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EL CONSUELO DE DIOS

Hno.: Luis Miguel Kapa Escobar

Es impresionante como, en algunos aspectos, los mismos acontecimientos suceden a todos


los hombres por igual, y en materia de aflicciones, sin duda es así.

Ninguno de nosotros puede esperar escapar de la tribulación, aflicciones o consecuencias


del pecado. Si se es un impío, “Muchos dolores habrá para el impío”, si somos piadosos,
“muchas son las aflicciones del justo”, si andamos por caminos de la santidad, hay
obstáculos que el enemigo ha arrojado en la vía. Si vamos por caminos de la maldad,
caeremos en trampas y seremos retenidos en ellas hasta la muerte. No hay forma de escapar
de la tribulación;

Cuando nacemos por segunda vez, aunque heredamos innumerables misericordias,


nacemos ciertamente para experimentar otro conjunto de problemas, pues entramos en
pruebas espirituales, en conflictos espirituales, en aflicciones espirituales, y cosas
semejantes, de tal manera que experimentamos un doble conjunto de angustias al tiempo
que recibimos dobles misericordias.

Dios permite en mi vida múltiples acontecimientos, que en la mayoría de los casos surgen a
partir de la desobediencia, sin embargo, tan grande es su misericordia, que en todos los
hechos desafortunados que se han suscitado en mi vida, en todos ellos siempre ha existido
el CONSUELO de Dios directa o indirectamente.

Indirectamente, porque por medio de alguna persona, animal u objeto me ha demostrado


cuan gran misericordia, paciencia y amor tiene, a pesar de mí.

Directamente, cuando por revelación me enseña un versículo que recuerda el inmenso amor
y por supuesto el precioso consuelo que viene como fruto de ese Amor.

En los primeros años de mi vida en Cristo, las tribulaciones se empezaban a manifestar y el


consuelo venía a mi vida gracias a las palabras que los hermanos vierten.

Las primeras “tribulaciones”, si se las puede llamar así, fueron caracterizadas por oposición
principalmente de la familia, ya que se debían añadir las distintas actividades que tiene la
Congregación, de tal manera que disminuían los horarios que estaban establecidos para
compartir con la Familia. El consuelo venia como agua fresca, hermanos y hermanas
animaban mi vida para que continuara perseverando en la Fe. No recuerdo los versículos
que

Las siguientes “tribulaciones” fueron en los estudios, desprecio a causa de no participar en


varias actividades extracurriculares que contemplaban bebidas alcohólicas o “amanecidas
innecesarias”, la consolación se hizo presente por medio de un grupo de jóvenes (cristianos)
que pronto se convertirían en mis amigos.
En síntesis, las primeros largos años de mi vida en Cristo, tenían como característica,
buscar el consuelo de Dios en hermanos de la Congregación, actividades con la
Congregación, y el servicio o Ministerio para Dios.

En este sentido mi búsqueda del consuelo de Dios, muy pocas ocasiones se caracterizó por
algún versículo o enseñanza bíblica, hasta que visite el DESIERTO;
Este desierto, caracterizado por una soledad que deprime demasiado, me permitió buscar el
Consuelo de Dios, en su Palabra, pero ya no como búsqueda de conocimiento, respuestas
y/o información, ya que la Palabra de Dios es un libro de FORMACIÓN y no de
información, y es que ahora el consuelo de Dios, viene directamente de parte Él, por medio
de su Espíritu, trayendo a mi mente versos que no solo consuelan sino también edifican, en
diferentes circunstancias tales como:

-La búsqueda de un trabajo con mayores expectativas salariales


-Planes diarios que finalizan de una forma totalmente diferente a lo planeado
-Proyectos a corto plazo.
-Decisiones muy importantes que cambiarían el rumbo de varios elementos de mi vida.

En fin, siempre que algo no sale como fue planeado, el Consuelo de Dios edifica mi vida,
haciéndome entender, que Él siempre tendrá pensamientos de bien para mi vida, pero eso
no significa que todo acontezca como yo deseo.

El Consuelo de Dios, es tan grande que no podría ser comparado con nada en este mundo,
anhelo poder transmitir las diferentes formas en que Dios me está consolando, en aquellos
que también podrían estar pasando por circunstancias que yo pasé o que estoy pasando.
Con el fin de dar la Gloria a Dios.

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