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I CONGRESO INTERNACIONAL MUNDO ÁRABE EN CAMBIO, UCM

Islam político en Siria:


contradicciones internas e
internacionalización
impuesta
Naomí Ramírez Díaz
Doctoranda FPU en el Departamento de Estudios Árabes e Islámicos y Estudios Orientales de la
Universidad Autónoma de Madrid

naomi.ramirez@uam.es

Madrid, 13 y 14 de diciembre de 2012


Resumen: La revolución que comenzó en Siria en 2011 tenía fundamentalmente un carácter
laico, nacional y plural y buscaba acabar con la dictadura para instaurar un Estado
democrático. El régimen, de aparente naturaleza laica, pero que ha optado siempre por el uso
de las cartas sectaria y religiosa para mantener la suspicacia en la población y sembrar la
discordia entre distintos actores del islam político y de tendencia islamizante tanto dentro del
país como afincados en los países aledaños (Hermanos Musulmanes, Hamás, Hezbolá,
órdenes sufíes, ulemas, figuras independientes, el régimen iraní, etc.), ha intentado provocar
una guerra sectaria desde el inicio insistiendo en el carácter islamista suní de la revuelta,
abriendo una creciente falla a lo largo de la frontera sectaria. Este artículo analiza cómo la
antaño complicada relación entre grupos islamistas y gobiernos del entorno con el régimen
sirio en un país de complejo mosaico social, unida a la estrategia gubernamental, han llevado
a una cierta “sunnificación” del movimiento de la que varios actores buscan sacar partido,
examinando cómo la entrada en juego de la “teo-geopolítica” ha provocado una debilidad
relativa en la revolución, ha acentuado las diferencias entre los grupos político-sociales y ha
reformulado las ecuaciones regionales a lo largo de cleavages sectarios que parecen
irreconciliables.

Abstract: The revolution that started in Syria in 2011 had a fundamentally lay, national and
plural character and aimed at overthrowing the dictatorship to set up a democratic State. The
regime, apparently lay in its nature, but which has always opted for the use of both the
sectarian and religious cards to keep the population suspicious of each other and sow discord
between the different actors of political Islam or those which have an Islamizing tendency
both inside the country and in the neighboring ones (Muslim Brotherhood, Hamas, Hezbollah,
Sufi orders, ulama, independent figures, the Iranian regime, etc.), has tried to provoke
sectarian strife from the beginning, insisting on the Islamist character of the revolt and
opening a widening fault along the sectarian frontier. This article analyses how the aforetime
complex relationship between Islamist groups and governments in the region with the Syrian
regime in a country with a complex social mosaic, and the official strategy have led to a
certain Sunnification of the movement, a situation which a lot of actors have taken advantage
of. This will be done through the examination of how the appearance of “theo-geopolitics”
has caused a relative weakness in the revolution, has accentuated the differences between
socio-political groups and has reformulated the regional equations along sectarian cleavages
that seem insurmountable.

2
Palabras clave: Siria, revolución, islam político, geopolítica, conflicto sectario

Keywords: Syria, Political Islam, geopolitics, sectarian conflict

I. Introducción:

En marzo de 2011, una revolución popular en Siria puso en jaque al régimen de la familia
Asad en Damasco, que se había mantenido estable, salvo episodios concretos, desde que en
1970 el padre del actual presidente, Hafez al-Asad, se erigiera como presidente de un país que
desde su independencia había vivido una incesante sucesión de golpes de estado (que fue la
forma de acceso de Hafez al-Asad al poder) promovidos por los poderes regionales e
internacionales en el marco de la guerra fría.

Con la familia Asad, varios cambios importantes tuvieron lugar en el país, algunos de los
cuales trastocaron las estructuras tradicionales del Estado por completo. Por un lado, si bien
Siria había conocido un primer ministro cristiano (Fares al-Khoury, 1944-1945) y un
presidente kurdo (el comandante Husni al-Za’im, 1949), ambos habían pertenecido a las altas
clases urbanas que eran las que habían dominado la política en la Siria post-independencia en
la cual la mayoría de la población profesaba el islam suní como hoy en día. Por otro, la
dialéctica entre el ejército y el gobierno nunca quedó del todo resuelta durante esos
turbulentos años.

En 1970, Hafez al-Asad, el ex ministro de Defensa, un militar procedente de la zona rural de


la costa y miembro de una minoría religiosa considerada heterodoxa dentro del islam o
incluso externa a él (según las distintas opiniones que se tienen de los alauíes, cuyo análisis
excede los límites de este escrito1), se convirtió en presidente de la República Árabe de Siria,
trastocando, pues, el equilibrio de fuerzas anterior, e instaurando un sistema apoyado en las
Fuerzas de Seguridad (que incluyen la Inteligencia), zanjando la dualidad político-militar para
mantener una estabilidad interna a costa de las libertades de los ciudadanos que sirviera para
mantenerlo en el poder. Dicha estabilidad interna se extendería más allá de las fronteras para
evitar la confrontación directa con los vecinos, salvo el efímero episodio de la guerra de Yom

1
No obstante, es interesante leer Yaron, 2010.

3
Kippur con Israel en 1973, tras la cual la recuperación del Golán se convirtió en tabú para la
población.

Tras cuatro décadas de gobierno dictatorial en Siria por parte de un régimen que había
neutralizado toda oposición efectiva y toda posibilidad de iniciativa ciudadana, escudándose
en la situación de Estado de emergencia dada la situación de “guerra” con Israel, apenas una
leve chispa en Daraa y el contagio de las revoluciones en Túnez y Egipto fueron suficientes
para desatar la revolución en Siria, una revolución que ellos quisieron llamar awrat al-

karāma (la revolución de la dignidad).

A lo largo de los meses, la revolución ha ido cambiando y a día de hoy nos encontramos en
una situación en la que el régimen está librando una guerra contra la población, o incluso
podría decirse que simplemente está perpetrando una masacre contra su pueblo2, y en que la
antaño movilización pacífica se mantiene en las manifestaciones mientras la oposición armada
intenta debilitar al régimen.

Para observar esta evolución del levantamiento y la entrada de diversos factores en juego que
lo han llevado a la actual situación, las fuentes tradicionales quedarán relegadas a un segundo
plano por dos cuestiones fundamentales: la inmediatez de los hechos y la falta de fuentes
tradicionales que analicen el tema en profundidad por la anterior razón.

II. La esencia de la revolución y la estrategia del régimen de Damasco:

Definir la revolución en Siria desde su origen entre Damasco y Daraa3 implica utilizar tres
adjetivos (Ramírez, 2011) que los propios activistas señalan repetidamente: pacífica, nacional
y laica (no en el sentido francés del término, sino que ha de entenderse en el sentido de que no
se trataba de una movilización específica de una secta, pues lo que hacía en realidad era
desafiar la política sectaria del régimen supuestamente laico para unir a toda la población).

Al grito de Silmiyya (pacífica), los manifestantes en diversas ciudades pedían que la


represión, que se fue extendiendo por el país desde el primer momento, cesara en aquellas

2
Véase: http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2012/10/121015_siria_manzano_fotografo_am.shtml
[Consulta: 08/11/2012]
3
Aunque suele quedar relegada a un segundo plano la concentración de gente en el zoco de Al-Hariqa el 17 de
febrero de 2011 al grito de “Al pueblo sirio no se le humilla” cuando un guardia de tráfico insultó a un
ciudadano fue también un punto de inflexión en el latente deseo de emular a Túnez y Egipto.

4
ciudades cercadas, la primera de las cuales fue Daraa y para la que se enviaban mensajes
como “Ya Dar a, ennā ma ki ilà-l-mt” (Daraa, estamos contigo hasta la muerte). Tales
eslóganes eran síntoma del sentimiento de unidad entre los sirios, que se aunaban en busca de
sus objetivos de libertad y dignidad, sentimiento resumido en el célebre “Wāid, wāid,
wāid, al- a b as-sūrī wāid” (Uno, uno, uno, el pueblo sirio es uno). Es decir, al margen de
las diferencias confesionales, étnicas y regionales, los sirios se habían unido primero para
exigir libertades y finalmente (al ver que la represión no solo no cesaba, sino que aumentaba),
para exigir el derrocamiento del régimen y, posteriormente, la ejecución de Bashar al-Asad.

Poner énfasis en la unidad nacional era importante por dos cuestiones. En primer lugar, para
contrarrestar el discurso oficial del régimen de que lo que estaba sucediendo no era más que
una conspiración contra la estabilidad del último resorte del panarabismo y de la resistencia a
Israel (características siempre señaladas en el discurso oficial del régimen)4 que pretendía
dividir a la sociedad a lo largo de las fronteras sectarias y provocar un conflicto. Las manos
que movían los hilos de tal conspiración eran, en la línea habitual en la región (Tibi, 1996),
Occidente, Israel y los Hermanos Musulmanes y grupos islamistas afines. En segundo lugar,
se trataba de evitar que las minorías religiosas se mantuvieran al margen del movimiento
pensando en la posibilidad del advenimiento de un régimen islamista suní que amenazara su
existencia o bien que se repitiera una situación como la actual en Iraq, que ha alimentado los
recuerdos del Líbano de la guerra civil.

La razón de tal interés en incluir a las minorías, al margen de la pretensión del régimen de ser
protector de las mismas por ser su cabeza miembro de la confesión alauí y estar este grupo
social sobrerrepresentado, junto a otras minorías en el núcleo duro del sistema (Hinnebusch,
1990; Batatu, 1999; Álvarez-Ossorio y Gutiérrez de Terán, 2009; Ramírez, 2011b; Seale,
1989), debe explicarse por medio de un retroceso en la historia hasta aproximadamente 1976.

Aunque Siria nunca se ha caracterizado por la presencia de islamistas radicales, salafistas o


yihadistas, sino que más bien la tendencia ha sido la de una salafiyya5 reformadora6 de la

4
El primer discurso de Bashar al-Asad tras el inicio de la revolución ya lo dejaba claro
http://www.syrianrevolution2011.com/videos/player/tabid/68/videoid/1604/3-bashar-alassads-first-speech-
before-the-parliament-20110330.aspx
5
Véase la distinción en Gómez, 2009:294-295
6
Véase este reportaje de Zaina Erhaim: https://www.youtube.com/watch?v=iPunKVCwlMo

5
sociedad y el espacio público7, y que incluso la conocida organización de los Hermanos
Musulmanes en ese país había participado en la vida parlamentaria post-independencia salvo
en los períodos de ilegalización (Saad Al-Din, 2006; Seale, 1989), ciertos elementos
discordantes no pudieron aceptar el dominio de un alauí en un país de mayoría musulmana
suní. Entre ellos, miembros de los Hermanos Musulmanes como Said Hawwa fueron muy
explícitos en sus convicciones contra un régimen no solo perteneciente a una minoría
“herética” sino que además había implantado un laicismo agresivo (Zisser, 2005): “Los
partidarios de la secularización monopolizaron el poder en Siria, lo que permitió la expansión
de sus ideas paganas y nocivas… Así las cosas temíamos que todo esto significase el fin de la
educación islámica, de las instituciones religiosas, del régimen del estatuto personal basado en
la Ley Islámica […]. Ellos habían entrado en combate y nosotros teníamos que actuar si
queríamos que la situación no excediese ciertos límites”8.

Relacionada con estas ideas está la llamada Vanguardia Combatiente (de los Hermanos
Musulmanes) cuyas relaciones con la Hermandad distan de ser claras dada la ambigüedad de
las declaraciones que aún a día de hoy se hacen sobre el tema aunque los Hermanos tienden a
desligarse de la misma y a negar la existencia de un liderazgo militar dentro de la propia
Hermandad. Lo cierto es que miembros de la organización tuvieron un papel en la
Vanguardia, algunos fueron expulsados de la Hermandad, como Marwan Hadid (que según el
difunto ex líder de los Hermanos en siria, Adnán Saad al-Din, nunca tuvo nada que ver con
los asesinatos que la Vanguardia perpetró9 y con el que él mantuvo siempre una muy estrecha
amistad). Sea como fuere, lo cierto es que un grupo que decía tener vinculación con los
Hermanos Musulmanes, perpetró entre 1976 y 1982 una serie de asesinatos y atentados contra
figuras alauíes del régimen y contra potenciales futuras figuras (como la tristemente célebre
masacre de la Escuela de Artillería o Academia Militar de Alepo de 1979). La escalada de
violencia por la cual el régimen responsabilizó a los Hermanos (que siempre han negado tener
nada que ver) llevó a que en 1980 se decretara la Ley nº 49 por la cual se condenaba a todo
miembro de los Hermanos Musulmanes a la pena de muerte, con un margen de un mes para
arrepentirse. Aunque muchos se exiliaron en ese momento o “se arrepintieron”, otros
siguieron trabajando de incógnito dentro del país en colaboración con el liderazgo en el exilio.

7
http://studies.aljazeera.net/reports/2012/05/2012521101415565424.htm
8
Recogido en Gutiérrez de Terán, 2003: 141.
9
Véase la entrevista emitida póstumamente en Aljazeera (15/10/2012).

6
Tras el éxito de la revolución iraní (paradójicamente chií, aunque lo cierto es que Jomeini
nunca adscribió la revolución a una secta) los Hermanos lanzaron en 1980 la “Revolución
Islámica en Siria” (Saad al-Din, 2008: 227-294). Los insurgentes10 se organizaron en la
ciudad de Hama, donde los elementos más radicales de los Hermanos y afines a ellos habían
tenido tradicionalmente mayor presencia (tanto Said Hawwa como Marwan Hadid procedían
de dicha ciudad), mientras el régimen llevaba a cabo una política de detenciones que
radicalizó el enfrentamiento (al tiempo que se sucedían negociaciones con los líderes
islamistas exiliados en Jordania para detener la espiral de violencia, entre ellos el propio
Adnán Saad al-Din11). El enfrentamiento decisivo fue en el mes de febrero de 1982, cuando la
ciudad de Hama fue devastada por las Brigadas de Defensa, cuerpos de élite dirigidos por el
hermano del presidente Hafez al-Asad, después caído en desgracia, Rifaat al-Asad, para
aplastar la revuelta que, aunque con gran presencia de islamistas, contó también con la
participación de otros grupos, bien por motivos ideológicos como los naseristas, bien por
motivos económicos, como las clases medias urbanas que habían visto su poder adquisitivo
minado desde la llegada del régimen “rural” (Gutiérrez de Terán, 2003). Desde entonces, el
peso de los Hermanos Musulmanes en Siria se ha reducido, si bien sigue siendo difícil de
calcular por su condición de organización ilegal, aunque sus miembros siguen insistiendo en
que “somos parte de este pueblo”12. Ahora bien, cuando sugieren que lo que a día de hoy está
sucediendo en Siria es resultado de una “acumulación histórica” que ya viene desde Hama en
198213, ello recuerda a la población unos sucesos que se han quedado bien implantados en la
memoria, más aún cuando el régimen aduce que la mayoría suní pretende vengarse por aquel
episodio. Ello explica en gran medida el porqué del relativo retraso de Hama en unirse a la
revolución.

Por todo lo anterior, durante meses se ha insistido en que la revolución es de todos y que en la
unión está la fuerza14, lo que supone ir en contra del discurso del régimen que, aunque
“nacionalista” siempre ha invertido en la división social, ya sea a lo largo de cleavages

10
Aunque según Saad al-Din no era más que un comunicado sin pretensión de levantamiento (Aljazeera,
15/10/2012)
11
Ibid.
12
http://hermanosmusulmanes.wordpress.com/2011/04/21/la-campana-mediatica-de-los-hhmm-en-contra-
del-regimen-sirio/ [Consulta 08/11/2012]
13
Entrevista con Ali Sadr al-Din al-Bayanouni, es dirigente de los Hermanos Musulmanes sirios en Londres
(01/08/2011).
14
En octubre de 2012, un cartel en Kafarsousseh decía “La fuerza no está en cada uno sino que está en que
todos seamos uno”.

7
étnicos o sectarios utilizando concretamente a una minoría, la alauí, para protegerse con ella y
no para protegerla15.

Desde el inicio de la revolución, entre la estrategias del régimen ha estado la reducción del
número de efectivos y cuerpos que ha sacado a las calles para utilizarlos en la represión y ello
se debe a que, al iniciarse las manifestaciones y ser enviados los soldados a disparar contra la
población, muchos lo hacían por miedo a desobedecer las órdenes y porque los servicios de
seguridad, cuerpos cuya supervivencia depende de la del régimen y viceversa (Álvarez-
Ossorio y Gutiérrez de Terán, 2009), iban detrás para disparar a quien se abstuviera de acatar
las órdenes de sus superiores (aunque también había quienes lo hacían por convencimiento y
otros, al parecer bajo efectos de estupefacientes16). Otros decidían desertar. Puesto que los
altos mandos suelen estar dominados, como ya hemos dicho, por minorías y entre las que
destaca la alauí17, los soldados de a pie suelen ser musulmanes suníes cuya promoción es a
todas luces complicada (salvo en los casos en los que existen conexiones familiares como la
de Manaf Tlass, hijo del ex ministro de Defensa Mustafa Tlass y ex miembro de la Guardia
Republicana), lo que explica en gran medida por qué la mayoría de integrantes desertores del
Ejército Sirio Libre son suníes. Puesto que ya no puede fiarse de ellos18, el régimen ha ido
reduciendo los cuerpos de los que hace uso a aquellos que lo protegen directamente: la Cuarta
División Armada (heredera de las Brigadas de Defensa), la Guardia Republicana y la Guardia
Presidencial.

También se ha valido de grupos paramilitares, conocidos como shabbiha, que perpetran


masacres certificadas con documentación gráfica19 contra la población. Estos “efectivos”
suelen ser de confesión alauí y se reclutan entre los miembros de esas familias o entre

15
Léase: http://traduccionsiria.blogspot.com.es/2012/02/sobre-el-sectarismo-y-el-regimen.html [Consulta
08/11/2012]
16
Véase lo referente a este tema en: http://traduccionsiria.blogspot.com.es/2012/09/las-puertas-de-la-tierra-
de-la-nada-3.html [Consulta 08/11/2012]
17
Cabe destacar que aunque la sobrerrepresentación de minorías obedece a una política clara del régimen de
rodearse de aquellas personas en cuya fidelidad se puede confiar, lo cierto es que tratándose de un régimen
militar donde el ejército está bien nutrido de miembros de las minorías debido a la política de reclutamiento de
la época del Mandato francés y del hecho de que para los más desfavorecidos de la población, estos cuerpos
eran medios de ascenso social, deja de resultar tan extraño ver tal sobrerrepresentación.
18
Véase este testimonio sobre los pilotos: http://www.usatoday.com/story/news/world/2012/11/06/syria-
opposition/1686677/ [Consulta 08/11/2012]
19
Por ejemplo: http://www.youtube.com/watch?v=ezI5gMu6mr4 [Consulta 08/11/2012]

8
contrabandistas de la zona de la costa20. Pero además de ellos, también es cierto que
habitantes de localidades alauíes de la zona del valle del Orontes han decidido encomendar su
suerte al régimen y perpetrar masacres como la de Al-Houla, una localidad suní. Cierto es que
no ha habido una reacción violenta contraria, pero se sabe que la oposición armada, bien el
Ejército Sirio Libre en sí bien de otros grupos que combaten en el país, se han vengado del
régimen asesinando alauíes21 y otros partidarios del régimen. Preguntado por la posibilidad de
que estas situaciones de venganza aumentaran tras la caída del régimen, un activista sirio
cristiano, que reside en el extranjero, pero que visitó recientemente el país dijo: “Sí, habrá
venganza, pero solo contra los alauíes. Es muy tarde para salvar el pellejo ya. Espero que los
que están de parte de la revolución se mantengan a salvo. No comparto lo que está pasando,
pero lo entiendo”22. Si ello se extiende, el resultado será una verdadera guerra civil que, según
un activista palestino que salió de Siria a finales de 2011, “no se ha producido aún porque la
gente tiene que unirse en el objetivo común, salvo en algunas zonas, pero después puede
darse”. Ahora bien, ¿han sido las relaciones sectarias en Siria siempre tan dialécticas entre el
régimen “alauí” y los grupos suníes tanto sociales como políticos?

III. Relaciones complejas con el islam político y tendencia a la “sunnización” del


movimiento:

En 1973, Hafez al-Asad promulgó una Constitución según la cual Siria no tenía ninguna
religión oficial definida y que establecía que los principios socialistas (e implícitamente laicos
aunque no se mencione en el documento) del Baaz regirían la política del país. Para acallar las
quejas de los grupos islamistas y figuras religiosas, el entonces presidente decidió introducir
una modificación en el artículo 4: “el presidente de la República ha de ser musulmán”, sin
especificar la rama del islam, pero dejando ver que los alauíes, al margen de las dudas de
muchos, eran musulmanes23. Era la concesión más alta que estaba dispuesto a hacer en cuanto
a la relación entre política e islam, a pesar de que su práctica no fue tan maniquea.

Ya desde su llegada al poder, Asad sabía que su posición peligraba debido a los recientes
golpes de estado y al hecho de que él pertenecía a una minoría. Más aún, habiendo trastocado
20
Sobre este tema, véanse las declaraciones del ex Primer Ministro:
http://www.youtube.com/watch?v=cV4ifCjSFPQ [Consulta 08/11/2012]
21
Conversación privada con un activista (octubre 2012)
22
Conversación privada (05/11/2012)
23
En una estatua en Damasco se recuerdan sus palabras: “Soy musulmán y seguiré siendo musulmán y Siria
seguirá siendo una fortaleza donde ondeará izada y bien alta la bandera del islam”.

9
los anteriores equilibrios de fuerza dominantes en Siria, con el ascenso de una burguesía rural
frente a la tradicional burguesía urbana, Hafez al-Asad fue consciente de la necesidad de
establecer alianzas con quienes habían dominado la economía hasta ese momento: la
burguesía comercial damascena y alepina mayoritariamente suní.

Del mismo modo, a pesar de los primeros años de socialismo laico en el que toda apariencia
religiosa era denostada, Hafez al-Asad, especialmente tras el fatídico suceso en Hama en
1982, quiso dar una imagen algo más agradable de cara a la mayoría de la población y para
ello se dedicó a financiar la construcción de escuelas religiosas y mezquitas, rebajar el control
sobre los ulemas, y permitir poco a poco el retorno de los aspectos religiosos a la vida pública
(no sería hasta el 2000 cuando Bashar al-Asad, que accedió a la presidencia ese mismo año,
aboliría una ley que impedía a las niñas llevar velo en cualquier espacio del ámbito académico
público).

En un terreno más político, el discurso antiimperialista del régimen y de defensa de la causa


palestina (sin atender a los enfrentamientos que han empañado la historia entre el régimen
sirio y la OLP, especialmente en Líbano), hacía de él un “natural” aliado de los movimientos
islamistas suníes de la zona, que siempre han tenido presente en su discurso la cuestión
palestina (Zisser, 2005), pero que no podían obviar que sus homólogos sirios habían sufrido la
represión del régimen y se habían visto obligados a exiliarse. Quizá el movimiento que mejor
ejemplifica tal complejidad sea el grupo palestino Hamás: el Movimiento de la Resistencia
Islámica.

Hamás es un movimiento de resistencia nacido de los Hermanos Musulmanes de Palestina en


1987, que ha evolucionado desde las posturas maximalistas presentadas en su Carta
fundacional24 hasta una postura pragmática que parece haber abandonado en gran medida lo
islamista para hacer hincapié en lo nacionalista, anteponiendo el concepto de ciudadanía al de
musulmán o cristiano como base para la construcción de Palestina. Sin embargo, Hamás no ha
perdido su carácter de movimiento islámico y ha mantenido su énfasis en el uso de la sharía
como base legal y en el carácter islámico del territorio palestino. Aún más, el presidente sirio
reconoció literalmente que Hamás son los Hermanos Musulmanes25, pero que su presencia era

24
Véase el documento completo en: http://www.4shared.com/office/WChc8dj7/____.html [Consulta:
08/11/2012]
25
Véase: http://www.joshualandis.com/blog/?p=7836 [Consulta: 08/11/2012]

10
un hecho consumado en Damasco, que había acogido a la organización, poniéndola en una
situación diametralmente opuesta a la de los Hermanos sirios, cuando en 1999 Jordania los
expulsó de su territorio por comprometer el tratado de paz de Jordania con Israel. Sin otro
lugar al que ir, Hamás se instaló en Siria, con las exigencias que ello podía conllevar; si bien,
Hamás nunca se convirtió en parte del servicio secreto sirio dedicado a la vigilancia de los
palestinos, como es el caso del Frente Popular para la Liberación de Palestina de Ahmad
Jibril, también con sede en Damasco. Precisamente por no doblegarse (aunque Hamás y el
régimen sirio coincidían en muchas políticas) la aparentemente “antinatural” relación entre un
régimen alauí (chií) y un movimiento islamista suní, acabó haciendo aguas en febrero de 2012
cuando el segundo se negó a adoptar una postura partidaria al régimen sirio26 y la represión
que este llevaba a cabo contra su población pues ello habría acabado con su credibilidad
popular como ya ha sucedido con el otrora aclamado Hezbollah, también movimiento de
resistencia y también islamista, pero chií.

Hezbollah nació como producto iraní en Líbano (Norton, 2007), con el beneplácito sirio que
controlaba la mitad del territorio libanés durante la guerra civil que vivió el país entre 1975 y
1990. Aunque Siria siempre tuvo ciertas reticencias (Norton, 1987; Goodarzi, 2006) a que
otra potencia intentara controlar a los chiíes en Líbano, pues ello amenazaba su supremacía, lo
cierto es que ambos países en la década de los ochenta se necesitaban: Irán estaba en guerra
con Iraq y Siria se había puesto de su lado, reduciéndose por ello el flujo de petrodólares del
Golfo que habían ayudado a un cierto crecimiento económico debido a la identificación de
Siria como pieza fundamental del frente contra Israel.

Desde que en 2004, con la invasión de Iraq y el ascenso chií en la zona, el rey de Jordania
comenzara a hablar del “creciente chií”, animado por las teorías de Vali Nasr (2006) sobre la
naturaleza futura de los conflictos en Oriente Medio, el eje Irán-Iraq-Siria-Líbano se fue
perfilando como un supuesto eje de resistencia contra las políticas imperialistas (una evidente
paradoja en el caso de Iraq) y a Israel. Aunque Hezbollah ha gozado de cierta autonomía y su

26
Una vez abandonada su sede en Damasco, que el régimen sirio ha procedido a registrar recientemente y
donde ha confiscado algunos bienes (http://www.europapress.es/internacional/noticia-policia-siria-registra-
sede-hamas-damasco-20121107144629.html). También ha procedido al registro de las casa de Musa Abu
Marzuq y otros dirigentes del movimiento, según informó Aljazeera (08/11/2012). Previamente, cuando Khlaed
Mishal asistió el 2 de octubre de 2012 al Congreso del partido turco AKP, este recibió la acusación de traición
por parte de Damasco (http://noticias.terra.es/mundo/oriente-proximo/siria-critica-duramente-al-grupo-
palestino-hamas,300278975b12a310VgnVCM10000098cceb0aRCRD.html).

11
pragmatismo dentro de Líbano le ha llevado a llamar a la calma y evitar la guerra sectaria27, lo
cierto es que su apoyo discursivo y logístico al régimen ha provocado que su anterior
popularidad e incluso su cierto reconocimiento por parte de grupos como, llamativamente, los
Hermanos Musulmanes sirios tras la guerra con Israel en 2006, se hayan sustituido por la
crítica y el rechazo28.

El movimiento libanés, que actualmente domina el gobierno en Líbano, aunque no se sabe por
cuánto tiempo tras los escándalos de los explosivos que el ex ministro Michel Samaha llevaba
desde Siria para hacer explotar en barrios cristianos y el asesinato de Wissam al-Hasan, que
investigaba lo anterior, solo ha reconocido algunas peticiones legítimas de reformas, pero
nunca ha aceptado la idea de que el pueblo se haya levantado contra el régimen, cuyo discurso
oficial sigue a pies juntillas el secretario general del partido, Hasan Nasrallah. Tal vez en un
lapsus linguae, este reconoció explícitamente en su último discurso que había combatientes
de Hezbollah en Siria29, confirmando así la versión de los activistas sirios.

A pesar de estas alianzas de naturaleza “chií”, ello no ha impedido, como se explicaba


anteriormente, que el régimen haya mantenido contactos con grupos suníes. No solo Hamás,
sino que otros grupos se han beneficiado de la política tolerante del régimen, el cual ha dado
su beneplácito para la expansión de las actividades de todos aquellos grupos de carácter sufí
en el interior del país que no suponen amenaza alguna para su dominio (Pierret, 2009:2). Sin
embargo, la revolución ha demostrado que figuras independientes y ulemas de cierta
tendencia sufí pacífica como Jawdat Saíd han tenido un papel clave en la movilización
pacífica de las mezquitas, especialmente cuando al principio aún reinaba el miedo30. Su papel,
gracias a la alianza que en años recientes se había formado entre comerciantes y hombres de
religión (Ismail, 2009), fue decisivo para convencer a los comerciantes de Damasco de que
llevaran a cabo una huelga general en protesta por la matanza de Al-Houla, especialmente por
las víctimas infantiles (finales de mayo de 2012).

27
http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/internacional/hezbola-pide-calma-los-familiares-los-
libaneses-secuestrados-siria-201 [Consulta: 08/11/2012]
28
Véase a modo de ejemplo: http://hermanosmusulmanes.wordpress.com/2012/02/21/zuhair-salim-sobre-la-
inefectividad-e-inoperatividad-internacional/ [Consulta: 08/11/2012]
29
http://www.aawsat.com/details.asp?section=4&article=699380&issueno=12372 [Consulta: 08/11/2012]
30
No debe olvidarse ni menospreciarse no obstante, el papel de los jóvenes laicos de izquierda en empujar a la
movilización entre los religiosos, temerosos de una repetición del escenario en Hama (entrevista de Salama
Kayle en el canal Orient, 02/06/2012)

12
Por otra parte, si bien probar una colaboración directa es complicado (Itani, 2008), la
connivencia entre grupos yihadistas como Fath al-Islam o Yund al-Sham, este último acusado
por el régimen de Damasco de algunos atentados en la capital a lo largo de la pasada década,
y que cruzaban de Líbano a Iraq para luchar contra la ocupación estadounidense en ese país,
es innegable. Así, no es de extrañar que cuando en 2006 la administración estadounidense y el
resto del mundo condenaron a Siria al ostracismo diplomático a raíz del asesinato del ex
primer ministro libanés Rafik Hariri, que se saldó con el fin de iure de la tutela siria sobre
Líbano, el flujo de yihadistas y la porosidad de las fronteras parecieran reducirse
notablemente. Dichos grupos (Kazimi, 2010) necesitaban un nuevo objetivo y el régimen
alauí laico de Damasco se perfilaba como la mejor opción.

No es de extrañar pues, que el régimen adujera la responsabilidad de dichos grupos para


justificar cualquier problema que sucediera en el país y de ahí las dudas iniciales sobre la
existencia real del ya famoso Jabhat Nusrat al-Sham en la actual revolución31. Sabiendo que
el régimen siempre ha recurrido a la presencia de células islamistas para justificar atentados
que era imposible que sus servicios de seguridad desconocieran (como el polémico asesinato
de Imad Mughaniyeh, de Hezbollah, en Damasco en 2008 y que pudo ser una forma de
mostrar su buena disposición para ser rehabilitado por la comunidad internacional tras el
asesinato de Rafik Hariri en 2005), es lógico que las dudas, más aún al inicio de la revolución,
cuando las tendencias más salafistas no tenían una voz demasiado prominente, se pusieran en
tela de juicio diversas cuestiones. La realidad es que, como reza el dicho popular árabe, en el
caso del régimen de Damasco, por su permisividad con el trasiego de grupos yihadistas a lo
largo y ancho de su territorio, “la magia se volvió contra el mago”. Así, en el contexto de la
revolución, cuando el discurso pro-palestino y panárabe del régimen ha quedado reducido a
cenizas, yihadistas de todas partes se han dirigido a Siria para luchar contra él, mientras los
grupos islamistas suníes y gobiernos de dicha confesión que antaño lo apoyaban de manera
tácita se han vuelto sus enemigos declarados.

Si a ello unimos que muchos alauíes32 han decidido unir el destino del régimen al de toda una
secta, exactamente igual que quería el régimen que sucediera, para dividir a la sociedad, las
masacres que han perpetrado sus esbirros, el discurso ambivalente de sheijs mediáticos como

31
Véase: http://ifpo.hypotheses.org/3540 [Consulta: 08/11/2012]
32
Véase: http://traduccionsiria.blogspot.com.es/2012/09/sobre-los-alauies-y-la-revolucion-siria.html
[Consulta: 08/11/2012]

13
Adnan Ar’our33, la llamada a la yihad de Yusuf Qaradawi34, la política chií que Irán ha
seguido en Siria durante décadas pero con especial énfasis durante la etapa de Bashar
(Anónimo, 2009) y el hastío de la población civil, que ve cómo los barrios suníes son
bombardeados (el ejemplo de Homs es llamativo), aunque puedan excusarse algunos
posicionamientos35, además del abandono internacional que ha llevado a que la población no
vea otro refugio más que en Dios, especialmente entre los suníes, que son la mayoría, estamos
ante una teoría de la profecía cumplida. Poco a poco, la soledad de la revolución está
“sunnificándola” y poniendo en peligro la unidad nacional que el régimen se ha afanado en
destruir. Pero, ¿obedece esto exclusivamente a una tendencia evolutiva natural de la población
y el proceso revolucionario?

IV. Del papel devastador de la “teo-geopolítica”:

Que el régimen sirio es sectario (porque se pone a una secta entera como escudo36) ya no hay
quien lo ponga en duda. Que la población siria sea sectaria es más complicado de determinar.
Cierto es que las suspicacias entre sectas siempre han estado latentes en una suerte de tensión
social perceptible, pero cómoda. La cohabitación no es sinónimo de la coexistencia, pero lo
cierto es que durante décadas la sociedad siria había sabido adaptarse a su pluralidad social.
Para su desgracia, el mantenimiento de ese pacto social no ha dependido en exclusiva de
ellos.

Como señalábamos antes, y a modo de ejemplo, el afán de expansión del chiísmo de Irán que
el régimen de los Asad han permitido y fomentado, llegando a inventar santuarios en zonas
donde la presencia chií era desconocida (Anónimo, 2009) seguía una clara política regional
que se extiende también al país del Cedro, donde Irán y Arabia Saudí se disputaban su
hegemonía a lo largo de las divisiones intrínsecas del islam.

Comenzada la revolución y prolongado más de la cuenta su tiempo de maduración, si en la


etapa post-independencia Siria se había convertido en el campo de batalla de las luchas
regionales por la hegemonía (Seale, 1965), en 2011, Siria se ha vuelto el campo de batalla en

33
http://www.youtube.com/watch?v=C9NA96kVad0 [Consulta: 08/11/2012]
34
http://www.youtube.com/watch?v=g2LxmoMV20M [Consulta: 08/11/2012]
35
http://traduccionsiria.blogspot.com.es/2012/09/en-defensa-de-las-minorias-acusadas-de.html [Consulta:
08/11/2012]
36
http://traduccionsiria.blogspot.com.es/2012/03/fadwa-soliman-solo-tengo-miedo-de-que.html [Consulta:
08/11/2012]

14
la sempiterna lucha teo-geopolítica que libran Irán, con su islam chií y su política
expansionista, y Arabia Saudí, exportadora de la más intransigente versión del islam suní: el
wahabismo y la lectura literalista de los textos. Y sin embargo, a pesar de este enfrentamiento,
que excede lo religioso, que incluso llega a ser un pretexto en una competición que es
básicamente por la hegemonía regional (de ahí el término teo-geopolítica), la política suele
formar extraños compañeros de cama: ambos buscan el fracaso de la revolución o su
debilitamiento crónico. Ni Irán quiere perder al régimen de Damasco, cuya caída ve como la
antesala de un ataque contra su territorio (aunque quizá con la reelección de Obama tales
miedos se reduzcan levemente, dado el carácter marcadamente menos belicista del presidente
frente al ya ex candidato republicano, Romney) y porque ello debilitaría a su peón en Líbano
que, si bien tiene una notable independencia en su toma de decisiones, necesita el trasvase de
armas a través de Damasco.

Por su parte, Arabia Saudí, monarquía nacida de la unión entre la supremacía política de una
tribu, los Saúd, y el carisma religioso de Muhammad Ibn Abd al-Wahhab, y apoyada en los
ingentes recursos energéticos de los que dispone, no es en absoluto un modelo de democracia.
Sin embargo, junto con Catar, país con el que tiene no pocas disputas en lo político, se ha
erigido como la defensora a ultranza del derecho del pueblo sirio a decidir su destino y su
forma de gobierno. En este punto, es preciso matizar que su apoyo declarado a la revolución
ha tenido mucho que ver con la fidelidad a su ideología (cabe destacar que los Hermanos
Musulmanes no han dejado de agradecer al monarca saudí37 su apoyo moral, político y
económico a la revolución38). Esta situación, que solo contribuye al debilitamiento de los
principios de la revolución, ha sido denunciado por los activistas en carteles que lanzan
mensajes como: “Yasqu kull man yu ālib bi-l-wala’ muqābil al-da m” (Abajo los que
exigen fidelidad a cambio de su apoyo). Incluso se sabe que hay miembros del Ejército Sirio
Libre que se dejan barbas y hablan en un tono más religioso para lograr financiación y armas
de estas monarquías petroleras39. Más aún, existen rumores de que grupos como los
Hermanos Musulmanes han creado sus propias milicias, y que el que fuera delegado del
actual líder, Faruq Tayfur, por ejemplo, tiene peso en una importante asociación de ayuda
37
http://hermanosmusulmanes.wordpress.com/2012/02/24/and-the-oscar-goes-to-arabia-saudi/ [Consulta
08/11/2012]
38
En una conversación informal con Ahmad Ramadán en Madrid (23/07/2012), este insistió en que “Arabia
Saudí está ayudando mucho”.
39
http://www.20minutos.es/noticia/1551549/0/rebeldes-sirios/fingen-ser-islamistas/dinero-armas/ [Consulta
08/11/2012]

15
humanitaria40, algo que también se puede aplicar a Ahmad Ramadán, figura harto
desconocida hasta el inicio de la revolución41. Que los Hermanos y partidarios han repartido
ayudas según les convenía, ha sido denunciado en repetidas ocasiones por activistas del
interior42.

En consecuencia, tanto Irán con su apoyo al régimen, como Arabia Saudí con su “apoyo” a la
revolución están imponiendo su agenda regional-religiosa en Siria, con lo que ello conlleva de
dialéctica y contradicciones en países como Turquía (que apoya la revolución, pero teme la
formación de una autonomía kurda y al mismo tiempo mantiene importantes lazos
económicos con Irán43) o Egipto (cuyo apoyo a la revolución se ve constreñido por su
dependencia económica de EEUU –enemigo de Irán y aliado de Arabia Saudí- y su búsqueda
de nuevos socios económicos como China o Irán). No es por tanto de extrañar que
Muhammad Mursi propugnara la creación de un cuarteto para intentar encontrar una salida al
conflicto integrado precisamente por estos cuatro actores, iniciativa boicoteada por Arabia
Saudí, no por su apoyo a la revolución (cuyos protagonistas rechazan prácticamente de pleno
la posibilidad de que Irán sea parte de la solución, ya que es parte del problema), sino por el
papel de la teo-geopolítica en su toma de decisiones, y su afán por extender su predominio
ideológico, en una sociedad como la siria que apenas ha conocido el extremismo a lo largo de
su historia.

Este extremismo está siendo alimentado con la llegada de yihadistas de distintas partes del
mundo, llegada que no solo está debilitando la unidad nacional que construyó la revolución
por su objetivo común, sino que también está desvirtuando el objetivo mismo de la revolución
a ojos de muchos e internacionalizando una causa que era ante todo siria. Pero por encima de
la desvirtuación y la internacionalización, esta situación está provocando un aumento del
discurso sectario, ya bastante exacerbado y que parece que puede terminar provocando
diferencias insalvables entre la población. Para el Padre Paolo, un jesuita que residió treinta
años en Siria hasta que el régimen lo expulsó, ya en septiembre de 2012, “el federalismo es la

40

http://www.ikhwansyria.com/Portals/Content/?info=YVdROU16RTNPVEVtYzI5MWNtTmxQVk4xWWxCaFoyVW
1kSGx3WlQweEpnPT0rdQ%3D%3D.Syr&utm_source=twitterfeed&utm_medium=twitter [Consulta:
08/11/2012]
41
http://www.youtube.com/watch?v=91yHkTLdMUY&feature=player_embedded [Consulta: 08/11/2012]
42
Varias conversaciones informales a lo largo de 2012.
43
http://www.reuters.com/article/2012/10/23/us-emirates-iran-gold-idUSBRE89M0SW20121023 [Consulta:
08/11/2012]

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solución a la división”44. De lo contrario, el deseo de venganza puede acabar con lo que quede
del país, más aún teniendo en cuenta que los luchadores árabes que viene de fuera, aunque
puedan ayudar a derrocar al régimen, “lo harán todo mucho más difícil el día de mañana”45
porque no conocen Siria, ni su composición sectaria ni nada de la realidad Siria más allá de
que van a derrocar al dictador, en su mayoría por motivos religiosos.

Únase a esta situación la pasividad internacional, cuyo interés es controlar el proceso


revolucionario, sin dejarlo triunfar por sí mismo (incluso en el caso de Rusia, ya no se trata de
salvar a Asad, sino de mantener una influencia en la zona como contrapeso a EEUU). Solo así
se explica la falta de presión real a Asad por parte de los “Amigos de Siria” y las excusas
aducidas para ello, como la falta de unidad de una oposición que, de todos modos ya no
representa al pueblo, y el miedo a la desestabilización o la expansión del yihadismo. Quizá el
paso de las elecciones estadounidenses acelere la caída del régimen, necesario para salvar el
país, aunque la unidad nacional haya sido minada. Sin embargo, cualquier paso que dé
Washington estará mediado por su miedo a perder su influencia en el proceso de transición en
un país clave en la zona y especialmente importante para la seguridad de Israel.

Si grupos como los Hermanos Musulmanes siguen manteniendo el dominio de la oposición


política, por su buena financiación, sus contactos con países como Arabia Saudí y su
estructura organizativa, lo que veremos en Siria mientras no caiga el régimen seguirá siendo
una muestra de la pugna regional entre potencias chiíes y suníes, más aún desde que Hamás
ha salido de debajo del brazo del régimen sirio. La revolución, en este conflicto, quedará cada
vez más relegada a un segundo plano a ojos de los actores internacionales y del entorno,
provocando más cismas sociales, y ello se debe a que “Siria es un mundo reducido que lleva
en sí todas las contradicciones del mundo en su conjunto y cuya deficiencia en su
conformación política aumenta por el hecho de haberse ganado la calificación de modelo
reducido del gran mundo”46

Y sin embargo, la lucha que se libra en Siria entre actores regionales no significa en ningún
caso que lo que sucede en Siria se reduzca a un enfrentamiento sectario directo, sino que
dicho enfrentamiento está impregnado la revolución, se está colando en su discurso y pretende

44
Conversación telefónica con la autora.
45
International Crisis Group, Middle East Report nº 131, 12 octubre 2012, pág. 20
46
http://traduccionsiria.blogspot.com.es/2012/03/un-ano-de-la-revolucion-imposible.html [Consulta:
08/11/2012]

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encaminarla hacia sus objetivos. Ello ha debilitado con creces la capacidad del movimiento y
ha complicado la actuación del Ejército Sirio Libre, algunas de cuyas brigadas no son tan
“libres” dados sus patrocinadores, y cuya pugna con los elementos salafistas y yihadistas, bien
sirios bien extranjeros, está complicando su avance y minando su credibilidad a ojos de
muchos.

V. Conclusiones:

La revolución que comenzó y aún sigue gritando “Uno, uno, uno, el pueblo sirio es uno”, ha
pasado por diversas fases en su evolución a lo largo de casi dos años. En este tiempo, diversos
factores regionales e internacionales de talante religioso-político-estratégico han provocado
distintos efectos en el movimiento nacional contra la dictadura. El pacifismo dio paso al
derecho a la autodefensa y finalmente a la combinación de la movilización pacífica con los
ataques directos contra el régimen.

Con la llegada de combatientes extranjeros, no todos ellos yihadistas, y con la creciente


implicación de potencias enemigas que han hecho del territorio sirio su campo de batalla en el
que parecen querer decidir el destino de la zona, la prolongación del conflicto, la pasividad
internacional y la carencia de una oposición política efectiva, además del comercio ideológico
que se está produciendo entre los distintos grupos de la oposición política y armada, la
revolución en Siria está tendiendo cada vez más a una “sunnificación” que amenaza con
mantener una desestabilización crónica en la etapa post-Asad si su gobierno no llega a su fin
con celeridad.

Aunque las críticas a la desvirtuación de los principios originales se suceden, lo cierto es que
esta dinámica es difícil de detener, más aún con la entrada en juego de la teo-geopolítica que
tiene su origen en el Golfo y el sempiterno enfrentamiento entre los islames suní y chií que
esconde tras de sí un enfrentamiento por la hegemonía regional, pero que va haciendo mella
en la sociedad. De continuar agrandándose esta brecha, más aún cuando las relaciones entre el
régimen de los Asad y los grupos islamistas se han vuelto todo lo maniqueas que no eran
antaño, la fractura social que ello está provocando, al tiempo que afloran los deseos de
venganza, puede volverse insalvable. Solo la caída del régimen puede salvar al país del
descenso al caos, pero ello no garantiza que la lucha regional e internacional por controlar un
proceso cuyo destino le ha sido robado a la población.

18
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