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I. El campo de estudios sobre la tra- según escribe allí, «coincide (…) con
yectoria intelectual de José Carlos la afirmación política de la idea nacio-
Mariátegui se ha visto tradicional- nal»1. Se debe en buena medida a este
mente subyugado por «El proceso ensayo, además de a su preocupación
de la literatura», uno de los más afa- por el indigenismo y las particularida-
mados textos que componen su céle- des de la formación social peruana, el
bre libro Siete ensayos de interpretación predominio de la lectura que ubica a
de la realidad peruana. En ese estudio, Mariátegui como uno de los pioneros
el marxista peruano articula una re- de la tradición político-cultural nacio-
construcción de la historia literaria nal-popular latinoamericana. Quisie-
peruana a partir del concepto de «li- ra sin embargo argumentar que en
teratura nacional», una noción que, la obra y, de modo más amplio, en la
Martín Bergel: es doctor en Historia por la Universidad de Buenos Aires (uba). Integra el Centro de
Historia Intelectual de la Universidad Nacional de Quilmes (unq). Es autor de El Oriente desplazado.
Los intelectuales y los orígenes del tercermundismo en la Argentina (Editorial de la unq, Bernal, 2015).
Palabras claves: cosmopolitismo, literatura mundial, nacionalismo, José Carlos Mariátegui.
Nota: este texto fue presentado originalmente en una conferencia en el Museo Casa Mariátegui
de Lima en febrero de 2016.
1. J.C. Mariátegui: «El proceso de la literatura» [1928] en Siete ensayos de interpretación de la realidad
peruana, Era, Ciudad de México, 1993, p. 209.
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Tentativas sobre Mariátegui y la literatura mundial
una serie de notas y cartas hacia fines en lugar del antiguo aislamiento de las na-
de la década de 1820. Como apuntan ciones que se bastaban a sí mismas, se
Diego García y Alejandro Dujovne, desenvuelve un tráfico universal, una in-
terdependencia de las naciones. Y esto, que
es verdad para la producción material, se
Goethe vislumbraba a la literatura mun-
aplica a la producción intelectual. Las pro-
dial como un nuevo estadío histórico de
ducciones intelectuales de una nación
la cultura en que la producción y circula-
advienen propiedad común en todas. La
ción literaria lograrían trascender las
estrechez y el exclusivismo nacionales re-
fronteras y las reivindicaciones naciona-
sultan de día en día más imposibles; de to-
les, posibilitando, gracias a ello, un mayor
das las literaturas nacionales y locales se
y más intenso conocimiento y entendi-
forma una literatura universal.11
miento entre las distintas culturas. Si bien,
de acuerdo con Goethe, este espacio litera-
rio estaba comenzando a tomar forma, era Según se observa, lo que en otro pa-
preciso que los escritores y traductores de saje del Manifiesto comunista Marx y
las distintas naciones (...) participaran acti- Engels llamaban «carácter cosmopo-
vamente en su desarrollo.9 lita de la producción» se correspon-
día (o comenzaba a corresponderse,
En efecto, en una conocida carta a puesto que en el célebre texto abun-
Johann Peter Eckerman de 1827, dan las hipótesis de tendencia) con la
Goethe escribía que «hoy la literatu- mundialización de los bienes estéti-
ra nacional no tiene mucho que de- cos, en este caso los literarios. Dicho
cir: ha llegado la hora de la literatura en un lenguaje que nos suena hoy
mundial, y todos deben contribuir a más familiar, para Marx y Engels la
apresurar su advenimiento»10. Para el globalización de la literatura tenía
escritor alemán, entonces, la literatu- como soporte la globalización econó-
ra mundial era al mismo tiempo una mica impulsada por el capitalismo y
realidad presente palpable y un hori- la modernidad.
zonte futuro que era menester cons-
truir. Y en esa tarea, Goethe asignaba Pues bien, quisiera argumentar que
un lugar de primer orden a la prácti- Mariátegui se hallaba plenamente
ca destinada a hacer frente a la ma- consustanciado con el horizonte de
yor dificultad en la constitución de ideas que condujo a Marx y Goethe a
un espacio literario transnacional co- postular el advenimiento de una épo-
mún: la traducción. ca signada por la literatura mundial.
De un lado, el autor de los Siete en-
Dos décadas después, eran Marx y En- sayos asignará singular importancia
gels quienes aludían, en un conocido
pasaje del Manifiesto comunista, al pro- 9. A. Dujovne y D. García: ob. cit., p. 32.
10. Cit. en F. Moretti: ob. cit., pp. 58-59.
ceso de conformación de una literatu-
11. K. Marx y Friedrich Engels: Manifiesto co-
ra mundial. Según escribían allí, munista, 1848, varias ediciones.
173 Ensayo
Tentativas sobre Mariátegui y la literatura mundial
advierte acerca de cómo su privile- mundo: «En pro del estudio de la cul-
giada presencia oscurecía la existen- tura italiana, abogan, además de las
cia de otras literaturas del mundo. razones de orden intelectual, algunas
razones de orden práctico (…) leer ita-
De allí la voluntad reparadora de ese liano –por el motivo que señalo en lí-
tipo de inequidades que presidirá los neas anteriores– consiste al mismo
artículos literarios de Mariátegui. tiempo que penetrar en una cultura
Pero en esa tarea, se topará con un original y sustanciosa como la italia-
obstáculo difícil de salvar, al que ya na, en acercarse a otras literaturas,
hemos aludido: el de la traducción. más pronto y concienzudamente ver-
En efecto, el autor de los Siete ensa- tidas al italiano que al español».
yos será un atento fiscal de las mo-
dalidades que asumía la actividad Y añadía: «Otra razón no insignifi-
de trasposición literaria de obras ex- cante, a favor del italiano, me parece
tranjeras a la lengua castellana. En la de que el libro italiano es más bara-
el artículo que estamos comentan- to que el libro español y que el mismo
do, no podía dejar de lamentar que libro francés, mientras que el alemán
«a D’Annunzio lo hemos conocido y el inglés alcanzan precios prohibiti-
y admirado en las mediocres, cuan- vos para el lector no favorecido por el
do no pésimas, traducciones españo- curso del cambio»17.
las». Por contraste, anotaba que «en
Italia se traduce mucho, esmerada y Reflexiones de similar tenor orienta-
directamente del ruso, del noruego, rán los comentarios mariateguianos
etc. Las más exóticas y lejanas cultu- sobre la literatura norteamericana.
ras tienen en Italia estudiosos y tra- Es sabido que Mariátegui fue uno de
ductores. (Me ha sido dado conocer los principales mediadores de Waldo
en Roma a un erudito americanista Frank18 con la cultura latinoamericana.
que sabía quechua: el difunto conde No solo cumplió un importante pa-
Perrone di San Martino, autor de un pel, junto con Luis Alberto Sánchez,
libro sobre el Perú…)»16. en los preparativos del viaje que el
escritor estadounidense hizo a Lima
De ese elogio de la porosidad de la en 1929, sino que, tal como regis-
cultura italiana, que ponía en contras- tra la correspondencia conservada,
te con las deficiencias que detectaba veló por la traducción de algunas
en las editoriales españolas –entonces
el canal privilegiado de acceso a libros 16. Ibíd., pp. 56 y 58.
17. Ibíd., p. 58.
extranjeros en lengua castellana–, Ma- 18. Escritor y editor estadounidense (1889-
riátegui culminaba encomendando 1967). Asiduo viajero a América Latina, presi-
dió el Primer Congreso de Escritores Ameri-
el aprendizaje de la lengua de Piran- canos en 1935. Trabó una amistad personal e
dello como ventana a las culturas del intelectual con Victoria Ocampo [N. del E.].
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Tentativas sobre Mariátegui y la literatura mundial
25. J.C. Mariátegui: «Hombres y máquinas, por intelectuales a escala continental: la revista
Larisa Reissner» [1929] en Mariátegui total, cit., Repertorio Americano, dirigida desde Costa Rica
p. 690. Por extensión, el artículo se reprodujo por Joaquín García Monge.
en uno de los órganos que entonces colabora- 26. J.C. Mariátegui: «Allen, por Valery Larbaud»
ban más afanosamente en los intercambios en Mariátegui total, cit., p. 709.