh, h Hlttolt permlte
asistira ta formación de conjuntos polftlco¡ dlfcnnt¡¡ tptrtlrd! altmanloa ldántlcos.
Que fuesen asirios, egipcios, persas, glrlo! o romlnoa' damprr ll
lltuaban sobre el
¡stmo entre el Mar Egeo y el golfo Pórsloo. Enfa Mcfopotfmla y Eglpto, lrán y Asla
Menor, siempre hubo relaciones. Pero al praollrmtnta proplo de esta sltuación el
que etta no pueda expresarse on t6rmlnor dr tanllorlo y dc ,¡o¡¡s¡¡s. ' Ello no cambia
nada al hecho de que, para cada E¡trdo, aólo hly unr dtuaolón, y que un Estado no
es pensable sin ella.

La sltuaclón partlcular ¡r ¡rorofllotl un Edado en un momento determinado.


Debe sEitescrlEcon preolrlón. Er lloll ouüdo Be trata de é3pTi-os-ffiiuEño§,
como las cludadee, la¡ monhllrt o la dolambocadura de los ríos. Se los puede
reduclr a grados de longltud o do latltud. Pero la geografía de los, Estados tiene
generalmente que vgr Con eqpacloe muCltO m᧠gxtendidos, cuya reducción a un
106 107

más bien precisar tos designabá otrora lo absurdo y la insignificancia de la Alemania de ta Dieta o de ta ltalla
ounto esltría-desprovista de toda significación. Su trabajo es
oe tongitud, los oóéanos, las montañas, los ríos en el seno de los desunida. La situación y la grandeza de esos dos páíses no lograba sobreponerse
6ráJá. d|r"t,iüo v
a su dispersión. Alemania e ltalia no eran lo que podrían haber sido en razón de sus
cua¡es un País está situado'
propiedades naturales. La utilización de la expresión
"concepto geográfico" pueds
del dar lugár a incomprensiones. Más habría valido, para Alemania, ler menos polftica
En la época dq Desmarest y de Buffon, interesaba mucho la determinación
en la época en que se hacía de ella un "ooncepto geográfico,. y, ciertamenie, más
centro de los lmperios y de los cóntinentes. Se daba como centro delViejo
Mundo,
paralelo delHemisferio Norte, habría valido para ella estar mejor dotada por la naturaleza, lo que constituye la
üñ J¡nto.ituaoo entre átdé.jmos"rto y décimooctavo
el Hemisferio Sur. Se trata ahí de verdad del concepto geográfico.
i pái" et ñuevo Mundo, un punto equivalente en
üna transterencia de la geodesia a la. que no tiene interés para la
-geografía,
geogratica. §e encuentraun resto de este "omfalismo" 132. lndependencia de ta situación. Hay situaciones que, en apariencia, tienen el
áetermlnaciOn de üñasituaóión
áh iás ant¡ouas descripciones dá los}stados Unidos, que atribuían una incomprensible mismo valor político. De hecho, son muy diferentes, siendo la una independiente, la
;i";ñ¿|ñá qri punto tan insignificánte como Fort Riley. Taldeterminación sólo otra dependiente de otra situación. Se habría podido creerque no había, en Europa,
tfáná rñ r.for simiólico. Si sehide, por ejemplo, la distancia de
Lisboa a Delhi' situación comparable a aquella de Flandes: al borde del mar, en medio de los paises
que estuvo al
Járula¿n, la ciudad Santa de los crislianos y de los musulmanes, más ricos, en el cruce de las vías comerciales del norte y del sur de Europa. Sin
menos al medio' embargo, el desarrollo autónomo de Flandes jamás conoció las mismas garantías
centro de los combates de los dos polo§ delViejo Mundo, está más o
óairi*" ;nodo que Üa Meca está más o menos al medio del mundo musulmán' que aquel de Suiza. Reposaba más sobre la situación det mundo que sobre ta suya
propia. En qué medida la sítuación de un país le confiere durablemente independencia,
que se refieren a es lo que muestra el ejemplo de las revueltas campesinas y burguesas delsiglo XIV
131. Situación natural y política. Hay una infinidad de situaciones
h reláción de los lugáies y de los territorios en los polos y en el ecuador, en los en Europa Central. Sólo dieron lugar a Estados en dos lugares: en los Alpes y alborde
üráláfot v tn to. mériOianos, en los continentes y en los océanos, en los ríos, los del mar, en la Confederación Helvética, en el Hansa y, más tarde, en Holanda. Se
iü;Jt lá. montañas, tos bosques y otros puntos, líneas o espacios naturales:
'rr'UAónu'"on
trata allí de territorios situados en elborde de zonas habitadas, abiertos a lo meno§
de un lado. Las situaciones insulares son las más independientes. Una isla puede
la naturaleza . Otra sárie de situaciones se vincula a la relación de
patabra ser totalmente independiente de su vecindad más cercana. Venecia pertenece
tig Sltuac¡Ones entre ellas. Estados, ciudades, fronteras, caminos, en una
ilqr. los hombres han edificadb, están unidos según estos dos tipos de geográficamente a la costa occidental del Adriático. Era, otrora, un mundo
ióáJ
sitiaciOn. En otros téfminos, las situaciongs políticas están ligadas a las situaciones completamente d¡ferente de la planicie del Po, como sí un océano y no una laguna
ñát,ráf.t. Ásí, decir que el tenitorio que se encuentra entre los Alpes y el Báltico se lo separaran de allí. Hasta su independencía, Venecia pertenecía al lmperio
grados de lat¡tud Norte' Bizantino y sus intereses vitales se situaban en el Adriático oriental. Jamás se le
SltrJa entre los cuaáragésimo séptimo yquincuagésimo sexto
desfasado en cinco reprochó tanto su soberbio áislamiento como a Chile, situado entre elOcéano y la
ápéctfUe rna situacióñ natural. i'ero, áecir que ese territorio está
comprendido-entre los Alpes Cordillerade los Andes, eldesierto en elnorte, elbosque en elsur. Entre los Estados
Orados de latitud norte con respecto a aquelque está
ja situación con otra' Aleman¡a ocupa de América del Sur, Chile pudo tener un desarrollo independiente, porque gozaba de
í elóc§ano ntlántico, describe relqción de una
gran del una sítuacíón de independencia. Del mismo modo que Siberia, encerrada entre el
ía prmáiá s¡tuación; Francia, la segunda: §ituación política. Si digo: la isla
se sitúa entre tos grados cincuenta y cincuenta y nueve de Océano, los hielos y un desierto, mostró una independencia de desarrollo conforme
nor.óeste de Euro¡ia
al oe§te del Báltico, ocupada por los reinos de lnglaterra y a su situación.
latltud norte, ella se sitúa
y natural. Si Atenas pudo
Oe EJro¿ii'f,ay.coincidencia entre situaciones política
pátOet t, poteicia económica y comercial, mientras Corinto supo conservar la suya' 133.Determina"tA^ y deee g lffi situación forma parte de los
ái fa piue¡a de que la situación de Corinto era naturalmente buena' Aquella de objetoúldllque trata la geograiía. El mapa es elinstrumento mayorde su descripción.
Atenas, con sus puertos y el Atica, era igualmente ventajosa; pero' le faftaba
lo Su estudio no es por ello menos necesario alpolitólogo. Una situación ss define por
ngcesar¡o: et Étmo. Su situación sólo'era buena potíticamente' üna multiplicidad de relaciones. Para simplificar, se considerará que una situación
puede definirse en relación con otras situaciones ya conocidas, zonas, continentes,
La situación natural es un concepto geográfico y puede ser asido desde
un océanos, cadenas de montañas. Alemania se sitúa en la zona tamplada del
punto de vista sstrictamente geográfico. La situación política eS un concepto a Hemisferio Norte, en Europa Central, entre el cuadragésimo séptimo y el quincuagéslmo
c-on áesprecio la expresión "concepto geográfico"' quinto grados de latitud norte, entre los Alpes, el Mar del Norte y el Báltlco. Esta
inedlas pOlftico. Se utiliza
natural su pleno valor polftico' Así se situación puede compararse a aquella de Francia, quo se encuentra.tamblón entre
.OUanCA un Estado no sabe dar a Su siiuación
108 109

alborde del volcanes y de los temblores de tierra codeiáünina et destino de un país, en qua l¡¡
lor Alpes y el M4r del Norte. Se distingue de ella porque Francia se sitúa
óó¿áho Áffantiio y está desfasada en cinco grados hacia el sur. fuentes de toda suerte tienen una influenciaiobre el desarrolto dó un pueblo, lll
relaciones subterráneas también deben serestudiadas. Se tiene elderecho de exlglr
clasificados que, allídonde se habla de posición mundial, se trate de las relaciones con las rutás
Los datos relativos a la situación geográfica de un país deben ser
de los espacios de los óuales ellas dependen' Así, en botánica, del comercio mundial. La posición mundial de Creta no sólo puede caracterizarse
segúnlá di;ensión
a la familia de las por su situación en el ángulo de tres continentes. La palabra no puede s¡no aplicarse
áá-Oaa qrt la Rosa Caninaperlenece al tipo de las fanerógamas,
que Alemania pertenece al país al Mar Mediterráneo. Panamá, singapur, he allíposiciones mundiales.
ña¿gEü á gén.ro rosa. Det mismo modo, se dirá "suez,
y, más
del Hemisferio Norte (o del Viejo Mundo), a la zona templada, a.Europa
piectsamente,aEuropaCentral. Sepodríanseñalarotraspertenencias:alospaíses 135. Relaciones entre situación y espacio. El tamaño o, más precisamente, la
áriop.or que bordean los Alpes, o a aquellos que bordean el Báltico y el Mar del superficie, const¡tuye un factor esencial de la situación geográfica. Lo que modifica
y precisa su imagen'
ruortá. Cada rasgo atribuye al país un conjunto de propiedades el tamaño desplaza naturalmente la situación. En la medida en que la situación es
POr ello es importante órdenarlos desde lo más abstracto a
lo más concreto, extendida', se lapuede expresarpornúmeros:Alemaniatiene una costade 2.440km,
Se inscriben pero ello sólo explica muy parcialmente la situación del país con respecto al mar.
COnSlderando sólo lo esencial. Hemisferio, zona, continente, océano,
evldentemente en una serie lógica. Aquella de Francia, entre el Mardel Norte, el Mediterráneo, los Pirineos y los Alpes,
se traduce ígualmente poco en cifras. Porque esos hechos geográficos mayores son
gn toda clasificación conviene como la osamenta sobre la cualdescansa el cuerpo de los Estados; su importancia
134, La comparación de situaciones emparentaaas'
cómparar loi Estados según su situación geográfica. La situación de Europa y de puede variar, síempre que esa armádura no sufra nidisminución ni amputación. En
para
América del Norte en la iona templada norte proporciona una base natural las situaciones extremadamente neurálgicas, el espacío pierde su importancia hasta
cómtáárfas. Considerando las dos situaciones, se observa que ellas no se reducen no tener ninguna: la situación mundial, como aquella de Adén o de Singapur, sólo es
los mismos paralelos, sino que la evolución de su suelo concuerda' posible en pequeña escala, pero los efectos de esos espacios restringidos cubren
a Su inclusión en
lue su clima, su fauna y su flora son comparables. No solamente los fenómenos son una extensión considerable. Es así como la ocupación de una situación costera
cOmparabtes, sino también su historia. Su suelo dio nacimiento
a homologfas implica la dominación del interior de las tierras,l o que un país con dominante
ecoáómicas y políticas, cuya fueza, condicionada por la naturaleza, se expresa en continental puede tornarse marítimo, siposee una posición marítima, incluso mala,
y
párti.rt"r en'tá. repetición la duración de su acción. Alemania e ltalia se han como el ángulo de Aigúes-Mortes, bajo Luis Xl. La situación recibe así una plusvalfa
potenciasdelmedio, alnorte y alsurde Europa' ElSacro que no contenía en sí-misma. El Mediterráneo no sólo cuenta por su reserva de tres
IünóóniraOo siámpre como
como la de millones de kilómetros cuadrados, sino por la proyección de las influencias que se
irl.iio'norano Germánico explotó la situación centrat de Atemania, así puede incluso viertén allí. El se impone mucho más por su situación que por su tamaño. El tamaño
itáiia. nmOos países actuaron particularmente el uno sobre el otro' Se
las mismas tareas, las no obtiene su valor sino de la superfice de las aguas, la situación de la configuración.
,ár cOro dos'potencias a las cuales su situación asignaba
sát¡jrc¡eron diferentemente. Los Caballeros Teutón.icos tomaron el lugar de Poco importan las distancias; prueba de ello, los tres continentes que rodean el
subió cuando la orden de los Mediterráneo. Es una tesís principal de la geografía política o aplicada. La situación
Brandeburgo y la potencia de los Hohenzollern
provenir de una ley pondera ta sobreeslimacíón como ta subestimación det tamaño de los espacios. Con
óaOáfeior feütOnióos dectinó. Su fusión utterior nos parece
geografía política práctica, esas analogías de situaciones se dan a el fin de paliar la insuficiencia de la reducción acostumbrada del Estado a su
natural. Para la
v€ces como comuniáades de intereses, o como final¡dades concurrentes. superficie y a su población, se debe, por consiguiente, hacer intervenir el estudio del
mapa. No para agregar nuevos datos sobre un país, sino para establecer entre ellas
una correlación viviente. El espacío político tiene algo de abstracto. La situaclón
se dice muy a menudo "posición mundial,, (weltstetlung) por "situación»'
es reviste, por el contrario, un carácter preciso, orgánico. Es por ello que esos dog
lmnos óonceptojestán muy próximos, pero deben ser distinguidos. La situación
parámetros de la geografía política están índisociablemente ligados el uno al otro.
to primero y mhs simple; la pósición mundial agrega allí el conjunto de las condiciones
un pueblo en
naturales y ae tas propieOádes que definen el tugar de un Estado o de
posición y la situación de un De la ley de crecimiento de los Esta4os, se desprende necesarlamento qua l¡a
sl mundo. En ese sentido, posiiión mundialdesigna la
a su lugar sóbre el globo tenestre como por la ventajas de la situación son reconocídas más temprana y más láollmrntr qur
fafs soOre la tierra, tanto eh cuanto sus fronteras' su aquellasdelasuperficie. Resultandeellolosfenómenos,grávidosdeoonrouanOll¡,
IáainO"O de sus tierras y sus mares, su forma, Sus costas,
ta medida en que las de la diferenciación según la situación y de la selección de laa vcntaJft googflrlott,
áóñifgrá.iOn y su irrigááión, su clima, su flora y su fauna. En
de los hombres, en que la potencia de los De alll, asimi*cmo, elhechode que la únicaventajageográllcadampraarplotrdf pof
,lqrei"j natuiates págán ei esfuezo
111
' 'i 110
'¡¡' '¡'" adorninaretespacio, losperíodos másantiguosdó lahistoria hantenidoporteatro
u lnc trctadoq min la situación'-"'Tod9
'trac la periferia. Pese a sus progreso§ polítióos, lahlemania continental del siglo lX al Xll
ffi"il,:l#,:í¿$lJ,fi'},li..[*iinüts*t'::,:,Tñ?,'"ft estaba en retraso respecto de los países del sur-oeste y del nor-oeste, bañados por
dórica por la las aguas. Cuando Estados jóvenes pueden adjüdicarse ventajas sobre un suelo
Megara retiene los pueáos. de la penínsu1a
h altutclón, La p.qu.ñ" o castilla deciden del políticamente virEen,, se instalan en sus ríberas tan ampliamente como les sea
gannola,p.qr.ááJ piovincia-s co*o Hoi"nJá erandeburgo proteitor entrefiar y posible. Los tres Estados de América del Norte tienen costas sobre el Atlántico y '
en un ángulo
dr¡tlno de grandes É.trdor, cartago, atrapada Mediterráneo' Tantos sobre el Pacífico. En América Central, es evidente que cada Estado ocupa una ribera
su potenciaén
deslerto, desarrolla, sin que se ta consideÉ, y Colombia manifiesta claramente, al extenderse a lo largo de la bahía de Davis, una
sobre el espacio' que ella termina
hechos demuestran la supremacía de situac¡on
la
durante todo el tiempo en queJos [endencla g la eXpansión pordesbordamiento en el Pacífico. En América delsur, fue
pOr absorber. Ese encadenamiento .. ,"niii.tt" deliberadamenteque,desdeelorigen, seaislódelmaralParaguay,yfuenecesaria
Estados crecen o, cuando ellos invÓlucionan' una guerra desafortunada para alejar a Bolivia del Pacífico. Ocurre que en períodos
remotes de.la Historia la situación periférica del núcleo estatal no aparezca tan
Silapoblacióndependedelespacioocupado,lainfluenciapolít¡cadependede poderosa nítidamente, como,'por ejemplo, la elección dé Marienburg como centro político por
tas dos' Gran Bretaña es hoy
la sltuación. Unáór"n h"ción requiere de eliz de ciertas otras' la Orden de los Caballeros Teutónicos, que está'situada a igual distancia de Thorn
y por la situación
por la superficie dJatgunas de sus posesiones
f

mitad sur de América del y del Báltico; ello respondía al cuidado de asegurar las comunicaciones, tanto con
O" ló, f sta¿os Ú,i¡Oos, en la
Hay situacion., proporcionalmente Álemanía como con elmar. La más grande propoñión de territorio se encuentra en
"á.ááqr.tta
Norte,que como¡nán lasiosventajas. Rusá,
poretcontrario, tiene,
sur el interiorde los continentes; todos los grandes Estados modernos son continentales,
a su tamañ0, sotá focas situaciones
v:,nia¡álas, ya que está limitada al oeste, al
porque han añadido vastos espacios interiores a sus antiguos dominios periféricos;
Y alnorte Por
mares cerrados' y así se han consolidado sobre el continente
medíana y tan
eí su situación peninsular,
El Norte de Holanda condensa todoslos hechos 150. ta situación media. Los países delcentro son tan poderosos en posición dó
erEscalday elEms,
favorable,de aáá.eroooduradelnrrin entre geografía neerlandesa, tanto' fuetza, como neurálgicos en posición de debilidad;ellos incitan a sus vecinos a la
de la
característicos, ñlstóricamente tan importantes Toda Holanda se agresión o a la resi3teincia. Amenazantes o amenazados, grandes pueblos y
ótras.
que esta provincia es como ,n ,..ur.n Já too"t
tas
potencias histórÍcas se han engrandecido en esta situación. La intensidad de las
r€conoceenro."oitornásJáesaregion a"z,zzokm2,esoes,unvigésimodelreino'
de Brandeburgo' regeneraciones se encuentra allí tanto más acrecentada, cuanto que las tendencias
O, Cariiii",
En el caso s¡tuáciOn central, como en aquel
"ániu naiurales de Alemania del Nor-Este'
el más diversas vienen a conjugarse en el centro. Las vías de comunicación, al
sltuado en ta oesámoocadura de rr. ."lioá. secundarlo' Es por su converger en esa regíón, les confisren un beneficio anexo, al verter allÍ sus
espacio ..0. a ta situác¡ón; no hace sino
g;ái'..p".io. Pero, cuando se observa la producios. Porotraparte, lasituación media constituye unaprotección, en lamedida
"ñirp;ñá
eltuación que ellos pudieron crecer,
en que elterritorio se encuentre a igualdistancia de las amenazas exteriores. Se
sltuación de ciudades, de istas o de
pas* ói..rin.nlet, :: e-stá frente a situaciones'
enteramente debe recordar cómo las regiones-núcleos de ltalia estaban aseguradas en el imperio
que supr¡me. p"rtá etvalordet.:p;ü su importancla se contiene
Adén, sirigapur' Hong Kong' romano, rodeadas por las provincias exteriores; durante todo el período en que reinó
en la situacion:'es-ei caso en cioráiiái
"n r,¡"ita,
s¡tuacion reemplazan hasta cierto punto un solo emperadqr, ninguna guerra emprendida por el imperio turbó su desarrollo.
Hellgolandia, Key west. Las ventaias ailá La situación media implica también relaciones diversas y necesarias con otros
aquellas delesPacio' países. En el interior de un territorío nacional o estatal, a medida que se aleja uno
del centro, la influencia del exterior se acrecienta. Las razas puras, las culturas
l4T.Lasventajasdetasituaciónperiféria,Ellaessiemprepreferibleencomparación verdaderamente originales, ocupan el centro. Los indígenas del sistema kassai en
conlasituacióninterior,porquepermitecomunicacionesmásfáciles.Vent{asque
trnc¡on de la ley que determina
pueblos. En Africa, al igual que los esquimales del centro del Artico, así lo testimonian. Los
demuestra la extensión presente de los encontramos factores históricos y nacionales de la estatización acusan una pureza más grande
los lugare'g"ogiffrc"entefavorables'
eue elpueblodominante ocupe los indios de América en el centro, y son attí más durables. La situación media, cargadade consecuencias
cottát,
aislados en et interior o"lá.ii.rr".,ásrai¡r
á!-ras
" políticas, de los magiares en Hungría y de los checos en Bohemia, la posición de-la
a ros;botrsetát
Norte y del Sur, alos
del Nofte aoorlgenes ae nuttt'tii.q rv§ rrv'Y!rrY'--
at ,,rusuat¡q' '
lt:y:::t:':y,*T¡';?Itt; Aet Marca de Brandebuigo en Prusia, Lonfirman ese hecho. Y cada vez que la evolución
Los Estados- pá¡r¿iitot so1 únicos en go-zar inmediaitaménte
del Cabo. l9s esoq histórica ha favorecido la situación marginal, como en Washington, Flío de Janeiro'
comercto marftlmo. O" .iiir, **ce fácilmenüiáconóciute en la historiade
,ia nara
para ll€Q8G Buenos Aires o San Petersburgo, la tendencia a reencontrar una sítuación medía
tiene en cuentaeltiempo que es necesario
;il:t]i'ffi|pii'qiü,;,re
112

-..', e\
?.

convertlrgo €n elcentro futuro de los Estados Unidos. En revancha, la posfción media


debe acomodarse a inconvenientes estratégicos. Ella está a menudo privada cte
lronteras naturales y se encuentra marcada por un carácter de imprecisión, de
movlmlento... Los Estados situados alcentro, que se analizan, como Alemania, más
polftlca que geográfícamente, o incluso Austda, deben en muchos casos renunciar
alaexpanslónenunadirección,porquenoestáncubiertosporelotrolado. Lapolítíca
auotrfaca en la cuestión de Oriente tiene ese carácter timorato. pero típico en Europa
Centrah cada movimiento de avance se acompaña allí de una amen¿va rusa,
lrancesa o prusíana sobre los llancos o aun sobre la retaguardia. ¡Qué contraste con
la penetración de los rusos, líbre de toda prevención, porque está segura de su
rotaguardial Agredido portodos toscostados, sólo un'Estado sólidamente organizado,
muy consciente de su individualidad, sólo un pueblo laborioso, resistente, prudente
y rápldo en sus movimientos, es capaz de mantenerse. He allí por qué esa situación
otorga temple a los pueblos que son perfectibles, en tanto que los pueblos débiles
gucumben asus exigencias. Alemania no vale si no:es fuerte. Bornou, ese Estado
del Sudán Central, situado de la misma rnanera, tiene deberes idénticos... Una OUINTA'PAHTE
Alemanla poderosasacaventaiajustamentede su alejamiento delMediterráneo, de
,.:
la penfnsula balcánica, del Océano Atlántico, det Asia Central; débil, se vió
lmpllcada.contrasu voluntad, en conflagracíones de origen extremadamente lejano, El espacio
que tqrminan, por lo general, liquidándose sobfe el suelo alemán.
¡'
C-APiiULO XII
ffits;,*.0 f,*.r
i ;,. i l¡
Los espacios políticos
t

' 169. Las polencias mundiales. La extensión debe adquirir para


?_-

cad? éqocá de |a Hisb4ubo un riempiE@E6iñffi§Ee nmé¡cádellidite


temfan hásta efnombre de algunos miles de indios iroqueses entre el Potomac y el
San Lorénzo: estós úftimos elan para ellos ung potencia mundial. Las exigenClas
espaciales se haá elevado cbn las dimensiones del múndo conocido. Cuando las
obras modernas nos hablan de la potencia mundialde Roma, del imperio mundialde
Darfo, de la posición mundialdel lmperio alemán de la Edad Medía y de varios otros
fenómenosplanetarios, esas son, siémpre, expre§iones relativas, que no se justifican
sino en el horizonte estrecho de los períodos a que se refieren. En nuestra época,
considerando la extensíón que tienen las verdaderas potencias mundiales, aquéllas

distríbución plantearia de los intereses ño caracteriza aún una posición mundial,


porque Estados de importancia reducida, como Bétgiba o Suiza, tienen una red
comercialqu6 se extiende por el globo. Y aun una masa continental como Rusia no
llegaráalestado de potenciamundial, sino acondición de extenderse másvastamente
hacia el PacÍfico y ganar una posición correspondiente sobre elAtlántico. Pues sólo
los océanos pueden darle acceso á las tierras de los hemisferios oeste y sur. Es por
eso que Rusia habrá dado el paso decisivo, que le dará una posicíón realmente
mundial, cuando se haya procurado un acceso al Océano lndico y haya obtenldo
sobre elAtlántico unadesembocaduratan directácomo aquellaque yaposee sobre
elPacífico.

171. Reacción de las relaciones espaciales extra-europeas sobre aquellas de


Europa. Es preciso extraer las consecuencias de ese inevitable fenómeno de
rdacción sobre la historia de Europa. El conciérne a todo cuanto está inacabado, en
particular a los países cuyo tamaño no tiene a§iento natural. Con razón Europa
siente amenazado su porvenir por elpoteñcial más grande de otros continentes. Ella
ha pagado la ventaja de una situación concentrada en la zona templada, la más
favorable a la civilización, con el lnconveniente de un espacio restfngldo. Podrfa
hablarse, a este rospecto, de un mal pan-europeo. Bastá representarse la slmpllcldad
y la amplitud da los trazados que han presldldo la dellmltaclón de loe Estados

§*,*r.:.:.tt';---,.
cAPlTUr-O Xilt
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176. La escueta de!espacio. Aprender el espacio es un asunto de largo aliento. Cada


pueblo debe aprender a pasar de una cbncepción réstringida a una concepción más
ampliadel espacio, yarenovarSÍempreel procesb,ácausadelas regresionesque
no cesan de producirse. Pero el aprendizaje del espacio se facilÍta por el hecho de
queun Estado que se agranda parecerá siempre más grande que un Estado de las
. mlsmas dimensiones, pero en vías de estancarse, porque el embrión de una
grandeza'por venir forma ya parte, a los ojos de los contemporáneos, de una
configuración asible en la modernidad.
'l
Los pueblos modernos están más y más conscientes de las relaciones
sociales. En general, elespacio es hoy, más que nunca antes, objeto de atención y
de estudios, a causa del crecimiento de los territorios de Asia y de América. Los
grandes espacios se inscriben más y más en una tendencia general deldesarrollo
común a los pueblos y a los Estados, tendenc¡a que se descubrirá en eldesignio de
los movimientos más diversos.

Hoy, todo hombre de Estado europeo debería ir a buscar en Asia o en América


cierto sentido del espacio, que le enseñaría F reconocer la estrechez de las
dimensiones europeas y el peligro llgado a un desconocimiento de las grandes
. concepcíones extra-europeas del espacio. Es iinportant€ saber en Europa cómo se
perciben las dimensiones de nuestro continente, con el horizonte de la mirada
.espacial propia de América o de Asia. Una mirada asiática sobre la barahúnda de
Estados europeos demostrará la temeridad de ciertos proyectos. lnversamente, si
sepresenta, siempre alos alemanescontemporáneos,laexpansión desusancestros
en los países situados al este del Eha como elgran hecho espacial de su historia -
lo cual es preciso no confundir con la historia del lmperio Alemán-, ¿no debe
parecerles la expansíón de los anglo-sajones en América del Norte y en Australia una
hazaña increhle, .inim¡tablemente desmesurada?

5 . Uo. criterios del tenitorio cambian perpetuamente y deben adaptarse, de


?perÍodo en período, a relaciones de espacto más vastas. Es a la geografía política
que, por naturaleza, debe asignarse esa tarea, porque ella estudia la repartición
l"' política de los espacios en cada período de la Historia y se aboca más particularmente
a la época presente. La Historia como ciencia, con la mirada hacia atrás que la
caracteriza, por elconlrario, fácilmente pierde el c¡iterio espacial, que es la realidad
del presente y clel tuturo inmediato.
120 't21
' La.guerr{¡ escUela det espacio. Pese a todo cuanto la expansión de las fuerte en ras masas que en ros lefes;caso espáñor.3) Masas y jefes
comunicaciones ha aportado al engrandecimiento de los espacios comerciales, la armados para ta tarea que determina etdominio espaciat; .áro
lgudñl*
están
guerrasigue siendo unagran escuelaparaquien quieradesee adquirireldominio det Rusia está animada por un espíritu de expansión anárogo'ar tl óiiñ
angtó-cefti.
'espáoio. Guando los grandes jefes alcanzan los más grandes éxitos mediante *gb-Art", psro
tn tlll
ese espíritu aparece menos ligado a una voluntad aá autonámá;
su energfa rt
movimientos imprevistos, es preciso'no ver en ellos una simple proeza de orden manifiesta mejor en ra resistencia a ra prueba que
en ra rapidez oei máv-im¡ento, y nos
lÍsico, o bien el heroísrno que consiste en esgrimir un arma, susceptible de volverse interesa singularmente en la medida en que se reveta ailr una
oisfásición mayor a
contra sí misma en el momento preciso en que se marcha contra el enemigo. la expansión continentalque a la expansión oceánica.
. Piénsese en la audacia de Aníbal, que marcha desde la nueva Cartago hasta el Po;
. recuérdese que, durante la Guerra de Crimea, run mismo espacio, inmenso y no

, dominado por los agresores, jugó de manera decisiva contra Rusia, en tanto que
antes, en 1812, le había permitido vencer: recuérdese que las tribus alemanas no
supieron explotar el espacio que era su)/o en la lucha contra los romanos; ensgas<
partes, es el factor ouramente esoiritual de una conceoción suoerior del esoacio-'lo .7
qug¡g;ffiireIg¡tcia.A menudo, esa adquisición se pierde; eñ él caso de Alejandro !
ó3e César, se ha conservado para la posteridad, cuyos horizontes ha agrandado. '
La Historia muestra perpetuamente que todo espacio más vasto plantea problemas
más importantes para la guerra, y que el vencedor es aquel que los ha resuelto. Se
tratade un combate por el espacio, por medio delcualse agranda la concepción del
espac¡o. (...)
I
178. Diferentes categorías y grados de dominio espaciat. Es muy instructivo
comparar el movimiento de los germanos en América del Norte con aquel de las
grandes potencias coloniales, España y Francia, a las cuales ellos reemplazaron allí
casi en todas partes
.: España envió un número bastante granda de colonos, que se desplegaron
rápídamente hasta California y el Río de la Plata; pero la organización política que
España dio a esos países no correspondió jamás a las necesidades de esos pueblos
Jóvenes, que vivían en condiciones diferentes en cada caso. Se ve comúnmente en
la tendencia española a la federación, que se manifestó brutalmente en ese siglo,
una reacción necesaria al absurdo territorial de un imperio que se extendía sobre una
centenade paralelos, y dividido en tres vírreinatos: Perú, México y Nueva Granada,
que ni siquiera estaban en relación antes del siglo XVlll.

A la inversa, Francia mostró un sentido profundo de organización de una


potencia verdaderamente continental en las condiciones geográficas dadas;pero le
faltaron colonos para realizar completamente el bello proyecto de una reuníón de las
cuencas del San Lorenzo y del Mississippi, gracias al mar interior constituido por los
clnco grahdes lagos.

Reconocemos, entonces, tres clases de colonizacidn, que se repiten por todas


partosen la,Historia:1) La capacidad de dominio espacial está presente en los jefes,
pero falta en las masas; caso francés. 2) La capacidad de dominío espacial es más
CAPíTULO XVII

N,aturaleza y evolpción
de las fronteras políticas
239. Propiedad generat de las frónteras. La frontera geográfica. La frontera entre el
mar y el coritinente es la costa; la frontera entre la tierra y el río es la ribera; la f rontera
entre la montaña y Ia planicie es la ruptura de pendiénté entre una declinacíón fuerte
y una débil. Una masa granítíca y una capa de esquisto están separadas por una
cinta de cuarzo; del mismo modo, la frontera entre dos Estados que constituían Én
su origen un conjunto, es la cicatriz que corresponde'a una ruptura histórica. un
bosque y una planicie herbosa entran tan bruscamente en contiacto, que la obscura
masa de la una se levanta como una muralla sobre el fondo verde claro de la
superficie de Ia otra. Es una verdadera muralfa láque determina la frontera entre la
ciudad y el país plano.

Fuera de esas fronteras visibles, hay muchas otras que son impalpables. Si
vamos de Bolzano a Trento, no distinguimos la frontera entre las poblaciones
alemanas e italianas; se puede caminar durante días en el Algan y pasar en muchos
lugares la frontera germano-austríaca, sin acfuertirlo. Sin embargo, tenemos quizás
la sensación de ver, en uno de los dos países, más caras extranjeras, una manera
extranjera en el corte de las ropas comunes o distinguidas, inscripciones extranjeras.
He allí signos de que la frontera está cerca; sin embargo, no vemos línea, sólo esos
fenómenos dispares.

Si quisíéramos llevar a un mapa esa frontera, tal como la experimentarnos,


dibujaríamos una banda más o menos ancha y vaga, que representaría un dominio
fronterizo. En efecto, tampoco vemos, en la naturaleza, la línea de costa, la ribera,
la línea de ruptura de pendiente al pie de la montaña, tal como está representada
sobre el mapa: la lÍnea fronteriza es sólo una abstracción del hecho de que allí donde
un conjunto toca al otro, sufre modificaciones que diferencian su periferia de su
interior.

¿Acaso se consideraría el desplazamiento de la frontera rusa en Asia Central


como elsimple movimiento de una línea? Es más bien laformación de unazona rica
en actividades, fértilen inestabilidad, rica en conflictos, extremadamente product¡va
en lugares siempre nuevos, un borde de crecimiento que progresa lentamente. Con
la frontera pofítica, los movimientos de poblacíón son provisoriamente detenidos por
el medio artificial de los tratados; resulta de ello una analogía entre esta frontera y
las fronteras étnicas, pero también una diferencia que descansa esencialmente en
eltrazado más nítido y en la mayor longevidad de la frontera artificial. Si el mapa de
las poblacíones es una ¡nstiantánea del tejido en su crecimiento viviente, el mapa
124

polÍtlco rspresenta un corte a través de un tejido, cuyas paredes hubieran sido


artlflclalmente estiradas.
CAPITULO XVIII

Llnea fronteilza y borde fronterlzo


Las fronteras naturales
El borde fronterizo es la r,:alidad, la línea fronteriza no es sino la abstracción
de é1. Se puede medir la una, ie la puede gra§ar en su memoria y medirla; la otra
pormanece, por naturaleza, inrjelerminada. Es cierto que toda tentativa de seguir
una frontera étnica o estatal h,Jita su origen hisiórico nos llevará necesariamente a
253. Las fronteras naturales en cuanto barreras naturales. Las barreras naturales
determinan las fronteras naturales. lncluso en una Europa desierta, los Alpes
la verdadera frontera; allí donrlr: eso es posible, el resultado será siempre ídéntico:
cont¡nuarían separando el surdel centro; el trazado de una frontera sobre las crestas
una franja más o menos anch;.¡ entre pueblos y Estados. En estados inferiores de
alpinas no significa, pues, nada más que la utilización política de una diferenciación
la Evolución política, el bordr: fronterizo rodea todavía hoy, en forma tangible y
natural. La vida de los pueblos ha debido hacer un alto en el cabo Nord o, mejor aún,
medlbla,dertos Estados afric;lnos y asiáticos. "

en el limite septentrional de la península de Talmyr, bastante antes de que Noruega


y Rusiadetengan allí sus fronteras. Esas mismas propiedades delsr¡elo naturalmente
Por otra parte, siqueremos'comprender bieñ las líneas fronterizas de la política
han frenado las grandes migraciones y limitado elcrecimiento estatal. Hay razones,
actual, debemos acudir al coniunto de las fronteras lingüística, racial, cultural,
pues, para decir que en la frontera natural es la noción de territorio natural la que se
rellgiosa y ecónómica; al mi:;mo tiempo, el recorte del tiazo se desdibuja en la
aplica a la geografía política, en el sentido biogeográfico más amplio y en todas sus
representación de una banda compleja. En todo trazado de frontera, hay algo de
manifestaciones. Está claro que los pueblos encuentran una frontera infranqueable
slmbólico, de aparente.
en los límites de las regiones habítables, íncluso si sus pretensiones pueden ír más
allá. Las fronteras del ecumene, aquellas de laüerra con el mar, de la civilización con
eldesierto, son otras tantas fronteras políticas. Su confirmación política es suporflua.
El trazado de fronteras en la alta montaña, sobre la línea de las cumbres o sobre la
línea de partición de las aguas, atlí donde la densidad de población es muy débil y
la vida escasa, es un fenómeno del mismo orden. Otro tanto ocurre con las fronteras
que adhieren a una cesura biogeográfíca, aquellas de una zona lacustre, de un
pantano, de un bosque o un río. Todas esas fronteras tienen por fundamento las
condiciones biogeográficas de la vida. Las franjas abandonadas o dejadas salvajes
que delimitan el territorio de los pueblos prímitivos, llevan la huella de eso. En la
mayor parte de esos casos, la naturaleza ofrece zonas fronterizas. Un desierto, sin
embargo, no ofrece una frontera tan firme como el mar. Tal es la lección norafricana
desde la época cartaginesa. En tanto que el mar es inhabitable, el desierto no
excluye totalmente la vida. Para mayor segurídad es preciso, pues, trazar la frontera
en la mitad del desierto o, si es posible, empujarla hasta su lÍmite, para hacer de él
una zona fronteriza. En ciertos lugares, la naturaleza misma ha trazado una suerte
de líneas que pueden ser consideradas, desde un principio, como fronteras. Es el
caso de los ríos, de las líneas de cumbres, de las pendientes montañosas, del llndero
de los bosques. La costumbre internacional las utiliza cuando no ha habldo un
tratado previo.

Sín embargo, la mayor parte de las fronteras naturales d€be sof oonrlfmfdf
políticamente. lncluso la lfnea de cumbres más afirmada, la lfnea de pütlolón da ht
aguas más evidente, permanece dudosa con respecto a esa lfnat lm$lnülf qua
tenemos en el espírítu. Es preciso recordarlo a propóslto dc un uto nolantr Cal
126 't27

concepto defronteras naturales. Decir que en 1860 Francia terminó porapr:opiarse ocurre qtre ciertos ríós hayan podído, en únd époóa dada, jugar un papel frontorlzo,
de una frsntera natural, da la impresión de que con la césión de Saboya a ese país que'posteriormente no estarán ya aptos ilara cumfrir. Lo c-ual
Su nueva frontera llegaba a Ser la única pensable, natural. De hecho, Francia no hizo
eslartlcularmenlr
verdad en cuanto concierne a la utilización provisoria y simbólica de los rfos
sino trazar una línea{rontera a traúés de ld zona fronteriza. Se considera la frontera como
fronteras.
plrinea cpmo particularmente simple, y que va de suyo. Ahora bien, el Tratádo de los
Pirineos, de 1659, no conllevaba una determinación específica. De allíuna cantidad
En el caso de los ríos, se requiere de- condiciónes particulares para que la
de puntos obscuros, que arrastraron a una negociación de quince años entre Francia ínhabitabilidad que caracteriza la fronteia naturaljuegue su papet. Los ifos añchos
y España, de 1853 a 1868. Despr:és de que España hubo rehusado aplicar el como brazos de maF son, por'esá misnia razón, aócesibles al comercío. por el
"pr¡ncipio de las cumbres", dribieron tenerse en cuenta numerosos derechos contrario, lós rápidos, las gargantas, hace-n del río una línea de separación absoluta,
forestales y de pastoreo que se remo'ntaban, en muchos casos, a donaciones del Elrara, que constituye a to [argo de 75 kin ra fronteá éntre Monienegro y Turqula,
siglo Xlll, de tal suerte que la frontera que se resofvió se aparta considerablemente con sus gargantas que en algunos tugares tienen hasta g00 m de prolunáldad,'con
de la línea de las cumbres principales, así como de la línea de partición de las aguas. sus escasas posibilidades de atravesarlo, con su cárácter infranqueable en perfodo
de crecída, constituye el itlealdel foso-frontera. Éllo no pioviene dblrfo comoial,
,258. Los.fíos como fronteras. Hasta el siglo XVl, en las regíones montañosas de slno
del hecho de que el río tiene su lecho en un lugar de separación de terrltorlos
Alemania los ríos y los cursos de agua eran ten[dos por res nulliusli era ese un resto naturales. Así ocurre también con el Jujuy, cuyo cu.rso sigue la configuraclón de la
últlmo del borde fronterizo.'Hoy,'cuando se ajusta la frontera en el "talweg'2, so[. montaña sur-brasileña; él separa los países áltos del norte delbajo páís del sur, el
sopre tgdo los militares qúienes hdcen el elogio de la§ fronteras fluviales, pues la bosque de la estepa, los sedentaribs de las plantaciones de esclaíoi del norte, del
hlstoria milítar, desde la.Antigüedad hasta los üempos modernos, del lndc al nomadismo de las estepas del sur. Acá los españoles, allá los portugueses, y qulen
Potomac, rebosa de casos en que los ríos demuestran su valor táctico, como sector quiera atraviesa el río para entrar en la estepa se torna involuntariamente eépañol.
deoperacíonesyobstáculoalaaproximacióndelenemigo. ¿Noserodeanlasplazas
¡Qué direrenóia con er vaile der arto Rhin y rá identidal ¡¿ añ ;;;rioerasr
luertes de murallas y, sobre todo, de fosos llenos de agua? En la época en que los
romanos gstablecieron cincuentafuertessobre elRhin, ese río no eraparaellos nada El rfo como frontera universal. En la época en que era imposible determinar
más que un «foso húmedo". Sin embargo, a este respecto, como a tantos otros, no con exactitud una línea fronteriza, ríos y cursos de agua estaban predestinados a
se puede disociar las riberas del río, y la gggg'afía militar dará prioridad a la altura servir de trazo a fronteras universalmehte reconocidas. De alli la multitud de
quedominaetrío,porsobreelríocomoffiadefensiva fronteras fluviales, tanto entre los primitivos de h.oy iómo en los grandes imperlos del
exige que se reparta"la defensa sobre todo su curso;.oor e.l h.echo de la falta de pasado, cuya periferia no podía sef determinadá con alguna ceñeza sino por mares,
posiciones tansversales, no se dispone sino de una delgada cobertura sobre los rfos o montañas, Las fronteras que la clarividencia de óarlomagno dio a su imperio,
flancos. Lo cualredobla la amenaza de envolvimiento. Es para remediar ese estado dei E¡aer aiFaaÉ, pasando por el Elba, el saale, los montes de-Bohemia, el Enns y
de hecho gue se establecen los fuertes. O bíen la [íneiá lluvial se ve artificialmente el bosque vienés, han guardado su valor jurídioo por generaciones. se conünuará
prqlongada: las fortificaciones que hizo.Trajano del primer frente de extensión feyendo por largo t¡empo sobre el puente de Bensburg: Eidora romanl terminus
romano constituían una suerte de prolongacíón del Danubio al Mar Negro (hasta impetii3. l-o mismo vale para el Ebro y el ríber. otro tanto para el Aar y el Rhin de
Tomisl; Adriano fue el primero en integrar eldodo norte del Danubio en la fortificación los francos orientales; el Góta Alf, del wenersee al mar, para los noruegos,
de la f rontera. Sin embargo, la f rontera no sirve sólo para def ender, tiene otras tareas KbnigsaueyKoldingfjordparaeischteswig. EtbajoZab,entreÁsiriayBabitonia,lno
que cumplir. Es un ríos fronteras naturales y es acaso una de las fronteras más antiguas que conozcamos?

@rlasvecesdefrontera:elcursoenzig.zagdelMeno,la ' iDesde césar, el Rhin era, pesar


a de las úmes y los campos Decumatos, la
dlspuf§ión del Spree en los lagos y pantanos de su curso inferior marítimo, no verdadera frontera de Roma gi Europa central, dei mismo mooo que lo era el
respgnden a la exigencia del trazado.rectilíneo y directo que hace de él una buena Danubio, a partir de Augusto. Bajo este último se consíderaba el Elba como frontera
frontera. Y como esas exigencias no han permanecido inmutables en la Historia, del imper¡o, pero Roma era defendida sobre el Rhin, del cual partían las grandes

1 Slgnlllca: cosa de nadie (N.d.l.T. lrancés+astellano).


2 Slgnlllot: curuo del válle (N.d.l.T. franc6s-cbste[ano). 3 S§nilica: E¡dóÉ t6rmiño del imperio romano
'l Si,¡,1_*,--'i -¡*" -Ja.v r ..-;.4
--il¡6

. 128 129

rutas comerciales hacia el oeste. Luego, los Estados francos y alamanos {üe in¡n ,o, recorridas por cuatro ,r", oá t.rrollrriles y gtras tantas rutas naclonllf¡.
ostaban situados más allá de ese río lo privarcin de una situación política, de la ci.¡al y favorecen el establecimiento. Es oor elloque los ríos no pueden servir
el tiempo no había podido borrar la ¡mporkncia cultural nacional, pero la volvig a
durantl
mucho tiempo como fronteras. La diménsión comercialde los ríos, que es la más
encontrar durante la partición del lmperio bajo Carlomagno. Francia enteiaéstaba ¡mportante y.la más durable. terminará siernpre oor sobreponerse a su función de
ahora bordeada por el Fhin y el Mosa, Lorena por el Rhin y Alemania por el Elba. He frontera, cuando se observan pares de ciudades-puent"s, coro Mannheim y
alll, muy claramente, la influencia política de los ríos sobre las formaciones estatales . Ludwigshafen, Maguncia y castel, colonia y Deutz. se ve que esas ciuoades qró
en Europa Central, fenómeno que retomará parcialmente con la frontera renana ,franquean el río. bgrran,la frontera.. El Rhin alemán es franqueado porvientiún
entre Alta y Baja-Lorena por una parte, Franconia y Suabia por otra pañe, con los puentes de ferrocarril, cuya impresionante arquitectura resistirá sin duda al tiempo.
tramos del Saona que delimitan Borgoña y Francia, con el Ródano entre Arelat y De Basilea a Binge, elvalte det Bhh.es la zona de Europa Centrat que fue la última
Francia, con el hecho de que todavía en el siglo XVll el principado de Orange, el en alcanzar tal densidad de población. ¡Haber hecho de ella una frontera, qué
Condado Venaissin y Aviñón tienen el Hódano por frontera. Cuando Carlos Vll hubo ,monstruosidad!
planteádo luego el principio de la frontera renana, las exigencias del perfodo se
habfan tornado totalmente otras, y el Rhin permaneció poco tiempo como rfo- 262. Fronteras naturales y artificiales. La geografía política debe contar con las
frontera. fronteras políticas dibujadas por los tratados. La naturaleza del entorno puede lnllulr
sobre la operacionalidad de sus fronteras y, según el caso, el agua o el bosque, las
Esas añerias pueden servir de frontera, o mejor, como proyecto de frontera montañas y los valles, facilitarán una u otra función de las fronteras, aunqug sean
buando se coloniza un país nuevo. Es el papel que jugaron el Saale y el Elba, luego ellas artificiales en su más atto grado. pero también se debe, por cierto tlempo, tomar
el Havel y el Nuthe en la germanización de Alemania Oriental, el Shannon en ¡a la frontera tal cual es, es decir, como la consecuencia o la traducción de los destinos
britanizaiíón de lrlanda, el Mohawk y el Ohio en la colonización de América del Norte históricos -un puebto puede, por to demás, desarrollarss tan vlgorosamente al
y el Oub en Africa del Sur. Agreguemos que su status, que era primitivamente el de interior de una mala frontera, que ta expresión de su individualldad vendrá a
zonas fluviales, favorecía su papelde frontera. El bajo Vístula, país de pantanos y compensar lo que sus fronteras no le dan. La l¡bertad de suiza y de los pafses BaJos
de bosques, constituía una frontera ancha y poderosa entre prusianos y eslavos, e se impuso, por ejemplo, por sobre las fronteras abiertas de eso¡ dos pafsee. El
lncluso entre paganos y cristianos antes del siglo Xll. Puede ocurrir que, cuando un carácter natural de un frontera no sólo se remite al suelo. El pueblo mlsmo puede
movlmiento colonizador se efectúa en dlrecciones diferentes, ellas confluyan para contribuir, señalando obstinadamente tos límites de su terrltorlo. Cuando una
haierde un río, al menos temporalmente, ellfmite entre civilización y salvajismo. Fue frontera najural delimita una población nacionalmenta homogánea, olla será, por
el'caso óel Ohio, en América del Norte, en el siglo XVll. eso, notor¡amente fuerte: sacará de la unidad nacional una fuezl polftloa que, a su
Et río como frontera y vía de comuniación. La densificación del hábitat y la
vez, la relorzará. El sahara que separa a los negros de los alrlcrnot del Noñe, sl
Himalaya que opone a los mongoles y los arios, los Andes que rfrlrn I loe lndloe
lntensificación del comercio no tardaron en mostrar que si los ríos podían continuar
silvícolas de los índios civilizados, son fronteras de importancle mundlrl.
slrvlendó como zona-thmpón, no se les podfa aislar de los países en que tienen su
lecho. El tráfico se extiende naturalmente a los países que los bordean y trama sus
hllos de una ribera a otra. . La frontera aspira a consolidar, a profundizar las -y en suSerelación
debe considerar siempre a la frontera en su relaclón orgánlor con el Estado
con las geográflcas.
separaciones. Como frontera, el rlo tiene tendencia a.retorzar y profundizar su otras ventajas En buena parto, al equlllbrlo polftlco
aspecto disociador;como vía de comunicación, él aparta todo cuanto se opone a la descansa sobre las fronteras. lt¡:a b'rena frontera contrupott pfoplcdades monos
positivas y, en una misma frontera, los buenos sectorot hoocn contfepolo a los otros.
movilidad de las transacciones. Resulta de ello una dualidad profunda; comercio y
potftlca no logran, por lo demás, disociarse jamás totalmente. La significación Francia, notablemente limitada al oeste, al sur y al este por ol mrr y l¡ montaña, soporta
po"lftica del Rhin reside en las relaciones que él establece entre d¡ferentes países. más fácilmente el trozo loreno de su frontera, que Alcmrnh cl troro ru8o de la suya. Al
general stoffel que nos dice: parís, se
MeJor dlcho, en la médida en que fluye por ténitorio súizo, austríaco, francés, belga "La frontera alemanl c¡tl d¡mulado cerca do
y náeilándés, es, propiamente tal, éi más internacional de los ríos alemanes. la debe volver al Rhin", respondemos: de Kall¡ch r Brrlfn, no attá tanto más lejos que
de MeE a París y no encontramos en Francla nadt aqulvglente a los 1.160 km de
Un río que es al mismo tiempo unavíade comunicación, gue crea un contacto fronteras abiertas entre Alemania y Busla.
dlarlo entre millares de ríbereños, no puede hacer las veces de frontera política. Las
dOS Características de un río, su navegabilidad y su lecho, alimentan el comercio, La proporcióq de las fronteras naturales y plltlcrre, Sobre tos 7.675 km de
allentan la comunicación entre hombres sobre largas.distancids -ambas riberas del fronteras alemanas, 32% están ocupadas por coetas. Los Eiados Unidos, por el
130 131

oontrario, tiCne¡7.070 km de costas para 8.480 km de fronteras terrestre§, gqtq qs, por ejemplo, deben estar comprendidos en la frontera o,
467o. NoruÜga tiene en total y por total sólo 2.460 km de fronteras terrestres, Esqocia
si no, para que no vaySn
caer en manos de una potencia enemiga, se arreglarápar" .onr¡oroü
I
una potáncla
o lnglaterra, de Berwick-sobre-el-Tweed a Solway-Firth, no más de 115 km, y más débil, dependiente. Tanto como se pueda, la frontera
enqlooara costa!,
Dlnamarca, cuando aún poseía los ducados, gozabade unafrontera marítimatreinta montañas y desembocaduras, como"míriimo las desembocadura-s
de todos lo¡
vCces más ¡mportante que su frontera terestre. Si se observa que el conjunto de fas grandes ríos que atraviesan elpaís. En lo que concierne ta pontacion,
a la frontefe
lronteras de Sajonia es terrestre, una diferencia de tamaño aparece entre las dos debe, en cuanto sea posible, coincidir con los límites etnográfilos; .ioeoe
englobar
catogorías. Para ir al detalle, se debería sustraer de la frontera terrestre de los míembrosdeunaetniaextranjera,seevitaráqueello!enajaengrandesmasas, Las
Estados Unidos eltrozo de San l-orenzo y de los Grandes Lagos, y asociarlo a las grandes ciudades comerciales, las zonas industriales importan-ies y,
sobre todo, la
fronteras maritimas. Resultaría de ello que, en alrededor de tres cuartos de su capital, estarán alejadas de las fronteras; El trazadode la'frontera dáberá ser lo más
perlferia, los Estadosun¡dos están limitados por el mar, por lagos que parecen mares directo posible. En caso de rodeo o ángulo, la convexidad o la punta estarán vueltas
y por un rlo semejante a un brazo de mar. Dél mismo modo se puede oponer lg hacia el país vecino.
lrontera germandrsuiza, que pasa en lo esencial por el lago de Constanza y por el
Rhin, a la frontera terrestre «seca» franco-suiza
un Es.tade peiqueño se acomoda máittcitmente a una mala frontera que un Estado
grande. Hay un mínimo de ventajas fronterizas que una potencia que no qulera
suicidarse no aceptará ceder. La amputación de prusia duiante lapazde Tilslt, su
na frontera natural no es necesariamente una reducciónduranteelCongresodeViena,sevrcly[eroncontrasusautores. LafrontEra
enke Bulgaria y Flumelia oríental, trazada en elcgngreso de Berlín, fue desbordada
OeFo¡e-su ¡óq.- Úna frontera se valoriza con lá autonomía del Estado y "se al cabo de siete años, como era previsible. En matéria de fronteras, los pequeños
desvaloriza con su dependencia. Cuando Prusia, en el siglo XVll, era vasalla de Estados son más despr?eocupados que los grandes.
Polonla, su frontera, otrora tan resisten'te, no tenía mucho más importancia que una
en las grandes
"dlvlslón admíriistrativa interior de Polonia.' La naturaleza presenta fenómenos
carece de antes de que los romanos reconocleran el
Bnálogos. lilandia no sólo obtiene ventajas de su frontera marítima: la corriente
est6-groenlandesa, que domina la ruta de Dinamarca, acafiea, al cabo de algunos oeste y norte. delviejo lmperio Germánico contribuyó a su ruina, porqve trataba la
' irños, masas dé.hielo hacia el nor-oeste, que entraban su comercio y su agricultura. frontera con la míopía y.la despreocupación que son"característica AÁt Xteinstaat
Nuestros grandes emperadores han sido siempre-mejoradores de fronteras; sin
erhbargo, nuestra frontera oeste,-sembrada de ánciares, porosa, era indefendible.
Lo cual facilitó la penetración de los franceses en Alsacia. Los pequeños Estados
que se hacc de ellas. Algunos principios geográficos: pueden encontrar protección en su debílidad; un imperio, por el conirario, no podrá
encargar su seguridad a los pequeños Estados que lo componen. El sentido del
flf§lEfe, contenerla. En la montaña, ella segpirá la línea de las cumbres, ¡ncluso más, sgglo se acusa con las generaciones, se expresa en el precio acordado a las
la eobrepasará. lgualmente, uná frontera deberá englobar un río para apoyarse fron¡e¡as. Mientras más autónomo es un Estado, más se inteiesará en sus fronteras,
gobre é1, como la antigua frontera f¡anco-prusiana de Treves a Sarrebruck, situada
poi'que la duración de los Estados descansa sobre la solidez de las fronteras. Al
gobrelariberaizquierdadelsarre; ysicoinéideóonelrÍo,seladebetrazarenlomás
¡niémo tiempo, el Estado impone su potencia frente al exlraniercta Las citadelas
profundo de su lecho, bn el "thalweg". La frontera no debe pasar al pie de la ladera
froriterizas, donde esa potencía se reúne, comunícan a los pueblos y a los Estados
lnterlor de una cadena de montañas o sobre la ribera interna de un río, como es el elsenümiento que expresaba un hombre de Estado turco a propósitb Oe la frontera
ca!,o de la frontera germano-belga-neerlandesa sobre el Mosa, de Aquisgrán a turcagr§erbia que marcan los lÍmites más alejados del lmperlo.
Cleves. El rlo lndo es una frontera ideal parala lndia: de la rama o-este de su delta ¿'
"náfiúdqlestelas
26§¡!ar:@Desdeelpuntodevistamilitar,|afronterase
hagta Attok, donde deja lamorltaña, el lndo pérmanece del lado indio, puesto que la
lronterapasasobielasmontañasquebordeansuriberaderecha. Lafronteradeberá cuentaEnttE-ldsñ€ili6lde acción det Edtado, porque su fue¡za y su debilidad
comprehder las islas vécinas a una costaó, por lo menos, asegurarles un acceso dependdn ile ia protección que ella asegura. pero otros medios de acción están en
favorable. Sl un pal§ €stá limitado por un brazo de mar, éste deberá poseer por lo relación con ella. Tener Metzvale un ejército, el que Francia hubiera debido movillzar
mcnog una rlberar y meJor las dos, o incluso bases sobre la ribera opuesta, como anles de la adquisición de Lorena por Alemania, para cubrir la lfnea Treves-
lnglaterra an las lslas anglo-normándaq,-Españaa¡Ceutáy, otrora, Suecia, en elsur sanebruck, infinitamente más desfavorable. Desde el punto de vista militar, una
d¡l Báltloo. Los puntos que ocqpan uria situacion §uligro§a, Túnez frente a Sicilia, frontera no sóto es una lÍnea de defensa, es tamb¡én una línea de ataque. En casl
132

lodos.los cgsos es, por lo dem{s, el.factor ganador, porque la guerra exige-la
Olenglva, latoma de tenitorio; lo que no es posible sino por un ataque de la frontera
cñeárlga o lncluso su traspaso. Haciendo eso, el atacante muchas vece§ieidüce la
lfnea sobre la cual él.mismo sufriría la ofensiva. Si, en caso de guerra nórdica, La§ i§las
Alemanla ocupa Jutlandia, reducirá su frontera terresire; cierto es que alargará su
' lrontera marftima, pero extenderá al mismo tiempo su ofensiva sobre el costado de
lac lslas danesas. Hay situaciones fronterizas que no se puede defender con éxito,
292. Signtificación poiítica de tas istAs
porque 6stán demasiado envueltas en el territorio enemigo. Es preciso, por
oonslgulente, liberarse de ellas para cubrirlas, La defensa de Silesia opera en
(...) utilizaremos el términcisla en su sentido tradicional,
Bohemla, porque no se quiere arriesgar el rodeamiento y porque toda la frontera, en el fondo, los continentes son, también ellos, isras. pero,
sin considerar que,
desde la Montaña de los Gigantes al paso de Jablonec, no podría ser cubierta. Las no óruiJ"ro. que con er
crecimiento.ininterrumpido de los espacios potrttcos, los
operaclones decisivas deben ser desplazadas a un campo de batalla más abierto, contrnentes se lnsularlzan
como to demuestra el proceso lnlclado tanto en Australla
como lo demostró por primbra vez la estrategia dé Federico el Grande. El ejército ?gillgamente, como en
Amenca.
pruslano de .l866 siguió la misma estrategia.
sóan ios dos imperios insurares de hoy: Gran Bretaña y Japón.
Elentorno de las f ronterasno cuenta menos. Puede o no facilitar el acercamiento no se
por su. unidad v ra or:ieniacrsn origrná toiáoá por¿Acaso
gn caso de guerra, o el contrabando en tiempo de paz y, debe, por consiguiente ser 9:llg::! Tbos
rrsrca y espirituat de sus habitantes, donde se marcán,
ra formacrón
aprehendldo como la explanada de una plaza fuerte. Lo que puedo naturalmente sln embario, oon bastants
t1,!u9r!s aesus múttiptes ortsenes? su pórrticie.ia ,i.rcaoa por una
degear, es tener un vecino débil que no amenace mi frontera. Quiero continuar .:^rl*::ii
vlendo más allá de mis fronteras. Para conprender la ventaja que representa la g¡dqslVafconq ulstadOra, oue se
cal if i ca g u sto s arñ6ñte-
cxlstencla de bosques en una regíón fronteriza, basta con rememorar el avance
por el mar, ellos violan fácllmente tos d¡noho¡
alemán en Francia y el obstáculo que ellos opusieron a la cavallería de Bazaine, el pero cuidan celosamente que su posición psrmanezca dó otroe,
6 de agosto, cerca de Sarrebruck, y el peligro que hibieron revolotear sobre su ala lnvloralá. ootado¡ dc un
teritorío restringido, su potenciadescansasobre rame¡oroe
lzqulerda, cerca de San Avold, porque no podía abrazar con su mirada el movimíento ui?rontciaryroore uñá
flota poderosa. El temor de ser invadido no cesa de aiormentar
dE las tropas enemigas. Cabe todavÍa recordár que, dos días antes, el Bienwald
japoneses por.una extrema sansrbiudad
r loi lngieees; ál se
habfa dlslmulado a los franceses el camino dél lll€jérc¡to sobre el Lauter, en tanto 1.1.i111.,.14 :n.ros lnii táol Jcnetracrón de
La oposíción de ros,hombres porfiloor tngt.¡'rr
quo €l tt Ejército atravesaba la zona boscosa de Kaiseriautern, tras la cual se había fly:::l1y!rr"rg1":
ra Mancnacorresponde ataaparente moderaclón
rr rrinerbaJo
rcunldo. de loe hombor lolfiloorfrponesás
en retacióncon tos ásuntos de corea, cuando en realld¡d cliavl?l n rmóób¡llñ¡
de deshacerse de ra idea de un desarrouo prrarenlb
rutáno,láilñiüru ár ru pais.
cxcelente frontera, tanto cuanto la n
Estarabierto a todos los estfmulos, permaneollndo olpr¡ d¡ ¡lrborarloa
», pero encuentran allí la ventaja - abrigo de una entidad cerrada, he aflf ra garantfa oo un ánorñ'llñüqur
al
de una reduccióri de las fronteras oordefender. Italia, que tiene la frontera más corta arcmzarfa
ta perfección. Eilo vare para ros organlsmos, lo¡ purblo¡,1ói
con Sulza, saca de ello un benéfico porcentaje, que sería retorzado si eltratado de noñloüo¡: rlóaniáñ
neutralldad de Saboya fuese aceptado como una realídad. Bélgica y Luxemburgo
cubren todo el norte de Francia, del Mar del Norte al Mosa, ventaja que aparece
ouendo sevesobre losantiguos mapas lacínturade fortificacionesque Franciahabía
thgtafado desde Calais a MeE, frente a los Pgíses Bajos austríacos; no había menos
a una mezcla obstáculos
de once fortificaciones para la sola provincia d0 Artois.
pueblos y de los Estadol, qu. burcm protaoolón
Ln tronieras naturales. La
afl¡maclón de un terrltorlo lrcirtc a ie rgnltvtord d¡ un voorná iá ná"" tanro más
fácllmente cuando la¡ lr¡üzal rntcrn¡¡, libcrrdu dc iu roálo p.n:t¿ri.o,
se recogen
sobre stmlsmas. sln embugo, nrun iucoto niun eitaolpiiáüán cumprir
su misión
134

todlgla'!:,:1:lo" f:' :11*3P:: yZanzíbar sobrepasan con mucho d cóntinentevecino por el cultivo delté y delclavo
en semejqFte qerco,.porque su vida, corl?
v"oÜ'ir'ffió¡;;id;á- t-". u"rt.rás debe" tn de olor.
"itl.at =eI?lY{',
perfectarirente las fro Qqien quiera tenga una isla o un archipiélago tendrá tendencia a franquear la
sta
ruta marítima que lo aísla del continente, es decir, e,!9b§tafl¡lo que lo separa de ella
y el camino que lo conduce a ella. La seguridad qué emáñáde Ia situación insular
É-.&;il;áieráprnin.utarés,susinguiarexpansióndesdeterritorios-reslilg',::^' y la valorización política más rápida de las islas reforzarán esatendencia a dominar.
hastalejanascomarcas. CadaépocadetaHistóriaconocelahegemoníadeunaisla, la ruta marítima, lo que presupone la toma de posesión de una y otra ribiera. Las islas
G-ülldlas partes det gle-bo hay islas cuya importancia política sobrepasa'
nace del aislamiento más
están e.nfrente de costas con las cuales podrán formar una base naval -Tenedos
amotiamente sus dimensionés.'Lagülsión expánsionista frenteaTroya,Kranaé (Pausanias,lll22) enelGolfodeGytheion,Citera,estánontre
y, junto atendencias
;;;i,;;;;i;;6.*riá.protectoras diñrentan lainsolenteasresión
de un primerdesarrollo político las más viejas plazas cornerciales.
ái .on..r"ntismo y aia rigider, se asiste a los inicios

V...r"ri.".Ia.ifuásO"isiaMenorsehelenizancofnoiamáslohizoelcontinente, .La autonomía de las islas, que no excluye una vecindad inmediata y las
vivientes numerosos vestigios
inversa, las islas éritánicas mantuvieron
íriañtras, a la relaciones más estrechas, explicaque colonosyagresores las elijan con predilección
celtas. como puntos de apoyo para penetrar luego más profundamente en el interior de las
tierras. Utilizan primero el cerco de la isla, paraimplantarse, cubrirse y continuar su
avance en la próxima ocasión. lschia y la isla de Elba formaron parte de los primeros
territorios ocupados por los griegos. El mismo cuadro para los establecimientos
europeos en el Viejo Mundo. A partir del momento en que la Armada española se
f'rjó cámo objetivo prioritario la toma de la isla de Wight, Wight se transformó para los
ingleses en una base de desembarque. Desde Bruce y Enrique Vlll, no hay enemigo,
di lnglatena que no haya visto en lrlanda un punto aún máb débil. Rügen fue la
costeras, situadas a primeraetapadelainvasión suecaen Alemania, delmismo modoque ellaconstituyó,
territorios
hace algunos siglos, la última etapa de los paganos eslavos que refluían hacia el
ffi este. ei a partir de las islas de. Carolina del Sur y de la desembocadura del
Mississiooi que los nordistas retomaron en 1861'la conquista de los Estados del Sur
f t-a. ¡.iá. si.iuadás a tp targo de un continente tienen u1[-Pl:-t1,|:i'
autonomía' s'eces¡on¡stá. Lainsignificante Sh¡p lsland, situadaen eleurso inferiordelMississippi,
polítíco tl permanecerá como el lugar histórico donde la Unión tomó posición sobre el Golfo
concentración y promontoiio. Éltas cdmparten su valor
q.. se encuentra'por eso mismo refozado o amenazado.
:!i :t19":t:'^"
ñ;;;;i;;riáIJ por Rügen, nuestra
a fines de 186'l -salvo si llegara asersumergidapor el Mississippi. Situaciones como
J;ih.d¡á ás vatorizaáa por el Seeland, Pomerania occidental aquellas de las islas de la Mancha o de las islas Jónicas constituyen verdaderos
Ladesembocadura lugares de inseguridad para los continentes.
costaenelMardelNorteiorlasislasFrisonas,elAticoporEubea. posición
y
del Hudson, con sus ües mitlones de habitantes su extraordinaria
comercial, ¿serfa acaso concebible sin Manhattan,
ta ista de Nueva York? ¿En Alemania no dispone de islas ni en el Mar del Norte ni sobre el Báltíco,
;á;ürp"br"cerr" á ¡áiia" t" "r."n.ia de la ista de Key West, con su base naval exceptuada lapequeñaHeligoland, tardíamenteadquirida;sólo posee unapolvareda
entre el Elba y el Eider, aprovechó de isias costeras én elMardálNorte e islas másimportantes, pero en menornúmero,
; ..ffi-6¡!¡;it ¡¡r"rtr" costa en el Mar deldeNorte,
Africa OrientalAlemana perdió con su sobre el Báltico. Es un signo de regresión. En efecto,lOs alemanes, otrora, estaban
ilü;6ü'"iciOn Oe Hetigotand, aquella
y
"'' rnuóho más avanzados en el Báltico;tenían islastan importantes como Bornholm
sopáraclón deZanzhar y Pemba'
Gotland. Alemania no posee sino dos de las más pequeñas islas importantes del

Odsde un pÚnto de vista las islas conocen a menudo Báltico central, Alsen y Fehmar, laqotras conslituyen la parte medía del reino de
Dinamarca. Alemania posee, sin embargo, la rlnica isla importante del sur del Mar

Eiias. Desde la
ff tñ-5!iláóó" Eüliñ-¡.n simamae s usl o, cul tiv€ban a
I m o ntañ a'
mlontrea sus veclnos.ritl...i.Ü*Jr¡áá en barbecho_la mayorpart.,g:.:-fiti
las sea lsland. cevlán, Pemba
&;;á;ááiáüááér de Carolha áátsurvqnfáde
136 137
. c..
a oondiciones heterogéneas; una potencia purame-nte maríiima no puede lográdo Pédroy Miquelón scn losúltimos restosdépó$. siones francesasen AmértcadclN0f[r
duránte mucho iiempó. 'El mar. que los separa, sigub siendo una posición alealoria.. como Spinalunga y Suda, que Venecia togró sálvar luego de la pérdida de Creta, B¡
Frente al peligro persa, las islas Jónicas, las menos amenazadas, simplemente se puede aún citar Timor, Macao. las isladangtó-normandás, el grupo de las Bahamas.
separaron del continente y Samos se transforrnó en el centro de una potencia
autónoma. i Las potencias insulares bu;can' muliiplicar las ventajas de su posición,
apoyándose sobre otras islas. El camíno les estábien indicado, porque esos Estados
,. Se pierde a menudo su posesión continental, aun cuando se hayan conservado se mant¡enen con los medios que presidieron su propia fundabión. La estrechez de
las partes insulares. Los laponeses debieron renunciar en 1895 a sus conquistas las islas las predispóñii'al"dominio de los mare§, un dominio que no quiere
sobre el contiq.ente, pero guardaron Formosa; las islas anglo-normandas embarazarse con ni¡gfüna carga c-Qntinental.
permaneciergn como posesiones inglesas después de las guerras contra Francía.
En la confusión que siguió a la muerte de Federico Barbarroja, los Hohenstaufen'no : Antes de extenderse por un breve período en España, la potencia cartaginesa
pudieron mantenerse sobre el terr¡torio italiano más que en Sicilia., Aunque 'era
de crCen esencialmente in§ular: Sicilia, Cerdeña, las Bdéares, Egates, Malta,
Dinamarcase haya extendido en Schónen, en Noruega y sobre la costa báltica, su ' eran otras tantas bases que cerraban y permitían el monopolio del Mediterráneo
potencia sobre el continente terminó por desmoronarse, excepto sobre la península occidental. Y lo que es más, los primeros establecimientos cartagineses sobre el
de Jutlandia. A la inversa, cuando Persia tenía Asiá fu'lenor, su potencia sobre las continente tenían algo de insula¡'en su estrechez, su proximidad a las costas y su
lslas relativamente pequeñas, en ausencia de una flota, iba atornarse completamente. situación aseguraAa y dominadora. lnglaterra posee. millares de islas, y es a partir
lncierta. Mientras más continental es una potencia, más se relaja su relación con las de islas que ella domina vastas extensiones maritima§ y continentales. Algunas,
lslas. Citera pasó siempre como el eslabón menos segurc de LaceCemonia. Los ' como Santa Elena y Ascención, pueden ser asimiladas a barcos encallados. La
Estados Unidos de América, Rusia y China, que son el resultado de un poderoso posición de fueza de Venecia derivaba mucho más dá sus posesiones insulares en
desarrollo continental, fueron o permanecen prívados de islas. Sólo Alaska. el Adriáüco, de aquella de Cerigo en el Mar Jónico, de aquella de Creta, de Chipre
tardíamente adquirida, posee muchas de ellas, 81.000 km2 (casi 6% de la superficie y de Eubea, que de la Terra ferma, adquirida, por lo demás, en lo esencial, más tarde.
I totat). Dinamarca posee Bornholm y Ias islas Faróer, lslandia, restos del imperio normando
en el Báltico y en el Océano, imperio que comprendía también las Oakney y las
300. Potencia y bases i nsulares. Cuando u Shetland. Y la costa wende del Báltico era hace tanto tiempo propiedad de los
continental Welien, mientras que Rügen, conforme a la afinidad polÍticade las lslas, permanecfa
(véanse las islas danesa. Esta atracción de los ánálogos se manifiesta con partlcular clarldad en la
adquisición de islas por lnglaterra o en la extensió¡ de otras potanclas sobre el
francesas,yBornholmentreAlemaniaySuecia). Singapurestátotalmenteintegrado contínente: Rusia en Armenia, Austria en Bosnia, Francia en Tunlsla, lnglaterra en
a la esfera de acitividad de Sumatra, Java, Borneo. Un rompecabezas tenitorial Chipre, Alemaniá en el sur-oeste y en el este de Africa, lnglaterra sobre la8 lslac que
como aquel de las'Antillas traduce la autonomía respectiva de esas islas, por le hacen Írente.
contraste con la unifo;'mioad y las dimensiones de los territorios americanos. La
tendenciade los Estados coniinentales a cerrarse sobre sus territorios no se impone "302. La contribución espacialy demográfica de las islas. En tanto quo lot E¡tados
jamás en el caso de los archipiélagos. Las islas están hechas así, permitiendo qué puramente insulares son escasos, casi todos los Estados con lronttrt marftlma
una potencia habite allí entre otras. Para los atenienses, Chipre tenía como interés, contienen islas. Unicas excepciones en Europa, trss Egtado¡ dotadO¡ dc una coata
fuera del cobre y de la madera de construccíón, venir a disociar las esferas egipcia exigua: Bélgica, Bu§aria y Montenegro. Montenegro pogee , por lo damát, ¡lgunag
y persa, al igualque en el espíritu de los macedonios Eubea separaba a Atenas de pequeñas islas sobre el lago Scutari. En la relaclón cntrc l¡! lrlm y aloontlncnte,
las Cícladas. Exactamente como Cuba. sometida a la ínfluencia norteamericana, la superficie no es determinante, aunque no soe dolprachblc conttttrf qua lm lrl¡¡
tiene por misión, entre otras, intercaiarse en(e las posiciones mayores de lnglaterra ocupan 50.1 85 km2 en ltalia, por conslgulontc t87c dc tut 28t.5C8 kml, mllntnt quc
en las Antillas: Jamaica y Eahamas. en Francia las proporciones son de 9.500 kmr para136,406 kml, af daolr
,l,8%;sólo
hay cuatro Estados Europeos cuyes lsla! roproltntrn mlt dc 10.16 d¡ au tupcrllole:
EsEestuciurafavorecelainestabilidadpolíticadelasislas. ¿Cuántosposeedores Gran Bretaña e lrlanda; Dlnamarca, ltalla y Grccla, §l re exctptúa a la alelada
han conocido Sicilia las islas Jónicas, Córcega, Heligoland? La frecuencia de los Córcega, sólo quedan 680 kma de superllcle ln¡ular para Franola. En Alemania la
restos de una anti$ ra dominación o de viejas influencias va en el mismo sentido. San proporción eaa a0,4Vo. Pero, sl s6 comperan las poblaclong8, una huena m¡tad de
138

los dTneses{6{É)',habita en islas, que están, por consiguiente, alrededor de dos


veces más§óbladas'que el continente, al igual que Sicilia está más poblada que
Calabria y la§Jslas Jónicas están tres veces más pobladas que el continente griego.

Lá situación de las islas en los Estado.s. No se debe evaluar el valor político


" de las iqlas en funcién de su superficie. ES su e¡nplazamiento con respecto a su
propio país y a los países vecinos lo que cuenta. Numerosas islas provienen de
t' iraíses continentales. De-allí su freguente situación de promontorio, porconsiguiente,
Celante de las penírgiulas o entrc qftas, inctuso entre los continentes (véase la
., situación de las Antillas, de las islas mediterraneas, la del Océano lndico o incluso

.
. de Bügen, Heligglq¡rd y Eubea). La proximidad de dos continentes conlleva siempre
.,r lq emergencia !eJslas pequeñas y grandes. Los continentes del Hemisferio Sur
están ligados-a los del Hemisferio Norte por territorios de una gran riqueza insular:
p , las Américas del Sur y del Norte por las Antillas; Africa y Europa por las lslas del
, .ltlediterráqeo; Asja y Australia por las lslas de la Sonda- Flesulta de ello un ctlmulo 'Y
f "de oosicíoáes estraiéo¡cas. tanto másd¡eisivescuanto oue las rutas del comercio

r:--er¡eles os soramen
vendrán a unirse Cuba y otras islas de las lndo.Occidentales, cuando el canal
centro-americano haya sido perforado. De allí, también, las posiciones en promontorio
de islas como.Qaulos y Melites en el imperio cartaginés, Sicilia en el imperio romano. OCTAVA PARTE

El mundo del agua


. capírúh xxu
. "r"
El mar y los pueblos marinos
306. Mar y tierra. La primacía dd los espacios marftimos. Flazón se tiene en
considerar la proporción de las superficies marítimas y terreslres (31/1 1) como uñ
hecho primario de lageáQrafía. Estaproporción tiene tantaimportanciapolíticacomo
física. Se puede, en pl'imer lugar, constatar que para144 millones de km2 de tierra,
'
hay 365 de mar. Las costas delimitan,'por consiguiente, rirenos tierra que mar. Y todo
. espacio marítimo no es sino una parte de ese todo que es el océano mundial. La más
" pequeña zona costera ofrece uiia desembocadura sobre el océano mundial y da, al
mismo tiempo, acceso al dominio de espaclos gigantescos. En la proximidad de los
mares,semultiplicalaimportanciapolíücadelasextensionescontinentales. Esmás
fácil.franquear el mar que las tierras, las comunicaciones ganan allí en extensión,
' el poder polÍtico en expansión. Desde que ya nó hay grandes potencias sin intereses
comerciales a escala ¡nundial, un verdadero Estado ño se concibe en ausencia de
'poderío marítimo. El dominio de los mares implícá ldbominación de numerosos
países, incluso si proviene de un Estado poco extendido y débí|. Pero ese dominio
permanece dependíente de las vías marítimas. He allí sú grandeza y su debilidad.
Agreguemos que mar y t¡erra no se hacen frente como masas extrañas y brutas; el
mar abre el camino a los continentes más alejados, porque penetra en ellos y los
engloba, facilitando de tal suerte las comunicaciones y dominaciones. Las grandes
empresas históricas, que no pueden prescindir del dominio de grandes espacios,
siempre buscarán, pues, plegar el mar a sus designios.

307. La unidad de tos mares. El mar constituye el conjunto prlncipal de nuesüo


planeta, siendo los continentes más grandes sólo islas. Una coherencia internaviene
a retorzar aún esta unidad. El mar es una masa de agua igual por todas partes y
físicamente inalterable. Sólo los mares de hielo, que nos interesan poco, se apartan
de este modelo. La asombrosa uniformidad del mar es su propiedad fundamental,
que sobrecoge al espectador cuando lo contempla desde la orilla. Nunca tiene la
las dlvlsiones y las fronteras.
Aquello que en tiena lavorece el equilibrio
r. Tantas costas, tantos accesos al mar. Los tratados que fijan las zonas
marítimas no son nunca de gran elicacla. Los tratados que prohibÍan a los latinos,
en beneficio de Tarento y de Cartago, la navegación al este de las puntas de tiena
de la Lacinia, no pudieron impedir la emergencia de la potencia naval de Roma.
Precisamente el Mediterráneo, que es un mar relativamente pequeño, demuestra

I Significa: el mar, por naturaleza, todo lo abre. (N. d. l. T. francés-castellano).


142 143

que no se pugden delimitar esferas de influencia marítima. El mar no es favoraHe al Aquelto que
3-clgi9: lo9 mitesios habían rectamado otrora, etrratado de Nlnlü
rqullibrio potltido; en efecto, el hecho que él sea uno tiende a hacér hegemónico el (1261) lo concedíó a Génova. cuando Rusia hubo aran.aoo
r,asü el Mar Nogro,
domlnio de tos mares, del mismo modo como el comercio marítimo tiende al reivindicó su parte de dominación, en tanto Turquíaso aferraoa
aloáiácrrooe proñtOtr
monopolio. Los juristas de la Edad Media, que tenían sin duda elconfuso sentimi'énto la entrada al Bósforo y a tos Dardanetos a tos buques oe guárra
á*iranjeros.
dequeelmarnopodíaestarsometidoaunapotenciasecularcualquiera, tdpusieion
a dlsposición del Papa. Fue preciso esperar hasta 1609 para que Grocio diera un Lo§ Estados Unidos arguyeron que la compra de Alaska arrastraba
lundaménto cíentífico al principio del mare liberum. El poder del Estado no se
conslgo lr
del Mar.de Bering y quisieron impeoir ailí á tos ingtesei i^ pr..á-0.
ta foca. Lr
extlende sino a los navíos.' ¿Po(yia concebirse la historia de Grecia de otro modo cuestión era sabersi Rusia consideraba el Mar de Bering como un
mar cerrado y lo
que como la historia det Mediten{neo Oriental? El Mar Egeo no ofrece ninguna había cedído, pues, a los Estados unidos. se zanjó eridesfavor
del mar cerrado,
dlvlslón entre Europa yAsia. Si fuera preciso trazarla, se encontraría detrás de las No hay marque no haya sido objeto de al menos una reívindicación.
El proyecto de
costas griegas de Jonia. "Del mismo modo como una sola ola rompe desde Jonia repartír el océano mundial entre los dos Estados de la penínsuta
. a Salamina, jamás un pueblo ha ocupado una ribera sin ocupar la otra" (Curtíus). concebiblemásqueporunapotenciauníversal,comoelpapado. Losneozelandesec
ibérlcá no eta
, Balo todos los cíelos, el mar es esa misma extensión salada, verde o azul, cubíerta han formulado aÚn recientemente pretensiones sobre toáos los
archlplélagos quá
de blanca espuma, que va a mojar el iceberg o el arrecife de coral. Aquello que el separan las Fijide Tuamotu;pero la satisfacción de esas pretensiones, que
ño hace
mar baña presenta, por ese hecho, caracteres emparentados. La s¡militud de las t¡sino traducir la formidable especulación del lmperio Británico, no era pensable.
costas del Mediterráneo Oriental c¡ertamente ha favorecido la aclimatación de los 'rI
pugb¡os, que reencontraban al!í un entorno costero ya conocido. E incluso las 13.
raglongs costeras de terrítorios distantes, como Sícilia e lrlanda, presentan una c bordean los océanos formar
lmpactanté analogía- Es a menudo imposible distinguir, unas de otras, a las íslas veces más extendido que el Mediterráneo y doscientas velniluna
volcánlcas subpolares y tropicales. El pareoido universal de costas con dunas, veces más que el Báltico;ninguna potencia puede, pues, espLrar dominarlo. El
solo
marcas y deltas ha contribuído a producir en los pueblos marítimos una conciencia objetivo razonable de una política aflántica es extenderse al máximo sobre sus
unlv_ersal, qr¡e ha contribuido a hacer de ellos los agentes del comercio mundial y los riberas y sus islas. De allí la tendencía oeste-europea a hacer de las costas quo van
pretondlentes a la dominación del mundo. desde Gibraltar a Escocia una sola ribera. Ese fue, por turno, el deseo de Eipaña,
Francia e lnglaterra. cuando la monarquía española estuvo en condiciones de
310. E/ cierre de un mar. El mar cerrado. La ley de acumulación de las atacar a lnglaterra desde los pafses Bajos, estuvo muy próxima a poder realizar ese
ventalas geográficas en el crecimiento estatal quiere que el mar atraiga a sueño de dominación de la Europa atlántica. Desde la adquisición del Canadá hasta
los Estados: ellos se desplazan, por así decirlo, de golfo en golfo y de un la declaración de la independencia de tos Estados Unidos (1169-1716,), lnglaterra
cabo aftro, siendo su objetivo rodear completamenie porciones enteras de habfa alcanzado ese objetivo en el lado norteamericano.
mar. (
Las costas delocéano Aflántico tienen siempre másvalor que las del océano
No se puede construir el concepto de "mar cenado" a Part¡r de mares Pacífrc0. La distancia relatívamente escasa que separa los continentes que lo
lnterlores, como se hace en lacienciapolítica, porque ningunaparte delmar, asíesté bordean facilitafas comunicaciones. Alestecomo aloeste, se imbricaprofundamente
práctlcamentecerrada, pgdríaserabstraídadesusrelaciones con elocéano mundial al interior de las tierras y, de ambos lados, numerosas islas vienen a relorzar the
yconlastierrasquelabordean. Políticamentehablando,esinsuficientedefinirelmar blending of the waterwith the landz,lo cual le imprime, en cierta manera, el carácter
cerredo como vaciado al interior de tierras, por su estrecha apertura y la soberanía de un mar interior. El océano pacífico puede ser inmenso, el Atlántico tiene una
. . de una sola potencia sobre todas sus riberas y desembocaduras (Perels); porque ello ¡mportancia histórica mucho más grande: él ha tomado el lugar del Mediteráneo.
nada dlce de la necesidad vital de ese mar para el comercio de los otros países. El Los Estados unidos y el dominio canadiense,
¿no son acaso próductos dei A¡ántico?
. comerclo supone ta libertad de los mares; y las pretensiones de la teoría no son Esa superioridad de la Europe fronting shorei continúa jugando hoy. Más de cuatro
tuflclentemente fuertes para constituírle obstáculo. lncluso si todos los países del
Báltlco o del Mar Negro estuvieran en la mismá mano, así fuese ella la más poderosa,
tl mundo gntero se unlrfa para liberar las vías marftimas que llevan a Rusia, alrán,
t Suecle, a Flnlandla. He allf una clase de cenadura gue fqg casi la del Mar Negro 2 Significa: la unión del agua con la tiena (N.d.l.T. francéscastellano).
Ou¡ndo éJ sstaba en manos de los turcos y Turquíq dgminaba por todas partes su 3 Significa; playa con frente a Europa (N.d.l.T. francéscastellano).
152

nacla¡do! para el domlnio de los espacios inmensos de un océano. A la inversa, '' ,.rt:ry,
nulttfo planeta §e ha tornado tan exiguo-que el sueño de un sistemade imperial ¿
,&n}Catlons,con elcualsueñan los británióos, no podría realizarse allÍ. Un sistema
'ifmclentO
deberfa interfdrir bn las e§feras de influencia de otras potencias, gue lo
oombellrán. Al contrario de la'politica continerital de Rusia en Asia y de los Esiadqs
Unldo¡ en Amérlca, la polftlca marít¡ma de lnglaterra está desde ya condenada a la
laoCllón. En cuanto a la ocupación de Egipto, ella es el retoño de una potítica
lobrepa3ada y privada de futuro. La época e§ Oe las potencias marítimas medias. "d.

- i-{

NOVENA PARTE

Montañas y plan¡cies
CAPíTULO XXIV.

Orografía y'formación de lcis Estados


f
.
ei+. La asimetria & tas montañas. La relacjón de las montañas c
¡. ias
¡ Oor e las montañaS
Jien [a otra. Ello es manifiesto en las fronteras
montañosas. Aungue se trace la frontera sobre la línea de cumbres, la montaña no
por eso se partirá en dos. ¡Qué diferencia entre las pendientes abruptas de las
vertíenEs renanas de la selva Negra y de los Vosgos, y su declinación progreslva
delAlto Danubío, del Alto sarre y del Alto Mosela! La vert¡ente sur, más cálida, más
densa y más abrupta del Tirol, se opone a la vertiente norte, ruda y menos poblada.
Si la vertiente sui ha podido"por largo tiempo retener el poder graclas a su
demografía,.la importancia creciente del valle del lnn, la primacía de lnnsbruck
(27.000 hab¡tantes en 1900, sin ios suburbios)porsobre Trento (25.OOO habitantes),
traducen el desplazamiento del poder hacia la vertíente norte, más abierta. So
conoce la influencia que ha podido tener en el destino de ltalia la estructura
contrastada de los Apeninos, con una costa abrupta sobre el Adriático y el Jónlco,
y una costa tirena suavemente escalonada. El relieve de los Alpes Occidentales
y Orientales difiere igualmente en su relación con el mar; laformación de los Estados
alpinos se vio marcada por ello. A la inversa, en el caso de los Urales que se
franquean a350 m por sobre elniveldelmar, en la rutaa Ekaterinburgo, ladiferencia
de declive entre las vertientes asiáüca (más abrupta) y europea (más suave)
prácticamente no tiene importancia.

El contraste entre las vertientes exterior e interior se manifíesta también en la


orientación'de tos pasos. Ellos no sólo son más abruptos, rnás compactos y más
difíciles hacia el interior, sino que su densidad en esa vert¡ente es siempre más
reducída, dado que desembocan sobre los puntos de concentración que constituyen
centros, almodo de Turín y Mjlán.

.De allí la importancia decisiva de la vertiente interior en tiempos de guerra, de


lo cual ltalia del Norte proporciona también la prueba. El ángulo formado por dos
macízos montañosos produce los mismos efectos. Bohemia, situada en el ángulo
formado por tos Sudetes y et Ezgebirge, será siempre el lugar privilegiado para una
invasión alemana, aun cuando esté mitad más cerca de Viena que de la frontera
saiona. Koniggrátz se encuentra en.el lugar preciso donde los Sudetes y la
Ezgebirge convergen en los confines de la Bohemía interior.

345. Los grandes rasgos de la estructura orográfica en ta formación de tos Estados.


Es preciso copfesar que los rasgos más salientes de la geologfa no son siempre los
.más importantes para la historia de los hombres y de los pueblos. La nlvelaclón de
148 149

transformado en una potencia marít¡rna .y,comercial, permanecerá demaslado


¡u técntca fueron muy poco numerosos. Los antiguos se extrañaban ya de que la
Beocla, con sus.tres costas, no se hubiese transformado en una potencia marítima. continental para igualar a Holanda o lnglaterra. Lo que fue decisivo para los fenlclol
Epamlnondas quiso obligarla a ello; ella lo olvidó a su muerte. Por lo demás, la fue el tener que ir a buscar la cochinilla al extranjero, y, en la historia del Hansa, al
navegación en Grecia ha permanecido hasta hoy limitada a ciertas costas. Las paso de las pesquerías de arenques del Báltico al Mar det Norte constituyó un
ventalas políticas del mar no por ello dejan de ser un tesoro presente ante cada elemento determinante. Es la pesca lo que hizo de Holanda y de lnglaterra las
rlbera. Un pueblo puede ignorarlo, otro sabrá asirlo. La Historia muestra que el potencias marítimas en que se transformaron. La pesca en alta mar no sólo provee
número de pueblos marítimos no cesa de crecer. Aquel con costas integradas al de una cosecha de alimentos básicos, forma también marinos eiercitados. Se
comercio se verá multiplicado. Ellas a menudo han servido de patr¡a a nuevos encuentran hoy, bajo .bandera alemana, ciento quince pesqueros de costa y
pueblos marítimos. Potencias puramenie continentales, como el reino franco y el cuatrocientos cincuenta veleros en el Mar del Norte, con una tripulación de tres mil
lmperio alamano de la Edad Media. son tan poco concebibles en la Europa actual seiscientos hombres. Si se agrega a ello la pesca costera en el Mar del Norte, y la
como esas potencias puramente marítimas a las cuales los francos y los alamanos pesca en el Báltico, también mayoritariamente costera, ello hace dieciocho mil
,
hebfan otrora cedido el monopolio del comercio. Y.es bien sabido que el mayor personas ocupadas en esa actividad. La situación es más o menos idéntica entre los
pellgro que pueda correr una potencia marítima es ser cortada de sus relaciones holandeses. En Gran Bretaña, por el contrario, se encuentran ciento quince mil
exterlores. Ya que mientras más hombres y bienes concentra la actividad económica personas, incluidos pesca costera y personal de ayuda. En Francia, hasta ciento
, sobro un espacio restring¡do, más lo hace dep-ediente.del exteríor. cuarenta y seis mil. lncluso en los pueblos primitivos la pesca en elmar estaba muy
desarrollada. Los neo-zelandeses pescaban con redes de milvaras de largo.
Una parte no despreciable del aprendizaje de los pueblos se hizo en el
onfrentamiento con el mar. Más y más hombres y pueblos se bañan en él; se Las costas, sin embargo, no Oastan para hacer la potencia marítima. El
extiende sobre costas cadavez más numerosas. Sus_J¡utos le repadeec€da-vez dominio de los mares exige la balsa, la barca, el acorazado de doce mil toneladas.
mejor. Los diez millones de toneladas que hicidtón iálüüemacia Oritánica ya no son Al inventar el barco se creó uno de los instrumentos fundamentales del poder y de
t f-ho¡asino-el-vcsti¡fle
'EstaOos
laconsrueeión_@ la dominación marítima. Las mejoras que se incorporaron aceleraron elritmo de los
movimientos histór¡cos y, al mismo tiempo, el de la repartición y del tamaño de la
/ bordeados por el mar tempera la oposició!* todryia tan marcada en los
/ inici - potencia política. Desde los fenicios. son la calidad, el número de los navíos, la
. Estados jóvgnes. como Bulgaria o Rumania, tienen una flota embrionaria. Pronto se audacia y el saber de los marinos lo que aseguró a las potencias una superioridad
política que no podía fundarse sólo sobre el tenitorio. Para constituir una flota,
conslderarán con sorpresa las guerras de los siglos pasados, que se conducían
gxcluslvamente sobre el continente. El hecho de que 4ún haya en Europa Estados mantenerla en condiciones y saber utilizarla, se requieren grandes medios, que la
contrales, totalmente cortados del mai, da la impresión de restos heredados de otra actividad técnica haya alcanzado un alto nively saber. Está en la naturaleza de la
ápoca; gso se desconoce en América como en Aüstralia. Se reconoce hoy el error flota el ser un arma que exige un largo aprendizaje; un arma, por lo demás, desigual
latalda las dos Repúblicas Boers de Africa, que no supieron asegurarse una costa. en razón de los múltíples factores que concurren a él: materias primas, puertos y
Como las potencias marítimas sólo pueden ser veincidas en el mar, desafían allí a hombres.
sua enemigos. Es así como, en función de la ley de asimilación polític3, una potencia
marftlma engendra otra, y aslsucesivamente. La experiencia de Roma, que durante IJ 322. El suelo de las potencias marítimas. Faatore€ ins@
gl torcer año de las guerras púnicas conquistó hasta los fuertes marítimos de Sicilia, oceánicos Es evidente que
oceánicos. isles€f€€enlas+€iores 6eneli6i€ Ba
l¿s is
ous las
sin lograr anexarla. se reproduce continuamente. Es, inversamente, su conflicto con as bandas costeras somet¡das al
Cartago el que obliga a Roma. potencia continental, a tornarse marítima. Persia, conjunto de presiones estatales y comerciales, no pueden quedar encerradas en sl
lgualmente, se lanzó al asalto del eldmento líquido. que 1e era poco familiar, para mismas. Los movimientos políticos y comerciales lás empujan a salir de ellas
alogurarse por fin las ciudades marítimas de Jonia, y los siracusanos recibieron su mismas. Lo que hizo que el destino del Hansa fuese muy diferente de aquel de
rducactón marftima delos eorintios, porque no lograban poner fin sobre tierra a la lnglaterra e, incluso, delde Dinamarca. Todas las potencias marftimas tlenden ¡
luOha que desarrollaban contra Atenas. Fueron incluso victorias en el mar las que darse bases sobre las islas y las zonas costeras. Es entonces el espaclo alqua
nlorzeron el ascenso de Esparta en detrimento de Atena§. Sin embargo, a esas prima. ¿Es acaso habitable, incluso cultivable? Tanto mejor. Lo esenolal ct podar
potfnclag marfümas artificiales les falta lo necesario, se pódrÍa decir el elemento lanzar el ancla, que el suelo sea suficientemente seco para que !o lnattlcn lllf
nagltlvo, a gaber, la carencia de espacio terrestre. Les falta también esa escuela reservas de carbón, de comida y cisternas. Esas bases no deben lcr contldcrtda!
qua ol el comercio marÍtimo. Es asf como la Francia de Luis.XlV, que se había por los Egtados de otro modo que como lo son por los naúlragoo: tlcrrl flrma ¡obla
151

una costa. Amenaza el peligro de que la metrópolis se vea desequilibrada por una a part¡r del siglo XlV. El conflicto entre los intereses marítimos y terrsstrot tomó,
sobrecarga-de terr'itorios políticamente inútiles. La bulimia espacialde esos'Estádos, durante laguerrade la Sucesión de España,laformade,una rivalidad entre loswhlgt
a menudo Qondenados, no viene de su humor, ella se desprende oe su pobielá en y los tories, los unos por la guerra, los otros por la paz. Los whigs tenfan sug ralot¡
Éierras de su evolución. Mientras la influencia de una potencia marítimi¡-se,iije¡za
y
en las ciudades de ta costa, donde residían armadores, mercadsrss, mayorlstat y l¡t
/-en e
el interior de las tierras, riihi,tar; del gentes que prestaban al Estado. Los tories, esa vieja arístocracia hacendada, ta
'/ Eelgq[g Jggp<]$. lnglaterra siempre reclamará ventajas para el comercio oponía a la aristocracia ascendente deldinero. Eran originarios del campo, de ouyo
marítimo, los puertos de mar y los ferrocarriles que llevan de la costa al interior de producto vivían. El comercio exterior les significaba poco y la guerra no leg dabl
las tierras. Intentará, por ejemplo, exigir una prioridad para Esmirna en Asia Menor, nada; no participaban de ninguna manera en las grandes especulacloncs, El
o en favor de sus vías férreas sobre la red de Anatolia. Fue el grave error de Austria ascenso a potencia de lnglaterra moderna sanciona precisamente la vlctorla de lA
ignorar esé punto durante las primeras habilitaciones de vías férreas en la Turquía política océánica sobre la política territorial. Los ecos de esa lucha se reencuentnn
europea y permitir que se instalaran vías de acceso al Mar Egeo en Tracia y en en elconflicto entre Greater Britainy Little Britain.
Macedonia, antes de la prolongación de sus propias vías al ínterior de ese espacio.
Pers, ese retraso de una potencia continental nuncatiene nadade contingente. Una
Lá diferencia es aún más marcada en el caso de un país que tiene dos carat,
' potencia marítímalleva consigo perspectiva, una concepción más ampliadelespaiio
la una continental, la otra oceánica. La balanza se desplaza a veces hacla una, a
y un sentim¡ento más íntimo de sus intereses comerciales. Es lo que muestra el
veces haciá otra. Cada vez que Francia retoma conciencia de sus ¡ntereses I
Japón, potencía marítima que busca asegurarse el mayor número y los mejores
mediterráneos o atlánticos, sus vecinos cont¡nentales experimentan con ello un I
. accesos al mar, estableciéndose en el interior y alrededor de toda Corea. Rusia, a alivio. La tentativa francesa de penetrar en México o al Sur de América del Norte
la inversa, se conforma con un sistema mixto, pues tibnduna frontera considerabfe (
facilitó la unificacíón de Alemania y de ltalia. A la inversa, el flujo devastador de las
con Corea, pero también, el deseo comprensible de adquirir un puerto libre de hielos (
campañas napoteónicas sumergió a Europa, mientras lnglaterra rechazaba Francla
sobre la costa coreana. Japón, por consiguíente, comenzó por instalarse en los
en el mar. La destrucción de la flota francesa en Trafalgar y en Abukir fue segulda
puertos de Fusán, Gensán y Chemulpo: désarrolló sus relaciones marítimas con
del aniquilamiento de ios ejércitos continentales en Austerlitz, Jena, Wagram. La
(
esos y otrqs pus¡ss coreanos, habilitó líneas regulares de vapores, animó los (
situación de Alemania exige que se preserve un equilibrio sntre sus fuezas
intercamhios entre losdos países -lnglaterra le hizo en 1901 un regalo, alentrometerse
terrestres y navales. No debe oct¡rrir que, por refozarse en el mar, ella se debllite (
- gara que fuera "levantada la interdicción sobre las exportaciones coreanas de
en Europa pentral; cada uno de los dos factores debe, por el contrario, refonar al
cereales- y se aseguró privilegios sobre la pesca coreana. En 1g02, puso el cable
otro.. (
de Fusán a Chamulpo y construyó estaciones telegráficas sobre la costa coreana,
etc. ' (
ta relación entre potencia marítima y potencla terrestre está regida por la ley
de la potencia marítima pura, cuando la relacíón se apoya sobre un espacio que sólo a
Por más que sea masiva la faceta oceánica de una potencia continental, está en
- la naturalezade lascosas elque su historia sg presente como unasucesión de períodos
se puede alcanzat por mar. Las comunicaciones por marson precarias y effmeras.
Por el contrario, una verdadera potencia continental, porque se apoya sobre un
I
con dominantes continentales y oceánicas,,La expansión continental es más simple
territorio, no se debilítará sino por una penetración enemiga. Ello es lo que hace la I
que la expansión oceán ica, la sola ofrebida a los Estados insulares. Para transficrmaréei
f-ormidable oposición entre los lmperios Brltánico y Buso:elprimero no se concibe (
en potencia marítima, una potencíá continéntal necesita tomar algunas medidas sin el dominio de los mares; el segundo sólo necesita de una flota para facilitar y
técnicas. -A menudo ellas son tomadas en poco tiempo, pero aniesgan fracasar con garantizar las comunicaciones relativamente secundarias.
(
igual facilidad. Es un asunto de largo aliento, cuando el comercio marítimo no Ia (
precede en absolu(o. Napoleón no logró transformar la potencia continéntal en
El ideal para una gran política, que reinvindique el poderío mundial, considera (
potencia'marítima, en tanto que Roma lo logró aún, en una época en que tanto la
la combinación de los factores continentales y marítimos. La necesidad de
construcción naval como la guera marítima eran más simples.
ensanchamiento es la misma en arnbos casos. Y hemos observado cómo la
adquisicióh de territorios podía ser indispensable para la realización de los designios
I
Cuando Amasis quiso hacer de Egipto una potencia marítima, debió primero de una potencia marítima. Cierto es que la geografía no siempre es tan favorable
tntegrar Ónipre a su plan, porque alti endntraoa la madera, los metales y los puertos comb en el Medíteráneo, donde un mar relativamente grande, bien recortado,
que el Bajo Egipto no te ofrecía. Los elementos que debían hacer de Gran Bretañá
bañado de islas y_de penínsulas fácilmente dominables, invita casi naturalemente al
una glan potencia marítlma no comenzarona manifestarse sino muy paulatinamente monopolio. No hay potencia marítima que haya alcanzado a anexarse los territorios
o
quintos de sus impóñaciones pené1ran a los Esiados Unidos pcr los grandes puertos
de la costa atlántica. Las colonias y los Estados más antiguos, los más poblados y
145

potenc¡a marítima, oponiendo así a ios'rñBr¡opolios griego y púnico, purrmañb


marinos, por tanto efímeros,una fuerza más cljiráOle y más sólida. El mar conrtltuyl
los mejor conectados óe América del Norte están aún hoy situados sobre las riberas un espacio internacional qu'é bordea territorios nacionales, se imbrica en ellos, y
délAtlántico, aligualquesusciudaCes.másgrandes y másricas. asícomo lqs centros conliere una dimensión internacional a los istlrlos, a los cabos y aun a las más
polÍticos e intelectuales. pequeñas bandas de tierra. Ello no implica ningúh cosmopolitismo. Por et contrario,
dado que et mar ofiece un espacio más grande a la representación de los intereses
No es sino en el Gran Norte. iusto debaio del círculo oolar, que se asiste en el nacionales, agudiza la- inteligencia,, cómo lo atestiguan todas las potencias
Océano Pacífico a una aproximación de los,continenles. Alsur, como en los trópicos, coinerciantes y marítimas. Etlo proviene esencialmente del hecho de que la expansión
el Pacífico,.por ei contrario. separa las tierras cgn.sus inrnensas extensiones de política sobre el mártÍs siempre debrden económico, y de que eldominio de los
agUa. Son necesários veinte días para ir de San Francisco a Yokohama, veintiséis fnares resülta'deldominio sobre el comercio marítimo. Si eldominio de
de San Francisco a Auckland, sesenta y dos de Liverpool a filelbourne pasando por
el Cabo de Hornos. cincuenta y {os para llegar 4 Sidney oor el Cabo de Buena
Esperanza. La costa oeste de América enfrentaa la costa este del Asia, en tanto que
Australia y Nueva Zelandia hacen frente a las dos pri¡neras. En latiiudes análogas
' a las de Aústralia y Nueva Zelandia.el Atlántico
)/el Ccéane lndico se vuelven hacia Fundar y mantener una potencia marítima exige mucho más fuerza espiritual
la Antártida desíerta. Si el A.tlánticc ha contribuido, pues, a agrandar el teatro de la
- que la dominación de grandes países: Y exige su constante renovación. Eso no
Historia en el hdmisferio norte, la inisma iarea co!'respcndará al Pacffico en el
puede ser obra ni de un individuo, como tampoco de un eBrcito. Contribuye a ello un
hemisferio sur. Los territorios más importantes y más prometedores del hemisferio
gran número de gente audaz, emprendedora, trabajadora, astuta. Razón por la cual
sur se reúnen en el Pacífico, y un día verá nacer allíla réalización de unagran Historia
el dominio de los mares es la mejor escuela para los pueblos que movilizan grandes
prooia de las antípodas. Hay un segundo hetho rnayor: la predominancia del Asia
e importantes fueaas. ¿Qué avances no obtuvieron las ciudades italianas, en el
del Sur-Este. Los dos formidablejs imperios de China y japón, donde vive
aproximadamente un tercio de la humanidad, se oponen a los te,'ritorios americanos
- época de las cruzadas, de su saber geográfico sobre la t¡erra y el mar? EI espíritu
encenados entre la ccrdillera y el océano. Esos dos países, sin embargo, no hacen
se moviliza entonces sobre otros objetos; la misma audacia que condujo a los
helenos al Mediterráneo Occidental, los llevó al océano del pensamiento puro.
/ sino empezar a jugar la extensión oceánica. Rusia y los Estados Unidos continúan
Cuando la obra se realiza, la ciencia y el arte reciben su parte de tesoros. Cierto es
I dominando el Pacífico Norte, lnglaterra el Pacífico Sur; Francia, Alemania y los
que el florecimiento de Atenas en materia de arte, de ciencia, de comercio y de
Estados Unidos constituyen colonias en las islas delcinturón tropical, en competencia
polÍtica jamás se ha reproducido, pero el nivel de Venecia, de los Países Bajos y de
con lnglaterra. Es, por lo demás, en ese lugaique elcanaldF Panamá o de Nícaragua
lnglaterra en el plano espiritualse vio elevado por un contacto análogo. La evolución
asegurará un pasaje hacia el oeste. Un europeo ocupará la mitad del tiempo para
alcanzar Lima o Valparaísol in'rersamente, los Estados pacificos de la Unión se artística de Venecia, su lugar en el renacimiento de las ciencias, sus hombres de
aproximarán alAttántico. Los Estados Unidos serán, púes, los grandes beneficiarios
Estado y de plirma, sus legados de saber increíble, todo eso forma parte,
esencialmente, de la imagen de una potencia marítima y comercial en su más alto
de la operación. lncluso si se pueCe decir que la humanidad alcanzará su mayor
. nivel. Y se encuentra cadavez una misma particularidad: la irradiación rfulda y
desarrollo en el Pacífico, lo que continuará siendo decisivo en los próximos decenios,
lejana de las ideas y de las obras sobre el espacio delimitado por la circulación de
es la fuerza con la cual un Estado podrá intervenir en ef Atlántico.
los barcos y de las me.rcaderías
317. Los elementos espirituales de la potenc¡a marít¡ma. Ei dcminio de los mares, 318. Suerte y desgracia de tas potencias maríümas. El mar somete a las potenclac
con sus horizontes infinitos, confiére a los pueblos marítimos esos importantes que quieren dominarla. Entre los primitivos hay pueblos cuya exlstencla erlá llgrda
rasgos de carácter que son la audacia, la resi§tencia y la perspectiva. Ellos han al mar, los polinesios y ciertos esquimales, por ejemplo: son puobloo dl¡cmln¡do¡
cqntribuido ésenbialmente a la extensión de la escala política. La política ligada a los sobre inmensos espacios, cuyog grup-os más alejados presenten una mlamt rtunlón
espacios pequeños es naturalmente míope; las extensíones marinas amplían la al mar. El mar es el elemento natural más áspero de cuanto¡ ahontr fl eanüo
mirada, tanto del mercader como de los hombres de Estado. Atenas siempre pensó humano, pero es también aquel cuyo dominig asogura lor má¡ gnndc! boncllolo¡.
meior que Esparta la Gran Grecia. El mar eleva a la potencia mundial. La grandeza En un nivel de desarrollo más elevado, los Estados pequeñor rc rodarn d! lú lonal
hlstórica de Roma comienza cuando se reconoce dlí {ue" la potencia no puede de poderío marÍtimo en los cuales sb fundan;las basee de ru pobnolrhan doJado
prescindir del mar. Roma comienza a vencer cuando reune poder terrestre y - la tiena fiime, para reposar sobre el mar. La tompeStad, quo dllperue una ermada,
146 147

lor eacudlrá hp.p¡ a..acarrear su ruina. La facilidad con.gue se adquieren influencia y S2O. ta paiti'respegiiva det mar y dq la tierra en la potencia marítima y ta potench
pore§tones$ñ'las regiones más alqjadas y con que se las preserva sin grandes marítima'pura. Los pueblos marítimos.presentan una doble pertenencia, en h
lnver§lones,'fran permitido éxitos siempre rápidos a las naciones ligadas al mar. Si medida erl qu.e ge.acostumbrap tanto al.elemento líquido como a la tiena llrme y
l¡¡ naciones marítimas se de§arrollan tan rápido no es sólo porque ellas están buscan combinar las ventalas de la vida sobre mar y sobre tierra. Conviene, lln
naturalmente limitadas a islas o a costas; ellas üenen la posibilídad de elevarse a la embargo, prqguntarse cuáfes son las partes respectivas de la tierra y del mar en la
potencia sin anexarvastas extensiones continentales. El Hansa, los Países Bajos potencia marÍtima. Si la tendencía a la e¡pansión costera gana, el carácler effmero
'son eiemplos evidéntes. De que el desarrollo de estas potencias es brusco y 'de
la potencia maríüma se encontrará con ello sellado, y los mismos navíos que, poco
gotprendents, ofrecen ejeryplo los rápidos progresos de los griegos, que, apenas tiempo ánteé, se hacían a la mar llenos de esperanza, se disgregarán. El desallento
llegados al Mediterrfieo Occideñtal establec¡eron colonias sobre las costas de hará vehdei en sÜbasta la flota que se acababa de construir: así, MarÍa Teresa se
lberla, o la expansión casi milagrosade los ingleses de '1559 a 1650, sobre casitodas desembarazó de la flota adriática de Carlos Vl, y el Bundestag de aquella del
,lts costas del pJaneta. parlamento. Este es en particular el caso cuando los beneficios comerclales
' 319. Hegemonía y potencia marítima. Esta expansión rápida de las potencias acumulados rápidamente primansobre !a apropiación de territorios, duradera pero
lenta. Los fenicios, que no fueron jamás sino una potencía comercial, desaparecleron
' .marftirhas explica elcarácter súbito de los conflictos y su tendencía a concluir en favor
puraysimplemente en lacompetenciacon otraspotencias comerciales más nuevas;
de la hegemonia. Cuando el equilibrio que reinaba entre potencias marítimas llega
f ue necesaria, a la inversa, una acción del más grande estilo en la historia del mundo,
a romperse, una de entre ellas deberá asegurarse eldominio del espacio marítimo
para arrastrar la caída de Cartago, que enfeudaba países y pueblos y cubrla de
lclpectivo.' En tiempo de paz, son las potencias continentales las que apuntan al
fortal€zas sus provincias.
monopolio en el límlte de sus territorios,.en partieular en materia de comercio; en
tlámpb de guerra, por el contrario, son las potencias marítimas las que tienden al
mbnopolio. Lá dominac¡ón del Mediterráneo fge lo qüe estuvo én juego en el conflico En un conflicto entre una potencia terrestre y Un@ se
Cntre lnglaterra y la Francia de Napoleón lq. La guerra naval tiende a "barrer" las
v . La estrategia continental

llotas enemigas, en part¡cular en lo que concierne a los transportes, indispensables dfl-os británicos en la Guerra de Sucesión de España reveló, en particular en los
Pafses Bajos, su repugnancia a cortarse de sus bases marítimas, lo que tornó aún
a toda exp'edición'marítima, y que la más mínima escuadra puede venir a perturbar
-el 6xlto de la expedición de Napoleón en Egipto (1798) fue esencialmente debida a más ineficaz una ayuda ya bastante débil. Holanda siempre consideró sus fuezas
continentales com"o un cuerpo extraño. No le ocurrió más que una vez, en 1704, el
azares favorables. La destrucción de una flota enemiga es mucho más fácil de
reallzar y produce un resultado inmediato mucho más decisivo. movilizar ciento sesenta mil hombres. Es por eso que el hecho material de la
vecindad de unapotencíacontínental se reveló muya menudo mucho más eficazque
He allí por qué todas las formas de la piratería son op"te, de transformar la la acción a gran distancia de la potencia marítima más fuerte. La facilidad de las
dominación marítima en monopolio. comunicaciones sobre el mar hace olvidar que ei alejamiento es un obstáculo, en
tanto que toda la historia política está allí para recordarlo.
Esa extrema inestabílidád de las potencías marítimas explica que siempre
haya habido en la Historia momentos de monopolio. Así fue después de la
321. La expánsión de la potencia marítima. La repartición ínsular de los territorios
destrucción de Cartago o de la caída de Napoleón.
hace que numerosos piueblos toquen el mar, en tanto que aquellos del interior nunca
Estatendenciaalmonopolio, que otorga alapolíticade las potencias maiítimas hañtenidolaexperienciadeello.Alomás,elrecuerdo,yaincomprensible, sobrevive
au carácter extens¡vo, explica la debilidad de ese tipo de Estados. Una politica de eñ.sus. mitos. Éntfe los primeros, algunos se transforman en pueblos marítimos,
ocupaclón intensiva y de explotación económica de lberia habría permitído a Cartago integrán de alguna sueite la movilidad del elemento líquido y utilizan su extensión
ooncoder a los romanos la hegemonía sobre Sicilia. Pero la política extensiva que para una rápida expansión, mientras los hab¡tantes del interior permanecen atrapados
clladesarrollabasobre lqs márgenescosteros fue lacausade unafatalintolerancia. y condenados a la inmovilidad, entre numerpsos veqinos cuyas presiones exigen una
Ec lustamente lo que hace el carácter agresivo de las potencias en la dominación de penosa reaccióridefensiva. Sin embargo, muchos pueblos no han hecho ningún uso
los mares. El mar es demasiado grande paia poder defender una parte de é1. Por de las ventajas de la proximidad del mar, incluso pueblos insulares o pueblos tan
lo demás, ¿no decf a acaso Plinio el Viejo que sobre el mar la defensiva presagia una impórtantes en la Historia como los persas. En la.primera etapa de la humanidad,
rulna eegura? Se puede obligar a una flota a la defensiva, pero eso no hará iamás la naúegación fue un p¡ivitegio del cual muy pocos pueblos gozaban. Considerando
dO olla el prlnclplo de su estrategia. Considerará, muy por el contrario, la defénsiva cuántassituácíon'esfavorablespermaneceninexplotadas,seadvierte laimportancia
^que
c0m0 una lase provlsoria, a la cual repugna la natüraleza del mar. puede representar la invención de la navegación. Los pueblos que comprendieron
156 157

los antigúos maciios, rebajados al rango de mesetas montañosas, es un'tenómeno entre Alemania y Francía proviene del espabio político que tienen en comúni lo qul
grandioso que, sin embargo, no tiene otra significación para la Historia que la de ser ayet eB el este de Francia y hoy es el oes!é deAtemania estuvo siempre somtt¡do
un obstáculo fácil, rápidamente franqueado; los Estados no ven allí más que una a cambios políticos; eso conduce a los vjejos Estados a fricciones y a unt
serie de bastiones y de postes fronterizos relativamente eficaces. Hay, sin cornpetencia inevitable. Desde la desembocadura del Ródano a la del Rhin, en los
'Alpes, et Jura, Ios vosgos y fas {rdenas. Ja evolución, que debió hacerse sobre un
suelo común, no ha cesado de verge lrastornada. En Austria-Hungría un nuevo
fundamental de la situación. deltamaño y de la forma de los continentes factor orográfico, la planicie húngara. se combina con las montañas medias y los
y de los océanos; ellas remiten a la or:ografía, tomada en su sentido más amplio, es Alpes; Austria, íntimamente ligada a Alemania por su relieve occidentai, se
decir, a la forma y a la constitución del relieve del planeta. Se debe a la formación autonomiza hacia el este, aunquedl triángulo de los países balos de Galizia se apoye
de montañas un gran número de relieves que no sóio han actuado como obstáculos polít¡camente sobre la Alemania del nor-este y sobre pbtonia. Et rasgo más singular
sobre elmovihiento histórico o lo han revertido: ellos han impuesto sus características -en los planos etnográf¡co y muy pénto potítico- de lá población y ta historia de
a grandes territorios. El sistema plisado de las Cordilleras y de las Rocallosas orientó Austria-Hungría, proviene de esos países bajos, rodeados por los Cárpatos, que
las migraciohes y la formación de los Estados-delNt¡evo Mundo. Asia permanece constituyen como una isla entre íbs Alpes y las montaflas medias, por una parte, y
sumisa a la influencia de las altas rnesetas del interior, con su borde montañoso. las planicies de Euiopa Orienial, por .lq otra. Pero, d.ado que los Cárpatos se
Africa se caracteriza, por el contrario, poi la aüsencia de largas cadenas de desarrollan como un gran ramat del sistema alpino en los alrededores de presburgo,
montañas. Los Estados pequeños, situados sobre un territorio restringído. están a partir de las montañas de Leitha. y dado que los Alpes en su extremo este se
marcados por cierta uniformidad orográfica; se los puede caracterizar sin más como fusionan en el borde occidental de la planicie húngara, a esta última se atribuye un
países de montañas, de mesetas, de valles. Expresiones tales como «países carácter cárpato-alpino. Es en ese sentido que supan puede definir ta monárquía
alpinos" o "llanura del Norte" son evidentes. Si se exceptúan algunas lronteras- austro-húngaracomo "unaunidad, apesarde ladiversidad de losfactoresorográficos
bolsones en elnorte, un Estado como elde Schwazburg-Rudolstadt estáenteramente que subyacen en ella".
situado en el bosque turingio. A esta coincidencia orográfica corresponden siempre
analogías políticas.

Los Estados relativamente extensos no tienen uniformidad orográfica siilo en


.la planicie.'La formación de mesetas antiguas o regientes les confiere una gran
difri¡gnciación, a veces inmensa en cuanto a la altura, la orientación y la forma, lo que
lleva, a menudo, a una gran diversidad de resultados y de intereses (véanse los
-ejemplbs de Grecia y de Suiza). Sólo las influencias del mar y de los grandes ríos
"
son comparables en todos los países.

que Husra y
Eñtral,les impone, de lado todas las diferencias, una misma obligación:
lucharcontralastribusnómadesdelasestepas. EnAméricadelsur,lapartevariable
de los Andes entrega un buen criterio de clasificación.

Brasil, Urug.uay, Paraguay y las Guyanas están desprovistos de territorios


andinos, Venezutila posee algunos retoños de é1, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia
y Argentina combinan tenitorios andinos con impqrtantes posesiones en los países
bajos, Chile es la rlnica potencia esencialmente limitada a los Andes y a su vertiente
occidental; es, a decir verdad, el único Estado del Sur-Oeste americano que sea al
mismo tiempo una potenc¡a del Pacífico. El carácter conllictivo de las relaciones
CAPÍTULO XXV .

íi: I
L"s *
r* r*' Flelieve e historia

352. La significación estratégica de las montañas. La pasividad histórica de tos


pueblosdelasmontañasvíenedequeellasobstaculizanlasmigraciones. Desniveles,
rellevesygeología, plantacionesdebosques, hidrografía, son otrostantos obstáculos.
Los países de alta montaña desprovistos de vías de comunicación son más o menos
ínfranqueables en invierno y en la estación de lluVias. L9s grandes

que lageogr

articulación sino después. La montaña existe como un todo; ella determina los
movimientos históricos sólo en su conjunto. En el caso alpino, por ejemplo, las
determinacionbs continúan haciéndose sentir después de siglos á ta eécatá Oá-üñ
continente, cualquierasea lavariedad de los comportamientos iocales. Las montañas
con diferentes desnívelescumplen muydíferentdrnente sutareade barrerahistóriá
En general, la alta montaña frena y aísla más; sin embargo, los Alpes, más elevados
que los Pirineos, no tienen la misma eficacia, porque sus pasos son más profundos
-a dos tercios de su altura en los Pirineos, a la mitad en los Alpes- y porque son,
conforme a la estructura alpina, más numerosos y están mejor repartidos.

Por lq demás, no sólo la altura es decísiva. La estructura de la montaña entra


igualmente en juego. Las montañas con dorsal constituyen un suelo político muy
díferente de las cadenas abruptas. El alto país escandinavo ofrece, a pañir de los
800 m, un mundo en sí mismo: región de lapones y de renos nómades poco
numerosos, estratégicamente débil. lgualmente, Tian-Shan, con sus majestuosas
mesetas altas, sobre las cuales se asientan cadenas paralelas de 5.000 a 7.000 m,
aísla a los pueblos sedentarios, pero los pastores de las estepas vecinas, que siguen
en verano elderretimiento de las nieves, se reencuentran allí. No están fijos en el
alto valle, han importado su nomadismo en la montaña y más allá. De allí la debilídad
estratégica de esas montañas,. que los rusos ocuparon facilmente, al contrario del
Cáucaso.

En las moniañas medias.de Alemania, los grandes contrastes no provienen del


desniüel, gomo en lo§ Alpes y'f.Joruega, donde lá montaña baja a piquá d mar; está
en la'diferencia entre las mesetas alargadas, las colínas onduladas y los valles
entalfádos, paísajes que se oponen alpaís bajo vecíno. Las montañas se recortan
en esas masas hinchadas como una muralla, expresión apretada de los obstáculos
opuestós a los movimientos históricos. § los Alpes son una muralla con mil almenas,
las Íi0ntañas medias son una murálla simple y uniforme.

' ,,Se debe, finalmente, tomar en consideración la situación de la montaña


respectiva. Si el Cáucaso, mucho más que otras cadenas de montañas, se opuso
160 161

ta4 elicazmente a todo paso, sise probó contra los persas, los griegos y los romanos montenegrinos: "Estan siempre listos para cl sacrificio supremo; viven, por a8f
y "se mantiene en su rol histórico" (Mommsen), ello se debe a su situación entre el decirlo, de su muerte,'r Los pueblos de montaña, conscientes de que ló inaccesible
Mar Negro y el Mar Caspio, que cubren sus flancos, al apoyo que le da el país alto de su territor¡o es su mejor aliado, no lo han hecho nunca más accésible que lo
de,Armenia, en fin, a su amplitud considerable. lncluso las estepas vecinas necesario.
contribuyen a la solidez de ese campo naturalmente parapetado; ellas impiden esa
primera forma de dominación, que es el envolvimiento por los flancos, aparecida en 355. La naturaleza ccnro refugio. Las relaciones entre montaña y paÍs plano se
los Pirineos y en los Alpes varios siglos ántes de la penetración frontal. reproducen cualquiera sea la escala; lo mismo ocurre con el efecto protector de la
montaña sobre los espacios más o menos grandes. se encugntran grandes Estados
Los países situadoi a ambos lados de una montaña presentan siempre cierta
independientes en la frcntera entre colinas y altas montañas; pegueñas comunidades
relación de reciprocidad estratégica. Muy a menudo se puede alcanzar el mismo
objet¡vo por ambos lados. Los franceses pudieron buscar alcanzar Viena tanto por romanches se han mertenido en el fondo del Stubaital, cuando habfan desaparecldo
gl sur como por el norte; Federico el Grande y Moltke utilizaron tanto Silesia como del resto del paÍs bayuvaro. En ambos casos, es asÍ porque el entorno montañoso
" Bohemia en su recorrido hacía elAustria interior. De allí el hecho de que batallas entrega la protección de una naturaleza desértica. Se encuentra una coincidencla
ItávdOas a cabo de ambos lados se libren en una relación causal. análoga, esta vez entre dos países montañosos y un puerto, en el bastión del
protestantismo francés de los años setenta del siglo XVI: Bearn, Cevenas y La
Federico el Grande avanza por Sajonia y Bohemia para defender Silesia y Rochelle. Hay que guardarse de ver en esa protección natural el efecto pasivo de
compensa su derrota de Kolin por la victoría de Leuthen. No sabiendo, en 1866, si un entorno donde los hombres se habrían contentado con disimular su vida y sus
lOs austríacos atacarían sobre el Oder o sobre el Elba, los prusianos retrocedieron
bienes.
en 6l momento de la ofensiva; pero, cuando hubo constatado que Silesia no estaba
amenazada; Moltke desplaza la decisión al oeste de los Sudetes; la batalla de Deben tamb¡én mencionarse esos procesos particulares en que
Kóniglrátz preservaba Silesia y aseguraba la ruta de Viena por Moravia. Ese que glfece.la montaña va mucho má&a*lád+{a{jmnle consenracióq.
estratega nosdejó, por lo demás, en su Memoriade 1860, instructivas observaciones
' sobre las situaciones respectivas de Bohemia y de Silesia con respecto a Berlín y a
Viena.
a, que haráque el un día sus barreras
Las montañas actúan como velas; ellas disimulan al enemigo los movimientos
y las relaciones de fueaas; las operaciones de 1866 mostraron que al abrigo de las un cúmulo de sólidos territorios, más que la inmensa planicie de la Alemania oriental.
montañas se puede, discretamente, operar úna coñcentración de tropas, lo que
perm¡te hacer jugar en pleno el efecto sorpresa. La situación geográfica cie los Tres Cantones fue determinante en la evolución
de la Confederación Helvética. Esas tres regiones constituÍan una suerte de unidad
354. Las montañas en la historia mititar. Pobres en recursos, poco pobladas y federativa, incluso territorial, "cuyaraíz indefectible eran las montañas,, (Dlerauer).
privadas de vías de comunicacion, las montañas obligan a los ejércitos a cubrir Pudieron, por consiguiente, ser la columna vertebral de la joven Confederaclón. Los
mucho terreno. Sus movimientos se alargan y se hacen más lentos. Es imposible otros miembros de la Confederación vacilaron, buscaron una poslclón lntermedia,
concentrar una ofensiva para precipitar rápidamente la decisión, como en la planicie, dejaron la alianza o fueron reemplazados. Sólo los Tres Cantones, epoyadog en el
San Gotardo y en el lago de los Cuatro Cantones, encajado en elángulo dg log Alpes
§ donde los medios abundan. De allí la gran similaridad de las guerras de montañas
de Glárnich y Berna, se mantuvieron. Es así como territorios mucho más lmportantes
a través de los siglos; la naturaleza de los ejércitos y los desarrollos del arte militar
», juegan allí un papel bastante diferente de aquel que, en las grandes campañas, vinieron desde el exterior a asociarse a un núcleo sólido y protegldo, Lo¡ tres valles
tienen como teatro la planicie. Los combates de los rusos en el Cáucaso se asemejan lejanos constituyeron un polo de atracción y de crecimlento para ol con¡unto de la
mucho a las campañas turcas eh Montenegro. Las marchas a través de los Alpes, vieja Confederación -el valle de Uri, el territorio de Schwyz, quo !o o8calonlbt entre
en los síglos XVll y XVlll en particular, las batallas austríacas sobre el Rhin, el Po o Myhten y el lago, los valles ramificados de Unterualdon., cada vat un plquoño
el Danubio, significaban grandes pérdidas de fueza y de tiempo. mundo cerrado, con sus costumbres privadas y pribllcaa. De¡errollo qua tccuerda
en muchos aspectos eldel reino ds Skone en Escocla, quo tuvo por núclco Argyll,
Los combateJ éimontana son extremadamehte Lperos; ellos presentan a Perth, Fife y algunos otros pequeños torrltorlog.'
menudo un carácterdesesperado; estáen la naturalezade ese teatro de operaciones,
donde los combatientesdefienden su propio suelo,conocen cadapulgadade terreno ' El traductor alemán - lrancós agndocc r C¡th¡rlnt von 8ülow por lor conaalot qua olla tuvo a bien
y, además, tienen poco que perder. ¿No decía acaso un ofic¡al austríaco de los prodigarle.
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l El suelo, la sooiedad y el Estadol
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El suelo y la sociedad

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Como el Estado ne es concebible sin territorio
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sJtr¿5l¡ruo. H4,ne+€b§traeeié'+cle€I6T-n una teoría del Estado es una vana tentativa,


que jamás pudo tener éxito sino pasajeramente. por el contrario, hubo muchas
teorías de la sociedad gue permanecieron completamente extranjeras a toda
consideración geográfica: éstas ocupan incluso tan poco lugar en la sociología
moderna, que es totalmente excepcional encontrar una obra donde ellas ocupen
algún papel. La mayoría de los sociólogos estudia al hombre coms si estuviese
formado en el aire, sin laios con la tíerra. El errorde esta concepción salta a los ojos,
es cierto, para todo cuanto concierne a las formas inferiores de la sociedad, porqrie
su extrema simplicidad las hace parecerse a las formas más elementales del Estado.
Pero entonces, si las formas más simples de Estado son irrepresentables sin un suelo
que les pertenezca, debe ser también asícon las formas más simples de sociedad;
la conclusión se impone. En un caso como en el otro, la dependencia del suelo es
un efecto de las causas de to
s que en la
historia de las sociedades, aunque sea a causa de los espacios más considerables
que el Estado necesita. Las leyes de la evolución geográfica son menos fáciles de
percibir en el desarrollo de la familia y de la sociedad que en el desarrollo del Estado;
pero es justamente porque están con más profundidad enraizadas en el suelo y
cambian de él menos fácilmente. Es, incluso, uno de los hechos más considerables
de la historia el de la fuerza con que la sociedad permanece fi¡ada al suelo, incluso
cuando el Estado se ha desprendido de é1. Cuando el Estado romano muere, el
i,
¿l \¡ pueblo romano le sobrevíve bajo la forma de grupos sociales de toda suerte, y es por
-r r:' \'
p\ { :ilv'
'i'
intermedio de esos grupos que se transmitió a la posteridad una multitud de
.n1.) / propiedades que el pueblo había adquirido en et Estado y por et Estado.
,l :
('

krl N b)
( v" Así, que el hombre sea considerado aisladamente o en grupo (famllla, tribu o
)' Estado), donde quiera se observe, se encuentra algún trozo de tierra vlnculado a él
y a su persona y al grupo del cualforma parte. En lo que se reflere al Estado,la
geografía política está hace tiempo acostumbrada a incluir en la llstade consideraciones

ulli,1i§,lÑí' 1 Publicado en francás en El Año Sociológico 1898. 1899,


166 167

el tamaño del territorio junto al número de la población. lncluso grupos como la tribu, a los
lgualmente, se ha representado nómades como completamente
ll lamllla, la §omuna, que no son unidades políticainénte autónomas, sólo son desprovistos de toda organización polÍtica en el sentido de la antigua máxima Sacae
poclbles sob(e un suelo y su desarrollo sólo puede sercomprendido con respecto a nomades sunt, civitatem non habentz, Se ha preguntado si ellos se interesan por el
lrc sue[o;);. oeunlsmo modo que |os
del.¡nismo mogo pr !g!§t_oles-§tnose_--** suelo que ocupan, y, corlsecuentemente, si ellos lo delimitan. Pero, hoy, el hecho
lc8 qn retacron con los progresos del dominio político. En todos esos casos, está f uera de duda: el territorio de Mongolia está tan delimitado y dividido como aquel
ssra ás o menos durabre de Arabia. Montañas, riquezas, cursos de agua e incluso montones de piedras
con la tierra, comercio en el curso del cualse intercarnbian, entre ellos y la tierra, toda
artificialmente apiladas representan las fronteras de las tribus, y-no hay ni siquiera
SUerte de acciones y de rgaccionq;, Y, aun de suponerque en un pueblo en vías de lasmáspequeñasdivisionesquenoesténrodeadasdelímites. Encuantoalaaptitud
oreclmiento la importáncia del§ud"lo¡o"sea tan evídente, íque se le observe en el- de esos misños pueblos paracrcar Estados, se puede ver cuán grande es ella, por
momento de la deiadencia y de la disilubiónl Nada de lo.que ocurre entonces se la historia de las sociedades sedentarias que se encuentran rodeadas de tribus
comprender, si no se considera elsuelo. U¡pqeE!-o retrocede en tanto pieri nómades; cuando los Estados de las primeras caen en ruinas, son justamente los
nómades vecinos quienes irilportan allí una vida nueva, de donde resultan nuevos
en el terri Estados.

Por lo demás, no es entre los pastores nómades que el amarre al suelo está
en su mínimo, porgue ellos vuelven siempre a los mismos pastoreos. Es mucho más
débil en esos agricultores del Af rica tropical y de América que, alrededor de cada dos
años, dejan sus campos de mijo y de mandiocapa'a no volver jamás a ellos. Y es
menor aún en aquellos que, por miedo a los pueblos que amenazan su existencia,
no se atreven a ligarse dernasiado fuertemente a la tierra. Sin embargo, una
que tiene porobjeto lahabitación es tan simpte,!-iluede elta haresuttado clasíficación superficÍal no sitúa a tales socíedades entre las nómades. Sise clasifica
Qntfe el hombre y el suelo una relación que ha permanecido casi invariable en el alospueblosdeacuerdoalafuezaconque ellosseadhierenalsuelo,sedebeponer
tlempo. Las habitaciones .modernas son, en su mayoría, menos efÍmeras gue totalmente abajo a los pequeños pueblos cazadores del Africa Central y del Asia del
aquellas de los pueblos primitivos; pero et habitante de las ciudades se hace un sur-oeste, aóí como a esos grupos que se encuentran errantes en toda especie de
lbfuglo artificial con piedras talladas que no siempre es tan espacioso como las sociedad, sin que un suelo determinado les esté afectado en propiedad (por ejemplo,
' cavgrnas de la edad de pieidra; igualmente, los bohemios de Europa, los fettahs en Japén). Los-australianos, los habitantes de
muchas aldeas negras y polinésicas
Ostán fornadas por chozas más confortables que más de alguna aldeaeuropea. En la Tiérra del Fuego, los esquimales, que para sus cacerías y cosechas de raíces,
nuestras capitales, los representantes de la más alta civilización que haya jamás buscan siempre ciertas localidades y que delimitan sus territorios de caza, están en
cxlstldo, disponen, ilara sus alojamientos, de menos lugar que los miserables un nivel más elevado. Más arriba se encuentran los agricultores nómades de los
habltantes de un Kraal hotentote. Las habitaciones entre las cuales hay más países tropicales,; luego, los pueblos pastores gu€, en diferentes regiones del Asia,
dllerencia son, por una parte, aquellas deJos pastores nómades, con la eitrema se mantienen sobre el mismo suelo hace siglos. Y sólo entonces vienen los
movllldad que necesitan las migraciones continuas de la vi{r pastoral, y, por otra, agricultores sedentarios establecidos en pueblos con lugar fijo, y los pueblos
los departamentos apilados en las casas-monstruos de nuestlas grandes urbes. y, civiliádos igualmente sedentarios, de los cuales la ciudad es como elsímbolo.
rln ernbar§o, los nómades mismos están atados alsuelo, aunquá los lazos que los
Atan a él sean más sueltos que allí donde la sociedad lleva una vida sedentaria. La alimentación es la necesidad más apremiante para los particulares, así
'Bequleren de más espacio para moverse, pero volverán periódicamente a ocupar como para lacolectividad; así, las necesidades que ella impone tanto a los individuos
lo¡ mlsmos emplazamientos. No se está, por consiguiente, autorizado a oponer los como a los grupos prima por sobre todas las demás. Aunque el hombre pida su
nómades a todos los demás pueblos sedentarios tomados en bloque, por la simple alimento alacaza, a la pesca, a los frutos de la tierra, es siempre de la naturaleza
re¡ón de que, despué§'dé'una estada de algunos meses en un lugar, el nómade de su alimentación que ellos dependen, y del lugar de la habitación y de la extensión
mque §ucarpay latrañsporte a'lomos de camello aalgún otro lu§arde pastoreo. Esa del terreno que produce los alimentos. La duración de los e'btablecimientos en un
dllcrenola no tiene nada de esehóial; ni siquiera üene la importáncia de aquella que
'r¡¡ulta de su gran movilidad, de si¡ necesidad de espacio"consecuencia de la vida
pl¡lorel. 2 Son nómades, no tienen ciudadanfa. (N, d. L T. lrancés-castellarió).

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168 169

mllmo lugar,varfa lgualmente, dependlendó de que las fuentes de la alimentacíón recubre en ella elcarácterpotít¡co. es sglg_qd
produ2can de manera duradera o se agoten al cabo de atg ún t¡empo. La caza emptea los ajustes sociales, necesarios para la defen§a. se separan ctp los demás. Y vemos .
de preÍerencla hombres, en tanto que la recolección de fiuta es más bien ocupación t'
de muieres y niños. Mientras más productivas sean tacazay la pesca, más mujeres familiares son púestas en común, con el objetivo ésoec_ial de defende.¡: els.uelo. La
y nlños habrá disponibles para el trabajo doméstico; y más podrá la casa, por
estros están allí
conslguiente, ser sólidamente construida y conven¡entemente habilitada. en iin, . enterrados, contribuye aese resultado: porque el amarre al suelo que es consecuencia
mlentras más la agricultura esté en condiciones de asegurar una satisfacción cierta de ello, crea entre socíedádes distinlas y separadas una comunidad de intereses que
a la n'ecesidad de alimentarse. tanto más se hace iambién posible ellijarse sobre un es un encauzamiento a lá formacion del Estado.
hábltat limitado. Hay, por consiguienie, una muttitud de fenómenoé sociales que
tlenen su causa en la necesidad, primitiva y urgente, de ta alimentación. y para
cxpllcarse ese hecho es necesario recurrir a la teoría de la r,urgen6i¿,, d€ la cual
hablh Lacombe, según la cual las instituciones más primitivas y más fundamentales '
/
Tanto desde elpunto de vista económico como desde elpunto de vista político,
loffan aquellas que responden a las necesidades más urgentes.
la relación más simple que una sociedad pueda sostener con el suelo es aquella que
se observa en el caso de la familía monogámica; entiendo por ello el grupo formado
cudndo s'óto se explota et suelo de manera pasajera, también se fija uno a él por una pareja y sus descendientes. que. a partir de una choza común, irradian sobre
un espacio limitado que ellos explotan con la caza o la pesca, con miras a obtener
'mañt€n€tse¿ttÍJis de esa necesidad que el Estado saca sus mejores fuerzas. La su alimentación. Si la familia se acrecienta por multiplicación natural, entonces
también se ve acr@s¡iapa
tarea del Estado, en lo que concierne al suelo, es siempre la misma en principio: el
simple, ese crecimieñto se hace sin solucíón de continuidad, es decir, el dominio
Estado protege el territorio contra los ataquet exteriores que tienden a aminorarlo.
expiotado se extíendealrededorde lacasafamiliar. Alaumentar,lafamíliamonogámica
En el más alto grado de la evolución política, la defensa de las fronteras no existe sólo
puede transformarse en la familia compuesta o en el clan, qúe, como en Améríca del
para servir a ese objetivo; el comercio,.el desarrollo de todos los recursos que
Norte y en Oceanía, continúa habitando enteramente bajo un mismo techo, en la
contlene el suelo, en una palabra, todo aquello que puede acrecentar la potencía del
Estado, concurre también allí. La defensa del país es el fin último perseguido por "€sadelclan". Naturalmente, sélo puedeserasíallídonde elsuelo es particularmente
productivo, como cerca de ríos muy abundantes en peces de América del Norte, o
todos esos medios. Esamisma necesidad de defensa es también elresorte delmás
bien, asimismo, en regiones donde la agricultura ha alcanzado un alto grado de
n0table desarrollo que presenta la historia de las relaciones del Estado con el suelo;
desarrollo. Esa suerte de familia o de clan hace las veces de Estado. Pero, cuando
qulero referirme al crecímiento territorial del Estado. El comercio pacífico puede
el grupo familiar §e parte, con el fin de asegurar a los llegados más recientemente
preparar ese crecimiento, porque tiende finalmente a fortificar al Estado y a hacer
una parte determinada del suelo, de inmediato aparecen las habitaciones nuevas y
fetroceder a los Estados vecinos. Que consideremos una sociedad grande, o cada una de ellas es ei asiento de una nuéva sociedad doméstica. Entonces, elvalor
pequeña, ella buscará, ante todo, mántener integralmente el suelo sobre elcualvive
dedigual de las tierras comienza a hacer sentir sus efectos: ellas están más o menos
y del cual vive. Oue se haga cargo de esa tarea, e inmediatamente ef a se transforma
alejadas, no tienen la misma situación, la misma fecundidad, y todas esas diferencias
en Estado. tíeñen una influencia sobre eldesarollo de las familias. Lo-s parientes no pueden
formar grupos económicAmente cerraéos bs unos a los otros; el lazo que los une
Se debe observar las formas más simples de sociedades para comprender en virtud de su comunidad de origen se mantiene y une recíprocamente a varios
blen esa relación. Si se examina de cerca la relación de la sociedad con el suelo, y establecimientos, varios pueblos, varias casas de clanes. Es asÍ como un Estado
nace. Estavez económlcas
c,C todas las agrupaciones sociale consumado. Pero, q0 gse nivgldg!_deSg¡¡gllo,q!
gttüi más estrecho. con el en,su esencia elhacerse de un terrltorlo que sobrepase
unlclos d mismo. rffin""dé-ti§r?á Los habitantes del pueblo, de la ciuclad, esfán
UfllOOStt.miSmorñngó?T""0é-[erra.
t0d@enteligadoslosunosalosotros.lnclusocuando monocelular: el Estado, por el contrario, atrag a su clrculo de acclón a un número
¡lta¡ últlmas clases de sociedades toman formas políticas, conservan todavía algo cada vez más considerable de esos organlsmos elementalss, y los desborda a todos.
dc famlllar en la manera en la cual están constituídas y, no vemos aún aparecer al Se forma así, entre esas dos clases de agrupaciones, una diferencia de tamaño que
E¡tldo, porque se confundg con la familia- El carácter doméstico de la asociación
170 171

del.resto del mundo; pero la voluntad de los hombres


vela tanto más por mantenerlos
aislados. Es uno de.los más urgente s desiderata iie ta
Más allá del clan, todo crecirn¡ento.ta la Sóóiedad'es, en realidad. un -- por los cuales se ha puesto obstácuro ar crecimiento
sociotolr";t il"
tos métodos
de la poü".ü,i-rétodos cuya
riento del Estado. Sivarios clanes contraen una alianza ofensiva o defensiva, práctica es a veces consciente y a veces inconsciente-
sean por fín expuestos de
confedéración que manera sistemática. La manera como ras socieduo..
se<ersplFinqe;Fff eonsiguiEñte, sucesivamente delgrupo económico y luego del son puestas en contacto con puebros de civirización
ünñirJ.l y'*r"r"n cuando
suf,erior, r," ,io" oár.¡ü'r,
grupo familiar, los domina y los envuelve. Entonces, se ha llegado a la fase en la cual numerosas monografías; y, sin embargo, ese fénórñeno'estái;io;
áJnaoer.¡ugaoo
el Estado es el único grupo que pqeda recibir una ertensión territorial continua. Es en la historia.de ra humanidad un papLt tan ímportante
como ra tendencia de ros
de esta manerqque s-e fra acrecentaQp.más y más, hasta formar imperios que casi" grupos sociates a concentrarse en espacios restring¡dos
y a aiiraise io, ,no, o" lo, ü
,' llenaban continentes; y el límite extremo de ese desarrollo todavía no se ha otros, tendencia a la cual miilares y miilares de puébtos,'p.qr.nob
o grandes, han ü
sacrificado tas fuerzas que res hubiesen permiti'do a.r..ántáLá.-- -
alcanzado
a
Así, aliguálcomo los grupos económicos -compuestos por una habitación con
los territorios Qé caza, de pesca o de cultura que dependen de ellos- representan las
formas prirnitiivas del Estado, son también ellos los primeros en perder todo carácter
delah
a su competencia, debí
al contacto de los o

ogéneo det
de ese gét1ero. Pero ellos se desarrollan activamenteen otros sentidos y, siel Estado E§raso famrrar, nrnguna personalidad originalpodía
constituirse y las innóvaciones
(;
al cual pertenecen llegara a disolverse, están listos para reiómar su antiguo rol en el eran imposíbtes. Eltas suponían, en efecto. (ue se produ¡era
. mqmento en qua ello es útil. Es que ellos, como el Estado, comprenden un territorio en elseno de la sociedad y que, además, se hubieran
unapriÁ"áJ¡i.r.rJ".ij, (}
estabtécidoiJaciones
entre
y hombres. Elgrupo'de parientes, en cambio, no comprende sino hombres; no tiene las diferentes sociedade.s, de manera que pudiera haber
entre eitas como una

parahada raíces en elsuelo; así, se le ve de§aparecer entre elpueblo y el Estado,
en el momentg en que el Estado sobrepasa al clan.
recfproca excitación al progreso. y es necesario que
s.ola y única
ese hecno ná se produzca una
vez, sino que se repita. Es Ia misma ioea que ,rprár"tá G
decla que, además der medio, había una fuena -capazde
comte cuando
apresurar o de retardar O
Aunque la tendencia a la extensión territorialsea como el progreso- en la densidad.creciente de la población,
en la necesidad creciente de
aparece ar mismo tiempo, y en ra división oeitrr¡á¡o 0
, el aurnenlo natural de lapoblación lo hace necesariamente
lliT?llo"rrqre
que resulta de eflo. si comte se hubiese etbvado
geográfica, si hubiese comprendído que esa fuerza,ásí
vl" cooperación
,na .on.áótion prop¡amente
" como ese med¡o, tienen al
U
muy denso si no interuienen fuerzas"políticas y sociales para poner obstáculo a esa bSS.e y no puedeq
ser separados de ét, porque et espacio tes es
cohdensación. Si esa intervención no se hubiera producido, la relación de los :_Y:]:_:gI9jndispensable,
rguarmente habría a ta vez profundizado y simplificado toda la noción
hombreb con el suelo habría debido modificarse en todo lugar en el núsmo sentido; que se había hecho det medio.
se habrían hecho cada vez más numerosos, en tanto que la porción del suelo
ocupada porcada uno habría ido en disminución. ElEstado qye mantiene firmementé
su suelo y qüe no quiere salir del aislamientó en elcual encutntra la seguridad, está, Resulta
de
oe ello que las
laE relaciones de la sociedad con el suelo afectan
por cor,siguients, obligado a iniciar una lucha contra lá"sociedad-. lmpide el a la naturaleza del
Estado;en cualquier fase de su desarrollo que se le considere.
crec¡miento naturalde ella, determinando las migra6iones. Sin embargo, mientras Cuando la actividad
económica es poco desarrollada, mientras ef ie¡¡tor¡o es extánoi¿üpli
la hurnanidad no haya sobrepasado aún el estado de barbarie, son los medios más se lo aliena fácilmente, resulta de ello una faltade .onsisiencia y "onsiguiente,
r slrnples y más rápidamente eficaces los que se usan de preferencia. Todas las la constitución del Estado. una población diseminada, qr. nt"..lt"
ie estabiliaad en
prácticas"que tienen por efecto disminuir artíficíalmente el número de vidas humanas de mucho
espacio, aun cuando estuviera encerrada en un círculo Oá tronterás
y a las cuales la sociedad está obligada a confor¡narse, desde la exposición de los nítidamente
definídas, produce el Estado de los nómades, cuyo rasgo característico
reclán nacidos hastalaantropofagia, lavendetta,laguena, concurrsn aproducirese es una fuerte
organización militar, indispensable por la necesiáad delefender vasias
resultado. La neceááad dá esa-Oisminución es pártiqrlarmente evidente en todo extensiones
de tienas con uh pequeño número de habitantes. si, por
ta frácti.ááái"
.lugardondelospüdblosocupañundominionetamenlé'cirpunscritoporlanatu'alez4, la sociedau se une más estrechamente al suelo, etlo "gricuttura,
iri.,primá eniáncás a Estaoo
como los oasls y las í§las; es lo qüe ya vio.Malthu's. No es tan visible en los pequeños toao
un conjunto de caracteres qüedependén de la manera en que ras,t¡erras
' E¡tados de lospueblos primitivos, porque la naturaleza no ló§separatan radicalmente repartidas entre las familias. Primero, el Estado está más
estén
soliáamente estabtecido

*t
172 173

¡Obre un Suelo muy poblado, de donde aún püede sacar más fuezas humanas para naturalezafísicadelpaís, de susventajas e inconvenientes, resalta, porconsiguiente,
¡u defensa, y una mayor variedad de recursos de toda Suerte, que si la poblaciÓn sobre la historia política,,. La historia nos muestra. de modo mucho más penetrante
'ugse escasa. Así. no es §implemente en la extensión de su territorio que se debe que el historiador, hasta qué punto el suefo es labase realde la política. Una política
pñciar la fuerza de un Estado; Se tiene una melor medida en la relaciÓn que la verdaderamente práctica siempre tiene un punto de parlida en la geografía. En
¡ociedad sostiene con elterntorio. Pero hay más;esa misma relación actúatambién política, como sn historia, la teoría que hace abstraciión del suelo toma los síntomas
tobre la constitución interiordel Estado. está iguatmente repartido porcausas. ¿Oómo no comprendertodo lo que hay de estéril gn una lucha cuyo único
se inclina h rano, una objetivo sea la potencia política y en la cual la victoria, de cualquíer lado que se
vuelque, deiará,sin embaS', las cosas más o menos en elmismo estado en que se
no orooretanos encontraban antes? Los tratados que no tienen por efecto repartir una potencia
su máximo desarrollo en las conforme a la situación respectiva de los Estados, no son jamás sino expedientes
diplomáticos sin duración. Por el contrario. la adquisición de un territorio nuevo, al
iln derechos. obligar a los pueblos a emprender nuevos trabajos, al extender su horizonte moral,
ejeice sobre ellos una acción verdaderamente liberadora. He allí lo que determina
el renacimiento de los pueblos que, luego de una guerra feliz, se enriquecen con
De allí deriva una gran diferencia entre dos ctasás de Estados: en los unos, nuevos paíáes, precio de su victoria. De allí proviene ese efecto de renovación y de
la SOCledad vive exclusivamente del suelo que ella habita (ya sea por la aqricu rejuvenecimiento que historiadores profundos, como Mommsen, atribuyen a toda
c por la ganadería. eso no importa), y eldomiñ-íbTgcadátiibu. de. cada-Qgnuna. de expansión política. Flusía desarrolló su potencia en el curso de las mismas luchas
cacfmñifiáiienoeffiel Estado; en los otros. los hombres que Europa occidental sostuvo durante las cruzadas. Pero aquí estalla la gran
a recurir ^ tierras diferéntes y a mcnrrdo hactante aleiadas de diferencia entre la historia que se mueve sobre su tierra natal y aquella que se disipa
fquellas dónde están establecidos, AllÍ donde ládensidad tenga su punto más alto,
'atán,Ohligaclos en expediciones lejanas en países extranjeros. Es en Rusia que se furdó ese gran
ló10 una pequeña parte de la población vive Únicamente del suelo; la mayoría va imperio cristiano del Este, que las cruzadas buscaron vanamente crear en otro lugar,
f pedir a un suelo extranjero los alimentos y las vestimentas necesarias para vivir. pero prescindiendo de toda base territorial. Allí se ve crecer sin interrupción un
!n los dlstritos industriales más poblados, una buena parte de los trabajadores Estado que saca sus fuerzas delsuelo recientemente adquirido; acá se asiste a un
labltá lejos del lugar d'onde están empleados; es una población flotante, que va rápido aborto, debido a que se estaba demasíado lejos de las fuentes mismas de la
¡quf o allf seg,jn las ocasiones dd trabajo que le sean ofrecidas. Pero aquellos que vida nacional. La guerra de Crimea. el Tratado de París de 1 856 y su ruptura en 1 871 ,
to vlven del suélo que ellps ocupan tienen naturalmente necesidad de estar en son otros ejemplos del mismo fenómeno; las condiciones geográficas jugaron allí el
Claclón con otras tierra§. Es para ello que sirve el comercio. Sólo el cuidado de mismo papel.
olguardar esas relaciones contra los disturbios posibles es una función que
nCümbe al Estado; es así que Se le ve extender.su campo de accién por medio de
t6l6nias, de confederaciones aduaneras, de contratos de comercio, movimiento de
rxtenslón que siempre tiensn, por lo menos en algún grado, un carácter político.
incontramos, por consiguiente, incluso en las fases más elevadas de la evolución
para ds toda
O0lAl, la misma división del trabajo, entre la sociedad que utiliza el suelo
que protege las fuezas concentradas slrve como soporte rfgido
abltarlo y paravivir de é1, y el Estado lo con
a los humores, a las aspiraciones camb¡antss de los hombres, y cuando se les ocurre
n tu mano.
olvidar ese substrato, les hace sentir su lmperlo y lts rocuorda, medlante serios
avisos, que toda la vida del Estado tl€ne sug ralceg 0n le tlorrt, Hegula los destinos
Sa oÚetará, quizás, que esta concepciÓn menosprecia el valordel pueblo
nOS de los pueblos con una ciega brqtalitJad. Un puoblo Ceb¡ vlvlr sobre el suelo que
, tobfc todo, del hombre y de sus facultades intelsctuales, porque exige
que sea recibió de la fortuna, debe morlr állf, debc ¡ulrlr ll lay da ó1. Eg en el suelo, en lin,
bn¡E¡rado ol suslo sin el cual un pueblo no puede existir. Pero la verdad no dela que se al¡mentaelegofsmo polÍtlco, que htoadalrurlo clobletlvo principalde lavida
|.r la verdad. El PaPel dcl clanrcnto humano en la polltlca nc posctU'991- - priblica;conslste, en electo, en conaÍvlrallafiliorlo ntcloñal, s¡€mpre y a pesar de
todo, ,y a hacar todo lo poslblo por 00mo el únlco en gozarlo, incluso
de una socledad
El suelo y el progreso

Es muy natural que la fílosofía de la historia haya tenido siempre una suerte de lndice de nombres propios
predilección gár buscar la base geográfica de los acontecimientos históricos. En
olecto, en su,calidad de ciencia más elevada, que se distingue únicamente de las
demás disciplinas históricas por su tendencia a buscar de preferencia las causas
generales y permanentes, encontraba en el suelo, que es siempre ídéntico a sí
{
mismo, un fundamento inmutable p3ia los acontecímientos cambiantes de la
historia. Es igualmente así que la biolo'g{ague qn definitiva es la historia de los seres
vivientes sobre la tierrg, siempre vuelve a la consideración del suelo sobre el cual esos
BARTH, Heinrich, (1821-1865), explorador célebre, en particular por sus viajes en
centro del continente.

BINGER, Louis-Gustave, (1 856-1936), expforador del Afrioa.


Af rica del Norte ) al

I
ü
sáreshannacido,muerenyluchan. Lafilosofíadelahistoriaessuperioralasociología,
CURIIUS, Ernst, (1 814-1 896), historiador de la Antigüedad, especialista en el arte griego. e
en cuanto ha procedido por comparaciones históricas y así ha sido llevada, ella misma,
a comprender la importancia del suelo. Porque ofrece un punto de referencia fiio en I
medio de los cambiós incesantes de las manifestaciones vitales, el suelo ya tiene, en
DAHLMANN, Friedrich Christoph, (1785-1860), hisroriador e inftuyente potÍtico.
e
sl mismo y por sí mismo, algo general. He allí cómo los filósofos adviritieron bastante
rápido, y mejar que los historiadores propiamente dichós, el (lapel del suelo en la
DIE RAU ER, Johannes, (1 842-1 9201, historiador suizo.
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hlstoria. Montesquíeu y Herder no se proponían resolver prbblemas sociológicos o' DROYSEN, Johann Gustav, ( 1 808-1 884), gran historiador, especialista en el perÍodo helenÍstico y en
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geográficos cuando se preocuparon de estudiar las relaciones de los pueblos y de fos
Estados con sus territorios respectivos; pero, para comprender el papeldel hombre y
su destlno, se sentían en la necesidad de represéntárselo sobre el suelo que sirve
Prusia.

JUNKER, Wilhelm, (1 840-1892), explorador del país det Nilo y del Atrica Oriental.
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de teatro a su actiyidadY que, según Herder y Ritter, fue creado para é1, de manera LESSON, Rená Primeváre, (1794-1 849), viajero y profesor de botánica.
de permitirle desarrollarse allí conforme alplan delCreador.
LORENZ, Ottokar, (1832-1904), especialista en la Edad Media, autorde una teorÍacíclica de la historia.
iu Lo que es sorprendente es que, en las consideraciones relativas al progreso
MOMMSEN, fheodqr, (1S17-1903), historiador, aulor de obras sobre la Roma Antigua.
hlstórico, se haya tenido tan poca cuenta de ello. ¡Cuán obscuras son esas teorías
'donde se nos representa al desarrollo humano baio la forma de una ascensión en
PERELS, Ferdinand, (1 836-1903), autoridad alemane en materia de derecho maritimo.
lfnea recta, o comó una suerte de flujo y reflujo, o uh movimiento en espiral, etc.!
Descartemos esas fantasías y atengámonos a la realidad, oblígándonos a sentir PUFENOORF, Samuel, (1632-1694), jurista, autorde obras fundamentales sobre el derecho natural.
slemprs él suelo sólido bajo nuestros pies. Entonces
RANKE, Leopold von, (1795-1886), historiador, tuvo un papsl fundador en el establecimiento de una
evolución, también ella, se eleyasiempre más alto. historia científica en Alemania.

RITTER, Karl, (1779-1859), primer gran geógrafo unúersitario alemán.


hasta la sociología- alcanzan un grado de conocimienio cada vee más elevado'
además de dqsanollarse en amplitud. A medida que el territorio de los Estados se hace SCHUHTZ, Heinrich, (1 863-1 903), etnólogo, Altersklassen und M ánnesbünde.
más oonsiderable, no es sólo el número de kilómetros cuadrados lo que se incrementa,
glnotambiénsufuer¿acolectiva,suriqueza,supotenciay,finalmente,suduración. Así SUPAN, Alexander, (1847-1920), geografo austríaco, trabajos sobre la geomorfología, los lmperios
como el espfritu humano se enriquece más y más a medida que los caminos recorridos coloniales y la monarquía danubiana.
pof la gvolución humana sobre esta tierra se alargan aún má9, el progreso puede
VIERKANDT, Alfred, (1867-1953), sociólogo alamán, estableció un lazo entre la etnologÍa y la
f€pr$9ntars6, COn aproxlmaclón suficiente, por una espiral ascendente, cuyo radio psicolog ía social (Naturvó l k e r u nd Ku l t u ruó lke r (1 896), Ge s e ll sc h aÍtsl ehre (1 923).
Oracg más y más. Perq la lmagen es tan leiana a la realidad, que está desprovista
Ca todr utllldad. Es por oso que puede éstimarse suficíente el mostrar, en la
un carácter esenorar v, ar mismo
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