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2) Las que la Constitución exija que sean reguladas por una ley;
3) Las que son objeto de codificación, sea civil, comercial, procesal, penal u
otra;
Las leyes sobre tributos de cualquiera naturaleza que sean, sobre los
presupuestos de la Administración Pública y sobre reclutamiento, sólo
pueden tener origen en la Cámara de Diputados. Las leyes sobre amnistía y
sobre indultos generales sólo pueden tener origen en el Senado.
Interpretación de la ley
La interpretación consiste en determinar el real sentido y alcance de la ley, pero
también incluye
el conjunto de actividades indispensables para aplicar el derecho. Tiene dos
elementos, uno
abstracto, que es propiamente interpretar, fijando el sentido de la ley; y otro, que es
la
aplicación, adaptando la ley al hecho en concreto. La interpretación reglada en una
legislación,
se denomina reglada, sino es no reglada, como el Código de Napoleón. Asimismo,
según de
quien emane la interpretación, se divide en interpretación por vía de doctrina o
privada y por
vía de autoridad.
Interpretación por vía doctrinal o privada. Es la realizada por los jurisconsultos,
tratadistas,
abogados, etc, que no tiene fuerza obligatoria, por lo que constituye una opinión que
se abona
en relación al prestigio que tenga la persona de la cual emane.
En general, a partir de la interpretación el Código Napoleónico, surge la escuela
exegética de
interpretación, la cual estudia la ley como una creación inequívoca del legislador, lo
que no
contribuye a la adaptación de las normas a las realidades sociales. Así, ya en 1899,
surge la
escuela de la interpretación de la teoría de la libre investigación, que lleva al estudio
de la ley
en cuanto a su historia o intención, más que al texto mismo, en el afán de adaptarle
a nuevas
realidades. Otras escuelas son la Histórica de Savigny, la Teleológica de Ihering, o
la Teoría
pura del Derecho de Hans Kelsen.
Interpretación por vía de autoridad. Es la emanada del legislador o del juez, aunque
hay otros
organismos autorizados a interpretar la ley también, como la Contraloría Gral. De la
República
o el SII, claro está que ciertas leyes solamente, según sus atribuciones.
1. Interpretación por el legislador. Según el Art. 3 solo toca al legislador explicas o
interpretar
la ley de un modo generalmente obligatorio. Las sentencias judiciales no tienen
fuerza
obligatoria sino respecto de las causas en las que actualmente se pronunciaren.
Esta
diferenciación de fuerzas interpretativas es clara, una obligatoria general y otra
obligatoria
específica. Sumado a ello, la interpretación judicial solamente está reglada en el CC
y no la
legislativa. A la interpretación emanada por el legislador se le denomina, por
provenir del
mismo órgano creador, como auténtica, aunque algunos consideran que esta
denominación
alcanza para también la interpretación judicial. La interpretación legislativa se hace
mediante
una ley interpretativa, que viene a aclarar lo escura o confusa que pudiera estar la
ley, por lo
cual se entienden pertenecerle y se reputan retroactivamente vigentes desde la
fecha de en que
la ley que interpretan lo está, sin perjuicio de las sentencias ejecutoriadas en el
tiempo
intermedio y de las garantías constitucionales (derechos adquiridos), que siguen
siendo
vigentes, según el Art. 9 Inc. 2º. Son distintas a las leyes modificatorias.
2. Interpretación judicial. Es la que realiza el juez en las causas sometidas a su
conocimiento,
las que seguirán las leyes entregadas por el código, no solo para la interpretación
del mismo,
sino de cualquier otra ley.
La integración de la ley. Para un caso específico, el juez bien podría encontrarse
con la situación
de que no existan normas precisas en el ordenamiento positivo relativa a la materia
que conoce.
Como en el COT y en la CPR se contempla que los tribunales no podrán excusarse
de ejercer
sus funciones aún a falta de ley que resuelva el conflicto, el asunto deja de ser un
problema de
interpretación para transformarse en uno de integración de la ley. Luego, como
señala el CPC
en los requisitos de la sentencia, bien deberán llevar la enunciación de leyes y, en
su defecto de
los principios de equidad, con arreglo de los cuales de pronuncia el fallo. Integrar la
ley entonces
significa, en caso de carencia de ellas, conocer y resolver el asunto conforme a la
equidad
natural y a los principios del espíritu general de la legislación, ello en el entendido
que la
equidad es el fundamento de la justicia. Se contemplan en el CC en el Art. 24.
Reglas de interpretación entregadas por el CC. Art. 19 al 24.
Art. 19. Cuando el sentido de la ley es claro, no se desatenderá su tenor literal, a
pretexto de
consultar su espíritu.
Pero bien se pueden, para interpretar una expresión obscura de la ley, recurrir a su
intención o espíritu, claramente manifestados en ella misma, o en la historia
fidedigna de su
establecimiento.
Este precepto es claramente emanado de la escuela de la exégesis. En todo caso
la claridad debe
darse en el sentido de la ley, más que en su literalidad. Es el punto de partida de la
interpretación,
es decir, la literalidad es el primer elemento a considerar.
Art. 20. Las palabras de la ley se entenderán en su sentido natural y obvio, según
el uso general
de las mismas palabras, pero cuando el legislador les haya definido expresamente
para ciertas
materias, se les dará en éstas su significado legal.
Art. 21. Las palabras técnicas de toda ciencia o arte se tomarán en el sentido que
le den los
que profesan la misma ciencia o arte; a menos que aparezca claramente que se
han tomado en
sentido diverso.
Art. 22. En contexto de la ley servirá para ilustrar el sentido de cada una de sus
partes, de
manera que haya entre todas ellas la debida correspondencia y armonía. Los
pasajes
obscuros de una ley pueden ser ilustrados por medio de otras leyes, particularmente
si versan
sobre el mismo asunto.
Art. 24. En los casos en que no pudieren aplicarse las reglas de interpretación
precedentes, se interpretarán los pasajes obscuros o contradictorios del modo más
conforme al espíritu general
de la legislación y a la equidad natural.
Finalidad de la interpretación. Las reglas entregadas por el CC para la interpretación
tienen
como tarea única el encontrarle el sentido a la ley. Este sentido es la
correspondencia entre la
generalidad de la ley y los antecedentes específicos del caso particular, que
permitan dar a éste
una solución de justicia.
Criterios de interpretación. Hay dos criterios, uno subjetivo o histórico que trata de
reconstruir
el pensamiento o voluntad del legislador; y uno objetivo o normativo, que tiende a
buscar la
significación propia de la ley, siendo esta última la preponderante, sobre todo
cuando el Art. 19
se refiere al sentido “de la ley” y no al que le dio el legislador. Solo atiende a la
historia en el
Inc. 2º del Art. 19 y solo para efectos de recurrir a la intención o espíritu de la ley.
Elementos de interpretación. Hay 5: el gramatical o literal, el histórico, el lógico, el
sistemático
y el supletorio de la integración de la equidad natural y del espíritu general de la
legislación.
1. Elemento Gramatical. Contenido en el Art. 19, busca la semántica y la sintaxis de
la norma
en ella misma, en su literalidad. Asimismo, el Art. 20 y 21 establecen que las
palabras se
tomarán en su sentido natural y obvio, ello no es precisamente la definición de la
RAE, sino
más bien al significado que se le atribuye a dicha palabra en el medio que se
emplea. Primarán
eso si, las definiciones legales, pero a falta de ellas, se tomarán en el sentido general
y popular,
como señala el Art. 51. Ya cuando se trata de palabras específicas o técnicas de
una ciencia o
arte, se tomarán en dicho sentido especial, a menos que aparezca que se han
tomado en un
sentido diverso.
2. Elemento Histórico. Contemplado en el Inc. 2º del Art. 19, se refiere a la historia
fidedigna
del establecimiento de la ley, la cual sirve para fijar su intención o espíritu, es decir,
los objetivos
de la ley, lo que se aplicará supletoriamente cuando si sentido literal no sea claro.
Es buscar los
objetivos de la ley y no la intención del legislador.
3. Elemento Lógico. Consiste en interpretar buscando la concordancia que debe
existir entre
diversas normas o partes de la misma. Es lo que entiende como la intención en el
Inc. 2º del
Art. 19, o como el contexto de la ley, en el Art. 22, el cual deberá ser armónico,
según mandato
de la misma disposición.
4. Elemento Sistemático. Acá se busca más allá de la propia ley interpretada,
analizando otras
leyes, particularmente si versan sobre el mismo asunto, como ordena el Art. 22 Inc.
2º.
5. Elemento del espíritu general de la legislación y de la equidad natural. Contenido
en el Art.
24 y con un significado claramente supletorio, en cuanto a que se recurrirá a él solo
en los casos
a que no pudieren aplicarse las reglas de interpretación precedentes, lo cierto es
que la equidad
está finalmente en todos los otros elementos, como fundamento de la justicia
Otras normas a considerar son: Art. 4, en cuanto a que los códigos especiales
primarán por sobre
la ley general, del mismo modo que el Art. 13, en cuanto a que las disposiciones
relativas a una
cosa o negocio en particular prevalecen por sobre las disposiciones generales de la
misma ley.
Luego, el Art. 23, relativo a las disposiciones que siendo favorables u odiosas no
serán por ello restringidas o ampliadas en su interpretación. De todo ello es que
obtenemos que en general,
hay dos procedimientos de interpretación: uno de la ley general y uno de la ley
específica
Razonamiento jurídico en la interpretación. Antes se aplicaba la lógica pura, es
decir, hacer
contrarrestar la norma con el hecho, pero ello por carecer de matices no siempre
entrega una
interpretación correcta. Se agregan entonces otro tipo de razonamientos, como el
dialéctico (que
supone premisas de ley-hechos, pero no dadas por ciertas, como las que invoca el
abogado al
juez); o los retórico-argumentativos (que explican lo que parece ser más justo o más
de acuerdo
a situaciones similares). Aun sigue prefiriéndose el sistema de interpretación
objetivo, que
acomoda a la norma (y no a la intención del legislador), a la realidad necesaria.
Retroactividad de la ley.