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El síntoma más notable es la aparición de líneas rojas dolorosas debajo de la piel y los
canales linfáticos. En consecuencia, también se encontrarán agrandados los ganglios
linfáticos. Esta extensa inflamación provoca síntomas de malestar general y fiebre.
TIPOS DE LINFANGITIS
Hay dos tipos de linfangitis: aguda (que puede ser reticular, troncular y profunda) y
crónica.
Linfangitis reticular
Se produce un edema en forma de celosía o retícula (de ahí el nombre), lleno de células
blancas de la sangre. Debido al aumento de las bacterias a lo largo de los vasos
linfáticos, se observa una especie de cuerda roja, dolorosa y endurecida. Produce
hipertermia (calor) solo en la zona afectada. No se encuentran signos generales (fiebre,
vómitos, etc) en este tipo de lesiones.
Es una linfangitis reticular asociada a signos generales: fiebre (en torno a 40 °C) con
deterioro del estado general. Hay muchas complicaciones que pueden surgir en este tipo
de linfangitis: bursitis, linfedema, abscesos.
Linfangitis profunda
Entre las diversas formas, esta es la más rara. Además de fiebre, se observa que el dolor
se agudiza con la palpación.
Linfangitis crónica
TRATAMIENTO
Linfangitis aguda
Linfangitis crónica
En este tipo de linfangitis hay que centrarse en el virus que la causa, con una terapia de
rehabilitación. También en este caso el tratamiento quirúrgico está dirigido a
manifestaciones secundarias.
Linfangitis Es una infección de los vasos (canales) linfáticos. Es una complicación
de algunas infecciones bacterianas.
Causas
La linfangitis casi siempre deriva de una infección aguda de la piel por estreptococos.
Con menor frecuencia, es causada por una infección estafilocócica. La infección hace
que los vasos linfáticos resulten inflamados.
La linfangitis puede ser un signo del empeoramiento de una infección de la piel. Las
bacterias se pueden diseminar al torrente sanguíneo y causar problemas potencialmente
mortales.
La linfangitis es una enfermedad que consiste en una inflamación del sistema linfático,
que es un elemento bastante importante dentro del sistema inmunitario. La
linfangitis se produce cuando ciertos virus y bacterias infectan ciertas zonas del sistema
linfático. Ello se produce a raíz de una herida que no se ha curado correctamente y se ha
podido infectar.
La persona que la padece suele tener cierto malestar general
La persona que la padece suele tener cierto malestar general y algo de fiebre. Si se trata
a tiempo, la enfermedad se cura sin dejar ningún tipo de secuelas en la persona. Si por el
contrario no se trata a tiempo, la linfangitis puede llegar a complicarse y volverse
bastante grave. Acto seguido te hablaré un poco más de cuál es el mejor tratamiento
para curar dicha enfermedad y evitar complicaciones futuras.
Tratamiento de la linfangitis
Una vez se haya detectado dicho problema es esencial acudir al médico para iniciar el
tratamiento lo más pronto posible. El especialista puede recomendar la ingesta de
antibióticos para contrarrestar la infección o analgésicos para los dolores que pueda
causar la linfangitis. Si la enfermedad está muy extendida y no se puede tratar con
antibióticos, el paciente puede llega a someterse a una cirugía para que pueda volver
a drenar perfectamente toda la sangre y solucionar el problema.
También existen una serie de remedios naturales realmente eficaces que puedes elaborar
en casa y conseguir una rápida curación de la linfangitis. Para ello puedes empapar una
toalla en agua caliente y aplicar en la zona dolorida. Debes aplicar unas tres veces al
día para conseguir que el calor del agua mejore el flujo de la sangre. En el caso de que
sufras dolores leves basta con tomarse algún medicamento del tipo paracetamol o
ibuprofeno para calmar la linfangitis.
Complicaciones de la linfanguitis
Pronóstico de la linfangitis
Como ya he comentado más arriba, si no hay complicaciones los pacientes de
linfanguitis se suelen recuperar sin problemas. En el caso de existir algún tipo de
complicación, la recuperación total puede demorarse meses. Hasta dicho momento,
la persona sigue teniendo algo de inflamación y ciertos dolores en diversas zonas del
cuerpo. Es por ello que resulta esencial el acudir lo más rápido posible a un especialista
que sepa tratar la propia linfangitis.
Los estreptococos suelen penetrar en los vasos linfáticos (parte del sistema inmunitario
del cuerpo, ver ver figura Sistema linfático: una defensa contra la infección) a partir de
un rasguño o una herida en un brazo o una pierna. A menudo, la infección
estreptocócica de la piel y de los tejidos que se encuentran por debajo de ella (celulitis,
ver ver Celulitis) se extiende hacia los vasos linfáticos. Algunas veces la causa es una
infección por estafilococos u otras bacterias.
En la piel del brazo o la pierna afectados aparecen líneas rojas, irregulares, calientes y
sensibles. Estas líneas suelen extenderse desde la zona infectada hasta un grupo de
ganglios linfáticos, como los de la ingle o la axila. Estos ganglios aumentan de tamaño y
se vuelven sensibles al tacto.
Los síntomas más frecuentes son fiebre, escalofríos violentos, aumento de la frecuencia
cardíaca y dolor de cabeza. En algunas ocasiones, tales síntomas se manifiestan antes de
que aparezcan las vetas o líneas rojas. La diseminación de la infección desde el sistema
linfático al torrente sanguíneo puede provocar una infección en todo el organismo, a
menudo a una velocidad alarmante. La piel o los tejidos cercanos a los vasos linfáticos
infectados se inflaman. En contadas ocasiones, aparecen úlceras en la piel. En algunas
ocasiones las bacterias entran en el torrente sanguíneo (bacteriemia).
La mayoría de las personas se curan rápidamente con antibióticos efectivos contra los
estafilococos y los estreptococos, como dicloxacilina, nafcilina u oxacilina.