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STUDIUM PHILOSOPHICUM ET THEOLOGICUM FRANCISCANUM

“CARDENAL ECHEVERRÍA”
CARRERA DE FILOSOFÍA

Nombre: Angelo Vega Profesor: Msc. Raúl Asimbaya

Materia: Antropología cultural y religiosa Fecha: 07/07/2017

El problema en la distinción entre género y sexo en la ideología de género

Introducción

La utilización del término “género”, en estas últimas décadas, ha sido entendido por el

hombre como un término que cumple una función semejante a la de “sexo”, la distinción

hombre-mujer, pero realmente no es así porque este primer término, en su fin último, desea librar

al hombre de esa estructura bipolar hombre-mujer, en el sentido que ya no haya una

diferenciación marcada necesariamente por la anatomía de la persona, por la obviedad

morfológica de los cuerpos genitales, sino que ahora la persona es libre de escoger el tipo de

“género” al que quiere pertenecer. Esto lo argumenta la ideología de género en su planteamiento

de que es la sociedad, la que, en sus conveniencias, determina en la persona la manera de pensar,

obrar y valorarse a sí mismo, es decir, la identidad de la persona es producto de la cultura de un

país. Las consecuencias de este problema se ven hoy en la realidad de la promoción del aborto,
del divorcio, la pérdida de identidad sexual, los ataques a la familia, a la paternidad y a la

maternidad.

Hay que reconocer que los antecedentes del problema tienen su razón en temas tales como el

marxismo, el feminismo en su concepción más radical, la revolución sexual de los setenta y el

control de la población mundial. En la actualidad, la gente vive inconscientemente la

omnipresencia de esta ideología influyente en todos los campos de su vida; la gente carece de

información verdadera; y, el proyecto ideológico se realiza detrás de un telón, cuyo escenario

presenta las mejores actuaciones de organizaciones en busca de mejoras, de “progreso”, con

ademanes de espíritu generoso. Frente a este problema y sus consecuencias, el presente artículo

tiene la intención de exponer esta realidad de esta corriente ideológica para así recuperar el

verdadero sentido de la sexualidad en la vida del hombre. Además, con ello, uno de los alcances

previsto es el de recuperar, al mismo tiempo, el llamado del hombre a vivir la verdadera

masculinidad, el de la mujer a vivir su verdadera feminidad y su consiguiente unión y sentido en

el matrimonio, generador de vida.

La ideología de género y su origen

Según Benigno Blanco (2015), esta ideología comienza en Estados Unidos en los años sesenta

con mujeres norteamericanas estudiadas en Alemania. Se habla de un contexto de una bonanza

económica; las nuevas generaciones viven bien; el marxismo está en un punto de gran influencia;

existe un ambiente influenciado por el anarquismo. En sí, es una sociedad que desea cambiar los

fundamentos de la sociedad con un nuevo comportamiento y se da con la revolución sexual y el


feminismo libertario, ambas reflejan un comportamiento de vacío moral, sin alguna referencia

tradicional o humana. Hay que tomar en cuenta la profunda crisis moral por la que pasaba la

Iglesia tras el Concilio Vaticano II.

La ideología de género y su filosofía

El género es una construcción cultural; por consiguiente, no es el resultado causal del


sexo, ni tan aparentemente fijo como el sexo... Al teorizar que el género es una
construcción radicalmente independiente del sexo, el género mismo viene a ser un
artificio libre de ataduras. En consecuencia, varón y masculino podrían significar tanto
un cuerpo femenino como uno masculino; mujer y femenino, tanto un cuerpo masculino
como uno femenino (Butler, 1990, p. 6).

La ideología de género busca plantear la sexualidad de una manera diferente. Según ella, el

término “sexo”, como concepción biológica y algo ya dado en la persona ya no vale para

concebir la sexualidad de ella, sino que ahora tiene valor real lo lingüístico, dado con el término

“género”. Las categorías ya no son estables, no hay ya concepción hombre-mujer, masculino-

femenino sino masculino-femenino-neutro.

Las defensoras y promotoras de esta ideología acogen la filosofía marxista, pero encuentran

en él un error, el problema de la sociedad evidentemente está en la lucha de clases, pero el error

es la identificación de esas clases, ellas no son las estructuras económicas burgués-proletariado,

la verdadera lucha de clases es la del hombre y la mujer, donde el poder opresor está del lado del

varón. Su argumento se basa, por ende, en una concepción de la mujer como un invento del

varón, ellas terminan siendo meras esclavas sexuales.


Entonces, la sexualidad es vista no como una cuestión natural sino como una cultural ya que

lo que se agrega a la obviedad morfológica de los cuerpos genitalmente masculino o femenino es

una construcción cultural opresa, es decir, dualidad hombre-mujer, y en la que el hombre se ha

encargado de levantar una institución en miras a dicha opresión: el matrimonio. Por tanto, resulta

necesario liberar a la humanidad de la profunda injusticia de la historia: la opresión de la mujer.

El feminismo traslada la supresión de las clases sociales a la supresión de la dualidad varón-

mujer y sus estructuras de poder: el matrimonio y la maternidad. Blanco (2015) afirma: “se trata

de una sociedad que se articula en la diversidad afectivo-sexual, plurales orientaciones afectivo-

sexuales, y lo que la imaginación dé de sí, y en la que no haya discriminación” (Conferencia).

Ideología que busca lo privado y no lo público

Esta filosofía liberadora de la mujer cambia todo lo humano. Si normalmente se acostumbra a

pensar en ideologías en cuanto a tradicionales que proponen cuestiones con objetivos públicos

como estructuras de estado, esta no hace eso, no se trata de un modelo de estado sino de persona.

La ideología de género se incumbe en lo privado, politiza lo privado y su manera de hacerlo es a

través de las leyes, ellas se involucran en la moral, en lo personal. Las leyes preconizadoras de

esta ideología son aquellas que buscan la reconstrucción de las leyes basadas en la dualidad

hombre-mujer, por tanto, serán leyes que, en sí, reflejan fobia a la maternidad y al matrimonio.

En este apartado, se tomará en cuenta la penetración de esta ideología en las leyes y se tomará

el caso de España, ya que, en ella, en un lapso de ocho años, la ideología de género logró su
agenda política de manera sistemática, a diferencia de otros países en los cuales la ideología de

género también ha entrado. A saber, las leyes que reflejas su influencia son las siguientes,

explicadas en sus rasgos más breves.

- Violencia de género: tiene una función pedagógica, donde se ve al matrimonio como

generadora de violencia. Bien se podría hablar de violencia doméstica donde haya un enfoque en

el simple conflicto dado entre miembros de la familia. Otra vez, se ve la concentración en la

dualidad hombre-mujer.

- Ley del matrimonio homosexual: no es tal, solo se busca excluir la referencia legal del

matrimonio en cuanto a la dualidad hombre-mujer, de manera que el matrimonio se vuelve la

unión entre dos personas sea cual sea su orientación afectiva-sexual. No quiere que haya

referencia de la dualidad hombre-mujer porque para ella (i.g.) es un invento de la humanidad que

esclaviza a la mujer

- Ley del divorcio exprés: a partir del tercer mes el matrimonio puede ser cortado a petición

unilateral sin justificación. El divorcio es promovido en cuanto el matrimonio no expresa una

necesaria complementariedad hombre-mujer ni necesaria para la reproducción, ni siquiera tiene

un significado social. Ella sólo debe durar lo que dure el afecto a la orientación a la sexualidad,

el matrimonio es pura expresión de la afectividad sexual de las personas por tanto debe durar lo

que dure esa voluntad de expresión afectivo sexual.

- Ley de investigación biomédica y nueva ley de técnicas de reproducción asistida: existe la


permisibilidad legal con todas las experimentaciones bioéticas y todas las técnicas que se pueden

aplicar en el entorno de la reproducción artificial, ya que ellas agilitan la liberación de la mujer

del hombre. El hombre no tiene poder sobre ella y ella se libera del hecho de parir. Esto desplaza

la maternidad biológica.

- Aprobación de la LOE: se da la aparición de la materia “educación para la ciudadanía” en la

que se introduce una teoría de la moral como necesaria en la conciencia de los menores de edad.

Esta aprobación es una enseñanza de una moral determinada bajo la visión del gobierno. Lo legal

tiene poder sobre lo moral y termina siendo una imposición sobre lo personal. Esto lo hace con el

prejuicio de que la moral privada no es válida si no puede ser puesta en práctica en las relaciones

sociales, es decir, como no hay moral, dado lo inaplicable de la moral privada, el estado tiene la

obligación de llenar ese vacío moral. Esa moral es la moral democrática que llama la educación

para la ciudadanía. Se trata de extraer una moralidad de las leyes y puesto que estas leyes ya

estaban inspiradas en la ideología de género se convertían en una enseñanza de los principios de

dicha ideología. Sustituyen la vieja antropología cristiana occidental por la nueva antropología

de género

- Ley reguladora de la transexualidad: regula el dato de “sexo” por el de “género”, lo que la

persona decida ser. Esto lo permite el registro civil aun cuando la persona no se haya sometida a

una operación para cambiar externamente su apariencia como lo recomendaba la endocrinología

dada la disforia de género.

- Ley del aborto: se defiende el derecho de la mujer en abortar, porque la esencia de la


ideología de género es desvincular a la persona de su sexualidad y a la mujer de su posibilidad de

ser madre. Esta ley, en España, es defendida bajo el nombre de salud sexual y reproductiva

reproducción, la cual plantea el derecho de la mujer a no ser madre.

Se ve una transformación sistemática y radical de los principios humanistas que inspiraban en

cuestiones de la vida, la sexualidad, familia, matrimonio. Ahora es una nueva antropología, una

nueva visión del hombre.

Las cumbres internacionales de la ONU

La penetración de la ideología de género en el mundo tiene sus causas primeramente en la

cumbre internacional de la ONU en el Cairo en 1994, cuyo tema fue la “población”.

Curiosamente, uno de los temas de los documentos a tratar era el de la ideología de género con

sus propuestas sobre la población, la mujer y la sanidad, impregnadas con sus categorías

ideológicas. Pero la cumbre no terminó con el éxito esperado debido a la intervención del papa

en aquel entonces, san Juan Pablo II, quien realizó diferentes gestiones con intención de parar lo

que se planteaba esta cumbre internacional, siendo una de sus acciones solicitar a todos los jefes

de estado que no se aprobasen los documentos de dicha cumbre. A la final los documentos que se

aprobaron fueron relativamente modificados.

Sin embargo, la intervención del papa nuevamente en 1995 en la cumbre mundial de la ONU

realizada en Beijing no tendría el mismo alcance. Esta vez el tema fue sobre la “mujer”. En esta

cumbre hubo una particular alianza entre el gobierno de Clinton, influenciado por la ideología de
género, y la presidencia de la UE, que en aquel entonces le correspondía al gobierno español, el

cual también se hallaba influenciado por la ideología de género. De esto modo fue que en dicha

cumbre se aprobó una planificación de género como agenda política de la ONU, es decir, de todo

el mundo. Así, se entiende también por qué en algunos casos, las leyes de aborto toman como

inspiración y justificación lo pactado en Beijing.

Pero ¿cómo es que la ideología de género llega a su mayor efervescencia pública con la ONU

en sus cumbres del Cairo y de Beijing, de 1994 y 1995, respectivamente? Hay un proceso que se

fue elevando hasta tomar su forma final: la elucubración que comenzó con un grupo de mujeres

feministas en un ambiente radical norteamericano, cuyo planteamiento filosófico carecía de

trascendencia política comienza a tenerla cuando el lobby gay, entonces un lobby fuerte en los

años setenta, acoge los planteamientos de la ideología de género y estos comienzan a ser

anunciados en sus campañas de opinión públicas. Esto lo hace porque entiende que, con esta

ideología, se concibe, en virtud de su contenido ideológico, a la homosexualidad como algo

normal como cualquier orientación afectivo-sexual.

Luego, un impulso decisivo de esta ideología se da cuando la ONU utiliza los contenidos de la

ideología de género como instrumento para las políticas de control de la población. Se trata de

una política de países ricos de occidente inspirada en la teoría malthusiana que acaba en la falsa

necesidad de controlar la sobrepoblación de la humanidad. Finalmente, uno de los hechos

determinantes para su creciente influencia fue la aprobación del “memorándum kissinger

mcnamara” firmado por el presidente de Estados Unidos (1969-1974), Richard Nixon. Dicho

memorándum ordena a todos los agentes políticos a tener como prioridad política el control de la
población mundial y pide para la ejecución de esta, que se haga con disimulo para que la

ejecución no sea vista como un proyecto imperialista e imperativo de Estados Unidos sobre los

pueblos del tercer mundo, teniendo en cuenta que en aquel entonces era el imperio mundial, sino

más bien se trataría de una acción liberadora de estos. Se trataría simplemente de una liberación

de la mujer frente a costumbres tradicionales, frente a la religión, frente a una visión de la

sexualidad muy marcada por los varones, entre otras.

Para este proyecto se crea el Fondo de población de las naciones unidas (UNFPA), la cual

adopta la idolología de género para comenzar esta transformación cultural. Ahora, se trataría de

cambiar los roles de género tradicionales para controlar la población. La ONU empieza invertir

para la difusión de la ideología de género; se involucra en la educación sexual, en la formación

de la mujer para que, teóricamente, se libere con las prácticas de anticoncepción; y comienza a

presionar a los países de tercer mundo para que legalicen las leyes que propone la ideología. Y

toda esta mentalidad llega a su mayor efervescencia pública en dichas cumbres internacionales:

ella llega a ser la política oficial de la ONU.

Estas conferencias inspiraron a tres de los “objetivos del milenio” que son la agenda política

oficial de la ONU. El objetivo quinto es en el que más se gasta, este es el de la liberación de la

mujer y lucha contra la pobreza, que bajo ese nombre lo único que hace es dedicarse a defender

el aborto y la ideología de género.


Llamados a vivir la sexualidad

La sexualidad en su sentido humano y referente a una tradición cristiana es una característica

esencial del ser humano que afecta a todo su ser, desde la realidad biológica, es decir, su

configuración orgánica hasta su vida psíquica y espiritual (G., s.f.). Esto, según especialistas, se

evidencia en la identidad sexual de la persona en tres aspectos, a saber, el sexo biológico, que es

la corporeidad de una persona, determinada por los cromosomas XX en la mujer y XY en el

varón, lo cual tiene su inmediata relación con las diferencias estructurales y funcionales del

cerebro masculino y el femenino; el sexo psicológico, que es la vivencia psíquica como varón o

como mujer, coincide generalmente con el sexo biológico; y el sexo sociológico, que es la

percepción del sexo por el entorno, es decir, la asunción de roles según el contexto (“Ideología

de género”).

Es así que la sexualidad es una característica propia de la persona: ella es expresión de sí

misma, es decir, de la persona. Todo el ser y obrar de la persona está determinado por su

sexualidad. He aquí la riqueza de esta dimensión en el ser de la persona ya que, encuentra en ella

primero una identidad, y segundo, una visión de qué forma de vida está llamado a vivir, las

cuales pueden ser desde una masculinidad o una feminidad auténtica, respectivamente, como

hombre o como mujer.

Por último, el sentido profundo que se haya en la reciprocidad y complementariedad existente

entre hombre-mujer en su naturaleza, reflejadas en la familia a través de la institución como es la

del matrimonio, proporciona a la persona un equilibrio de su vida, un proyecto vital, una


realización personal y mutua. Aquí también se evidencia el designio divino de la dualidad

hombre-mujer para su misión de ser una sola carne, es decir, una sola persona. En esta sola carne

se evidencia el llamado al amor que proporciona la sexualidad, es decir, la entrega total de uno al

otro, del hombre a la mujer y de la mujer al hombre de modo que ya no son dos sino uno, un solo

sentir y pensar (Familia).

Conclusiones

La desplazamiento del término “sexo” por el de “género” para identificación sexual o

inclinación afectiva-sexual realizado por la ideología de género tiene su principal objetivo en la

abolición de la distinción varón-mujer, es decir, la consecución de una no sexuado en la tradición

bipolar varón-mujer. Este objetivo ha promovido e impulsado leyes políticas en las cuales

subyace una ideología en contra del matrimonio y de la maternidad, plasmadas específicamente

en las leyes otorgando el derecho al aborto, divorcio “express”, a la legalización de técnicas de

reproducción asistida, legalización de matrimonio homosexual.

La ideología de género es una realidad dentro de la sociedad que está desvalorando la

auténtica y significativa sexualidad de la persona, especialmente de la mujer. Esto hace que

faltando uno de los miembros de la reciprocidad y complementariedad de la naturaleza humana,

se quiebre un orden moral, natural y necesario para la vida de la persona en cuanto un proyecto

vital que le proporcione felicidad.


Con la ideología de género, la humanidad se halla en peligro, ya que, si bien la ideología de

género busca la liberación de la persona, específicamente de la mujer, realmente, logra lo

contrario. Es una condenación de la mujer, y consiguientemente, debido a las categorías

ideológicas de esta corriente, del hombre mismo y de la familia, en cuanto se cae en una

alienación de su ser, relegada a meras concepciones lingüísticas y no reales.

La sexualidad impregnada en las dimensiones de la persona biológico-psíquico-espiritual es

una expresión total del ser de la persona como hombre o mujer. La persona, a su vez, encuentra

en este ser definido, bien hombre o bien mujer, un llamado a la entrega de su persona para

encontrar el significado de su sexualidad, consumado en la unidad con el otro, con el amado.

La persona está llamada a vivir su sexualidad descubriendo el inmenso valor que ella abarca

para así definir en su vida aquello que reconoce que es verdadero y querido por Dios, y

consiguientemente, encontrar su realización, su equilibrio, su felicidad.

Referencias

Alzamora R., Oscar, S.M., la ideología de género, Mercaba.org, fuente procedente de la CEP
(centro de estudios públicos)

BUTLER, Judith, 1990, El género en disputa: Feminismo y la subversión de la identidad,


Routlege, New York.

Blanco, Benigno, Conferencia dada en España sobre la Ideología de género

Cappelli, G., Sexualidad, Mercaba.org. Recuperado de:


http://www.mercaba.org/VocTEO/S/sexualidad.htm

Ideología de género. Catholic.net. Recuperado de: http://es.catholic.net/op/articulos/41418/que-


es-la-ideologia-de-genero

Pontificio Consejo para la Familia, 1995, Sexualidad humana: verdad y significado, Santa Sede,
Roma.

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