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CULTURA RURAL Y TRABAJO COMUNITARIO: REALIDADES Y

PERSPECTIVAS

Manuel Alejandro Gutiérrez Guiñez

Jaime Iván Mena Rodríguez

El trabajo Comunitario debe considerar como premisa y principio


fundamental que: el ser humano está situado en varias dimensiones, por un
lado se encuentra el espacio natural y social que ejercen sobre él una
influencia determinante durante toda su vida. Por otro existe en el tiempo,
que lo provee de un pasado histórico que lo enriquece y proporciona una
identidad, además se suma su sentido de futuro donde se plasman los
anhelos, proyecciones y aspiraciones. Así, en un momento y espacio
determinado lleva adelante sus actividades como integrante de una
sociedad, de la cual es y se siente parte, desarrollando un sentido de
membresía e identidad con sus pares y congéneres, cooperando con ellos
en el mantenimiento y continuidad de su grupo.
Lo antes señalado esboza en cierta medida el concepto de cultura,
concepto orientador en la ponencia que pretendemos desarrollar, pues
consideramos que para intervenir en las comunidades rurales es
imprescindible distinguir las creencias, costumbres y tradiciones que
orientan la vida cotidiana de la personas de estos sectores.
La importancia de esta temática, radica en los imaginarios que se manejan
de la ruralidad y de la carencia de marcos referenciales y metodológicos
que apoyen de forma real la intervención de los profesionales de la práctica.
Por último cabe destacar, que esta ponencia se sustenta en trabajos
prácticos que dan cuenta de experiencias desarrolladas y sistematizadas
con anterioridad.
La cultura rural o campesina posee características que la distinguen y que
se constatan en su historia, formas de trabajo, organizaciones y en el diario
vivir. Para nuestro país uno de los criterios de definición de ruralidad se
centra en el número de habitantes y la concentración de la mano de obra en
el sector primario, principalmente en labores relacionadas con la agricultura.
Dentro del debate que hoy en día se ha establecido respecto a lo antes
señalado, dos teorías han llamado nuestra atención. La primera de ellas
es sustentada por Chayanov quien postula que existiría una economía
campesina que no está “... basada en el mercado sino en pautas culturales
que determinaban la existencia de un nivel específico de expectativas de
consumo. Para este autor lo que define a un campesino y lo diferencia de
los empresarios y los proletarios más que su economía, es su modo de
pensar la racionalidad”. (Rivera, R. 1986, P: 25). De acuerdo a esto, el
campesinado no se adscribe a la racionalidad capitalista, puesto que su
interés no está en producir utilidades y dejar la economía en manos del
mercado, sino que producir, en relación a las necesidades reales que
presenta un núcleo familiar. Esta afirmación es rebatida por Rigoberto
Rivera en su libro Los Campesinos Chilenos, en el cual “cuestiona la
hipótesis de una supuesta “resistencia campesina al capitalismo”,
oponiendo economía campesina versus economía capitalista como los dos
polos de articulación de la sociedad rural” (Rivera, R. 1986, P: 27). Para
sostener esto se basa en la complejidad que presenta el mundo rural, sobre
todo en aquello relacionado con el aspecto laboral, donde se han
introducido nuevos ámbitos como el comercio y la diversificación de los
servicios.
Basándonos en lo dicho anteriormente, pensamos que los campesinos
constituyen una clase social distinta a las demás y que posee una historia
que se ha desarrollado en forma paralela a las urbes, respecto de lo cual
existen dos teorías que explican como se originó el campesinado en el
mundo. La primera de ellas señala que el campesinado puede originarse a
partir de una población indígena preexistente sobre la que se establece o
inserta una economía mercantil, este es el caso típico de muchos
asentamientos de Asia, Europa, África y América. El segundo tipo de
origen se entiende como un proceso de la acción mercantil, este sería el
caso del campesinado chileno.
Nuestro propósito no es profundizar mayormente en este debate, puesto
que se alejan de los objetivos de nuestro estudio, pero son importantes
para considerarlos en análisis posteriores.
Para ubicarnos en el mundo rural partiremos señalando que existen varios
actores sociales que se agrupan en diferentes clases sociales, tales como:
Productores que participan directamente en el trabajo que demanda
el proceso productivo, y
Productores que no participan directamente en el trabajo que
demanda el proceso productivo.
Una de las actividades más importantes y que concentra la mayor parte de
la mano de obra, es sin duda, la agricultura. El trabajar la tierra representa
la simbiosis existente entre el ser humano y la naturaleza. Es así, como la
tierra “A diferencia de otros medios de producción accesibles al
campesinado a través del mercado o de su propio trabajo, ... no sólo no
puede ser reproducida como otras mercancías, sino, además, su
disponibilidad en el mercado es limitada y la escasez de capital del
campesinado lo margina del acceso al mercado de la tierra.” (Archetti E., y
otros, 1985, P: 54), de esta forma, la tierra se transforma en “el medio de
producción”, el punto de partida para sobrevivir. Lo anterior, es una
característica de la economía rural que se manifiesta en un tipo especial de
cultura, que se plasma en el trabajo y en la organización del campesinado.
En cuanto al trabajo cabe precisar que este se circunscribe principalmente
en actividades de carácter primario, es decir, en aquellas labores donde no
se aplican procesos industriales que transformen las materias primas.
Por otra parte, cabe destacar que el trabajo en el mundo rural involucra a
todo el núcleo familiar, es así, como se observa que toda la familia o gran
parte de ésta trabaja en el huerto casero. Sin embargo, es preciso señalar
que cuando la superficie de tierra es demasiado extensa, parte de la mano
de obra familiar es destinada a otras funciones relacionadas también con la
agricultura, así por ejemplo, podemos apreciar que se trabaja como
temporero (a). De esta forma; “El trabajo en la unidad de producción
campesina se puede observar descompuesta en varios ítems: una parte
efectivamente usada en los medios de producción propios de la parcela (en
labores agropecuarias y en otras labores no agrícolas como el trabajo
doméstico) y una parte disponible para ser vendida a cambio de un salario;
otra parte no utilizada por razones del tipo de producción a la cual se
dedica.” (Archetti E., y otros, 1985, P: 53).
Por ello, es preciso señalar que existe una clara relación entre la cantidad
de tierra disponible para el cultivo y el número de individuos que componen
la unidad familiar, lo que determina en gran medida, las alternativas
sociales y económicas que se necesitarán adoptar para salvaguardar la
existencia del grupo familiar. Estas alternativas se denominan
“estrategias”, destacándose y dentro de éstas destacan las estrategias del
hogar cuya hipótesis central señala: “que los sectores más pobres de la
sociedad elaboran racionalmente planes de actividades, que les permiten
una distribución óptima de sus recursos de fuerza y de trabajo en distintas
esferas u objeto de tener un nivel mínimo de medios de subsistencia”
(Rivera R, 1988, P: 32).
Otro aspecto importante de considerar son las formas particulares en que el
campesinado se organiza, sus organizaciones están preferentemente
destinadas a producir, es así, como se distinguen las Cooperativas,
Comunidades Agrícolas; Agrupaciones de Productores, Canalistas, etc.,
todas con el objetivo claro de mejorar las oportunidades de producción, lo
que probablemente también obedece a un tipo de “estrategia agrícola de
subsistencia”.
Lo dicho hasta aquí, corresponde a una visión externa al medio rural, que
no ha considerado el parecer de los sujetos que lo viven y forman parte de
esta trama que se desarrolla en su cotidianeidad.
Como se viene desarrollando en forma previa, existen diversas variables
que intervienen o detonan la pobreza en las zonas rurales, y que a su vez
le entregan particularidades distintivas. Siguiendo esta línea, algunos
analistas han revisado varias hipótesis sobre los determinantes de la
pobreza rural, las cuales se pueden agrupar en cuatro categorías:
A. La Hipótesis del Capital Humano; que sostiene que la pobreza se
debe en gran medida al bajo acceso a la educación y a su mala calidad
(Shultz, 1964 y1971).
B. La Hipótesis de la Tecnología/Información; que sugiere que los
campesinos son pobres porque desconocen las tecnologías y las prácticas
de producción modernas (Ruttan, 1982).
C. La Hipótesis de los Mercados Imperfectos; Que subraya que la falta
de acceso al crédito para los pequeños agricultores, los mercados
imperfectos de tierras y el bajo acceso a la tierra de los agricultores pobres
son factores importantes, que impiden a un amplio segmento de la
población rural mejorar sus condiciones (De Janvry, Saudolet y Young,
1989).
D. La Hipótesis del Desarrollo de la Infraestructura Regional; que
sugiere que la pobreza rural está asociada con una inadecuada
infraestructura regional que incluye escasez de caminos, sistema de
mercados inadecuados y falta de diversificación económica regional
(Mosher, 1981 y Wortman y Cummings, 1978).
Aunque las cuatro hipótesis pueden no ser mutuamente excluyentes
desde un punto de vista conceptual, sus implicancias políticas
probablemente sí lo son. Las prioridades de la inversión y gasto públicos
son distintas, y dado que los recursos públicos son limitados, los gobiernos
no pueden implementar eficazmente, al mismo tiempo y con igual fuerza,
las recomendaciones emanadas de estas hipótesis. La ponderación
relativa de cada uno de los factores fundamentales de la pobreza rural es
probable que varíe según las características específicas de cada país y su
nivel de desarrollo.
En este estudio, damos por sentado que las variables contenidas en las
cuatro hipótesis expuestas con anterioridad actúan y se interrelacionan
conjuntamente e influyen en forma decisiva en las condiciones de vida de
las personas en situación de pobreza en el medio rural nacional, esto sin
duda se encuentra fuertemente relacionado con lo afirmado y citado al
comienzo de esta unidad, en el sentido de la directa influencia de tres
elementos en la conformación de cultura: factores ambientales, factores
orgánicos y los significados que nacen en la realidad cotidiana. Los tres
elementos pueden ser fácilmente asociados a las cuatro hipótesis descritas,
es así por ejemplo que tanto la hipótesis del capital humano como la
hipótesis de la tecnología/información se encuentra en directa relación con
el elemento de la influencia de los significados a los cuales accedemos, en
tanto la hipótesis del desarrollo de la infraestructura regional y la hipótesis
de los mercados imperfectos pueden ser perfectamente ligados con el
factor ambiental en el origen de la pobreza y de sus manifestaciones
culturales que le subyacen.
En resumen, resultaría ineludible reconocer la influencia de los elementos
contenidos en lo que denominamos como “determinantes de la pobreza
rural” en la conformación de condiciones de vida específicas, con
manifestaciones particulares y distintivas, o en una palabra: cultura.

Trabajo Social: Su Papel en la Intervención de los Escenarios


Cotidianos
Antes de iniciar las conclusiones relativas a este punto, hemos querido
considerar la metodología utilizada y aplicada en el transcurso de esta
investigación. Pues ella ha sido la que ha orientado la recopilación y el
tratamiento de la información. El modo en que se abordó la realidad con el
propósito de conocer ciertos fenómenos que en ella acontecen. De aquí su
importancia, ya que un diseño metodológico deficiente puede tergiversar los
hechos y falsear los datos recopilados.
La metodología adoptada en nuestro estudio, obedece a fundamentos
fenomenológicos, que como ya señalamos, busca esclarecer los hechos
que ocurren en la vida cotidiana de las personas, se busca llegar a la
esencia que encierran los significados y conceptualizaciones elaborados
por la gente con el fin de definir y darle sentido a su entorno. Para ello se
diseñan instrumentos, cuya finalidad es aprehender la mayor información
posible.
Lo anterior involucra una dificultad que nos ha tocado vivenciar y que
deseamos explicitar. La realidad sociocultural es un fenómeno complejo,
donde convergen una amplitud de factores internos y externos, que se
conjugan en un todo indivisible, interdependiente e interralacionable que
obstaculizan la labor del investigador. Dado esto uno debe optar por
fragmentar la realidad en variables o focos de análisis, con la consecuencia
de pasar por alto elementos constituyentes que permitirían una mayor y
mejor comprensión del fenómeno. Es claro que esto responde a un factor
de la subjetividad humana y al hecho de que uno es parte de la realidad y
como tal, influye y se ve influido por ésta.
La información presentada a lo largo de este estudio, es el resultado de
nuestra investigación empírica que ha tratado de extraer los significados
más próximos a la percepción de las personas involucradas en el estudio.
Sin embargo, deseamos dejar en claro que lo que más se aproxima a ello
son las fotografías que ellos mismos han captado con la cámara y los
comentarios que han formulado al respecto. En este espacio aparece su
verdad y esencia de una forma simple, sin que por ello se deje de lado la
rigurosidad que deben acompañar a todo estudio que se precie como tal.
Además se hace llegar al lector el medio físico en el que se desenvuelve las
personas, con lo cual pueden palpar con mayor nitidez lo que se expresa.
Es por ello que resaltamos esta técnica que nos ha permitido dejar un
testimonio lo más cercano a lo que se da en los habitantes rurales que
viven en “situación de pobreza”.
La técnica de la fotografía como elemento innovador y graficante de lo que
a trabajo social le interesa explicitar, nos significa un aporte sobre todo en
estudios que buscan indagar en los significados y percepciones que los
sujetos manejan en torno a una temática determinada, esto se debe a que
las personas pueden expresar a través de las imágenes lo que la palabra
oral o escrita no puede, esto cobra mayor importancia en el mundo rural
donde un número significativo de personas no sabe leer, ya sea por que no
tuvo las oportunidades para acceder al sistema educacional formal o por
desuso, lo cual representa un obstaculizador para las técnicas tradicionales,
como por ejemplo, cuestionarios, pápelo grafos, test, etc. También se
encuentra el hecho de que los sujetos pueden tomar las fotos que ellos
consideren más relevantes, teniendo sólo en consideración el tema de
investigación. Esto reviste una instancia que comprime el tiempo y que
además facilita un análisis más exhaustivo de la realidad, puesto que una
imagen puede gatillar sentimientos que responden a factores de orden
emocional y racional que pueden ser explicitados con esta técnica.
Respecto a las conclusiones relativas al Trabajo Social, consideramos que
su actuar en el mundo rural se sitúa preferentemente en el ámbito de las
carencias y necesidades (materiales y no materiales) no satisfechas, que
conforman parte de la cotidianidad de una comunidad. Dentro de esto es
que visualizamos un espacio donde nuestra disciplina puede intervenir y
generar propuestas que vayan en beneficio de las personas que componen
la ruralidad: Esta intervención estaría dada en las rupturas y/o quiebres
que pudieran provocar una transformación en las vivencias (acción
cotidiana y obvia) en experiencias (acción de aprendizaje) para llevar a un
proceso de toma de conciencia que permitan la formulación de proyectos
factibles para superar estos estados de necesidades. Pero que además
ayuden a la autorealización del individuo y sobre todo del colectivo
involucrado. Esto sólo será posible si se conocen las condiciones que
delimitan la calidad de vida, cultura e identidad de los sujetos implicados.
Por lo tanto la generación de evaluaciones desde los mismos actores, para
que estos reflexionen y analicen su entorno y realidad, lo cual se constituye
necesariamente en un instrumento clave de trabajo y donde nuestra
profesión tiene un acervo de conocimientos que aportar.
La tarea planteada reviste grandes exigencias para nuestra profesión, que
pareciera no gozar de una legitimidad que le permita con mayor facilidad
innovar en las políticas que ejecuta el Gobierno Local (descartamos el
referiremos a las políticas de orden macro que diseña el Supremo
Gobierno, pues la factibilidad de intervenir y generar propuestas a ese nivel
creemos que aún esta vedada a nuestra disciplina). Sin embargo, al interior
de las comunas rurales existe un espacio donde se nos valora y necesita,
tal vez esto obedezca al rol tradicional que hemos desarrollado con mayor
eficiencia a lo largo de nuestra historia, nos referimos al rol asistencial que
tantas veces ha sido deslegitimizado por nosotros mismos. Desde nuestra
experiencia consideramos que tal vez sea hora de retomarlo con orgullo y
otorgarle un peso teórico del cual ha estado desprovisto todo este tiempo.
La profesión necesita expertizaje en un ámbito que puede ser este. Para
ello se requiere aprender a diseñar y manejar los instrumentos que hoy se
utilizan para diagnosticar las problemáticas sociales de nuestra sociedad
entre otros. Así resulta inverosímil, que un Asistente Social al momento de
ingresar al campo profesional desconozca lo que es una Ficha CAS o
CASEN, ignorancia que llama la atención y asombra a las personas que
trabajan directamente con nosotros, escuchándose comentarios tales como
“para que estudió cinco años”.
Igual importancia cobra el hecho de “defender” y darle sentido a las visitas
domiciliarias, este espacio que ha sido tan poco valorado por los Asistentes
Sociales ha comenzado a ser invadido por distintos profesionales de las
ciencias sociales y de la educación. Hoy se hace imprescindible elaborar
instrumentos específicos donde sólo el Trabajador Social tenga
competencia. Pensemos un momento que, si el único profesional que
puede aplicar un test de personalidad es el sicólogo por que ellos se han
especializado y creado un ámbito que es intocable para el resto de las
demás disciplinas, hay técnicas como las visitas domiciliarias que también
deberían ser de exclusividad del Trabajo Social puesto que conocemos su
significado e importancia, así como la interpretación de la información
verbal, gestual y del entorno en que se desenvuelven los sujetos.
Nuestra propuesta a lo anterior, que sin mayores pretensiones considera
como relevante tener en cuenta el factor cultural que presenta una
determinada realidad y los cambios que en ella se producen. Para lograr
esto es preciso romper con los esquemas que hemos internalizado y que
responden a un conocimiento “tradicional” que muchas veces ha surgido a
la luz de un escritorio sin ir más allá, esto porque muchas veces los
constructos teóricos elaborados por otras ciencias y disciplinas no se
ajustan a la realidad, puesto que esta, como señalamos se presenta en
forma inestable, cambiante, compleja y dinámica (hecho del que somos casi
todos concientes), en la cual subyacen valores y principios que llevan
implícitos una intencionalidad, todo lo cual nos plantea nuevas y más
exigentes demandas. Dado esto y considerando que por mucho tiempo
hemos trabajado en la complejidad y la incertidumbre que nos plantea la
realidad, es que podemos construir nuestros propios modelos de
intervención y por ello los instrumentos que los lleven al terreno de lo
práctico.
En esta tesis, no hemos podido realizar grandes planteamientos al
respecto, pues no está considerado dentro de sus objetivos, pero nos ha
hecho reflexionar respecto a nuestro quehacer y como está siendo llevado
a la práctica, queda claro que debemos sacar desde nuestra intervención
los elementos que nos hagan crecer y avalarnos ante las demás disciplinas.

Propuesta Metodologica de Intervencion en el Mundo Rural


El "Mundo Rural" al contar con distinciones gravitantes que lo
distancian de Las características de la vida urbana, debe proveerse de
fundamentos metodológicos específicos que procuren en etapas
sucesivas un acercamiento a la "cosmovisión", historia, intereses y
aspiraciones de las personas que conforman este habitat humano que nos
permita la elaboración de un soporte de los aspectos culturales centrales de
los espacios sociales específicos en los cuales se trabajará, todo ello como
paso previo al proceso de intervención, el cual será sustentado en un
principio básico del Trabajo Social, es decir nacerá de las propias personas
que forman parte de este mundo social específico.
Lo anterior, para los efectos de esta propuesta de intervención será
entendido de la siguiente forma: El modo en que el equipo de trabajo se
integre al proceso que vivan los sujetos o personas objetos de intervención
estará dado por nuestro rol de facilitadores, rol que nos permitirá interactuar
con las personas y recoger las impresiones y percepciones que estas
tengan respecto a sí mismos y a sus espacios cotidianos.
Respecto a la diferencia de roles que jugaran los sujetos y los
facilitadotres, cabe señalar, que aunque no hay una relación plenamente
horizontal, cabe precisar que al interior de un grupo o comunidad, los
diferentes sujetos que interactúan en ella no cumplen los mismos roles, sino
que en ellos existe una heterogeneidad de funciones que coexisten y se
influyen mutuamente. Desde esta perspectiva, nuestra labor será además
de gatillar en los individuos involucrados en la investigación quiebres que
los motiven a la reflexión de los modos particulares de organizarse y
trabajar, de aquí lo más importante a observar serán las relaciones y los
significados que los sujetos le atribuyen a dichas variables.
Para el logro de lo relatado anteriormente deben consolidarse
encuentros entre los equipos interventores y la población en la cual se
desarrollará el proyecto o inversión social a concretar, los cuales
representarán un espacio de análisis y objetivación de los intereses,
emociones, motivaciones y problemáticas de una comunidad determinada,
donde los interlocutores validados para transmitir dicha información están
conformados por los distintos actores que dan forma a la realidad local
cotidiana, en otras palabras; los vecinos, dirigentes vecinales, dirigentes y
líderes naturales asociados a otras organizaciones de la comunidad,
representantes de instituciones que han intervenido o intervienen en las
localidades, representantes del gobierno local, autoridades intermedias
como directores de escuelas, profesores, sacerdotes, etc., todos ellos
mediante un trabajo estructurado participativamente, darán a conocer y
graficarán mediante sus particulares percepciones la situación actual y
proyecciones para las localidades y sus habitantes.
Los espacios de reunión anteriormente expuestos, deben proveerse
de los elementos que permitan un acercamiento horizontal y cara a cara
entre los "facilitadores" y las personas objetos de intervención, para de esta
forma otorgar una ambientación que posibilite un diálogo fluído, ameno y
en confianza, donde el conjunto de personas que participaran compartan en
una sola "mesa" e interactúen y expresen sus opiniones no importando su
condición de autoridad, o su status social y económico, priviligiándose la
igualdad en el debate, en otras palabras resaltando la importancia del rol de
cada uno de ellos para el desarrollo de su habitat específico.
Los espacios de reflexión que se desarrollen deben estructurarse a
partir de ejercicios atingentes a las aspiraciones de las personas con una
isoslayable orientación del equipo ejecutor del programa o proyecto a
ejecutar, donde a todos los participantes se les dotará de amplia libertad
para expresar y debatir sus opiniones.
Alguno de los ejercicios y/o dinámicas que pueden ser elementos de gran
utilidad en este proceso, son los siguientes:
1. Análisis de la Realidad Social.
2. Ventana al Beneficiario.
3. Análisis FODA.
I. Análisis De La Realidad Social.
Este ejercicio se desarrolla en dos etapas, la primera de ellas tiene
como nombre La Visión la cual consiste en la expresión del imaginario
futuro que la comunidad desea y requiere para su sector o localidad, dando
a conocer las principales características de lo que realmente los
participantes del ejercicio esperan en lo referente al mejoramiento de la
calidad de vida de los pobladores, y los elementos necesarios para
contribuir al desarrollo de sus espacios.
Posteriormente se realiza la segunda parte del ejercicio que se
denomina La Misión cuyo propósito es reflexionar acerca de los papeles y
delimitación de las acciones que debe asumir los distintos estamentos que
conforman el espacio social específico a intervenir (Comunidad,
autoridades, Municipalidad y las Empresas u otras instituciones), para
alcanzar y consolidar lo que anteriormente se concibió cómo La Visión de
la Localidad.
II. Ejercicio Ventana al Beneficiario.
Esta dinámica tiene como eje conductor las necesidades y requerimientos
que manifiestan los habitantes de una determinada localidad,
desarrollándose la reflexión en torno a los siguientes focos de análisis:
A. Lo que se quiere y no se tiene: Este foco se presenta cómo una
herramienta que permite el hacer conscientes las necesidades más
urgentes que una localidad o sector determinado presentan, y cuyas
medidas para darles solución no se concretarían en un futuro inmediato.
B. Lo que se quiere y se tiene: En este espacio de expresión de ideas el
objetivo central es hacer conciencia acerca de los logros o productos
concretos alcanzados por los habitantes de un determinado sector, que ha
permitido la superación o solución de problemáticas y necesidades.
C. Lo que no se quiere y no se tiene: En esta parte del ejercicio los
participantes tienen la oportunidad de dar a conocer aquellos elementos y
características que sin estar presentes en el interior de la localidad, son
entendidos como agentes nocivos que pueden aparecer en cualquier
momento dificultando o problematizando el vivir cotidiano de la comunidad,
debido a ello, dichos elementos, no son bienvenidos.
D. Lo que no se quiere y se tiene: Este foco se constituye como la parte
final del ejercicio, en la cual se describen los diferentes aspectos que
influyen en forma negativa en la localidad ocasionando molestias y
dificultades a los habitantes de dicha localidad o sector determinado.
III. Análisis FODA
El análisis FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y
Amenazas), es un ejercicio de reflexión que tiene características muy
similares a la dinámica anteriormente descrita, pretende una
concientización objetiva acerca de las características, problemáticas,
potencialidades y desventajas que los habitantes de un determinado sector
observan en su propio entorno. Además busca rescatar ideas que hubieren
quedado pendientes en el ejercicio anterior, así como la resaltación de
aquellos requerimientos más urgentes. Este tipo de análisis también se
desarrolla en torno a los siguientes cuatro focos:
A. Fortalezas: Es la primera parte del ejercicio, consiste en objetivar las
características positivas y/o elementos que se constituyen en sí cómo ejes
de sustentabilidad para el desarrollo de una localidad determinada.
B. Oportunidades: La finalidad de esta parte del ejercicio es indagar y/o
evaluar las potencialidades tanto internas como externas que el sector o
localidad pudiera aprovechar para sustentar lineamientos de desarrollo para
sus habitantes
C. Debilidades: En esta etapa del análisis se les solicita a los
participantes mencionar aquellos componentes de la localidad que son
considerados en forma negativa y que en cierta forma frenan y entorpecen
el desarrollo normal de los ritmos de la población, obstaculizando su
desarrollo.
D. Amenazas: Este foco de análisis, con el cual se finaliza el ejercicio,
pretende hacer conscientes los factores negativos que podrían presentarse
o aparecer en la localidad, y que se constituirían en obstáculos para el
progreso de la localidad, además de repercutir desfavorablemente en la
calidad de vida de las personas.
III. Fotografia
Esta técnica cualitativa tiene como finalidad rescatar aquellas imágenes
que contengan un mayor número de significados, tanto por parte de los
sujetos de estudio como del equipo investigador. Para ello
proporcionaremos una cámara fotográfica a las personas con el objetivo de
que ellas mismas reproduzcan sus percepciones a través de este lenguaje
que expresa una realidad concreta filtrada por la transubjetividad de los
individuos que componen el colectivo.
Para un estudio la fotografía puede ser una excelente fuente de
datos para el análisis, ya que ésta, nos permite describir y recuperar el
desarrollo de un experiencia práctica. Las imágenes aportan comprensión
sobre lo que es importante para las personas y sobre la manera como se
percibe lo que nos rodea, los elementos y escenarios más próximos que
nos proporcionan identidad individual y colectiva.
Tradicionalmente existen dos razones por las que se ha empleado
este medio o herramienta, primero porque las fotografías resultan
“confiables”, recuerdan lo que ven y pueden registrarlo de manera
continua. En segundo lugar, permiten jugar con el tiempo expandiéndolo o
comprimiéndolo, haciendo visibles pautas, ritmos y elementos que de otro
modo se desplegarían con demasiada lentitud o rapidez para ser
aprehendidas.
Las fotografías, también son un medio que permite ilustrar
descubrimientos. Las imágenes pueden ocupar el lugar de las palabras, o
por lo menos, algo que las palabras no pueden reflejar, “una imagen vale
más que mil palabras”. Para el observador, las imágenes le proporcionan la
sensación de “estar allí”, viendo directamente el escenario y las personas.

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