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EL MUNDO FÍSICO DE LOS GRIEGOS (S.

SAMBURSKY)

CAPÍTULO II – NATURALEZA Y NÚMERO


En el capítulo se comienza mencionando que fueron de los primeros intentos que se
tenía en la historia, de hacer mediciones y tomar muy en serio tales mediciones
numéricamente. Mostrando y tomando como ejemplo a la diversa cultura griega de ese
tiempo, que son pues, datos de los que se puede alcanzar a vislumbrar un registro en la
historia de cómo empezaron y, a profundidad, los estudios numéricos aplicados a la vida
cotidiana.
Se comienza viendo el aporte de Pitágoras que desarrolló en los números, esto, sin
menospreciar los trabajos que los griegos heredaron de culturas como la babilonia y
egipcia por ejemplo. Se sabe también, que quizá los pitagóricos tenían gran
conocimiento sobre la geometría que los egipcios manejaban unos quinientos años
antes.
Más allá del desarrollo geométrico y numérico que legó la escuela de Pitágoras,
también llegó a tener tintes místicos en torno al tema de los números. Al final, e
independientemente del aporte científico que brindaron, la escuela pitagórica llegó a
constituirse como una especie de secta en la que mantenían alejados los saberes
místicos sobre los números, así como sus incomprensiones numéricas, de la población
común. A pesar de esto, los discípulos de Pitágoras, tiempo después de su muerte,
comenzaron a rebelar dichos saberes que se mantenían ocultos dentro de la secta, y así,
se volvió un poco más popular ese conocimiento, estando a su vez, más al alcance de
cualquiera que quisiera adentrarse en los saberes geométricos y numéricos.
Así, a través del tiempo, el conocimiento pitagórico fue complementándose con
aportaciones y escritos posteriores de sus discípulos y gente que se interesaba en dicho
conocimiento.
Pitágoras se concentró fundamentalmente en las propiedades de los números enteros,
el resultado era un triángulo con el uno en su vértice y, bajo él, el número dos en forma
de dos puntos, seguido de una hilera de tres puntos, y así sucesivamente. Si sumamos
las hileras, obtenemos la serie de los «números triangulares», 1, 3, 6, 10, 15, etc. En esta
disposición en hileras puede verse claramente que cada número triangular es igual a la
suma de todos los enteros desde el uno, hasta la posición en serie del número triangular
en cuestión. Entonces, los cuerpos perfectos eran la idealización de modelos físicos del
cosmos, y es esto el cimiento para comprender la postura pitagórica de que los cuerpos
físicos están compuestos de números: la materia en sí está compuesta por números, es
decir, los números son el comienzo de todo. Es el enfoque medular de la filosofía de
Pitágoras, aunque, Aristóteles interesado por esta escuela, se enfocó más en su faceta
básica, la numérica y geométrica para entender el cosmos y lo material, dejando de lado
su otra faceta: la esotérica y mística de los números.
Otra cosa que se menciona en el capítulo sobre los pitagóricos es, su postura respecto
a la existencia del espacio vacío: cada unidad es representada por una partícula separada
de las otras por un cierto intervalo; ese aislamiento es 10 que da lugar al número, bien
sea a la unidad o al número compuesto de varias unidades. La cualidad fundamental de
los números en virtud de la cual se combinan los opuestos sustancia y forma, es la
armonía: «Es como es, por la Naturaleza y la Armonía. El Ser de las cosas es eterno y la
Naturaleza misma requiere una inteligencia divina y no humana. No está fuera de lugar
citar unos pocos fragmentos más, dado que el espíritu de que están imbuidos tuvo tan
gran influjo sobre Platón: «En efecto, todas las cosas cognoscibles tienen número; pues
no se puede pensar ni conocer nada sin éste». Ese énfasis puesto sobre la interconexión
de número y mundo sensorial -tal como aparece por primera vez en la doctrina de
Pitágoras- pudo haber sido el origen de la explicación matemática del mundo físico en
la línea de la teoría moderna, pero Platón interrumpió ese desarrollo, abandonando la
creencia en que la armonía cósmica pudiese revelarse a través del contacto con el
mundo sensible.
Algo fundamental también es, el aporte sobre la figura esférica de la Tierra por parte
de los pitagóricos, esto, viéndolo desde un enfoque astronómico.
Volviendo al tema oculto de la escuela pitagórica, y referente a lo que en el capítulo
se menciona líneas atrás es, el descubrimiento sobre los números irracionales, cosa que
no se hacía tan pública que digamos, ya que, era un gran problema por aquello de la
armonía numérica que debería tener el mundo según la filosofía pitagórica, así que, fue
uno de los saberes que se mantuvo en secreto. Esto dio paso a sustituir la imagen de los
puntos físicos extendidos en hilera por la idea de continuo en la que, cada línea es
infinitamente divisible: el número de puntos que hay en ella es infinito y a partir de ahí
el problema de la infinidad, no la infinitud de la extensión, sino de la división, y esto
abrió un nuevo mundo a la ciencia.
Otro aporte de ellos fue las leyes de armonía musical, a las que se llegó gracias a una
serie de varios experimentos. Por ejemplo, con cuerdas de varias longitudes y grosores y
que también variaban la tensión de éstas, con vueltas a los tornillos a los que estaban
atadas. Igualmente se hicieron experimentos con instrumentos de viento de varias
longitudes y con vasijas idénticas en tamaño y forma, que fueron llenadas con diferentes
volúmenes de agua, con lo que se conseguía la vibración de columnas de aire de
diferentes longitudes.
Más tarde, Kepler estudiaría similitudes en torno a la armonía musical representada en
el cosmos; las esferas y sus conjeturas en relación a las orbitas planetarias. Aunque, a
diferencia de los pitagóricos, sin embargo, no aceptó en sentido literal la música de las
esferas, osando plantearse el problema que ya se había planteado a la escuela pitagórica:
¿por qué no oímos el sonido de los astros en su curso?
Hay cierta diferencia y relación en el interés que los griegos de aquélla época tenían
con el cosmos. Y también esa relación es distinta hoy en la actualidad, es decir, los
griegos de la antigüedad buscaban la esencia humana en todo lo cósmico, en el universo
pues, en los astros se esperaba encontrarles su conexión con ellos como seres vivos
conectados con un todo, tanto deístamente como estructuralmente referido a leyes que
gobiernan lo físico. Ahora, y desde tiempos más recientes, la perspectiva es distinta, las
leyes matemáticas y físicas procuramos aplicarlas al entorno material del hombre;
cualquier ciencia natural, está ahora, por medio de la comprobación guardada para
aplicarse a todo un universo congruente con la matemática, física y química,
principalmente.
Por otra parte, la filosofía platónica –distinta en todos aspectos a la pitagórica o a la
ciencia que emergió con los presocráticos- no daba mucho crédito a los experimentos
científicos, dudaba de ellos y hasta tenía tono burlesco, por el motivo de que no era
posible que ellos mismos –los pitagóricos por ejemplo- formulasen sus propias leyes
matemáticas del cosmos. Tal actitud, retrasó por mucho tiempo el avance que podría
tenerse en los procesos experimentales dados a partir de los presocráticos. Se
sobrevaloró también la deducción hasta el punto de convertir a la inducción en
completamente innecesaria.
Después vendría Aristóteles a decir algo que no estaba tan alejado hoy en la
actualidad con respecto al tiempo: «No sólo medimos el movimiento mediante el
tiempo, sino que también medimos el tiempo por el' movimiento, ya que ambos se
interdefinen. El tiempo marca el movimiento por ser un número, y el movimiento al
tiempo». Criticó a los discípulos de Pitágoras por haber sido incapaces de explicar el
movimiento matemáticamente, pero su crítica muestra que se le había escapado la clave
del método pitagórico. Según Teofrasto, discípulo de Aristóteles, menciona que: “es
más racional asumir que hay alguna conexión y que el universo no es incoherente, sino
que tiene primero y último, esencial y menos esencial, del mismo modo que, por
ejemplo, lo que es eterno precede a lo transitorio. Si es así, ¿cuál es la naturaleza de esas
cosas y en qué consisten? Pues si los conceptos mentales únicamente pertenecen a las
matemáticas -como dicen algunos-, la relación con los sentidos no queda muy clara ni
parece que sea capaz, de realizar realmente algo. Pues las matemáticas parecerían
construidas por nosotros que somos los que ponemos números, formas y proporciones
en las cosas que en sí mismas no existen en la naturaleza y, por tanto, no pueden unirse
a los objetos naturales a fin de inducirles orden y movimiento. Incluso el mismo número
no puede hacerlo aunque algunos sostengan que es principio primero y regente”.
Este planteamiento de Teofrasto es un tanto polémico, pero digno de tomarse en
cuenta, más ahora que en su tiempo, debido a la gran cantidad de teorías e hipótesis
existentes que dicen “auxiliarse en las matemáticas”.

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