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Universidad Central de Venezuela

Facultad de Humanidades y Educación


Escuela de Filosofía
Departamento de Lógica
Tercer semestre

Concepción de la verdad de Frege


Anteriormente estudiamos a Wittgenstein, el cual era un filósofo y lógico que
seguía la corriente de la teoría de la correspondencia de la verdad. Dicha teoría
establece que una proposición es verdadera si existe algo en el mundo con lo
que se corresponde. La teoría de la correspondencia proviene de la rama
realista de las teorías sustantivitas, las cuales consideran que el concepto de
‘’verdad’’ agrega algo. En contraposición a las teorías sustantivitas se
encuentran las teorías deflacionarias, que creen que la verdad no es una
propiedad. Para los deflacionistas la verdad de las proposiciones se expresa o
se explica a través de investigaciones o hechos de las mismas. Alfonso García
Suárez lo ejemplifica de la siguiente manera: ‘’La verdad de la proposición la
nieve es blanca se explica en términos de las propiedades moleculares de la
nieve y la verdad de la proposición de que Madrid se convirtió en la capital de
España se explica en términos de la historia de la España de los Austrias” 1, esto
quiere decir que las proposiciones son verdad o no independientemente de que
se les atribuya la propiedad de verdad, su verdad depende de los hechos que la
hacen verdad.
Frege, matemático, lógico y filósofo, comparte el pensamiento de los
deflacionistas, ya que critica el predicado ‘’verdadero’’ puesto que este no
agrega nada al pensamiento y si es puesto en una oración, es redundante. Por
ejemplo, es lo mismo decir ‘’es verdad que la nieve es blanca’’ que decir ‘’la
nieve es blanca”. En Estudios sobre semántica el autor critica la inclinación de la
época a admitir como existente sólo a lo sensible y a pasar por alto a lo que no
puede percibirse por los sentidos.2 Los objetos que no pueden percibirse por los
sentidos, es decir, los objetos no-sensibles son propios de la matemática y la
aritmética, los números por ejemplo. ¿Cómo concebirían los de la época a los
números si estos son objetos no-sensibles? Pues tomando a los signos
numéricos como los números en sí. El autor nos indica que la forma en la que se
logra tomar a los signos como el numero en si es inventando propiedades a los
signos mediante definiciones. La crítica de Frege a esta forma de pensar se da

1 García, A., Modos de significar, p. 294


2 Frege, G., Estudios sobre semántica, p. 142
porque si de verdad lo existente fuera únicamente lo sensible, el único objeto de
estudio tendría que ser lo sensible. En el caso de los números, si estos fueran
algo sensible, lo único que debería estudiarse son los signos, ya que son los
únicos que nuestros sentidos perciben, pero esto implicaría un problema. Si
escribiéramos el mismo número dos veces, aunque se tratara del mismo
numeral, serian dos objetos de estudio distintos porque serian percibidos de
distinta manera, ya que los trazos cambian.
Otro de los problemas que Frege encuentra en la forma de pensar de la
época es el poder de creación que le otorgan a la definición. Como dijimos
antes, la forma en la que un objeto no-sensible, como los números, pueden ser
considerados como objetos sensibles, que pueden ser percibidos por los
sentidos, es mediante la definición, ya que se le otorgan propiedades a los
signos, que permiten que puedan ser considerados como números en sí. Si se
concibe a la definición de esta manera, entonces podríamos ser capaces de
crearlo todo. Frege dice: “Del mismo modo podría hacerse, por simple definición,
de un escolar perezoso uno aplicado.”3 Claro, si tomamos la palabra “perezoso”
y le damos las propiedades de lo que consideramos como “aplicado” y la
definimos así, creamos a una personas aplicada. Frege nos dice que no es
posible atribuir a una cosa mágicamente, por simple definición, una propiedad
que no tenga ya antes. 4 La definición lo que hace en realidad es delimitar a
algún objeto, indicando las propiedades necesarias, para que caiga bajo
determinado concepto. A esas propiedades, Frege, las llama características del
concepto. Es por esto que esas propiedades no son propiedades del concepto,
son solo pautas para que un objeto caiga bajo tal o cual concepto.
La razón que el autor le da al desplazamiento de la importancia de lo no-
sensorial para abrirle espacio a lo perceptible es el papel que la psicología tenía
en la lógica del momento. La lógica psicologista pretende considerar las
imágenes subjetivas de los objetos en vez de los objetos mismos. Las leyes

3 Ibíd., p. 144
4 Ibídem
lógicas deben ser las pautas para alcanzar la verdad. 5 Así como la estética es la
que se encarga del estudio de lo bello, la lógica se encarga del estudio de la
verdad, por eso mismo es que se encarga de establecer unas leyes para lograr
llegar a la verdad. Ahora, las leyes se entienden de dos maneras, como
descriptivas o como prescriptivas. Las primeras afirman lo que es, se tratan del
ser, mientras que las segundas indican lo que debería ser. Las leyes
descriptivas, es decir, que describen el pensamiento son la psicología, mientras
que las leyes que prescriben, es decir, que indican cómo debería ser el
pensamiento, pertenecen a la lógica, Frege las llama también, leyes del
pensamiento. Las leyes lógicas o del pensamiento valen para las leyes
geométricas y físicas, sin embargo son tomadas erróneamente como leyes que
rigen el pensamiento del mismo como “que las leyes naturales los sucesos del
mundo exterior.”6 Si tomamos a las leyes del pensamiento de esta manera poco
acertada, serian leyes que determinarían lo que en promedio los hombres toman
por verdadero, es decir, “… si uno quiere concordar con el promedio, debe
seguir estas leyes.” 7 Son leyes que indican como las personas deben pensar
para poder pensar como la mayoría. Lo tenido por verdadero es algo subjetivo,
ya que depende de las representaciones que los individuos tienen de los
objetos. Nuestras representaciones son tomadas por nosotros como algo
verdadero, pero no quiere decir que sea lo-verdadero. Lo verdadero, por otro
lado, es lo objetivo, para Frege, lo verdadero no depende del sujeto. La visión
del autor sobre lo verdadero es de tendencia platónica, ya que se concibe un
mundo de las ideas, donde se encuentran todas las verdades absolutas, las
cuales no se encuentran en el espacio ni tiempo.
Para los lógicos psicologistas las leyes lógicas no están abiertas a cambios de
ningún tipo y no conciben la existencia de algún modo de pensar distinto al
nuestro que conciba leyes lógicas distintas a las nuestras. Existe una distinción
entre enunciado y pensamiento, que ayudan a demostrar que lo tomado por

5 Ibíd., p. 145
6 Ibíd., p. 146
7 ibídem
verdadero es relativo. Si tomamos un enunciado cualquiera, el autor utiliza “yo
estoy hambriento.”8, puede ser para unos falsos y para otros verdadero, como
enunciado, pero el pensamiento no puede ser falso para unos y verdadero para
otros. Ese enunciado emitido por otra persona expresa un pensamiento distinto
al pensamiento que otras personas tiene sobre ese mismo enunciado.
El problema que Frege encuentra en la concepción de lo verdadero de los
psicologistas como tanto lo real como lo no-real como subjetivo es que la
discusión sobre los objetos no tendría sentido porque nadie tendría la razón. Por
ejemplo, si una persona tiene una representación de la luna como que es grande
y amarilla, mientras que otro tiene una representación totalmente distinta, no
podría decirse que uno tenga o no la razón. Tampoco cabría la posibilidad de
enseñanza porque no habría una comunidad de objeto. El autor afirma que: “Si
bien hay representaciones del uno en las mentes individuales, estas deben ser
distinguidas del uno, al igual que las representaciones de la Luna deben ser
distinguidas de las Luna misma.”9 Con lo que entonces podemos decir que para
tener un conocimiento de lo verdadero hay que poder separar la representación
de la cosa misma, algo que parece ser, los psicologistas no logran.
Otras de las debilidades que Frege le encuentra al pensamiento de los lógicos
psicologistas son los usos que se le dan a la palabra “representación”. Por un
lado se relaciona con la vida mental del individuo, por el otro lado parece
referirse a algo que se presenta a muchas personas de la misma forma. Lo que
sucede es que las representaciones de cada persona son totalmente distintas.
En conclusión, podemos decir que la visión psicologista de las leyes lógicas
no permite, según Frege, llegar a conocer lo verdadero, pues lo que es
verdadero para ellos son las representaciones, no logran percibir entre el objeto
mismo y su representación.

8 Ibid., p. 149
9 Ibid., p. 151

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