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UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR

FACULTAD MULTIDISCIPLINARIA ORIENTAL


DEPARTAMENTO DE JURISPRUDENCIA Y CIENCIAS SOCIALES
INTRODUCCION AL ESTUDIO DEL DERECHO II

TEMA:

PRESENTADO POR:

MARIA PATRICIA CALDERON MATA

DOCENTE:

LIC. DANIEL ALCIDES REYES RUBIO

CIUDAD UNIVERSITARIA ORIENTAL, 27 NOVIEMBRE DE 2017.-


CONCEPCIÓN JURÍDICA CONSTITUCIONAL DEL
ESTADO DE EL SALVADOR
Diferentes han sido los procedimientos establecidos en las constituciones de El salvador
para su reforma. Así conforme el Art. 80 de la Constitución de El Salvador de 1824, podía
el congreso después de dos años de vigencia de la Constitución reformar uno u otro
artículo de la misma sin necesidad de trámite especial pero no podían alterarse los
artículos referentes a la independencia la forma federal del Estado y territorio y la división
del poder.

La constitución de 1841 por su parte en su Art. 94 establecía que se podían realizar


reformas parciales a la Constitución a propuesta de la cuarta parte de los representantes
en cualquiera de las dos cámaras legislativas pudiendo acordarse por los dos tercios de
votos de los electos y con sanción del ejecutivo. También en la constitución de 1841 en lo
referente a las reformas parciales no se establecían mayores requisitos que los
necesarios para reformar una ley secundaria por lo que existía la flexibilidad.

La constitución de 1864 aumento los requisitos, siendo necesarias dos Asambleas


Legislativas para la aprobación de reformas y así el Art. 102 estatuía que las reformas
parciales solo podían acordarse con los dos tercios de votos de los representantes
electos, en cada Cámara. El procedimiento más largamente manteniendo, con algunas
variantes Es el establecimiento por las constituciones de 1871, 1872, 1880,1883,
1886,1945, 1950 y 1962. Conforme a los Art. 127, 137, 13º 133, 148, 171, 223 y 222 de
dichas constituciones respectivamente.

Las de 1885 no permitían la reforma de los artículos que prohibían la reelección de


presidente, vicepresidente y designados y la duración del período presidencial.

1. EL DERECHO SALVADOREÑO

LAS CONSTITUCIONES ANTERIORES

Nuestras constituciones no son excepción a la afirmación que anteriormente hemos hecho


en el sentido de que no tienen reglas sistemáticamente organizadas para su
interpretación.
En las constituciones precedentes no ha existido entre sus normas ninguna relativa a la
interpretación, salvo la que se incluyó desde la de 1841 hasta la de 1886, por la cual se
disponía que ningún tribunal, autoridad o persona dispusiera que ningún tribunal,
autoridad o persona pudiera restringir, alterar o violar las garantas constitucionales. Esta
disposición más bien se refería a las actuaciones de los poderes constituidos y de los
gobernados, sin embargo, de ella sea concluido que la interpretación de las normas
referentes a los derechos fundamentales es extensiva a favor de la libertad y restrictiva de
los poderes del Estado.

LA CONSTITUCIÓN DE 1983

Vale la pena entonces intentar extraer de la Constitución misma algunos principios que
pueden servir para interpretarla sin dejar de desconocer que en la medida que sea
compatible, deben tomarse en cuenta las reglas doctrinarias del método exegético.

Las reglas extraídas de la Constitución pueden enumerarse así:

1. La Constitución y las normas secundarias. En virtud del principio de la supremacía


constitucional consagrado en los Arts. 145 y 246, toda norma contenida en un
tratado, ley secundaria, reglamento, decreto, acuerdo, sentencia, etc., debe
interpretarse, de ser posible, de manera que concilie con la Constitución y de no
serlo debe desecharse la aplicación de la norma secundaria.

2. El elemento histórico. La historia fidedigna del establecimiento de la Constitución


es un importante elemento de interpretación, el cual no estaba contemplado en las
constituciones anteriores. Actualmente aparece en el Art. 268 Cn.

3. La Constitución debe interpretarse con un criterio finalista lo que está conforme


con la doctrina, pudiendo elaborarse algunas reglas que podrían enumerarse así:

a. La interpretación debe hacerse, por una parte, de manera que la persona


humana aparezca como el fin supremo de todo el ordenamiento político y que,
por otra parte, el Estado y todas sus instituciones tengan un papel instrumental
al servicio de aquella.

b. La interpretación debe buscar la justicia, la seguridad jurídica y el bien común.


c. Las reglas sobre la parte orgánica, es decir sobre la distribución de funciones
entre los diferentes órganos del Estado, sus competencias y controles deben
aplicarse en sentido estricto, favoreciendo la libertad de los gobernados y
restringiendo el ejercicio de los poderes públicos, salvo que se trate de
facultades implícitas, esto es aquellas que son necesarias para que el órgano
publico realice el fin que la Constitución le ha asignado.

2. EL INTERVENCIONISMO DEL ESTADO

La tempestad hace calma aparentemente al decretarse una nueva constitución, que era
básicamente la de 1886 (liberal), pero con enmiendas; algunas de las cuales la sitúan en
la senda del intervencionalismo de Estado. Así confirma al Ministerio Público, para velar
por la legalidad y por los interese de las personas menores, indigentes o incapaces
(Institución que había sido creado en la constitución de 1939). Además, introduce un
título, XIV, sobre la familia y trabajo donde amplia la ruta para intervencionismo del Estado
abierto por la Constitución de 1939; en él ordena que se promulgue un código de Trabajo
que, respetado el derecho de los empresarios o patronos, procure la armonía entre el
capital y el trabajo; y señala, a la afecto, reglas básicas que ese cuerpo legal debería
contener sobre protección del salario, igualdad de remuneración, limitación de la jornada,
pago de horas extraordinarias, días de descanso y asuetos, vacaciones, régimen o
especial para mujeres para menores o accidentes de trabajo. Por otra parte, ordena el
establecimiento del seguro social obligatorio, con el concurso del Estado, de los patronos
y de los trabajadores. Disponen la creación de establecimiento de crédito y de ahorro, el
fomento de las cooperativas y la creación de organismos indispensable para mantener el
necesario el equilibrio entre los factores de la producción. Finalmente, establece el
derecho de huelga para los trabajadores y del paro para los patronos.

En 1950 ese pensamiento intervencionista se amplia y esa forma se ha mantenido


esencialmente hasta la fecha.

La Constitución de ese año nace bajo el signo del post-guerra. Después de la segunda
guerra mundial se produce un fenómeno: la democracia tradicional de tipo occidental se
transforma en democracia social; Ya no se consideró suficiente garantizar al hombre su
participación en la vida política del país del cual era nacional, sino que se pensó que
esas garantías de orden político eran estériles si no estaban acompañadas por un sistema
que permitieran al hombre participar de los goces de la civilización. En ella encontramos,
que después de la parte orgánica, contiene la dogmática, introdujo un título de derechos
sociales, con los cuales a su juicio, se quiso aminorar las injusticias de la libre empresa y
el desamparo del individuo; esto derechos garantizan no al individuo como tal, sino como
miembro de un grupo o clase social, protegen a la familia y a los económicamente débiles,
a través de la salud pública, la cultura, la asistencia social y el derecho del trabajo, y
constituyen un amplio sector para la intervención del Estado y a la vez una sebera
restricción para el régimen de antinomia de la voluntad.

En segundo lugar incluyo un título referente al régimen económico cuya fundamentación


doctrinaria no parece a la exposición de motivos, la cual solo expresa que su base
filosófica consiste en el que hombre y su vida constituyen el valor supremo y que las
cosas tienen un valor instrumental. Los artículos de este título fueron redactados en
forma general y elástica, que permite una nutrida legislación secundaria sobre materia
tan compleja y de alguna manera establece lo que parodiamos llamar flexibilidad
constitucional económica, pues da margen para establecer o un régimen intervencionista
avanzado con matices socializantes, o un régimen neoliberal, con inclinación a la
protección del sistema libre empresa.

La constitución de 1950 fue criticada de hibridez ideológica debido a la coexistencia de


instituciones, unas que pertenecen al Estado social de derecho y que posiblemente están
inspiradas en la filosofía de la social democracia y otras, propiamente liberales, que
venían desde la independencia. Esto es cierto, pero también lo es que en las condiciones
sociales del país a la época de emisión de la constitución, no podía ser de otra manera y
tan es cierto esto que muchas de esas instituciones intervencionistas no lograron
desarrollarse e incluso algunas no se han desarrollada todavía

La vida constitucional se vio interrumpida en octubre de 1960 cuando por un golpe de


Estado, un grupo de militares y civiles, haciéndose eco de la presión popular, derrocan al
Gral. José María Lemus, quien fungía como presidente de la Republica. A raíz de este
movimiento insurreccional se constituyó la Junta de Gobierno de El Salvador, integrada
por seis miembros, los Dres. Fabio Castillo Figueroa, Rene Fortín Magaña y Ricardo Falla
Cáceres, el Coronel Cesar Yanes Urías, el Teniente Coronel Miguel Ángel Castillo y el
mayor Rubén Alonso Rosales. Esta, a su vez, fue derrocada, en enero de 1961, por otro
golpe de Estado y se instituyo el Directorio Cívico Militar, integrado, en sus inicios, por los
Dres. José Francisco Valiente, José Antonio Rodríguez Porth y Feliciano Avelar, el
Coronel Aníbal Portillo, el Teniente Coronel Julio Adalberto Rivera y el Mayor Mariano
Castro Moran, el Directorio con el transcurso de los meses se redujo al Dr. Avelar y al
Mayor Castreo Moran. Este Directorio convoco una asamblea Constituyente, la cual
aprobó la Constitución de 1962, que es prácticamente una reproducción de la de 1950,
con tres enmiendas. Una destinada a facilitar que el Coronel Rivera pudiera ser
presidente de la Republica; otra, que amplio el derecho a sindicalización y de contratación
colectiva a los empleados y trabajadores de las entidades estatales autónomas y
semiautónomas y una tercera, que sustituyo la obligación de que la enseñanza fuera laica
por la que fuese democrática, con el objeto de permitir optativamente para los alumnos, la
enseñanza religiosa en las escuelas publicas

El General Romero es derrocado en octubre de 1979, tras una serie de disturbios sociales
y políticos que alteraron la vida nacional. Un grupo de militares instauro la Junta
Revolucionaria de Gobierno de El Salvador integrada por el Coronel Diplomado de Estado
Mayor, Adolfo Arnoldo Majano y el Coronel e Ing. Jaime Abdul Gutiérrez, luego se
integraron a ella tres civiles: Dr. Guillermo Manuel Ungo, e Ings. Román Mayorga Quiroz y
Mario Antonio Andino, quienes renunciaron en enero de 1990 llenando las vacantes otros
tres civiles: los Dr. José Antonio Morales Ehrlich, José Ramón Avalos Navarrete y Héctor
Miguel Antonio Dada Hirezi. Posteriormente, el 10 de marzo de ese año el Ingeniero José
Napoleón Duarte sustituyo a su colega Dada Hirezi. Esta junta convoco a una Asamblea
Constituyente que fue la que elaboro y puso en vigencia la actual Constitución de 1983.

3. LA CONSTITUCIÓN ACTUAL.

En opinión de los redactores de la exposición de motivos del proyecto de la Constitución


de 1983, los conceptos políticos, sociales y económicos en que se fundamentaban las
constituciones del 50 y del 62 tenían general validez para las circunstancias imperantes
en 1983, y solo se le debían introducir algunas modificaciones que eran necesarias. Entre
los cambios que se introdujeron, cabe anotar el referente a la estructura de la
Constitución. Las dos anteriores comenzaban con la parte orgánica y dejaban para los
últimos artículos lo referente a los derechos individuales y sociales, significando que estos
no existían por si mismos sino que eran creación del Estado. En el 83, la comisión
Redactora del proyecto cambia de pensamiento y se expresa al respecto así: sin duda,
esta estructuración ( se refiere a la de 1950) correspondió a las ideas predominantes en la
época de otorgar cierta preeminencia al Estado, como una reacción a las ideas del
individualismo filosófico y del liberalismo económico consagradas casi como dogma de fe,
en nuestro país, desde la constitución de 1886 el proyecto, cuya concepción filosófica
ciertamente no está basada en aquellas doctrinas, pero cuyas disposiciones transpiran
una concepción personalista de la organización jurídica de la sociedad, empieza por
definir los fines del Estado en relación con la persona humana para, a continuación,
desarrollar y enumerar los derechos y garantías fundamentales de la misma como
miembro de la sociedad en que vive. La parte orgánica aparece posteriormente, más
conforme con el concepto de que el Estado, los órganos de gobierno y las funciones que
realizan, están al servicio de la sociedad salvadoreña que se ha organizado para la
realización de los más altos valores en beneficio de los miembros que la componen. En
este mismo orden de ideas se ha separado, y colocado en títulos o capítulos diferentes
las disposiciones relacionadas con los derechos y su ejercicio y aquellas otras consientes
en norma de organización y que, como en el caso de los derechos políticos y el
organismo electoral, aparecían en la Constitución anteproyecto (la de 1962) en un mismo
titulo

La Constitución de 1983 no es propiamente hablando una nueva Constitución, sino que es


la de 1950 con enmiendas y esto es así aun cuando para la introducción de estas
enmiendas no se haya seguido el mecanismo de reforma previsto, sino que por otras
razones, se haya recurrido al golpe de Estado y a la instalación de una Constituyente. En
cuanto a los derechos y garantías fundamentales de la persona, la Comisión y
posteriormente la constituyente en pleno, conservaron la misma tónica de la Constitución
anterior, aun cuando han mejorado, ampliándola, la protección al gobernado. Lo mismo
puede decirse respecto a los derechos sociales, los cuales siguen la misma filosofía
anterior, pero con correcciones y ampliaciones como hemos visto

En cuanto al orden económico, los lineamientos básicos son también los mismos, pero se
introducen algunas modificaciones importantes, especialmente en lo referente a la
propiedad de la tierra con vocación agrícola, a los fideicomisos y a ciertas concesiones de
obras públicas

4. EL PROCESO DE CONSTITUCIONALIDAD.

TRANSICIÓN A LA DEMOCRACIA: Comentar, escribir, pensar, discutir etc., sobre la


Constitución, es muy importante en cualquier momento; de hecho lo hemos venido
haciendo desde hace décadas. En el país ha habido destacados constitucionalistas y
hubo en el pasado esfuerzos importantes para lograr una Constitución viviente, que fijara
las reglas del juego político e institucional.

Acuerdos de Paz: Aunque después de los Acuerdos de Paz, no se ha producido un


cambio sustancial en la vida de los salvadoreños y en algunos aspectos, especialmente
en el económico, muchos ciudadanos aun soportan el peso de la marginación y la
discriminación en su propio país, me parece que en materia política, especialmente en lo
que se refiere al pluralismo y participación, se han notado avances reconocibles y
valorables.

El Acuerdo Definitivo: Para llegar a lo que es la Constitución como norma del Estado y
para evitar el riesgo de perdemos en una selva histórica, que tampoco es el motivo del
presente trabajo, debemos partir de una fecha o de un acontecimiento que nos permita
arrancar de un momento decisivo para lo que queremos investigar. Los Acuerdos de Paz
constituyen ese hito que la historia salvadoreña pone como la señal de que hubo un antes
y un después.

1. Constituciones de El Salvador: Hemos llegado al punto de afirmar que los


Acuerdos de Paz generaron una importante reforma a la Constitución, que no sólo
la formaliza, sino que también en gran medida, la legítima; aunque la reforma
como tal, se produce antes, en virtud del proceso de diálogo que precedió a los
Acuerdos, hay una. Especie de veneración mayoritaria que le da ese merito a los
Acuerdos ya formalizados.
2. Evolución del Constitucionalismo Salvadoreño: En El Salvador, ha habido por lo
menos trece constituciones, pero de ellas solamente cuatro pueden considerarse
instrumentos políticos y jurídicos con características propias, que expresan un
momento de la historia del país, de la filosofía política dominante, de las
necesidades y deseos nacionales; es decir, Constituciones representativas de su
época. En los demás casos, se ha tratado de simples mutaciones constitucionales,
introducidas en momentos coyunturales y orientadas a satisfacer intereses
específicos.

1°) La Constitución estatal de 1824, establece los principios liberales, los derechos individuales y
los valores jurídicos, que tienen como fundamentos la libertad humana y que sirven como
presupuestos básicos para la construcción de un estado independiente. El Estado es y será
siempre libre e independiente de España, México y de cualquier otra potencia..." (Art. 1).
2°) La Constitución de 1886, se fundamenta en la filosofía liberal, tanto en lo político, económico y
social, prepara el camino para el desarrollo de la propiedad privada, la protección de los derechos
individuales, al estilo de John Locke, en el que la propiedad, es uno de los bienes más preciados;
esta Constitución, confirma la supresión de las formas de propiedad social, que se habían
producido cinco años antes, cuando se dan las leyes de Extinción de Ejidos y Comunidades
Indígenas y prepara el terreno para la protección y desarrollo de la propiedad individual.

3°) La Constitución de 1950, es una Constitución de carácter social y democrática, que responde a
la idea de un constitucionalismo social, fundamento del Estado de Bienestar; reconoce la
propiedad privada en función social, la justicia social, la libertad económica en lo que no se oponga
al interés social, la seguridad social, el trabajo como función social, etc. De más está decir que
muchas de las instituciones sociales en El Salvador, se fundamentaron en esa Constitución.
“Derecho constitucional” es atendida como rama de la ciencia jurídica, es decir como disciplina
científica; sin embargo, en algunas de dichas definiciones se alude a lo que es el objeto de
conocimiento de tal disciplina: la materia constitucional, principalmente el orden jurídico y
fundamental del estado, su “ordenamiento supremo”.

1. Constitución
La idea de la constitución es toral en nuestra materia, como que de ella dependen las
estructuras supremas, jurídicamente hablando, del Estado. Aun en una obra sintética
como esta, amerita un tratamiento más profundo, que el de momento ha de servirnos para
delimitar el contorno y los contenidos de nuestro derecho. En el sentido propio de las
ciencias naturales, constitución significa composición o estructura de un cuerpo. En el
ámbito político el uso de la expresión constitución remota a la Grecia antigua, se le
designaba “politeia”, los romanos la conocieron como “constitutio”. Ambas expresiones
indicaban la forma total de ser la comunidad, incluido el aspecto jurídico.

Posteriormente se llamaron constituciones los cuerpos legislativos promulgados por los


emperadores. Dentro de esta evolución en el medievo, el término se amplió a los actos
legislativos de otros cuerpos, políticos o no, entre ellos, la iglesia. En la edad media se
reconocieron cuerpos normativos con la jerarquía que ahora se les da a las
constituciones, pero no se les designo así y tampoco se contempló los sistemas de
control que aseguran la aplicación de la misma. Son muchos los conceptos que se dan de
constitución y son diferentes los puntos de vista desde los cuales se aborda tal idea. Sin
perjuicio de ahondar adelante en este tema, debemos dejar en claro que cuando
hablamos en delante de constitución nos referiremos al concepto formal. La palabra
constitución no la usaremos como la total realidad de la sociedad, ni como la totalidad de
la formación jurídica sino solo como parte de esta y ello en cuanto signifique las normas
básicas y fundamentales de la estructura de un estado, tal como lo afirma Lucas Verdu
“como estructura, como conjunto de elementos interdependientes cuya ordenación
jurídica- normativa e institucional organiza y delimita el poder del estado.

Algunas de ramas de derecho constitucional como las llamadas programáticas, que para
algunos autores son las que requieren de otra norma ulterior que las reglamente, en una
concepción ahora en franca banrrota, no tienen aplicación inmediata. Estas disposiciones
requieren de leyes que las desarrollen y tornen aplicables en la práctica.

Estas reflexiones en torno al Derecho constitucional pueden, en algunos casos,


proyectarse a otras ramas del derecho, lo cual insinúa que se impone una serie revisión
de los que es derecho y cuáles son sus verdaderas características. Si quisiéramos
explicarla, sin modificarla fundamentalmente, podemos decir que el derecho constitucional
es el conjunto de normas y principios jurídicos que organizan al Estado, determinan sus
órganos, las relaciones de estos entre si y sus funciones; así como los derechos
fundamentales de los gobernados y de los grupos sociales frente al poder del Estado y
quienes lo ejercen.

Este Derecho constitucional se caracteriza:

1. Por ser fundamental, es decir que toma al Estado en unidad, de establecer un


conjunto institucional y normativo que haga posible la realización del bien común.
2. Por ser coordinador de todo el ordenamiento jurídico, que se encuentra en él,
según la expresión de pellegrino-Rossi los “títulos de sus capítulos”, es decir,
como un tronco del que parten las diferentes ramas del derecho.
3. Es formalmente autónomo, es decir que necesita de especiales requisitos para la
información y reforma de sus normas
4. Es materialmente autónomo, por su peculiar contenido político.
5. Es extensivo, no todo el Derecho constitucional está contenido en la constitución,
ni todo el contenido de esta es Derecho constitucional.
2. Naturaleza del derecho constitucional.

Hablar de naturaleza de una rama jurídica, civil, penal, por ejemplo, es decir si ella es
Derecho público o Derecho privado. La doctrina no es pacifica en cuanto a si tal división
es científicamente valida, es difícil establecer una línea divisora entre lo que sea público y
lo que sea privado. Además dependiendo de la mayor o menor extensión del “ius
1
cogens”, la cual varia a través de la historia, hay ordenamientos jurídicos o parte del
Derecho público, y viceversa. Todo Derecho es tal, en virtud de su reconocimiento por
parte de la comunidad política o Estado, a través de la costumbre o por medio de la
legislación, y consiguientemente, todo derecho deviene público y esa comunidad la según
las ideas predominantes restringe o extiende el campo de las relaciones sobre las cuales
los particulares pueden libremente establecer sus reglas de conducta obligatoria, pero por
grande que esta área libertad sea, siempre habrá zonas vedadas a la libertad jurídica de
los particulares. (Reglas sobre capacidad, objeto, causa, solemnidades, registros, etc.)

En lo que el Derecho constitucional respecta, el planteamiento mismo del problema


parece una cuestión bizantina, algo así como discutir, como algunos teólogos lo hicieron
en la Edad Media, cuantos ángeles caben en la cabeza de un alfiler. En efecto, si la
división no se acepta y se admite en cambio la unidad de ordenamiento jurídico, la
discusión carece de objeto. El Estado y el derecho se confundieran y todo derecho será a
la vez público y estatal.

1
“ius cogens”, locución latina empleada en el ámbito del derecho internacional público para hacer
referencia al derecho imperativo o perentorio.
BLIBLIOGRAFIA

 Manual de Derecho Constitucional, Francisco Bertrand Galindo, Publicado en


Octubre de 1998 por la Editorial talleres gráficos de la UCA. TOMO I.

 Manual de Derecho Constitucional, Francisco Bertrand Galindo, Publicado en


Marzo de 1999 por la Editorial talleres gráficos de la UCA. TOMO II.

 ¿Qué es una Constitución? , Dr. Mario Antonio Solano Ramírez, 1er edición,
Publicado en el 2000 por la Editorial secciones de publicaciones de la Corte
Suprema de Justicia.

 Teoría de la Constitución, José Barragán B., cuarta edición; Publicada el 15 de


Enero de 2010, Editorial Porrúa de Estado Iztapalapa, México DF.

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