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Entre 1929 y 1933 el capitalismo entró en una crisis sin precedentes. En Estados
Unidos, país en que se había iniciado en 1929, la producción industrial se
derrumbó y los cesantes sumaban 16 millones. La crisis alcanzó a todo el mundo
capitalista. Sólo la Unión Soviética se vio libre de ella.
La crisis agudizó la lucha de clases. Los conflictos sociales se intensificaron. Se
produjo el ascenso del movimiento obrero internacional, lo que unido a la atracción
que ejercía la Unión Soviética sobre las masas populares, obligó a la burguesía a
buscar un nuevo sistema político. La democracia parlamentaria no servía para
contener las aspiraciones de los trabajadores. Se necesitaba otra forma de
dominación que destruyera las organizaciones obreras, que impidiese la existencia
de éstas y que controlara férreamente a los trabajadores. Esta forma de
dominación fue el fascismo.
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los trabajadores y todos los que se opusieran al Tercer Reich. Al mismo tiempo, se
hicieron evidentes los peligros de una guerra mundial.
Del 25 de julio al 20 de agosto de 1935 se realizó en Moscú el VII Congreso de la
Internacional Comunista. Concurrieron 513 delegados de 65 partidos comunistas y
organizaciones afines. Estuvieron presentes personalidades como Dolores
Ibarruri, Ho Chi Ming, Palmiro Togliatti, Jorge Dimitrov. También Carlos Contreras
Labarca, Secretario General del Partido Comunista de Chile.
Ese importante evento mundial llamó a constituir amplios frentes antifascistas en
todos los países, los frentes populares, y crear gobiernos de frente único
antifascista
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socialistas, radicales, demócratas, independientes. Los hechos, las acciones
comunes, fueron mostrando la necesidad y la posibilidad del Frente Popular.
LOS COMUNISTAS Y EL FRENTE POPULAR
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También en ese mes de abril, tuvieron lugar elecciones complementarias para
elegir un senador por las provincias de Bio-Bio, Malleco y Cautín, en reemplazo
del fallecido parlamentario del Partido Democrático, Artemio Gutiérrez. El Frente
Popular presentó como candidato al latifundista de la zona, miembro del ala
derechista del radicalismo y uno de los más enconados opositores a la formación
del Frente Popular, Cristóbal Sáenz. Triunfó la coalición de la izquierda, ganando
su primera confrontación electoral.
Este éxito mostró la vigencia e importancia del Frente, constituido apenas un mes
atrás.
En octubre de 1936, el Partido Comunista inició la publicación del periódico
"Frente Popular", el que -según el periodista y dirigente comunista, Rodrigo
Rojas- jugó "importante papel en la tarea de agrupar a los sectores democráticos
del país a fin de cerrar el paso al fascismo, e impulsar toda una serie de
realizaciones que posibilitaran la creación de la base material y técnica para el
ulterior desarrollo económico-industrial de Chile”.
SURGE LA CTCH
El 25 de diciembre, se inició el Congreso de Unidad Sindical en el que participaron
la FOCH, la que -a pesar de la represión sufrida- continuaba siendo la central
sindical más poderosa del país, la Confederación Nacional Sindical, CNS, y la
Confederación Nacional de Trabajadores, CNT; estas dos últimas controladas por
el PS. Estas tres centrales se unieron en ese Congreso, dando nacimiento a la
Confederaci6n de Trabajadores de Chile, CTCH.
Esta nueva central reunía, al momento de su fundación, más de 100 mil afiliados.
Uno de sus primeros acuerdos fue incorporarse al Frente Popular.
La CTCH tuvo un vigoroso desarrollo. En 1938, contaba con 116 mil miembros; en
193,, con 173 mil y en 1941, con 200 mil.
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LA CONVENCIÓN PRESIDENCIAL DEL FRENTE POPULAR
La coalición izquierdista acordó que su candidato sería elegido en una Convención
Nacional.
Esta se inauguró en Santiago, el 14 de Abril de 1938, como un homenaje y señal
de solidaridad con la lucha de los demócratas hispanos, por cumplirse justamente
ese día el aniversario de la proclamación de la República Española.
“La inauguración –relata Elías Lafertte, en “Vida de un Comunista” – tuvo lugar en
el Caupolicán, lleno de bote a bote y las sesiones de trabajo se hicieron en el
Congreso. El reglamento de la convención –agrega- establecía que para la
elección del candidato presidencial serían necesarios dos tercios de los votos de
los mil doscientos participantes, que estaban distribuidos así: Partido Radical 450;
Partido Socialista 350; Partido Comunista 120; Partido Democrático 120.
Participaba también en la convención con 60 votos la Confederación de
Trabajadores de Chile, que acababan de constituirse en reemplazo de la vieja y
heroica FOCH, cuyas combativas huestes se habían enrolado en la nueva Central.
De estos 60 votos, 30 eran comunistas y 30 socialistas”.
En las primeras ruedas, cada partido votó por su propio candidato: los radicales
por Pedro Aguirre Cerda, los socialistas y la mitad de la CTCH por Marmaduke
Grove, los democráticos por Juan Pradenas Muñoz y los comunistas y media
CTCH por Elías Lafertte.
Cuando ya habían tenido lugar catorce votaciones, en la mañana del domingo,
Pedro Aguirre Cerda fue proclamado, sin votación, por unanimidad, candidato del
Frente Popular.
Según Elías Lafertte, “Aguirre Cerda era un viejo y experimentado político radical,
con un pasado parlamentario y ministerial que le permitía afrontar esta elección.
Profesor secundario y universitario, había observado una tranquila oposición a la
dictadura de Ibáñez, por lo cual había debido expatriarse. Sus libros sobre los
más candentes problemas nacionales lo presentaban como un político estudioso,
comprensivo de nuestra realidad nacional. Su carácter era alegre, socarrón a
veces y creo que su aspecto de roto chileno, con los bigotes caídos en los
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extremos y los ojos “achinados” lo ayudó mucho a ganar la simpatía popular. No
era orador fogoso, pero indudablemente sabía decir las cosas. Las largas giras
políticas y electorales en que me tocó acompañarlo, me dieron la oportunidad de
conocerlo”.
La designación del candidato del Frente Popular obligó a los partidos de derecha
a apresurarse a nombrar su abanderado. El 23 de Abril de 1938, una Convención
Presidencial de la Derecha, proclamó como postulante a La Moneda a Gustavo
Ross Santa María, ex ministro de Hacienda de Arturo Alessandri Palma.
LA CAMPAÑA DE 1938
Se inició la campaña presidencial del Frente Popular. El PC designó a Elías
Lafertte para formar parte de la comitiva de Pedro Aguirre Cerda.
No fue una campaña fácil. Los resultados de las elecciones parlamentarias de
1937 habían arrojado una clara mayoría para la derecha. Ésta controlaba gran
parte de la prensa, la que llevaba adelante una verdadera campaña del terror
contra el candidato popular. El FP realizaba esforzadas acciones. Una de ellas y
de vital importancia, fue la gira presidencial, que según recuerda Elías Lafertte, fue
"muy larga y detallada, una de las giras electorales más completas que candidato
alguno haya realizado a través del país, pues abarcó desde Arica a Chiloé,
comprendiendo más de ciento cincuenta ciudades, pueblos, aldeas y lugares. Don
Pedro hablaba en las proclamaciones y banquetes. Oradores obligados en todos
los actos éramos Grove y yo”.
El 5 de ese mes ocurrió un trágico hecho. Alrededor de las 12 horas, un grupo de
jóvenes que había asistido el día anterior a la proclamación de Carlos Ibáñez por
la Alianza Popular Libertadora, penetró al edificio del Seguro Obrero Obligatorio,
ubicado en Morandé esquina con Moneda. Un carabinero intentó detenerlos. Los
muchachos le dieron muerte. Se apoderaron del séptimo piso; se les unieron
otros jóvenes que habían ingresado poco antes al edificio.
A esa misma hora, otro grupo entró en la Casa Central de la Universidad de Chile,
cerró sus puertas y secuestró en su interior al personal que estaba en funciones.
Apenas conocida la noticia, se reunieron en La Moneda el Presidente Alessandri
con altos jefes militares y de la policía. Se resolvío aplastar de inmediato la
sublevación.
Llegaron a la Plaza de la Constitución efectivos del Regimiento Tacna, que
emplazaron cureñas contra el edificio del Seguro y contra la Casa Central de la
Universidad. Derribaron la puerta de esta última a cañonazos. Fuerzas conjuntas
del Ejército y de Carabineros se lanzaron al asalto. Murieron allí seis jóvenes. El
resto, cerca de 30, fue tomado prisionero y los llevaron hacia el Seguro, que
seguía resistiendo. Luego de enconados ataques, que duraron una hora, donde
murió uno de los jóvenes, éstos se rindieron. Bajaron con las manos en alto,
encañonados por carabineros. De pronto llegó un oficial desde La Moneda, mandó
detenerse a los prisioneros en la escalera del sexto piso y ordenó dispararles
fríamente. Los que continuaban vivos, fueron rematados.
Igual suerte corrieron los muchachos traídos desde la Casa Central de la
Universidad. Quedan 61 cadáveres en las escaleras del Seguro. Todos jóvenes,
cuya edad promedio era de 22 años. Sobrevivieron tres. Se salvaron de morir,
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aunque quedaron gravemente heridos, debido a que estaban bajo los cuerpos de
sus camaradas.
Esta matanza indignó al país. Tuvo un efecto inmediato: Carlos Ibáñez retiró su
candidatura presidencial. Muchos de sus partidarios decidieron votar contra los
asesinos, sufragando por Pedro Aguirre Cerda.