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Nubes de Aristófanes
Editorial de la Facultad de Filosofía y Letras, UBA, Buenos Aires, 2007, 343 pág.
ISBN 978-987-1450-15-2
Nº 12 / 2008 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), Reseñas, pp. 291-320 285
ducción ‘al rioplantense’, y aunque no a) Ubicación de Nubes en el corpus
sea usual leer en una comedia griega aristofánico, con referencia a las
un “¡al carajo!”, lo entendemos mucho versiones y a la tradición del texto.
mejor que un literal “¡a los cuervos!”. De manera sucinta pero exhaustiva
El buen resultado es que nos hace des- se dilucida la tradición del texto,
ternillar de risa. Lo he probado con se aclara que es ésta una segunda
mis alumnos de Literatura Griega. He versión –posiblemente nunca re-
incorporado este texto a las lecturas presentada– de la obra, se informa
de estudiantes que están iniciando la sobre los manuscritos existentes y la
carrera de Letras –poco avezados en tradición indirecta, consistente en
disquisiciones filológicas– y han dis- escolios y las referencias de la Suda,
frutado un primer acercamiento atraí- que aporta 335 citas de Nubes.
dos por la hilaridad que provoca un
b) Descripción de los personajes,
Tergiversero que va sumando fracasos
con especial énfasis en Tergiver-
y calamidades a lo largo de la trama
sero (Strepsiádes) y Sócrates, y un
cómica. Luego será la oportunidad de
profundo análisis de la función del
sumergirse en las sesudas discusiones
Coro. Los personajes de Nubes re-
bibliográficas que ofrecen el prólogo y
quieren de actores principales, de
las notas y realizar lecturas más medu-
actores secundarios y de actores
losas y detalladas.
mudos. Se supone que el primer
La Introducción podría constituir
actor representa a Tergiversero; el
por sí misma una obra de consulta de
segundo actor asume los papeles
alta calidad sobre Aristófanes. Partici-
de Sócrates, el Argumento Más
pan de su elaboración investigadores
Débil y el Primer Acreedor; el ter-
destacados como Pablo Cavallero, Dia-
cer actor representa a Ahorrípico
na Frenkel, Claudia Fernández y María
(Pheidippídes), hijo de Tergiversero
José Coscolla. Comienza por situar al
(excepto en vv. 814-1114), al Dis-
autor en su época y da cuenta de la si-
cípulo, al Argumento Más Fuerte,
tuación política en Atenas. El subtítulo
al Segundo Acreedor y al Discípulo
“La educación griega en el siglo V a.C.”
B; el cuarto actor se haría cargo de
es útil no sólo para referir el interés del
Ahorrípico en 814-1114, del es-
comediógrafo por la educación, sino
clavo del prólogo y del Discípulo
también para ilustrar sobre las carac-
A. Los ‘testigos’ que acompañan a
terísticas de la paideia y sus múltiples
los acreedores serían casi seguro
aspectos. Las consideraciones iniciales
aprendices mudos, como los Dis-
sobre el sistema educativo en Grecia
cípulos que aparecen en el prólogo.
son completadas más adelante en el
Un verdadero esfuerzo de imagi-
apartado titulado “La educación en
nación requiere representarnos in
Nubes”.
mente el extravagante coro de nu-
Un esquema de la Introducción da
bes –hombres disfrazados de mu-
cuenta de lo siguiente:
jeres con aspecto nebuloso– que
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sugiere la entidad vaporosa, ines-
table y oscilante de la dialéctica de e) Estética. Se trata de una reflexión
los sofistas y pseudo-científicos. sobre el fenómeno de autorrefere-
cialidad propio de la comedia. Es-
c) Consideraciones sobre el género y pecialmente en la parábasis, el co-
el nivel de lengua. Constituye uno mediográfo teoriza –por boca del
de los aportes más vigorosos del coro– sobre la poética del género
libro, no sólo por el esclarecedor y sobre los errores de sus compe-
análisis de los términos en lengua tidores, e insiste en apelaciones al
griega transcriptos –poco usual en público para lograr el favor de la
ediciones de esta naturaleza–, sino audiencia, es decir, construye dis-
también por la profusos comenta- cursivamente un modelo de au-
rios bibliográficos que consigna. ditorio de competencia suficiente
Merece especial mención la reco- para captar la genialidad de sus
pilación de neologismos. propias expresiones artísticas.
d) Técnica y estilo. El apartado propo- f) Un esquema ilustrativo que sin-
ne una reflexión sobre el quiebre, tetiza los tópoi argumentales de
propio de la comedia aristofáni- la pieza. Demuestra que en cierto
ca, de la distancia entre escena y modo el mayor interés de Aristó-
público. Están minuciosamente fanes radica en la educación, no en
registrados los recursos para lo- la política. Se oponen en apretada
grar la hilaridad del espectador sinopsis los núcleos de los argu-
así como las alusiones paratrági- mentos de Kreítton (el Argumen-
cas. Este género busca siempre la to Más Fuerte, personificación de
complicidad de los espectadores, la retórica justa) versus Hétton (el
de allí las puntuales alusiones al Argumento Más Débil, personifi-
auditorio, por ejemplo durante las cación de la retórica injusta), com-
parábasis, al final del primer agón pletados por los de Tergiversero y
o cuando está concluyendo el se- Ahorrípico, en dos columnas.
gundo agón. Aristófanes intenta
complacer a dos tipos de público, g) Las conclusiones se desarrollan
según su propia clasificación: el bajo el subtítulo “Pobreza, cultura
phortikós que gusta de las grose- y educación” y cierran con solven-
rías y el sophós y dexiós que disfru- cia el estudio preciso y detallado
ta de las sutilezas. Las referencias que aporta la Introducción. El dis-
a personajes históricos contempo- parador es la pregunta “¿Puede la
ráneos es un recurso característico educación ser un remedio contra
de la comedia antigua, con ello se la pobreza?”.
censura también la relación entre Nubes pone en escena a un grupo
conductas privadas y la política, los de filósofos quienes, descalzos, mal
vicios de la demagogia y los gastos vestidos y pálidos, y preocupados en
excesivos en tiempos de carestía. temas sutiles y poco prácticos, sienten
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más el hambre que el reconocimiento Debe haber sido una opción difícil y
de la comunidad. Demuestran que cul- discutida, pero mucho más acertada
tura y miseria pueden ir perfectamente que caminar por caminos trillados de
de la mano. Por otro lado, Tergiversero, la tradición.
un campesino no aristócrata, que ha- La traducción propiamente dicha
biendo logrado un buen pasar, sufre al está precedida por los Presupuestos
momento una grave situación finan- o Hypotéseis y profusamente anotada
ciera y se embarca en la esperanza de con referencias a la bibliografía y acla-
que la ‘educación’ pueda salvarlo, para raciones filológicas sobre los términos,
lo cual pergeña un plan a todas luces situaciones, inteligibilidad de los mitos
absurdo. La vena crítica de la comedia e incluso consideraciones personales
devendrá en una exposición cruda de de los traductores que esclarecen so-
la corrupción y de la falacia a las que bremanera la lectura de los diálogos.
puede conducir la nueva educación Uno de los amargos encantos –valga
sofística. Es evidente que Aristófanes el oxímoron– de Nubes es la inmersión
se aplica a censurar la utilización in- en una de las facetas más controversia-
correcta de un recurso valioso, la re- les de Sócrates. La imaginación y el ab-
tórica, pero también advierte sobre surdo conciertan un retrato del filósofo
la nociva actitud de ciudadanos que que lo cofunde peligrosamente con los
aspiran a eludir la ley valiéndose del sophistaí que malamente educaban a
aprendizaje de argumentaciones y si- los jóvenes de Atenas en el dificultoso
logismos falsos. arte de la persuasión, siempre, claro,
Completa la primera parte del libro que sus familias estuvieran dispuestas
la Bibliografía, exhaustiva y actualiza- a remunerar generosamente al maes-
da. Está organizada en bibliografía tro dispuesto a develar desde los arca-
general sobre Aristófanes y en parti- nos del universo hasta las estrategias
cular sobre Nubes, presentaba en dos políticas. La contrafigura –grotesca y
secciones: ediciones y estudios. mezquina– de Tergiversero, en tensión
La presentación del texto es bilin- constante por la amenaza de bancarro-
güe: griego-castellano. Está realizada a ta y el temor de una sanción legal por
partir de las mejores ediciones de los sus malos negocios y por los despil-
manuscritos originales hoy disponibles farros de su hijo Ahorrípico, pone en
y la traducción logra una aproxima- jerarquía el personaje de Sócrates. El
ción fidedigna de la lengua de partida espectador de la época tenía una ven-
a la de llegada. A pesar de las serias taja sobre nosotros –que sólo podemos
dificultades filológicas y lexicográficas acceder a Platón o Jenofonte– y pudo
que ofrece siempre la obra de Aristó- comparar esta caricatura del filósofo
fanes –y otras muchas derivadas de un con el de carne y hueso que recorría las
campo semántico imposible de restau- calles interrogando a los ciudadanos
rar–, la solución innovadora de volcar sobre sus presuntos saberes. Es me-
el texto al rioplatense acerca más al lec- nester recordar que a ellos –a quienes
tor al tono insolente del comediógrafo. tenían posibilidad de comparar– iba
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dirigida esta pintura extremada del de la comedia, y para ello, nada mejor
personaje. Nunca sabremos cómo fue que esta versión que se constituirá sin
el verdadero. Eso no nos impide –por duda en obra de referencia obligada
el contrario, estimula– el repetido para los especialistas y para todo pú-
recorrido por las discusiones e inter- blico o lector que quiera disfrutar de
cambios desopilantes de los caracteres nuevo la comedia política.
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