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Universidad Yacambú

Decanato de extensión, cultura y deportes

Centro de educación y desarrollo

Cabudare, estado Lara

Técnicas
psicológicas

Tania Sánchez

Exp: PEDPC-171-00025S

Octubre de 2017
Técnicas del psicoanálisis

Clarificación

Es la traducción (sin metabolización) de los contenidos del paciente integrando elementos


conscientes y preconscientes, sin apelar a lo inconsciente ni al manejo de la transferencia. En
general, se utiliza al inicio del psicoanálisis individual o durante más tiempo en una terapia de
pareja que facilita y recrea una comunicación.

Análisis de sueños

Técnica analítica clásica donde el terapeuta guía al paciente para que recuerde sus sueños a fin de
luego analizarlos

Asociación libre: La libre asociación implica que hablar de lo que viene a la mente, sin censurar o
editar el flujo de recuerdos / ideas. El terapeuta anima a hablar libremente a su paciente para
ayudar a que regrese a un estado emocional anterior para que puedan entender mejor los
patrones recurrentes de conflicto que pueda estar experimentando

Terapia de apoyo: pretende suprimir la ansiedad y otros síntomas para volver al estado anterior a
la crisis, que se supone era mejor. En ella se sugieren comportamientos nuevos para modificar
pautas de conducta y establecer un vínculo terapéutico reasegurador o protector que desempeñe
un rol correctivo. La estrategia fundamental es de tipo sugestivo-directivo. En la clarificación se
explora con el paciente la información que nos ha dado y los elementos que son contradictorios.
La confrontación se utiliza para mostrar al paciente alguna situación que niega o esconde porque
le resulta conflictiva o dolorosa.

Las técnicas del psicoanálisis pueden ser utilizadas para diversos problemas, entre ellos: ansiedad,
soledad, estrés, traumas, depresión, duelo, confusión, baja autoestima, traumas de infancia
(abandono, enfermedades crónicas, negligencia, abuso emocional y físico, exposición a violencia
doméstica), problemas matrimoniales, fobias, psicosis.

Técnicas humanistas

Intención paradójica

Viktor Frankl llamó “intención paradójica” a una técnica consistente en hacer que el cliente
intensifique sus síntomas en contextos nuevos, promoviendo que el síntoma pierda su
funcionalidad. Dicho de otro modo, se pretende que el cliente provoque intencionadamente
aquello que teme, de modo que se genera una contradicción lógica, muchas veces humorística. La
intención paradójica acaba con la ansiedad anticipatoria que refuerza el síntoma (síntomas
fóbicos, obsesivos, insomnio, tics nerviosos, algunos casos de tartamudeo, etc...)

En la actualidad la intención paradójica se considera una técnica eficaz para manejar distintos
problemas, por ejemplo el insomnio de conciliación. Funciona porque, cuando la persona pasa a
desear que ocurra un suceso que normalmente le provoca ansiedad u otras emociones negativas,
tales consecuencias asociadas no se producen.

Terapia Gestalt

En terapia gestáltica se trabaja básicamente con tres técnicas.

1) Técnicas Supresivas.

2) Técnicas Expresivas

3) Técnicas Integrativas.

1) Técnicas Supresivas: buscan suprimir los intentos de evasión del aquí y ahora del paciente,
hacerlo experimentar lo oculto que no desea afrontar.

Las principales supresivas son:

- Experimentar la nada, intentando que el vacío estéril se convierta en vacío fértil, que
pueda integrar el sentimiento de vacío.

- Evitar “hablar acerca de”, como forma de escape, debe sustituirse por vivenciar.

- Detectar los “deberías, son otra forma de evitar ver lo que se “es”.

- Detectar las formas de manipulación y los juegos de roles “como si”, que se desempeñan
en terapia.

Es mejor vivenciarlos que suprimirlos. Constituyen formas de manipular, las preguntas, las
respuestas, pedir permiso, y las demandas.

2) Técnicas Expresivas: se busca que el sujeto exteriorice lo interno. Los elementos buscados son:
expresar lo no expresado, terminar o complementar la expresión, buscar la dirección y hacer la
expresión directa.

- Expresar lo no expresado:

Maximizando la expresión, dando un contexto no estructurado al sujeto, para que se enfrente a sí


mismo y asuma la responsabilidad. Permite trabajar con inducciones imaginarias de situaciones
desconocidas, para que afloren los temores y situaciones inacabadas.

Pedir al sujeto que exprese lo que siente.

- Terminar o completar la expresión:


Busca detectar situaciones inconclusas. Una de las técnicas más usada es la de la “silla vacía”,
consiste en un juego de roles, donde el sujeto trabaja imaginariamente sus problemas con otros.
También se pueden usar las inducciones imaginarias para reconstruir situaciones, y revivirlas de
manera sana, experimentando todo lo que se evitó la primera vez.

- Buscar la dirección y hacer la expresión directa:

- Repetición- se trata que el sujeto se percate de alguna acción o frase que pudiera resultar
importante. Ejemplo: repite esa frase nuevamente, haz de nuevo ese gesto, etc.

-Exageración y desarrollo- es más que la repetición, hacer que el sujeto ponga énfasis en lo que
hace, cargándolo emocionalmente.

- Traducir- es llevar al plano verbal, alguna conducta no verbal, o sea expresar con palabras lo que
se hace.

- Actuación e identificación- es lo opuesto a traducir, el sujeto debe actuar sus sentimientos y


emociones, llevarlas a la práctica para identificarse con ellas, e integrarlas a su personalidad.

3) Técnicas Integrativas: pretenden que el sujeto incorpore o reintegre a su personalidad, las


partes alienadas. Las técnicas supresivas u expresivas, son de algún modo integrativas, pero en
esta se hace mayor énfasis en la incorporación de la experiencia.

- El encuentro intrapersonal- el sujeto debe mantener un diálogo con diversas partes de su ser. Por
ejemplo entre el “yo debería” y el “yo quiero”.

- Asimilación de proyecciones- intenta que el sujeto reconozca las proyecciones que emite como
propias. Se le puede pedir que viva lo proyectado como suyo.

Silla vacía

Esta técnica es parte de la psicoterapia Gestalt y trata de reproducir un encuentro con una
situación o persona con el fin de dialogar con ella y contactar emocionalmente con el suceso,
pudiendo aceptar la situación y darle una conclusión.

En primer lugar, en una fase preparatoria, se realiza la confrontación física del paciente con la silla
vacía. Es decir, se posiciona la silla vacía delante del individuo (si bien en ocasiones se coloca
orientada diagonalmente de modo que no se vea una oposición a la persona o situación
imaginada).

A continuación se indica al paciente que proyecte imaginariamente en la silla a la persona,


situación o sentimiento o parte de la personalidad con la cual se va a producir el diálogo.

En una tercera fase, se invita al paciente a que describa la proyección realizada, con el fin de
fortalecer la imagen imaginaria que se ha representado. Se ha de mencionar tanto lo positivo
como negativo, tanto de la persona como de la situación o sus efectos.
En el caso de un deceso o una separación, resulta útil rememorar la relación que había antes del
suceso y qué ocurrió antes, mientras que en sentimientos, traumas o facetas inaceptables del
propio yo es útil buscar el momento en el que éste apareció o cuando se convirtió en un
problema. Es probable que en este contexto surja la revelación de lo que quedó pendiente o las
sensaciones que producen las situaciones en cuestión, haciendo conscientes elementos
bloqueados.

Iniciando el diálogo:

Posteriormente, en la fase de expresión verbal, el paciente inicia el diálogo en voz alta con la
proyección, intentando ser sincero y dejando ver aquellos detalles que el paciente no se atreve o
no ha podido dejar ver en su vida cotidiana o ante la persona en cuestión, cómo ha vivido el
paciente la situación y por qué ha sido así. El terapeuta ha de vigilar el diálogo y redirigirlo con el
fin de que no se produzcan desviaciones que empeoren la situación, sin coartar por ello el flujo de
pensamiento del individuo.

Si bien en algunas variantes de la técnica no se aplica, resulta útil hacer que el paciente
intercambie su silla con la de la proyección, poniéndose en el lugar del otro de manera que se
facilite la expresión emocional. Este intercambio va a darse tantas veces como se considere
necesario siempre y cuando la transición sea necesaria y coherente con el problema a abordar.

Por último, se señala y se ayuda a reflexionar al paciente las sensaciones que va mostrando, de
manera que el sujeto sea capaz de identificar y darse cuenta de sus reacciones emocionales, cómo
le ha afectado el suceso y cómo afecta eso a su vida.

Para finalizar la técnica el terapeuta indica al paciente que cierre los ojos y se imagine la
proyección entrando de nuevo dentro de él, para posteriormente ir eliminando todas las imágenes
creadas mientras vuelve a prestar atención solo al contexto real en la consulta

Su uso es muy frecuente en casos parecidos al que se muestra en el ejemplo, como forma de hacer
frente a pérdidas traumáticas, o en el proceso de elaboración del duelo. Asimismo, resulta una
técnica válida para afrontar situaciones traumáticas, que pueden o no cursar con TEPT y/o
trastornos disociativos, tales como violaciones, divorcios o síndrome del superviviente.

Psicodrama

Espejo: Otra perspectiva sí o sí.

Es una técnica del psicodrama que consiste en que uno o más yo auxiliares representan la escena
completa (los diálogos, las reflexiones, la acción, las posturas, el tono…) para que el protagonista
la vea desde fuera y pueda ver algo más, tomar conciencia de lo que está haciendo y diciendo.

Otra opción es representar solo un detalle de la escena, un gesto, un tono de voz, una escultura
que ha moldeado el protagonista.
El protagonista puede hacer el doblaje del espejo: doblar a los personajes que participan en la
escena, incluido al yo auxiliar que le está representando a él mismo. También puede moldear
libremente la escena, realizar con ella una escultura, dirigirse a los personajes y hablarles desde
esta nueva posición de afuera.

Ayudará al protagonista a salir de un bloqueo en la representación, a vencer la resistencia, o a


involucrarse más en la dramatización si no lo estaba haciendo suficientemente. A veces puede
convenir que el director pida a los yo auxiliares que al realizar el espejo exageren la
representación.

La técnica del espejo es útil incluso tratándose de niños pequeños. Les puede ayudar a
comprender su modo de ser sin palabras ni confrontaciones verbales.

Las aplicaciones terapéuticas del psicodrama dependen más de las destrezas y experiencias del
director que de la técnica en sí, ya que se ha comprobado su utilidad para tratar diversas
patologías, como depresiones, trastornos de ansiedad, trastornos obsesivo-compulsivos o fobias
sociales entre otras; además de para ayudar a superar el duelo, mejorar la autoestima y la
motivación, y para cambiar hábitos inadecuados.

Soliloquio

En el soliloquio se trata de dar volumen a los sentimientos y pensamientos del protagonista, al


instruir a éste a hablar en voz alta de sus ideas, sensaciones y emociones. Al mismo tiempo se
debe instruir a los demás participantes de la dramatización de que ellos no oyen el soliloquio de
aquél.

El Director puede utilizar el soliloquio cuando percibe la discordancia o contradicción entre la


comunicación analógica (no verbal) y la comunicación digital (verbal). En estos casos la
introducción de esta técnica permite que el protagonista pueda expresar lo “oculto” que genera
tal contradicción, al tiempo que posibilita que el resto del grupo sea testigo objetivador del
conflicto.

También es de gran utilidad como complemento de la técnica de imágenes reales y simbólicas en


las que el protagonista verbaliza desde la forma que construyó, lo que siente y piensa.

Técnicas cognitivo-conductuales

Relajación progresiva de Jacobson

La Relajación progresiva es un método de carácter fisiológico, está orientado hacia el reposo,


siendo especialmente útil en los trastornos en los que es necesario un reposo muscular intenso.

El entrenamiento en relajación progresiva favorece una relajación profunda sin apenas esfuerzo,
permitiendo establecer un control voluntario de la tensión distensión que llega más allá del logro
de la relajación en un momento dado.
Ejercicios de tensión-relajación

1. Mano y antebrazo dominantes: cierra el puño y apriétalo fuerte. Siente cómo tu mano, tus
dedos y tu antebrazo se tensan. Mantén la tensión un momento y luego abre la mano poco a poco
mientras sueltas la tensión.

2. Bíceps dominante: empuja el codo contra el brazo del sillón y siente la tensión en el músculo.
Mantenla durante unos segundos y comienza a aflojarlo suavemente. Concéntrate en la diferencia
de sensaciones.

3. Mano y antebrazo no dominantes: (igual que con la mano y antebrazo dominantes).

4. Bíceps no dominante: (igual que con el bíceps dominante).

5. Frente: arruga la frente subiéndola hacia arriba (subiendo las cejas). Nota la tensión sobre el
puente de la nariz y alrededor de cada ceja. Mantén la tensión unos segundos y comienza a relajar
muy despacio, tomando conciencia de estas zonas que antes estaban tensas. Tómate un momento
para disfrutar de la sensación de relajación.

6. Parte superior de las mejillas y nariz: arruga la nariz y siente la tensión en las mejillas, en el
puente y en los orificios de la nariz. Ve relajando gradualmente dejando que la tensión
desaparezca poco a poco.

7. Parte superior de las mejillas y mandíbula: aprieta los dientes y las muelas como si estuvieras
mordiendo algo con mucha fuerza y siente la tensión de los músculos que están a los lados de la
cara y en las sienes. Relaja poco a poco. Ahora adopta una sonrisa forzada, estira los labios y nota
cómo se tensan las mejillas. A continuación relaja la zona lentamente.

8. Cuello: empuja la barbilla hacia abajo, como si quisieras tocar el pecho con ella. Aprieta y tensa
el cuello y después ve relajando poco a poco mientras notas la sensación.

9. Pecho, hombros y espalda: haz una inspiración profunda y mantenla al mismo tiempo que echas
los hombros hacia atrás (como intentando que los omóplatos se junten). Siente la tensión en el
pecho, en los hombros y en la parte superior de la espalda. A continuación, comienza a relajar
despacio.

A partir de este momento, es importante mantener un ritmo pausado y regular de respiración.

10. Abdomen: inspira profundamente y tensa el estómago, poniéndolo tan duro como puedas.
Imagina que te estás preparando para recibir un golpe. Ahora espira y deja que los músculos se
vayan relajando para liberarse de la tensión.

11. Parte superior de la pierna y muslo dominantes: inspira profundamente y pon el músculo largo
de encima de la pierna en contraposición con los de la parte de atrás. Intenta levantarte del
asiento pero sin llegar a conseguirlo. Mantén la tensión unos segundos y relaja progresivamente.
12. Pantorrilla dominante: inspira profundamente y haz que los dedos del pie miren hacia arriba.
Debes sentir la tensión y después haz volver el pie a su posición original mientras espiras y dejas
escapar la tensión.

13. Pie dominante: inspira y estira la punta del pie, girándolo hacia dentro y curvando al mismo
tiempo los dedos, pero no tenses demasiado, ya que te podrías hacer daño. A continuación relaja
los músculos y nota la ausencia de tensión.

14. Parte superior de la pierna y muslo no dominantes: (igual que con los dominantes).

15. Pantorrilla no dominante: (igual q con la dominante).

16. Pie no dominante: (igual que con el dominante).

A medida que vamos relajando músculos, hemos de mantener ese estado de relajación. Es muy
importante que esos músculos sobre los que ya hemos trabajado no vuelvan a tensarse. El
objetivo es que podamos mantener los músculos relajados sin necesidad de tensarlos
previamente, sino evocando mentalmente las sensaciones que antes hemos experimentado.

Cuando acabemos los ejercicios permanecemos un par de minutos disfrutando del estado de
relajación completa, centrando nuestra atención en las sensaciones agradables y placenteras.

Es útil para el tratamiento de diversas patologías como insomnio, depresión, adicciones, anorexia,
tics, tartamudez asociada a ansiedad.

Desensibilización sistemática

Con la desensibilización sistemática una persona puede aprender a enfrentarse a objetos y a


situaciones que le son particularmente amenazadoras, exponiéndose de forma real o imaginaria a
los estímulos que producen una respuesta ansiógena. Se trata de aprender a relajarse mientras se
imaginan escenas que, progresivamente, van provocando mayor ansiedad. “La repetida
presentación del estímulo hace que éste pierda progresivamente su capacidad de evocar ansiedad
y en consecuencia malestar físico, emocional o cognitivo” La técnica es muy efectiva para combatir
fobias clásicas, miedos crónicos, algunas reacciones de ansiedad interpersonal…

Es fundamental exponerse de forma real o imaginaria a los estímulos que producen emociones
ansiógenas y cuantas más veces mejor. Se trata de no evitar nunca, de enfrentarse pero armado
de unos recursos que antes no se tenían pero que se pueden aprender. Por eso es muy importante
repetir, repetir y repetir. Llevando a cabo acercamientos sistemáticos y progresivos (despacio pero
sin pausa, poco a poco hasta que vaya perdiendo fuerza el elemento ansiógeno) los cuales serán
reforzados puntualmente, de modo que la respuesta pierda poder ante dicha situación.

Podemos hacerlo repasando con la imaginación la exposición al estímulo que genera ansiedad (por
ej. cómo responder ante una situación o pensamiento ante los que sentimos descontrolar o con
gran malestar psicológico o fisiológico) y tras dominar la situación con la imaginación (viéndonos
por ej. a nosotros mismos respondiendo controladamente y de una forma mucho más positiva y
adaptativa) pasar posteriormente a practicar con la exposición directa. Se trata de deshacer
condicionamientos que provocan ansiedad y aprender otros más positivos y adaptativos. Esto sirve
para cualquier situación que pueda provocarnos ansiedad.

Los pasos son:

Relajar los músculos a voluntad (Relajación diferencial o progresiva).

Hacer una lista con todos los temores o situaciones ansiógenas.

Construir una jerarquía de escenas ansiógenas de menor a mayor intensidad de ansiedad.

Avanzar, a través de la imaginación o mediante enfrentamiento, con las situaciones temidas de la


jerarquía. Es importante que se practique la visualización para que la situación se viva como muy
real. No se pasará a una nueva situación ansiógena hasta no haber logrado que la anterior
situación de la jerarquía quede totalmente resuelta en cuanto a la ansiedad vivida.

Terapia implosiva

Es una técnica de modificación de la conducta. Aquí el terapeuta somete al sujeto directamente al


estímulo condicionado que produce muy fuerte ansiedad (es decir, le presenta la situación
ansiógena) para que lo afronte sin posible escape; el terapeuta debe preparar la situación
terapéutica para que no aparezca el reforzamiento primario o las consecuencias aversivas
acompañando al estímulo condicionado; normalmente esto lo hace enseñándole antes al sujeto
alguna técnica de relajación para que cuando se le presente el estímulo ansiógeneo fuerte el
sujeto pueda responder con una reacción de relajación. De este modo se conseguirá la extinción
de la respuesta condicionada de ansiedad.

Se usa para tratar ansiedad, fobias, ataques de pánico, etc.

Modelado

Es una técnica terapéutica en la cual el individuo aprende comportamientos nuevos observando e


imitando el comportamiento de otras personas, denominados "modelos". El modelado es muy útil
en aquellos casos en los que la conducta que el individuo requiere aprender no se encuentra en su
repertorio de habilidades. Esta técnica es de uso extendido en la práctica clínica, tanto para
eliminar miedos como para aprender nuevas formas de comportarse.

Condicionamiento encubierto

El condicionamiento encubierto (CE) es un modelo teórico que hace referencia a un conjunto de


técnicas que utiliza la imaginación y que pretenden alterar la frecuencia de la respuesta de un
individuo a través de la manipulación de sus consecuencias

El procedimiento general de aplicación incluye 4 fases:

Educativa.
Entrenamiento.

Aplicación.

Consolidación y generalización.

Fase educativa o de presentación de las técnicas encubiertas y justificación razonada del uso de la
técnica.

El terapéuta explica la forma en la que se mantiene y se cambia una conducta mediante las
técnicas encubiertas. Incluimos 4 puntos:

Explicar la influencia de los pensamientos, imágenes y los sentimientos sobre la conducta.

Tras haber hecho comprender la influencia del ambiente en el control de la conducta, el terapéuta
plantea y demuestra la posibilidad de cambiar el comportamiento a través del aprendizaje.

Comentar el funcionamiento de la terapia que consiste en imaginar conductas, acciones suyas o de


otras personas, y las consecuencias que se derivan de ellas.

Destacar la importancia de la imaginación y de la participación activa del paciente durante la


presentación de las imágenes mentales. Es decir, que el paciente sienta que está viviendo
realmente la situación, no sólo que se la imagine.

Entrenamiento o evaluación de la capacidad imaginativa y entrenamiento en imaginación.

En esta fase el terapeuta evalúa la capacidad de imaginar del paciente. Para evaluar la claridad y
emotividad de las imágenes mentales, se realiza de modo similar al proceso de aplicación de la DS.
Existen diferentes apartados:

Pide al paciente que se siente, se acomode y cierre los ojos.

Dice al paciente que imagine con toda la nitidez posible la situación que le va a describir. Le
recuerda que debe intentar mantenerse de lleno en la escena, como si realmente lo estuviera
viviendo y no como un espectador pasivo.

Indica al paciente que cuando haya conseguido imaginar claramente la escena levante un dedo de
la mano.

El terapeuta describe una escena relacionada con el problema del paciente. Pueden ocurrir 2
cosas:

Que el paciente no tenga ningún inconveniente con esta presentación mental, que la imagen se
produzca con facilidad, sea clara y le provoque la emoción correspondiente. Aquí el terapeuta le
dirá que lo repita el sólo, que vuelva a imaginar la escena.
Que el paciente muestre alguna dificultad a la hora de imaginar la escena mental. Clases de
dificultades: que el paciente no sea capaz de meterse en esa situación, que requiera más tiempo
para que pueda imaginar, que sea capaz de verla pero no de sentirla, etc. Según el motivo, el
terapéuta debe hacer hincapié en unos aspectos u otros, para mejorar la situación previa de
dificultad.

Fase de aplicación o decisiones de entrenamiento y aplicación.

El terapéuta establece las pautas de comunicación entre ambos a lo largo de las sesiones. Esta
comunicación se establece de antemano. A nivel verbal la palabra "cambio" indica que se pasa de
una imagen mental a otra; la palabra "basta" termina la representación de una determinada
secuencia. A nivel gestual, levantar el dedo es indicativo de que el paciente ya ha visto lo que se le
pide.

Se comienza con la aplicación de la técnica. El terapeuta es quien realiza la técnica en un primer


momento y, a continuación, entrena al paciente para que realice la secuencia sólo. Generalmente
se suelen realizar unos 20 ensayos en cada sesión. El terapeuta repite 10 veces la secuencia y el
paciente realiza otras 10 a nivel encubierto tras cada secuencia realizada por el terapéuta.

Para garantizar que la aplicación es efectiva, el terapeuta va explorando la calidad de la


imaginación, la nitidez, la respuesta emocional, etcétera.

Fase de consolidación y generalización o de tareas para casa entre sesiones.

El terapéuta prepara al paciente para que la técnica se convierta en un método de autocontrol y


así maneje eficazmente su conducta. Para ello pide al paciente que primero practique en su casa
las escenas descritas en la sesión. Segundo, que practique los ejercicios entre 10 y 20 veces en 2
momentos del día para afianzar los logros adquiridos y así mantener la conducta adaptada. Y
tercero, para evitar que se produzca un efecto de habituación, se le indica al paciente que durante
las escenas introduzca pequeñas modificaciones.

Es útil para tratar agorafobia, alcoholismo, tabaquismo, trastorno de identidad sexual.

Técnicas aversivas

La terapia aversiva consiste operacionalmente en administrar un estímulo aversivo para inhibir


una respuesta emocional indeseable, con lo cual se hace disminuir su fuerza de hábito. Por
ejemplo, puede emplearse un estímulo doloroso para inhibir la excitación sexual que produce un
objeto fetiche. La aversión se utiliza ampliamente en el tratamiento de las obsesiones,
compulsiones, fetichismo y hábitos de atracción hacia personas u objetos inadecuados,
comportamientos autolesivos, alcoholismo y tabaquismo.

Entrenamiento en habilidades sociales

Un EHS (Entrenamiento en Habilidades Sociales) es un procedimiento de intervención que integra


un conjunto de técnicas derivadas de las teorías de aprendizaje social, de la psicología social, de la
terapia de conducta y de la modificación de conducta, y que se aplica para que las personas
adquieran habilidades que les permitan mantener interacciones más satisfactorias en las
diferentes áreas sociales de su vida. Se usa en casos de tartamudez, esquizofrenia, depresión,
disfunciones sexuales, tabaquismo, alcoholismo, anorexia.

El entrenamiento en habilidades sociales consistiría en un paquete de tratamiento en donde se


trabajarían:

- Estrategias a entrenar: instrucciones, modelado, ensayo de conducta…

- Reducción de la ansiedad (desensibilización sistemática): se suele conseguir de forma


indirecta siendo la conducta aprendida una conducta incompatible con la respuesta de ansiedad
(Ej. relajación).

- Reestructuración cognitiva.

- Entrenamiento en solución de problemas

Técnicas de autocontrol

Su aplicación es útil en casos con problemas de alimentación, ludopatía, tabaquismo…

Fases:

1. Autoobservación: Para poder intervenir sobre una conducta, lo primero que se debe hacer es
detectarla, darse cuenta de su ocurrencia. El terapeuta tendrá que enseñar procedimientos de
registro. Al respecto hay que saber que Ollendick y Hersen han demostrado que los niños pueden
hacer registros con bastante fiabilidad (comparándolos con los de sus padres y profesores). Así,
pediremos a la persona que sea ella quien registre la conducta (por ej, lo que tarda en vestirse, el
número de veces que llora, el número de cigarrillos que se fuma, la cantidad y el tipo de comidas
que realiza…).

Sabemos que el hecho de registrar conductas afecta ya a éstas y que es fácil que se reduzcan las
conductas problemas por el simple hecho de ir registrándolas y viéndolas en gráficos.

El auto-registro favorece la auto-observación y el auto-refuerzo, por lo que su mero


entrenamiento mejora el conocimiento de uno mismo y el autocontrol.

Establecimiento de objetivos: El paciente habrá de decidir qué nivel de control quiere alcanzar
sobre la conducta problema (por ej, dejar de fumar completamente o sólo reducir el número de
cigarros.

3. Entrenamiento en técnicas concretas y establecimiento de criterios de ejecución: Considerando


los datos de autoobservación y los objetivos se decide qué técnicas concretas se entrenarán; y se
establecen las reglas de conducta que guiarán el entrenamiento.
4. Aplicación de las técnicas en contexto real: Se pone en práctica en la vida real lo aprendido.
Aquí se seguirá el siguiente orden: (1) Autoobservación; (2) Aplicación de la técnica; (3)
Autoevaluación; (4) Autorrefuerzo o Autocastigo; (5) Autocorrección.

5. Revisión de las aplicaciones con el terapeuta: Una vez afrontadas las situaciones reales, en las
sesiones de terapia se revisarán las aplicaciones concretas, se analizarán las dificultades y se
buscará su solución.

Reestructuración cognitiva: es un proceso terapéutico que se basa en la identificación y


confrontación de los pensamientos negativos e irracionales que nos asaltan ante determinadas
circunstancias. Es provechoso usarla en casos de depresión, ansiedad, trastornos de personalidad,
problemas de parejas y familiares, conducta suicida, disfunciones sexuales, impulsividad,
agresividad, etc.

Pasos:

1. Registrar los pensamientos irracionales


2. 2. Analizar la veracidad de los pensamientos irracionales
3. 3. Analizar la utilidad del pensamiento
4. 4. Analizar la trascendencia del pensamiento
5. 5. Hacer experimentos conductuales
6. 6. Encontrar pensamientos alternativos

Detención del pensamiento:

La Detención del Pensamiento es una Técnica de la Terapia de Conducta en la que se instruye al


paciente a que relate en voz alta un pensamiento que le causa ansiedad. Nada más comenzar, el
terapeuta da un golpe sobre la mesa gritando ¡ALTO¡, de modo que el paciente aprenda por sí
mismo a detener pensamientos generadores de ansiedad. De este modo se cambian los
pensamientos irracionales por otros racionales.

Realización de actividades gratificantes

Actividades que produzcan efectos placenteros o de aumento del estado de ánimo a las personas.
Son de carácter personal. Los programas que se componen de un aumento de estas persiguen
una mejora del estado de ánimo y un aumento de la actividad general llevada a cabo por el
paciente.

Biblioterapia: consiste en la lectura de materiales escritos para ayudar al cliente a modificar sus
pensamientos, sentimientos y conductas. Refuerza los contenidos de las sesiones terapéuticas.

Análisis de costes beneficios: es una técnica de la terapia cognitiva en la que se le pide al paciente
que haga un listado de las ventajas y desventajas de sus pensamientos negativos, sus creencias
contraproducentes, sus sentimientos negativos, sus hábitos inadecuados y sus problemas en las
relaciones interpersonales. Una variante del método es el Análisis de Costes- Beneficios
Paradójico, en el que sólo se enumeran las ventajas.

Árbol de autoestima: La persona dibuja un árbol grande; en las ramas va colocando los logros y
éxitos de su vida; en el tallo su nombre y en la raíz las cualidades que se posee.

Imágenes humorísticas: Se instruye al paciente a que cuando experimente sentimientos negativos


visualice imágenes humorísticas y/o absurdas asociadas a ellos, de modo que pueda comprobar lo
absurdo de los miedos o preocupaciones experimentadas. Es útil para el tratamiento de ansiedad
y fobias

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