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Fig 15
Fig 16
- Cilindros céreos: Suelen ser más anchos que los hialinos, muestran una
refringencia mucho mayor y no son fáciles de omitir. Presenta muescas
o hendiduras finas en sus bordes, que se dirigen perpendicularmente al
eje longitudinal del cilindro.
Su presencia indica siempre una enfermedad renal crónica grave en un Fig 17
paciente con insuficiencia renal crónica avanzada, pero en ocasiones
puede observarse en la fase de recuperación de la diuresis luego de una
período de anuria (figuras 17 y 18). Fig 18
- Cilindros epiteliales: Están compuestos de epitelio tubular descamado. Su
presencia se aprecia especialmente en la fase de recuperación de la diéresis
luego de una falla renal aguda por necrosis tubular isquémica o tóxica. Son
poco frecuentes.
- Cilindros con inclusiones lipídicas: Se diferencian de los epiteliales por
la inclusión de gotas de grasa en las células tubulares. Se observan en el
curso de un Sme. Nefrótico (fig. 19).
Fig 19
- Cilindros eritrocitarios: Se componen de eritrocitos hinchados que se
adhieren a una sustancia fundamental hialina. Indican siempre el origen
renal de la hematuria y por consiguiente se trata de un hallazgo muy Fig 20
valioso. Aparecen fundamentalmente en la Glomerulonefritis aguda y
crónica y también en la Nefropatía lúpica, panarteritis nodosa,
endocarditis bacteriana asociada a Glomerulonefritis (figuras 20, 21, 22
y 23).
Fig 21
Fig 22
Fig 23
- Cilindro leucocitario: Se producen cuando ocurre una exudación
intensa de leucocitos y al mismo tiempo se eliminan proteínas por el
túbulo. Su presencia tiene fundamental importancia ya que demuestra Fig 24
que la inflamación es de origen renal, casi siempre, a causa de una
pielonefritis (figuras 24, 25 y 26).
Fig 25
Fig 26
Cristales
Fig 32
Fig 33
Fig 34
Otros
Cuerpos cilindroides y pseudocilindros
Es importante conocer estas estructuras para no confundirlas con los
verdaderos cilindros.
Tienen forma de banda longitudinal, acaban en punta por los extremos o
se disponen en filamentos. Su origen no está bien determinado (fig. 35). Fig 35
Tricomonas
Se destacan en el sedimento urinario por su movilidad, por lo que no
basta con observar una imagen inmóvil con un aspecto sugerente. Se
trata de estructuras redondas u ovaladas que disponen de cuatro flagelos
en uno de los polos, generalmente móviles. Su tamaño es Fig 36
aproximadamente 2 a 3 veces mayor que el de los leucocitos. Suelen
encontrarse en la orina de mujeres con infección vaginal y en ocasiones
indican infección vesical (fig 36).