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cua de rno s t éc ni cos

Patrimonio y derechos colectivos


Juan Agudo Torrico

Las grandes declaraciones de los derechos del bienes. Pero también se producirá un cambio
h o m b re tienen también esta fuerza y esta debi- sustantivo en los argumentos en los que se fun-
lidad de enunciar el ideal, demasiado olvida- damentará este derecho colectivo: la valoración
do a menudo, del hecho de que el hombre no predominante, por no decir única, centrada en
realiza su naturaleza en una humanidad abs- el interés del propio objeto en sí mismo en
tracta, sino dentro de culturas tradicionales razón de su singularidad o particularidad, anti-
donde los cam-bios más revolucionarios dejan güedad, calidad estética y renombre de su autor,
subsistir aspectos enteros, explicándose en fun- es ahora justificada por su capacidad de evoca-
ción de una situación estrictamente definida ción como testimonio de una identidad colecti-
en el tiempo y en el espacio. va y de los procesos históricos que la ha ido
(C. Lévi-Strauss. "Raza e historia". 1952) conformando.
Este artículo parte de un intento de reflexión, aun- De esta manera, en tercer lugar, se han ido
que sea somera, sobre algunas de las razones que modificando los propios contenidos de este
han influido en el cambio de actitud hacia la parte patrimonio. Los viejos testimonios, ponderados
de nuestro entorno cultural que hemos dado en por su antigüedad o monumentalidad, compar-
seleccionar y denominar patrimonio cultural. ten ahora derechos de valorización y preserva-
Previamente, creo que es necesario llamar la ción con manifestaciones culturales en plena
atención sobre varios aspectos, alejándonos de vigencia: rituales, lengua, arquitectura tradicio-
cualquier imagen que pueda hacernos creer que nal, música, etc.; unas manifestaciones, estas
la toma de conciencia sobre nuestro patrimonio últimas, que nos hablan en muchos casos de
cultural es ya un proceso concluido y consolida- una vida cotidiana, tecnología, creencias y
do. El primero de ellos es el calendario relativa- modos de vida no tenidos en cuenta hasta
mente reciente que, de acuerdo con los docu- entonces; cuestionando incluso los límites entre
mentos seleccionados, va a ir marcando este pro- el ser humano y la naturaleza, para poner en
ceso; y que hace que, en muchos aspectos, la evidencia las profundas imbricaciones que
imagen que hoy tenemos de lo que debe ser e siempre han existido entre cultura y ecosistemas
incluir el patrimonio cultural, no se remonte más paisajes culturales.
allá de los años setenta1 del siglo pasado. En este proceso, las fronteras entre cultura
En segundo lugar, reseñar el significativo material e inmaterial, entre valores materiales e
cambio de actitud incluido en el plano jurídico- intangibles, se tambalean, invirtiéndose el orden
respecto a estos referentes de nuestro entorno de prioridad: el valor de todo testimonio cultural
cultural que vamos a ir seleccionando como par- deviene de su significado en relación con los
te de dicho patrimonio. Cambio en el derecho usos que han tenido en el contexto de las colec-
público de tutela e intervención que restringe tividades que los han creado y reproducen. En
los derechos de uso de los hasta entonces sacro- definitiva, la idea de patrimonio cultural tiende a
santa propiedad privada ejercida sobre estos englobar testimonios de los diferentes subsiste-

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mas que integran las culturas2, así como a testi- qué incluimos o no dentro de este patrimonio y
moniar las totalidades de sus estructuras sociales. en definitiva, qué definimos como tal, y, sobre
Finalmente, en cuarto lugar, tampoco hay que todo, a la hora de crear y articular los modelos
olvidar que toda imagen creada o por crear sobre a seguir para su preservación.
lo que ha de formar parte de este patrimonio, sus Se trata de que estas valoraciones patrimo-
niveles de relevancia, acciones destinadas a su nialistas no sean sólo simbólicas, costosas de
valorización, protección o modos de rentabilizar- poner en práctica, o que se apliquen al margen
lo socialmente, no deja de ser, a su vez, una cre- e incluso en contra de los colectivos sociales que
ación cultural, una construcción social vinculada conviven con este patrimonio. Al mismo tiempo
a periodos históricos precisos y a los discursos cuando, cada vez más, el patrimonio cultural se
ideológicos imperantes en cada momento. está utilizando como recurso económico, esta cir-
Ningún referente cultural tiene por sí mismo cunstancia de por sí positiva por cuanto entre los
un valor patrimonial inmanente; por lo que, al principios fundamentales para su preservación
igual que las identidades (J. Agudo, 1999) que se está el que se mantenga su utilidad social, es
supone contribuyen a fundamentar o demostrar, también motivo de un nuevo conflicto: entre la
ha de estar sometido a estos criterios de inter- capacidad de atracción que conlleva su conside-
pretación histórica El presente de cada colectivo, ración como patrimonio, parques naturales, cen-
en todas sus manifestaciones culturales, tiene tros históricos y su compatibilidad con la diná-
siempre un horizonte temporal limitado y preci- mica interna de la población que convive con él
so, aunque las expresiones más formales puedan y de los fuertes intereses políticos y económicos
parecer que se pierden en la noche de los tiem- que tratan de rentabilizarlo.
pos. Tanto las identidades como los testimonios El reconocimiento de su importancia, la cre-
culturales que hayamos elegido para representar- ciente demanda de los valores “tradicionales”,
las en patrimonio cultural son construcciones his- “históricos”, y de “autenticidades” con los que
tóricas que hay que precisar. Y como tal cons- se asocia en el imaginario colectivo, y la propa-
tructo social, toda imagen de patrimonio es revi- ganda de diferente índole destinada a promo-
sable en cada periodo histórico y sometida al cionarlos, está suponiendo, paradójicamente,
proceso inapelable de la selección del tiempo y una fuente de conflictos y peligros para su pre-
las interpretaciones humanas sobre el valor de servación. Con demasiada frecuencia, lamenta-
nuestro pasado y presente; al sentido que quera- blemente, se tiende a considerar la variable de
mos darle al concepto de tradición e historia su rentabilidad economicista como la determi-
como proceso dinámico que vincula, interpreta, nante. Pensemos en lo que está ocurriendo con
y contribuye a recrear los diferentes discursos de muchos centros históricos en los que solo pare-
las identidades colectivas. ce tenerse en cuenta el factor turístico; el patri-
Con ello nos encontraremos con una nueva monio pasa a ser sólo un bien de consumo nada
problemática, resultante de algunos de los fac- respetuoso con los fines sociales que lo origi-
tores que envuelven hoy en día todo cuanto se naron; hasta el punto de que los agentes socia-
refiere al reconocimiento de este patrimonio les depositarios tradicionales del mismo son
cultural: la consideración casi incuestionable de desplazados de su uso, cuando no instrumenta-
que son valores o testimonios a preservar como lizados como parte de un patrimonio que ya no
bienes colectivos, una consideración que reba- expresa un determinado modo de vida, sino
sa incluso a la propia colectividad nacional a la que ha quedado reducido a una escenografía
que se vinculan de forma directa como deposi- para consumo del turista de turno o de nuevos
taria o creadora de los mismos, para llegar a grupos sociales ajenos al origen, sentido social,
adquirir la condición de patrimonio de la huma- y simbología de los referentes culturales patri-
nidad3. Pero también estamos asistiendo a la monializados.
creciente dificultad para la aplicación de este De este modo, los peligros para su preserva-
principio ideal: ya sea a la hora de determinar ción, no provienen sólo de situaciones de catás-

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trofes imprevisibles, desastres naturales, con- cional, oficios artesanos, rituales, etc. A su vez,
flictos bélicos, expolio, sino de los modelos de la situación puede hacerse más compleja cuando
desarrollo económico y social propios de cada sobre un mismo referente confluyen diferentes
país en tiempos de normalidad: especulación tipos de valores que pueden llegar a condicionar
urbanística, sistemas de aprovechamiento del las medidas a concebir para su preservación.
territorio, modelos de consumo, intereses polí- Como ejemplo podríamos citar las casaspalacio o
ticos, etc. conventos transformadas con el transcurso del
Como después indicaremos, si las primeras tiempo en casas de vecinos: ¿se enfatiza su valo-
medidas destinadas a su preservación se tomaron ración históricoartística derivada de su condición
para hacer frente a situaciones de excepcionali- palaciega originaria y por lo tanto tratamos de
dad, muy pronto derivarán hacia la necesidad de recuperar su imagen original, o su valoración
compaginar su preservación con los modelos de etnológica y tratamos de preservar el modo de
desarrollo de las sociedades depositarias de este vida que ahora alberga, con las consiguientes
patrimonio; a la vez que de concienciar a la ciu- transformaciones o readaptaciones arquitectóni-
dadanía sobre la necesidad de su preservación cas no siempre respetuosas con su concepción
tanto por su condición de testimonios de una original?. O el ejemplo, citado con frecuencia
identidad compartida, como por la propia cali- como paradigmático de esta complejidad de sig-
dad de vida que pueden aportar frente a los nificados, de las grandes rocas de Uluru-Kata6 en
modelos sustitutorios ofrecidos por la sociedad Australia, valoradas como espacio natural por el
actual; y, en definitiva, porque su preservación contraste que crean en el entorno del desierto
no es necesariamente incompatible con la evolu- en el que se levantan, pero también como san-
ción de nuestra sociedad y las nuevas condicio- tuario por las poblaciones aborígenes, y aún
nes de vida. como espacio mítico por el papel que siguen
Significativamente, el problema no deviene jugando en los mitos de origen de estos mismos
ya de la evidencia de su existencia y de recono- pueblos.
cer la necesidad de su preservación, sino de Esta problemática añadida pone de manifies -
cuestiones que están en el propio origen de las to que aunque debamos hablar de patrimonio
definiciones y contenidos de este patrimonio cul- cultural como globalidad, metodológicamente y
tural: su condición de creaciones culturales que en razón de cuáles sean los valores que conside-
no pueden desvincularse del devenir de la pro- remos predominantes a la hora de enfatizar sus
pia historia; la complejidad para definir de forma significados colectivos, sí es pertinente hablar de
precisa sus contenidos y los valores con los que patrimonio histórico, arqueológico, etnológico,
se asocia en cada sociedad; necesidad de atem- etc. Una cuestión que no es meramente nomina-
perar los conflictos entre su preservación y otros lista, sino que afecta también a los modelos de
tipos de intereses que irían en su contra. intervención, y a lo que consideramos como
Desde qué mirada se definen los testimonios fundamental o aleatorio en los contenidos de un
que lo constituyen o cuales son los medios arbi- determinado bien cultural.
trados para su preservación no son cuestiones Según sea la respuesta, entraríamos de lleno
baladíes si tenemos en cuenta su diversidad de en, pongamos como caso, la polémica de una
contenidos. Casi con toda seguridad no existirán buena parte de las actuaciones de restauración
demasiadas4 reticencias a la consideración como y puesta en valor de determinados edificios.
patrimonializable de los restos esplendorosos de Así, de forma generalizada, una casa palacio e
un pasado más o menos lejano que haya llega- incluso un monasterio, se considera salvado y
do hasta nuestros días catedrales, templos, casti- restaurado si se recupera o mantiene las partes
llos, pero la situación se hace más compleja si “nobles” del mismo: fachada, escaleras monu-
de lo que hablamos son de los referentes de un mentales, templos o capillas, patios centrales, y
patrimonio más modesto y que en muchos casos salones o habitaciones destacadas por la rique-
sigue aún en uso5: música y arquitectura tradi- za de artesonados o decoraciones. Mientras que

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poco o nada se conserva, y sabemos, de las áre- tratar de evitar su destrucción, se les considera-
as de servicio de estas mismas edificaciones y ba como tales. A su antigüedad, monumentali-
que nos hablaban de la vida del edificio coci- dad, calidades estéticas y evocación de culturas
nas, almacenes, bodegas, etc. y en definitiva de ya desaparecidas de los lugares en los que se
la vida de la servidumbre anónima sin la cual encuentran, se unían otros valores que vincula-
estos mismos caserones no se hubiera manteni- ban su pasado histórico con el presente: tole-
do: su desaparición, sin haber sido ni siquiera rancia y respeto entre culturas y creencias reli-
documentada antes de su destrucción en los giosas considerado hoy en día entre los ejes
procesos de readaptación para nuevos usos que centrales que vertebran las relaciones intercul-
sí se harán mimando la continuidad de otros turales y los derechos del ser humano como
espacios valiosos, no se considerará significati- individuo; expresiones de creencias religiosas
va7. Una escala de valores, plasmada en la rele- aún vigentes entre millones de personas; e
vancia sobre qué conservar, que nos puede incluso por su condición de testimonio de las
también servir como metáfora sobre el valor viejas rutas económicas y culturales que han
que aún hoy se sigue dando a los diferentes tes- dado sentido a la historia de estos territorios de
timonios de nuestro patrimonio: entre lo que Extremo Oriente.
han sido las creaciones de unas elites e institu- Ninguno de estos valores, que en otros luga-
ciones sociopolíticas dominantes que hicieron res y sobre todo en el mundo occidental hubie-
de la monumentalidad y calidad de estas obras ran supuesto su conversión automática en bienes
un símbolo de su propio poder, y las obras de culturales a preservar, han evitado su destrucción
los demás sectores sociales dependientes que en aplicación de una de las lecturas más cuestio-
conforman lo que se ha dado en llamar “patri- nables y restrictivas que puede hacerse del Islam.
monio modesto”. Con la paradoja de que aún Es más, no sólo no tendrían tal consideración de
hoy en muchos casos este último se sigue con- bienes culturales, sino que buena parte de los
siderando prescindible y solo tenido en cuenta referidos valores que hubieran conllevado tal
siguiendo un criterio de relevancia inversa: declaración, han tenido en este caso un conteni-
cuando existe un rico patrimonio monumental do negativo: representación de deidades, figura-
el interés por este otro patrimonio modesto va ciones antropomórficas.
a ser escaso o nulo; y en sentido contrario, Aunque considerar que tal destrucción es
aumentará este interés si se carece de aquel otro sólo el resultado del fanatismo religioso puede
patrimonio monumental pero que es necesario ser una lectura simplista. Habría que preguntar-
cubrir de acuerdo con los discursos identitarios nos hasta que punto su destrucción no es el
imperantes, e incluso con las nuevas ofertas resultado del propio éxito alcanzado por esta
turísticas que cada vez incluyen este tipo de concepción del patrimonio cultural como bien
bines entre los “recursos” a explotar. colectivo, haciendo cada vez más participes del
Finalmente, a la hora de hablar de la com- derecho de uso y deber de preservación a la
plejidad de estas definiciones y valoraciones a propia colectividad humana. En tal caso, esta
las que venimos aludiendo, pocos ejemplos nos destrucción ha sido un mero acto político, ins-
pueden resultar tan evidentes como la lamenta- trumentalizado por el régimen talibán precisa-
ble destrucción de los Budas de Bamiyan junto mente por la excepcionalidad de los testimonios
a otros testimonios del pasado budista de Afga- a arrasar y reacciones internacionales que ello
nistán llevada a cabo por el régimen afgano de iba a provocar de ahí también la difusión que le
los talibanes. En estos relieves, aunque explíci- han dado al hecho desde el propio régimen
tamente nunca fueron declarados patrimonio de como medio de reafirmación política frente a
la humanidad, confluían un buen número de los una comunidad internacional cada vez más crí-
requisitos para alcanzar tal consideración; y de tica con el modelo político creado y su des-
hecho en los intentos diplomáticos y de movili- consideración hacia los derechos humanos
zación de la opinión pública internacional para más elementales.

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C U LTURAS, IDENTIDADES POLÍTICAS Y tionamiento de cualquier planteamiento racista,


PAT R I M O N I O como por la repercusión que ha tenido tanto en
Para hablar de todo este proceso de conteni- la filosofía seguida en este organismo internacio-
dos e interpretaciones del patrimonio cultural, nal como fuera de él; así como por el interés que
vamos a tomar como referencia las “convencio- sigue teniendo como documento en el que ya se
nes” y “recomendaciones” de la UNESCO, por lo alertaba sobre la falacia de una supuesta civiliza-
que han tenido y tienen de causa-efecto sobre el ción mundial desarrollada a partir del ideal de
mismo. Las fechas y razones de estas conven- una modernidad occidentalizadora: “La civiliza-
ciones van a reflejar de forma muy significativa ción mundial no podría ser otra cosa que la coa-
la evolución habida en las definiciones y conte- lición, a escala mundial, de culturas que preser-
nidos del patrimonio cultural, pero también es van cada una su originalidad”. Por el contrario,
de destacar el efecto inverso: la considerable en este texto8, tras negar cualquier idea de supre-
capacidad de influencia en la difusión y afianza- macía racialcultural, enfatiza precisamente la
miento de los principios y valores dominantes riqueza de la diversidad cultural “existen muchas
en estas imágenes sobre el patrimonio cultural más culturas humanas que razas humanas, pues-
como bien colectivo. to que las primeras se cuentan por millares y las
Previamente, aunque centrándonos solo en el segundas por unidades: dos culturas elaboradas,
creciente reconocimiento de la cultura como por hombres que pertenecen a la misma raza
bien colectivo, es preciso recordar el tiempo his- pueden diferir tanto o más, que dos culturas que
tórico y razones de la propia creación de la ONU dependen de grupos racialmente alejados” y de
en 1945, y de la UNESCO, como organismo inte- lo relativo9 que es establecer comparaciones
grado en la ONU, un año después. valorativas entre una y otra cultural; para termi-
La segunda guerra mundial había supuesto nar por afirmar que es precisamente esta diversi-
un hecho desbastador sin precedentes, que afec- dad cultural el patrimonio humano que hay que
tó por igual a las personas y a los bienes cultu- preservar: “es el hecho de la diversidad el que
rales acumulados durante centurias. Pero tam- debe salvarse, no el contenido histórico que le
bién se va a desarrollar, acelerado desde los años ha dado cada época y que ninguna podría per-
cincuenta, el proceso de descolonización de Áfri- petuar más allá de sí misma”.
ca y Asia, lo que supuso no sólo un hecho polí- Como consecuencia de los acontecimientos
tico, sino también el definitivo replanteamiento referidos, y de los nuevos procesos políticos y
de los viejos conceptos jerárquicos de las dife- socioeconómicos que afectan al conjunto de la
rencias culturales, y aún raciales, en beneficio del humanidad en las décadas subsiguientes, van a
mundo y valores occidentales. Los nuevos esta- ser al menos tres los ejes centrales sobre los
dos, aún con todas las prevenciones que puedan que van a pivotar el creciente reconocimiento
hacerse al haber seguido el viejo modelo euro- de la cultura como patrimonio colectivo; y de la
peo de estadosnaciones no siempre respetuosos necesidad del reconocimiento y preservación
con la diversidad étnica interna, reclamarían tam- de la diversidad étnica como patrimonio de la
bién su reconocimiento como pueblos, a sus humanidad.
identidades culturales en igualdad con las metró- El primero va a ser la valoración de esta
polis coloniales. diversidad étnica como uno de los medios para
Resulta sumamente interesante en este senti- contrarrestar las dramáticas consecuencias de las
do, en el reconocimiento de la necesidad de fun- políticas de xenofobia y racismo que se han
damentar las nuevas relaciones entre los diversos dado, y se siguen desarrollando, en la historia de
colectivos en el respeto a la diversidad cultural, la humanidad, con casos tan dramáticos como la
el texto de “Raza e historia” encargado preci- política de exterminio nazi.
samente por la UNESCO al antropólogo Lévi- La condición de ser humano y los derechos
Strauss en 1952. Un documento a reseñar tanto que universalmente han de ampararlo, no solo
por las razones que motivaron el encargo cues- han de relacionarse con su integridad personal,

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derecho a la vida, a las creencias, etc. sino tam- sentaciones simbólicas, rituales, tendrían un
bién con su identidad cultural, compartida con valor en sí mismos, desligados de quienes los
otros seres humanos con los que conforma una siguen creando y reproduciendo, o bien son los
colectividad étnica. Unos derechos colectivos herederos de aquellos otros pueblos que habita-
que también han de ampararse; sin que la solu- ron los mismos lugares y crearon las culturas de
ción a los conflictos interétnicos haya de resol- las que nos han quedado los más diversos testi-
verse necesariamente con la eliminación o asimi- monios. En todo caso, según cuáles sean las
lación de las colectividades étnicas que se relaciones de poder, dichos bienes podían ser
encuentren en situación de dependencia: ya sea esquilmados, convertidos en moneda de pago,
política o socioeconómica. considerados botín de guerra10, o incautados
En 1948 se promulga la Declaración Univer- como unos productos coloniales más para
sal de los Derechos Humanos, pero también la engrosar los museos de las metrópolis y testi-
Asamblea General de la ONU celebra a Conven- moniar así, con su exotismo o antigüedad, el
ción para la Prevención y la sanción del delito de poder y amplitud de los imperios europeos.
Genocidio, considerado a partir de entonces Frente a ello, se plantea ahora una filosofía
como crimen contra la humanidad. de respeto a unos bienes que implica, en defi-
El término genocidio es acuñado para definir nitiva, cuestionar cualquier acción de destruc-
el exterminio sistemático de un determinado ción o expolio premeditado ocasionado por cir-
colectivo, pero muy pronto va a ser matizado e cunstancias coyunturales; incluido el uso sin
incluso sustituido por el de etnocidio; aunque restricciones practicado por los propios gober-
este último concepto no haya alcanzado el ran- nantes, que ha llevado en algunos casos a la uti-
go de reconocimiento jurídico del primero. Aun- lización de estos bienes como objetos de rega-
que de hecho, al definir genocidio como la des- lo, medios de intercambio, o simplemente a su
trucción física de un grupo nacional, étnico, destrucción, siguiendo cambiantes pautas de
racial o religioso, se está enfatizando la razón modernización o interpretaciones de sus signifi-
cultural como la principal motivadora del exter- cados ideológicos.
minio de dicho colectivo, poniendo en eviden- Con el desarrollo de la teoría de los “bienes
cia la simbiosis imposible de quebrar entre ser culturales” a partir de los años cincuenta, el
humano y cultura: se trataría de destruir a un valor de los objetos o de cualquier otra mani-
colectivo por sus rasgos culturales y con ello la festación cultural -oficios, tradición oral, ritua-
cultura que lo identifica. les, etc.- no deriva tanto de su materialidad -
La complejidad de la articulación de esta rareza, antigüedad, prestigio de su autor, cali-
relación entre derechos humanos individuales, dad estética, materiales o técnicas empleadas en
derechos colectivos, y culturas étnicas (R. Sta- su creación o ejecución- como de su valor sim-
venhagen 1986) sigue siendo una cuestión no bólico: como testimonios de una cultura pre-
del todo resuelta, y que de forma simbólica sente o pasada. En definitiva su existencia es
establece uno de los principales factores de valorada por su capacidad de evocación y como
diferenciación en la evolución de los derechos testimonio de los procesos históricos que han
humanos desde el s. XVIII. llevado a la conformación de una específica
El segundo de estos ejes de referencia va a identidad colectiva.
ser el definitivo cuestionamiento de una vieja Con estos planteamientos se ponía también
dinámica, acelerada en el s. XIX cuando se acen- fin a la cuestionable separación entre cultura
túa el valor atribuido a las “antigüedades” y obje- material y cultura intangible. Con la paradoja de
tos de arte como mercancías de alta cotización que en este proceso se invierte en gran medida
económica y de prestigio social, y sistematizada el orden de valoración para pasar a ser los “valo-
en el periodo de la expansión colonial europea: res intangibles” quienes determinen el sentido de
la desvinculación entre objetos y sujetos sociales. esta preservación. Pero con ello no sólo se modi-
Los bienes culturales objetos materiales, repre- fica la interpretación de algunos de los viejos

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referentes culturales objeto de atención preferen- aplica sin restricción alguna de uso a cualquier
te -en muchos casos de la antigüedad-, como son de los referentes que actualmente consideramos
determinadas obras escultóricas, pictóricas, de como bienes culturales. (C. López Bravo, 1999).
orfebrería, arquitectónicas, e incluso bibliográfi- Matizar este derecho en lo referente al patrimo-
cas, sino que van a entrar de lleno en la con- nio cultural va a ser una tarea ardua, no con-
cepción de este patrimonio, referentes hasta aho- cluida. Para ello fue preciso reafirmar la dife-
ra ignorados e incluso infravalorados: lenguas, rencia entre la titularidad universal de los valo-
rituales, saberes y oficios, etc. Son bienes que res que representan estos bienes, y por lo tanto
forman parte de un conocimiento y experiencia su condición de patrimonio común, y su titula-
compartida, aunque el tiempo de su origen y ridad jurídica específica; estableciendo una cla-
autoría estén ya olvidados. Pero no por ello care- ra primacía de la primera que condiciona direc-
cen de “propiedad”. Son testimonios que repre- tamente las segunda en lo referente a los dere-
sentan, identifican, y forman parte de la cultura chos de uso: destrucción, transformación, venta,
de un determinado colectivo, de ahí que se les exportación, etc.
deba aplicar igual valor de “propiedad cultural”; Hasta los años setenta12 no se generaliza en
con lo que se entraría en la creciente polémica las Constituciones y legislaciones europeas el
acerca del modo como se siguen esquilmando reconocimiento y reglamentación de este dere-
los recursos naturales de los "otros" mundos, cho público a la tutela y custodia de los bienes
cuando no simplemente apropiándose del cre- culturales como un bien colectivo.
ciente valor añadido que representa todo "lo Entre las razones que se han dado para
étnico", hoy tan en boga: su música, conoci- explicar el nuevo interés por preservar una
mientos medicinales, estilos e incluso produccio- determinada parte de nuestro entorno cultural
nes artísticas 11, etc. como patrimonio común, estaría el desarrollo de
Por último, el tercero de estos ejes de refe- lo que se considera la segunda generación de
rencia ya no es consecuencia del intento de los derechos del hombre (Pérez Luño, 1991;
paliar ocasionales eventos destructivos, o los López Bravo, 1999) y el papel asignado al -Esta-
procesos referidos de depredación cultural. Es el do Estado Social de Derecho- en la tutela de los
resultado de la propia evolución interna de cada derechos individuales y colectivos. Entre estos
sociedad y la imagen de desarrollo, modernidad, últimos estaría la salvaguarda de un patrimonio
y cambios que proyectan, escasamente respetuo- cultural considerado fundamental en la confor-
sa con un patrimonio que se opone en muchos mación de la memoria colectiva y procesos de
casos a una ley de mercado fuertemente especu- autoidentificación como tales colectivos étnicos:
lativa y predatoria. testimonios de los procesos históricos que han
En este proceso ha sido necesario que tam- llevado a la constitución de los diferentes Esta-
bién se modifique el propio sentido de la “pro- dos-naciones; valores histórico-artísticos que
piedad” de estos bienes culturales, de forma expresan la aportación de estos pueblos a la his-
relativamente análoga a lo que acabamos de toria de la humanidad a la vez que ponen de
decir en los párrafos anteriores; sólo que ahora manifiesto sus particularidades creativas; dere-
los sujetos de derecho a estos bienes culturales cho de la ciudadanía al disfrute de este patrimo-
son las propias colectividades étnicas de cada nio heredado, etc.
país frente a los derechos jurídicos individuales Pero también va a influir la creciente preocu-
de algunos de sus miembros, e incluso de sus pación por proteger y reglamentar el uso de este
propios gobernantes de turno. patrimonio como consecuencia de la propia evo-
El concepto de propiedad privada como lución de dichas sociedades y los consiguientes
principio sacrosanto aparecerá reforzado como procesos de destrucción que se están pro-
uno de los derechos fundamentales amparados duciendo por muy diferentes razones.
por los Estados surgidos de la revolución bur- Los profundos cambios socioeconómicos
guesa del s. XIX; un derecho inalienable que se producidos desde el final de la Segunda Guerra

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Mundial han acelerado la conversión en pasado micos que mueve, número de personas que se
de una parte muy significativa de un entorno cul- desplazan de un lugar a otro, y la influencia
tural mantenido, en muchos casos, sin grandes cultural que está teniendo sobre los territorios
traumas durante centurias. Con la circunstancia en los que incide de forma más directa. Sin
de que la nueva idea de modernidad que se embargo, en relación con el patrimonio cultu-
impuso ha sido especialmente agresiva con los ral, en su corta trayectoria el turismo ha tenido
testimonios de este pasado, hasta el punto de un efecto paradójico. Si inicialmente sólo fue
que una de sus claves ideológicas bien pudiera uno más entre los factores que contribuyeron al
decirse que ha consistido en hacer desaparecer proceso referido de transformación y degrada-
las referencias de un pasado reducido, casi siste- ción -masificación de las áreas costeras, des-
máticamente, a la condición de viejas lastras. trucción de los enclaves de población elegidos
Este proceso, en perfecta concordancia con como centros turísticos- de los entornos sobre
el predominio que irá adquiriendo el principio los que ha impactado, haciendo llegar la
del liberalismo económico como prácticamente “modernidad” a lugares que habían quedado
el único factor de regulación de las relaciones fuera de los soñados centros de desarrollo
sociales y económicas, va a afectar drásticamen- industrial o urbano, en una segunda fase el pro-
te a una parte importante del patrimonio con- ceso parece haberse atemperado13. Ahora la
servado hasta entonces. El espectacular desarro- preservación del propio patrimonio cultural
llo de los centros urbanos, el creciente coste y puede ser también una más de las alternativas
valor especulativo del suelo, etc. va a hacer de desarrollo económicos de determinados
desaparecer un significativo número de edifica- territorios, al haberse convertido en objeto de
ciones que en nuestros días posiblemente hubie- consumo del denominado “turismo cultural” o
ran estado protegidos. Y en otros casos, la des- de naturaleza. Paisajes culturales, centros histó-
trucción afectará a los propios entornos urbanos ricos, poblaciones rurales, son ahora lugares de
y paisajes rurales, en un proceso de degradación destino; a la vez que se modifica la imagen de
y estandarización caracterizado por la creciente un determinado pasado como tiempo añorado.
creación de unos paisajes anodinos, nada respe- El problema que ahora surge deviene precisa-
tuosos con las tradiciones culturales en las que mente de este consumo masivo de historia -con-
se insertan. gestión de los centros históricos, contaminación
Unos procesos que se han hecho especial- visual como resultado del tipo de actividades eco-
mente evidentes, de ahí también la abundante nómicas surgidas a su amparo, transformación
regulación en las legislaciones nacionales e inter- radical del tejido social y modos de vida de los
nacionales que podemos encontrar desde los barrios que acogen a estos centros- y tradición;
años ochenta, en el ámbito arquitectónico, e cuando no en la recreación para este tipo de turis-
incluso arqueológico; pero que se están hacien- mo de una “tradición” -arquitectura, gastronomía,
do sentir igualmente en las demás manifestacio- folclore- que poco tiene que ver con la realidad
nes culturales sobre las que progresivamente se que imita en apariencia.
va extendiendo la llamada de atención y protec-
ción, como son los oficios tradicionales, música, 1954-1972. Del patrimonio monumental al
tradiciones orales, rituales, etc. patrimonio cultural
Por otra parte, también hay que citar entre Veamos seguidamente, deteniéndonos con bre-
los factores de estos cambios el turismo de vedad en su interpretación, el modo como ha
masas; un fenómeno nuevo en la historia de la sido definiendo y ampliando el concepto de
humanidad y que va a desarrollarse de forma patrimonio cultural a través de las principales
inusitada a partir de mediados de los años sesen- convenciones y recomendaciones de la UNES-
ta hasta convertirse en nuestros días en un hecho CO centradas en esta temática como globalidad.
socioeconómico de enorme trascendencia a Un proceso de apenas cincuenta años pero que
nivel mundial por los ingentes recursos econó- manifiesta de manera meridiana todo un cambio

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de aptitud que después se ha ido trasladando, tectura, de arte o de historia, religioso o secula-
como podemos observar en el caso de la legis- res, los campos arqueológicos, los grupos de cons -
lación española, a la jurisprudencia específica trucciones que por su conjunto ofrezcan un gran
de diferentes países. interés histórico o artístico, las obras de arte,
manuscritos, libros y otros objetos de interés his-
1954. Convención para la Protección de los tórico, artístico o arqueológico, así como las
Bienes Culturales en caso de conflicto colecciones científicas y las colecciones impor-
ar mado”. La Haya tantes de libros, de archivos o de reproducciones
Sería el primer documento a reseñar. La fecha de los bienes antes definidos”; además de los edi-
y la temática son ya de por sí bastante significa- ficios que los alberguen, tales como bibliotecas,
tivas: “Reconociendo que los bienes culturales museos, archivos o depósitos, y los “centros
han sufrido graves daños en el curso de los últi- monumentales” que comprendan un número
mos conflictos armados y que, como consecuen- considerable de estos bienes.
cia del desarrollo de la técnica de guerra, están Los bienes que entran dentro de esta catego -
cada vez más amenazados de destrucción” ría son considerados patrimonio cultural de toda
Se emplea ya el término de “bienes cultura- la humanidad y se colocan bajo la inmunidad de
les”, aunque dentro de la teoría sobre el patri- embargo, robo, presa o represalia.
monio cultural se considere que no es hasta Se trata de un documento fundamental por
mediados de los años sesenta cuando se desa- las razones aludidas en las páginas anteriores al
rrolla tal concepto, vinculado a la figura de Mas- tratar de poner fin a la destrucción o expolio de
simo Severo Giannini y a la Comisión Frances- estos bienes culturales considerados a partir de
chini del parlamento italiano en 1964-1966. ahora como bienes colectivos que hay que pre-
De acuerdo con estos principios, el valor de servar como testimonios de una historia y memo-
un determinado referente cultural no proviene ria de la humanidad. Sin embargo los conflictos
tanto de su singularidad o particularismo, como bélicos han seguido actuando de manera demo-
de su condición simbólica de testimonio de una ledora sobre este patrimonio. Las guerras de Viet-
determinada civilización. Pero ya en este docu- nam y Camboya, o el conflicto de los Balcanes,
mento de 1954 aparece vinculada la necesidad muestran como en muchos casos estos bienes
de preservación de este patrimonio precisamen- culturales han pasado precisamente a ser objeti-
te por su condición de “patrimonio cultural de vos prioritarios como represalia entre los dife-
los pueblos”. De este modo, el motivo de la con- rentes combatientes: destrucción de la biblioteca
vención, salvaguardar el patrimonio cultural en de Sarajevo, bombardeos de la ciudad croata
caso de conflicto bélico, plantea abiertamente la Dubrovnik, -incluida desde 1979 en la Lista del
necesidad de proteger en todo momento unos Patrimonio Mundial- o las destrucciones de mez-
bienes que han pasado a ser considerados como quitas en el conflicto de los Balcanes e incluso
representativos de una colectividad, testimonian en las revueltas hindúes de la India.
su historia y contribuyen a explicar su presente En un intento de reforzar su valor jurídico y
(identidad). Se estaría hablando más de su valor de aplicación, en 1998 se celebraría en la Haya
simbólico que objetual. una conferencia diplomática convocada por la
Sin embargo, a la hora de definir el conteni- UNESCO en el que se volvía a ratificar la inmu-
do de estos bienes culturales, seguirán apare- nidad de los bienes culturales en caso de con-
ciendo las acepciones más tradicionales, encua- flicto, con la novedad de que ahora se establecen
dradas por los criterios de lo histórico-artístico y mecanismos represivos en caso de incumpli-
monumental. Se consideran bienes culturales, miento; mientras que la Convención de 1954
“cualquiera que sea su origen y propietario”: “los delegaba esta responsabilidad en las jurisdiccio-
bienes, muebles o inmuebles, que tengan una nes nacionales. A partir de ahora “puede invo-
gran importancia para el patrimonio cultural de carse la "responsabilidad individual ". El oficial
los pueblos, tales como los monumentos de arqui - que da la orden de destruir una iglesia, una mez-

20
a n t ro pol og ía y pa tr im on io

quita, una pagoda o un museo, puede ser acusa- cionar los referentes de nuestro entorno cultural
do, de la misma manera que el soldado que dis- a considerar como bienes culturales.
para. Las personas que hayan cometido crímenes En el texto la referencia que se hace al “valor
contra la cultura pueden incluso, llegado el caso, etnológico” es aún demasiado ambigua o confu-
ser llevados ante los tribunales internacionales”. sa. Pero sí se utiliza de forma destacada el térmi-
(N. Michaux, 1998) no tradición; un concepto que va a aparecer vin-
culado de forma preferente a los contenidos de
1968. Recomendación sobre la conservación los bienes encuadrables metodológicamente14 (J.
de los bienes culturales que puedan poner Agudo, 1997) entre los etnológico-etnográficos, y
en peligro la ejecución de obras públicas o que no sólo nos sirve para establecer un signifi-
privadas. París cativo nexo entre pasado y presente, sino tam-
El segundo de los documentos seleccionados bién, lo más importante, para definir unos valo-
es igualmente significativo tanto por la fecha en res intangibles aplicables por igual a referentes
la que se produce, como por la temática que la materiales -“conjuntos tradicionales”- e inmate-
origina: la situación de riesgo de este patrimonio riales -conocimientos, prácticas rituales, oficios-,
por el propio desarrollo interno de cada socie- que contribuyen a sustentar las propias identida-
dad, como se pone de manifiesto en las propias des colectivas.
consideraciones previas que justificarían la Reco- Así, en el preámbulo del documento, puede
mendación. leerse: “Considerando que la civilización con-
Pero también es igualmente significativo por temporánea y su evolución futura reposa sobre
la creciente abarcabilidad del concepto de bienes las tradiciones culturales de los pueblos y las
culturales y, en consecuencia, del patrimonio fuerzas creativas de la humanidad … Conside -
cultural. La expresión “bienes culturales” pasa a rando que los bienes culturales son el producto y
designar a “los sitios arqueológicos, históricos o el testimonio de las diferentes tradiciones y reali-
científicos, las construcciones u otros elementos zaciones intelectuales del pasado y constituyen
que tengan un interés histórico, científico, artís- de hecho un elemento esencial de la personali -
tico o arquitectónico, de carácter religioso o pro- dad de los pueblos….”, es por lo que se promovía
fano, y particularmente los conjuntos tradicio - este documento en prevención de los riesgos que
nales, los barrios históricos de aglomeraciones le amenazan como resultado del desarrollo de la
urbanas o rurales y los vestigios de civilizaciones “la industria y el urbanismo” y con la finalidad
anteriores que tienen un valor etnológico”. El de preservar este patrimonio como herencia de la
mismo valor se aplica a los bienes muebles vin- humanidad, al tiempo que puede contribuir al
culados con aquellos otros, o que sean descu- desarrollo social y económico de los pueblos,
biertos en yacimientos arqueológicos o sitios his- favoreciendo el propio “turismo nacional e inter-
tóricos. Pero también se han de considerar bie- nacional”.
nes culturales incluso “los vestigios del pasado
que no han sido todavía inventariados o clasifi- 1972. Concepción integral del Patrimonio
cados, y los sitios y monumentos recientes que cultural
tengan importancia artística o histórica”.
En esta definición se comienza a diluirse la 1972. Convención concerniente a la Protección
servidumbre que había vinculado hasta ahora, del Patrimonio Mundial Cultural y Natural.
necesariamente, patrimonio cultural con pasado; París
para ir dando cabida a manifestaciones plena- El tercero de los documentos seleccionados
mente vigentes en el presente. Un cambio de sigue siendo hasta hoy el texto de referencia
actitud que va a relacionarse también con la obligada cuando se habla de patrimonio cultural.
introducción de la variable antropológica -patri- De hecho, si nos atenemos a la propia legislación
monio etnológico o etnográfico- entre los crite- española, tanto estatal como autonómica, encon-
rios definidores y valorativos a la hora de selec- traremos en ella definiciones que nos recuerdan

21
c uade rno s t é cni cos

a esta Convención; e incluso se han utilizado las tengan un valor universal excepcional desde el
clasificaciones básicas establecidas en ella de punto de vista histórico, estético, etnológico o
monumentos, conjuntos y lugares o sitios. antropológico.
En principio, en este documento se sustitu- Artículo 2
ye como término de referencia el concepto de A los efectos de la presente Convención se
“bienes culturales” por el de “patrimonio cultu- consideran “patrimonio natural”:
ral”, con lo que ello significa de refuerzo sim- Los monumentos naturales constituidos por
bólico del valor aplicable a unos referentes que formaciones físicas y biológicas o por grupos de
además de por su valor como testimonios que esas formaciones que tengan un valor universal
nos hablan de una determinada civilización, excepcional desde el punto de vista estético o
son también un patrimonio -“propiedad”- com- científico,
partido, colectivo, de cada pueblo y aún de la Las formaciones geológicas y fisiográficas y
humanidad. las zonas estrictamente delimitadas que constitu-
Las razones que lo motivan ya han sido argu- yan el hábitat de especies animal y vegetal ame-
mentadas en documentos anteriores, indicándo- nazadas, que tengan un valor universal excep -
nos, como demuestra la realidad cotidiana, la cional desde el punto de vista de la ciencia o de
persistencia de unas situaciones de riesgo ya “tra- la conservación.
dicionales”: Los lugares naturales o las zonas naturales
“Constatando que el patrimonio cultural y el estrictamente delimitadas, que tengan un valor
patrimonio natural están cada vez más amena - universal excepcional desde el punto de vista de
zados de destrucción, no sólo por las causas tra- la ciencia, de la conservación o de la belleza
dicionales de deterioro sino también por la evo- natural.”
lución de la vida social y económica que las De este documento son varios los datos a
agrava con fenómenos de alteración o de des- reseñar. Además del cambio ya citado del con-
trucción aún más temibles, cepto de bienes culturales por el de patrimonio
Considerando que el deterioro o la desapari- cultural, en segundo lugar también habría que
ción de un bien del patrimonio cultural y natu - destacar la definitiva inclusión junto a los tradi-
ral constituye un empobrecimiento nefasto del cionales valores de referencia históricos, artísti-
patrimonio de todos los pueblos del mundo, ...” cos y científicos, de los valores etnológicos;
La definición que se utiliza como referencia con las consecuencias que ello ha supuesto y
base va a constituir en cierta manera una síntesis que hemos ido comentando en párrafos ante-
evolutiva de los documentos anteriores: riores.
“A los efectos de la presente Convención se En tercer lugar, y dentro de esta concepción
considerará “patrimonio cultural”: globalizadora15 , se incluye conjuntamente tanto
Los monumentos: obras arquitectónicas, de el patrimonio generado por el hombre como el
escultura o de pintura monumentales, elementos generado por la naturaleza. Si bien, la denomi-
o estructuras de carácter arqueológico, inscrip- nación de “patrimonio natural” va a ser pronto
ciones, cavernas y grupos de elementos, que ten - cuestionada por la aparente radicalidad en la
gan un valor universal excepcional desde el pun- separación hombre-naturaleza (S. Williams,
to de vista de la historia, del arte o de la ciencia, 1996). Hoy el termino más usual es el de “paisa-
Los conjuntos: grupos de construcciones, ais- jes culturales” dando así a entender los estrechos
ladas o reunidas, cuya arquitectura, unidad e vínculos que han existido y existen entre hombre
integración en el paisaje les dé un valor univer- y naturaleza; al tiempo que paliaba la frecuente
sal excepcional desde el punto de vista de la his - dificultad para diferenciar los valores aplicables a
toria, del arte o de la ciencia, estos entornos paisajísticos, como es el caso cita-
Los lugares: obras del hombre u obras con- do de las rocas Uluru-Kata, o de otros paisajes
juntas del hombre y la naturaleza así como las creados o transformados por la interacción hom-
zonas incluidos los lugares arqueológicos que bre-naturaleza. (J. Agudo, 1997.b.)

22
a n t ropo l ogí a y pa tri mon io

1989. Recomendaciones para la Salvaguar - tual, de los logros de estos colectivos, introduce,
da de la Cultura Tradicional y Popular . una vez más, la necesidad de no desvincular, y
París utilizar para los fines más diversos, las manifes-
El ultimo de los documentos seleccionados taciones culturales del colectivo que las ha crea-
es igualmente simbólico por su contenido: no se do y reproduce: “La cultura popular, en la medi-
trata ya de la defensa de un determinado refe- da en que se plasma en manifestaciones de la
rente o testimonio, sino de la propia “cultura creatividad intelectual individual o colectiva,
viva”. merece una protección análoga a la que se otor-
El modo como une los términos “tradicional” ga a las producciones intelectuales”.
y “popular” refleja el deseo de no detenerse en Entre las consideraciones que llevaron a la
ambiguas teorizaciones conceptuales, sino de formulación de esta resolución, se habla de la
materializar la necesidad de intervenir para prote- propia cultura -diversidad- como patrimonio uni-
ger determinados valores inherentes a toda cultu- versal; pero también como instrumento de afir-
ra. Valores que se manifiestan en la continuidad mación de las “identidades” colectivas; un térmi-
de unas prácticas que se consideran “tradiciona- no que aparece ya claramente vinculado al de
les”, es decir, siguen siendo operativas en la arti- patrimonio cultural:
culación entre pasado y presente. Esto y no otra “Considerando que la cultura tradicional y
cosa sería la cultura tradicional a la que se refie- popular forma parte del patrimonio universal de la
re esta convención: “La cultura tradicional y humanidad y que es un poderoso medio de acer-
popular es el conjunto de creaciones que emanan camiento entre los pueblos y grupos sociales exis-
de una comunidad cultural fundadas en la tra- tentes y de afirmación de su identidad cultural,
dición expresadas por un grupo o por individuos Tomando nota de su importancia social, eco-
y que reconocidamente, responden a las expecta- nómica, cultural y política, de su papel en la his-
tivas de la comunidad en cuanto expresión de su toria de los pueblos, y del lugar que ocupa en la
identidad cultural y socia!; las normas y los valo- cultura contemporánea,
res se transmiten oralmente, por imitación o de Subrayando la naturaleza específica y la
otras maneras. Sus formas comprenden, entre importancia de la cultura tradicional y popular
otras, la lengua, la literatura, la música, la dan- como parte integrante del patrimonio cultural y
za, los juegos, la mitología, los ritos, las costum- de la cultura viva, ...
b res, la artesanía, la arquitectura y otras artes”. Subrayando la necesidad de reconocer la
Un concepto que se usa en un sentido amplio, función de la cultura tradicional y popular en
muy alejado de cualquier imagen de primitivismo todos los países y el peligro que corre frente a
o arcaísmo: se ha de tener en cuenta “no sólo las otros múltiples factores, ...”
culturas rurales o de las aldeas, sino también las Las razones de estos riesgos no son en
creadas en las zonas urbanas por los diversos gru- muchos aspectos sustancialmente diferentes a las
pos sociales, profesionales, institucionales, etc., que amenazan a aquellos otros testimonios del
para fomentar así un mejor entendimiento de la pasado o de la “cultura material”. Razones que
diversidad cultural y de las diferentes visiones del también hay que buscarlas en el avance de un
mundo, especialmente las de quie-nes no partici- determinado modelo de globalización a escala
pan en la cultura predominante” mundial, y que no sólo en lo económico sino
La agresión que están recibiendo, la despro- también en lo sociocultural está acrecentando las
porción entre los factores que condicionan su diferencias interculturales en beneficio de los
pervivencia y la capacidad de resistencia de patrones y modelos occidentales; unos patrones
determinadas culturas, cuestionarían cualquier vinculados a una muy determinada idea de
argumentación en favor del contrasentido de una modernidad caracterizada por el culto a la tec-
defensa que iría en contra de una supuesta diná- nología y a una dinámica económico-cultural
mica cultural neutral. Por el contrario, la protec- escasamente respetuosa con cualquier otro tipo
ción, incluido el derecho de propiedad intelec- de manifestaciones culturales.

23
c uade rno s t éc ni cos

En el presente documento se sugieren algu- el que ha de ser interpretado el concepto de tra-


nas de las medidas a tomar en la defensa de dición; entendida en un sentido, al contrario de
esta cultura tradicional. Una de ellas sería su lo que se piensa, dinámico, como el mecanismo
registro y documentación para que se reconoz- integrador de todo colectivo capaz de dotar de
ca y valore su existencia, al tiempo que se sentido al proceso imparable que comunica el
garantice al menos la preservación de una pasado con el futuro, dotando de significado al
documentación que permita, si no es posible presente. (J. Agudo, 1999)
conservarla, “comprender el proceso de modifi- Ahora bien, al igual que no son inamovibles,
cación de la tradición”. Pero sobre todo se tra- tampoco todo comportamiento heredado ha de
taría de buscar los mecanismos para salvaguar- ser necesariamente respetado y conservado. Y si
darla en su propia dinámica cotidiana16; lo que consideramos el reconocimiento de los derechos
no significa enfrentarse a cualquier proceso del hombre como uno de los principales logros
evolutivo, por lo demás inherente a toda cultu- de la humanidad, son estos principios los que
ra viva, sino al desproporcionado poder de han de primar por encima de cualquier tradición.
difusión e influencia de la “cultura industrial Pero además, ello no supone una cuestión insal-
que difunden los medios de masas” y de los vable en contra de la tradición; si tenemos en
mecanismos y modelos impuestos por la cultu- cuenta que el principal valor de la tradición,
ra-tecnología fuertemente occidentalizadora. como acabamos de decir, es precisamente testi-
Para ello, entre las medidas propuestas se moniar, y en cierta medida orientar, los propios
encuentran la difusión y valoración por diferen- procesos de cambio social. Con un último
tes medios -sistema educativo, publicaciones, comentario a hacer desde el propio análisis
eventos públicos.- entre los propios colectivos antropológico de hecho cultural: que no hay una
creadores y depositarios de la misma. obligada correlación entre la “perdida” de un
La defensa de este concepto de tradición ha determinado comportamiento o elemento cultu-
sido, sin embargo, motivo de crítica por el recurso ral, y la consideración de este hecho como un
que se hace de la misma por parte de determina- factor de necesario “empobrecimiento” cultural,
dos regímenes políticos para justificar y perpetuar por el contrario la historia nos demuestra que la
prácticas culturales -mutilaciones, discriminaciones desaparición de algunos elementos culturales
por motivos de género o creencias- que irían en han actuado de forma positiva en la evolución de
contra de los más elementales derechos humanos. la cultural que los abandona, al igual que no se
Sin embargo estas argumentaciones no tie- cuestiona la labor enriquecedora de los intercam-
nen demasiado sentido. Cualquier tradición no bios culturales en la historia de la humanidad. En
deja de ser una construcción histórica, cultural, segundo lugar, la historia también nos demuestra
y como tal manipulable y cambiante a lo largo que toda cultura viva se caracteriza precisamente
del tiempo. Aunque, al mismo tiempo, la tradi- por la capacidad de readaptación a los cambios
ción es un elemento fundamental en la propia socioculturales que se irán produciendo, mante-
construcción cultural17. Si todo proceso social niendo o sustituyendo sus elementos culturales
está sometido a una dinámica constante, tam- en gran medida en razón de la consistencia de
bién es verdad que no todos los elementos que sus propios patrones culturales -estructurales-
componen la cultura en la que se sustenta cam- capaces de recrear las viejas tradiciones, al tiem-
bian al mismo ritmo: para que podamos hablar po que se van creando otras futuras tradiciones.
de cultura es preciso la estabilidad de una parte
considerable de los valores y reglas en los que A modo de conclusión
fundamentar unos comportamientos colectivos En esta breve selección de documentos de
previsibles; y que en la medida en que cristali- la UNESCO nos hemos atenido a aquellos que
zan de una determinada manera nos permiten han abordado de forma genérica la problemáti-
hablar de la existencia de una cultura e identi- ca en torno al patrimonio cultural, sin detener-
dad colectiva específica. Y es en este sentido en nos en aquellos otros numerosos documentos

24
a n t ro po l og í a y pa tri mon io

que plantean problemáticas más concretas de sal de Derechos Humanos, no puede realizarse
este mismo patrimonio, ya sea desde perspecti- el ideal del ser humano libre, liberado del temor
vas territoriales o sectoriales: patrimonio arque- y de la miseria, a menos que se creen condicio-
ológico, arquitectónico, museos, bienes mue- nes que permitan a cada persona gozar de sus
bles, cinematografía, etc. o bien aspectos rela- derechos económicos, sociales y culturales, tan-
cionados con el mercado ilegal de bienes to como de sus derechos civiles y políticos,”, o
culturales y la problemática, planteada desde la Conferencia Mundial sobre Políticas Cultura -
los años cincuenta, acerca de los derechos de les, celebrada a instancias de la UNESCO en
propiedad de producción intelectual. Documen- México en 1982, y en la que se plantea ya sin
tos que reflejan, a su vez, la propia evolución envagues la relación entre cultura e identidades
en la concepción y valoración de las cuestiones colectivas, y la necesaria defensa de la diversi-
tratadas, como ocurre con el cambio producido dad cultural como patrimonio de la humanidad:
en la aplicación del principio de propiedad inte- “1. Cada cultura r e p resenta un conjunto de
lectual, desde su aplicación como derecho indi- v a l o res único e irreemplazable, ya que las tradi-
vidual a su concepción en nuestros días también ciones y formas de expresión de cada pueblo
como propiedad colectiva en el caso de las cul- constituyen su manera más lograda de estar pre-
turas tradicionales. En algunos casos, por su sentes en el mundo. 2. La afirmación de la iden-
temática o por la problemática en la definición tidad cultural contribuye, por ello, a la libera-
de los ámbitos de aplicación, son documentos ción de los pueblos. Por el contrario, cualquier
que bien pudieran haber estado incluidos entre f o rma de dominación niega o deteriora dicha
los seleccionados, como ocurre con la Recomen- identidad. ... 4. Todas las culturas forman parte
dación concerniente a la salvaguarda de los del patrimonio común de la humanidad. La
Conjuntos Históricos y Tradicionales y su fun- identidad cultural de un pueblo se renueva y
ción en la vida contemporánea, fechada en Nai- enriquece en contacto con las tradiciones y valo-
robi en 1976. res de los demás. La cultura es diálogo, inter-
En otro contexto, tampoco deben olvidarse cambio de ideas y experiencias, apreciación de
algunos de los documentos programáticos ema- o t ros valores Y tradiciones; se agota y muere en
nados tanto de la ONU como de la UNESCO y el aislamiento.”.
en los que se recoge la importancia y papel a Por último, decir que al igual que aún en los
desempeñar por la cultura en el desarrollo y documentos más recientes se continua recordan-
afianzamiento de los derechos humanos indivi- do que no han desaparecido los viejos motivos -
duales al tiempo que en la conformación de las y la historia reciente ha dado buenas muestras de
identidades colectivas, sin que deba establecer- ello- que siguen mermando día a día el patrimo-
se diferencia entre ambos niveles hasta el punto nio cultural, también se continua revisando su
de no concebirse un derecho sin el otro: es en contenido, prioridades y significados.
el seno de cada cultura específica, compartiendo En unos casos para cuestionar viejas priori-
unas determinadas reglas de comportamiento, dades monumentalistas del pasado, y llamar la
valores, experiencias históricas, y cosmovisión, atención sobre el predominio que ha tenido la
donde todo individuo va a adquirir plena con- imagen más occidentalizadora en la definición y
ciencia de su existencia como persona. Dentro contenidos de este patrimonio, ya sea por la
de estos documentos, tomados como referencia imposición de una muy precisa jerarquía de valo-
en la propia evolución del concepto de patri- res, o por la mayor presencia de testimonios de
monio cultural y el papel que éste ha de desem- la cultura occidental en la lista del patrimonio de
peñar en el respeto a la diversidad cultural, la humanidad al haber contado los países del
habría que citar al menos el Convenio Intern a - hemisferio norte con mayores recursos económi-
cional de Derechos Económicos, Sociales y Cul - cos y poder hacer frente con mayor facilidad a
t u r a l e s de 1966, en el que se reconoce expresa- los gastos que originan la promoción y difusión
mente que “con arreglo a la Declaración Univer- de su patrimonio 19.

25
cua der nos t é cni c os

Pero en otros, esta evolución se ha hecho cada vez más, importancia y prioridades con el
especialmente sensible en la definición de qué interés por potenciar el reconocimiento y pre-
valores potenciar a través de este patrimonio. servación de paisajes culturales; la imagen de
Así, frente al predominio de la imagen más tra- las viejas grandes rutas culturales y sus signifi-
dicional de los grandes ejemplos aislados o con- cados de intercambio y encuentro entre civiliza-
juntos monumentales singularizables por una u ciones; y con la creciente llamada de atención
otra razón -pero en la inmensa mayoría de los para la preservación de la cultura oral, o viejos
casos desde una perspectiva esteticista-, cada vez oficios y saberes tradicionales20. Hasta llegar a la
más se potencian valores que hablan de intercul- consideración de las propias personas como
turalidad, de encuentros, y sobre todo de un patrimonio vivo: desde 199621 la UNESCO apo-
patrimonio intangible y/o modesto que poco tie- ya un programa en defensa de los “Tesoros
ne que ver con aquellos otros ejemplos extraí- Humanos Vivo”, entendiendo por tales a “ p e r-
dos, la más de las veces, de las manifestaciones sonas que encarnan, en grado máximo, las des-
culturales relacionadas con las élites sociales e t rezas y técnicas necesarias para la manifesta-
instituciones relacionadas con el poder. De este ción de ciertos aspectos de la vida cultural de
modo, los grandes templos, ciudades, o conjun- un pueblo y la perdurabilidad de su patrimonio
tos funerarios monumentales, han de compartir, cultural material”

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LÓPEZ BRAVO, C. El patrimonio cultural en el sistema Unesco, 80. 1996. pp. 9.

26
a n t ro pol og ía y pa tr im on io

NOTAS
1. Como veremos, será a partir de esta década cuando 5. Aún en nuestros días, cuando pensamos en una
se plantea abiertamente rebasar el esquema más reduc- imagen del patrimonio, con demasiada frecuencia va
cionista de los bienes culturales limitados en sus refe- a estar vinculada a algún gran testimonio monumen -
rentes objeto de interés a los ya viejos contenidos, en tal del pasad. Pensar en que también los constituyen
buena parte elitistas, de lo histórico-artístico, en el que prácticas culturales en plena vigencia o testimonios del
se incluyen los bienes arqueológicos y la imprecisa defi - pasado vigente en nuestros días, ha constituido tam-
nición de lo monumental. Con anterioridad, funda - bién un cambio radical en esta concepción del patri-
mentalmente desde el s. XIX y aún en fechas anteriores, monio, aunque ha originado nuevos problemas tanto
con un valor más testimonial y voluntarista que de en su definiciones como en la búsqueda de los meca -
hacerlas cumplir, podemos rastrear, en diferentes esta- nismos para su preservación: ¿Cómo se protege un
dos europeos, un buen número de leyes, ordenanzas, ritual?, ¿cómo se define un oficio tradicional-artesanal
etc, en las que, de una forma u otra y por muy dife- y cómo se protege?, ¿qué se puede hacer con la arqui -
rentes motivos, se hace referencia a la necesidad de tectura tradicional?.
proteger al menos las antigüedades y los monumentos
más destacables del pasado. 6. Ejemplo igualmente significativo de la modifica-
ción en el predominio de una u otra valoración. Des-
2. Sin confundir cultura con patrimonio, y sin que de la inicial perspectiva de la cultura occidental
esta misma afirmación se contradiga con la idea de dominante -que sigue siendo la predominante a
la necesidad de respetar y proteger la diversidad de las tenor del uso turístico que continua haciéndose de la
culturas humanas como el gran patrimonio de la roca- de espacios naturales-vacíos, a la actual como
humanidad. Únicamente si hablamos de estas cultu- espacio religioso y emblemático de las culturas aborí-
ras como sistema podemos emplear el término de genes australianas. Aunque también constituye un
patrimonio colectivo, pero sin que ello contradiga sus buen ejemplo de cómo estos reconocimientos for males
p rocesos de evolución internos, dentro de los cuales, a no han ido acompañados de la adaptación de sus
su vez, se reforzarán -patrimonializarán- deter m i n a- usos a los nuevos cambios de valoración; así lo er f l e-
dos re f e rentes o valores frente a otros, cuya pérdida ja la polémica abierta con su acondicionamiento
no se considerará re l e v a n t e . para que los turistas puedan subir a su cima –escalo-
La cultura la constituye todo el conjunto de valore s , nes que se han esculpido y la propia acción de subir,
n o rmas de comportamiento, instituciones socio-políti- considerado un acto de profanación, o al menos de
cas, y recursos tecnoeconómicos que nos per miten i r re v e rencia, por estos mismos aborígenes y que con-
operacionalizar nuestra vida cotidiana en todos sus sideran no sería permitido sí se tratara de un san-
aspectos. Dentro de este complejo mundo es donde tuario según la concepción tradicional –edificios- y
vamos a buscar los re f e rentes y significados a selec- fuera un lugar de culto para alguna de las grandes
cionar como patrimonio cultural por el papel que religiones vigentes.
han jugado o desempeñan en la conformación, re p ro-
ducción, o identificación de las diferentes identidades 7. Sólo desde fechas muy recientes, y sin que se sepa
colectivas. muy bien porqué, algunos de estas dependencias
están siendo preservadas como ejemplos “etnográfi-
3. Ya sea en términos genéricos si nos referimos a las cos” dentro de los contextos monumentales en los que
p ropias culturas como patrimonio cultural, o de form a se insertan. Son preservados como reliquias testimo-
c o n c reta a los variados testimonios que están siendo niales de los otros espacios a desapare c e r, elegidos en
p roclamados como “patrimonio de la humanidad”, con muchas ocasiones por darse en ellos algún rasgo de
el fuerte contenidos simbólico que ello conlleva. “monumentalidad” o “particularidad” que les equipa-
re, desde una perspectiva “popular” o “tradicional”,
4. Aunque ni aún en estos casos pueda afirmarse que se con el resto del edificio. Como ejemplo podemos citar
da un principio de automaticidad. El caso más signifi- la preservación de las cocinas –grandes hogares, ala-
cativo sería la destrucción de los testimonios de este cenas, sistemas de traída de agua- e incluso de cua-
pasado por el régimen talibán de Afganistán, pero dras y bodegas en las que se ahora sí se conservan los
incluso en los países occidentales está a la orden del día p e s e ber s o tinajas.
la destrucción más o menos encubierta de yacimientos
a rqueológicos o edificios monumentales del pasado 8. Todas las citas están extraídas del texto incluido en
cuya presencia entra en conflicto con intereses especu- la obra C. Lévi-Strauss. Raza y cultura. Ed. Cátedra.
lativos o políticos de diferente índole. Madrid. 1993.

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c ua de rno s t é cni c os

9. Unos planteamientos que no han dejado de tener 10. Véase al respecto la polémica aun abierta sobre la
d e t r a c t o res. Entre los textos más conocidos en defen- restitución de obras de arte y antigüedades arqueológi-
sa de un supuesto universalismo sin ningún tipo de cas incautadas tras las II Guerra Mundial. Con la
fisura particularista, está la obra de J. J. Sebr e l i paradoja de que muchas de estas reclamaciones se
(1992). En este trabajo se critica expresamente el hacen sobre objetos que fueron, a su vez, obtenidos de
referido texto de Lévi-Strauss y su negativa influen- forma irregular o incautados por diferentes justifica -
cia. Por extensión, en un epígrafe específico nomina- ciones por los países que hoy reclaman su devolución.
do “la antropología contra el universalismo” (pp. 47
y ss) es toda la Antropología la que se enjuicia nega- 11. Fuentes Unesco, 117 (1999) Dossier sobre “Pro p i e-
tivamente, dado que “para los antropólogos todo es dad intelectual”, y en concreto el artículo de Kamal
cultura”, a partir de lo cual se defendería, en aras de Puri “Por unos derechos de autor colectivos”.
un supuesto relativismo extremo, cualquier tipo de
comportamiento como resultante de la total sumisión 12. Entre los precedentes hay que citar la efímera Cons-
del individuo a la cultura-tradición heredada: “Si la titución republicana española de 1931; un texto pione-
a n t ropología culturalista liberó al hombre del fatalis- r o en muchos aspectos por el uso que se hace del con -
mo religioso y a la vez del determinismo biológico, en cepto de cultura tanto a la hora de definir la organi -
cambio lo convierte en un producto pasivo de la cul- zación territorial del Estado, como en la consideración
tura, a la cual debe obedecer sumisamente porq u e de la “riqueza artística e histórica” como “tesoro cultu -
sin ella no es nada; la libertad y el individuo desa- ral de la Nación” que ha de ser salvaguardado por el
p a recen por igual”. Pero el problema deviene, según Estado “sea quien fuere su dueño”. Este principio se
el autor, precisamente de la influencia de estos plan- desarrollaría en la Ley del Patrimonio Histórico-Artísti -
teamientos en la UNESCO, una institución “domina- co Nacional promulgada en 1933. Irónicamente, esta
da ideológicamente por el antropologismo culturalis- última ley se mantendría vigente durante el periodo
ta” por lo que si de acuerdo con la definición del con- franquista, sin que hiciera falta su derogación porque
cepto de cultural manejado por esta institución “las prácticamente se olvidaría. De hecho, en las últimas
masas populares son espontánea y naturalmente cul- décadas de su vigencia, entre los años sesenta y
tas, ... para que sirve la educación y aún la alfabeti- comienzos de los ochenta, al amparo del desarrollismo
zación, que, por otra parte, también promueve la imperante, se producirá uno de los periodos de mayor
UNESCO”. Y aún peor, la influencia de los antro p ó l o- destrucción en la historia de España de un patrimonio
gos culturalistas se encuentra entre las principales que en teoría debiera haber protegido.
influencias que han conseguido “tergiversar los ver-
d a d e ros fines para los que fuera creada la UNESCO, 13. Sin que por ello se haya puesto fin al primero de los
la defensa de los derechos humanos y las libertades, procesos referidos, como aún puede observarse en los
hasta convertirla en una propagandista de las «iden- conflictos surgidos en las áreas de “turismo de sol” e
tidades culturales»”. La crítica a estos planteamientos incluso de “montaña”.
sería motivo de un nuevo artículo, pero baste er c o r-
dar que la cultura no es solo el resultado de una tra- 14. Es indudable que el término de re f e rencia compar-
dición heredada -no necesariamente negativa-, sino tida ha de ser el de patrimonio cultural como concepto
también de un dinamismo constante por el que toda g l o b a l i z a d o.r Pero a la hora de analizar sus contenidos,
colectividad se adapta a nuevos valores y situaciones sí es adecuado y conveniente establecer esta clasifica-
socioeconómicas, generando, a su vez, otras tradicio- ción interna dado que a la hora de establecer los crite-
nes para el futuro. rios de selección y valoración son muy diversas las dis-

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a n t ro pol og ía y pa tri m on io

ciplinas que han de intervenir: arqueología, ar q u i t e c t u- 20. Así se pone de manifiesto en algunos de los últimos
ra, historia, antropología, etc. documentos de la Unesco y planes de actuación. Como
ejemplo, tendríamos la creación de los premios para
15. En las Recomendaciones emanadas de la Conven- “La salvaguardia, protección y promoción de espacios
ción, puede leerse en los principios generales erc o g i d o s culturales o formas de expresión cultural proclamados
en el capitulo III: “El patrimonio cultural o natural debe por la Unesco "obras maestras del patrimonio oral e
ser considerado en su globalidad como un todo homo- inmaterial de la humanidad"” o el “Informe mundial
géneo que comprende no solamente las obras queerp re- sobre la cultura 2000-2001. Diversidad cultural, con -
sentan un valor de gran importancia, sino también los flicto y pluralismo”, en el que se resalta la necesidad de
elementos más modestos que han adquirido con el tiem- preservar el patrimonio cultural inmaterial.
po un valor cultural o natural”.
21. Japón fue el primer país en crear la figura de los
16. En el epígrafe de estas Recomendaciones que lleva “Tesoros Nacionales Vivientes”, otorgando desde 1950 un
por título “Conservación de la Cultura Tradicional” reconocimiento especial a quienes poseían ciertas destre-
puede leerse: “Aunque la cultura tradicional y popular zas y técnicas esenciales para la continuidad de algunas
viva, dado su carácter evolutivo, no siempre permite formas importantes del patrimonio cultural intangible.
una protección directa, la cultura que haya sido fijada Un reconocimiento que se hace extensible a un grupo
debería ser protegida con eficacia” cuando éste sea el depositario colectivo de dichos valores.

17. Véase la cita inicial de C. Lévi-Strauss 22. La idea derivaría de la Recomendación sobre la “Sal-
v a g u a rda de la Cultura Tradicional y Popular” de 1989,
18. En este sentido resultan muy interesantes algunos de y de la consideración del patrimonio cultural intangible
los trabajos recogidos en el nº. 80 (1996) de la revista como una fuente esencial de identidad, pro f u n d a m e n t e
Fuentes Unesco, y en concreto los artículos firmados por S. vinculada al pasado: “por desgracia, cierto número de
Boukhari y R. Lefort. sus manifestaciones, como la música tradicional y popu-
l a r, la danza, los festejos y la artesanía, así como ciertas
19. Véase al efecto el nº 95 (1997) de la revista Fuen- tradiciones orales y lenguas de ámbito regional han
tes Unesco, en la que se analizan, veinticinco años d e s a p a recido ya o están en vías de extinción. La razón
más tarde, los resultados de la Convención de 1972 fundamental de que esto ocurra es que el patrimonio
en defensa del Patrimonio Cultual y Natural, y en la cultural intangible se ve reemplazado rápidamente por
que aparece un cuadro bastante ilustrativo del pre- una cultura internacional estándar, promovida no sólo
dominio ejercido por los países del “Norte”. A comien- por la modernización socioeconómica, sino también por
zos del s. XXI, estas situación no parece haber cam- el enorme avance de las técnicas de transporte e infor-
biado sustancialmente si tenemos en cuenta que del mación. La naturaleza inmaterial de este patrimonio
total de los 690 bienes (529 culturales, 138 naturales i n c rementa su vulnerabilidad. Es urgente evitar nuevas
y 23 mixtos) incluidos en la Lista del Patrimonio p é rdidas. Una de las formas más efectivas de salvaguar-
Mundial 280 (40% del total) pertenecen a Europa, y dar el patrimonio intangible es mediante las grabacio-
sólo 10 países concentran más del 27 % del total: nes, los re g i s t ros y los archivos. Un medio aun más eficaz
España (35 bienes inscritos), Italia (33), Francia sería garantizar que los portadores de este patrimonio
(27), Alemania (24), Inglaterra (20), Grecia (16), la siguen aumentando sus destrezas y saberes y los trans-
Federación de Rusia (15), Suecia (11) y Portugal miten a las generaciones siguientes”.
(10) ( h t t p : / / w w w . u n e s c o . o rg / c u e/heritage/intangible)
ltur

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