El neoclasicismo es un estilo arquitectónico pero también se desarrolló en la pintura y la
escultura. Apareció en la primera mitad del siglo XVlll en Francia en el contexto de la Ilustración y en pocos años se expandió por todo el continente europeo. Su irrupción como movimiento supuso una respuesta contraria al barroco y al rococó del siglo anterior.
El eje fundamental de este estilo es la recuperación de los valores estéticos de la cultura
clásica grecorromana, especialmente la idea de sencillez, de simetría y de belleza.
Las edificaciones del neoclasicismo europeo nos recuerdan al mundo clásico
Los arquitectos del neoclasicismo se inspiraron en las principales construcciones del mundo clásico. Así, la Puerta de Brandeburgo ubicada en Berlín y construida entre 1788 y 1791 fue inspirada en el Pórtico de la Acrópolis de Atenas (la semejanza entre ambas edificaciones se aprecia en los capiteles de estilo corintio y en la robustez de las columnas). La Iglesia de la gran Madre de Dios en Turín construida entre 1814 y 1831 se basó en el Panteón de Agripa de la ciudad de Roma ( en las dos estructuras los capitales de las columnas son de estilo corintio y la planta de la edificación es redondeada tanto como en una como en otra ). La Catedral de Pamplona se empezó a construir en el siglo XlV pero su fachada se reconstruyó en 1784 con criterios neoclásicos. En América Latina El neoclasicismo también llegó a América Latina y la Catedral de Toluca en México es un buen ejemplo de ello. Construida entre 1867 y 1918, en su fachada hay elementos característicos de la arquitectura grecorromana (por ejemplo, la doble planta y los pares de columnas). La Catedral Metropolitana de Buenos Aires fue construida originariamente en el siglo XVll pero en el siglo XlX se añadieron doce columnas acanaladas de estilo corintio y esculturas con relieve en el tímpano.