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Cuerpo/ territorio: el populismo como política corporal

“Debemos creer en el cuerpo, pero como germen


de vida […] Necesitamos una ética o una fe, lo
cual hace reír a los idiotas; no es una necesidad
de creer en otra cosa, sino una necesidad de creer
en este mundo [ce monde-ci], del cual los idiotas
forman parte”

Gilles Deleuze

"Debemos pues construir una identidad


homosexual, reivindicando en primer término
nuestra condición de seres humanos con los
mismos derechos que cualquier otro, exenta de
toda noción de enfermedad o inferioridad o
anormalidad. Y en segundo lugar, debemos
reivindicarnos orgullosamente como
homosexuales, tirando por la borda el peso de la
vergüenza y la culpa que nos han hecho sentir.
Los homosexuales somos hermosos"

“Los homosexuales somos hermosos”. revista


Somos n° 3 (1974).

La conexión entre cuerpo y experiencia histórica es clave para el análisis de la

cultura en tanto pone de manifiesto las relaciones concretas entre vida y política. El

cuerpo se transforma en una categoría de análisis cultural, ya que lo corporal es

articulador histórico de la subjetividad y es una dimensión analítica para comprender las

tecnologías del poder, tal como propuso Michel Foucault en sus estudios sobre las

sexualidades (1977). Las huellas de esta materialidad se visibilizan en imágenes

corporales “fuertemente insularizadas” ya .que irrumpen como índice de la diversidad. En

1
mi tesis de doctorado1 realice una lectura de la poética de Néstor Perlongher a partir de

las imágenes de la loca y el militante del deseo como figuraciones discursivas de una

episteme nómade que manifiestan un acontecimiento corporal. Propuse que al localizar el

cuerpo de las travestis en estas imágenes, Perlongher no solo da una dimensión histórica

al género, sino también un locus enunciativo al locus sexual, no solo para transformar el

ideologema del travestismo sino, también, darle voz.

Desde el momento en que la lucha travestí salió a la calle, sus propios cuerpos,

imágenes disidentes en sí mismas, fueron su espacio de visibilización: «A diferencia de

gays y lesbianas, las travestis no tenemos opción en cuanto a nuestra visibilidad. No

podemos elegir no decir a nuestras familias qué somos o queremos ser, no podemos

elegir cuándo salir del closet» (Lohana, Berkins, 2003: 136).

La travesti militante emerge en la escena política cuando en 1991, surge


Transexuales por el Derecho a la Vida y la Identidad (TRANSDEVI) con Karina Urbina.
Luego, en mayo de 1993, surgió Travestis Unidas (TU) liderada por Kenny de Michelis y
tres amigas. En junio se crea la Asociación de Travestis Argentinas (ATA) con Belén
Correa. Estaba integrada por quince compañeras reunidas para denunciar el maltrato
policial e institucional y contó con el apoyo de Gays por los Derechos Civiles, colectivo
liderado por Carlos Jáuregui. A fines de 1994, nació como respuesta al constante asedio y
violencia de la policía la Asociación de Meretrices de Argentina (AMAR). Después este
grupo se sumó a la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), lo que hizo posible
abandonar la auto-marginación, al reconocerse como trabajadoras.
Al tiempo, diferentes posturas en torno a la prostitución provocaron rápidamente la
escisión en el interior de ATA, dando surgimiento a otras dos entidades: la Organización
de Travestis y Transexuales de Argentina (OTTRA), fundada por Nadia Echazú, y la
Asociación de Lucha por la Identidad Travesti Transexual (ALITT), presidida por Lohana
Berkins.

1
. Tesis de Doctorado en Comunicación: “Cuerpos en revuelta: la loca y el militante del
deseo desde la mirada Néstor Perlongher”( 2014), Facultad de Comunicación y
periodismo, Universidad Nacional de La Plata.
2
Algunos acontecimientos significativos fueron sucediéndose en este periodo: en
1995 se llevó a cabo el encuentro en el bar Tasmania que consistía en cinco reuniones
para el diseño de estrategias y de una agenda en común entre grupos de afinidades (se
realizaron uno para gays, otro para lesbianas, otro para travestis, otro para transexuales
donde participaron Lohana Berkins, Patricia Gauna, Belén Correa, Nadia Echazú, Karina
Urbina quienes con sus relatos, movilizaron a los presentes). De esas reuniones, surgió la
necesidad de realizar, un año más tarde, en Rosario, el Primer Encuentro Nacional
Lésbico, Gay, Travesti, Transexual, Transgénero (LGTTT). Ya para ese entonces, las
travestis estaban incorporadas al espacio de las disidencias sexuales desde los inicios de
las marchas del Orgullo y con las reuniones abiertas de gays y lesbianas.
En los últimos años, la comunidad LGBTI ha obtenido importantes logros en el
plano de la juridicidad formal. Particularmente se destacan como relevantes la ley 26.618
de matrimonio igualitario; la ley 26.743 de Identidad de Género; la Resolución del
Ministerio de Salud 1507/2015 en materia de supresión del dato relativo a la orientación
sexual a los efectos de donar sangre; la ley 26.862 de cobertura médica de técnicas de
reproducción humana asistida; la ley 26.994 que aprueba el nuevo Código Civil y
Comercial de la Nación actualmente vigente; la ley de la provincia de Buenos Aires 14.783
que asegura un cupo de un 1% de los puestos de trabajo del empleo público para
personas trans; y la Resolución 65/2015 del Ministerio de Salud sobre interpretación de
los derechos sexuales y reproductivos a la luz del Código Civil y Comercial de la Nación.
Las leyes habilitan el ejercicio de la identidad travesti de modo pleno, sin embargo la
inscripción en la práctica política demanda identificación para incorporarla como propia.
En este punto la experiencia vital resulta tan decisiva como el sistema jurídico
(MARTHA NUSSBAUM). Por este motivo considero en mi análisis que el populismo al
configurar una democracia radicalizada produce condiciones materiales y simbólicas para
que el colectivo LGBTI se realice en su territorio como cuerpo político. En este sentido
no se trata de un proceso de asimilación, incorporación o retroceso en la lucha política
del colectivo LGBTI, sino de su incorporación política como pueblo.

El cuerpo se hace en la práctica política como territorio de lucha en tanto lxs


actorxs visibilizan las demandas a través de identificaciones y producen una imagen cuya
positividad deviene “pueblo”. Encarnarse en un colectivo social con reconocimiento de
derechos cívicos se transforma en una fuerza vital, un agenciamiento que no se agota en
la ley, sino que es una experiencia política de apertura a lo múltiple que se manifiesta en

3
la lógica articulatoria2 del populismo con su dinámica de dislocación donde se producen
condiciones políticas de inscripción de la diversidad. A diferencia del igualitarismo de las
democracias liberales, el populismo expresa una apertura a la multiplicidad que no se
resuelve con las regulaciones jurídicas.

La dislocación produce un mecanismo de permanente lucha política en torno a la


desigualdad y la diferencia desde su “impureza esencial “ :

“Por un lado el representante sirve como punto de identificación para demandas


heterogéneas, siguiendo así las directivas de los representados. La
representación constituye a los representados como una totalidad, cambiando por
lo tanto la identidad de aquellos representados. En otras palabras, esta es la
esencia del proceso de representación que el representante debe contribuir a la
identidad de aquello que es representado”

Nunca se llega plenamente a la unidad en tanto reconciliación de las fuerzas en pugna, es


inalcanzable. La contingencia que Ernesto Laclau caracteriza como la lógica fundante del
populismo es el umbral desde donde analizaré el cuerpo como territorio de lucha. El
contexto es la historia reciente de mi país, Argentina, donde un gobierno populista, el
FPV3, promulgó las leyes que mencione y produjo condiciones políticas para que el
colectivo LGBTI se identifique con el campo de lucha popular. Un ethos político que no
solo se realizó a través de demandas, sino que implico una política corporal de lucha por
la hegemonía.

Mi hipótesis problematiza las políticas de la diversidad desde la lógica hegemónica


para “no realizar ´un mero´ debate en torno a una ontología de la identidad (biológica o
cultural), sino de las articulaciones antagónicas operadas en contextos de lucha
hegemónica” (Flavio Rapizardi 2008; 993-4). Rapizardi relata un episodio de

2
La lógica articulatoria opera tanto semióticamente como libidinalmente (Laclau, 2005)
3
En el 2003 Néstor Kirchner resultó electo presidente de la Nación para el período 2003-
2007. En las elecciones presidenciales de 2007 la coalición sostuvo la candidatura de
Cristina Fernández de Kirchner, electa para el período 2007-2011.En las elecciones de
2011, la agrupación, con Cristina Fernández de Kirchner como candidata, ganando por
tercera vez consecutiva.

4
“territorializacion” de la política de la diversidad cuando se realizó en la Facultad de
Filosofía y Letras de la UBA el 27 de junio de 1997:

“una Maratón de Cine Gay Lésbico como actividad de inicio del Área de Estudios Queer y
Multiculturalismo. En aquella muestra exhibimos desde Un chant d´amour, dirigida por
Jean Genet, hasta Trevor, de Peggy Rajski. Tres años después nuestra propuesta se
transformaba. En noviembre de 2000 propusimos una programación que incluía desde La
fobia de Homero, capítulo de Los Simpsons en donde Homero trata de “asegurar” la
heterosexualidad de Bart, hasta un excepcional cortometraje que conseguimos sin los
créditos de sus autores/as sobre la experiencia de “las mujeres libres” españolas
(anarquistas), en el que ellas relatan las luchas previas al gobierno franquista y sus
acciones durante la Guerra Civil española.”( Rapizardi,2008, 974)

Si bien propone territorializar la teoría de género en nuestro país, también nos


lleva a pensar la relación entre el territorio y el cuerpo en tanto la escena es una
performance de visibilidad de la diversidad que provoco criticas acerca de la pertinencia
de realizar en una universidad pública este acontecimiento4. De tal modo que el problema
principal no pasaba por “cine gay o lésbico” sino por el lugar de exhibición, por “la falta” o
sea aquello que debe quedar afuera y la posibilidad de ingreso solo se da como conflicto.

Podemos decir que “territorializar” el género es no dejarlo afuera del pueblo sino
considerarlo encarnado en el mismo. La política corporal así considerada no pasa solo
por los conflictos de género sino por las condiciones de posibilidad de articular la
experiencia de la diversidad y desigualdad al colectivo pueblo en un proceso de
subjetivación política.

Ernesto Laclau en La razón populista (2005) formula una concepción de “pueblo”


que nos permite cuestionar criterios de homogeneización de los grupos sociales porque
para este autor la unidad del grupo está dada por la articulación entre las demandas, en
cadenas equivalenciales y diferenciales, vinculadas a un “significante vacío” 5, y luego un

4
“el conservador diario La Nación, que “se cuestionaba” ante su nada despreciable
audiencia por qué una universidad pública invertía “fondos públicos” en “semejantes
cosas”, y la izquierda académica, que nos exigía carta de nacionalidad teórica” ( Rapizardi
2008, 974).
5
Dice “La unidad es el resultado de articulación de demandas. Sin embargo esta articulación no
corresponde a una configuración estable o positiva que podríamos considerar como una totalidad
unificada por el contrario, puesto que toda demanda presenta reclamos a un determinado orden
5
significante flotante que aparece como exceso semántico, representando en una totalidad
ausente que es la unidad del pueblo, unidad deseada pero nunca definitivamente lograda.
Las demandas, tal como las entiende no son objetos dados de antemano, sino que
adquieren su particularidad en el juego de las diferencias, dentro de una estructura que
forma y es formada, a la vez, por ese juego de diferencias constitutivo de la realidad
social. Las cadenas equivalenciales forman una totalidad cambiante a pesar de que están
constituidas por elementos heterogéneos, se estructuran dinámicamente a partir de la
nominación. Lo político consiste en un juego indecidible entre lo “vacío” y lo “flotante”;
que la operación política por excelencia va a ser siempre la construcción del sujeto
“pueblo”.

La constitución de una sujetividad LGBTI en pueblo implica una política corporal en


la medida de que se incorpora a un proceso donde se territorializa el conflicto de la
diversidad. En este sentido la cuestión corporal no es del orden ontológico puesto que no
implica al interrogante qué es ser o como se define la diversidad, sino política ya que
demanda un análisis de las condiciones concretas de emergencia de los cuerpos
diversos. En este sentido el cuerpo es el territorio de lucha política, porque produce una
imagen que porta las huellas de su experiencia. La experiencia corporal nos lleva a
interrogarnos ¿Cómo podemos conocer este ‘espacio ambiguo’ que somos como cuerpo
invisto sino sobre su superficie y sensaciones? ¿Cuáles son las profundidades que
envuelve nuestra propia exterioridad sensible? ¿Cómo podríamos alguna vez tener
certeza del orden de relaciones que se establecen entre el cuerpo anatómico y el cuerpo
expresivo? ¿Dónde es que puede fincarse la diferencia o la distancia entre poseer o
pertenecer?

Sin embargo desde la política populista los interrogantes que involucran las
corporalidades diversas se transforman en tanto emergen desde prácticas de
antagonismos, por lo cual las performance con las que los sujetos dan sentido a su
inscripción social ponen en escena la disidencia respecto a lo heteronormativo.

1. Nena llévate el saquito, la visibilidad y la carne

“Nena, llévate el saquito” remite tanto al sentido común de una protectora tía de
barrio como al texto donde Néstor Perlongher denunció con ironía la vigencia de las

"establecido, ella está en una relación peculiar con ese orden, que la ubica a la vez dentro y fuera
de él. ( Laclau 2005 ,9 )
6
prácticas represivas sobre los cuerpos, habilitadas en los edictos policiales de los años
80. El “saquito” viene a cumplir la función de cubrir y preservar el decoro, disimular el
deseo y uniformar la diferencia La irónica frase6 es índice de una frontera corporal: la
visibilidad de la carne. Postulamos que la visibilidad del cuerpo se produce como
acontecimiento comunicacional cuando irrumpe lo antagónico. El cuerpo es así un punto
de anclaje político y una imagen que disputa un orden simbólico para el cual la visibilidad
es conflictiva en tanto “deriva”. La multiplicidad y la contaminación son derivas que
operan en detrimento de la identidad y la discriminación al desplazar la centralidad de lo
personal.

Lo “corporal” se constituye a través de estrategias de visibilidad en prácticas que


se articulan en torno a la ciudadanía como vector de acción política en lo social y como
fuerza de intervención critica que altera las codificaciones sociales.

Lo visible y lo enunciable corporal es un acontecimiento comunicacional cuando


emerge como carne en las imágenes y las palabras. Allí el cuerpo se realiza como
quiasmo, porque lo que percibe es percibido7. Dice Néstor Perlongher en su ensayo “El
Neobarroco y la Revolución” que esto es una subversión y se realiza como perversión
porque introduce el desvío de todos los códigos y visibiliza la carne que no solo es goce
sino “llega hasta el hueso” (Néstor Perlongher, 2004,230-1).La carne visibiliza la
corporalidad en la experiencia ya no como sustancia sino cono punto de contacto con el
mundo de la vida. El quiasmo son “modulaciones o relieves del ser del otro por cuanto
está preso en un circuito que lo une al mundo, como nosotros, y por ello mismo, está
incluido en otro circuito que lo une con nosotros –y este mundo nos es común, es

6
7
El quiasmo es una figura retórica que señala una disposición cruzada en forma de
X, tal como la grafía de la primera letra de esa palabra en griego (χιασμο). El trazo mismo
de ese carácter indica una interrupción y un cruce entre dos elementos o líneas
divergentes. A nivel retórico, la figura del quiasmo produce un efecto de sorpresa y
llamado a la reflexión a través de la repetición de un mismo segmento en un orden
invertido. Se trata de una forma paradójica de redoblamiento porque en la repetición
invertida se produce una interrupción del sentido primero que lo abre a nuevas
significaciones e interpretaciones.

7
intermundo–” (Merleau-Ponty, 1974). Es el espacio que da pie a que exista una conexión
y al mismo tiempo los constituye a ambos, sin dejar diferencia, pero sin poder mezclarlos:
“Y eso sólo es posible si mi mano, al mismo tiempo que sentida por dentro, es accesible
por fuera, tangible a su vez para mi otra mano, por ejemplo; si se coloca entre las cosas
que toca; si, en cierto sentido, se convierte en una de ellas; si se abre a un ser tangible
del que forma parte." (Merleau-Ponty,)

El quiasmo en el terreno de la carne puede en buen grado justificar una ontología de la


inmanencia, donde el espíritu no sea más que la coronación de una experiencia corporal
completamente significativa y donde el cuerpo alcance su más alto grado de expresividad.
Los cuerpos son un límite, un intersticio, la unión imposible y sorprendente entre la
materia y el lenguaje, lo que se ve y lo que se dice, la materia y el cuerpo:

2. Cuerpo /pueblo : lo político corporal

El Gobierno de la Provincia de Buenos Aires informó la decisión de reglamentar la Ley


Diana Sacayan Nro. 14783/2015 de Cupo Laboral del 1% en la Administración Pública
Provincial para Personas Travestis, Transexuales y Transgeneros luego de una histórica
lucha de las organizaciones Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación, Conurbanos Por
La Diversidad-Jóvenes Por La Diversidad, Asociación de Lucha por la Identidad Travesti
Transexual y Abogadxs por los Derechos Sexuales, quienes impulsaron la Ley y la
Campaña por su Reglamentación. El proyecto de ley fue presentado en 2010 y 2012 por
estas organizaciones y la Diputada del FPV Karina Nazabal y fue sancionado en
septiembre de 2015 después de un intenso debate.

3. Cuerpo territorio: la lucha desde la interseccionalidad

El cuerpo configura un locus de enunciación diferenciali (Walter Mignolo, 2007) que


visibiliza las condiciones de resistencia corporal en el acto de habitar espacio público como
frontera y pone en debate al otro cuerpo social. Un cuerpo otro surge como manifestación
de la conexión entre quienes han vivido el drama social de la violencia- que comparten con
quienes conocen el dolor del cuerpo- con las formas emergentes del pensamiento crítico a
la Modernidad. No se trata de un discurso corporal de transición hacia formas más

8
“humanas” de lo corporal, sino que son discursos de disrupción que propone al cuerpo
como lugar epistémico para comprender la sociedad actual. El valor crítico de este discurso
corporal es que en el mismo emerge una performance de género que tanto articula
demandas políticas de inclusión como interpela acerca de los alcances sociales de las
luchas sociales al exhibir la transformación del vínculo entre cuerpo y ciudadanía. En este
sentido la visibilidad del cuerpo manifiesta una experiencia encarnada ya que figura los
umbrales que el orden de lo enunciable de la presentación social de la subjetividad.
Demandar al poder y hacer visible la demanda implica inscribirse como sujet* travesti por
sobre la ley del género a través de una lucha en dos frentes contra el autoritarismo: en el
campo de representación política de la diversidad y en el campo de representación de la
desigualdad social.
En pleno Siglo XXI, las ciudades son territorios con fronteras interiores que unen y
distancian corporalidades. Las travestis que salen de giro por la ciudad, también habitan
una frontera: la de la normalidad. Transitan las fronteras sexuales en un espacio público
demarcado por la articulación entre la relación del estado y ciudadanía. Según Sabsay,
“es la ley la que instaura la frontera de exclusión a partir de la cual se define la
ciudadanía, la que está en el origen de la organización jerárquica de un orden espacial y
un imaginario socio-sexuados, y la que presenta performativa y retrospectivamente a
ciertas prácticas como normales y a otras como desviadas.”(Garazi, D. 2012: 200). Estas
actuaciones irrumpen en la ciudad y van territorializando los cuerpos en la frontera.

Gloria Anzaldúa escribió Borderlands/La Frontera. The New Mestiza en 1987ii. A partir de
la noción de límite, como dispositivo cultural, crítico y apocalíptico, nos invita también a
pensar sobre el concepto de ciudadanía, de ejercicio de derechos, de posibilidad de
justicia en este espacio. El cruce de este espacio implica articular lo político del cuerpo a
la política, un tránsito que según esta autora implica una lógica de transformación "La
oposición no es una manera de vivir. En un momento dado, en nuestro camino hacia la
nueva conciencia de la mestiza, hay que abandonar la oposición....Tenemos que aprender
a accionar, no a reaccionar"(Anzaldúa, 1987: 78-79).

Este tránsito que articula imposibilidades es un acontecimiento político, cuya emergencia


demanda un registro en tanto implica una militancia en pos de la transformación de las
fronteras, tal como afirma Sabsay (…) “donde la justicia y la libertad sexuales es una
lucha que se asocia directamente con el reconocimiento de derechos sexuales” (Sabsay
en Viteri y Castellanos, 2013:104.)

9
El hecho de habitar cuerpos travestis trans y transgéneros es una negociación constante
entre las fronteras de género.Paul Preciado dice que: “Toda arquitectura corporal es
política”. Las travestis, trans y transgéneros trabajan esculpiendo y modificando su cuerpo
para alcanzar al ideal de su subjetividad identitaria. Su propio cuerpo como frontera entre
su carne y su deseo de ser. Una manipulación constante para habitar ese cuerpo que se
degrada como mercancía. Una subjetividad atenta a las prótesis más que a lo orgánico.
Una redifinición constante de ese cuerpo loca. Un campo de tensión entre la diferencia y
la normalización atravesado por prácticas caseras de técnicas de producción de la
subjetividad (se inyectan ellas mismas hormonas )

10
Bibliografía

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copeteo y lágrimas Buenos Aires,A.L.T.T., pp45-54.

Notas
“Diferencial” aquí significa también un desplazamiento de los conceptos y las prácticas
corporales y también de las formas de entendimiento articuladas durante la Modernidad.

In the fields, la migra. My aunt saying, 'No corran,' don't run. They'll think you're del otro
lado." In the confusion, Pedro ran, terrified of being caught. He couldn't speak English,
couldn't tell them he was fifth generation American. Sin papeles-he did not carry his birth
certificate to work in the fields. La migra took him away while we watched. Se lo llevaron.
He tried to smile when he looked back at us, to raise his fist. But I saw the shame pushing
his head down, I saw the terrible weight of shame hunch his shoulders. They deported him
to Guadalajara by plane. The furthest he'd ever been to Mexico was Reynosa, a small
border town opposite Hidalgo, Texas, not far from Mc Allen. Pedro walked all the way to
the Valley. Se lo llevaron sin un centavo el pobre. Se vino andando desde Guadalajara
(Anzaldua, 1987: 4)
12
N

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