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Apellidos de los autores TÍTULO ABREVIADO DEL TRABAJO

Número 25 (2014)

Dossier: “Estudios sobre la interfaz sintaxis-


pragmática en español y lenguas de América”,
editado por Valeria A. Belloro

Ilustración: De la serie “Los pájaros”, por Julia


Balduzzi Seijo

De los editores: Agradecimientos (1).

Dossier: Valeria A. Belloro (3-7); Martín Califa (9-34); Carolina Castillo


Hernández (35-58); Valeria A. Benítez Rosete (59-83); Noemí Guerrero
Hernández (85-103); Bruno Estigarribia (105-132); Carlos González
Vergara (133-158).

Artículos: Silmara Dela Silva y Karoline da Cunha Teixeira (159-179);


Lúcia Regiane Lopes-Damasio (181-213); Ana M. Marcovecchio, Hilda
Albano y Andrés Kaller (215-229); Federico Navarro (231-259);Teresa
María Rodríguez Ramalle (261-283).

Reseñas: Rodrigo Loredo (285-293); Carlos Gabriel Perna (295-299).

ISSN: 2314-2189

Signo y Seña 23 Dossier La historia del español de América


Apellidos de los autores TÍTULO ABREVIADO DEL TRABAJO

Signo y Seña 23 Dossier La historia del español de América 0


Signo y Seña AGRADECIMIENTOS

AGRADECIMIENTOS

Este número de Signo y Seña no hubiera sido posible sin la inestimable


colaboración de numerosos especialistas, quienes ofrecieron generosa-
mente su tiempo en la evaluación de los trabajos enviados para su publi -
cación, en la corrección de las versiones en lengua inglesa y portuguesa
de los resúmenes, y en la ilustración del volumen.

EVALUADORES

(La lista completa de evaluadores se presenta en el número de diciembre


de cada año.)

ILUSTRACIONES

Julia Balduzzi Seijo es artista plástica. Reside actualmente en la provincia


de Mendoza, Argentina. Estudió Escenografía y Artes Plásticas en la Uni-
versidad Nacional de Cuyo. También se formó en talleres y centros inde-
pendientes. Para conocer su obra, https://www.facebook.com/JuliaBaldu-
zziSeijoArte, https://www.flickr.com/photos/caminantedesombras. Con-
tacto: laperraolivia@gmail.com. En este número se reproducen con auto-
rización de la autora algunos trabajos de la serie “Los pájaros”.

Serie “Los pájaros” Serie “Los pájaros” Serie “Los pájaros”


(fibra y lapicera sobre papel) (fibra y lapicera sobre papel) (tintas aguadas sobre papel)

Signo y Seña 25 1
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Belloro LA INTERFAZ SINTAXIS-PRAGMÁTICA

INTRODUCCIÓN:
ESTUDIOS SOBRE LA INTERFAZ SINTAXIS-PRAGMÁTICA

EN ESPAÑOL Y LENGUAS DE AMÉRICA

Valeria A. Belloro

Los estudios sintácticos han ido incorporando, a lo largo de las últimas


décadas, perspectivas que las escuelas predominantes a mediados del si-
glo XX habían exiliado por principio. Primero fue la semántica, a partir de
los años 60 y 70, y un poco después la pragmática, desde fines de los años
80. Los estudios centrados en la interfaz sintaxis-pragmática han conti-
nuado cobrando impulso en ámbitos internacionales, a partir de la consta-
tación de la diversidad de fenómenos gramaticales que pueden recibir ex-
plicación una vez que se consideran las funciones comunicativas a las que
sirven las estructuras, y la sistematicidad con la que los hablantes explo-
tamos los recursos morfosintácticos de nuestra lengua para indicar, por
ejemplo, qué referentes deben recobrarse del contexto, cuáles son nue-
vos, qué parte de la oración corresponde a la información más relevante y
cómo se relaciona con lo ya conocido. Esta sistematicidad en el uso, y las
motivaciones cognitivas que la originan, han dado lugar a la propuesta de
un patrón de “ergatividad discursiva” (Du Bois 1987) universal, que cap-
tura la preferencia por codificar participantes discursivos nuevos dentro
de ciertas funciones gramaticales (específicamente como sujetos intransi-
tivos u objetos) frente a otras (sujetos transitivos). La pertinencia de esta
“Estructura Argumental Preferida” (EAP; Du Bois 1987, Du Bois et al.
2003) ha sido comprobada en lenguas tipológicamente muy diversas, y
dos de los artículos incluidos en este dossier retoman centralmente este
modelo aplicándolo a lenguas americanas.
Por otra parte, la forma en que diversas lenguas resuelven la interac-
ción entre estructura sintáctica y pragmática ha dado lugar a una tipolo-
gía que revela cuatro clases básicas (Lambrecht 1994, Van Valin 1999).

Signo y Seña, número 25, junio de 2014, pp. 3-7


Facultad de Filosofía y Letras (UBA)
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En el primer tipo, al que correspondería el español, el orden de constitu-


yentes es relativamente flexible. Por otra parte, si bien la asignación de
foco informativo a ciertas posiciones estructurales (por ejemplo inicio de
cláusula) es relativamente “despreferida”, estas estructuras no son agra-
maticales y de hecho ocurren con cierta frecuencia en el discurso espon-
táneo. Estas lenguas se clasifican, entonces, como de “sintaxis flexible” y
“pragmática flexible”. En el segundo tipo, al que corresponde por ejemplo
el italiano, la sintaxis también es flexible, pero la estructura informativa
sanciona la asignación de foco a los sujetos preverbales. Como resultado,
la sintaxis (en particular el orden de constituyentes) acomoda las restric-
ciones de la estructura pragmática, y las lenguas de este tipo se clasifican
como de “sintaxis flexible” pero “pragmática rígida”. En el tercer grupo
aparecen lenguas como el francés. Son lenguas de “sintaxis rígida” y
“pragmática rígida”. En francés no solamente existe una prohibición so-
bre la asignación de foco a sujetos preverbales sino que, además, la es-
tructura sintáctica no puede acomodarla, ya que se trata de una lengua
de orden de constituyentes fijo. Así, cuando las restricciones sintácticas y
pragmáticas entran en conflicto el compromiso involucra la creación de
estructuras complejas, que satisfagan a ambas. El cuarto grupo compren-
de lenguas como el inglés, en las que la pragmática es “flexible”, pero la
sintaxis es “rígida” y el resultado es que la misma estructura sintáctica es
utilizada para expresar distinto tipo de estructuras focales.
El análisis de la estructura focal es a veces insuficiente para dar cuen-
ta de la distribución o funciones de las construcciones analizadas, y es ne-
cesario incorporar el análisis de los niveles de accesibilidad asumida que
se asocian con (los referentes denotados en) distintas formas. Si bien la
accesibilidad relativa que un concepto puede tener en la mente del inter-
locutor en un momento determinado del discurso es incognoscible en con-
textos espontáneos, los hablantes somos generalmente muy eficientes al
estimarla, al menos en términos de cuatro o cinco grandes grupos, y de
adecuar a ella la complejidad de las expresiones referenciales o los tipos
de construcción empleados. Como veremos más adelante, otro de los artí-
culos aquí presentados trabaja específicamente desde esta perspectiva.
La interfaz sintaxis-pragmática es un área necesariamente compleja y
las perspectivas de estudio son múltiples. Una revisión a fondo de las ca-
tegorías y abordajes más empleados excede los límites de esta introduc-
ción. Es nuestro objetivo, mejor, que los artículos aquí seleccionados las
presenten por sí mismos.

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Belloro LA INTERFAZ SINTAXIS-PRAGMÁTICA

El dossier se inicia con dos artículos sobre lenguas de América. En “La


Estructura Argumental Preferida en mocoví (guaycurú): Proyecciones
teórico-metodológicas”, Martín Califa revisa los postulados básicos del
modelo de la EAP así como investigaciones más recientes que han profun-
dizado en algunos aspectos tanto teóricos como metodológicos. Con el ob-
jetivo de evaluar el alcance de la EAP en mocoví, Califa introduce un bre-
ve esbozo gramatical de la lengua, presenta los tres textos narrativos que
servirán de base para su análisis, y muestra que en los tres se cumplen
las tendencias previstas. Como aporte teórico, el autor realiza una discu-
sión detallada de potenciales problemas metodológicos ligados tanto al
análisis gramatical como al pragmático, y revisa propuestas alternativas
(como la de Everett 2009), con lo que aporta una valiosa reflexión sobre
aspectos cruciales para el desarrollo del modelo.
En “Observaciones sobre la interfaz sintaxis-pragmática en narrativas
de tres lenguas indígenas mexicanas”, Carolina Castillo Hernández parte
del análisis de narrativas en cora (yuto-azteca), zapoteco (otomangue) y
otomí (otomangue). Su estudio también valida las predicciones de la EAP,
pero además el análisis del tipo de realización y denotación de los argu-
mentos centrales sirve de base para emprender un abordaje en términos
de las estructuras focales presentes en las narrativas y de las estructuras
gramaticales que las realizan. Así, a partir del análisis de órdenes de
constituyentes básicos y marcados, y de su asociación con distintos tipos
de foco, la autora sugiere que cora, zapoteco y otomí, a pesar de sus dife -
rencias morfosintácticas, corresponden a lo que en la tipología de Van Va-
lin (1999) se caracteriza como lenguas de “pragmática flexible”, en las
que ninguna posición estructural está vetada para funcionar como locus
focal.
Los siguientes artículos son estudios sobre el español y, en particular,
sobre el estatus pragmático de construcciones específicas. En “Expresio-
nes demostrativas como marcadores de accesibilidad referencial en espa-
ñol mexicano: una interfaz sintaxis-pragmática”, Valeria A. Benítez Rosete
analiza los distintos tipos de expresiones referenciales en las que partici-
pan demostrativos, y en qué medida la heterogeneidad que revelan los
datos espontáneos puede sistematizarse a partir de un abordaje icónico,
en el que distintos grados de complejidad estructural se correlacionan
con distintos niveles de accesibilidad asumida sobre los referentes que
denotan. El análisis de corpora permite develar en toda su riqueza el am-
plio rango de expresiones que involucran demostrativos, al tiempo que es-

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Belloro LA INTERFAZ SINTAXIS-PRAGMÁTICA

tablece que el área central de estas expresiones se ubica en relación con


referentes con un nivel de activación intermedio, o “accesibles” en la ter-
minología de Chafe (1987), independientemente de si este nivel de activa-
ción depende de la codificación en el contexto lingüístico previo o del co -
nocimiento compartido que asumen los hablantes.
En “Aproximación a las condiciones de uso de los dativos sin copia clí-
tica en español de México”, Noemí Guerrero Hernández se centra en el
estudio de una construcción que, en el español de América, resulta parti-
cularmente poco frecuente. En efecto, es habitual en los dialectos ameri-
canos que las frases dativas aparezcan duplicadas por un clítico, y los ca-
sos en los que el clítico no aparece son, en este sentido, marcados. La au-
tora estudia los contextos de uso de estas construcciones sin clítico, com-
parándolas con los dativos duplicados y los benefactivos con para, en re-
lación con variables asociadas con aspectos referenciales (animacidad y
número), cognitivos (definitud de la frase dativa, individuación del refe-
rente), discursivos (topicalidad y persistencia) y externos (registro formal
vs. informal). Los datos muestran que en el español de México las cons-
trucciones de dativo sin copia clítica se asocian con contextos pragmáti-
cos particulares, en los que se codifica participantes particularmente
poco salientes en el contexto discursivo, aspecto en el que los dativos no
duplicados exceden incluso a los adjuntos benefactivos.
Los dos últimos artículos son de corte más teórico. En “La estructura
informacional en la triplicación con clíticos del español rioplatense”, Bru-
no Estigarribia estudia otra construcción poco frecuente, esta vez del dia-
lecto rioplatense. En esta construcción el objeto directo de un predicado
transitivo aparece codificado a la vez como un clítico acusativo, una frase
dislocada a la izquierda y otra frase en posición postverbal. El autor seña-
la que esta construcción cumple la función de hacer más transparente la
relación entre posición sintáctica y estructura informacional. A partir de
las categorías propuestas por la Gramática Léxico-Funcional (Bresnan
2001, entre otros), se exploran los tipos de estructuras informacionales
que podrían corresponder a triplicaciones de clíticos, y se lanza el desafío
de confrontarlas con datos de corpora.
Por último, en “Las oraciones reflexivas con 'se' del español: Una pro-
puesta de análisis desde la Gramática del Papel y la Referencia”, Carlos
González Vergara se sirve de este modelo teórico (RRG, Van Valin y LaPo -
lla 1997, entre otros) para dar cuenta de cómo, en español, los distintos
subtipos de oraciones reflexivas con 'se' pueden describirse como resulta-

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Belloro LA INTERFAZ SINTAXIS-PRAGMÁTICA

do de una regla léxica común que, crucialmente, interactúa con diversas


estructuras informacionales para resultar en las distintas interpretacio-
nes disponibles.
Estamos seguros de que cada uno de los trabajos presentados en este
dossier ofrece perspectivas originales y fructíferas que serán de relevan-
cia para los especialistas, y esperamos que sean en igual medida estimu-
lantes para los interesados en acercarse a esta área de estudio, donde
queda aún tanto territorio por descubrir y explorar.

BIBLIOGRAFÍA

Bresnan, Joan. 2001. Lexical-functional syntax. Malden, MA; Oxford: Wiley-Blackwell.


Chafe, Wallace. 1987. “Cognitive constraints on information flow”. En Coherence and ground-
ing in discourse, editado por Russell S. Tomlin, 21-51. Amsterdam: John Benjamins.
Du Bois, John. 1987. “The discourse basis of ergativity”. Language 63: 805-855.
Du Bois, John, Lorraine Kumpf y William Ashby. 2003. Preferred Argument Structure: Gram-
mar as architecture for function. Amsterdam, Philadelphia: John Benjamins.
Everett, Caleb. 2009. “A reconsideration of the motivations for preferred argument structure”.
Studies in Language 33 (1): 1-24.
Lambrecht, Knud. 1994. Information structure and sentence form: A theory of topic, focus, and
the mental representations of discourse referents. Cambridge: Cambridge University
Press.
Van Valin, Robert D. 1999. “A typology of the interaction of focus structure and syntax”. En Ty-
pology and the theory of language: From description to explanation, editado por Ekaterina
V. Rakhilina y Yakov G. Testelec. Moscú: Languages of Russian Culture.
Van Valin, Robert D. y Randy LaPolla. 1997. Syntax: Structure, meaning and function. Cam-
bridge: Cambridge University Press.

Valeria A. Belloro
Universidad Autónoma de Querétaro
valeria.belloro@uaq.edu.mx

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Apellidos de los autores TÍTULO ABREVIADO DEL TRABAJO

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Califa ESTRUCTURA ARGUMENTAL PREFERIDA EN MOCOVÍ

LA ESTRUCTURA ARGUMENTAL PREFERIDA EN MOCOVÍ (GUAYCURÚ):


PROYECCIONES TEÓRICO-METODOLÓGICAS

Martín Califa

RESUMEN. Este trabajo analiza narrativas en lengua mocoví (guaycurú) a la luz de la Hipótesis
de la Estructura Argumental Preferida (Du Bois 1987, 2003; EAP de aquí en más). La predic -
ción central de la EAP consiste en que los referentes nuevos en el discurso se manifiestan pre -
ferentemente en los roles sintácticos S y O en detrimento de A. En primer lugar, se coteja la
validez de la EAP en los textos mocovíes. En segundo lugar, se exploran diversos interrogantes
teórico-metodológicos que se suscitan respecto del estatuto sintáctico y pragmático de las uni -
dades de análisis y se ofrecen respuestas a los mismos. Por último, se examina críticamente la
explicación de Everett (2009) sobre la EAP como un epifenómeno de factores semánticos y
pragmáticos relativos a la topicalidad de los referentes humanos y su consecuente tendencia a
manifestarse no léxicamente en el rol A. Se concluye que, si bien no resultan satisfactorias
como fundamento de la EAP, estas motivaciones semánticas y pragmáticas pueden concebirse
como fuerzas en competencia con las de la EAP para la determinación del fenómeno mayor de
realización argumental.
Palabras clave: sintaxis, pragmática, estructura argumental, mocoví.

ABSTRACT. This paper analyzes narratives in Mocovi (Guaykuruan) in terms of the Preferred Ar -
gument Structure Hypothesis (Du Bois 1987, 2003; PAS henceforward). PAS's chief prediction
is that new discourse referents will preferably appear in syntactic roles S and O versus A.
Firstly, the validity of such and related hypotheses is tested against the Mocovi texts. Second,
several theoretic-methodological questions are explored, especially those concerning the syn-
tactic and pragmatic status of the units of analysis. Finally, Everett's (2009) account of PAS as
an epiphenomenon of semantic and pragmatic factors, namely the topicality of human refer-
ents and their resulting tendency to manifest themselves non-lexically as As, is critically exam -
ined. It is concluded that, while unsatisfactory as the basis of PAS, these semantic and prag-
matic motivations can be conceived of as competing forces interacting with those pertaining to
PAS to determine argument realization.
Keywords: syntax, pragmatics, argument structure, Mocovi.

RESUMO. Este artigo analisa narrativas em língua Mocovi (Guaycurú) à luz da Hipótese Estrutu-
ra Argumental Preferida (Du Bois 1987, 2003; daqui em diante EAP). A previsão central do
EAP é que as novas referências no discurso são expressas preferencialmente nos papéis sintá -
ticos S e O, em detrimento de A. Em primeiro lugar, a validade da EAP é coligida nos textos
mocovies. Em segundo lugar, exploram-se várias questões teóricas e metodológicas que pos-
sam surgir com relação ao status sintático e pragmático das unidades de análise e fornecem-se
respostas a tais incidentes. Finalmente, analisa-se criticamente a explicação de Everett (2009)

Signo y Seña, número 25, junio de 2014, pp. 9-34


Facultad de Filosofía y Letras (UBA)
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ISSN 2314-2189

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sobre a EAP como um epifenômeno de fatores semânticos e pragmáticos no que diz respeito à
topicalidade dos referentes humanos e a consequente tendência a manifestar-se não lexica -
mente no papel A. Conclui-se que, se bem não é satisfatória como fundação da EAP, essas moti-
vações semânticas e pragmáticas podem ser vistas como forças competindo com EAP para de-
terminar o fenômeno maior da realização argumental.
Palavras-chave: sintaxe, pragmática, estrutura argumental, Mocovi.

1. INTRODUCCIÓN. En este trabajo se realiza el análisis de dos narrativas en


lengua mocoví a la luz de la Hipótesis de la Estructura Argumental Prefe-
rida (Du Bois 1987, 2003; EAP de aquí en más). Esta hipótesis se enmarca
en la empresa mayor de describir la gramática como un emergente de la
función comunicativa del lenguaje. Así, se pregunta si hay dinámicas del
discurso que puedan explicar por qué ciertas lenguas del mundo presen-
tan un patrón de alineamiento ergativo-absolutivo en la morfología nomi-
nal o en el comportamiento sintáctico de los argumentos, es decir, por
qué la marcación morfosintáctica aglutina los argumentos según el pa-
trón S/O vs. A, en contraposición a lo que se da en lenguas nominativo-
acusativas, donde el alineamiento morfosintáctico es S/A vs. O (Dixon
1979)1.
Analizando un conjunto de narrativas en sacapulteco, una lengua maya
ergativa, Du Bois descubre que la tendencia a agrupar S y O se cumple
no sólo en la morfología nominal sino también a nivel del discurso, exhi-
biendo una preferencia de cierto tipo de información a manifestarse en
estos roles. En realidad, dilucida cuatro patrones interrelacionados:

(1) (a) Evítese más de un argumento léxico por cláusula.


(b) Evítense As léxicos.
(c) Evítese más de un argumento nuevo por cláusula.
(d) Evítense As nuevos.

Estas cuatro predicciones no son de índole categórica sino que reflejan


tendencias de realización. Los diferentes entrecruzamientos de las mis-
mas son los que evidencian el fenómeno como propio de la interfaz sinta-
xis-pragmática: (a) y (b) remiten a la naturaleza léxica de los argumentos;
(c) y (d), a la novedad de los referentes denotados (en fuerte correlación
con lo anterior); (a) y (c), a la cantidad de ítems por cláusula, y (b) y (d), a

1 El argumento S equivale al único argumento de una cláusula intransitiva, mientras que A y


O se corresponden con los argumentos de una cláusula transitiva. Se evita la noción de su-
jeto porque carece de validez translingüística (Dixon 1979).

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Califa ESTRUCTURA ARGUMENTAL PREFERIDA EN MOCOVÍ

la “despreferencia” de las entidades informativamente nuevas por el rol A


(en fuerte correlación con lo anterior). Esto se traduce en que la informa-
ción nueva, que suele realizarse como formas léxicas (ver §4), tomará
como sitios privilegiados de aparición S y O, es decir, las posiciones cuya
agrupación define la ergatividad.
Lo más interesante desde el punto de vista translingüístico es que las
predicciones de (1) se verifican no sólo en lenguas ergativas sino también
en lenguas acusativas, sugiriendo una tónica del discurso mucho más ge-
neral. En investigaciones posteriores (Du Bois et al. 2003) esto se ha visto
corroborado una y otra vez en lenguas de diversa raigambre tipológica,
reforzando la idea de que se trata de un universal del discurso.
El planteo inicial sugiere una serie de interrogantes adicionales que
han sido encarados en trabajos subsiguientes. Uno de ellos es preguntar-
se si la EAP permite hacer generalizaciones sobre otros roles además de
S, A y O. En Du Bois (1987) se consignan las datos correspondientes a los
oblicuos y una categoría “otros” (sin mayor especificación) aunque, como
se puede apreciar en (1), no son integrados sistemáticamente a la hipóte-
sis. En un análisis de textos en tsou (austronésica), Huang y Huang
(2009) revelan que, si bien se verifica la preferencia de la información
nueva por S/O por sobre A, el rol que aloja la mayor cantidad de entida-
des nuevas es E2. Vale aclarar, no obstante, que este hallazgo no contradi-
ce las predicciones de la EAP, que hace generalizaciones negativas sobre
el rol A, dando lugar a la interpretación de S y O como sitios predilectos
para la información nueva sencillamente porque estos son los roles que
suelen tomarse en cuenta. Los autores indican, asimismo, que además del
rol sintáctico, el tipo de mención y el estatuto informativo, la morfosinta-
xis de cada lengua es una cuarta dimensión que contribuye a delinear su
EAP. En tsou, por ejemplo, los pronombres ligados —propios de la infor-
mación dada— sólo pueden manifestarse en las posiciones A y S, lo que
favorece la aparición de menciones nuevas en O y E.
Otra pregunta que es natural hacerse es si hay algún tipo de motiva-
ción funcional o cognitiva para la EAP. Du Bois (1987) mismo sugiere que
los roles S y O son staging areas cognitivamente privilegiadas para la in-

2 Los autores siguen aquí a Dixon (1994), que propone el rol E (abreviatura de “extensión de
rol central”) para englobar (i) a los pacientes marcados como oblicuos en las construccio -
nes intransitivas extendidas (sintácticamente intransitivas pero semánticamente transiti-
vas) y (ii) a las metas marcadas como oblicuos en construcciones transitivas extendidas
(generalmente las cláusulas ditransitivas).

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troducción de referentes nuevos en el discurso. En publicaciones poste-


riores elabora esta idea:

La distribución de los costos cognitivos en la arquitectura gramatical de la cláusula no


es ni azarosa ni constante sino que está sistemáticamente sesgada. Los hablantes sa -
ben en qué lugar de la cláusula producir, y los oyentes dónde esperar, las onerosas de-
mandas de procesamiento tales como las asociadas con la introducción de información
nueva. Más que dejar esto librado al azar, las restricciones sobre los roles de la EAP
efectivamente explotan la estructura sintáctica de la cláusula para suministrar un mol -
de consistente en el que las tareas más demandantes puedan materializarse: un locus
predecible para el trabajo impredecible. En este sentido, la estructura gramatical de
superficie de una cláusula, en particular su estructura argumental, puede ser vista
como definiendo la arquitectura del costo cognitivo o, más precisamente, una arquitec-
tura para el procesamiento cognitivo en el cual ciertos sitios están especializados de
manera predecible para el trabajo de alto o bajo costo (Du Bois 2002, 24-25, citado en
Everett 2009, 4; traducción mía).

Sin embargo, Everett (2009) cuestiona este razonamiento y propone una


explicación alternativa en términos semánticos y pragmáticos. Comienza
por señalar que el rol A es prototípicamente humano, por lo que favorece
la aparición de participantes con este rasgo. A esto añade el hecho de
que, puesto que los referentes humanos son más topicales que los no
humanos, es esperable que los primeros reciban marcas no léxicas o di-
rectamente nulas. Así, concluye que la distribución de la EAP no responde
a factores cognitivos sino que es un epifenómeno resultante de las ten-
dencias anteriores. En efecto, agrega, la heterogeneidad semántica del
rol S —prototípicamente menos humano que A pero más que O— explica
por qué realiza un número intermedio de menciones léxicas respecto de
los otros dos roles, escenario estadístico que interpreta como un conti-
nuum y no como el agrupamiento ergativo S/O vs. A que propone Du Bois.
Aquí se exploran los alcances de estas ideas y se propone una reformula-
ción crítica de las mismas.
La meta más inmediata de este trabajo es examinar los alcances de la
EAP en el mocoví, una lengua de la familia guaycurú. Por un lado, se bus-
ca cotejar las predicciones de (1). Por el otro, de manera más interesante,
puesto que esta es una lengua que no ha sido estudiada antes bajo esta
perspectiva, se indaga en los diversos problemas teórico-metodológicos
que suscita su análisis. La intención definitiva es favorecer proyecciones
estimulantes en estas dimensiones.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 12


Califa ESTRUCTURA ARGUMENTAL PREFERIDA EN MOCOVÍ

2. LA LENGUA MOCOVÍ. La lengua mocoví pertenece a la familia guaycurú,


que abarca otras lenguas como el pilagá, el toba/qom y el kadiweu. Se ha-
bla exclusivamente en territorio argentino, más precisamente en la pro-
vincia de Chaco y el centro-norte de Santa Fe (Carrió 2009). En la actuali-
dad se estima que hay poco más de 12.000 personas que se reconocen
como miembros del pueblo mocoví, aunque los datos no son claros res-
pecto de cuántos hablan la lengua y con qué grado de competencia (Ca-
rrió 2009, 24). Las narrativas aquí analizadas son de la variedad chaque -
ña de la lengua.
A continuación se presenta un breve esbozo gramatical del mocoví, ca-
racterizando mayoritariamente aquellos puntos que son objeto de escruti-
nio en este trabajo. A menos que se indique lo contrario, la referencia
principal es Gualdieri (1998).
El mocoví es una lengua SVO con un considerable nivel de flexibilidad
en este orden. Las oraciones pueden clasificarse en cuatro grupos bási-
cos: transitivas, intransitivas, ecuativas y existenciales. En las primeras el
orden dominante es SVO, pero también se observan construcciones de
este tipo con el orden VOS y SOV3:

(2) (a) i-apo-ɡi ñi l-asom na nonot VOS


3AC-cerrar-LOC D.NOEXT 3SUJ-puerta D.COMG viento
El viento cerró la puerta.
(b) na nonot yapoɡi ñi lasom SVO
(c) na nonot ñi lasom yapoɡi SOV
(d) *ñi lasom yapoɡi na nonot *OVS
(e) *ñi lasom na nonot yapoɡi *OSV
(Gualdieri 1998, 90)

En cuanto a las intransitivas, tanto el orden SV como VS son posibles,


aunque el segundo es más frecuente:

3 En aras de una mayor claridad expositiva, todas las abreviaturas han sido asimiladas según
las de Grondona (1998), puesto que la gran mayoría de los datos están tomados de allí: ABS
= absolutivo; AC = activo; CAU = causativo; D.ABSNT = deíctico de ausente; D.CMNG = deíctico
de proximidad; D.GNG = deíctico de distanciamiento; D.HOR = deíctico de horizontal; D.NOEXT
= deíctico no extendido; DWN = abajo; DIMM = diminutivo masculino; DIMF = diminutivo fe-
menino; EV = evidencial; HITH = 'hither' (que se acerca al hablante); IN = inactivo; INDEF =
agente indefinido; INTERJ = interejección; INTER = interrogativo; NEG = negación; LOC = loca-
tivo; OBL = oblicuo; PC = paucal; PL = plural; POS = posesivo; PROG = progresivo; PROX = no
consignado; R = respetuoso; SG = singular; T = papel tema. El signo “+” indica la presencia
de clíticos.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 13


Califa ESTRUCTURA ARGUMENTAL PREFERIDA EN MOCOVÍ

(3) (a) reda na lasote VS


Ø-r-eda na l-asote
3AC-T-moverse D.COMG 3POS-gallo
El gallo se mueve.
(b) na lasote reda SV
(Gualdieri 1998, 92)

Como puede observarse, las marcas argumentales se dan en el verbo,


por lo que los argumentos nominales centrales aparecen sin marca algu-
na. Hay, sin embargo, una marca de caso oblicuo, ke, que abarca funcio-
nes varias como locativos, partitivos y el agente de las construcciones pa-
sivas4.

(4) ʔwe+oʔ ka naʔɢaʔa ka ʔalo r+iʔλiwi


existir+EV D.ABSNT día D.ABSNT mujer 3AC+buscar.agua
ke a+ka l+eʔya
OBL F+D.ABSNT 3POS+agujero
Un día una mujer fue a buscar agua a un pozo.
(Texto 3: 1, 2)

En este ejemplo también puede verse que las cláusulas existenciales em-
plean la forma ʔwe. Esta misma construcción es la que da lugar a las ora-
ciones posesivas (5). En cuanto a las ecuativas, puesto que en mocoví no
hay cópulas, estas se forman mediante la yuxtaposición de constituyentes
(6).

(5) kaʔ [so ʔyat yale]i ʔwe-i ka li+aqan-oʔlyiʔ


entonces D.GNG mosquito hombre existir-PL D.ABSNT 3POS+tomar-DIMF
Entonces el mosquito se tomó unos tragos (lit., 'existieron unos tragos del mosquito').
(Texto 1: 6)

(6) na-ta n+eʔya na moqoyt l+eʔya waɢayaq


D.CMNG-PROX ABS+agujero D.CMNG mocoví 3POS+agujero agua
Este pozo era un pozo de los mocovíes.
(Texto 3: 3)

Respecto de la frase nominal (FN), Grondona propone la siguiente es-


tructura (1998, 43):

(7) (Num/Cuant) (Deic) {(Adj)} Nombre{(Adj)}.

4 Las funciones de esta marca comprenden en parte el rol E (ver discusión sobre Huang y
Huang 2009 en §1).

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 14


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Gualdieri advierte que, en paralelo con lo que ocurre con la sintaxis ora-
cional, el orden de palabras de la FN es bastante libre (1998, 128). No
hay consenso entre las investigadoras respecto de cómo llamar lo que
aquí aparecen como deícticos; mientras que Gualdieri (1998) los denomi-
na clasificadores, Carrió (2009) opta por la etiqueta de determinantes.
Puesto que aquí se toman los datos de Grondona (1998), se adopta la glo-
sa allí utilizada. Más allá de las divergencias terminológicas, no obstante,
queda claro que estos elementos se dividen en dos grupos según consig-
nen propiedades referenciales (forma y locación) o información de carác-
ter deíctico (Gualdieri 1998).
El mocoví es además una lengua de marcación en el núcleo. El patrón
de marcación de los argumentos en el verbo es activo/inactivo, es decir,
que exhibe variación en la marca de S conforme su papel semántico sea
más agentivo o más pacientivo. Esto significa que S puede manifestarse
con las mismas marcas que A u O según su semántica. Siguiendo a
Mithun (1991), Gualdieri (1998) sostiene que el parámetro que motiva la
escisión es el grado de afectación del participante. Carrió (2009) adhiere
a esta postura, agregando el parámetro de realización/efectuación/insti-
gación como subordinado al anterior en una relación jerárquica. A conti-
nuación se ofrece el paradigma de marcas pronominales de la 3 persona
en el verbo junto con algunos ejemplos ilustrativos:

Activo Inactivo
i- n-
r- Ø-
Ø-
Tabla 1: Paradigma de marcas pronominales para la 3 persona (Carrió 2009, 249).

(8) kaʔ i+ewan-eʔ+oʔ ka ʔalo-oʔλiʔ-λya


entonces 3AC+ver-?+EV D.ABSNT mujer-DIMF-otra
Entonces vio a otra mujer.
(Texto 1: 7)

(9) kaʔ ka yale Ø+peʔe:t+oʔ Ø+ek+oʔ


entonces D.ABSNT hombre 3IN+estar.contento+EV 3AC+ir+EV
Entonces se puso contento y se fue.
(Texto 3: 15, 16)

3. EL CORPUS. El corpus aquí analizado está constituido por tres narrativas


tomadas de Grondona (1998): “Un chiste sobre los mosquitos” (Texto 1),
“El zorro le roba al yaguareté” (Texto 2) y “La mujer y la pata” (Texto 3).

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 15


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Dado que no hay acuerdo respecto de la escritura del mocoví, los textos
publicados están consignados en su transcripción fonética, siguiendo el
alfabeto de la Revista de Filología Española. En los mismos, entonces, la
primera línea corresponde a la glosa fonética, seguida de una glosa fo-
némica, otra morfológica, una traducción literal al inglés y, finalmente,
una traducción libre. En los ejemplos que se usan aquí para ilustrar se
omite la glosa fonética con el fin de simplificar. El fraccionamiento de los
textos en general coincide con los límites clausales, aunque no siempre es
así (o por lo menos según los criterios de identificación de cláusulas aquí
empleados; ver §4.1).
El Texto 1 es un chiste o cuento humorístico en el que un mosquito
saca a bailar a una mosquita, no sin antes tomarse unas copas. La danza
comienza y, producto del entusiasmo, la pareja se pone un poco jugueto-
na. El mosquito, además, al estar ebrio empieza a caerse, provocando la
reacción de la mosquita, que lo sostiene cada vez más fuerte. Con tanto
baile y borrachera, al mosquito se le aflojan los pantalones y luego los cal-
zoncillos para quedar finalmente desnudo frente a todos.
El Texto 2 es un relato de animales en el que un zorro le roba la presa
a su tío, el yaguareté, que encuentra al primero al día siguiente dur-
miendo, saciado con su botín. El yaguareté le hace cosquillas con una
brizna de pasto y el zorro, pensando que se trata de moscas, confiesa su
delito entre sueños al amenazarlas con no compartirles nada de su robo si
no dejan de molestarlo. El tío, entonces, se esconde en su madriguera y,
sin revelar su identidad, atrae al zorro hacia sí. Cuando este se aproxima
lo suficiente, le tira tierra en la cara y lo abandona humillado.
El Texto 3 es otro cuento humorístico. Cerca del pozo de agua, una
muchacha es abordada por un hombre que intenta seducirla. Poco entu-
siasmada, la joven busca deshacerse de este prometiéndole recibirlo más
tarde en su casa. Cuando cae la noche, el hombre se acerca a la morada
de su pretendida con la intención de tener un momento a solas. Sin em-
bargo, la muchacha, que vive con sus padres, les pide a estos que en su
lugar pongan a una pata que recién ha tenido cría y, en consecuencia,
está agresiva. En medio de la oscuridad, el hombre confunde a la pata
con la joven, obteniendo unos desconcertantes graznidos como respuesta
a su cortejo. Al final, cuando intenta acercarse presumiblemente para
besarla, recibe un picotazo en plena cara.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 16


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4. ASPECTOS TEÓRICOS Y METODOLOGÍA. En esta sección se recorren una serie


de cuestiones relativas a dificultades que presentaron los textos a la hora
de delimitar las unidades de análisis y que impulsaron ciertas definiciones
teóricas y consecuentes decisiones metodológicas. Muchos de los interro-
gantes desarrollados están inspirados en las reflexiones de England y
Martin (2003). Puesto que la EAP tiene una vertiente sintáctica y otra
pragmática, la discusión está dividida en dos apartados que abordan cada
una por separado. En §5 ambos aspectos se integran en el análisis de los
datos.

4.1. ESTATUTO SINTÁCTICO. El criterio que guió la segmentación de cláusulas


fue el reconocimiento de una predicación básica, entendiéndola como un
predicado y sus argumentos más elementos opcionales como adjuntos
(Van Valin y LaPolla 1997). La mayor de las veces esto se traduce en un
verbo como núcleo de la cláusula, con argumentos frasales o sencillamen-
te marcados en el verbo (ver §2). Contrástense:

(10) reɡat r+alawataɢan+tak+oʔ šipeɡaq qoʔɢoyk


yaguareté 3AC+carnear+PROG+EV caballo viejo
El yaguareté estaba carneando un caballo viejo.
(Texto 2: 1)

(11) qam se+i+aqamaɢat


pero NEG+3.AC+hacer

Pero no (le) hizo nada.


(Texto 2: 17)

Mientras que en (10), además de la marca pronominal, los dos argumen-


tos del predicado están manifiestos léxicamente, en (11) sólo se verifica la
marca pronominal (de hecho, el argumento O está presupuesto). Sin em-
bargo, puede plantearse una tercera posibilidad, a saber, que la predica-
ción prescinda de una palabra verbal. Este es el caso de las predicaciones
ecuativas, que en español requerirían de una cópula, pero en mocoví no
(ver §2):

(12) qam naʔ-na-ta páto newek


pero ?-D.CMNG-PROX pata salvaje
Pero esa pata era salvaje.
(Texto 3: 21)

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 17


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Nótese que el criterio aquí adoptado no hace ningún tipo de distinción


en términos de independencia sintáctica. Es por ello que las oraciones de-
pendientes como las completivas (13), relativas (14) y adverbiales (15)
también fueron incluidas en el cómputo total de cláusulas. Algunos
ejemplos:

(13) kaʔ Ø+ʔna:k+oʔ [i+ilamki+oʔ ka n+ewiɡe]


entonces 3AC+decir+EV 3AC+sonar+EV D.ABSNT ABS+música

Entonces dijo que la música sonara.


(Texto 1: 8, 9)

(14) [ǰi r+oqači] ʔwe+t+oʔot l+aʔal-okiʔ


D.HOR 3AC+robar existir+PROG+bajo ABS+sombra-DIMM
El ladrón estaba bajo la sombra (lit., 'el que robó').
(Texto 2: 14, 15)

(15) ka r+oʔo [saik i+oʔwat l+atene-qa-ipi]


entonces 3AC+enojarse porque 3AC+no.estar 3POS+presa-PC-PL
Entonces se enojó porque no estaba su presa.
(Texto 2: 7,8)

England y Martin (2003) señalan que a veces puede ser difícil evaluar
el estatuto clausal de una construcción, en particular cuando se trata de
una construcción compleja que involucra más de un predicado. Tal es el
caso de los verbos de cita:

(16) λya+toʔ r+etaɢ+a ka yale Ø+ʔna:k+oʔ [ñiɡeʔ ka


otro+EV 3AC+hablar+? D.ABSNT hombre 3AC+decir+EV INTER D.ABSNT

Ø+en+ir+saʔ+peɡeʔ] Ø+ʔna:k+oʔ
2AC+hacer+2SGR+PROG+hasta 3AC+decir+EV
Y el hombre habló de nuevo. Dijo: “¿qué estás haciendo?” dijo.
(Texto 3: 45, 46, 47)

Como puede observarse, hay dos instancias del verbo de cita (resaltado
en el ejemplo) con una sola cláusula como complemento, igualmente plau-
sible para cualquiera de los dos predicados, un tipo de construcción fre-
cuente en lenguas de fuerte tradición oral. Entonces, si bien aquí hay cua-
tro verbos, sólo se cuentan tres cláusulas.
A su vez, England y Martin (2003) alertan sobre los tipos de cláusulas
que impongan restricciones sobre la aparición de alguno de los argumen-
tos. Esto es lo que ocurre en el siguiente caso (idéntico al de (8)):

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 18


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(17) [ka Ø+sa:t+tak] Ø+n-qaʔaɢan-t-iɡi+ñi


D.ABSNT 3AC+responder+PROG 3AC+HITH-sentarse-?-?+DWN

El que estaba respondiendo se sentó.


(Texto 3: 43)

La cláusula entre corchetes, que funciona como el argumento S de la


principal, en sí no permite la manifestación léxica de su propio argumen-
to S, puesto que aparece como una predicación y no un elemento nomi-
nal. Este hecho la vuelve irrelevante para el análisis desde la EAP, que
presupone esto último como posibilidad. Siguiendo a las autoras, estas
cláusulas fueron subsumidas en sus principales para el cómputo.
Otro aspecto del análisis que requirió de criterios de reconocimiento
definidos fueron las menciones léxicas. Esta discusión exhibe dos aristas:
a) qué es una mención y b) qué constituye el estatuto léxico vs. no léxico.
En cuanto a la primera, Du Bois entiende por mención “un ítem refe-
rencial complejo consistente en una forma ligada sola […] o en una forma
libre manifiesta (una FN plena o un pronombre independiente) más su
forma ligada marcando la referencia cruzada en la misma cláusula” (Du
Bois 1987, 813; mi traducción). Aquí debe hacerse una previsión antes de
avanzar, más teniendo en cuenta la naturaleza de los datos aquí analiza-
dos. Si bien la Hipótesis de la EAP se ha visto verificada en la inspección
de textos de diversas lenguas, con fundamentos para concebirla como un
universal del discurso (Du Bois 2003), es cierto que la definición de men -
ción recién citada responde a características peculiares de la lengua para
la cual el autor la enunció, el sacapulteco. Esta es una lengua de marca-
ción en el núcleo que indiza todos sus argumentos centrales en el verbo
de manera obligatoria, lo que explica que las menciones sean o bien una
forma ligada o una forma libre más la forma ligada correferencial en la
misma cláusula. No obstante, es imposible atenerse de manera muy rígi-
da a esta definición porque, por empezar, excluiría todas las lenguas mar-
cadas en el dependiente. Esto significa que debe ser interpretada con
cierta flexibilidad, tratando de rescatar la generalización que postula in-
dependientemente de las particularidades tipológicas que cada lengua
pueda presentar.
Como se dijo anteriormente, el mocoví dispone de marcas argumenta-
les en el verbo, pero no todos los argumentos son marcados obligatoria-
mente. Tal es el caso de la tercera persona pacientiva, que no recibe mar-
ca explícita, como se ve en (10). En consecuencia, aquí se adopta una in-
terpretación flexible de la definición de Du Bois que no vuelva necesarias

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 19


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las marcas argumentales en el verbo para reconocer una mención no liga-


da. Debe recordarse que lo que importa aquí, en definitiva, es el rol gra-
matical en el cual se manifiestan ciertos tipos de menciones, caracteriza-
das por su estatuto léxico e informativo y no por una marca formal que
deba acompañarlos.
Respecto de la segunda cuestión —la identificación de menciones léxi-
cas vs. no léxicas— uno de los puntos que supusieron más dificultades fue
el discurso directo. En su análisis de textos mayas, England y Martin
(2003) observan que los verbos de cita en estas lenguas divergen en sus
valores de transitividad, lo que las lleva a proponer un cálculo separado
para este tipo de cláusulas. Sin embargo, nuestros datos se prestan a otra
decisión. En los textos, absolutamente todos los casos de discurso directo
—salvo uno— son introducidos por el mismo verbo: -ʔna:k- ('decir', desta-
cado en el ejemplo).

(18) kaʔ Ø+ʔna:k+oʔ Ø+n-oki:k+ir+o Ø+n-oki:k+ir+o


entonces 3AC+decir+EV 2AC+HITH-acercarse+2SG.R+IN 2AC+HITH-acercarse+2SG.R+IN
Entonces dijo: “Vení acá, vení acá”.
(Texto 2: 31, 32, 33)

Este verbo, no obstante, también se halla con el mismo significado de de-


cir pero sin introducir discurso directo:

(19) maʔle páto qačika lamaʔɢaʔ Ø+ʔna:k+oʔ ka páto


luego pata pero más 3AC+decir+EV D.ABSNT pata
Luego la pata… pero la pata habló de nuevo.
(Texto 3: 37)

Más allá de las disquisiciones acerca del estatuto sintáctico de la-


maʔɢaʔ 'más', es decir, si es argumental o no, lo que importa es que
-ʔna:k- no exige la presencia de discurso directo, de un modo similar al
que otros verbos pueden prescindir de FNs. Esta analogía en sus estruc-
turas argumentales es lo que motivó el cómputo de las cláusulas de cita
junto con el resto y del discurso directo como O5.
Además, hay otras razones para asimilar el discurso directo al conjun-
to de menciones léxicas. La EAP implica que cierto tipo de entidades en el
discurso tienen patrones de realización preferida: las entidades nuevas

5 Ashby y Bentivoglio (2003) es otro estudio en el que se computan las cláusulas de discurso
directo como O.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 20


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suelen realizarse como menciones léxicas y estas, a su vez, suelen apare-


cer en posiciones S u O. Du Bois sigue en su planteo a Chafe (1987), que
mantiene que las entidades nuevas en el discurso no pueden ser típica-
mente más de una por unidad entonacional por razones de esfuerzo cog-
nitivo. Justamente el esfuerzo cognitivo que demanda traer a la concien-
cia una representación mental nueva explica que se deba emplear mayor
cantidad de material lingüístico, puesto que no hay nada en el discurso
precedente que facilite su conceptualización. Si bien Du Bois no lo señala
explícitamente, aquí parece subyacer una lógica icónica.
Este razonamiento no está en modo alguno reñido con la EAP sino que,
al contrario, recupera sus ideas básicas. La perspectiva funcionalista
pone en el centro el uso, observando los fenómenos formales desde ese
punto. Si se concibe la gramática como una “arquitectura para la fun-
ción”, entonces el punto de partida debería ser el rastreo de la función
que se desea explorar y de allí los correlatos formales asociados. Sin lu-
gar a dudas, este camino no siempre es tan simple, como bien muestran
England y Martin (2003) respecto de las lenguas mayas, pero la aplica-
ción automática de una criterio formal a nuestros datos habría conspirado
contra la perspectiva teórico-metodológica aquí adoptada.
Así, el discurso directo parece entenderse en estas líneas. Es decir, ci-
tar discurso implica una inversión de material lingüístico que el hablante
acomete por múltiples razones, aunque parece atinado decir que entre
ellas está la necesidad de introducir nuevas predicaciones y, consecuen-
temente, nuevas entidades (ver más sobre esto abajo). Realizar una dis-
tinción tajante entre estas cláusulas y el resto provocaría la pérdida de
generalizaciones interesantes, máxime cuando el discurso directo ocupa
en todos los casos la posición O (esto puede parecer una obviedad, pero
como señalan England y Martin respecto de ciertos verbos de cita in-
transitivos, translingüísticamente no siempre es así).
Mención especial merecen algunos casos provenientes del Texto 3. En
esta historia, el hombre que quiere seducir a la mujer es burlado por esta
haciéndolo cortejar en su lugar a una pata a la que no puede ver en la os -
curidad. Aquí se desarrolla una situación desopilante en la que el hombre
intenta iniciar un diálogo, pero a cambio sólo recibe graznidos irritados.
Lo interesante es que el texto emplea cláusulas de cita para introducir los
sonidos del animal. A modo de ejemplo:

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 21


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(20) Ø+ʔna:k+oʔ aaaaa


3AC+decir+EV aaaaa
Dijo: “Aaaa” [el graznido de la pata en medio de la oscuridad].
(Texto 3: 54)

Estos datos plantean un debate teórico-metodológico de alcances mayo-


res a los de este trabajo. ¿Qué hacer con una secuencia de sonidos que se
enmarca en la sintaxis pero que en sí no tiene estructura alguna que pue-
da definirla como material lingüístico? Como toda onomatopeya, segura-
mente emplea segmentos del sistema fonémico, pero, como puede verse,
eso no implica que siga un arreglo cuando menos fonotáctico. La lógica
icónica dicta que la cantidad o complejidad del material lingüístico se co-
rrelaciona con la complejidad conceptual. En este caso, sin embargo, ni
siquiera se cuenta con material lingüístico cuya cantidad o complejidad
se pueda evaluar. Por estas dificultades, y considerando que estos ejem-
plos son muy escasos, se decidió excluirlos del cómputo.

4.2. ESTATUTO PRAGMÁTICO. Otra de las cuestiones centrales de la EAP es


cómo definir los estatutos informativos de las menciones. Du Bois adhiere
a Chafe (1987) en su taxonomía dado/accesible/nuevo, así como en la co-
rrelación que establece respecto de sus patrones de verbalización. Las
menciones dadas son aquellas que están activadas en la conciencia y que,
consecuentemente, suelen manifestarse bajo formas tenues como la mar-
cación verbal o los pronombres. Las menciones accesibles, por su parte,
son aquellas que se encuentran en la periferia de la conciencia y que pue-
den activarse fácilmente, por lo que se pliegan a las dadas en sus realiza-
ciones tenues (como ser verá a continuación, esta correlación no siempre
se puede leer en el sentido inverso). Por último, las menciones nuevas son
aquellas que se encuentran en la memoria de largo plazo o que son com-
pletamente nuevas y cuya activación provoca el mayor costo cognitivo,
siendo así verbalizadas con formas fuertes, generalmente FNs.
Estas correspondencias, sin embargo, deben ser tomadas con cautela,
en especial en lo que hace a las menciones accesibles. Debe recordarse
que la correlación prevista por la EAP es que las entidades nuevas se ma-
terializan como menciones léxicas, pero no a la inversa. En efecto, En-
gland y Martin (2003) sostienen que muy a menudo las menciones accesi-
bles pueden estar enmascaradas como nuevas, es decir, recibir realiza-
ción léxica. Las autoras citan varias fuentes de confusión, de las cuales
sólo algunas son relevantes para nuestro corpus. Una de ellas es la varia-

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ción con la cual un texto nombra al mismo personaje. En el Texto 2, por


ejemplo, el yaguareté y el zorro son llamados muchas veces tío y sobrino
respectivamente. Este parentesco es un motivo común en el folclore cha-
queño6 y que no responde en modo alguno a una evolución o revelación
respecto del vínculo de los personajes en el devenir del relato, por lo que
deben tomarse como accesibles.
Distinto es el caso en el que una mención léxica refiere a un partici-
pante dado en el discurso pero bajo una luz nueva, añadiendo algún tipo
de elemento o avance en la historia. England y Martin citan el caso de un
relato en el que los mismos personajes al comienzo son llamados “niño y
niña” y, más adelante, una vez que crecen, son llamados “hombre y mujer
jóvenes” (England y Martin 2003, 141-142). En el corpus hay un caso que
puede emplazarse bajo este razonamiento, pero de naturaleza ligeramen-
te disímil:

(21) kaʔ qa+i+ewane+leɡ l+aqatam


entonces INDEF+3AC+encontrar+sobre ABS+dormilón

Y entonces encuentra al dormilón (lit., 'el que duerme').


(Texto 2: 13)

Aquí laqatam 'el dormilón' fue tomado como nuevo porque, si bien se re-
fiere a un participante ya introducido y aludido repetidamente en el dis-
curso previo, en este punto es mencionado en una circunstancia particu-
lar, a saber, en pleno sueño. Este detalle resulta crítico para el devenir de
la narración dado que, aprovechándose del estado del zorro, el yaguareté
le sonsaca la información que confirma sus sospechas, lo que a su vez ha-
bilita el progreso de la historia.
Otro factor que puede dar lugar a accesibles enmascarados como nue-
vos son las presiones genéricas/retóricas del relato. Este parece ser el
caso de so naʔɢaʔa 'un día' al comienzo del Texto 1, en el encuadre tem-
poral de la historia, de un modo similar al que lo hace el giro formular
“había una vez”.
Asimismo, los avatares de la ejecución de una narración pueden des-
perdigar menciones léxicas no nuevas. En el Texto 3, por ejemplo, en el
pasaje acerca de la interacción entre el hombre y la pata hay una profu-

6 De hecho, los relatos que los involucran suelen ser acerca de cómo el zorro se abusa del
yaguareté gracias a su astucia, una tendencia aquí visitada y luego invertida.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 23


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sión de menciones léxicas referidas a los mismos. Aquí se ofrece un ex-


tracto para ilustrar:

(22) maʔle páto qačika lamaʔɢaʔ Ø+ʔna:k+oʔ ka páto


luego pato pero más 3AC+decir+EV D.ABSNT pato
qačika lamaʔɢaʔ+oʔ r+oʔo: kapáto
pero más+EV 3IN+enojarse pata
Luego la pata… pero la pata habló de nuevo. Pero la pata se volvió a enojar.
(Texto 3: 37, 38)

No debe olvidarse que estos textos son orales en su origen, por lo que
exhiben los rasgos propios de una narración que debe arreglárselas con
las limitaciones de la memoria en tiempo real. El falso comienzo de la pri -
mera cláusula parece sugerir un recálculo de lo que se quiere decir, algo
aparentemente confirmado por la similitud de la cláusula siguiente, que
de algún modo reformula su contenido. A pesar de la triple mención léxi-
ca, el estatuto del participante “pata” es evidentemente dado.
Una categoría que conviene traer a colación en este punto es la de los
inferibles (Prince 1981, 1992). En un nivel, esta es comparable a los ac-
cesibles, más que nada teniendo en cuenta que es propuesta como un in-
termedio entre lo nuevo y lo dado (cfr. las diferencias que hace para el
caso Prince 1981) y que supone alguna información o conocimiento de
base que vuelve a algún ítem accesible o inferible. A excepción de los ac-
cesibles que se vuelven tales como resultado de una desactivación, podría
decirse que refieren a lo mismo, con la salvedad de que la noción de “in-
ferible” pone en el centro el proceso mediante el cual se accede a un con-
cepto —una inferencia pragmática— mientras que “accesible” remite úni-
camente a algún concepto que, por una razón no totalmente explicitada,
está en las inmediaciones mentales de otro.
Birner (1997) retoma la idea de inferible y la define como información
no directamente evocada en el discurso previo y que se recupera median-
te una inferencia. Introduce además la precisión de que, junto con las re-
laciones de identidad referencial, los inferibles se apoyan en una relación
poset [partially-ordered set] (Birner 1997, 143), o sea, que suponen la
pertenencia del inferible a algún conjunto previamente evocado. En su
trabajo, Birner concluye que los inferibles y la información dada en el dis-
curso exhiben el mismo patrón de realización en lo que respecta a las

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 24


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construcciones sintácticas marcadas7. Sumado a la afinidad apuntada más


arriba con la noción de Chafe, se propone asimilar aquí los inferibles tam-
bién a los accesibles.
Resulta en este punto interesante considerar el siguiente ejemplo:

(23) regat r+alawataɢan+tak+oʔ šipeɡaq qoʔɢoyk //


yaguareté 3AC+carnear+PROG+EV caballo viejo //
// pop l+a:tenek letaʔam
// INTERJ 3POS+presa mucho
El yaguareté estaba carneando un caballo viejo. ¡Guau! ¡Había un montón de carne!
(Texto 2: 1, 2)

Aquí se tomó la:tenek 'su presa' como accesible en virtud de que su iden-
tificabilidad se infiere de la cláusula anterior. No obstante, a diferencia de
lo que sostiene Birner, este ítem no parece establecer una relación de
miembro-conjunto con el referente previo šipeɡaq qoʔɢoyk 'caballo viejo'.
Resulta difícil concebir un vínculo inferencial automático entre los caba-
llos viejos y las presas en general. En realidad, la inferencia parece ema-
nar no sólo del ítem individual šipeɡaq qoʔɢoyk 'caballo viejo' sino de la
predicación toda en la que se enmarca: “el yaguareté estaba carneando
un caballo viejo”. El sentido total de la proposición es el que permite tra -
zar un vínculo inferencial entre las dos menciones, es decir, 'caballo viejo'
puede ser equiparado con 'presa' porque se dice que está siendo comido y
no, por ejemplo, montado. Es verdad que a posteriori puede señalarse
que entre las dos menciones hay una relación de identidad referencial
(una relación poset, según Birner), pero vale aclarar que eso es resultado
de la inferencia que opera primero el significado de la cláusula anterior,
donde se dice que un caballo viejo está siendo afectado por un yaguareté
de modo tal que equivale a su presa.
Algo similar puede decirse de (14), aquí renumerado como (24):

(24) ǰi r+oqači ʔwe+t+oʔot l+aʔal-okiʔ


D.HOR 3AC+robar existir+PROG+bajo ABS+sombra-DIMM
El ladrón estaba bajo la sombra (lit., 'el que robó').
(Texto 2: 14, 15)

7 La autora advierte que no ocurre lo mismo con los perfiles entonacionales. No obstante,
dado que aquí el foco está puesto en la manifestación de entidades en la estructura argu -
mental, se toma la analogía sintáctica y se desestima el problema de la prosodia.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 25


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En este caso la identidad de “el ladrón” y “el zorro” se debe a todo el con -
tenido anterior del relato, que permite ubicar ambas menciones bajo la
misma entidad discursiva.
Hay una última previsión que debe hacerse respecto del estatuto infor-
mativo de las menciones léxicas de los textos. En §4.1 se defendió la deci-
sión de tomar las instancias de discurso directo como menciones léxicas.
Sin embargo, en lo que hace a su estatuto informativo, no es posible expe-
dirse con tanta certeza. A primera vista, esto parece encuadrarse en el
planteo de England y Martin de que no toda mención léxica representa
una entidad nueva en el discurso. Sin embargo, este caso es distinto. Arri-
ba se aludió a la lógica icónica para fundamentar la caracterización del
discurso directo como mención léxica, en tanto la inversión de material
lingüístico se corresponde con la necesidad de expresar mayor contenido
conceptual. Se dijo, además, que puede concebirse el discurso directo
como un modo de introducir participantes nuevos en el discurso. El pro-
blema, primero que nada, es que sería erróneo decir que la función del
discurso directo es sólo esa; de hecho, se dan casos en el que este no
hace nada de eso (véase (20)). En realidad, la cuestión reside en que es
muy difícil evaluar el discurso directo en términos de su estatuto informa-
tivo (no así el material incluido en el mismo) 8. Esto muestra cómo la co-
rrespondencia mención léxica → entidad nueva es espuria no sólo porque,
como sostienen England y Martin, muchas veces una mención léxica en-
carna una entidad dada o accesible, sino porque puede darse el caso de
que una mención léxica constituya una unidad lingüística que sencilla-
mente no puede ser evaluada en términos de su estatuto informativo,
como ocurre con el discurso directo. Por estas razones, se decidió excluir
las cláusulas de cita —donde se toma el discurso directo como O léxico—
para el relevo de menciones léxicas según su estatuto informativo9.

5. ANÁLISIS. El cómputo de datos muestra que todas las previsiones de la


EAP se cumplen, tanto en los cálculos de cada uno de los textos como en
los totales.

8 Una de las revisoras de este trabajo señaló muy atinadamente que en muchas lenguas el
discurso directo es considerado dos oraciones independientes en lugar de una construc-
ción compleja con una dependiente. Justamente esto abona a la decisión de no evaluar el
discurso directo en términos de su estatuto informativo.
9 Ashby y Bentivoglio (2003) tampoco consideran las instancias de discurso directo para la
dimensión pragmática, aunque sin explicitar los motivos.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 26


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0 argumentos 1 argumento 2 argumentos


Texto Total
léxicos léxico léxicos
Texto 1 9 (21,4%) 27 (64,3%) 6 (14,3%) 42
Texto 2 17 (44,7%) 20 (52,6%) 1 (2,7%) 38
Texto 3 18 (32,2%) 31 (55,3%) 7 (12,5%) 56
Total 44 (32,3%) 78 (57,3%) 14 (10,4%) 136
Tabla 2: Cantidad de cláusulas según la cantidad de argumentos léxicos.

Como puede observarse en la Tabla 2, la cantidad de cláusulas con dos


argumentos léxicos representa una proporción pequeña en el Texto 1 y el
Texto 3, y aún menor en el Texto 2, confirmando la predicción (1a). Res-
pecto de los porcentajes del Texto 1 y del Texto 3 debe advertirse que al -
gunos de los ítems registrados son resultado de la decisión metodológica
de contar el discurso directo como instancias de O. En el caso del primer
texto, muchas son variantes del mismo contenido proposicional, que pue-
de resumirse como “la mosquita sostiene a su compañero”, que se repite
bajo distintas formas quizá porque es el nudo de tensión de la historia.

Texto S O A Total
Texto 1 22 (56,4%) 11 (28,2%) 6 (15,4%) 39
Texto 2 8 (36,6%) 11 (50,0%) 3 (13,4%) 22
Texto 3 21 (47,7%) 16 (36,3%) 7 (16,0%) 44
Total 51 (48,5%) 38 (36,2%) 16 (15,3%) 105
Tabla 3: Menciones léxicas según rol gramatical.

En cuanto a la predicción (1b), se constata que la cantidad de As léxi-


cos representa un conjunto menor, no sólo frente a la suma de S y O (el
par ergativo), sino frente a cada uno de estos por separado.

0 argumentos 1 argumento 2 argumentos


Texto Total
nuevos nuevo nuevos
Texto 1 16 (57,0%) 12 (43,0%) 0 (0,0%) 28
Texto 2 12 (66,6%) 5 (27,8%) 1 (5,6%) 18
Texto 3 24 (77,5%) 7 (22,5%) 0 (0,0%) 31
Total 52 (67,5%) 24 (31,2%) 1 (1,3%) 77
Tabla 4: Cantidad de cláusulas según la cantidad de argumentos nuevos.

Respecto de la predicción (1c), puede verse que también se verifica.


Cuando se quiere introducir un argumento nuevo, este suele hacer su
aparición sin estar acompañado de otro nuevo10.

10 Se recuerda que, como se fundamentó en §4.2, se excluyeron los cláusulas de cita de este
cómputo aunque sí se registraron las cláusulas de discurso directo mismo.

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Texto S O A Total
Texto 1 10 (83,3%) 2 (16,7%) 0 (0,0%) 12
Texto 2 0 (0,0%) 5 (71,4%) 2 (28,6%) 7
Texto 3 3 (42,9%) 3 (42,9%) 1 (14,2%) 7
Total 13 (50,0%) 10 (38,5%) 3 (11,5%) 26
Tabla 5: Menciones léxicas nuevas según rol gramatical.

Por último, la predicción (1d) también se cumple en los textos. Se ob-


serva una preponderancia notable de los roles S y O frente a A cuando se
trata de alojar menciones léxicas nuevas. El hecho de que en el Texto 2
haya dos menciones en rol A y ninguna en rol S puede parecer a primera
vista una contradicción, pero no es así si se recuerda que la predicción
dicta que se evite la posición A, lo que no implica ningún tipo de predilec-
ción independiente hacia S u O por parte de la mayoría que efectivamente
evita el primer rol.
Sin embargo, vale la pena preguntarse por qué en este texto hay dos
instancias de As nuevos y ninguna de S. Si se lo compara con el Texto 1,
donde la posición preferida para introducir personajes en la historia es S,
generalmente en cláusulas existenciales, resulta extraño que justamente
los dos protagonistas de la historia —el yaguareté y el zorro— aparezcan
como As. Lo que es más, el yaguareté figura en la única cláusula de todo
el corpus en la que se introducen dos participantes nuevos (el otro es el
caballo viejo).
England y Martin (2003) apuntan que lo que en la transcripción se ma-
nifiesta como nuevo puede en realidad ser un elemento dado que fue
nombrado o insinuado antes de que se inicie el registro de la narrativa.
Este no es necesariamente el caso. Estas menciones pueden ser efectiva-
mente las primeras de estos referentes en el discurso, siendo en rigor
nuevos, pero que por algún tipo de prominencia cultural, no resultan tan
nuevos como, por ejemplo, los mosquitos del Texto 1.
Como fue indicado arriba, el yaguareté y el zorro son dos personajes
que habitualmente protagonizan cuentos y leyendas de los pueblos del
Chaco. No hay motivos —y en efecto no es así— para que toda narrativa
de esta región trate sobre ellos, pero es probable que lo haga 11. Esto sig-

11 Piénsese en un análogo del español: a la hora de contar un chiste no es obligatorio que


este sea sobre Jaimito, pero muchas veces es así. En efecto, lo más común es que estos
cuentos comiencen más o menos de este modo: “Un día Jaimito estaba masticando chi-
cle…”, donde se presentan dos participantes nuevos (Jaimito y el chicle) en posición A y O.
El comienzo no sonaría tan natural si en lugar de Jaimito dijéramos “Esteban” o //29

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 28


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nifica que su estatuto cognitivo no es el mismo que el de otro tipo de re-


ferente, dando lugar al desvío de la EAP observado. Sin ser completamen-
te nuevo, difícilmente puede decirse que es un dado. Este parece ser un
ejemplo de lo que Prince (1981) llama “nuevo no usado”. Este es un caso
que llama la atención sobre la necesidad de reconocer matices en el inte-
rior de estos términos.
En cuanto a la hipótesis de Everett (2009) —la EAP es un epifenómeno
de la topicalidad de los referentes humanos y de la tendencia del rol A a
manifestar estos últimos—, en principio, los datos parecen acomodarse a
su interpretación. De las 13 menciones nuevas en rol S, 8 son no humanos
(61,5%) mientras que de las 10 menciones en rol O, 7 son no humanos
(70%). Sin embargo, a pesar de ser una hipótesis interesante, hay algunos
puntos débiles en su planteo teórico y metodológico que le quitan fuerza.
Por empezar, en el análisis de su corpus Everett equipara las mencio-
nes léxicas a las entidades nuevas (2009, 8), asociación que, como quedó
demostrado en §4.2 y en otros lados (England y Martin 2003), sencilla-
mente no se sostiene. Debe insistirse en que la EAP no realiza previsiones
respecto de que toda mención léxica encarne una entidad nueva, por lo
que Everett parte de un presupuesto erróneo. También argumenta que,
dado que las cláusulas intransitivas son más frecuentes en el discurso, no
puede plantearse un paralelo entre S y O para el alojamiento de mencio-
nes léxicas/nuevas (nótese nuevamente el colapso de las dos categorías),
dado que los porcentajes de este tipo de menciones respecto de los tota-
les de cada rol difieren sustancialmente. La EAP, no obstante, no hace ge-
neralizaciones sobre las cantidades totales de los roles S, A y O, sino so-
bre los modos en los que cierto tipo de menciones se acomodan en esta
arquitectura argumental. Podría darse el caso opuesto —que haya más
cláusulas transitivas—, pero eso no significaría que vayan a manifestar su
rol A léxicamente, que es en definitiva lo que predice la EAP. De hecho,
generalmente se introduce una nueva entidad no sólo para presentarla
sino para decir algo sobre ella, lo que supone su aparición en cláusulas
subsiguientes. Esto implica que, lejos de lo que supone Everett, la fre-
cuencia alta de un rol no está necesariamente ligada a la introducción de

//28 “Manuel”. Se nos podría decir que Jaimito es en realidad un nombre genérico para
cualquier chico, pero así como el zorro suele ser caracterizado por su astucia para burlar
al yaguareté, Jaimito también está investido de una serie de atributos bien específicos:
malicia, picardía, ingenio, etcétera, lo que no se aviene con una genericidad muy amplia.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 29


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nuevos referentes en su posición. Piénsese en el escenario opuesto: dado


que la introducción de nuevos referentes es algo cognitivamente oneroso,
tendría sentido pensar que en realidad se correlaciona con la baja fre-
cuencia de, digamos, O, justamente porque no se da muy a menudo. El
punto, a decir verdad, es que la frecuencia de los roles per se es irrele-
vante, puesto que no es una de las variables incluidas en la EAP, y emple-
arla como una manera de explorar sus motivaciones es alterar el objeto
de estudio.
Retomando a Du Bois (1987), que habla de diferentes grados de pre-
sión informativa, lo que motiva más o menos entidades nuevas en ciertos
contextos discursivos, Everett (2009, 10) cuestiona esta idea señalando
que, si así fuera, debería observarse un número mayor de cláusulas tran-
sitivas en su corpus —caracterizado por una alta presión informativa—
respecto de otros con menos presión informativa. Sin embargo, nueva-
mente esto implica una lectura de las predicciones de la EAP desde el án-
gulo incorrecto. Hacer una observación sobre la proporción de cláusulas
intransitivas equivale a llamar la atención sobre la frecuencia de los roles,
algo que se mostró como irrelevante en el párrafo anterior. Además, la
presión informativa no está postulada en términos de motivar más instan-
cias de intransitivas o transitivas, sino una proporción mayor de mencio-
nes léxicas y nuevas que, eventualmente se manifiestan preferentemente
en los roles S u O. La cantidad de menciones léxicas y nuevas pueden ser
altas independientemente de que el número de cláusulas transitivas sea
comparativamente más bajo que las intransitivas.
Everett también señala que tanto en su corpus como en el de muchos
de los estudios de Du Bois et al. (2003) se observa que, del número total
de ocurrencias de cada rol, S y A exhiben un porcentaje muy similar de
menciones léxicas/nuevas respecto de sus totales. Este es otro resultado
de la interpretación errónea de la EAP. Las proporciones de A y S
léxicos/nuevos en términos del total de estos argumentos pueden ser si-
milares, pero lo que realmente importa no es eso sino cuáles son los por -
centajes de A vs. S sobre la base del total de las argumentos léxicos y
nuevos (otra vez, deben diferenciarse estas dos variables).
Arriba se indicó que los datos de nuestro corpus resultan convergentes
con la hipótesis semántica-pragmática de Everett: los roles S y O exhiben
una preeminencia de referentes no humanos en sus menciones nuevas
(61,5% y 70,0% respectivamente). No obstante, examinando la afirmación
más general de que, al ser inherentemente más topicales, los referentes

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 30


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humanos son menos pasibles de plasmarse léxicamente, el corpus presen-


ta datos más divergentes: del total de 26 menciones nuevas (que incluyen
las del rol A), 11 son humanos, representando un difícilmente desprecia-
ble 42,3%.
Puede apreciarse que este es, sin lugar a dudas, un factor interesante
para inspeccionar en el análisis de la EAP. De hecho, en nuestro corpus
las tres menciones nuevas en rol A son todos referentes humanos 12. Aquí
podría señalarse que esto no hace sino confirmar las observaciones de
Everett sobre el rasgo prototípicamente humano de este rol; seguramente
es así. Pero no debe olvidarse que, por otro lado, las menciones léxicas en
rol A es lo que la EAP justamente no explica. Recuérdese que las predic-
ciones están formuladas como una tendencia negativa respecto de A: eví-
tense las menciones léxicas y las nuevas. De aquí se desprende la impli-
cancia —por lo demás, ampliamente corroborada empíricamente— de que
en algunos casos esto no se cumple. La EAP prevé esta situación, pero no
puede dar cuenta de la misma, ni siquiera con su propuesta de que los ro-
les S y O son cognitivamente privilegiados para la presentación de infor-
mación nueva. Las ideas de Everett, en realidad, pueden ser la clave no
para entender la regla, sino justamente la excepción.
He aquí una nueva interpretación. Du Bois formula la EAP como un
modo de explicar el alineamiento ergativo-absolutivo, que pone en parale-
lo con las hipótesis funcionalistas sobre el alineamiento nominativo-acu-
sativo, cifradas en la preeminencia de la topicalidad de los referentes. El
alineamiento morfosintáctico, en definitiva, no es sino una de las dimen-
siones del fenómeno mayor de la realización argumental. Si bien con su
hipótesis Du Bois apela a las presiones emergentes del uso —la necesidad
de introducir referentes nuevos— como la motivación más determinante,
hoy está bien establecido que hay factores de índole semántica que jue-
gan un papel decisivo en este fenómeno. Incorporando esta línea de in-
dagación, aquí se propone que para comprender la complejidad de la rea -
lización argumental conviene considerar la competencia de otras motiva-
ciones de esta naturaleza, como es el caso de la semántica de las FNs.
Para volver a la propuesta de Everett, más que una de las motivaciones
de la EAP, podría verse el rasgo humano de las FNs como una fuerza que
opera en paralelo a la presión informativa, en competencia por la deter-

12 Du Bois observa que en su corpus también el 100% de las menciones A son humanos
(1987, 841).

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 31


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minación de la realización argumental. El estatuto de nuevo de las FNs


orientaría su realización en los roles S y O, probablemente como resulta-
do de algún privilegio cognitivo de estos, mientras que la presencia del
rasgo humano, prototípicamente asociado a la posición A, sería una pre-
sión menor que provoca el desvío de ciertas FNs nuevas al rol A13.

6. CONCLUSIONES. En este trabajo se propuso explorar los alcances de la


EAP en el mocoví. Se intentó mostrar cómo, más allá de las particularida -
des tipológicas que exhibe, su análisis permite corroborar todas las pre-
dicciones (§5). Para esto, fue necesario recorrer varios problemas meto-
dológicos y consiguientemente ensayar y fundamentar respuestas (§3);
así, se espera así haber contribuido en alguna medida al campo de estu-
dio de la EAP facilitando futuros análisis. Asimismo, se discutieron traba-
jos más recientes que elaboran proyecciones teórico-metodológicas para
la EAP (§1). A continuación se hace un repaso de estas a la luz del análisis
aquí emprendido y se formulan otros horizontes de investigación.
La hipótesis de Huang y Huang (2009) —que el rol por el cual la infor -
mación exhibe más preferencias es E—, a pesar de ser sumamente atrac-
tiva, queda abierta para análisis posteriores. Más estimulante en su plan-
teo, quizá, es la posibilidad de que haya particularidades de la morfosin -
taxis de cada lengua que jueguen un papel de peso en los patrones de re -
alización argumental a nivel del discurso. Como se vio en §2, el mocoví es
una lengua activa, que como tal exhibe una escisión en su rol S, más es-
pecíficamente según el grado de afectación del participante. Sería intere-
sante observar los patrones de aparición de las menciones nuevas en ese
rol y las marcas argumentales que las acompañen. Esto podría abrir un
amplio panorama de preguntas acerca de la interacción entre el estatuto
informativo de las FNs y la semántica de las predicaciones, en este caso
según la afectación de los participantes de acuerdo al predicado.
A su vez, pueden formularse otros interrogantes en torno a la interfaz
sintaxis-pragmática que trascienden los alcances de la EAP. En §2 se hizo
referencia a que en las oraciones intransitivas del mocoví hay un orden
relativamente libre, pero que VS es el más habitual. En efecto, en nuestro

13 Nótese que esta hipótesis no entra para nada en contradicción con la explicación que se
brindó arriba para la aparición del yaguareté en posición A. Muy por el contrario, en este
contexto este personaje está fuertemente investido del rasgo humano, lo que refuerza su
topicalidad y, a su vez, su prominencia cultural.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 32


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corpus ese es el patrón que abunda. En el marco de la Gramática del Rol


y la Referencia se examinan los efectos que tiene la estructura de la infor-
mación sobre la morfosintaxis oracional (Van Valin y LaPolla 1997, Belloro
2012), por lo que cabe preguntarse si hay algún factor de este tipo que fa-
vorezca esta tendencia. Otras líneas de investigación que se proyectan
desde este prisma son cuál es el vínculo del orden flexible del mocoví res -
pecto de su estructura focal así como dónde se posiciona la lengua en una
tipología de acuerdo a estos criterios.
En cuanto a la hipótesis de Everett (2009), a pesar de las críticas es-
grimidas, se reconoce un valor importantísimo a sus ideas. La reinterpre-
tación aquí ofrecida apunta a echar luz sobre lo no explicado por la EAP,
manteniendo que lejos de ser una hipótesis que falla caprichosamente, no
es sino una motivación en competencia con otras por la definición del fe-
nómeno mayor de la realización argumental. Una de estas motivaciones
en competencia es la semántica de las FNs, más precisamente su rasgo
[±humano]. Desde esta perspectiva, puede verse cómo la EAP se inscribe
no sólo en la interfaz sintaxis-pragmática, sino en una interfaz más com-
pleja aún: sintaxis-pragmática-semántica.

RECONOCIMIENTO

Este artículo es resultado del seminario de doctorado “Interfaz Sintaxis-Pragmática” dictado


por la Dra. Valeria Belloro en la Facultad de Filosofía y Letras, UBA, en noviembre del 2013. A
ella, mi agradecimiento por un excelente curso. También quiero agradecer a mi directora de
doctorado, la Dra. Lucía Golluscio, que me ha iniciado en el estudio de las lenguas aborígenes.

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Martín Califa
UBA (CONICET) / UNGS
mcalifa@ungs.edu.ar
Trabajo recibido el 27 de marzo de 2014 y aprobado el 18 de abril de 2014.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 34


Castillo Hernández NARRATIVAS DE TRES LENGUAS INDÍGENAS MEXICANAS

OBSERVACIONES SOBRE LA INTERFAZ SINTAXIS-PRAGMÁTICA

EN NARRATIVAS DE TRES LENGUAS INDÍGENAS MEXICANAS

Carolina Castillo Hernández

RESUMEN. En este trabajo se describen ciertos aspectos de la interfaz sintaxis-pragmática en


lenguas de México, analizando, en particular, ejemplos de narrativas en cora (yuto-azteca,
Nayarit), zapoteco (otomangue, Oaxaca) y otomí (otomangue, Querétaro) en términos del mo -
delo de la Estructura Argumental Preferida (EAP). Con base en este primer acercamiento a la
distribución de la información dentro de la cláusula y de los estudios gramaticales existentes,
se analiza la distribución de estructuras focales en cada narrativa y se propone una clasifica-
ción de estas lenguas en términos de la tipología propuesta por Van Valin (1999).
Palabras clave: Estructura Argumental Preferida, estructura de la información, lenguas in-
dígenas de México.

ABSTRACT. This paper describes certain aspects of the syntax-pragmatics interface of Mexican
languages as presented in narratives from Cora (Uto-Aztecan, Nayarit), Zapotec (otomangue,
Oaxaca) and Otomí (otomague, Querétaro), in terms of the Preferred Argument Structure
model (PAS). Based on this first approach to the distribution of information in the clause and
existing grammatical studies, I present an analysis of the distribution of focal structures in
each narrative and a classification of these languages in terms of the typology proposed by Van
Valin (1999).
Keywords: Preferred Argument Structure, information structure, indigenous languages of
Mexico.

RESUMO. Neste estudo descrevem-se algúns aspetos da interfaz sintaxe-pragmática em certas


línguas do México, analisando em particular exemplos de narrações em cora (yuto-azteca, esta-
do de Nayarit), zapoteco (otomangue, estado de Oaxaca) e otomi (otomangue, estado de Que-
rétaro) em termos do modelo da Estrutura Argumental Preferida (EAP). Partendo deste primei-
ro acercamento à distribuição da informação no interior da cláusula e dos estudos gramaticais
já existentes, analisar-se-á a distribuição das estruturas focais em cada narraçao, e propor-se-á
uma classificação das línguas já ditas em termos da tipologia proposta por Van Valin (1999).
Palavras-chave: Estrutura Argumental Preferida, estrutura da informação, línguas indíge-
nas do México.

1. ANTECEDENTES Y METODOLOGÍA. Dentro de la línea de la interfaz sintaxis-


pragmática se encuentran modelos teóricos como el desarrollado por Du
Bois (1987) en el que, a partir de un análisis cuantitativo de los argumen-

Signo y Seña, número 25, junio de 2014, pp. 35-58


Facultad de Filosofía y Letras (UBA)
http://revistas.filo.uba.ar/index.php/sys/index
ISSN 2314-2189

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 35


Castillo Hernández NARRATIVAS DE TRES LENGUAS INDÍGENAS MEXICANAS

tos centrales del verbo en narrativas orales del sacapulteco, propone la


existencia de cuatro tendencias que se hacen presentes en el discurso,
afectando el tipo de realización y denotación de los argumentos verbales.
Siguiendo la clasificación de Dixon (1979), que distingue entre los dos ar-
gumentos de predicados transitivos (A, O) y el único argumento de predi -
cados intransitivos (S), las tendencias descritas en Du Bois (1987) se pue-
den resumir de la siguiente manera:

Dimensión Gramática Pragmática


Se evita más de un argumento léxi- Se evita más de un argumento nue-
Cantidad
co por cláusula. vo por cláusula.
Se evita que los argumentos léxicos Se evita que los argumentos nuevos
Rol
estén en el rol de A. estén en el rol de A.
Tabla 1: Tendencias de la Estructura Argumental Preferida.

Estas cuatro tendencias conforman una Estructura Argumental Preferida


(EAP), que resulta en un patrón de ergatividad discursiva en la que los ar-
gumentos A se distinguen de los S/O.
Siguiendo las propuestas de Du Bois (1987) para el maya sacapulteco,
se ha revisado la relevancia de la EAP en diversas lenguas, entre ellas al-
gunas lenguas indígenas de México. Al tiempo que comprueban las ten-
dencias generales, algunos de estos estudios han hecho distinciones que
complejizan la propuesta original. Por ejemplo, England y Martin (2003)
examinan la presencia de la EAP en lenguas mayas como el mame (nores-
te de Guatemala), el tektiteko (Chiapas y Guatemala), el mocho (Chiapas)
y el q'anjob'al (Guatemala y Chiapas), y exponen los problemas que sur-
gen en un análisis en términos de la EAP en lenguas con una gran varie -
dad de formas pronominales. Uno de los primeros problemas es el de de-
cidir qué se considerará como argumento léxico. La decisión de tomar los
pronombres independientes como frases léxicas o no léxicas repercutirá
en los resultados del análisis, ya que, dependiendo de la decisión meto-
dológica, el número de cláusulas con dos argumentos léxicos o el número
de argumentos léxicos en el rol de A podría modificarse.
Martínez (2012) aplicó el modelo de la EAP a narrativas en tsotsil (len-
gua maya de Chiapas) y comprobó que los sujetos intransitivos muestran
un comportamiento divergente según sean más agentivos (S1) o menos
agentivos (S2). En particular, Martínez muestra que la información nueva
se coloca preferentemente en los roles de S2 y O, mientras que se evita
colocar la información nueva en los roles de S1 y A.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 36


Castillo Hernández NARRATIVAS DE TRES LENGUAS INDÍGENAS MEXICANAS

Fuera de las lenguas mayas, en Belloro y Guerrero (2012) se utiliza el


modelo de la EAP para describir el comportamiento de las cláusulas in-
transitivas de movimiento y determinar en qué medida se asemejan, en su
comportamiento discursivo, al esquema intransitivo o al transitivo. En las
conclusiones de este artículo se señala que la información de locación o
trayectoria en verbos intransitivos de movimiento se comporta en el dis-
curso como los objetos de los verbos transitivos, lo que cuestiona la perti-
nencia de limitar la EAP a los argumentos centrales directos.
Otro modelo de análisis de la interfaz sintaxis-pragmática es el que se
centra en el estudio de la estructura focal. Para este aspecto, en este tra-
bajo nos centraremos particularmente en la tipología de Van Valin (1999).
En dicha tipología se desarrolla un análisis de las estrategias que cada
lengua tiene para marcar la interacción entre la sintaxis y la pragmática.
De acuerdo a este tipo de análisis, existen lenguas en las que la estructu-
ra focal es rígida o flexible, dependiendo si el dominio potencial de foco
excluye o no alguna subparte de la cláusula, y lenguas en las que la sinta -
xis es flexible o rígida, dependiendo de la posibilidad de movimiento de
los constituyentes. Con base en lo anterior, se tiene que hay lenguas en
las que la estructura focal se adapta a la rigidez de la sintaxis, como el in-
glés. También existen lenguas en las que la flexibilidad del orden de cons-
tituyentes se adapta a la rigidez de la estructura focal, como el italiano.
Otro caso es el de las lenguas con estructura focal y sintaxis rígida, como
el francés. En el caso del francés, al igual que en el italiano, hay una res-
tricción sobre argumentos focales preverbales. Para resolver esta restric-
ción sin alterar el orden SVO de la lengua se crean cláusulas complejas.
Por último, también hay lenguas en las que la estructura focal y la sinta -
xis son flexibles, como el ruso, en donde no hay restricción sobre argu-
mentos focalizados preverbales, a diferencia de lenguas como el italiano o
el francés (Lambrecht 1994, Van Valin 1999).
La Tabla 2 presenta esquemáticamente la caracterización de estas len-
guas de acuerdo con esta tipología:

Sintaxis Estructura focal rígida Estructura focal flexible


Sintaxis rígida Francés Inglés
Sintaxis flexible Italiano Ruso
Tabla 2: Tipología de la relación entre estructura focal y sintaxis (Van Valin 1999).

En el caso de las lenguas indígenas de México, se cuenta con estudios


donde se describen aspectos de la estructura focal en trabajos como el de

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 37


Castillo Hernández NARRATIVAS DE TRES LENGUAS INDÍGENAS MEXICANAS

Vázquez (2004, 2009) sobre el cora; Munro (2008), sobre el zapoteco; Pa-
lancar (2009), sobre el otomí; Gutiérrez y Monforte (2010), sobre el maya
yucateco y Guerrero y Belloro (2010), sobre el yaqui. En particular, los es-
tudios de Vázquez, Munro y Palancar son la base en la que se fundamenta
el análisis presentado en este trabajo.
A partir de estos antecedentes, el objetivo de este artículo es contri-
buir a esta todavía incipiente pero fértil línea de investigación sobre in-
terfaz sintaxis-pragmática en lenguas de México, a partir del estudio de
un corpus de narrativas del cora, zapoteco y otomí. Partiendo de las des-
cripciones provistas en los estudios precedentes (ver Palancar 2009, Chá-
vez et al. 2009, Vázquez 2009, Rojas 2012), se buscará validar la perti-
nencia de las tendencias del modelo de la EAP en las narrativas de las
lenguas previamente mencionadas, al tiempo que se tomará este modelo
como punto de inicio a partir del cual se pueda describir la distribución
de distintas estructuras focales y proponer una clasificación de estas len-
guas en la tipología de Van Valin (1999).
Para el análisis de la EAP se siguió la metodología de Du Bois (1987).
Se segmentó en cláusulas cada narrativa. Cada argumento verbal se cla-
sificó como A si se trata de un sujeto de verbo transitivo, S si se trataba
de un sujeto de verbo intransitivo y O si era el objeto de un verbo transiti-
vo (Dixon 1979). Siguiendo la propuesta de (Belloro y Guerrero 2012), en
la presente investigación se cambia la etiqueta de léxico y no léxico por
fuerte y tenue. En (1a) se muestra el ejemplo de un sujeto fuerte, en (1b)
se ilustra el caso de un objeto clausal fuerte, de hecho se decidió cambiar
a esta clasificación para poder incluir ejemplos como este. Por otro lado,
en (1c) se muestra el ejemplo de un sujeto tenue. Por último, en (1d) se
presenta el ejemplo de un objeto tenue. Finalmente, se clasificó a los ar-
gumentos de acuerdo a su estatus pragmático como nuevo si se trataba
de un referente sin mención previa en el discurso y como información
dada si se refería a una entidad previamente mencionada o si es accesible
por el contexto o situación.

(1) (a) Juan compró un pastel.


(b) Juan dijo que compraría un pastel.
(c) Ø compró un pastel.
(d) Juan lo compró.

En cuanto al análisis de las estructuras focales, se clasificó cada cláu-


sula de acuerdo a los tipos de foco descritos por Lambrecht (1994). En

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 38


Castillo Hernández NARRATIVAS DE TRES LENGUAS INDÍGENAS MEXICANAS

este análisis únicamente se consideraron las cláusulas principales con ar-


gumentos fuertes y se excluyeron las cláusulas con verbos dicendi, ya que
se considera que estos verbos requieren de un análisis particular y deta-
llado. Se debe señalar que, si bien se considera que los argumentos nue-
vos están en foco, no todos los focos son nuevos. Para poder deducir la es-
tructura focal dentro de cada corpus analizado se trabajó a partir de la
presuposición pragmática que generó el contexto discursivo (lo que deter-
mina el tópico de la oración analizada) y se analizó como foco (de modo
conservador) aquel elemento ajeno a la presuposición pragmática que de-
nota un referente discursivo nuevo.
Luego de esta introducción, el presente artículo se organiza de la si-
guiente manera. En la sección 2 se presentan las observaciones sobre la
narrativa cora, en la sección 3 las observaciones de la narrativa zapoteca
y en la sección 4 las de la narrativa otomí. Cada una de estas secciones
cuenta con tres subsecciones principales. En la primera se presentan las
características de las lenguas, en la segunda se muestran los resultados
del análisis en términos de la Estructura Argumental Preferida y en la ter-
cera se muestran los resultados de las observaciones de la Estructura de
la Información. Por último en la sección 5 se presentan las consideracio-
nes finales del análisis de la interfaz sintaxis-discurso en las tres lenguas
indígenas de México.

2. OBSERVACIONES SOBRE LA NARRATIVA CORA


2.1. CARACTERÍSTICAS DE LA LENGUA. El cora meseño es una lengua de la fami-
lia yuto-azteca, hablada fundamentalmente en el estado de Nayarit. En
términos de alineamiento y marcación de argumentos, Vázquez (2004,
2009) señala que el cora meseño presenta un alineamiento nominativo-
acusativo. Nótese en los siguientes ejemplos 1 la marca ne, que señala tan-

1 Abreviaturas: ? = glosa incierta; 1 = primera persona; 2 = segunda persona; 3 = tercera


persona; ADJ = adjetivo; APL = aplicativo; CAUS = causativo; CIT = citativo; CMP = completivo;
CONJ = conjunción; D = forma dependiente; DAT = dativo; DEF = definido; deic = deíctico; DEM
= demostrativo; DET = determinante; DIM = diminutivo; DIST = distal; E = estativo; ENF = en-
fático; EVID = evidencial; EXCL = exclamación; FOC = foco; HAB = habitual; I, II, III = distancias
en demostrativos; IMP = imperfecto; IND = indefinido; IRR = irrealis; L = forma libre; LOC =
locativo; NARR = narrativo; NEG = negación; NEUT = neutral; NOM = nominativo; OBJ = objeto;
OP = objeto primario; P = palabra adverbial; PAU = pausal; PERF = perfectivo; PL = plural, PO =
potencial; POS = posesivo; PRES = presente; PRON = base pronominal/pronombre; PROG = pro-
gresivo; PROX = proximal; PSD = pasado; R = persona gramatical de respeto; RE = modo rea-
lis; REL = relativo; REPORT = reportativo; SBR = subordinador; SG = singular; S = sujeto; TNP =
tema no presente; TOP = tópico.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 39


Castillo Hernández NARRATIVAS DE TRES LENGUAS INDÍGENAS MEXICANAS

to al sujeto transitivo de (2) como al sujeto intransitivo de (3), y difiere de


la marcación na, que codifica al objeto en (4) (ejemplos de Vázquez 2009):

(2) puh neh= ne-na ñi'u tipwa'a tin= ne-ra-a-he'ika


pues SBR1SG= 1SG-ENF EVID a_ver_si REPORT= S1SG-OP3SG-CMP-matar.OPSG

Pues yo ¡claro que sí! (lo hago) ¿verdad? A ver si la mato.

(3) puh hee kasi ne-pa'u


pues sí mira S1SG-ser_rojo

Pues sí ¡Mira! Estoy rojo.

(4) mwe'e na-a-his-te-n


S2SG OP1SG-CMP-despertar-CAUS-IRR

Tú me despiertas.

El cora es una lengua de verbo final, tal como ilustran los ejemplos
adicionales en (5) a (7):

(5) ha'ati he'e-che SV


persona DEIC.DIST-vivir

Vivía allá una persona.

(6) rray =pu ta-ha'u-ta'i-tee-ka'a, AV


rey =S3SG OP1PL-?-mandar- CAUS-PERF

El rey nos mandó.

(7) t,aite =pu hi-ki'in OV


gente =S3SG NARR-comer.cosas.vivas

Se tragaba a la gente.

Vázquez señala que en cora pueden aparecer constituyentes disloca-


dos, ya sea a la derecha o a la izquierda. Opcionalmente, las dislocaciones
pueden contener una marca de tópico explícita, tal como mɨ en (8)2. Por el
contrario en (9) no aparece la marca mɨ de tópico en el constituyente dis-
locado (ejemplos de Vázquez 2009, 179):

(8) hixíe me-ø-wa-ré'eka'a mɨ kú'uku'u


parece LOC.allí-S3SG-CMP-estar.tirada.SSG TOP víbora
Parece que allí está tirada la víbora.

(9) haapu ha= =ri hi-ø-ye'e-ba'a-ta-sin ku'uku'u


entonces SPAU3SG= =ya NARR-S3SG-DEIC.PROX-venir-fuego-IRR víbora
Entonces ella ya viene por aquí alumbrando, la víbora.

2 Los elementos dislocados se muestran subrayados.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 40


Castillo Hernández NARRATIVAS DE TRES LENGUAS INDÍGENAS MEXICANAS

Los objetos lógicos dislocados condicionan la aparición de un afijo ver-


bal que marca la concordancia (anafórica) con el objeto gramatical. Un
ejemplo de este tipo se presenta en (10) (de Vázquez 2009,181):

(10) xaantaru'u ø-ti'ai-te'e para meh= ra-he'ika hɨ ku'uku'u


soldados S3SG-mandar-CAUS para SBR3PL= OP3SG-matar.OPSG TOP víbora
Mandó a muchos soldados para que ellos mataran a la víbora.

Nótese que en este ejemplo el objeto del verbo mandar, soldados, aparece
en posición canónica preverbal y, por lo tanto, no dispara concordancia
gramatical en el verbo. Por el contrario, el objeto del verbo matar, la ví-
bora, aparece dislocado a la derecha y esta posición determina la apari-
ción del afijo ra- en el verbo.
El hecho de que la concordancia de objeto sea necesariamente anafóri-
ca permite distinguir casos en donde el orden lineal OV podría resultar en
un análisis incorrecto. Así, el hecho de que el clítico de segunda posición
=pu se asocie a víbora en (11), indica que este objeto nominal está dentro
de los límites de la cláusula. Una estructura hipotética donde co-ocurrie-
ran el objeto nominal en posición preverbal y el prefijo pronominal sugeri-
ría un análisis del objeto nominal dislocado a la izquierda; este tipo de es -
tructuras no aparece documentada en los trabajos existentes.

(11) ku'uku'u =pu wa-he'ika


víbora =S3SG CMP-matar.OPSG

Mató a la víbora.

Lo mismo aplica para los sujetos. Sin embargo, la identificación de su-


jetos de tercera persona singular dislocados a la izquierda puede resultar
más compleja, ya que el afijo de concordancia verbal es una forma cero.
Por ejemplo, en (12), la ocurrencia del clítico de segunda posición =pu
permite identificar el límite izquierdo de la cláusula, e indica que el sujeto
rray 'rey' está dentro de la cláusula. Por su parte, en (13), el sujeto tsi'ih
'perro' no se encuentra seguido del clítico de segunda posición. Sin em-
bargo, aparece un elemento topical hɨ que sugiere que tsi'ih está disloca-
do a la izquierda.

(12) rray =pu ta-ha'u-ta'i-tee-ka'a,


rey =S3SG OP1PL-?-mandar- CAUS-PERF

El rey nos mandó.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 41


Castillo Hernández NARRATIVAS DE TRES LENGUAS INDÍGENAS MEXICANAS

(13) hɨ tsi'ih hahnana ø-ra-'a-ka-ruure


TOPperro allí_pronto S3SG-O3SG-DAT -abajo-hacer

Hablando del perro, allí él pronto lo bajó, lo hizo.

Vázquez (2004, 6) señala que en las construcciones intransitivas con


dislocaciones del sujeto lógico a la izquierda no se presentan los clíticos
de segunda posición. En estructuras como las de (14), el único constitu-
yente dentro del núcleo es el verbo, por lo que los clíticos de segunda po -
sición no aparecen como los marcadores del sujeto. Sin embargo, ya que
en cora se requiere que siempre se marque el sujeto, esto se hace por
medio de los prefijos de sujeto, esto se ilustra en (14), en donde el sujeto
se marca con el prefijo de tercera persona plural mʷ-.

(14) ɨ nawá'ari-te, mʷ-á-kʷii


TOP ladrón-PL S3PL-CMP-morir.PLS

Los ladrones, ellos murieron.

Al contrario de las construcciones intransitivas, en las construcciones


transitivas la dislocación a la izquierda del sujeto lógico si puede desenca-
denar la aparición del clítico =pu de segunda posición, como se muestra
en (15). Se debe tomar en cuenta que en este caso se presenta un objeto
con una realización fuerte al que se adhiere el clítico.

(15) ɨ Juan nawá'ari =pu wa-hé'ika


TOPJuan ladrón =S3SG CMP-matar.SGOP

Hablando de Juan, él mató al ladrón.

Un último comentario relevante respecto de las dislocaciones, mencio-


nado por Vázquez (2004, 14) como un hecho sorprendente, es que en cora
pueden tener la función pragmática de foco. Este hecho lo ilustra en su
artículo con los ejemplos de (16), en los que los constituyentes postverba-
les denotan participantes discursivos nuevos:

(16) (a) Ø-rá-a-namʷa-ri'i, ɨ mwarabí tí'ira-ra'


S3SG-OP3SG-CMP-escuchar-APL TOP cucaracha esposa-POS3SG
Ella lo escuchó, la esposa de la cucaracha.
(b) Ø-rá-a-namʷa-ri'i, ɨ wáabe'e tí'ira-raa
S3SG-OP3SG-CMP-escuchar-APL TOP coyote esposa-POS3SG
Ella lo escuchó, la esposa del coyote.

En el presente análisis de la EAP en la narrativa cora se utilizará, si-


guiendo a Belloro y Guerrero (2010), la etiqueta de “reordenamiento”

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 42


Castillo Hernández NARRATIVAS DE TRES LENGUAS INDÍGENAS MEXICANAS

para los casos en los que el constituyente postverbal cumpla la función de


foco pragmático, restringiendo el término “dislocación” para aquellos ca-
sos en los que cumpla la función de antitópico.
Después de estas consideraciones gramaticales, a continuación se
muestran los resultados cuantitativos del análisis de la narrativa cora de
acuerdo al modelo de la EAP.

2.2. ANÁLISIS DE LA ESTRUCTURA ARGUMENTAL PREFERIDA EN LA NARRATIVA CORA. El


corpus para este análisis se obtuvo de la narración El Ray, una leyenda
folclórica, extraída de Vázquez (2009). El número total de cláusulas anali-
zadas para el cora fue de 54 transitivas y 73 intransitivas. Las cuatro ten-
dencias de la EAP se validaron en la narrativa, y tres de ellas de modo ab-
soluto. En efecto, no se encontró ninguna estructura que desafiara las
tendencias a evitar más de un argumento fuerte, evitar más de un argu-
mento nuevo, y evitar argumentos nuevos en el rol de A. Solamente se en-
contró un contraejemplo a la tendencia a evitar argumentos fuertes en el
rol de A, como se muestra en (17).

(17) rray =pu ta-ha'u-ta'i-tee-ka'a,


rey =S3SG OP1PL-?-mandar- CAUS-PERF

El rey nos mandó.

Esto comprueba que, al menos a partir del corpus analizado, esta lengua
sigue un patrón ergativo en el discurso.

2.3. OBSERVACIONES SOBRE LA DISTRIBUCIÓN DE ESTRUCTURAS FOCALES EN LA


NARRATIVA CORA. El objetivo de esta sección es analizar los tipos específicos

de estructuras focales que aparecen en la narrativa bajo estudio. En el


corpus se registraron 5 casos de foco oracional. Estas estructuras corres-
ponden a cláusulas intransitivas, mismas que muestran un orden SV. Este
orden es el que se propone en Vázquez (2004, 2009) como orden básico
para esta lengua. En (18) se presenta un ejemplo del foco oracional 3:

(18) hapui ta'awa'a rray hi-ye'e-che SV


entonces por_ahí rey NARR-DEIC.PROX-vivir

ENTONCES POR AHÍ VIVÍA AQUÍ UN REY.

3 Los elementos focalizados se ilustran en versales en la línea de la traducción.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 43


Castillo Hernández NARRATIVAS DE TRES LENGUAS INDÍGENAS MEXICANAS

En los datos se registraron 3 cláusulas intransitivas con foco de pre-


dicado, las cuales presentaron también un orden SV. El ejemplo de (19)
ilustra este tipo de estructura, ya que el referente codificado en la fun-
ción de sujeto se encuentra en la presuposición pragmática que generó el
contexto narrativo:

(19) h-ahta tepwai-ra'an hi-pa'u-xara SV


S3SG-CONJ hacha-POS3SG NARR-ser.rojo-?

Y su hacha ESTABA ROJA.

En cuanto a las cláusulas transitivas, se encontraron 9 ejemplos con


foco de predicado. De estas estructuras, 8 son cláusulas del tipo de (20)
con un orden OV. Finalmente, en (21) se presenta un ejemplo de foco de
predicado con un orden SV.

(20) xaantaru'u ø-ti'ai-te'e OV


soldados S3SG-mandar-CAUS

MANDÓ A MUCHOS SOLDADOS.

(21) rray =pu ta-ha'u-ta'i-tee-ka'a, SV


rey =S3SG OP1PL-?-mandar- CAUS-PERF

El rey NOS MANDÓ.

Los datos presentados indican que en el discurso narrativo cora no pa-


rece haber restricciones sobre la posición en la cláusula de los argumen-
tos que se encuentran en foco. El hecho de que en cora el orden básico
SOV aparezca potencialmente en construcciones de foco oracional y foco
de predicado, sugiere que es una lengua de pragmática flexible. En cuan-
to a la sintaxis, el cora parece ser una lengua rígida, ya que en las cláusu-
las principales, cuando aparecen argumentos fuertes, estos presentan un
único orden SOV.
En esta sección se presentó evidencia que sugiere que, en términos de
la tipología de Van Valin (1999), el cora debe considerarse, junto con len-
guas como el inglés, como una lengua de sintaxis rígida y pragmática fle-
xible.

3. OBSERVACIONES SOBRE LA NARRATIVA ZAPOTECA


3.1. CARACTERÍSTICAS DE LA LENGUA. Dentro de la familia otomangue, el zapo-
teco de San Lucas Quiaviní y el zapoteco de Santa Ana del Valle de Oaxa-
ca están clasificados en el subgrupo zapotecano. En Munro (2008) se

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 44


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menciona que el zapoteco de San Lucas Quiaviní es una lengua de verbo


inicial con un orden básico VSO4 como se muestra en (22):

(22) gw-àa'izy Jwaany Beed VSO


PERF-golpear Juan Pedro
Juan golpeó a Pedro.

Según Munro, el orden básico SVO se puede alterar en función de as-


pectos pragmáticos como la focalización. Los casos en los que se focaliza
un constituyente pueden generar ambigüedad. Contrástense (22), donde
no hay argumentos focalizados, y (23), donde sí hay un argumento focali-
zado. Sin contexto resulta difícil saber cuál argumento es el que está fo-
calizado en (23). Podría ser el sujeto (23a) o el objeto (23b).

(23) (a) Jwaany gw-àa'izy Beed SVO


Juan PERF-golpear Pedro
JUAN golpeó a Pedro.
(b) Jwaany gw-àa'izy Beed OVS
Juan PERF-golpear Pedro
Pedro golpeó A JUAN.

El sujeto se puede marcar con clíticos pronominales como en (24). Es-


tos clíticos siempre aparecen después del verbo. Los pronombres clíticos
también pueden marcar objetos, los cuales siguen al clítico de sujeto,
como se ve en (25) (Munro 2008,12):

(24) (a) gwàa'izy=ëng Beed


PERF-golpear=3S.PROX Pedro
(Él) golpeó a Pedro.
(b) r-zhùu'nny=ëng
HAB-correr=3S.PROX

Él corre.

(25) gw-àa'izy=ëng=ih
PERF-golpear=3S.PROX=3S.DIST

Él lo golpeó.

El análisis de datos como los de (24) y (25) muestra que el sujeto de un


verbo transitivo y el sujeto de un verbo intransitivo se marcan de la mis-
ma manera, a través del clítico =ëng, mientras que para marcar el objeto

4 En Rojas (2008) se menciona que en el zapoteco de Santa Ana del Valle el orden SV es po -
sible si el sujeto está en posición de foco, pero es una posición marcada con respecto del
orden VSO.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 45


Castillo Hernández NARRATIVAS DE TRES LENGUAS INDÍGENAS MEXICANAS

de un verbo transitivo se utiliza el clítico =ih, lo que indica que esta len-
gua sigue un patrón de marcación nominativo-acusativo.
Munro (2008, 13) señala que para marcar los argumentos pueden utili-
zarse pronombres disyuntivos, consistentes de una base pronominal y un
clítico pronominal, como se ilustra con el objeto en el ejemplo de (26):

(26) gw-àa'izy Beed la'a=ëng


PERF-golpear Pedro PRO=3S.PROX

Pedro lo golpeó.

En caso de que aparezca un sujeto pronominal focalizado, se presenta


un pronombre disyuntivo al inicio, pero debe aparecer un pronombre clíti-
co en el verbo (Munro 2008, 14), como se observa en (27). Contrástese
con la oración de (28), en donde el objeto es el que está focalizado y, por
tanto, no aparece un pronombre clítico en el verbo:

(27) la'a=ëng gwàa'izy=ëng Beed


PRO=3S.PROX PERF-golpear=3S.PROX Pedro
ÉL golpeó a Pedro.

(28) la'a=ëng gwàa'izy Beed


PRO=3S.PROX PERF-golpear Pedro
Pedro lo golpeó A ÉL.

En la siguiente sección se presentaran los resultados del análisis de la


narrativa zapoteca en términos del modelo de la EAP, con lo que se com-
probará si, al igual que el cora, el zapoteco presenta una alineación erga-
tiva en el discurso.

3.2. ANÁLISIS DE LA ESTRUCTURA ARGUMENTAL PREFERIDA EN LA NARRATIVA


ZAPOTECA. Para el análisis del zapoteco, el corpus se extrajo de dos cuen-

tos: “Vengo de la luz del amanecer, recordándote” (Chávez et al. 2009),


de la variante de San Lucas Quiaviní, y “El señor que se convirtió en ser-
piente” (Rojas 2012), de la variante de Santa Ana del Valle, los dos de Oa-
xaca. Ambas narraciones son historias folclóricas. En total se analizaron
153 cláusulas, 48 transitivas y 105 intransitivas.
De acuerdo al análisis cuantitativo, en la narrativa zapoteca se encon-
tró que, de las 48 cláusulas transitivas, 8 cláusulas presentaron dos argu-
mentos fuertes, como en (29):

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 46


Castillo Hernández NARRATIVAS DE TRES LENGUAS INDÍGENAS MEXICANAS

(29) pehr ma'any gyi'tsèiny cay-uhny bi'sy


pero animal grillo PROG-hacer aviso
Pero los grillos nos hacen ese anuncio.

El análisis de los datos mostró que mientras que el texto cora presentó
54 cláusulas transitivas de las cuales ninguna contuvo dos argumentos
fuertes, en zapoteco, de 48 transitivas, 8 codificaron más de un argumen-
to fuerte. En la narración zapoteca se encontraron varios casos en los que
el informante inserta diálogos de los personajes de la narración, como en
(30). En este caso la estructura de (30b) se está tomando como el objeto
directo del verbo 'decir' de la estructura de (30a); este tipo de objeto
clausal se analiza como una codificación fuerte.

(30) (a) bì-dxí'ch náné'=kì pòs r-êy bwìñ


CMP-enojarse señora=DEM pues HAB-dijo persona

(b) nâa' kúmm gády=á g-ún=á preparad shí gù-kîi'ny=ù


PRO1 como NEG=1 PO-hacer=1 preparado qué PO-comer=2

Se enojó la señora, pues, y le dijo: yo como no he preparado nada para comer.

Respecto de la tendencia a evitar argumentos fuertes en el rol de A, se


contabilizaron 92 argumentos fuertes, de los cuales 42 se encuentran en
el rol de S, 38 casos están en el rol de O y únicamente 12 están en el rol
de A, como se muestra en (31):

(31) pehr ma'any gyi'tsèiny cay-uhny bi'sy


pero animal grillo PROG-hacer aviso
Pero los grillos nos están dando ese anuncio.

La segunda tendencia de la EAP se comprueba cuantitativamente para


el corpus del zapoteco, aunque llama la atención el número de argumen-
tos fuertes en el rol de A. Este hecho puede ser producto de que en una
de las narraciones se habla de una familia y se relata lo que pasa con sus
diferentes integrantes (el abuelo, la abuela, los papás, los niños), además
de que se habla de lo que hacen los grillos en la casa de la familia, crean-
do contextos de alta ambigüedad referencial. Por otro lado, en la otra na -
rración zapoteca se encuentran casos en los que se presentan citas direc-
tas de los personajes, como se ilustró en (30).
En cuanto a la tendencia a evitar más de un argumento nuevo, se con -
sideraron solo las 48 cláusulas transitivas, dentro de las cuales solo hay
una estructura (32) en la que el sujeto y el objeto codifican información
nueva:

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 47


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(32) yu'uh b-zehnny rresibiier gahll=an-la'as


casa PERF-llegar recibir NOM=ADJ-lamentable

La casa recibió la tristeza.

Este ejemplo es también el único que viola la tendencia a evitar que la in-
formación nueva se encuentre en el rol de A, de los 43 argumentos nue-
vos presentes en las narrativas.
Los datos comprueban que en el discurso zapoteco se presenta un pa-
trón ergativo, aunque llama la atención un relativamente elevado porcen-
taje de formas fuertes en el rol de A. Como comentamos arriba, este he-
cho podría responder al tipo de narración (el hecho de que en una de las
narrativas coexisten múltiples personajes, y en la otra se presentan diálo-
gos entre los personajes). Nótese de hecho que para el zapoteco se anali -
zaron 93 argumentos fuertes, mientras que para el cora se contabilizaron
25 argumentos fuertes y para el otomí, 56 (como se verá más adelante).
En la siguiente sección se mostrará un análisis de las estructuras focales
encontradas en la narrativa zapoteca.

3.3. OBSERVACIONES SOBRE LA DISTRIBUCIÓN DE ESTRUCTURAS FOCALES EN LA


NARRATIVA ZAPOTECA. El análisis de la EAP que se hizo en la narrativa zapote-

ca sirvió como antecedente para realizar un estudio de la distribución de


la información en términos de la estructura focal. Los resultados de la
clasificación de las cláusulas de la narrativa zapoteca en términos de es-
tructura focal mostraron 13 estructuras intransitivas de foco oracional,
de las cuales 12 presentan el orden no marcado VS. Un ejemplo de este
tipo de foco se muestra en (33). Esta estructura se presenta al inicio de la
narración para introducir a los protagonistas de la historia.

(33) tôy gîdx gú-bâny tôy nàn=é' kùnn tôy dàd=é'


uno pueblo CMP-vivir uno señora=DIM con uno señor=DIM
EN UN PUEBLO VIVIERON UNA SEÑORA CON UN SEÑOR.

Se encontró una cláusula con foco oracional codificada con un orden


SV, como se ilustra en (34). Nótese que, contrariamente a lo que se espe-
ra de acuerdo con la literatura, estos casos no representan instancias en
las que solamente el sujeto es focal.

(34) dyúnàvéz rruíd gú-bî dàny


EXCL ruido CMP-sonar cerro

UN FUERTE RUIDO SONÓ EN EL CERRO.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 48


Castillo Hernández NARRATIVAS DE TRES LENGUAS INDÍGENAS MEXICANAS

Asimismo, de los 22 casos de cláusulas intransitivas con foco de pre-


dicado, si bien 17 presentan el orden esperado VS, como en (35), las 5 es-
tructuras restantes presentaron un orden marcado SV, como en (36).

(35) bì-dxí'ch náné'=kì


CMP-enojarse señora=DEM
SE ENOJÓ la señora.

(36) nyèe'c ra ma'any gyi'tsèiny n-u'uh re'cy


siquiera PL animal grillo NEUT-estar ahí
Ni siquiera los grillos LA HABITAN.

Para el caso de las estructuras transitivas se encontró solo un ejemplo


de foco oracional. Los referentes de la estructura en (37) no tienen una
mención previa en el discurso. Este único caso es el que se presentó como
el resultado inesperado respecto de la tercera tendencia de la EAP, y la
única instancia en la que el sujeto y el objeto se presentan como informa-
ción nueva.

(37) yu'uh b-zehnny rresibiier gahll=an-la'as


casa PERF-llegar recibir NOM=ADJ-lamentable

LA CASA RECIBIÓ LA TRISTEZA.

Por otro lado, se contabilizaron 24 cláusulas transitivas con foco de


predicado, de las cuales 17 presentaron un orden VO, como en (38). Solo
4 presentaron el orden SV(O), como en (39). Estas estructuras SV(O) re-
sultan interesantes ya que muestran un sujeto preverbal que no se en-
cuentra en foco. También se encontró una cláusula de foco de predicado
con un orden VSO, como en (40), y otras 2 con un orden VS, como en
(41):

(38) b-ti'ah=ëhb x:-fami'lly=ëhb


PERF-recoger=3S.R POS-familia=3S.R

Y REUNIÓ A SU FAMILIA.

(39) pehr ma'any gyi'tsèiny cay-uhny bi'sy


pero animal grillo PROG-hacer aviso
Pero los grillos NOS ESTÁN DANDO ESE ANUNCIO.

(40) chuu' bá-tyûg bíshôs skáplàry shtêm=bù


entonces CAUS-cortar cura escapulario RELPOS=3R

Luego LE CORTÓ EL CURA SU ESCAPULARIO.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 49


Castillo Hernández NARRATIVAS DE TRES LENGUAS INDÍGENAS MEXICANAS

(41) chuu' gú-slò gú-dòb yû bé'kù làa'=b


entonces CMP-empezar CMP-jalar tierra perro PRO=3R

Entonces la JALABA el perro hacia abajo.

Los resultados sugieren que en zapoteco el dominio potencial de foco


no excluye ninguna posición de la cláusula, lo que permitiría clasificar a
la lengua en la tipología de Van Valin (1999) como pragmáticamente flexi-
ble. En cuanto a la sintaxis, esta lengua muestra que el orden de los cons-
tituyentes está determinado en gran medida por las relaciones gramati-
cales, lo que apunta a que el zapoteco tiene una sintaxis relativamente rí-
gida. En una cláusula transitiva con dos argumentos fuertes como la de
(40), el constituyente que aparece inmediatamente después del verbo
cumplirá la función de sujeto, mientras que el otro constituyente estará
en función de objeto, lo que determina un orden de constituyentes VSO.
Sin embargo, esta sintaxis relativamente rígida se adapta a procesos
pragmáticos, con lo cual se pueden encontrar casos de orden SVO como
se mostró en (37).
En Munro (2008, 10) se menciona que los argumentos desplazados a
una posición preverbal se encuentran en foco, al parecer, estrecho. Sin
embargo, en el corpus analizado se identificaron casos de sujetos prever-
bales en una estructura de foco de predicado, como se mostró en (39). Si
bien sería necesario analizar un corpus más extenso para corroborar es-
tos datos, es interesante notar que Lillehaugen (2008) señala que la va-
riante del zapoteco de Tlacolula de Matamoros (ZTM) presenta dos órde-
nes básicos, SVO y VSO y menciona que el orden SVO puede ser un orden
neutro, sin foco, como se muestra en (42):

(42) li'eb b-dìiny Jwaany


Felipe PERF-golpear Juan
Felipe le pegó a Juan.

Este fenómeno, en el que se presenta un sujeto preverbal sin estar en


foco, se puede estar generalizando a otras variantes del zapoteco como la
de San Luca Quiaviní y Santa Ana, donde también parecen ser posibles, al
menos de acuerdo con las narrativas analizadas, las estructuras con suje-
tos preverbales en estructuras de foco oracional y foco de predicado, y no
solo en foco estrecho, a diferencia de lo que se esperaría de acuerdo con
la literatura existente.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 50


Castillo Hernández NARRATIVAS DE TRES LENGUAS INDÍGENAS MEXICANAS

En esta sección se presentaron datos que permitieron clasificar al za-


poteco en términos de la tipología de Van Valin (1999) como una lengua
de pragmática flexible y sintaxis rígida.

4. OBSERVACIONES SOBRE LA NARRATIVA OTOMÍ


4.1. CARACTERÍSTICAS DE LA LENGUA. El otomí de San Ildefonso Tultepec,
Amealco (municipio de Querétaro), pertenece a la familia otomangue y al
subgrupo otopame. Es una lengua de marcación de núcleo, de tal forma
que aparecen asociadas al verbo formas pronominales que hacen referen-
cia tanto el sujeto como a los objetos. En los siguientes ejemplos se mues -
tran los sufijos de objeto, para la 1ª persona se utiliza -g/-k; para la 2ª
persona, -'; y para la 3ª persona, -Ø. En cuanto a la marcación de sujetos
se muestra ga para la 2ª persona de pasado, da para la 1ª persona de pa-
sado y Ø para la 3ª persona de pasado (Palancar 2009).

(43) ga=tsa-g-i
2.PSD=morder-1OBJ-L
Me mordiste.

(44) ge hin=da tiñ-'-i


CMP NEG=1.PSD encontrar.A-2OBJ-L
Que no te encontré.

(45) ya hingi Ø=hand-Ø-i


P NEG 3.PRES=ver-3OBJ-L
Ya no la ve.

En otomí el sujeto de verbo transitivo (46) y el sujeto de verbo intran-


sitivo (47) se marcan de la misma manera, por lo que esta lengua sigue
un patrón morfológico nominativo-acusativo:

(46) gí=hand-Ø-i
2S.PRES=ver-3OBJ-L
Lo estás viendo.

(47) gí=nïxt'ï
2S.PRES=correr
Estás corriendo.

El orden básico es SVO (Palancar 2009, 16), aunque es posible encon-


trar otros órdenes de constituyentes, como se muestra a continuación
(Palancar 2009, 113, 335, 351, 382):

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 51


Castillo Hernández NARRATIVAS DE TRES LENGUAS INDÍGENAS MEXICANAS

(48) (a) nu=ga dí=pa-Ø nu=ya ts'oi SVO


DEF=1SG 1.PRES=vender-3OBJ DEF=PL olla
Yo vendo las ollas.
(b) ntonse nu=pya no=r zü'we='ya SOV
entonces LOC=ahora DEF.SG=SG Diablo/alimaña=P
'mu=to da='um-b-a=bi
cuando=alguien 3.IRR=dar.A.3.A-3DAT-D=3DAT
Entonces cuando el Diablo a alguien se lo da.
(c) un M'onda Ø=ne-Ø='pu VSO
LOC México 3.PRES=querer-3OBJ=allí
nu='u bötsi o jö'i Ø Ø=tsed-i
DEF=DEM.II.PL niño o persona REL 3.SG=estar.fuerte-L

En México, ellos quieren chicos u hombres fuertes.


(d) ga=theñ-Ø=he ya thö ko buřo VOS
1.IRR=acarrearlo.A-3OBJ=1PL.EX PL maíz con burro
Ya cargábamos el maíz con el burro.

En Palancar (2009, 378) se apunta que para los constituyentes disloca-


dos con función de objeto lógico se emplea un pronombre resuntivo ='ä li-
gado al verbo, como se muestra en (49):

(49) (no=r 'ñëʰte)FN [hin=dí tsü=ga='ä]


DEF.SG=SG hechicero NEG=1.PRES asustarse=1SG=3SG
Al hechicero, yo no le temo.

Para el caso de las dislocaciones de sujeto lógico, se emplean dentro


de la cláusula los pronombres resuntivos no/nu de 3ª persona en posición
canónica de sujeto como en (50) (Palancar 2009, 378):

(50) ha (no=r zü'we) [no ya hingi Ø=ne-Ø=r mixa]


pero DEF.SG=SG Diablo/alimaña DEF.SG P NEG 3.PRES=querer-3OBJ=SG misa
Pero el diablo no quiere misa.

Palancar (2009, 126) sugiere que en otomí la partícula go distingue un


tipo particular de cláusula relativa. Esta partícula identifica a dos refe-
rentes, uno de los cuales está en función de foco (ej., Juan es el que fue al
mercado). La oración en otomí se ilustra en (51). Según el autor, en esa
oración se interpreta que Juan y la persona que fue al mercado es la mis-
ma. Estas estructuras reciben la etiqueta de construcciones de relativo de
foco.

(51) no=r Xuwa [go [Ø bi=<m>a ka tai]REL]FOC='ä


DEF.SG=SG Juan FOC REL 3.PSD=<TNP>ir P.LOC mercado=3SG
Juan es el que fue al mercado.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 52


Castillo Hernández NARRATIVAS DE TRES LENGUAS INDÍGENAS MEXICANAS

Palancar también comenta que el adverbio hont'ä 'solamente' parece


utilizarse en otomí como marcador de lo que el autor denomina foco na -
rrativo, y se ilustra en (52) (Palancar 2009, 365):

(52) ya hont'ä no=r nsoʰki Ø=tü='pu=tho


P FOC.NARR DEF.SG=SG llave 3.PRES=estar.adherido=allí=del
Ya la llave estaba ahí puesta.

4.2. ANÁLISIS DE LA ESTRUCTURA ARGUMENTAL PREFERIDA EN LA NARRATIVA OTOMÍ.


La narrativa otomí que conformó el corpus se extrajo del cuento Nor Ka-
malio 'El camaleón' (Palancar 2009). Se trata de la narración de una his-
toria folclórica de la región de Amealco. El corpus está conformado por
127 cláusulas, 70 transitivas y 57 intransitivas.
En cuanto a la tendencia a evitar más de un argumento fuerte por
cláusula, de las 70 cláusulas transitivas solamente se encontró una es-
tructura con dos argumentos fuertes. Este único ejemplo se muestra en
(53):

(53) no=r(a) kamalio hingi Ø=he-Ø-'=no=r(a)


DEF.SG=SG camaleón NEG 3.PRES.RE=dejar.A-3OBJ-D=DEF.SG=SG
no='ö=r(a) nu=ya zü'we de ka=r sirko
DEF.SG=DEM.III.SG=SG DEF=PL animal de P.LOC=SG circo
El… camaleón no deja al… a aquel… a los animales del circo.

Respecto de la tendencia a evitar argumentos fuertes en el rol de A,


también se cumple: se contabilizaron 56 argumentos fuertes, de los cua-
les solo 2 aparecen en el rol de A (54):

(54) (a) no=r(a) kamalio hingi Ø=he-Ø-'=no=r(a)


DEF.SG=SG camaleón NEG 3.PRES.RE=dejar.A-3OBJ-D=DEF.SG=SG
no='ö=r(a) nu=ya zü'we de ka=r sirko
DEF.SG=DEM.III.SG=SG DEF=PL animal de P.LOC=SG circo
El… camaleón no deja al… a aquel… a los animales del circo.
(b) ya bi=<g>üʰt-k-a=gi nu=ya jö'i
P 3.PSD.RE=<TNP>pagar-1OBJ-D=1OBJ DEF=PL persona

Porque ya me pagó la gente.

En relación con las tendencias referentes a la pragmática, los resulta-


dos mostraron que no existen en el corpus estructuras transitivas con dos
argumentos nuevos. Para el análisis de la última tendencia de la EAP en
otomí, se contabilizaron 31 argumentos nuevos de los cuales ninguno se
encuentra en el rol de A. De esta manera, se confirman también en esta

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 53


Castillo Hernández NARRATIVAS DE TRES LENGUAS INDÍGENAS MEXICANAS

lengua las cuatro tendencias de la EAP, con lo que se valida el patrón dis-
cursivo ergativo.

4.3. OBSERVACIONES SOBRE LA DISTRIBUCIÓN DE ESTRUCTURAS FOCALES EN LA


NARRATIVA OTOMÍ. En esta sección se revisa el comportamiento de la interac-

ción del tipo de cláusulas y el tipo de foco que se presentó en el corpus


otomí. El análisis cuantitativo de las cláusulas intransitivas de acuerdo al
tipo de foco y el orden de constituyentes muestra que hay dos casos de
foco oracional con un orden SV, como en (55), y solo uno con el orden VS
como en (56):

(55) ntonse n'a_gi='na 'na=r(a) 'na=r jö'i


entonces uno_vez=CIT IND.SG=SG IND.SG=SG persona
bi=<m>a ka=r(a) ka=r sirko
3.PSD.RE=<TNP>ir P.LOC=SG P.LOC=SG circo
ENTONCES UNA VEZ DIZQUE UN… UN HOMBRE FUE AL… AL CIRCO.

(56) da=<m>a n'a mbo


3.PRES.IRR=<TNP>ir uno dentro
Y VA POR AHÍ OTRO DENTRO.

Por su parte, se encontraron 3 cláusulas intransitivas con foco de


predicado, de los cuales uno se presenta con un orden VS, como en (57),
y dos con un orden SV, como en (58):

(57) ya hö, xa=Ø=m-pe=pya un ma 'ra ya zü'we='na


P sí INT=3PRES.RE=ANTI-trabajar.A=ahora DEF otro IND.PL PL animal=CIT
Ya sí, ahora TRABAJAN los otros animales.

(58) ntonse no=r(a) no=r(a) nu=ya zü'we hingi Ø='d-e='na


entonces DEF.SG=SG DEF.SG=SG DEF=PL animal NEG 3.PRES.RE=oír-L=CIT
Entonces el… el… los animales dizque no obedecen.

No se encontraron ejemplos de cláusulas transitivas con foco oracio-


nal. En cambio, se encontraron 2 cláusulas transitivas con foco de predi-
cado con un orden OV, como en (59) y uno con un orden SVO, como en
(60). También se encontró una estructura transitiva de foco de predicado
con un orden VS, como (61). Finalmente, en el corpus se encontraron 17
construcciones de foco de predicado con el orden no marcado VO, como
en (62):

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 54


Castillo Hernández NARRATIVAS DE TRES LENGUAS INDÍGENAS MEXICANAS

(59) 'ne n'a txi-xeni=tho gi='raʰ-k-i


y uno DIM-pedazo=del 2.PRES.IRR=dar.a.1/2-1DAT-L
Y UN PEDACITO me des.

(60) no=r(a) kamalio hingi Ø=he-Ø-'=no=r(a)


DEF.SG=SG camaleón NEG 3.PRES.RE=dejar.A-3OBJ-D=DEF.SG=SG
no='ö=r(a) nu=ya zü'we de ka=r sirko
DEF.SG=DEM.III.SG=SG DEF=PL animal de P.LOC=SG circo
El… camaleón NO DEJA AL… A AQUEL… A LOS ANIMALES DEL CIRCO.

(61) ya bi=<g>üʰt-k-a=gi nu=ya jö'i


P 3.PSD.RE=<TNP>pagar-1OBJ-D=1OBJ DEF=PL persona

Porque ya ME PAGÓ la gente.

(62) ntonse bi=<z>ix-Ø-a='nar kamalio='na


entonces 3.PSD.RE=<TNP>llevar.animado.A-3OBJ-D=IND.SG=SGcamaleón=CIT
Entonces SE LLEVÓ UN CAMALEÓN.

Los datos presentados muestran que en otomí aparentemente no hay


restricciones sobre la posición de los argumentos focalizados ni un orden
rígido de constituyentes, por lo que se puede clasificar al otomí como una
lengua de pragmática flexible y sintaxis flexible de acuerdo a la tipología
de Van Valin (1999).

5. CONSIDERACIONES FINALES. Con los datos analizados en este trabajo se


aportó evidencia en favor de la universalidad de las tendencias de la EAP.
Independientemente de las características gramaticales de cada lengua,
las narrativas del cora, zapoteco y otomí siguen un patrón discursivo er-
gativo. La síntesis de las tendencias cuantitativas se presenta en la si-
guiente tabla:

Cora Zapoteco Otomí


Dimensión
N % N % N %
1. Se evita más de un argumento fuerte por cláusula 0 0 8 17 1 1
2. Se evita que los argumentos fuertes estén en el rol de A 1 4 12 13 2 4
3. Se evita más de un argumento nuevo por cláusula 0 0 1 2 0 0
4. Se evita que los argumentos nuevos estén en el rol de A 0 0 1 2 0 0
Tabla 3: Resumen del número total de ejemplos y porcentajes de las tendencias de la EAP
en las narrativas de tres lenguas indígenas de México.

El resumen de los resultados que se presentan en la Tabla 3 muestra


que, aunque el otomí y el cora pertenecen a familias lingüísticas diferen-
tes, sus resultados se encuentran muy cercanos con respecto del número
de casos para cada tendencia de la EAP. Por otro lado, el zapoteco y el

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 55


Castillo Hernández NARRATIVAS DE TRES LENGUAS INDÍGENAS MEXICANAS

otomí pertenecen a la misma familia lingüística, sin embargo, sus resulta -


dos se encuentran relativamente alejados en la tendencia a evitar más de
un argumento fuerte por cláusula y en la tendencia a evitar argumentos
fuertes en el rol de A, como se revisó en las secciones 3.2 y 4.2. Este he-
cho podría deberse al estilo narrativo del informante zapoteco y a sus es-
trategias para evitar la ambigüedad referencial generada por la inclusión
de varios personajes dentro de la historia, así como a la incorporación de
diálogos de los personajes. Sin embargo, para poder comprobar o recha-
zar esta posible hipótesis es necesario contar con un corpus más extenso
de las tres lenguas. Aunque las tres lenguas analizadas siguen un sistema
de alineamiento acusativo, codificado de distinta manera en cada lengua,
las tres evidencian un patrón ergativo en el discurso, de acuerdo con las
predicciones de la EAP.
En este trabajo también se describieron las estructuras focales presen-
tes en las narraciones de estas tres lenguas. A partir de estos datos y de
los estudios previos sobre estas lenguas, se pudo realizar una propuesta
de su clasificación dentro de la tipología de Van Valin (1999). Se concluyó
que las tres lenguas presentaron una estructura focal flexible, pero mien-
tras el cora y el zapoteco son lenguas de sintaxis rígida, el otomí es una
lengua de sintaxis flexible.
Sin duda es necesario que el trabajo inicial realizado aquí se consolide
a partir del análisis de un corpus más extenso y datos obtenidos de elici-
tación directa, que permitan profundizar en el análisis de algunas cons-
trucciones particulares. Más allá de estos limitantes, sin embargo, espe-
ramos que este trabajo sirva de base a futuros estudios en los que se afi -
ne la clasificación de estas lenguas en el continuo de la tipología de Van
Valin (1999), pero sobre todo que evidencien en toda su riqueza las estra-
tegias para marcar estructuras focales.

CORPUS

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Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 56


Castillo Hernández NARRATIVAS DE TRES LENGUAS INDÍGENAS MEXICANAS

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Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 57


Castillo Hernández NARRATIVAS DE TRES LENGUAS INDÍGENAS MEXICANAS

Carolina Castillo Hernández


Universidad Autónoma de Querétaro
carolinacastillohernandez@hotmail.com
Trabajo recibido el 30 de marzo de 2014 y aprobado el 14 de mayo de 2014.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 58


Benítez Rosete EXPRESIONES DEMOSTRATIVAS Y ACCESIBILIDAD REFERENCIAL

EXPRESIONES DEMOSTRATIVAS COMO MARCADORES DE ACCESIBILIDAD REFERENCIAL

EN ESPAÑOL MEXICANO: UNA INTERFAZ SINTAXIS-PRAGMÁTICA

Valeria A. Benítez Rosete

RESUMEN. El objetivo de este artículo es describir cómo las expresiones referenciales con de-
mostrativo en español (ej., este vs. este señor vs. este señor que te platiqué) cumplen diferen-
tes funciones pragmáticas de acuerdo con su grado de complejidad estructural y con el estatus
congnitivo-discursivo que poseen en un contexto comunicativo específico. Estos es, a partir de
una interfaz sintáctico-pragmática y del análisis de datos provenientes de un corpus de lengua
oral, en este trabajo se propone que los hablantes seleccionan un tipo de expresión referencial
sobre otra dependiendo del estatus discursivo-cognitivo del referente, por ejemplo si este está
activo, si es identificable, si puede inferirse del contexto discursivo o si es nuevo en el universo
del discurso (Givón 1983; Ariel 1990; Gundel et al. 1993; Chafe 1994; Vázquez 2004, 2006; Be-
lloro 2012).
Palabras clave: expresiones referenciales, demostrativos, anáfora, accesibilidad referen-
cial, continuidad topical.

ABSTRACT. These The objective of this article is to describe different pragmatic functions of ref-
erential expressions with the Spanish demonstrative (ex., este vs. este señor vs. este señor que
te platiqué) in accordance with their degree of structural complexity and with the cognitive
discourse status that they have in a given communication context. In other words, working
from a syntactic-pragmatic interface and analysis of data sourced from an oral language cor-
pus, this study proposes that speakers select one type of referential expression over another
depending on the cognitive-discourse status of that which was referenced, for example if this is
active, if it is identifiable, if it can be inferred from the discursive context, or if it is new in the
universe of discourse (Givón 1983; Ariel 1990; Gundel et al.1993; Chafe 1994; Vázquez 2004,
2006; Belloro 2012).
Keywords: referential expressions, demonstratives, anaphora, referential accessibility,
topic continuity.

RESUMO. O objetivo deste artigo é descrever as diferentes funções pragmáticas das expressões
referenciais com demonstrativo em espanhol (ex., este vs. este señor vs. este señor que te pla-
tiqué) de acordo com o seu grau de complexidade estrutural e com o status cognitivo-discursi-
vo que possuem em um contexto comunicativo específico. Isso é, a partir de uma interface sin -
tático-pragmática e da análise de dados provenientes de um corpus de língua oral, neste traba-
lho propõe-se que os falantes selecionam um tipo de expressão referencial sobre outra depen-
dendo do status discursivo-cognitivo do referente, por exemplo se este está ativo, se é identi-
ficável, se pode ser inferido do contexto discursivo ou se é novo no universo do discurso (Givón
1983; Ariel 1990; Gundel et al. 1993; Chafe 1994; Vázquez 2004, 2006; Belloro 2012).

Signo y Seña, número 25, junio de 2014, pp. 59-83


Facultad de Filosofía y Letras (UBA)
http://revistas.filo.uba.ar/index.php/sys/index
ISSN 2314-2189

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 59


Benítez Rosete EXPRESIONES DEMOSTRATIVAS Y ACCESIBILIDAD REFERENCIAL

Palavras-chave: expressões referenciais, demonstrativos, anáfora, acessibilidade referen-


cial, continuidade topical.

1. INTRODUCCIÓN. Se conocen como expresiones referenciales a las entida-


des lingüísticas que cumplen la función básica de identificar objetos,
conceptos, ideas y realidades comunicables (Chafe 1976, Givón 1983, Al-
cina 1999, Vázquez 2004). Son estructuras que se utilizan en la comunica-
ción y en ellas se manifiesta primordialmente la propiedad denotativa del
lenguaje (Grosz 1981, Hawkins 1978). Autores como Prince (1981), Givón
(1983), Ariel (1990), Gundel et al. (1993), Lambrecht (1994), entre varios
más, han coincidido en proponer que la selección de las expresiones re-
ferenciales, en un contexto discursivo particular, está motivada por el
grado de activación de la entidad en cuestión en el discurso y/o en la me-
moria de los participantes de la comunicación.
Este trabajo se centra específicamente en la descripción de expresio-
nes referenciales que tienen un demostrativo en función de pronombre
(ej., este, esta, aquel, ese que llegó tarde) o de modificador adnominal
(ej., este joven desatento, el este tipo que te conté, aquella laguna incre-
íble)1. El objetivo es describir, a partir de un corpus con datos de lengua
oral, una interfaz sintáctico-pragmática que permita entender mejor la
correlación entre la complejidad sintáctica de ciertas expresiones con
demostrativo, su estatus categorial (i.e., pronombre vs. adnominal) y las
distintas funciones pragmáticas que desempeñan cuando recuperan e in-
troducen entidades en el discurso, es decir cuando funcionan como mar-
cadores de accesibilidad referencial.

2. LOS DEMOSTRATIVOS COMO EXPRESIONES REFERENCIALES. Los demostrativos del


español son formas libres y flexivas (ej., este, ese, aquel), constituyen un
paradigma ternario cerrado que morfológicamente marca género (mas-
culino, femenino y neutro) y número (plural y singular). En términos de la
forma, no existe diferencia morfológica entre los usos pronominales y los
adnominales; la diferencia categorial se da en la estructura de la frase no-

1 Siguiendo la nomenclatura de Diessel (1999) en su estudio translingüístico sobre demos-


trativos, se usará el término adnominal para distinguir aquellos demostrativos que ocurren
con un sustantivo en una frase nominal. En los estudios y gramáticas tradicionales estos
demostrativos suelen considerarse determinantes, artículos e incluso adjetivos (Rojo 1990,
Euguren 1999).

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 60


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minal en la que se insertan (ej., ese vs. ese sinónimo). Por otro lado, los
demostrativos neutros corresponden únicamente al uso pronominal, esto
es, no pueden acompañar a un sustantivo (ej., *esto pensamiento, *eso
jardín), y en ese sentido no constituyen expresiones referenciales, a dife-
rencia de las formas con género masculino y femenino que, sea como pro-
nombres o como adnominales, pueden referir a entidades lingüísticas es-
pecíficas (ej., teoremas > estos, estos teoremas).
El presente estudio se centra únicamente en expresiones referenciales
demostrativas con grados distintos de complejidad léxico-sintáctica (ej.,
este, este que te platiqué, este señor de canas que te platiqué), por lo tan-
to en el análisis no se contemplan los demostrativo neutros (i.e., esto, eso,
aquello) ni tampoco los adverbiales (ej., aquí, allí, allá, acá).

2.1. COMPLEJIDAD LÉXICO-SINTÁCTICA DE LAS EXPRESIONES DEMOSTRATIVAS. Las ex-


presiones con demostrativo abarcan distintos tipos y niveles de codifica-
ción léxico-sintáctica (González 2006) y pueden describirse de acuerdo
con dos formas básicas, a partir de las cuales se construyen tipos más
complejos de referencia:

(1) (a) Demostrativo (pronombre escueto) [DEM]


este, ese, aquel, esa, esas.
(b) Demostrativo + nombre (adnominal simple) [DEM + N]
esos materiales, este Manuel, esos problemas.

Las estructuras en (1) remiten a las expresiones demostrativas más


simples: un pronombre escueto [DEM] y el uso adnominal más elemental
[DEM + N]. A partir de estas dos formas básicas, las expresiones pueden
contener más o menos modificadores, por ejemplo un adjetivo (ej., esos
temas específicos, E2_CA)2, un nombre común o uno propio (ej., esa per-
sona, este René, E14_CA), incluso un artículo definido Art + [DEM + N]
(ej., el este pulmón izquierdo, E3_CA), además de modificadores adverbia-
les [DEM + N] + Adv (ej., esos lugares así, E4_CB).
Asimismo, las formas básicas pueden aparecer en el orden [DEM + N]
+ Adj (ej., este reglamento interno, E5_CB) o en la forma alternativa
[DEM] + Adj + [N] (ej., esta simple fórmula, E6_CB), incluso el demostra-

2 En este artículo se emplean dos clases de ejemplos: (i) los obtenidos de datos de lengua
oral, los cuales se distinguen con una etiqueta para identificar la entrevista y el corpus de
origen, que se describe en §3; (ii) los obtenidos de la competencia del lingüista, estos no
llevan etiqueta.

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tivo puede estar pospuesto a una frase nominal, FN + [DEM] (ej., los cha-
vos estos, E8_CB).
En cuanto a los modificadores, se distingue el artículo definido ante-
puesto y una variedad importante de modificadores pospuestos: adjetivos,
adverbios, complementos nominales introducidos por una preposición, las
más frecuentes de y en (ej., [DEM + N] de FN, ese camino de luz, E6_CB);
además de casos con la estructura tipo de (ej. [DEM]+ tipo de + FN, ese
tipo de profesión, E2_CA), construcciones con cláusulas relativas con pro-
nombre (ej. [DEM] + que REL, este que te platico, E4_CB), o bien con uso
adnominal (ej. [DEM + N] + que REL, esta secretaria que viste elegante),
y también oraciones relativas vinculadas a un complemento adnominal
(ej. [DEM + N] + FN del que REL, ese novio de la vecindad de quien te
platiqué). Cabe anotar que los modificadores que acompañan a las formas
demostrativas básicas son igualmente complejos tanto en el uso pronomi-
nal (ej., ese que te encontraste en la calle) como en el adnominal (ej., ese
reloj que te encontraste en la calle).
Un panorama general de complejidad léxico-sintáctica muestra que las
frases con demostrativo son bastante heterogéneas, pues se incluyen des-
de pronombres escuetos hasta expresiones con demostrativo que tienen
diferentes modificadores y complementos. Este panorama es pertinente si
se parte del supuesto de que existe una correspondencia entre la comple-
jidad formal de las expresiones referenciales, el nivel de activación de los
referentes en el discurso y las funciones pragmáticas que cumplen (Givón
1983, Gundel et al. 1993, Lambrecht 1994, Van Valin y LaPolla 1997, Ariel
2001).

2.2. USOS DISCURSIVOS DE LOS DEMOSTRATIVOS. En español, pero también en


muchas otras lenguas, los demostrativos son descritos como expresiones
deícticas3 que, en particular, sirven para dirigir al oyente hacia un objeto
o locación en la situación de habla (ej., conozco al arquitecto de ESE edi-
ficio), además suelen acompañarse de un gesto o de una seña. Se habla
entonces de un valor deíctico-espacial, referencial y mostrativo que se ha

3 La deixis es un tipo particular de referencia que apunta al lugar y tiempo de enunciación


(Fillmore 1997); se entiende por deíctico cualquier elemento que remita al contexto extra-
lingüístico inmerso en la comunicación; por ejemplo, los pronombres personales (1ª y 2ª
persona), los demostrativos (en contexto situacional) y los adverbios se interpretan confor-
me a ciertas coordenadas de enunciación (Green 1989).

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 62


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postulado como el básico de la categoría, también conocido como uso exo-


fórico o situacional (Dixon 2003, Diessel 1999, Himmelman 1996).
La literatura tanto en español como en estudios translingüísticos enfa-
tiza que los demostrativos, aunque se usan para dirigir la atención del
oyente hacía una entidad en la situación de habla, desempeñan otras fun-
ciones pragmáticas en la comunicación (Himmelman 1996, Diessel 1999).
Específicamente, Diessel (1999, 93-108) en un estudio comparativo de 85
lenguas de familias lingüísticas diversas propone cuatro funciones prag-
máticas principales:

a) Uso exóforico (UE). Señala entidades presentes en el contexto de


enunciación, no necesariamente objetos tangibles o visibles en el con-
texto (ej., en esta ciudad, en esta calle, esa persona).
b) Uso deíctico-discursivo (UD). Referencia que recupera el significado
expresado por una oración, una cláusula, un fragmento del discurso,
una proposición o una historia entera. Incluye la función de los pro-
nombres neutros (ej., esto, eso, aquello) y de frases nominales del tipo
en este sentido, de esa manera, esa idea, ese panorama, aquella
perspectiva, etcétera.
c) Uso anafórico (UA). Relación de referencia entre la expresión demos-
trativa y un sustantivo o frase nominal identificables en el discurso
anterior (ej., casa-esta casa, método científico-este método).
d) Uso de reconocimiento (UR). Referencia a una entidad sin anteceden-
te lingüístico, cuya función principal es activar conocimiento compar-
tido entre los participantes de la conversación o integrar entidades al
universo del discurso (ej., ese rollo de la biología, el presidente ese).

El análisis que aquí se expone está enfocado en las funciones anafóri-


cas (UA) y de reconocimiento (UR): ambas implican expresiones demos-
trativas que recuperan o integran entidades al discurso; la diferencia es
que los demostrativos anafóricos tienen un referente lingüístico previa-
mente expresado y los de reconocimiento, no.

3. CORPUS. La descripción en este estudio se basa en datos provenientes


de las entrevistas de dos corpora de lengua oral del español de México,
diseñados como material para investigaciones lingüísticas. El primero (re-
ferido después como CA en las etiquetas de los ejemplos) es El habla cul-
ta de la ciudad de México: Materiales para su estudio (CULT) y El habla

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 63


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popular de la ciudad de México: Materiales para su estudio (POP) (Lope


Blanch 1971, 1979). El segundo (corpus B, referido como CB en las eti-
quetas) es el Corpus sociolingüístico de la ciudad de México (Martín y
Lastra 2011, 2012). Específicamente, el análisis sintáctico-pragmático se
realizó con 14 entrevistas, nueve provenientes del corpus A y cinco del
corpus B.

4. LOS DESMOTRATIVOS EN CORPUS


4.1. FUNCIONES PRAGMÁTICAS. En una primera etapa del análisis se rastrea-
ron todos los demostrativos en las 14 entrevistas, primero para determi-
nar diferentes tipos y funciones pragmáticas propuestos por Diessel
(1999), segundo, para identificar y distinguir los demostrativos que son
expresiones referenciales y cumplen con la función de rastrear, reintrodu-
cir e incorporar referentes al discurso de aquellos que aparecen como
muletillas, o tienen un valor exofórico-situacional que sólo es interpreta-
ble en el contexto de enunciación. En la siguiente tabla se resume la in-
formación correspondiente al etiquetado en los ejemplos y al número to-
tal de ocurrencias por entrevista.

Etiqueta Corpus Etiqueta original # ED


E1_CA A MIV_CULT 84
E2_CA A MII_CULT 116
E3_CA A MV_POP 199
E4_CB B Entrevista 18 354
E5_CB B Entrevista 8 300
E6_CB B Entrevista 40 175
E7_CA A MXVIIa_CULT 105
E8_CB B Entrevista 24 575
E9_CA A MXXVI_CULT 74
E10_CA A MXVI_POP 106
E11_CB B Entrevista 17 177
E12_CA A MXXVI_POP 137
E13_CA A MIX_POP 74
E14_CA A MXIX_POP 95
Total 2.571
Tabla 1: Etiquetado de corpus y número de ocurrencias por entrevista.

La Tabla 1 muestra en la primera columna la etiqueta para los ejem-


plos; en segundo lugar, se indica el corpus de origen (A o B, según co-
rresponda) y después se muestra la etiqueta original asignada por los au-
tores del corpus; finalmente, en la última columna se marca el número de
demostrativos por entrevista.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 64


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Del total consignado en las 14 entrevistas, se analizaron únicamente


las dos funciones pragmáticas que interesan a este estudio. En los datos,
516/2.571 (20%) expresiones corresponden a un uso claramente anafóri-
co, porque tienen un referente lingüístico previamente expresado en el
discurso; mientras que 384/2.571 (15%) son usos de reconocimiento, o
sea demostrativos que activan un referente lingüístico que no ha sido pre-
viamente mencionado y que tampoco alude a referentes en el contexto de
enunciación, por lo tanto no se trata de usos exofóricos. Así pues, las aná-
foras y las partículas de reconocimiento constituyen el 35% (900/2.517)
del total registrado en las 14 entrevistas4.
Cabe señalar que para examinar cuestiones de distancia referencial,
medición de cláusulas y proximidad entre un demostrativo y su antece-
dente lingüístico, se trabajó con un universo limitado de expresiones
anafóricas, es decir, sólo se analizaron 222/516 de las registradas en to-
tal, y para ello se emplearon las cinco primeras entrevistas (marcadas en
gris en la Tabla 1).

4.1.1. USO ANAFÓRICO: ANTECEDENTE Y ANÁFORA. Los demostrativos anafóricos


sirven para organizar el flujo de información en la comunicación y se utili-
zan a menudo para rastrear a alguno de los participantes o entidades en
el discurso (Diessel 1999). En este sentido, la relación anafórica entre
una expresión demostrativa y su antecedente puede manifestarse de va-
rias maneras (González 2006, Benítez 2011), en el corpus destacan las
siguientes:

(2) Bueno… eh… las científicas. A esas me refiero ¿verdad?; que tienen determinado valor
para el científico en sí (E2_CA).

(3) estos conceptos de potencia y acto a los diferentes… grupos de seres; y entonces es cuan -
do se estudiaba la materia prima y la forma sustancial para los seres materiales, la com-
posición de sustancia y accidente para los seres contingentes, y la composición de esencia
y existencia para estos mismos seres (E1_CA).

4 Además de las cuatro funciones principales (UE-3%, UD-27,1%, UA-20%, UR-15%), se


identificaron otros usos recurrentes: (i) marcadores de discurso introducidos específica-
mente con la forma este, conocidos como muletillas con el 29% de las ocurrencias; (ii) re-
paraciones o falsos comienzos, es decir, casos en los cuales el hablante duda, hace una
pausa y rehace la expresión con una o más formas demostrativas (ej., este… esta… estas
vecinas), que corresponden al 3,5%; y (iii) algunos casos límite (CL), esto es el 12% de de-
mostrativos que no son fáciles de categorizar porque tienen características de dos usos
pragmáticos diferentes (Benítez 2011).

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Benítez Rosete EXPRESIONES DEMOSTRATIVAS Y ACCESIBILIDAD REFERENCIAL

(4) Y después el tratado de las causas: la causa eficiente, la causa final, la causa material y la
causa formal. Las cuatro causas tradicionales ¿no? de… en la Filosofía Escolástica. Estos
mismos conceptos los utiliza Kant (E1_CA).

(5) y me tuve que haber quedado con mis hijos. Y entonces, este… me quedaba yo con mis
hijos; ya no… ya se me había acabado el dinero. Este… estos niños, ya no hallaba yo ni
qué darles (E3_CA).

Siguiendo los ejemplos, es posible organizar las expresiones demostra-


tivas a partir de cuatro mecanismos principales que determinan la rela-
ción anáfora-antecedente. El primero es una relación anafórica en donde
la expresión demostrativa es un pronombre y recupera un antecedente
específico, ver (2). El segundo recurso, en el ejemplo (3), usa una expre-
sión que recupera y copia el núcleo nominal, la relación entre ambas ex-
presiones es directa pues la anáfora remite a una entidad específica e
idéntica. En el tercer mecanismo, el antecedente no está expresado en
una sola frase nominal, involucra varias frases previas identificables, así
que el demostrativo recupera y “agrupa”, como en (4). Finalmente, la re-
lación entre el demostrativo y su antecedente en (5) remite a un vínculo
semántico, ya sea por el uso de algún sinónimo, merónimo o paráfrasis
como hijo-niño, elementos de minería-recursos (González 2006). Con este
panorama en mente, se observa que los demostrativos abarcan un amplio
rango de mecanismos de recuperación referencial que va desde recursos
formales como la anáfora pronominal hasta relaciones semánticas que im-
plican inferencias.

4.1.2. USO DE RECONOCIMIENTO. Desde los primeros acercamientos a los da-


tos, en las entrevistas destacaron demostrativos sin antecedente lingüísti-
co y que parecen introducir nuevos participantes que no pueden deducir-
se del contexto de enunciación, es decir no son exofóricos.

(6) I: yo creo que llamaba la atención ¿no?


E: ¿a poco no? (risa)
I: ay sí, y aparte imagínate ¿no? ay dig, de dieciséis diecisiete años, ¿quién no es diva?
¿no? en ese tiempo yo así “háganse para allá que ya llegué” ¿no? (risa) este y sí, no no no
no, estaba alucinada, entonces <~entóns> comencé a a a con toda esa música con ese ro-
llo digo yo crecí la prepa, prácticamente con, con Silvio y Pablo, fue lo que ahora ya se
puso de moda nuevamente (E8_CB).

De acuerdo con (6), cuando no hay un antecedente lingüístico, lo que


el hablante hace es incorporar una entidad nueva (primera mención) al

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universo del discurso. Después esta entidad puede retomarse con referen-
cias catafóricas y volverse el centro de la comunicación, sin embargo, lla-
ma la atención que la primera mención sea con un demostrativo porque,
por su carácter deíctico-mostrativo, se considera una expresión que sirve
para señalar entidades lingüísticas previas o conocidas, sobre todo cuan-
do estamos seguros de que el demostrativo tampoco opera en un uso si-
tuacional exofórico, porque la entidad a la que refiere no se asume del
contexto de enunciación. Cabe señalar que las partículas de reconoci-
miento, a diferencia de los demostrativos anafóricos, únicamente involu-
cran usos adnominales y nunca pronominales.

5. LA TEORÍA DE CONTINUIDAD TOPICAL Y ACCESIBILIDAD REFERENCIAL. Bajo la hipó-


tesis de que existen estructuras lingüísticas preferidas para ciertas fun-
ciones pragmáticas, Givón (1983) plantea una correlación entre la forma
de una expresión referencial y el grado de accesibilidad de su anteceden-
te, en términos de qué tan cercano está dicho antecedente en el discurso,
es decir qué grado de continuidad topical o persistencia referencial hay 5.

Más continuo / Tópico accesible


⋏ Anáfora cero
⎮ Pronombres ligados / átonos, concordancia flexiva
⎮ Pronombres independientes / tónicos
⎮ Frases nominales definidas, dislocación a la derecha

Frases nominales definidas, orden neutro

⎮ Frases nominales definidas, dislocación a la izquierda
⎮ Frases nominales en otra posición (topicalización contrastiva)
⎮ Construcciones escindidas / de foco
⋎ Frases referenciales indefinidas
Más discontinuo / Tópico inaccesible
Figura 1: Escala de continuidad topical (traducida de Givón 1983, 17).

Esto es, Givón (Figura 1) propone un principio icónico de codificación en


donde las expresiones referenciales con menor contenido léxico (i.e., la
anáfora cero y después los pronombres) se vinculan a referentes altamen-
te accesibles, cercanos y disponibles en el discurso. En cambio, las expre-
siones con mayor contenido descriptivo (ej., frases nominales con distinto

5 El concepto de tópico tiene matices distintos dependiendo del modelo y nivel de análisis.
Givón (1983, 1992) define tópico como “aquello de lo cual se habla” y constituye el centro
de atención del acto comunicativo. De acuerdo con esto, el tópico incluye las expresiones
referenciales que se van integrando al discurso, las que persisten, las que se reintegran a
la comunicación; expresiones que conviven con otros tópicos secundarios pero también re-
levantes en el discurso.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 67


Benítez Rosete EXPRESIONES DEMOSTRATIVAS Y ACCESIBILIDAD REFERENCIAL

tipo de modificadores) se identifican con referentes de baja accesibilidad,


nuevas menciones, referentes lejanos y/o difíciles de rastrear. Para deter-
minar el grado de continuidad topical, Givón (1983, 113), entre otros pa-
rámetros, propone la medición de distancia referencial, la cual contempla
el número de cláusulas entre una expresión referencial y su mención pre-
via.
Como se mostró en §2.1, las expresiones demostrativas cubren un am-
plio rango de codificación formal, por lo tanto a partir del principio de
iconicidad que subyace a la Teoría de continuidad topical, los demostrati-
vos deberían seguir un comportamiento similar al de otras expresiones
referenciales (Bentivoglio 1983). Se esperaría entonces que el uso prono-
minal (menor carga léxica) esté vinculado con antecedentes accesibles
(contiguos) y con máxima continuidad topical, mientras que los usos ad-
nominales con diversos modificadores deberían estar asociados a antece-
dentes lejanos y poco accesibles.
Aunque el objetivo de este trabajo no contempla una revisión exhausti-
va de las dificultades y limitantes para evaluar distancia referencial en ex-
presiones demostrativas, hasta cierto punto, este parámetro sirve para
valorar el procesamiento cognitivo en el discurso, esto es, suponemos que
a mayor número de cláusulas, más referentes nominales entran en com-
petencia.

5.1. LAS EXPRESIONES DEMOSTRATIVAS Y EL ESTATUS COGNITIVO DE LOS REFERENTES.


La teoría de accesibilidad referencial (Ariel 1990) retoma ciertos precep-
tos de la teoría de continuidad topical (Givón 1983), pero puntualiza en
que el hablante elige un tipo de expresión y no otra de acuerdo con el es-
tatus cognitivo del referente en cuestión. En este sentido, la codificación
formal de las expresiones es un índice del grado de accesibilidad mental
que se tiene de los referentes en un contexto discursivo específico, y no
tanto de la accesibilidad en términos de cercanía/lejanía respecto de
otras entidades.

5.2. LOS NIVELES DE ACTIVACIÓN COGNITIVA DE LOS REFERENTES. Van Valin y LaPo-
lla (1997) retoman la terminología y trabajos pioneros de Prince (1981),
Chafe (1987) y Lambrecht (1994) sobre niveles de accesibilidad referen-
cial y proponen cinco tipos que determinan el estatus cognitivo de los re -
ferentes: activos, accesibles, inactivos, nuevos anclados y nuevos no an-
clados. Belloro (2007, 2012) revisa y problematiza las definiciones de Van

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 68


Benítez Rosete EXPRESIONES DEMOSTRATIVAS Y ACCESIBILIDAD REFERENCIAL

Valin y LaPolla, bajo una perspectiva crítica de las categorías propone lo


siguiente:

(7) Estatus pragmático de los referentes (Belloro 2012, 239)


(a) Activo. Referente discursivo que se asume como parte del foco atencional del interlo -
cutor (i.e., el centro atencional en la predicación).
(b) Accesible. Referente discursivo que se asume como periférico en la atención del in-
terlocutor, a partir de su asociación convencional con ciertos elementos presentes en el
discurso, o a su desactivación relativa debido a la intervención de otros referentes que
compiten por la atención focal.
(c) Inactivo. Referente discursivo que no se asume como parte de la atención del interlo-
cutor, pero sí de su acervo cognitivo (i.e., representaciones permanentes en la memoria a
largo plazo).
(d) Nuevo. Aquel referente que no se asume como parte del acervo cognitivo del interlo-
cutor.

Estas definiciones operativas, como las nombra la autora, logran estable-


cer diferencias más claras entre los niveles de activación y la función
pragmática prominente. Además, se establece que el fenómeno de accesi-
bilidad referencial depende, al menos, de tres factores en interacción: el
conocimiento compartido, la codificación previa en el discurso y la pre-
sencia en el contexto situacional de los referentes (Belloro 2012, 239).
Esta propuesta será la base para el análisis de expresiones demostrativas
del corpus (§6).
Finalmente, en términos de codificación lingüística, Van Valin y LaPo-
lla (1997, 201) predicen ciertas correspondencias muy generales que se
resumen en (8), al respecto siguen haciendo falta estudios que contem-
plen tipos específicos de expresiones (Vázquez 2004, 2006; Company
2006; Belloro 2007; Benítez 2011)6.

(8) Cero Activo (ej., el tópico de la conversación)


Pronombre Activo o accesible
FN definida Inactivo o accesible
FN indefinida Nuevo (no identificable)

6 La propuesta de Ariel (2001, 31) contempla una escala de codificación de expresiones más
detalladas que precisa varios niveles de complejidad de las formas referenciales y pone es-
pecial atención en las frases con demostrativos. Gundel et al. (1993), en cambio, proponen
una jerarquía con menos detalles sobre la complejidad en la codificación pero hace mucho
más explícita la correlación entre los niveles de activación y el estatus cognitivo del refe -
rente.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 69


Benítez Rosete EXPRESIONES DEMOSTRATIVAS Y ACCESIBILIDAD REFERENCIAL

6. HACIA UN ANÁLISIS DE EXPRESIONES DEMOSTRATIVAS A PARTIR DEL NIVEL DE

ACTIVACIÓN DE LOS REFERENTES

6.1. DEMOSTRATIVOS CON REFERENTES ACTIVOS. Con base en las definiciones de


Belloro (2012), el primer nivel de accesibilidad implica referentes discur-
sivos que se asumen como el centro de interés informativo entre los parti-
cipantes de la comunicación. Los demostrativos que recuperan referentes
activos tienen un antecedente codificado en una expresión referencial
previa, es decir existe una relación anafórica donde el demostrativo ocu-
rre con el nivel máximo de continuidad (i.e., los dos en la misma cláusula
o en la cláusula que le sigue inmediatamente), tal como se aprecia en los
siguientes ejemplos:

(9) se le ocurrió ahí inventar una laca y esa… se fijó que los cabellos, se… el pelo, el cuero ca-
belludo (E2_CA).

(10) yo no era egresada del Colegio de Madrid, yo no era egresada de del Luis Vives, yo no era
egresada de de los grandes colegios del del del Distrito ¿no? que ahora pues ya obviamen-
te esos ya quedaron así como que, eh de los baratones (E8_CB).

(11) una determinada cantidad de energía que es la que mueve una turbina y esa turbina pro-
duce electricidad para una… para toda una ciudad (E2_CA).

El referente en los tres casos está activo y el demostrativo recupera la


información de la cual se está predicando algo y que es el centro atencio-
nal. De acuerdo con los planteamientos de la teoría de Accesibilidad refe-
rencial (Ariel 1990, Gundel et al. 1993), lo más esperado para codificar
referentes activos serían expresiones con anáforas cero/flexión verbal y
algunos clíticos (Belloro 2012); sin embargo, de los ejemplos (9) a (11) se
desprende que también hay demostrativos anafóricos que cumplen esta
función.
En las 14 entrevistas, dentro de los usos anafóricos y de los de reco-
nocimiento, se registraron tan sólo 70/900 (7,8%) demostrativos pronomi-
nales escuetos: 61/70 con un antecedente claramente identificable, y 9/70
con una referencia que se explicita después del demostrativo (ej., estas…
así… pues —digamos— intimidades, E14_CA). Los nueve ejemplos son
peculiares, pues de acuerdo con las transcripciones involucran pausas y/o
reparaciones o marcadores discursivos, por lo cual su estatus pronominal
tampoco es muy claro. Con fines metodológicos, en la clasificación los
nueve ejemplos se incluyeron dentro del uso de reconocimiento porque,
en principio, introducen una entidad sin antecedente lingüístico previo

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 70


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aunque después existan referencias catafóricas o reparaciones; cabe su-


brayar que ninguno de estos ejemplos remite a referentes activos.
Retomando la idea de que existe una correlación entre el grado de
complejidad léxico-sintáctica y el nivel de accesibilidad, lo esperado es
que los demostrativos con referentes activos sean sobre todo pronomina-
les como en (9) y (10), no obstante ocurren algunos usos adnominales
como en (11). Esta variación muestra que las correspondencias entre ni-
vel de accesibilidad, complejidad formal y distancia referencial (i.e., conti-
nuidad topical) no son tan claras de determinar. En este sentido, hace fal -
ta seguir investigando las pautas que, en la interacción hablante-oyente,
inciden para que el hablante decida usar una expresión demostrativa más
elaborada con un antecedente activo, casi siempre inmediato, en vez de
emplear un pronombre escueto u otro mecanismo más atenuado.
En suma, la mayoría de pronombres demostrativos con un antecedente
sí se vinculan con referentes activos (42/61, un 68,9%), aunque algunos
otros (19/61, un 31,1%) codifican información que no es parte del centro
atencional.
Por otra parte, la poca incidencia de demostrativos escuetos dentro de
los usos tanto anafóricos como de reconocimiento (70/900) pone en evi-
dencia que esta clase de expresión referencial no es la selección favorita
para entidades activas, aunque tampoco lo son los pocos casos de expre-
siones más elaboradas (i.e., usos adnominales con o sin modificadores).
Aparentemente la codificación óptima para referentes activos involucra
mecanismos todavía más gramaticalizados y léxicamente menos comple-
jos que los pronombres demostrativos.

6.2. DEMOSTRATIVOS CON REFERENTES ACCESIBLES. Los referentes accesibles se


asumen como entidades periféricas en la atención del interlocutor. Los
datos revelan que la mayor cantidad de expresiones demostrativas se vin-
culan a referentes accesibles, tanto con el uso anafórico como con el de
reconocimiento, esto es, las expresiones demostrativas cumplen dos fun-
ciones principales: (i) reintroducir un referente previamente mencionado
pero que no es el centro informativo; y (ii) incorporar un nuevo referente
que se asocia por inferencia con algún otro elemento en el discurso.

6.2.1. USO ANAFÓRICO Y REFERENTES ACCESIBLES. En una relación anafórica, el


antecedente se distingue como información codificada en una expresión
referencial anterior y, como ya se dijo, es posible recuperar el núcleo no-

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minal de un antecedente, hacer referencia a más de un elemento del dis-


curso o establecer algún tipo de relación semántica (§4.1.1). En (12) se
ejemplifica una expresión demostrativa que copia un referente accesible
y, aunque las expresiones están próximas la una de la otra, hay al menos
una entidad compitiendo por el centro atencional (i.e., el eje de la Lógica
Mayor), no se trata entonces de un referente activo.

(12) En Lógica Mayor se estudiaba la capacidad que tenga el entendimiento para conocer; o
sea, lo que se llama el problema crítico. Ése es el… eje —digamos— de la Lógica Mayor.
Este problema crítico no tenía sentido… sino hasta que vinieron los modernos (E1_CA).

Por otra parte, un antecedente lingüístico puede estar a diferentes


rangos de distancia y, dependiendo de qué tan atrás ha quedado en el
discurso, es más o menos accesible respecto de la expresión demostrati-
va. Es importante destacar que en este trabajo se evaluó el criterio de
distancia referencial únicamente en cinco entrevistas, con 222 demostra-
tivos anafóricos: 182/222 tienen a su antecedente a menos de 10 cláusu-
las; de estos 31/182 presentan el antecedente en la misma cláusula,
124/182 poseen el referente entre 2 y 5 cláusulas anteriores, y 27/182 tie-
nen el antecedente entre 6 y 10 cláusulas atrás. Además, dentro de los
222 casos examinados, están los 40/222 ejemplos restantes que se vincu -
lan a una expresión en un rango mayor a 11 cláusulas.
En cuanto a la codificación léxico-sintáctica de las 222 expresiones
analizadas, se encontró que el patrón adnominal más simple (DEM + N)
es el más frecuente (130/222, un 58,6%), seguido por 27/222 (12,2%) ca-
sos de usos pronominales escuetos (DEM), y por otros 27/222 (12,2%) de-
mostrativos adnominales con algún adjetivo (DEM + N + Adj / DEM + Adj
+ N) o con artículo antepuesto (Art + DEM + N); ocurren además 38/222
(17%) expresiones con mayor grado de complejidad.
Tomando como base el análisis limitado a 222 usos anafóricos, se lo-
graron observaciones interesante sobre la correspondencia entre conti-
nuidad topical, codificación formal y referentes accesibles. Primero, de
esta pequeña muestra, únicamente 7/27 de los demostrativos pronomina-
les recuperan referentes accesibles que están en la misma cláusula o en
una inmediatamente anterior, pero nunca se ubican a mayor distancia; los
otros 20/27 ejemplos están relacionados a referentes activos, lo cual coin-
cide con la tendencia que se señaló en la sección anterior.
Segundo, con los 130/222 casos de expresiones con adnominal simple
(DEM + N), se observa que 77/130 (59,3%) tienen a su antecedente entre

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2 y 5 cláusulas atrás, y es aquí donde se ubica el grueso de los referentes


accesibles, asimismo destacan los casos con antecedente entre 6 y 10
cláusulas (17/130, un 13%). Cabe aclarar que sólo 20/130 (15,4%) expre-
siones adnominales simples suceden con el antecedente a más de 11
cláusulas, y en esos casos incrementa el número de referentes que compi-
ten por el centro atencional. En principio, aunque una expresión demos-
trativa está a más de 11 cláusulas de su antecedente, todavía puede con -
cebirse dentro del espacio cognitivo de los accesibles, sin embargo, en
términos de procesamiento de información, lo está en menor grado que
aquellos que tienen al antecedente muy próximo.
Tercero, los demostrativos adnominales con un artículo antepuesto o
aquellos modificados por un adjetivo (27/222, un 12,2%) también se vin-
culan a referentes accesibles, casi todos (18/27) con antecedente entre 2
y 5 cláusulas anteriores; hay 2/27 ejemplos con referente en la misma
cláusulas y otros 2/27 que lo tienen entre 6 y 10 cláusulas previas. Exis-
ten, no obstante 5/27 expresiones cuyo antecedente está a más de 20
cláusulas de distancia, son casos en que el referente quedó tan atrás en el
discurso que el estatus de accesible es cuestionable.
Finalmente, las expresiones demostrativas más complejas son menos
frecuentes en el uso anafórico en general (38/222, un 17,1%), abarcan
ejemplos como esa lógica contundente de Aristóteles (E1_CA), la zona
esta de aquí de Mineros (E5_CB), esos sombreros que se le salen los pe-
los (E4_CB), esas plantitas que colectamos en ese punto de muestreo
(E4_CB). Lo interesante es que estas formas complejas aparecen en ran-
gos muy variables de distancia, por ejemplo en (13) la expresión demos-
trativa se vincula a un referente activo a poca distancia referencial (i.e.,
misma cláusula o una anterior), en este caso se emplea una forma más
elaborada, a pesar de que el uso preferido para los accesibles es un adno-
minal simple, sobre todo cuando existe un alto grado de continuidad topi-
cal (i.e., referentes casi contiguos).

(13) se iba a tener un determinado volumen de producción, utilizando generalmente los gases
refrigerantes que… normales, que tenemos en el mercado nacional, como son el frión
doce, el ginetrón, tanto de Dupont como de Quimobásicos, de Allied Chemical. Entonces,
de acuerdo con esos gases que tenemos nosotros aquí a la mano —porque existen plan -
tas... eh… mexicanas trabajando estos gases… eh— se ha desarrollado esta industria
(E2_CA).

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Con ejemplos como el de (13) se subraya que una expresión más com-
pleja y cercana a su antecedente puede operar como recurso lingüístico
para enfatizar cierta información; en este sentido, una expresión comple-
ja no necesariamente remite a entidades menos accesibles (ej., inactivas).
En todo caso, se insiste en que el grado de activación del referente no es -
tablece correlatos rígidos y estables ni con la codificación formal ni con la
distancia referencial. En otras palabras, la distancia referencial no es una
pauta inequívoca para determinar cuando una forma más o menos com-
pleja corresponde a un referente más o menos accesible. No obstante,
esta herramienta de medición sigue siendo útil para calcular el alcance
de una relación anafórica y permite cuestionar si a cierto número de cláu-
sulas un referente deja de estar activo y se vuelve accesible, o bien con
un número mayor de cláusulas interpuestas, el referente es menos accesi-
ble e incluso inactivo.
Por ejemplo, en el análisis de anáforas se registraron 40/222 (18%) de-
mostrativos con antecedente lingüístico a más de 11 (19/222) y otros a
más de 20 cláusulas (21/222); sobre todo los que tienen una mención pre-
via a más de 20 cláusulas conforman un pequeño grupo de demostrativos
más identificados con referentes inactivos, es decir con representaciones
de la memoria a largo plazo.

6.2.2. USO DE RECONOCIMIENTO Y REFERENTES ACCESIBLES. Una de las ventajas


del análisis de demostrativos a partir del grado de activación de los refe-
rentes es que es posible integrar las partículas de reconocimiento, que en
el caso de las 14 entrevistas son 384/2.571 (15%). Estos demostrativos no
establecen una relación léxico-semántica como la de ciertos usos anafóri-
cos (ej., mis hijos > estos, estos niños, E3_CA), y no pueden explicarse en
términos de si están cerca/lejos de un antecedente; en cambio, sí pueden
describirse desde su función pragmática prominente: incorporar nuevas
menciones cuya asociación se da a partir de algún elemento del discurso.

(14) I: yo recuerdo mucho una de las primeras veces que fui a Ensenada cómo dormí en medio
de un viñedo en medio del aislamiento total de ruido en un perfume delicioso de uva que
estaba justamente en torno de mí y mirando hacia el cielo
E: ajá
I: como si estuviera así salpicadísimo de blanco porque todas las estrellas
E: qué bonito
I: se podían ver y hasta un tramo de la Vía Láctea
E: ajá
I: estaba fascinado con ese cielo que nunca se puede ver en nuestra contaminada

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E: no
I: e hiperiluminada ciudad de México
E: claro claro
I: pero así como te digo que tengo esos recuerdos muy hermosos de Ensenada (E11_CB).

(15) voy a traerles el mandado, voy al “Super” a comprarles cosas de latas; me mandan al ban -
co a… a cambiarles cheques… voy… les entrego los estos… centavos (E3_CA).

Los ejemplos en (14) y (15) revelan la dificultad de asir las pautas gra-
maticales que indican que la información está ahí, pero está inactiva, que
el hablante asume y que el oyente infiere. En (14) algo como esos recuer-
dos muy hermosos de Ensenada remite a la proposición yo recuerdo mu-
cho una de las primeras veces que fui a Ensenada, en este caso el oyente
resuelve el referente a partir de otros elementos del discurso. El ejemplo
de (15) es similar al anterior, una relación causa-efecto entre cambiar
cheque y centavos permite comprender la referencia; el hablante asume
que el oyente es capaz de recuperar la información a partir de otros ele-
mentos del discurso, aunque en algunos casos también interviene el cono-
cimiento de mundo. La mayoría de los demostrativos de reconocimiento
se da con referentes accesibles, aunque en menor grado, también ocurren
con referentes inactivos.
En síntesis, los demostrativos en general están en el ámbito de los
accesibles; algunas veces se vinculan a una expresión previa que no es el
centro de interés en la predicación, otras veces se identifican a partir de
la asociación con elementos presentes en el discurso; en ambos casos, se
trata de referentes periféricos porque están relativamente desactivados
debido a la interposición de otros referentes que compiten por el centro
atencional.

6.3. DEMOSTRATIVOS CON REFERENTES INACTIVOS. Los inactivos corresponden a


aquellas entidades que no se asumen como parte de la atención del oyen-
te pero sí de su acervo cognitivo y de las representaciones permanentes
en la memoria a largo plazo. El número de demostrativos vinculados a re-
ferentes inactivos es mucho menor e implica: (i) demostrativos con una
mención muy alejada en el discurso, y (ii) usos de reconocimiento que in-
tegran nuevos referentes asociados a información que se asume como
compartida entre el hablante y el oyente.
Tal como se explicó, los demostrativos anafóricos codifican principal-
mente referentes accesibles; sin embargo, en las cinco entrevistas selec-

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cionadas para la medición de distancia referencial, destaca un pequeño


grupo de estos con una mención previa a más de 20 cláusulas (21/222),
algunos incluso a más de 300 cláusulas. En estos casos, las expresiones
demostrativas ya no parecen estar en el ámbito de las anáforas y, en
cambio, funcionan como partículas de reconocimiento, esto es, primeras
menciones que codifican referentes inactivos asumidos en el acervo cog-
nitivo del oyente, en la memoria permanente a largo plazo (ver 16).

(16) otra cosa tenemos contacto con con este organizaciones en Guerrero entre ellas está las
ay ya se me fue Sansequi- bueno es el Consejo Supremo de los Pueblos Nahuas y el Conse-
jo de los Quinientos Pueblos Indígenas y no sé son todos ellos entonces <~tonces> eh co-
nocimos a, en esa organización, el el el pues <~pus> el líder de la organización nos dice
que si le presentamos el proyecto [174 cláusulas] ese curso fue muy productivo fue el pro-
yecto con él, con el Armando, la tesis de Verónica y bueno y algunas otras cosillas ¿no? co-
nocimos a las esas organizaciones en Guerrero, este a las gentes en donde nos dieron asi-
lo (E4_CB).

En (16) se observa que la expresión demostrativa posee cierto grado


de complejidad léxico-sintáctica, lo cual responde a la correlación forma-
nivel de accesibilidad, ya que el hablante quiere reactivar información
que ha quedado muy atrás y entonces necesita dar más pautas a su oyen-
te para que este identifique el referente. Aunque hace falta seguir estu-
diando al respecto, se observa una tendencia a que las expresiones de-
mostrativas con referentes inactivos se codifiquen con mayor grado de
complejidad (ej., con adjetivos, complementos adnominales y oraciones
relativas). No obstante, existen ejemplos en que un antecedente que que-
dó muy atrás (i.e., inactivo) es reintroducido al discurso con un uso adno-
minal simple (ej., ese herbario, antecedente a 28 cláusulas, E4_CB; los es-
tos obreros, antecedente a 641 cláusulas, E5_CB), dichos ejemplos, de
nueva cuenta, revelan que el grado de accesibilidad del referente no
guarda correspondencias sistemáticas con la codificación léxico-sintácti-
ca, y obliga a preguntarnos qué otras pautas formales inciden en la elec-
ción de ciertas expresiones más o menos complejas.
El otro tipo de inactivos ocurre con el uso de reconocimiento, se trata
de nuevas menciones que dirigen la referencia hacia el conocimiento
compartido entre los participantes de la comunicación (i.e., hacia su acer-
vo cognitivo).

(17) E: ¿Cómo es el negocio este de las frutas?


I: ¡Ay! Pues el negocio de las frutas, es ir a comprar a la… esa… Mercé. En la Mercé le
dan a usté por mayoreo todo, para que así le… sale a usté más cómodo, y entonces venga

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usted aquí, y la lava la fruta, y la pela, y entonces el… pues el carro tiene que ir limpio?
(E3_CA_M).

En (17) hay dos expresiones demostrativas, la primera, el negocio este


de las frutas, codifica un referente inferible que se vincula a información
mencionada anteriormente, pero que ha quedado fuera del centro aten-
cional, es una expresión con referente accesible. En cambio, la expresión
a la esa Mercé no tiene antecedente lingüístico y no guarda relación con
un elemento anterior; en este caso, la expresión integra una entidad refe-
rencial que está en la consciencia-conocimiento del oyente. Esto es, el ha-
blante asume que su interlocutor conoce el mercado la Merced, al menos
lo supone porque ambos viven en la misma ciudad y es un mercado famo -
so entre comerciantes; además, cuando el hablante introduce el nuevo
referente, vuelve a referirlo sin agregar más información y el oyente no
detiene el diálogo para aclarar la nueva referencia, en este sentido se in-
terpreta como información conocida, parte del acervo cognitivo de am-
bos.
Un resultado que amerita análisis más finos es el de dos estructuras
atípicas que no se atestiguan en las gramáticas, se trata: (i) de expresio-
nes con doble determinante (ej., la esta casa, los estos baños, el este te-
rreno), y (ii) de posposición de demostrativo en la FN (ej., el señor este,
E12_CA; el cuate este historiador que te digo, E8_CB, el este pulmón iz-
quierdo, E3_CA; el operativo este último, E5_CB; el rollo este de la inves-
tigación, E8_CB). El primer caso (doble determinante) se asocia principal-
mente a referentes inactivos, sin un antecedente lingüístico, no se anclan
(semánticamente) a otro elemento del discurso y activan conocimiento
compartido específico; el segundo tipo (posposición del demostrativo)
está constantemente vinculado a una mención previa a diferentes rangos
de distancia con su antecedente, en algunos casos recuperan entidades
mencionadas a 20 o más cláusulas atrás, casi siempre referentes inacti-
vos, aunque este mecanismo de posposición también atañe a referentes
accesibles que se infieren de otro elemento del discurso, como en (17) el
negocio este de frutas.
En resumen, las expresiones demostrativas con referentes inactivos
son menos frecuentes respecto de los accesibles pero más recurrentes
que los activos; ocurren con demostrativos que dejaron a su antecedente
significativamente atrás, pero sobre todo con nuevas menciones que an-
clan la referencia al conocimiento compartido entre el oyente y el ha-

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blante, en ambos casos se observa una tendencia de expresiones con cier-


to grado de complejidad léxico-sintáctica (i.e., con artículo antepuesto,
adjetivos y adnominales), asimismo disminuye el uso de demostrativos ad-
nominales simples y no hay casos con pronombres.

6.4. DEMOSTRATIVOS CON REFERENTES NUEVOS. Finalmente, está la categoría


que abarca la activación de los referentes denominados nuevos, definidos
como aquellos que no se asumen como parte del acervo cognitivo del
oyente. En las 14 entrevistas se registraron únicamente 4/384 (el total de
las partículas de reconocimiento) demostrativos sin antecedente lingüísti-
co que parecen involucrar referentes nuevos para el oyente.

(18) pues… que trabaje uno mismo… porque, como ellos ya tiene, pos a uno lo ven pobre, y ni
caso le hacen. Ahora, más una tristeza tengo grande que esta señora di aquí junto, la se-
ñora Cecilia, ella siempre… este… trata de perjudicarnos a… a nosotros.

Casos como el de (18) son novedosos y raros; en términos de accesibi -


lidad, no se espera que una expresión que señala entidades del mundo y/o
del discurso no esté anclada al discurso, al contexto de enunciación ni
tampoco al conocimiento del interlocutor; sin embargo, en los pocos
ejemplos del corpus parece que el demostrativo señala a un referente que
sólo está activo o es accesible en la mente del hablante, pero no para el
oyente, y tampoco tienen una mención previa en el contexto discursivo.
En (18) se remarca que la expresión esta señora di aquí junto aparece in-
troduciendo a un participante nuevo desconocido para el oyente. De in-
mediato el hablante hace una serie de referencias catafóricas y reparacio-
nes para ampliar la información, la señora Cecilia, ella con el objetivo de
que el interlocutor recupere la referencia. En este caso específico, no sa-
bemos si el hablante usa señas o gestos deícticos, con lo cual el referente
puede asumirse más bien como activo porque está en el contexto de
enunciación, entonces (18) no sería un buen ejemplo de un referente nue-
vo y sin anclaje para el oyente (Belloro 2012)7.
Todavía más raros son las ocurrencias en que el hablante integra un
nuevo referente, lo codifica como una expresión adnominal simple y sigue

7 El análisis con entrevistas transcritas conlleva a que no en todos los casos sea posible des-
cartar la existencia de señas y/o gestos; por tal motivo, puede ser complejo determinar con
precisión si las expresiones son exofóricas porque remiten a una entidad en el contexto de
enunciación (i.e., son activas), o bien, funcionan como partículas de reconocimiento que in -
corporan entidades al discurso sin una expresión mencionada previamente.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 78


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el discurso sin reparar en que su interlocutor no tiene la información para


entender la referencia, como en (19).

(19) E: ¿Y tiene derecho al seguro y todo eso?


IB: No, fíjese que no. Es lo que orita anda arreglando este René.
E: ¿su hijo?
IB: Ya habló con él… su patrón para ver si ya le da el seguro, porque francamente él no le
tiene fe al seguro; pero, como le digo yo, pues… es de mucho… mucha ayuda, ¿no? Porque
ya tiene allí varios años, y no... no tiene seguro (E14_CA).

Con base en la propuesta de niveles de activación (Belloro 2012), se


observa que los demostrativos sin antecedente lingüístico, aunque no es
lo esperado, llegan a referir entidades nuevas en el discurso y totalmente
desconocidas para el oyente. Los pocos ejemplos sugieren que, en este
caso, el hablante usa expresiones más complejas para dar información a
su interlocutor, sobre todo si se percata de que el oyente desconoce la re-
ferencia como en (18); también ocurre que si el hablante hace uso de ex-
presiones simples, y el oyente no entiende la referencia pide más infor-
mación, ver (19). Pese a los escasos ejemplos en el corpus bajo estudio se
atestigua que los demostrativos no son un mecanismo productivo para in-
troducir referentes nuevos.

7. LA CORRELACIÓN ENTRE LA CODIFICACIÓN FORMAL Y LOS NIVELES DE ACCESIBILIDAD

REFERENCIAL. Aunque a lo largo de este trabajo se mostraron ejemplos que


prueban que las correspondencias entre codificación léxico-sintáctica y
niveles de accesibilidad no son rígidas e inequívocas, el análisis revela
ciertas tendencias en el uso de los demostrativos en español mexicano,
las cuales se resumen en el siguiente esquema:

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 79


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Copia ED recupera
Relación Relación
(UA) ━► del núcleo ━► varias ━► (UA)
pronominal semántica
nominal expresiones
━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━►
+ Anafórico - Anafórico

Activo ━► ACCESIBLE ━► Inactivo ━► Nuevo

[DEM+N+Adj]
[DEM] ━► [DEM+N] ━► ━► [DEM+N+de FN] ━► [+ complejidad]
[Art+DEM+N]

- Reconocimiento + Reconocimiento
━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━►
Referencia
Referencia Referencia
por conocimiento
(UR) por inferencia en la memoria (UR)
compartido /
textual de largo plazo
acervo cognitivo
Figura 2: Escala de activación de referentes para expresiones demostrativas.

La Figura 2 representa un continuum categorial de los demostrativos


que disuelve el límite tajante entre demostrativos anafóricos y de reco-
nocimiento; asimismo resalta su función como marcadores de accesibili-
dad referencial y empata las pautas de codificación formal y los principa-
les mecanismos referenciales para activar información.
En síntesis, la Figura 2 refleja que los usos pronominales (las formas
más atenuadas) son poco frecuentes y se especializan en recuperar refe-
rentes activos; el grueso de los demostrativos se vincula con referentes
accesibles que se interpretan por asociación con alguna entidad mencio-
nada (i.e., antecedente lingüístico) que compite por el centro atencional
con otras entidades, pero también por inferencia a partir de la relación,
muchas veces semántica, con otros elementos del discurso. Son menos
frecuentes los demostrativos que remiten a referentes inactivos, y lo ha-
cen cuando incorporan una entidad nueva anclada al conocimiento/acervo
cognitivo de los participantes de la comunicación, así, cuando un referen -
te se reintroduce en el discurso después de una mención que quedó muy
atrás, podría considerarse una expresión con referente inactivo más que
accesible. Aunque no se espera que los demostrativos remitan a entida-
des nuevas para el oyente, los pocos casos evidencian que, en general, el
comportamiento de las expresiones referenciales en el discurso es mucho
más complejo que la mera identificación de formas y grados de compleji-
dad léxica (Vázquez 2004, 29; Company 2006; Belloro 2007, 2012), por lo
cual sigue siendo esencial describir las pautas formales que intervienen
en la interacción hablante-oyente-contexto.

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8. CONCLUSIONES. El hecho de que los demostrativos operen como marca-


dores de accesibilidad referencial y cumplan diferentes funciones en el
discurso, en buena medida, se deriva de la amplia posibilidad de codifica-
ción que presentan (i.e., grados de complejidad léxico-sintáctica), asimis-
mo de los distintos mecanismos de referencia que abarcan, desde una re-
lación anafórica pronominal hasta el señalamiento de un referente ausen-
te en el discurso pero anclado en el conocimiento compartido de los parti-
cipantes. Particularmente, el planteamiento de una interfaz sintáctico-
pragmática que recupera los niveles de accesibilidad referencial (Belloro
2012) prueba que, este tipo específico de expresiones, dado su valor deíc-
tico-mostrativo inherente, apuntan-señalan a entidades o espacios cogni-
tivos precisos, por eso no es extraño que se especialicen en retomar refe-
rentes accesibles donde la relación deíctico-mostrativa es todavía percep-
tible. Sin embargo, no deja de ser interesante que los demostrativos son
expresiones referenciales con múltiples posibilidades de codificación lé-
xico-sintáctica capaces de abarcar diversas funciones pragmáticas.

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Valeria A. Benítez Rosete


Universidad Nacional Autónoma de México
linguaval@gmail.com
Trabajo recibido el 30 de marzo de 2014 y aprobado el 30 del mayo de 2014.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 83


Apellidos de los autores TÍTULO ABREVIADO DEL TRABAJO

Signo y Seña 23 Dossier La historia del español de América 82


Guerrero Hernández CONDICIONES DE USO DE LOS DATIVOS SIN COPIA CLÍTICA

APROXIMACIÓN A LAS CONDICIONES DE USO

DE LOS DATIVOS SIN COPIA CLÍTICA EN ESPAÑOL DE MÉXICO

Noemí Guerrero Hernández

RESUMEN. La codificación de los dativos del español que presentan rol de recipientes y que apa -
recen con predicados de transferencia y de creación puede darse: (i) por medio de una frase
léxica introducida con a más la copia clítica o (ii) sólo a través de la frase léxica. Los adjuntos
benefactivos, por su parte, se introducen con la preposición para. Con el objetivo principal de
dar cuenta de las condiciones de uso de los dativos sin clítico, en el presente trabajo se anali -
zaron 150 casos de construcciones de dativo sin clítico del español contemporáneo de México
a partir de sus contextos de aparición asociados a variables referenciales (animacidad-núme -
ro), cognitivas (definitud-individuación), discursivas (topicalidad-persistencia) y externas (re-
gistro), en comparación con los contextos de uso de 150 construcciones con clítico y 150 bene-
factivos. Los datos analizados mostraron que las construcciones sin copia clítica tienden a aso -
ciarse con participantes dativos menos prototípicos, a diferencia de los dativos que aparecen
en construcciones con copia clítica, cuyos rasgos son más prototípicos de este tipo de partici-
pantes. En comparación con los benefactivos, los dativos sin copia clítica parecen ser incluso
menos prototípicos que estos adjuntos. Una vez que se caracterizaron los referentes asociados
con cada construcción, los rasgos observados se analizaron de manera más general, estable-
ciendo asociaciones entre los rasgos presentados tanto por los dativos con clítico como sin clí-
tico, lo que permitió relacionarlos con entidades más particulares.
Palabras clave: dativos, benefactivos, rasgos semántico-referenciales, rasgos cognitivos,
rasgos discursivos.

ABSTRACT. In Spanish there are two ways in which the dative recipients that appear with verbs
of transfer and creation can be coded: (i) by means of a lexical phrase introduced with a and
the co-occurrence of the dative clitic or (ii) by the lexical phrase only. In the case of the bene-
factive adjuncts, these are introduced by the preposition para. For the present study, 150 con-
structions of datives without clitic were analized. All of them taken from oral texts in contem -
porary Spanish spoken in Mexico. The main objective was to describe the conditions of use of
such constructions by analyzing the contexts in which they appear: the referential properties
of the dative (animacy-number), its cognitive status (definiteness-individuation), discourse sta-
tus (topicality-persistence) and external variables (style of the discourse), and by comparing
these contexts with those of 150 datives with clitic and 150 benefactives. The analyzed data
showed that the constructions without clitic doubling tend to introduce datives which present
less prototypical characteristics, this compared with the constructions with clitic which intro-
duced more typical datives. When compared to the benefactives, the datives introduced with -
out clitic appeared to be even less prototypical than these adjunts. Once the datives introduced
with and without clitic were characterized, the features observed for every construction were

Signo y Seña, número 25, junio de 2014, pp. 85-103


Facultad de Filosofía y Letras (UBA)
http://revistas.filo.uba.ar/index.php/sys/index
ISSN 2314-2189

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 85


Guerrero Hernández CONDICIONES DE USO DE LOS DATIVOS SIN COPIA CLÍTICA

analized from a more general perspective, establishing correlations between the features pre-
sented by each construction.
Keywords: datives, benefactives, semantic-referential properties, cognitive status, discur-
sive status.

RESUMO. A codificação dos dativos do espanhol que apresentam papel temático de recipientes e
que aparecem com predicados de transferência e de criação podem ocorrer: (i) por meio de
uma frase léxica introduzida com a mais a cópia clítica ou (ii) somente a través da frase léxica.
Os adjuntos benefactivos, por outro lado, são introduzidos com a preposição para. Com o obje-
tivo principal de explicar as condições de uso dos dativos sem clítico, para este trabalho foram
analisados 150 casos de construções de dativo sem clítico do espanhol contemporâneo do Mé-
xico a partir de seus contextos de ocorrência associados a variáveis referenciais (animação-
número), cognitivas (definição-individualização), discursivas (topicalização-persistência) e ex-
ternas (registro), em comparação com os contextos de uso de 150 construções com clítico e
150 benefactivos. Os dados analisados mostraram que as construções sem cópia clítica tendem
a se associar com participantes dativos menos prototípicos que este tipo de participantes. Em
comparação com os benefactivos, os dativos sem cópia clítica parecem ser inclusive menos
prototípicos que estes adjuntos. Uma vez que se caracterizaram os referentes associados com
cada construção, os rasgos observados foram analisados de maneira mais geral, com o estabe-
lecimento de associações entre os rasgos apresentados tanto pelos dativos com clítico como
sem clítico, o que permitiu relacioná-los com entidades mais particulares.
Palavras-chave: dativos, benefactivos, rasgos semântico-referenciais, rasgos cognitivos,
rasgos discursivos.

1. INTRODUCCIÓN. Los argumentos dativos del español han sido tradicional-


mente categorizados como IND1 cuando aparecen con verbos de transfe-
rencia como dar, comunicar o entregar, en virtud de que forman parte de
la valencia verbal (1a), mientras que aquellos que se asocian con verbos
de creación como hacer, pintar o preparar (1b) se categorizan como
IND2, ya que se consideran participantes que no forman parte de la es-
tructura argumental de estos predicados (Demonte 1994, Gutiérrez Ordó-
ñez 1999, Strozer 1976, entre otros):

(1) (a) Le dio un regalo a Israel.


(b) Le hizo un regalo a Israel.

En los ejemplos de (1) se puede observar que los dativos asociados con
verbos de “transferencia” y de “creación” pueden aparecer codificados
con el clítico le y la frase léxica correferencial introducida por la preposi-
ción a. Esta forma ha sido reconocida como opcional para los verbos de
“transferencia”, ya que el clítico puede ser omitido sin que la construc-
ción resulte agramatical (2a), a diferencia de los verbos de “creación”,

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 86


Guerrero Hernández CONDICIONES DE USO DE LOS DATIVOS SIN COPIA CLÍTICA

donde la presencia del clítico junto con la frase léxica se considera obliga-
toria (2b) (Demonte 1994, Gutiérrez 1999, entre otros):

(2) (a) Oscar dio un regalo a Israel.


(b) *Oscar hizo un regalo a Israel.

Por otra parte, para los verbos de creación existe una construcción al-
ternativa, en la que este tercer participante es codificado como un adjun-
to con rol semántico de benefactivo, introducido por la preposición para:

(3) Hizo un regalo para Israel.

Es así como nos encontramos ante tres construcciones sintácticas dife-


rentes para codificar a estos terceros participantes: (i) por medio de una
frase léxica introducida con la preposición a más la copia clítica; (ii) sólo
a través de la frase léxica sin copia clítica; y (iii) con la preposición para.
Estas alternancias ya han sido objeto de estudio en diferentes traba-
jos. En primer lugar es posible distinguir las construcciones benefactivas
de las de dativo, con o sin copia clítica. Maldonado (2000) ofrece una se-
rie de argumentos sintácticos y semánticos que demuestran que dativos y
benefactivos pertenecen a dos tipos de construcciones diferentes. Una de
las distinciones fundamentales planteadas por Maldonado es que los be-
nefactivos introducidos con para expresan una trayectoria de intenciona-
lidad del agente sobre un potencial receptor, indicando cierto nivel de dis-
tancia entre estos, mientras que los dativos indican una trayectoria de
afectación sobre el objeto indirecto y un alto grado de proximidad e inte-
racción entre el agente y este tercer participante, diferencias que tienen
distintas repercusiones sintácticas.
Dentro del ámbito de los dativos, también es necesario distinguir entre
las construcciones con copia clítica y las que sólo presentan la frase léxi-
ca. Como se señaló anteriormente, algunos autores distinguen ambos
subtipos de dativos en función del verbo con el que aparecen asociados,
proponiendo que la copia clítica es obligatoria cuando el dativo aparece
asociado con un verbo de “creación”. Sin embargo, el estudio de corpus
muestra que existen numerosos contraejemplos a esta tendencia, algunos
de los cuales se presentan en (4):

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 87


Guerrero Hernández CONDICIONES DE USO DE LOS DATIVOS SIN COPIA CLÍTICA

(4) (a) […] podemos hacer un mejor estado, ahí está la clave. Abran las puertas a los jóvenes,
evitemos que estos jóvenes se vayan a otros estados.
(b) ha tenido una gran sensibilidad para abrir todos los espacios a la gente del campo […]
(c) ¿Cómo realizarán la elección de su candidato, toda vez que el PRI ya la abrió a la
ciudadanía, el PAN tiende a abrirla a militantes y adherentes […]
(d) es como hacer el trabajo gratis no a los inquilinos sino a ellas.

Por otra parte, este enfoque no permite explicar por qué, en los casos
de los verbos de “transferencia”, donde el clítico sería gramaticalmente
opcional, algunas veces está presente y otras no lo está. Con el objetivo
de explicar este tipo de alternancia, otros estudios han argumentado que
es necesario atender también a las propiedades referenciales o discursi-
vas del elemento denotado. Así, se ha propuesto que la omisión del clítico
es más frecuente cuando el dativo tiene una interpretación genérica o de
masa, o es particularmente poco saliente en el contexto discursivo (Bello-
ro 2009, Ibáñez 2006, Maldonado 2002). Estos estudios, si bien incorpo-
ran variables relevantes surgidas del análisis de ejemplos espontáneos,
presentan como limitante una relativa escasez de datos, resultado de la
baja frecuencia en el uso de la construcción de dativo sin copia clítica. En
efecto, diversos estudios basados en evidencia de tipo diacrónica mues-
tran que en el español actual la aparición de la copia clítica es la norma, y
que el clítico dativo ha pasado por un proceso de despronominalización y
gramaticalización que lo han convertido en un marcador de concordancia
(Bogard 1992, Company 2006, Flores y Melis 2004), o “pseudo-concor-
dancia” (Belloro 2010, 2012).
En este contexto, existen pocos estudios enfocados específicamente a
las condiciones de uso de las construcciones de dativo sin copia clítica.
De ahí que uno de los objetivos del presente trabajo es dar cuenta de es-
tas condiciones de uso, particularmente en el español contemporáneo de
México. El análisis se realiza a partir de los contextos discursivos de apa-
rición de dichas construcciones, se evalúa la relevancia de las variables
referenciales, cognitivas, discursivas y externas asociadas con estas cons-
trucciones y se comparan con los contextos de uso de sus “alo-oraciones”
(Lambrecht 1994) más cercanas (en particular, los dativos con copia clí-
tica). Una vez que los rasgos asociados a esta construcción han sido de-
limitados, se menciona cómo estos rasgos se correlacionan a fin de apor-
tar evidencias sobre el estado de gramaticalización en el que se encuen-
tra el clítico de dativo.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 88


Guerrero Hernández CONDICIONES DE USO DE LOS DATIVOS SIN COPIA CLÍTICA

Con estos objetivos como guía, en la sección 2 se describen los datos


utilizados y las variables consideradas para el análisis, en la sección 3 se
presenta la distribución de los datos en relación a cada una de las varia-
bles, seguida de la discusión de las tendencias encontradas (§4) y las con-
clusiones del presente trabajo (§5).

2. METODOLOGÍA. A partir de textos orales del español contemporáneo de


México, se recogieron las primeras 300 construcciones de dativo (150 con
copia clítica y 150 sin ella) y 150 construcciones benefactivas que apare-
cieran con los verbos de transferencia y de creación listados como proto-
típicos en la literatura sobre el tema (Demonte 1994, Gutiérrez Orodóñez
1999). Debido a la baja frecuencia de uso de las construcciones de dativo
sin copia clítica en el español de México, debieron utilizarse varios corpo-
ra. Los datos fueron tomados del Corpus Sociolingüístico de la Ciudad de
México (CSCM), el Corpus del Español (CdE), y del Corpus de Referencia
del Español Actual (CREA).
Cada caso fue clasificado a partir de cuatro tipos de variables: refe-
renciales, cognitivas, discursivas, y externas. Para las variables referen-
ciales se codificó cada caso según la animacidad (animado/inanimado) y
el número (singular/plural) del elemento denotado. Por ejemplo, en (5a)
se ilustra un caso codificado como animado plural, y en (5b) uno codifica -
do inanimado y singular:

(5) (a) […] esta Nueva Ley aporta beneficios a personas que no están afiliadas […]
(b) […] otros fideicomisos son únicamente para otorgar garantías a la banca.

Para las variables cognitivas se consideró la definitud de la frase dati-


va (definida/indefinida), bajo la premisa de que la definitud gramatical es
un correlato (imperfecto) de la identificabilidad que el hablante asume
tiene el referente para su interlocutor. Sin embargo, dado que en el cor-
pus aparecen numerosos ejemplos de frases definidas que denotan refe-
rentes genéricos, cuya identificabilidad se limita al reconocimiento de la
clase a la que pertenecen, se categorizó además a los dativos de acuerdo
con la variable individuación (individuado/no individuado), distinguiendo
así frases definidas con un referente individuado de frases definidas cuya
identificabilidad se aplica solamente a la clase de la que el referente for-
ma parte, es decir, no individuado. Abajo se presentan tres ejemplos de

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 89


Guerrero Hernández CONDICIONES DE USO DE LOS DATIVOS SIN COPIA CLÍTICA

construcciones de dativo sin copia clítica, con frase indefinida (6a), defi-
nida-individuada (6b) y definida no individuada (6c):

(6) (a) Tampoco podemos asignar a un grupo campesino, el tipo de tierra o el lugar donde
van a vivir.
(b) […] una empresa que se dedica a la cuestión de envases de vidrio ofreció a FUNDA-
MAT que si le surtíamos un camión […]
(c) […] que las empresas dieran la misma oportunidad a la mujer de ser directoras […]

En relación con las variables discursivas, se midió la topicalidad del


referente discursivo. Cada ejemplo se categorizó de acuerdo con su “no-
vedad en el discurso” (Prince 1992), tomando de Givón (1983) la propues-
ta de que los participantes “dados” son aquellos que aparecen menciona-
dos en el contexto discursivo anterior, mientras que aquellos que no se
mencionan se consideraron como “nuevos”, contando hasta un máximo de
20 cláusulas a la izquierda de la construcción que se está analizando. Por
otro lado, también se consideró la persistencia de cada participante, en
función de su codificación o no en la cláusula inmediata siguiente, a los
efectos de tener una medida relativa de la saliencia de ese participante
en el discurso (Givón 1983). Por ejemplo, en (7a) el dativo se codificó
como nuevo y no persistente, mientras que el de (7b) se codificó como
nuevo y persistente:

(7) (a) ¡Ah, pues no, claro! Inf. –Y fíjate: dijo a sus cuates que estaba tan contento, haciéndo-
se ilusiones de las primeras comuniones de […]
(b) […] a finales de diciembre le dice a su papá “pa ¿me pagarías una escuela particular?”

Por último, se consideró como variable externa el registro adoptado


por los hablantes. Siguiendo a Labov (1972) se asignó el valor formal a
las transcripciones de sesiones de la Cámara de Senadores y a las entre-
vistas con personajes políticos, e informal a las entrevistas en las que los
informantes están emocionalmente involucrados en los temas tratados.
Una vez que todos los casos fueron codificados según las variables
arriba descritas, se obtuvieron los porcentajes de la distribución de los
datos para cada una. Las diferencias porcentuales observadas se compa-
raron por medio de una prueba t de diferencia de proporciones, con la

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 90


Guerrero Hernández CONDICIONES DE USO DE LOS DATIVOS SIN COPIA CLÍTICA

cual se corroboró si estadísticamente existían diferencias significativas


entre los porcentajes (nivel de confianza (p) = 0.05) 1.

3. RESULTADOS
3.1. VARIABLES REFERENCIALES: ANIMACIDAD Y NÚMERO. La primera variable
analizada fue animacidad, para la que se obtuvieron los porcentajes pre-
sentados en la Tabla 1, considerando como el 100% de los casos los 150
dativos con clítico, los 150 dativos sin clítico y los 150 benefactivos.

Animacidad Con clítico Sin clítico Total de dativos Benefactivos


Animados 85% (128) 48% (72) 67% (200) 62% (93)
Inanimados 15% (22) 52% (78) 33% (100) 38% (57)
Total 100% (150) 100% (150) 100% (300) 100% (150)
Tabla 1: Distribución de porcentajes para la variable “animacidad” por construcción.

Estos resultados confirman que, como ya se ha mencionado en la lite-


ratura (Company 2006, Flores y Melis 2004, Maldonado 2000, entre
otros), la tendencia general de los dativos es a codificar entidades anima-
das (67%). Lo que revelan, sin embargo, es que esta tendencia se debe a
la baja frecuencia en el uso de la construcción sin clítico. En efecto, si
bien para la construcción con clítico se observa un porcentaje significati-
vamente mayor de referentes animados (85%), los casos que no presen-
tan la copia clítica no siguen la misma tendencia, ya que la diferencia en-
tre los casos animados e inanimados no es significativa. Es decir, las cons-
trucciones sin clítico parecieran no distinguir entre un tipo de referente y
otro. A pesar de esto, es interesante notar que, contrariamente a lo espe-
rado, el porcentaje de entidades inanimadas codificadas en la construc-
ción sin clítico es levemente mayor que el de las animadas (52% vs. 48%),
lo que indica un número mayor al esperado de referentes inanimados aso-
ciados a esta construcción.
A fin de conocer cuál es el comportamiento de los referentes animados
e inanimados con respecto a cada tipo de construcción con dativos, se
compararon los porcentajes a partir de las tendencias asociadas al tipo de
referente. Del total de dativos animados en el corpus, el 64% aparece en

1 Como se comenta más adelante, las variables analizadas en este estudio no se pueden con-
siderar de forma aislada e independiente, es decir, se trata de variables estrechamente re -
lacionadas entre sí. Este hecho dificulta la realización de pruebas estadísticas multivarian -
tes, como sería un análisis de tipo varbrul, en virtud de que un requisito para la realización
de dichas pruebas es que las variables consideradas sean completamente independientes
entre sí.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 91


Guerrero Hernández CONDICIONES DE USO DE LOS DATIVOS SIN COPIA CLÍTICA

la construcción con clítico por lo que la asociación entre referentes ani-


mados y construcción con clítico se mantiene. Por otro lado, del total de
referentes inanimados, se observa que el 78% se codifica con la construc-
ción sin clítico (Tabla 1'). Al considerar los datos de esta forma se observó
que la asociación entre las entidades inanimadas y la forma sin copia clíti -
ca resulta mucho más evidente. Una tendencia apenas observable en la
tabla 1, se confirma al analizar los datos a partir de las propiedades del
referente. Algunos ejemplos se presentan en (8):

Construcciones Animados Inanimados Totales


Con clítico 64% (128) 22% (22) (150)
Sin clítico 36% (72) 78% (78) (150)
Total 100% (200) 100% (100) (300)
Tabla 1': Distribución de construcciones a partir de la “animacidad” del referente.

(8) (a) […] para poder comprobar cuanto se dona a un partido […]
(b) […] en una carta que envió a los medios de comunicación el pasado 14 de abril […]
(c) […] entonces se pidió ayuda a un montón de lugares.

En cuanto a la codificación con para, se observa un comportamiento si-


milar a las construcciones con clítico. Los porcentajes en la tabla 1 mues -
tran que los casos de referentes animados son significativamente mayores
que el de inanimados (62% vs 38%).
Respecto de la distribución de los casos considerando el número del
referente, se obtuvieron los siguientes porcentajes por construcción:

Número Con clítico Sin clítico Total de dativos Benefactivos


Singular 66% (99) 44% (66) 55% (165) 51% (76)
Plural 34% (51) 56% (84) 45% (135) 49% (74)
Total 100% (150) 100% (150) 100% (300) 100% (150)
Tabla 2: Distribución de porcentajes para la variable “número” por construcción.

En el total de dativos se observa un mayor número de casos singulares


(55%) que plurales (45%) que se asocian con estos participantes. La dife -
rencia, aunque pequeña, resulta estadísticamente significativa y confir-
ma, nuevamente, la tendencia comúnmente observada que asocia a los ar-
gumentos dativos con referentes singulares (Company 2006). Sin embar-
go, nótese que, tal como en el caso anterior, esta tendencia prácticamente
se invierte en el caso de la construcción sin clítico, que tiende a codificar
referentes plurales (56%). Estas observaciones resultan más evidentes al
analizar los datos a partir del tipo de referente. En la tabla 2' se muestra
que el 60% de los dativos singulares en el corpus aparece con la cons-

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 92


Guerrero Hernández CONDICIONES DE USO DE LOS DATIVOS SIN COPIA CLÍTICA

trucción con clítico, mientras que un porcentaje similar de referentes plu-


rales (62%) prefiere la estructura sin clítico:

Construcciones Singular Plural Totales


Con clítico 60% (99) 38% (51) (150)
Sin clítico 40% (66) 62% (84) (150)
Total 100% (165) 100% (135) (300)
Tabla 2': Distribución de construcciones a partir del “número” del referente.

Por su parte, con la construcción con para, los datos de la tabla 2


muestran que prácticamente la mitad de los casos analizados son referen-
tes singulares (51%) y la otra mitad son plurales (49%) por lo que no se
observa una tendencia clara asociada con los benefactivos. Es decir, los
adjuntos introducidos con para pueden ser tanto singulares como plura-
les.
A partir de estas dos variables referenciales (animacidad y número) las
diferencias entre los dativos introducidos con la copia clítica y los que no
la presentan comienzan a surgir, ya que los primeros se asocian en mayor
grado a entidades animadas y singulares, mientras que los segundos tien-
den a asociarse con referentes inanimados y plurales, del tipo de los ilus-
trados en (9):

(9) (a) […] De manera que el trámite correcto es pasarlo a las comisiones para que se llegue
a ese punto.
(b) […] los instrumentos jurídicos, otorga a los Estados de la Unión Americana poderes
muy amplios en estos aspectos ligados al comercio.
(c) […] necesitamos de la solidaridad y apoyo internacional, el mismo que nuestro gobier -
no ha ofrecido a otras naciones en momentos de desgracias.

3.2. VARIABLES COGNITIVAS: DEFINITUD E INDIVIDUACIÓN. Para la primera de las


variables cognitivas (definitud) se encontró que, como se muestra en la
Tabla 3, la gran mayoría del total de dativos analizados se codifica con
frases definidas, lo que sugiere que denotan entidades consideradas iden-
tificables (Chafe 1987).

Definitud Con clítico Sin clítico Total de dativos Benefactivos


Definidos 93% (139) 85% (128) 89% (267) 83% (124)
Indefinidos 7% (11) 15% (22) 11% (33) 17% (26)
Total 100% (150) 100% (150) 100% (300) 100% (150)
Tabla 3: Distribución de porcentajes para la variable “definitud” por construcción.

Tal como se refleja en la tabla 3, esta tendencia es común tanto a la


construcción con clítico (93%) como a la construcción sin clítico (85%).

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 93


Guerrero Hernández CONDICIONES DE USO DE LOS DATIVOS SIN COPIA CLÍTICA

Sin embargo, si se considera la distribución de los datos a partir del tipo


de frase (Tabla 3'), la diferencia entre las construcciones con copia clítica
y sin ella se hacen evidentes.

Construcciones Definidas Indefinidas Totales


Con clítico 52% (139) 33% (11) (150)
Sin clítico 48% (128) 67% (22) (150)
Total 100% (267) 100% (33) (300)
Tabla 3': Distribución de construcciones a partir de la “definitud” de la frase dativa.

La Tabla 3' muestra que los dativos codificados con frases definidas
aparecen tanto en las construcciones con clítico (52%) como en las que
sólo presentan la frase léxica (48%) como se había observado anterior-
mente, ya que la diferencia entre estos porcentajes no es significativa. El
dato interesante en este caso surge al analizar los referentes codificados
con frases indefinidas, pues la mayoría de estos (67%) tiende a aparecer
en la construcción sin clítico. Es decir, si el referente denotado por el da-
tivo no se asume como identificable, es más probable que se codifique en
la construcción sin clítico, como se muestra en los siguientes ejemplos:

(10) (a) Alguien decía: ¿pero cómo es posible que se pueda donar veinticinco millones a un
partido?
(b) ¿Qué, ustedes piden dinero a organismos o cómo?
(c) […] dichos recursos son entregados a padres irresponsables […]

En relación a los benefactivos, a partir de los datos en la tabla 7 se ob-


serva que la mayoría de estos se codifican con frases nominales definidas
(83%). De hecho, la tendencia de los terceros particiantes en general,
tanto dativos como benefactivos, es a introducirse con frases definidas.
Respecto a la individuación de los referentes, también se observan di -
ferencias significativas entre los dativos que toman copia clítica y los que
no lo hacen. La distribución de los datos se presenta en las tablas 4 y 4':

Individuación Con clítico Sin clítico Total de dativos Benefactivos


Individuados 82% (123) 33% (50) 58% (173) 70% (105)
No individuados 18% (27) 67% (100) 42% (127) 30% (45)
Total 100% (150) 100% (150) 100% (300) 100% (150)
Tabla 4: Distribución de porcentajes para la variable “individuación” por construcción.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 94


Guerrero Hernández CONDICIONES DE USO DE LOS DATIVOS SIN COPIA CLÍTICA

Construcciones Individuados No individuados Totales


Con clítico 71% (123) 21% (27) (150)
Sin clítico 29% (50) 79% (100) (150)
Total 100% (173) 100% (127) (300)
Tabla 4': Distribución de construcciones a partir de la “individuación” del referente.

Como se puede ver en la tabla 4, la tendencia general de los dativos es


a denotar entidades individuadas (58%), si bien esta preferencia se debe
al alto porcentaje de participantes individuados que se asocian con la
construcción con clítico. Para la construcción sin clítico, por el contrario,
la tendencia es a codificar participantes no individuados (67%). De hecho,
el 79% de los participantes no individuados se asocian con la construc-
ción sin clítico, tal como se refleja en la Tabla 4'. Algunos ejemplos se pre-
sentan en (11):

(11) (a) Al cerrar la oportunidad de progreso y educación a la juventud, el año pasado […]
(b) ha quedado incorporada, incluso en la propuesta del propio Gobierno, el que se asig-
nen mayores recursos a los estados para educación;
(c) es como hacer el trabajo gratis no a los inquilinos sino a […]

Respecto de los adjuntos con para, los datos de la tabla 4 muestran


que los benefactivos se asocian con referentes individuados (70%), tal
como sucede para los dativos con clítico.
Los rasgos analizados como parte de las variables cognitivas (definitud
e individuación) muestran que si bien los dativos en general tienden a co-
dificarse en frases definidas, esta asociación es más fuerte en el caso de
la construcción con clítico. Por otra parte, tanto la construcción con clíti-
co como los benefactivos tienden a denotar referentes individuados,
mientras que la construcción sin clítico tiende a introducir referentes no
individuados.

3.3. VARIABLES DISCURSIVAS: TOPICALIDAD Y PERSISTENCIA. Como se mencionó en


la metodología, los dativos también fueron clasificados a partir del esta-
tus discursivo del referente denotado. Comenzando con la topicalidad, los
datos mostraron la siguiente distribución:

Topicalidad Con clítico Sin clítico Total de dativos Benefactivos


Dados 53% (80) 19% (29) 36% (109) 50% (75)
Nuevos 47% (70) 81% (121) 64% (191) 50% (75)
Total 100% (150) 100% (150) 100% (300) 100% (150)
Tabla 5: Distribución de porcentajes para la variable “topicalidad” por construcción.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 95


Guerrero Hernández CONDICIONES DE USO DE LOS DATIVOS SIN COPIA CLÍTICA

En la Tabla 5 se observa que en general los dativos pueden introducir


libremente entidades discursivamente nuevas (64%). Sin embargo, esta
tendencia es especialmente notoria en el caso de la construcción sin clíti-
co (81%), mientras que la construcción con clítico muestra de hecho una
ligera preferencia hacia la codificación de participantes dados en el dis-
curso. Esta diferencia entre una construcción y otra resulta más evidente
al analizar los datos a partir del tipo de referente. Como se muestra en la
tabla 5', la mayoría de los participantes dados se codifica con la construc-
ción con clítico (73%), mientras que la mayor parte de los referentes nue-
vos se asocia con la construcción sin clítico (63%).

Construcciones Dados Nuevos Totales


Con clítico 73% (80) 37% (70) (150)
Sin clítico 27% (29) 63% (121) (150)
Total 100% (109) 100% (191) (300)
Tabla 5': Distribución de construcciones a partir de la “topicalidad” del referente.

Al igual que con la variable de número, para la topicalidad se observa


que los adjuntos con para no presentan distinción en cuanto a la topicali-
dad discursiva del referente, pues, como se muestra en la tabla 5, intro-
ducen referentes dados y nuevos por igual.
En términos de la persistencia discursiva de los participantes codifica-
dos por la frase dativa, se encontró que, si bien la condición de que los
participantes volvieran a ser codificados en la cláusula inmediata subse-
cuente es relativamente estricta, un 41% de los participantes codificados
con la construcción con clítico son retomados en la cláusula inmediata
siguiente, mientras que este porcentaje cae al 23% en el caso de los dati-
vos codificados en la construcción sin clítico. Es decir, los referentes codi-
ficados sin el clítico no persisten en el discurso. Lo mismo sucede con los
benefactivos, en virtud de que solamente el 33% de estos referentes vuel-
ven a aparecer en la cláusula siguiente. Estas tendencias se resumen en
la Tabla 6:

Persistencia Con clítico Sin clítico Total de dativos Benefactivos


Persistente 41% (61) 23% (35) 32% (96) 33% (50)
No persistente 59% (89) 77% (115) 68% (204) 67% (100)
Total 100% (150) 100% (150) 100% (300) 100% (150)
Tabla 6: Distribución de porcentajes para la variable “persistencia” por construcción.

Al considerar los datos a partir de la persistencia discursiva de los re -


ferentes dativos (Tabla 6') se encuentra que existe una tendencia signifi-

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 96


Guerrero Hernández CONDICIONES DE USO DE LOS DATIVOS SIN COPIA CLÍTICA

cativa de los referentes persistentes por asociarse a la construcción con


clítico (64%), mientras que esta preferencia aparece invertida en el caso
de los referentes no persistentes. Algunos ejemplos se presentan en (12).

Construcciones Persistente No persistente Totales


Con clítico 64% (61) 44% (89) (150)
Sin clítico 36% (35) 56% (115) (150)
Total 100% (96) 100% (204) (300)
Tabla 6': Distribución de construcciones a partir de la “persistencia” del referente.

(12) (a) […] lo que hacen es dar recursos a estos países en vías de desarrollo o a organizacio-
nes, para que pueda traducirse en cómo fijar carbono a través de las plantaciones […]
(b) Vamos a ofrecer a los ciudadanos que en la construcción de nuestra Plataforma Elec-
toral se tomen en cuenta todos los puntos de vista […]

3.4. VARIABLE EXTERNA: REGISTRO. La última variable analizada corresponde,


como ya se mencionó, al registro adoptado por el hablante en el discurso.
En la siguiente tabla se presentan los resultados observados para cada
construcción.

Registro Con clítico Sin clítico Total de dativos Benefactivos


Informal 76% (114) 20% (30) 48% (144) 64% (96)
Formal 24% (36) 80% (120) 52% (156) 36% (54)
Total 100% (150) 100% (150) 100% (300) 100% (150)
Tabla 7: Distribución de porcentajes para la variable “registro” por construcción.

Lo que debe notarse de estos datos es que la mayoría de las construc-


ciones de dativos sin copia clítica se encontró en discursos caracterizados
como formales (80%). De hecho, si se observan los datos a partir del re-
gistro del discurso (Tabla 7'), se observa que las asociaciones encontradas
en la tabla 7 se confirman: mientras que el 79% de los dativos recogidos
en discursos informales son instancias de construcciones con copia clíti-
ca, el 77% de los dativos recogidos en discursos formales aparecen en
construcciones sin clítico.

Construcciones Informal Formal Totales


Con clítico 79% (114) 23% (36) (150)
Sin clítico 21% (30) 77% (120) (150)
Total 100% (144) 100% (156) (300)
Tabla 7': Distribución de construcciones a partir del “registro” adoptado.

Los datos sugieren que existe una asociación entre la construcción sin
clítico y los registros formales, si bien será necesario en el futuro deslin-
dar en qué medida esta asociación es un epifenómeno del tipo de referen-

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 97


Guerrero Hernández CONDICIONES DE USO DE LOS DATIVOS SIN COPIA CLÍTICA

tes codificados en los discursos que se tomaron dentro de este género.


Específicamente, en textos como los extraídos de las sesiones de la Cáma-
ra de Senadores existen referencias frecuentes a clases de individuos (ej.,
los jóvenes, los ciudadanos, las organizaciones), mientras que se reducen
las referencias a participantes individuados del tipo de los que suelen
aparecer en el discurso espontáneo. En la medida en que la identificabili-
dad y la individuación son variables que se correlacionan con el tipo de
construcción utilizada, queda como tarea pendiente deslindarlas de los
potenciales efectos del registro discursivo que surgen de los datos pre-
sentados en las tablas 7 y 7'.
Por su parte, los benefactivos presentan un comportamiento similar a
los dativos con copia clítica (tabla 7). Esto, en virtud de que ambas cons-
trucciones tienden a aparecer mayormente en un restistro de habla infor-
mal.

4. DISCUSIÓN. A partir del análisis realizado, se observó que la construc-


ción con clítico está asociada con todos los valores típicos descritos para
los argumentos dativos prototípicos en la literatura. Esto es, con referen-
tes animados (85%), singulares (66%), definidos (93%) e individuados
(82%). En relación al contexto discursivo asociado a esta construcción, se
encontró que codifica tanto referentes nuevos (47%) como dados (53%),
validando también observaciones al respecto en otros dialectos (Belloro
2009).
Más interesante es observar que lo que caracteriza los contextos de
uso de la construcción sin clítico no son sola o primordialmente los rasgos
referenciales de la entidad denotada. Tanto como la construcción con clí-
tico, los dativos sin clítico se asocian mayoritariamente con frases defini-
das (85%), si bien referidas mayormente a entidades no individuadas
(67%). A diferencia de la construcción con clítico, sin embargo, las entida-
des denotadas pueden ser singulares o plurales (44 vs. 56%) y animadas o
inanimadas (48 vs. 52%). Más específica parece su asociación con rasgos
pragmáticos ligados al contexto de enunciación. Los datos sugieren que
la construcción sin clítico se especializa en entidades poco importantes
en el contexto discursivo, a juzgar por el hecho de que se trata mayorita-
riamente de referentes nuevos (81%) y no persistentes (77%), rasgos que
la diferencian marcadamente de la construcción con clítico. Estas carac-
terísticas asociadas a las construcciones sin clítico muestran que se trata

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 98


Guerrero Hernández CONDICIONES DE USO DE LOS DATIVOS SIN COPIA CLÍTICA

de dativos menos prototípicos, en comparación con los dativos que apare-


cen en construcciones con clítico.
Al considerar, a un nivel más general y de manera conjunta, los rasgos
que caracterizan a cada una de las construcciones, es posible distinguir
una relación entre los mismos que asocian a los dativos con y sin clítico
con entidades más particulares.
En primer lugar, se ha mencionado que las entidades más topicales a
nivel semántico y cognitivo suelen ser referentes animados, singulares,
definidos e individuados (Chafe 1976, Hopper y Thompson 1980, Givón
1983, Payne 1987, Langacker 1991). A nivel discursivo, se considera que
los participantes “dados” y “persistentes” constituyen tópicos discursiva-
mente prominentes (Givón 1983, Langacker 1991). Como se mostró an-
teriormente, estas características son las que distinguen a los dativos que
se codifican con el clítico, lo que indica que los participantes introducidos
por este tipo de construcción tienden a ser entidades topicales y discursi-
vamente prominentes.
Por el contrario, los referentes plurales, inanimados y no individuados
han sido identificados como entidades menos topicales. A nivel discursivo,
los participantes “nuevos” y “no persistentes” se consideran tópicos poco
prominentes. Dichas características fueron observadas con las construc-
ciones que no presentan clítico, lo que indica que los dativos codificados
únicamente con la frase léxica tienden a ser entidades poco topicales y
discursivamente poco prominentes.
Estas observaciones constituyen parte de la evidencia en favor de la
hipótesis de que el clítico de dativo no se ha gramaticalizado por comple-
to, sino que sigue conservando ciertas características de pronombre .
Esto en virtud de que el clítico sigue siendo sensible al estatus del refe-
rente que codifica (Belloro 2008; Belloro 2012, para el caso de los clíticos
de objeto directo). La función primordial de los pronombres consiste en
señalar participantes topicales y prominentes. Si bien el uso del clítico de
dativo ya se ha generalizado, como se mostró en este estudio, la omisión
del mismo sucede cuando se trata de dativos poco topicales y poco promi -
nentes. Es decir, el clítico de dativo sigue resistiéndose a aparecer en
contextos en donde el uso del pronombre no es posible.
Por otro lado, en la introducción se mencionó que la construcción be-
nefactiva, si bien gramaticalmente distinta de la construcción de dativo,
sirve como medio alternativo de codificación de un tercer participante
discursivo que se interpreta como recipiente (potencial) o beneficiario de

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 99


Guerrero Hernández CONDICIONES DE USO DE LOS DATIVOS SIN COPIA CLÍTICA

determinada acción. Así, entre Abrirle espacios a la juventud y Abrir es-


pacios para la juventud existe una distinción gramatical que, puede su-
ponerse, acarrea también una distinción discursiva en términos del rol
que cumple el tercer participante. Algunos ejemplos recogidos del corpus
se presentan en (13):

(13) (a) Yo creo que la propuesta sería abrir espacios para la juventud.
(b) […] hacer recámaras para sus hijos que están fuera.
(c) Empecé a trabajar para el Instituto Mexiquense de Cultura.

Como se mencionó en la sección de resultados, esta construcción, así


como los dativos, se asocia mayoritariamente con frases definidas (83%)
y, tal como la construcción con clítico, prefiere referentes individuados
(70%) que pueden o no ser topicales (50%).
Respecto de las otras variables, en cambio, su comportamiento se ase-
meja más al de las construcciones de dativo sin copia clítica o se ubica en
medio de ambas. El hecho de que los benefactivos presenten característi-
cas que en los dativos se asocian de manera más clara a una u otra cons-
trucción, o que con algunas variables no se observen tendencias por un
tipo de referente u otro, es evidencia clara de que se trata de un tipo de
construcción distinto a la construcción de dativos y para la que no se tie-
nen alternancias, como ya ha sido mencionado por otros autores (Maldo-
nado 2000).
La importancia de considerar a los benefactivos en este estudio radica
en que a partir de su comparación con las construcciones dativas, las di-
ferencias encontradas entre los dativos con clítico y sin este se hacen aún
más evidentes. En la tabla 8 se presenta la comparación de los valores en-
contrados para las dos construcciones de dativo y la de benefactivo.

Clítico+frase de dati-
Valores Benefactivo Frase de dativo
vo
Definidos 93% > 83% < 85%
Animados 85% > 62% > 48%
Individuados 82% > 70% > 50%
Singulares 66% > 51% > 44%
Topicales 53% > 50% > 19%
No persistentes 59% < 67% < 77%
Tabla 8: Comparación de valores asociados con dativos y benefactivos.

En efecto, mientras que en términos gramaticales las construcciones


benefactivas se han opuesto a las construcciones de dativo, en términos

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 100


Guerrero Hernández CONDICIONES DE USO DE LOS DATIVOS SIN COPIA CLÍTICA

discursivos presentan valores intermedios entre ambas. A reservas de un


examen más detallado sobre los datos, este comportamiento sugiere que
las construcciones de dativo sin copia clítica no solamente son extrema-
damente poco frecuentes en el uso, sino que se seleccionan a la hora de
codificar participantes particularmente poco salientes en el contexto dis-
cursivo, menos aun que los que se codifican a través del adjunto benefac-
tivo.

5. CONCLUSIONES. En este trabajo se examinó el comportamiento discursivo


de las construcciones de dativo, particularmente aquellas que aparecen
sin copia clítica, en el español de México, a partir de datos espontáneos y
haciendo énfasis en factores referenciales, cognitivos, discursivos y exter-
nos que permiten distinguir a estas construcciones de sus alternativas
más cercanas, las construcciones de dativo con clítico y las de benefacti-
vo. El estudio de dichas variables mostró que las construcciones sin copia
clítica tienden a seleccionar a los dativos más alejados del prototipo aso-
ciado con este rol. Es interesante notar la relevancia de factores locales,
como lo son la topicalidad y la persistencia, que dependen no ya del tipo
de predicado ni de las características referenciales del denotatum, sino
de las elecciones específicas que los hablantes realizan de acuerdo con el
rol desempeñado por un cierto referente en un contexto discursivo parti-
cular.
También se mostró cómo las características observadas para los refe-
rentes introducidos con la construcción con clítico (animados, definidos,
individuados, singulares), consideradas en conjunto reflejan las caracte-
rísticas propias de las entidades comúnmente asociadas en la literatura
con participantes altamente topicales y prominentes, es decir, aquellos
que ocupan los niveles más altos en las escalas de topicalidad, caracterís-
ticas que han sido relacionadas con los dativos prototípicos. Las construc-
ciones sin clítico, por su parte, presentan características más típicamente
asociadas con los participantes que son considerados como poco indivi-
duados y prominentes, en virtud de que se trata de entidades mayormen-
te inanimadas, plurales, que aunque son definidas presentan una lectura
genérica (no individuada), además de que discursivamente se caracteri-
zan por ser nuevos y no persistentes.
Por otro lado, el hecho de que el clítico se correlaciona con participan-
tes que presentan rasgos de topicalidad y promiencia, y que las entidades
que se considerarían menos topicales y prominentes se construyen sin

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 101


Guerrero Hernández CONDICIONES DE USO DE LOS DATIVOS SIN COPIA CLÍTICA

clítico, parece indicar que el clítico de dativo no está aún tan gramaticali-
zado como algunas veces se asume en la literatura. Pareciera que el clíti-
co sigue conservando rastros de sus funciones prototípicas de pronombre
asociadas con su uso original, esto es, el de señalar a los participantes
que según sus características semántico-referenciales, cognitivas y dis-
cursivas son topicales y prominentes. Todo esto en virtud de que los con -
textos de resistencia a la aparición del clítico sean aquellos de baja topi-
calidad y prominencia, como son las entidades inanimadas, plurales, no
individuadas, nuevas en el discurso y no persistentes, entidades que no se
consideran susceptibles de ser pronominalizadas.
Queda pendiente la tarea de evaluar el peso relativo de cada uno de
estos factores; los referenciales, los discursivos, los cognitivos, los exter-
nos. Esta tarea naturalmente se complejiza en la medida en que son en
gran medida interdependientes (por ejemplo, los tópicos continuos son
frecuentemente animados, individuados y definidos). En cualquier caso,
se espera que esta investigación colabore en el análisis de una construc-
ción poco estudiada y en el enriquecimiento de un enfoque polidetermi-
nístico sobre ciertos fenómenos lingüísticos.

RECONOCIMIENTO

El presente trabajo se desarrolló en el marco del proyecto Conacyt 107135 “Investigación com-
parativa de doblados y dislocaciones en tres dialectos del español”. Una versión preliminar se
presentó en el XI Encuentro Internacional de Lingüística en el Noroeste. Agradecemos los co-
mentarios recibidos en ese foro.

CORPUS

Butragueño, Pedro y Yolanda Lastra. Corpus sociolingüístico de la Ciudad de México (CSCM).


Colegio de México.
http://lef.colmex.mx/Sociolinguistica/CSCM/Corpus.htm
Davies, Mark. 2002-. Corpus del español (100 millones de palabras, 1200s-1900s) (CdE).
http://www.corpusdelespanol.org
Real Academia Española: Banco de datos Corpus de Referencia del Español Actual (CREA).
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Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 102


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Noemí Guerrero Hernández


Universidad Autónoma de Querétaro
noemi.ngh@gmail.com
Trabajo recibido el 28 de marzo de 2014 y aprobado el 20 de mayo de 2014.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 103


Apellidos de los autores TÍTULO ABREVIADO DEL TRABAJO

Signo y Seña 23 Dossier La historia del español de América 102


Estigarribia LA TRIPLICACIÓN CON CLÍTICOS DEL ESPAÑOL RIOPLATENSE

LA ESTRUCTURA INFORMACIONAL EN LA TRIPLICACIÓN CON CLÍTICOS

DEL ESPAÑOL RIOPLATENSE

Bruno Estigarribia

RESUMEN. La triplicación con clíticos (TCL) es una construcción infrecuente del español riopla-
tense, en la que el único objeto directo de un predicado transitivo aparece como un clítico más
dos constituyentes correferenciales: un SN dislocado a la izquierda y otro en posición postver-
bal. En este trabajo proponemos que las TCL tienen como función permitir una mayor flexibili -
dad en la asignación de funciones discursivas en la estructura informacional, volviendo más
transparente la relación entre posición sintáctica y estructura informacional y permitiendo al
español funcionar casi como una lengua configuracional del discurso.
Palabras clave: funciones discursivas, doblado de clíticos, dislocación a la izquierda con
clíticos, gramática léxico-funcional, aposiciones.

ABSTRACT. Clitic Tripling (CLT) is the name given to a Rioplatense Spanish construction that
consists of a direct object clitic, a direct object left-dislocated NP and a direct object in-situ NP,
all coreferential. We show that CLT's function is to allow more flexibility in assigning discourse
functions to different elements of the sentence. This way, speakers can render more transpar -
ent the mapping between information structure and surface positions. This brings Spanish ty-
pologically closer to what is normally termed “discourse configurational languages”.
Keywords: discourse functions, clitic doubling, clitic left dislocation, lexical-functional
grammar, appositions.

RESUMO . A triplicação de clíticos (TCL) é uma construção pouco frequente do espanhol rio -
platense na qual o único complemento direto de um predicado transitivo é realizado como
clítico e é acompanhado por dois constituintes que são co-referenciais: um SN deslocado à
esquerda e outro em posição pós-verbal. Neste artigo propomos que a função da TCL é per -
mitir uma maior flexibilidade na atribuição de funções discursivas a diferentes elementos da
frase. Deste modo, os falantes tornam mais transparente a correspondência entre estrutura
informacional e posição sintáctica. Numa perspectiva tipológica, este fenómeno aproxima o
espanhol das chamadas “línguas configuracionais de discurso”.
Palavras-chave: funções discursivas, duplicação de clíticos, deslocação à esquerda de
clíticos, gramática léxico-funcional, apostos.

1. INTRODUCCIÓN: TRIPLICACIÓN CON CLÍTICOS. Llamamos triplicación con clíti-


cos (TCL; Estigarribia 2013, 2014) a una construcción del español riopla-

Signo y Seña, número 25, junio de 2014, pp. 105-132


Facultad de Filosofía y Letras (UBA)
http://revistas.filo.uba.ar/index.php/sys/index
ISSN 2314-2189

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 105


Estigarribia LA TRIPLICACIÓN CON CLÍTICOS DEL ESPAÑOL RIOPLATENSE

tense en que dos frases nominales aparentan expresar la función de obje-


to del verbo simultáneamente con un clítico de objeto (1):

(1) (a) A esos los voy a extraditar a TODOS (Anuario Barcelona, “Personajes del año: Baltasar
Garzón” 2003, 34).
(b) Las fotos las vi TODAS (email dirigido al autor, 1/5/2012).
(c) Sí, las fotos las tengo que SUBIR las nuevas (mensaje privado en Facebook, originado
por el autor, 10/5/2005).
(d) La de Nemo también la canta ÉL la del final (mensaje privado en Whatsapp, originado
por el autor, 6/3/2014).

Los casos de (1) son ejemplos naturales (es decir, estructuras no construi-
das artificialmente)1,2.
Al menos superficialmente, TCL parece ser una combinación de una
dislocación a izquierda con clítico (DICL, (2a)) y un doblado de clítico
(DCL, (2b))3:

(2) (a) A esos los voy a extraditar. / Las fotos las vi. / Las fotos las tengo que subir. / La de
Nemo también la canta él.
(b) Los voy a extraditar a todos. / Las vi todas. / Las tengo que subir las nuevas. / También
la canta él la del final.

El hecho de que las oraciones con TCL compartan las siguientes pro-
piedades de DICL justifica en parte este análisis (ver Suñer 2006). Pri-
meramente, el clítico es obligatorio (3). Segundo, la frase dislocada puede
ocurrir en una posición subordinada (4). Además, la frase dislocada puede
estar relacionada con una posición argumental en una cláusula subordi-
nada a pesar de ocurrir en la oración principal (dependencia a larga dis-
tancia, (5a,b)), siempre y cuando la cláusula subordinada no sea relativa
(5c), adverbial (5d), o sujeto (5e, o sea, satisface algunas condiciones de

1 Estigarribia (2013) demuestra que el contenido aportado por las tres frases nominales
debe ser unificado en una única función gramatical objeto, respetando de esta manera la
valencia del verbo. En este trabajo nos ocupamos únicamente de TCL de objetos directos,
ya que estos son los únicos casos examinados en la literatura. Pero existen construcciones
similares con objetos indirectos y sujetos (aunque en ese caso una interpretación como
tema vinculante es a veces posible, dada la falta del clítico): A Juan le dije que se fuera a
ese sinvergüenza, El cepillo es mejor el eléctrico (conversación entre el autor y su hijo,
2014). Las explicaciones propuestas en este trabajo son aplicables, a priori, a estos casos.
2 Los ejemplos en (1) son los únicos ejemplos naturales que hemos encontrado desde el año
2003. Nos mantenemos agnósticos sobre la posibilidad de que la construcción exista en
otras variedades del español. Marcamos el clítico y sus frases correferenciales mediante el
subrayado, y el acento prosódico, en versalitas.
3 Tal es la propuesta de Suñer (2006), en su análisis de las dislocaciones a izquierda con epí-
tetos que nosotros consideramos simplemente un caso particular de TCL.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 106


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isla). Debe estar marcada con “a personal” si es animada (a diferencia de


los temas vinculantes) (6), y debe tener un determinante (7) (ver Zubiza-
rreta 1999, 4.223):

(3) Las fotos *(las) tengo que subir las nuevas.4

(4) Juan dijo que las fotos las tengo que subir las nuevas.

(5) (a) Las fotos Juan dijo que las tengo que subir las nuevas.
(b) La solución, Juan le dijo a María que no me la diera la del último ejercicio.
(c) *La solución, Juan no leyó el libro que la explica la del último ejercicio.
(d) *La solución, Juan no leyó el libro antes de encontrarla la del último ejercicio.
(e) *La solución, que yo la explique es raro la del último ejercicio.

(6) (a) Al/*El ladrón nadie lo condenó al/*el sinvergüenza.


(b) Las revistas nadie las lee las viejas.

(7) *Manzanas, Pedro (*las) come todos los días esas frutas.

Finalmente, la TCL también demuestra efectos de “reconstrucción”


(Cinque 1990, inter alia). Por ejemplo, un sujeto preverbal puede tener la
misma referencia que un posesivo dentro de la frase dislocada a izquier-
da:

(8) (a) A sui hijo Maríai lo reta todos los días al pobre.
(b) Susi libros Juani los tira los que no le gustan.

Por otro lado, las oraciones con TCL comparten con las de DCL la posi-
ción no dislocada del objeto postverbal y la exclusión de sintagmas nomi -
nales sin determinante. Primero, los adverbios internos al SV (9), los pre-
dicados secundarios (10) y los sujetos postverbales (11) aparecen después
del objeto postverbal, indicando que ese constituyente es interno al SV
(para DCL, ver Cecchetto 1999, Sportiche 1996, Tsakali 2007, Kechagias
2011):

(9) (a) A María la atropellaron a la pobre mujer a propósito.


(b) Las fotos las tengo que subir las nuevas cuidadosamente.

(10) A mi vecina yo no la considero a esa vieja una amiga.

(11) A mi vecina no la quieren a la vieja sus hijos.

4 El clítico no es requerido si el ejemplo tiene una prosodia diferente que marca a la frase
dislocada como un tema vinculante (Zubizarreta 1999).

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 107


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Finalmente, el objeto postverbal puede ser sujeto de un infinitivo, con-


trariamente a los adjuntos (para DCL, ver Sportiche 1996) (12):

(12) A los alumnos, los dejo a los que quieran copiarse.

Además, la TCL comparte algunas restricciones semántico-morfológi-


cas con el DCL, por ejemplo, la exclusión de plurales sin determinante
(Leonetti 2008) (13):

(13) Las manzanas, Pedro las come todos los días *(las) frutas.

Sólo dos autores se han ocupado de construcciones con triplicación.


Suñer (2006) introduce un subconjunto de TCL que denomina dislocacio-
nes a izquierda con epítetos (“clitic left dislocations with epithets”)5. Su
estudio se inscribe en el debate generativista acerca de la generación en
la base o la derivación por movimiento de la DICL y tiene como objetivo
demostrar que el objeto dislocado a la izquierda es generado directamen -
te en la posición periférica. López (2009) critica la conclusión de Suñer y
propone una estructura alternativa donde tanto el objeto preverbal como
el postverbal son generados en un constituyente único en posición argu-
mental, y luego son movidos a diferentes partes de la estructura.
Pero ni el estudio de Suñer (2006) ni el de López (2009) intentan es-
clarecer la función discursiva o comunicativa de TCL 6. Estigarribia (2013)
sugiere que la TCL es usada en casos en que las unidades de la estructu-
ra informativa no coinciden con las de función gramatical. Consecuente-
mente, proponemos que la TCL tiene como fin disociar la estructura infor-
mativa de la función gramatical (permitiendo distribuir la información
asociada al referente que tiene función de objeto entre funciones discursi-
vas diferentes) y al mismo tiempo volver más transparente la asociación
entre funciones discursivas y posición sintáctica.

5 Definimos epítetos como frases nominales definidas (determinadas por un artículo o un


demostrativo) que contribuyen principalmente contenidos afectivos, usualmente negativos
(Aoun y Choueiri 2000).
6 Si bien el análisis de López (2009) se encuentra en una monografía dedicada a proveer una
explicación sintáctica de la estructura informacional, su examinación de TCL se limita a ar-
gumentar a favor del movimiento de la frase dislocada de su posición originaria argumen-
tal (contra Suñer), pero no se explaya sobre los efectos informativos o discursivos de la
estructura, ni propone una explicación de su existencia.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 108


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1.1. UNA NOTA METODOLÓGICA. Antes de ahondar en el problema que este


trabajo se propone dilucidar, cabe aclarar que los ejemplos presentados
son, salvo los citados al principio de esta sección, construidos artificial-
mente por el autor, hablante nativo de español rioplatense. Esto es inne-
gablemente problemático, especialmente para un análisis de funciones
discursivas donde el contexto en el que ocurre una producción lingüística
es altamente determinante.
A pesar de esto, argumentamos que hemos seguido la única alternati-
va posible, ya que la construcción es difícil de encontrar en los corpora
del español existentes o en Internet. En efecto, ni en el CREA, ni en el
corpus del español de Mark Davies se incluye información sintáctica que
pueda facilitar la identificación de TCL. A esto se añade, naturalmente,
una más fuerte presión prescriptiva que opera en todos los ámbitos en los
cuales hay producción escrita del lenguaje, aun en aquellos que son cer-
canos al habla como son los medios de comunicación sociales/virtuales (v.
gr., Facebook, Twitter, blogs). La construcción es probablemente más fre-
cuente en el lenguaje hablado, pero aun así los contextos en los que es
posible su uso son muy restringidos (como lo veremos en la sección 4).
Además, en muchos de estos contextos de uso la TCL entra en compe-
tencia con otras construcciones posibles relativamente menos marcadas
(DICL, DCL) y con paráfrasis multioracionales. Por ejemplo, el contenido
semántico de la TCL en (1b) es el mismo que el del DCL en (14), y el de la
TCL de (15a), el mismo que el de la paráfrasis bioracional (con DICL) en
(15b). Esto reduce aún más la frecuencia de uso de la TCL.

(14) Las tengo que subir las nuevas fotos.

(15) (a) A Menem, nadie lo votará a ese estafador sinvergüenza (Suñer 2006, 129).
(b) A Menem, nadie lo votará. Es un estafador sinvergüenza.

En este trabajo presentaremos ejemplos construidos junto con su con-


texto, tratando de que suenen lo más naturales posible, a la espera del
desarrollo de una manera computacionalmente eficiente de identificar
esta construcción en la web o en corpora establecidos.

2. DOS TCL CON RELEVANCIA PARA LA ESTRUCTURA


PROPIEDADES SEMÁNTICAS DE LA

INFORMATIVA. En este apartado nos ocuparemos más en detalle de dos pro-

piedades semánticas de TCL que resultan relevantes para la interfaz con


la estructura informativa.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 109


Estigarribia LA TRIPLICACIÓN CON CLÍTICOS DEL ESPAÑOL RIOPLATENSE

Primeramente, Suñer (2006) afirma que la dislocación a la izquierda


con epítetos solo admite objetos animados. Sin embargo, tal como lo de-
muestran los ejemplos citados en la sección 1, TCL acepta objetos tanto
animados como inanimados. El factor de animidad puede, en efecto, ser
relevante para la estructura informacional. Sabemos que el DCL sólo
acepta focalizar objetos animados (“efecto de animidad”, Estigarribia
2005, 2006; Di Tullio y Zdrojewski 2006) 7.

(16) (a) La vi A TU MAMÁ, no a tu hermana.


(b) ¿La vas a llamar A MARTA?
No querido… la voy a llamar [a esta mina de la que hablábamos ANOCHE]Foco.

(c) (*La) vi TU PELÍCULA, no la de él.

Si la TCL es la combinación de la DICL y el DCL, debe heredar las pro -


piedades de ambas construcciones. Es posible, entonces, que la focaliza-
ción de la frase postverbal en TCL ocurra solamente con objetos de refe-
rente animado.
Por añadidura, debemos reconocer dos subtipos de la TCL, según que
el objeto postverbal tenga interpretación no restrictiva o restrictiva. Si-
guiendo a Demonte (1999, sec. 3.2.3.3), un modificador es restrictivo si
indica un subconjunto determinado de la denotación del SN que modifica;
de otra manera, es no restrictivo (no delimita un subconjunto de referen-
tes y en general puede ser eliminado sin cambiar las condiciones de ver-
dad de la oración). Todos los ejemplos discutidos por Suñer (2006) y Ló-
pez (2009) son epítetos con interpretación no restrictiva, como en (17a):

(17) (a) A mi vecina la internaron a la pobre mujer. (Como tengo una sola vecina, estoy preo-
cupado.)
(b) El pantalón te lo estoy lavando ese trapo mugriento que te ponés. (Ya sé que tenés un
solo pantalón, pero lavalo.)

Nuestra propuesta es que tales epítetos funcionan semánticamente


como aposiciones, aun cuando no posean una estructura sintáctica usual-
mente reconocida como apositiva (ver Estigarribia 2014) 8. En efecto, en
los casos prototípicos, la aposición debe ser adyacente al ancla (Heringa
2011, Loock y O'Connor 2013, por ejemplo, asumen las dos unidades en
aposición deben ser yuxtapuestas). Además, las aposiciones suelen recibir

7 Indicamos el acento focal mediante versalitas.


8 Llamamos ancla (“anchor”) al primer término de una estructura en aposición (o apositiva),
y simplemente aposición al segundo término.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 110


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una prosodia particular, ya sean demarcadas por pausas o bien desacen-


tuadas (ver discusión en Acuña Fariña 2006). Sin embargo, en la opinión
del autor, la frase postverbal en la TCL no posee ninguna característica
prosódica de este tipo (aunque esto sea difícil de fundamentar sin datos
experimentales).
A pesar de esto, las TCL con epítetos comparten las propiedades se-
mánticas de las estructuras apositivas. Primero, la frase postverbal y la
frase preverbal tienen correferencia obligatoria; segundo, el contenido de
la frase postverbal puede construirse como predicado de la frase post-
verbal; y tercero, la frase postverbal tiene la interpretación no restrictiva
(ver 4.4).
Sin embargo, la TCL también puede tener una interpretación restricti-
va (18), en particular cuando el constituyente postverbal no es un epíteto:

(18) (a) El pantalón lo estoy lavando el de Pablo. (Vos el tuyo te lo podés poner, Martín.)
(b) No, a mi vecina la internaron a la del noveno. (La del séptimo anda fenómeno.)

En (18), la frase postverbal restringe el significado de la frase prever-


bal (<pantalón> → <pantalón de Pablo>, <mi vecina> → <mi vecina del
noveno>) y de esa manera especifica un miembro particular de una clase,
excluyendo a los otros. Estigarribia (2014) analiza estos casos, no como
aposiciones, sino como estructuras de modificación adjetival disconti-
nuas.
Es de esperar que la existencia de dos semánticas posibles tenga con-
secuencias para la distribución de funciones informativas en la TCL. En la
sección 4 veremos que el constituyente postverbal sólo puede ser focal si
es semánticamente restrictivo.

3. DESCRIPCIÓN DEL SISTEMA DE FUNCIONES INFORMATIVAS. Los enfoques tradicio-


nales tienden a ver la organización de la estructura informativa en térmi-
nos dicotómicos: tema/rema, tópico/comentario, presuposición/foco, infor-
mación vieja/información nueva. Las nociones de tópico y de foco son de
las más usadas (junto con givenness, lo dado; ver Krifka 2008, Erteschik-
Shir 2007).
Aquí defendemos la utilidad de una articulación más detallada de la
estructura informacional. Nos basamos en este trabajo en las propuestas
de Butt y King (1996), Mycock (2006, 2013) y Dalrymple y Nikolaeva

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 111


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(2011), hechas dentro del marco de la gramática léxico-funcional (LFG)


(Bresnan 2001, Dalrymple 2001, Falk 2001, Tordera Yllescas 2008) 9.
La LFG es una teoría gramatical con múltiples niveles de representa-
ción pero sin operaciones de movimiento. Los niveles básicos son la es-
tructura categorial (estructura-c) que representa las relaciones de domi-
nación y orden lineal en el enunciado (generalmente representada en for-
ma de árboles de constituyentes similares, pero no idénticos, a los de las
gramáticas transformacionales chomskianas) 10 y la estructura funcional
(estructura-f) que representa las funciones gramaticales asociadas con di-
ferentes partes del enunciado (sujeto, objeto, oblicuo, adjunto, comple-
mento, etc.). Hay otras estructuras postuladas necesarias para codificar
propiedades semánticas, morfológicas y fonológicas, pero la única que
nos ocupará aquí es la estructura informacional (estructura-i).
Esta arquitectura multiestructural es ideal para capturar las relacio-
nes entre estructura informacional, estructura de constituyentes y fun-
ción gramatical, ya que, como es sabido, no siempre hay una correspon-
dencia exacta entre estos niveles (por ejemplo, a menudo el foco de una
oración no corresponde a un constituyente; ver más abajo en esta sec-
ción).
La estructura-i en particular codifica el estatus informacional de los
elementos del contenido proposicional de la oración. La LFG postula cua-
tro estatus informacionales (técnicamente llamados funciones discursi-
vas): TÓPICO, FOCO, FONDO y COMPLECIÓN, definidos como muestra la Figura 1
por el cruce de dos nociones primitivas binarias, [± NUEVO] cruzado con
[±PROMINENTE] (Butt y King 1996, Choi 1996):

[+NUEVO] [+PROMINENTE] [-NUEVO] [-PROMINENTE]

FOCO TÓPICO COMPLECIÓN FONDO

Figura 1: Funciones discursivas en la estructura informacional.

Estamos de acuerdo con Mycock (2013, sec. 1 y 4.1) quien, siguiendo


a Lambrecht (1994), argumenta que la oposición [± NUEVO] debe ser enten-
dida de manera relacional, no simplemente referencial. Es decir, el rasgo
informativo [+NUEVO] no es siempre información nueva, sino que se refiere

9 Este trabajo es, sin embargo, independiente del formalismo particular de la LFG. Creemos
que las nociones utilizadas y las hipótesis avanzadas aquí tienen aplicación general.
10 La LFG asume representaciones de constituencia, no de dependencia.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 112


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a un contenido proposicional que cambia la representación del mundo del


receptor y establece nuevas relaciones pragmáticas. Un constituyente
que contribuye con la función discursiva TÓPICO puede ser [-NUEVO] en este
sentido relacional, y aun así presentar contenido nuevo en el discurso
(19):

(19) Hola, Marco. Che, el último video que posteaste en Youtube ya lo vi como cien veces.

Por ello, preferimos hablar siempre de información no nueva o [-


nuevo], en lugar de información dada o vieja 11. Notar que la adopción de
esta definición de [-NUEVO] nos permite entender ejemplos como el (19)
bajo una estructura de topic/comment (tópico/comentario), sin por ello
vernos forzados a asimilar el topic con información vieja y el comment
con información nueva.
El rasgo [±PROMINENTE] no es definido explícitamente por estos autores.
Butt y King lo definen indirectamente al asignar el valor [-prominente] a
la “información que no es de importancia crucial para la estructura infor-
macional del discurso en cuestión” (Butt y King 1996, 2) 12. De este modo,
es también una noción relacional, dado que la importancia de la informa-
ción [-PROMINENTE] es menor, relativa a otra información expresada por la
oración. Junto con Mycock (2013, sec. 5), aquí lo asociaremos también
con prominencia o sintáctica o prosódica, de manera similar a lo que pro-
pone Büring (2009). De esta manera, el rasgo [± NUEVO] es de tipo prag-
mático-discursivo, mientras que el rasgo [± PROMINENTE] añade además una
dimensión sintáctico-fonológica13.
Dalrymple y Nikolaeva (2011) clarifican algo más las definiciones de
estas cuatro funciones. El FOCO es la parte de una proposición que es im-
predecible y nueva o que contradice expectativas previas, es de máxima
relevancia, y es la única función obligatoria en una oración. Se asocia con
constituyentes que se encuentran en una posición prominente de la ora-
ción o marcados con prominencia prosódica. Esta expresión sintáctico-
prosódica del foco la llamamos DOMINIO FOCAL.

11 Es posible, entonces, que el término nuevo no sea el mejor para designar este tipo de in-
formación, pero lo adoptamos aquí sin discusión.
12 “Information… not of primary importance to the information structure of the discourse at
hand”. Mi traducción.
13 Esta división de rasgos es consistente con la propuesta de Lambrecht (1994, 209) de sepa-
rar el concepto de información nueva del de prominencia prosódica.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 113


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Esa definición de FOCO incluye diferentes casos de foco encontrados en


la literatura. Una de las propuestas más detalladas al respecto es la de
Lambrecht (1994), quien distingue tres tipos de foco (p. 223). En los ca-
sos de foco argumental o estricto, el dominio focal incluye sólo a un parti-
cipante en un evento y asume una estructura de foco/presuposición. El
foco predicativo o amplio provee información acerca de un referente y es
equivalente al comentario en estructuras de tópico/comentario. En el foco
oracional, presentacional o tético (usualmente como respuesta a pregun-
tas del tipo “¿qué pasó?”), el dominio focal abarca toda la oración 14. Estas
distinciones no son altamente relevantes en el contexto de nuestra discu-
sión.
La otra función discursiva asociada con información nueva es la
COMPLECIÓN. Esta información, si bien nueva para el receptor del mensaje,

no está asociada con la diferencia entre aserción y presuposición prag-


máticas, a diferencia del FOCO. Es no prominente.
Las funciones asociadas con información no nueva son el TÓPICO y el
FONDO. El TÓPICO apunta típicamente al elemento acerca del cual se contri-

buye información y que el receptor debe recuperar. Además, es parte de


la gramática a nivel oracional, no discursivo (es decir, no coincide con la
noción de tópico del discurso). Puede o no ser contrastivo. Notemos que
nuestra definición relacional del rasgo [± NUEVO] es consistente con la vi-
sión de los tópicos oracionales como aquello de lo que trata la oración
(aboutness topics). Es por ello que más arriba asimilamos el TÓPICO con la
noción de topic en estructuras de topic/comment.
Finalmente, el FONDO es la información vieja necesaria en la oración por
razones sintácticas o para hacer explícita la manera en que debe inte-
grarse la información nueva con la vieja. El ejemplo (20), adaptado de
Dalrymple y Nikolaeva (2011), ejemplifica las cuatro funciones discursi-
vas mencionadas:

14 En la literatura se encuentran casos de foco “verum” o de polaridad, en los que el dominio


focal no es explícito. Por ejemplo, Leonetti y Escandell Vidal (2010) citan Algo debe saber
como anteposición inductora de foco de polaridad. Sin entrar en detalles técnicos, tales ca -
sos pueden recibir un análisis satisfactorio en LFG, ya que esta teoría postula la indepen-
dencia de niveles sintácticos. Las funciones gramaticales no deben necesariamente estar
relacionadas con posiciones sintácticas (constituyentes en la estructura-c). Entonces es a
priori posible incluir una condición de asignación de foco verum a toda oración en la cual
ningún constituyente corresponde al foco.

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(20) ¿Qué está comiendo tu hermano?


Mi hermano está comiendo pizza en la cocina.
TÓPICO FONDO FOCO COMPLECIÓN

Un autor influyente que se ocupa de la articulación de la información


no focal es Vallduví (1992), para quien la estructura informacional de una
oración está constituida por una serie de instrucciones que el emisor le
da al receptor de un mensaje para que este pueda poner al día su reposi -
torio de conocimientos proposicionales (asumiendo una semántica de tar-
jetas de archivo como la de Heim (1982)). El foco (“focus”) es una parte
de la oración que instruye al receptor a tomar la información allí conteni-
da y usarla para crear una nueva tarjeta de archivo o añadirla a una ya
existente. El fondo (“ground”) son las partes de la oración que contienen
exclusivamente información dada, y se divide en enlace (“link”, que iden-
tifica la tarjeta de archivo a actualizar) y cabo (“tail”, que especifica cómo
debe integrarse la nueva información a la tarjeta identificada por el en-
lace, en particular a qué parte de la tarjeta en cuestión debe añadirse in-
formación, una operación a veces concebida como un remplazo de la in-
formación). Asimismo, el foco y el cabo pueden subsumirse en el comen-
tario (“comment”). Estos conceptos están ejemplificados en (21), adapta-
do de Vallduví (1992):

(21) ¿Y (a) tus hijos? ¿Les gusta el brócoli?


Mis hijos lo odian el brócoli.
ENLACE FOCO CABO

(topic) ( c o m m e n t )

Una diferencia importante con nuestro sistema es que el de Vallduví es


estrictamente posicional, con los enlaces siempre prefocales y los cabos
siempre postfocales (ver por ejemplo, Brunetti 2009a). Esto se debe en
gran parte a que Vallduví basa su sistema casi exclusivamente en las pro-
piedades estructurales del Catalán. El enlace ocupa siempre la posición
inicial de la cláusula (DICL es un caso particular de esto) y el cabo una
posición dislocada a la derecha (diferente de la posición ocupada por los
objetos en DCL).
No obstante, como lo demuestra Leonetti (2010), entre las lenguas ro-
mances en italiano y en francés la estructura informativa se relaciona de
manera mucho más transparente con la posición de los constituyentes en
la oración (siendo casi lo que Kiss (1995) llama lenguas configuracionales
de discurso), pero no así en español. Por ello, nuestros conceptos primiti-

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 115


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vos y las definiciones y los conceptos de Vallduví no coinciden completa-


mente. Nuestro foco es equivalente a la noción de foco de Vallduví. El
TÓPICO, sin embargo, coincide sólo parcialmente con el enlace, ya que este

último aparece siempre en la periferia izquierda de la oración, pero el


TÓPICO puede teóricamente ocurrir en otras posiciones en lenguas diferen-

tes. Por ejemplo, el jiwarli (Austin 2001) admite focos en posición inicial
dislocada (en construcciones con SN escindidos (“split NPs”)). En esos
casos, el tópico debe ocurrir en una posición interna, ya que el auxiliar
ocupa la segunda posición en la cláusula y sólo un único constituyente
puede aparecer dislocado a la izquierda. El FONDO es similar a la noción de
cabo, ya que ambos especifican la manera en que debe integrarse la in-
formación nueva prominente. El cabo, sin embargo, no puede correspon-
der a COMPLECIÓN, ya que esta última es siempre información nueva, pero el
cabo es información vieja, exclusivamente (recordemos que aparece siem-
pre dislocada a la derecha): COMPLECIÓN, entonces, no tiene un equivalente
plausible en el sistema de Vallduví.
Es importante aclarar que todos estos conceptos primitivos pueden es-
tar en principio asociados con más de un constituyente diferente de la
oración (vgr., casos de tópicos múltiples), excepto el FOCO, que asumimos
es único y obligatorio15. Además, King (1997), King y Zaenen (2004) y Er-
teschik-Shir (2007) presentan casos donde el FOCO no corresponde a un
constituyente (por ejemplo, focalización de secuencias sujeto + verbo, ex-
cluyendo el objeto del verbo). Esto es de esperar si se acepta (como lo ha-
cemos aquí y como lo demuestra ampliamente Lambrecht 1994) que es
incorrecto asociar las funciones discursivas directamente con constitu-
yentes sintácticos, situación que es sólo característica de las lenguas con-
figuracionales de discurso (Kiss 1995; ver la sección siguiente).
Lambrecht enfatiza que técnicamente los constituyentes de una ora-
ción no “son” el foco, o el tópico, sino que estas designaciones correspon -
den a la denotación de los constituyentes. Estamos de acuerdo con esto, y
creemos que en realidad la asignación de funciones discursivas se realiza
a unidades semánticas, no a unidades de la estructura-c, como proponen
Dalrymple y Nikolaeva (2011). La LFG se encuentra especialmente equi-

15 Los ejemplos controvertidos de foco múltiple (“multiple focus”) o foco de segunda ocurren-
cia (“second-occurrence focus”) no son relevantes aquí, ya que estos se clasifican en nues -
tro sistema como COMPLECIÓN (ver Beaver, Clark, Flemming, Jaeger y Wolters (2007) y Beck y
Vasishth (2009) para una discusión de la validez empírica de este fenómeno).

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 116


Estigarribia LA TRIPLICACIÓN CON CLÍTICOS DEL ESPAÑOL RIOPLATENSE

pada para formalizar tal separación, dado que reconoce los niveles inde-
pendientes de estructura-c y estructura-i.
No obstante, en este trabajo continuamos asociando las funciones dis-
cursivas directamente a secuencias contiguas en la oración. Lo hacemos
primeramente para facilitar la lectura, evitando cargar la exposición de
formalismos semánticos. Pero además lo hacemos porque argüimos que la
TCL establece una proyección más transparente entre estas dos estruc-
turas, y que por tal motivo es posible en nuestros ejemplos asociar se-
cuencias de la oración generalmente bien definidas a funciones discursi-
vas.

4. LAS FUNCIONES INFORMATIVAS EN LA TCL. Tal como lo hemos anticipado en


la sección 1, la construcción en TCL tiene como función independizar la
asignación de funciones informativas de la asignación de funciones gra-
maticales y al mismo tiempo clarificar la relación entre secuencias oracio-
nales (sean constituyentes jerárquicos o no) y estructura informacional.
Los casos de desfasaje entre estructura informativa y estructura funcio-
nal o de constituyentes han sido bien estudiados en el marco de LFG
(King 1997, King y Zaenen 2004). La TCL permite dar diferentes estatus
informacionales a diferentes partes de la información concerniente a un
único referente, que sin embargo tienen una función única a nivel gra-
matical, la de objeto del verbo.
Como partimos de la idea que la TCL es la combinación de DICL y DCL
(tal y como lo propone Suñer 2006), primero resumiremos brevemente las
propuestas que se han hecho en lo que concierne a la estructura informa-
tiva de estas dos construcciones. Luego, examinaremos en detalle qué
funciones pueden cumplir los NP pre y postverbales en TCL. Esto nos per-
mitirá demostrar que la hipótesis que considera a la TCL como un posible
DICL + DCL es incorrecta.

4.1. FUNCIONES INFORMATIVAS EN DICL Y DCL. Las DICL son reconocidas


desde Cinque (1997) y Rizzi (1997) unánimemente como tópicos, a veces
más específicamente como tópicos de tipo familiar o referencial (referen-
tial/familiarity topics; ver por ejemplo Cruschina 2011). Dentro de la teo-
ría de Vallduví, Alexopoulou y Kolliakou (2002) demuestran que las frases
en DICL son enlaces en griego, y lo mismo demuestra Brunetti (2006,
2009a) para el italiano. Estos autores (y hasta donde sabemos, todos los
autores que se han ocupado de estas construcciones) excluyen explícita-

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 117


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mente la posibilidad de que las dislocaciones con clítico sean focos, ya


que esto está asociado con la construcción de rematización (focus move-
ment o focus fronting), y esta construcción según los autores no admite
un clítico reasuntivo (ver Zubizarreta 1999, 4.240; Brunetti 2009b; o tam-
bién Samek Lodovici 2009 para el italiano). Sin embargo, tanto Estigarri-
bia (2005, 2006) como Di Tullio y Zdrojewski (2006) citan casos de rema-
tización con clítico en español rioplatense. Por ejemplo, Estigarribia
(2006) demuestra que la rematización con clítico es posible si el rema es,
otra vez, animado. De hecho, en (22) la construcción con clítico es más
natural que sin él:

(22) No, A MI MAMÁ la tiene preocupada (conversación telefónica del autor con un amigo).
?No, A MI MAMÁ tiene preocupada.16

Por otra parte, en general se asume que el objeto postverbal en DCL


tiene alguna relación con la topicalidad, o al menos que no es focal. Bello-
ro (2012) refina el estatus informacional del DCL y afirma que una condi-
ción necesaria para esta construcción es que el referente del objeto sea
accesible cognitivamente, lo cual es compatible con algunos tipos de foco
(por ejemplo, contrastivo). Hasta donde sabemos, los únicos autores en
identificar explícitamente (e independientemente) casos de constituyen-
tes focales en DCL son Estigarribia (2006, 2005) y Di Tullio y Zdrojewski
(2006), como mencionamos en la sección 2.1.
De todo esto concluimos que, si la TCL es realmente una combinación
de DICL y DCL, entonces el constituyente dislocado a la izquierda no pue-
de tener interpretación focal, y el constituyente postverbal sólo puede te-
nerla si es animado. Veremos que ninguna de estas dos predicciones es
correcta, lo que implica que la TCL no es simplemente la combinación de
una DICL y un DCL.

4.1.1. RESTRICCIONES DERIVADAS DE NUESTRO MARCO DE ANÁLISIS. Si aceptamos


las definiciones de funciones discursivas de la sección 3, no todas las
combinaciones de funciones son a priori posibles en TCL. Por empezar, la
frase dislocada a izquierda se encuentra en una posición prominente sin-
tácticamente, de modo que sólo puede ser TÓPICO o FOCO. La frase postver-
bal se encuentra en una posición que en español es sintácticamente no

16 Un evaluador nota que el foco contrastivo suena mejor sin clítico en el español mexicano.
Creemos que es lo contrario en el español rioplatense.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 118


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prominente, y bajo condiciones de acentuación normal sólo puede ser


FONDO o COMPLECIÓN. Esto parece predecir una partición completa de la ora-

ción con TCL como en (23) (donde x es una o varias funciones discursivas
no especificadas que incluyen al complejo CL+V):

(23) TÓPICO/FOCO …x… COMPLECIÓN/FONDO.

Sin embargo, la posibilidad que tiene el español rioplatense de acen-


tuar prosódicamente el constituyente postverbal permite su aparición
como FOCO. Esto predice las siguientes combinaciones posibles:

(24) (a) TÓPICO … x … COMPLECIÓN.


(b) TÓPICO … x … FONDO.
(c) TÓPICO … x … FOCO.

(d) TOCO … x … COMPLECIÓN.

(e) TOCO … x … FONDO.

La combinación FOCO … x … FOCO queda excluida, ya que asumimos que la


oración tiene un solo FOCO.
En las secciones que siguen demostramos que todas las configuracio-
nes predichas en (24) son posibles. Dos factores adicionales que examina-
mos con atención son el valor de animacidad del objeto y el de restrictivi -
dad de la frase postverbal (ver sección 2).

4.2. FRASE PREVERBAL TÓPICO


4.2.1. TÓPICO Y COMPLECIÓN. Esta estructura es posible tanto con TCL res-
trictivo (25-27) como no restrictivo (28-30), animado (25, 28) o inanimado
(26, 27, 29, 30). El dominio focal puede ser el complejo CL+V o algún
otro argumento o adjunto del verbo.

(25) Hola ¿Estás hablando de una vecina tuya? ¿Qué pasó con tu vecina?
A mi vecina LA INTERNARON a la del noveno.
TÓPICO FOCO COMPLECIÓN

(26) ¿Qué pasó con el libro?


El libro ME LO ROBARON el de Fontanarrosa.
TÓPICO FOCO COMPLECIÓN

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 119


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(27) Te tengo de hijo.17


Te recuerdo que el partido lo gané YO el último.
TÓPICO FOCO COMPLECIÓN

(28) ¿Qué pasó con tu vecina?


A MI VECINA LA INTERNARON A LA POBRE MUJER .

TÓPICO FOCO COMPLECIÓN

(29) ¿¿Cuánto te la cobraron esa malla??


La malla me la cobraron 3.000 PESOS esta porquería.18
TÓPICO FONDO FOCO COMPLECIÓN

(30) Ay pero ¿cuándo te compraste esa malla tan linda?


La malla me la compré EL LUNES esta porquería.
TÓPICO FONDO FOCO COMPLECIÓN

El ejemplo (1d), repetido con su contexto como (31), corresponde a


esta distribución de la estructura informativa:19

(31) (Contexto. Hablando en whatsapp con amigos de la visita a de Jack Johnson a Argentina,
alguien mencionó que canta la música de Jorge el Curioso.)
ES MUY GROSSO EL TIPO, POSTA.
Vayan a verlo.
La de Nemo también la canta él la del final.
Ah no, ese es Robbie Williams.

La de Nemo también la canta ÉL la del final.


TÓPICO FONDO FOCO COMPLECIÓN

Debemos notar que “la de Nemo”, estrictamente hablando es información


nueva, pero presentada como relacionalmente no nueva ([-NUEVO]), si la
analizamos como el tópico de una estructura tópico/comentario. Si el
TÓPICO es “la canción de Nemo”, lo que se comenta es “también la canta

Jack Johnson”.
El segundo caso natural de CLT (1c), repetido como (32), puede co-
rresponder a esta distribución:

17 En el español rioplatense esta expresión significa “siempre te gano” y es muy usada para
provocar rivales.
18 Un evaluador nota que el constituyente “3.000 pesos” también parecería cumplir la fun-
ción objeto del verbo. En nuestro análisis, sin embargo, esta frase funciona como un modi -
ficador adverbial, similar a “me la cobraron cara”.
19 Notar que este es un caso típico de aparente foco secundario o múltiple (ver sección 2), ya
que también es un operador sensitivo al foco (“focus-sensitive operator”). Dado que la exis-
tencia de dichos tipos de foco es controvertida, aquí lo analizaremos como parte del FONDO.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 120


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(32) (Contexto. Conversación en Facebook.)


Quiero ver fotos de tus hijos.
Sí, las fotos las tengo que SUBIR las nuevas.
TÓPICO FOCO COMPLECIÓN

Nótese que en el siguiente caso (33) el FOCO aparentemente puede ser


de tipo verum:

(33) ¿La internaron a tu vecina?


A mi vecina la internaron a la pobre mujer… ¿Lo podés creer?
TÓPICO FONDO COMPLECIÓN

Esta oración no tiene FOCO, la única función que asumimos debe aparecer
obligatoriamente en la oración. Por el momento, no tenemos una explica-
ción para estos casos, pero si las funciones discursivas son asociadas a la
representación semántica de la oración, como lo proponen Dalrymple y
Nikolaeva (2011), entonces el FOCO puede ser asignado al operador de po-
laridad de la oración. Además, el problema no es específico a la TCL sino
general, dadas las propiedades del foco “verum” o de polaridad. El ejem-
plo (34) no es una TCL y sin embargo, como (33), tampoco tiene dominio
focal:

(34) ¿La internaron a tu vecina?


La internaron, ¿lo podés creer?

4.2.2. TÓPICO Y FOCO. A diferencia del caso TÓPICO/COMPLECIÓN anterior, esta


distribución no es posible con TCL no restrictivo (35, 36). Esta restricción
surge necesariamente de la clasificación misma de FOCO como
[+PROMINENTE], ya que este rasgo es definido como “información de impor-
tancia crucial para la estructura informacional del discurso en cuestión”
(ver sección 2.1). El TCL no restrictivo, al ser aposicional, es incompatible
con el valor [+PROMINENTE].

(35) ¿Qué pasó con tu vecina?


*A mi vecina la internaron a la pobre MUJER.

TÓPICO COMPLECIÓN FOCO

(36) ¿Te robaron el auto?


*El auto me lo robaron ese BÓLIDO.

TÓPICO FONDO FOCO

Los casos restrictivos se prestan más naturalmente a la focalización


postverbal, ya que la frase postverbal aporta información nueva que res-

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 121


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tringe de manera relevante la denotación de la frase preverbal. Esta in-


formación nueva puede ser de crucial importancia para poner al día el co-
nocimiento del hablante:

(37) ¿Internaron a tu vecina? ¿A cuál?


A mi vecina la internaron a la del NOVENO.

TÓPICO FONDO FOCO

(38) ¿Qué malla te cobraron 3.000 pesos?


La malla me la cobraron 3.000 pesos LA ENTERIZA.

TÓPICO FONDO FOCO

En algunos casos, la frase postverbal puede ser parte de un foco que


abarca también al predicado. Tal es el caso del ejemplo natural (1a) de
CLT dado aquí con su contexto:

(39) Garzón está tras las huellas de un conocido criminal de guerra local: el barrabrava de
Boca Juniors Rafael Di Zeo. “Sé dónde está, lo mismo que Bin Laden y Saddam. A esos los
voy a extraditar a todos”, promete (Anuario Barcelona 2003, p. 34).

A esos los voy a extraditar A TODOS.

TÓPICO FOCO

Sin embargo, este ejemplo puede corresponder también al esquema


TÓPICO/FONDO/FOCO, ya que un poco más arriba, en el mismo párrafo, se ha-

bla de extradición y la nota tiene ese tema general (el juez Baltasar Gar-
zón es conocido por sus extradiciones). Eso implica que el contenido “ex-
tradición” puede ser considerado evocado en la tipología de Prince (1981)
y como tal [-NUEVO]20.

(40) A esos los voy a extraditar A TODOS.

TÓPICO FONDO FOCO

Finalmente, el ejemplo (1b), demuestra una vez más (como en 39) que
el constituyente postverbal no siempre agota el dominio focal. Damos
aquí todo el contexto relevante para la evaluación de su estructura infor-
mativa (el email citado es la respuesta a un email con fotos adjuntas):

20 Esta asignación es consistente con la re-clasificación binaria que hace Ocampo (1995) de
la tipología de Prince (1981), considerando [+ NUEVO] a los referentes totalmente nuevos
(“brand new”), anclados (“anchored”), inferibles (“inferrable”) y no usados (“unused”). Los
referentes evocados situacional o textualmente tendrían entonces el valor [- NUEVO].

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 122


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(41) Feliz día del trabajador sobrinito. Recién escuché tu mensaje. No sé dónde estaba cuando
llamaste. Este fin de semana la presi lo decretó largo 21. Pero no fui a ningún lado. Se ve
que estaría haciendo compras y tus primos duermen en las casas de las novias. Y el tío es-
taría con el hockey. Más tarde intento llamarte. Las fotos las vi todas. Ah, me alegro que
le hayan gustado los juguetes. Que los disfruten. Besos.

Las fotos las vi TODAS.

TÓPICO FOCO

Como vemos, en este caso el predicado entero (del cual el objeto postver -
bal es sólo una parte) recibe la función foco. “Las fotos” introduce el refe-
rente del cual trata la oración. “Haber visto todas las fotos” es el comen-
tario acerca de ese tópico. Aquí asumimos que el contenido “las vi” es
nuevo en el contexto. Pero la misma oración admite énfasis exclusivo en
el cuantificador, en cuyo caso el complejo CL+V tendría función comple-
tiva, indicando la manera en la que el cuantificador se relaciona con el tó-
pico (42)22:

(42) Las fotos las vi TODAS.

TÓPICO COMPLECIÓN FOCO

4.2.3. TÓPICO Y FONDO. Una vez más, tanto el TCL restrictivo (43-45) como
el no restrictivo (46, 47) y el animado (43, 46) como el inanimado (44, 45,
47) admiten esta configuración. Primero algunos ejemplos restrictivos:

(43) Che, ¿y tu vecina la rubia?


A mi vecina LA ATROPELLARON a la rubia.
TÓPICO FOCO FONDO

21 Notar la similitud de esta construcción (“Este fin de semana la presi lo decretó largo”) con
TCL. Sin embargo, este no es un caso de TCL sino de predicación secundaria.
22 Un evaluador nota que el estatus de “las fotos” como tópico no está claramente establecido
en el contexto previo, y sugiere que un análisis de toda la oración como un único foco ora -
cional es posible. En nuestra opinión, si el autor de este ejemplo hubiera querido mostrar
claramente un foco oracional, habría empleado la estructura “vi todas las fotos”. Este
ejemplo, además, nos permite aclarar que la estructura informacional no está unívocamen-
te determinada por el contexto precedente (lo que Grunig y Grunig (1986) llaman sentido
a la izquierda y haz de presiones causales (“sens à gauche et faisceau de pressions
causales”)). Esto parece ser lo que se asume comúnmente en la literatura sobre la estruc -
tura informativa: tal contenido es viejo porque ya aparece en el discurso precedente, tal
contenido es foco porque responde a una interrogación en el discurso precedente, etcéte-
ra. Aquí proponemos (aunque no tengamos espacio para dar una fundamentación más pro-
funda) que la estructuración de las funciones discursivas responde además a una necesi-
dad por parte del locutor de constreñir el sentido a la derecha de su contribución, facilitan-
do así el trabajo interpretativo. En otras palabras, la estructura informativa de un enuncia-
do no responde solamente a las presiones heredadas del contexto previo, sino también a lo
que el locutor elige poner en relieve y a lo que elige usar como fondo.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 123


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(44) ¿Viniste con tu auto?


No, el auto lo están LAVANDO el mío.
TÓPICO FOCO FONDO

El ejemplo (1c), citado más arriba como (32) y repetido aquí como
(45), corresponde a esta distribución:

(45) Quiero ver fotos nuevas de tus hijos.


Sí, las fotos las tengo que SUBIR las nuevas.
TÓPICO FOCO FONDO

Algunos ejemplos no restrictivos:

(46) ¿Cómo está la falluta de tu amiga Marta?


A Marta no la quiero NI VER a esa falluta.
TÓPICO FOCO FONDO

(47) ¿Viniste con el bólido ese de tu auto?


No, mi auto lo están LAVANDO el bólido.
TÓPICO FOCO FONDO

El uso de TCL en estos casos es tal vez el menos natural de todos. No sólo
el FONDO es [-NUEVO] y [-PROMINENTE], sino que además la estructura sintáctica
es altamente no canónica, con desdoblamiento de una función gramatical
(objeto directo) en tres constituyentes (dos SN y un clítico). En estos ca-
sos DICL puede ser un recurso más natural, especialmente si la frase
postverbal indica un claro contraste23:

(48) ¿Tus jefes son uno que es pelirrojo y el otro que es pelado? ¿Cómo están?
A mi jefe LO INTERNARON al pelirrojo.
TÓPICO FOCO FONDO

(49) A mi jefe el pelirrojo LO INTERNARON.

TÓPICO FOCO

4.3. FRASE PREVERBAL FOCO


4.3.1. FOCO Y COMPLECIÓN. Esta distribución admite TCL restrictivo/no res-
trictivo, pero sólo objetos animados. Los casos restrictivos son tal vez

23 Un evaluador nos hace notar que muchas enunciaciones que son esencialmente de confir-
mación no tienen contenido estrictamente nuevo, sino que cumplen más bien funciones co-
nativas u emotivas. Lo que da sentido al ejemplo (47) es posiblemente el orgullo que comu -
nica el autor por medio del uso de la palabra “bólido”.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 124


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poco naturales, ya que es más natural integrar la información completiva


en el constituyente focalizado preverbal:

(50) ¿La internaron a tu mamá?


?A MI VECINA la internaron a la del noveno.
FOCO FONDO COMPLECIÓN

A mi vecina del NOVENO la internaron.


FOCO FONDO

Los casos no restrictivos corresponden a usos prototípicos de la apo-


sición, puesto que agregan información nueva a un referente pero sin ser
parte de la predicación principal (ver la sección 4.4):

(51) ¿La internaron a tu vecina?


A MI MAMÁ la internaron a la pobre.
FOCO FONDO COMPLECIÓN

Los objetos inanimados están prohibidos en esta distribución, ya sea


en casos restrictivos como en no restrictivos. Como hemos indicado an-
tes, esta restricción puede ser heredada de las propiedades de la remati-
zación (con o sin clítico)24:

(52) ¿Te robaron el auto?


*LA MOTO me la robaron la Yamaha.
FOCO FONDO COMPLECIÓN

(53) ¿Te cobraron 3.000 pesos esa malla?


*La bombacha me la cobraron 3.000 pesos esa porquería.
FOCO FONDO COMPLECIÓN

4.3.2. FOCO Y FONDO. Al igual que en el caso anterior, las oraciones no res-
trictivas (con epítetos) son más naturales:

(54) ¿La internaron a tu pobre vecina?


A MI MAMÁ la internaron a la pobre.
FOCO FONDO

(55) ¿Te cobraron 3.000 pesos esa malla de porquería?


?LA BOMBACHA me la cobraron 3.000 pesos esa porquería.
FOCO FONDO

24 Un evaluador sugiere que estos casos son posibles en el español mexicano.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 125


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En los casos restrictivos hay que ofrecer a la vez un contraste median-


te la frase preverbal y usar un mismo contenido ya dado para la frase
postverbal. Esta configuración requiere contextos muy específicos (posi-
blemente de “eco”) y puede sonar bastante forzada:

(56) ¿La internaron a tu amiga que chocó?


No A MI VECINA la internaron a la que chocó.
FOCO FONDO

(57) ¿Arreglaste la moto que chocaste?


EL AUTO (lo) arreglé el que choqué.
FOCO FONDO

4.4. RESUMEN DE RESTRICCIONES EN LA RELACIÓN ENTRE LA FUNCIÓN OBJETO Y LAS

FUNCIONES DISCURSIVAS. Hemos demostrado que la asignación de la función


discursiva TÓPICO está restringida a la posición preverbal dislocada. Esto
se debe a que la posición de objeto postverbal en español sólo puede ad -
quirir prominencia de manera prosódica (acento focal), y esto es inconsis-
tente con los tópicos. Pero la posición preverbal dislocada pude además
acarrear la función FOCO, aunque esto implica una TCL animada. Esta res-
tricción la TCL la hereda directamente de las propiedades de las disloca-
ciones a izquierda (DICL y rematización) del español rioplatense. Como
explicamos en la sección 4.1, un objeto directo dislocado a izquierda pue-
de recibir acento focal y tener una función de foco contrastivo sólo si es
animado. Esto a su vez demuestra que algunas TCL son casos de DICL,
mientras que otras son casos de rematización.
Finalmente, la asignación de la función discursiva FOCO al constituyente
postverbal implica que la TCL sea restrictiva. Esta condición surge de la
semántica de las aposiciones. Primeramente, Meyer (1992, 85) nota que
las estructuras de aposición donde los dos miembros son SN definidos
son muy raramente restrictivas. Según Heringa (2011), las aposiciones
tienen una función de backgrounding (“desenfatizar”). Desde una pers-
pectiva psico-cognitiva, Koktova (1986, 40) explica que las aposiciones
son información secundaria que debe distinguirse de la aserción principal
de la oración. Gómez Penas (1994) coincide con esta afirmación y agrega
que las aposiciones añaden información no necesaria que clarifica lo ex-
puesto previamente. Finalmente, Loock y O'Connor (2013) utilizan la no
restrictividad como propiedad definitoria de los segundos términos de
una construcción apositiva. Claramente, esta constelación de propiedades
semántico-pragmáticas es incompatible con nuestra definición de FOCO. La

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 126


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existencia de esta condición es específica a la TCL, quien no la comparte


con el DCL. Esto nos obliga a rechazar la idea de Suñer (2006) y Estiga-
rribia (2013) de que la TCL es la ocurrencia simultánea de DICL y DCL a
pesar de que superficialmente todo caso de TCL puede “convertirse” en
un caso de DCL mediante la eliminación del constituyente dislocado a iz-
quierda (cf. (1)):

(58) (a) Los voy a extraditar a todos.


(b) Las vi todas.
(c) Sí, las tengo que subir las nuevas.
(d) También la canta él la del final.

5. CONCLUSIONES. En este trabajo hemos presentado la construcción de


TCL en español rioplatense, que consiste en dos frases nominales y un clí-
tico que comparten la función objeto (directo) de un único predicado tran-
sitivo.
Hemos demostrado que la TCL admite objetos animados e inanimados,
y que está relacionada con dos semánticas diferentes, una no restrictiva y
otra restrictiva, esta última reservada a frases postverbales no epítetos.
La interacción entre estas propiedades semánticas y las propiedades in-
formacionales de la TCL nos ha permitido demostrar que, si bien esta
construcción es un caso de dislocación a izquierda (DICL o rematización),
no es un caso de DCL.
Si bien TCL es una construcción extraña desde el punto de vista de la
gramática prescriptiva y mucho menos frecuente que otras construccio-
nes “pleonásticas” (como DICL y DCL) en corpora naturales, hemos de-
mostrado que tiene una función comunicativa bien definida. Esta es la de
permitir al hablante una mayor flexibilidad a la hora de asignar estatus
informacionales a distintos constituyentes de la oración. Esto vuelve más
directa (más “transparente”) la correspondencia entre los constituyentes
de la oración y su estructura informacional. En efecto, en la TCL de (59)
tanto el TÓPICO como la COMPLECIÓN corresponden a constituyentes mayores
(y frases prosódicas) de la oración, mientras que en la DICL de (60), la
COMPLECIÓN corresponde a un modificador integrado dentro del SN disloca-

do.

(59) Quiero ver fotos de tus hijos.


Sí, [las fotos]SN las tengo que SUBIR [las nuevas]SN.
TÓPICO FOCO COMPLECIÓN

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 127


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(60) Quiero ver fotos de tus hijos.


Sí, [las fotos [nuevas]SADJ]SN las tengo que SUBIR.

TÓPICO COMPLECIÓN FOCO

Para decirlo de una manera informal pero tal vez más clara, el conteni-
do de un “mensaje” puede distribuirse de maneras diferentes en cada uno
de los niveles de organización lingüística, como lo muestra la Figura 2. Al
nivel de la estructura-c hay tres elementos bien definidos: el SN dislocado
a la izquierda, el SN postverbal, y el clítico. Al nivel de la estructura-f, sin
embargo, los tres constituyentes unifican su información en un solo obje-
to directo, respetando así la valencia del verbo. Al nivel de la estructura-i
hay esta vez dos elementos bien definidos: “x=las fotos” como TÓPICO y
“nuevas(x)” como COMPLECIÓN.

Estructura-c

Estructura-f
PRED “deber(subir(x,y))”
Deber(subir(yo,fotos nuevas) SUJ “x=yo”
OBJ “y=las fotos nuevas”
Estructura-i
TÓPICO “x=las fotos”
FOCO “deber(subir(yo,x))”
COMPLECIÓN “nuevas(x)”
Figura 2: Particiones independientes del contenido de un mensaje.

Es cierto, empero, que este estudio se basa mayormente en ejemplos


artificiales, creados por el autor. En particular, los casos identificados en
el apartado 4.3 de foco preverbal y compleción o fondo postverbales res-
trictivos parecen poco naturales. Resta confirmar mediante un estudio de
corpus su existencia, y así poder examinar en mayor profundidad la vali-
dez de las otras propuestas hechas aquí.

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Bruno Estigarribia
University of North Carolina at Chapel Hill, De-
partment of Romance Languages and Litera-
tures
estigarr@email.unc.edu
Trabajo recibido el 4 de abril de 2014 y aprobado el 27 de mayo de 2014.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 132


González Vergara LAS ORACIONES REFLEXIVAS CON 'SE' DEL ESPAÑOL

LAS ORACIONES REFLEXIVAS CON 'SE' DEL ESPAÑOL:

UNA PROPUESTA DE ANÁLISIS DESDE LA GRAMÁTICA DEL PAPEL Y LA REFERENCIA

Carlos González Vergara

RESUMEN. En este artículo se propone que la presencia de se en las oraciones españolas de los
tipos de Pedro se quemó (reflexivo-incoativa), Pedro se quemó a sí mismo (reflexiva enfática),
Pedro se compró una casa (reflexiva benefactiva), Pedro se lavó la camiseta (reflexiva posesiva)
y Pedro y Juan se golpearon (recíproca) puede explicarse en el marco de la Gramática del Pa-
pel y la Referencia a partir de una regla léxica común, compartida también con las construc -
ciones no reflexivas con se, como se propone en González Vergara (2006a, 2012, 2013). Las di-
ferencias de interpretación entre las distintas oraciones reflexivas y las no reflexivas pueden
explicarse por la influencia de factores como el Aktionsart del predicado y la influencia de las
respectivas estructuras informativas.
Palabras clave: oraciones reflexivas, se, Gramática del Papel y la Referencia.

ABSTRACT. In this text I argue that the presence of morpheme se in Spanish sentences such as
Pedro se quemó ('Pedro burnt himself', inchoative-reflexive), Pedro se quemó a sí mismo ('Pe-
dro burnt himself', emphatic reflexive), Pedro se compró una casa (benefactive-reflexive), Pe-
dro se lavó la camiseta ('Pedro washed his shirt', possessive reflexive) and Pedro y Juan se gol-
pearon ('Pedro and Juan hit each other', reciprocal) can be explained in Role and Reference
Grammar framework as the result of a common lexical rule, also shared by the Spanish non re-
flexive se constructions, as it is proposed in González Vergara (2006a, 2012, 2013). Differences
in interpretation between reflective and non-reflective sentences can be explained by the influ-
ence of factors such as the predicate Aktionsart and the influence of the respective informative
structures.
Keywords: reflexive sentences, Spanish se, Role and Reference Grammar.

RESUMO. Este artigo propõe que a presença de frases de espanhol está nos tipos de Pedro se
quemó, Pedro se quemó a sí mismo, Pedro se compró una casa, Pedro se lavó la camiseta e Pe-
dro y Juan se golpearon pode ser explicada no âmbito da Gramática de Papel e Referência a
partir de uma regra lexical comum, também compartilhada com construções não-reflexivas, tal
como proposto na González Vergara (2006a, 2012, 2013). As diferenças de interpretação entre
os diferentes orações reflexivas e não reflexivas pode ser explicado pela influência de fatores
como Aktionsart do predicado ea influência das respectivas estruturas de informação.
Palavras-chave: orações reflexivas, se, Gramática de Papel e Referência.

Signo y Seña, número 25, junio de 2014, pp. 133-158


Facultad de Filosofía y Letras (UBA)
http://revistas.filo.uba.ar/index.php/sys/index
ISSN 2314-2189

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 133


González Vergara LAS ORACIONES REFLEXIVAS CON 'SE' DEL ESPAÑOL

1. ANTECEDENTES. El se es un tema de investigación recurrente en los estu-


dios gramaticales españoles, pues en apariencia se presenta en tipos ora-
cionales muy diferentes, cumpliendo funciones asimismo muy disímiles.
No es raro, por ejemplo, encontrar textos descriptivos que nos hablen de
la existencia de diez o más tipos de se diferentes (véase, por ejemplo,
Contreras (1964) y Montes Giraldo (2003)). En González Vergara (2006a,
2012 y 2013) propongo una explicación unitaria para la manifestación de
se en todas las construcciones no reflexivas con se, es decir, aquellas que
tradicionalmente han sido conocidas como “impersonales reflejas”, “pasi-
vas reflejas”, “oraciones de se inherente”, “oraciones de interés” y “cons-
trucciones medias”. Según esta perspectiva, fundamentada en los princi-
pios teóricos de la Gramática del Papel y la Referencia (RRG) 1, el se que
todos estos tipos oracionales manifiestan puede explicarse a partir de un
único fenómeno léxico.
En síntesis, mi propuesta con respecto al papel que desempeña el mor-
fema se en las oraciones no reflexivas es la siguiente: se es la manifesta-
ción morfológica de un fenómeno léxico que modifica la estructura lógica
de la oración mediante la disminución de la importancia del argumento
de macropapel Actor y el privilegio del argumento de macropapel Un-
dergoer, cuando este está presente. En otras palabras, se trata de un fe-
nómeno que interviene en la estructura lógica con el fin de que la je-
rarquía natural de los argumentos que se encuentran en ella no se mate-
rialice sintácticamente.
Este fenómeno léxico puede adoptar dos manifestaciones, las que de-
penden del tipo de Aktionsart2 del predicado. La primera de estas afecta a
predicados de todo tipo y consiste en la inespecificación del argumento
de mayor jerarquía de la estructura lógica: aquel argumento que natural-
mente asumiría el macropapel de Actor; esto tiene generalmente como
consecuencia que el argumento con macropapel de menor jerarquía, el
Undergoer, sea el más destacado de la estructura lógica si se halla pre-
sente. Cuando el fenómeno léxico adopta esta manifestación, puede gene-

1 La Gramática del Papel y la Referencia (Role and Reference Grammar) es el marco teórico
en que se fundamentan todas las propuestas de este artículo. Una introducción a sus prin-
cipios puede encontrarse en González Vergara (2006b) y, de manera más extensa, en Mai -
ral, Guerrero y González Vergara (2012).
2 Uso en este artículo el término alemán Aktionsart para referirme al aspecto léxico, conoci-
do usualmente también como modo de acción del verbo, debido a que es la manera en que
este concepto clave es designado en el modelo de la Gramática del Papel y la Referencia.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 134


González Vergara LAS ORACIONES REFLEXIVAS CON 'SE' DEL ESPAÑOL

rar diferentes consecuencias sintácticas en la oración real. Todas ellas,


sin embargo, tienen en común que el argumento semántico que original-
mente se presentaría como el argumento sintáctico privilegiado de la ora-
ción (privileged syntactic argument o PSA) no pueda seleccionarse para
este papel luego de que la estructura lógica ha sufrido el proceso descri -
to.
Esta primera manifestación del fenómeno puede articularse en forma
de una regla léxica como la que se plantea en (1). En ella se presenta en
primer lugar la descripción general de la regla y, a continuación, su for-
mulación específica para los predicados de acuerdo con los distintos tipos
de Aktionsart: (a) estados, (b) actividades, (c) realizaciones activas, (d) re-
alizaciones y logros, (e) semelfactivos y (f) predicados causativos:

(1) Regla léxica de inespecificación del argumento de mayor jerarquía: “Dada una estructura
lógica cualquiera, vuélvase inespecífico el argumento x del predicado”.
(a) pred' (x, y) ↔ pred' (Ø, y)
(b) do' (x, [pred' (x, (y))]) ↔ do' (Ø, [pred' (Ø, (y))])
(c) do' (x, [pred1' (x, y)]) & INGR pred2' (y) ↔ do' (Ø, [pred1' (Ø, y)]) & INGR pred2' (y) /
do' (x, [pred' (x)]) & INGR be-LOC' (y, x) ↔ do' (Ø, [pred' (Ø)]) & INGR be-LOC' (y, Ø)
(d) BECOME/INGR pred' (x, y) ↔ BECOME/INGR pred' (Ø, y)
(e) SEML pred' (x, y) ↔ SEML pred' (Ø, y) /
SEML do' (x, [pred' (x, (y))]) ↔ SEML do' (Ø, [pred' (Ø, (y))])
(f) [do' (x, Ø)] CAUSE [(BECOME/INGR) pred' (y)] ↔ [do' (Ø, Ø)]
CAUSE [(BECOME/INGR) pred' (y)] /
[do' (x, Ø)] CAUSE [do' (y, [pred' (y)])] ↔ [do' (Ø, Ø)] CAUSE [do' (y, [pred' (y)])]

La segunda manifestación posible de este fenómeno léxico general


afecta sólo a algunos de los predicados listados originalmente como acti-
vidades que son susceptibles de variar sus Aktionsarten a realizaciones
activas; se trata específicamente de los verbos de creación, consumo y
desplazamiento. Estos predicados, como todas las actividades, poseen un
primer argumento que asume el macropapel de Actor. En las estructuras
lógicas de estos verbos, el fenómeno léxico puede manifestarse en la apa-
rición necesaria de un argumento completamente referencial de menor
jerarquía. Esto tiene como consecuencia el cambio obligatorio del Aktion-
sart del predicado de actividad a realización activa, es decir, una activi-
dad delimitada en el tiempo cuyo límite se encuentra definido por la pre-
sencia del argumento de menor jerarquía.
Esta manifestación puede articularse en la forma de la regla léxica
presentada en (2). En (a) se describe la regla que se aplica a los predica -

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 135


González Vergara LAS ORACIONES REFLEXIVAS CON 'SE' DEL ESPAÑOL

dos de consumo y creación, mientras que la de (b) rige los verbos de


desplazamiento:

(2) Regla léxica de asignación obligatoria de un argumento de menor jerarquía en predicados


de actividad: “Dada una estructura lógica de actividad do' (x, [pred' (x(, y))]), añádase un
argumento completamente referencial y”.
(a) do' (x, [pred' (x(, y))]) ↔ do' (x, [pred1' (x, y)]) & INGR pred2' (y)
(b) do' (x, [pred' (x)]) ↔ do' (x, [pred' (x)]) & INGR be-LOC' (y, x)

Propongo que las construcciones españolas conocidas tradicionalmen-


te como “pasivas reflejas”, “impersonales reflejas” y “medias”, así como
algunas de las que forman parte de la categoría de “oraciones de se
inherente” tienen como base el fenómeno léxico descrito en su primera
manifestación; es decir, el que se produce mediante la aplicación de la re-
gla de inespecificación del argumento de mayor jerarquía y macropapel
Actor de la estructura lógica. La combinación de las consecuencias sin-
tácticas de este fenómeno léxico con factores como la estructura infor-
mativa, los operadores de diferentes niveles o los rasgos del argumento
Undergoer dan como resultado los tipos de oración que han sido clasifica-
dos en las categorías mencionadas. Por su parte, los predicados que su-
fren la segunda manifestación de este fenómeno; es decir, el que se pro-
duce por la aplicación de la regla de asignación obligatoria de un argu-
mento de menor jerarquía, son el fundamento de las construcciones deno-
minadas como “oraciones de interés”. Cada una de estas construcciones
puede describirse en términos de esquemas construccionales, tal como se
plantea en González Vergara (2006a y 2009).

2. LAS ORACIONES REFLEXIVAS CON SE EN LOS ESTUDIOS GRAMATICALES ESPAÑOLES.


Una distinción común en los estudios tradicionales sobre las oraciones
con se es la que separa las oraciones reflexivas propiamente tales y las
oraciones reflexivas solamente en la forma (u oraciones no reflexivas con
se). Esta propuesta se encuentra en Bello (1847), Alonso y Henríquez
Ureña (1939), Roca-Pons (1960), Manacorda de Rosetti (1961), RAE
(1973, 2009) y Martín Zorraquino (1979), y es comentada en términos si-
milares a los aquí propuestos por Hernández Sacristán (1985).
Desde tales perspectivas, las oraciones reflexivas propias son aquellas
en las que se aparece como un pronombre reflexivo que alterna con las
restantes formas del paradigma y asume una función gramatical de objeto
directo u objeto indirecto, distinción que depende de la presencia o au-

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 136


González Vergara LAS ORACIONES REFLEXIVAS CON 'SE' DEL ESPAÑOL

sencia en la oración de un sintagma nominal o preposicional con función


de objeto directo no correferente con el pronombre. Descripciones en
esta línea se hallan en Bello (1847), Lenz (1935), Gili Gaya (1943), Roca-
Pons (1960), Manacorda de Rosetti (1961), Alarcos Llorach (1970), Mar-
cos Marín (1972), RAE (1973, 2009), Martín Zorraquino (1979), Carratalá
(1980), Fernández Ramírez (1986) y Gómez Torrego (1992). En este tipo
de estructuras, el pronombre se representaría al mismo ser designado en
el sujeto, de ahí su denominación de “reflexivo” (Seco, 1972). De acuerdo
con esta caracterización, el ejemplo de (3a) muestra a se como pronom-
bre reflexivo de objeto directo, mientras que en (3b) lo encontramos en su
función de pronombre reflexivo de objeto indirecto:

(3) (a) Pedro se lavó.


(b) Pedro se lavó la cara.

Alarcos Llorach (1970) y Alcina y Blecua (1975) manifiestan explícita-


mente que, desde sus perspectivas, este tipo de oraciones no es sino una
clase más de estructuras transitivas, ya que en ellas el verbo expresa una
acción que se realiza sobre la misma persona del sujeto, que la ejecuta de
manera similar a como se puede realizar sobre otros objetos. RAE y ASA-
LE (2009) indica también que los clíticos son verdaderos pronombres re-
flexivos, incluso cuando no desempeñan funciones sintácticas (es decir,
también en los casos de los llamados verbos pronominales) y que los pro -
nombres tónicos del tipo de sí (mismo) actúan en la cláusula como refuer-
zos de la idea de reflexividad.
Una visión crítica ante esas posiciones es la que expresa Vera Luján
(1990). Según este autor, la consideración de que las formas reflexivas
átonas desempeñan las funciones de objeto directo o indirecto es errónea,
ya que el se, dada su condición de monema —en el sentido descrito en
Martinet (1985)—, no puede contraer funciones sintácticas de manera
autónoma, sino que funciona en el nivel de las relaciones morfemáticas.
También Arce-Arenales (1989) se muestra en desacuerdo con esas
posturas, pues en sus propuestas se se comporta siempre como un morfe-
ma verbal cuya función es la de señalar e incrementar el estado pasivo de
los argumentos directos. Este autor propone la existencia en español de
dos diferentes continuos: uno de agentividad y otro de pasividad, con lo
que evita la concepción de que ambas nociones semánticas se relacionen
necesariamente de manera inversa. En el caso específico de las oraciones

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 137


González Vergara LAS ORACIONES REFLEXIVAS CON 'SE' DEL ESPAÑOL

reflexivas, plantea que se señala que el sujeto posee al mismo tiempo un


alto grado de agentividad y un alto grado de pasividad.
Otra perspectiva crítica es la de Otero (1999), para quien se es sólo
una imagen inacentuada y redundante del verdadero pronombre reflexi-
vo: sí (mismo). En consecuencia, siguiendo este razonamiento, solamente
las estructuras que aceptaran el sintagma a sí (mismo) podrían ser califi-
cadas como reflexivas. Gómez Torrego (1992) no concuerda con esta vi-
sión, pues propone que oraciones como Juan se afeitó en la barbería o Pe-
dro se golpeó en la cabeza al salir del coche son igualmente reflexivas
aunque no puedan combinarse naturalmente con el refuerzo a sí (mismo).
Para una gran cantidad de los autores consultados, oraciones como las
de (4), conocidas comúnmente como recíprocas, no son diferentes en
esencia de las reflexivas, sino que constituyen una variedad de estas últi-
mas con sujeto plural y en las que, según Bello (1847), cada una de las
personas o cosas que conforman el sujeto ejerce una acción sobre la otra
u otras y la recibe a su vez de estas, expresándose este conjunto de accio-
nes por medio de un solo verbo.

(4) (a) Pedro y Juan se abrazaron.


(b) Pedro y Juan se entregaron sus regalos.

Posiciones similares se manifiestan en RAE (1931 y 1973), RAE y ASA-


LE (2009), Lenz (1935), Gili Gaya (1943), Roca-Pons (1960), Hernández
Alonso (1966), Seco (1972), de Molina Redondo (1974), Alcina y Blecua
(1975), Fernández Ramírez (1986) y Gómez Torrego (1992). Alarcos Llo-
rach (1970) es particularmente enfático al aseverar que los llamados “va -
lores recíprocos de se” señalan una distinción gramatical carente de sen-
tido, ya que el hecho de que el sujeto se refiera a dos o más entes entre
los que se establece una relación mutua es una pura cuestión de sustan-
cia que no incide en la forma del contenido. Sin embargo, Contreras
(1964), quien cita la cátedra de Ambrosio Rabanales, afirma que la reci-
procidad no es una forma de la reflexividad, ya que no se trata de una
misma acción que vuelve sobre el mismo sujeto, sino de dos o más accio-
nes simultáneas que parten de diversos sujetos y recaen sobre diversos
objetos, por lo que se definiría mejor como un tipo de oblicuidad múltiple.
Martín Zorraquino (1979) llama también la atención sobre lo superficial
de los estudios que se han realizado tradicionalmente sobre la reciproci-
dad y las formas pronominales del español que participan en ella y afirma

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 138


González Vergara LAS ORACIONES REFLEXIVAS CON 'SE' DEL ESPAÑOL

que, si bien la construcción pronominal es un medio de expresión de la


reciprocidad, este fenómeno es mucho más amplio y puede también mani-
festarse de diferentes maneras, como se observa en oraciones del tipo El
rojo y el negro combinan bien, cuyo sentido es asimismo recíproco. Carta-
gena (1972) comparte esta opinión.
Contreras (1964) destaca también la existencia de estructuras recípro-
cas con se de sujeto singular, en las que el otro participante de la acción
se expresa de manera secundaria en un sintagma preposicional encabeza-
do por con —como en Yo me escribo con Pedro, por ejemplo—. Para esta
autora, se trata de otra forma de expresión de la reciprocidad, en la que
se pone especial énfasis en sólo uno de los agentes del proceso. Similar
opinión se encuentra en Fernández Ramírez (1986) y Seco (1972), quien
la describe como una variante curiosa de la construcción pronominal que
obedece a la intención del hablante de presentar como tema a uno solo de
los participantes.
Para concluir esta breve revisión de las oraciones de significado refle-
xivo y su relación con se, quiero destacar una de las observaciones de
Lenz (1935, §152). Dice este estudioso que, si bien la acción refleja puede
expresarse como simplemente un caso particular del complemento de la
acción (Yo te lavo / Yo me lavo), también puede considerarse esta como un
fenómeno distinto de la acción transitiva propiamente tal, en cuyo caso se
designa por medio de un verbo diferente; así, por ejemplo aparecer sería
un reflejo de mostrar. Esta propuesta parece extremadamente ilumina-
dora, puesto que relaciona la reflexividad con el fenómeno de la alternan-
cia causativo-incoativa que en español también hace uso de se, cuestión
que, como planteo en González Vergara (2013), puede también explicarse
desde la perspectiva de la Gramática del Papel y la Referencia.

3. LA PROPUESTA. De la misma manera en que las proposiciones introduci-


das en la sección 1 permiten explicar la presencia de se en las oraciones
no reflexivas del español, mi propuesta es que estas reglas nos permiten
aproximarnos a los diferentes tipos de oraciones que manifiestan este
morfema y cuya interpretación es refleja.
Básicamente, postulo que los distintos tipos de oraciones reflexivas
con se también encuentran su fundamento en el fenómeno léxico que dis-
minuye la importancia de los argumentos de mayor jerarquía y macropa-
pel Actor de la estructura lógica. Sigo aquí principalmente los postulados

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 139


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de Van Valin y LaPolla (1997) y el modelo de análisis para las construccio-


nes reflexivas del italiano propuesto en Bentley (2004).
Mi análisis de las características de las oraciones reflexivas españolas
tiene el propósito de ser una primera aproximación al tratamiento de este
tipo de estructuras en el modelo de la Gramática del Papel y la Referen-
cia. Estoy consciente de que el fenómeno de la reflexividad es altamente
complejo y de que en esta exposición no alcanzaré a cubrir o siquiera insi-
nuar gran parte de los detalles vinculados con ella. Sin embargo, dado
que considero que la presencia del morfema se en estas construcciones
es una manifestación de que la estructura lógica ha sufrido el mismo fe-
nómeno léxico que el planteado para las construcciones no reflexivas con
se, pienso que las propuestas de este artículo pueden resultar útiles para
configurar una imagen unitaria de la función de este morfema en español.
Para cada tipo oracional que se distingue en las páginas siguientes,
procedo con el siguiente orden de exposición: (a) presentación de un
ejemplo característico, (b) exposición de sus propiedades más destacadas,
(c) análisis de la influencia del fenómeno léxico en la oración y (d) presen -
tación del diagrama que muestra el enlace entre estructura lógica y sinta-
xis.

4. LAS ORACIONES REFLEXIVAS. Oraciones del tipo de las presentadas en (5)


generan una interpretación variable entre la lectura incoativa ('algo le su-
cedió a x') y la reflexiva ('x hizo algo que afectó a x'). Es por esto que con-
sidero que forman parte de la construcción reflexivo-incoativa, cuyas ca-
racterísticas describo en González Vergara (2006):

(5) (a) Pedro se quemó.


[do' (Øi, Ø)] CAUSE [BECOME burnt' (Pedroi)]
(b) Juan se encerró.
[do' (Øi, Ø)] CAUSE [BECOME locked' (Juani)]
(c) María se disparó.
[do' (Øi, Ø)] CAUSE [BECOME shooted' (Maríai)]

Según Van Valin y LaPolla (1997), el sentido reflexivo de estas oracio-


nes procede de la siguiente inferencia: durante el enlace, el argumento
Undergoer es seleccionado como PSA de la cláusula, pero dado que posee
los rasgos [+ANIMADO] y [+HUMANO] (característicos de los actores) y que el
verbo se encuentra en voz activa, se genera una paradoja entre la tenden-
cia a interpretar el PSA como efectuador del estado de cosas y la inclina-

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 140


González Vergara LAS ORACIONES REFLEXIVAS CON 'SE' DEL ESPAÑOL

ción a verlo como el afectado por ellas; esta paradoja se resuelve con una
lectura en la que el PSA es actor y padecedor a la vez, lo que genera la in -
terpretación reflexiva. La presencia de una estructura informativa de foco
predicativo favorece también este tipo de interpretación, ya que en ella el
primer constituyente de la cláusula es presentado como la información
dada ('aquello de lo que se habla') y el resto como información nueva. Al
relacionar esto con la morfología activa del verbo, se obtiene la interpre-
tación defectiva de que el primer constituyente es el instigador del estado
de cosas descrito en él.
¿Cómo se explica la posible lectura incoativa de las expresiones de
(5)? Los autores citados proponen que, debido a la existencia en español
de un tipo de oración como Pedro se quemó a sí mismo (cf. ejemplo (5a))
en la que el sentido incoativo se encuentra proscrito por la adición del SP
a sí mismo, que señala intencionalidad, las oraciones reflexivas que no
presentan este complemento se presentan por contraste como neutrales
en términos de agentividad. Esto hace posible la interpretación incoativa
de estas estructuras, en la que el estado de cosas puede ser visto como
un suceso accidental, significado que no parece posible en las oraciones
reflexivas con el SP a sí mismo, que podemos designar como reflexivas
enfáticas. Este contraste se observa en los ejemplos de (6):

(6) (a) Pedro se quemó a sí mismo.


(b) Pedro se quemó accidentalmente.
(c) *Pedro se quemó accidentalmente a sí mismo.

El significado incoativo se ve favorecido también si la oración presenta


una estructura informativa de foco oracional, como se aprecia en la agra-
maticalidad del refuerzo a sí mismo en (7). La estructura informativa es
aquí relevante, pues al no presentar la cláusula un constituyente en posi-
ción de tópico, se genera la inferencia de que no hay un instigador del es-
tado de cosas descrito en el verbo, por lo que la interpretación privilegia -
da es la de 'algo le pasó a Pedro' más que 'Pedro hizo algo'. La diferencia
del aporte de ambas estructuras informativas puede apreciarse en la Fi-
gura 1.

(7) Se quemó Pedro (*a sí mismo).

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 141


González Vergara LAS ORACIONES REFLEXIVAS CON 'SE' DEL ESPAÑOL

Figura 1: “Pedro se quemó” (a sí mismo) y “Se quemó Pedro” (*a sí mismo).

Las oraciones de este tipo que se construyen con verbos como apuña-
lar o maquillar generan siempre una lectura reflexiva, incluso cuando no
presentan el complemento a sí mismo, como se puede ver en (8). Esto se
explica porque los estados de cosas descritos por estos predicados no
pueden ser realizados de manera accidental y, por lo tanto, implican nece-
sariamente intencionalidad. Esta condición se señala en sus estructuras
lógicas por medio de la adición del operador DO en el predicado de activi-
dad.

(8) (a) Pedro se apuñaló.


[DO (Øi, [do' (Øi, Ø)]] CAUSE [INGR stabbed' (Pedroi)]
(b) María se maquilló.
[DO (Øi, [do' (Øi, Ø)]] CAUSE [INGR maked-up' (Maríai)]

Propongo que el verbo suicidarse entra también en esta categoría de


predicados plenamente agentivos, ya que el estado de cosas señalado por
este verbo no puede ser juzgado como un suceso accidental, como se ob-

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 142


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serva en (9). Esto puede explicar por qué resulta extraña, aunque no com-
pletamente agramatical, una oración como la de (9b). Dado que el verbo
suicidarse3 lleva ya implícita la condición de intencional, resulta redun-
dante añadir el complemento que destaca esta misma propiedad. Este
puede ser un ejemplo de una oración gramatical, pero que resulta inacep-
table en la práctica, comparable a ?Pedro asesinó a Juan intencionalmen-
te.

(9) (a) *Pedro se suicidó accidentalmente.


(b) ?Pedro se suicidó a sí mismo.
(c) Pedro se suicidó.
[DO (Øi, [do' (Øi, Ø)]] CAUSE [INGR dead' (Pedroi)]

Las oraciones que presentan verbos como apuñalarse, maquillarse o


suicidarse, que implican necesariamente una condición agentiva y no ge-
neran una lectura incoativa, pueden considerarse, en consecuencia, como
plenamente reflexivas.
Como se puede ver en los ejemplos presentados, las estructuras lógi-
cas de las oraciones reflexivas y reflexivo-incoativas presentan inespecifi-
cado el argumento de mayor jerarquía (AMJ), correspondiente al primer
argumento del predicado de actividad que describe el estado de cosas
causante. Esto desencadena la aparición del morfema se en el nodo ICO
(índice de concordancia (Belloro 2004, 2012)). El argumento de menor je-
rarquía recibe el macropapel de Undergoer y se selecciona como PSA de
la cláusula, manifestándose como argumento central directo con caso no-
minativo y en el morfema de persona verbal. El morfema se varía su for-
ma en concordancia con los rasgos del PSA, lo que se señala en la estruc-
tura lógica por medio de la coindización del argumento Undergoer y el ar-
gumento de mayor jerarquía inespecificado. Las propiedades de este enla-
ce con relación a la oración Pedro se suicidó de (9c) pueden apreciarse en
en la Figura 2, en la que también se señala la estructura informativa de
foco predicativo, que favorece la interpretación reflexiva.

3 Por supuesto, suicidarse (a diferencia de maquillarse o apuñalarse) no tiene una variante


causativa. Lo que quiero destacar en este punto es que este predicado tampoco puede ge -
nerar una lectura incoativa, debido a su condición de plenamente agentivo y, en conse-
cuencia, es dudosa (por redundante) la construcción con el refuerzo a sí mismo. Agradezco
al evaluador anónimo haberme señalado este punto.

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Figura 2: “Pedro se suicidó”.

5. LAS ORACIONES REFLEXIVAS ENFÁTICAS. Denomino aquí oraciones reflexivas


enfáticas a aquellas que presentan como complemento reflexivo el sintag-
ma preposicional a sí, que aparece comúnmente acompañado del pronom-
bre intensificador mismo. Este tipo de oraciones genera una interpreta-
ción necesariamente reflexiva, lo que se explica porque la presencia del
SP otorga a la estructura un carácter intencional, en contraste con las
oraciones reflexivo-incoativas, que —como hemos visto— no presentan
este refuerzo y son neutrales con respecto a la intencionalidad (Van Valin
y LaPolla 1997).
La propiedad 'intencional' otorga carácter agentivo al predicado de las
oraciones reflexivas enfáticas, el que se describe en la estructura lógica
con la adición del operador DO. ¿Cómo se manifiesta, sin embargo, el SP
a sí mismo en la representación semántica? Dado que su presencia tiene
relación con la noción de intencionalidad, propongo que forma parte de
una estructura de propósito como las presentadas en Jolly (1991, 1993) a
propósito de la preposición inglesa for.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 144


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Según Jolly, una oración con significado de propósito describe un esta-


do de cosas que se realiza con el fin de llevar a cabo otro estado de cosas.
Así, por ejemplo, la estructura lógica de una oración como Pedro dio un
regalo a María posee dos secciones: la primera de ellas establece el deseo
de obtener un estado de cosas —el deseo de que María tenga un regalo,
en este caso— y corresponde, por lo tanto, a un predicado de estado; la
segunda parte describe la acción realizada para llevar a cabo este deseo
—entregar un regalo a María— y corresponde, por consiguiente, a una re-
alización causativa. Ambas secciones se enlazan por medio del operador
“⋀”, que señala unión simple no causal. Esta oración y su estructura lógi -
ca se presentan en (10):

(10) Pedro dio un regalo a María.


[want' (Pedro, [have' (María, regalo)])] ⋀
[DO (Pedro, [do' (Pedro, Ø)]] CAUSE [BECOME have' (María, regalo)]

Van Valin y LaPolla (1997) proponen una estructura lógica abreviada


de la anterior, en la que el significado de 'deseo' señalado por el primer
estado de cosas se presenta unido al estado de cosas que describe el su -
ceso por medio del operador PURP, que indica justamente 'propósito'.
Dado que el propósito entraña intencionalidad, la estructura lógica no
presenta en esta ocasión el operador DO, cuya inclusión resultaría redun-
dante. Esta estructura puede apreciarse en (11):

(11) Pedro dio un regalo a María.


[[do' (Pedro, Ø)] CAUSE [BECOME have' (María, regalo)]] PURP [have' (María, regalo)]

En el enlace de esta estructura lógica con la sintaxis, el argumento de


mayor jerarquía (Pedro) recibe el macropapel de Actor, se selecciona
como PSA y se materializa como argumento central directo en caso nomi-
nativo y en el morfema personal del verbo. Al argumento de menor je-
rarquía (regalo) se le asigna el macropapel de Undergoer y se materializa
como argumento central directo en caso acusativo. Finalmente, el argu-
mento (María) no recibe macropapel y se le asigna la preposición a, que
es en español el marcador defectivo para los argumentos centrales sin
macropapel (Belloro 2004), materializándose en un argumento central di-
recto con caso dativo. Es importante destacar que los argumentos regalo
y María que se manifiestan en la sintaxis corresponden a los presentes en
el estado de cosas resultante y no a los del predicado de propósito. Se
considera que estos últimos forman parte de la estructura lógica de una

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 145


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preposición predicativa del tipo de para y, por lo tanto, no participan en la


asignación de macrorroles del predicado verbal. Es importante destacar
que, dado que desde el punto de vista informativo estos argumentos no
resultan relevantes, no se materializan en un constituyente sintáctico
distinto, cuestión que sí ocurre, por ejemplo, en un caso en el que el argu -
mento verbal sin macropapel y el argumento de menor jerarquía del pre-
dicado de propósito no correferente con un argumento verbal son diferen-
tes (Juan y María en el ejemplo (12a)), o bien en un ejemplo en el que se
quiera enfatizar que el destinatario del objeto es la misma persona a la
que se le entrega, como se aprecia en (12b). En estos casos, el argumento
en cuestión se materializa como argumento-adjunto central, el que apare-
ce además destacado de manera contrastiva como el foco real de la cláu-
sula (lo que se señala en los ejemplos con el uso de versalita). Es intere-
sante observar que en el ejemplo de (12b) el pronombre que aparece en
el SP también se expresa comúnmente intensificado por mismo.

(12) (a) Pedro dio un regalo a María PARA JUAN.


[[do' (Pedro, Ø)] CAUSE [BECOME have' (María, regalo)]]
PURP [have' (Juan, regalo)]
(b) Pedro dio un regalo a María PARA ELLA MISMA.
[[do' (Pedro, Ø)] CAUSE [BECOME have' (Maríai, regalo)]]
PURP [have' ([3, sg, f]i, regalo)]

Propongo que una oración reflexiva enfática como Pedro se quemó a sí


mismo presenta en esencia el mismo tipo de estructura lógica que el de
las oraciones de propósito recién descritas, dado que la diferencia entre
ellas y las reflexivo-incoativas se basa justamente en la noción de inten-
cionalidad. De esta manera, postulo que este tipo de oraciones posee dos
partes: la primera señala el deseo de que se produzca un estado de cosas
('que Pedro esté quemado', por ejemplo), y la segunda refiere la actividad
llevada a cabo para obtener ese estado de cosas ('Pedro hace algo que
provoca que Pedro se queme', en este caso). Estos estados de cosas co-
rresponden a un estado y una realización causativa, respectivamente,
como se observa en el ejemplo (13):

(13) Pedro se quemó a sí mismo.


[want' (Pedroi, [be' (Pedroi, [burnt'])] ⋀
[DO (Pedroi, [do' (Pedroi, Ø)] CAUSE [BECOME burnt' (Pedroi)]

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 146


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La versión abreviada de esta estructura lógica, que introduce el predi -


cado de propósito por medio del operador PURP se puede ver en (14). En
ella presento también la aplicación de la regla léxica de inespecificación
del argumento de mayor jerarquía, que afecta al primer argumento del
predicado que describe el estado de cosas causante.

(14) Pedro se quemó a sí mismo.


[[do' (Øi, Ø)] CAUSE [BECOME burnt' (Pedroi)]] PURP [be' ([3, sg, m]i / ACV, [burnt'])]

Como se puede apreciar en la estructura lógica del ejemplo anterior, el


argumento de mayor jerarquía, correspondiente al primer argumento del
predicado de actividad, ha sido inespecificado. Esto desencadena la apari-
ción del morfema se en el nodo ICO, de condición variable en concordan-
cia con los rasgos del PSA. El argumento de menor jerarquía (Pedro, el
argumento único del predicado que describe el estado resultante) recibe
el macropapel de Undergoer, se selecciona como PSA y se materializa
como argumento central directo en caso nominativo y en el morfema per-
sonal del verbo. Hasta aquí, el enlace es idéntico al planteado para las
oraciones reflexivo-incoativas (cf. ejemplo (5a)) y el resultado sería la ora-
ción Pedro se quemó. Sin embargo, dado que en esta ocasión se intenta
manifestar que el estado de cosas ha sido producido de manera intencio-
nal, la estructura lógica presenta una sección que señala 'propósito'. El
primer argumento que aparece en ella, correferente con el argumento
inespecificado y con el padecedor, se encuentra representado por un con-
junto de rasgos debido a su condición de activo en el discurso (señalado
por la etiqueta “ACV” en subíndice), ya que ha sido recién mencionado.
Como se considera que su mención es pertinente para señalar el carácter
intencional de la oración, este argumento del predicado de propósito (que
no recibe macropapel por no tratarse de un argumento del verbo propia-
mente tal) se materializa como parte de un SP central de argumento-
adjunto encabezado por la preposición a. Dado el carácter enfático del SP,
propongo que estas oraciones tienen una estructura informativa de foco
estrecho, cuyo dominio focal real está localizado justamente en el SP a sí
mismo, que indica la plena agentividad de la oración. Los detalles del en-
lace propuesto pueden observarse en la Figura 3:

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 147


González Vergara LAS ORACIONES REFLEXIVAS CON 'SE' DEL ESPAÑOL

Figura 3: “Pedro se quemó a sí (mismo)”.

6. LAS ORACIONES REFLEXIVAS BENEFACTIVAS. Las oraciones benefactivas poseen


tres argumentos. En el ejemplo que se presenta en (15), estos correspon-
den a Pedro (quien efectúa el estado de cosas), casa (el ente que se ve
afectado por el estado de cosas) y María (el participante que se ve benefi-
ciado por el estado de cosas por la recepción del ente afectado). En sus
estructuras lógicas, este tipo de oraciones presenta dos segmentos: el pri-
mero de ellos —por medio de una estructura causativa— describe el even-
to efectuado, mientras que el segundo —introducido por el operador
PURP— introduce el estado resultante deseado.

(15) Pedro compró una casa a María.


[[do' (Pedro, Ø)] CAUSE [BECOME have' (María, casa)]] PURP [have' (María, casa)]

La estructura lógica del ejemplo puede parafrasearse como 'Pedro


hace algo que causa que María obtenga una casa con el propósito de que
María tenga una casa'. Cuando la oración benefactiva tiene como efectua-
dor y beneficiario al mismo participante, nos encontramos ante una ora-

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 148


González Vergara LAS ORACIONES REFLEXIVAS CON 'SE' DEL ESPAÑOL

ción reflexiva benefactiva. Este tipo de oraciones recibiría, entonces, una


paráfrasis como 'Pedroi hace algo que causa que Pedroi obtenga una casa
con el propósito de que Pedroi tenga una casa', lo que se manifiesta en
una estructura lógica como la de (16):

(16) [[do' (Pedroi, Ø)] CAUSE [BECOME have' (Pedroi, casa)]] PURP [have' (Pedroi, casa)]

La representación semántica, sin embargo, daría origen a una oración


como Pedro compró una casa para sí mismo. Para obtener una reflexiva
benefactiva en la que se manifieste el morfema se, la estructura lógica
debe sufrir la aplicación de la regla de inespecificación del argumento de
mayor jerarquía, como se observa en (17):

(17) Pedro se compró una casa.


[[do' (Øi, Ø)] CAUSE [BECOME have' (Pedroi, casa)]] PURP [have' (Pedroi, casa)]

La inespecificación del argumento de mayor jerarquía (el primer argu-


mento del predicado de actividad, que describe el estado de cosas cau-
sante) desencadena la aparición del morfema se en el nodo ICO. El argu-
mento de menor jerarquía del predicado de estado (el segundo argumen-
to del predicado que describe el estado de cosas resultante) recibe el ma-
cropapel de Undergoer y se materializa como argumento central directo
en caso acusativo. En esta ocasión, sin embargo, a diferencia de todos los
ejemplos que hemos revisado hasta el momento, la estructura lógica que
ha sufrido la aplicación de la regla léxica sigue presentando un argumen -
to que puede asumir el macropapel de Actor: el primer argumento del
predicado de estado have' (Pedro). A este argumento, por lo tanto, se le
asigna el macropapel de Actor y es seleccionado como PSA, materializán-
dose como argumento central directo en nominativo y en el morfema per-
sonal del verbo. En la Figura 4 presento el enlace propuesto para este
tipo de oraciones:

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 149


González Vergara LAS ORACIONES REFLEXIVAS CON 'SE' DEL ESPAÑOL

Figura 4: “Pedro se compró una casa”.

Los argumentos introducidos por el predicado del segmento de pro-


pósito, por su parte, sólo se materializan sintácticamente si resultan rele-
vantes desde el punto de vista informativo; por ejemplo, ante una pregun-
ta como ¿Se compró Pedro una casa para regalársela a su hijo?, que po-
dría originar una respuesta del tipo de la de (18), que presenta un SP de
argumento-adjunto a manera de contraste. Esta oración, dada su natura-
leza enfática, presentaría una estructura informativa de foco estrecho con
domino de foco real sobre el SP a sí mismo.

(18) Pedro se compró una casa A SÍ MISMO.


[[do' (Øi, Ø)] CAUSE [BECOME have' (Pedroi, casa)]]
PURP [have' ([3, sg, m]i / ACV, casa)]

7. LAS ORACIONES REFLEXIVAS POSESIVAS. En la Gramática del Papel y la Refe-


rencia (Van Valin y LaPolla 1997), la relación de posesión se expresa por
medio de un predicado de estado simple. Así, por ejemplo, una oración
como Pedro tiene la camiseta se representa como: have' (Pedro, camise-

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 150


González Vergara LAS ORACIONES REFLEXIVAS CON 'SE' DEL ESPAÑOL

ta). Si el deseo del hablante es el de señalar esta relación por medio de


un sintagma nominal en vez de una cláusula, el resultado sería la camise-
ta de Pedro. Para diferenciar las estructuras lógicas de las expresiones de
posesión verbales de las nominales, se propone que estas últimas presen-
ten subrayado el argumento que funciona como núcleo de la estructura.
Así, la estructura semántica del ejemplo recién presentado sería: have'
(Pedro, camiseta).
En una oración como Pedro lavó su camiseta podemos observar que se
expresan dos estados de cosas: (i) la posesión de una camiseta por parte
de Pedro y (ii) el lavado de la camiseta por parte de Pedro. En conse-
cuencia, la estructura lógica de esta oración debe presentar tanto un pre-
dicado que represente la actividad de 'Pedro lava la camiseta' como uno
que manifieste el estado de 'la camiseta pertenece a Pedro'. Esto se logra
con una estructura como la de (19):

(19) Pedro lavó su camiseta.


[do' (Pedro, Ø)] CAUSE [BECOME washed' (have' (Pedro, camiseta))]

Este estado de cosas también puede manifestarse en la forma de una


oración reflexiva posesiva, como la que se presenta (20). Para ella, propo-
nemos que su estructura lógica ha sufrido la aplicación de la regla de
inespecificación del argumento de mayor jerarquía.

(20) Pedro se lavó la camiseta.


[do' (Øi, Ø)] CAUSE [BECOME washed' (have' (Pedroi, camiseta))]

En su enlace, la inespecificación del argumento de mayor jerarquía de-


sencadena la aparición del morfema se en el nodo ICO. El argumento de
menor jerarquía, que corresponde al argumento camiseta (el argumento
presentado como núcleo del predicado de posesión), recibe el macropapel
de Undergoer y se materializa como argumento central directo en caso
acusativo. En esta ocasión, de manera similar a lo planteado para las ora-
ciones reflexivas benefactivas, la estructura lógica que ha sufrido la apli-
cación de la regla léxica sí presenta un argumento al que se puede asig-
nar el macropapel de Actor: Pedro, el primer argumento del predicado de
estado have'. Este argumento Actor se selecciona como PSA y se materia-
liza como argumento central directo en nominativo y en el morfema de
persona del verbo, como puede apreciarse en el enlace de la Figura 5:

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 151


González Vergara LAS ORACIONES REFLEXIVAS CON 'SE' DEL ESPAÑOL

Figura 5: “Pedro se lavó la camiseta”.

Estrictamente hablando, este tipo de expresiones no solamente ofrece


un significado reflexivo, sino que su sentido puede ser también reflexivo-
incoativo, como se puede observar en los ejemplos de (21). En conse-
cuencia, su designación más apropiada sería la de “oraciones reflexivo-
incoativas posesivas”. De manera similar a lo planteado en la sección 4,
una estructura informativa de foco predicativo (21a) favorece la interpre-
tación reflexiva al señalar el constituyente Pedro como tópico, mientras
que una estructura informativa de foco oracional (21b) genera preferen-
temente una interpretación incoativa.

(21) (a) [Pedro [se quemó la camiseta]AFD]PFD4.


(b) [[Se quemó la camiseta Pedro]AFD]PFD.

4 AFD = dominio real de foco (actual focus domain); PFD = dominio potencial de foco (po-
tential focus domain).

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 152


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Finalmente, las oraciones reflexivo-posesivas pueden también hacer


referencia a relaciones de posesión inalienable, como se observa en (22).
La única diferencia con los ejemplos anteriores se presenta aquí en el tipo
de predicado de posesión, representado como have.as.part'.

(22) Pedro se lavó los dientes.


[do' (Øi, Ø)] CAUSE [BECOME washed' (have.as.part' (Pedroi, dientes))]

8. LAS ORACIONES REFLEXIVAS RECÍPROCAS. Se denominan aquí oraciones recí-


procas aquellas en las que un argumento a participa en un estado de co-
sas en el que se afecta a un argumento b y, al mismo tiempo, se describe
que el argumento b participa en un estado de cosas en el que se afecta al
argumento a; en otras palabras, siguiendo el planteamiento de Contreras
(1964, 101-102), se representa un estado de cosas de oblicuidad múltiple.
Su manifestación más simple, quizás, es la que se observa en una oración
que presenta dos cláusulas coordinadas por medio de una conjunción co-
pulativa, como la que se ofrece en (23):

(23) Pedro golpeó a Juan y Juan golpeó a Pedro.


[[do' (Pedroi, Ø)] CAUSE [BECOME hit' (Juanj)]] ⋀ [[do' (Juanj, Ø)] CAUSE [BECOME hit'
(Pedroi)]]

En la oración podemos observar dos cláusulas equivalentes en una re-


lación de coordinación. La estructura lógica de cada una de ellas describe
una actividad causativa en la que un argumento de mayor jerarquía a gol-
pea a un argumento de menor jerarquía b, con la indicación de que el ar-
gumento a de la primera cláusula (Pedro) corresponde al argumento b de
la segunda y, viceversa, el argumento b de la primera cláusula (Juan) es el
argumento a de la segunda, lo que se señala por medio de los índices si-
tuados junto a cada argumento. En el proceso de enlace, cada argumento
de mayor jerarquía recibe el macropapel de Actor y es seleccionado como
PSA de su correspondiente cláusula, materializándose ambos como argu-
mento central directo en nominativo y en el morfema personal de su ver-
bo respectivo; mientras que a los argumentos de menor jerarquía de cada
cláusula, por su parte, se les asigna el macropapel de Undergoer y se ma-
terializan como argumentos centrales directos en acusativo.
El estado de cosas así descrito puede también manifestarse en una
oración recíproca que presente el morfema se, como se observa en (24):

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 153


González Vergara LAS ORACIONES REFLEXIVAS CON 'SE' DEL ESPAÑOL

(24) Pedro y Juan se golpearon.

En esta oración, los argumentos Pedro y Juan se presentan coordinados


en un solo sintagma nominal, mientras que el morfema personal del verbo
aparece en tercera persona plural, en concordancia con la condición del
sintagma.
Propongo que este tipo de oraciones tiene una estructura lógica que
ha sufrido la aplicación de la regla léxica de inespecificación del argu-
mento de mayor jerarquía y que, por lo tanto, presenta inespecificados los
primeros argumentos de los predicados de actividad de las estructuras
correspondientes a cada cláusula. Este proceso desencadena la presencia
del morfema se en el nodo ICO. Los argumentos inespecificados mantie-
nen la coindización con el argumento de menor jerarquía de la cláusula
opuesta, lo que inhabilita que se genere una oración como Se pegó a Juan
y se pegó a Pedro. Esta representación semántica tampoco se enlaza con
una oración como Pedro se pegó y Juan se pegó, cuya estructura lógica
debería presentar coindizados el argumento inespecificado y el de menor
jerarquía de cada cláusula por separado. La única interpretación posible
es, entonces, la recíproca. A continuación se reproduce la oración de (24)
con su estructura lógica:

(24) Pedro y Juan se golpearon.


[[do' (Øi, Ø)] CAUSE [BECOME hit' (Juanj)]] ⋀ [[do' (Øj, Ø)] CAUSE [BECOME hit'
(Pedroi)]]

En el enlace, los argumentos de mayor jerarquía inespecificados se to-


man conjuntamente y desencadenan la aparición del morfema se plural5.
Por su parte, los argumentos de menor jerarquía se consideran también
en conjunto, por lo que se les asigna el macropapel de Undergoer y se les
selecciona como PSA de la oración. De esta manera, se materializan en
un sintagma nominal coordinado argumental central directo en caso no-
minativo y en el morfema personal plural del verbo. Este enlace se pre-
senta en la Figura 6:

5 Dada la condición invariable del morfema se, esta condición se observa con mayor claridad
en una oración en la que el sintagma nominal no sea de tercera persona plural, como por
ejemplo en Tú y yo nos golpeamos.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 154


González Vergara LAS ORACIONES REFLEXIVAS CON 'SE' DEL ESPAÑOL

Figura 6: “Pedro y Juan se golpearon”.

Finalmente, propongo que esta misma estructura lógica también pue-


de originar una oración en la que solamente uno de los participantes se
considera como PSA, mientras que el segundo se manifiesta como un
efectuador secundario y se presenta en la sintaxis introducido por la pre-
posición con, debido a esta propiedad. Esto se observa en el ejemplo (25):

(25) Pedro se golpeó con Juan.


[[do' (Øi, Ø)] CAUSE [BECOME hit' (Juanj)]] ⋀ [[do' (Øj, Ø)] CAUSE [BECOME hit'
(Pedroi)]]

En su enlace, el primer argumento de mayor jerarquía inespecificado


desencadena la presencia del morfema se en el nodo ICO. El argumento
de menor jerarquía de la segunda parte de la estructura lógica (Pedro),
por su parte, recibe el macropapel de Undergoer y se selecciona como
PSA oracional, materializándose como argumento central directo en no-
minativo y en el morfema personal del verbo. Al argumento de menor je-
rarquía de la primera parte de la estructura lógica (Juan), por otro lado,

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 155


González Vergara LAS ORACIONES REFLEXIVAS CON 'SE' DEL ESPAÑOL

no se le asigna macropapel y, en consecuencia, toma la preposición con


(debido a su condición de argumento de igual jerarquía que Pedro pero
que no es seleccionado para asumir la función de PSA 6) y se materializa
como SP periférico. El enlace de esta oración se puede observar en la Fi-
gura 7:

Figura 7: “Pedro se golpeó con Juan”.

9. CONCLUSIÓN. Mi propuesta es que los diferentes tipos de oraciones refle-


xivas que se construyen con se muestran este morfema como materializa-
ción del fenómeno léxico de inespecificación del argumento de mayor je-
rarquía de la estructura lógica, de la misma manera que todas las restan-
tes construcciones con se del español, como se argumenta en González

6 Esto se puede explicar si consideramos el siguiente principio introducido por Van Valin y
LaPolla (1997, 381) con respecto a la asignación de la preposición with, adaptado para el
caso del español (traducción mía): “Dados dos argumentos x e y en una estructura lógica
—siendo x de menor o igual jerarquía que y— y un papel gramatical específico (macrorrol,
núcleo de SN), asígnese con al argumento y si y sólo si este no se selecciona para tal pa-
pel”. Este es justamente el caso de la estructura lógica presentada en (25).

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 156


González Vergara LAS ORACIONES REFLEXIVAS CON 'SE' DEL ESPAÑOL

Vergara (2006a, 2009). Si esta es proposición es correcta, constituiría una


prueba de la estrecha relación semántica que une las oraciones reflexivas
con las no reflexivas con se, cuyas diferencias de interpretación pueden
explicarse por la relación entre las estructuras lógicas y aspectos como el
Aktionsart de los predicados y la interacción con sus respectivas estructu-
ras informativas, lo que puede describirse en términos de esquemas cons-
truccionales. Esta perspectiva permitiría explicar por qué expresiones
que dan origen a interpretaciones tan diferentes como las reseñadas en
nuestro trabajo se construyen con el mismo morfema, contribuyendo de
esta forma a una configuración más unitaria de este tipo de estructuras
en español.

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Carlos González Vergara


Pontificia Universidad Católica de Chile
cgonzalv@uc.cl
Trabajo recibido el 29 de marzo de 2014 y aprobado el 15 de mayo de 2014.

Signo y Seña 25 Dossier La interfaz sintaxis-pragmática 158


Dela Silva y Teixeira SUJEITOS E SENTIDOS EM PROPAGANDAS MULTINACIONAIS

“ABRINDO A FELICIDADE”:

SOBRE SUJEITOS E SENTIDOS EM PROPAGANDAS MULTINACIONAIS

Silmara Dela Silva


Karoline da Cunha Teixeira

RESUMEN. En este artículo hemos reunido algunas de las reflexiones que surgieron con la inves-
tigación científica “Subjetividad en los medios: las posiciones sujeto brasileño y español en
propagandas multinacionales”, que consiste en analizar discursivamente anuncios multinacio-
nales, con un enfoque en los procesos de producción de sentidos, que en ellas se constituyen
para sujetos a quienes se destinan, en los distintos países donde circulan. De manera más es -
pecífica, analizamos, a la luz del análisis del discurso, las posiciones sujeto brasileño y español,
que se constituyen en la campaña publicitaria conmemorativa de los 125 años de Coca-Cola;
que fue ampliamente difundida en los medios de comunicación durante el año 2011. Teniendo
en cuenta que esas propagandas son dirigidas a distintos sujetos nacionales y adaptadas en
distintas lenguas, pensamos su funcionamiento, cuestionando el modo como estas se constitu-
yen en la posición sujeto consumidor y los sentidos que son reafirmados y/o modificados para
esos sujetos nacionales.
Palabras clave: análisis del discurso, sujeto, posición sujeto, medios de comunicación, pro-
paganda.

ABSTRACT. This article aims at presenting some of the results from the research “Subjectivities
in the media: the subject positions in Brazilian and Spanish multinational advertising”, which
analyzes discursively multinationals advertisements, focusing on the processes of meanings
production for the subjects to whom addressed in different countries where they circulate.
Specifically, we analyze, from the perspective of theoretical and methodological French Dis-
course Analysis, the positions subject to the Brazilian and Spanish at the advertising campaign
commemorating the 125th anniversary of Coca-Cola, which was widely circulated in the media
during the year 2011. Considering that such advertisements are directed to different national
subjects and adapted in different languages, we aim at understanding their discoursive
process, how in them is the position of subject consumer and which meanings are reaffirmed
or not to these national subjects.
Keywords: discourse analysis, subject, position subject, media, advertisements.

RESUMO. Neste artigo reunimos algumas das reflexões decorrentes da pesquisa “Subjetividades
na mídia: as posições sujeito brasileiro e espanhol em propagandas multinacionais, que tem
como proposta analisar discursivamente propagandas multinacionais”, com foco nos processos
de produção de sentidos que nelas se constituem para os sujeitos a quem se dirigem, nos dife -
rentes países onde circulam. De modo mais específico, analisamos, à luz da análise de discur-
so, as posições sujeito para o brasileiro e o espanhol que se constituem na campanha publicitá -

Signo y Seña, número 25, junio de 2014, pp. 159-179


Facultad de Filosofía y Letras (UBA)
http://revistas.filo.uba.ar/index.php/sys/index
ISSN 2314-2189

Signo y Seña 25 159


Dela Silva y Teixeira SUJEITOS E SENTIDOS EM PROPAGANDAS MULTINACIONAIS

ria comemorativa dos 125 anos da marca Coca-Cola, que teve ampla circulação na mídia du -
rante o ano de 2011. Tendo em vista que tais propagandas são dirigidas a diferentes sujeitos
nacionais e adaptadas em línguas distintas, pensamos o seu funcionamento, questionando o
modo como nelas se constitui a posição sujeito consumidor e os sentidos que são reafirmados
e/ou deslocados para esses sujeitos nacionais.
Palavras-chave: análise de discurso, sujeito, posição sujeito, mídia, propaganda.

I'm free to be whatever I


Whatever I choose
And I'll sing the blues if I want
(Oasis)1

Os versos que trazemos como epígrafe para este artigo, extraídos da can-
ção “Whatever”, lançada na década de 1990 pela banda inglesa Oasis, são
bastante interessantes para pensarmos a condição do sujeito na atuali-
dade: um sujeito que se crê na origem de si e de suas vontades, capaz de
tudo dizer e livre para fazer as suas escolhas. A forma pronominal “eu”
(I), repetida cinco vezes nos três versos iniciais da música, bem como al-
guns dos termos que a acompanham, como os verbos “escolher” (choose)
e “querer” (want), por exemplo, são marcas dessa imaginária autonomia
atribuída ao sujeito em nosso contexto sócio-histórico, um sujeito inte-
gralmente responsável (e responsabilizado) por suas ações.
Destacamos esses versos porque são eles que embalam as duas propa-
gandas em vídeo que integram a campanha “Razões para acreditar: Os
bons são a maioria - 125 anos abrindo a felicidade”, da multinacional
Coca-Cola, que aqui tomamos como corpus para análise discursiva. Neste
artigo, apresentamos, assim, algumas das reflexões que desenvolvemos
no âmbito da pesquisa “Subjetividades na mídia: as posições sujeito brasi-
leiro e espanhol em propagandas multinacionais” 2, que tem como propos-
ta geral a análise discursiva de propagandas multinacionais, com foco nos
processos de produção de sentidos que nelas se constituem para os sujei-

1 Versos iniciais da música “Whatever”, do grupo Oasis [“Eu sou livre para ser tudo que eu /
Tudo que eu escolher / E eu cantarei o Blues se eu quiser”]. Letra em inglês e versão em
português disponíveis em <http://letras.mus.br/oasis/29007/>. Data de consulta, 21 de
agosto de 2013.
2 Pesquisa desenvolvida com o apoio PIBIC/UFF, que concedeu bolsa de Iniciação Científica
ao projeto no período de agosto de 2012 a julho de 2013. Tal pesquisa alinha-se aos objeti -
vos do projeto de pesquisa docente “Mídia, sujeito e sentidos: o discurso midiático na cons-
tituição do sujeito urbano brasileiro”, implementado com apoio da FAPERJ (Edital Auxílio
Instalação 2011/2), em andamento no Laboratório Arquivos do Sujeito (LAS), vinculado ao
Departamento de Ciências da Linguagem da UFF.

Signo y Seña 25 160


Dela Silva y Teixeira SUJEITOS E SENTIDOS EM PROPAGANDAS MULTINACIONAIS

tos a quem se dirigem, nos diferentes países onde circulam. De modo


mais específico, buscamos refletir acerca das posições sujeito para o bra-
sileiro e o espanhol que são constituídas em dois vídeos dessa campanha
publicitária comemorativa aos 125 anos da marca Coca-Cola, com circula-
ção na mídia do Brasil e da Espanha3, no ano de 2011.

1. SOBRE SENTIDOS E SUJEITOS NOS DISCURSOS DA/NA MÍDIA. Para pensar as posi-
ções sujeito em tais propagandas, adotamos como referencial teórico e
metodológico a análise de discurso de orientação francesa, tal como pro-
posta em Michel Pêcheux (1997b, 1997a, 1990) e desenvolvida no Brasil
desde a década de 1980, a partir dos trabalhos de Eni Orlandi (2006,
2001, 1996). Compreendida como uma semântica discursiva, a análise de
discurso a que nos filiamos ocupa-se “da determinação histórica dos pro-
cessos de significação” (Orlandi 1996, 22). Trata-se de uma disciplina de
entremeio que busca compreender o discurso em seu funcionamento;
para isso, entendemos que “é preciso fazer intervir a relação com a ex-
terioridade”, uma vez que o “repetível em nível do discurso é histórico e
não formal”, conforme afirma Orlandi (1996, 22). A determinação pela ex-
terioridade faz com que todo discurso faça remissão a outros discursos,
seja pela reafirmação do mesmo ou pela sua ausência, o que o caracteriza
como um dizer sempre em curso (Orlandi 2001). Assim, entendemos que
analisar discursos é questionar acerca do modo como se constituem os
efeitos de sentido, tendo em vista a relação entre a materialidade do que
é dito e as suas condições de produção que, conforme Orlandi (2001),
contemplam, além das circunstâncias imediatas de enunciação, o contex-
to sócio-histórico, o já-dito enquanto memória discursiva que constitui o
dizer, e os sujeitos, em suas posições discursivas.
Pela noção de posição sujeito no discurso, que é central nesta nossa
pesquisa, é que a análise de discurso se desloca em relação às várias
perspectivas teóricas de estudos da linguagem que consideram o sujeito
como centro do dizer e origem dos sentidos. A análise de discurso deixa
de pensar o sujeito empiricamente, como uma forma de subjetividade,
para compreendê-lo como um “lugar” ocupado para ser sujeito do dizer,
compreendendo-o como se constituindo na junção entre língua, história e

3 Os vídeos encontram-se disponíveis na rede eletrônica no Youtube, nos seguintes links: an-
úncio que circulou no Brasil, <http://www.youtube.com/watch?v=nydgI4c21GI>; anúncio
que circulou na Espanha, <http://www.youtube.com/watch?v=BuRuxcaji6g>.

Signo y Seña 25 161


Dela Silva y Teixeira SUJEITOS E SENTIDOS EM PROPAGANDAS MULTINACIONAIS

ideologia. Nos termos de Orlandi (2001, 49), o sujeito consiste em uma


posição marcada sócio-historicamente e que corresponde a uma “posição
entre outras”.
A compreensão do sujeito enquanto uma posição discursiva, que con-
sequentemente se constitui ao mesmo tempo em que o discurso, decorre
da reflexão de Pêcheux ([1975] 1997b) acerca da forma-sujeito do discur-
so. Em seus apontamentos sobre a relação entre discurso e ideologia, Pê-
cheux ([1975] 1997b, 159) apresenta a forma-sujeito como um produto de
um “processo de interpelação-identificação” do sujeito pela ideologia, ao
retomar a reflexão de Althusser ([1970] 1985, 99), e mais especificamente
a sua tese de que “a ideologia interpela os indivíduos em sujeitos”. Assim
nos diz Pêcheux: “sob a evidência de que 'eu sou realmente eu' (com meu
nome, minha família, meus amigos, minhas lembranças, minhas 'idéias',
minhas intenções e meus compromissos), há o processo da interpelação-
identificação que produz o sujeito” (Pêcheux [1975] 1997b, 159; itálicos
do autor). É desse modo que entendemos que há um modo de ser sujeito
que se constitui historicamente, uma forma-sujeito que resulta da interpe-
lação pela ideologia que, por sua vez, apresenta-se como um mecanismo
de produção de evidências, de naturalização de sentidos.
Os versos da canção do grupo Oasis, trilha sonora dos dois anúncios
publicitários em vídeo que aqui analisamos, demonstram bem a forma-
sujeito histórica da atualidade: um sujeito detentor de direitos e deveres,
que se crê livre; “a forma do sujeito de direito”, como nos diz Pêcheux
([1975] 1997b, 159; itálicos do autor). A explicação de Orlandi (2006) que
trazemos a seguir nos parece bastante relevante para caracterizar esse
modo de ser sujeito na atualidade:

O sujeito moderno é ao mesmo tempo livre e submisso, determinado pela exterioridade


e determinador do que diz: essa é a condição de sua responsabilidade (sujeito jurídico,
sujeito a direitos e deveres) e de sua coerência (não-contradição) que lhe garantem,
em conjunto, sua impressão de unidade e controle de sua vontade, não só dos outros
mas até de si mesmo, bastando para isso ter poder ou consciência. Essa é a ilusão.
Chamamos ilusão subjetiva do sujeito e que se acompanha da ilusão referencial (sobre
a evidência do sentido) (Orlandi 2006, 20-21).

Como podemos observar por essa afirmação trazida de Orlandi (2006),


colocar-se na origem do dizer, no domínio do que diz e também de si mes-
mo é a condição do sujeito do discurso, e que necessariamente apaga
para o sujeito a materialidade dos sentidos e a posição que se constitui

Signo y Seña 25 162


Dela Silva y Teixeira SUJEITOS E SENTIDOS EM PROPAGANDAS MULTINACIONAIS

para ele mesmo no discurso, independentemente de sua vontade ou inten-


ção.
Em análises com foco nos discursos da/na mídia, Dela Silva (2008,
2010, 2011a, 2011b) tem refletido a respeito de uma posição sujeito bas-
tante significativa para se compreender o funcionamento desses discur-
sos e da própria mídia: a posição sujeito consumidor. Na esteira de refle-
xões como as de Payer (2005), que apontam para o fortalecimento do
mercado em relação aos Estados nacionais no momento histórico atual, e
questionam acerca de suas consequências para a constituição do sujeito
contemporâneo, a autora tem pensado a mídia como um espaço privilegi-
ado de produção e circulação de sentidos e, consequentemente, de consti-
tuição de posições sujeito.
Acerca da posição sujeito consumidor, mais especificamente, entende-
mos que ela se constitui no discurso da mídia como uma condição para a
inserção do sujeito no espaço midiático. É pela condição de sujeito consu-
midor que se institui a posição sujeito telespectador, por exemplo, no dis-
curso midiático sobre a televisão no Brasil, na década de 1950; é também
ao alça-lo à condição de consumidor que a mídia significa o sujeito na
atualidade, em seu discurso sobre as chamadas novas tecnologias (Dela-
Silva 2008, 2011, 2011a). Em estudos sobre a institucionalização da TV
no Brasil, Silva (2012) também tem apontado a relevância da posição su-
jeito consumidor ao constatar a “sobreposição da posição sujeito consu-
midor na posição sujeito cidadão”, em decorrência da “significação [da te-
levisão em seu processo de institucionalização no Brasil] enquanto expan-
são de mercado” (Silva 2012, 31; itálicos da autora).
Recorremos a tais reflexões neste trabalho porque entendemos que
pensar em posições sujeito em propagandas com circulação na mídia é
necessariamente levar em conta essa posição sujeito consumidor. Reto-
mando Mariani (2009, 50), em suas reflexões sobre o sujeito e os discur-
sos na atualidade, é desse sujeito “sem amarras, entregue à demanda e
aos desmandos do mercado e da mídia” que estamos tratando. Dessa
forma, por mais que possamos afirmar o nosso interesse pela análise dos
sentidos que se constituem para os sujeitos nacionais —brasileiros e es-
panhóis— nas propagandas que compõem o nosso corpus de análise, não
podemos perder de vista que os vídeos publicitários em questão fazem
parte da mídia, deste “grande texto da atualidade”, como nos diz Payer

Signo y Seña 25 163


Dela Silva y Teixeira SUJEITOS E SENTIDOS EM PROPAGANDAS MULTINACIONAIS

(2005)4, e, neste caso, configuram-se como anúncios da Coca-Cola, um


dos produtos mais consumidos no mundo e uma das marcas de maior re-
levância econômica no cenário mundial5.

2. DO CORPUS ÀS ANÁLISES: O CASO COCA-COLA. A internacionalização da marca


Coca-Cola teve início em 1897 e as suas primeiras ações publicitárias (fo-
lhetos, cupons promocionais, pôsteres e brindes) datam deste período, fi-
nal do século XIX (Coca-Cola Brasil 2012). Deste modo, as propagandas
multinacionais da Coca-Cola são representativas das chamadas diversas
fases da propaganda, compreendendo desde ações publicitárias com foco
na divulgação e venda do produto, até as mais atuais, com foco na marca,
em suas propostas e em seus valores (Klein 2000) 6.
De sua posição sujeito de marca multinacional, desde o início do sécu-
lo XX, a Coca-Cola utiliza as suas ações publicitárias para se aproximar
dos sujeitos a quem se dirige. Na Espanha, após a instalação das primei-
ras fábricas por volta de 1919, um dos modos de circulação das propa-
gandas da marca eram as arenas de touradas (Coca-Cola Brasil 2012). No
Brasil, a marca se instalou em 1942. Dentre as suas ações de promoção
no país, destacam-se a sua participação na promoção do concurso de
samba-enredo “Tamborim de Ouro”, em parceria com o jornal Última
Hora, em 1957 (Rosa 2007).

4 Referimo-nos à seguinte afirmação de Payer (2005, 15): “Este grande texto da atualidade,
no meu modo de entender, consiste da Mídia, daquilo que está na mídia, em um sentido
amplo, e em especial no marketing e na publicidade”.
5 De acordo com notícia publicada pelo jornal Folha de S. Paulo, a Coca-Cola está presente
em mais de 200 países, tendo sido eleita no ano de 2010 a marca mais valiosa pela Inter-
brand, na pesquisa Best Global Brands, avaliada em US$ 70.452 bilhões. No Brasil, a mar-
ca é a mais lembrada entre os brasileiros (Galembeck 2011).
6 Conforme afirma Klein: “As primeiras campanhas de marketing de massa, que começaram
na segunda metade do século XIX, trabalham mais com a publicidade do que com a marca,
como a compreendemos hoje […] A publicidade devia informar os consumidores da exis-
tência de algumas novas invenções, depois convencê-los de que sua via seria melhor se
usassem, por exemplo, carros em vez de bondes, telefones em lugar de cartas e luz elétrica
em vez de lampiões a óleo […] Esses produtos eram em si mesmo uma novidade; e isso
praticamente bastava como publicidade” (Klein 2000, 29). E prossegue a autora: “No final
da década de 1940 surgiu a consciência de que uma marca não era apenas um mascote,
um slogan ou uma imagem impressa na etiqueta do produto da empresa […] A busca do
verdadeiro significado das marcas […] gradualmente distanciou as agências dos produtos e
suas características e as aproximou de um exame psicológico/antropológico de o que signi-
ficam as marcas para a cultura e a vida das pessoas. O que pareceu ser de importância
fundamental, uma vez que as corporações podem fabricar produtos, mas o que os consumi-
dores compram são marcas” (Klein 2000, 31).

Signo y Seña 25 164


Dela Silva y Teixeira SUJEITOS E SENTIDOS EM PROPAGANDAS MULTINACIONAIS

No caso da campanha aqui analisada, que tem como título “Razões


para acreditar: Os bons são a maioria - 125 anos abrindo a felicidade”,
adaptada a diversos países onde a Coca-Cola é comercializada, centramo-
nos em dois vídeos publicitários que circularam durante o ano de 2011 no
Brasil e na Espanha. O nosso objetivo, como já mencionamos, é questio-
nar acerca dos sentidos que se constituem como evidentes para os sujei-
tos nacionais em questão, analisando marcas de remissão aos sujeitos
brasileiros e espanhóis presentes nos dois vídeos, bem como as posições
sujeitos que a marca multinacional constitui para os sujeitos nacionais,
em sua posição de sujeitos consumidores.
Em nossa análise, adotamos o procedimento de descrição e interpreta-
ção da materialidade discursiva, tal como proposto em Pêcheux ([1982]
1990). Em um primeiro momento, recortamos e descrevemos quadro a
quadro os dois vídeos publicitários que constituem o corpus, a fim de
identificarmos as regularidades discursivas observadas a partir do mate-
rial de análise. Paralelamente às descrições, estabelecemos a relação en-
tre teoria e corpus, passando, assim, da superfície textual para o discurso
e, posteriormente, do discurso enquanto objeto teórico para o processo
de produção de sentidos (Orlandi 2001), de modo a analisar como se
constituem os sentidos nos dois vídeos em questão.
Como já afirmamos, interessam-nos, particularmente, os sentidos que
se constituem nos vídeos para os sujeitos brasileiro e espanhol. Por isso,
diante dos dois vídeos dessa campanha publicitária selecionados para
análise, norteamos as nossas reflexões a partir de três questões:

a) Qual a posição sujeito constituída para o sujeito brasileiro na propa-


ganda que circulou no Brasil?
b) Qual a posição sujeito que se constitui para o sujeito espanhol na pro-
paganda que circulou na Espanha?
c) Tendo em vista que tais propagandas são dirigidas a diferentes sujei-
tos nacionais e adaptadas em línguas distintas, em que elas se dife-
rem e quais sentidos reafirmam para esses sujeitos nacionais?

Para tentarmos responder a essas questões, centramo-nos agora na mate-


rialidade dos dois vídeos.

3. SUJEITOS NACIONAIS E/OU SUJEITOS CONSUMIDORES: UM PERCURSO DE ANÁLISE. Em


uma primeira visualização, podemos observar que os dois vídeos publici-

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Dela Silva y Teixeira SUJEITOS E SENTIDOS EM PROPAGANDAS MULTINACIONAIS

tários da campanha aqui considerados se caracterizam pelo efeito de ho-


mogeneidade que promovem, apesar de sua formulação textual em idio-
mas distintos, a saber, o português e o espanhol. A trilha sonora escolhida
é a canção da banda Oasis, que já apresentamos no início deste artigo,
cantada por um grupo de crianças do Young People's Chorus, coral da ci-
dade norte-americana de Nova York, que se autodefine como um coral
“multicultural”, por reunir crianças de diferentes “grupos étnicos, religi-
osos” e de condições sócio-econômicas distintas (Young People's Chorus
2013). As crianças do coral, que cantam em língua inglesa sob o comando
de um músico ao violão, são as mesmas nos dois anúncios, bem como os
versos iniciais da canção, que se destacam nas vozes infantis. Ao som da
música, são intercaladas mensagens de otimismo, grafadas sobre ima-
gens diversas, mas sempre com a sobreposição de notícias e imagens con-
sideradas negativas por outras positivas. A marca anunciante não apare-
ce de início nos vídeos, somente as cores utilizadas (vermelho e branco) é
que fazem remissão a ela, como podemos observar nas figuras 1 e 2 a
seguir, que apresentam os dois quadros iniciais de cada um dos vídeos:

Figura 1: Quadros iniciais do vídeo com circulação no Brasil.

Figura 2: Quadros iniciais do vídeo com circulação na Espanha.

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O efeito de homogeneidade, de produção de um mesmo sentido para a


marca, via propaganda em circulação em países distintos, pode ser pensa-
do como uma consequência do caráter multinacional da marca Coca-Cola:
em diferentes países, povos distintos compartilham o conhecimento da
marca anunciante, que se permite dizer não somente sobre um país ou
um povo em particular, mas sobre o “mundo atual”, como podemos obser-
var na materialidade textual do primeiro quadro da propaganda com cir-
culação no Brasil, em que se anuncia o que será apresentado no vídeo em
questão (“Baseado em um estudo sobre o mundo atual”).
O foco dessas propagandas com circulação multinacional, como pode-
mos notar, não está circunscrito a um país em especial, ainda que os víde-
os da campanha tenham versões específicas para circulação em cada
país, em língua nacional. A menção inicial é a questões bem mais amplas,
que ultrapassam as fronteiras nacionais, como a apresentação de um “es-
tudo sobre o mundo atual” ou a possibilidade de se acreditar em um mun -
do melhor (“un mundo mejor es posible”), embora estejamos todos viven-
do um momento ruim (“estamos viviendo un mal momento”), como desta-
cam as marcas presentes no início de cada vídeo. Em estudo sobre a força
das marcas na sociedade atual, Klein (2000) chama a atenção justamente
para esse caráter supranacional que as marcas adquiriram na sociedade
ocidental capitalista, e que nos auxilia a pensar nas condições de produ-
ção desse discurso. Nos termos da autora: “As logomarcas, por força da
onipresença, tornaram-se a coisa mais próxima que temos de uma lingua-
gem internacional, reconhecida e compreendida em muito mais lugares
do que o inglês” (Klein 2000, 22). A marca, em sua “onipresença”, está
em todos os países e autoriza-se, assim, a dizer sobre “o mundo” e a situ-
ação atual para os sujeitos a quem se dirige.
Ao trazer para os comerciais as imagens de ações e notícias qualifica-
das como positivas, capazes de se sobrepor às notícias ruins e aos maus
momentos vividos mundialmente, a marca Coca-Cola constitui para si
mesma a formação imaginária de uma marca preocupada com o bem
comum, com os valores que igualmente ultrapassam fronteiras nacionais,
justamente em consonância à sua condição de marca multinacional. Por
formações imaginárias entendemos, com Pêcheux (1997a), as projeções
no discurso das imagens que os interlocutores fazem de si e do outro a
quem se dirigem, bem como sobre aquilo de que falam, e que justamente
nos permitem compreender o modo como os sentidos vão se constituindo
no discurso. É pelas marcas que a Coca-Cola enquanto anunciante deixa

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Dela Silva y Teixeira SUJEITOS E SENTIDOS EM PROPAGANDAS MULTINACIONAIS

de si nos dois vídeos aqui em análise que podemos afirmar a imagem que
ela constitui para si mesma em seu dizer: uma marca preocupada com o
contexto atual, multinacional e “multicultural”, como o coral de crianças
que escolhe para cantar no início de cada vídeo. Trata-se de um interlocu-
tor que fala a todos e que se inclui nesse dizer, como marca a expressão
“estamos vivendo” (“estamos viviendo”), no comercial em espanhol.
Ao dizer, no entanto, a marca em sua posição sujeito anunciante proje-
ta para os sujeitos de cada país certas imagens e não outras, ao priorizar
certos sentidos e necessariamente apagar outros. Como afirma Orlandi
(2001, 82): “ao longo do dizer, há toda uma margem de não-ditos que
também significam”. E justamente isso nos interessa enquanto analistas
de discurso: compreender o gesto que sustenta certos dizeres, que pro-
duz para eles o efeito de evidência do sentido, e que faz com que nos es-
queçamos de que no dito também o não-dito significa, que em meio ao
que é dito, sempre há muito a (não) dizer. Como em todo discurso, enten-
demos que no corpus projetam-se sentidos para os sujeitos nacionais a
quem se dirigem os anúncios, ainda que sob o aparente efeito de homoge-
neidade produzido pelo discurso da marca multinacional que se dirige aos
seus consumidores. É sobre esses sentidos para os sujeitos brasileiros e
espanhóis que agora nos questionamos.
Pensar a relação entre o dito e o não-dito no funcionamento do discur-
so (Orlandi 2001) parece-nos bastante significativo para a análise dos ví-
deos que constituem o corpus deste trabalho. Afinal, quando nos pergun-
tamos acerca das posições neles projetadas para os sujeitos brasileiro e
espanhol, questionamos exatamente aquilo que não é dito, ou ao menos
aquilo que não é dito explicitamente, isso porque são poucos os dizeres
explícitos sobre os sujeitos brasileiros ou espanhóis nos dois vídeos anali-
sados. Mas os sentidos para esses sujeitos ali se constituem justamente
pelo que não se diz. Nas ações de otimismo e solidariedade que se desta-
cam em cada um dos vídeos, por exemplo, e que não são exatamente
iguais em cada um deles, podemos observar pequenas marcas desses di-
zeres sobre os sujeitos nacionais. Iniciamos a nossa reflexão pelo vídeo
com circulação no Brasil.
Nesse primeiro vídeo, logo após os dois quadros iniciais que trouxe-
mos na Figura 1, são apresentadas três imagens que remetem à apresen-
tação de telejornais. Na primeira, um apresentador que parece ocupar a
posição de âncora de noticiário de TV encontra-se em uma bancada ao
centro de um estúdio cercado por diversos aparelhos de televisão. Na

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sequência, a imagem é substituída pela de outro noticiário, intitulado


Asia News, no qual se vê a apresentadora, agora uma mulher, e um pe-
queno quadrinho ao lado esquerdo do vídeo, em que aparece a imagem
de um incêndio. A terceira imagem também retoma uma cena comum em
telejornais: são dois apresentadores, um homem negro e uma mulher
branca dividem a tela, com destaque para a expressão Global Warming
(“Aquecimento Global”) grafada na parte inferior do vídeo. A essas três
imagens que se apresentam uma após a outra se sobrepõem os dizeres:
“Para cada pessoa dizendo que tudo vai piorar”, “100 casais planejam ter
filhos”. Essa última frase se inscreve sobre a seguinte sequência de ima-
gens: um casal abraçado na cama, em um quarto; uma mulher grávida em
frente a uma janela de vidro em que se visualiza uma paisagem urbana;
crianças brincando em um jardim; um bebê sorrindo, sentado em uma ca-
deira para comer em uma cozinha; e uma cena de uma festa de aniversá-
rio infantil, com o aniversariante ao centro, rodeado por muitas outras
crianças, com uma garrafa de refrigerante da Coca-Cola à frente do bolo
de aniversário com velinhas acesas. Nessas duas sequências de imagens
do primeiro vídeo, podemos observar que uma relação de oposição é esta-
belecida entre as notícias em circulação nos telejornais de todo o mundo
e as cenas do dia a dia que sustentam sentidos de esperança e otimismo,
marcados nas cenas que contemplam desde o planejamento de uma gravi-
dez até a celebração de aniversários infantis, nos quais a marca de refri-
gerantes se faz presente.
O anúncio em vídeo tem continuidade com outras sequências de ima-
gens igualmente genéricas, que não especificam de modo algum o Brasil,
enquanto seu local de circulação. São imagens de tanques de guerra, de
ursinhos de pelúcia sendo produzidos em uma fábrica, de sites de buscas
na internet com os resultados para as palavras “amor” e “medo”, acompa-
nhadas de dizeres como: “Na internet, AMOR tem mais resultados que
MEDO”, ou a afirmação de que “são feitos 131 mil bichos de pelúcia”. So-
mente em dois conjuntos de imagens do vídeo é possível inferir algum
tipo de menção ao Brasil. Neles se veem remissões à corrupção na políti-
ca e a ações de destruição ambiental, opostas, respectivamente, a atitu-
des como a prática da doação de sangue e da reciclagem de latinhas de
alumínio, que são acompanhadas dos dizeres que apresentamos nas duas
sequências discursivas (SD) a seguir:

SD1 Para cada corrupto existem 8 mil doadores de sangue.

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SD2 Enquanto o meio ambiente ainda sofre 98% das latinhas de alumínio já são recicladas no
Brasil.

Na SD1, a menção à corrupção, que se marca no verbal da propagan-


da pelo termo “corrupto”, ainda que não mencione especificamente casos
brasileiros, retoma sentidos em ampla circulação no país, naquela cir-
cunstância. Podemos ver um exemplo desses dizeres sobre a corrupção
em curso no cenário político do país pela sua presença na mídia. Na se-
mana de 20 de outubro de 2011, por exemplo, a reportagem de capa da
revista Veja, publicação semanal de maior circulação no Brasil, destacava
o custo da corrupção no Brasil: R$ 82 bilhões por ano, o equivalente a
2,3% do Produto Interno Bruto (PIB) nacional (Azevedo 2011). Assim, o
dizer sobre a existência de “corruptos”, ainda que não explicite a menção
ao Brasil, retoma sentidos em curso, inscrevendo esse dizer no já-dito, em
uma memória discursiva. Apesar dessa retomada de dizeres já-ditos, não
se questiona a corrupção e a existência de corruptos, o que promove o
efeito de naturalização dessa existência.
Na SD2, por sua vez, temos a única menção explícita ao Brasil em todo
o anúncio, na qual se destaca a prática da reciclagem de latinhas de
alumínio, bastante corrente no país. Nesse caso, fala-se do alcance dessa
ação de reciclagem “no Brasil” em contraponto aos danos causados ao
ambiente. O dizer incide, assim, sobre uma ação que ocorre “no Brasil” e
não sobre os brasileiros, sujeitos responsáveis por tais práticas. O empre-
go da voz passiva, em “98% das latinhas de alumínio já são recicladas no
Brasil”, apaga justamente a menção àquele que realiza a prática de reci-
clagem do alumínio que, como sabemos, não ocorre no país simplesmente
por consciência ambiental, mas pela fonte de renda que representa para
a população mais pobre. De acordo com a Associação Brasileira de Alumí-
nio (ABAL), é no ano de 2011 que o Brasil assume a liderança na ativida-
de de reciclagem das latinhas de alumínio, reciclando 98,3% das latinhas
comercializadas (Abal 2013). De fato, a prática da reciclagem destacada
pela associação que reúne grandes empresas produtoras e transformado-
ras de alumínio promove ganhos ambientais, mas também aponta para
um problema social, uma vez que a coleta das latinhas é impulsionada
pela inexistência de outras fontes geradoras de renda, que levam tantos

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brasileiros a atuarem como catadores de materiais recicláveis 7. O sentido


do benefício ambiental promovido pela reciclagem, único apresentado
como evidente no anúncio, impede que outros sentidos apareçam, como a
necessidade de tantos cidadãos de recolher latinhas e demais materiais
recicláveis para substituir uma fonte oficial de emprego e renda que ine-
xiste, e simplesmente inscreve o país e, por extensão, os brasileiros na
causa ambiental.
As considerações que apresentamos até o momento, acerca do funcio-
namento do primeiro anúncio publicitário aqui analisado, permitem-nos
retornar à primeira questão que formulamos para a análise, qual seja:
qual a posição sujeito constituída para o sujeito brasileiro na propaganda
que circulou no Brasil? Como vimos, não há dizeres explícitos no vídeo
acerca dos brasileiros. É somente pela recuperação das circunstâncias
imediatas de circulação da propaganda que podemos identificar sentidos
que ali se constituem e que dialogam com dizeres em curso no dia a dia
dos brasileiros, naquele momento, como a corrupção na política e a ampla
reciclagem de latinhas de alumínio. Vemos, assim, que os sujeitos brasi-
leiros, a quem se dirige o anúncio, não são especificados no vídeo, o que
consequentemente promove a sua indistinção junto aos sujeitos consumi-
dores da marca em todo o mundo.
É justamente esse efeito de homogeneização dos sujeitos na posição
sujeito consumidor, que observamos na propaganda com circulação no
Brasil, que nos encaminha à análise do vídeo da mesma campanha, que
circulou na Espanha. Nessa propaganda, questionamo-nos acerca da posi-
ção sujeito constituída para o espanhol, buscando perceber as repetições
e os deslocamentos promovidos pelo vídeo, dessa vez em língua espanho-
la.
Como todo discurso, o anúncio com circulação na Espanha, no ano de
2011, traz em si as marcas de suas condições de produção. Em vez das
fórmulas que comparam ursinhos de pelúcia a tanques de guerra, por
exemplo, e que promovem como um de seus efeitos o apagamento a res-
peito dos sujeitos nacionais em suas condições sócio-históricas, o comer-
cial com circulação na Espanha é bastante peculiar. Em um cenário de
crise econômica na Europa que abalou, sobretudo, países como Grécia e

7 Em reportagem com o propósito de apresentar um panorama da reciclagem no país, Souza


(2013) aponta a existência de 300 mil a 1 milhão de pessoas no Brasil vivendo da recicla -
gem, de acordo com estimativas do Movimento Nacional dos Catadores.

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Espanha, a propaganda se adapta à situação imediata do país, incorpo-


rando ao mesmo formato do comercial, embalado pela melodia internacio-
nal da banda Oasis, cenas de notícias e imagens de páginas de redes soci-
ais da Espanha. Em destaque, nessas novas cenas da propaganda, estão
ações de solidariedade atribuídas a pessoas comuns, indivíduos que em
sua singularidade estariam contribuindo para um mundo melhor, confor-
me anunciam os dizeres iniciais do vídeo, que reproduzimos na Figura 2.
Uma das características do vídeo da Espanha, já destacada em artigo
anterior (Teixeira, 2013), é a menção à mídia e as suas produções: por
oposição ao vídeo do Brasil, em que as imagens de telejornais trazem
acontecimentos jornalísticos bastante genéricos e que não possuem uma
fonte identificável, como a menção ao aquecimento global ou a imagem
de um incêndio, no vídeo da Espanha são apresentadas imagens de notíci-
as de jornal e posts em redes sociais, algumas vezes sendo até mesmo
possível a identificação de uma fonte. Esse funcionamento pode ser ob-
servado na Figura 3 a seguir, na qual apresentamos dois dos quadros que
compõem o anúncio:

Figura 3: Quadros com imagens do vídeo com circulação na Espanha.

Como podemos observar na Figura 3, é à formação imaginária da mí-


dia como autoridade que se recorre no vídeo para a constituição de um
efeito de legitimidade ao dizer: em cada quadro do comercial são apre-
sentadas notícias de diferentes áreas, nas quais se destacam títulos posi-
tivos, como o desenvolvimento de uma vacina contra a AIDS, no primeiro
caso, ou uma ação de honestidade de alguém que devolve bilhetes de lo-
teria, no segundo. No anúncio, são ainda trazidas outras imagens de no-
tícias, como: “Centenas de imigrantes jantaram na Véspera de Ano Novo
convidados por um hosteleiro” (“Un centenar de inmigrantes cenaron en
Nochevieja invitados por un hostelero”), também no formato que lembra

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a circulação em um site de notícias; “Um avô doa um rim para seu neto”
(“Un abuelo dona un riñón a su nieto”), com circulação no Youtube; e
posts compartilhados pelo Twitter, como “Mais de 40 voluntários refor-
mam casas afetadas pelo terremoto” (“Más de 40 voluntarios reforman vi-
viendas afectadas por el terremoto”) e “Um povoado de León oferece casa
grátis a famílias que querem viver nele” (“Un pueblo de León ofrece casa
gratia a una familia que quiera vivir en él”). A retomada de dizeres em
circulação na mídia, a nosso ver, reafirma o papel a ela atribuído na atua-
lidade como um grande texto (Payer 2005), que se caracteriza justamente
pelo efeito de dispersão em seus dizeres.
Diferentemente do primeiro vídeo analisado, em que se fala sobre o
Brasil, mas não sobre os sujeitos brasileiros, nesses dizeres da mídia, tra-
zidos para o segundo vídeo, não há menções específicas à Espanha, so-
mente aos espanhóis. Podemos identificar dois tipos de remissões aos su -
jeitos: fala-se explicitamente sobre o sujeito espanhol e, em outros casos,
fala-se sobre o outro, o imigrante, aquele que não é o espanhol. Nas três
sequências discursivas a seguir, podemos perceber esse funcionamento:

SD3 Científicos españoles desarrollan una vacuna que podría bloquear al virus del SIDA.
Cientistas espanhóis desenvolvem uma vacina que poderá bloquear o virís da AIDS.
SD4 Un marroquí devuelve 400 décimos de lotería de Navidad extraviada.
Um marroquino devolve 400 décimos da loteria de Natal extraviada.
SD5 Un centenar de inmigrantes cenaron en Nochevieja invitados por un hostelero.
Centenas de imigrantes jantaram na Véspera de Ano Novo convidados por um hosteleiro.

Na SD3, a expressão “cientistas espanhóis” (“científicos españoles”)


marca justamente um dizer sobre o sujeito espanhol, no caso, cientistas
que trabalham no desenvolvimento de uma vacina que seria capaz de blo-
quear o vírus da AIDS. A menção ao sujeito espanhol, ainda que não seja
feita explicitamente em todas as notícias retratadas nas imagens do ví-
deo, como ocorre nesta que destacamos na SD3, é bastante corrente; em
todo o anúncio são destacadas ações de oferta de refeições, pouso e ajuda
voluntária em diferentes localidades da Espanha.
Nas sequências 4 e 5, por sua vez, vimos que o destaque recai sobre
aquele que não é o espanhol, o que se marca nas designações “marro-
quino” (“marroquí”, na SD4) e “imigrantes” (“inmigrantes”, na SD5). Des-
se modo, vemos que no vídeo da Espanha o sujeito espanhol é especifica-
do justamente como aquele que não é o imigrante, que não é o marroqui -
no. Para o sujeito espanhol, produz-se o sentido daquele que é o respon-

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sável pelas boas ações retratadas ao longo do vídeo, como a doação de


um rim ao neto, a oferta de hospedagem ou de refeições a imigrantes.
Diz-se do espanhol de modo indireto, supervalorizando as ações solidári-
as, todas individuais, em detrimento ao Estado, que é o responsável por
prover as necessidades básicas dos cidadãos.
Mais ao final do vídeo, o sujeito espanhol é ainda retratado em uma
posição específica: a posição sujeito jovem. Na imagem, uma jovem
branca, com olhos e cabelos castanhos, sendo os cabelos no estilo dread
nas pontas, e com um piercing no lábio inferior tem nas mãos um pedaço
de papelão no qual se lê: “Temos direito a sonhar e que se faça realidade”
(“Tenemos derecho a soñar y que se haga realidad”). Pelas condições de
produção do discurso, percebemos na menção ao jovem espanhol uma re-
tomada dos movimentos sociais, como os “Indignados”, que tiveram início
no país no mês de maio de 2011. O movimento levou milhares de mani-
festantes, em sua maioria jovens, a ocuparem as praças públicas das cida-
des espanholas, em protesto contra as medidas adotadas pelo país para
conter a crise econômica na Europa, e reivindicar mudanças no modelo
político-econômico. No cartaz em destaque em uma das imagens do an-
úncio, no entanto, a reivindicação é pelo direito a sonhar, que ao ser asso-
ciada à imagem de apenas uma jovem e não de um coletivo, promove um
esvaziamento do caráter político desse movimento social, ao retomar um
já-dito sobre os jovens, comumente considerados sonhadores 8.
Retomando a segunda questão que formulamos a respeito dos sentidos
que se constituem para os sujeitos espanhóis no anúncio em vídeo da
marca Coca-Cola com circulação na Espanha, podemos afirmar que ao es-
panhol é atribuída uma posição sujeito bem específica: a posição sujeito
solidário, sempre pronto a ajudar aqueles que não são espanhóis, ou seja,
os imigrantes. Em análise sobre o discurso da solidariedade na mídia, Ma-
riani (2001) afirma que o ecoar dos dizeres sobre a solidariedade, tão cor-
rentes na mídia, “contribuem na despolitização do sujeito, pois tornam os
cidadãos co-responsáveis pela possibilidade de melhoria da sociedade e,
paralelamente, silenciam sobre a responsabilidade do Estado” (2001, 46).

8 A questão da posição sujeito jovem neste vídeo publicitário da marca Coca-Cola é analisa-
da mais detalhadamente no trabalho “Subjetividades na mídia: a formação imaginária do
jovem espanhol em propaganda da Coca-Cola”, que apresentamos durante o V Encontro de
Estudos da Linguagem e IV Encontro Internacional de Estudos da Linguagem - Enelin
2013, realizado nos dias 25, 26 e 27 de setembro, na Universidade do Vale do Sapucaí
(UNIVÁS), na cidade de Pouso Alegre, em Minas Gerais, Brasil.

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O contexto sócio-histórico de crise econômica na Europa, parte das condi-


ções de produção desse discurso, certamente participa desse processo de
constituição da posição sujeito solidário: em um cenário que aponta para
o fracasso dos modelos econômicos adotados pelos Estados nacionais, são
as ações individuais que são valorizadas, apagando a responsabilidade do
Estado e imputando ao sujeito a responsabilidade por prover alimentação,
moradia e saúde ao seu próximo.

4. OBSERVAÇÕES FINAIS: SOBRE A MÍDIA, O MERCADO E A FELICIDADE. A responsabi-


lização dos sujeitos e o apagamento do Estado, como vemos, são bastante
característicos do modo de funcionamento desse discurso em que se inse-
rem os dois vídeos publicitários da marca Coca-Cola que aqui analisamos.
Tais vídeos se alinham justamente ao discurso do mercado, que na tenta-
tiva de criar uma demanda constante e se sustentar, deixa de vender pro-
dutos e passa a oferecer valores diversos, estilos de vida em mais espe-
cificamente, a felicidade9. Embora falem diferentemente aos sujeitos naci-
onais a quem se destinam, os vídeos da marca multinacional com circula-
ção no Brasil e na Espanha prometem a felicidade, um ser feliz sem medi-
das e ao alcance dos sujeitos consumidores, que se materializa na visão
otimista da vida, nas ações solidárias capazes de garantir o direito de so -
nhar aos jovens, e no consumo do produto.
No primeiro vídeo, é a visão otimista e esperançosa da vida que se
destaca, ao alcance dos sujeitos, bastando que para isso eles deixem de
olhar para o número de corruptos existentes e para a quantidade de notí-
cias negativas em circulação na mídia diariamente, e passem a observar a
quantidade de pessoas que doam sangue, por exemplo, ou o número de
casais que querem ter filhos. No segundo vídeo, com circulação na Espa-
nha, são enfatizadas as ações solidárias. Como sabemos que todo discurso
funciona na relação entre o dito e o não-dito, precisamos levar em conta
que a valorização das atitudes individuais de doação de alimentos, de tra-
balhos voluntários e de oferta de moradia e pouso pelos sujeitos espa-
nhóis evidencia o sentido de que todos podem ser solidários, todos podem

9 Temos pensado essa recorrência dos dizeres sobre a felicidade na mídia pela noção de ar -
quivo, como proposta em Pêcheux (2010), o que tem nos levado a refletir acerca dos limi-
tes e das fronteiras do arquivo da felicidade na mídia. Tais reflexões se encontram em fase
inicial e foram apresentadas durante o VI Seminário de Estudos em Análise de Discurso
(SEAD), realizado de 15 a 18 de outubro, na Universidade Federal do Rio Grande do Sul
(UFRGS), na cidade de Porto Alegre-RS, Brasil.

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ajudar ao próximo, e silencia ao mesmo tempo o questionamento acerca


do porquê de tantos sujeitos necessitarem de ajuda.
O mesmo efeito de homogeneidade que destacamos no início de cada
vídeo, com a mesma trilha sonora e dizeres muito semelhantes, podemos
constatar ao final dos dois anúncios, quando se efetiva a venda da marca
e do produto Coca-Cola. Reproduzimos a seguir as imagens finais de cada
um dos vídeos:

Figura 4: Quadros finais do vídeo com circulação no Brasil.

Figura 5: Quadros finais do vídeo com circulação na Espanha.

Como podemos notar nas figuras 4 e 5, as duas propagandas em vídeo


aqui analisadas, embora especifiquem de modos distintos os sujeitos bra-
sileiro e espanhol a quem se destinam, em função de suas condições de
produção, também projetam para esses sujeitos a mesma posição de con-
sumidor. A imagem final dos vídeos, nos dois casos, traz uma garrafa do
produto e o convite ao consumo, que funciona também como um convite a
fazer parte dos “bons”, aqueles que, no dizer da marca, “são a maioria”,
no caso do anúncio brasileiro, e a compartilhar uma história de solidari-
edade, no caso espanhol.

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Com a associação do produto e das ações propostas e divulgadas pela


marca multinacional à felicidade, os anúncios aqui analisados se enlaçam
a tantos dizeres em circulação na mídia na atualidade e que trabalham
justamente pela opacidade do sentido de felicidade e de ser feliz. Nos
anúncios, vemos que a marca multinacional diz para os sujeitos das duas
nações que ações individuais, como uma doação, um ato de honestidade
ou coisas ainda mais básicas, como tomar um refrigerante, são suficientes
para se “abrir a felicidade”. Seria o caso de nos perguntarmos: o que sig-
nifica “abrir a felicidade”? Em análise sobre o sujeito na atualidade, Mari -
ani e Magalhães (2011, 133) afirmam: “Sob a lógica da sociedade capita-
lista contemporânea, sob o império da lógica do mercado e das mídias, o
sujeito se perde nessa busca, tornando-se cada vez mais um efeito do
mercado de consumo”, o que impede o sujeito “de pensar sobre seus pró-
prios limites e lidar com a angústia da falta”. No vídeo em questão, o ver-
bo “abrir”, em sua polissemia, retoma o gesto do sujeito consumidor ao
abrir uma garrafa da marca de refrigerante, mas também a possibilidade,
ao alcance de cada sujeito, de abrir —uma porta?, uma janela?, uma ga-
veta?— e lá encontrar “a felicidade”.
No início deste artigo, trouxemos a citação de Orlandi (2006, 21), na
qual ela discorria sobre o fato de a “ilusão subjetiva do sujeito” ser acom-
panhada “da ilusão referencial (sobre a evidência do sentido)”. É justa-
mente o efeito de evidência do sentido de felicidade que precisamos
questionar, já que também nos compete pensar sobre o que não se diz
nesses vídeos publicitários. Os anúncios evidenciam para o sujeito a pos-
sibilidade de ser feliz pelo consumo, como se a marca multinacional pu-
desse satisfazer o desejo dos sujeitos, como se a “chave” para a felicidade
estivesse em suas mãos, sob sua responsabilidade, pronta para ser aberta
a qualquer tempo. Mas é esse mesmo dizer, “abra a felicidade” (“destapa
la felicidad”) que, no modo imperativo, ao final do anúncio com circulação
na Espanha, diz ao sujeito nacional que o importante é ser um sujeito
consumidor, que pode e deve abrir (a garrafa e a sua própria felicidade),
como única alternativa possível, a despeito de suas condições reais de
existência.

BIBLIOGRAFÍA

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Silmara Dela Silva Karoline da Cunha Teixeira


Universidade Federal Fluminense (UFF/Faperj) Universidade Federal Fluminens (UFF/Faperj)
silmaradela@gmail.com karoline_ct@hotmail.com
Trabajo recibido el 11 de octubre de 2013 y aprobado el 20 de febrero de 2014.

Signo y Seña 25 179


Apellidos de los autores TÍTULO ABREVIADO DEL TRABAJO

Signo y Seña 23 Dossier La historia del español de América 178


Lopes-Damasio GRAMATICALIZAÇÃO E TRADIÇÃO DISCURSIVA

GRAMATICALIZAÇÃO E TRADIÇÃO DISCURSIVA:


UM ENFOQUE NO DOMÍNIO DA JUNÇÃO

Lúcia Regiane Lopes-Damasio

RESUMEN. Este estudio enfoca, en un análisis de naturaleza cualitativa y cuantitativa, el proceso


de gramaticalización de la locución disyuntiva de valor contrastivo mesmo/ainda assim en co-
rrelación con su funcionamiento en Tradiciones Discursivas desde el siglo XVIII hasta el XXI.
Los resultados señalan una estrecha relación entre las tradiciones investigadas y un camino de
cambio que se revela todavía en curso.
Palabras clave: gramaticalización, Tradiciones Discursivas, conjunción, contraste.

ABSTRACT. This paper is focused, in a qualitative and quantitative analysis, on the process of
grammaticalization of the junctive phrase mesmo/ainda assim of contrastive value in correla-
tion to its function in Discursive Traditions, investigated from the 18th to 21th centuries. The
results point out to a close relation between the investigated texts traditions and a path of
change that has been revealed to be still going on.
Keywords: grammaticalization, Discursive Tradition, junction, contrast.

RESUMO. O Este artigo focaliza, numa análise de natureza qualitativa e quantitativa, o processo
de gramaticalização da locução juntiva de valor contrastivo mesmo/ainda assim em correlação
ao seu funcionamento em Tradições Discursivas dos séculos XVIII a XXI. Os resultados apon-
tam para uma estreita relação entre as tradições investigadas e um caminho de mudança que
se revela ainda em curso.
Palavras-chave: gramaticalização, Tradição Discursiva, junção, contraste.

1. INTRODUÇÃO. Neste artigo, resultado de trabalho desenvolvido no âmbito


do Projeto para a História do Português Paulista (também conhecido
como Projeto Caipira ou Caipirão), analiso o funcionamento da locução
juntiva mesmo/ainda assim, priorizando a abordagem de seu desenvolvi-
mento, via processo de gramaticalização (GR), em diferentes Tradições
Discursivas (TDs), no recorte temporal compreendido entre os séculos
XVIII e XXI.
O conceito de TD é definido, aqui, a partir de um laço que se estabele-
ce entre atualização e tradição via repetição de um texto, ou de uma for-
ma textual, que caracteriza uma maneira particular de escrever ou falar,

Signo y Seña, número 25, junio de 2014, pp. 181-213


Facultad de Filosofía y Letras (UBA)
http://revistas.filo.uba.ar/index.php/sys/index
ISSN 2314-2189

Signo y Seña 25 181


Lopes-Damasio GRAMATICALIZAÇÃO E TRADIÇÃO DISCURSIVA

significável, e, portanto, com valor de signo propriamente dito. Uma TD


pode se formar em relação a qualquer finalidade de expressão ou qual-
quer elemento de conteúdo (Kabatek 2005a, 159), a partir da reduplica-
ção do nível histórico de Coseriu (1979).
Por sua vez, a GR é entendida a partir da concepção de Traugott
(1982, 2003), Traugott e König (1991), entre outros, que prioriza a análi-
se dos aspectos semânticos e pragmáticos envolvidos no processo, defini-
do como a pragmatização gradual do significado, que envolve estratégias
de caráter inferencial e metafórico.
A GR pode ser concebida como modelo conceitual e/ou como processo.
Enquanto modelo conceitual é definida como a parte do estudo linguístico
que focaliza a emergência de formas/construções gramaticais, como são
usadas e como formam/moldam a língua. Relaciona-se com a questão de
discretude entre os limites categoriais e com a interdependência entre es-
trutura e uso, entre o fixado e o menos fixado na língua (Hopper e Trau-
gott 1993, 1). Segundo Heine (2003, 578), sua motivação principal é o su -
cesso da comunicação. Por isso, uma estratégia sobressalente é o uso de
formas linguísticas associadas a significados concretos, facilmente acessí-
veis e/ou delineáveis, para expressar conteúdos menos concretos, menos
facilmente acessíveis e/ou delineáveis. Assim, expressões lexicais ou me-
nos gramaticais são pressionadas a servir a funções mais gramaticaliza-
das.
GR é também um processo, por meio do qual, expressões de significa-
dos concretos são usadas para codificar significados gramaticais, de for-
ma unidirecional em essência. Contextos específicos são requeridos nesse
processo, por isso, a GR, como teoria, está também interessada no ambi-
ente pragmático e morfossintático em que a GR, como processo, ocorre,
podendo ser considerada a partir de uma perspectiva diacrônica, que fo-
caliza relações entre fonte, percurso e meta; sincrônica, que focaliza a
fluidez dos padrões linguísticos, a partir de um enfoque pragmático-dis-
cursivo e sintático; ou pancrônica, caracterizada pela interdependência
entre sincronia e diacronia, em que subjaz o “método de reconstrução in-
terna” (Traugott 1982).
O objetivo central deste artigo1 é mostrar a proximidade dos domínios
conceituais considerados básicos para a emergência dos sentidos da locu-

1 Parte de tese de doutorado defendida em 05/2011, na UNESP-IBILCE (Fapesp/Proc.


07/07955-5).

Signo y Seña 25 182


Lopes-Damasio GRAMATICALIZAÇÃO E TRADIÇÃO DISCURSIVA

ção mesmo/ainda assim, como resultado de um processo de GR ainda em


curso. Esse processo, no entanto, será focalizado, neste estudo da língua,
levando-se em consideração as TDs, a partir do entendimento de que a
adoção de novas TDs tem servido, na história das línguas, como motor
para inovações e mudanças, o que leva ao pressuposto de que, a cada
nova tradição, pode se dar uma busca por meios linguísticos apropriados,
podendo levar tanto à conservação do que já existe no sistema, como à
criação de algo novo.
Considero, portanto, uma possível relação entre TD e o caminho de
mudança da locução juntiva mesmo/ainda assim, especificamente relacio-
nado aos domínios conceituais mobilizados, de modo a apontar para espe-
cificidades desse processo de mudança no que tange à implementação de
seus mecanismos fundamentais.
Nesta direção, o estudo da língua deixa de ser de um século a outro e
passa a comparar resultados analíticos de textos diferentes, segundo uma
concepção de diacronia não ideal que acarreta um novo ângulo de focali-
zação do processo de GR, tornando necessária uma análise em correlação
a cada TD a fim de determinar o funcionamento do item, de modo a refle-
tir suas transformações nas TDs focalizadas. Não atentar para essas espe-
cificidades acarreta a homogeneização do material de análise e, em con-
sequência, resultados inconsistentes.

2. MATERIAL E MÉTODO. O corpus organiza-se segundo as TDs investigadas,


a delimitação geográfica (Estado de São Paulo), e a delimitação temporal
(séculos XVIII a XXI). Foram analisadas amostras compostas por 274 tex -
tos referentes a cada TD dos corpora:

a) Diacrônicos, representativos das TDs carta e editorial. O corpus da


TD carta divide-se em: (i) Administração Privada: cartas de aldeamen-
to de índios (séc. XVIII e XIX); (ii) Documentos Pessoais: cartas de
pessoas relacionadas a (a) José Bonifácio (primeira metade do séc.
XIX), (b) Washington Luiz (fins do séc. XIX), (c) Prof. Fidelino de Fi-
gueiredo (fins do séc. XIX e séc. XX); e (iii) Cartas de leitores e reda-
tores de jornais (séc. XIX e XX). O corpus da TD editorial compõe-se
por textos d' O Estado de S. Paulo desde a sua fundação até 1964.
b) Sincrônicos, compostos por: (i) TDs que constituem o Banco de Dados
Iboruna (amostras de fala do Noroeste Paulista), a saber: TDs narrati-

Signo y Seña 25 183


Lopes-Damasio GRAMATICALIZAÇÃO E TRADIÇÃO DISCURSIVA

va de experiência, narrativa recontada, opinativa, injuntiva e descriti-


va2; e (ii) TD e-mail3.

Uma vez que este estudo toma o conceito de TD não só como ferra-
menta metodológica para a constituição dos corpora de pesquisa, mas
como critério teórico de relevância no processo de GR, alguns aponta-
mentos e observações tornam-se necessários a fim de esclarecer a moti-
vação da escolha dessas TDs, bem como as denominações adotadas:

a) A relação histórica e evolutiva existente entre: (i) carta > editorial, de


um lado; e (ii) carta > e-mail, de outro. A relação em (i) justifica-se a
partir de características comuns entre as cartas em mídia, escritas
por redatores de jornais, e os editoriais, encontrados no jornal paulis-
ta em destaque, em alguns casos também assinados por redatores. A
relação em (ii), defendida em uma série de estudos (Marcuschi 2008;
Cruz 2006, por exemplo), pauta-se no entendimento do meio tecnoló-
gico, subjacente à contextualização do e-mail, como condição de pro-
dução específica desse texto. Assim, com a mudança representada
nesse meio, toma lugar uma nova tradição textual, ainda que seus la-
ços com outras tradições sejam claros.
b) Preceito dos estudos em GR: as TDs sincrônicas são acrescentadas à
agenda de trabalho dada a importância dos estudos pancrônicos no
âmbito da GR, bem como por possibilitar a observação de relações en-
tre o falado/escrito e o oral/letrado com esse processo de mudança e
com as TDs da amostra.

Algumas observações relativas aos corpora selecionados são, ainda,


pertinentes. As cartas são compostas por fórmulas de abertura e de fe-
chamento comuns a todos os textos e que permitem, por isso, sua identifi-

2 O conceito de TD abrange as funções comunicativas, cognitivas e institucionais, bem como


suas peculiaridades linguístico-estruturais. Considero a formação de uma TD a partir da
combinação desses aspectos. Assim, a TD diferencia-se do gênero textual, mas pode incluí-
lo, bem como os tipos textuais. Portanto, da mesma forma que cartas e editoriais constitu-
em TDs, podendo englobar outras TDs, a partir da composicionalidade da tradição que re -
presentam, os diferentes tipos textuais também constituem TDs.
3 A relação entre fala/oralidade e escrita/literalidade assumida aqui se aproxima da posição
assumida por Corrêa (1997). Portanto, adoto não a compartimentação de gêneros em um
contínuo, mas um modo heterogêneo de constituição da escrita, fundamentado na depreen-
são de TDs escritas transpassadas por traços de oralidade e vice-versa.

Signo y Seña 25 184


Lopes-Damasio GRAMATICALIZAÇÃO E TRADIÇÃO DISCURSIVA

cação sob tal denominação. Entretanto, nas sequências, que correspon-


dem ao “miolo da carta” (cf. Brandão et al. 2007), verifica-se um baixo
grau de fixidez na TD, que permite a identificação desta como uma TD
não homogênea que, constitutivamente, configura-se por uma fixidez in-
completa, mediante a qual outras TDs podem tomar lugar (cf. Kabatek
2005b, 163-164). Em relação às TDs do Banco de Dados Iboruna, vale es -
clarecer que elas são caracterizadas a partir de seus aspectos textuais, de
acordo com o tipo textual predominante. Nas TDs narrativa de experiên-
cia e narrativa recontada, há predominância do tipo narrativo; na TD
opinativa, predomina o tipo expositivo; e, nas TDs injuntiva e descritiva,
predominam, respectivamente, os tipos textuais de injunção e descrição.
Nas seções seguintes, apresento, primeiramente, numa perspectiva
teórica, algumas considerações acerca do conceito de TD, para, na se-
quência, relacioná-lo com a mudança linguística, mais especificamente,
com a mudança via GR. Em seguida, numa perspectiva teórico-analítica,
exponho o domínio, caracterizado por flutuações semântico-cognitivas e
categoriais, em que a locução mesmo/ainda assim será analisada: (i) qua-
litativamente, mediante a exposição de seus usos (não-)prototípicos, com
o intuito de flagrar indícios de seu processo de GR; e (ii) mediante as rela-
ções semântico-cognitivas envolvidas nesse processo, com o objetivo de,
nas considerações finais, traçar um quadro geral da GR dessa locução em
correlação às TDs focalizadas.

3. FUNDAMENTAÇÃO TEÓRICA
3.1. O CONCEITO DE TRADIÇÃO DISCURSIVA. Nas últimas décadas, o conceito de
TD tem sido aplicado em pesquisas no âmbito da Linguística Romântica
alemã, por vários autores, como Koch e Oesterreicher (2007), Coseriu
(1979), Aschenberg (2003), e Kabatek (em vários trabalhos, 2005a,
2005b, 2005c, 2006, 2008, dentre outros), mas também no âmbito dos es-
tudos históricos do português brasileiro e do espanhol da América em
pesquisas que tratam de mudança linguística, de pragmática discursiva,
de gêneros textuais e também de questões relativas à aquisição de escri-
ta. Podemos citar como exemplos de trabalhos que aplicaram em seus es-
tudos o conceito de TD no contexto latino-americano, os estudos reunidos
em Ciapuscio et al. (2006), as pesquisas realizadas por Simões (2007); e
Ximenes (2009), além daquelas mais recentes, como Lopes-Damasio
(2011a, 2011b), Longhin-Thomazi (2011a, 2011b, 2012), Lopes (2008),
etc.

Signo y Seña 25 185


Lopes-Damasio GRAMATICALIZAÇÃO E TRADIÇÃO DISCURSIVA

À concepção de texto que subjaz esse conceito, enquanto “aconteci-


mento histórico, que atualiza esquemas comunicativos e culturais recor-
rentes” (Ciapuscio et al. 2006, 7), deve-se, com toda certeza, o seu cres-
cente emprego por linhas distintas de investigação. O conceito de TD ba -
seia-se, dessa forma, no pressuposto de que os textos têm história e de
que essa história textual —tomada em sua relação de tradição e atuali-
zação—, e não apenas a história da língua, determinaria os usos textuais,
independentemente de seus modos de enunciação (falado ou escrito).
Nessa direção, Oesterreicher (1997) define TDs como moldes norma-
tivos, convencionalizados, que guiam a transmissão de um sentido medi-
ante elementos linguísticos tanto em sua produção como em sua recep-
ção. O termo, por ser bastante generalizante para todos os elementos his-
tóricos designáveis e relacionáveis com um texto, abarca uma ampla
gama de fenômenos. Por essa razão, Kabatek (2005a) insiste sobre o fato
de que não se trata de um sinônimo de gênero, tipo textual, etc., mas de
um conceito amplo que inclui todo tipo identificável de tradição do
falar/escrever, também subgêneros ou tradições dentro de um mesmo gê-
nero.
Dessa forma, as TDs podem estar ligadas a finalidades fundamentais,
como, por exemplo, um “bom dia”, que se caracteriza como um ato de
fala, e também a finalidades mais complexas e exclusivas de determina-
das culturas, tais como as TDs mediadas pela escrita. Nessa perspectiva,
numa abordagem geral, a TD pode ser entendida como modos tradicio-
nais de dizer/escrever, sendo que esses modos podem ir desde fórmulas
simples até um gênero complexo.

3.2. TRADIÇÃO DISCURSIVA E MUDANÇA LINGUÍSTICA. Desenvolvo aqui, de modo


genérico, o conceito de mudança linguística (cf. Koch 2008), a partir de
Coseriu (1979), que recupera uma distinção fundamental entre inovação
e adoção/difusão. A inovação corresponde ao ato individual de criação de
um fato linguístico novo por um determinado falante e não basta, por si
mesma, para cumprir a mudança, no entanto, é precedente necessário
dela. A adoção de um fato linguístico inovador por outros falantes de uma
comunidade linguística provoca a sua difusão naquela comunidade e, en-
tão, o que chamo de mudança linguística.
Nesses processos de inovação, adoção e difusão, a inovação individual
ocorre, segundo Koch (2008, 56), no nível atual do discurso, baseando-se,
por um lado, em regras idiomáticas pré-existentes —mas não imutáveis,

Signo y Seña 25 186


Lopes-Damasio GRAMATICALIZAÇÃO E TRADIÇÃO DISCURSIVA

como chama a atenção esse autor—, e, por outro, em regras elocucionais


que proporcionam ao falante tais procedimentos criativos. Nessa direção,
Koch oferece duas possibilidades de interpretar o modo como se desen-
volvem os processos de adoção e difusão. Um primeiro cenário possível
seria o que representa a intervenção do domínio da língua histórica, isto
é, a inovação partiria do discurso atual e introduziria, na comunidade
linguística, uma fato novo que, adotado, em seguida, pelos falantes, se di-
fundiria em toda essa comunidade. Um segundo cenário, mais realista,
proporia a divisão da língua particular em variedades, e a comunidade
linguística em subcomunidades.
Para exemplificar, recupero o exemplo dado por Koch (2008, 58) que
corresponde a um caso de mudança linguística clássico:

(1) lat. vulgar: PLICARE “atracar” = “arribar” > esp. llegar (passar a estar em um lugar).

Segundo uma explicação etimológica, os marinheiros diziam “plicare”


para “atracar”. Visto que se atraca uma embarcação, normalmente, de-
pois de “arribar”, produz-se um contexto prototípico para a transição me-
tonímica ao significado “arribar = llegar ao porto” e, geralmente, a “pas-
sar a estar em um lugar”. Esta inovação habitualiza-se, isto é, adota-se e
difunde-se em comunidades de marinheiros. Mais tarde, o sentido “passar
a estar em um lugar” difunde-se por toda a comunidade espanhola. Esse
itinerário da mudança é muito frequente, embora a passagem para toda a
comunidade não seja necessária, já que a mudança pode bloquear-se den-
tro de uma variedade particular.
Além desse panorama, o autor apresenta a existência de um itinerário
alternativo da mudança linguística: a inovação no discurso habitualiza-se
em uma TD, para só depois passar ao papel de nova regra idiomática da
língua histórica. Nessa direção, as TDs assumem um papel decisivo na
mudança linguística.
Com base nesses pressupostos, uma concepção diádica não é suficien-
te para explicar todos os tipos de mudanças linguísticas, uma vez que
pode haver um nível intermediário entre o discurso atual e a língua par-
ticular, configurando o que caracterizaria uma concepção triádica, preci-
samente porque o afetivo, isto é, o retórico-pragmático, e o momentâneo
não coincidem completamente. Dessa forma, numa concepção triádica,
entre o discurso atual (afetivo e momentâneo) e a língua particular (não-

Signo y Seña 25 187


Lopes-Damasio GRAMATICALIZAÇÃO E TRADIÇÃO DISCURSIVA

afetiva e não-momentânea), perpassam as TDs (que representam o está-


gio do afetivo e não-momentâneo).
A transição das regras discursivas a regras idiomáticas é um processo
lento e gradual, a que subjazem outros processos, cuja interpretação
adequada, segundo Koch (2008, 77), depende da introdução do nível das
TDs na teoria da linguagem e, consequentemente, na teoria da mudança
linguística. Assim, passo, na sequência, a abordar as possíveis relações
entre TD e um tipo específico de mudança, a GR.

3.3. TRADIÇÃO DISCURSIVA E GRAMATICALIZAÇÃO. Recentemente, alguns estudos,


tal como este, contribuem para precisar os efeitos, semântico-cognitivos,
implicados nos processos de GR, rechaçando, de princípio, o conceito
“simplista” —para usar as palavras de Koch (2008, 78)— de bleaching, e,
por esse caminho, esclarecer a relação entre GR e reanálise e corrigir a
ideia de um único continuum compacto de GR (cf. Detges 1999, 2003;
Detges e Waltereit 2002).
Com o objetivo de aproximar os paradigmas teóricos da GR e das TDs,
é importante destacar (cf. Kabatek 2005c, 28-29) que os estudos de GR
não necessitam, em primeira instância, de fatores externos, já que procu-
ram explicar as mudanças gramaticais a partir de um ponto de vista pura -
mente interno, ainda que dependente de fatores pragmáticos da comuni-
cação como lugar em que os princípios cognitivos são convertidos em fa-
tos de fala com a possibilidade de se tornarem, gradualmente, fatos de
língua. A visão externa, embora supérflua, nesta concepção, entretanto, é
necessária para explicar aspectos como o ritmo da mudança, fatores que
dificultam canais de GR, podendo levar, inclusive, à inversão aparente das
regularidades esperadas. Por sua vez, o estudo das TDs pode até mesmo
prescindir da visão propriamente linguística (e interna), por exemplo,
quando se focaliza a história de um gênero determinado apenas no que
tange a seus aspectos puramente literários. Apesar disso, pode-se, a con-
tento, relacionar as TDs com a abordagem interna da mudança linguísti-
ca, o que, na opinião de Kabatek “não só é possível, como promissor e
frutífero” (2005c, 29).
Nessa linha, as TDs podem afetar ambas as perspectivas, interna e ex-
terna. Afeta a interna, quando esta pretende reconstruir uma diacronia
única e linear, já que vai fazer referência direta à realidade de língua con-
creta (cf. concepção coseriana), e não abstrata (cf. concepção saussuri-
ana), em que se comparam “estados de língua” diferentes em momentos

Signo y Seña 25 188


Lopes-Damasio GRAMATICALIZAÇÃO E TRADIÇÃO DISCURSIVA

diferentes da história. Assim, na mudança linguística, comparam-se as-


pectos de textos pertencentes a TDs distintas. Ao mesmo tempo, as TDs
afetam a visão externa, por causa de uma de suas características princi-
pais: o fato de que não são elementos ligados a uma língua, mas a uma
cultura, isto é, em um sentido mais amplo, a algo denominado como co-
munidade textual (Kabatek 2005, 31-32). Assim, as fronteiras de uma TD
são mais amplas do que as de uma língua.
Nessa perspectiva, ao adotar a concepção de TD, reconheço, ao mes-
mo tempo, a necessidade intrínseca de rever ambas as visões, no que tan-
ge à mudança linguística, ou seja, rever a forma de conceber o papel de
fatores externos e internos nesse processo de mudança. A primeira revi-
são, ancorada na perspectiva interna, diz respeito ao monolitismo com o
qual se pretende descrever e se têm descrito a história da língua, como se
se tratasse de uma espécie de linha reta, em sucessão linear, claramente
definida ou definível. Na realidade, é preciso considerar a existência de
um complexo edifício de variedades e de textos em cada um dos momen-
tos da história.
Esse primeiro ajuste teórico traz consequências fundamentais na nos-
sa concepção de diacronia, uma vez que, ao adotá-lo, não pode ser manti -
da uma visão de diacronia ideal. Segundo Kabatek (2005a, 2005c, 2006),
quando se estuda a história de uma língua, estudam-se não as mudanças
da língua, mas da língua dos textos de diferentes épocas, considerados
representativos dos estados concretos dessa língua.
Em consequência dessa primeira revisão, abro mão da concepção de
GR, assim como de toda mudança linguística, como um processo linear, e
passo a concebê-la como um complexo em que, a depender da tradição
textual, o processo pode estar mais ou menos avançado, bem como pode
nunca ter se iniciado.
Nessa direção, ao adotar as TDs com o intuito de atingir a primeira re-
visão proposta, consequentemente, atinjo a segunda revisão, relacionada
à ligação entre TD e fatores externos. Ou seja, ao admitir a relevância das
TDs, na perspectiva interna, admito, naturalmente, a relevância dos fato-
res externos, de ordem cultural, que subjazem o próprio conceito de TD e,
assim, escapo da problemática visão da mudança linguística como proces-
so que se dá a partir da manipulação de uma “mão invisível” 4 que, embo-

4 Essa teoria foi defendida por Helmut Lüdtke (1986) e, posteriormente, pelo germanista
Rudi Keller que explica, em trabalho bastante difundido, a mudança linguística como //190

Signo y Seña 25 189


Lopes-Damasio GRAMATICALIZAÇÃO E TRADIÇÃO DISCURSIVA

ra válida como metáfora, no âmbito de uma teoria da mudança focada no


nível abstrato da língua, é totalmente inútil como explicação, no âmbito
da língua concreta. Dessa forma, uma teoria como a GR ganha argumen-
tos relevantes para a explicação da mudança gramatical quando, ao
acrescentar as TDs em sua agenda de investigação, altera, com isso,
numa visão interna, o idealismo de uma diacronia linear e, numa visão
externa, acrescenta dados referentes a distintas condições de produção
dos textos que constituem essas TDs, associadas, intimamente, com o
contexto cultural em que se inserem, em nome de uma verdadeira abor-
dagem da língua concreta em sua dimensão histórica.
Uma proposta de análise subsidiada por essa concepção de língua fun-
damentalmente orienta-se pelo uso e não pelo sistema, o que, por sua vez,
direciona para uma imprescindível abordagem das flutuações que podem,
assim, ser constatadas.

4. NO DOMÍNIO DA FLUTUAÇÃO. Antes de iniciar a análise das ocorrências da


locução juntiva, nos corpora eleitos para este trabalho, apresento algu-
mas considerações pertinentes relacionadas à flutuação existente entre
as construções concessivas e as adversativas.
Segundo Koch (2001), do ponto de vista semântico, os juntores adver-
sativos (do grupo do mas) e os concessivos (do grupo do embora) têm fun-
cionamentos semelhantes: opõem enunciados de perspectivas diferentes,
que orientam para conclusões contrárias, instaurando, portanto, uma re-
lação de contraste. Também para Halliday e Hasan (1976), tanto as cons-
truções adversativas quanto as concessivas são mediadas por uma rela-
ção contrastiva, cujo significado básico é a contrariedade à expectativa.
Nessa linha, Chen (2000) afirma que semanticamente a noção de conces-
são é muito similar à de contraste e inerentemente relacionada à de ad-
versidade. Como Quirk et al. (1985) pontuam, existe frequentemente uma
mistura de contraste e concessão. Sendo assim, é possível argumentar
que uma relação concessiva sempre implique uma relação adversativa.
Diante disso, pressupõe-se que alguns mecanismos e/ou contextos relacio-
nados com a emergência de adversativos podem ser fundamentais para a
emergência de juntores concessivos, em nível sintático, mas, ao mesmo

//189 um processo da “mão invisível”, no qual uma soma de atuações individuais leva a um
resultado não intencionado pelos indivíduos como se os falantes fossem guiados por uma
mão invisível (Kabatek 1996, 57).

Signo y Seña 25 190


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tempo, casos de grande flutuação entre esses conceitos, em nível semân-


tico-pragmático.
Segundo König (1985, 5) a distinção entre adversativas e concessivas
precisa ser estabelecida. Para o autor, as adversativas, em nível da coor-
denação ou parataxe, são definidas como relações entre proposições que
suportam conclusões contraditórias, sendo que o ponto principal do falan-
te se expressa pela segunda proposição (aqui, denominada Q). As con-
cessivas, pelo contrário, são baseadas em relações condicionais/causais
entre eventos em nível da subordinação ou hipotaxe. Apesar dessas dife-
renças, o autor destaca que não deve ser obscurecido um ponto essencial
de similaridade: em ambos os casos, algo é suspenso —na relação adver-
sativa, o significado de P (primeira proposição) como um argumento em
favor de uma conclusão R, à qual o falante/escritor quer que o ouvinte/lei-
tor chegue; e, na concessiva, a aplicabilidade de certas normas concer-
nentes às relações causais ou condicionais para uma situação corrente—.
Além disso, segundo König (1985, 7), alguns juntores (apesar de, ain-
da que, por exemplo) somente expressam relações concessivas, enquanto
outros (embora, por exemplo) podem ser usados para os dois tipos de re-
lações. Tomando esse fato juntamente com o de que nem todas as línguas
apresentam juntores concessivos enquanto todas parecem ter seus adver-
sativos —como mas—, sugere-se que a relação de adversidade seja mais
geral e básica e que a relação de concessão seja uma variedade específica
da primeira. Diante disso, pressuponho que, a partir de uma relação basi-
camente adversativa, pode-se inferir, por conta da própria fluidez semân-
tico-pragmática, uma relação concessiva, mais abstrata, a depender do
contexto, o que as torna cada vez mais próximas.
A fluidez da relação entre adversidade e concessão fundamenta-se ain-
da a partir do exame cuidadoso das fontes de GR de juntores concessivos,
que, segundo Chen (2000, 91), apresentam-se sob uma grande variedade,
relacionada, de uma forma ou de outra, às propriedades sintático-semân-
tico-pragmáticas das concessivas, em expressões que: (i) concedem a
existência de uma situação adversa, como os SVs admitir/conceder; (ii)
enfatizam a adversidade de uma situação concedida, como mesmo/ainda
assim; (iii) afirmam a ineficácia de uma situação, como apesar de/todavia;
(iv) declaram a concomitância de duas situações expressas pela antece-
dente (P) e pela consequente (Q), como embora; (v) ajudam a afirmar a

Signo y Seña 25 191


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factualidade da situação expressa pela consequente (Q), como apesar dis-


so5.
Para Chen (2000), a motivação para o uso do equivalente a mesmo/ain-
da assim e suas formas variantes, no inglês, como juntor concessivo é
clara, já que, ao atuar como partícula enfática, afirmando que a verdade
da consequente (Q) não é menos válida por causa da situação adversa ex -
pressa na antecedente (P), pressiona a relação concessiva. Esse mecanis-
mo também evidencia a fluidez entre essas relações.
Neves (1999) afirma que a relação que se estabelece entre essas
construções, caracterizando tal fluidez, não é simples, da mesma forma
como também não o é a implicação que pode ser apontada entre as rela-
ções causais, condicionais e concessivas, “todas elas expressivas de uma
conexão 'causal' lato sensu entendida, e todas elas explicáveis em depen-
dência da (não) satisfação de necessidade/de suficiência de determinadas
condições” (545)6. Torna-se evidente a ligação entre concessão, não satis-
fação de condições e frustração de uma causalidade possível 7. Aqui, admi-
tindo a fluidez da relação entre adversativas e concessivas, tomarei como
pressuposto o fato de que possíveis implicações para o desenvolvimento
de uma podem ser relevantes para o desenvolvimento de outra.
Para ilustrar, mais uma vez, essa fluidez, lanço mão da proposta de Oli-
veira (1996, apud Martelotta 1998), segundo a qual tanto as construções
concessivas quanto as adversativas envolvem uma asserção de base (P) e
uma negação ou restrição (Q), representativa do argumento que tende a
prevalecer na construção. Segundo essa proposta, o elemento conectivo
ocorre em P quando se trata de uma concessão, enquanto que, na adver-
sativa, ocorre em Q. Os exemplos abaixo são de Oliveira (1996):

(2) Embora estejamos no inverno (P), está quente (Q).

(3) Está quente (P), mas estamos no inverno (Q).

5 Vale lembrar que apesar disso permite paráfrase por mesmo/ainda assim.
6 Para Hermodsson (1994, 93, apud Neves 1999, 546), a concessiva qualifica-se como nega-
ção, de nível sintagmático, da relação normal suposta entre as proposições citadas na pre -
missa maior e na menor.
7 Harris (1988) afirma que existe uma relação semântica que se estende no seguinte conti-
nuum: orações causais > condicionais > condicionais-concessivas > concessivas. Enquanto
no extremo à esquerda a relação de causa é afirmada, no extremo à direita, esse vínculo
causal é negado. Assim, uma causa ou condição é expressa na oração concessiva, mas o
que se espera a partir dela é negado na oração nuclear.

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Diante disso, lembro, em contrapartida, juntamente como já apontado


a partir de König (1985), a possibilidade de termos, além da concessiva
embora P, Q, exemplificada em (2), corroborando a distinção proposta por
Oliveira, também a possibilidade P, embora Q. Ou seja, o juntor encabe-
çando a restrição (Q), ainda que dentro de uma construção tradicional-
mente chamada de concessiva8.
Em relação à manobra argumentativa, nas adversativas, emprega-se,
segundo Guimarães (1987), a estratégia do suspense, que faz vir à mente
do interlocutor/leitor uma conclusão R, para depois introduzir um (con-
junto de) argumento(s) que levará à conclusão ~R. Na concessiva, o locu-
tor utiliza a estratégia da antecipação, anunciando de antemão que o ar-
gumento introduzido por esse juntor será anulado. É importante lembrar,
mais uma vez, que a possibilidade de alguns juntores prototipicamente
concessivos, como embora, surgirem encabeçando Q, torna, novamente, a
relação entre adversativas e concessivas marcada pela flutuação:

(3) (a) Está quente (P), embora estejamos no inverno (Q).

Todo esse raciocínio sinaliza a base argumentativa da construção con-


cessiva que representa, segundo Neves (1999, 562-563), o ponto exato
em que podem ser examinadas as similaridades e diferenças entre con-
cessivas e adversativas. Para ilustrar essa colocação, parto de uma adap-
tação dos exemplos expostos pela autora a fim de correlacionar ocorrênci-
as concessivas, em que se refuta uma objeção, com possíveis formulações
adversativas, em que se admite uma proposição:

(4) Embora muito forte, eles fazem um molho muito gostoso.

(5) (O molho) é muito forte, mas (mesmo/ainda assim) é muito gostoso.

Neves (1999, 563-564) ilustra essa operação argumentativa com os


esquemas:

Concessivo
(4) (a) Alguém pode me objetar que o molho que eles fazem é muito forte, e eu não desco-
nheço isso;
(b) (mesmo/ainda assim) o molho é muito gostoso.

8 Essa diferença formal tem reflexos no funcionamento discursivo-argumentativo (cf. Neves


1999).

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Adversativo
(5) (a) Eu admito que o molho que eles fazem é muito forte;
(b) (mesmo/ainda assim) o molho é muito gostoso.

O misto concessivo-adversativo torna-se mais evidente quando ambos


os juntores vêm expressos na mesma oração. Segundo a autora, nesses
casos, o esquema prevê que a concessiva, ao mesmo tempo, expressa re-
futação a uma possível objeção de qualquer pessoa e também assentimen-
to referente a alguma validade dessa objeção. Nesse tipo de construção,
determina-se uma ordem fixa, na qual a refutação precede a admissão, di-
ferentemente das construções tradicionalmente concessivas, em que a or-
dem é livre. O exemplo dessa coocorrência é adaptado de Neves (1999,
564):

(6) Nós temos as reuniões… muito mais participação, porque, mesmo que alguns professores
faltem porque tenham outros… outros afazeres no ambulatório, mas (ainda assim) sempre
tem um bom número de reuniões.

Além desses aspectos que indiciam a fluidez entre as concessivas e as


adversativas, chamo a atenção também para aspectos de natureza sintá-
tica, relacionados à integração oracional e que supostamente caracteri-
zam a diferença que tradicionalmente observa-se entre essas orações, já
que as concessivas equivalem, prototipicamente, às subordinadas adver-
biais, aqui analisadas no âmbito da hipotaxe, enquanto as adversativas, às
coordenadas, no da parataxe. Por hipótese, as orações paratáticas são
gradualmente menos vinculadas sintaticamente do que as hipotáticas e,
desse fato, decorrem algumas distinções em cada um dos tipos de rela-
ções interproposicionais. Para ilustrar essas considerações, apresento as
orações abaixo, adaptadas de Martelotta (1998, 42):

(7) Ele correu muito, mesmo/ainda assim não se cansou.

(8) Mesmo/Aindaque tenha corrido muito não se cansou.

Em (7), ocorre a parataxe com o juntor expresso em Q, sendo que a vincu-


lação entre P e Q limita-se à referenciação anafórica realizada por assim,
na locução em Q, responsável por estabelecer uma retomada de P como
um todo. Já em (8), P assume o lugar do elemento anafórico, penetrando
em Q e indicando um grau maior de integração. Se (7) exemplifica adver-
sidade e (8), concessividade, tais colocações ilustram diferenças entre es-
sas duas acepções no que diz respeito ao grau de integração oracional.

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Segundo Martelotta (1998, 43), um reflexo dessa distinção relaciona-


se às incidências adverbiais, isto é, nas adversativas, um advérbio (como
com certeza) incide apenas sobre P, constituindo Q um argumento refe-
rente a P, mas distinto dele e fora do escopo adverbial, o que não ocorre
nas concessivas, em que esse escopo incide sobre toda a construção, refe-
rindo-se à relação semântica global estabelecida entre as orações:

(9) Com certeza, a vida é boa, mesmo/ainda assim devemos levá-la a sério.

(10) Com certeza, embora a vida seja boa devemos levá-la a sério.

Também a presença de formas reduzidas indica um maior grau de vin-


culação entre as orações, por isso, prototipicamente, não ocorre nas para-
táticas. Além disso, é possível a inversão da ordem sintática quando se
trata de uma concessiva (traço característico das hipotáticas) 9, mas não
de uma adversativa, que compartilha essa característica com as paratáti-
cas, cuja ordenação obedece a uma relação icônica entre a ordem dos fa-
tos e dos argumentos lógicos10.
Considerando as distinções entre a natureza concessiva e adversativa
das construções e também as flutuações verificadas nesse domínio, inclu-
indo aí, expressivamente, as relações causais e condicionais (cf. Chen
2000, Guimarães 1987, Halliday e Hasan 1976, Koch 2001, König 1985,
Martelotta 1998, Neves 1999, Harris 1988), denominarei a relação P,
mesmo/ainda assim Q, em seus usos mais gramaticalizados e prototípicos,
como contrastiva a partir da constatação do traço de contra-expectativa,
no âmbito da adversidade e da concessão. Segundo Heine et al. (1991,
192), a noção de expectativa relaciona-se ao fato de que as línguas, de
modo geral, apresentam formas de expressão para codificar a distinção
entre situações que correspondem às normas compartilhadas e situações
que se desviam dessas normas, sendo apenas estas codificadas pela gra-
mática. Os elementos marcadores de contra-expectativa ou, simplesmen-

9 Segundo Neves (1999, 554), a inversão da ordem sintática de P e Q não é gratuita, já que,
consequentemente, passa-se do domínio do conteúdo para o domínio epistêmico (Sweetser
1990).
10 Sweetser (1990) argumenta que a nossa expressão linguística do mundo interno é modela-
da a partir de nossa expressão do mundo real e demonstra que a anterioridade epistêmica,
visualizada, por exemplo, na premissa antes da conclusão, reflete, iconicamente, a anterio-
ridade temporal desses eventos no mundo real. Assim, se a oração consecutiva ocorre de-
pois da causal, espera-se que, na relação contrastiva, a quebra de expectativas se dê em
relação àquilo que vem antes, ou seja, espera-se que a restrição (Q) ocorra depois da base
(P).

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te, contrastivos codificam gramaticalmente esse segundo tipo de situação.


Seu uso implica uma comparação entre o que é dito e o que se
espera/pressupõe, em relação à norma.

5. ANÁLISE DOS DADOS


5.1. O ESTATUTO DE MESMO/AINDA ASSIM EM GR. A locução mesmo/ainda assim
apresenta, no português atual, valor abstrato, contrastivo, podendo ser
parafraseada por mas e, com alterações contextuais, por embora:

(11) A tarefa é fácil, mesmo/ainda assim exige esforço.


(a) A tarefa é fácil, mas exige esforço.
(b) Embora fácil, a tarefa exige esforço.

Na ocorrência (12)11, ainda assim apresenta-se em posição inicial de Q,


sem coocorrência de outra conjunção ou incidência adverbial, articulando
as orações P e Q, sendo P uma reduzida de gerúndio:

(12) É neste tempo que eu chego defora em 6do|corrente e sendo já nomeado por esta Villa a
dita Junta, vime obrigado|a tomar parte nos negocios, temendo, que o excesso de enthuzi-
asmo naõ|degenerasse em males internos, e externos. Estando Membros d'|alguã Villas,
ainda assim tenho feito, que se naõ tenha installado|a Junta, a espera de Sorocaba, que
ainda naõ o quiz mandar (apezar |de que está tambem com bons sentimentos) […] [BN-
XIX-11/03].

Não existe, nesse contexto, uma relação contrastiva veiculada pela locu-
ção, isto é, P descreve uma situação factual/verdadeira em relação à qual
Q também descreve outra situação factual/verdadeira que não representa
uma situação inesperada/incompatível com a informação em P, mas uma
consequência do que foi aí enunciado: é exatamente a presença dos mem-
bros das vilas que possibilita os feitos do novo político, recém-chegado,
sem a instalação da referida junta. Assim, há uma relação de causa-con-
sequência, que permite a paráfrase de ainda assim por por isso, mas não
por apesar disso, a partir da acepção de assim não reanalisada com ain-
da, conforme seguinte reescrita do segmento, que apresenta unicamente
uma modificação na localização do sinal de pontuação (vírgula) que, pro-
totipicamente, acompanha essa acepção funcional de assim (hoje!):

(12) (a) Estando membros de algumas vilas ainda, assim, tenho feito […].

11 As ocorrências de (12) a (16) foram extraídas do corpus de cartas.

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Lopes-Damasio GRAMATICALIZAÇÃO E TRADIÇÃO DISCURSIVA

A ocorrência ilustra as relações entre causa e concessão (Chen 2000,


Neves 1999, König 1985), refletidas, na diacronia, em contextos que, em-
bora sintagmaticamente favoreçam a leitura contrastiva, cognitivamente
revelam a relação causal, significando que um contexto, marcado pela no-
ção de causa, pode favorecer o desenvolvimento de traços contrastivos e,
dessa forma, a mudança linguística.
A presença da reduzida e da relação semântico-conclusiva impossibili-
tam a inversão da ordem das orações e, por conta disso, estabelece-se
certo grau de dependência entre P e Q, no sentido da completude semân-
tico-formal.
Em (13), abaixo, novamente não se verifica o contraste marcado por
assim mesmo, mas uma relação, não totalmente gramaticalizada, de coor-
denação conclusiva veiculada por e assim, seguida por mesmo se que ex-
pressa um obstáculo hipotético, ou seja, uma relação condicional, que
garante, no contexto, o valor de contrariedade à expectativa. Não se tra-
ta, portanto, de uma leitura reanalisada da locução contrastiva assim
mesmo, embora a acepção contrastiva esteja presente no âmbito do obs-
táculo hipotético, codificado por se mesmo, no contexto.

(13) […] faltas de equi=│dade em manobras mais sublimes, vejo eu que me cauzaõ pena,
efa=│zem viver por ca com desgosto, eamuito tempo estaria em Lisboa, naõ obitive
sa=│ber muito bem os termos, emque está de caristia de viveres, se me naõ os pesados │
grilhoens damesma familia, easim mesmo se mefoce pocivel, cobrar dehum│golpe oque
me devem, hiria acabar os meos dias em Lisboa perto do│ meo Principe, epodendo euaqui
dizer a V. Sª. muitas couzas, mere= meto ao silemcio [BNXIX-19/11].

Dessa forma, mesmo integra com se uma locução condicional, que estabe-
lece a relação mesmo se P, Q, em que P apoia-se em uma hipótese, nessa
ocorrência, observada em me fosse possível, representativa de uma con-
dição de realização de Q, entendida como o resultado da condição enunci-
ada em P (iria acabar os meus dias em Lisboa). Ambas as relações, a de
conclusão (não-prototípica), expressa por e assim, e a de condição, ex-
pressa por mesmo se, compartilham a mesma oração Q:

(13) (a) não obtive saber muito bem os termos em que está de carestia de viveres, se não os
pesados grilhões da mesma família, (P)
e assim,
[mesmo se me fosse possível cobrar de um golpe o que me devem,]
iria acabar os meus dias em Lisboa […] (Q).
(b) não obtive saber muito bem os termos em que está de carestia de viveres, se não os
pesados grilhões da mesma família,

Signo y Seña 25 197


Lopes-Damasio GRAMATICALIZAÇÃO E TRADIÇÃO DISCURSIVA

e assim,
mesmo se
me fosse possível cobrar de um golpe o que me devem, (P)
iria acabar os meus dias em Lisboa […] (Q).

Este contexto é relevante para o disparo da emergência da reanálise


estrutural de [assim] [mesmo] a [assim mesmo], bem como para o da
emergência do significado contrastivo da locução, já que, segundo Harris
(1988, 75), conforme pontuado anteriormente, um dos padrões 12 que ex-
plicam o desenvolvimento de vários juntores das línguas românicas e do
inglês relaciona a origem das contrastivas a construções condicionais, via
cláusulas contrastivas condicionais, que representam uma mistura das
duas noções, cf. (13). Assim, sugiro que essa sequência seja potencial
para a reinterpretação dos limites semântico-formais induzida pelas con-
tingências contextuais, isto é, por processo metonímico (pela contiguida-
de formal, em relação à reanálise estrutural, e pela contiguidade dos sig-
nificados —contrastividade e condicionalidade— em relação à reanálise
semântica). Essa também é a interpretação de Neves (1999).
A ocorrência (14) demonstra contexto de ambiguidade semelhante a
(12):

(14) O dito quintal seacha imaberto, por que se│lhefazem algum concerto, como ja vi praticado
peloz Indios, para vedar as criaSsoens dediferentes vezinhos, que│aly entraó apastar todo
anno, vem o fogo Com so│me o mato, ou feital, que antes estava cobrindo as│ruinas, ou
fraqueza dos valos, reconhessem as cri│aSsoens as partes por onde podem fazer assua
en=│trada, e por estes passaó quando emcontraõ segu│ranSsa nas partes retificadas,
oque naó aconte│se hoje ou há annos, por que todo seacha fran│co e se conserva, como
campo comum; esse│algums Indios tem algums retalhinhos do mesmo│quintal atacados
com sercas saó taó lemitados│osterrenos, que nomeo conseito so daó para pouco│mais
que huma orta de repolhos, ficando assim│mesmo parte da Aldeâ, eaIreja [sic] sem defe-
za│das criaSsoens [AIXVIII-24/62].

Em (14), assim mesmo ocorre após o verbo da reduzida de gerúndio que


constitui Q, em posição medial, sem a coocorrência de outra conjunção ou
incidência adverbial. A ambiguidade configura-se pela possibilidade de

12 Harris (1988, 75) apresenta seis padrões que auxiliam na compreensão da natureza dos co-
nectivos e, sobretudo, dos contextos que refletem a relação de contrastividade. São eles: (i)
o padrão indefinido, portanto total (Whatever you may do, nevertheless…); (ii) o padrão to-
tal explícito (All that you may do, nevertheless…); (iii) o padrão volitivo (Let it be as you
wish/ let it be so, nevertheless…); (iv) a marca explícita de posição escalar extrema (Most
X that it maybe, nevertheless…); (v) padrão temporal, frequentemente reforçado
(While/when… nevertheless…) e; (vi) O padrão condicional, frequentemente reforçado
(Even if/ though He did it, nevertheless…). Aqui, interessa especificamente o padrão (vi).

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Lopes-Damasio GRAMATICALIZAÇÃO E TRADIÇÃO DISCURSIVA

duas interpretações distintas para o mesmo contexto. Na primeira, cf.


(12), a relação contrastiva não é observada, já que P e Q descrevem situa-
ções factuais/verdadeiras e que não representam uma situação inespera-
da/incompatível. Segundo essa interpretação, o fato de os índios terem
retalhinhos de quintal, atacados com cercas, é insuficiente para modificar
o fato de as suas criações continuarem sem defesas. Dessa forma, a locu -
ção assim mesmo pode ser parafraseada por do mesmo modo e permite
uma relação em que todo o segmento tópico, em P, em especial porque
tudo se acha franco e se conserva como campo comum, funciona numa
relação de causa-consequência com Q: ficando assim mesmo parte da al-
deia e a igreja sem defesa das criações. Na segunda interpretação, a rela-
ção contrastiva é agora veiculada pela locução se for considerado um con-
texto mais específico do tópico, marcado pela oração condicional se al-
guns índios tem alguns retalhinhos do mesmo quintal, atacados com cer-
ca, em P. Essa informação funciona como base para a inferência de que
há “defesa das criações, já que os índios têm seus quintais atacados com
cercas”, contrastada pela afirmação contrária em Q. Dessa forma, a locu-
ção assim mesmo resgataria, em Q, exatamente o conteúdo da condicio-
nal, podendo ser parafraseada por apesar disso13:

(14) (a) […] porque tudo se acha franco e se conserva como campo comum, e se alguns índios
têm alguns retalhinhos do mesmo quintal, atacados com cercas, são tão limitados os terre-
nos que, no meu conceito, só dão para pouco mais do que uma horta de repolhos, ficando
da mesma forma parte da aldeia e a igreja sem defesa das criações […].
(b) […] porque tudo se acha franco e se conserva como campo comum, e se alguns índios
têm alguns retalhinhos do mesmo quintal, atacados com cercas, são tão limitados os terre-
nos que, no meu conceito, só dão para pouco mais do que uma horta de repolhos, ficando
apesar disso parte da aldeia e a igreja sem defesa das criações […].

Toda essa complexidade semântico-formal, principalmente de P, nesse


caso, gera a ambiguidade da acepção e constitui um ambiente propício
para a mudança, uma vez que mesmo que se queira transmitir A, não se
pode evitar, a partir de um tópico como esse, que se interprete B. Nova-
mente, esse contexto apresenta a correlação entre causa, condição e
concessão, relacionada ao desenvolvimento da acepção contrastiva.

13 Na primeira interpretação, a inversão da ordem de Q em relação a P não é possível por


conta do estabelecimento da relação lógica entre P e Q. Na segunda, essa impossibilidade
é mantida por meio da relação fórica estabelecida entre Q e P.

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Lopes-Damasio GRAMATICALIZAÇÃO E TRADIÇÃO DISCURSIVA

Em (15), assim mesmo, no início de Q, sem coocorrência de outra con-


junção ou incidência adverbial, articula P e Q, sendo P uma oração com-
plexa:

(15) Eoutro Ssim por que hay huãs profecias │ de Como vossaexelencia naõ hade hir a Cujaba
SenoSso │ Senhor ouvir osRogos dospeccadores aSsim mesmo │ hadeSer por que me pa-
rece naõ ha' quem │ Sedescuide Com esta deligençia inda que │ Seria Com muito dispen -
dio de vossaexelencia Seadita pro │ feçia sahir Certo […] [AIXVIII-11/48].

Nesse contexto, assim e mesmo já estão reanalisados na locução contras-


tiva. Sintaticamente, a construção pode resultar da elisão do verbo sendo
(mesmo [sendo] assim, cf. Lopes-Damasio 2011). Nesse contexto, mesmo
funciona como operador de subordinação com interpretação
concessiva/contrastiva, semelhante àquela que se obtém com embora, en-
quanto assim retoma anaforicamente a proposição precedente.
Em P, há uma asseveração com a admissão de V. Exa. não ir a Cuiabá
e, em Q, a não aceitação da inferência realizada a partir dela, gerando o
contraste. Novamente, há a presença, em P, da condicional se nosso Se-
nhor ouvir os Rogos dos pecadores, antes da inserção de Q. A relação de
quebra de expectativas que gera o contraste via negação de inferência
existente entre P e Q é perpassada pela condição, revelando, mais uma
vez, a importância do contexto —condicional/contrastivo— para o desen-
volvimento dessa última acepção, ainda que em condições distintas da-
quela analisada em (13), uma vez que aqui a locução já está reanalisada.
O segmento há de ser de Q ativa o compartilhamento da informação ir
a Cuiabá, de P, desfazendo a negativa presente nesse segmento e estabe-
lecendo o contraste, marcado pela locução. Segue uma reescrita atualiza-
da desse segmento tópico (em negrito, estão os trechos compartilhados
entre P e Q; entre parêntese, a paráfrase por apesar disso; sublinhada, a
oração condicional que compõe o contexto de P e, ainda, mais um trecho
desse tópico que favorece a interpretação proposta):

(15) (a) porque há umas profecias de como Vossa Excelência não há de ir a Cuiabá se nosso
Senhor ouvir os Rogos dos pecadores, assim mesmo (apesar disso) há de ir a Cuiabá
porque, me parece, que não há quem se descuide com esta diligência, ainda mais que se-
ria com muito dispêndio de Vossa Excelência se a referida profecia for verdadeira.

Frente a essas constatações, a relação de ordenação entre P e Q é


marcada, tanto em nível formal, pela foricidade estabelecida por Q em re-
lação a P, quanto em nível semântico, pela colocação em P que funciona

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como base para a inferência que contrasta com a colocação em Q, sendo


esse contraste marcado pela locução assim mesmo. Torna-se, portanto,
agramatical uma inversão da ordem de P e Q.
Em (16), assim mesmo coocorre, no final de Q, com mas, responsável
pela articulação de P e Q, em contexto de inserção parentética em Q:

(16) Além disso desde março que│estou lecionando Inglês e Português; o que│mais custa é ser
à noite, mas como│não tinha nada, aceitei assim mes-│mo [FFXX-54f/136].

Como já destaquei, em P há uma asseveração, com a admissão de um fato


e, em Q, a não aceitação da inferência a partir do que foi veiculado em P.
Diferentemente de (15), a insuficiência da asseveração, em P (cuja forma
não é a de uma asseveração propriamente dita), para permitir a inferên-
cia contrastiva, é indicada por assim mesmo, justificando a ocorrência de
mas, que marca o contraste e, no final de Q, a de assim mesmo, que refor-
ça esse contraste. No segundo membro coordenado, o parêntese insere
um argumento não considerado (como não tinha nada), avaliado como
mais relevante do que o anterior, no primeiro membro, embora esse ar-
gumento, em P, seja admitido, justificando a relação contrastiva e, assim,
o uso de mas e de assim mesmo14.
A inversão da ordem de P e Q torna a construção agramatical graças à
articulação realizada por mas, indicando o princípio icônico de ordenação
desses enunciados coordenados, e à relação fórica estabelecida por assim
mesmo, ainda que possa haver mobilidade da locução em Q após mas (pré
ou pós verbal).
Nas TDs do Iboruna, ocorrem casos cf. (16), em que, tanto em posição
final de Q (17), como após mas, em posição pré verbal (18), a locução in-
dica a não aceitação da inferência realizada a partir da asseveração, em
P, e marcada inicialmente por mas, enfatizando a acepção contrastiva do
complexo:

(17) um po(u)quinho só… e:: cada duas horas eu tenho que comê(r) um po(u)quinho de coisa
porque meu estômago tá pequenininho né?… mas eu me conformo MESmo assim porque
eu saí dos cento e trinta quilos… [AC-152/NE1222].

14 Além da relação contrastiva, mais abstrata, a locução assim mesmo permite paráfrase por
do mesmo modo, revelando a ambiguidade semântica (MODO > CONTRASTE) que perpas-
sa seus usos não prototípicos, com acepção mais concreta.

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(18) chegamo(s) em Noronha pegamo(s) um aviãozinho pequeno -- óh eu dentro dos aviões de


novo --… só que aquele eu senti medo… tomei Dramim tudo pra num vomitá(r) mas mes-
mo assim passei muito mal… [AC-051/DE095].

Esse tipo de ocorrência representa um estágio em que a locução, atrela-


damente ao seu elo anafórico —que, como germe de sua função juntiva,
reforça a relação entre Q e P, já marcada por mas—, desempenha a fun-
ção de reforçar o contraste, veiculado por este item, prototipicamente
responsável pela junção com acepção contrastiva 15. Ressalto, novamente,
a ambiguidade, nesse uso, perpassado pela acepção modal.
O corpus da TD e-mail apresenta uma única ocorrência, exposta abai-
xo, relacionada a esse padrão e à situação de ambiguidade semelhante
àquela analisada cf. (16), (17) e (18). No dado de e-mail, entretanto, mes-
mo assim encontra-se no final da coordenada Q, sem a presença de outro
elemento para o estabelecimento do contraste a partir da não aceitação
da inferência baseada na asseveração em P. Apesar disso, também são
possíveis ambas as leituras, contrastiva e modal, a partir de paráfrases
por apesar disso e do mesmo modo16:

(19) Oi, T., olha eu de novo te enchendo!!!!|| Em algumas cartas q são e-mail, não aparece o
local, || apenas o e-mail da pessoa. Devo utilizá-las mesmo assim? […] [EMAILXXI-
13/21D].

Os editoriais também oferecem contextos para a descrição do desen-


volvimento do funcionamento dessa locução, no que diz respeito à conti-
guidade sintagmática e às estratégias semântico-cognitivas realizadas por
ela. Nessa TD, entretanto, destaca-se o fato de que todas as ocorrências
apresentam a locução reanalisada.
Em (20), abaixo, a locução com valor contrastivo localiza-se em início
de Q, expressando Q a não aceitação da inferência do que foi argumenta-
do em P e, portanto, a refutação da situação factual e verdadeira aí repre-
sentada (há vergonha em confessar-se a verdade inteira). No entanto, em
P, a situação factual é apresentada via processo de modalização (Quer nos
parecer hoje) que provoca a diminuição do caráter asseverativo da pro-

15 Portanto, considero usos como (17), em que mesmo assim localiza-se no final de Q, como
representativos de contextos importantes para o desenvolvimento da função juntiva da lo-
cução, desempenhada prototipicamente aí pelo juntor mas.
16 Nos dados da TD narrativa de experiência, observa-se o mesmo tipo de funcionamento
ambíguo, na mesma localização, constatada em e-mails, mas fora de contexto interrogati-
vo.

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posição, preparando, semanticamente, o contexto de inserção de Q. Ar-


gumentativamente, não há uma estratégia puramente suspensiva, como
nas adversativas prototípicas, mas também não há uma total antecipação,
como em contextos com o juntor embora, por exemplo.

(20) Quer nos parecer que hoje há vergonha |em confessar-se a verdade inteira. ||Ainda assim,
estas informações não [levam] |o sr. conselheiro director das terras |e colonização a for-
mular um desmentido á |imprensa paulista, e particularmente a nós [APSPXIX-1876/026].

Outro contexto recorrente, em editoriais, e também relacionado a essa


fluidez argumentativa, cf. (20), pode ser representado pela ocorrência
que segue:

(21) Dado mesmo que haja reflectido e mudado|de opinião [ininteligível] os srs. ministros da
fazenda|e presidente do conselho, ainda assim ha|ahi uma questão melíndrosa e gravíssi-
ma a|decidir: é licito á corôa demittir um ministro|de estado estando o parlamento a func-
cionar|e sem que este se tenha manifestado? [APSPXIX-1879/058].

Em (21), ainda assim encontra-se em contexto que articula Q a P, sendo P


iniciada por construção parafraseável por embora. A concessiva, iniciada
por dado mesmo que, ao mesmo tempo, expressa refutação a uma possí-
vel objeção e assentimento referente a alguma validade dessa objeção, na
oração iniciada por ainda assim. Dessa forma, o contexto mostra uma for-
te mescla entre o funcionamento de embora, aí representado por outra
construção, e ainda assim, uma vez que P inicia-se apontando para a ante-
cipação da negação da inferência que será realizada a posteriori em Q,
sendo que, em Q, gramaticaliza-se novamente a negação dessa inferência
por ainda assim. Nessa ocorrência, a paráfrase da locução por mas não é
aconselhável, o que reforça a importância do contexto para a emergência
das características mais concessivas no funcionamento de ainda assim.
Outros contextos dessa locução, na TD editorial, revelam o mesmo tipo de
fluidez, no que tange à contiguidade com o item mas.
Por fim, (22) e (23), extraídas da TD editorial, trazem a locução reana-
lisada, em contextos que ilustram esse fato definitivamente:

(22) Não serve de argumento o acto que o colle-|ga procurou relacionar com esse que aconse-|
lha. Além das condições de iniciativa e exe-|cução, que são diversas, ha mais a notar que
a|opposição em Campinas era quasi geral da|parte d'aquelles que tinham que pagar o
impos-|to. Suppômos mesmo, não podemos affirmar de|prompto, que a tabella não fora
aprovada re-|gularmente pela Assemblea.||Mas, dado que a camara municipal de Cam-|pi-
nas se julgasse com direito de suspender a|execução da cobrança de uma tabella de im-|
postos, ainda assim as razões que lá podiam|ter determinado esse procedimento não são

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as|mesmas que apresentaram os srs. lavradores de|Pindamonhangaba [APSPXIX-


1884/094].

(23) Si, pois, a provincia fosse possivel ap-|plicar maior parte de sua renda a esses|dous pode-
rosos factores do seu progresso,|maior seria também a sua riqueza e pros-|peridade. ||
Mas a centralização pêa-lhe os movi-|mentos, abafa as aspirações e impõe uma |distribui-
ção de rendas em grande parte|com destino improdutivo, mesmo com re-|lação ao todo. ||
Ainda assim devem os paulistas em|cada anno fazer a conta do Deve e Haver|com o impe-
rio para ter certeza do quan-|to vale na união, como esta estabelecida|no regimen actual,
que parece não com-|prehendel-a sem as fortes cadêas da cen-|tralisação [APSPXIX-
1881/072].

Em (22), as características especificadas anteriormente estão presen-


tes no mesmo contexto: P é iniciada pela adversativa mas, seguida por
dado que, parafraseável por embora, e Q inicia-se por ainda assim que, no
segundo membro coordenado, enuncia um argumento não considerado,
em relação ao qual o argumento anterior, embora admitido (= ainda as-
sim), é considerado menos relevante do que o que vem acrescentado. Em
(23), além de o contexto apresentar a coocorrência de ainda assim e mas,
a condicionalidade está também presente.
Além dos contextos de ambiguidade já expostos, nas ocorrências das
TDs do Iboruna, observam-se outros, importantes para o processo de de-
senvolvimento, refletido sincronicamente, em que a interpretação dos
itens como componentes de uma locução com acepção contrastiva de-
pende, imprescindivelmente, de sua realização prosódica:

(24) … ah salgado eu faço aquelas coisas bá::sicas mesmo assim… éh:: uma coisa que eu faço
todo dia é milho refogado [AC-116/RP910].

(25) foram seis meses… saindo::… aí voltei com e::le… meio na escond/ escondida assim… mi-
nha avó num sabe ainda:: assim alguns parentes sabem… meu pai e minha mãe sa::bem
tudo [AC-052/NE163].

(26) mas é uma organização mui::to bacana… as ruas bem largas… pra gente fazê(r) caminha-
da e dá pra passá(r) os carros assim mesmo… porque lá a gente num caminha pelas cal-
çadas… [AC-152/DE1239].

Em (24), embora contíguos sintaticamente, é inadequada a leitura


constrastiva de mesmo e assim, o que indica um uso não reanalisado dos
itens, em “eu faço aquelas coisas básicas mesmo” e assim atuando como
MD preenchedor de pausa em contexto hesitativo (marcado pela expres-
são eh::e por pausas não preenchidas), sinalizando a procura por um as-
sunto para ser desenvolvido no tópico. Nesse caso, as análises sintático-

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semântica e pragmática são suficientes para que se chegue a esta conclu-


são.
Entretanto, em (25), a sintaxe, a semântica e até a pragmática permi-
tem a interpretação de P como “minha avó não sabe” e Q, introduzida
pela locução contrastiva “ainda assim alguns parentes sabem…”, basean-
do a leitura na quebra de expectativas que representa outros parentes sa-
berem do namoro se a avó não sabe. Ter-se-ia um uso prototípico da locu-
ção. Entretanto, a audição do inquérito e uma análise prosódica revelam
um uso de ainda e assim não reanalisado na locução, de forma que ainda
mantém sua acepção temporal, associando-se ao contorno entoacional
descendente de “minha avó não sabe ainda”, com pausa separando esse
enunciado prosódico do seguinte, iniciado por assim, realizado com con-
torno entoacional ascendente, sinalizando cataforicamente o enunciado
“alguns parentes sabem… meu pai e minha mãe sa::bem tudo”. Apesar
disso, esse contexto evidencia um ambiente propício para a reanálise
formal, na constituição da locução, dado que, semanticamente e pragma-
ticamente, a acepção constrastiva pode ser inferida a partir dele, cf. suge-
re leitura do tipo: minha avó num sabe (ainda)… ainda assim alguns pa-
rentes sabem.
De forma semelhante, em (26), apenas a análise prosódica garante,
agora, a interpretação contrastiva da locução no complexo, com P, “as
ruas bem largas… pra gente fazê(r) caminhada”, e Q “e dá pra passá(r) os
carros assim mesmo”, ao invés da análise de assim como Sinalizador de
construção de Quadro Mental (cf. Lopes-Damasio 2011), associado à des-
crição “e dá pra passá(r) os carros assim”, e mesmo ligado a porque em
“mesmo porque lá a gente num caminha pelas calçadas”. Mesmo a leitura
não atestada pela análise prosódica17 não deixa de evidenciar o significa-
do contrastivo do complexo.
Portanto, nos usos mais gramaticalizados, que estou chamando aqui de
usos prototípicos, a locução é empregada em orações consideradas livres
e funcionalmente independentes. Para uma melhor ilustração desse fun-
cionamento, recupero os pressupostos de Halliday (1985), conforme qua-

17 Prosodicamente, constata-se uma frase entoacional (I) em Q, marcada por contorno final
descendente e por pausa que a separa da próxima I porque lá a gente num caminha pelas
calçadas. Portanto, assim mesmo realiza-se no interior da mesma I, sem pausa separando
os itens que constituem a locução.

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dro abaixo, em que à notação 1 (inicial) e 2 (continuação), na parataxe, e


α (dominante) e β (dependente), na hipotaxe, acrescentar-se-ão P e Q:

Primária Secundária
Parataxe 1P (inicial) 2Q (continuação)
Hipotaxe αP (dominante) βQ (dependente)
Quadro 1: Parataxe e hipotaxe.

De acordo com a análise realizada neste trabalho, em seus usos mais


prototípicos, em 2Q, mesmo/ainda assim representa uma combinação de
realce com a parataxe (1P x 2Q), produzindo o que é também um tipo de
coordenação. A oração introduzida por mesmo/ainda assim integra a cate-
goria causal-condicional apresentada por Halliday (1985, 213), marcando
um significado de concessão-consequência, que, aqui, denominei de rela-
ção contrastiva, ao invés de concessiva, a fim de marcar uma diferença
entre esses usos e os concessivos: se a oração em realce preceder, tor-
nando-se temática, no complexo oracional, a relação é hipotática, e, por-
tanto, concessiva, se a oração em realce proceder, como é o caso de 2Q
introduzida por mesmo/ainda assim, a relação é paratática. No entanto,
enfatizo que, com isso, não estou desconsiderando toda a fluidez semân-
tico-cognitiva que perpassa esses usos, conforme exposição realizada nes-
ta seção, mas, sim, considerando-a como indicativo do processo de mu-
dança por que passa a locução. Note que aqui, como preconiza Halliday,
embora haja a independência característica das orações paratáticas, a
sequência/ordenação não pode ser alterada.
A partir desta análise qualitativa, algumas relações semântico-cogni-
tivas, envolvidas no processo de GR da locução, serão apresentadas na se-
ção seguinte.

5.2. AS RELAÇÕES SEMÂNTICO-COGNITIVAS DE MESMO/AINDA ASSIM EM GR. O Qua-


dro 2, abaixo, ilustra a organização interna do espaço semântico de rela-
ções interoracionais em termos de seus graus relativos de discretude e de
simplicidade/complexidade cognitiva. A representação de caráter linear,
tal como a que segue, pode ser considerada problemática, especialmente
nesse conjunto de relações, caracterizadas como mais complexas e abs-
tratas, em que se agrupam as noções de causa, condição, contraste e con-
cessão no sistema ou macronível denominado de CCCC (cf. Kortmann
1997). Entretanto, no que tange à organização da complexidade cognitiva
crescente, nesse macronível, e ao fenômeno aqui analisado, a relação de

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contraste, caracterizadora dos usos mais gramaticalizados da locução


mesmo/ainda assim, é considerada mais complexa do que a de causa/con-
sequência ou qualquer outra à sua esquerda e menos complexa do que a
relação de concessão à sua direita, o que indica sua maior proximidade
sintática com as construções adversativas.

NÃO-DISCRETUDE SEMÂNTICA E COMPLEXIDADE COGNITIVA


DE RELAÇÕES INTERORACIONAIS
Relações -Grau de discretude ━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━► +Grau de discretude
-Grau de complexidade ━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━► +Grau de complexidade
Condição
CCCC Causa Condição Resultado Propósito Contraste Concessão
concessiva
because if so that in order that even if whereas although
mesmo/ain-
da assim
Quadro 2: Não-discretude semântica e complexidade cognitiva de relações interoracionais
do sistema CCCC.

Segundo Kortmann (1997) existem evidências morfológicas e semânti-


cas suportando a intuição de que relações interoracionais diferem quanto
à basicness cognitiva ou centralidade para o raciocínio humano. Seus
parâmetros permitem postular uma estrutura em camadas, no espaço
semântico de relações interoracionais, de forma a caracterizar um núcleo
de relações circunstanciais básicas e diversas camadas de relações cada
vez mais periféricas, cf. a adaptação da figura que segue:

POSTERIORIDADE

CO-EXTENSIVA SIMULTANEIDADE

ANTERIORIDADE

SOBREP. DE DURAÇÃO DE ANTERIORIDADE


SIMULTANEIDADE SIMULTANEIDADE IMEDIATA
SIMILARIDADE CONDIÇÃO CONCESSÃO/CONTRASTE

CAUSA

RESULTADO LUGAR PROPÓSITO

TERMINUS AD QUEM

COMPARAÇÃO COMENTÁRIO/ACORDO

PROPORÇÃO

Esquema 1: Basicness cognitiva ou centralidade para o raciocínio humano.

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Kortmann afirma, segundo sua pesquisa, que as doze relações que


constituem o núcleo (representado em cinza) exibem o mais alto grau de
lexicalização em juntores, isto é, em um número considerável de línguas,
foram encontrados juntores codificando, lexicalmente, tais relações. A
afirmação, portanto, é de que essa disponibilidade reflete a basicness
cognitiva ou, em outras palavras, que “os princípios lexicais auxiliam na
codificação dos cognitivos” (Kortmann 1997, 341; grifos do autor).
É crucial, para Kortmann (1997, 342), defender que esse conjunto cen-
tral recebe suporte da análise da frequência em várias línguas, do que se
conclui que basicness cognitiva de relações interoracionais pode, enfim,
ter reflexos na língua, de modo a se caracterizar por itens altamente gra-
maticalizados ou, acrescento, em vias de GR. Segundo o autor, tal reflexo
linguístico encontra identificação também com a estabilidade temporal,
indicativa de que, na codificação das relações interoracionais mais bási-
cas, estarão os juntores mais “velhos” em uma língua, ou seja, que já
passaram, pelo menos, por mudanças morfo-semânticas ao longo do tem-
po. Diante dessa colocação e das análises conduzidas até aqui, estendo a
afirmação de Kortmann, assumindo que não apenas juntores já estabiliza-
dos podem ser identificados nesse núcleo, mas também juntores que, ao
longo do tempo, sofrem GR, o que equivale a dizer que os sistemas de re-
lações semântico-cognitivas nucleares favorecem a emergência de meca-
nismos que, a partir do material linguístico disponível na língua, atuarão
na constituição de formas novas de codificar velhas relações, o que pode
ser ilustrado pelos usos, que configuram um processo de mudança via
GR, da locução juntiva mesmo/ainda assim.
Kortmann (1997, 342) destaca que complexidade cognitiva e “basic-
ness” cognitiva precisam ficar separadas, porque a segunda não necessa-
riamente envolve a primeira, sendo o inverso também verdadeiro. Con-
cessão/contraste é um exemplo de relação interoracional que exibe alto
grau de complexidade cognitiva e que, claramente, pertence ao conjunto
central de relações cognitivamente básicas.
Do ponto de vista de um macronível, o espaço semântico das relações
interoracionais identifica-se com quatro conjuntos de relações (cf. Esque-
ma 2). Essas relações são: locativas, temporais, modais e CCCC.

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LUGAR

CCCC TEMPO

MODO
Esquema 2: O espaço semântico das relações-macroníveis (adap. de Kortmann 1997, 178).

De acordo com esse mapa, o padrão representado pela locução juntiva


mesmo/ainda assim sugere uma relação que parte, por conta do item as-
sim, do sistema modal, em direção ao sistema CCCC. Essa locução revela
usos bastante ambíguos, por aspectos distintos, expostos na análise
semântico-formal, em que, a partir de uma leitura basicamente modal,
mais concreta, pode-se inferir uma leitura contrastiva, mais abstrata. En-
tretanto, em contextos marcados por relações indicativas do sistema
CCCC, como esse aqui analisado, além da fluidez semântico-cognitiva que
caracteriza um aspecto do processo de GR entre macroníveis distintos
(MODO > CCCC), o uso da locução caracterizado como contrastivo apre-
senta, da mesma forma, casos de polissemia interna a um mesmo sistema,
em micronível. Há, nesse micronível, as relações de causa e condição,
como características dos contextos que propiciam a emergência da acep-
ção contrastiva do padrão, que, por sua vez, apresenta fluidez entre ad-
versidade e concessão, conforme procurei destacar na seção anterior.
Esses resultados corroboram: (i) a unidirecionalidade das afinidades,
refletidas nas direções observáveis mais frequentemente em mudanças
semânticas18 que geram juntores; e (ii) a polissemia —em macro e micro-
níveis— envolvida em um processo de GR que faz emergir, a partir do re-
pertório já disponível na língua, construções gramaticais que deslizam de
usos menos para mais abstratos, não apenas entre domínios semântico-
cognitivos distintos (MODO > CCCC), mas também dentro de um mesmo
domínio (CCCC).

6. CONSIDERAÇÕES FINAIS. O processo de mudança aqui focalizado sofre in-


fluência dos contextos linguístico-pragmáticos que o subjazem. Estes, por
sua vez, estão associados diretamente às características das TDs focaliza-
das.

18 Essa mudança é acompanhada, no processo, por mudança categorial.

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De modo geral, na TD carta, as análises mostraram, embora em con-


textos relevantes para a emergência da acepção e do funcionamento da
locução juntiva de valor contrastivo, situações de não reanálise ou de am-
biguidade em relação às características dessa construção. Nos editoriais,
os contextos de sua utilização continuaram permeados por aspectos con-
cessivos, adversativos e/ou condicionais, por vezes até de forma contígua
(o que, além de indicar o próprio desenvolvimento da locução, justifica
sua acentuada fluidez entre concessão e adversidade). Apesar disso, a re-
análise de ainda/mesmo e assim mostrou-se concluída na grande maioria
das ocorrências, consideradas, portanto, prototípicas. Por sua vez, os da-
dos de e-mail e das TDs do Iboruna mostraram contextos relevantes para
a identificação de ambiguidades, principalmente, nestas últimas, em que
se constataram relações de contiguidade sintagmática na possível imple-
mentação da mudança, refletida sincronicamente, associada, muitas ve-
zes, a fatores que extrapolam a análise sintática, semântica e pragmática,
exigindo uma análise de cunho prosódico.
Esses resultados confirmam, de forma evidente, tratar-se de um pro-
cesso de mudança ainda em curso, e permitem, além disso, a realização
de algumas afirmações, no que tange ao processo de GR da locução em
correlação às TDs focalizadas:

a) Com base na análise dos usos não-prototípicos da locução, há relações


entre as TDs carta, e-mail e TDs do Iboruna, apesar das distintas ba-
ses semióticas que as subjazem, indiciando, portanto, aspectos sinto-
máticos da heterogeneidade constitutiva da escrita, nos moldes de
Corrêa (1997).
b) A TD editorial favorece os usos prototípicos da locução, ainda que em
ambientes fortemente marcados por traços semântico-cognitivos e
formais característicos de contextos em que a locução emerge. De
fato, as condições de produção da TD editorial favorecem esse tipo de
constatação, uma vez que privilegiam dimensões da ação comunicati-
va voltadas para o protesto, a refutação, a negação, a objeção, o re-
púdio, a recusa, a oposição, entre outras intrinsecamente marcadas
pela atividade fortemente argumentativa, pública e planejada, em que
são privilegiados padrões juntivos de maior complexidade semântica.
É, portanto, possível confirmar que a mudança via GR que leva à
emergência da locução contrastiva aqui analisada é favorecida por
uma tradição textual de características mais formais, na qual o ganho

Signo y Seña 25 210


Lopes-Damasio GRAMATICALIZAÇÃO E TRADIÇÃO DISCURSIVA

de expressividade —que está na base da mudança— liga-se direta-


mente ao que é considerado expressivo nesta tradição.

Dessa forma, no estudo menos monolítico da história da língua a partir


da consideração de diferentes TDs, os usos da locução aqui investigada,
desde o século XVIII até a sincronia atual, comprovam que, sincronica-
mente, sentidos adjacentes são também diacronicamente adjacentes
(Traugott 1982). Mostram, assim, que os sentidos que caracterizam a fon-
te de derivação, na diacronia, refletem-se como fonte de polissemia e
ambiguidade, na perspectiva sincrônica. Entretanto, nessa relação entre
as perspectivas e o processo de GR, ganha destaque a implementação da
mudança em cada uma das TDs focalizadas, que revelam usos da locução
em estágios distintos do processo: TDs carta, e-mail e TDs do Iboruna,
com usos menos prototípicos, em estágios mais incipientes da mudança, e
TD editorial, com os mais prototípicos, em estágio mais avançado.

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Lúcia Regiane Lopes-Damasio


Universidade Federal de Mato Grosso
luciaregiane@bol.com.br
Trabajo recibido el 11 de noviembre de 2013 y aprobado el 16 de febrero de 2014.

Signo y Seña 25 213


Apellidos de los autores TÍTULO ABREVIADO DEL TRABAJO

Signo y Seña 23 Dossier La historia del español de América 212


Marcovecchio, Albano y Kaller “DE + INFINITIVO ”: MODALIDAD DEÓNTICA Y CONDICIONALIDAD

“DE + INFINITIVO”:

ENTRE LA MODALIDAD DEÓNTICA Y LA CONDICIONALIDAD

Ana M. Marcovecchio
Hilda Albano
Andrés Kaller

RESUMEN. En este trabajo, de corte cualitativo y desde una perspectiva cognitivo-funcional, nos
proponemos, por un lado, vincular las cláusulas de “de + infinitivo”, con interpretación deón-
tica, de carácter predominantemente coloquial aunque no incorrecto, con las completivas in-
troducidas por si, como índice de pregunta total (Le dijo / habló de ir a tomar una copa ~ Le
preguntó / le propuso si iban a tomar una copa). Asimismo, buscamos establecer las relaciones
entre estos valores modales y el de condicionalidad, presentes en las prótasis condicionales,
tanto con si como con de (Si vamos al cine / De ir al cine, elegiremos una comedia romántica).
En ese sentido, se considera que de ingresa en un proceso de gramaticalización: pasa del típi-
co comportamiento de la preposición al funcionamiento esperable para una conjunción (como
ocurre en otras lenguas romances), con el requisito de incorporar una forma verbal, aunque li -
mitada al infinitivo. Precisamente, será en interacción con los significados temporales y aspec -
tuales del infinitivo más las propiedades de la predicación con que se vincula como irá especia -
lizándose hasta transformarse en elemento modal.
Palabras clave: de + infinitivo, modalidad deóntica, condicionalidad, gramaticalización.

ABSTRACT. From a qualitative and cognitive-functional perspective, we propose, firstly, to link


deontic “de + infinitive” clauses, predominantly colloquial but not incorrect, to completive
clauses introduced by si, as an index of yes/no question (Le dijo / habló de ir a tomar una copa
~ Le preguntó / le propuso si iban a tomar una copa). We also try to find a way to establish the
relationship between these modals and the conditionality in the conditional protasis, both with
si and with de (Si vamos al cine / De ir al cine, elegiremos una comedia romántica). In this
sense, de enters into a process of grammaticalization: it passes from the typical behavior for a
preposition to the normal functioning of a conjunction (like in other Romance languages), with
the requirement for incorporating a verb, which can only be an infinitive. Precisely, the interac-
tion between the temporal and aspectual meanings of the infinitive and the attributes / charac -
teristics of the predicate to which is linked, will lead to the specialization of de to become a
modal element.
Keywords: de + infinitive, deontic modality, conditionality, grammaticalization.

RESUMO. Neste trabalho, de corte qualitativo e desde uma perspectiva cognitivo-funcional, nos
propomos, por um lado, vincular as cláusulas de “de + infinitivo”, com interpretação deôntica,
de caráter predominantemente coloquial, embora não incorreto, com as completivas introduzi-

Signo y Seña, número 25, junio de 2014, pp. 215-229


Facultad de Filosofía y Letras (UBA)
http://revistas.filo.uba.ar/index.php/sys/index
ISSN 2314-2189

Signo y Seña 25 215


Marcovecchio, Albano y Kaller “DE + INFINITIVO ”: MODALIDAD DEÓNTICA Y CONDICIONALIDAD

das por si, como índice de pergunta total (Le dijo / habló de ir a tomar una copa ~ Le preguntó
/ le propuso si iban a tomar una copa). Também, buscamos estabelecer as relações entre estes
valores modais e o de condicionalidade, presentes nas prótases condicionais, tanto com se
como com de (Si vamos al cine / De ir al cine, elegiremos una comedia romántica ). Nesse sen-
tido, se considera que de ingressa em um processo de gramaticalização: passa do típico com -
portamento da preposição ao funcionamento esperável para uma conjunção (como ocorre em
outras línguas românicas), com o requisito de incorporar uma forma verbal, mesmo que limita-
da ao infinitivo. Precisamente, será em interação com os significados temporais e aspectuais
do infinitivo mais as propriedades da predicação com que se vincula como irá se especializan -
do até se transformar em elemento modal.
Palavras-chave: de + infinitivo, modalidade deôntica, condicionalidade, gramaticalização.

1. INTRODUCCIÓN.1 Según Bello (1941, 112), aun como forma carente de


flexión, “el infinitivo conserva el significado del verbo”. De ahí que el infi -
nitivo no solo participa en diversos usos nominales sino que también re-
sulta altamente productivo en expresiones independientes, en especial,
con valores modalizados: exclamativos, interrogativos, imperativos (Her-
nanz Carbó 1999). En efecto, para el español, son ampliamente reconoci-
dos los empleos de distintas construcciones de infinitivo con valor impera-
tivo (por ejemplo, solo, como equivalente a la forma verbal del imperativo
correspondiente a vosotros, o con la preposición a, con un decisivo matiz
inceptivo-deóntico).
El fenómeno que nos ocupa involucra los infinitivos verbales, es decir,
los que se construyen como verbos (NGRALE 2009), específicamente, los
que constituyen cláusulas subordinadas precedidas por de, ya sea depen-
dientes de verbos de 'comunicación', ya sea que expresan prótasis condi-
cionales.
El primer tipo de construcciones subordinadas a las que hacemos refe-
rencia funcionan, sintácticamente, como completivas objeto directo (1) de
un verbo de comunicación (fundamentalmente, de decir), lo que se corro-
bora con la posibilidad de sustitución pronominal en acusativo (1a) y con
posibles paráfrasis por subordinadas sustantivas, o bien con si como in-
troductor de una interrogativa indirecta (1b) que expresa un acto de ha-
bla de 'invitación', o bien con que más un verbo en subjuntivo como una
expresión del valor exhortativo (1c):

1 Este trabajo corresponde a una ampliación de la ponencia leída oportunamente en el Colo -


quio CILIR, Lovaina, 3-5 de febrero de 2011.

Signo y Seña 25 216


Marcovecchio, Albano y Kaller “DE + INFINITIVO ”: MODALIDAD DEÓNTICA Y CONDICIONALIDAD

(1) […] porque lo sigue queriendo, lo nota preocupado y le dice de ir a tomar una copa a la
salida, para levantar […] [1976. Puig, Manuel. El beso de la mujer araña. ARGENTINA.
07. Novela. Seix Barral (Barcelona), 1993].
(a) Se lo dice.
(b) Le dice / pregunta si van a tomar una copa a la salida.
(c) Le dice / propone que vayan a tomar una copa a la salida.

Evidentemente, se trata de casos en que los sujetos de los predicados


introductores son típicamente humanos y los objetos directos de esos ver-
bos son oracionales; cuando está presente el complemento objeto indi-
recto, al señalar al destinatario, se entiende que hay comunicación verbal
(Delbecque y Lamiroy 1999) de carácter exhortativo, lectura que se des-
prende de ciertas propiedades gramaticales, pero también del contexto
situacional. De allí el requisito de que el infinitivo pueda ser interpretado
con valor prospectivo, lo que muestra que la flexión verbal en modo impe-
rativo (o las formas supletorias en subjuntivo (1d)) y el empleo de “de +
infinitivo” cubren un dominio nocional común, el de la modalidad deónti-
ca entendida como 'propuesta', 'sugerencia' o 'invitación':

(1) (d) Vayamos a tomar una copa a la salida.

Consecuentemente, otro requisito que se deriva de la lectura deóntica


de la construcción es que debe haber referencia disjunta entre el sujeto
de la oración y el del infinitivo; este último siempre involucra al partici-
pante que aparece en la función de objeto indirecto del verbo de comuni -
cación y si queda restringido exclusivamente a la esfera de este individuo,
se interpreta como la transmisión de una exhortación; eventualmente si,
como se advierte en (1), incluye, además, al participante especificado en
el sujeto de la oración, la cláusula con “de + infinitivo” dispara la lectura
de un acto de habla de 'invitación'. Incluso, conociendo el contexto de
emisión, un enunciado como (2):

(2) Yo diría de esperar [2011. ORAL, Argentina. Registro de los autores],

pronunciado por una agente de viajes hacia quienes iban a adquirir unos
boletos de tren en un momento en que no había promociones, se interpre-
ta como una sugerencia a postergar la emisión de esos boletos, posterga-
ción que involucra a todos los participantes del diálogo, aunque no haya
mención de los destinatarios de esa comunicación en el objeto indirecto.

Signo y Seña 25 217


Marcovecchio, Albano y Kaller “DE + INFINITIVO ”: MODALIDAD DEÓNTICA Y CONDICIONALIDAD

Que la interpretación del sujeto del infinitivo tenga que incorporar al


destinatario de la comunicación verbal es un requisito ineludible para la
manifestación de la modalidad deóntica. De hecho, si no fuera así, es im-
posible la interpretación exhortativa (3), incluso con la presencia de auxi-
liares modales (3a), tal como notamos en un trabajo anterior (Marcovec-
chio y Kaller 2010). Por el contrario, en oraciones que indiquen mandato
(4), tampoco es posible que la cláusula de infinitivo se exprese con perí-
frasis deónticas, como se ve en (4a). Esto se debe a que la presencia del
infinitivo precedido por de como complemento del verbo decir transmite
ya el valor imperativo o de propuesta:

(3) El profesor dice estar completando el acta de parcial.


(a) El profesor dice tener que, deber, poder completar el acta de parcial.

(4) El profesor le dice al estudiante de completar el parcial en dos horas.


(a) El profesor le dice al estudiante *tener que, *deber, *poder completar el parcial en
dos horas.

Conviene recordar también que no se trata de un caso de dequeísmo (o


deísmo, más exactamente, como lo denomina Gómez Torrego 1999), dado
que la presencia en (4) o la ausencia en (3) de la preposición de distingue
exhortación de aseveración.
La segunda clase de subordinadas a las que aludiremos son las cons-
trucciones con “de + infinitivo”, con lectura condicional. Para Montolío
(1999), todas las lenguas románicas presentan una construcción con valor
condicional compuesta por una forma verbal precedida de la preposición
a2. Albano 1985 analiza para el español el uso condicional de la construc-
ción “con + infinitivo” en el que se manifiesta una fuerte relación causa-
efecto entre los constituyentes. No obstante, en la lengua de hoy, predo-
mina el infinitivo con valor condicional precedido por de. Para que se acti-
ve esta interpretación, son cruciales la correlación temporal de las formas
verbales empleadas y, fundamentalmente, la pausa intermedia entre las
cláusulas y la particular línea melódica (comparemos los ejemplos que
propone Montolío (1999, 3.690): Te habrían acusado, de haberlo dicho =
'te habrían acusado si lo hubieras dicho' / Te habrían acusado de haberlo

2 En español, en concreto, aparece documentada ya en el siglo XV y, según Kany (1939), era


más frecuente en la lengua de los Siglos de Oro que en la de hoy, en la que está siendo rá -
pidamente sustituida por la construcción “de + infinitivo” (Kany 1936). Pero en el español
actual, esta construcción solo presenta valor condicional en unas pocas expresiones, total-
mente lexicalizadas: a no ser que, a decir verdad o a juzgar por.

Signo y Seña 25 218


Marcovecchio, Albano y Kaller “DE + INFINITIVO ”: MODALIDAD DEÓNTICA Y CONDICIONALIDAD

dicho = 'te habrían acusado de ello'). Según Montolío, el infinitivo, por su


naturaleza aspectual, impide la expresión de cualquier marca de perfecti-
vidad de la acción; por consiguiente, para la autora, las prótasis en las
que interviene tienen un carácter exclusivamente hipotético y no son
compatibles con la expresión ni de afirmaciones encubiertas (*De ser
mala la madre, la hija es peor) ni de condicionales genéricas (?De llover,
se mojan las calles).
Siguiendo a Sweetser (1990), reconocemos que modalidad deóntica y
modalidad epistémica guardan estrechos vínculos: frecuentemente, ítems
de interpretación deóntica desencadenan otras lecturas de probabilidad o
posibilidad, lo que autoriza a establecer un orden de precedencia: la lec-
tura deóntica anticipa la epistémica. Por lo tanto, deducimos que la cons-
trucción con “de + infinitivo”, con interpretación condicional, como la de
(5), se emparenta con la de valor deóntico:

(5) […] y refresco, y mi papá se tomaba un coñac. De ir al cine, bueno, a mí me daban dos bo -
lívares […] [ORAL CSHC-87 Entrevista 132, VENEZUELA].

De ahí que dediquemos este trabajo a intentar comprender qué propie-


dades de la cláusula en cuestión son claves para que en el uso pueda dis-
parar ambas lecturas.

2. PROPIEDADES DISTRIBUCIONALES Y SEMÁNTICAS DE LA CONSTRUCCIÓN CON “DE +


INFINITIVO”

2.1. VERBOS INTRODUCTORES DE “DE + INFINITIVO” CON INTERPRETACIÓN DEÓNTICA.


En la búsqueda de datos en el CREA, no resulta fácil encontrar ejemplos
de “decir de + infinitivo” con valor exhortativo, y muchos casos parecen
quedar relegados al ámbito del empleo, sobre todo oral, de la Argentina:

(6) Cuando él me dijo de venir, yo pensé: -¿Estará loco? [1993. Rovner, Eduardo. Compañía.
ARGENTINA 07.Teatro].

No obstante, las relaciones entre infinitivo e imperativo, como formas


verbales que no admiten (o apenas aceptan, en el caso del imperativo) fle-
xión de persona son evidentes (Rodríguez Ramalle 2008). Además, no
solo en otras lenguas románicas (como el francés o el catalán), es posible
articular el discurso referido de una exhortación en imperativo con una

Signo y Seña 25 219


Marcovecchio, Albano y Kaller “DE + INFINITIVO ”: MODALIDAD DEÓNTICA Y CONDICIONALIDAD

cláusula de “de + infinitivo”3, sino que también el CORDE registra distin-


tos ejemplos de la construcción en diferentes períodos históricos del es-
pañol. Acá, como ilustración, citamos (7):

(7) […] y la vinculará segura ejecutando lo que V.M. me dice de evitar pecados, que es el ma-
yor servicio […] [1658. Ágreda, Sor María de Jesús de. Carta de 19 de julio de 1658. Car-
tas entre Felipe IV y Sor M. ESPAÑA].

Asimismo, corroboramos que si bien es frecuentemente decir el verbo


de comunicación que introduce la cláusula de “de + infinitivo”, dado que
por su contenido léxico general de comunicación puede incluir objetos di-
rectos oracionales que expresan aseveraciones, exhortaciones e interro-
gaciones, también hablar admite complementos con interpretación aseve-
rativa o deóntica. En este último caso, siempre que se interprete que la
persona señalada en el objeto indirecto sea quien puede llegar a realizar
la acción que describe el infinitivo:

(8) […] que yo fuí desposada con él, pero cuando el Duque me habló de casarme con V. M.,
me dijo que era muerto […] [1549 - 1554. Anónimo].

(9) […] tiempo que mi productor, Andrés Vicente Gómez, me habló de hacer una serie sobre
cuentos de Borges [1990. PRENSA Tiempo, 19/11/1990: CARLOS SAURA / RADIANTE
POR LA SELECCIÓ ESPAÑA 04.Cine y vídeo. Ediciones Tiempo (Madrid), 1990].

(10) […] dejó en mi padre su amistad con él: “Falla me habló (...) de poner música -¿cuándo,
cuándo sería […]” [1996. PRENSA].

Ahora bien, comprobamos que este fenómeno se extiende también a


verbos volitivos como pedir (11-12), o de invitación, como ofrecer (13) y
la presencia de la preposición de en los complementos objetos directos
dependientes de esa clase de predicados parece realzar la comunicación
verbal del pedido, a semejanza del tan frecuente empleo con decir. Aun-
que reconocemos que se trata de usos típicos de la oralidad, no los carac-
terizaríamos como propios del habla subestándar, por lo menos en la va-

3 Di Tullio (2011) advierte que tanto en español como en catalán, francés e italiano, la pre-
sencia de la preposición de resulta obligatoria para la interpretación de influencia del ver-
bo decir: Nos han dicho de ir juntos / Ens han dit d' anar junts / Ils nous ont dit d' y aller
ensemble / Ci hanno detto di andare insieme. Para la autora, la interpretación de decir
como 'proponer' no se deriva del léxico sino de la sintaxis: el complementante de contiene
los rasgos relativos a la lectura prospectiva del infinitivo y a la posible interpretación con -
junta de su sujeto: el objeto indirecto y el sujeto del verbo decir son los controladores del
sujeto del infinitivo.

Signo y Seña 25 220


Marcovecchio, Albano y Kaller “DE + INFINITIVO ”: MODALIDAD DEÓNTICA Y CONDICIONALIDAD

riedad rioplatense. No obstante, la preposición no resulta obligatoria,


como sí lo era en (4), para activar le lectura deóntica. Y en cuanto al suje-
to del infinitivo, en efecto, puede ser correferencial del sujeto de pedir,
como en (11) y en (12), o del de ofrecer, como en (13):

(11) No es que pensara que mi chica no lo quería, o que el muchacho fuera malo. Pero cuando
Horacio, que venía siempre a casa, me pidió de casarse con ella, le dije que lo necesitába -
mos pensar, porque yo ya había visto que la hija de Orlando se había casado con uno de
los vueltos hacía tres años y no había tenido hijos [1998. Fogwill, Rodolfo Enrique. Cantos
de marineros en la Pampa. Argentina. 07. Relatos. Mondadori (Barcelona), 1998].

(12) Le pedí de no ir [07/08/2011. EMISIÓN TELEVISIVA DE UN CONCURSO DE CANTO.


ORAL. Argentina. Registro de los autores].

(13) Les ofrezco de tomarles el parcial el 1º yo [03/10/11. Comunicación telefónica entre profe-
sores. ORAL. Argentina. Registro de los autores].

Algo más que cabe destacar de (12) es que si bien se trata de un pedi -
do formulado por uno de los participantes del concurso televisivo, quien
hizo referencia a que le había solicitado al productor la autorización para
no cantar ese día debido a un problema de voz, su presencia efectiva en
el estudio demuestra lo irreal de la realización de lo demandado: 'le había
pedido no ir; sin embargo, terminó concurriendo'. Con esto, se articulan
el valor prospectivo del infinitivo, por un lado, y la anterioridad (con res-
pecto al presente de la emisión), por otro, enlazada al carácter irreal del
contenido de la sustantiva. Este movimiento hacia el pasado y la escasa o
nula posibilidad de la concreción del contenido expresado por la cláusula
de infinitivo anuncia lo que se manifiesta en las prótasis condicionales
con de.

2.2. CONDICIONALES CON “DE +INFINITIVO”. En la NGRALE (2009, 2.030), se


afirma que las condicionales con de (en que la preposición tiene un com-
portamiento que la asemeja a una conjunción) forman prótasis de gran vi-
talidad en la lengua, que suelen anteponerse a las apódosis y que admiten
tiempos compuestos, auxiliares, negaciones, pasivas y otras característi-
cas de los grupos verbales plenos.
Ahora bien, si planteamos los vínculos entre “de + infinitivo” y la ex-
presión de la modalidad deóntica y la epistémica, irremediablemente apa-
rece el lazo que relaciona las construcciones con si que introducen inte-
rrogativas indirectas totales o prótasis condicionales. Asimismo, nueva-

Signo y Seña 25 221


Marcovecchio, Albano y Kaller “DE + INFINITIVO ”: MODALIDAD DEÓNTICA Y CONDICIONALIDAD

mente registramos en el uso que es posible la alternancia entre “de +


infinitivo” y “si + verbo” en posición de objeto directo de verbos de per-
cepción (14) en la Argentina4, con una interpretación equivalente a la lla-
mada radical (o deóntica) de poder (≡ Iban a ver si estaban en condicio-
nes ≈ si les permitían llevarlo a un colegio especial):

(14) Iban a ver de llevarlo a un colegio especial [06/09/2011. ORAL. Registro de los autores].

A propósito, la NGRALE (2009) reconoce puntos de contacto entre las


oraciones sustantivas y las condicionales (fundamentalmente, por el tipo
de referencia que realizan) y llama a las interrogativas indirectas totales
dubitativas o disyuntivas, ya que se inducen a la elección entre dos opcio-
nes5; es decir, ya sea como cláusula sustantiva o condicional, designan si-
tuaciones hipotéticas. Por otra parte, si la pregunta se interpreta como
una propuesta cortés, es posible responder a una interrogación total
como “¿Tomamos un café?”, según la NGRALE (2009, 3.162), con un
“Gracias” simplemente, en señal de que se acepta la invitación. Por con-
siguiente, la interrogativa con si puede entrañar, como acto de habla, la
ambigüedad entre una interpretación estrictamente interrogativa u otra
exhortativa. De ahí que sea posible la paráfrasis de (1) Le dice de ir a to-
mar una copa a la salida con (1b) Le dice / pregunta si van a tomar una
copa a la salida.
Advertimos, entonces, por un lado, que la conjunción introductora de
las interrogativas totales es el nexo prototípico de la expresión de la
condicionalidad; y, por otro, que “de + infinitivo” es una construcción ha-
bilitada para expresar una exhortación o una condición. Según Hernanz
Carbó (1999), la polivalencia de la preposición de requiere del concurso
de indicios formales suplementarios para poder ser interpretada confor-
me al valor condicional, especialmente depende de las características de
la apódosis (como lógica consecuencia de la defectividad morfológica del

4 El valor de la construcción difiere del mencionado por Gómez Torrego (1999), con ejemplos
como La vi de venir / La oí de cantar, típicos del algunas regiones de España (Andalucía y
Extremadura), pero desconocidos en nuestro país.
5 Para Bello 1941 [1847], “el si, adverbio demostrativo de modo, el si adverbio relativo de
condición, y el si, adverbio interrogativo, tienen entre sí la misma afinidad, y forman la
misma escala que tanto, cuanto y cuánto: los demostrativos tiene regularmente relativos
análogos, que pasan a interrogativos acentuándose; pero no acentuamos el si interrogativo
por la necesidad de distinguirlo del demostrativo; bien que, a mi parecer, en el primero se
apoya un poco más la voz que en el condicional” (§ 415(a), p. 111). “El si interrogativo con-
vierte el significado de condición en el de incertidumbre o curiosidad […] El uso de este
adverbio es frecuente en la interrogación indirecta” (§ 414, p. 111).

Signo y Seña 25 222


Marcovecchio, Albano y Kaller “DE + INFINITIVO ”: MODALIDAD DEÓNTICA Y CONDICIONALIDAD

infinitivo), algo ineludible en la distinción entre condicionales reales e


irreales, como se muestra en los contrastes de (15):

(15) (a) De ir a tomar una copa con los miembros de la comisión, iremos al bar de la esquina.
(b) De ir a tomar una copa con los miembros de la comisión, iríamos al bar de la esquina.
(c) De haber ido a tomar una copa con los miembros de la comisión, habríamos ido al bar
de la esquina.

Los datos del CREA muestran que la prótasis se combina con apódosis
en pretérito imperfecto del indicativo, como en (16), con una clara inter-
pretación temporal condicional de valor habitual ('si (≡cada vez que) se
presentaba la ocasión'); también, como en (17), la apódosis puede cons-
truirse con el futuro, lo que le otorga al período el valor de probabilidad;
o como en (18) presente de indicativo, con lectura irreal contrafáctica; o
en (19), se presenta con el verbo en condicional, con lectura irreal po-
tencial:

(16) También los indios lo hacían: para algunos constituía un malón encubierto, ya que, de pre -
sentarse la ocasión, los pampas atacaban a las galeras con sus pasajeros, o las postas del
camino o los ranchos de la frontera [24.12.2013 | 12:10 | Opinión | lanacion.com].

(17) De asistir al encuentro moyanista, habrá que ver si Scioli puede lograr diluir la presión
por la paritaria docente [16.01.2014 | Política | Edición impresa].

(18) Una anécdota: “Una amiga llevó a Lou Reed a un concierto mío. Sin avisar y mejor así: de
saberlo, igual ni me atrevo a salir 6. Creo que le gustó. Se llevó mi compacto” [2002.
PRENSA. El País. El País de las Tentaciones, 18/10/2002: Christina Rosenvinge, ¿la Nico
del siglo XXI? ESPAÑA. 04. Música. Diario El País SL].

(19) Según refiere el Senior Class President James Alva, él no sabe si Toledo fue el primer no -
minado en ser llamado por la universidad. Y añade que de saberlo no estaría autorizado a
hablar de ello, pero asegura, eso sí, que “al ser contactado, él estaba abrumadoramente
honrado de hacerlo y entusiasmado de que lo hubiéramos hecho” [2003. PRENSA. CA-
RETAS, N° 1777, 19/06/2003: MAL MENOR. PERÚ. 05. ACTUALIDAD].

O también se combinan con pretérito pluscuamperfecto del subjuntivo,


como en (20) y (21) o incluso, con pretérito perfecto simple del indicativo
como en (22), con interpretación contrafáctica:

6 En este caso, la lectura es ambigua: seguramente, un hablante peninsular interpretará la


construcción como 'de haberlo sabido, quizás ni me habría / hubiera atrevido a salir', mien-
tras que para un rioplatense sería como 'de haberlo sabido, (de todas formas) ni me
habría / hubiera atrevido a salir', con un claro valor condicional concesivo.

Signo y Seña 25 223


Marcovecchio, Albano y Kaller “DE + INFINITIVO ”: MODALIDAD DEÓNTICA Y CONDICIONALIDAD

(20) El pariente aseguró, además, que desconocían las actividades de su sobrino ya que, de ha-
berlo sabido, lo hubieran reprendido [1996. PRENSA. La Nación, 10/07/1996: Costa Rica,
centro de operaciones. 05. Actualidad].

(21) Les aseguro que, de haberlo sabido jamás hubiera iniciado un negocio tan ruinoso. Estoy
hasta el cuello [1992. Maqua, Javier. Invierno sin pretexto. ESPAÑA. 07. Novela. Alfaguara
(Madrid)].

(22) Hasta marzo de este año nada supieron de las negociaciones las FFAA ni la Policía. Tam -
poco la escolta presidencial, que, de saberlo, debió comunicarlo al Comando Conjunto,
máximo responsable de la seguridad del presidente [1997. PRENSA. Semana, 01-
08/12/1997: ¿Quería Abdalá montar una red de espionaje? COLOMBIA. 03. Ejército, cien -
cia militar. Revista Semana].

Esta breve reseña evidencia que la construcción condicional con “de +


infinitivo” participa de muchos de los contextos en que se puede usar si.
Parece, sin embargo, no poder trasladarse fácilmente a capas aún más
periféricas: las de la modalidad (Kovacci 1992 y 1997, Marcovecchio
2001), en que si puede introducir, por ejemplo, un período cuyos miem-
bros establezcan una relación semántica de comparación con valor con-
trastivo (si la madre era mala, la hija era peor / si él es un genio, yo soy
Einstein); o una prótasis con la que el hablante gradúe el valor de verdad
de su afirmación al nivel de conocimiento de que dispone (si no me equi-
voco… / si estoy en lo cierto…), o garantice su sinceridad (si he de ser
sincera… / a decir verdad…) o vuelva sobre la selección de los elementos
del código (si se acepta el término…).

2.3. DE LA MODALIDAD DEÓNTICA A LA EPISTÉMICA. En síntesis, se deduce que la


interpretación de “de + infinitivo”, con uno u otro de los valores aquí re-
señados, requiere del concurso de una serie de propiedades formales. En
ambos casos, parece crucial el valor aspectualmente imperfectivo del in-
finitivo, que deja en suspenso la realización del contenido que el verbo ex-
presa. La lectura deóntica emana con infinitivos de verbos de acción,
siempre en su forma simple y con indicación temporal de posterioridad
respecto del predicado regente de comunicación al que habitualmente se
posponen; de ahí que se entienda como una cláusula sustantiva en fun-
ción de objeto directo, integrada a la oración principal. En cambio, la lec-
tura condicional surge con la construcción de infinitivo, en su forma sim-
ple o compuesta, siempre con contorno melódico propio, normalmente an-
tepuesta al otro constituyente del período y temporalmente anterior con
respecto al contenido de la apódosis; el infinitivo conforma un predicado

Signo y Seña 25 224


Marcovecchio, Albano y Kaller “DE + INFINITIVO ”: MODALIDAD DEÓNTICA Y CONDICIONALIDAD

que expresa una situación de valor causal hipotético y, por lo tanto, la


cláusula se ubica en una posición periférica desde donde limita el conte-
nido de la apódosis como una adverbial condicional.

3. EL ESTATUS GRAMATICAL DE DE. Habiendo reconocido los puntos de contac-


to entre modalidad deóntica e interrogación total y el desplazamiento de
estos valores modales hacia el de condicionalidad, nos proponemos ahon-
dar en el proceso de gramaticalización, que muestra de: la preposición
pasa a funcionar como una conjunción (al igual que ocurre en otras len-
guas romances), con el requisito de incorporar una forma verbal, aunque
limitada al infinitivo.
Como mencionamos, en la NGRALE (2009), al analizar la combinación
“de + infinitivo”, se sostiene, justamente, que de se acerca más a una
conjunción que a una preposición. En términos de la gramaticalización, se
trata de un proceso del tipo GRAMMAR > GRAMMAR (Company Company 2008,
205), en que de adquiere una distribución sintáctica específica y unas
particularidades sintáctico-semánticas que la diferencian del étimo. El
proceso se desencadena por subjetivización, para la autora, con lo cual la
restricción en la combinatoria sintáctica se enlaza al enriquecimiento
pragmático (Company Company 2004): si de, como preposición, puede,
por una parte, preceder a un término completado por diferentes tipos de
sintagmas (nominales, adjetivales, adverbiales, verbales), y, por otra, con-
formar complementos que expresan 'procedencia', 'punto de partida',
'tiempo', 'origen', 'causa' (López 1970); como conjunción, queda limitada
a combinarse con infinitivos7 y, dado el debilitamiento de su significado
referencial etimológico, a introducir construcciones oracionales que ma-
nifiestan modalidad deóntica, en las oraciones sustantivas (integradas al
predicado del que dependen), o modalidad epistémica, en las oraciones
adverbiales condicionales (que restringen el alcance de la apódosis desde
una posición periférica).

7 En Piot (2008) se estudian usos de de / de / di (en español, francés e italiano, respectiva-


mente) introductoras de subordinadas. Si bien la autora no se concentra en los empleos
tratados en este artículo, destaca que de, al introducir contenidos oracionales, posee cier-
tas particularidades que la diferencian de las preposiciones correspondientes: o bien que
pueda preceder a constituyentes habitualmente inéditos con una preposición; o bien que,
por el contrario, no pueda más que anteceder a constituyentes que las preposiciones per-
miten normalmente (por ejemplo, infinitivos). De todas formas, el estudio de Piot confirma
los productivo de las construcciones con de en las lenguas romances.

Signo y Seña 25 225


Marcovecchio, Albano y Kaller “DE + INFINITIVO ”: MODALIDAD DEÓNTICA Y CONDICIONALIDAD

Para Company Company (2004), existe una relación inversamente pro-


porcional entre la cantidad de sintaxis (es decir, la capacidad relacional
sintáctica) que una forma necesita y el grado de significado subjetivo-
valorativo: por consiguiente, a mayor subjetividad menor cantidad de sin-
taxis. Ahora bien, para que se produzca un proceso de subjetivización se
requiere una zona categorial que no tenga un valor gramatical a priori,
sino que adquiera su valor en el acto de habla, de forma que el hablante
pueda manipular creativamente el contexto, debilitando la meta sintácti-
ca y fortaleciendo una meta pragmática, de modo tal que el hablante o el
oyente queden involucrados en el evento.
Asimismo, el deslizamiento de lo deóntico a lo epistémico, como vimos,
va acompañado de la ampliación del alcance de la construcción con de:
en el primer caso, mantiene un vínculo de dependencia con respecto al
verbo de comunicación, lo que repercute sobre la interpretación del suje-
to del infinitivo. En el segundo, establece una restricción al contenido de
la apódosis, al modificarla desde una posición externa a la predicación.

4. CONCLUSIONES. Hasta aquí, el análisis realizado acerca del uso de la


construcción “de + infinitivo”, muestra los puntos de contacto entre de y
si, tanto en oraciones sustantivas como en adverbiales condicionales y,
con esto, los vínculos entre modalidad deóntica y epistémica: así como si
puede introducir, por un lado, una pregunta total que se interpreta como
una exhortación en ciertos contextos situacionales y, por otro, una situa-
ción hipotética dentro de un período condicional; también “de + infini-
tivo”, con el concurso de una serie de propiedades gramaticales y situa-
cionales, está habilitado para transmitir una exhortación o un contenido
hipotético. Esquemáticamente:

Signo y Seña 25 226


Marcovecchio, Albano y Kaller “DE + INFINITIVO ”: MODALIDAD DEÓNTICA Y CONDICIONALIDAD

Dimensión Interpretación exhortativa Interpretación condicional


La construcción expresa un conte- La construcción expresa un conte-
“de + infinitivo” nido que se formula como una invi- nido con valor causal hipotético.
≈ tación o una propuesta, lo que in-
“si + verbo finito” duce a la elección entre dos opcio-
nes. De ahí el carácter hipotético.
Forma del infinitivo Forma simple. La interpretación del Forma simple o compuesta. El suje-
y restricciones sujeto queda restringida a la es- to no depende de la estructura ar-
para el sujeto tructura argumental del verbo. gumental del verbo de la apódosis.
Posposición a un predicado de co- Anteposición al otro constituyente
Posición sintáctica
municación. Relación de posteriori- del período. Relación de anteriori-
y temporalidad
dad. dad.
Sin contorno melódico propio, inte- Con contorno melódico propio, en
Contorno melódico
grado al predicado. posición externa.
Complemento objeto directo del Modificador periférico del núcleo
Relación sintáctica verbo de comunicación (oración oracional (oración adverbial).
sustantiva).
Esquema: Valores de la construcción “de + infinitivo”.

La posibilidad de que “de + infinitivo” exprese modalidad deóntica o


epistémica se apoya en el valor aspectualmente imperfectivo del infiniti-
vo, que deja en suspenso la realización del contenido que el verbo mani-
fiesta. En estos casos, de, como clase de palabras, no funciona a la mane-
ra de una preposición sino de una conjunción: por un proceso de grama-
ticalización, debilita su contenido referencial original y pasa a comportar-
se como una partícula que expresa modalidad.

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Ana M. Marcovecchio Hilda Albano


Universidad de Buenos Aires / Universidad Ca- Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filo-
tólica Argentina sofía y Letras
amarcove@yahoo.com hilda.albano@gmail.com
Andrés Kaller
Universidad de Buenos Aires
andreskaller@yahoo.com.ar
Trabajo recibido el 30 de marzo de 2014 y aprobado el 30 de junio de 2014.

Signo y Seña 25 229


Apellidos de los autores TÍTULO ABREVIADO DEL TRABAJO

Signo y Seña 23 Dossier La historia del español de América 228


Navarro LA CRÍTICA NEGATIVA EN EL DISCURSO CIENTÍFICO-ACADÉMICO

ANÁLISIS DE LA CRÍTICA NEGATIVA EN EL DISCURSO CIENTÍFICO-ACADÉMICO:


EL CASO DEL INSTITUTO DE FILOLOGÍA DE BUENOS AIRES (1939-1989)

Federico Navarro

RESUMEN. Dentro del marco del análisis histórico del discurso, me propongo contrastar cuanti -
tativamente las diferentes configuraciones de la evaluación negativa en los estudios literarios y
lingüísticos argentinos entre 1939 y 1989. En un corpus de 90 reseñas de libros publicadas por
el Instituto de Filología de Buenos Aires, se analizan, desde un enfoque pragmático, los actos
críticos negativos en términos de cantidad, extensión, tipo y generalidad del objeto de crítica,
y frecuencia y extensión de la reparación de la crítica. Los hallazgos muestran que las evalua -
ciones negativas son frecuentes (entre diez y dieciséis en casi nueve de cada diez reseñas), ex-
tensas (un tercio o más de la extensión total), intensas (critican errores de generalidad media
o alta) y reparadoras, si bien estos rasgos exhiben una gradual reducción diacrónica de fre -
cuencia media de críticas, de reseñas con críticas generalizadas y de reparación en la mayoría
de las críticas. Estas manifestaciones textuales se vinculan con una cultura disciplinar desar-
ticulada, volátil, periférica y (re)fundacional, pero también con una gradual atención a autores
locales y una estandarización de las prácticas científicas. Estos resultados son consistentes con
la codificación en la estructura retórica de la reseña de un espacio dedicado a la crítica negati-
va.
Palabras clave: análisis histórico del discurso, evaluación, reseñas académicas de libros,
actos de habla.

ABSTRACT. Within the framework of historical discourse analysis, I aim to compare quantita-
tively the different configurations of negative evaluation in the field of Argentine linguistics
and literary studies between 1939 and 1989. Using a corpus comprising 90 academic book re-
views published by the Instituto de Filología de Buenos Aires, I study negative critical acts
from a pragmatic perspective in terms of quantity, length, target type and generality, and re-
pair frequency and length. Findings show that negative evaluations are frequent (ten to six-
teen in almost nine out of ten reviews), long (a third or more of the text), intense (they target
semi-general to general mistakes) and reparative, although these features show a progressive
historical decrease in average criticism frequency, in reviews with general criticisms and in re-
pairs in most criticisms. Textual findings can be interpreted as related to a disjointed, volatile,
peripheral and (re)foundational disciplinary culture, but also to an increasing attention to local
authors and a greater standardization of scientific habits. These results are consistent with evi-
dence of a specific stage of the academic book review rhetorical structure dedicated to nega -
tive evaluation.
Keywords: historical discourse analysis, evaluation, academic book reviews, speech acts.

Signo y Seña, número 25, junio de 2014, pp. 231-259


Facultad de Filosofía y Letras (UBA)
http://revistas.filo.uba.ar/index.php/sys/index
ISSN 2314-2189

Signo y Seña 25 231


Navarro LA CRÍTICA NEGATIVA EN EL DISCURSO CIENTÍFICO-ACADÉMICO

RESUMO. Neste estudo proponho-me a contrastar quantitativamente, sob a perspectiva da análi-


se histórica do discurso, as diferentes configurações da avaliação negativa no campo da filolo -
gia na Argentina, entre 1939 e 1989. Em um corpus de 90 resenhas acadêmicas de livros, fo-
ram analisados, sob um enfoque pragmático, os atos de fala críticos negativos em termos de
quantidade, extensão, tipo e generalidade do objeto de crítica, e frequência e extensão de re-
paração da crítica. Os resultados mostram que as avaliações negativas são frequentes (entre
dez e dezesseis em quase nove de cada dez resenhas), extensas (um terço ou mais da extensão
total da resenha), intensas (criticam erros de generalidade média ou alta) e reparadoras, em-
bora essas características exibam uma redução diacrônica gradual de frequência média de
críticas, de resenhas com críticas generalizadas e de reparação na maioria das críticas. Essas
manifestações textuais vinculam-se a uma cultura disciplinar desarticulada, volátil, periférica e
fundacional, mas também a uma gradual atenção a autores/as locais e a uma padronização das
práticas científicas. Esses resultados são consistentes com a codificação na estrutura retórica
da resenha de um espaço dedicado à crítica negativa.
Palavras-chave: análise histórica do discurso, avaliação, resenhas acadêmicas de livros,
atos de fala.

1. INTRODUCCIÓN. En los últimos años, numerosas investigaciones (e.g.,


Hood y Martin 2005, Hyland 2005) han demostrado que los significados
interpersonales juegan un rol clave dentro del discurso científico-acadé-
mico y, por tanto, se ha descartado una visión que entendía la comunica-
ción dentro de las culturas disciplinares como un intercambio objetivo,
neutral y despersonalizado (Hood 2010, 6-7). Esto se debe a que los tex-
tos científico-académicos deben participar críticamente en las discusiones
de los entornos disciplinares y ser persuasivos para validar sus aportes.
Una de las líneas de investigación más fructíferas para dar cuenta de los
significados interpersonales es su contraste diacrónico, ya que permite
desnaturalizar las convenciones establecidas a partir del relevo de su
configuración históricamente situada.
En particular, la evaluación negativa constituye un fenómeno evasivo
que se resiste a ser analizado meramente a partir de las manifestaciones
explícitas y literales del significado interpersonal, ya que el discurso cien-
tífico-académico suele evitar la confrontación directa y opta por manifes-
taciones implícitas (Hunston 1993). La evaluación negativa se analiza tex-
tualmente aquí como un acto de habla que lleva a cabo la acción de efec -
tuar una crítica negativa, es decir, de evaluar algo (e.g., una teoría, una
hipótesis, una referencia bibliográfica, un procedimiento metodológico)
como negativo de acuerdo a algún criterio de evaluación (e.g., relevancia,
precisión, actualidad, solidez). Para su estudio se requiere, por tanto, un
marco que integre herramientas del análisis estratégico y la pragmática

Signo y Seña 25 232


Navarro LA CRÍTICA NEGATIVA EN EL DISCURSO CIENTÍFICO-ACADÉMICO

(cf. Menéndez 2000) de forma tal de tomar en cuenta los procesos infe-
renciales contextualizados que habilitan la evaluación negativa y los me-
canismos de cortesía que evitan dañar la imagen de otros colegas de la
cultura disciplinar de la que se trate.
En investigaciones previas (Navarro 2011a, 2011b, 2013, 2014), basa-
das en la noción de acto de habla crítico (Moreno y Suárez 2008, Salager-
Meyer et al. 2007), propongo un conjunto de estrategias y recursos que
típicamente realizan actos críticos negativos: compartir, actuar, conectar,
valorar, modalizar, comparar, cuantificar y ajustar. Este dispositivo de
análisis, de base cualitativa, permite no sólo explicar predictivamente el
funcionamiento de la evaluación negativa indirecta, sino también llevar a
cabo una cuantificación posterior de los actos críticos identificados cuali-
tativamente. Además, hallé que las manifestaciones en el corpus del gé-
nero reseña académica de libros codifican en su estructura retórica un es-
pacio determinado para la crítica negativa (Navarro 2012); este fenómeno
se reduce gradualmente a lo largo de la segunda mitad del siglo XX, a la
vez que se incrementan las evaluaciones positivas de cierre.
Mi investigación aborda un corpus diacrónico (1939-1989) de noventa
reseñas en español del campo de la lingüística y los estudios literarios
aparecidas en las publicaciones periódicas oficiales del Instituto de Filolo-
gía y Literaturas Hispánicas “Dr. Amado Alonso” de la Universidad de
Buenos Aires: Revista de Filología Hispánica y Filología. Dado que se tra-
ta de una institución de fuerte influencia y proyección en la filología ar-
gentina y latinoamericana durante el siglo XX, el estudio de su produc-
ción académica permite saber más sobre el discurso y las perspectivas
del campo disciplinar en general durante ese período. Esta investigación
se inscribe en el proyecto colectivo financiado UBACyT F116 “La historia
del Instituto de Filología de la Universidad de Buenos Aires: Un enfoque
estratégico-discursivo”, dirigido por Salvio Martín Menéndez.
En el presente artículo, mi propósito es contrastar cuantitativamente
la evaluación negativa a lo largo de los 50 años que comprende el corpus.
Concretamente, analizo la cantidad y extensión de los actos críticos ne-
gativos; el tipo y generalidad de los objetos que critican; y la frecuencia y
extensión de las reparaciones de esos objetos criticados. La cuantifica-
ción de los hallazgos se basa en la identificación, descripción y clasifica-
ción cualitativa previa de los actos críticos negativos a lo largo del cor-
pus. Busco así aportar evidencia cuantitativa que amplíe y complemente
las hipótesis descriptivas sobre el mismo corpus respecto de la estructura

Signo y Seña 25 233


Navarro LA CRÍTICA NEGATIVA EN EL DISCURSO CIENTÍFICO-ACADÉMICO

esquemática de las reseñas y de la configuración cualitativa de los actos


críticos negativos.

2. MARCO TEÓRICO
2.1. ANÁLISIS HISTÓRICO DEL DISCURSO. Esta investigación se inscribe dentro
del análisis histórico del discurso (Brinton 2001), también denominado
pragmática histórica (Jacobs y Jucker 1995, Taavitsainen y Fitzmaurice
2007), subdisciplina desarrollada en las últimas dos décadas que toma
como objeto el uso contextualizado no contemporáneo del lenguaje. El
análisis histórico del discurso añade una dimensión explicativa e interpre-
tativa a la lingüística histórica convencional a partir de la inclusión de
factores pragmático-discursivos y sociohistóricos; brinda un marco teóri-
co y una discusión metodológica común (de base tanto cualitativa como
cuantitativa) a los estudios discursivos históricos; aporta evidencias dis-
cursivas a los estudios históricos de las esferas sociales; y pone el foco en
los cambios históricos de los fenómenos tradicionalmente estudiados por
el análisis del discurso contemporáneo (cf. Navarro 2008 para un relevo
crítico de algunos estudios fundacionales).
En particular, las investigaciones recientes han demostrado la relevan-
cia del estudio de los usos históricos del discurso científico-académico
para comprender su configuración actual (cf., e.g., Valle 1999; en el ámbi-
to local, Vallejos Llobet 2005). Entendemos el discurso científico-acadé-
mico, integrando factores sociales y lingüísticos, como una variedad fun-
cional del lenguaje que lleva a cabo conjuntos de objetivos sociales gene-
rales y particulares (en particular, la producción de conocimiento; cf.
MacDonald 1994, 9), ligados a organizaciones específicas de las esferas
científicas, que se realizan a través de conjuntos de recursos léxico-gra-
maticales típicos (e.g., el uso frecuente de nominalizaciones o metáforas
gramaticales; cf. Halliday 1993 [1988]) en géneros discursivos específicos
publicados en medios científicos.
El enfoque adoptado aquí asume que los textos son las realizaciones
de un potencial de opciones de significado que se actualiza en un contex -
to social e históricamente condicionado (cf., e.g., Halliday y Matthiessen
2004 [1994, 1985]). Por este motivo, el análisis no se acota a describir los
fenómenos lingüísticos bajo estudio, sino que intenta explicarlos e inter-
pretarlos (Menéndez 2005) a partir de su inscripción situacional y so-
ciohistórica, en particular a partir del contexto más acotado de la cultura
disciplinar de la que se trate (cf. Valle 1999); la aparición, el desarrollo, el

Signo y Seña 25 234


Navarro LA CRÍTICA NEGATIVA EN EL DISCURSO CIENTÍFICO-ACADÉMICO

establecimiento o la desaparición de los fenómenos discursivos caracte-


rísticos del discurso científico-académico deben ligarse a los contextos
disciplinares donde estos cambios tienen lugar (Bazerman 1988, 313).
Para dar cuenta del valor crítico de las evaluaciones indirectas, se utilizan
herramientas del análisis pragmático y estratégico de los procesos infe-
renciales que participan en el reconocimiento del uso del lenguaje (cf.,
e.g., Grice 1999 [1991, 1975]), tal como se detalla a continuación.

2.2. EVALUACIÓN NEGATIVA Y RESEÑAS ACADÉMICAS DE LIBROS. En términos gene-


rales, la evaluación expresa la opinión del escritor o hablante y construye
de forma dialéctica el sistema de valores de esa persona y de la comuni-
dad en la que se inscribe (Martin y White 2005, 92; Thompson y Hunston
1999, 6). Por tanto, los significados interpersonales constituyen una di-
mensión fundamental de la lengua y permiten dar cuenta de cómo las
prácticas sociales se vinculan bidireccional con la estructura lingüística
(Linde 1997, 152). Así, el estudio de la evaluación resulta de interés tanto
para dar cuenta de fenómenos discursivos como de las organizaciones so-
ciohistóricas de las comunidades donde los textos se producen y circulan.
Esto no es menos cierto en el discurso científico-académico: los investiga-
dores deben evaluar constantemente sus propias contribuciones para per-
suadir de su interés, al tiempo que evalúan los aportes de otros colegas
(Gunnarsson 2001, 116; Hunston 1993, 58) en el contexto de las culturas
disciplinares a las que pertenecen (Hyland 2004 [2000]).
En este marco, el conflicto académico (Salager-Meyer 2000, 371) —y,
asociado a él, la crítica negativa— es un componente central de las disci-
plinas científico-académicas: permite la discusión y negociación de los
aportes válidos e inválidos respecto del conocimiento especializado con-
sensuado. Esta discusión y negociación es esperable ya que las disciplinas
no son ámbitos monolíticos y homogéneos de acumulación pacífica de
conocimiento, sino que, por el contrario, “disciplines are the contexts in
which disagreement can be deliberated” (Hyland 2004 [2000], 11). Dado
que amenaza la imagen (Brown y Levinson 1987) del investigador critica-
do negativamente y que esta amenaza pone en riesgo la imagen del pro-
pio evaluador, en general se manifiesta de forma indirecta, implícita e in-
vocada con el propósito de “minimizar el riesgo de hacer enemigos profe -
sionales por no oponerse o por criticar los puntos de vista de los colegas”
(Becher 2001 [1989], 137). Lo interesante de la evaluación negativa es
que su realización lingüística varía tanto cultural como históricamente

Signo y Seña 25 235


Navarro LA CRÍTICA NEGATIVA EN EL DISCURSO CIENTÍFICO-ACADÉMICO

(Salager-Meyer y Zambrano 2001, 166), tal como se intenta demostrar


más adelante.
Un género discursivo sumamente productivo para el análisis de la eva-
luación es la reseña académica de libros, ya que entre sus objetivos socio-
discursivos se incluye, de forma fundamental, la evaluación de nuevas pu-
blicaciones relevantes para la cultura disciplinar de la que se trate (Gea
Valor 2000, 12; Lindholm-Romantschuk 1998, 40; Motta-Roth 1998, 33).
La evaluación negativa, más allá de los riesgos pragmáticos que supone,
es un elemento discursivo necesario para cumplir con ese objetivo, ya que
permite restringir el alcance del libro reseñado, y por tanto puede antici-
parse su aparición en un corpus de reseñas académicas (Salager-Meyer
et al 2007, 1760). Si bien en la actualidad se considera que la reseña es
un género menor dado que no brinda aportes originales (Lindholm-
Romantschuk 1998, 37), ocupa un rol de relevancia en las culturas disci-
plinares ya que posiciona al libro y autor reseñados respecto del conoci-
miento especializado consensuado, en particular en las ciencias sociales y
las humanidades (Becher 2001 [1989], 115-116; Hyland 2004 [2000], 43),
donde las revistas científico-académicas suelen incluir reseñas de forma
regular y el libro reseñado es un género clave para la socialización de las
investigaciones. De hecho, en el corpus analizado el género es entendido
como un espacio privilegiado de discusión y crítica (cf. Lois 1988, 59), en
especial en el período más distante en el tiempo.

3. ACTOS CRÍTICOS NEGATIVOS (ACN). En la última década, el acto crítico se


constituyó como una unidad pragmática que presenta importantes venta-
jas metodológicas para el análisis cualitativo y cuantitativo de la evalua-
ción (cf. Alcaraz Ariza y Salager-Meyer 2005, 31; Moreno y Suárez 2008,
17). Esto es particularmente cierto en el caso de la evaluación indirecta e
implícita: el acto crítico permite entender los mecanismos inferenciales y
estratégicos que construyen su significado evaluativo, identificar sus lími-
tes flexibles y cuantificar su frecuencia de aparición.
En concreto, el acto crítico se define como un acto de habla que lleva a
cabo la acción de efectuar una crítica, es decir, de evaluar algo como po-
sitivo o negativo de acuerdo a algún criterio de evaluación. Este objetivo
se comprende mediante procesos inferenciales y se realiza textualmente
mediante un conjunto sociohistóricamente específico de recursos léxicos
y gramaticales que se organizan en estrategias discursivas (cf. Menéndez
2000 para la noción de estrategia discursiva). El cambio en el aspecto

Signo y Seña 25 236


Navarro LA CRÍTICA NEGATIVA EN EL DISCURSO CIENTÍFICO-ACADÉMICO

evaluado sirve como criterio para trazar su alcance textual flexible y el


análisis del criterio de evaluación habilita contrastes entre diferentes cor-
pus (cf. más adelante).
En el caso de los actos críticos negativos (en adelante, ACN) en el dis-
curso científico-académico, la fuerza ilocucionaria de crítica negativa sue-
le activarse o realizarse mediante un conjunto co-ocurrente de recursos
evaluativos indirectos o implícitos; por tanto, es fundamental integrar al
análisis el entorno textual y el contexto disciplinar, sociohistóricamente
situado, de uso. Un análisis de los ACN que se concentre solamente en re-
cursos léxicos inherentemente evaluativos y aislados resultaría incomple-
to, ya que los actos evaluativos en general “rarely rely on just one type of
signal” (Shaw 2004, 136). Para la identificación y explicación de los ACN
propuse en investigaciones previas la existencia de ocho estrategias que
denomino compartir, actuar, conectar, valorar, modalizar, comparar,
cuantificar y ajustar. Cada una de estas estrategias engloba un conjunto
de recursos léxicos y gramaticales que el analista puede identificar y ana-
lizar cualitativamente en el corpus en tanto posibles realizaciones de una
evaluación negativa. Por limitaciones de espacio, remito a Navarro
(2011a, 2011b, 2013, 2014) para una exposición detallada de cada una de
estas estrategias y los recursos correspondientes.
Por otro lado, los ACN pueden presentar una reparación, entendida
como la presentación de información inexistente en el libro reseñado que
corrige el elemento señalado como erróneo o que repone el elemento se-
ñalado como ausente de forma tal de que puedan ser evaluados positiva-
mente (Navarro 2006). Lo interesante del fenómeno de la reparación es
que convierte al reseñador en autor de aportes originales por los que se
hace responsable, es decir, permite que el género reseña académica de li-
bros sí haga circular aportes y conocimientos nuevos.
El siguiente ejemplo, tomado del corpus de análisis, muestra el funcio-
namiento integrado de algunos de esos recursos y estrategias:

(1) La discusión de las fuentes de la concepción de las «armas del cristiano», por ejemplo, ha-
bría ganado en amplitud y hondura si Lecoy la hubiera situado en el cuadro de la idea de
la militia Christi (Harnack), en lugar de partir solamente de un pasaje de San Bernardo
(Revista de Filología Hispánica 1939, 1 (3): 271; énfasis mío).

El ejemplo (1) corresponde a un fragmento, extraído de un párrafo mayor,


de una temprana, extensa (5.167 palabras) y crítica reseña firmada por
Leo Spitzer de Recherches sur le Libro de Buen Amor de Juan Ruiz, ar-

Signo y Seña 25 237


Navarro LA CRÍTICA NEGATIVA EN EL DISCURSO CIENTÍFICO-ACADÉMICO

chiprêtre de Hita (París, 1938), de Félix Lecoy. El ACN realiza su objetivo


de evaluar negativamente mediante la estrategia comparar, que reúne re-
cursos como las construcciones comparativas condicionales (cf. Palmer
1986, 188-199). En concreto, de la modalidad condicional señalada en la
prótasis (“si Lecoy la hubiera situado...”) se desprende la siguiente aser-
ción inferida: Lecoy no situó la discusión en relación con la idea de la mi-
litia Christi. A su vez, en la apódosis (“habría ganado en amplitud y
hondura”) se indica que estos elementos inexistentes habrían tenido
como consecuencia unos mejores resultados para el análisis; la evalua-
ción positiva se concreta mediante léxico evaluativo positivo explícito:
“ganar”, “amplitud”, “hondura”. De esta construcción condicional se des-
prende otra aserción inferida: la discusión no ganó en amplitud y hondu-
ra. Es decir, el reseñador señala elementos erróneos (o, al menos, que po-
drían ser mejores de lo que en realidad son) en el libro reseñado. Esto
cuenta como un ACN. En este ejemplo opera, complementariamente, lo
que denomina una estructura comparativa pura a partir del conector “en
lugar de”: se contrastan aspectos del libro o autor reseñado con aquello
que el reseñador considera que habría resultado más adecuado o menos
inadecuado.
Además, “por ejemplo” actualiza en este fragmento un ACN metadis-
cursivo previo en el que se denuncia que el autor reseñado “descuida un
tanto la historia de las ideas que pudieron inspirar los libros y los hechos
sociales mismos” (p. 271). Se trata de la estrategia de evaluación conec-
tar: ligar catafórica o anafóricamente, mediante conectores entendidos en
sentido amplio, fragmentos evaluativos del texto para construir una ver-
dadera prosodia evaluativa (cf. Martin y White 2005, 24).
A esto se suma la estrategia cuantificar mediante un recurso cuantifi-
cador presuposicional (Sánchez López 1999, 1.105 y ss.), que produce
una interpretación cuantitativa a partir de la implicación de existencia o
inexistencia de otros elementos. En este caso, “solamente” marca el ca-
rácter insuficiente de partir de un pasaje de San Bernardo.
En conclusión, este ACN muestra una omisión (algo que el autor no
hace) de un nivel medio de generalidad, cuya fuerza ilocucionaria de críti-
ca negativa se activa a partir de la combinación de al menos tres estrate-
gias discursivas. Por otro lado, puede identificarse una reparación, en
este caso una sugerencia original —ya que no aparece en el libro— del re-
señador al autor: la conveniencia de situar la discusión sobre las fuentes

Signo y Seña 25 238


Navarro LA CRÍTICA NEGATIVA EN EL DISCURSO CIENTÍFICO-ACADÉMICO

de la concepción de las “armas del cristiano” en el cuadro de la idea de la


militia Christi (Harnack).

4. CORPUS Y METODOLOGÍA. El corpus de análisis se compone de 90 reseñas


completas seleccionadas al azar (muestreo aleatorio simple estratificado)
de la sección “Reseñas” de la publicación oficial del Instituto de Filología
y Literaturas Hispánicas “Dr. Amado Alonso” de la Universidad de Buenos
Aires: Revista de Filología Hispánica (1939-1946), luego continuada en la
revista Filología (1949-actualidad). Se construye así una serie discursiva
(i.e., conjunto ordenado, en este caso diacrónicamente, de textos) corres-
pondiente al discurso científico escrito del Instituto de Filología de la Uni-
versidad de Buenos Aires durante la segunda mitad del siglo XX. El cor-
pus tiene una extensión total de 153.745 palabras y una representativi-
dad del 25,4% respecto del total de reseñas publicadas a lo largo de los
50 años estudiados. Se trata de un corpus diacrónico, especializado en un
género discursivo, y que contiene textos completos (Hunston 2002).
Para el contraste diacrónico, utilizo una periodización basada en facto-
res históricos, disciplinares e institucionales (cf. sección 5) que distingue
tres etapas de cinco o seis años separadas entre sí por alrededor de dos
décadas: 1939-1943, 1960-19651 y 1985-1989; cada etapa abarca 30 rese-
ñas. El corpus total es suficientemente amplio si se lo compara con estu-
dios similares (e.g., Gea Valor 2000, Moreno y Suárez 2008, Salager-
Meyer y Alcaraz Ariza 2004).
El Instituto de Filología es un centro de investigación en lingüística y
estudios literarios que, desde su inauguración en 1923, ha ejercido una
enorme influencia sobre las investigaciones filológicas dentro de la Ar-
gentina e Iberoamérica, tal como se desarrolla más abajo. Por este moti-
vo, los resultados del estudio de sus publicaciones oficiales no se acotan a
esa institución sino que permiten conocer más sobre la historia del dis-
curso de las humanidades en nuestro entorno. Esta metodología de análi-
sis histórico del discurso identifica una institución clave del campo disci-
plinar del que se trata para recortar con claridad una muestra represen-
tativa, y es común en otras investigaciones similares (cf., e.g., Atkinson
1999).

1 En los años 60 se publicaron menos números de la revista del Instituto y, por tanto, menos
reseñas. Para poder construir un corpus balanceado respecto de los demás períodos, fue
necesario ampliar el rango de años considerados.

Signo y Seña 25 239


Navarro LA CRÍTICA NEGATIVA EN EL DISCURSO CIENTÍFICO-ACADÉMICO

El tipo de análisis adoptado es empírico, inductivo y contextualizado.


La metodología es cuali-cuantitativa: el análisis cualitativo habilita la
cuantificación posterior, y esta cuantificación brinda una mayor solidez a
las hipótesis cualitativas (Hunston 2002, 20 y ss.). En concreto, se lleva a
cabo una anotación cualitativa manual de ACN en el corpus a partir de re-
cursos léxicos y gramaticales típicos organizados a partir de un conjunto
acotado de estrategias discursivas (cf. más arriba). Este primer análisis,
presentado en publicaciones previas, habilita la cuantificación que es de-
tallada y analizada más abajo.
Para el contraste, se parte de un conjunto de constantes de análisis o
tertia comparationis (Connor y Moreno 2005, 154) que posibilita la com-
paración de variables textuales: mismo espacio de publicación, pertene-
ciente a una misma institución, durante un mismo período, en una misma
localización y con una misma lengua (español científico-académico es-
crito). Se abordan cinco variables textuales para dar cuenta de los ACN:
1) cantidad absoluta de ACN; 2) extensión relativa a lo largo de la reseña;
3) objeto predominante de la crítica negativa (errores, omisiones o canti-
dades similares de ambos); 4) grado de generalidad de ese objeto (nivel
bajo: erratas y datos puntuales; nivel intermedio: hipótesis y tratamiento
de autores; nivel alto: metodología y organización del libro); 5) porcentaje
de los ACN de cada reseña que producen una reparación del problema
que critican. Las últimas dos variables resultan útiles como indicadores
indirectos de la intensidad de las críticas: un ACN que tome como objeto
un error de un nivel de generalidad alto (e.g., un error metodológico) será
más intenso que un ACN que tome como objeto una omisión de un nivel
de generalidad bajo (e.g., la omisión de alguna fecha de poca importan-
cia).
La cuantificación muestra la frecuencia absoluta (n) y relativa (%) de
aparición de las variables textuales seleccionadas. Los valores se ordenan
en intervalos de clase que facilitan la comparación (Ross 2007 [2005],
28), incluyendo el valor cero. Además, se calculan la media (valor pro-
medio), la mediana (valor que se encuentra en la posición central de la
lista ordenada de todos los datos) y la moda (valor de dato que aparece
con mayor frecuencia) para identificar las tendencias generales. Para con-
trastar históricamente cada una de las variables consideradas, se utilizan
histogramas en barras de frecuencias relativas (Ross 2007 [2005], 57).
Cuando se quiere determinar si existe una diferencia estadísticamente
significativa entre parámetros de distribución poblacional, se lleva a cabo

Signo y Seña 25 240


Navarro LA CRÍTICA NEGATIVA EN EL DISCURSO CIENTÍFICO-ACADÉMICO

el test de bondad de ajuste de la chi-cuadrado para tablas de contingen -


cia de datos no paramétricos (cf., e.g., McEnery et al 2006, 55-56; Ross
2007 [2005], 596 y ss.) con el valor usual de α igual o menor a 0,05 (es
decir, debe existir menos de un 5% de probabilidades de que las diferen -
cias detectadas se deban al azar).

5. CONTEXTO SOCIOHISTÓRICO Y DISCIPLINAR. En sus 90 años de historia, el Ins-


tituto de Filología de la Universidad de Buenos Aires, inaugurado en
1923, tuvo tres momentos de particular expansión e influencia de su pro-
ducción científico-académica, seguidos de abruptos cortes y desmantela-
mientos de su plantel de investigadores: primera mitad de los años 40,
primera mitad de los años 60 y segunda mitad de los años 80 (cf. Menén-
dez 1998). Un breve recorrido de algunos aspectos salientes de esa histo-
ria no solo permite periodizar el corpus de análisis, sino también puede
brindar elementos contextuales que ayuden a interpretar los hallazgos
discursivos (para más detalles, cf. Navarro 2011a).
El primer período se asocia a la figura de Amado Alonso, discípulo de
Ramón Menéndez Pidal en el Centro de Estudios Históricos de Madrid, y
director del Instituto entre 1927 y 1946 y de la Revista de Filología His-
pánica entre 1939 y 1946. Este período tuvo como inicio un marco favora-
ble de migración masiva de investigadores desde Europa hacia el país
(Buchbinder 2005, 127 y ss.) y prosperidad económica y cultural en algu-
nas capitales americanas, mientras que su culminación se caracterizó por
el descabezamiento abrupto de la dirección del Instituto de Filología en
los comienzos del primer gobierno peronista en 1946 (Buchbinder 1997,
162). El campo de los estudios filológicos en el Instituto en la década de
los años 30 y 40 mostró un proceso inicial de autonomización y de bús-
queda de identidad propia, junto con una creciente y notable influencia
en la discusión científico-académica internacional (Malkiel 1968, 227).
Por un lado, las primeras publicaciones impulsadas por Alonso buscaron
organizar el conocimiento existente e impulsar nuevas investigaciones so-
bre temas de filología latinoamericana (Barrenechea 1995-1996). Por el
otro, este período mostró la conformación de un grupo amplio, cohesiona-
do e influente de jóvenes investigadores, como Ana María Barrenechea,
Frida Weber de Kurlat y Raimundo Lida, junto con otras figuras ya consa -
gradas como Pedro Henríquez Ureña y Eleuterio F. Tiscornia.
El segundo período se asocia a la figura de Ana María Barrenechea, di-
rectora de la revista Filología entre 1961 y 1964 y del Instituto de Filolo-

Signo y Seña 25 241


Navarro LA CRÍTICA NEGATIVA EN EL DISCURSO CIENTÍFICO-ACADÉMICO

gía durante la primera mitad de los años 60. Se inició con un marco favo -
rable de prosperidad económica y fomento estatal de la investigación ar-
gentina, incluida la fundación del CONICET en 1958, la creación de nue-
vas carreras, la mayor profesionalización del campo científico-académico
a partir de criterios de evaluación y formación docente, y el crecimiento
de la matrícula estudiantil universitaria (Buchbinder 2005, 180 y 187).
Esta etapa culminó con el desalojo violento, y la posterior renuncia masi-
va, de numerosos docentes e investigadores de la Facultad de Filosofía y
Letras de la Universidad de Buenos Aires y otros centros de investigación
durante la llamada “Noche de los bastones largos” (1966) del gobierno
dictatorial de Onganía (Buchbinder 1997, 221). La dirección de Barrene-
chea significó una incipiente especialización de los estudios lingüísticos y
los estudios literarios, junto con la gradual independización de la agenda
de investigación marcada por la tradición española, en particular en los
estudios dialectológicos de lenguas indígenas americanas iniciados en las
décadas previas y privilegiados en otros institutos de la Facultad. Sin
embargo, los investigadores del Instituto seguían siendo deudores de la
tradición pidaliana que no divorciaba los intereses literarios de los intere-
ses lingüísticos. Por otro lado, se incrementaron los lazos institucionales y
teóricos con la academia norteamericana, balanceando en parte la tradi-
cional influencia europea, particularmente española.
El tercer período se asocia a la figura de Beatriz Lavandera, discípula
de Barrenechea y de participación fundamental en la Facultad de Filoso-
fía y Letras y sus institutos de investigación durante la segunda mitad de
los años 80. Este período tuvo como inicio un marco favorable de retorno
a la universidad pública de investigadores perseguidos o cesanteados por
la dictadura previa, luego de un proceso de destrucción institucional
(Buchbinder 2005, 215); restauración del gobierno democrático universi-
tario; ampliación de la matrícula estudiantil; actualización docente e in-
cremento de becas, concursos y dedicaciones; y modificación progresista
de los programas de estudios en la Universidad de Buenos Aires. A su
vez, culmina con la profunda crisis financiera y política de la hiperinfla-
ción de 1989, que impacta, por ejemplo, en la merma de números de la
revista de la institución. El Instituto de Filología vivió en este período la
segunda gestión de Barrenechea, quien generó un ambiente propicio para
albergar un conjunto heterogéneo de líneas de investigación y de jóvenes
investigadores argentinos, que mostraron un mayor interés que en perío-
dos previos respecto de la producción científico-académica local y regio-

Signo y Seña 25 242


Navarro LA CRÍTICA NEGATIVA EN EL DISCURSO CIENTÍFICO-ACADÉMICO

nal. A su vez, la segunda mitad de los años 80 significó la ruptura definiti -


va entre lingüística y estudios literarios, disciplinas con una organización
institucional y con tradiciones teórico-metodológicas diferenciadas, que
se tradujo en una revista que o bien presentaba temáticas diversas yuxta-
puestas o bien se organizaba en números monográficos.
Este breve recuento histórico muestra una situación paradójica de
continuidad y ruptura en la investigación dentro del Instituto. Por un
lado, los tres períodos estudiados se desarrollaron en situaciones coyun-
turales favorables, actualizaron continuidades con períodos previos y
mostraron una gradual complejización y diferenciación de las prácticas y
líneas de investigación. Por el otro, los tres períodos significaron procesos
de refundación y recomposición luego de etapas erráticas, poco producti-
vas o de verdadero desmembramiento de las redes de investigadores den-
tro del Instituto. En este sentido, los grupos de investigación en el Institu -
to de Filología, al igual que la universidad argentina en general, se vieron
profundamente afectados por los problemas sociohistóricos externos a su
esfera social: los cambios de gobierno, los golpes de estado y las limita-
ciones económicas repercutieron directamente en la configuración de las
posiciones de los científicos. En concreto, estos factores externos deter-
minaron el final abrupto de cada uno de los tres períodos estudiados.
A continuación, en la sección “Resultados”, se ofrecen los hallazgos
del tratamiento cuantitativo de las variables textuales seleccionadas para
luego, en la sección “Discusión”, intentar vincularlos con el panorama so-
ciohistórico ofrecido más arriba.

6. RESULTADOS
6.1. ACN 1939-1943. En la Tabla 1 se presentan los resultados de las
variables textuales estudiadas en la primera mitad de los años 40 (perío-
do 1). Para cada intervalo de clase (e.g., 0, 1, 2 y 3) correspondiente a
cada variable (e.g., cantidad de ACN) se aclara el número de ocurrencias
(n) y el porcentaje respectivo sobre el total (%). Por su parte, la Tabla 2
muestra la media, la mediana y la moda (cf. sección 4) de dichos datos.

Signo y Seña 25 243


Navarro LA CRÍTICA NEGATIVA EN EL DISCURSO CIENTÍFICO-ACADÉMICO

Cantidad 0 1 (<6) 2 (6-16) 3 (>16)


n % n % n % n %
2 6,7 9 30,0 11 36,7 8 26,7
Extensión 0 1 (<34%) 2 (34-67%) 3 (>67%)
n % n % n % n %
2 6,7 14 46,7 8 26,7 6 20
Reparación 0 1 (<34%) 2 (34-67%) 3 (>67%)
n % n % n % n %
3 10,7 6 21,4 6 21,4 13 46,4
Objeto 0 omisiones errores y omisiones errores
n % n % n % n %
2 6,7 8 26,7 7 23,3 13 43,3
Generalidad 0 1 (baja) 2 (media) 3 (alta)
n % n % n % n %
2 6,7 4 13,3 13 43,3 11 36,7
Nota: En la reparación, el porcentaje de cada intervalo de clase se calcula solo sobre el to -
tal de reseñas con ACN; en este primer período, ese número es 28.
Tabla 1: ACN en el período 1 (1939-1943).

Variable Media Mediana Moda


Cantidad 15 8 1
Extensión 34,7 29,5 3y7
Reparación 50,2 53,5 80 y 100
Objeto … … ER
Generalidad … … 2
Nota: Las variables objeto y generalidad no presentan media ni mediana ya que no cuen-
tan, a diferencia del resto de las variables, con una cantidad amplia de valores en bruto
que permita su cálculo.
Tabla 2: Media, mediana y moda de los ACN en el período 1 (1939-1943).

Los resultados muestran una importante presencia de los ACN en este


primer período: más del 90% de las reseñas incluyen evaluaciones negati-
vas. Además, una de cada cuatro reseñas supera los quince ACN. En tér-
minos relativos puede apreciarse el verdadero impacto de estas cifras: en
casi un 50% de las reseñas, los ACN ocupan más de un tercio de la exten-
sión total de las mismas. Es decir, es posible encontrarse con reseñas que
dedican buena parte de su extensión para evaluar negativamente.
Respecto de la tendencia general, la media se ve afectada por la gran
variabilidad de una reseña a otra, por lo que conviene centrarse en la
mediana: ocho ACN por reseña. La extensión promedio del espacio de la
reseña ocupado por ACN es muy elevada: un 34,7%, es decir, un tercio
del total.
Por otro lado, la reparación de los objetos criticados —es decir, el
aporte por parte del reseñador de datos, hipótesis y sugerencias no pre-

Signo y Seña 25 244


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sentes en el libro reseñado— es un fenómeno generalizado: casi el 90%


de las reseñas con ACN reparan en mayor o menor medida. También es
notable la extensión relativa de la reparación: en casi la mitad de las re-
señas, más de dos tercios de los ACN presentes reparan aquello criticado.
En promedio, en la mitad de los ACN los reseñadores reparan lo que criti-
can.
El objeto criticado con más frecuencia son los errores: estos predomi-
nan en el 43,3% de las reseñas. Por último, en un marcado 80% de los
casos, los objetos de crítica tienden a presentar un nivel medio a alto de
generalidad. Ambos datos indicarían que la fuerza ilocucionaria de los
ACN es particularmente intensa: los libros y autores reseñados son criti-
cados en aspectos de importancia (como la metodología o el marco teóri-
co) que han sido tratados, según los reseñadores, de forma equivocada.

6.2. ACN 1960-1965. A continuación, la Tabla 3 muestra los resultados


correspondientes a la primera mitad de los años 60 (período 2), junto con
el cálculo de los valores generales en la Tabla 4:

Cantidad 0 1 (<6) 2 (6-16) 3 (>16)


n % n % n % n %
3 10,0 14 46,7 3 10,0 10 33,3
Extensión 0 1 (<34%) 2 (34-67%) 3 (>67%)
n % n % n % n %
3 10,0 18 60,0 5 16,7 4 13,3
Reparación 0 1 (<34%) 2 (34-67%) 3 (>67%)
n % n % n % n %
5 18,5 6 22,2 10 37,0 6 22,2
Objeto 0 omisiones errores y omisiones errores
n % n % n % n %
3 10,0 7 23,3 4 13,3 16 53,3
Generalidad 0 1 (baja) 2 (media) 3 (alta)
n % n % n % n %
3 10,0 4 13,3 14 46,7 9 30,0
Tabla 3: ACN en el período 2 (1960-1965).

Variable Media Mediana Moda


Cantidad 15,9 4,5 3
Extensión 27,6 22,0 2, 10 y 33
Reparación 38,3 38,5 100
Objeto … … ER
Generalidad … … 2
Tabla 4: Media, mediana y moda de los ACN en el período 2 (1960-1965).

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La presencia de ACN en el período 2 muestra una evidente continui-


dad con el período previo: la inmensa mayoría de las reseñas (90%) con-
tienen ACN, y una de cada tres incluye dieciséis ACN o más. De hecho, la
cantidad de ACN por reseña es altamente variable, más todavía que en
los años 40: los datos en bruto arrojan que cuatro reseñas superan los
treinta ACN. Sin embargo, el dato más relevante es una drástica reduc-
ción de la cantidad general de ACN: la mediana pasa de 8 a 4,5. Es decir,
si bien las reseñas evalúan negativamente, a su vez presentan típicamen-
te menos cantidad de ACN que en las décadas previas.
La clara mayoría (60%) de los ACN cubre menos del 34% de la exten-
sión total de las reseñas en las que aparecen. Es decir, si bien el número
de ACN puede ser elevado, esto no implica, como en años previos, que
acaparen la mayor parte de la reseña. De hecho, en promedio los ACN
suelen cubrir sólo una cuarta parte de las reseñas.
La reparación de los objetos criticados sigue siendo un fenómeno ge-
neralizado, ya que alcanza al 81,5% de las reseñas con ACN, pero, sin
embargo, se reduce un poco respecto del período previo. Además, en dos
de cada diez reseñas se repara más de dos tercios de los objetos critica-
dos, y en casi el 60% de las reseñas se repara un tercio o más de esos ob-
jetos. Los valores medios de la reparación rondan el 38% de los ACN, es
decir, presentan una reducción de más de 10 puntos porcentuales respec-
to al período previo.
La mayoría de las reseñas (53,5%, que sube a 59,3% si se consideran
sólo las reseñas con críticas) presentan una mayor incidencia de errores
en los objetos criticados, duplicando, de hecho, a las reseñas donde son
mayorías las críticas a omisiones (23,3% o 25,9%, respectivamente). Se
verifica, entonces, que los errores tienen una presencia ligeramente más
alta que en el período previo. Por último, la práctica totalidad de las rese -
ñas presenta críticas a objetos de un grado de generalidad medio (46,7%)
o alto (30). En suma, la mayoría de los objetos criticados son errores de
un grado de generalidad medio, o en su defecto alto, y sólo en pocas oca-
siones bajo (13,3%). Estas cifras son prácticamente idénticas al período
previo e indican, de forma coincidente, una fuerte intensidad de las eva-
luaciones negativas.

6.3. ACN 1985-1989. Finalmente, las tablas 5 y 6 exhiben los resultados


correspondientes a la segunda mitad de los años 80 (período 3), tanto res-

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pecto de los resultados de cada variable textual como en lo que hace a las
tendencias generales, respectivamente:

Cantidad 0 1 (<6) 2 (6-16) 3 (>16)


n % n % n % n %
5 16,7 11 36,7 7 23,3 7 23,3
Extensión 0 1 (<34%) 2 (34-67%) 3 (>67%)
n % n % n % n %
5 16,7 17 56,7 8 26,7 0 0,0
Reparación 0 1 (<34%) 2 (34-67%) 3 (>67%)
n % n % n % n %
6 24,0 7 28,0 6 24,0 6 24,0
Objeto 0 omisiones errores y omisiones errores
n % n % n % n %
5 16,7 7 23,3 1 3,3 17 56,7
Generalidad 0 1 (baja) 2 (media) 3 (alta)
n % n % n % n %
5 16,7 1 3,3 13 43,3 11 36,7
Tabla 5: ACN en el período 3 (1985-1989).

Variable Media Mediana Moda


Cantidad 10,0 5,0 1y3
Extensión 19,2 13,5 2, 7 y 45
Reparación 31,0 28,0 40 y 100
Objeto … … ER
Generalidad … … 2
Tabla 6: Media, mediana y moda de los ACN en el período 3 (1985-1989).

El período más cercano en el tiempo muestra un corpus donde la inci-


dencia de los ACN se distribuye de forma bastante balanceada en los dis -
tintos intervalos de clase, si bien la mayoría de las reseñas (36,7%) pre-
sentan entre uno y cinco. De hecho, y al igual que en el período previo, se
puede observar en los datos en bruto que cuatro reseñas tienen un núme-
ro inusitadamente alto de ACN: más de treinta. El número de reseñas sin
ACN sigue siendo bajo: cinco (16,7%). En términos medios, la reseña típi-
ca presenta entre cinco (mediana) y diez (media) ACN. La mediana es si -
milar al período previo, aunque se verifica una reducción en la media.
La mayoría de las reseñas (56,7%) dedican menos de un tercio de su
extensión a criticar negativamente, y no hay reseñas, como en los perío-
dos previos, que dediquen la mayor parte de su extensión a ese objetivo.
La tendencia general es que una reseña destine entre un 13,5% (media-
na) y un 19,2% (media) a criticar negativamente, algo menos que en el
período previo y prácticamente la mitad que en el primer período.

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El 76% de las reseñas con ACN incluyen reparaciones en extensiones


variables pero homogéneamente distribuidas. En términos medios, alre-
dedor del 30% de los ACN reparan el objeto de crítica, esto es, un porcen-
taje un tanto menor que en el período previo.
En cuanto al objeto de la crítica, la mayoría de las reseñas presentan
una preponderancia de críticas a errores (56,7%) de un grado de genera-
lidad medio (43,3%) o alto (36,7%), repitiendo en buena medida las ten-
dencias halladas en el período previo. Un dato especialmente relevante es
que resulta insignificante la aparición de mayoría de críticas a problemas
puntuales (3,3%). Es decir, los ACN justifican su aparición sólo si se cen-
tran en problemas de un nivel de generalidad medio o alto.

6.4. ACN 1939-1989. A continuación se aborda la serie discursiva com-


pleta intentando ahondar en contrastes significativos entre los tres sub-
corpus propuestos, anticipados previamente. El primer gráfico correspon-
de a la variable textual cantidad de ACN:

50 46,7

40 36,7 36,7
33,3
30,0
30 26,7
23,3 23,3
20 16,7

10,0 10,0
10 6,7

0
0 <6 6-16 >16
n. ACN

1939-1943 1960-1965 1985-1989

Gráfico 1: Comparación histórica de la cantidad de ACN (1939-1989).

Pueden extraerse varias conclusiones de la comparación histórica de


los datos. Primero, resulta muy elevado el porcentaje de reseñas que pre-
sentan ACN, aunque su número se reduce levemente con el avance de la
segunda mitad del siglo XX: 93,3% en los años 40, 90% en los años 60 y
83,3% en los años 80. Si se examinan los datos en bruto, se obtiene que el

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corpus contiene la asombrosa cantidad total de 1.213 ACN, uno cada 127
palabras.
Segundo, esta considerable presencia de críticas negativas no muestra
cantidades medias regulares. Por el contrario, se destaca una notable va-
riabilidad en el número de ACN por reseña. En los años 40 aparecen rese-
ñas con menos de seis ACN (30%), con entre seis y dieciséis (36,7%) o
con más de dieciséis (26,7%). Dos décadas después, en cambio, la distri-
bución se ubica en los márgenes: las reseñas tienden a presentar o bien
menos de seis ACN (46,7%), o bien más de dieciséis (33,3%). Por último,
en 1985-1989, vuelve a verificarse una distribución equilibrada entre dife-
rentes cantidades de ACN, si bien el número más común es menos de
seis. Estas diferencias, aunque sugerentes, no resultan estadísticamente
significativas.
En términos generales, la mayoría de las reseñas de los años 60 y 80
presentan menos de seis ACN, aunque esta cifra se amplía hasta los dieci-
séis en el período inicial de estudio. En este sentido, resulta útil examinar
el contraste de los valores medios de ACN:

20

15,9
15,0

10,0 10,0
10

4,5 5,0
3
2
1
0
Media Mediana Moda

1939-1943 1960-1965 1985-1989

Nota: La moda para el período 3 es 1 y 3; para posibilitar la comparación, se opta por grafi -
car el promedio entre ambos valores.
Gráfico 2: Comparación histórica de la media, mediana y moda de cantidad de ACN (1939-
1989).

Los valores medios exhiben una clara continuidad general en los altos
valores de ACN, con una leve tendencia histórica a la baja. Las reseñas en
1939-1943 tienen un promedio de quince ACN, valor que sube a los dieci -

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séis en 1960-1965 y luego se reduce a diez en el período 1985-1989. La


mediana, un valor medio que evita la desviación de los datos extremos,
muestra una tendencia similar, aunque con un mayor salto entre los años
40 y el resto del rango histórico estudiado.
En suma, se observa una relativa estabilidad en la elevada cantidad de
ACN durante el período total estudiado. Esta verificación cuantitativa re-
sulta interesante, porque significa que la presencia de críticas, más allá
de algunas variaciones históricas, es un rasgo característico y constante a
lo largo de las diferentes configuraciones histórico-discursivas estudia-
das. La evaluación negativa se constituye, entonces, como fenómeno aso-
ciado al género reseña académica de libros en esta cultura disciplinar de
forma continuada durante medio siglo: una reseña debe criticar negativa-
mente.
El gráfico a continuación explora el contraste diacrónico respecto de
la variable textual extensión relativa de los ACN dentro de la reseña:

70
60,0
60 56,7

50 46,7

40

30 26,7 26,7
20,0
20 16,7 16,7
13,3
10,0
10 6,7
0,0
0
0% <34% 34-67% >67%
% RESEÑA

1939-1943 1960-1965 1985-1989

Gráfico 3: Comparación histórica de la extensión de los ACN (1939-1989).

Al igual que sucede con su número absoluto, la extensión de los ACN


dentro de la reseña se muestra estable a lo largo de los tres períodos es-
tudiados. No se detectan variaciones estadísticamente significativas. En
términos generales, la mayoría de las reseñas dedican hasta un tercio de
su extensión a las evaluaciones negativas del libro reseñado o de su autor.
Sin embargo, y de forma coherente con la gradual aparición de más rese-
ñas sin ACN, las reseñas que dedican más de dos tercios de su extensión

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a la crítica van desapareciendo a medida que transcurre el período estu-


diado. Si se compara sólo este grupo de reseñas con el resto del corpus,
se observan contrastes estadísticamente significativos (*p = 0,04).
El gráfico 4 ilustra el cambio histórico en el porcentaje de ACN que re-
paran el objeto que critican:

50 46,4

40 37,0

30 28,0
24,0 24,0 24,0
21,4 22,2 21,4 22,2
20 18,5

10,7
10

0
0% <34% 34-67% >67%
% ACN

1939-1943 1960-1965 1985-1989

Gráfico 4: Comparación histórica de la reparación de los ACN (1939-1989).

Puede observarse aquí otra notable tendencia histórica en el funciona-


miento de los ACN: la presencia continuada de reparaciones. De hecho,
no pudieron identificarse variaciones históricas estadísticamente signifi-
cativas para distinguir entre los distintos períodos.
Sin embargo, se detectan algunos cambios puntuales sugerentes. El
primer hallazgo que debe destacarse, de forma coherente con la cantidad
absoluta de ACN estudiada antes, es el gradual pero firme incremento en
el tiempo de ACN que no presentan reparaciones: el 10,7% de los años 40
pasa a un 18,5% en los años 60, hasta finalmente alcanzar un 24% en los
años 80. Esta mayor presencia en el tiempo de ACN sin reparaciones se
corresponde con una reducción de las reseñas que reparan más del 67%
de los actos que contenían, particularmente abrupta a partir de los años
60.
En términos generales, se produce una reducción histórica del porcen-
taje de ACN con reparación: en los años 40, la mayoría de las reseñas
presentan reparación en más del 67% de los ACN que contienen. En los
años 60, la mayoría de las reseñas reparan en un 34% al 67% de sus ACN.

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Finalmente, en los años 80, la mayoría de las reseñas reparan menos del
34% de los ACN, si bien presentan, a diferencia de los períodos previos,
una distribución balanceada en los cuatro intervalos de clase. En suma,
esto significa que los reseñadores hacen menos aportes originales, a par-
tir de críticas negativas, cuanto más cercano en el tiempo es el subcor-
pus.
El gráfico 5 contrasta los cambios históricos en la variable tipo de ob-
jeto de crítica:

60 56,7
53,3
50
43,3
40

30 26,7
23,3 23,3 23,3
20 16,7
13,3
10,0
10 6,7
3,3
0
0 Omisiones Errores y omisiones Errores
OBJETO ACN

1939-1943 1960-1965 1985-1989

Gráfico 5: Comparación histórica del objeto de los ACN (1939-1989).

Puede observarse que la crítica a errores es mayoría en alrededor de


la mitad de las reseñas estudiadas a lo largo del período total estudiado.
Por su parte, las críticas a omisiones son mayoría en solo una de cada
cuatro reseñas, aproximadamente.
Sin embargo, puede destacarse una tendencia regular y gradual (aun-
que no llega a ser estadísticamente significativa): a medida que avanza el
siglo, las reseñas que muestran una distribución más o menos equilibrada
de críticas a omisiones y errores van desapareciendo, desde el 23,3% en
los años 40, pasando por el 13,3% en los años 60, hasta un escaso 3,3%
en los años 80. Esto significa que el avance en el tiempo muestra una es-
pecialización de las reseñas en cuanto al tipo de objeto priorizado en sus
críticas, que puede ser alternativamente errores u omisiones.
Por último, el gráfico 6 compara diacrónicamente el grado de generali-
dad del objeto de crítica de los ACN:

Signo y Seña 25 252


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50 46,7
43,3 43,3
40 36,7 36,7

30,0
30

20 16,7
13,3 13,3
10,0
10 6,7
3,3
0
0 Baja Media Alta
GENERALIDAD OBJETO ACN

1939-1943 1960-1965 1985-1989

Gráfico 6: Comparación histórica de la generalidad del objeto de los ACN (1939-1989).

El grado de generalidad de los ACN muestra una notable homogenei-


dad a lo largo del período total estudiado. La mayoría de las críticas tie -
nen un grado de generalidad medio (algo más del 40%) o alto (30% o
más) en los años 40, 60 y 80. Resulta sugerente, aunque no estadística-
mente significativa, la casi desaparición de reseñas que presentan una
mayoría de ACN a objetos de una generalidad baja durante los años 80.

7. DISCUSIÓN. Los datos precedentes demuestran que, a lo largo del perío-


do total estudiado, la evaluación negativa se manifiesta de forma continua
y con características similares en el corpus. Entre ocho y nueve de cada
diez reseñas presentan ACN. El elevado número y extensión de los ACN
tiende a ser estable: son mayoría las reseñas con menos de seis ACN en
los años 60 y 80 y entre seis y dieciséis en los años 40. A su vez, los ACN
suelen cubrir hasta un tercio de la extensión textual de las reseñas.
Sin embargo, la reducción histórica de reseñas que dedican más del
67% de su extensión a criticar y la reducción del número medio de ACN
(entre quince y dieciséis en 1939-1943 y 1960-1965, pero diez en 1985-
1989) es una diferencia puntual observada. Por otro lado, la mayoría de
las reseñas muestran ACN que reparan los objetos que critican, aunque
se verifica un leve aumento histórico de reseñas sin reparaciones y una
reducción de reseñas que reparan más del 67% de los ACN.

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Por último, el objeto de crítica mayoritario en la mitad de las reseñas


es un error, mientras que alrededor de una de cada cuatro reseñas favo-
rece la crítica de omisiones. Estos objetos suelen tener un grado de gene-
ralidad medio o, en menor medida, alto, en todo el período estudiado; la
presencia de reseñas con mayoría de objetos de crítica puntuales se redu-
ce especialmente en los años 80.
Estos hallazgos discursivos pueden interpretarse a partir de algunos
rasgos del contexto disciplinar y sociohistórico explorados más arriba.
Por un lado, resulta evidente que los procesos políticos y económicos que
interrumpieron las líneas de investigación en el Instituto de Filología for-
zaron una rápida y traumática recomposición posterior. Este carácter de
repetida refundación derivó, además, en que la actividad científico-acadé-
mica en la Argentina durante la segunda mitad del siglo XX presentara
una situación de cierta precariedad institucional. Así, una baja dependen-
cia y una alta volatilidad institucional inmunizaban parcialmente a los re-
señadores de los efectos negativos que podían tener las críticas que reali-
zaban a sus pares. Esta situación puede quizás explicar la aparición conti-
nuada de un número importante y de fuerte intensidad de ACN en el cor-
pus estudiado. En suma, una cultura disciplinar en permanente tensión y
pugna por validar sus propias posiciones, en una red institucional poco
densa, podía favorecer la aparición de mecanismos críticos como los ha-
llados en la serie discursiva analizada.
Por otro lado, la situación de comunidad periférica, alejada de los cen-
tros científico-académicos mundiales de occidente donde se publicaban la
mayoría de los textos reseñados (i.e., Estados Unidos y Europa), puede
aportar otro factor interpretativo de la fuerte impronta crítica que se veri-
fica a lo largo del período histórico estudiado. La cultura disciplinar vin-
culada al Instituto tendía a evaluar publicaciones y autores ajenos a su al-
cance local y, por tanto, las críticas no amenazaban con claridad las redes
de poder académico e institucional desde donde escribían los reseñado-
res.
En sentido inverso, la gradual reducción de la presencia de ACN a me-
dida que avanza la segunda mitad del siglo XX quizás se vincule a un in-
cremento en las reseñas de autores locales. Por primera vez en la historia
del Instituto, en la segunda mitad de los años 80 se reseña una cantidad
elevada de autores de origen argentino y latinoamericano, y los reseñado-
res pertenecen casi exclusivamente al mismo entorno. De alguna manera,
el Instituto de Filología pierde algo de su posición periférica frente a los

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libros y autores reseñados cuando, en los años 80, se interesa por la pro-
ducción científico-académica que le es más cercana. Es posible que tam-
bién se haya producido un proceso de gradual profesionalización y estan-
darización de la investigación especializada que fue en contra de la con-
frontación y la crítica negativa abierta. De esta manera, es esperable una
mitigación de la conflictividad a medida que avanza el siglo XX, es decir,
una reducción parcial de la frecuencia y alcance de los ACN y las repara-
ciones.

8. CONCLUSIONES. En esta investigación he demostrado que las evaluacio-


nes negativas particulares o ACN son frecuentes, extensas, intensas y re-
paradoras a lo largo del período estudiado. En concreto, ocho a nueve de
cada diez reseñas presentan ACN, que promedian entre diez y dieciséis
ocurrencias por texto y en general abarcan hasta un tercio de la exten-
sión textual total. Las críticas negativas son intensas, porque suelen cen-
trarse en errores de generalidad media o alta, y los ACN suelen reparar
los objetos que critican con aportes originales.
A su vez, estos rasgos de los ACN muestran una muy gradual reduc-
ción a lo largo del período estudiado: los valores medios de ACN por rese-
ña disminuyen, las reseñas con críticas negativas en más de dos tercios
de su extensión se reducen, y las reseñas con ACN que no reparan se in-
crementan, mientras que se reduce el número de reseñas con reparación
de la mayoría de los ACN.
Estos resultados son consistentes con una investigación previa sobre
el mismo corpus respecto del género reseña académica de libros (Nava-
rro 2012). Allí detecté que la estructura retórica del género destinaba un
espacio determinado para la crítica negativa, que denomino función críti-
ca. Es decir, el propio género codifica en su estructura el rol predominan-
te de la evaluación negativa. A su vez, verifiqué una gradual reducción de
esta función a lo largo de la segunda mitad del siglo XX, conjuntamente
con un incremento de las evaluaciones positivas de cierre.
Estos hallazgos discursivos son vinculados a algunos rasgos del con-
texto sociohistórico y disciplinar que pueden aportar interpretaciones
posibles: la baja dependencia y alta volatilidad institucional de una cultu-
ra disciplinar que tuvo que reconstruirse y reinventarse varias veces a lo
largo del período estudiado, junto con la posición periférica respecto de
los centros de producción científico-académica cuyos libros se reseñaban,
pueden haber favorecido las prácticas de crítica negativa. A la inversa, el

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gradual interés por autores regionales y locales, y la profesionalización y


estandarización de la investigación especializada, quizás motivaron la re-
ducción parcial en la frecuencia y extensión de las evaluaciones negativas
y las reparaciones.
En suma, la descripción cuantitativa de las variables seleccionadas en
el corpus de análisis aporta diversas evidencias respecto de la centralidad
de la evaluación negativa como mecanismo de interacción entre actores
de la cultura disciplinar vinculada a los estudios lingüísticos y literarios
en la Argentina de la segunda mitad del siglo XX. Estos hallazgos refuer -
zan una de las afirmaciones que abren este artículo: los significados inter-
personales constituyen una dimensión fundamental del discurso cientí-
fico-académico, y el conflicto es un mecanismo privilegiado para disputar
el posicionamiento de las referencias bibliográficas en la cultura discipli-
nar y hacer aportes propios al saber consensuado. Lo sorprendente del
corpus de análisis, y de la cultura disciplinar asociada, es que la evalua -
ción negativa y el conflicto académico ostentan una fuertísima centrali-
dad en el género.
Esta investigación efectúa aportes, fundamentalmente cuantitativos, al
conocimiento de la configuración histórica del discurso científico-acadé-
mico en español, en particular en el campo de los estudios literarios y lin-
güísticos argentinos del siglo pasado. Estudios futuros podrían contrastar
estos resultados con otros corpus de culturas disciplinares para poder de-
terminar los verdaderos alcances sociohistóricos de esta práctica crítica.

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Federico Navarro
Universidad de Buenos Aires / Universidad Na-
cional de General Sarmiento / CONICET
navarro@filo.uba.ar
Trabajo recibido el 30 de agosto de 2013 y aprobado el 3 de junio de 2014.

Signo y Seña 25 259


Apellidos de los autores TÍTULO ABREVIADO DEL TRABAJO

Signo y Seña 23 Dossier La historia del español de América 258


Rodríguez Ramalle CONEXIONES DISCURSIVAS Y SUBORDINACIÓN

CONEXIONES DISCURSIVAS Y SUBORDINACIÓN:


RECURSOS SINTÁCTICOS Y CONJUNCIONES

Teresa María Rodríguez Ramalle

RESUMEN. Las relaciones que se dan entre oraciones dentro de un discurso se pueden incluir en
la noción de constituyente. Garrido (2013a, 2013b) propone que la estructura discusiva se ex-
plica a partir de las propiedades léxicas de las unidades. Si pensamos que hay relación de
constituyentes entre las oraciones que integran una unidad mayor, las relaciones son idénticas
tanto estemos ante una subordinada sintáctica como ante dos oraciones independientes. Par-
tiendo de esta idea, nuestro objetivo será comprobar si los rasgos sintácticos que permiten es-
tablecer una relación condicional o concesiva en una estructura sin conjunción, cuando esta se
proyecta encabezando una oración, se encuentran codificados en dicha categoría gramatical
(aunque, si), responsable entonces de los procesos de selección, en tanto que núcleo de su sin-
tagma.
Palabras clave: constituyente, conjunciones, subordinación, cuantificación, oposición.

ABSTRACT. Discourse relations are constructed within a discourse constituent structure. Garrido
(2013a, 2013b) claims that discourse structure can be explained in terms of the lexical proper-
ties of the units in the structure. According to this idea, our aim is to check if the syntactic
properties that allow us to interpret a conditional or a concessive relationship between two
sentences are lexically represented by a conjunction (aunque, si) in a subordinate structure.
The conjunction will be thus the head of its own constituent and the category that selects its
arguments.
Keywords: constituent, conjunctions, subordination, quantification, opposition.

RESUMO. As relações entre orações dentro de um discurso se podem incluir na noção de consti-
tuinte. Garrido (2013a, 2013b) afirma que a estrutura do discurso pode ser explicada em ter-
mos das propriedades léxicas das unidades. De acordo com esta ideia, nosso objetivo é verifi-
car se as propriedades sintáticas que permitem interpretar uma relação condicional ou conce-
siva são representadas por uma conjunção em uma estrutura de subordinação. A conjunção se-
ria o núcleo de seu próprio constituinte e a categoria que seleciona seus argumentos.
Palavras-chave: constituinte, conjunção, subordinação, quantificação, oposição.

1. INTRODUCCIÓN. Según el criterio de la expansión, toda unidad sintáctica


compleja resulta del desarrollo o expansión de otra más simple, de modo
que partiendo de un verbo podemos construir una unidad superior: una

Signo y Seña, número 25, junio de 2014, pp. 261-283


Facultad de Filosofía y Letras (UBA)
http://revistas.filo.uba.ar/index.php/sys/index
ISSN 2314-2189

Signo y Seña 25 261


Rodríguez Ramalle CONEXIONES DISCURSIVAS Y SUBORDINACIÓN

oración simple, una oración compleja o secuencias de oraciones que esta -


blecen relaciones sintácticas mediante diferentes medios. Lo que tienen
en común todas estas unidades desde la más simple hasta la más comple -
ja es su constitución como constituyentes. No solo hablamos de constitu-
yentes organizados jerárquicamente cuando estamos ante sintagmas ver-
bales o nominales, pues también las oraciones subordinadas y las oracio-
nes independientes dentro del discurso se organizan del mismo modo.
Con respecto al primer asunto, Brucart y Gallego (2009) parten de la no-
ción de constituyente para demostrar la heterogeneidad de los esquemas
sintácticos que se incluyen dentro de la etiqueta de la subordinación ad-
verbial. En cuanto al segundo, Garrido (2013a, 2013b) aplica la estructu-
ra de constituyentes para analizar la relación entre oraciones dentro del
discurso en una columna periodística.
En este trabajo veremos que esta idea tiene consecuencias en el estu-
dio de la construcción de unidades mayores dentro del discurso. Nuestra
hipótesis es que las relaciones de constituyentes son idénticas en subordi-
nadas sintácticas y en estructuras independientes. En el primer caso, la
presencia de una conjunción o locución conjuntiva nos permite reconocer
la existencia de una relación de significado entre los dos periodos conec-
tados: es el caso de aunque o de si, como marcas concesiva y condicional,
respectivamente. En el segundo caso, aun cuando no exista una conjun-
ción, sí es posible identificar mecanismos lingüísticos que nos permiten
establecer relaciones entre constituyentes que van más allá de la presen-
cia de un elemento subordinante; tales recursos nos llevan a establecer
conexiones entre oraciones que se articulan discursivamente.
De acuerdo con este planteamiento, nuestro objetivo será comprobar
si los rasgos sintácticos que permiten establecer una relación condicional
o concesiva en una estructura sin conjunción, se encuentran codificados
en la conjunción cuando esta categoría gramatical se proyecta encabe-
zando una oración; dicho de otro modo, pretendemos hacer un breve re-
paso por algunos de los principales recursos sintácticos concesivos y con-
dicionales para comprobar su relevancia en la relación entre oraciones
mediada a través de una conjunción. No vamos a tratar de los recursos
léxicos, esto es, estructuras o locuciones que no están totalmente lexica-
lizadas: a pesar de que, pese a que; en el supuesto de que, con la condi-
ción de que (RAE 2009, 3.598), estructuras en las que el significado de
oposición o condición puede resultar transparente al hablante a partir de
los rasgos semánticos de la categorías léxica que contienen: pesar, pese;

Signo y Seña 25 262


Rodríguez Ramalle CONEXIONES DISCURSIVAS Y SUBORDINACIÓN

supuesto, condición. Nos interesan los recursos sintácticos que pueden


estar codificados y, por tanto, representados, cuando esta se proyecta, en
la presencia de una conjunción como categoría funcional.
Dada la gran variedad de estructuras sintácticas concesivas y condi-
cionales que podemos encontrar en español —incluidas todas las varieda-
des dialectales— hemos tenido que delimitar nuestro objeto de estudio
solo a aquellos recursos básicos que se documentan en las estructuras
que encabezan las formas no personales: infinitivos, gerundios y partici-
pios con lectura similar a la de una subordinada adverbial.
Lo que pretendemos con el trabajo que aquí se muestra es una refle-
xión sobre los mecanismos de relación tanto en un plano de subordina-
ción sintáctica, como de conexión discursiva, esto es, tanto a través de
una marca gramatical explícita: la conjunción, como mediante recursos
sintácticos varios: correlaciones, gradación, cuantificación, oposición, etc.
De estas relaciones se observará, por un lado, que la subordinación ad-
verbial sigue unos patrones diferentes a los del resto de la subordinación,
como ya ha sido advertido en numerosos trabajos (Pavón 2010, 2012 y
Brucart y Gallego 2009, por citar solo dos ejemplos actuales), y, por otro,
que existe una relación de continuidad formal entre unidades sintácticas
y discursivas, basada en el concepto de constituyente (Garrido 2013a,
2013b).
La organización del artículo es la siguiente. En la sección 2 haremos
un breve repaso por los esquemas básicos que subyacen a la subordina-
ción adverbial; aquí incluiremos las estructuras encabezadas por conjun-
ciones (2.1). En esta misma sección, teniendo en cuenta los trabajos pre-
vios, especialmente Garrido (2013a, 2013b), expondremos nuestra hipóte-
sis de partida (2.2). En la sección 3 nos dedicaremos a mostrar los esque-
mas sintácticos básicos de la concesión en estructuras encabezadas por
formas no personales (3.1) y de la condición (3.2). En estas mismas sec-
ciones incluiremos una caracterización semántica de las conjunciones
aunque y si, respectivamente. Los datos que utilizaremos para ejemplifi-
car nuestra propuesta proceden de diversas fuentes: ejemplos tomados
de trabajos previos, del banco de datos de la RAE (Corpus de Referencia
del Español Actual) y de la competencia de la propia autora. Por último, la
sección 4 estará dedicada a las conclusiones finales.

Signo y Seña 25 263


Rodríguez Ramalle CONEXIONES DISCURSIVAS Y SUBORDINACIÓN

2. EL PUNTO DE PARTIDA: ANTECEDENTES E HIPÓTESIS


2.1. UNAS NOTAS SOBRE LA SUBORDINACIÓN ADVERBIAL. Según los trabajos de Pa-
vón (2010, 2012) y Brucart y Gallego (2009), las oraciones incluidas den-
tro de la etiqueta de subordinadas adverbiales se pueden agrupar en dife-
rentes tipos sintácticos. Fijémonos en los siguientes datos:

(1) (a) Iré donde tú me digas.


(b) Esta es la casa donde nací.
(c) Quien quiera venir que levante la mano.

Una oración como la de (1a) puede ser analizada como una oración de
relativo que modifica a un antecedente nulo, como (1c); todo este consti-
tuyente funciona como circunstancial. Para Pavón (2012, 42-43), son su-
bordinadas adverbiales de relativo, esto es, elementos en los que existe
un adverbio relativo: como, cuando, donde, que requiere de un antece-
dente en la oración principal. La ventaja principal de este enfoque, bási-
camente sintáctico, es que nos permite analizar donde, como, cuando no
como conjunciones subordinadas sino como adverbios, puesto que desem-
peñan una función en la oración que encabezan.
En segundo lugar encontramos oraciones encabezadas por la conjun-
ción que, término de una preposición. Fijémonos en los siguientes ejem-
plos:

(2) (a) Estaré allí pronto [para {que me veas al salir / verte}].
(b) Iré, [a condición de {que me dejes terminar / ser yo quien elija al candidato}].
(c) [Antes de {que te des cuenta / darte cuenta}], estaré de nuevo contigo.

Nótese que en los casos de (2) tenemos una preposición: para, un


nombre: condición y un adverbio: antes, que seleccionan una oración
como su complemento; dicho complemento debe ser introducido por la
conjunción subordinada que, pues, de no ser así, se seleccionaría un com-
plemento en infinitivo. El aspecto que queremos destacar es que si anali-
zamos la estructura de las oraciones subordinadas marcadas entre cor-
chetes en los ejemplos de (2) a partir de los elementos que las integran,
veremos que las construcciones para que, a condición de que, antes de
que introducen oraciones completivas, puesto que la conjunción introdu-
ce una oración que es término de una preposición, de manera similar a lo
que ocurre en las oraciones de (3):

Signo y Seña 25 264


Rodríguez Ramalle CONEXIONES DISCURSIVAS Y SUBORDINACIÓN

(3) (a) El hecho de que Juan llegara tarde me molesta.


(b) No tenemos la menor intención de que la gente se enfade.

En los ejemplos de (2), todo el constituyente encabezado por para, a


condición y antes realiza la función de modificador circunstancial del ver-
bo principal, frente a los ejemplos de (3), encabezados por el hecho y la
menor intención, que desempeñan la función de sujeto y de objeto direc-
to, respectivamente.
Por último, en un tercer esquema de subordinación adverbial, tenemos
ejemplos de oraciones encabezadas por conjunciones: que, si, como y por
locuciones conjuntivas gramaticalizadas: así que, como que. En estos últi-
mos casos, la presencia de la conjunción que no aparece necesariamente
unida a la selección de un complemento oracional, como ocurre con de
ahí y de ahí que (5a), frente, por ejemplo, a así que y así pues (5b). En
este tercer tipo de estructuras sintácticas subordinadas, el constituyente
que las encabeza no establece relación ni relativa ni completiva:

(4) (a) Como Juan no viene, salgamos todos de una vez.


(b) Ayúdame, que te necesito.
(c) Si me avisas con tiempo, me comprometo a ayudarte.

(5) (a) Cada país, por tanto, se tiene que procurar su propia financiación; de ahí que las so -
ciedades científicas tengan que negociar estos asuntos con las autoridades sanitarias na-
cionales u otras instituciones [CREA, RAE, 2001].
(b) Estoy cansada, así que no saldré esta noche.

La pregunta que nos debemos hacer en estos casos es cuál es la rela-


ción sintáctica entre una oración encabezada por una conjunción o locu-
ción conjuntiva y el discurso.
Una manera de abordar la relación que contraen las oraciones circuns-
tanciales es a partir de la idea de la interordinación o bipolaridad (Blesa
1982, Cortés Parazuelos 1993, Narbona 1990, Cuenca 1991, entre otros).
Desde este enfoque, oraciones como las consecutivas, concesivas, finales,
condicionales, causales y adversativas contraen relaciones binarias de de-
pendencia mutua: no se puede decir que una esté subordinada a otra,
pues ambas se necesitan para expresar una relación básica. La idea de
dependencia mutua ha llevado a hablar de interordinación, como un tipo
de relación diferente de la coordinación y la subordinación, para referirse
a todas aquellas oraciones en cuyo interior se da una relación de implica -
ción entre las cláusulas que normalmente las constituyen. La bipolaridad

Signo y Seña 25 265


Rodríguez Ramalle CONEXIONES DISCURSIVAS Y SUBORDINACIÓN

supone la complementariedad de ambos constituyentes. Según expone


Cuenca (2010), el tipo de relación bipolar básica que articula todas estas
oraciones es la de causa-efecto. En el caso de las oraciones causales, con-
dicionales y concesivas, se destaca el origen de la relación; por ello el or-
den de la oración que contiene la locución suele ser inicial. En cuanto a
las oraciones consecutivas, finales y adversativas, se destaca el fin de la
relación, por ello la oración que contiene la locución ocupa la segunda po-
sición. Esta propuesta implica que no estamos ante oraciones propiamen-
te circunstanciales. La RAE en su Nueva gramática de la lengua española
(2009, 3.530) observa que las construcciones concesivas y condicionales
no están incluidas en las principales. Por ejemplo, la prótasis de una es-
tructura condicional encabezada por si no forma parte de la apódosis,
frente a lo que ocurre con una estructura adverbial de lugar, en la que la
oración subordinada realiza una función dentro de la principal.
La propuesta de la interordinación ofrece una explicación basada en
las propiedades semánticas de un grupo de subordinadas, pero queda el
problema de determinar la naturaleza sintáctica de tan diferentes relacio-
nes.
Aceptemos que los dos miembros conectados por una conjunción o lo-
cución conjuntiva adverbial son constituyentes de una unidad mayor. La
relación de constituyentes es asimétrica, puesto que las posiciones dentro
de una estructura se organizan jerárquicamente: esto es lo que ocurre
dentro de un verbo y de su proyección, así como dentro de un nombre,
adjetivo, etc. Por su parte, las conjunciones son núcleos de su propio sin-
tagma, por lo que encabezan las oraciones subordinadas a las que apor-
tan su valor semántico de causa, fin, consecuencia o concesividad.
Sintácticamente, lo dicho implica que una oración subordinada es un
tipo de sintagma conjuntivo, pues la conjunción es el núcleo. Pavón
(2010) denomina a este sintagma sintagma conjunción subordinante
(SConjSub) que toma como complemento una oración, y añade que las
conjunciones están además especificadas en el léxico con una entrada
que se corresponde a la de una estructura conceptual (Jackendoff 1990 y
Pustejovsky 1995). Pavón (2010) considera que las conjunciones subordi-
nantes son categorías híbridas entre las unidades léxicas, en concreto las
preposiciones, y las funcionales; como las primeras, poseen contenido lé-
xico y están asociadas a una estructura argumental: establecen una rela-
ción entre dos oraciones; por lo tanto, debe existir algún tipo de selección
semántica entre la conjunción subordinante y su complemento oracional.

Signo y Seña 25 266


Rodríguez Ramalle CONEXIONES DISCURSIVAS Y SUBORDINACIÓN

La estructura conceptual que se correspondería con la representación


sintagmática de (6a) sería la recogida en (6b), que podría servir para
ejemplificar las propiedades de la conjunción condicional si, según propo-
ne Pavón (2010, 119):

(6) (a) [SConjSub [STiempo… Tiempo… [SV… V... ]]].


(b) [Condición CONDICIÓN [Evento/Estado X]].

En (6b), la categoría semántica 'Evento/Estado' se corresponde con la


categoría sintáctica sintagma tiempo (STiempo); por su parte, la catego-
ría semántica de la conjunción sería 'Condición' (en el caso del como
causal, sería 'Causa'). Esta aproximación plantea que el núcleo conjuntivo
es, por lo tanto, el núcleo de su sintagma, lo que implica que es el ele-
mento que selecciona las propiedades de la oración que constituye su
complemento y que, en consecuencia, determina la interpretación final.
Aceptado esto, las conjunciones o locuciones conjuntivas gramaticali-
zadas pueden codificar el significado que vincula dos oraciones y nos per-
mite establecer sus relaciones de significado, pero también son a veces
los rasgos gramaticales los que en ausencia de una conjunción concreta
nos llevan a conectar dos oraciones más allá del esquema subordinado. El
repaso por estas relaciones básicas nos permitiría entender mejor los vín-
culos de conexión que se produce en un discurso entre oraciones conside-
radas independientes, pero que guardan relaciones de interdependencia
semántica:

(7) (a) No le avisamos con tiempo de la fiesta, así que Sergio se ha enfadado.
(b) Sergio se ha enfadado. No le avisamos con tiempo de la fiesta.
(c) A: Sergio se ha enfadado.
B: ¡Claro! No le avisamos con tiempo de la fiesta.

En el primer ejemplo (7a) la relación entre las dos oraciones se hace


explícita a través de la locución conjuntiva; pero en el segundo y tercer
ejemplos no existe ninguna marca de subordinación y, sin embargo, las
dos oraciones independientes se interpretan a partir de la relación que
mantienen entre sí. Dicha relación está sustentada por determinadas ca-
racterísticas léxicas y gramaticales: por los tiempos y aspectos verbales
de las dos oraciones y exigida por el tipo de verbo psicológico, enfadarse,
que conlleva causas y consecuencias: de hecho, admite un sintagma pre-
posicional de causa o razón: Juan se enfadó por tener que madrugar (Du-
que 2011). En las tres oraciones, los rasgos gramaticales permiten esta-

Signo y Seña 25 267


Rodríguez Ramalle CONEXIONES DISCURSIVAS Y SUBORDINACIÓN

blecer las conexiones de sentido; la conjunción hace explícitas dichas re-


laciones al seleccionar los rasgos de la oración que es su complemento.
Wellner y otros (2006), desde el punto de vista del léxico generativo, pro-
ponen relaciones de discurso que se construyen entre los qualia de dife-
rentes elementos léxicos; de este modo, son las características de las pie-
zas léxicas las que nos permiten buscar los vínculos discursivos entre dos
oraciones y orientan, en definitiva, la interpretación a partir de los rasgos
sintácticos proyectados. Este procedimiento para analizar las relaciones
entre oraciones o segmentos resulta especialmente interesante para defi-
nir la relación básica de causa-efecto, basada en ocasiones en la existen-
cia de unos conocimientos previos.

2.2. LA HIPÓTESIS. La relación entre oraciones con el fin de crear un consti-


tuyente supraoracional que pueda integrar dos oraciones se consigue a
partir de nociones que tienen que ver con la presencia de marcas especí-
ficas en la oración. Una manera puede ser mediante conjunciones y locu-
ciones conjuntivas. Según hemos visto, la conjunción adverbial es un nú-
cleo dotado de significado, que encabeza su propia proyección.
Pero también existen otros recursos sintácticos que nos permiten co-
nectar dos estructuras a partir de significados vinculados normalmente
con la subordinación adverbial. Es lo que ocurría en las oraciones de (7b
y 7c).
Nuestra hipótesis consiste en que las conjunciones adverbiales pueden
codificar el significado que vincula dos oraciones y de este modo nos per-
miten identificar el tipo de relación semántica, pero también son los ras-
gos gramaticales o léxicos los que, como veremos, en ausencia de una
conjunción especializada, nos llevan a conectar dos oraciones, más allá
incluso de un esquema subordinado tradicional; queremos decir con esto
que la conexión entre oraciones en el discurso se realiza aunque no sigan
un esquema subordinado causal, concesivo o condicional. Con otras pa-
labras, existen requisitos sintácticos que nos permiten interpretar dos
oraciones como concesivas o condicionales. Si la relación se establece a
partir de una conjunción, partimos de la hipótesis de que dicho elemento
será el que codifique tales requisitos. Para ejemplificar esta idea, revisa-
remos los rasgos gramaticales principales que nos permiten identificar
relaciones concesivas y condicionales, y su codificación a través de las
conjunciones prototípicas que expresan tales significados: aunque y si.

Signo y Seña 25 268


Rodríguez Ramalle CONEXIONES DISCURSIVAS Y SUBORDINACIÓN

Condicionales y consecutivas, según la Nueva gramática de la lengua


española (RAE 2009, 3.528), son semejantes en cuanto a las relaciones de
significado que vehiculan, pues los sentidos concesivos y condicionales se
apoyan en la relación de interdependencia y no de subordinación. Esta
dependencia mutua entre los dos periodos se verifica en la correlación
entre tiempos verbales y en ocasiones se encuentra marcada por recursos
léxicos, como las correlaciones: si… entonces, aunque… de todos modos.
El punto de partida de nuestra hipótesis es la existencia de una conti -
nuidad entre algunos principios sintácticos y discursivos: el concepto de
constituyente, tal y como se expone en Garrido (2013a, 2013b), es una
buena prueba de ello. Este enfoque no niega el que existen unidades es-
pecíficas del discurso, pero plantea que si la relación de subordinación
entre constituyentes oracionales se aplica a la construcción del discurso a
partir de relaciones léxicas y de selección, se consigue establecer una re-
lación de continuidad entre el nivel oracional y el discursivo, a partir ex-
clusivamente de la estructura formal. Pongamos un ejemplo de este enfo-
que.
Las anáforas nominales o léxicas son una buena estrategia para conec-
tar oraciones independientes. Categorialmente son elementos deícticos o
similares que recogen o encapsulan la información de oraciones anterio-
res mediante una expresión nominal que a su vez sirve de arranque para
la subsiguiente organización informativa (Borreguero 2006, López Sama-
niego 2011, entre otros). Categorizan las diferentes informaciones del
segmento al que se refieren (que puede ser también subsiguiente), y por
tanto pueden presentar información nominalmente, fuera de la aserción y
por tanto fuera de discusión (González Ruiz 2008). Fijémonos en el si-
guiente ejemplo tomado de Garrido (2013a):

(8) [1] Independencia es una palabra muy cálida que enciende el corazón de los jóvenes. [2]
Más o menos eso dice John Wayne sentado con las piernas extendidas en lo alto de las mu -
rallas del fuerte del Álamo […] [3] Una vez pronunciada esa palabra fervientemente por la
multitud ya es muy difícil detenerse [columna “Erotismo” de M. Vicent; fragmento tomado
de Garrido (2013a, 112-113).]

La anáfora más o menos permite relacionar una oración con otra, para
formar un constituyente mayor integrado por ambos. Ambas categorías se
refieren a una estructura previa para enlazar con ella y construir la nueva
oración teniendo en cuenta la información ya presentada. Si analizamos
la interpretación en términos discursivos, comprobaremos que, en este

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Rodríguez Ramalle CONEXIONES DISCURSIVAS Y SUBORDINACIÓN

fragmento, el tema es independencia, sujeto de la primera oración, y todo


lo demás añade información a este tema. De este modo, la segunda ora-
ción se interpreta como el trasfondo o escenario que enmarca la primera.
Existe, por tanto, una relación de tema-comentario entre ambas secuen-
cias. Lo interesante es que esta relación queda clara al añadir la tercera
oración. Teniendo en cuenta la conexión entre las tres oraciones, vemos
que es posible eliminar la segunda y decir la primera y tercera, pero no
eliminar la primera y decir las otras dos. Por ello, según argumenta Garri -
do (2013a), la primera oración es el núcleo y la segunda el satélite.
Si bien en (8) estamos ante tres oraciones independientes, se ha de-
mostrado que estas se encuentran conectadas entre sí de un modo asimé-
trico —y no basado en referencias cruzadas, al modo de Wolf y Gibson
(2005)—, que nos recuerda a la relación de constituyentes. En este ejem-
plo hemos visto que una manera posible de establecer conexiones entre
oraciones consiste en seguir las relaciones de tema y comentario que se
establecen en el discurso a partir de anáforas de diferente tipo. Otra ma-
nera posible será a partir de diferentes tipos de recursos sintácticos que
favorecen las lecturas de oposición, consecuencia o condición. De este
tipo de marcas nos ocuparemos en las próximas hojas.
Para demostrar la hipótesis y con el fin de definir algunos de los prin-
cipales rasgos gramaticales, nos fijaremos especialmente en las construc-
ciones absolutas de gerundio y participio con lectura concesiva y condi-
cional, así como en ciertas estructuras en infinitivo. La razón es que en
estas estructuras, al no existir normalmente ningún nexo gramatical que
codifique la interpretación, son los rasgos sintácticos los que en último lu-
gar tienen la responsabilidad de asumir las diferentes lecturas: los modos
verbales, por ejemplo, pero también otros recursos, como el tipo de pre-
posición, son aspectos que tendremos en cuenta.

3. LOS ESQUEMAS CONCESIVOS Y CONDICIONALES. Son realmente numerosos los


estudios que se han llevado a cabo sobre las oraciones y estructuras con-
cesivas y condicionales y sobre sus relaciones, desde diferentes perspecti-
vas (teóricas, sintácticas, pragmáticas): Narbona (1983, 1989), Almela
(1985), Montolío (1990, 1999a, 1999b), Martínez Álvarez (1992, 1997),
Kovacci (1997), Porroche (1998), Haegeman (2006, 2007), Swchenter
(1997, 1998). No es esta una lista ni siquiera aproximada en cuanto al
abundante panorama bibliográfico sobre la subordinación concesiva y
condicional, pero nos sirve como punto de partida para centrarnos en lo

Signo y Seña 25 270


Rodríguez Ramalle CONEXIONES DISCURSIVAS Y SUBORDINACIÓN

que ocurre dentro de los esquemas encabezados por las formas no perso-
nales.

3.1. SOBRE LA CONCESIVIDAD, AUN Y AUNQUE. Empecemos fijándonos en los si-


guientes datos con infinitivos adverbiales:

(9) (a) Para ser tan joven, ha viajado mucho. 'Aunque es muy joven, ha viajado mucho'.
(b) Conoce a mucha gente en Madrid, para no ser de aquí. 'Aunque no es de aquí, conoce
a mucha gente'.
(c) Dirige la tesis a muchos alumnos para ser tan joven. 'Aunque es muy joven, dirige la
tesis a muchos alumnos'
(d) Ha estado en pocos sitios para haber podido viajar. 'Aunque ha viajado mucho, ha es-
tado en pocos sitios' (Sánchez López 1995, 107-108).

La cuantificación parece ser un medio para llegar a través de la oposi -


ción y del contraste a una lectura concesiva. Esta oposición o contraste
aparece cuando existen unos requisitos insuficientes o unas expectativas
que no se cumplen: 'los que tienen más años son los que han tenido tiem-
po para viajar más', 'los de aquí son los que conocen a más gente', 'los
más mayores son los que dirigen más tesis', 'los que viajan mucho están
en muchos sitios'. El que estas expectativas no se cumplan crea un con-
traste que determina la lectura concesiva, según proponen Marcovecchio
y Pacagnini (2013)1. En su trabajo, las lingüistas mencionadas observan
atinadamente que las oraciones que expresan finalidad o propósito son
esquemas sintácticos idóneos para destacar un cierto paralelismo que
puede desarrollar valores vinculados con la oposición entre sus dos miem-
bros. La oración con para activa lecturas que van alejándose del valor de
finalidad o propósito para desarrollar empleos que se vinculan, en un pri-
mer momento, con la expresión de la suficiencia y, a partir de unas expec-
tativas que no se consideran suficientes, con la expresión del contraste.
De este modo, la oposición aparece cuando tenemos una cuantificación o
una gradación dentro de una escala de expectativas que no se cumple, tal
y como hemos visto que ocurre en los ejemplos de (9). La oposición no se
limita a contrastar, sino que también marca cuál de las dos opciones arti -
culadas sintácticamente es la que debe ser elegida por el oyente como re-
levante. En las oraciones con para, el cuantificador sirve para señalar al

1 También es posible una lectura condicional, en la que el condicionado se presenta como un


efecto-consecuencia que se desprende de la condición: Has de ser una niña muy especial
para haber hecho una solicitud tan hermosa (Marcovecchio y Pacagnini 2013).

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Rodríguez Ramalle CONEXIONES DISCURSIVAS Y SUBORDINACIÓN

argumento más importante dentro de su escala argumentativa, de ahí que


sea la segunda oración la que expresa la conclusión final que debe ser te-
nida en cuenta por el oyente.
Nótese que en las estructuras introducidas mediante por con valor
concesivo existe también una cuantificación de grado que contribuye a
crear una oposición entre dos opciones:

(10) (a) Por mucho que insistas, no iré contigo ni loca.


(b) Por más que trabaja, nunca tiene suerte.

El rasgo sintáctico que caracteriza a la estructura de (10) es la presen-


cia de un movimiento del cuantificador desde su dominio de modificación
dentro del sintagma verbal hasta la periferia oracional: 'Insistes mucho,
pero no voy a ir contigo', 'Trabaja más que otros, pero nunca tiene suer-
te'. Este dato no es desde luego secundario, pues en él estriba la diferen-
cia entre una lectura causal, en la que la preposición por selecciona una
oración introducida por que, como vimos en la sección anterior, y la lectu-
ra concesiva, que se apoya en un contraste establecido a través de la
cuantificación y la escalaridad. El movimiento del adverbio de grado pare-
ce estar motivado para tomar alcance sobre toda la oración que constitu-
ye su alcance nuclear. Por lo tanto, es un movimiento decisivo para la in-
terpretación, aunque no es un proceso general en todas las estructuras
con adverbios de grado, pues no tiene lugar en las oraciones con para se-
guidas de infinitivo, lo que lo vincula directamente con la proyección de
un verbo dotado de flexión. Así, en una estructura con infinitivo, aunque
aparezca encabezada con por, el adverbio permanece bajo el sintagma
verbal, frente a lo que sucedía en los ejemplos de (10):

(11) (a) Por insistir mucho, te vas a ver perjudicado.


(b) Por trabajar mucho, vas a ponerte enfermo.

Lo relevante en estas oraciones es que, además, la lectura ya no es con-


cesiva, pues, si bien existe un adverbio de grado presente en la estructu -
ra, este no implica, como sí ocurría en las oraciones que veíamos en (9)
con para, la existencia de una escala en la que existe una expectativa no
cumplida; por el contrario, encontramos una relación de continuidad en-
tre la oración con el adverbio de grado y su conclusión final.
Fijémonos ahora en los datos que tenemos sobre gerundios y partici-
pios absolutos. Como se ha reconocido en diferentes trabajos que tratan

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Rodríguez Ramalle CONEXIONES DISCURSIVAS Y SUBORDINACIÓN

sobre la interpretación de las formas no personales (Hernanz 1999, Ro-


dríguez Ramalle 2008, por citar solo dos ejemplos), existen ejemplos en
los que una misma estructura encabezada por un gerundio o un participio
parece tener dos interpretaciones posibles. No obstante, en otros casos,
pequeñas variaciones en la estructura sintáctica y, por lo tanto, en la se-
lección de los constituyentes permiten a los oyentes deducir el significado
relevante sin problema alguno. Por ejemplo, la oración Teniendo salud, no
me preocupa nada más presenta una lectura básicamente condicional,
pues el miembro que introduce el gerundio representa una alternativa en-
tre dos posibles: 'tener o no tener salud', como veremos en la siguiente
sección. En el caso de Teniendo fiebre, no le quiso llevar al médico ('Aun-
que tenía fiebre, no le quiso llevar al médico'), observamos una oposición
entre dos opciones alternativas, frente a Teniendo fiebre, le llevó al mé-
dico, relación de causa lógica ('Como tenía fiebre, le llevó al médico'). Lo
relevante de la oposición es que se apoya de nuevo en una expectativa no
cumplida: 'Cuando se tiene fiebre, se suele ir al médico'. En este caso, no
existe ningún elemento de grado que marque la oposición, como en los
ejemplos con para y por, pero sí permanece la idea de que la expectativa
basada en el conocimiento general de los hablantes acerca de la situación
descrita no es suficiente: se ve rechazada en beneficio de un argumento
que resulta más relevante.
Con esta idea, prestemos atención a los siguientes ejemplos de cons-
trucciones de gerundio absoluto:

(12) (a) Solía representar a chicas que, tras muchas dificultades y teniéndolo todo en su con-
tra, lograban al fin el éxito [CREA, RAE, 2002].
(b) El padre García sabe hacer una predicación sencilla y agradable, plagada de ejem -
plos. Propone como modelo a San Francisco de Asís, quien, teniéndolo todo, no dudó en
dejarlo para seguir a Cristo [CREA, RAE, La Razón, 02/09/2002].
(c) Apuntaron a la gravedad de este hecho porque "mientras se preparaba una brutal ma-
niobra contra su partido aliado, la UDI, Piñera, sabiéndolo, prefirió guardar silencio, des-
pués lo negó y cuando la verdad aparece él mismo tiende una cortina de humo armando
un escándalo" [CREA, RAE, El Mercurio, 08/03/2004].

La pregunta que debemos hacernos es si es posible encontrar algún tipo


de contraste entre la oración encabezada por el gerundio y su continui-
dad. Si esto es así, el siguiente paso consistirá en demostrar que existe al-
guna expectativa no cumplida que permita destacar el último argumento
como el que posee más fuerza argumentativa. Para ello, se deberá com-
probar si existe algún tipo de jerarquía o escalaridad entre los argumen-

Signo y Seña 25 273


Rodríguez Ramalle CONEXIONES DISCURSIVAS Y SUBORDINACIÓN

tos expresados por las dos oraciones conectadas. Si nos fijamos en (12a) y
(12b), observaremos que, en efecto, el contraste aparece marcado incluso
por la presencia de un cuantificador: teniéndolo todo; a partir de esta gra-
dación máxima, se presenta el contraste con la opción final, que resulta
reforzada por no ser la opción esperada. La secuencia de (12c) carece de
cuantificación, pero existe sin embargo oposición basada en los conoci-
mientos previos de los hablantes: 'Cuando sabes algo, sueles contarlo'; en
este caso, la expectativa mencionada no se cumple y desencadena un con-
traste orientado de nuevo a destacar el último argumento como el más
importante.
Cuando no existe oposición, la lectura que aparece es la consecutiva o
causal, y no la concesiva:

(13) (a) Fina.— (A su hermano.) A ti, conociéndote, no te pregunto si te has hecho la cama
[CREA, RAE, 1986].
(b) Hasta cometí la imprudencia de llamarte en voz alta, como los animales en celo, para
que por lo menos supieras que estaba buscándote. La historiada puerta del parque me ilu-
minó con la posibilidad de una huida; pero, conociéndote, supuse que no te habrías atrevi -
do a tanto [CREA, RAE, 1995].

En estas oraciones no existe oposición entre conocer y preguntar ni entre


conocer y suponer, sino todo lo contrario: continuidad; de ahí que la lec-
tura causal sea la más relevante.
Para terminar con este repaso, obsérvese que la cuantificación se pue-
de encontrar en otras expresiones, como en las siguientes partículas dis-
cursivas de carácter contraargumentativo:

(14) (a) Ya sabes que no me cae bien, pero, de todos modos es posible que lo llame para pre-
guntarle como está.
(b) Es una persona difícil, pero, de todos modos, vale la pena conocerla (Rodríguez Rama-
lle 2005).
(c) Por si queda alguna duda acerca de la relativa pobreza matemática egipcia, sabemos
que varias pirámides cayeron (aunque parezca imposible) y otras tienen un aspecto anó-
malo… con todo esto no queremos menospreciar la obra que son las pirámides, ya que, a
pesar de lo que hemos dicho, ¿acaso no siguen siendo igual de bellas? [Odiseo, Revista de
Historia 1, 22/04/2001].

En estas secuencias, de todos modos introduce un enunciado que se pre-


senta como el argumento más importante. El todos aquí se refiere a las si-
tuaciones incluidas y delimitadas en un conjunto previo, dado en el pri-
mer miembro: “no me cae bien”. Pensemos que cuantos más argumentos
aparecen previamente, más fuerte debe ser el contraste para que se pro-

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Rodríguez Ramalle CONEXIONES DISCURSIVAS Y SUBORDINACIÓN

duzca una lectura de oposición. Es posible que el marcador con todo tam-
bién pueda ser analizado de manera similar, dado que incluye una cuanti-
ficación y marca una oposición entre dos alternativas distintas, como se
ve en el ejemplo de (13c). En este caso, además, en con todo, se resumen
los argumentos previos, que deben ser numerosos (Montolío 2001), para
ser rechazados con la partícula y construir a partir de ellos la opción rele-
vante.
Si bien somos conscientes de que no hemos agotado, ni mucho menos,
todos los recursos sintácticos asociados a la concesividad, dado que nues-
tro trabajo es una propuesta de análisis, queremos llegados a este punto,
relacionar los aspectos que hemos destacado: oposición o contraste,
cuantificación, escalaridad, expectativas no cumplidas, con lo que sabe-
mos acerca de la conjunción aunque.
LA RAE (2009, 3.541) observa que un análisis composicional de aun-
que nos lleva a relacionar el significado de concesión con la idea de esca-
laridad presente en aun. Este adverbio se vincula con incluso, pues en
ambos la interpretación va unida a una escala graduada de condiciones
en las que se destaca el miembro final, que es el que resulta menos espe -
rable. Las estructuras de gerundio pueden aparecer encabezadas por
aun, en un modo de hacer explícita la oposición y de destacar la opción
relevante. Lo mismo ocurre en las cláusulas de participio absoluto con
lectura concesiva, dado que, por el significado perfectivo del participio,
estas estructuras suelen poseer mayoritariamente un valor temporal. El
aun puede aparecer documentado incluso delante de la partícula con
todo:

(15) (a) Aun sabiendo lo que me gustaba, te has atrevido a tirármelo.


(b) Aun enviado el trabajo a tiempo, no fue considerado por el tribunal.
(c) Las influencias musicales se han de comer, digerir, cagar y después soñar. Sólo así las
asimilas. Incluso los guiños balcánicos son anteriores al viaje, no es que al estar allí nos
percatásemos de que existen. Aun con todo consideramos este disco más mediterráneo
que caribeño [El País de las Tentaciones, 14/02/2003].

Lo relevante en estos ejemplos, compartido por el resto de estructuras


analizadas, reside en que la oposición implica que una de las opciones
contrastadas se destaque como la más importante: es entonces cuando
aparece la lectura concesiva, ya sea mediante recursos sintácticos, ya sea
mediante la presencia de aun o aunque.

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Rodríguez Ramalle CONEXIONES DISCURSIVAS Y SUBORDINACIÓN

Por tanto, la cuantificación y la escalaridad como mecanismos para


marcar la oposición entre dos argumentos y la selección de uno de ellos
frente a otro aparecen codificadas en aunque, conjunción gramaticaliza-
da.
En aunque se pueden observar rasgos de escalaridad, vinculados di-
rectamente con la expresión de la concesividad; en si, en cambio, no es
tan evidente la relación entre los mecanismos sintácticos de la condición
y su codificación en la conjunción si.

3.2. SOBRE LA CONDICIÓN Y EL SI. Si en el caso de aunque se puede rastrear


en sus componente la presencia de un elemento escalar vinculado con los
requisitos concesivos, en lo que respecta a si, no es tan claro que ciertos
recursos sintácticos se encuentren codificados en el significado de esta
conjunción. En primer lugar, porque no procede de la unión de dos for-
mas que se han lexicalizado. En segundo lugar, porque no existe un signi -
ficado y uso homogéneo en la categoría si —hasta su propia etiqueta cate-
gorial es una cuestión de debate—.
Cuando se expresa una condición, se está produciendo en realidad una
situación de oposición o contraste entre dos mundos posibles (Montolío
1999a). Esta oposición se refleja en la correlación de tiempos verbales,
bien conocida, en los distintos tipos de oraciones condicionales, y también
en otros recursos sintácticos, que son los que nos van a interesar más
aquí. Como ejemplo, comparemos las siguientes oraciones:

(16) (a) Si tú estuvieras ahora en esta situación, no dudarías en hacerlo.


(b) Si yo fuera él, no actuaría así.
(c) Si supiéramos japonés, ahora tendríamos trabajo (Montolío 1999, 3.661).

En estas oraciones condicionales irreales, los elementos deícticos: el ad-


verbio ahora, por un lado, y la realización del pronombre explícito él,
frente a un yo posible, por otro, indican que “el mundo del enunciado es
incompatible en la actualidad con el mundo en el que se produce la
enunciación” (Montolío 1999a, 3.661). La presencia de verbos estativos
como ser o saber, que indican un estado en principio no sujeto a cambio e
independiente de las circunstancias temporo-espaciales, nos sugiere ade-
más que la condición es irreal, pues no se puede producir el cambio indi-
cado en la prótasis. Señala Montolío (1999a) que, con verbos no estativos,
el tiempo verbal debe ser pluscuamperfecto de subjuntivo, puesto que la

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Rodríguez Ramalle CONEXIONES DISCURSIVAS Y SUBORDINACIÓN

marca de irrealidad no está determinada por la clase de acción verbal: Si


hubiéramos estudiado en Japón, ahora tendríamos trabajo.
Los infinitivos precedidos de preposiciones como de, con y sin pueden
tener un valor condicional, marcado normalmente por la correlación
temporal: Con dejarle de hablar, solo conseguiste enemistar más con él
('Te enemistaste más con él, porque le dejaste de hablar'), Con dejarle de
hablar, solo conseguirás enemistarte más con él ('Si le dejas de hablar,
solo conseguirás enemistarte más con él'). Es interesante observar, en la
línea de Bosque (1989) y Hernanz (1999), que las preposiciones con y sin
seguidas de infinitivo equivalen a un gerundio y a un gerundio negativo,
respectivamente, debido al carácter durativo de aquellas:

(17) (a) Con hacer las cosas a la brava, no ganarás nada.


(b) Haciendo las cosas a la brava, no ganarás nada.
(c) Sin llevar documentación, no te dejarán entrar.
(d) No llevando documentación, no te dejarán entrar (Montolío 1999, 3.694).

En las secuencias de (17), la duración del primer periodo unida a la


idea de futuro resulta un requisito básico para la obtención de la lectura
condicional. Parece que el motivo estriba en que el periodo encabezado
por el gerundio debe ser simultáneo con las acciones representadas en el
segundo periodo. Esta sería también la razón por la que el gerundio com-
puesto no permite la lectura habitual: No habiendo llevado documenta-
ción, no te dejarán entrar. Dado que las construcciones de gerundio per-
miten muy diferentes lecturas adverbiales, este dato es crucial para la de-
sambiguación. De nuevo, Montolío (1999a) nos ofrece datos relevantes
que demuestran que cuando las acciones no son simultáneas, la lectura
condicional es imposible; en estos ejemplos, no existe otra interpretación
posible, por lo que las oraciones son agramaticales:

(18) (a) *Haciendo sol mañana, iremos a la playa. (Si hace sol mañana, iremos a la playa.)
(b) *Queriendo más información, escriba a Laboratorios Kloral. (Si quiere más informa -
ción, escriba a Laboratorios Kloral.)
(c) *Teniendo dinero el próximo verano, iría de vacaciones a Filipinas. (Si tuviera dinero
el próximo verano, iría de vacaciones a Filipinas.) (Montolío 1999a: 3695).

Por supuesto, las oraciones correspondientes con si son perfectamente


gramaticales. Lo que nos interesa valorar es la relación entre la simulta-
neidad y la oposición, como requisito previo de las oraciones condiciona-
les.

Signo y Seña 25 277


Rodríguez Ramalle CONEXIONES DISCURSIVAS Y SUBORDINACIÓN

Veamos ahora algunos esquemas relevantes para la lectura condicio-


nal basados en las construcciones de gerundio absoluto:

(19) (a) Conduciendo él, yo voy tranquilo.


(b) Había un castigo atroz para los que hicieran esto, y, sabiéndolo bien, ninguno de los
guardianes se atrevió jamás a tocar a su cautivo [CREA, RAE, 2001].
(c) Asun ha dicho que, teniéndolo a él presente en su segunda actuación televisiva, se
sentirá amparada [CREA, RAE, 2002].

La pregunta que debemos hacernos es si encontramos recursos sintác-


ticos para destacar la existencia de dos opciones o alternativas. Si nos fi -
jamos en (19a), la existencia de una oposición entre él y yo nos marca un
contraste. Comparemos (19b) con (19c). En (19b), la interpretación cau-
sal prevalece motivada por la existencia de una oración previa que es re -
tomada mediante la presencia del pronombre: el lo de sabiéndolo, hecho
que da continuidad a la relación entre ambos periodos; por el contrario,
en (19c), es posible también obtener una lectura condicional, aunque la
relación de causa sigue estando presente: el hecho de que pueda existir
una lectura condicional se apoya en la existencia, como en (19a), de un
esquema contrastivo entre a él y ella, sujeto nulo del segundo periodo. La
presencia del futuro contribuye a marcar el contraste, unido a la idea de
simultaneidad que aporta el gerundio: 'mientras lo tenga a él, se sentirá
amparada'. No conviene olvidar que uno de los recursos gramaticales que
expresan condición se apoya en esta misma relación de oposición: yo que
vos, yo que tú, articulada en este caso a través de la conjunción que.
En general, como vemos, la condicionalidad implica la existencia de
dos alternativas entre las que hay que elegir, pero no se destaca ninguna
de las dos como la más relevante: en este sentido podemos distinguir una
interpretación condicional de una concesiva.
Veamos ahora si este requisito básico aparece también, de algún
modo, en la conjunción si y, por tanto, dado que partimos de la hipótesis
de que dicha conjunción es el núcleo de su sintagma, en la relación entre
oraciones vehiculada a través del si.
Como introductor de oraciones interrogativas indirectas totales, si ac-
túa como un operador interrogativo, que, al igual que los adverbios y pro-
nombres interrogativos, puede aparecer en entornos no finitos: No sé
dónde ir, No sé qué hacer. El si que introduce una oración interrogativa
indirecta total puede ser considerado como un operador interrogativo de
alternativas (Rigau 1984 y Rigau y Prieto 2005). Dicho operador normal-

Signo y Seña 25 278


Rodríguez Ramalle CONEXIONES DISCURSIVAS Y SUBORDINACIÓN

mente no se realiza en español, de ahí que las interrogativas totales ca-


rezcan de una marca explícita, aunque esto no es una característica uni-
versal. Lo que nos interesa valorar ahora es si, el si operador interrogati-
vo guarda algún tipo de relación con el si conjunción que se manifiesta en
las oraciones condicionales y en cierto tipo de oraciones independientes
de réplica:

(20) (a) Si vienes, te encontrarás la puerta cerrada.


(b) ¡Si no tenía ni idea! No entiendo por qué me gritas.

Diferentes autores desde Bello (1847) han señalado la posibilidad de


que exista un único si y de que probablemente en ambos casos estemos
ante una categoría adverbial y no ante una conjunción. Recientemente,
Rodríguez Molina (2013) ha afirmado que si es un adverbio que se com-
porta como un operador interrogativo, a partir de datos del español me-
dieval en los que es posible documentar de manera productiva este si en
las interrogativas totales directas. Dejando de lado el problema de la
identidad categorial entre el si operador interrogativo y el si condicional,
lo que parece claro es que existe una relación entre ambos en cuanto a su
interpretación y al efecto que producen en las oraciones en las que apare-
cen.
Las oraciones condicionales son expresiones que ponen en relación
dos miembros. Desde un punto de vista interpretativo, la relación entre
estas dos oraciones es disyuntiva; esto es, si nos fijamos en el ejemplo de
(20a), se nos están dando dos alternativas entre las que debemos esco-
ger: si vienes, ocurrirá lo que te digo; si eliges no venir, no ocurrirá. En
una interrogativa total indirecta también existen dos alternativas: querría
saber si vas a venir (o no); ¿quieres quedarte conmigo o no quieres?. Con
independencia de que la coda de la interrogación (o no) se realice de ma-
nera explícita o se elimine, la alternativa siempre aparece en la interpre-
tación. En este sentido se puede proponer que los requisitos que impone
si a la oración en la que aparece consiste en una alternativa entre dos po -
sibilidades contrarias2. Un dato relevante es que en ciertas lenguas son

2 No vamos a tratar aquí los usos de (20b), los llamados de si independiente. Para el lector
interesado, puede consultar Montolío (1999b), quien defiende que se trata de oraciones
condicionales truncadas, y Rodríguez Ramalle (2013), quien, partiendo de oraciones en las
que resulta complicado reconstruir un esquema condicional subyacente, como ¡Si creía
que había dejado la luz apagada!, propone que estamos ante un uso de si basado en la exis-
tencia de unos requisitos discursivos que remiten directamente a las fuentes de la in- //280

Signo y Seña 25 279


Rodríguez Ramalle CONEXIONES DISCURSIVAS Y SUBORDINACIÓN

las conjunciones coordinantes disyuntivas las que aparecen como opera-


dores interrogativos, pues expresan una elección entre dos opciones, se-
gún se recoge en Rodríguez Ramalle (2011).
Según lo visto, como propuesta, planteamos que existe un único si
cuyo valor semántico está asociado a la existencia de dos opciones que se
presentan como alternativas: esta sería la información relevante codifica-
da en el si condicional3. La manera concreta de realizar esta oposición en-
tre dos opciones posibles dependerá de la correlación entre modos y
tiempos verbales.

4. CONCLUSIONES. Si pensamos que hay relación de constituyentes entre las


oraciones que integran una unidad mayor, las conexiones estructurales
son idénticas tanto estemos ante una subordinada sintáctica como ante
dos oraciones independientes; seguimos hablando de constituyentes, si
bien no dentro de una oración separada por pausas, sino entre diferentes
oraciones dentro de una unidad de análisis mayor: el discurso.
La relación entre dos oraciones para constituir un constituyente supra-
oracional se consigue a partir de nociones que tienen que ver con la pre-
sencia de marcas específicas, tales como las conjunciones y las preposi-
ciones, pero también hay que tener en cuenta la relación entre los tiem-
pos, los cuantificadores que aparecen en las oraciones conectadas, los
elementos de polaridad, las anáforas de diferente clase, etc., factores que
permiten definir las estructuras de constituyentes a partir de relaciones
de implicación, consecutivas o contrastivas. La conjunción sería el núcleo
que codifica la información gramatical básica, que determina la selección
de las oraciones.
Son muchos, sin duda, los recursos que existen para marcar la condi-
ción; aquí, por limitaciones de espacio, nos hemos referido a unos cuantos
que resultan relevantes para vincularlos con la interpretación que desa-
rrollan las conjunciones aunque y si.

//279 formación.
3 Bhatt y Pancheva (2006) formulan una hipótesis en la que si encabeza su propia proyec-
ción, en cuyo especificador se sitúa un operador que debe tomar alcance sobre toda la ora-
ción y que determina la lectura sobre mundos posibles. Haegeman (2007) sigue esta mis-
ma línea para justificar la existencia de un movimiento en la estructura de las oraciones
condicionales. Lo relevante es que la estructura semántica de una oración condicional se -
ría similar a la estructura tripartita que proyecta un cuantificador, que incluye el propio
elemento cuantificativo, su restricción y el ámbito nuclear, tal y como recogen Bosque y
Gutiérrez Rexach (2009).

Signo y Seña 25 280


Rodríguez Ramalle CONEXIONES DISCURSIVAS Y SUBORDINACIÓN

La gradación y la cuantificación llevan a destacar unos argumentos


frente a otros. En este caso, predomina un valor de oposición o contraste
entre las expectativas marcadas por la gradación y una segunda oración.
Como argumentan Marcovecchio y Pacagnini (2013), si además se crean
expectativas que no se cumplen, es entonces cuando aparece la lectura
concesiva, pues se destaca un miembro como el más relevante. La condi-
ción, por su parte, implica dos alternativas entre las que hay que elegir:
Si vienes, me traes el ordenador ('vienes o te quedas'). Si se escoge una
de las dos alternativas, es entonces cuando se cumple la condición. En los
esquemas condicionales, la relación entre los modos y tiempos verbales
contribuye a construir dos alternativas que contrastan.
Sin duda, son numerosos los temas concretos que quedan por analizar,
pero sirva este trabajo como muestra de los objetivos que pretendemos
conseguir y de los caminos ya andados.

RECONOCIMIENTO

Este trabajo forma parte de las investigaciones llevadas a cabo dentro del proyecto GRAMDIS
(FFI2010-20862). Deseo agradecer las acertadas indicaciones y comentarios de los revisores
anónimos. Por supuesto, los errores que persistan son de mi exclusiva responsabilidad.

BIBLIOGRAFÍA

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Teresa María Rodríguez Ramalle


Universidad Complutense de Madrid
teresaramalle@ccinf.ucm.es
Trabajo recibido el 30 de marzo de 2014 y aprobado el 27 de mayo de 2014.

Signo y Seña 25 283


Apellidos de los autores TÍTULO ABREVIADO DEL TRABAJO

Signo y Seña 23 Dossier La historia del español de América 282


Loredo RESEÑA BIBLIOGRÁFICA

RESEÑA BIBLIOGRÁFICA

Deirdre Wilson y Dan Sperber, Meaning and relevance. Cambridge: Cambridge


University Press, 2012. 382 páginas.

En Meaning and relevance, Deirdre Wilson y Dan Sperber recopilan una


serie de artículos que muestran las últimas líneas de investigación dentro
del marco de la Teoría de la Relevancia. Esta teoría, inaugurada hace
veintiséis años con la publicación de Relevance: Communication and cog-
nition (Sperber y Wilson 1986), surge del interés de los autores de refor-
mular desde un punto de vista cognitivo los estudios de Grice (1989) so-
bre la comunicación inferencial que permiten justificar una interpretación
pragmática. Al mismo tiempo, se inserta en un campo de discusión más
amplio como una alternativa a los estudios de la corriente denominada
neo-griceana (Levinson 2000, Horn 2005).
El volumen se compone de una introducción y catorce contribuciones,
originalmente publicadas en revistas o presentados en congresos, que se
organizan en tres secciones. En la introducción, de suma utilidad para
aquellos investigadores que no se encuentran familiarizados con los pos-
tulados principales de la Teoría de la Relevancia, Sperber y Wilson pre-
sentan las tradiciones filosóficas y lingüísticas que son la base de los estu-
dios pragmáticos con el objeto de destacar cuáles son las que ocupan un
lugar central en su teoría. Luego, realizan una revisión crítica de los te-
mas que históricamente han sido trabajados dentro del marco de la prag-
mática. Para ello, se centran en cuatro tópicos que, según su opinión, han
sido y continúan siendo de gran interés para lingüistas y filósofos del len-
guaje. El primero es la diferencia entre los distintos acercamientos a la
semántica y los valores de verdad; el segundo, la división entre la comuni-
cación explícita e implícita; el tercero está centrado en los trabajos de
pragmática léxica y en los procesos mediante los cuales el significado es
modificado en el uso; el cuarto y último se refiere el análisis de las fuer-

Signo y Seña, número 25, junio de 2014, pp. 285-293


Facultad de Filosofía y Letras (UBA)
http://revistas.filo.uba.ar/index.php/sys/index
ISSN 2314-2189

Signo y Seña 25 285


Loredo RESEÑA BIBLIOGRÁFICA

zas ilocucionarias y otros aspectos del significado que no se encuentran


estrictamente ligados a las condiciones de verdad, como los deícticos, las
metáforas y las ironías.
La primera sección, titulada “Relevance and meaning”, se compone de
cinco trabajos que discuten distintas temáticas en relación con la imposi-
bilidad de reducir la comunicación a un proceso de codificación-decodifi-
cación. Con este punto de partida, los capítulos se ocupan de las caracte -
rísticas del léxico, la semántica y los valores de verdad, las metáforas, las
ironías y el uso figurado de los recursos retóricos.
La segunda sección, “Explicit and implicit communication”, presenta
cinco artículos que explican y profundizan los supuestos teóricos de la Te-
oría de la Relevancia. En estos trabajos los autores exponen y explican
cómo se interpreta la información codificada en la forma lingüística. Al
mismo tiempo, describen y muestran ejemplos del funcionamiento de los
distintos niveles de interpretación que propone la teoría: forma lógica, ex-
plicatura e implicatura.
La tercera, titulada “Cross-disciplinary themes”, incluye cuatro capítu-
los temáticos en los que la teoría se utiliza como base para discutir los
fundamentos cognitivos y fisiológicos del lenguaje. En estos trabajos, los
autores defienden la existencia de un módulo de procesamiento pragma-
lingüístico y critican las posturas fodorianas sobre la arquitectura de la
mente. Además, un capítulo se centra en el planteo de una explicación so-
bre el origen y la evolución del lenguaje desde una perspectiva pragmá-
tico-relevantista. Finalmente, dos estudios muestran de qué manera las
investigaciones en pragmática experimental pueden hacer uso de datos
empíricos recogidos en situaciones controladas y cómo éstos sirven para
poner a prueba los postulados principales de la Teoría de la Relevancia.
La primera sección comienza con el capítulo titulado “The mapping be-
tween the mental and the public lexicon” en el que los autores analizan la
proyección de los conceptos mentales en palabras. Parten de la afirma-
ción de que la gran mayoría de las palabras de una lengua no codifican
conceptos, sino que funcionan como pro-conceptos o conceptos incomple-
tos que necesitan ser enriquecidos contextualmente en la interpretación.
Discuten con el planteo que Fodor defiende en Language of thought
(1975), para quien la proyección es uno a uno, e intentan demostrar lo
contrario: la mayoría de los conceptos mentales no se proyectan en pala-
bras, ni siquiera aquellos que tienen una gran estabilidad en su significa-
do. Como conclusión, plantean que los lexemas funcionan como indicado-

Signo y Seña 25 286


Loredo RESEÑA BIBLIOGRÁFICA

res o piezas de evidencia de la intención de un hablante, que deben ser


enriquecidas a partir de información contextual, y no como una codifica-
ción uno a uno de un concepto mental que se intenta comunicar.
En el tercer capítulo, “Truthfulness and relevance”, los autores mues-
tran los problemas que presenta una teoría pragmática que se basa en la
máxima de calidad. Para ello, analizan distintos casos en los que un análi -
sis de las implicaturas que apela a la máxima de calidad resulta poco ex-
plicativo: las metáforas, las metonimias y los usos aproximados (loose
use). Para dar cuenta de estos fenómenos proponen, en cambio, una alter-
nativa basada en el principio cognitivo y comunicativo de relevancia, simi-
lar a la presentada en la segunda edición de Relevance: Communication
and cognition (Sperber y Wilson 1995).
En el cuarto capítulo, “Rhetoric and relevance”, revisan brevemente la
historia de la retórica, la cual siempre ha trabajado en torno a las nocio-
nes de significado literal y no literal, y esbozan una propuesta para expli-
car desde la Teoría de la Relevancia los usos en la comunicación del len-
guaje figurado y los efectos poéticos.
En el quinto capítulo,“A deflationary account of metaphors”, se propo-
ne una explicación cognitiva para aspectos del uso del lenguaje que a lo
largo de la historia han sido considerados como parte del dominio de la
retórica. En particular, los autores se centran en el estudio de las metáfo-
ras y sostienen que no constituyen por sí mismas un objeto de estudio. En
cambio, proponen que se estudien junto con las hipérboles, las ironías, los
usos aproximados (loose use) e, incluso, los usos que se consideran litera-
les. En este sentido, disienten con Lakoff y Johnson (1980), Talmy (2000)
o Fauconnier y Turner (2003),para desarrollar una explicación que justifi-
que la interpretación de las metáforas dentro del marco relevantista. En
ella proponen que los oyentes producen en paralelo interpretaciones al-
ternativas tanto del significado explícito como del implícito y luego selec-
cionan aquella que satisfaga con más éxito las expectativas de relevancia.
En el sexto capítulo seis, “Explaining irony”, Sperber y Wilson profun-
dizan su análisis original de las ironías (Sperber y Wilson 1978). Al mismo
tiempo, añaden evidencia adicional de trabajos de otros autores que han
continuado esta línea de estudio.
La segunda sección comienza con el séptimo capítulo, “Linguistic form
and relevance”, donde se explica con mayor detalle la fase de decodifica-
ción de las formas lingüísticas y se intenta delinear la frontera entre la
decodificación y la realización de inferencias. Los autores comienzan des-

Signo y Seña 25 287


Loredo RESEÑA BIBLIOGRÁFICA

cribiendo un modelo general de interpretación de los enunciados que


consta de tres fases. En la primera se decodifica un estímulo lingüístico y
se obtiene una forma lógica. En la segunda fase se construye la explica-
tura, que representa la forma proposicional del enunciado y se obtiene in-
ferencialmente mediante los procesos de desambiguación, asignación de
referencia y enriquecimiento. En la tercera, esta explicatura funciona
como input para la última fase del proceso que tiene como resultado una
implicatura. Una vez descripto este modelo, los autores se centran en la
fase de decodificación y sostienen que en esta etapa intervienen dos tipos
diferentes de información: la conceptual y la procedimental. La primera
codifica el “contenido” de las palabras, mientras que la segunda ofrece
instrucciones que serán interpretadas en las explicaturas y funcionarán
como instrucciones de procesamiento de las implicaturas. Finalmente,
terminan el artículo mostrando cómo se decodifica el significado procedi-
mental y qué función cumple en el proceso de interpretación. Para ello,
analizan el funcionamiento en cada una de las fases del el uso de los
pronombres, los indicadores de fuerza ilocucionaria y los conectores dis-
cursivos.
El octavo capítulo, “Pragmatics and time”, aborda los casos en los que
el orden en el que se presenta la información en una emisión permite in-
ferir relaciones temporales o causales, como por ejemplo, en frases con
conjunciones del tipo “abrió la ventana y saltó” o “saltó y abrió la ven-
tana”. En este trabajo se describe de qué manera el fenómeno puede ser
analizado dentro del marco relevantista en el que se estudian otras impli-
caturas. Muestran que el análisis de Grice, basado en la máxima de modo,
puede ser reemplazado por esta explicación más abarcativa.
El noveno capítulo, “Recent approaches to bridging: Truth, coherence,
relevance”, es uno de cuatro artículos en los que se comparte la autoría
con otros investigadores. En este caso, Deirde Wilson y Tomoko Matsui
revisan los análisis de las inferencias puente (bridging inferences), en las
que el oyente necesita recuperar un referente que no se encuentra explí-
citamente mencionado en el discurso precedente pero cuya existencia
puede inferirse a partir de la información ya brindada. Un ejemplo de
este tipo de inferencia se observa en el siguiente enunciado: “Juan com-
pró una nueva casa. Las ventanas son muy grandes”. Aquí la inferencia-
puente se utiliza para recuperar la referencia del SN resaltado: “las ven-
tanas de la casa que compró Juan”. Los autores contrastan tres tipos de
acercamientos al tema: el basado en las condiciones de verdad, el centra-

Signo y Seña 25 288


Loredo RESEÑA BIBLIOGRÁFICA

do en la coherencia y el que lo explica mediante el principio cognitivo de


relevancia. En este último se explica que la asignación de referencia en el
caso de las inferencias puente se produce cuando los oyentes siguen el
camino menos costoso en la búsqueda de efectos cognitivos y encuentran
correctamente la referencia debido a que esa asignación satisface sus ex-
pectativas de relevancia.
En el décimo capítulo, “Mood and the analysis of non-declarative
sentences”, Sperber y Wilson delinean una propuesta para el estudio se-
mántico de los modos oracionales. Señalan que tradicionalmente, desde
la teoría de los actos de habla, la interpretación de las oraciones no decla-
rativas se explicaba mediante la noción de fuerza ilocucionaria (Searle
1969). Sin embargo, consideran que en este acercamiento se ha confundi-
do el modo oracional con la fuerza ilocucionaria de una emisión, caracte-
rísticas que no tienen una relación directa. Los autores defienden la idea
de que los modos oracionales son elementos codificados semánticamente
en la forma lógica y que funcionan como evidencias para el procesamien-
to inferencial pero que no lo determinan. Para defender esta postura, pre-
sentan una caracterización del significado de las órdenes y las interroga -
ciones del inglés y muestran cómo el modo codifica de manera altamente
abstracta una instrucción de búsqueda de relevancia que funciona como
una guía para el proceso de enriquecimiento. Para finalizar, plantean que
este acercamiento basado en el modo no se encuentra desarrollado y que
debería profundizarse mediante el análisis de los casos en los que el uso
del lenguaje es no literal o no serio, como por ejemplo en los chistes, las
imitaciones, las ironías o las metáforas.
El capítulo once, el único que tiene a Dreide Wilson como única auto-
ra, se titula “Metarepresentation in linguistic communication” y es el últi-
mo de esta sección. La autora propone integrar los postulados de la Teo-
ría de la Relevancia sobre la interpretación de los significados del hablan-
te dentro de un marco cognitivo más general. Entiende que la teoría más
compatible es la Teoría de la Mente (Baron-Cohen 1991), ya que ambas
comparten la idea de que las personas deben reconstruir o inferir el esta-
do mental de los otros con los cuales interactúan. Con el fin de justificar
la relación entre las dos teorías utiliza ejemplos ad hoc de discurso refe-
rido, directo e indirecto, con los que muestra cómo las habilidades psico -
sociales que propone la Teoría de la Mente son también útiles para des-
cribir la interpretación de las inferencias lingüísticas.

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Loredo RESEÑA BIBLIOGRÁFICA

En el capítulo doce, “Pragmatics, modularity and mindreading”, los au-


tores intentan defender la existencia de un módulo específico de procesa-
miento pragmático. Debaten con Fodor (1983) sobre el lugar en el cual se
realiza la interpretación pragmática. Mientras que Fodor considera que
esto sucede en el dominio del procesador central junto con todos los otros
razonamientos, Sperber y Wilson sostienen que la comprensión pragmáti-
ca de los estímulos lingüísticos posee regularidades particulares que son
específicas de dominio. Explican esta propuesta y concluyen que es alta-
mente probable que exista un módulo de procesamiento pragmático con
principios y mecanismos propios, cuyo funcionamiento depende principal-
mente de la aplicación de un proceso basado en la asignación de relevan-
cia a estímulos comunicados ostensivamente. No obstante, sostienen que
todavía deben realizarse pruebas experimentales que justifiquen esta afir-
mación.
En el capítulo trece, “Testing the cognitive and communicative princi-
ples of relevance”, Sperber y Van der Henst recuperan las conclusiones
del capítulo anterior. Muestran los resultados de dos trabajos experimen-
tales que ponen a prueba el principio comunicativo y cognitivo de rele-
vancia. En estos trabajos, los sujetos realizaron tareas de pensamiento
relacional, la Tarea de Selección de Wason (Wason 1966) y tareas de pro -
ducción controlada. Los resultados de estos experimentos dan cuenta de
que la relevancia de los estímulos afecta al resultado de las tareas cogni -
tivas y que esta variable es más importante que la habilidad o inteligencia
de los sujetos. Así, intentan mostrar cómo dos de las variables centrales
del principio cognitivo de relevancia, el esfuerzo cognitivo y los efectos
cognitivos, pueden ser manipuladas para alterar el resultado de los pro-
cesos de razonamiento.
El capítulo catorce, “The why and how of experimental pragmatics:
The case of 'scalar inferences'”, escrito por Noveck y Sperber, explica la
interpretación de las implicaturas escalares (Horn 1984) y presenta un
resumen de tres experimentos que brindan evidencia en apoyo de esta
propuesta. El primero de ellos, publicado originalmente por Noveck
(2001), es un estudio del desarrollo de la competencia pragmática en ni-
ños. El experimento consistió en analizar cómo los niños interpretaban
oraciones con implicaturas escalares, del tipo “todo los muñecos están en
la caja” y “algunos muñecos están en la caja” luego de observar cómo una
marioneta colocaba objetos en distintas cajas. Los resultados de esta ta-
rea demostraron que los niños, a diferencia de los adultos, tendían a con-

Signo y Seña 25 290


Loredo RESEÑA BIBLIOGRÁFICA

siderar las oraciones con “algunos” de manera lógica, donde “algunos”


puede interpretarse como “todos”, y no con el significado inferencial en el
que “algunos” implica a “no todos”. En cambio, los adultos consideraban
poco informativas o falsas a las oraciones con “algunos” cuando lo que
había ocurrido se podía describir de manera más relevante mediante una
oración con “todos”. Esto demostró, según los investigadores, que la habi-
lidad para interpretar las inferencias escalares se adquiere durante el
crecimiento y que hay un paralelo significativo con la adquisición de otras
habilidades psicológicas relacionadas, como por ejemplo, la habilidad de
atribuir falsas creencias (cfr. Baron-Cohen y Frith 1985). El segundo ex-
perimento resumido, realizado por Bott y Noveck (2004), consistió en
cuatro tareas en las que se medían los tiempos de procesamiento de fra-
ses subinformativas del tipo “Algunas vacas son mamíferos” frente a otras
frases de control donde los cuantificadores “algunos” y “todos” eran utili-
zados de manera informativa. Los resultados confirmaron que las inter-
pretaciones donde “algunos” implica a “no todos” requieren un mayor es-
fuerzo cognitivo que aquellas en las que no se precisa realizar una infe-
rencia. El tercer trabajo es el experimento de Breheny, Katsos y Williams
(2006), en el que se analizan los tiempos de lectura de frases con disyun-
ciones que pueden ser interpretadas como inclusivas o exclusivas según
el contexto. Los autores encontraron que las frases donde el contexto no
habilitaba una interpretación exclusiva eran leídas más rápidamente que
aquellas que sí. Estos resultados, según los investigadores, son los espe-
rables desde los postulados de Teoría de la Relevancia. Se oponen a las
predicciones de Levinson (2000) quien sostiene que las implicaturas de
este tipo se realizan de manera automática y sólo son canceladas contex-
tualmente a posteriori. Como conlusión Sperber y Noveck sostienen que
si bien esta serie de experimentos funciona como evidencia a favor de los
postulados de la Teoría de la Relevancia, todavía es necesario seguir rea-
lizando trabajos experimentales en pragmática para lograr una sólida
adecuación explicativa de la teoría.
El capítulo quince, “A pragmatic perspective on the evolution of lan-
guage”, escrito por Dan Sperber y Gloria Origgi es el último del volumen.
Comienza con una síntesis de los postulados de la Teoría de la Relevancia
desarrollados a lo largo de los otros capítulos para luego presentar una
explicación relevantista sobre el origen y la evolución del lenguaje. La hi-
pótesis central que se sostiene a lo largo de este ensayo es que la el desa-
rrollo del lenguaje sólo fue posible porque ya se contaba con una habili -

Signo y Seña 25 291


Loredo RESEÑA BIBLIOGRÁFICA

dad que permitía reconocer y comunicar intenciones. Como conclusión,


los autores resaltan la idea de que la comunicación inferencial preexiste
al código lingüístico y sostienen que esta particularidad ha sido dejado de
lado en los estudios sobre la evolución del lenguaje y que debería recupe -
rarse si se quiere abordar el problema desde la perspectiva correcta.
En suma, si bien Meaning and relevance es una recopilación de artícu-
los ya publicados que pueden leerse de manera individual, el volumen
considerado en conjunto funciona como una visión global de los últimos
avances, los alcances y los límites de la Teoría de la Relevancia. Sin duda,
el libro es una obra de referencia en el campo de estos estudios pragmá-
ticos, ya que presenta nuevas explicaciones sobre fenómenos ya estudia-
dos y expone una serie de resultados experimentales que las sustentan.

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Talmy, Leonard. 2000. Toward a cognitive semantics. 2 vol. Cambridge, MA: MIT Press.
Wason, Peter C. 1966. “Reasoning”. En New horizons in psychology, editado por Brian M. Foss.
Harmondsworth: Penguin.

Rodrigo Loredo
Universidad de Buenos Aires
loredo.rod@gmail.com

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Apellidos de los autores TÍTULO ABREVIADO DEL TRABAJO

Signo y Seña 23 Dossier La historia del español de América 292


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Antonio Gramsci, Escritos sobre el lenguaje. Selección, traducción y estudio preli-


minar de Diego Bentivegna. Buenos Aires: EDUNTREF, 2013. 123 páginas.

Hablar de la relación entre Gramsci y el lenguaje evoca tres posibles ca-


minos tomados por los distintos especialistas que se ocuparon de esa re-
lación: 1) el uso primario de lengua por Gramsci, su estilo y la creación de
un léxico novedoso para las categorías políticas que propone; 2) el méto-
do de interpretación filológica empleado por el teórico italiano en sus tex-
tos políticos; 3) las reflexiones del autor propiamente lingüísticas sobre la
relación entre algún aspecto del lenguaje y la cultura. Escritos sobre el
lenguaje versa sobre el tercer aspecto y muestra con claros ejemplos se-
leccionados de los Quaderni y las Lettere de Antonio Gramsci (1891-
1937), así como de algunas de sus notas periodísticas, que, más allá de la
política, aunque también desde una perspectiva política, hay un tema que
ocupa un lugar central entre las preocupaciones constantes del teórico
marxista italiano a lo largo de su vida: el lenguaje.
Desde el principio mismo, como sardo descendiente de una familia de
emigrados albanos y en la situación de crecer en un estado de marcada
diglosia como el que reinaba en la isla de Cerdeña, el joven Gramsci se
encuentra sensibilizado ante el tema de la lengua y de las políticas lin-
güísticas. Más allá de esto, el tema de las motivaciones personales con-
cretas a la hora de decidirse por un estudio universitario siguen siendo
un enigma; lo cierto es que cuando Gramsci marcha en 1910 con una
beca a Turín para iniciar sus estudios, se decide por la filología (recorde-
mos que entonces literatura y lingüística constituían una unidad cobijada
bajo el mismo techo de los estudios filológicos, un dato que no tienen en
cuenta muchos esbozos biográficos). El monto de la beca era sin embargo
reducido y apenas si alcanzaba para sobrevivir, por lo que tras no pocas
vicisitudes y algunos problemas de salud, Gramsci terminará abandonan-

Signo y Seña, número 25, junio de 2014, pp. 295-299


Facultad de Filosofía y Letras (UBA)
http://revistas.filo.uba.ar/index.php/sys/index
ISSN 2314-2189

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do los estudios universitarios en 1915 para sumergirse de lleno en la vida


política y la actividad periodística.
Ya desde el primer año de estudio comienza a asistir a los cursos del fi-
lólogo Matteo Giulio Bartoli, fundador de la neolingüística. Bartoli, acaso
interesado en un primer momento por el trasfondo idiomático del joven
Gramsci y seducido luego por su inteligencia y rigor científico, lo acoge
como ayudante de cátedra. Algunas cartas a su familia contienen consul-
tas léxicas sobre el sardo:

Pídele a Teresina que me mande en una nota todas las palabras que se refieran a la fa -
bricación del pan, desde que se lleva el grano al molino hasta el momento en que se
come (si puede que se haga decir incluso el nombre de todas las partes de la “mola”),
y luego, en una nota palabras que se refieran al tejido. Si quiere, que me dibuje un te -
lar sardo, del modo en que pueda ella, sólo para tener una idea, y que le ponga a cada
parte su nombre […] que le digan las palabras en lo que se refieren a la ilación del
lino, desde la mies inclusive (p. 19).

Tales “cuestionarios dialectológicos” son antes testimonio de las in-


quietudes que su profesor le habría trasladado que un efecto de la “ex-
trañeza” de Gramsci ante su propia lengua de origen que cree ver Benti-
vegna (p. 18). Una interpretación menos poética, pero más acertada en
vista de los métodos corrientes de la lingüística histórica y la dialectolo-
gía corrientes entonces y del interés de su maestro por áreas laterales y
marginales de la Romania como la isla de Cerdeña. Sabemos también,
aunque no se recoge en esta antología ni en ninguna otra hasta donde te -
nemos noticia, que Bartoli le encargaba trabajos como la preparación de
sus Apuntes de Glotología para el curso de 1912/1913. El encargado de la
edición alemana de las obras de Gramsci, Klaus Bochmann, escribe sobre
dicho apunte:

El manuscrito titulado “Appunti di glottologia” ha despertado poco interés hasta ahora.


Para los investigadores no filólogos de la obra de Gramsci, el texto resultaba evidente-
mente poco significativo pues Gramsci apenas debía haber hecho aportes propios; de
todas maneras, el Gramsci lingüista nunca ocupó un lugar central en el interés de su
obra; los lingüistas por su parte parecen haberse abstenido de prestar atención a este
escrito ante la finalidad didáctica del mismo (Klaus Bochmann 1993, 83).

Tener que abandonar los estudios y su “proyecto de convertirse en un


catedrático, experto en temas de lingüística” (p. 13), resultó una frustra-
ción para el joven Gramsci; años después mantenía todavía viva la idea de
concluirlos y escribir un doctorado sobre el manzonismo y la lengua na-
cional. Un dejo de amargura se percibe aun en la varias veces citada iro-
nía del “arcángel” justiciero destinado a devastar la obra de los neogra-

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máticos, cuando Gramsci deplora haber decepcionado a su maestro Mat-


teo Bartoli al abandonar los estudios.
Matteo Bartoli (1873-1946) fue un filólogo y romanista italiano, cuya
importancia para la lingüística histórica y la dialectología no siempre ha
sido reconocida en su justa medida. Estudió en Viena, bajo la tutela de
uno de los mayores romanistas del siglo pasado, Wilhelm Meyer-Lübke, y
de otros de no menor trascendencia como Adolf Mussafia. La propuesta
teórica de Bartoli se construye en las coordenadas que marcan el Atlas
lingüístico de Francia de Gillieron y Edmond en Francia, los planteos dia-
lectológicos de Graziadio Isaia Ascoli y la figura omnipresente de Bene-
detto Croce y su filosofía idealista en la cultura italiana de principios de
siglo, el “Papa laico” como lo llama Gramsci (p. 22), si bien el verdadero
alcance de la influencia de Croce ha sido puesta en entredicho y conside-
rado como un mero gesto de condescendencia académica. Bartoli mante-
nía además contactos más o menos directos con otros planteos teóricos
contemporáneos, tal el caso de la corriente “Palabras y cosas” (Hugo
Schuchardt), que coinciden en su postura polémica contra la escuela de
los Neogramáticos, hegemónica en los ámbitos académicos europeos de
principios de siglo. Su aporte más valorado son las llamadas normas area-
les. La perspectiva histórica y antipositivista del maestro dejó un sello in-
deleble en las inquietudes intelectuales de Antonio Gramsci que la antolo-
gía de Diego Bentivegna deja en evidencia.
Las notas sobre el lenguaje de Gramsci se distribuyen en 19 puntos to-
mados de artículos periodísticos, cartas y notas de los Quaderni de
carcere. En algunos casos se mantuvo el título original: puntos 1, “La len-
gua única y el esperanto”; 15, “El lenguaje y las metáforas”; 16, “Espe-
ranto filosófico y científico”; 17, “Traductibilidad de los lenguajes científi-
cos y filosóficos”; 18, “Observaciones sobre la escuela” y 19, “Notas sobre
el estudio de la gramática”. Los demás puntos llevan un título orientativo
otorgado por el compilador: puntos 2, “Estilo y gramática”; 3, “Normativa
y ortografía”; 4, “Lingüística comparada”; 5, “Funciones cosmopolitas del
lenguaje”; 6, “Hegemonía lingüística”; 7, “La ciencia del lenguaje”; 8,
“Lingüística histórica”; 9, “El lenguaje en China”; 10, “Lingüística y poé-
tica”; 11, “Estudios sobre el lenguaje”; 12, “Políticas culturales”; 13, “Del
latín al romance”; 14, “Lengua y cultura inglesa”. El tenor de las notas es
fragmentario, y su extensión abarca desde un párrafo hasta algunas pági-
nas. La exposición se plantea en ocasiones en forma de palabras claves
que no están tejidas por verbo alguno, frases que sugieren un desarrollo
posterior y dejan entrever la urgencia de la mano que escribe y evita de-

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tenerse en una idea cuando esto implicaría distraerse de la línea argu-


mental que se viene desarrollando. En esos momentos es cuando más se
lamenta que Gramsci no haya tenido tiempo para volver sobre estos apun-
tes y recogerlos en un conjunto más orgánico según fue su metodología
general de trabajo en los Cuadernos y que diera lugar entre los mismos a
textos más acabados sobre un tema específico. Sus cuadernos temáticos
sobre los intelectuales, Maquiavelo o el Risorgimento no son otra cosa
que una elaboración más cabal de algunas notas que había apuntado en
cuadernos anteriores.
En las notas de Gramsci algunos temas vuelven a la discusión de ma-
nera recurrente (el idealismo en las figuras de Croce, Gentile y Bertoni, el
problema de la lengua nacional y su relación con los dialectos, el esperan-
to y las lenguas universales), así como algunas planteos, tal como la for-
mulación de que es la gramática y no el léxico (como se prueba en el caso
del inglés y el rumano) lo que determina la filiación de una lengua. Una
de las preocupaciones centrales, sin embargo, es la de la gramática des-
criptiva o normativa, explícita o implícita, y esto debe verse también en el
contexto de la todavía reciente unificación italiana, “un país muy joven y,
al mismo tiempo, muy viejo” (p. 67).
No solo algunos núcleos temáticos, sino también modos de análisis
propios del trabajo filológico, que hacen nacer del análisis de tipo semán-
tico y de la crítica textual la formulación de sus propias categorizaciones
sobre un tema determinado, atraviesan la producción textual gramsciana
desde sus años de estudiante hasta su último texto de notas, el breve
Quaderno 29, escrito probablemente hacia abril de 1935 y que contiene
algunas “Notas sobre el estudio de la gramática” destinadas a un estudio
futuro bajo el título provisorio de Lingua nazionale e grammatica, como
registra la última de sus notas en este cuaderno. Sus problemas de salud
se agudizarán en ese tiempo, obligando a su internación, y ya casi no vol-
verá a tomar la pluma hasta su muerte en 1937. Especialmente los espe-
cialistas en políticas lingüísticas lamentarán este proyecto trunco que
quedó en la promesa de unos más que sugerentes apuntes, en los que, sin
embargo, se apunta claramente el carácter político de la institución de
una gramática de la lengua nacional:

[…] la gramática escrita es siempre una “elección”, una dirección cultural, es decir
que es siempre un acto de política cultural-nacional. Podrá discutirse sobre el mejor
modo de presentar esa “elección” y la “dirección” para hacerlas aceptar voluntaria-
mente, es decir, podrá discutirse sobre los medios más adecuados para obtener el fin;
no puede haber duda de que hay un fin para alcanzar que tiene necesidad de medios
idóneos y adecuados, es decir, que se trata de un acto político (p.114).

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Escritos sobre el lenguaje cuenta con una extensa y documentada in-


troducción, que abarca casi la mitad de la publicación (50 páginas) y brin-
da un interesante marco para la lectura de los textos; se ofrece además al
final una bibliografía básica sobre el tema en italiano, inglés y español,
que es un buen punto de partida para profundizar en los numerosos te-
mas que merecerían una discusión más detallada y un anclaje necesario
en las discusiones ya existentes.
La selección de Diego Bentivegna viene a señalar un hueco en el cono-
cimiento del pensador marxista que permanecía invisible para el mundo
hispano. Si bien ya se habían hecho ediciones completas y comentadas de
los textos de Gramsci sobre el lenguaje y la cultura para el italiano y las
principales lenguas europeas hace décadas, la caída del Muro de Berlín y
el fin del bloque soviético habían en cierto modo obturado el interés por
estos y otros textos con trasfondo marxista. Razón de más para valorar
esta publicación y la oportunidad que abre al conocimiento de una nueva
faceta del teórico italiano. Los romanistas y estudiosos de disciplinas
como la lingüística histórica o la sociolingüística, aun sin ser especialistas
en el pensamiento marxista del autor o en la historia de la lengua italiana,
se encontrarán con un libro que, más allá de su carácter fragmentario (no
podía ser de otra forma tratándose de apuntes de sus Quaderni del
carcere y de textos epistolares), rebosa en pasajes concisos pero sugesti-
vos, en ningún modo empolvados por el tiempo, polémicos con frecuencia,
que invitan siempre a la reflexión.

BIBLIOGRAFÍA

Bochmann, Klaus. 1993. “'Der Erzengel, der die Junggrammatiker zerschmettern sollte': Anto-
nio Gramsci besonderes Verhältnis zur Sprachwissenschaft”. Quo vadis, Romania? 1993
(2): 81-88.
Coseriu, Eugenio. 1956. La geografía lingüística. Montevideo: Instituto de Filología, Departa-
mento de Lingüística, Universidad de la República.
Schirru, Giancarlo. 2011. “Per la storia e la teoria della linguistica educativa. Il Quaderno 29 di
Antonio Gramsci, in Linguistica educativa”. Atti del XLIV Congresso Internazionale di
Studi della Società di Linguistica Italiana (Viterbo, 27-29 settembre 2010), a cura di
Silvana Ferreri, 77-90. Roma: Bulzoni.

Carlos Gabriel Perna


Ruprecht-Karls-Universität Heidelberg
carlosperna@hotmail.com

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