Elvira Escudero cumplía el día 19 de Jesucristo.

febrero 101 años, y sigue como misio- Y acabada esta palabra

nera en Japón, donde está desde 1948. ya no sé qué decir,
De joven se dedicó a la educación.
Jubilada, a visitar cárceles. Ahora, en y es que quisiera
una silla de ruedas, dice que tiene que este Jesucristo
tiempo para rezar por todos y “ayudar sea para nosotras todas las palabras,
con el español y hacer cosas de punto
encierre todos los sentidos,
para los sin techo y otros necesitados”.
abarque todos los programas,
Los católicos de Bangladesh sintetice todos los amores,
están celebrando los 500 alumbre todas nuestras rutas,
años de evangelización guíe todos nuestros pasos,
con el lema “Herencia,
compendie todas las aspiraciones
Celebración y Renovación”.
Recuerdan con cariño a los y sea el principio, medio
dos misioneros jesuitas que y fin de nuestra vida entera.
llegaron en 1598, Francisco Fernandes y Domingo de Sousa. El Papa
Margarita López de Maturana,
Francisco también los recordó en su visita al país el año pasado.
fundadora de las Mercedarias Misioneras de Berriz

Los mártires de Argelia ya son beatos. Son 19 religiosos, religio-

sas, sacerdotes y un obispo asesinados en Argelia en los años Intenciones de oración del Papa
noventa. Entre ellos están
los famosos monjes tra- MARZO: Para que toda la Iglesia reconozca la
urgencia de la formación en el discernimiento espiritual,
penses de Tibhirine, y en el plano personal y comunitario.
también las Agustinas
Misioneras españolas ABRIL: Para que los responsables del pensamiento y
Esther Paniagua Alonso y gestión de la economía tengan el coraje de refutar una
economía de la exclusión y sepan abrir nuevos caminos.
Caridad Álvarez Martín.

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 «Les enseñó las manos y el costa-
do. Y los discípulos se llenaron de
alegría al ver al Señor. Jesús repi-
tió: “Paz a vosotros. Como el
Padre me ha enviado, así también
os envío yo”. Y, dicho esto, sopló
sobre ellos y les dijo: “Recibid el
Espíritu Santo”». (Juan 20, 20-21).
Manos y costado: Jesús muestra sus llagas:
estas heridas representan el precio de nuestra
salvación. El Espíritu Santo nos llega “pasan-
do a través” de las llagas de Jesús, la cruz.
Alegría: Aquel que es la Verdad, que da vida a
los hombres, no da una alegría cualquiera,
sino la alegría misma, don del Espíritu Santo.
Paz: sí, la paz es fruto de la Pascua, un don que
hay que pedir con insistencia y acoger con gra-
titud. Es síntesis de todas las características
positivas del Reino de Dios que trae Jesús.
Envío: Los apóstoles son los primeros misio-
neros, los primeros enviados. Porque todo
misionero es un testigo de la Resurrección.
Cristo ha resucitado, esto significa. En
esta cultura del descarte donde eso que
no sirve toma el camino del usar y tirar, donde lo
que no sirve es descartado, esa piedra –Jesús– es
descartada y es fuente de vida. Y también nos-
otros, guijarros por el suelo, en esta tierra de
dolor, de tragedias, con la fe en el Cristo
Resucitado tenemos un sentido, en medio de tan-
tas calamidades…
“Cristo ha resucitado”. Pensemos un poco, que
cada uno de nosotros piense, en los problemas
cotidianos, en las enfermedades que hemos vivi-
do o que alguno de nuestros familiares tiene;
pensemos en las guerras, en las tragedias huma-
nas y, simplemente, con voz humilde, sin flores,
solos, ante Dios, ante nosotros, decimos: “No sé
cómo va esto, pero estoy seguro de que Cristo ha
resucitado y yo he apostado por esto”. Hermanos
y hermanas, esto es lo que he querido deciros.
Volved a casa hoy, repitiendo en vuestro corazón:
“Cristo ha resucitado”.
Homilía del Papa Francisco el
Domingo de Resurrección, 16 de abril de 2017
Estrella Arjomil es una misionera diocesa-
na de Santiago de Compostela que actual-
mente desarrolla su labor en Pemba, Mozambique. Allí
visita, atiende y acompaña a los enfermos de lepra, a
quienes les habla de un Dios que se preocupa por ellos:
“Esta es mi misión aquí en Pemba: llegar a las
aldeas donde hay personas afectadas por la lepra,
estar un tiempo con ellos, escuchar sus preocupa-
ciones, darles un poco de formación. Sobre todo,
que sientan que no están solos y que Dios los ama
(da igual la religión que profesen, pues la mayoría
son musulmanes), y que es Él quien me envía a
ellos. También hacemos diagnósticos. Este mes
pasado encontramos un joven con 41 años, sin
dedos en las manos ni en los pies y con úlceras,
nunca había sido atendido en un centro de salud.
¡Se me encogió el alma! Es impresionante y sor-
prendente cómo Dios empuja y da fuerzas. Muchas
veces los caminos son pésimos, tener que cruzar
pequeños ríos para llegar a algunas aldeas... Pero
vale la pena arriesgar por poder llegar a ellos y
apretar sus manos como una tierra sagrada. ¡Soy
feliz con estos mis hermanos... mis CRISTOS!”.