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Preguntas

(1) Analice y evalúe la siguiente proposición: “una antropología con orientación


culturalista (principalmente el programa boasiano, y luego el simbólico)
marcado por una vocación particularista y orientada por el relativismo cultural
no logra sobrevivir las críticas posmodernas e historicistas de los años 80s”
(1000-1500 palabras)
(1.1) Identifique los objetivos, estrategias etnográficas y estrategias
analíticas-interpretativas de una “antropología con orientación
culturalista”
(1.2) Identifique las críticas en cuestión y examine su pertinencia
(1.3) Argumente si una antropología con orientación culturalista sigue
siendo viable, considerando que es posible sugerir modificaciones a
este programa de investigación

Los inicios del paradigma culturalista comienzan con Franz Boas y con autores como
Kroeber, Benedict, Sapir, Redfield, entre otros. Uno de los más importantes y que viene a ser parte
de la antropología simbólica es Geertz. Los objetivos son diversos dependiendo de cada autor pero
algo que ya se observa desde Boas es el querer relativizar las culturas, otorgándole autonomía
acerca de sus propios procesos históricos. El particularismo histórico es propio de esta orientación
culturalista, además de la centralidad en el punto de vista del nativo y esta etnografía de
salvataje/rescate otorgándole gran importancia a las fuentes etnográficas y textuales. La antropología
culturalista ha buscado, desde sus distintos exponentes, hacer ciencia y definir o aproximarse a lo
que es la cultura. Una definición de la cultura se observa en los ya mencionados autores del
programa boasiano, como en el caso de Ruth Benedict que cree en estos valores centrales de la
cultura y que la reproducción de estos reproduce también la cultura. Kroeber habla de lo
supraorgánico, de esta cultura que está fuera de nosotros. Con Geertz esto cambia cuando propone
que la cultura debe ser interpretada, que no se trata de establecer reglas generales de ella sino de
interpretarla. Dice él que “el análisis de la cultura ha de ser por lo tanto, no una ciencia experimental
en busca de leyes, sino una ciencia interpretativa en busca de significaciones” (Geertz, 1973, p.20).
La cultura por tanto puede ser leída, traducida e interpretada.

Las estrategias etnográficas consisten en estar en el lugar, la observación participante,


describiendo esta particularidad cultural, aunque la manera en que se hace va cambiando de autor
en autor, donde cada uno se centra en distintos aspectos y formas de análisis. Por ejemplo en sus
inicios, con Boas, se buscaban patrones de comportamiento, las racionalizaciones secundarias y
valores culturales. Por otra parte, Geertz desde su idea de que las culturas deben ser interpretadas,
propone la técnica de la descripción densa, la cual consistía en describir extensamente lo que ocurría
en el lugar.

Las estrategias analíticas e interpretativas también varían. El programa boasiano, que si bien
como se dijo varía entre cada autor, se centra en aspectos como los valores centrales, patrones de
comportamiento, cultura como elementos que se acumulan gradualmente, etc, por tanto los análisis e
interpretaciones se harán desde esa búsqueda. En el caso de la antropología simbólica, tal como
dice su nombre lo importante son los símbolos y cómo estos son interpretados y afectan las
disposiciones y agencias de los individuos y grupos humanos. Esto último se observa en el análisis
de la religión como cultura en Geertz, donde entiende a esta (la religión) como un sistema de
símbolos que establece fuertes estados anímicos y motivaciones en los sujetos, formulando
concepciones de un orden general de existencia, entendiendo que estas concepciones tienen una
efectividad infalible tal que estos estados anímicos y motivaciones parezcan de un realismo único.
Las críticas posmodernas e historicistas a la antropología orientada al culturalismo son
variadas y es que en estos años (80’s) ocurre una crisis acerca de la representación y se inicia el
debate acerca del problema epistemológico de representar al otro. Esto se observa en Clifford (1995)
que critica la autoridad etnográfica y cuestiona si el texto producido por un antropólogo es o no de su
autoría, considerando que lo que está en él viene desde distintas voces. Al respecto señala que “los
antropólogos tendrán que compartir sus textos cada vez más, e incluso tendrán que compartir las
portadas, con aquellos colaboradores indígenas para quienes el término informantes ya no es más
adecuado, si es que alguna vez lo fue (Clifford, 1995, p. 71). El autor propone una escritura dialógica
o polifónica.

Otra crítica es a la idea de cultura, a la idea de creer que esta es estable, coherente y
ordenada. Se le ataca, como se lee más atrás, desde su autoridad pero también desde la
representación y estos “regímenes de la verdad”, donde por ejemplo como vemos en Said (2008) se
construye una idea acerca de lo que es oriente como si fuera algo estable y eso que se define, se
habla desde cierta posición de verdad, de dominación, que no necesariamente es así.

Los paradigmas modernistas criticarán la ausencia de fuerzas materiales, ya sea


económicas, políticas, biológicas, etc. Además creen que existe una falta de rigurosidad científica,
considerando muchas veces a la antropología simbólica como intuitiva y caprichosa. Critican también
el exceso de descripción en desmedro de una explicación y se le acusa de una falta de dirección en
la acumulación. Finalmente consideran los modernistas que se ha dependido demasiado del
concepto de cultura y que generalmente no se toman en cuenta dimensiones institucionales.

Desde la antropología posmoderna se considera que ha existido un abuso de la


interpretación donde los hechos de las opiniones se mezclan en una especie de autoridad
omnisciente. Se abusa, entonces, de la autoridad etnográfica y de la retórica occidental. Además se
le critica a Geertz el no tomar posición y no darse cuenta de la posición de poder en la que se
encontraba, o más que darse cuenta hacerlo notar en sus análisis. El problema del poder está
instalado en los debates desde autores como Foucault, no puede obviarse este en las distintas
relaciones, menos en un trabajo antropológico.

De todas formas, estas críticas no significan la desaparición de modelos culturalistas ya que


se entiende que esta forma de investigar puede recibir críticas y superarlas generando
modificaciones sin necesidad de que se acabe esta forma de hacer antropología. Es en este sentido
y a modo de defensa del culturalismo que Sahlins (1993) señala que “el relativismo es el simple
precepto de que, a fin de volverse inteligibles, los ideales y las prácticas de otros pueblos deben
situarse en su propio contexto histórico (..). Relatividad es la suspensión provisional de nuestros
propios juicios con el objeto de ubicar las prácticas en cuestión en el orden histórico y cultural que las
hicieron posibles. No es de ninguna manera un asunto de convicciones” (p. 46).

Entonces, tras duras críticas se comienza a repensar al individuo dentro del culturalismo,
entendiendo que este no posee un fundamento original para afirmar conocimiento del mundo o de sí-
mismo. Surge la idea de resistencia, comprendiendo que el poder funciona desde discursos
institucionales y prácticas disciplinarias y que la resistencia aparece en formas diversas (disidencia,
denegación, prácticas de resignificación, deconstrucción, etcétera). Se reflexiona a partir de la
distinción mente-cuerpo y se problematiza la emoción. Se reflexiona también sobre la problemática
de éticas alternativas en torno a la autoridad, emancipación y dominación occidental. Es en este
sentido el trabajo de Sherry Ortner (2006) que se hace cargo de las distintas discusiones acerca del
poder y habla acerca de la teoría de la práctica (en parte inspirada en Bourdieu), la cual esgrime que
existe una dialéctica constante entre estructura y agencia, donde la primera de estas condiciona las
acciones de los individuos pero no los determina, teniendo esta última, que jamás es completamente
libre, la capacidad de transformar esta estructura. En Ortner (2006) la cultura es por un lado una serie
de símbolos y significados coherentes que comparte un grupo humano, pero es a su vez un producto
de relaciones internas y externas de dominación.

(2) Escriba un breve ensayo respecto a la relación entre individuo y cultura en


torno al problema del estudio de la poder y resistencia en la antropología
(2000-2500 palabras)
(2.1) Recuerde que un ensayo considera enunciar una pregunta,
justificar su relevancia, desarrollar los argumentos y concluir en
relación con la evidencia y argumentos entregados. Tiene libertad en
definir la pregunta en términos teóricos, empíricos, filosóficos o
políticos.
(2.2) Contextualice la introducción del ensayo desde la antropología
boasiana y la antropología simbólica.
(2.3) Identifique y relacione las tesis más relevantes en torno a estos temas
propuestos por James Clifford, Sherry Ortner, James Scott, Jean
Comaroff, John Comaroff, Lila, Abu-Lughod, Saba Mahmood y James
Ferguson
(2.4) Describa y analice la influencia de M. Foucault en relación con los
autores identificados

Las dinámicas de poder y resistencia tienen un amplio debate en las ciencias sociales. De donde
viene el poder o en qué se manifiesta es parte de la discusión. Al respecto, la antropología boasiana
y la antropología simbólica nunca pusieron el foco en ello. La corriente boasiana responde a una
época en que las ideas acerca de la raza y el evolucionismo eran dominante. Boas reniega de esto y
propone el particularismo histórico entendiendo que cada cultura tiene sus propias dinámicas y
procesos, sin que una sociedad sea mejor que otra. Se comienza a hacer etnografía in situ, por
periodos extensos, buscando esta particularidad de cada cultura y de cómo se configuraban estas.
Dentro de la escuela de Boas se indagaba desde distintos conceptos de cultura, que servían casi
como leyes. Es el caso de Ruth Benedict, por ejemplo, que desde sus análisis buscaba dilucidar los
valores centrales de una cultura, suponiendo que estos se reproducirían, siendo estos valores los
motores de la sociedad. Posteriormente irrumpe Geertz al escenario antropológico con el enfoque
simbólico, el cual ya no creía en encontrar leyes generales de la cultura sino que partía del punto de
que la cultura no puede ser explicada de esta forma y por tanto debía ser interpretada. A la
observación participante se le suma la descripción densa. Los símbolos y significados se tornan eje
central de las culturas y el cómo estos son interpretados por el nativo se vuelve relevante. El
problema en estas formas de hacer antropología era que ningún autor se hace cargo del tema del
poder, de la hegemonía o de la resistencia. Si bien se siente que ronda el poder entre sus
argumentos no parece algo totalmente relevante y de tomar en cuenta. Por ejemplo en Sahlins
cuando habla de los sujetos que quieren realizarse en la cultura, que pueden tener sus propias
motivaciones, se percibe que habla un tanto de resistencia pero no es de manera tan consciente
como los autores posteriores que se verán más adelante.

El poder, entonces, se hace presente en las sociedades de distintas maneras. Por ejemplo, para
autores como Foucault el poder está en todos lados y opera en todas las relaciones. Pero ¿Qué
sucede hoy en este mundo que está cada vez más conectado? asumiendo la presencia del poder y
que este está presente desde distintas dimensiones, cabe preguntarse de qué manera opera en
contextos particulares, como por ejemplo la universidad. Desde la óptica del poder y la hegemonía
hoy se entiende que estudiar en alguna institución es casi requisito para desenvolverse en la
sociedad. Existe una especie de presión social al respecto, donde las nuevas generaciones deben
pasar por las universidades y estudiar alguna carrera. Por un lado eso, y por otro la universidad
misma contiene relaciones de poder, ya sea en sus equipos docentes, administrativos, en las mismas
aulas, y los estudiantes se desarrollan en estas dinámicas en las que tienen que tener una nota
determinada, donde compañeros quedan fuera por no tener buenos rendimientos. Pareciera ser que
en la sociedad contemporánea el poder se ve manifestado en estas instituciones universitarias, tan
propias de un mundo globalizado. Un país de los llamados desarrollados querrá tener las mejores
universidades para su población. Entonces, ¿De qué manera opera el poder en las universidades?
¿Dónde y en qué situaciones se ve reflejado? ¿Qué tipo de resistencia se produce? A grandes
rasgos lo que se busca despejar con este ensayo son las preguntas y problemáticas anteriormente
esbozadas, ligando él análisis a la relación del individuo con la cultura en torno a la problemática de
estudio del poder y de la resistencia. Para esto pasaremos a definir a los grandes autores que tratan
esta problemática.
James Scott trabaja los límites del poder. Este se encuentra en el resentimiento, despojo y
humillaciones que genera el poder. Con esto plantea una relación dialéctica entre discurso oficial y el
discurso oculto (Scott,2003). El primero emanado de clases dominantes y el segundo de las
dominadas. La resistencia se da día a día, disimulando la resistencia a las estructuras de poder y
más allá del día a día se a través de rituales para desafiar las posiciones de dominación. Las clases
sociales crean un orden social donde pueden subsistir.
Saba Mahmood tiene dos grandes líneas teóricas desarrolladas que son el concepto de iterabilidad
cómo teoría de la agencia y la tensión/cuestionamiento al concepto de resistencia a través del
estudio de las corrientes feministas que restauran la agencia de la mujer en sociedades islámicas,
esto a raíz de prácticas entendidas como de resistencia y de cómo se tratan los significados
hegemónicos. Propone que se pueden reutilizar en torno a sus propios intereses y también de la
subversión de estas significaciones dominantes.
“En este sentido, la capacidad de acción comprende no sólo los actos de resistencia contra las
normas, sino también las múltiples maneras en las que uno habita en las norma
La cuestión sobre el concepto de resistencia radica en que no siempre hay resistencia en la
agencia que producen los individuos.”(Mahmood, 2005, p.80)
La agencia tienen que ser para la transformación social y de los valores hegemónicos, de lo contrario
sólo sigue representando una continuación de los esquemas culturales dominantes.
El concepto de iterabilidad lo trabaja en el sentido de una teoría de la agencia. Distingue la
iteralibilidad moral y ética que obra para la transformación de sí mismo, entendiendo la dualidad del
bien-mal, lo que es lo bueno y lo malo y de cómo esto se asimila y se actúa agencialmente para
transformación de ello.
James Ferguson trabaja la problemática del desarrollo, entendida como el valor central de la
modernidad tardía. (Ferguson,2012) Busca comprender entonces como el desarrollo -enmarcado en
la modernidad tardía- se mueve en el poder, a través de su experiencia Lesoto. El desarrollo es una
forma de marco interpretativo para conocer las zonas pobres del mundo
Comaroff y Comaroff trabajan la problemática de la ambigüedad de la resistencia, enmarcados en su
trabajo en Sudáfrica dónde ve la colonización de la tribu de los Tswana por parte de los misioneros
evangélicos.
Por otra parte Clifford como tesis central se mueve en la crítica a la etnografía y la cultura cómo
autoridad. a etnografía cómo forma de representar al otro viene con un sesgo intrínseco. Este sesgo
se manifiesta cómo forma de autoridad, por ello para superarlo se debe deconstruir esta autoridad
etnográfica para así poder eliminar las relaciones de dominación que existen en la disciplina en tanto
busca a través del texto etnográfico representar la realidad del otro. Asimismo propone que la cultura
cómo abstracción teoría sirve para ocultar la relación de asimetría entre el nativo y él etnógrafo,
además de homogeneizar dicha relación. Se estudia bajo una óptica occidental-blanco-europea que
siguen replicando dichas relaciones de poder, por ende es necesario superarlo entendiendo que
existen diversas realidades y por esto mismo diversas formas de clasificación.
La influencia foucaultiana proviene de su entendimiento del ser humano como inserto en relaciones
de poder que no se mueve de forma autónoma. Esto no específicamente cómo lucha de clases o
problemáticas relacionadas con el Estado, sino que el poder en todas sus formas.
Desarrolla el tema de lo político dónde lo entiende a través de dos dimensiones que son a la vez
materiales y simbólicas. La primera es la política como el espacio de las relaciones de poder
“concretas” e institucionalizadas. La segunda es el ejercicio de poder diario a través de significadosde
sentido común y rutinas cotidianas. Establece que en cada una de las dimensiones la relación entre
religión y poder se articulan de forma diferente. En el caso específico de los Tswana la primera
dimensión -la política- se ve expresada en la visión particular que tienen los evangelistas en la
relación religión-política, deslegitimando el rol de los jefes de las tribus y forzarlos a inmiscuirse en
las formas occidentales-modernas de entender la política. La según dimensión se ve expresada en el
rol de los evangelistas para ir transformando la vida de las aldeas de la tribu a través de un ejercicio
clave de poder rutinario. Además agrega una tercera forma que se basa en la promoción de una
visión de mundo, una forma de ser/hacer que supone la salvación, justicia e igualdad. Propone que
bajo esto se forman las bases para la articulación de la resistencia.
Lila Abu-Lughod como tesis central propone que al estudiar las distintas formas de resistencia que
están ligadas a comunidades no locales y de sistemas múltiples se puede conocer cómo se
estructuran las formas de poder, que establece que con frecuencia son contradictorias. Es decir, que
entiende que a través de la comprensión de la resistencia se puede conocer el poder y no de forma
inversa.
Esto lo hace a partir de su investigación etnográfica a la comunidad de los beduinos awlad ‘ali. A
partir de esto nos propone con ello cuatro formas de comprender la resistencia. Primero las mujeres
a través de secretos y silencios a su conveniencia se van oponiendo diariamente a las restricciones
que le imponen los ancianos de la comunidad. La segunda forma de resistencia es él matrimonio. La
tercera forma es desafiar el discurso oficial de sumisión y respeto por el hombre, a través de una
irreverencia sexual, en el sentido que se burlan de la hombría del hombre a pesar de lo que dicta el
discurso oficial. Y por utlimo la recitacion de cantares (ghinnawas) por mujeres y hombres jóvenes en
conversaciones informales, con el fin de liberar pensamientos y emociones.
La influencia de Focault está en entender qué se debe usar el entendimiento de la resistencia cómo
aún diagnostico del poder a través de las analiticas del poder y la resistencia. Proponiendo que
dónde hay poder va a haber una resistencia, comprendiendo este último podemos conocer el poder.

Ahora, volviendo a la problemática central del ensayo, la mayor forma de poder proviene de la
autoridad que emana de los directivos de la universidad. Una de las situaciones dónde se vio
reflejado dicho poder fue, dónde a raíz de las movilizaciones del año 2016 (incluida la toma del
establecimiento) se decide por parte de la plana mayor de la universidad expulsar a tres alumnos y
suspender por un año a más de veinte estudiantes. Es paradójico que una universidad que dice tener
rol social expulse estudiantes por movilizarse en torno a problemáticas históricas del movimiento
estudiantil. Es más, resulta incongruente que se adscriba a la gratuidad, elemento que nació cómo
demanda del movimiento y que se vio expresado a través de las reformas desarrolladas bajo el
gobierno de la Nueva Mayoría y que por seguir profundizando las movilizaciones, en el año 2016, se
expulse y personalice arbitrariamente a estos estudiantes.
Ortner trata el tema de la agencia. Esta se compone de proyectos y relaciones de poder (ligado a
Focault) Al implicar a otros sujetos en la búsqueda de este proyecto que busca transformar la
situación hegemónica en la cuál se encuentra inmerso el individuo, se habla de una micropolítica del
poder. El poder, en términos agenciales, significa empoderamiento, dominación y resistencia. Para la
ejecución de un proyecto, en términos de transformación, implica poder interno en relación al
proyecto externo, lo que significa que para llevar a cabo este proyecto se debe subordinar a otros y
de ahí nace la micropolítica del poder. La influencia de Focault qué se tiene en Ortner es en el
desarrollo de las modalidades del poder, qué las define en torno a tres tipos: de subjetivación,
relacionales y de asimetría.
Entonces en este sentido podemos comprender que ocurre además de una situación de poder de
parte de los directivos de la UAH una situación de poder interna. De parte de las organizaciones más
grandes cómo el CONFECH y en general todas las federaciones, tienen como proyecto de
transformación de la realidad social del país, él cambio sustancial del paradigma educativo chileno.
Para ello subordina a la gente que adhiere a este proyecto y lo que ocurrió en definitiva fue que se
vieron afectados arbitrariamente estos alumnos, pues no se puede establecer que los tres
expulsados y veinte suspendidos fueron los únicos responsables de las movilizaciones ni mucho
menos de la toma de la universidad. Ahí entramos en otra lógica de poder externa, en el sentido de
que por parte de los directivos se ejerce una relación de poder para bajar las movilizaciones se
acude a esta medida de presión. En clave Comaroff y Comaroff, se puede entender que los directivos
utilizaron en la arena de lo político una relación de poder, dónde buscaron deslegitimar el
movimiento, primero que nada expulsando y sumariando; y segundo a través del relleno con notas 1
a todos los estudiantes que se plegaron al paro y/o la toma. A través de acciones diarias también lo
realizaron, aumentando el contingente de guardias y prohibiendo el esparcimiento del estudiantado
en espacios comunes, controlandolo a través de estos guardias. Por otra parte también iniciaron un
sumario que busca también responsabilizar legalmente a estos compañeros.
Ahora esto no es sólo una relación de poder asimétrica, sino que también existe una resistencia. Esta
se ve expresada en diversas manifestaciones culturales realizadas por parte de los estudiantes para
el apoyó a estas expulsiones, suspensiones y sumarios a los compañeros.
Otra de las formas de poder que podemos ver en la universidad, son las ligadas a las relaciones de
poder en la academia misma ligadas a patriarcado del saber, dónde se siguen reproduciendo
relaciones de poder patriarcales, expresadas en curriculums lleno de autores y reconocimiento a
hombres como individuos del saber. En clave Mahmood, podemos establecer que un tipo de agencia
que se establece ante este escenario, particularmente en la carrera de antropología de la UAH, es la
demanda/proposición de contenido feminista y de autoras a las mallas curriculares. Esta puede ser
entendida como una agencia de lo estudiantes, expresadas en la asamblea y desarrollada por la
coordinadora de estudiantes de antropología. La agencia como propone Mahmood debe ser para la
transformación social y de los cánones hegemónicos. es por esto que consideramos cómo agencia
este cambio curricular emanado de los estudiantes. Ahora, de no haber comprendido y propuesto un
cambio curricular con contenido feminista y de autoras relevantes, ¿se podría haber conocido las
relaciones de poder ligadas al patriarcado en la academia?, de esto se desprende el análisis en clave
Lila Abu-Lughod, donde como conceptualizamos anteriormente, el poder sólo puede conocerse sólo
a través de la resistencia, en este caso la demanda/ proposición de cambio de contenido en la malla
curricular.

Cómo pudimos ver existen diversas formas en las que el poder/ relaciones de poder y resistencia, se
pueden ver expresados en un ámbito particular de la vida cotidiana, que es el espacio de la
universidad. Encontramos tres formas (de las múltiples que existen, a raíz de la extensión del ensayo
también) en donde se ven expresadas las relaciones de poder. Primero la situación de los
expulsados y sumariados, dónde los directivos expresaron relaciones de poder en su actuar por
deslegitimar el movimiento y así lograr la baja de las movilizaciones, a través de la personalización y
criminalización en algunos estudiantes.La resistencia fue expresada a través de distintos eventos
culturales para visibilizar la situación y darle apoyo a los compañeros afectados. También dentro de
esto encontramos una micropolítica del poder, en cuanto estos estudiantes fueron afectados al
adscribirse a un proyecto transformador que se trabaja desde las organizaciones para la consecución
de estos cambios estructurales y que vieron expresadas consecuencias en algunos estudiantes de
forma arbitraria. Por último la relaciones de poder patriarcales expresadas en la academia y la
producción de conocimiento que se tiene en el espacio universitario y de una resistencia ligada al
cambio curricular con contenido feminista y de autoras relevantes.

Bibliografía

Mahmood, S. (2005). El sujeto de la Libertad. Alcores, Revista de Historia Contemporánea, 10, 65-
114.
Clifford, J. (1995). “Sobre la autoridad etnográfica”. En Dilemas de la cultura: antropología, literatura y
arte en la perspectiva posmoderna. Barcelona: Editorial Gedisa, 39-77.
Geertz, C. (1973). La interpretación de las culturas. Barcelona: Gedisa.
Sahlins, M. (2000). Esperando a Foucault. Fractal, n° 16, enero-marzo, 2000, año 4, volumen V, pp.
11-30.
Ortner, S. (2006). Updating Practice Theory. En Anthropology and social theory: culture, power, and
the acting subject. Durham: Duke University Press. 1-16.
Scott, J. C. (2003). Los dominados y el arte de la resistencia: discursos ocultos. Ediciones Era.

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