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El 26 de junio de 1979 el territorio de Yasuní ubicado en la provincia de Orellana a 250kilometros de la capital

ecuatoriana de quito fue declarado como área protegida.


El parque nacional Yasuní es considerado como una de las áreas más importantes del planeta con 1 022
000 hectáreas, de la cuales 758 000 hectáreas son consideradas intangibles, que junto con Galápagos
poseen el mayor número de especies por hectárea. Yasuní se compone por 45 hectáreas que están
ubicadas por categorías de acuerdo por su ubicación he importancia, 11 parques nacionales, 4 reservas
biológicas, 9 reservas ecológicas, 1 reserva geobotánica, 4 reservas de producción faunística, 10 refugios
de vida silvestre, 2 reservas marinas y 4 áreas nacionales de recreación. Además cuenta con 100.000
especies de insectos, 150 de anfibios, 121 de reptiles, 598 de aves y unas 200 de mamíferos, aparte de
unas 3.000 de flora.
Expertos aseguran que además de tener una gran biodiversidad, constituye un importante banco de ADN
de las especies tropicales de amazonas, que podría ser utilizado para la biotecnología y la industria.
1 022 000 hectáreas, de la cuales 758 000 hectáreas de ganar el sí en la pregunta 7 esta zona se fijaría en
820 000 hectáreas y las 1030 donde se pueden explotar pasaría a 300 hectáreas pero nos urge saber cuáles
van a ser esas 300 hectáreas que se van a dejar para la explotación y como se va remediar las zonas que
han sido intervenidas. La actividad petrolera ha intervenido ya 37 hectáreas en le Yasuní, sin embargo la
perforación continua pues recientemente se perforo el campo Tambococha (PORTAL DE
INVESTOIGACION GEOGRAFICA) GEOYASUNI
“Sólo cuando el último árbol esté muerto, el último río envenenado, y el último pez atrapado, te darás
cuenta que no puedes comer dinero.” – Sabiduría indoamericana

Yasuní: naturaleza contra petróleo

Ecuador ultima la explotación petrolera Yasuní-ITT en julio. Mientras, los habitantes de la región
amazónica se dividen entre los que creen que su vida mejorará y los desencantados por el
incumplimiento de los compromisos

Juan navega en el inmenso río Napo y comenta que la explotación petrolera ha sido beneficiosa para su
comuna, Puerto Miranda, en Ecuador. Esteffany Bravo S.
Esta es la historia de Laureano y de Eleuterio, dos indígenas kichwas que viven en la ribera del río Napo, en
la Amazonía ecuatoriana. Laureano está esperanzado. Puerto Miranda, la comunidad que preside, acaba
de llegar a un acuerdo con la empresa petrolera estatal Petroamazonas. La compañía quiere sacar el crudo
que yace bajo el suelo comunitario. A cambio, promete indemnizar a los habitantes con dinero y obras que
mejoren su calidad de vida. Mientras, Eleuterio se siente decepcionado. Este leñador procedente de la
comuna de San Vicente trabajó durante un año y medio para una empresa subcontratista de Petroamazonas.
No le han pagado. La compañía ofreció traer electrificación y reparar la escuela de su comunidad, pero de
momento no se ha cumplido nada. Laureano y Eleuterio son las dos caras de una misma moneda: las
consecuencias de la explotación petrolera para las comunidades que habitan en las inmediaciones del
Parque Nacional Yasuní (PNY), una de las regiones más biodiversas del mundo. Todo un dilema de difícil
solución.

“El mundo nos ha fallado”, anunció el presidente ecuatoriano Rafael Correa en agosto de 2013, cuando puso
fin a la iniciativa Yasuní-ITT, “la propuesta más seria y concreta en la lucha contra el cambio climático de
toda la historia de la humanidad”, según el mandatario. La iniciativa Yasuní-ITT, bautizada así por los tres
yacimientos petrolíferos que forman el bloque 43 o ITT (Ishpingo, Tiputini y Tambococha), fue un novedoso
intento del Gobierno ecuatoriano para no explotar el crudo en la zona más remota y mejor conservada del
PNY, en la Amazonía norte de Ecuador. En compensación, el país andino solicitó 3.600 millones de dólares
a la comunidad internacional, la mitad de los ingresos que Ecuador recibiría en caso de explotar los 920
millones de barriles de crudo que se estima contiene el ITT. La iniciativa fracasó, pero Correa dejó claro que
el dinero procedente de la explotación, cuyo primer barril se obtendrá en julio, serviría para sacar de la
pobreza a los habitantes de la zona. “La Amazonía podrá con holgura salir de su retraso histórico”, manifestó.

Laureano Cerda es el presidente de Puerto Miranda. La comuna, cuyo centro se sitúa a cuatro kilómetros
del campo Tiputini, en el ITT pero fuera del PNY, ha recibido 135.000 dólares de Petroamazonas como
indemnización por permitir la actividad petrolera en su territorio. A la espera de repartir el dinero entre los
habitantes, la comunidad ha comprado una embarcación grande que les servirá para desplazarse por el
inmenso río Napo, un afluente del Amazonas. La empresa, además, ha compensado a la comuna con un
pequeño centro computacional con acceso a Internet y les permite hacer uso de un barco ambulancia que,
según Laureano, “ha salvado muchas vidas”. También ha prometido instalar un servicio de agua potable, sin
embargo, Laureano cuenta que se está retrasando en los plazos prometidos. “Deben cumplir los convenios
firmados”, asevera tajantemente el líder de esta comunidad de 160 habitantes, quien lleva 20 años
trabajando con empresas petroleras.

Eleuterio Avilés es un habitante de San Vicente, una comuna cuyo territorio abarca zonas del bloque 43 o
ITT, pero también del contiguo bloque 31, anteriormente concesionado a la brasileña Petrobras y explotado
por Petroamazonas desde 2011. Eleuterio trabajó durante un año y medio para la empresa ARB,
subcontratada por Petroamazonas para realizar trabajos de construcción en el bloque 31, situado casi en su
totalidad dentro del PNY. Pero ni Eleuterio ni sus compañeros recibieron compensación alguna por su
trabajo. Según narra este operador de motosierra, que ha demandado a la empresa por impago, “nos deben
entre 4.000 y 5.000 dólares a cada uno”.

Las comunidades de Laureano y Eleuterio pertenecen al cantón Aguarico, en la provincia de Orellana. Este
cantón ha vivido una suerte de fiebre petrolera en los últimos años. Ahora, con la bajada de los precios del
petróleo, es una zona en crisis. El alcalde, Franklin Cox, se queja de que la Ley de Hidrocarburos, reformada
en 2010, no se está cumpliendo en el cantón. “La ley dice que el 12% de las utilidades petroleras deben
invertirse en la zona de influencia directa donde se extrae el crudo, pero esos ingresos no llegan aquí”,
proclama. El alcalde, que pertenece al mismo partido que gobierna a nivel nacional, también lamenta los
incumplimientos de la petrolera estatal. “Dentro de los compromisos de Petroamazonas, todavía no ha
cumplido nada”.

Fin de la bonanza petrolera

Desde que llegó al poder en 2007, Correa disfrutó de casi una década de altos precios del petróleo en el
mercado internacional, que superó los 100 dólares por barril durante largos periodos. No obstante, desde
2015 los precios se desplomaron, cayendo por debajo de los 30 dólares. La bonanza petrolera permitió que
1,9 millones de ecuatorianos salieran de la pobreza, gracias a las políticas sociales puestas en marcha por
Correa. La caída del petróleo, un recurso que representaba aproximadamente un tercio de los ingresos del
Estado, supuso un fuerte varapalo para la economía, sumida en una crisis que puede llevarle a decrecer un
4,5% en 2016, según el FMI. En mayo, Correa anunció que “el precio promedio del crudo ecuatoriano en
2016 ha sido de tan solo 28 dólares”.

Ante este panorama, son pocos los que entienden la insistencia del Gobierno en explotar el ITT. En su
subsuelo, el bloque 43 alberga el 20% de las reservas petrolíferas no explotadas de Ecuador. Pero se trata
de un crudo pesado de baja calidad —14 grados API—, cuya extracción resultará muy costosa por la falta
de infraestructura y la necesidad de mezclarlo para poder transportarlo.

Carlos Larrea, ex asesor del Gobierno para la iniciativa Yasuní-ITT, considera que “en el contexto actual, la
extracción del ITT no se justifica”, teniendo en cuenta “el monto de inversión que se necesita para construir
siete plataformas y toda la estructura de oleoductos”. Este profesor de la Universidad Andina explica que,
para minimizar los daños ambientales, será necesario utilizar tecnología punta, con oleoductos
helitransportados que sustituyan a la construcción de carreteras. Sin embargo, el uso de esta tecnología
incrementaría sustancialmente los costes de producción. “El Gobierno habla de un coste de 18 dólares por
barril, pero esa cifra solo es posible si se utiliza una tecnología de alto impacto ambiental”. Además, Larrea
recuerda lo ocurrido en el bloque 31, donde un estudio de la Universidad de Padua basado en fotografías
satelitales demostró que Petroamazonas había construido amplias carreteras dentro del PNY, incumpliendo
la legislación ambiental.

Por su parte, el exsecretario de la OPEP y exministro ecuatoriano René Ortiz, piensa que extraer el petróleo
del ITT con una tecnología adecuada llevaría el precio de producción hasta los 50 dólares por barril. “Es un
petróleo caro”, afirma. “Petroamazonas se está pegando un tiro al pie. La razón que hay detrás es la deuda
de Ecuador con China, que tiene que pagársela con petróleo”, expone Ortiz. Según la base de datos del
Diálogo Interamericano, Ecuador debe a China 15.200 millones de dólares.

EL PAIS ha contactado con el Gobierno ecuatoriano y Petroamazonas para recoger sus opiniones, pero
ninguna institución ha accedido a hacer comentarios.

La lucha por la conservación del Yasuní

En su lucha contra la explotación del ITT, ecologistas de grupos como Yasunidos argumentan que la mayor
riqueza que alberga el Yasuní es su biodiversidad, no sus hidrocarburos. Pese a que algunas partes del
PNY llevan años siendo explotadas por empresas como Repsol o la italiana Agip, el ITT, que limita con Perú,
era uno de los últimos reductos de selva virgen. El Gobierno alega que la explotación del ITT solo afectará
al uno por mil del Parque. Muchos expertos desmienten este dato, por estar calculado solo en base a la
deforestación y no tener en cuenta otros impactos como el ruido, la llegada de colonos o los posibles
derrames.

Como alternativa a la explotación petrolera, algunas comunidades cercanas al Yasuní han iniciado proyectos
de ecoturismo. Es el caso de la comuna de Martinica, que gestiona la iniciativa Yaku Warmi —‘mujer del
agua’ en kichwa— en la ribera del río Cocaya. “Acá solo nos dedicamos al turismo, estamos orgullosos de
tener intactos a los animales”, revela Manuel Coquinche, coordinador turístico de la comunidad. En Martinica,
que forma parte del programa estatal de conservación ambiental Socio Bosque, es fácil observar delfines
rosados, monos aulladores o anacondas. “Nosotros estamos bien concienciados de cómo se comportan las
compañías petroleras o cualquier institución que quiera manipularnos”, declara un Coquinche convencido
de que el turismo representa una alternativa real al petróleo para las comunidades indígenas de la Amazonía
ecuatoriana.
El Yasuní es considerado por los biólogos como una de las áreas más biodiversas del planeta. Cuenta con
una ubicación única, al converger en su seno tres aspectos clave: la línea ecuatorial, su proximidad a la
cordillera andina y su emplazamiento dentro de la selva amazónica. Esto genera unas condiciones que
permiten que en una sola hectárea del Yasuní se encuentren hasta 655 variedades de árboles, una cifra
similar al total de especies nativas de Estados Unidos y Canadá juntos. Esta megadiversidad supone un
recurso que, según Larrea, no solo serviría al desarrollo de Ecuador, sino al mundo entero. “Para combatir
enfermedades como el zika, necesitamos encontrar medicamentos nuevos y el 80% de esos
descubrimientos provienen de las propiedades de las plantas o animales, principalmente de las selvas
tropicales”.

El Yasuní alberga a varios pueblos no contactados que están viendo amenazada su existencia por la
explotación petrolera

Aimismo, el Yasuní alberga a varios pueblos no contactados que están viendo amenazada su existencia por
la explotación petrolera. Además de indíegnas kichwas y waoranis —quienes habitualmente son la mano de
obra barata utilizada por las petroleras—, en esta selva también habitan pueblos en aislamiento voluntario
como los tagaeri taromenane. Se trata de poblaciones seminómadas que viven de la caza y que ven afectada
su forma de vida con la construcción de carreteras que cortan sus territorios y con la llegada de una industria
ruidosa que provoca la huida de los animales, su fuente de alimento. Según David Suárez, de la Fundación
Labaka, “los detritos de la explotación petrolera acaban contaminando los ríos, que se vuelven cañerías de
deshecho industrial y privan de su uso a los pueblos que viven en la zona”.

Por otra parte, las comunidades indígenas ya integradas al Estado ecuatoriano también sufren agrias
divisiones internas y observan cómo su cultura se diluye con el petróleo. Suárez describe cómo “la
comunidad queda reemplazada por la comunidad del dinero. Por ejemplo, en la comuna de Chiro Isla, que
ha entrado mucho en la dinámica petrolera, la gente ha decidido ya no hacer asambleas”. Para Holmer
Machoa, originario de la comuna de Llanchama, el principal legado de la petrolera “es que nos ha venido a
dividir a las comunidades, a pelearnos entre familias, entre hermanos”.

Ajenos a las consecuencias globales del fin de la iniciativa Yasuní-ITT, los habitantes del río Napo se debaten
entre la esperanza y el desencanto. Mientras algunas comunidades ven en la llegada de la petrolera una
forma de mejorar sus condiciones de vida y de dejar de ser olvidados por el estado, otras se lamentan por
haber vendido su territorio sin recibir a cambio lo prometido. Es el dilema del petróleo en el Yasuní-ITT.
Echando la vista atrás, Eleuterio piensa que el crudo les ha traído más problemas que beneficios. En la otra
orilla del río, a Laureano le brillan los ojos cuando habla del futuro. Cree que la petrolera traerá a Puerto
Miranda el ansiado desarrollo. No obstante, sabe que la comunidad tendrá que luchar por ello. “Vamos a
exigir que se cumpla el convenio y, si no lo hacen, tiraremos árboles al río para que no pasen sus lanchas.
Hasta que cumplan”, sentencia.

“Banano, cacao, petróleo, siempre había algún producto que resolvía los problemas del país y Ecuador tiene
que dejar de ser un país producto”, sentencia. En su opinión deben salir del extractivismo, elaborar una
estrategia de transición que permita al país elaborar productos y no depender tanto de la renta de la
naturaleza. “Es más fácil explotar la naturaleza que cobrar impuestos a los ricos, porque la naturaleza no se
queja, aparentemente”, subraya.

Entre las razones para frenar la explotación del campo petrolero ITT en el Yasuní, que quiere explotar el
Gobierno ecuatoriano, destaca que se evitaría la desaparición de varios pueblos indígenas, la conservación
de la biodiversidad y un ahorro de emisión de más de 400 millones de toneladas de CO2. Sabe que es una
tarea dura, pero uno de sus lemas es no rendirse.

Ecuador abre la reserva de Yasuní a las petroleras ante la falta de apoyo

Las petroleras podrán entrar en el Parque de Yasuní, una joya medioambiental del Ecuador amazónico que
fue declarada reserva mundial de la biosfera por la ONU en 2008. La decisión, tomada por el presidente del
país, Rafael Correa, se ha adoptado ante la falta de apoyo de la comunidad internacional. El Plan del Buen
Vivir o Sumak Kawsay, en lengua kichwa, que el presidente de Ecuador cita en cada discurso, incluía el
compromiso de respetar el medioambiente y no tocar las reservas de crudo que hay en los campos petroleros
del Yasuní. A cambio, Ecuador pedía un fondo internacional de 2.700 millones para compensar la pérdida
de ingresos y gratificar el papel de sumidero de CO2 del parque nacional.
La propuesta del mandatario ecuatoriano para evitar la explotación de los campos de Ishpingo, Tambococha
y Tiputini (ITT) ha resultado un fracaso: en lugar de los 3.600 millones de dólares que pedía (2.700 millones
de euros, el equivalente al 50% de lo que el Estado percibiría si extraía los casi mil millones de barriles que
se calcula que hay en el parque), hasta la fecha solo se han reunido 13,3 millones de dólares (poco más de
10 millones de euros). Dos de esos millones están en el país y 11,3 en el Fideicomiso Internacional
administrado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. España es uno de los donantes, y
ahora podría recuperar su aportación. “El factor fundamental del fracaso (del proyecto) es que el mundo es
una gran hipocresía”, dijo Correa.

Con ello corren peligro todos los objetivos del plan. Dejar el petróleo bajo tierra significaba no emitir más de
400 millones de toneladas de CO2 (similar a las emisiones de España en un año), según una publicación de
2011 de académicos ecuatorianos. A ello hay que sumar el peligro para la biodiversidad existente (100.000
especies de insectos, 150 de anfibios, 121 de reptiles, 598 de aves y unas 200 de mamíferos, aparte de
unas 3.000 de flora) y la salvaguarda de los derechos de los pueblos indígenas que habitan en la zona,
principalmente los waorani, que tienen dos clanes (los tagaeri y los taromenane) que se internaron
voluntariamente en la selva virgen a inicios de los setenta, justo cuando arrancaba la exploración y futura
explotación petrolera en el Ecuador.

Correa usó este jueves el Plan del Buen Vivir para justificar la explotación, pues el país necesita inversiones
superiores a los 70.000 millones de dólares (52.900 millones de euros) para erradicar la pobreza y extender
el bienestar a las comunidades menos favorecidas. Por eso volvió a citar en su discurso una de sus frases
predilectas: “No me gusta la minería, no me gusta el petróleo, pero mucho menos me gusta la pobreza y la
miseria”.

El presidente no convenció a sus conciudadanos, sobre todo porque hay un 92,7% de la población que
apoya la iniciativa de mantener el petróleo bajo tierra, según una encuesta realizada en junio del 2013. Los
síntomas de rechazo se hicieron palpables la misma noche del jueves, cuando centenares de jóvenes se
autoconvocaron en la sede del Gobierno en Quito para expresar su desacuerdo.

Las organizaciones sociales e indígenas también han hecho público su malestar y este viernes comunicaron
que pedirán una consulta popular para que los ciudadanos expresen su rechazo. “Si hay un tema en el que
Ecuador nos ha puesto de acuerdo es el Yasuní”, dijo Esperanza Martínez, de Acción Ecológica, quien
además cuenta que la iniciativa de no extraer el crudo nació de la sociedad civil.

El exasesor de Correa Decio Machado señala lo paradójico que resulta que ahora haya que convencer a la
opinión pública de las bondades de la explotación. “Hemos estado durante meses vendiendo la idea de la
no explotación a los países y ahora hay que convencer a los ecuatorianos de que la explotación es buena”,
dice. La campaña de propaganda del Yasuní ITT, solo en el 2011, tuvo un gasto de tres millones de dólares,
según el diario El Comercio.

Ecuador y la alternativa al petróleo


Obras en la central hidroeléctrica de Coca Codo Sinclair.

Mitad de precio, mitad de ingresos. Esta es la ecuación petrolera de la que quiere alejarse Ecuador mediante
alternativas energéticas. Ocho nuevas centrales hidroeléctricas y la minería a gran escala son las grandes
apuestas del Gobierno para reducir su dependencia financiera del precio del crudo.

Con el barril a una cotización de 50-60 dólares, el Estado ha tenido que recortar su presupuesto para el 2015
en 1.420 millones. Contaba con unos ingresos calculados sobre una cotización a 79,7 dólares por barril, una
cifra que ya lleva meses sin repetirse y que no se volverá a ver en al menos medio año, según los analistas.

Ese caudal de dinero, con el que ha contado el presidente Rafael Correa durante ocho años de mandato,
equivalía al 11,5% del PIB de Ecuador y financiaba el 15% del Presupuesto General del Estado de 2015,
aprobado por la Asamblea. Pero en enero el ministro de Finanzas, Fausto Herrera, confirmó los recortes. El
ajuste —de 839,9 millones en inversión y 580 millones en gasto corriente— no ha afectado, según las
explicaciones gubernamentales, a las inversiones estratégicas del país. Entre ellas, los dos grandes proyectos
de Ecuador para eclipsar el peso de la venta de barriles en su economía.
Hay ocho grandes centrales nucleares en construcción que permitirán duplicar la generación de energía
eléctrica para el año que viene y, de cara al futuro, exportar este recurso a otros países. Es decir, Ecuador
tendrá menos gastos —a pesar de ser productor de crudo, necesita importar combustibles derivados para
generar energía— y más ingresos. "Son como 1.000 millones de dólares que ahorraremos al no importar
combustibles para generar energía y también en el gasto fiscal por la reducción de los subsidios que ahora se
aplican a los carburantes", anunció Correa.

El territorio de Ecuador está explorado en un 10 % y ya se ha encontrado un potencial de 217.000 millones


de dólares en reserva de oro, plata, cobre y molibdeno
Las ocho grandes centrales, repartidas entre la Sierra y el Oriente (la selva) principalmente, aumentarán a
6.779 megavatios la potencia instalada del país, que ahora es de 3.770. Pero para ello hace falta una
inversión de 4.983 millones y esperar hasta 2016. El proyecto más ambicioso es el de la central de Coca
Codo Sinclair, en las provincias amazónicas de Napo y Sucumbíos, que aportará 1.500 megavatios y se lleva
2.245 millones de dólares de inversión. Su puesta en marcha está prevista para inicios de 2016 y en estos
momentos se ha ejecutado el 80% de las obras. El proyecto de Coca Codo Sinclair, materializado con
financiación china, aprovecha una curva en desnivel de 620 metros del río Coca para obtener la energía
hidroeléctrica, según la descripción del Ministerio de Electricidad y Energía Renovable.

"No hay que hablar de dependencia del petróleo, pero sí de una sustancial reducción de la importancia
relativa. Entre las industrias básicas tenemos proyectos, como la refinería del cobre y la siderúrgica, que
usan gran cantidad de energía y la opción viable sería usar energía eléctrica", cuenta el subsecretario de
Industrias Básicas, Alexis Valencia, frente a otras fuentes como el carbón o el búnker. "Son más costosas y
eventualmente, más peligrosas", añade.

En este cambio de matriz energética, el Gobierno no ha prescindido de otros recursos hasta ahora no tan
aprovechados: los minerales. El territorio de Ecuador está explorado en un 10 % y ya se ha encontrado un
potencial de 217.000 millones de dólares, en reserva de oro, plata, cobre y molibdeno. Pero los cinco
macroproyectos existentes están al final de su fase de exploración y "paralizados", según David Larenas, de
Renoy Consulting y exempleado de Kinross, una de las grandes empresas mineras. No empieza aún la
explotación de los recursos y además, la normativa no acompaña. El primer paso para avanzar en el
desarrollo ya está dado, con la creación del nuevo Ministerio de Minas.
La deuda con China supera los 5.170 millones de dólares y la preventa de petróleo los
2.000 millones
Fausto Ortiz, exministro de Finanzas.
Ni las hidroeléctricas ni la exploración de minas a gran escala serían viables, tal y como están planteadas, sin
financiación china. Ecuador ha buscado recursos en su aliado asiático, que también participa de la
explotación del petróleo. "La deuda con China supera los 5.170 millones de dólares y la preventa de petróleo
los 2.000 millones. Eso no significa que la producción petrolera esté hipotecada a China; hay acuerdos de
exportación petrolera a China con una relación que aproximadamente representa 40.000 barriles diarios de
exportación por cada 1.000 millones de financiamiento", explica el exministro de Finanzas, Fausto Ortiz.

Las energías renovables tampoco quedan fuera del mapa ecuatoriano, aunque se alejan del continente. Dos
de los principales proyectos, uno eólico y otro solar, están instalados en las islas Galápagos, una reserva
ecológica que aspira al autoabastecimiento para evitar el daño al ambiente y a las especies.

El proyecto de energía fotovoltaica utilizará, además del potencial solar, combustible de aceite vegetal,
llamado jatrofa, en lugar de diésel, como es habitual.

Una solución sostenible y alternativa frente a la crisis del petróleo


Como si se tratara de un mensaje premonitorio, muchos de los grandes economistas del mundo advertían
que la economía del petróleo entraría en crisis tarde o temprano.

El motor de desarrollo de la industria petrolera hizo que varios países tuvieran una bonanza que los
posicionó como economías emergentes y – hasta cierto punto- sólidas. En un momento, Colombia llegó a
producir cerca de un millón de barriles diarios de petróleo y el Gobierno empezó a generar una dependencia
sobre el rendimiento de empresas como Ecopetrol. Con el precio del barril sobre los 100 dólares y las
acciones de la bolsa con un nivel promisorio, el gasto público aumentó de manera considerable hasta rozar
los límites del derroche.

Hay una tendencia propia de los diferentes gobiernos colombianos – tanto de izquierdas como derechas –
que consiste en gastar descontroladamente los recursos que se generan en “épocas de vacas gordas”. Sin
embargo, la economía es una de las cosas más volátiles y cambiantes y en cualquier momento puede
cambiar drásticamente el tablero de juego. El desequilibrio entre la oferta y la demanda del llamado “oro
negro” hizo que su precio llegara a ubicarse sobre los 50 dólares el barril en varios momentos entre 2014 y
2015, lo que significa una inminente reducción de los beneficios del sector petrolero.

En términos económicos, el motor que empujaba al país – por lo menos uno de los más activos y
determinantes- está empezando a tener fallas. Esto debería llamar la atención tanto del Gobierno, como del
sector productivo, industrial y la ciudadanía en su conjunto sobre una cuestión muy simple: ¿debemos
insistir tercamente en la extracción petrolera como única fuente de ingresos? O, por el contrario
¿debemos buscar diversificar las actividades económicas que realizamos para no depender únicamente de un
sector tan inestable?

En el mundo cada vez son más los países que entienden la crisis del petróleo como una oportunidad para
buscar distintas fuentes de desarrollo alternativas. A Colombia aún le cuesta dejar la dependencia del
mineral que en los últimos años ha significado el ingreso más seguro en las arcas gubernamentales. Mientras
tanto, nos repiten que será necesario recurrir a la controvertida práctica del fraccionamiento hidráulico o
fracking con el fin de garantizar la estabilidad financiera del país.

Se equivoca el gobierno pensando que el fracking será la salvación de la economía nacional. Países como
Reino Unido, Suiza, Sudáfrica y Alemania ya hanprohibido esta práctica de extracción de petróleo porque
atenta de manera directa contra el medio ambiente. Bajo este mismo argumento han aumentado en Estados
Unidos los territorios en que el fracking se ha prohibido porque contamina las fuentes hídricas y causa un
daño irreparable en la naturaleza. Se calcula que con el proceso de fractura de un pozo se utilizan entre
10.000 y 30.000 metros cúbicos de agua, utilizando además sustancias tóxicas y cancerígenas.

En estos momentos que la economía nacional empieza a tener algo de incertidumbre, es necesario tomar un
camino que sea efectivo en términos de generación de recursos, pero sostenible ambientalmente. No existe
desarrollo cuando se pone en jaque la naturaleza. Es allí donde nace una solución muy
rentable económicamente y amigable con los recursos naturales: el turismo, una industria sin chimeneas.

Cada vez son más las ciudades en el mundo que son concientes del potencial del turismo y lo incentivan
activamente. No en vano la industria de los viajes y el turismo es la tercera más grande del mundo y genera
más de 170 millones de empleos directos en el mundo. Incluso en algunos países europeos aporta hasta el
20% del PIB. Mientras los pronósticos más optimistas prevén que las reservas de petróleo durarán hasta el
año 2050, se calcula que para el año 2020 habrá cerca de 328 millones de puestos de trabajo del sector
turismo. Esto debería ser un mensaje lo suficientemente claro para que sirviera de orientación en materia de
política pública para preparar al país competitivamente como destino turístico a nivel internacional. El
componente de conservación y cuidado de los recursos naturales no es un asunto de segundo plano dentro
del contexto del desarrollo turístico. De hecho, con el turismo se crea un círculo de conservación, puesto que
los recursos económicos que se generan contribuyen en la mitigación del daño ambiental. Por ejemplo, con
el turismo ecológico se promueve el cuidado de zonas de riqueza natural y se despierta conciencia al tiempo
que se desarrollan proyectos de emprendimiento. Como beneficios “colaterales” se fomenta el cuidado del
patrimonio histórico, los valores culturales, arquitectura y demás.

Se ha ganado el nombre de “industria sin chimeneas” porque precisamente el turismo reconoce la necesidad
del cuidado ambiental dentro del desarrollo. Es un actor económico saludable en el mercado porque compite
con la idea tradicional de que sólo se generan recursos con grandes industrias contaminantes. Sería muy
oportuna una apuesta total por el turismo como motor de progreso que cada vez funciona con más Colombia
podría posicionarse como un escenario muy atractivo para diferentes mercados, como el turismo
empresarial, medicinal, cultural y académico. Lo más importante de todo, es que no sería a costa de la
naturaleza.

¿El petróleo genera recursos sociales?

Lo que el Presidente desconoce es que los recursos del petróleo nunca han servido para la educación, salud o
infraestructura, de hecho un estudio de Oxfam revela que:

Los países dependientes de petróleo poseen:

 Bajo Índice de Desarrollo Humano.


 Bajo crecimiento económico.
 Alta mortalidad infantil (< 5años).
 Alta malnutrición infantil.
 Baja inversión en salud.
 Baja escolaridad.
 Alto índice de analfabetismo.
 Alta vulnerabilidad a los shocks económicos.
 Elevada Corrupción.
 Autoritarismo.
 Falta de Gobernabilidad.
 Guerras civiles o conflictos bélicos.
 Altos gastos militares.

Fuente: Extractive Sectors and the Poor, Oxfam, 2001

¿Cuánto puede costar un barril de crudo en el subsuelo?


¿Cuánto cuesta realmente sacar cada barril de crudo de la selva amazónica?
Un ingeniero petrolero calcularía de acuerdo al costo de la maquinaria, de la infraestructura a
construirse y de la mano de obra...
Un ambientalista de acuerdo al costo de reparación ambiental, de los ríos contaminados, de las
pérdidas de biodiversidad, de los daños al cambio climático...
Una empresa remediadora podría calcular por metro contaminado...
Un indígena, de acuerdo a la pérdida de salud de la selva, a las medicinas perdidas, a los alimentos
desaparecidos, a los animales extintos...
Un economista, a las pérdidas en las ganancias potenciales del estado, a los contratos perjudiciales,
los gastos invisibles...
La Comisión Cívica anticorrupción sacaría altas cifras de enriquecimiento ilícito de pocas personas...
Un ecologista a la pérdida de capacidad de subsistencia, a la destrucción de ecosistemas y a la
destrucción del tejido social de las comunidades...
Un sociólogo o antropólogo...a la destrucción de culturas, la división de comunidades, el
alcoholismo...
El dueño de un acuario, calcularía el valor de cada pez tropical muerto...y el de un vivero, de cada
planta tropical...
Y así sucesivamente...
Pero si sumamos las respuestas y restamos las pérdidas...sin duda llegaremos a una cifra cercana a
poco... muy poco... o nada.

¿Cuanto se obtiene realmente del crudo?

21 de Marzo de 2007

En reunión sostenida por el Ministro de Energía, la Ministra del Ambiente y delegados de la cancillería con
diversas organizaciones de la sociedad, el lunes 19 de marzo, se pidió al gobierno información para
responder a la pregunta:
 ¿Cuánto ha sido el ingreso real del estado en las operaciones petroleras?
 ¿Cuáles son las reservas realistamente extraíbles del bloque 43 (ITT)?
 ¿Cuáles son los impactos de las operaciones petroleras en el Parque Nacional Yasuní?

Por otra parte en el juicio contra la empresa Chevron Texaco, que se lleva a cabo en la Lago Agrio se ha
iniciado un proceso que nos permitirá contar con algunas cifras de los costos que tiene reparar la destrucción
ambiental. Se acaba de emitir la providencia mediante la cual nombra a un perito para realizar la
cuantificación global de los daños causados por la Texaco durante el tiempo de su operación en las
provincias de Orellana y Sucumbíos, y el costo de la respectiva remediación. En 120 días tendremos su
opinión

Toda esta información, son piezas de un rompecabezas para salvar el Yasuní.

Lo de siempre

 Explotar las reservas de crudos pesados del Yasuní, sin importar el hecho de que por las características de los
yacimientos y los ecosistemas el impacto será peor que el nos acostumbramos a ver en la Amazonía.
 Entregar la concesión a empresas transnacionales o lo que es lo mismo a empresas que pueden tener
capitales nacionales pero operan como translaciones algunas con los peores antecedentes en materia
ambiental.
 Agotar las reservas y dejar a las futuras generaciones sin petróleo y sin amazonia.
 Hablar durante un par de años de los abundantes ingresos que llegaran y que no llegaron. Del empleo que
generaran y que no generaron, de la tecnología de punta que usaran y de la destrucción que provocaron, del
respeto a las poblaciones locales que aplicaran y de los pueblos que desaparecieron.

Lo nuevo

 Salvar el Parque Nacional Yasuní. Personas y países que compran el crudo y se comprometan a no sacarlo
como contribución a la estabilidad del clima y a la conservación del Yasuní, territorio de inmensa
biodiversidad y hogar de pueblos indígenas no contactados.
 Crear un fondo de capitalización, que nos permitirán contar recursos para siempre, no 10, ni 20 años.
 Crear un bono para promover las agriculturas familiares que tenga como objetivo la soberanía alimentaria
del país.
 Transformar las discusiones nacionales e internacionales en torno al cambio climático.
 Transformamos el modelo económico, paramos el saqueo...

Una doble apuesta por el Yasuní

23 de Marzo de 2007

Nadie puede dudar que hoy en día en Ecuador hay dos temas a discusión trascendentales, el problema de la
representatividad política y la necesidad de instaurar una democracia integral en la que el pueblo tenga más
poder de decisión que aquella democracia de plastilina controlada por las elites mafiosas, por una parte, y
por otra, el problema relacionado con la degradación ambiental que perjudica a las comunidades locales y al
conjunto de la nación. Estos problemas tienen un mismo fondo, el desarrollo capitalista y particularmente su
actual modo neoliberal, que ha dado más prioridad a la explotación del trabajo y de la naturaleza que a la
vida misma.

A nadie le cabe duda que la mayor trinchera para pelear por la democracia, en el momento actual en el
Ecuador, es la Asamblea Constituyente y todos los pasos necesarios para llegar a esta, donde se incluyen la
movilización popular, las batallas legales, la propaganda, y otras prácticas.

En lo referente a lo ambiental, una trinchera fundamental es el Yasuní, pues hoy esta amenazado por la
explotación petrolera, a pesar de ser un Parque Nacional y Reserva Mundial de la Biosfera, de contener los
registros de la biodiversidad más altos, no sólo del país, sino del planeta, de ser reserva de agua dulce, de
contener los bosques maduros que más contribuyen a la estabilidad del clima en la región y de ser además el
hogar de los pueblos indígenas en aislamiento voluntario.

El actual gobierno ha demostrado que su verdadero poder reside en la fuerza del pueblo, no en el petróleo ni
en la renta que tardará en llegar. Y este apoyo masivo, este poder, no es otra cosa que un despertar de la
conciencia sobre la necesidad de pelear por una democracia real, a la que además se suma una creciente
conciencia ecológica que va generalizándose en todo el país, y particularmente en los pueblos que han sido
afectados, cómo da muestra la situación actual de la minería, o la lucha contra la impunidad de Texaco...

Pelear por la naturaleza ya no es sólo una necesidad ética y moral, que bastaría para defender al Yasuní, sino
que hoy significa un acierto político práctico pues es ya una exigencia de amplios sectores. La democracia
debe también significar toma de decisiones sobre los recursos que tiene el país, sino no puede ser
democracia, y cada vez la naturaleza es comprendida más cómo riquezas, no para explotar, sino para vivir.

La defensa de la Constituyente, además de estar encaminada a la concreción de derechos y obligaciones, está


dirigida fundamentalmente a mejorar las condiciones de vida de la gente. Pero estas condiciones de vida no
pueden ser mejoradas a costa de la depredación ambiental, que es motivo de hambre, enfermedades,
pauperización y un sin número de males.

Cada vez más personas piensan de este modo y tenemos que emerge un movimiento ecologista con lideres
populares que defienden sus territorios y su calidad de vida..., sin embargo en este momento ese movimiento
emergente no basta por sí solo para salvar al Yasuní, es necesario la confluencia del mayor número de
fuerzas políticas del país. Estas fuerzas políticas se acoplaran con mayor velocidad a los requerimientos
políticos del siglo XXI que son evidentemente ecológicos y democráticos.

El ITT y la soberanía alimentaria

2 de Abril de 2007

El 30 de marzo el Presidente Rafael Correa aceptó como primera opción para el campo petróleo ITT, dejar
el crudo en el subsuelo del Yasuní en lugar de explotarlo.

¿Qué significa esto?

Significa que por primera vez entraran a ser parte central de la decisión el tema ambiental y el de los pueblos
indígenas. Yasuní no solamente es una Parque Nacional y Reserva de la Biosfera,, ni es solamente el hogar
de pueblos indígenas, incluyendo aquellos que viven en aislamiento voluntario.

Yasuní se ha convertido en un símbolo en donde tendrá lugar una batalla por el futuro, en los albores de una
nueva civilización.

Por años el modelo económico partió de la premisa que la explotación de materias primas era la forma de
salir de la pobreza... El modelo extractivo nos condenó a la dependencia, a la concentración de la riqueza y a
la depredación del ambiente.

Pero puede un país pequeño como el Ecuador, cuya economía ha sido condenada a depender de la
exportación del crudo, abstenerse de explotarlo por razones ecológicas? La respuesta es claro... Debemos
ayudar a que así sea.

La civilización petrolera nos dice que hay que explotar hasta la última gota del crudo, sin importar cuales
son los sacrificios locales,o las consecuencias globales. Nos enseña que para enfrentar el calentamiento
global se puede hacer todo, menos reducir las reservas de crudo, es mejor trasladar al sur el papel de limpiar
la atmósfera, ocupando tierras y mares...
La decisión significa que empieza una carrera para obtener recursos de compensación para el Estado, por los
recursos que no recibirá. Pero esos fondos, en el contexto de un cambio radical de paradigmas, deben estar
destinados a fortalecer la verdaderas bases de una nación: su soberania alimentaria.

La plata del petróleo no nos ha sacado de la pobreza

Entre enero de 2007 y enero de 2013, en este gobierno se generaron ingresos petroleros por 51.497 millones
de dólares que es mucho más que los 18.292 que se pretenden obtener del Yasuní, sin embargo con esta
enorme cantidad el país no logró superar la pobreza y se han alcanzado mejoras muy modestas en la vida de
los ecuatorianos. No es verdad cuando se argumenta que el ITT es el fin de las miserias del país. Y el dinero
equivalente puede sacarse de otras partes sin violar Derechos Humanos y de la Naturaleza en Yasuní

Los más ricos pagan menos impuestos

Los ingresos de los 110 grupos económicos más grandes del país representan el 62% de todo nuestro PIB.
Estos ingresos crecieron 9% entre el 2011 al 2012 y llegaron a ser 40 mil millones de dólares.
Sólo los 10 grupos económicos más grandes del país (como Banco del Pichincha, Andes Petroleum, El Juri,
La Favorita o Banco de Guayaquil) tuvieron en el 2012 ingresos por 12 mil millones de dólares. Sin
embargo, para los grupos económicos se ha reducido el porcentaje de la carga tributaria del Impuesto a la
Renta que pasó del 2,14% (en 2011) al 2,01% (en 2012), es decir, los impuestos que pagaron decrecieron
6,18% a pesar de que sus ingresos crecieron 9%.
Esta tendencia se acentúa con los 20 más grandes que tuvieron un decrecimiento del 10% mientras que sus
ingresos se incrementaron casi en la misma proporción.

1.5% más a los más ricos para preservar el Yasuní

Revirtiendo la tendencia a la reducción de la carga tributaria que se viene dando estos años, si se logra un
incremento adicional del 1,5% a lo que actualmente pagan los grupos económicos, se obtendrían a valor
actual 2 mil millones de dólares más a lo que se ha planificado obtener por la explotación del Yasuní. Es
decir, en 25 años se generarían más de 20 mil millones de dólares que compensarían los 18.292 millones que
se pretenden extraer de la reserva natural.

El respeto a la Constitución del Ecuador

El Gobierno se ha pasado todos estos años (desde el 2007 en que fue lanzada la Iniciativa Yasuní-ITT), y
con gran éxito, diciéndole al mundo que es importante conservar el ITT porque es una zona que "está
habitada por pueblos en aislamiento voluntario". La Constitución del Ecuador, impulsada por este mismo
Gobierno y aprobada en el 2008, en su artículo 57 dice textualmente: "Los territorios de los pueblos en
aislamiento voluntario son de posesión ancestral irreductible e intangible, y en ellos estará vedada todo tipo
de actividad extractiva." De esta forma, según el propio Gobierno, la actividad petrolera en esta zona sería
inconstitucional.

Indígenas en aislamiento voluntario

Al Presidente se le olvidaron los aislados en su discurso del 15 de agosto y la sabatina. Ahora el Ministro de
Justicia dice que no están en el ITT. La negación sistemática de la existencia de los pueblos indígenas
aislados es un mal común para los Estados en los que viven... sin embargo, el caso Ecuatoriano es especial
ya que paradójicamente su Gobierno Nacional sostuvo, por todos los medios y a nivel mundial, la existencia
de estos pueblos en el ITT con el fin de promocionar la Iniciativa Yasuní-ITT. Ahora que el plan es explotar
el petróleo, muy convenientemente, los indígenas aislados ya no existen... Está claro que se miente…
¿durante seis años al mundo o ahora?

Extracción = Etnocidio Destrucción de un grupo étnico o de su cultura.


La Constitución ecuatoriana prohíbe la explotación en territorio de pueblos no contactados: Art. 57.- “Los
territorios de los pueblos en aislamiento voluntario son de posesión ancestral irreductible e intangible, y en
ellos estará vedada todo tipo de actividad extractiva. El Estado adoptará medidas para garantizar sus vidas,
hacer respetar su autodeterminación y voluntad de permanecer en aislamiento, y precautelar la observancia
de sus derechos. La violación de estos derechos constituirá delito de etnocidio, que será El Estado
garantizará la aplicación de estos derechos colectivos sin discriminación alguna, en condiciones de igualdad
y equidad entre mujeres y hombres”.

¡NO SE PUEDE SEGUIR PAGANDO LA CORRUPCIÓN CON EL


PETRÓLEO DEL YASUNÍ!
Existirán daños en todos los ambitos, en lo que respecta a lo ambiental se encontraran grandes areas de
contaminación, deforestación y alteración de las relaciones ecológicas de los ecosistemas.

Con lo referente a lo económicos: existirán pérdidas en la productividad de las economías de autosustento.

En lo social se verá un deterioro general de la zona: Alcoholismo, violencia, prostitución, enfermedades.


Esto conllevará a impactos políticos con el aumento de conflictividad en la región, abandono del Estado en
las zonas. Violencia transfronteriza etc..

Y no hay que dejar de lado el impacto que tendría en los pueblos Huaoranis. Tanto el ITT como el bloque 31
son territorio Huaorani y territorio de cacería de pueblos en aislamiento voluntario. Al ser estos pueblos
cazadores recolectores, tienen patrones de movilidad al interior de los límites del parque, y alcanzan ha
llegar hasta los denominados bloques petroleros.

El riesgo es aún mayor si se toma en cuenta que la zona en cuestión es parte del territorio de los tres clanes
denominados Tagaeri, Taromenane y Oñamenane que decidieron evitar todo contacto con el mundo exterior
y que todo intento de contacto o de ocupación de su territorio ha sido rechazado. Se trata de los últimos seres
libres del Ecuador, auténticos guerreros, los que viven en las denominadas “sociedades de la abundancia”,
pues producen lo mínimo suficiente para satisfacer sus necesidades.

Ya cuando se realizaron los contratos del bloque 16, se planteó con fuerza el tema de los riesgos para con el
pueblo Huaorani. Se proponía que se extremaran las condiciones para evitar ese tipo de impactos sin
embargo los resultados son dramáticos. Enfermedades, empobrecimiento, conflictos…

Los reportes de matanzas ocurridas, una en mayo del 2003 y otra posible en mayo del 2006, alertaron tanto a
la sociedad como al estado sobre los riesgos de intervenir sus territorios.

Otro de los problemas es el traslado de desechos a Shushufindi.

Una de las propuestas que parecería ser consistente en los proyectos en discusión es el sacar los desechos
para shushufindi.

En la actualidad, el cantón Shushufindi es el segundo más poblado de la provincia de Sucumbíos (detrás de


Lago Agrio), con 32.184 habitantes (un 25% de la población provincial). Cuenta con población tanto colona
como indígena.

1 El agua de mar puede llegar a tener 35.000 ppm.

2 La temperatura de esta aguas suele ser cercana al gradiente térmico promedio de la tierra, sube entre 25-
30°C cada 3-6 Km de profundidad (Elder, 1981). Que son las profundidades a las que ocurre la explotación
petrolera.
3 Informe especial de la Contraloría General del Estado, 12 de abril del 2005. Auditoría Ambiental a la
Gestión de Petroproducción en los procesos de explotación y producción de crudo, relacionados con fluidos
y lodos de perforación y aguas de formación en las provincias de Orellana y Sucumbíos.

4 la formación Tiyayacu, es conocida como una de las reservas de agua dulce más importantes del mundo

5 ibidem

6 El cálculo se hace a un promedio de 75 barriles de agua por cada 25 barriles de petróleo, cifras que se
manejan para crudos pesados y que se aplican al bloque 16, al del campo Eden Yuturi o el crudo de AGIP,
que tienen una configuración geológica parecida a la del ITT.

7 PETRÓLEO,, CONTAMINACIÓN Y MICROCONFLICTOS AMBIENTALES EN LA AMAZONÍA


Por Guillaume Fontaine2 ( gfontaine@flacso.org.ec) Comunicación al Tercer Congreso de Prospectiva
Petrolera, “Ecopetrol: un año después”, Barrancabermeja (Colombia), 30/09/2004.

8 Informe especial de la Contraloría General del Estado, 12 de abril del 2005. Auditoria Ambiental a la
Gestión de Petroproducción en los procesos de explotación y producción de crudo, relacionados con fluidos
y lodos de perforación y aguas de formación en las provincias de Orellana y Sucumbíos.

Sin embargo, luego de todas estas argumentaciones, no se ha dado marcha atrás en lo que respecta al
Proyecto ITT, según el presidente Rafael Correa y cordinadores del proyecto en si.

En lo que respecta al 2008, hasta el 2013 (año que está en curso), varios temas se han tratado en
conferencias dadas por la Dra. Ivonne Baki, Secretaria de Estado, quien durante los últimos 4 años ha
presentado informes sobre las actividades a realizarse en todos los años, además de conseguir la
recaudación de fondos para seguir con el Proyecto Yasuní ITT, ya sea a grandes empresas o gente pudiente
interesada en hacer algo productivo con su dinero, cabe recalcar que la mayoría de estos son Europeos,
como es el caso de Alemania que donó al proyecto 34.5 millones de Euros.

Y como lo dijo la Dra. Ivonne Baki el 05 de Junio del 2012 en el Hilton Colon a las 11h00 “esta Iniciativa
es por la vida, por la conservación, por dejar intacto un lugar invaluable que tenemos en el Ecuador, pero
cuyo cuidado beneficiará a todo el mundo, pues el Yasuní además de ser un pulmón para el planeta alberga
una diversidad biológica y cultural como pocos lugares en el mundo. Gracias a todas las personas que se
han sumado a este proyecto, a este sueño. Gracias a los que se van a sumar, que estamos seguros que serán
muchos, porque este proyecto es de todos nosotros”

A lo que Kakababse (fundadora de la Fundación Natura) en una entrevista realizada por Thalía Flores y
Flores de diario El Hoy, el 27 de enero del 2013, argumento que “el Yasuní terminó siendo un castillo en
el aire”.

En algunas preguntas que copio textualmente:

¿Dónde están las reservas más valiosas?

Tanto en la zona costera como en la amazónica. La combinación de los Andes y las áreas tropicales es la que
da tanta riqueza. En los bosques costeros y en los andino-amazónicos están las mayores riquezas de la
biodiversidad.

En 2011 se decía que el país pierde unas 70 mil hectáreas de bosque al año.

¿Qué pasa hoy?


No hemos mejorado porque no se ha invertido lo suficiente en la protección de los bosques en cuanto a un
ordenamiento territorial y tener un ejército de personas capacitadas para proteger el bosque, hasta que la
población entienda que esa es una riqueza de todos.

¿Cuáles son las mayores amenazas a la naturaleza en el país?

La industria maderera es una amenaza. La explotación petrolera y la explotación minera son procesos de
explotación incontroladas. Ecuador no tiene la capacidad de vigilar todo su territorio. Cada vez que se inicia
un nuevo programa de explotación petrolera o minera, hay un proceso de colonización y de deforestación
paralelos.

¿Cuál es el valor ecológico del Yasuní?

Es la zona más rica del planeta que en este momento se conoce. No hay otro lugar en el mundo que tenga
tanta riqueza de biodiversidad, y una riqueza también relacionada con un patrimonio cultural: los Huao,
Taromenaes, Huaoranis, que están allí. Los Tagaeris, poblaciones en aislamiento voluntario, que no existen
en muchas partes del mundo. Esas dos riquezas son un capital nacional de todos los ecuatorianos.

¿Qué genera más riqueza para el país: sacar el petróleo o dejarlo en el Yasuní por siempre?

Muchísimo más en términos de opciones de desarrollo para el futuro y para futuras generaciones es
mantenerlo. Sacar el petróleo nos beneficiará a nosotros y tal vez a la próxima generación. Pero de ninguna
manera a generaciones de aquí a 20 y 30 años.

No somos dueños de la naturaleza, a mi forma de verlo es al revés, el progreso no está en la destrucción


menos aún en la codicia, esta en uno mismo. Hay que tener presente que los seres vivos dependen de un
ecosistema limpio. Si tanto amor se tiene a la vida, protege tú naturaleza.

Es Vienes 22 de marzo del 2013, han pasado 5 años de toda ésta disputa y no se llega a un consenso, se
sigue expandiendo la guerra entre los Huaronis y los explotadores de petróleo que contaminan sus tierras y
la madre naturaleza, unos consiben esta explotación como progreso y otros lo ven como un acto atroz….
¿Quién tendra la razón?

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