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INTRODUCCIÓN A LA ANTROPOLOGÍA
SECCIÓN 2
Trabajo de campo:
MACROFERIA MUNICIPAL
Alumnos:
Jorge Hernández González
José Morandé Cancino
Cristóbal Maldonado Becerra
Karla Rivera Campos
Paz Valdes Moyano
Profesora:
Verónica Tapia
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● Objetivos y Metodología………………………………...PÁG.02
● Introducción………………………. ……………………..PÁG.03
● Resultados Etnografía..…………………………………PÁG.04
➢ Lugar
➢ Testigo guía, Don Carlos
➢ Tipo de clientes
➢ Género dentro de la macroferia
➢ Tipo de clientes
➢ Sindicatos
➢ Un día normal en la macroferia “Modo Relato”
● Relatos Individuales………………….…………………PÁG.08
● Conclusiones………………...………………………….PÁG.17
● Bibliografía………………………………………………..PÁG.18
● Anexos……………………...…………………………….PÁG.19
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Como objetivos generales y específicos del estudio etnográfico se señalan:
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Un acercamiento al conocimiento y descripción etnográfica del emblemático parque
industrial de Talca ubicado desde hace más de 18 años en la calle Dieciocho Oriente
número 1965, el parque industrial o macroferia municipal, como es llamado, abarca puestos
de intercambio agrícola y negocios desde las típicas aceitunas hasta supermercados
mayoristas.
Número de 7 7 7 7 7
visitas
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Datos duros : Observación primera instancia
Vendedores verduras
Vendedores ambulantes
Vendedores de comida
Músicosp
Servicio público
Vagabundos
Comprador – local/foráneo – casual/habitual.
Restauranteros
Negocios varios (películas, ropa, etc)
Mayoristas
Lugar
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particular, casi como un terminal de buses ideal para los autos y camionetas; entrando se
pueden notar unas especies de bodegas de aproximadamente unos 4-5 metros de ancho, a
mano derecha muchas frutas en cajones y vines y a mano izquierda lo primero que se logra
ver son grandes cantidades de sacos rojos llenos de papas, al caminar uno debe estar en
constante alerta ya que a cada minuto hay autos, camionetas, camiones moviéndose
incluso yales que transportan la carga de un lugar a otro, en la macroferia existen tres calles
que te permiten explorar y observar los puestos que contienen (en cada una de ella con
puestos en ambos lados) en la orilla y la primera fila de la macroferia se observan puestos
con verduras al por mayor y al detalle desde principio a fin incluyendo también puestos de
comida para servir, la segunda fila empieza con un puesto de variados tipos de aceitunas y
alimentos en conserva siguiendo con puestos de verduras e incluso artículos variados para
el aseo del hogar, al dar la vuelta por el tercer camino se llega a un local cerrado, con
muchas cajas que al mirar hacia arriba en los letreros dice “mayorista”, uno de los dos
locales existentes en toda la macroferia con cosas de mercadería, de abarrotes y confites.
Al seguir caminando y llegar hasta la mitad del parque uno se va dando cuenta de una
realidad completamente distinta, empiezan a observarse puestos más pequeños, más
desordenados y desestructurados, se puede notar que es una construcción de tipo ligera
con materiales desechables y muchas veces reutilizados que no da un buen aspecto para el
cliente, pero aun asi compran en estos puestos por el modo que tiene la persona que
atiende al vender, su forma carismática y siempre amable de realizar sus labores.
Para él el parque es vida, comenta de que se aprende de todo, lo bueno y lo malo. Enseña
valores, enseña a querer, a respetar, recalcando de que en ese lugar “hay de todo”, pero
que en sí “es bonito aquí”. Además agrega diciendo de que el nunca se irá de ese lugar, ha
dedicado su vida a este trabajo, y seguirá hasta cuando pueda.
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Partiendo desde los 9 años de edad en el rubro, antes de que se construyera la macroferia,
él ya se disponía a aprender a aprender acerca de la industria, intentando captar las claves
del éxito para desempeñarse dentro de esta labor. Hoy, a sus 66 años ya se considera un
hombre realizado, con una estabilidad personal, que en la actualidad sigue en el parque
pero con una presión de trabajo menos “pesada”.
Tipo de clientes
En la macroferia hay dos tipos de lugares, uno es donde están las bodegas por decreto
municipal y otra donde se encuentran los vendedores transitorios los cuales deben pagar
una cuota de $ 4000 pesos diarios, que pueden ser utilizados por “cualquier ciudadano”
cosa que no es tan así ya que las personas que se encuentran en esos lugares han estado
ahí años y años.
Dentro de la Macroferia existe una gran cantidad de personas que trabajan en el recinto, en
dicho lugar el género que tiene un predominio es el de los hombres. Una de las razones del
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porqué de dicho dominio es que al ser un trabajo en el cual se necesita de fuerza,
específicamente de fuerza bruta para así poder cargar y transportar la mercadería se hace
más fácil para el hombre debido a su contextura física, ya que gran parte de los hombres
del recinto son personas robustas. Otro factor que es causa de dicha fenómeno es una
razón cultural, ya que en el pensamiento del chileno promedio ha sido inculcado el
pensamiento de que cierto tipo de trabajos son hechos para el hombre, y el de este caso es
uno de ellos.
Dentro de las personas del parque existe un rango etario variado, en el cual hay desde
niños hasta adultos mayores, siendo el adulto entre 30-45 años la moda de distribucion. Los
niños son los encargados de trabajos livianos, ya sean barrer, recoger basura, entre otros.
Los jóvenes y adultos se encargan del trabajo más duro como descargar, distribuir y
organizar la mercadería en los puestos de trabajo, y los adultos ya de mayor edad se
encargan principalmente de ayudar a vender la mercadería
Tipo de clientes
Sindicatos
En el Parque Industrial existe un sindicato de trabajadores en el cual sus miembros son los
trabajadores de dicho lugar, poseen una directiva central y se dedican a regular las
actividades y sucesos que puedan afectar a los miembros de dicho grupo.
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Un dia normal en la macroferia “Modo Relato”
Llegamos al igual que otras veces un miércoles en la mañana, era un dia nublado, hacia
bastante frio. Al entrar notamos que había bastante movimiento vehicular en la entrada del
lugar, en los primeros locales apreciamos que no había tanta fruta como otros días.
Mientras avanzabamos por el lugar una compañera notó que cierta oferta de jugos de un
local había acabado, los primeros locales se encontraban ordenando sus puestos ya sea
colocando nuevas frutas y/o verduras y reorganizando la presentación del local, con esto
me refiero a cómo colocaban las cajas de frutas y verduras desde el exterior hasta el interior
de su establecimiento.
Ya llegando más al centro del parque vimos una gran cantidad de camionetas y de varios
modelos, desde camionetas viejas hasta camionetas del año. Lo que más nos causó
impresión fue ver una camioneta Mazda del año transportando sus cajas de paltas y papas.
Otro patrón que se hallaba en la mayoría de los locales era que existe una igualdad de
género, con esto quiero decir que tanto hombres como mujeres realizan las mismas
actividades, por ejemplo en varios locales tanto hombres como mujeres se encontraban
descargando la mercadería de los lugares, llevando en sus hombros casi el mismo peso,
incluso los niños aportan ya sea descargando cosas livianas o el simple hecho de estar
barriendo, recogiendo cosas del suelo, entre otros. Aquí apreciamos que existe un trabajo
equitativo entre hombres y mujeres, y que todos aportan hasta los niños. Nadie se
encontraba de vago mientras los demás trabajaban, todos aportan una función dentro del
trabajo.
Notamos que había más personas que de costumbre comparado con miércoles anteriores
a los cuales habíamos asistido. Llegando al puesto del caballero con el que habíamos
conversado la vez anterior le preguntamos cómo ha estado la venta, nos contó que no ha
estado tan bien, debido a que en esta fecha las personas “esconden la plata” esto quiere
decir que en esta fecha gastan menos dinero debido a que en esta fecha la gente es más
precavida y trata de ahorrar.
Después de dicha conversación fuimos hasta el otro parque que se encuentra cerca, como
en visitas anteriores no habían tantas personas en relación al otro parque ya que acá es
mas de compradores a mayor escala, tampoco había mucho movimiento vehicular.
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Relato individual :José Ignacio Morandé Cancino
El 12 de julio de 2016 (viernes) , me levanto con una meta para el dia :Continuar mi
diario de campo en el la macroferia industrial de talca.
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El comenzó a hablar. LLamado juan carcamo arriagada , es un maestro , verdulero y un
gran lector como él mismo nos mencionaba , por esta razón se reveló con tal entusiasmo
por el tema que establecemos yo y mi amigo .En el momento que se presentó se volvió
objeto de nuestra atención y dimos plena libertad para que siguiera hablando . El amable
Juan empezó a explicarnos su negocio y cómo él con poco conocimiento y dinero obtuvo su
imperio del tomate y naranja , además de contarnos de su tierra natal y su familia.Juan
también hizo punto en que le gusta escribir y que dentro de uno de sus relatos nos hará
partícipes , nos recalco que tiene uno en mente que está en proceso de elaboración y se
centra estrictamente en historias personas que hayan trabajado en la feria desde hace más
de 30 años.
Qué conclusión perfecta en mi dia e tenido y, por cierto, con gran satisfacción, es el hecho
de que he salido de casa con un objeto de estudio en la mente y mediante la observación y
la conversación establecido con Juan e logrado desarrollar una visión más allá de lo que
mis ojos ven .¿nos creamos , o estereotipamos mal a la gente solamente por lo que vemos
en su exterior?, mi respuesta despues del dia vivido sería un rotundo sí. Esto demuestra
hasta qué punto el público y los trabajadores de la macroferia es variado y ofrece actores
fundamentales que contribuyen a mejorar culturalidad de nuestra sociedad.
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Relato Individual: Cristóbal Maldonado Becerra
A mediados de abril debido al trabajo que debía realizar para la universidad fui al Parque
Industrial de Talca para realizar una investigación del lugar, nunca había ido al lugar con
otro fin que no sea el de comprar verduras y/o frutas para el hogar, jamás se me hubiera
pasado por la imaginación hacerlo.
Todo comenzó un día miércoles 11 de mayo del 2016 alrededor de las 10:00 am, estaba
parcialmente despejado, aunque hacía un poco de frío. Cuando llegué a la entrada di por
iniciado el recorrido. Desde el primer momento en que entré al Parque puede sentir un
ambiente especial en el lugar y era algo que con el paso del tiempo podría entender la
razón del porqué de dicho sentimiento. Las calles del lugar se encontraban muy
concurridas, especialmente de camionetas y camiones, en los camiones se encontraban
hombres descargando la mercadería para su establecimiento, mujeres que ayudaban a
ordenar dentro de los locales y niños que ayudaban recogiendo las frutas y verduras que
caían en el proceso. Era un grupo extenso de personas dentro del recinto, pero todos tienen
algo en común, y ese algo era que para ellos el parque era más que un simple trabajo era
un modo de vida.
Conforme pasaron los días de terreno más pude entender a los locatarios del lugar, en los
primeros días mis viajes eran solo de observar solo una pincelada de la vida de los
trabajadores del parque, ver lo que hacían durante el día, ver la diferencia de personas que
habían de un día a otro, observar que tipo de frutas era común en cada puesto, en que se
especializaba cada local, entre otras cosas.
Ya pasados varias visitas a terreno me sentía más adentrado en el tema, en cómo era el
funcionamiento del parque, esto se debió a que, en una de mis visitas, contaron que los
jueves en la madrugada llegaban camiones con los encargos. Ese día al llegar en la
madrugada me di cuenta que prácticamente es un día de locos, todos hacen algo, es raro
ver a alguien sentado, camiones iban y venían, a eso le sumo las camionetas de los
vendedores para poder llevar su mercadería a sus locales o a sus clientes, había más gente
y vehículos del que esperaba. El hecho de ver hasta los niños de aproximadamente 10 años
trabajando desde muy temprano me causó cierto impacto, ya que me hizo pensar que yo a
su edad mis preocupaciones eran nulas, solo dedicarme a ir al colegio y entretenerme en
mis cosas.
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Ese mismo día aprovechando tanto movimiento fui en busca de la persona con la que más
socialice durante mis viajes y al encontrarlo le ofrecí mi ayuda, pensé que quizás no era
mucho en lo que podía ayudar, pero una parte de mi quería vivir esta experiencia. Al
encontrarlo le ofrecí mi ayuda y él aceptó, para empezar, me pidió que le ayudara a bajar
los sacos de papa, me saqué la parca, dejé mis pertenencias en un rincón y me puse a
descargar los sacos. Al principio iba todo bien, los sacos, aunque pesaban 50 kg el llevarlo
sobre mis hombros no era tan difícil, el problema fue cuando ya iba en el séptimo ya se me
dificulta un poco más, aunque una parte de mí no quería hacer notar mi cansancio ya que
los demás que llevaban más tiempo y que lo hacía de forma mucho más rápido no
demostraban cansancio y para no ser menos me propuse a terminar de una u otra forma la
labor me que encomendaron.
Cuando por fin terminamos aproveche de descansar un poco mientras los demás seguían
con otras labores, a los minutos seguí ayudando en el trabajo y así estuvimos durante casi
una hora.
Mientras todos descansaban, don Carlos me ofreció un café con pan, yo feliz acepté,
mientras comíamos aproveché de preguntarle más a fondo sobre su trabajo y una de las
tantas preguntas el me respondió que lo que trabajé hoy era solo una pequeña parte de su
día a día.
Él me contó que desde pequeño que está sumergido en este mundo, aproximadamente
desde los 7 años que él ayudaba a su papá en el trabajo y que prácticamente esto es su
vida.
Aunque parezca que este trabajo tuviese más contras que puntos a favor él con una
pequeña sonrisa me dice que no hay mejor familia que la del Parque. Aquí las personas son
solidarias con todos, ayudan y guían a las personas que están recién empezando en el
rubro y que en caso de cualquier problema sabe que puede contar con varias personas del
lugar, ya que a todos los une el hecho de venir desde abajo y que en base a su esfuerzo y
sacrificio del día a día han podido llegar hasta donde están.
Después de aquella experiencia vivida esa madrugada y de la charla con don Carlos pude
comprender el porqué de aquel sentimiento que me marcó desde que puse el primer paso
en el lugar, y aunque existen varios lugares del mismo rubro siempre tendré en mi mente
aquellos recuerdos vividos en el Parque Industrial de Talca.
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Relato Individual: Karla Rivera Campos
Unos pocos palos de madera y un plástico amarrado en cada esquina con algo parecido a
cáñamo son todo el refugio que tienen los vendedores y que los protege del clima, calor,
lluvia, frío y humedad. Así es la realidad de los locales más alejados, algo menos
afortunados.
Dentro del local dos típicos cajones vacíos, uno en forma vertical y otro horizontal, eran el
asiento que amablemente el vendedor me ofreció mientras conversábamos sobre los temas
que él dispusiera. Observaba como uno de los que estaba en el negocio llenaba cajones, y
más cajones de mandarinas (en el lugar de trabajo había 3 trabajadores, uno de ellos se
encargaba de vender, supervisando a los otros dos que se encargaban de transportar la
carga, ordenar y reponer el puesto). Todo iba de forma normal, hasta que luego de un rato
llegó un hombre de aproximadamente unos 40 años, alto, de contextura gruesa, con
sombrero, y un teléfono en su mano derecha. Inmediatamente cuando entró se puso a
hablar por teléfono y revisar uno de los libros que estaban sobre una pequeña mesa en la
cual aparentemente desayunan. En ese momento mi curiosidad me hizo pensar en que él
no era cualquier persona, no podía ser un simple trabajador y seguramente debe ser el
dueño o “jefe”.
Su presencia se deja notar en las otras personas que estaban atendiendo como una señal
de alerta y de respeto pero jamás temor hacia él, dejando claro que era alguien importante
para el lugar. Mientras el hombre estaba presente se notaba que observaba su entorno, le
hablaba a los trabajadores y ellos le rendían cuentas acerca de cómo han avanzado las
ventas, la falta de productos y de los detalles que sucedían en ausencia de él, entre otras
cosas. El hombre, luego de realizar un par de llamadas se retiró del lugar dejando el
ambiente más relajado y volvió a distenderse el ánimo. Antes de que él llegara al lugar,
pensaba que el dueño del negocio era uno de los trabajadores con los que siempre
conversábamos en nuestras visitas (específicamente yo creía que el dueño era el que
vendía), pero todo cambio cuando este caballero de semblante distinto llegó, me di cuenta
que aquel que había llegado y cambiado el ambiente de trabajo por uno más “productivo”,
rígido y estricto de lo normal, era el dueño del local. Luego que él se retiró uno de los
trabajadores dijo “así se deja caer el jefe” dejando en claro quién era aquel hombre.
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Relato Individual: Jorge Hernández González
Estando en el afán de intentar interpretar cada cosa que veíamos sin aún profundizar
mucho en cada detalle nos encontramos que yendo por la calle dos de poniente a oriente de
las cuatro que hay de sur a norte dentro del parque, dos caballeros de unos 50-60 años de
edad parados al lado de dos grandes cajas planas de plástico grueso de un 1 metro de alto
aproximadamente por 1,5 metros de ancho y largo, vendiendo peras con un cuarto
aproximado de cada caja ya vendido , nos ofrecen que nos acerquemos a sacar peras para
que comiéramos. La primera intuición que tuve fue de que como andábamos todo el grupo
(5 integrantes, dos del grupo son mujeres) seguramente los caballeros se fijaron en
nuestras compañeras y quizás nos ofrecían peras para que ellas se acercaran y así ellos
las vieran de más cerca. Lo anterior lo deduje pensando que no creía que esto lo hicieran a
todo el mundo, ya que obviamente estaban ahí para vender sus peras y no para regalarlas,
entonces la única opción que me quedó fue que lo hacían por interés a ellas, entendiendo
también de que era primera vez que íbamos, y que no conocíamos la atmósfera en la que
se desenvuelven dentro del parque. Karla y Paz aceptaron pero los hombres nos
resignamos a aceptar la propuesta de ambos caballeros, mientras estábamos en eso la Paz
me dice disimuladamente que me acercara y aceptara recibir la pera que me querían
regalar, por un tema de cortesía acaté y me acerqué al puesto de ambos caballeros. El
puesto era rústico, principalmente madera, abierto por todos lados, con un techo quizás de
zinc y plásticos que seguramente en invierno les cubre la fruta de la lluvia para que
posteriormente no se les eche a perder.
Aún con el prejuicio en mente me acerco, y recordando la razón principal por la que
estábamos en el parque, saco rápida y disimuladamente mi celular, lo desbloqueo, abro la
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aplicación audio recorder, inició una grabación de audio e ingreso mi celular en la cartera
del extremo superior izquierdo de mi casaca.
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Relato Individual: Paz Valdes Moyano
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A manera de epilogo, sostendremos que el presente trabajo, representó poner en práctica la
observación directa, con un diario de campo donde tanto grupal como individualmente,
apuntábamos cualquier práctica, elemento, suceso y descripción del entorno que nos
confería. El presente intento buscó ser un pequeño aporte para próximas investigaciones
que reúnan otras herramientas y técnicas de carácter etnográfica, sin embargo resultó muy
favorecedor para poder agudizar nuestra vista para que fuera más preciso por parte de
nosotros como investigadores, recalcar en la importancia de contextualizar la investigación,
entender la gran diversidad de visiones que se buscaron integrar para realizar una
descripción holística e inclusiva.
A su vez, cabe destacar el trabajo tanto grupal como individual de los integrantes que
buscamos en todo momento, revisar, y realizar diferentes visitas a la zona relevante para
nuestra investigación y así fortalecer una primera y segunda descripción.
La experiencia nos deja un grato sabor de boca que permitió, sobre todo, conocer y
entender un poco más no sólo sobre una emblemática ubicación que figura como revulsivo
turístico, comercial y social de nuestra urbe, tanto en el pasado como en la actualidad, sino
que además, nos exhortó a apuntalar un ojo más abierto, más receptivo al movimiento, las
dinámicas socioculturales y económicas, así como establecer una logística interna de
trabajo que nos permitiera converger distintas perspectivas sobre un mismo tema.
Lo principal para que todos nosotros pudiésemos abrir nuestro pensamiento fue el texto
descripción densa* donde descubrimos las tramas de significación, que antes ignorábamos,
sobre cómo cada hecho en la vida tiene su significado, que la misma ropa de las personas
que trabajan allí es por algo, que todo suceso es interpretativo y muchas veces pasamos
por alto el verdadero significado.
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*Geertz, C. (1973) Descripción densa: hacia una teoría interpretativa de la cultura.
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Observaciones (José Ignacio Morandé Cancino)
❖ Precios convenientes.
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❖ La Feria recibe a sus clientes hasta poco antes del atardecer, cuando todos
desarman sus puestos, como “en reversa”, preparados para empezar un
nuevo día.
Fecha Observación
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