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Léon Denis

En lo Invisible
Traducido del Francés
Dans l'Invisible, 1903

Rafael Afresco

• Incorporaciones y materializações de Espíritus.


• Métodos de experimentación.
• Formación y dirección de los grupos
• Identidad de los Espíritus
• La mediunidade a través de los tiempos
Contenido Resumido
Léon Denis fue, indiscutiblemente, el más importante discípulo de Allan Kardec, tanto en la divulgación
cuánto en la defensa de la Doctrina Espírita.

“En lo Invisible” es de las obras indispensables a los estudiosos de las experiencias mediúnicas.

Léon Denis compuso este tratado de Espiritismo experimental, en el cual, además de estudiar las leyes
que rigen las comunicaciones del mundo invisible con el mundo material, presenta incontables casos
espíritas investigados por los sabios y las conclusiones a que estos llegaron.

Se divide la obra en tres partes. La primera analiza el Espiritismo experimental y sus leyes, la segunda los
hechos y la última las grandezas y miserias de la mediunidade.

Concluye esclareciendo que “El estudio profundizado y constante del mundo invisible, que lo es también de
las causas, será el gran manantial, el depósito inagotable en que se han de alimentar el pensamiento y la
vida. La mediunidade es su llave.”

Tramo del discurso pronunciado por Léon Denis en la sesión de 11 de septiembre de 1888, en el
Congreso Espírita de París, respondiendo al Sr. Fauvety:

“No vinimos a deciros que debamos quedar confinados al círculo, por más vasto que sea, del
Espiritismo kardequiano. No; el propio maestro os invita a avanzar en las vías nuevas, a
ensanchar la suya obra.estendemos las manos a todos los innovadores, a todos los de buena
gana, a todos los que tienen en el corazón el amor de la Humanidad.”

II
Sumario
Introducción 1
Prefácio de la Edición de 1911 4
Primera Parte - El Espiritismo Experimental: Las leyes 10
I - La Ciencia Espírita 10
II - La Marcha Ascensional: Los Métodos de Estudio 17
III - El Espíritu y su Forma 21
IV - A Mediunidade 25
V - Educación y Función de los Médiuns 29
VI - Comunhão de los Vivos y de los Muertos 35
VII - El Espiritismo y la Mujer 38
VIII - Las Leyes de la Comunicación Espírita 40
IX - Condiciones de Experimentación 45
X - Formación y Dirección de los Grupos 57
XI - Aplicación Moral y Frutos del Espiritismo 63
Segunda Parte - El Espiritismo Experimental: Los Hechos _ 69
XII - Exteriorização del Ser Humano - Telepatia - Desdoblamiento - Los Fantasmas de los Vivos 69
XIII - Sueños Premonitórios - Clarividência - Presentimientos 83
XIV - Visión y Audición Psíquicas en el Estado de Vigilia 90
XV - La Fuerza Psíquica - Los Fluidos - El Magnetismo 96
XVI - Fenómenos Espontâneos - Casas Apenas-Asombradas - Tiptologia 101
XVII - Fenómenos Físicos - Las Mesas 112
VIII - Escritura Directa o Psicografia - Escritura Mediúnica 122
XIX - Transe e Incorporaciones 140
XX - Aparições y Materializações de Espíritus 157
XXI - Identidad de los Espíritus 177
Tercera Parte - Grandezas y Miserias de la Mediunidade 194
XXII - Práctica y Peligros de la Mediunidade 194
XXIII - Hipótesis y Objeções 202
XXIV - Abusos de la Mediunidade 210
XXV - El Martirológio de los Médiuns 216
XXVI - A Mediunidade Gloriosa 220

III
En lo Invisible – Léon Denis 1903
Introducción
Desde cinqüenta años se ha establecido una íntima y frecuente comunicación entre nuestro mundo y lo de los
Espíritus. Soergueram-si los véus de la muerte y, en lugar de una faz lúgubre, lo que nos apareció fue un risonho y
benévolo semblante. Hablaron las almas; su palabra consoló muchas tristezas, calmó bastantes dolores, fortaleció
mucho coraje vacilante. El destino fue revelado, no ya cruel, implacable como lo pretendían antiguas creencias, pero
atractiva, eqüitativo, para todos esclarecido por las fulgurações de la misericórdia divina.

El Espiritismo se propagó, invadió el mundo. Despreciado, repelido al comienzo, acabó por atraer la atención y
despertar interés. Todos cuántos si no imobilizavam en la esfera del prejuicio y de la rutina y lo abordaron
desassombradamente fueron por él conquistados. Ahora penetra por toda parte, instala- si en todas las mesas, tiene
ingreso en todos los hogares. Su voz, las viejas fortalezas seculares – la Ciencia y la propia Iglesia,1 hasta aquí
hermeticamente aferrolhadas, arrasan sus murallas y entreabrem sus puertas. Dentro en poco se impondrá como
soberano.

Que trae él consigo? Será siempre y por toda parte la verdad, la luz y la esperanza? Al lado de las consolações que
caen en el alma como el rocío sobre la flor, de par con el jorro de luz que disipa las angustias del investigador e
ilumina la ruta, no habrá también una parte de errores y decepciones?

El Espiritismo será lo que lo hagan los hombres. Similia similibus! Al contacto de la Humanidad las más altas verdades
a veces se desnaturam y obscurecem. Puede constituirse una fuente de abusos. La gota de lluvia, conforme el lugar
donde cae, continúa siendo perla o se transforma en lodo.

ES con disgusto que observamos la tendencia de ciertos adeptos en el sentido de menospreciar la feição elevada
del Espiritismo, la fuente de los puros ensinamentos y de las altas inspiraciones, para restringirse al campo de la
experimentación tierra-la-tierra, a la investigación exclusiva del fenómeno físico.

Se pretendería acomodar el Espiritismo en el tímido lecho de la ciencia oficial; pero esta, enteramente impregnada
de las teorías materialistas, es refratária a esa alianza. El estudio del alma, ya de sí difícil y profundo, le ha
permanecido impenetrable. Sus métodos, por indigentes, no se prestan absolutamente al estudio, muy más vasto,
del mundo de los Espíritus. La ciencia dlo Invisible hay de siempre ultrapasar los métodos humanos. Hay en el
Espiritismo una zona – y no la menor – que escapa al análisis, a la verificación: es la acción del Espíritu libre en el
Espacio; es la naturaleza de las fuerzas de que él dispone.

Con los estudios espíritas una nueva ciencia se va formando lentamente, pero es preciso aliar al espíritu de
investigación científica la elevación de pensamiento, el sentimiento, los impulsos del corazón, sin lo que la comunhão
con los seres superiores se hace irrealizável y ningún auxilio de su parte, ninguna protección eficaz se obtendrá. Ora,
eso es todo en la experimentación. No hay posibilidad de éxito ni garantía de resultado sin la asistencia y protección
del Alto, que se no obtiene sino mediante la disciplina mental y una vida pura y digna..

Debe todo adepto sepa que la regla, por excelencia, de las relaciones con lo Invisible es la ley de las afinidades y
atracciones. En ese dominio, quien busca bajos objetivos los encuentra y con ellos se rebaixa: aquel que

1
Véase la obra de Monseñor Chollet, obispo de Verdun, “Contribución del Ocultismo a la Antropología”. Lethielleux, editor, París (sin fecha).

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aspira a las remontadas culminâncias, cedo o tarde las alcanza y de ellas hace pedestal para nuevos
ascensos. Si deseáis manifestaciones de orden elevada, fazei esfuerzos por elevaros a vosotros mismos. El
buen éxito de la experimentación, en el que ella tiene que bello y grandioso – la comunhão con el mundo
superior –, no lo obtiene el más sabio, pero el más digno, el mejor, aquel que tiene más paciencia y
conciencia y más moralidade.

Con el cercearem el Espiritismo, imprimiéndole carácter exclusivamente experimental, piensan algunos


agradar al espíritu positivo del siglo, atraer los sabios al que se denomina de Psiquismo. De ese modo, lo
que sobre todo se consigue es ponerse en relación con los elementos inferiores del Además, con esa
multitud de Espíritus atrasados, cuya nociva influencia envuelve, oprime los médiuns, los impele al fraude y
esparce sobre los experimentadores eflúvios maléficos y, con ellos, muchas veces, el error y la
mistificação..

En una ansia de proselitismo, a buen seguro louvável en cuanto al sentimiento que la inspira, pero excesiva
y peligrosa en sus consecuencias, se desean los hechos a todo coste. En la agitación nerviosa con que si
búsqueda el fenómeno, se llega a proclamar verdaderos los hechos dudosos o ficticios. Por la disposición
de espíritu mantenida en las experiencias, se atraen los Espíritus levianos, que en torno a nodos pululam.
Se multiplican las manifestaciones de malo me gusta y las obsessões de las energías que suponen dominar.
Muchísimos espíritas y médiuns, a consecuencia de la falta de método y de elevación moral, se hacen
instrumentos de las fuerzas inconscientes o de los malos Espíritus.

Son numerosos los abusos, y en ellos hallan los adversarios del Espiritismo los elementos de una crítica
pérfida y de una fácil difamação.

El interés y la dignidad de la causa imponen el deber de reaccionar contra esa experimentación banal,
contra esa onda avassaladora de fenómenos vulgares que amenazan sumergir las culminâncias de la
idea.

El Espiritismo representa una fase nueva de la evolución humana. La ley que, a través de los siglos, ha
conducido las diferentes fracciones de la Humanidad, largo tiempo separadas, la gradualmente
aproximarse, comienza a hacer sentir en el Además sus efectos. Los modos de correspondencia que
entretêm en la Tierra los hombres váyanse extendiendo poco a poco a los habitantes del mundo invisible,
mientras no alcanzan, mediante nuevos procesos, las familias humanas que pueblan los mundos del
espacio.

Pero, en las sucesivas ampliaciones de su campo de acción, la Humanidad tropieza en incontables


dificultades. Las relaciones, multiplicándose, ni siempre traen favorables resultados; también ofertan
peligros, sobre todo en el que se refiere al mundo oculto, más difícil que el nuestro de penetrar y analizar.
Allá, como aquí, el saber y la ignorancia, la verdad y el error, la virtud y la adicción existen, con esta
agravante: mientras que hacen sentir su influencia, permanecen encubiertos a nuestros ojos; donde la
necesidad de abordar el terreno de la experimentación con extrema prudencia, de largos y pacientes
estudios preliminares.

Y necesario aliar los conocimientos teóricos al espíritu de investigación y a la elevación moral, para estar
verdaderamente apto la discernir en el Espiritismo el bien del mal, el verdadero del falso, la realidad de
la ilusión. ES preciso compenetrar-si del verdadero carácter de la mediunidade, de las responsabilidades
que acarrea, de los fines para los cuales nos es concedida.
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El Espiritismo no es solamente la demostración, por los hechos, de la supervivencia; es también el vehículo


por el cual descienden sobre la Humanidad las inspiraciones del mundo superior. A ese título es más que
una ciencia, es la enseñanza que el Cielo transmite a la Tierra, reconstituição engrandecida y vulgarizada
de las tradiciones secretas del pasado, el renascimento de esa escuela profética que fue de más célebre
escuela de médiuns del Oriente. Con el Espiritismo, las facultades, que fueron otrora el privilegio de
algunos, se difunden por un gran número. La mediunidade se propaga; pero de par con las ventajas que
proporciona, es necesario estar advertido acerca de sus escolhos y peligros..

Hay, en la realidad, dos tipos de espiritismo. Uno nos pone en comunicación con los Espíritus superiores y
también con las almas queridas que en la Tierra conocemos y que fueron la alegría de nuestra existencia.
ES por él que se efectúa la revelación permanente, la iniciación del hombre en las leyes supremas. ES la
fuente pujante de la inspiración, la descendida del Espíritu al envoltório humano, al organismo del médium
que, bajo la sagrada influencia, puede hacer oír palabras de luz y de vida, sobre cuya naturaleza es
imposible el equívoco, porque penetran y reanimam el alma y esclarecen los obscuros problemas del
destino. La impresión de grandiosidade que se desprende de esas manifestaciones deja siempre un vestigio
profundo en los corazones y en las inteligencias. Aquellos que nunca lo experimentaron, no pueden
comprender lo que es el verdadero Espiritismo.

Hay, enseguida, un otro género de experimentación, frívolo, mundano, que nos pone en contacto con los
elementos inferiores del mundo invisible y tiende a amesquinhar el respeto debido al Además. ES una
especie de profanação de la religión de la muerte, de la solemne manifestación de los que dejaron el
envolvente de la carne.

Fuerza, sin embargo, es reconocer: aún ese Espiritismo de baja esfera tiene su utilidad. Él nos familiariza
con uno de los aspectos del mundo oculto. Los fenómenos vulgares, las manifestaciones triviales
suministran a veces magníficas pruebas de identidad; señales características se evidenciam y fuerzan la
convicción de los investigadores. No nos debimos, sin embargo, detener en la observación de tales
fenómenos sino en la medida en que su estudio nos sea provechoso y podamos ejercer eficiente acción
sobre los Espíritus atrasados que los producen. Su influencia es molesta y deprimente para los médiuns. ES
preciso elevar más alto las aspiraciones, subir por el pensamiento la regiones más puras, a los superiores
domicilios del Espíritu. Solamente ahí encuentra el hombre las verdaderas consolações, los socorros, las
fuerzas espirituales.

Nunca será demasiado lo repetís: en ese dominio jamás obtendremos efectos que no sean proporcionales a
nuestras condiciones. Toda persona que, por sus deseos, por sus invocaciones, entra en relación con el
mundo invisible, atrae fatalmente seres en afinidade con su propio estado moral y mental. El vasto
imperio de las almas está poblado de entidades benfazejas y maléficas; ellas se desplegan por todos los
grados de la infinita escala, desde las más bajas y groseras, vecinas de la animalidade, hasta los nobles y
puros Espíritus, mensajeros de luz, que a todos los confins del tiempo y del espacio van a llevar las
irradiações del pensamiento divino. Si no sabemos o no queremos orientar nuestras aspiraciones, nuestras
vibraciones fluídicas, en la dirección de los seres superiores, y captar su asistencia, quedamos a la mercê de
las influencias malas que nos rodean, las cuales, en muchos casos, han conducido el experimentador
imprudente a las más cruéis decepciones.

Si, al contrario, por el poder de la gana, liberándonos de las sugerencias inferiores, subtraindo-nos de las
preocupaciones pueris, materiales y egoísticas, buscamos en el Espiritismo un medio de elevación y
perfeccionamiento moral, podremos en tal si entrar en comunhão con las grandes almas, portadoras de
verdades; fluidos vivificantes y regeneradores nos penetrarán; alientos poderosos nos elevarán a las

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regiones serenas donde el espíritu contempla el espectáculo de la vida universal, majestosa armonía de las
leyes y de las esferas planetárias.

Prefácio de la Edición de 1911


En los diez años que transcurrieron, de la aparición de esta obra hasta a la presente edición, el Espiritismo
prosiguió su marcha ascensional y se opulentou con experiencias y testimonios de elevado valor, entre los
cuales particularmente los de Lodge, Myers, Lombroso vinieron a realzarle el prestigio y asegurar, con la
autoridad científica que le faltaba, una especie de consagração definitiva. Por otro lado los abusos y los
fraudes, que precedentemente señalamos, se multiplican. Habrá en eso posiblemente una ley histórica, en
virtud de la cual lo que una idea gana en extensión deberá perder en calidad, en fuerza, en intensidad?

En el que respeta a los testimonios coligidos y a los progresos realizados, la situación del Espiritismo en
Francia no es idéntica a la alcanzada en ciertos países extranjeros. Mientras en Inglaterra y en Italia
conquistó él, en los círculos académicos, adhesiones de singular notoriedade, la mayoría de los sabios
franceses adoptó a su respeto una actitud desdenhosa y, aún, de aversión 2, en el que revelaron ellos bien
escasa clarividência; porque, si la idea espírita presenta, a veces, exageraciones, reposa, sin embargo, en
hechos incontestáveis y corresponde a las imperiosas necesidades contemporáneas.

Hay de todo espíritu imparcial reconocer que ni la ciencia oficial ni la Religión satisfacen a las necesidades
y a las aspiraciones de la mayor parte de la Humanidad. No es de admirar, por lo tanto, que tantos
hombres hayan buscado en dominios poco explorados, aunque abundantíssimos en subsidios psicológicos,
soluciones y aclaraciones que las viejas instituciones no son capaces de suministrarles. Puede ese género
de estudios disgustar a unos tantos timoratos y provocar, de su parte, condenas y críticas. Arrazoados
vanos que el viento lleva. A pesar de las exigencias, de las objurgações y anátemas, las inteligencias no
cesarán de encaminarse al que más justo, mejor y más claro les parece. Las repulsas de unos y las
desaprovações de otros nada conseguirán. Fazei más y mejor – es la objeção que se opondrá. Padres y
sabios, que os podéis consagrar a los ocios del espíritu, en lugar de escarnecer o fulminar en el vácuo,
mostrai-os capaces de consolar, de amparar los que vergam bajo un trabajo material esmagador, de
explicarles el motivo de sus sufrimientos y suministrarles las pruebas de compensaciones futuras. Será el
único medio de conservar vuestra supremacia.

Se puede, además de eso, preguntar cuál será más apto a juzgar los hechos y discernir la verdad: si un
cerebro atravancado de prevenciones y de teorías preconcebidas o si un espíritu libre, emancipado de
toda rutina científica y religiosa..

Por nodos responde la Historia!

ES indubitável que los representantes de la ciencia oficial han prestado valiosos servicios al pensamiento
y muchos extravios le evitaron. Cuántos obstáculos, sin embargo, no opusieron ellos, en numerosos
casos, a la ampliación del conocimiento, verdadero e integral!

El profesor Charles Richet, que es autoridad en la materia, puso vigorosamente en relieve, en “Annales des
Sciences Psychiques”, de enero de 1905, los errores y las debilidades de la ciencia oficial.

2
Véase el prefácio de G. Le Bon en el libro de Lombroso “Hipnotismo”, traducción francesa

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La rutina aún hoy impera en los medios académicos; todo sabio que se esquiva a continuación la trilha
consagrada es reputado herético y excluido de las prebendas vantajosas. Demostración lamentable de
ese hecho es el ejemplo del Dr. Paulo Gibier, gracias la expatriar-si para obtener una colocación.

A ese respeto no se tiene la Democracia mostrado menos absolutista ni menos tirânica que los regímenes
decaídos. Aspira al nivelamento de las inteligencias y proscribe los que a buscan liberar de las
materialidades vulgares. La interiorização de los estudios depauperou el pensamiento universitario,
deprimiu los caracteres, paralizó las iniciativas. Inútilmente se buscaría entre los sabios, en Francia, un
ejemplo de intrepidez moral comparable a los que dieron, en Inglaterra, William Crookes, Russel Wallace,
Lodge, etc., Lombroso y otros, en Italia. La única preocupación que parece tengan los hombres en
evidencia es modelar sus opiniones pelas de los “señores del momento”, a fin de beneficiarse de los
proventos de que son estos los dispensadores.

En cuestión de psiquismo parece haber carencia del vulgar bueno-senso a la mayoría de los científicos. El
profesor Flournoy lo confiesa: “Para la Humanidad de las remotas eras, como actualmente aún para la gran
masa que la compone, la hipótesis espírita es la única verdaderamente conforme al más elemental bueno-
senso, en cuanto a nodos, científicos, saturados de mecanismo materialista desde los bancos escolares,
esa misma hipótesis en los revuelta hasta a las mayores profundidades del bueno-senso, igualmente más
elemental.”3

En apoyo de sus asserções, cita él los dos siguientes ejemplos4, relativos a un hecho universalmente
reconocido verdadero:

“El grande Helhholtz – relata el Señor Barrett – cierta vez dijo que ni el testimonio de todos los
miembros de la Sociedad Real, ni la evidencia de sus propios sentidos lo podrían convencer
siquiera de la transmisión de pensamiento, imposible que era ese fenómeno”.

“Uno ilustre biologista – refiere también el Señor W. James – tuvo ocasión de decirme que, aunque
fueran verdaderas las pruebas de la telepatia, los sabios se deberían coligar para suprimirlas o
conservar ocultas, pues que tales hechos destruirían la uniformidad de la Naturaleza y toda
especie de otras cosas de que ellos, sabios, no pueden abrir mano, para continuar sus
investigaciones.”

Los hechos espíritas, sin embargo, si han multiplicado, impuesto con tamaño imperio que los sabios se han
visto obligados a la tentativa de los explicar. No son, sin embargo, las elucubrações psicofisiológicas de
Pierre Janet, las teorías poligonales del Doctor Grassei, ni la criptomnésia de Th. Flournoy que pueden
satisfacer a los investigadores independientes. Cuando se posee alguna experiencia de los fenómenos
psíquicos queda - se pasmado ante la penuria de raciocínio de los críticos científicos del Espiritismo.
Escogen ellos siempre, en la multitud de los hechos, algunos casos que se aproximen de sus teorías y
silencian cuidadosamente de todos los incontables que las contradicen. Será ese procedimiento realmente
digno de verdaderos sabios?

Los estudios imparciales y persistentes inducen a otras conclusiones. Hablando del Espiritismo, Oliver
Lodge, rector de la Universidad de Birmingham y miembro de la Real Academia, lo afirmó: “Fui
personalmente conducido a la certeza de la existencia futura mediante pruebas asientes en bases
puramente científicas.” (“Annales des Sciences Psychiques”, 1897, página 158.)

3
“Espíritus y Médiuns”, pág. 230, París, Fischbacher, editor, 1911
4
Ídem, Ibidem, pág. 226
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J. Hyslop, profesor de la Universidad de Colúmbia, escribía: “La prudencia y reserva no son contrarias a
la opinión de que la explicación espírita es, hasta ahora, de más racional.”

Si, pues, no han sido ahorrados sarcasmos a los espíritas, en las esferas científicas, hay, como se ve, sabios
que les han sabido hacer justicia. El profesor Barrett, de la Universidad de Dublin, se expresaba del
siguiente modo, por ocasión de su investidura en la presidencia de la “Society sea Psychical Research” en
29 de enero de 1904 5:

“No pocos de los que me oyen se recuerdan ciertamente de la cruzada otrora emprendida contra el
Hipnotismo, que entonces se denominaba mesmerismo. Las primeras personas que con tales estudios se
ocuparon fueron blanco de incesantes opugnações del mundo científico y médico, de un lado, y del
mundo religioso, del otro. Fueron denunciadas como impostoras, repudiadas como párias, enxotadas, sin
ceremonia, de las sinagogas de la Ciencia y de la Religión. Se pasaba eso en una época bastante prójima
de nodos para que yo tenga necesidad del recordar. La ciencia médica y filosófica no puede dejar de
curvar las cabezas avergonzadas, acordándose de ese tiempo y viendo el Hipnotismo y su valor terapéutico
actualmente reconocidos, hechos parte integrante de la enseñanza científica en muchas escuelas de
Medicina, sobre todo en el Continente!... No es nuestro deber adorar hoy la memoria de aquellos
intrépidos investigadores, que fueron los primeros de ese ramo de los estudios psíquicos!”.

“No debemos, de igual manera, olvidar ese pequeño grupo de investigadores que, antes de nuestro tiempo
y al fin de pacientes y tardadas investigaciones, tuvieron el coraje de proclamar su creencia en tales
fenómenos, que denominaron espiríticos... No fueron, a buen seguro, sus métodos de investigación
totalmente exentos de crítica, lo que, sin embargo, los no impidió de ser investigadores de la verdad, tan
honestos y dedicados como pretenden ser; y tanto más dignos son ellos de nuestra estima cuanto
sufrieron los mayores sarcasmos y oposición. Los espíritus fuertes sonreíd entonces, como ahora, de los
que más bien informados que ellos se mostraban. Supongo que todos somos inclinados a considerar
nuestro propio discernimento superior al de nuestro prójimo. No son, sin embargo, finalmente el bueno-
senso, las precauciones, la paciencia, el estudio continuo de los fenómenos psíquicos que mayor valor
confieren a la opinión que vinimos, por fin, a adoptar y no la argúcia o el escepticismo del observador?”.

“Debemos tener siempre en consideración que lo que es afirmado, aún por el más obscuro de los hombres,
en resultado de su experiencia personal, es siempre digno de prendernos la atención; y lo que es
denegado, aún por los más reputados individuos, desde que ignoran la cosa, jamás nos la debe merecer”.

“Aquel perspicaz y valeroso espíritu que era el profesor De Morgan, el grande denunciador del
charlatanismo científico, tuvo el coraje de publicar, hay mucho, que por más que se intente ridicularizar
los espíritas, nada dejan por eso ellos de estar en el camino que conduce al adiantamento de los
conocimientos humanos, siguiendo, aunque, el espíritu y el método primitivos, cuando era preciso rasgar
en las florestas virgens la carretera por donde podemos ahora avanzar con la mayor facilidad.”

Rindiendo homenaje a los espíritas, el profesor Barrett reconocía, como juez imparcia l, que no era exento
de crítica el suyo celo. Hoy, como entonces, esa opinión es enteramente justificada. La exaltação de unos
tantos adeptos, su entusiasmo en proclamar hechos dudosos o imaginarios y la insuficiencia de verificación
en las experiencias han perjudicado muchas veces la causa que creían servir. ES eso tal vez lo que, hasta
cierto punto, justifica la actitud retraída, por veces hostil, de algunos sabios acerca del Espiritismo.

5
Ver “Revue des Etudes Psychiques”, junio de 1904 ,

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El profesor Ch. Richet escribía en los “Annales des Sciences Psychiques”, de enero de 1905, pág. 211: “Si los
espíritas fueron muy arrojados, usaron, sin embargo, de bien poco vigor y es una deplorável historia a de
sus aberrações. Basta por ahora quedar establecido que ellos tenían el derecho de ser muy arrojados y
que no les podemos, en nombre de nuestra ciencia falível, incompleta, aún embrionária, censurar ese
arrojo. Se les debería, al contrario, agradecer lo hayan sido tan audaciosos.”

Las restricciones del Sr. Richet no son menos fundadas que sus elogios. Muchos experimentadores no
conducen sus estudios con la ponderación y la prudencia necesarias. Se empeñan, de preferencia, en
obtener las manifestaciones tumultuárias, las materializações numerosas y repetidas, los fenómenos de
grande notoriedade, sin considerar que la mediunidade sólo excepcionalmente y de lejos en lejos puede
servir a la producción de hechos de ese género. Cuando han a la mano un médium profesional de esa
categoría, lo atormentan y agotan. Lo llevan fatalmente a resbalar para la simulación. De ahí los fraudes,
las mistificações, señaladas por tantas hojas públicas.

Muchísimo preferibles son, a mío ver, los hechos mediúnicos de índole más íntima y modesta, las sesiones
en que predominan la orden, la armonía y la comunhão de los pensamientos, por cuyo vehículo fluyen las
cosas celestes, como rocío, sobre el alma sequiosa y a esclarecen, confortam y mejoran. Las sesiones de
efectos físicos, aún cuando sinceras, siempre me dejaron una impresión de vácuo, de disgusto y malestar,
en razón de las influencias que en ellas intervienen.

La médiuns profesionales debieron a buen seguro sabios como Crookes, Hyslop, Lombroso, etc., los
excelentes resultados que obtenían; en sus experiencias, sin embargo, adoptaban precauciones de que no
acostumbran los espíritas munir-se. En sesiones de materialização realizadas en París por un médium
americano, en 1906 y 1907, y que alcanzaron desagradable notoriedade, habían los espíritas establecido
una normativa que los asistentes se comprometían a observar y de cuyas estipulações resultaba la
inesperada consecuencia de redimir el médium de toda eficaz verificación. La obscuridade era casi
completa en el momento de las aparições. Los asistentes tenían que conversar en voz alta, cantar,
conservar las manos presas formando la cadena magnética y, además de todo, abstenerse de tocar en las
formas materializadas. De ese modo, la vista, el oído, el tato quedaban poco menos que aniquilados. Tales
condiciones, es correcto, se inspiraban en una louvável intención, porque, en tesis general, como
tendremos ocasión de ver en el curso de esta obra, favorecen la producción de los hechos; pero en el caso
en cuestión contribuían también para mascarar los fraudes. Las facultades del médium, sin embargo, eran
reales y en las primeras sesiones se produjeron auténticos fenómenos, que adelante relatamos. Hubo,
enseguida, una mezcla de hechos reales y simulados y el embuste vino, por fin, a hacerse constante y
evidente. Tras haber, en una revista espírita, señalado los fenómenos que presentaban garantías de
sinceridad, más tarde me sentí realmente gracias a denunciar fraudes averiguadas y comprometedoras..

Al fin de larga investigación y de acuradas reflexiones, nada tengo que retirar de mis apreciaciones
anteriores. Hice justicia a ese médium, indicando lo que había de real en sus sesiones, pero no hesité en
denunciarle las simulaciones el día en que numerosos y autorizados testimonios las evidenciaram, entre
los cuales se encuentra lo de un juez de la Corte de Apelación, que es a la vez eminente psiquista.

Guardar silencio acerca de esos fraudes, las encubrís con una especie de tácita aprobación, sería abramos
la puerta a un cortejo de abusos que, en ciertos medios, han desacreditado el Espiritismo y estorbado su
desarrollo. Atrás del hábil simulador, luego entre nodos surgieron unas intrusões condenadas por los
tribunales de vecinos países. Más recientemente, el médium Abendt fue, en idénticas circunstancias,
desmascarado en Berlín, como enseguida lo fueron Carrancini en Londres y Bailey en

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Grenoble. Sin el brado de alarma que soltamos, correríamos el riesgo de resbalar por un fatal declive y
caer en un precipicio.

Los espíritas son hombres de convicción y fe. Pero, si la fe esclarecida atrae, en los planes espirituales y
materiales, nobles y elevadas almas, la credulidade, en el plan terrestre, atrae los charlatães, los
exploradores de toda especie, la chusma de los cavalheiros de industria que sólo nos buscan ludibriar. Ahí
está el peligro para el Espiritismo. Nos cumple, a todos los que en nuestro corazón celamos la verdad y
nobleza de esa cosa, conjurarlo. De sobra se ha repetido: el Espiritismo o será científico, o no subsistirá. Al
que añadiremos: el Espiritismo debe, antes de todo, ser honesto!

Más algunas palabras caben aquí sobre la doctrina del Espiritismo, síntesis de las revelaciones
mediúnicas, entre sí concordantes, obtenidas en todo el mundo, bajo la inspiración de los grandes
Espíritus que la dictaron. Cada vez más se afirma y se vulgariza esa doctrina. Incluso entre nuestros
contraditores no hay quién si no sienta en la obligación moral de hacerle justicia, reconociendo todos los
beneficios e inefáveis consolações que tiene prodigalizado a las almas sofredoras.

El profesor Th. Flournoy, de la Universidad de Ginebra, así se expresa a su respeto en el libro “Espíritus y
Médiuns”: “Redime de todas las complicaciones y sutilezas de la teoría del conocimiento y de los
problemas de alta Metafísica, esa filosofía simplista se adapta por eso aún admirablemente a las
necesidades del pueblo.”

A su turno, J. Maxwell, abogado general ante a Corte de Apelación de París, se pronunciaba del siguiente
modo en su obra “Los Fenómenos Psíquicos”: “La extensión que la doctrina espírita adquiere es uno de los
más curiosos fenómenos de la época actual. Tengo la impresión de estar asistiendo al nacimiento de un
movimiento religioso a que están reservados considerables destinos.”

Además de eso, Th. Flournoy, enseguida a una investigación, cuyos resultados menciona en su obra pre
citada, expende los siguientes comentarios6:

“Hay un coro general de elogios acerca de la belleza y excelencia de la filosofía espírita, un


testimonio casi unánime prestado a la salutar influencia que ejerce en la vida intelectual, moral y
religiosa de sus adeptos. Aún las personas que han llegado a desconfiar completamente de los
fenómenos y, por así decir, los detestan, por las dudas y decepciones a que dan lugar, reconocen
los beneficios que deben a las doctrinas.”

Y más adelante:

“Se encuentran espíritas que nunca asistieron a una experiencia y ni siquiera lo desean, pero
afirman haber sido empolgados por la simplicidade, belleza y evidencia moral y religiosa de las
enseñanzas espíritas (existencias sucesivas, progreso indefinido del alma, etc. ). No se debe, pues,
obscurecer el valor de esas creencias, valor incontestável, pues que incontables almas declaran en
ellas haber encontrado un elemento de vida y una solución a la alternativa entre la ortodoxia, de
un lado,

6
“Espíritus y Médiuns”, pág. 204, París, Fischbacher, editor, 1911.
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En lo Invisible – Léon Denis 1903

algunos de cuyos dogmas repulsivos (cómo lo de las penas eternas), ya no podían admitir, y del
otro lado a las desoladoras negaciones del materialismo atuvo.”7

Y, sin embargo, en que pese a las observaciones del Señor Flournoy, aún en el campo espírita no tienen
escasseado las objeções. Entre los que son atraídos por el aspecto científico del Espiritismo, algunos hay
que menosprecian la filosofía. ES que para apreciar toda la grandeza de la doctrina de los Espíritus es
preciso haber sufrido. Las personas felices siempre son más o menos egoístas y no pueden comprender
que fuente de consolação contiene esa doctrina. Pueden interesarles los fenómenos, pero para les atear a
llama interior son necesarios los fríos sopros de la adversidade. Sólo a los espíritus amadurecidos por el
dolor y la provação las verdades profundas se patentan en toda plenitud.

En asuntos de esa orden todo depende de las anteriores predisposições. Unos, seducidos por los hechos, se
inclinan de preferencia a la experimentación. Otros, esclarecidos por la experiencia de los siglos
transcurridos o por las lecciones de la actual existencia, colocan la enseñanza por encima de todo. La
sapiência consiste en reunir las dos modalidades del Espiritismo en un conjunto armónico.

La experimentación, como lo veremos en el curso de esta obra, exige calidades no vulgares. Muchos,
baldos de perseverança, tras algunas tentativas infrutíferas, se alejan y regresan a la indiferencia, por no
haber obtenido con la deseada presteza las pruebas que buscavam.

Los que saben perseverar, cedo o tarde, encuentran los sólidos y demonstrativos elementos en que se
firmará una convicción inabalável. Fue mi caso. Desde inmediatamente me sedujo la doctrina de los
Espíritus; las pruebas experimentales, sin embargo, fueron morosas. Sólo al fin de diez o quince años de
investigación fue que se presentaron irrecusáveis, abundantes. Ahora encuentro explicación para esa larga
expectativa, para esas numerosas experiencias coronadas de resultados incoherentes y, muchas veces,
contradictorios. Yo no estaba aún amadurecido para completa divulgación de las verdades
transcendentes. A La medida, sin embargo, que me adelantaba en la ruta delineada, la comunhão con mis
invisibles protectores se hacía más íntima y profunda. Me sentía guiado a través de los embaraços y
dificultades de la tarea que me había impuesto. En los momentos de provação, dulces consolações bajaban
sobre mí. Actualmente llego a sentir la frecuente presencia de los Espíritus, a distinguir, por un sentido
íntimo y seguríssimo, la naturaleza y la personalidad de los que me asisten e inspiran. No puedo,
evidentemente, facultar la outrem las sensaciones intensas que percibo y que explican mi certeza del
Además, la absoluta convicción que tengo de la existencia del mundo invisible. Por eso es que todas las
tentativas por desviarme de mi senda han sido y serán siempre inútiles. Mi confianza, mi fe, es
alimentada por manifestaciones cotidianas; la vida se me desplegó en una existencia doble, dividida entre
los hombres y los Espíritus. Considero por eso un deber sagrado esforzarme por difundir y hacer accesible a
todos los conocimientos de las leyes que vinculan la Humanidad de la Tierra a la del Espacio y trazan a
todas las almas el camino de la evolución indefinida.

Septiembre de 1911.

7
Ob. cit., pág. 543.

9|Página
En lo Invisible – Léon Denis

Primera Parte - El Espiritismo


Experimental: Las leyes
I - La Ciencia Espírita
A medida que va el hombre lentamente avanzando en la senda del conocimiento, el horizonte se dilata y
nuevas perspectivas se van ante él desplegando. Su ciencia es restricta; la Naturaleza, sin embargo, no
tiene límites.

La Ciencia no es más que el conjunto de las concepciones de un siglo, que la Ciencia del siglo siguiente
ultrapasa y sumerge. Todo en ella es provisional e incompleto. Versa su estudio sobre las leyes del
movimiento, las manifestaciones de la fuerza y de la vida; nada sabe aún ella, sin embargo, acerca de las
causas actuantes, de la fuerza y del movimiento en su principio. El problema de la vida le escapa y la
essência de las cosas permanece un misterio impenetrable para ella.

Malo grado a las sistemáticas negaciones y a la obstinación de correctos sabios, todos los días son sus
opiniones desmentidas nalgum punto. ES lo que sucede a los representantes de las escuelas materialistas
y positivistas. El estudio y la observación de los fenómenos psíquicos vienen desmoronar sus teorías sobre
la naturaleza y el destino de los seres.

No es el alma humana, como lo afirmaban ellos, una resultante del organismo, con el cual se extinga; es
una causa que preexiste y sobrevive al cuerpo.

La experiencia día a día nos demuestra que el alma es dotada de una forma fluídica, de un organismo
íntimo imponderável, que posee sentidos propios, distinguidos de los sentidos corporais, y entra en acción,
insuladamente, cuando ella ejerce sus poderes superiores. Gracias a él, puede el alma en el curso de la
vida, y durante el sueño, desprenderse del envolvente físico, penetrar la materia, transponer el espacio,
percibir las realidades del mundo invisible. De esa forma fluídica brotan irradiações, eflúvios, que se pueden
externalizar en capas concéntricas al cuerpo humano8 y aún, en ciertos casos, condensar-si en grados
diversos y materializarse a punto de impresionar placas fotográficas y aparatos registradores. 9

La acción, a la distancia, de una alma sobre otra se halla establecida por los fenómenos telepáticos y
magnéticos, por la transmisión del pensamiento y exteriorização de los sentidos y de las facultades. Las
vibraciones del pensamiento se pueden propagar en el espacio como la luz y el sonido e impresionar un
otro organismo fluídico en afinidade con lo del manifestante. Las ondas psíquicas se propagan al lejos y van
a despertar en el envolvente del sensitivo impresiones de vária naturaleza, conforme su estado dinámico:
visiones, voces o movimientos..

A veces la propia alma, durante el sueño, abandona su envoltório material y, bajo su forma fluídica, se
hace visible a la distancia. Ciertas aparições han sido a la vez vistas por diversas personas;

8
Ver De Rocas, “Extériorisation de la Sensibilité” y “Extériorisation de la Motricité”, passim.
9
Ver Dr. Baraduc, “El alma Humana, sus Movimientos, sus Luminosidades”, passim.

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En lo Invisible – Léon Denis 1903

otras, ejercido acción sobre la materia, abierto puertas, cambiado objetos de lugar, dejado vestigios de
su pasaje. Algunas han impresionado animales.10

Las aparições de moribundos han sido comprobadas miles de veces. Las resenhas de la Sociedad de
Investigaciones Psíquicas, de Londres, los “Annales des Sciences Psychiques”, de París, insertan gran
número de ellas. El Señor Camille Flammarion, en su excelente libro “El Desconocido y los Problemas
Psíquicos”, refiere un centenar de esos casos, en que hay coincidencia de muerte, en los cuales no se
pueden admitir meras alucinações, pero hechos generales, con relación de causa y efecto. Esos
fenómenos han sido observados tantas veces, apóia-si en tan numerosos y respetabais testimonios, que
sabios de excesiva prudencia, como el Señor Richet, de la Academia de Medicina de París, llegaron a decir:
“Existe una tal cantidad de hechos, imposibles de explicar de otro modo a no ser por la telepatia, que es
forçoso admitirse una acción a la distancia... El hecho aparece probado, absolutamente probado.”

En esos fenómenos ya se encuentra una demostración positiva de la independencia del alma. Si, con
efecto, la inteligencia fuera una propiedad de la materia y debiera extinguirse por ocasión de la muerte,
no se podría explicar cómo, en el momento en que el cuerpo está más abatido y el organismo cesa de
funcionar, es que esa inteligencia no raro se manifiesta con intensidad más viva, con extraordinaria
recrudescência de actividad..

Los casos de lucidez, de clarividência, de previsión del futuro son frecuentes en los moribundos. En esos
casos, el hecho de desprenderse del cuerpo faculta al espíritu un nuevo campo de percepción. El alma
patenta, en el momento de la muerte, facultades, calidades superiores a las que poseía en el estado
normal. Fuerza es reconocer en eso una prueba de que nuestra personalidad psíquica no es resultante del
organismo, a él íntimamente vinculado, pero que posee vida propia, diferente de la del cuerpo, siendo
antes este para ella una prisión temporal y uno estorbo.

Más evidente aún se hace esta demostración, cuando tras la muerte puede el Espíritu desencarnado
encontrar en el envolvente físico de los médiuns los elementos necesarios para materializarse e impresionar
los sentidos.

Se puede entonces verificar, empleando balanzas munidas de aparatos registradores, que el cuerpo del
médium pierde una parte de su peso, encontrándose esa diferencia en la aparição materializada.11

Cada año que pasa, los hechos se multiplican, los testimonios se acumulan, la existencia del mundo de los
Espíritus se afirma con autoridad y prestigio crecientes. De medio siglo para acá el estudio del alma pasó
del dominio de la Metafísica y de la concepción puramente abstracta al de la experiencia y de la
observación.

La vida se revela bajo doble aspecto: físico y suprafísico. El hombre participa de dos modos de existencia.
Por su cuerpo físico pertenencia al mundo visible; por su cuerpo fluídico al mundo invisible. Esos dos cuerpos
coexisten en él durante la vida. La muerte es su criba.

10
“Proceedings of the Society Psychical Research”, 1882 a 1902.
11
Ver W. Crookes, “Investigaciones sobre los Fenómenos del Espiritualismo”, págs. 159 y siguientes; A. Russel Wallace, “Los
Milagros y el Moderno Espiritualismo”, págs. 325 y siguientes; Aksakof, “Animismo y Espiritismo”, cap. I.

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En lo Invisible – Léon Denis 1903

Por sobre nuestra Humanidad material palpita una Humanidad invisible, compuesta de los seres que
vivieron en la Tierra y se despojaron de suyas vistes de carne. Por encima de los vivos, encarnados en
cuerpo mortal, los supervivos prosiguen, en el Espacio, la existencia libre del Espíritu.

Esas dos Humanidades mutuamente se renuevan mediante la muerte y el nacimiento. Ellas se penetran,
se influéncian recíprocamente y pueden entrar en relación por intermédio de ciertos individuos, dotados
de facultades especiales, denominados médiuns.

De toda alma, encarnada o desencarnada, emana e irradia una fuerza productora de fenómenos, que se
denomina fuerza psíquica.

La existencia de esa fuerza se halla establecida por incontables experiencias. Se pueden observar sus
efectos en las suspensiones de mesas, desplazamientos de objetos sin contacto, en los casos de
levitação, etc.

La acción de los invisibles se manifiesta en los fenómenos de escritura directa, en los casos de
incorporación, en las materializações y aparições momentâneas y en las fotografías y moldagens.

Aparições materializadas han sido fotografiadas en presencia de numerosas testigos, como, por
ejemplo, el Espíritu Katie King, en casa de W. Crookes, los Espíritus Iolanda y Lélia, en la de la Señora
d'Espérance, y el Abdullah, fijado en la placa sensible por Aksakof.12

Impresiones y moldes de manos, pies, faces, dejados en substancias moles o friáveis por formas
materializadas, fueron obtenidos por Zoellner, astrónomo alemán, por los Drs. Wolf, Friese, etc. Los
moldes, constituidos de una sólo pieza, reproducían las flexiones de los miembros, las particularidades
de la estructura y las alteraciones accidentales de la piel.13

Semejante acción aún se manifiesta en los fenómenos de incorporación, como los que fueron señalados
por el Doctor Hodgson, en su estudio sobre la facultad de la Señora Piper. 14 El autor, adversario confieso
de la mediunidade en todas sus aplicaciones, había comenzado la investigación con el fin de desmascarar
lo que consideraba impostura. Declara él haber proseguido las observaciones durante doce años, en gran
número de sesiones, en el curso de las cuales ciento y veinte personalidades invisibles se manifestaron,
entre otras a de George Pellew, su amigo de infancia, como él miembro de la “Psychical Research
Society”, fallecido había muchos años. Esas personalidades le revelaron hechos ignorados de toda persona
viva en la Tierra. Por eso dice él: “La demostración de la supervivencia me fue hecha de modo a excluir aún
la posibilidad de una duda.”15

Los profesores Ch. W. Elliot, presidente de la Universidad de Harvard; W. James, profesor de psicología en la
misma Universidad; Newbold, profesor de psicología de la Universidad de Pensilvânia, y otros sabios
tomaron parte en esas experiencias y referendaram tales declaraciones.

En una obra más reciente,16 el profesor Hyslop, de la Universidad de Colúmbia, Nueva York, si externa en el
mismo sentido acerca de la Señora Piper, que él observó en gran número de sesiones, realizadas con las
mayores reservas. El profesor era presentado bajo el nombre de Smith y ponía una

12
Ver W. Crookes, ob. cit.; Y. d'Espérance, “En el País de las Sombras”, cap. XVIII; Aksakof, ob. cit.
13
Ver Aksakof, “Animismo y Espiritismo”, cap. I, B.
14
“Proceedings Psychical R.S.P.”, tomo XV. Ver también M. Sage, “Otra Vida?” (“Mrs. Piper”), passim.
15
“Proceedings”, 1897.
16
Informe del profesor Hyslop, “Proceedings”; G. Delanne, “Investigaciones sobre la Mediunidade”, pág. 355.
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En lo Invisible – Léon Denis 1903

máscara negra, que a su más íntimo amigo no permitiría reconocerlo, y siempre se abstuvo de pronunciar
una única palabra, de suerte que ni la Señora Piper, ni persona alguna, podría descubrir el más pequeño
indicio de su identidad.

Fue en esas condiciones que el profesor pudo entreter con sus fallecidos padres, por el órgano de la Señora
Piper en transe sonambúlico, variadas charlas, abundantes de pormenores exactos, de particularidades,
por él aún olvidadas, de su vida íntima. Donde concluye él:

“Cuando se considera el fenómeno de la Señora Piper, es preciso eliminar tanto la transmisión de


pensamiento, como la acción telepática. Examinando con imparcialidad el problema, no se le
puede dar otra solución a no ser la intervención de los muertos.”

En el correr del año de 1900, surgieron en el seno de asambleas científicas los más imponentes
testimonios en favor del Espiritismo. Una parte considerable le fue concedida en los programas y trabajos
del Congreso de Psicología de París, por los representantes de la ciencia oficial. El día 22 de agosto,
reunidas todas las secciones, fue consagrada una sesión plenaria al examen de los fenómenos psíquicos.
Uno de los presidentes honorários del Congreso, Myers, profesor de la Universidad de Cambridge,
justamente célebre, no solamente como experimentador, pero aún como moralista y filósofo, procedió a
la lectura de un trabajo sobre el “transe, o mediunidade de incorporaciones”. 17

Tras haber enumerado “una serie de experiencias atestadas por más de veinte testigos competentes, las
cuales aseguraron que los hechos revelados por la Sra. Thompson sonambulizada les eran absolutamente
desconocidos y evidenciavam el carácter y traían el recuerdo de ciertas personas muertas, de las cuales
los dictados obtenidos afirmaban provenir”, así concluye él:

“Afirmo que esa sustitución de personalidad, o incorporación de espíritu, o possessão, señala


verdaderamente un progreso en la evolución de nuestra raza. Afirmo que existe un espíritu en el
hombre, y que es salutar y deseable que ese espíritu, como se infiere de tales hechos, sea capaz de
desprenderse parcial y temporalmente de su organismo, lo que le facultaría una libertad y visión
más extensas, al tiempo que permitiría al espíritu de un desencarnado hacer uso de ese
organismo, dejado momentáneamente libre, para entrar en comunicación con los otros espíritus
aún encarnados en la Tierra. Juzgo poder asegurar que muchos conocimientos ya se han adquirido
en ese dominio y que muchos otros restan aún a adquirir para el futuro.”

En la quinta sección de ese Congreso fueron consagradas tres sesiones a los mismos estudios. Los Drs. Paul
Gibier, director del Instituto Anti-Rábico de Nueva York; Darteux, director de los “Annales des Sciences
Psychiques”; Encausse, Joire, Pascal, etc., remitieron o presentaron personalmente trabajos muy
documentados, que establecen la realidad de los fenómenos psíquicos y la comunicación posible con los
muertos.

Un instituto internacional para el estudio de los fenómenos psíquicos, entre otros los de la mediunidade,
fue organizado al terminar el Congreso de Psicología. Entre los miembros de la comisión directora
encontramos, en el que toca a Francia, los nombres de los Srs. Richet, profesor de la Facultad de Medicina y
director de la “Revue Scientifique”; el Coronel De Rocas, C. Flammarion, el Dr. Duclaux, director del
Instituto

17
Ver la “Resenha de las sesiones del IV Congreso Internacional de Psicología”, págs. 113 a 121, reproducida por la “Revue
Scientifique et Morale du Spirítisme”, octubre de 1900, pág. 213; septiembre de 1902, pág. 158.

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En lo Invisible – Léon Denis 1903

Pasteur; Sully-Prudhomme, Fouillée, Bergson, Séailles, etc.; en el extranjero, todo lo que de más ilustre
posee a Europa entre los representantes de la ciencia psíquica: W. Crookes, Lodge, Aksakof, Lombroso,
Dr. Ochorowicz, etc.

Otras importantes testificações en favor del Espiritismo fueron prestadas ese año de 1900. El Dr. Bayol,
antiguo gobernador del Dahomey, transmitió al Congreso Espírita y Espiritualista, reunido en París el mes
de septiembre, la narrativa de una serie completa de experiencias de materializações, desde la aparição
de una forma luminosa hasta el molde, en parafina, de un rostro de Espíritu, que dice él ser lo de Acella,
joven romana fallecida en Arles, el tiempo de los Antoninos. Los Doctores Bonnet, Chazarain, Dusart, de la
Facultad de París, exhibieron testimonios de la misma naturaleza y pruebas de identidad de Espíritus. 18

El profesor Charles Richet, de la Academia de Medicina de París, en un largo artículo bajo el título “Se debe
estudiar el Espiritismo”, publicado en los “Annales des Sciences Psychiques” de enero de 1905, reconoce
que “ninguna contradicción existe entre la ciencia clásica y el más extraordinario fenómeno de
Espiritismo. La propia materialização – dice él – es un fenómeno extraño, desconocido, inusitado, pero es
un fenómeno que nada contradice. Y nodos sabemos, por el testimonio de la Historia, 19 que la Ciencia
actual se compone de hechos que otrora parecieron extraños, desconocidos, inusitados... Tan invulnerável
es la Ciencia cuando establece hechos, quão deplorablemente sujeta a errar cuando pretende establecer
negaciones.”

Y el Sr. Charles Richet así termina:

“1º- No hay contradicción alguna entre los hechos y teorías del Espiritismo y los hechos positivos
establecidos por la Ciencia.

“2º- El número de los escritos, memorias, libros, narraciones, notas, experiencias, es tan
considerable y firmado por autoridades tales, que no es licito rechazar esos incontables
documentos sin un estudio profundizado.

“3º- Nuestra ciencia contemporánea se halla tan poco adelantada aún relativamente al que
serán un día los conocimientos humanos, que todo es posible, aún lo que más extraordinario se en
los afigura... En lugar, por lo tanto, de parecer ignoren el Espiritismo, los sabios lo deben estudiar.
Físicos, químicos, fisiologistas, filósofos, cumple que se den al trabajo de tomar conocimiento de los
hechos espíritas. Un largo y árduo estudio es necesario. Será indudablemente frutuoso.”

Poco después del artículo del Sr. Charles Richet, una obra importante aparecía, que tuvo gran repercusión
en todo el mundo: “Human Personality”, de F. Myers, profesor de Cambridge. 20 ES un estudio profundo y
metódico de los fenómenos espíritas, firmado en una opulenta documentación y rematado por una síntesis
filosófica en que son magistralmente expuestas las vastas consecuencias de la ciencia psíquica.

18
Ver la “Resenha del Congreso Espírita y Espiritualista”, de 1900, págs. 241 y siguientes.
19
La Historia igualmente en los atesta que no son desconocidos, como afirma el profesor Richet, los fenómenos de aparição y de
materialização.
20
Traducida por el Dr. Sankelevitch y publicada en francés con el título “La Personnalité Humaine” (“La Personalidad Humana”)
reducida a un sólo volumen. La edición inglesa es en dos, in 8º, F. Alcan, editor, 1905.

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Las conclusiones de Frederic Myers son formales: “La observación y la experimentación – dice él –
indujeron muchos investigadores, a cuyo número pertenezco (of whom I am one), a creer en la
comunicación, así directa como telepática, no sólo entre los Espíritus de los vivos, pero entre los
Espíritus de los que permanecen en este mundo y los que lo abandonaron.”21

El profesor Flournoy, de la Universidad de Ginebra, en su libro “Espíritus y Médiuns”, página 266, aprecia
en estos términos la obra de F. Myers:

“Nadie puede prever actualmente que suerte reservará el futuro a la doctrina espírita de Myers.
Si las vindouras descubiertas confirmen su tesis de la intervención, empíricamente verificável, de
los desencarnados, en la trama física o psicológica de nuestro mundo fenomenal, su nombre
entonces será inscrito en el libro áureo de los grandes iniciadores y, al lado de los de Copérnico y
Darwin, completará la tríada de los genios que más profundamente revolucionaron el
pensamiento científico en la orden cosmológica, biológica y psicológica.”.

De 1905 a 1908 el Instituto General Psicológico de París tomó la iniciativa de un gran número de sesiones
experimentales, con el concurso de la médium Eusápia Paladino y bajo la inspección de los Srs. Curie,
Richet, D'Arsonval, Dubierne, etc. El informe del secretario del Instituto, Sr. Courtier, aunque lleno de
reticências y reservas, consigna, sin embargo, que fenómenos de levitação y desplazamiento de objetos,
sin contacto, se produjeron en el curso de las sesiones. Fueron tomadas todas las precauciones contra las
posibilidades de error o fraude. Instrumentos especiales fueron fabricados y utilizados en el registro
mecánico de los fenómenos. Una incesante fiscalización fue ejercida y el empleo de aparatos fotográficos
permitió alejar cualquier hipótesis de alucinação colectiva.

Teniendo el Sr. Dubierne dicho, en una de las sesiones, que “John”, el Espíritu-guía de Eusápia, podía
quebrar la mesa, se oyó inmediatamente partirse uno de los pies de esta.

Eusápia aumentaba y disminuía a la gana el propio peso y lo de la mesa. A La distancia de 45 centímetros


produjo la ruptura de un tubo de goma e hizo quebrarse un lápiz. Quebró en tres pedazos una pequeña
mesa de madera, colocada atrás de su silla, anunciando previamente el número de los fragmentos, cosa
incompreensível, una vez que ella estaba en la obscuridade y de culo vueltas para la mesa.22

A pesar de esos hechos, el Dr. Le Bon lanza a los espíritas y a los médiuns, en el “Matin” de 20 de mayo de
1908, el siguiente reto: “Aunque declare el profesor Morsélli que el levantamiento de una mesa, sin
contacto, es el ‘ABC’ de los fenómenos espíritas, dudo muy que se pueda producir... Oferto 500 francos a
quién mostrarme el fenómeno en plena luz.”

Algunos días después, un periodista muy conocido, el Sr. Montorgueil, respondía en la “L'Eclair”: “Somos
centenares los que hemos visto fenómenos de levitação de mesas, sin contacto. Los vienen ahora decir
que hay sugerencia, prestidigitação, artifício. A ejemplo del Sr. Le Bon, oferto 500 francos al
prestidigitador que presentarse en la “L'Éclair” y en los engañar con los mismos artifícios, reproduciendo los
mismos fenómenos.”

21
“Human Personality”, tomo II, pág. 287 .
22
Ver “Boletín del Instituto General Psicológico”, de diciembre de 1908, y la obra de César Lombroso, “Hipnotismo y Espiritismo”.

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En lo Invisible – Léon Denis 1903

El astrónomo C. Flammarion, por su parte, respondía en el “Matin” al Sr. Le Bon: “En mi obra ‘Fuerzas
Naturales Desconocidas’, se encuentran fotografías directas y sin retoques, a cuyo propósito estoy
también perfectamente dispuesto a dar un premio de 500 francos a quién sea capaz de en ellas descubrir
cualquier artifício.”

Y adelante dice: “Se ven rotaciones se operen sin contacto, habiendo sido la harina esparcida como por
uno soplo de fole y sin que dedo alguno a hubiera tocado... Durante esas experiencias veíamos un piano,
del peso de 300 quilogramas, desferir sonidos y levantarse, cuando a su pie había sólo un niño de once
años, médium sin el saber.”

Finalmente, el Dr. Ochorowicz, profesor de la Universidad de Varsóvia, publicaba en los “Annales des
Sciences Psychiques” de 1910 (ver la colección completa de ese año) la narrativa de sus experiencias con la
médium Srta. Tomszick, acompañada de reproducciones fotográficas de numerosos casos de levitação de
objetos sin contacto. Esos hechos representan un conjunto de pruebas objetivas capaces de, por su
naturaleza, convencer los más escépticos.

El profesor César Lombroso, de la Universidad de Turim, célebre en el mundo entero por sus trabajos de
antropología criminalista, publicaba en 1910, poco antes de su muerte, un libro, intitulado “Hipnotismo y
Espiritismo”,23 en que relataba todas sus experiencias, proseguidas durante años, y concluía en un sentido
absolutamente afirmativo, bajo el punto de vista espírita. Esa obra es un bello ejemplo de probidade
científica, a oponer al prejuicio y a las opiniones rutinarias de la mayor parte de los sabios franceses.
Juzgamos deber aquí reproducir las consideraciones que indujeron Lombroso a escribir: “Cuando me
dispuse a escribir un libro – dice él – sobre los fenómenos denominados espíritas, al término de una
existencia consagrada al desarrollo de la Psiquiatria y de la Antropología, mis mejores amigos me
acabrunharam de objeções, diciendo que yo iba a arruinar mi reputación. A pesar de todo, no hesité en
proseguir, considerando mi deber rematar la lucha en que me hube empeñado por el progreso de las
ideas, luchando por la más contestada y escarnecida idea del siglo.”

Así, día a día las experiencias se repiten, los testimonios se hacen cada vez más numerosos.

Todos esos hechos constituyen ya, en su conjunto, una nueva ciencia, basada en el método positivo. Para
edificar su doctrina, el moderno Espiritualismo no tuvo necesidad de recurrir a la especulación metafísica;
le fue suficiente apoyarse en la observación y en la experiencia. No pudiendo los fenómenos que él estudia
explicarse por leyes conocidas, larga y ponderadamente los examinó y analizó y, enseguida, por
encadenamiento racional, de los efectos remontó a las causas. La intervención de los Espíritus, la
existencia del cuerpo fluídico, la exteriorização de los vivos no fueron afirmadas sino después que los
hechos vinieron, a los miles, demostrar su realidad.

La nueva ciencia espiritualista no es, pues, obra de imaginação; es el resultado de largas y pacientes
investigaciones, el fruto de incontables investigaciones. Los hombres que las emprendieron son conocidos
en todas las esferas científicas: son portadores de nombres célebres y acatados..

Durante años han sido efectuadas rigurosas perquirições por comisiones de sabios profesionales. Las
más conocidas son el interrogatorio de la Sociedad Dialéctica de Londres, lo de la Sociedad de
Investigaciones

23
César Lombroso, – “Hipnotismo y Espiritismo”, traducción Rossigneux, prefácio.
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Psíquicas, que se mantiene hace veinte años y ha producido considerables resultados, y, más
recientemente, lo del Sr. Flammarion. Todos registran miles de observaciones, sometidas al más severo
examen, a las más escrupulosas verificaciones.

Sea cuál sea la parte que se pueda atribuir a las exagerações, fraude o embuste, del conjunto de esos
estudios se destaca un número tan imponente de hechos y de pruebas que ya no es lícito, tras eso, a quien
preze la verdad, permanecer silencioso o indiferente. Pasó el tiempo de las ironias levianas. El desdém no
es una solución. ES preciso que la Ciencia se pronuncie, porque el fenómeno ahí está, revistiendo tantos
aspectos, multiplicándose de tal modo, que se impone su atención. El alma, libre e inmortal, no más se
afirma como entidad vacante e ideal, pero como un ser real, asociado a una forma y productor de una
fuerza sutil cuya manifestación constante solicita la atención de los investigadores.

Desde las pancadas y los simples hechos de tiptologia hasta las aparições materializadas, el fenómeno
espírita se desplegó, bajo formas cada vez más imponentes, llevando la convicción a los más escépticos y
más desconfiados.

ES el fin del sobrenatural y del milagro; pero de ese conjunto de hechos, tan antiguos como la propia
Humanidad, hasta aquí apenas observados y comprendidos, resulta ahora una concepción más alta de la
vida y del Universo y el conocimiento de una ley suprema que va guiando los seres, en su ascenso a través
de los esplendores del infinito, para el bien, para el perfecto!

II - La Marcha Ascensional: Los Métodos de Estudio.


La reunión del Congreso Espírita y Espiritualista Internacional de París, en 1900, 24 permitió comprobar- si
la vitalidade siempre creciente del Espiritismo. Delegados venidos de todos los puntos del mundo,
representantes de los más diversos pueblos en él expusieron los progresos de las ideas en sus respectivos
países, su marcha ascensional malo grado a los obstáculos, a las ruidosas conversiones que opera, tanto
entre los miembros de la Iglesia como entre los sabios materialistas. Idénticamente sucedió en el Congreso
de Bruselas, en 1910. Fue instituida una Agencia (Burcau) Internacional, con el fin de establecer
permanentes relaciones entre las agremiações de los diferentes países y cuchara informaciones acerca
del movimiento espírita en el mundo entero.

A pesar de las negaciones y mofarías, la creencia espírita se fortifica y engrandece. A La medida, sin
embargo, que se propaga, se hace más acesa la lucha entre negadores y engreídos. El mundo viejo se
sobressalta; siéntese amenazado. La lucha por la vida no es más violenta que el conflicto de las ideas. La
idea anticuada, incompleta, se agarra desesperadamente a las posiciones adquiridas y resiste a los
esfuerzos de la idea nueva, que quiere ocupar su lugar al Sol. Las resistencias se explican por los intereses
de toda una orden de cosas que se siente combatida. Tienen su utilidad, porque hacen más atilados los
innovadores, más ponderados los progresos del espíritu humano.

Ora, el espíritu humano tiene como parte integrante de su destino destruir y reconstruir siempre. Trabaja
incesantemente en la edificação de esplêndidos monumentos, que le servirán de abrigo, pero que, hechos
insuficientes dentro en poco, deberán ser sustituidos por obras, concepciones más vastas, apropiadas a su
constante desarrollo.

24
Ver la “Resenha del Congreso Espírita y Espiritualista”, de 1900, Leymarie, editor.

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Todos los días desaparecen individualidades, sistemas sumergen en la lucha. Pero en medio de las
fluctuaciones terrestres el guión de la verdad se desplega, trazado por la mano de Dios, y la Humanidad
sigue el rumbo de sus inelutáveis destinos.

El Espiritismo, utopía de ayer, será la verdad de mañana. Con ella familiarizados, nuestros pósteros
olvidarán las luchas, los sufrimientos de los que le habrán asegurado la posición al mundo; a su turno, sin
embargo, tendrán que sufrir y combatir por la victoria de un ideal más elevado. ES la ley eterna del
progreso, la ley del ascenso que conduce el alma humana, de estancia en estancia, de conquista en
conquista, a una suma siempre mayor de luz, de experiencia y de ciencia. ES la razón misma de la vida, la
idea máter que dirige la evolución de las almas y de los mundos.

A medida que el Espiritismo se divulga, más imperiosa se hace sentir la necesidad de establecer reglas
positivas, condiciones serias de estudio y experimentación. ES preciso evitar a los adeptos amargas
decepciones y a todos haga accesibles los medios prácticos de entrar en relación con el mundo invisible.

Hay dos medios para adquirirse la ciencia de además-túmulo: de un lado el estudio experimental, de otro
la intuição y el raciocínio, de que sólo las inteligencias exercitadas saben y pueden utilizar -se. La
experimentación es preferida por la gran mayoría de nuestros contemporáneos. Está más en consonancia
con los hábitos del mundo occidental, bien poco iniciado aún en el conocimiento de las secretas y
profundas capacidades del alma..

Los fenómenos físicos bien comprobados han, para nuestros sabios, una importancia inigualável. En
muchos hombres no puede la duda cesar ni el pensamiento liberarse del estado de entorpecimento, sino
a poder del hecho. El hecho brutal, el hecho auténtico viene subverter las ideas preconcebidas; obrig a
los más indiferentes a investigar el problema de además-túmulo.

ES necesario facilitar las investigaciones experimentales y el estudio de los fenómenos físicos,


considerándose, sin embargo, como transición para manifestaciones menos tierra-la-tierra. Esas
manifestaciones, a la vez intelectuales y espirituales, constituyen el lado más importante del Espiritismo.
En sus variadas formas representan otros tantos medios de enseñanza, otros tantos elementos de una
revelación, sobre la cual se edifica una noción de la vida futura más amplia y elevada que todas las
concepciones del pasado.

El hombre que llora la pérdida de seres caros, de que la muerte lo separó, busca antes de todo una prueba
de la supervivencia en la manifestación de esas almas diletas a su corazón y que para él también se
sienten atraídas por el amor. Una palabra afetuosa, una prueba moral, de ellas provenientes, harán muy
más para convencer que todos los fenómenos materiales.

Hasta ahora, para la mayoría de los hombres, la creencia en la vida futura no había sido más que vaga
hipótesis, fe oscilante a todos los embates de la crítica. Las almas, tras separadas de los cuerpos, eran sólo
a sus ojos entidades apenas definidas, recluidas en lugares circunscritos, inactivas, sin objetivo, sin
relaciones posibles con la Humanidad.

Hoy sabemos, de ciencia correcta, que los Espíritus de los muertos nos rodean y se imiscuem en nuestra
vida. Los aparecen cómo verdaderos seres humanos, provenidos de cuerpos sutis, habiendo conservado
todos los sentimientos de la Tierra, suscetíveis, sin embargo, de elevación, tomando parte, de forma
creciente, en la obra y en el

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progreso universales y poseyendo energías considerablemente superiores a las de que disponían en su


condición antigua de existencia.

Sabemos que la muerte no ocasiona cambio alguna esencial a la naturaleza íntima del ser , que
permanece, en todos los medios, lo que a sí aún se hizo, llevando más allá del túmulo sus tendencias, sus
odios y afetos, sus virtudes o flaquezas, conservándose conectado por el corazón a los que en la Tierra
amó, siempre ansioso por aproximarse de ellos.

La intuição profunda nos revela la presencia de los amigos invisibles y, en un correcto límite, nos permitía
en nuestro foro interno correspondernos con ellos. La experimentación va más lejos: proporciona medios
comunicacionales positivos y evidentes; establece entre los dos mundos, el visible y el oculto, una
comunhão que se va ampliando a medida que las facultades mediúnicas se multiplican y perfeccionan.
Fortalece los lazos de solidaridad que vinculan las dos Humanidades y les permite, por medio de
constantes relaciones, por continua permuta de ideas, combinar sus fuerzas, sus aspiraciones comunes,
orientarlas en el sentido de un mismo grandioso objetivo y trabajar conjuntamente por adquirir más luz,
más elevación moral y, conseguintemente, más felicidad para la gran familia de las almas, de que hombres
y Espíritus son miembros.

Fuerza es, sin embargo, reconocer que la práctica experimental del Espiritismo es inçada de dificultades.
Exige calidades de que no son dotados muchos hombres: espíritu de método, perseverança, perspicácia,
elevación de pensamientos y de sentimientos. Algunos sólo llegan a adquirir la codiciada certeza, tras
repetidos insucessos; otros la alcanzan de un jato, por el corazón, por el amor. Estos incautan la verdad
sin esfuerzo, y de ella nada más los consigue desviar.

Sí, la Ciencia es magnífica; en ella encuentran infinitas satisfacciones los investigadores perseverantes, a
quienes cedo o tarde suministrará ella la base en que las convicciones sólidas se fundan. Sin embargo, a
esa ciencia puramente intelectual, que estudia únicamente los cuerpos, es necesario, para asegurarle el
equilibrio, añadir una otra que se ocupa del alma y de sus facultades afetivas. ES lo que hizo el Espiritismo,
que no es solamente una ciencia de observación, pero también de sentimiento y de amor, pues que se
dirige a la vez a la inteligencia y al corazón.

Por eso es por lo que los sabios oficiales, habituados a las experiencias positivas, operando con
instrumentos de precisión y basándose en cálculos matemáticos, obtienen resultados menos fácilmente
y se fatigan deprisa en presencia del carácter fugidio de los fenómenos. Las causas múltiples en acción
en ese dominio, la imposibilidad de reproducir los hechos a la gana, las incertidumbres, las decepciones
los desconciertan y hacen esmorecer.

Raros fueron, en Francia, durante mucho tiempo, en los círculos oficiales, los experimentadores
emancipados de las clásicas rutinas y dotados de las calidades necesarias para emprender con éxito esas
delicadas observaciones. Todos los que procedieron con perseverança e imparcialidad pudieron verificar
la realidad de las manifestaciones de los denominados muertos. Al publicar, sin embargo, los resultados de
sus investigaciones, sólo defrontaram en la mayoría de las veces con la incredulidade, la indiferencia o a
mofaría..

Los hombres de ciencia, para explicar los hechos espíritas, tienen amontoado sistemas sobre sistemas y
recurrido a las más inverossímeis hipótesis, torturando los fenómenos para los acomodar en el lecho de
Procusto de sus concepciones.
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De ahí la creación de tantas singulares teorías, desde el músculo rangedor de Jobert de Lamballe, las
bisagras estalantes, el automatismo psicológico, las alucinações colectivas, hasta a de el subliminal. Esas
teorías, mil veces refutadas, renascem incesantemente. Dir-se-iba que los representantes de la ciencia
oficial nada receiam tanto como ser obligados a reconocer la supervivencia e intervención de los Espíritus.

A buen seguro, es prudente y de buen aviso examinar todas las explicaciones contrarias, agotar todas las
hipótesis, todas las otras posibilidades, antes de recurrir a la teoría espírita. Al comienzo, los
experimentadores, en su mayor parte, entendieron poder dispensarla; a la medida, sin embargo, que de
más cerca examinaban el fenómeno, comprendían que eran insuficientes las otras teorías y forçoso se
hacía recurrir a la explicación tan desdeñada.25 Los otros sistemas se esboroavam uno a uno bajo la
presión de los hechos.

A pesar de todas las dificultades, poco a poco fue avultando el número de los investigadores conscienciosos,
de los que tenían el espíritu bastante libre y el alma suficientemente elevada para colocar la verdad por
encima de todas las consideraciones de escuela o de interés personal. Día a día se han visto sabios
intrépidos rompan con el método tradicional y aborden resolutamente el estudio de los fenómenos,
teniendo ya conseguido incorporar la telepatia, la clarividência, la premonición y la exteriorização de las
fuerzas al dominio de la ciencia de observación..

Con el Coronel De Rocas, Francia ocupa el primer plan en el estudio de la exteriorização de la sensibilidad.
Fúndanse, por toda parte, sociedades de estudios psíquicos. El escepticismo de antaño se atenúa. En
ciertos momentos, uno soplo de renovación parece animar el viejo organismo científico.

No nos fiemos en eso, sin embargo. Los sabios oficiales aún no abordaron sin restricciones ese dominio.
El Sr. Duclaux, notable discípulo de Pasteur, lo declaraba en su conferencia de inauguración del I nstituto
Psíquico Internacional, a 30 de enero de 1901:

“Este Instituto será una obra de crítica mutua, teniendo por base la experiencia. No admitirá
como descubrimiento científico sino a que pueda ser, a la gana, repetida.”

Que significan esas palabras? Pueden reproducirse a la gana los fenómenos astronômicos y
meteorológicos? Ahí están, sin embargo, hechos científicos. Por qué esas reservas y empecilhos?

En muchos casos el fenómeno espírita se produce con una espontaneidade que frustra todas las
previsiones. No es posible más que registrarlo; él se impone y escapa a nuestro dominio. Provocai-lo, y él
se retrairá; pero, si no pensarais más en tal, ei-lo que reaparece. Tales son casi todos los casos de
aparições a la distancia y los fenómenos de las casas apenas-asombradas. Los fantasmas surgen y
súmense, indiferentes a nuestras pretensiones y exigencias. Se espera durante horas y nada se produce;
hechos los preparativos de retirada, comienzan las manifestaciones.

A propósito del imprevisto de los fenómenos, recordemos lo que decía el Sr. Varley, ingeniero-jefe de las
líneas telegráficas de Gran Bretaña.26

“La Sra. Varley ve y reconoce los Espíritus, particularmente cuando está en transe (estado de
sonambulismo lúcido); es también muy buena médium de incorporación, pero sobre ella yo no

25
Fue el caso de W. Crookes, Russel Wallace, Lodge, Aksakof, Myers, Hodgam y otros muchos.
26
“Proceedings of the Society Psychical Research”, volumen I I.

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ejerzo casi ninguna influencia para provocar ese estado, de suerte que me es imposible servirme
de su mediunidade para hacer experiencias.”

ES, pues, un modo erróneo de entender, fértil en desagradables consecuencias, considerar el Espiritismo
un dominio en que los hechos se presenten siempre idénticos, en que puedan los elementos de
experimentación ser dispuestos a la gana. Se queda, de ese modo, expuesto al inconveniente de malogradas
investigaciones, o la cuchara incoherentes resultados.

Aplaudiendo sinceramente el móvil que impele los hombres instruidos a estudiar los fenómenos psíquicos,
no podemos pero subtrair-nos a un correcto recelo: lo de ver se hagan estériles sus esfuerzos, si ellos si no
deciden a renunciar a sus preocupaciones habituales. Aquí está un ejemplo.

El Sr. Charles Richet, que es un espíritu resoluto y sagaz, tras haber observado repetidas veces los hechos
producidos con Eusápia Paladino y firmado las resenhas que autenticaban su realidad, no acaba por
confesar que su convicción, al comienzo profunda, se enflaquece y se hace vacilante algún tiempo
después, bajo el imperio de los hábitos de espíritu contraídos enmedio que le es familiar?

El público muy espera del novel instituto y de los sabios que lo componen. Trata -si no ya de Psicología
elemental, pero de la más alta cuestión que jamás habrá preocupado el pensamiento humano: el
problema del destino. La Humanidad, cansada del dogmatismo religioso, atormentada por la necesidad de
saber, volve sus vistas para la Ciencia; aguarda su veredicto definitivo, que le permitirá orientar sus actos,
fijar sus opiniones y creencias..

Graves son las responsabilidades de los sabios. Los hombres que ocupan las cátedras de la enseñanza
superior sienten bien todo su peso y miden acaso toda su extensión? Sabrán ellos hacer el sacrificio de su
mezquino amor-propio y recular de las afirmaciones prematuramente formuladas? O se reservarán, en el
declínio de su carrera, la congoja de reconocer que erraron el blanco, desdeñaron las cosas más
esencialmente dignas de conocerse y enseñar?.

El movimiento psíquico viene principalmente del exterior, como indicábamos hace poco; día a día se
acentúa. Si la ciencia francesa se esquivasse a en él tomar parte, sería sobrepujada, suplantada, y su bello
renombre en el mundo quedaría deprimido. Sepa ella, renunciando a sus prejuicios y conservando sus
cautelosos métodos, elevarse con los sabios extranjeros, la regiones más vastas y sutis, fecundas en
descubrimientos, y que está en su propio interés explorar, antes que negar.

Haga ella del Espiritismo una ciencia nueva que complete las otras ciencias, constituyéndoles el pináculo.
Se aplican estas a dominios particulares de la Naturaleza; conducen por veces a sistemas falsos, y quién
en ellos se recluye pierde de vista los grandes horizontes, las verdades de orden general. La ciencia
psíquica debe ser la ciencia suprema que nos enseñará a conocernos, la ponderar, a aumentar las
potencias del alma, la exercitá-las, a elevarnos, por los medios que nos oferta, hasta al alma divina y
eterna!

III - El Espíritu y su Forma


En todo hombre vive un espíritu.

Por espíritu se debe entender el alma revestida de su envoltório fluídico, que tiene la forma del cuerpo
físico y participa de la inmortalidad del alma, del cual es inseparable.
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De la essência del alma sólo sabemos una cosa: que, siendo indivisível, es imperecedero. El alma se revela
por sus pensamientos, y también por sus actos; para que se pueda, sin embargo, actuar y en los
impresionar los sentidos físicos, necesito le es un intermediario semimaterial, sin el cual nos parecería
incompreensível su acción. ES el perispírito, nombre dado al envolvente fluídico, imponderável, invisible. En
su intervención es que se puede encontrar la llave explicativa de los fenómenos espíritas.

El cuerpo fluídico, que posee el hombre, es el transmisor de nuestras impresiones, sensaciones y recuerdos.
Anterior a la vida actual, inacessível a la destrucción por la muerte, es el admirable instrumento que para
sí misma el alma construye y que perfecciona a través de los tiempos; es el resultado de su largo pasado.
En él se conservan los instintos, se acumulan las fuerzas, se fijan las adquisiciones de nuestras múlt iplas
existencias, los frutos de nuestra lenta y penosa evolución.

La substancia del perispírito es extremadamente sutil, es la materia en su estado más quintessenciado, es


más rarefeita que el éter; sus vibraciones, sus movimientos, ultrapasan en rapidez y penetraç ão los de las
más activas substancias. De ahí la facilidad de los Espíritus atraviesen los cuerpos opacos, los obstáculos
materiales y transpongan considerables distancias con la rapidez del pensamiento. 27

Insensível a las causas de desagregación y destrucción que afectan el cuerpo físico, el perispírito asegura
la estabilidad de la vida en medio de la continua renovación de las células. ES el modelo invisible a través
del cual pasan y se suceden las partículas orgánicas, obedeciendo la líneas de fuerza, cuya reunión
constituye ese dibujo, ese plan imutável, reconocido por Claude Bernard cómo necesario para mantener
la forma humana en medio a las constantes modificaciones y a la renovación de los átomos.

El alma se desconecta del envoltório carnal durante el sueño, como tras la muerte. La forma fluídica puede
entonces ser percibida por los videntes, en los casos de aparição de personas fallecidas o de exteriorização
de vivos. Durante la vida normal, esa forma se revela, por sus irradiações, en los fenómenos en que la
sensibilidad y la motricidade se ejercen a la distancia. En el estado de desprendimento durante el sueño,
el Espíritu actúa a veces sobre la materia y produce ruidos y desplazamiento de objetos. Manifiesta -si
finalmente, tras la muerte, en grados diversos de condensação, en las materializações parciales o totales,
en las fotografías y en los moldes, hasta a punto de reproducir ciertas deformidades.28

El perispírito – todos esos hechos lo demuestran – es el organismo fluídico completo; es él que, durante la
vida terrestre, por el grupamento de las células, o en el espacio, con el auxilio de la fuerza psíquica que
absorbe en los médiuns, constituye, sobre un plan determinado, las formas duraderas o efímeras de la vida.
ES él, y no el cuerpo material, que representa el tipo primordial y persistente de la forma humana. 29

El Sr. H. Durville, secretario-general del Instituto Magnético, hizo experiencias muy demonstrativas en
tal sentido, las cuales evidenciam que los fenómenos de exteriorização son manifestaciones del doble
que, desprendido del cuerpo material por la acción magnética, percibe todas las impresiones, las
transforma en sensaciones y las transmite al cuerpo físico mediante el cordón fluídico por el cual se
hallan conectados, hasta a la muerte, esos dos cuerpos. 30

27
Ver Gabriel Delanne, “El alma es Inmortal”, 1ª Parte; “La Evolución Anímica”; “Les Fantómes diez Vivants”.
28
Ver Aksakof, “Animismo y Espiritismo”, cap. I, A.
29
El perispírito, o cuerpo sutil, era conocido de los antiguos. Los padres de la Iglesia afirman su existencia. Ver Léon Denis,
“Cristianismo y Espiritismo”, Nota complementar nº 9.
30
Ver H. Durville, “El Fantasma de los Vivos”, 1º volumen. Librería del Magnetismo, 191 0. Ver también “Annales des Sciences
Psychiques”, abril de 1908.

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Con un sensitivo adormecido, cuyo doble externalizado fuera separado del cuerpo material y
transportado para un otro aposento, fueron hechas las siguientes experiencias relativamente a la vista,
audición, olfato, paladar y tato:

ES leído por el doble un artículo de periódico y repetido por el sensitivo adormecido en la sala contigua.
De igual manera, objetos y personas son percibidos por el doble a la distancia y descritos por el
sensitivo.

El doble oye el tique-taque de un reloj, así como palabras al pie de él proferidas en voz baja; siente el olor
de amônia contenida en un vidrio, como siente otros odores o perfumes: aloés, azúcar, sulfato de quinina,
naranja, etc., y transmite al cuerpo esas diferentes sensaciones gustativas.

A propósito del tato, finalmente, así se expresa el Sr. Durville:

“ES sabido que casi todos los sensitivos magnéticamente adormecidos son insensíveis, pero nadie
sabe donde se refugia la sensibilidad. Cuando el sensitivo está externalizado, la sensibilidad
irradia siempre en torno a él. Una quemadura producida, o un beliscão, una punção, aplicados en
las zonas sensibles, despiertan un dolor intenso en el sensitivo, que, sin embargo, nada
absolutamente percibe cuando se le fricciona el cuerpo. El mismo sucede en el desdoblamiento. El
sensitivo no percibe las punções ni las beliscaduras aplicadas en el cuerpo físico, pero experimenta
una sensación desagradable y aún dolorosa cuando es alcanzado el doble o el cordón que lo
conecta a aquel. Ese fenómeno se verifica en todas las sesiones y con todos los sensitivos, sin
excepción alguna.”

La forma humana, dicen los invisibles, es a de todos los Espíritus encarnados o desencarnados que viven en
el Universo. Esa forma, sin embargo, rígida y compacta en el cuerpo físico, es flexible, compressível a la
gana, en el perispírito. Se presta, dentro de ciertos límites, a las exigencias del Espíritu y le permite en el
Espacio, conforme la extensión de su poder, tomar las apariencias, reproducir los hábitos que le fueron
personales en el pasado, con los atributos propios que lo hacen reconocer. Se observa eso muchas veces
en los casos de aparições. La gana es creadora; su acción sobre los fluidos es considerable. El Espíritu
adelantado puede someter la materia sutil la incontables metamorfoses.

El perispírito es un foco de energías. La fuerza magnética, por ciertos hombres proyectada en


abundancia, y que puede, de cerca o de lejos, hacer sentir su influencia, aliviar y curar, es una de sus
propiedades. En él tiene su sede la fuerza psíquica indispensable a la producción de los fenómenos
espíritas.

El cuerpo fluídico no es solamente un receptáculo de fuerzas; es también el registro vivo en que se


imprimen las imágenes y recuerdos: sensaciones, impresiones y hechos, todo ahí se graba y fija. Cuando
son muy débiles las condiciones de intensidad y duración, las impresiones casi no alcanzan nuestra
conciencia; ni por eso dejan de ser registradas en el perispírito, en que permanecen latentes. El mismo se
da con los hechos relativos a nuestras anteriores existencias. Al ser psíquico, imerso en el estado de
sonambulismo, desprendido parcialmente del cuerpo, es posible incautarles el encadenamiento. Así se
explica el fenómeno de la memoria.

Las vibraciones del perispírito se reducen bajo la presión de la carne; readquirem su amplitud
inmediatamente que el Espíritu se desprende de la materia y reassume la libertad. Bajo la intensidad de

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esas vibraciones, las impresiones acumuladas en el perispírito ressurgem. Mientras más completo es el
desprendimento, más se

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dilata el campo de la memoria; las más remotas recuerdos reaparecen. El individuo puede revivir sus
pasadas vidas; así hemos verificado muchas veces en nuestras experiencias. Personas imersas, por una
influencia oculta, en el estado sonambúlico, reproducían los sentimientos, las ideas, los actos deslembrados
de su existencia actual, de su primera juventud; revivían aún escenas de sus anteriores existencias, con el
lenguaje, las actitudes y las opiniones de la época y del medio.

Parece, en casos tales, que se presenta una personalidad diferente, que una otra individualidade se revela.
Esos fenómenos, apenas observados por ciertos experimentadores, dieron origen a la teoría de las
personalidades múltiples coexistentes en un mismo envolvente, teniendo cada una de ellas su carácter y
recordações propias. En esa teoría se viene enxertar a de la conciencia subliminal o del inconsciente
superior. La verdad es que es siempre la misma individualidade que interviene bajo los diferentes aspectos
por ella revestidos a través de los siglos y ahora reconstituídos con tanto mayor intensidad mientras más
enérgica es la influencia magnética y más enflaquecidos se hallan los lazos corporais. Ciertas experiencias
lo demuestran: las del profesor Flournoy, por ejemplo, con la médium Helena Smith, que se transporta, en
el estado de transe, a una de sus existencias, el siglo XII verificada en la India, 31 y las de Esteva Marata y
otros experimentadores españoles con médiuns sonambulizados,32 a las cuales conviene añadir los
estudios más recientes y extensos del Coronel A. De Rocas. 33

El grado de pureza de su forma fluídica atesta la riqueza o la indigencia del alma. Etérea, radiosa, puede
elevarse hasta a las esferas divinas, penetrarse de las más sublimes armonías; opaca, tenebrosa, precipita-
se en las regiones inferiores y nos arrastra a los mundos de lucha y sufrimiento..

Por su espíritu, imerge el hombre en el que de más bajo posee la Naturaleza e inserta sus raíces en la
animalidade; por él también gravita para los mundos luminosos en que viven las almas angélicas, los
Espíritus puros.

Nuestro estado psíquico es obra nuestra. El grado de percepción, de comprensión, que poseemos, es el
fruto de nuestros esfuerzos prolongados. Fuimos nodos que lo hicimos al recorrer el ciclo inmenso de
sucesivas existencias. Nuestro envolvente fluídico, sutil o grosero, radiante u obscuro, representa nuestro
valor exacto y la suma de nuestras adquisiciones. Nuestros actos y pensamientos pertinazes, la tensión de
nuestra gana en determinado sentido, todas las volições de nuestro ser mental, repercuten en el
perispírito y, conforme su naturaleza, inferior o elevada, generosa o vil, así dilatam, purifican o hacen
grosera su substancia. De ahí resulta que, por la constante orientación de nuestras ideas y aspiraciones, de
nuestros apetites y procedimientos en un sentido o noutro, poco a poco fabricamos un envoltório sutil,
recamado de bellas y nobles imágenes, accesible a las más delicadas sensaciones, o un sombrío domicilio,
una lôbrega prisión, en que, tras la muerte, el alma restringida en sus percepciones se encuentra
sepultada como en un túmulo. Así crea el hombre para sí aún el bien o el mal, la alegría o el sufrimiento.
Día a día, lentamente, edifica él su destino. En sí aún está grabada su obra, visible para todos en el
Además. ES por ese admirable mecanismo de las cosas, simples y grandioso a la vez, que se ejecuta, en los
seres y en el mundo, la ley de causalidade o de consecuencia de los actos, que otra cosa no es sino el
saludo de la justicia.

31
Ver “Diez Indes a la la planète Mars”, por Th. Flournoy. profesor de Psicología en la Universidad de Ginebra, passim.
32
Ver la “Resenha del Congreso Espírita”, de 1900, página 349.
33
Ver Léon Denis, “El Problema del Ser, del Destino y del Dolor”, cap. XIV.

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Y, por un efecto de las mismas causas, ya desde esta vida el hombre atrae las influencias del Espacio, las
irradiações etéreas o los groseros eflúvios de los Espíritus de violencia o de desorden. Ahí está la regla de
las manifestaciones espíritas; no es otra sino la propia ley de las atracciones y afinidades. Conforme el
grado de sutileza de nuestro envolvente y la intensidad de sus irradiações, podemos, en los momentos de
éxtasis y desprendimento – lo que para algunos es aún posible en el recolhimento y en la meditação –,
entrar en relación con el mundo invisible, percibir los ecos, recibir las inspiraciones, entrever los
esplendores de las esferas celestes, o, doutro modo, experimentar la influencia de los Espíritus de
tinieblas..

IV - La Mediunidade.
Todas las manifestaciones de la Naturaleza y de la vida se resumen en vibraciones, más o menos rápidas
y extensas, conforme las causas que las producen. Todo vibra en el Universo: la luz, el sonido, el calor, la
electricidad, los rayos químicos, los rayos catódicos, las ondas hertzianas, etc., no son más que
diferentes modalidades de ondulación, grados sucesivos, que en su conjunto constituyen la escala
ascensional de las manifestaciones de la energía.

Esos grados son muy alejados entre sí. El sonido recorre 340 metros por segundo; la luz, el mismo
tiempo, hace el recorrido de 300.000 kilómetros; la electricidad se propaga con una rapidez que se en
los afigura incalculável. Nuestros sentidos físicos, sin embargo, no nos permiten percibir todos los modos
de vibración. Su impotência para dar una impresión completa de las fuerzas de la Naturaleza es un
hecho suficientemente conocido para que hayamos necesidad de insistir sobre ese punto.

Sólo en el dominio de la óptica, sabemos que las ondas luminosas no nos impresionan la retina sino en los
límites de los siete colores. Ciertas radiaciones solares escapan a nuestra vista; se llaman, por eso, rayos
obscuros.

Entre el límite de los sonidos, cuyas vibraciones alcanzan de 20 a 20.000 por segundo, y la sensación de
calor, que se mide por trilhões de vibraciones, nada percibimos. El mismo acontece entre la sensación de
ca lor y de luz, que corresponde, en la media, a 500 trilhões de vibraciones por segundo. 34

En esa prodigiosa ascenso, nuestros sentidos representan paradas muchísimo espaciadas, estaciones
dispuestas la considerables distancias una de las otras, una ruta sin-fin. Entre esas diversas paradas, por
ejemplo, entre los sonidos agudos y los fenómenos de calor y de luz, de estos, enseguida, hasta a las
zonas vibratórias afectadas por los rayos catódicos, hay para nodos como que abismos. Para seres, sin
embargo, dotados de sentidos más sutis o más numerosos que los nuestros, esos abismos, desiertos y
obscuros en la apariencia, no estarían llenados? Entre las vibraciones percibidas por el oído y las que nos
impresionan la vista no hay más que el nada en el dominio de las fuerzas y de la vida universal?

Sería bien poco sensato creerlo, porque todo en la Naturaleza se sucede, se encadena y se desplega, de elo
en elo, por gradativas transiciones. En parte alguna hay salto brusco, hiato, vácuo. Lo que resulta de estas
consideraciones es simplemente la insuficiencia de nuestro organismo, demasiado pobre para percibir
todas las modalidades de energía..

34
El grande físico W. Crookes organizó una clasificación, según la cual las vibraciones sonoras se hallan distribuidas del 5º al 15º
grados, conforme la intensidad y la tonalidade. La electricidad y la imantaç ão del 20º al 35º grados. Del 45º al 50º encuentran- si
el calor y la luz. Además del 58º grado, manifiestan -si las ondulaciones catódicas. En los intervalos, sin embargo, extensas
regiones de energías permanecen inexploradas, inacessíveis a nuestros sentidos.
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Lo que decimos de las fuerzas en acción en el Universo se aplica igualmente al conjunto de los seres y de
las cosas en sus diversas formas, en sus diferentes grados de condensação o de rarefação..

Nuestro conocimiento del Universo se restringe o amplía conforme el número y la delicadeza de nuestros
sentidos. Nuestro organismo actual no nos permite comprender más que limitadíssimo círculo del imperio
de las cosas. La mayor parte de las formas de la vida nos escapa. Venga, sin embargo, un nuevo sentido
añadírsenos a los actuales, e inmediatamente se hay de lo Invisible revelar, será llenado el vácuo, animado
lo que era soturna insensibilidade.

Podríamos aún poseer sentidos diferentes que, por su estructura anatómica, modificarían totalmente la
naturaleza de nuestras sensaciones actuales, de modo a hacernos oír los colores y saborear los sonidos.
Bastaría para eso que en el lugar y posición de la retina un feixe de nervios pudiera conectar el fondo del
ojo al oído.

En ese caso oiríamos lo que vemos. En lugar de contemplar el cielo estrelado, percibiríamos la armonía de
las esferas y no serían por eso menos exactos nuestros conocimientos astronômicos. Si nuestros sentidos,
en lugar de separados, estuvieran reunidos, no poseeríamos más que un único sentido generalizado, que
percibiría a la vez los diversos géneros de fenómenos..

Estas consideraciones, deducidas de las más rigurosas observaciones científicas, nos demuestran la
insuficiencia de las teorías materialistas. Pretenden estas fundar el edificio de las leyes naturales sobre la
experiencia adquirida mediante nuestro actual organismo, mientras que, con una organización más
perfecta, esta experiencia sería bien diversa.

Por la simple modificación de nuestros órganos, con efecto, el mundo, tal como lo conocemos, se podría
transformar y cambiar de aspecto, sin que de leve la realidad total de las cosas se alterara. Seas
constituidos de modo diferente podrían vivir en el mismo medio sin verse, sin conocerse.

Y si, a consecuencia del desarrollo orgánico de algunos de esos seres, en sus diversos pertinentes hábitats,
sus medios de percepción les permitieran entrar en relaciones con aquellos cuya organización es
diferente, nada habría en eso de sobrenatural ni de miraculoso, pero simplemente un conjunto de
fenómenos naturales, regidos por leyes aún ignoradas de esos seres, entre los otros, menos favorecidos en
el que se refiere al conocimiento.

Ora, es lo que precisamente se produce en nuestras relaciones, con los Espíritus de los hombres fallecidos,
en todos los casos en que es posible a un médium servir de intermediario entre las dos humanidades,
visible e invisible. En los fenómenos espíritas, dos mundos, cuyas organizaciones y leyes conocidas son
diferentes, entran en contacto, y asomando a esa línea divisoria, a esa frontera que los separaba, pero
que desaparece, el pensador ansioso ve se despleguen perspectivas infinitas. Ve bosquejarem-si los
elementos de una ciencia del Universo muy vasta y más completa que a de el pasado, si bien sea su
prolongación lógica; y esa ciencia no viene a destruir la noción de las leyes actualmente conocidas, pero
ampliarla en vastas proporciones, pues que traza al espíritu humano la ruta segura que lo conducirá a la
adquisición de los conocimientos y de los poderes necesarios a firmar en sólidas bases su tarea presente y
su destino futuro.

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Acabamos de aludir al papel de los médiuns. El médium es el agente indispensable, con cuyo auxilio se
producen las manifestaciones del mundo invisible.

Señalamos la impotência de nuestros sentidos, desde que son aplicados a los estudios de los fenómenos de
la vida. En las ciencias experimentales, no tardou a ser preciso recurrir a instrumentos para suplir esa
deficiencia del organismo humano y ampliar nuestro campo de observación. Vinieron así el telescopio y
el microscópio revelarnos la existencia del infinitamente grande y del infinitamente pequeño.

A partir del estado gaseoso, la materia escapaba a nuestros sentidos. Los tubos de Crookes, las placas
sensibles nos permiten proseguir los estudios en el dominio, por mucho tiempo inexplorado, de la materia
radiante.

Ahí, de momento, se detienen los medios de investigación de la ciencia. Más además, sin embargo, se
entrevén estados de la materia y de la fuerza que un instrumento perfeccionado, antes o después, nos
hará familiares.

Donde faltan aún los medios artificiales, vienen ciertos individuos traer al estudio de los fenómenos vitales
el concurso de preciosas facultades. ES así que el sensitivo hipnótico representa el instrumento que ha
permitido sondar las profundidades aún misteriosas del yo humano, el proceder a un análisis minuciosa de
todos los modos de sensibilidad, de todos los aspectos de la memoria y de la gana.

El médium viene, por su parte, desempeñar un papel esencial en el estudio de los fenómenos espíritas.
Participando, simultáneamente, por su envolvente fluídico, de la vida del Espacio y, por el cuerpo físico,
de la vida terrestre, es él el intermediario obligatorio entre dos mundos.

El estudio, pues, de la mediunidade se prende íntimamente a todos los problemas del Espiritismo; es aún su
llave. El más importante, en el examen de los fenómenos, es distinguir la parte que es preciso atribuir al
organismo y a la personalidad del médium y a que provém de una intervención extraña, y determinar
enseguida la naturaleza de esa intervención.

El Espíritu, separado de la materia grosera por la muerte, no puede más sobre ella actuar; ni se manifiesta
r en la esfera humana sin lo auxilio de una fuerza, de una energía, que él haure en el organismo de un ser
vivo. Toda persona suscetível de suministrar, de externalizar esa fuerza, es apta para desempeñar un papel
en las manifestaciones físicas – desplazamiento de objetos sin contacto, transportes, sonidos de pancadas,
mesas giratorias, levitações, materializações. ES esa de más común, de más generalizada forma de la
mediunidade; no requiere ningún desarrollo intelectual, ni adiantamento moral. ES una simple propiedad
fisiológica, observada en personas de todas las condiciones. En todas las formas inferiores de la
mediunidade el individuo es comparable, quiere a un acumulador de fuerza, quiere a un aparato
telegráfico o telefónico, transmisor del pensamiento del operador.

La comparación es tanto más exacta en cuanto a fuerza psíquica se agota, como todas las fuerzas no
renovadas; la intensidad de las manifestaciones está en la razón directa del estado físico y mental del
médium. Sería un error considerar este como un histérico o un enfermo; es simplemente un individuo
dotado de capacidades más extensas o de más sutis percepciones que otro cualquiera.

La salud del médium nos parece ser una de las condiciones de su facultad. Conocemos un gran número de
médiuns que gozan perfecta salud; hemos notado aún un hecho significativo, y es que, cuando la salud se
les altera, los fenómenos se enflaquecen y cesan hasta de producirse..

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La mediunidade presenta variedades casi infinitas, desde las más vulgares formas hasta las más sublimes
manifestaciones. Nunca es idéntica en dos individuos y se diversifica según los caracteres y los
temperamentos. En un grado superior, es como una centelha del cielo a disipar las humanas tristezas y
esclarecer las obscuridades que nos envuelven.

La mediunidade de efectos físicos es generalmente utilizada por Espíritus de orden vulgar. Requiere
continuo y atento examen. ES por la mediunidade de efectos intelectuales – inspiración escrita – que
habitualmente nos son transmitidos las enseñanzas de los Espíritus elevados. Para producir buenos
resultados, exige conocimientos muy extensos. Mientras más instruido y dotado de calidades morales es el
médium, mayores recursos facilita a los Espíritus. En todos los casos, pero, el individuo no es más del que
un instrumento; este, sin embargo, debe ser apropiado a la función de que es encargado. Un artista, por
más hábil que sea, nunca podrá quitar de un instrumento incompleto más que medíocre partido. El mismo
se da con el Espíritu en relación al médium intuitivo, en el cual un claro discernimento, una lúcida
inteligencia, lo sepa mismo, son condiciones esenciales.

Cierto es que se han visto sensitivos escriban en lenguas desconocidas o tratar de cuestiones cientificas y
abstractas, mucho por encima de su capacidad. Son raros, sin embargo, esos casos, que exigen grandes
esfuerzos de la parte de los Espíritus. Estos prefieren recurrir a intermediarios maleables, perfeccionados
por el estudio, suscetíveis de los comprender e interpretarles fielmente los pensamientos.

En esa orden de manifestaciones, los invisibles actúan sobre el intelecto del sensitivo y les proyectan en la
esfera mental sus ideas. A veces los pensamientos se confunden; los dos Espíritus revisten una forma, una
expresión, en que se hallan reproducidos el estilo y el lenguaje habitual del médium. Aún ahí se requiere
escrupuloso examen. Será, sin embargo, fácil al observador destacar, de la insignificância de incontables
dictados y del contingente personal de los sensitivos, lo que pertenencia a los Espíritus adelantados, cuyas
comunicaciones revisten un carácter grandioso, un cunho de verdad mucho por encima de las
posibilidades del médium.

En los fenómenos de transe o del sonambulismo en sus diversos grados, los sentidos materiales vienen a ser
poco a poco sustituidos por los sentidos psíquicos, los medios de percepción y de actividad aumentan en
proporciones tanto más considerables mientras más profundo es el sueño y más completo el
desprendimento perispirituais.

En ese estado, nada percibe el cuerpo físico; sirve simplemente de transmisor, cuando el médium aún
puede expresar sus sensaciones. Ya en la exteriorização parcial se produce ese fenómeno. En el estado de
vigilia, bajo la influencia oculta, hasta tal punto el envolvente fluídico del sensitivo se desprende e irradia
que, permaneciendo aunque íntimamente conectado al cuerpo, comienza a percibir las cosas ocultas a
nuestros sentidos exteriores; es el estado de clarividência, o doble vista, de visión a la distancia a través de
los cuerpos opacos, audición, psicometria, etc.

En más elevadas graduações, en el estado de hipnose, la exteriorização se acentúa hasta al


desprendimento completo. El alma, libera de su prisión carnal, paira en las alturas; sus modos de
percepción, súbitamente recobrados, le permiten comprender un vasto círculo y se transporta con la
rapidez del pensamiento. La esa orden de fenómenos pertenece el estado de transe, que hace posible la
incorporación de Espíritus desencarnados al envoltório del médium, dejado libre, semejante a un viajero
que penetra en casa devoluta.

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Los sentidos psíquicos, inactivos en el estado de vigilia en la mayor parte de los hombres, pueden, sin
embargo, ser utilizados. Basta, para eso, abstrair-si de las cosas materiales, cerrar los sentidos físicos a
todo ruido y toda visión exterior y, por un esfuerzo de gana, interrogar ese sentido profundo en que se
resumen todas nuestras facultades superiores y que denominamos el sexto sentido, la intuição, la
percepción espiritual. ES por él que entramos en contacto directo con el mundo de los Espíritus, más
fácilmente que por cualquiera otro medio; porque ese sentido constituye atributo del alma, el propio fondo
de su naturaleza, y se halla fuera del alcance de los sentidos materiales, de que difiere enteramente.

La ciencia menospreció hasta hoy ese sentido – el más bello de todos; y por eso es por lo que se ha
conservado ignorante de todo lo que se refiere al mundo dlo Invisible. Las reglas que ella aplica al plan
físico serán insuficientes, siempre que las quieran aplicar al mundo de los Espíritus. Para penetrar en este,
es preciso antes de todo comprender que nodos mismos somos Espíritus y que no podemos entrar en
relación con el universo espiritual sino por los sentidos del espíritu.

V - Educación y Función de los Médiuns


Nada verdaderamente importante se adquiere sin trabajo. Una lenta y laboriosa iniciación se impone a
los que buscam los bienes superiores. Como todas las cosas, la formación y el ejercicio de la mediunidade
encuentran dificultades, bastantes veces ya señaladas; conviene insistamos en eso, a fin de prevenir los
médiuns contra las falsas interpretaciones, contra las causas de error y de desânimo..

Desde que, por un trabajo preparatório, las facultades del médium adquieren cierta flexibilidad, los
resultados que se comienzan a obtener son casi siempre debidos a las relaciones establecidas con los
elementos inferiores del mundo invisible.

Una multitud de Espíritus nos cerca, siempre ávidos de comunicarse con los hombres. Esa multitud es sobre
todo compuesta de almas poco adelantadas, de Espíritus levianos, algunas veces malos, que la densidad de
sus propios fluidos conserva prendidos a la Tierra. Las inteligencias elevadas, animadas de nobles
aspiraciones, revestidas de fluidos sutis, no permanecen escravizadas a nuestra atmósfera tras la criba
carnal: remontan más alto, la regiones que su grado de adiantamento les indica. De ahí bajan muchas
veces – es correcto – para velar por los seres que les son caros; imiscuem-si con nosotros, pero
únicamente para un fin útil y en casos importantes. Donde resulta que los principiantes casi nunca
obtienen sino comunicaciones sin valor, respuestas chocarreiras, triviales, a veces inconvenientes, que los
impacientan y desanimam..

Noutros casos el médium inexperto recibe, por la mesinha o por el lápiz, 35 dictados suscritos por nombres
célebres, conteniendo revelaciones apócrifas que le captan la confianza y lo llenan de entusiasmo. El
inspirador invisible, conociéndole los lados vulnerables, lisonjeia-le el amor-propio y las opiniones,
superexcita-le la vanidad, cumulando-lo de elogios y prometiéndole maravillas. Poco a poco lo va
desviando de otra influencia, de todo examen esclarecido, y lo lleva a se insular en sus trabajos. ES el
comienzo de una obsessão, de un dominio exclusivista, que puede conducir el médium a deploráveis
resultados.

35
Ver 1ª Parte, cap. X, los procesos a emplear para hacerse médium.

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Esos peligros fueron, desde los primórdios del Espiritismo, señalados por Allan Kardec; todos los días,
estamos aún viendo médiuns se dejen lleve por las sugerencias de Espíritus embusteros y sean víctimas de
mistificações que los hacen ridículos y vienen la recair sobre la causa que ellos juzgan servir.

Muchas decepciones y dissabores serían evitados se comprendiera que la mediunidade recorre fases
sucesivas, y que, en el periodo inicial de desarrollo, el médium es sobre todo asistido por Espíritus de orden
inferior, cuyos fluidos, aún impregnados de materia, se adaptan mejor a sus y son apropiados a ese trabajo
de bosquejo, más o menos prolongado, a que toda facultad está sujeta.

Sólo más tarde, cuando la facultad mediúnica, suficientemente desarrollada, adquirió la necessá reía
maleabilidad y se hizo dúctil el instrumento, es que los Espíritus elevados pueden intervenir y utilizá -la
para un fin moral e intelectual.

El periodo de ejercicio, de trabajo preparatório, tan fértil muchas veces en manifestaciones groseras y
mistificações, es, pues, una fase normal de desarrollo de la mediunidade; es una escuela en que nuestra
paciencia y discernimento se exercitam, en que aprendemos a familiarizarnos con el modo de actuar de
los habitantes del Además.

En esa fase de prueba y de estudio elemental, debe siempre el médium estar de sobreaviso y nunca
alejarse de una prudente reserva. Le cumple evitar cuidadosamente las cuestiones ociosas o interesseiras,
los gracejos, todo, en suma, que reviste carácter frívolo y atrae los Espíritus levianos.

Y preciso no dejarse esmorecer por la mediocridade de los primeros resultados, por la abstención y
aparente indiferencia de nuestros amigos del Espacio. Médiuns principiantes, ficai correctos de que
alguien vela por vosotros y de que vuestra perseverança es puesta a la prueba. Cuando hayáis llegado al
punto requerido, influencias más altas bajarán a vosotros y han de continuar vuestra educación psíquica.

No busquéis en la mediunidade un objetivo de mera curiosidad o de simple diversão; considerai-a de


preferencia un don del Cielo, una cosa sagrada, que debéis utilizar con respeto, para el bien de vuestros
semejantes. Elevai el pensamiento a las almas generosas que trabajan en el progreso de la Humanidad;
ellas vendrán a vosotros y os han de amparar y proteger. Gracias a ellas, las dificultades del comienzo, las
inevitá veis decepciones que experimentaréis no tendrán desagradables consecuencias; servirán para
esclareceros la razón y desarrollaros las fuerzas fluídicas.

La buena mediunidade se forma lentamente, en el estudio tranquilo, silencioso, recogido, lejos de los
placeres mundanos y del tumulto de las pasiones. Tras un periodo de preparación y expectativa, el
médium colhe el fruto de sus perseverantes esfuerzos; recibe de los Espíritus elevados la consagração de
sus facultades, amadurecidas en el santuario de su alma, al abrigo de las sugerencias del orgullo. Si
guardia en su corazón la pureza de acto y de intención, vendrá, con la asistencia de suyos guías, a hacerse
cooperador utilíssimo en la obra de regeneración que ellos vienen realizando.

Terminada la primera fase de desarrollo de sus facultades, el importante para el médium es obtener la
protección de un Espíritu bueno, adelantado, que lo guíe, inspire y preserve de cualquier peligro.

En la mayor parte de las veces es un pariente, un amigo desaparecido que desempeña al pie de él esas
funciones. Un padre, una madre, una esposa, un hijo, se adquirieron la experiencia y el adiantamento

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necesarios, los pueden dirigir en el delicado ejercicio de la mediunidade. Pero su poder es proporcional al
grado de elevación a que llegaron, y ni siempre su ternura y solicitud bastan para defendernos de las
embestidas de los Espíritus inferiores.

Dignos de alabanza son los médiuns que, por su desinteresse y fe profunda, han sabido atraer, como una
especie de aliados, los Espíritus de escol, y participar de su misión. Para hacer bajar de las excelsas
regiones esos Espíritus, para los decidir a bucear en nuestra espesa atmósfera, es preciso ofertar -les
aptitudes, notables calidades.

Su ardiente deseo de trabajar en la regeneración del género humano hace, sin embargo, esa
intervención muy menos rara del que se podría imaginar. Centenares de Espíritus superiores pairam por
encima de nodos y dirigen el movimiento espiritualista, inspirando los médiuns, proyectando sobre los
hombres de acción las vibraciones de su gana, la fulguração de su propio genio.

Conozco varios grupos que poseen una asistencia de esa orden. Por la pena, por los labios de los médiuns,
los Espíritus-guía dictan instrucciones, hacen oír exortações; y no obstante las imperfeições del medio y las
obscuridades que les amortiguan y velan las irradiações del pensamiento, es siempre un penetrante
enlevo, uno gozo del alma, un gratíssimo conforto saborear la belleza de sus pensamientos escritos,
escuchar las inflexiones de su palabra, que nos viene como lejano y mavioso eco de las regiones celestes.

La descendida a nuestro mundo terrestre es un acto de abnegação y un motivo de sufrimiento para el


Espíritu elevado. Nunca serían demasiados nuestra admiración y reconocimiento a la generosidade de
esas almas, que no reculan delante del contacto de los fluidos groseros, a la semejanza de esas nobles
damas, delicadas, sensitivas, que, al impulso de la caridad, penetran en lugares repugnantes, para llevar
socorros y consolações..

Cuántas veces, en sesiones de estudio, tenemos oído digan los nuestros guías: “Cuando, del seno de los
Espacios, venimos hasta vosotros, todo se restringe, si amesquinha y se va poco a poco retraindo. Allá, en
las alturas, poseemos medios de acción que ni podéis comprender; esos medios se enflaquecen
inmediatamente que entramos en relación con el ambiente humano.”

Tanto que uno de esos grandes Espíritus baja a nuestro nivel y se tarda en nuestras obscuras regiones,
luego lo invade una impresión de tristeza; él siente como que una depresión, una disminución de sus
poderes y percepciones. Sólo por un constante ejercicio de la gana, con el auxilio de las fuerzas
magnéticas hauridas en el Espacio, es que se habitúa a nuestro mundo y en él cumple las misiones de que
es encargado.

Porque, en la obra providencial, todo se halla regulado para la enseñanza gradual y el progreso de la
Humanidad. Los Espíritus missionários e instructores vienen a revelar, por medio de las facultades
mediúnicas, las verdades que nuestro grado de evolución nos permite incautar y comprender. Desarrollan,
en la esfera humana, las elevadas y puras concepciones de la divindade y nos van, paso a paso,
conduciendo a una comprensión más vasta del objetivo de la existencia y de los humanos destinos. No se
debe esperar de tales Espíritus las pruebas proscribáis, los testimonios de identidad que tantos
experimentadores exigen; pero de nuestros colóquios con ellos se exhala una impresión de grandeza, de
elevación moral, una irradiação de pureza, de caridad, que sobreexcederá todas las pruebas materiales y
constituirá la mejor de las demostraciones morales.

Los Espíritus superiores leen lo que en nuestro íntimo se pasa, conocen nuestras intenciones y dan muy
poco apreço a nuestras fantasias y caprichos. Para atender a nuestros llamados y prestar -nos
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asistencia, exigen de nuestra parte una gana firme y perseverante, una fe elevada, un veemente deseo
de hacernos útiles. Reunidas esas condiciones, se aproximan de nodos; comienza entonces, muchas
veces sin saberlo, un tardado trabajo de adaptación de sus fluidos a nuestros. Son las preliminares
fuerzas de toda relación consciente. A medida que se establece la armonía de las vibraciones, la
comunicación se acentúa bajo formas pertinentes a las aptitudes del sensitivo: audición, visión,
escritura, incorporación.

Los Espíritus superiores, indiferentes a las satisfacciones de opiniones materiales e interesseiras, se


complacen al pie de los hombres que buscan en el estudio un medio de perfeccionamiento. La pureza de
nuestros sentimientos les facilita la acción y aumenta la influencia..

Otros Espíritus de más pequeña categoría, por un impulso de dedicación, se conectan a nodos y nos
acompañan hasta al término de nuestra peregrinação terrestre. Son los genios familiares o Espíritus
protectores. Cada persona tiene el suyo. Ellos nos guían, en medio de las provações, con una paciencia y
una bondad admirables, sin jamás cansarse. Los médiuns deben recurrir a la protección de esos amigos
invisibles, casi siempre miembros adelantados de nuestra familia espiritual, con quien otrora vivimos en
este mundo. Aceptaron la misión, tantas veces ingrata, de velar por nodos; a través de nuestras alegrías y
aflicciones, de nuestras caídas y rehabilitaciones, nos encaminan para una vida mejor, en que nos
hallaremos de nuevo reunidos para una misma tarea, identificados en un mismo amor.

En todo ser humano existen rudimentos de mediunidade, facultades en gérmen, que se pueden desarrollar
por el ejercicio. Para el mayor número, un largo trabajo perseverante es necesario. En algunos, esas
facultades se revelan desde la infancia, y sin esfuerzo vienen a alcanzar, con los años, un alto grado de
perfeição. Representan, en tal caso, el resultado de las adquisiciones anteriores, el fruto de las labores
efectuadas en la Tierra o en el Espacio, fruto que con nosotros, al renascer, traemos.

Entre los sensitivos, muchos tienen la intuição de un mundo superior, extraterrestre, en que existen, como
en reserva, puedas que les es posible adquirir mediante íntima comunhão y elevadas aspiraciones, para
enseguida manifestarlos bajo diversas formas, apropiadas a su naturaleza: adivinhação, ensinamentos,
acción curativa, etc.

Aplicada en tal sentido, la mediunidade se hace una facultad preciosa, por medio de la cual pueden ser
liberalizados inmensos beneficios y realizadas grandes obras.

A La Humanidad sería facultado un poderoso elemento de renovación, si todos comprendieran que hay,
por encima de nodos, un inagotable manantial de energía, de vida espiritual, que se puede alcanzar por
gradativo adestramento, por constante orientación del pensamiento y de la gana en el sentido de
asimilar sus ondas y radiaciones, y con su auxilio desarrollar las facultades que en nodos yacen latentes.

La adquisición de esas fuerzas nos bloquea contra el mal, nos coloca por encima de los conflictos
materiales y nos hace más firmes en el saludo del deber. Ninguno de entre los bienes terrenos es
comparable a la posesión de esos dones. Sublimados a suyo más alto grado, hacen los grandes
missionários, los renovadores, los grandes inspirados.

Como podemos adquirir esos poderes, esas facultades superiores? Descerrando nuestra alma, por la gana y
por la plegaria, a las influencias del Alto. De igual manera que abrimos las puertas de nuestra casa, para

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que en ella penetren los rayos del Sol, así también por nuestros impulsos y aspiraciones podemos
franquear a los eflúvios celestes nuestro ego interior.

ES ahí que se manifiesta la acción benéfica y salutar de la plegaria. Por la plegaria humilde, breve,
fervorosa, el alma se dilata y da acceso a las irradiações del divino foco. La plegaria, para ser eficaz, no
debe ser una recitação banal, una fórmula decorada, sino antes una solicitud del corazón, un acto de la
gana, que atrae el fluido universal, las vibraciones del dinamismo divino. O debe aún el alma proyectarse,
externalizarse por un vigoroso surto y, consoante el impulso adquirido, entrar en comunicación con los
mundos etéreos.
Así, la plegaria rasga una vereda fluídica por la cual suben las almas humanas y bajan las almas superiores,
de tal modo que una íntima comunhão se establezca entre unas y otras, y el espíritu del hombre sea
iluminado y fortalecido por las centelhas y energías despedidas de las celestiais esferas.

En Espiritismo, la cuestión de educación y adestramento de los médiuns es capital; los buenos médiuns son
raros – se dice muchas veces – y la ciencia dlo Invisible, privada de medios de acción, sólo con mucha
lentitud viene a progresar..

Cuántas facultades preciosas, sin embargo, no se pierden, a la míngua de atención y de cultura! Cuántas
mediunidades malbaratadas en frívolas experiencias, o que, utilizadas al sabor del capricho, no atraen más
que perniciosas influencias y sólo malos frutos producen! Cuántos médiuns, inconscientes de su ministerio y
del valor del don que les es otorgado, dejan inutilizadas fuerzas capaces de contribuir para la obra de
renovación!.

La mediunidade es una delicada flor que, para desabrochar, necesita de acuradas precauciones y assíduos
cuidados. Exige el método, la paciencia, las altas aspiraciones, los sentimientos nobles y, sobre todo, la
tierna solicitud del buen Espíritu que la envuelve en su amor, en sus fluidos vivificantes. Casi siempre, sin
embargo, quieren hacerla producir frutos prematuros, y desde luego ella se estiola y fana al contacto de
los Espíritus atrasados.

En la antigüedad, los jóvenes sensitivos que revelaban aptitudes especiales eran retirados del mundo,
segregados de toda influencia degradante, en lugares consagrados al culto, rodeados de todo lo que les
pudiera elevar el sentido del bello. Tales eran las vestais, las druidesas, las silbas, etc. El mismo acontecía
en las escuelas de profetas y videntes de la Judéia, situadas lejos del ruido de las ciudades. En el silencio del
desierto, en la paz de los alterosos cimas, mejor podían los iniciados atraer las influencias superiores e
interrogar lo Invisible. Gracias a esa educación, se obtenían resultados que a nodos nos sorprenden.

Tales procesos son hoy inaplicados. Las exigencias sociales ni siempre permiten al médium dedicarse,
como convendría, al cultivo de sus facultades. Su atención es distraída por las mil necesidades de la vida
de familia, sus aspiraciones estorbadas por el contacto de la sociedad más o menos corrompida o frívola.

Muchas veces es él llamado a ejercer sus aptitudes en círculos impregnados de fluidos impuros, de
inarmônicas vibraciones, que reaccionan sobre su organismo tan impressionável y le producen
desórdenes y perturbaciones..

ES preciso que, al menos, el médium, compenetrado de la utilidad y grandeza de su función, si aplique a


aumentar sus conocimientos y busque espiritualizar-si el más posible, que se reserve horas de
recolhimento e intente entonces, por la visión interior, alzarse hasta a las cosas divinas, a la eterna y
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perfecta belleza.

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Mientras más desarrollados sean en él saberlo, la inteligencia, la moralidade, más apto se hará para servir
de intermediario a las grandes almas del Espacio. Una organización práctica del Espiritismo comportará,
en el futuro, la creación de asilos especiales, donde los médiuns encontrarán reunidas, con los medios
materiales de existencia, las satisfacciones del corazón y del espíritu, las inspiraciones del Arte y de la
Naturaleza, todo lo que a sus facultades puede imprimir un carácter de pureza y elevación, haciendo en
torno a ellos reinar una atmósfera de paz y confianza..

En tales medios, podrían los estudios experimentales producir muy mejores resultados que los que hasta
ahora se han muchas veces obtenido en condiciones defectuosas. La intrusão de los Espíritus levianos, las
tendencias al fraude, los pensamientos egoísticos y los malévolos sentimientos se atenuarían poco a poco
y terminarían por desaparecer. La mediunidade se haría más regular, más coge en sus aplicaciones. No
más se había de, con tanta frecuencia, observar ese malestar que experimenta el sensitivo, ni ocurrirían
esos periodos de suspensión de las facultades psíquicas, culminando aún en su completa desaparición
enseguida al mal uso de ellas hecho.

Los espiritualistas de además-mar meditan de fundar, en muchos de los grandes centros americanos,
“homes” o edificios dotados de cierto número de salas pertinentes a los diferentes géneros de
manifestaciones y munidas de aparatos de experimentación y fiscalización. Cada sala, viniendo, con el uso,
a impregnarse del magnetismo particular que conviene la tales experiencias, sería destinada a una orden
especial de fenómenos: materializações, incorporaciones, escritura, tiptologia, etc. Un órgano, colocado
en el centro del edificio, propagaría a todas sus partes, en las horas de sesión, enérgicas vibraciones, a fin
de establecer en los fluidos circulantes y en el pensamiento de los asistentes la unidad y armonía tan
necesarias. La música ejerce, con efecto, una soberana influencia en las manifestaciones, facilitándolas y
haciéndolas más intensas, como incontables experimentadores lo han reconocido.

Merecen entera aprobación esos proyectos y debemos hacer votos por su realización en todos los países,
porque vendrían, por su naturaleza, una vez realizados, a dar vigoroso impulso a los estudios psíquicos y
facilitar en ancha escala esa comunhão de los vivos y de los muertos, mediante la cual se afirman tantas
verdades de valor incalculável, capaces de, en su propagación por el mundo, renovar la Fe y la Ciencia..

El importante para el médium, dijimos más arriba, es asegurarse una protección eficaz. El auxilio del Alto
es siempre proporcionado para el fin a que nos proponemos, a los esfuerzos que empleamos para el
merecer. Somos auxiliados, amparados, conforme la importancia de las misiones que en los incumbem,
teniendo- si en vista el interés general. Esas misiones son acompañadas de pruebas, de dificultades
inevitables, pero siempre reguladas conforme nuestras fuerzas y aptitudes..

Desempeñadas con dedicación, con abnegação, nuestras tareas nos elevan en la jerarquía de las almas.
Negligenciadas, olvidadas, no realizadas, nos hacen retrotrair la escala de progreso. Todas acarrean
responsabilidades. Desde el padre de familia que incute en sus filhinhos las nociones elementales del
bien, el preceptor de la mocidade, el escritor moralista, hasta el orador que busca arrebatar las
multitudes a las culminâncias del pensamiento, cada uno tiene su misión a llenar.

No hay más noble, más elevado cargo que ser llamado a propagar, bajo la inspiración de las potencias
invisibles, la verdad por el mundo, a hacer oír a los hombres el atenuado eco de las divinas invitaciones,
incitándolos a la luz y a la perfeição. Tal es el papel del alta mediunidade.

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Hablamos de responsabilidad. ES necesario insistir sobre ese punto. Muchos médiuns buscan, en el ejercicio
de sus facultades, satisfacciones de amor-propio o de interés. Descuram de hacer intervenir en su obra
ese sentimiento grave, reflejado, casi religioso, que es una de las condiciones de éxito. Olvidan muchas
veces que la mediunidade es uno de los medios de acción por los cuales se ejecuta el plan divino, y que él
no tiene el derecho de utilizarla al sabor de su fantasia.

Mientras se no tengan compenetrado los médiuns de la importancia de su función y de la extensión de


sus deberes, habrá en el ejercicio de sus facultades una fuente de abusos y de males. Los dones psíquicos,
desviados de su eminente objetivo, utilizados para fines de intereses medíocres, personales y fúteis,
revierten contra sus possuidores, atrayéndoles, en lugar de los genios tuteles, las potencias malfazejas del
Además.

Fuera de las condiciones de elevación de pensamiento, de moralidade y desinteresse, puede la


mediunidade constituirse un peligro; mientras que teniendo por fin firme propósito en el bien, por sus
aspiraciones al ideal divino, el médium se impregna de fluidos purificados; una atmósfera protectora se
forma en torno a él, lo envuelve, lo preserva de los errores y de las ciladas dlo Invisible.

Y si, por su fe y comprobado celo, por la pureza del alma en que ningún cálculo interesseiro se insinúe,
obtiene él la asistencia de uno de esos Espíritus de luz, depositários de los secretos del Espacio, que pairam
por encima de nodos y proyectan sobre nuestra flaqueza sus irradiações; si ese Espíritu se constituye su
protector, suyo guía, su amigo, gracias a él sentirá el médium una fuerza desconocida penetrarle todo el
ser, una llama iluminarle la fronte. Todos cuántos tomen parte en sus trabajos y colherem sus resultados
sentirán reanimar-se-les el corazón y la inteligencia a las fulgurações de esa alma superior; uno soplo de
vida les transportará el pensamiento a las regiones sublimes del Infinito.

VI - Comunhão de los Vivos y de los Muertos


Ciertas personas consideran, sin razón, la mediunidade un fenómeno peculiar a nuestros tiempos. La
mediunidade, realmente, es de todos los siglos y de todos los países. Desde las edades más remotas
existieron relaciones entre la Humanidad terrestre y el mundo de los Espíritus.

Si interrogáramos los Vedas de la India, los templos de Egipto, los misterios de Grecia, los recintos de
piedra de la Gália, los libros sagrados de todos los pueblos, por toda parte, en los documentos escritos, en
los monumentos y tradiciones, encontraremos la afirmación de un hecho que ha permanecido a través de
las vicissitudes de los tiempos; y ese hecho es la creencia universal en las manifestaciones de las almas
libertas de sus cuerpos terrestres. Veremos esas manifestaciones asociadas de un modo íntimo y
constante a la evolución de las razas humanas, hasta tal punto que son inseparables de la historia de la
Humanidad.

ES al comienzo el culto de los antepasados, el homenaje prestado a los manes de los héroes y a los
hogares genios tuteles de la familia. Erigem-les altares; les dirigen invocaciones; después el culto se
extiende a todas las almas amadas; al esposo, al hijo, al amigo fallecido. Según Lucano, las sombras de los
muertos se mezclan con los vivos; deslizan por las calles y se introducen en las habitaciones; aparecen,
hablan, en la vigilia como en el sueño, y revelan el futuro. La telepatia, la premonición, la psicografia, las
materializações de fantasmas son abundantes por toda parte y siempre..

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En Delfos, en Elêusis, el Espíritu inspira la pítia convulsa y le dicta sus oráculos. En las playas de la Jônia,
bajo la brancura de los mármores, al murmúrio de las vacantes azules, Pitágoras enseña a los iniciados los
divinos misterios y, por los labios de Teocléia adormecida, conversación con los genios invisibles.

En Êndor, la sombra de Samuel responde a las invocaciones de Saul. Un genio previene a César, en la
víspera de su muerte, que no vaya a Senado, y más tarde, cuando Domiciano cae bajo el hierro de los
conjurados, de la extremidad de Europa, Apolônio de Tiana asiste, en visión, a ese drama sangriento.

En los círculos de piedra de la Gália, bajo la fronde sombría de los carvalhos o en las líneas sagradas en
torno a las cuales ruge espumante el océano, y hasta en los templos de centroamerica, la comunhão de las
almas se efectúa. Por toda parte la vida interroga la muerte y esta responde.

A buen seguro, los abusos, las supersticiones pueris, los sacrificios superfluos se mezclan con el culto de los
invisibles; pero en ese íntimo comercio haurem los hombres nuevas fuerzas. Saben que pueden contar con
la presencia y lo amparo de los que amaban y esta certeza los hace más firmes en sus provações.
Aprenden a no más temer la muerte..

Los lazos de familia se fortalecen con eso, íntimamente. En China, como en la India, como en el territorio
céltico, había reuniones en día fijo, en la “cámara de los antepasados”. Son numerosos entonces los
médiuns; ardiente es su fe, poderosas y variadas son sus facultades y los fenómenos obtenidos
ultrapasan en intensidad todo lo que observamos nuestros días.

En Roma eran instituidas ceremonias públicas en honra de los muertos. La multitud se aglomerava a la
entrada de las criptas. Las silbas practicaban las encantações, y de los lugares obscuros, dicen los
escritores de la época,36 tal como actualmente de los gabinetes de materialização, se veía emerjan
sombras y se presenten en plena luz. A veces aún los camaradas, los amigos de otrora retomaban por
momentos su lugar a la mesa y en el hogar comunes.

En los misterios órficos, dicen Porfiro y Próluz,37 las almas de los defuntos aparecían bajo la forma
humana y conversaban con los asistentes. Les enseñaban la sucesión de las existencias y el ascenso final
del Espíritu a la luz divina, mediante vidas puras y laboriosas. Esas prácticas comunicaban a los iniciados
una fe profunda en el futuro, incutiam-les una fuerza moral, una serenidade incomparables;
transportaban sus pensamientos a las regiones sublimes en que tanto se comprouve el genio griego.

He ahí que llega, sin embargo, la época de decadencia y ahí tenemos la depresión de los estudios, las
intrigas sacerdotais, las rivalidades de los potentados y, finalmente, las grandes invasiones, la ruina y la
muerte de los dioses.

Un viento de barbaria sopla sobre los misterios sagrados. Los Espíritus, los genios tuteles desertaron. La
divina Psique, proscrita de los altares, remontó a las celestes regiones. Una a una, se van extinguiendo las
luces del templo. La gran noche, una noche de diez siglos, se extiende sobre el pensamiento humano.

Surge, sin embargo, el Cristianismo. También él se basa en las manifestaciones de además-túmulo. Cristo
atraviesa la existencia, rodeado de una multitud invisible, cuya presencia se revela en todos sus actos. Él
aún aparecerá, tras la muerte, a los discípulos consternados, y su presencia les

36
Tácito, “Hist.”; Suetônio, “Augusto”; Plínio el Joven, “Cartas”, libro VIII; Cícero, “De Divinatione”, 2; Apúleo, “De Gen. Soc rat.”;
Ammien Marcelin, “Hist.”, 1, 20 cap. 6, pág. 267.
37
Comentarios sobre “La República”, de Platão.

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En lo Invisible – Léon Denis 1903

fortalecerá el ánimo. Durante dos siglos, comunicaron abiertamente los primeros cristianos con los
Espíritus, de ellos recibiendo instrucciones.38 Pronto, sin embargo, la Iglesia, inquieta con las ingerências
ocultas, muchas veces en oposición con sus objetivos, buscará las impedís. Cerrará a los fieles todas las
relaciones con los Espíritus, reservándose derecho exclusivo de provocar e interpretar los fenómenos.

La religión de Cristo es, sin embargo, portadora de una noción enteramente nueva: la utilidad del dolor,
benéfic a y purificadora divindade, cuya acción no fue por el mundo pagão comprendida en toda su
amplitud. Gracias a esa noción, el alma luchará más ventajosamente contra la materia y suplantará la
sensualidade. ES de toda la vida esa lucha, cuyo objetivo es el triunfo alcanzado por el espíritu sobre el
cuerpo y la posesión de la virtud. Algunos clérigos o laicos llegarán a adquirir el poder de la fe que domina
los sentidos y transporta el alma más allá de las regiones terrestres, a las esferas en que se dilata y exalta
el pensamiento.

ES ese aún un medio de penetración En lo Invisible. El alma, desprendida de las cosas humanas, en la
contemplação y en el éxtasis, se comunica con las potencias superiores y les atribuye las formas angélicas
o divinas, familiares a su propia creencia. En esos fenómenos – simples ley de la Naturaleza – verá
milagros la Iglesia y de ellos se apropiará. Las otras manifestaciones de los muertos serán consideradas
diabólicas y conducirán los videntes al suplício. Bajo la ceniza de las hogueras se hay de buscar extinguir la
idea renascente.

Pero “el espíritu sopla dondequiera”. Fuera de la Iglesia, entre los heréticos, prosiguen las
manifestaciones. Con Joana d'Arc vienen a revestir un carácter de grandeza tal que, delante de ellas, la
crítica más virulenta hesita, depone las armas y emudece.

Se cambiaron los tiempos. En el pasado, la comunhão de las almas fue, sobre todo, el privilegio de los
santuarios, la preocupación de algunos limitados grupos de iniciados. Fuera de esos esclarecidos círculos –
asilos de la sabiduría antigua – las manifestaciones de además-túmulo eran muchas veces consideradas
sobrenaturais y asociadas la prácticas supersticiosas que les deturpavam el sentido. El hombre, ignorante
de las leyes de la Naturaleza y de la vida, no podía incautar la enseñanza que bajo los fenómenos se
ocultaba.

Para preparar el actual movimiento de las ideas y la comprensión de esos hechos, fueron necesarios el
inmenso trabajo de los siglos y los descubrimientos de la Ciencia. Esta realizó su tarea. Aunque bien
incompleta, aún, por lo menos exploró el dominio material, desde las capas profundas del suelo a los
abismos del espacio. Describió la historia de la Tierra, su gênese y evolución; enumerou los mundos que
gravitavam en el cielo y les calculó el peso, las dimensiones, la órbita. Quedó el hombre conociendo el
mezquino lugar que ocupa en el Universo: si aprendió a conocer la grandeza de su inteligencia, pudo, en
contraposición, medir la debilidad de sus sentidos.

La vida se patentó por toda parte, en el dominio de los seres microscópicos como en la superficie de los
globos que rolam en la imensidade. El estudio del mundo invisible viene a completar ese ascenso de la
Ciencia; rasga al pensamiento nuevos horizontes, perspectivas infinitas. De ora en delante el conocimiento
del alma y de sus destinos no será más el privilegio de los iniciados y de los doctos. La Humanidad toda es
llamada a participar de los beneficios espirituales que constituyen su patrimonio. Así como el Sol se levanta
visible para todos, la luz del Además debe irradiar sobre todas las inteligencias, reanimando todos los
corazones.

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38
Léon Denis – “Cristianismo y Espiritismo”, cap. V.

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En lo Invisible – Léon Denis 1903

VII - El Espiritismo y la Mujer.


Se encuentran, en ambos sexos, excelentes médiuns; es a la mujer, sin embargo, que parecen otorgadas
las más bellas facultades psíquicas. De ahí el eminente papel que le está reservado en la difusión del nuevo
Espiritualismo.

Malo grado a las imperfeições inherentes a toda criatura humana, no puede la mujer, para quién a
estudia imparcialmente, dejar de ser objeto de sorpresa y algunas veces de admiración. No es únicamente
en sus trazos personales que se realizan, en la Naturaleza y en el Arte, los tipos de la belleza, de la piedad y
caridad; en el que se refiere a los poderes íntimos, a la intuição y adivinhação, siempre fue ella superior al
hombre. Entre las hijas de Eva es que obtuvo la antigüedad sus célebres videntes y silbas. Esos
maravillosos poderes, esos dones del Alto, la Iglesia entendió, en la Edad Media, aviltar y suprimir,
mediante los procesos instaurados por feitiçaria.39 Hoy encuentran ellos su aplicación, porque es sobre
todo por intermédio de la mujer que se afirma la comunhão con la vida invisible.

Más una vez se revela a la mujer en su sublime función de mediadora, que lo es en toda la Naturaleza. De
ella provém la vida; es ella la propia fuente de esta, la regeneradora de la raza humana, que no subsiste y
se renueva sino por su amor y sus tiernos cuidados. Y esa función preponderante que desempeña en el
dominio de la vida, aún a viene a llenar en el dominio de la muerte. Pero nodos sabemos que la muerte y la
vida son una, o antes, son las dos formas alternas, los dos aspectos continuos de la existencia.

Mediadora también es la mujer en el dominio de las creencias. Siempre sirvió de intermediaria entre la
nueva fe que surge y la fe antigua que definha y va desapareciendo. Fue su papel en el pasado, los
primeros tiempos del Cristianismo, y aún lo es en la época presente.

El Catolicismo no comprendió la mujer, a quién tanto debía. Sus monjes y padres, viviendo en el celibato,
lejos de la familia, no podrían apreciar el poder y el encanto de ese delicado ser, en quién enxergavam,
antes, un peligro.

La antigüedad pagã tuvo sobre nodos la superioridade de conocer y cultivar el alma femenina. Sus
facultades se expandían libremente en los misterios. Sacerdotisa los tiempos védicos, al alt aire doméstico,
íntimamente asociada, en Egipto, en Grecia, en la Gália, a las ceremonias del culto, por toda la parte era la
mujer objeto de una iniciación, de una enseñanza especial, que de ella hacían un ser casi divino, la fada
protectora, el genio del hogar, la custódia de las fuentes de la vida. La esa comprensión del papel que la
mujer desempeña, en ella personificando la Naturaleza, con sus profundas intuições, sus percepciones
sutis, sus adivinhações misteriosas, es que fue debida la belleza, la fuerza, la grandeza épica de las razas
griega y céltica..

Porque, tal sea la mujer, tal es el hijo, tal será el hombre. ES la mujer que, desde la cuna, modela el alma
de las generaciones. ES ella que hace los héroes, los poetas, los artistas, cuyos hechos y obras fulguram a
través de los siglos. Hasta a los siete años el hijo permanecía en el gineceu bajo la dirección materna. Y se
sabe lo que fueron las madres griegas, romanas y gaulesas. Para desempeñar, sin embargo, tan sagrada
misión educativa, era necesaria la iniciación en el gran misterio de la vida y del destino, el conocimiento de
la ley de las preexistências y de las reencarnações; porque sólo esa ley da a la vida del ser, que va
desabrochar bajo la égide materna, su significación tan bella y tan comovedora.

39
Ver Michelet, “La Hechicera”, passim; Joseph Fabre, “Proceso de Condena de Joana d'Arc”, Delagrave, editor. “La Sra. Piper”,
dice: “La derradeira víctima de los procesos de feitiçaria fue Ana Gaeldi, supliciada en Glaris (Suiza), a 7 de junio de 1 874.
Durante catorce siglos fueron ejecutados más de medio millón de hombres y mujeres, bajo pretexto de feitiçaria.”
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Esa benéfica influencia de la mujer iniciada, que irradiava sobre el mundo antiguo como una dulce claridad,
fue destruida por la leyenda bíblica de la caída original.

Según las Escrituras, la mujer es responsable por la proscrição del hombre; ella pierde Adão y, con él, toda
la Humanidad; traiciona Sansão. Un pasaje del Eclesiastes a declara “una cosa más amarga que la
muerte”. La boda aún parece un mal: “Que los que tienen esposas sean como si no las tuvieran”; exclama
Paulo.

En ese punto, como en tantos otros, la tradición y el espíritu judaico prevalecieron, en la Iglesia, sobre el
modo de entender de Cristo, que fue siempre benévolo, compasivo, afetuoso para con la mujer. En todas
las circunstancias la escuda él con su protección; le dirige sus más tocantes parábolas. Extiende- le
siempre la mano, aún cuando decaída. Por eso las mujeres reconocidas le forman una especie de cortejo;
muchas lo acompañarán hasta a la muerte.

Durante largos siglos la mujer fue relegada para segundo plan, menospreciada, excluida del sacerdócio.
Por una educación tímida, pueril, supersticiosa, la maniataram; sus más bellas aptitudes fueron
comprimidas, conculcado y obscurecido su carácter. 40

La situación de la mujer, en la civilización contemporánea, es difícil, no raro dolorosa. Ni siempre la


mujer tiene por sí los usos y las leyes; mil peligros a cercan; si ella fraqueja, se sucumbe, raramente se le
extiende mano amiga. La corrupción de las costumbres hizo de la mujer la víctima del siglo. La miseria,
las lágrimas, la prostitución, el suicidio – tal es la suerte de gran número de pobres criaturas en nuestras
sociedades opulentas.

Una reacción, sin embargo, ya se va operando. Bajo la denominación de feminismo, un correcto


movimiento se acentúa legítimo en su principio, exagerado, sin embargo, en sus objetivos; porque, al lado
de justas reivindicaciones, enuncia propósitos que harían de la mujer, no más mujer, pero copia, parodia del
hombre. El movimiento feminista desconoce el verdadero papel de la mujer y tiende la transviá-la del
destino que le está natural y normalmente trazado. El hombre y la mujer nacieron para funciones
diferentes, pero complementarias. Al punto de vista de la acción social, son equivalentes e inseparables.

El moderno Espiritualismo, gracias a sus prácticas y doctrinas, todas de ideal, de amor, de eqüidade,
encara la cuestión de modo diverso y la resuelve sin esfuerzo y sin estardalhaço. Restituye a la mujer su
verdadero lugar en la familia y en la obra social, indicándole la sublime función que le cabe desempeñar en
la educación y en el adiantamento de la Humanidad. Hace más: la reintegra en su misión de mediadora
predestinada, verdadero trazo de unión que conecta las sociedades de la Tierra a las del Espacio.

La gran sensibilidad de la mujer a constituye el médium por excelencia, capaz de expresar, de traducir los
pensamientos, las emociones, los sufrimientos de las almas, las altas enseñanzas de los Espíritus celestes.
En la aplicación de sus facultades encuentra ella profundas alegrías y una fuente viva de consolações. La
feição religiosa del Espiritismo a atrae y le satisface las aspiraciones del corazón, las necesidades de
ternura, que se extienden, más allá del túmulo, a los entes desaparecidos. El peligro para ella, como para
el hombre, está en el orgullo de los poderes adquiridos, en la susceptibilidad exagerada. El ciúme,
suscitando rivalidades entre médiuns, se hace muchas veces motivo de desagregación para los grupos.

40
Lo Concilio de Mâcon (585) discutió “si la mujer tiene o no tiene alma”.

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De ahí la necesidad de desarrollar en la mujer, al tiempo que los poderes intuitivos, sus admirables
calidades morales, el olvido de sí misma, el júbilo del sacrificio, en una palabra, el sentimiento de los
deberes y de las responsabilidades inherentes a su misión mediatriz.

El Materialismo, no ponderando sino nuestro organismo físico, hace de la mujer un ser inferior por su
flaqueza y la impele a la sensualidade. A su contacto, esa flor de poesía verga al peso de las influencias
degradantes, si deprime y envilece. Privada de su función mediadora, de su inmaculada auréola, hecha
esclava de los sentidos, no es más que un ser instintivo, impulsivo, expuesto a las sugerencias de los
apetites mórbidos. El respeto mutuo, las sólidas virtudes domésticas desaparecen; la discordia y el
adulterio se introducen en el hogar; la familia se disuelve, la felicidad se aniquila. Una nueva generación,
desiludida y escéptica, surge del seno de una sociedad en decadencia.

Con el Espiritualismo, sin embargo, ergue de nuevo la mujer a inspirada fronte; viene a asociarse
íntimamente a la obra de armonía social, al movimiento general de las ideas. El cuerpo no es más que una
forma tomada por préstamo; la essência de la vida es el espíritu, y en ese punto de vista el hombre y la
mujer son favorecidos por igual. Así, el moderno Espiritualismo restablece el mismo criterio de los celtas,
nuestros padres; firma la igualdad de los sexos sobre la identidad de la naturaleza psíquica y el carácter
imperecedero del ser humano, y a ambos asegura posición idéntica en las agremiações de estudio..

Por el Espiritismo se subtrai la mujer al vértice de los sentidos y asciende a la vida superior. Su alma se
ilumina de clarão más puro; su corazón se hace el foco irradiador de tiernos sentimientos y nobilíssimas
pasiones. Ella reassume en el hogar la encantadora misión que le pertenece, hecha de dedicación y piedad,
su importante y divino papel de madre, de hermana y educadora, su noble y dulce función persuasiva.

Cesa, desde entonces, la lucha entre los dos sexos. Las dos mitades de la Humanidad se alían y equilibran
en el amor, para cooperar juntas en el plan providencial, en las obras de la Divina Inteligencia.

VIII - Las Leyes de la Comunicación Espírita


Sabemos que todo vibra e irradia en el Universo porque todo es fuerza, luz y vida. Penetra la Naturaleza,
en sus menores átomos, una energía infinita – origen de todos los fenómenos. Idénticamente, cada
Espíritu, libre o encarnado, posee, conforme su grado de adiantamento y de pureza, una irradiação cada
vez más rápida, intensa, luminosa.

La ley de las atracciones y correspondencias rige todas las cosas; las vibraciones, atrayendo vibraciones
similares, aproximan y vinculan las almas, los corazones, los pensamientos.

Nuestros malos deseos y concupiscências creían en hago de nodos una atmósfera fluídica impura,
propicia a la acción de las influencias de la misma orden, mientras que las nobles aspiraciones atraen las
salutares vibraciones, las irradiações de las esferas superiores.

Tal es el principio de la evolución; reside en la capacidad, que posee el individuo, de asimilar las fuerzas
misteriosas de la Naturaleza, para elevarse, mediante su auxilio, y ascender gradualmente hasta a la
Causa de las causas, a la fuente inexaurível de que procede toda la vida..

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La escala ascensional comporta planes sucesivos y superpuestos; en cada uno de ellos los seres son
dotados del mismo estado vibratório, de medios análogos de percepción que les permiten reconocerse
mutuamente, mientras que se les conservan invisibles y muchas veces aún incognoscíveis los seres de los
planes superiores, a consecuencia de su estado vibratório más acelerado y de sus condiciones de vida más
sutis y más perfectas.

ES lo que a los Espíritus acontece, entre sí, conforme sus diferentes grados de purificación, y a nodos
mismos en relación a ellos. Así, sin embargo, como se puede ampliar el campo de la visión humana con el
auxilio de los instrumentos de óptica, también se puede aumentar o reducir la suma de las vibraciones, de
suerte que alcancen un estado intermédio en que los modos de existencia de dos planes distinguidos se
combinen y entren en correspondencia.

Para comunicar con nosotros deberá el Espíritu amortiguar la intensidad de sus vibraciones, al tiempo que
activará las nuestras. En eso lo pode el hombre voluntariamente auxiliar; el punto a alcanzar constituye
para él el estado de mediunidade..

Sabemos que la mediunidade, en el mayor número de sus aplicaciones, es la propiedad que tienen algunos
de entre nodos de externalizarse en grados diversos, de desprenderse del envoltório carnal e imprimir más
amplitud a sus vibraciones psíquicas. Por su lado, el Espíritu liberado por la muerte se impregna de materia
sutil y atenúa sus radiaciones propias, a fin de entrar en uníssono con el médium.

Aquí se hacen necesarios unos algarismos explicativos. Admitamos, a ejemplo de algunos sabios, que sean
de 1.000 por según las vibraciones normales del cerebro humano. En el estado de “transe”, o de
desprendimento, el envolvente fluídico del médium vibra con mayor intensidad, y sus radiaciones alcanzan
la cifra de 1.500 por segundo. Si el Espíritu, libre en el espacio, vibra a la razón de 2.000 en el mismo lapso
de tiempo, le será posible, por una materialização parcial, bajar ese número a 1.500. Los dos organismos
vibran entonces simpáticamente; pueden establecerse relaciones y el dictado del Espíritu será percibido y
transmitido por el médium en transe sonambúlico.

ES esa armonización de las ondas vibratórias que imprime, a veces, al fenómeno de las incorporaciones
tamaña precisión y nitidez. En los otros estados de mediunidade el pensamiento del Espíritu se podrá
igualmente comunicar por vibraciones correspondientes, aunque menos intensas que las vibraciones
iniciales, de igual manera que una nota musical se repite, de octava en octava, desde la clave más alta a la
más baja de la vibración armónica.

En el hombre, la inteligencia y el desarrollo del cerebro se hallan en íntima correlación; una no se puede
manifestar sin el otro. A medida que el ser se eleva en la escala humana, del más salvaje al más civilizado,
la fronte avulta, el crânio se amplía, al tiempo que se expande la inteligencia. Cuando el desarrollo
exterior alcanza el apogeu, el pensamiento aumenta la energía interna del cerebro, multiplicando las
líneas, cavando ranuras; diseña estrías, incontables circunvoluções; forma protuberancias. Hace del
cerebro un mundo maravilloso y complicado, hasta tal punto que el examen de ese órgano, aún vibrante
de las impresiones de la vida que acaba de escaparse, es uno de los más atractivos espectáculos para el
fisiologista.

Tenemos en eso una prueba de que el pensamiento trabaja y afeiçoa el cerebro, y de que hay íntima
relación entre ellos. Uno es el admirable instrumento, el teclado, que el otro dedilha, haciéndolo desferir
todas las
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armonías de la inteligencia y del sentimiento. Como, sin embargo, se ejerce la acción del pensamiento
sobre la materia cerebral? Por el movimiento. El pensamiento imprime a las moléculas del cerebro
movimientos vibratórios de variada intensidad.

Venimos que todo en la Naturaleza se resume en vibraciones,41 perceptibles para nodos mientras están
en armonía con nuestro propio organismo, pero que nos escapan desde que son muy rápidas o
demasiado lentas. Nuestra capacidad de visión y de audición es limitadíssima; pero, además del límite
que nos traza, las fuerzas de la Naturaleza continúan a vibrar con vertiginosa rapidez, sin que
percibamos cosa alguna.

Pues bien: exactamente como los sonidos y la luz, los sentimientos y los pensamientos se expresan por
vibraciones, que se propagan por el espacio con intensidades diferentes.

Los pensamientos de cólera y de odio, las eternas súplicas de amor, lo lamento del desgraciado, los gritos
de pasión, los impulsos de entusiasmo, van, por la imensidade afuera, refiriendo a todos la historia de
cada uno y la historia de la Humanidad. Las vibraciones de cerebros pensantes, de hombres o de
Espíritus, se cruzan y entrecruzam al infinito, sin jamás confundirse. En torno a nodos, por toda parte, en la
atmósfera, rolam y pasan, como torrentes incesantes, flujos de ideas, ondas de pensamientos, que
impresionan los sensitivos y son muchas veces causa de perturbación y error en las manifestaciones.

Decimos: hombres o Espíritus. Con efecto, lo que el cerebro humano emite bajo forma de vibraciones el
cerebro fluídico del Espíritu proyecta bajo forma de ondas más extensas, de radiaciones que vibran con
más ancho y poderoso ritmo, por eso que las moléculas fluídicas, más flexibles, más maleables que los
átomos del cerebro físico, obedecen mejor a la acción de la gana.

Sin embargo esos cerebros, humanos y espirituales, concluyen las mismas energías. Mientras que, sin
embargo, en nuestro cerebro mortal esas energías dormitam o vibran débilmente, en los Espíritus alcanzan
el máximo de intensidad. Una comparación nos hará mejor incautar ese fenómeno.

Encuentra Ch. Drawbarn42 esa comparación en un bloque de hielo, en que se hallan contenidas en estado
latente todas las potencialidades que mantienen unidos los cristales de que él se compone. Sometido ese
bloque a la acción del calor, se desprenden fuerzas, que irán creciendo hasta que, transformado el hielo
para el estado de vapor, haya él readquirido y manifestado todas las energías que concluye. Poder -iba a
compararse nuestro cerebro a ese bloque de hielo, débilmente vibratório bajo la acción restricta del calor,
mientras que lo del Espíritu será el vapor hecho invisible, porque vibra e irradia con demasiada rapidez
para que pueda ser percibido por nuestros sentidos.

La diferencia de los estados se complica con la variedad de las impresiones. Bajo la influencia de los
sentimientos que los animan, desde la tranquila del estudio a las tempestades de la pasión, las almas y los
cerebros vibran en grados diversos, obedeciendo la velocidades diferentes; la armonía no se puede
establecer entre ellos sino cuando se igualan sus ondas vibratórias, como acontece con los diapasões
idénticos o con las placas telefónicas. Un cerebro de lentas y débeis excitaciones no se puede armonizar
con otros cuyos átomos son animados de un movimiento vertiginoso.

41
Ver 1ª Parte, cap. IV – “La mediunidade”.
42
Profesor Ch. Drawbarn – “The Science of the Communication”.

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En las comunicaciones espíritas la dificultad, por lo tanto, consiste en armonizar vibraciones y


pensamientos diferentes. ES en la combinación de las fuerzas psíquicas y de los pensamientos entre los
médiuns y los experimentadores, de un lado, y entre estos y los Espíritus, del otro, que reside
enteramente la ley de las manifestaciones.

Son favorables las condiciones de experimentación cuando el médium y los asistentes constituyen un
grupo armónico, es decir, cuando piensan y vibran en uníssono. En el de lo contrario, los pensamientos
emitidos y las fuerzas externalizadas se embaraçam y anulan recíprocamente. El médium, en medio de
esas corrientes contrarias, experimenta una opressão, un malestar indefinível; siéntese mismo, a veces,
como que paralizado, sucumbido. Será necesaria una poderosa intervención oculta para producir el mínimo
fenómeno.

Aún cuando es completa la armonía entre las fuerzas emanadas de los asistentes, y los pensamientos
convergen para un objetivo único, otra dificultad se presenta. Puede esa unión de fuerzas y gana ser
suficiente para provocar efectos físicos y mismo fenómenos intelectuales, que van luego siendo atribuidos
a la intervención de personalidades invisibles. ES prudente y de buen aviso sólo admitir, así pues, esa
intervención, cuando establecida por hechos rigurosos.

Muchas personas se admiran y quedan hesitantes a las primeras dificultades que encuentran en sus
tentativas de comunicar con los Espíritus. Y preguntan por qué es tan rara, tan poco concludente la
intervención de estos, y por qué no está la Humanidad entera familiarizada con un hecho de tal
magnitud.

Otras, prosiguiendo las investigaciones, obtienen pruebas satisfactorias y se hacen adeptas convictas. Sin
embargo, objetam aunque los seres amados que tienen en el Espacio, parientes y amigos fallecidos, a
pesar de sus veementes deseos y reiteradas solicitudes, nunca les dieron el más pequeño testimonio de su
presencia y ese insucesso les deja unos restos de duda, de desagradable incertidumbre. Era ese el
sentimiento que el propio Sr. Flammarion expresaba en una publicación reciente.

Ora, todo experimentador esclarecido fácilmente a sí aún explicará la razón de tales malogros. Vuestro
deseo de comunicar con determinado Espíritu e igual deseo de la parte de este no bastan sólo por sí; es
preciso que aún otras condiciones se reúnan, determinadas por la ley de las vibraciones.

Vuestro amigo invisible escucha los llamados que le dirigís y busca responderos. Sabe que, para comunicar
con vosotros, es preciso que vuestro cerebro físico y el cerebro fluídico de él vibren en uníssono. Ahí surge
una primera dificultad. Su pensamiento irradia con demasiada velocidad para que lo podáis percibir. Será,
pues, su primer cuidado imprimir a sus vibraciones un movimiento más lento. Para eso un estudio más o
menos prolongado se hará preciso, variando las probabilidades de éxito conforme las aptitudes y
experiencias del operador. Si falla la tentativa, toda comunicación directa se hace imposible y él tendrá
que confiar a un Espíritu más poderoso o más hábil la transmisión de sus dictados. ES lo que
frecuentemente acontece en las manifestaciones. Suponéis recibir el pensamiento directo de vuestro
amigo y, sin embargo, él no os llega sino gracias al auxilio de un intermediario espiritual. De ahí ciertas
inexatidões u obscuridades, atribuíveis al transmisor, que os dejan perplexo, mientras que la
comunicación, en su conjunto, presenta todos los caracteres de autenticidade..

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En la hipótesis de que vuestro amigo del otro mundo disponga de los poderes necesarios, le será preciso
buscar un médium cuyo cerebro, por sus movimientos vibratórios, sea suscetível de armonizarse con el
suyo. Hay, sin embargo, tan grande variedad entre los cerebros como entre las voces o las fisionomias;
identidad absoluta no existe. El Espíritu será forzado a contentarse con el instrumento menos impropio al
resultado a que se propone. Hallazgo ese instrumento, se aplicará a desarrollarle las calidades receptivas.
Podrá conseguir el deseado éxito en poco tiempo; algunas veces, sin embargo, serán necesarios meses,
años, para conducir el médium al requerido grado de sensitividade..

Bien podéis, aún, ser vosotros mismos ese médium, ese sensitivo. Si tenéis conciencia de vuestras
facultades, si os prestáis a la acción del Espíritu, alcanzaréis decerto el fin que él alcanzar. Para eso se
requieren, a la vez, paciencia, perseverança, continuidad, regularidad de esfuerzos. Poseeréis acaso esas
calidades? Vuestra fuerza de gana será siempre igual e inquebrantable? Si procedéis de modo incoherente,
hoy con ardor, mañana tíbio, de tal forma que las vibraciones de vuestro cerebro varíen en considerables
proporciones, no tendréis que admiraros de la diferencia y aún de la nulidade de los resultados.

Puede acontecer que, sintiéndose impotente para activar en grado suficiente, en el estado de vigilia, las
vibraciones de vuestro cerebro, recurra vuestro amigo invisible al “transe” y, por el sueño, os busque hacer
inconsciente. Entonces vuestro perispírito se externaliza; sus irradiações aumentan, si dilatam; la
transmisión se hace posible; expresáis el pensamiento del Espíritu. Al despertéis, pero, no conservaréis
recuerdo alguna del ocurrido y por los otros es que sabréis lo que tengan proferido vuestros labios.

Todos esos fenómenos son regidos por leyes rigurosas; cualesquiera que sean vuestras facultades, vuestros
deseos, si no podéis satisfacer a sus exigencias, vuestros padres y amigos fallecidos, todas las legiões
invisibles, debalde actuarían sobre vosotros. Ocurre, sin embargo, encontréis desconocidos, hombres o
mujeres, que el acaso parece colocar en vuestro camino. Nada saben de esas cosas. La ciencia del además-
túmulo puede ser para ellos letra muerta; sin embargo, poseen un organismo que vibra harmonicamente
con el pensamiento de vuestros parientes, de vuestro hermano o madre, y por su intermédio pueden estos
con vosotros entreter colóquios expansivos.

Podré, a título de ejemplo, citar el siguiente hecho: mi padre, fallecido había quince años, nunca se había
podido comunicar, en el seno del grupo cuyos trabajos muy tiempo dirigí, por ninguno de los médiuns que
ahí se habían sucedido. Sólo uno de ellos lo había podido entrever como vacante e indistinta sombra. Hube
Perdido yo toda la esperanza de conversar con él, cuando una noche, en Marsella, por ocasión de una
visita de despedida hecha a una familia amiga, llega una señora, que no aparecía hace más de un año, y,
intercambiados los saludos habituales, toma lugar a nuestro lado. En medio de nuestra conversación ella
cae en un sueño espontâneo y, con grande sorprendida mía, el Espíritu de mi padre, que ella jamás había
conocido, se manifiesta por su intermédio, me da las más irrecusáveis pruebas de identidad y, en una
enternecida efusão, describe las sensaciones, las emociones que hube experimentado desde el momento
de la criba.

Del conjunto de los estudios sobre las vibraciones armónicas de los cerebros, una comprobación resulta: es
que, por la orientación y persistencia de nuestros pensamientos, podemos modificar las influencias que nos
rodean y entrar en relación con inteligencias y fuerzas similares. Ese hecho no es únicamente exacto
acerca de los sensitivos y de los médiuns; también se da con todo ser pensante. Las influéncias del Además

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pueden irradiar sobre nodos, sin que haya comunicación consciente con los seres que lo pueblan. No es
necesario creer en la existencia del mundo de los Espíritus y querer conocerlo, para experimentarle los
efectos. La ley de las atracciones es inelutável; todo en el hombre le está sometido. Por eso la censura que
dirigen a los espíritas, acusándolos de atraer exclusivamente, en virtud de sus prácticas, las fuerzas
maléficas del Universo, es insubsistente delante de los hechos.

Depende del hombre recibir las más diversas inspiraciones, desde las sublimes a las más groseras. Nuestro
estado mental es como una brecha por donde amigos o enemigos pueden penetrar en nodos. Los sensuais
atraen Espíritus sensuais que se asocian a sus actos y deseos y les aumentan la intensidad; los criminales
atraen violentos que los impelem cada vez más lejos en la práctica del mal. El inventor es auxiliado por
investigadores del Además. El orador tiene la percepción de imágenes, que fijará en arroubos de
eloqüência propios a emocionar las multitudes. El pensador, el músico, el poeta recibirán las vibraciones de
las esferas en que el verdadero y el bello constituyen un objeto de culto; almas superiores y poderosas les
transfundirão las opulências de la inspiración, lo soplo divino que acaricia las frontes soñadoras y produce
las maravillas del genio, del talento.

Así, de uno al otro plan, responde el Espíritu a las solicitudes del Espíritu. Todos los planes espirituales se
conectan entre sí. Los instintos de odio, de depravação y crueldad atraen los Espíritus del abismo. La
frivolidade atrae los Espíritus levianos; pero la plegaria del hombre de bien, la súplica por él dirigida a los
Espíritus celestes se eleva y repercute nota la nota, en la gamma ascensional, hasta a las más elevadas
esferas, al tiempo que de las regiones profundas del Infinito descienden sobre él las ondas vibratórias, los
eflúvios del pensamiento eterno, que lo penetran de una corriente de vida y de energía. El Universo
entero vibra bajo el pensamiento de Dios..

IX - Condiciones de Experimentación.
El estudio de los fenómenos es de peso capital, pues que en él es que se basa enteramente el Espiritismo.
Muchas veces, sin embargo, la ausencia de método, la falta de continuidad y dirección en las experiencias
hacen estériles la buena-gana de los médiuns y las legítimas aspiraciones de los investigadores. La esas
causas se deben atribuir los resultados poco decisivos que tantas personas obtienen. Experimentan al
acaso desordenadamente, sin preocupación de las condiciones indispensables; tienen prisa de obtener
fenómenos transcendentes. En consecuencia aún del estado de espíritu en que hacen las investigaciones,
acumulan dificultades y, si al fin de algunas sesiones no obtienen más que hechos insignificantes,
banalidades o mistificações, desanimam y abandonan la investigación..

Si, al contrario, se producen resultados satisfactorios, determinan ellos muchas veces, con irrefletido
entusiasmo, una tendencia prejudicial para la credulidade, una disposición para atribuir a los Espíritus
desencarnados todos los fenómenos obtenidos. En casos tales no se hacen esperar las decepciones
necesarias, sin embargo, porque hacen nacer la duda y, con ella, restablecen el equilibrio mental, el senso
crítico, indispensable en todo estudio experimental y, más que cualquiera otro, en ese dominio de las
investigaciones psíquicas, en que la sugerencia, el inconsciente y el fraude se poden cada paso mezclar
con las manifestaciones del mundo invisible.

Noutros lugares se hacen críticas levianas, son acusados los grupos de mala dirección, los médiuns de
incapacidad y los asistentes de ignorancia o misticismo. Se quejan de no obtener sino comunicaciones
destituidas de interés científico y consistiendo de repisadas exortações morales.

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Esas críticas ni siempre son infundadas; pero es preciso no olvidar, como generalmente se hace, que
ninguno bien se adquiere sin trabajo y que se no debe buscar cuchara los frutos antes de la maturação. En
todo se requiere moderação y paciencia. Las facultades mediúnicas, como todas las cosas, están
sometidas a la ley de progresión y desarrollo. En lugar de estériles críticas, más valle, por el concurso de
mentes de buena-gana reunidas, facilitar la tarea del médium, formando en torno a él una atmósfera de
simpatía que le sea a la vez sustentáculo, estímulo y protección..

ES indispensable someter las producciones mediúnicas a riguroso examen y conducir las investigaciones
con espíritu analítico siempre vigilante.

La falta de benevolencia, la crítica exagerada, la malsinação sistemática pueden, sin embargo, desanimar
el médium, compeli-lo a abandonar todo, o por lo menos alejarlo de las reuniones numerosas, para
incorporarse a los grupos familiares, a los círculos restrictos, donde encontrará a buen seguro más
favorable ambiente, pero en que sus trabajos sólo aprovecharán a reducido número de escogidos..

Hay, por lo tanto, antes de todo un doble inconveniente a remover. Si demasiado escepticismo es
prejudicial, la credulidade excesiva constituye peligro no más pequeño. ES preciso evitar uno y otra con
igual cuidado y conservarse en un prudente término medio.

Entre los hombres de ciencia es que se encuentran los más inveterados prejuicios y prevenciones acerca
de los hechos espíritas.

Quieren ellos imponer a esas investigaciones las reglas de la ciencia ortodoxa y positiva, que consideran
los únicos fundamentos de la certeza; y si no son adoptadas y seguidas esas reglas, rechazan
implacablemente todos los resultados obtenidos.

Sin embargo, la experiencia nos demuestra que cada ciencia tiene sus reglas propias. No se puede estudiar
con provecho una nueva orden de fenómenos, socorriéndose de leyes y condiciones que rigen hechos de
una orden enteramente diversa. Sólo mediante investigaciones personales, o gracias a la experiencia en
ese dominio adquirida por los investigadores conscienciosos, y no en virtud de teorías a priori, es que se
pueden determinar las leyes que gobiernan los fenómenos ocultos. Son de las más sutis y complicadas
esas leyes. Su estudio exige espíritu reflejado e imparcial. Pero como exigir imparcialidad a aquellos cuyos
intereses, nombrada y amor-propio están íntimamente conectados la teorías o la creencias que el
Espiritismo puede aniquilar?

“Para hallar la verdad – dijo notable pensador – es preciso buscarla con el corazón simple.” ES, a buen
seguro, por eso que ciertos sabios, imbuídos de teorías preconcebidas, escravizados por el hábito a los
rigores de un método rutinario, colhem menos resultados en esas investigaciones del que hombres
simplemente inteligentes, pero dotados de senso práctico y de espíritu independiente. Esos se limitan a
observar los hechos en sí mismos y deducirles las consecuencias lógicas, mientras que el hombre de
ciencia se aferrará principalmente al método, aún cuando improdutivo. Lo que en ese dominio importa,
antes de todo, son los resultados, y el único método que favorecerlos, aunque parezca defectuoso a
algunos, debe ser por nodos considerado bueno.

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No es necesario ser matemático, astrónomo, médico de talento, para emprender, con probabilidad de
éxito, investigaciones en cuestión de Espiritismo: basta conocer las condiciones a llenar y someter - se a
ellas. Otra ciencia nos puede indicar esas condiciones.

Sólo la experimentación assídua y las revelaciones de los Espíritus-guía nos las permiten establecer con
precisión.

Los sabios toman muy poco en consideración las afinidades psíquicas y la orientación de los
pensamientos, que, sin embargo, constituyen un importante factor del problema espírita. Encaran el
médium como un aparato de laboratorio, como máquina que debe producir efectos a la gana, y proceden a
su respeto con excesiva desatenção. Las inteligencias invisibles que lo dirigen son por ellos equiparadas la
fuerzas mecánicas. En ellas se rechazan, en general, a ver seres libres y conscientes, cuya gana entra en
una considerable proporción, en las manifestaciones – seas que tienen sus ideas, sus designios, su objetivo,
desconocidos para nodos, y que ni siempre juzgan conveniente intervenir: unos, porque el desembaraço y
los objetivos excesivamente materiales de los experimentadores los alejan; otros, porque, demasiado
inferiores, no se preocupan con la necesidad de demostrar a los hombres las realidades de la supervivencia.

Fuerza es, sin embargo, reconocer que las exigencias y los procesos de los sabios pueden, en un correcto
límite, ser justificados, en vista de fraudes con que han sido muchas veces desfigurados o simulados los
fenómenos.

No solamente hábiles prestidigitadores han practicado ese género de ejercicios, pero verdaderos médiuns
han sido, no raro, sorprendidos en flagrante delito de simulación. De ahí la bien legítima prevención de
correctos investigadores y la obligación, que se les impone, de eliminar, en las experiencias, todo lo que
presenta carácter sospechoso, todo elemento de duda, todo motivo de ilusión..

ES indubitável que, en el fenómeno de transportes, por ejemplo, será preciso una gran acumulación de
pruebas, irrecusável evidencia, para creerse en la desmaterialização y sucesiva reconstituição de objetos,
pasando a través de las paredes, de preferencia a admitir que hayan sido traídos por alguno de los
asistentes.

La desconfianza, sin embargo, no debe ser llevada al extremo de imponer al fenómeno condiciones que lo
hagan imposible, como en el caso del Dr. Ferroul y de los profesores del Montpellier, que exigían la lectura
a la distancia, a través de placas de vidrio..

La interposição de ese cuerpo, creando un obstáculo insuperável a la acción del médium, hacía esa
experiencia equivalente a la que, en un objetivo de verificación, consistiera en inundar de luz intensa la
cámara oscura de un fotógrafo, en el momento de practicar sus operaciones peculiares.

La ignorancia de las causas en acción y de las condiciones en que ellas se manifiestan explica los
frecuentes insucessos de aquellos mismos que, suponiendo dar lecciones a los otros, sólo consiguen
demostrar insuficiencia de las reglas de su propia ciencia, cuando las quieren aplicar a esta orden de
investigaciones..

Además de eso, el espíritu de sospecha y malevolência en que envuelven el médium atrae las entidades
inferiores, que se complacen en perturbar e impelem el sensitivo a la práctica de actos fraudulentos.
Cuando esos elementos hacen irrupção en un grupo, el mejor alvitre a adoptar es suspender la sesión. ES

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sobre todo en ese caso que la presencia y los consejos de un Espíritu-guía son de gran utilidad; y los que,
de ellos privados, se entregan la experiencias, quedan expuestos la graves decepciones.

El médium es un instrumento delicado, repositorio de fuerzas que se no renuevan indefinidamente y que es


preciso utilizar con moderação. Los Espíritus esclarecidos, los experimentadores sensatos, a los cuales
merece cuidado la salud de los sensitivos, saben detenerse a los primeros síntomas de esgotamento; los
Espíritus levianos y embusteros, que afluem a las reuniones apenas dirigidas, en que no reina la armonía
ni la elevación de pensamientos, tienen menos escrúpulos. Señores de los objetivos de los investigadores
inexpertos, no trepidarão en exceder el límite de las fuerzas del médium, para producir fenómenos sin
interés, y aún para mistificarem los asistentes.

Casi siempre, fuerzas, causas, influencias diversas intervienen en las experiencias; algunas veces aún se
contrarían y hostilizam. De ahí una correcta confusión, una mescla de verdadero y falso, de cosas
evidentes y dudosas que ni siempre es fácil distinguir.

Los propios sabios reconocen que, en la mayor parte de los casos, puede la sugerencia intervenir en una
considerable proporción; del que resulta que, para obtener fenómenos espíritas verdaderamente
auténticos y espontâneos, se debe evitar con cuidado todo lo que puede influenciar el médium y perturbar
la acción de los Espíritus. Ora, es del que parece menos se preocupen correctos hombres de ciencia. 43
Juzgan lícito embaraçar el sensitivo con preguntas inoportunas, pueris, insidiosas. Perturban las sesiones,
entretendo-si en conversaciones particulares y colóquios. Cuando son indispensables la tranquila, el
silencio, la atención, unos cambian de lugar, entran y salen, interrumpen las manifestaciones en curso, a
pesar de las injunções de los Espíritus; otros, como cierto doctor de nuestro conocimiento, fuman y toman
cerveza durante las experiencias.

En tales condiciones tan poco serias, tan poco honestas, como es posible oso, legítimamente formular
conclusiones?

Algunas veces la experiencia sigue una dirección normal, satisfactoria; el fenómeno se desarrolla con
feição prometedora. Y súbitamente actúa una nueva causa; una gana interviene; una corriente de ideas
contrarias entra en juego; la acción mediúnica se perturba y transvia; ya no produce sino efectos en
desacuerdo con las esperanzas del comienzo. Hechos reales parece ladearem cosas ilusórias; a las sesiones
imponentes suceden manifestaciones vulgares. Como destrinçar esa complicación que os deja perplexo?
Como evitar su reproducción?

Y ahí que la necesidad de la disciplina en las sesiones se hace vivamente sentir y, más aún, la asistencia de
un Espíritu elevado, cuya gana enérgica ejerza imperio sobre todas las corrientes adversas.

Cuando la armonía de las condiciones se establece y la fuerza del Alto es suficiente, ya si no producen
esas contradicciones, esas incoerências que provienen, quiere de las fuerzas inconscientes, quiere de
Espíritus atrasados, quiere aún del estado mental de los asistentes. El fenómeno se desarrolla, entonces,
en su majestosa grandeza y el hecho probatorio se presenta.

Pero para eso, para obtener esa asistencia del Alto, se hacen precisas la unión, la elevación de los
pensamientos y de los corazones; son necesarios el recolhimento y la plegaria..

43
Ver las experiencias del Sr. Flournoy, profesor de Psicología en la Universidad de Ginebra, y la judiciosa crítica que de ellas hizo
el Sr. Dr. Metzger – “Autour des Indes a la la Planète”, Leymarie, editor.

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Las entidades superiores no se ponen de buenamente al servicio de los experimentadores que no son
animados del sincero deseo de instruirse, de un amor profundo al bien y a la verdad.

Aquellos que hacen del Espiritismo un passatempo, una frívola diversão, no tienen que contar sino con
incoerências y mistificações.

Puede haber aún en eso, a veces, un peligro. Ciertas personas se complacen en conversaciones mediúnicas
con los Espíritus inferiores, con almas viciosas y degradadas, y eso sin intención benéfica, sin objetivo de
regeneración, movidas por sentimiento de curiosidad, por el deseo de divertirse. Mientras que no habrían
soportado la convivencia de esos seres, en la vida terrestre, no receiam atraerlos, tras desencarnados, y
con ellos entreter charlas de malo me gusta, sin notar que de ese modo se abandonan la peligrosas
influencias magnéticas.

Si entrarais en relación con almas perversas, fazei-lo con el fin de su redención, de su rehabilitación moral,
bajo lo amparo de uno guía respeitável; doutro modo os expondréis a la nociva promiscuidade, la
obsessões temibles. No abordéis esas regiones del Además sino con el propósito firme y elevado, que
séaos como la arma assestada contra el mal.

La mediunidade, ese poder maravilloso, fue concedida al hombre para un noble uso. Aviltando-a, aviltareis
a vosotros mismos, y de un puríssimo eflúvio celeste haréis uno soplo envenenado.

El antiguo iniciado, como los orientales nuestros días, sólo se entregaba a las evocações tras haberse
purificado por la abstinência, por la plegaria y por la meditação. La comunicación con lo Invisible era un
acto religioso, que él ejecutaba con sentimiento de respeto y de veneración por los muertos.

Nada hay más diametralmente opuesto que el modo de proceder de ciertos experimentadores actuales.
Se presentan en los lugares de reunión tras copioso cena, impregnados del olor del tabaco, con el deseo
intenso de obtener manifestaciones ruidosas o indicaciones favorables a sus intereses materiales. Y se
admiran, en tales condiciones, de sólo presentarse Espíritus fraudulentos y mentirosos que los engañan
y se divierten en causarles incontables decepciones!

Malo grado a la repugnância de los modernos sabios por los medios con cuya aplicación se realiza la
elevada comunhão de las almas, será forçoso a ellos recurrir, a menos que se quiera hacer del
Espiritismo una nueva fuente de abusos y de males.

El estado de espíritu de los asistentes, su acción fluídica y mental, es así pues, en las sesiones, un
importante elemento de éxito o de insucesso. Mientras más sensible es el médium, tanto más receptivo
es a la influencia magnética de los experimentadores. En una asamblea compuesta, en la mayoría, de
incrédulos, cuyos pensamientos hostiles convergen para el sensitivo, el fenómeno difícilmente se produce.
La primera de las condiciones es abstenerse de toda idea preconcebida, a fin de dejar al Espíritu la
necesaria libertad de acción. Tengo, por mi parte, en ciertos casos, podido verificar que una gana enérgica
y persistente puede paralizar el sensitivo, si es débil, y constituir obstáculo a las manifest acciones.

Los pensamientos divergentes se chocan y forman una especie de caos fluídico, que la gana de los invisibles
ni siempre consigue dominar. ES lo que hace tan problemáticos los resultados en las asambleas numerosas,
de composición heterogênea, en las sesiones teatrales, por ejemplo, como lo ha

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demostrado la experiencia. Las personas ávidas de propaganda pública, que, sin meditar de las necesarias
precauciones, se aventuran en ese terreno, se exponen a bien graves reveses. Ahí corren los médiuns gran
riesgo: no solamente se hallan a la mercê de los Espíritus atrasados que se complacen en la permanencia
entre las turbas, pero aún quedan a la disposición de todo apenas-intencionado que, aparentando de
sabio, de ellos exigirá experiencias contrarias a las verdaderas leyes del Espiritismo. Y cuando haya usado
y abusado de sus fuerzas sin resultado práctico, persuadirá los espectadores de que, en esa orden de
ideas, no hay más que fraude o error..

Se comprende, tras eso, que haya casi siempre afinidade entre los miembros de un círculo y las
entidades actuantes. Las influencias humanas atraen inteligencias similares y las manifestaciones
revisten un carácter en armonía con las disposiciones, las preferencias, las aptitudes del medio.

Ciertos críticos han pretendido concluya de ahí que las comunicaciones espíritas no pasa m de reflejos de
los pensamientos de los asistentes. Fácil de refutar es esa opinión. Basta recordar las revelaciones de
nombres, hechos, fechas, desconocidos de todos, las cuales se han producido en tantos casos y fueron
reconocidas exactas tras verificación.44

Se han obtenido palabras, dictadas en lenguas ignoradas de los asistentes; la firma, el estilo, la manera de
escribir de personas fallecidas han sido mecánicamente reproducidas por médiuns que nunca las habían
conocido. A veces, también, experimentadores instruidos sólo obtienen cosas vulgares, mientras que en
reuniones de iletrados han sido transmitidas comunicaciones notables por la elevación y belleza de
lenguaje..

Las analogías que se notan entre los miembros de un grupo y los Espíritus que lo dirigen no provienen
únicamente de las simpatías adquiridas y de la similitude de opiniones; radicam-si también en las
exigencias de la transmisión fluídica.

En las manifestaciones intelectuales el Espíritu necesita de un agente y de un medio que le suministren los
elementos necesarios para exponer sus ideas y hacerlas comprender. De ahí la tendencia para
aproximarse de los hombres con quienes se halla en comunhão de ideas o de sentimientos..

ES sabido que en los fenómenos de escritura, de incorporación y, a veces, aún, de tiptologia, el


pensamiento del Espíritu se transmite a través del cerebro del médium y este no deja pasar sino un
correcto número de vibraciones – las que se hallan en armonía con su propio estado psíquico.45

De igual manera que un rayo de luz, atravesando los vidrios coloreados de una ventana, se descompone y
no proyecta del otro lado sino una cantidad reducida de vibraciones, así el dictado del Espíritu, sea cuál sea
a la opulência de los términos y de las imágenes que lo componen, será transmitido en el restricto límite
de las formas y de las expresiones familiares al médium y contenidas en su cerebro.

Esa regla es general. Tenemos, sin embargo, observado que un Espíritu poderoso en gana y energía
consigue hacer un médium transmitir enseñanzas superiores a sus conocimientos e indicar hechos que
su memoria no registra.

En cuanto a las lagunas y contradicciones que entre sí presentan las comunicaciones y de que tantas
veces se hace un argumento contra el Espiritismo, conviene no olvidar que los Espíritus, como los
hombres,
44
Ver 2ª Parte, caps. XVII a XXI.
45
Ver 1ª Parte, cap. VIII – “Las leyes de la comunicación espírita”.
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representan todos los grados de la evolución. La muerte no les confiere la ciencia integral y, aunque sus
percepciones sean más extensas que las nuestras, no penetran ellos sino a poco y poco, y en la medida
de su adiantamento, los secretos del Universo imensurável.

La atmósfera terrestre está poblada de Espíritus inferiores, en inteligencia y en moralidade, a los cuales el
peso específico que les es propio no permite se eleven más alto. Son los que acodem a nuestros llamados
y se comunican la mayor parte de las veces. Los que se elevaron a una vida superior no volvem hasta
nodos sino en misión. Sus manifestaciones son más raras. Se revisten de carácter grandioso, que no las
permite confundir en el conjunto de las otras comunicaciones.

Si los pensamientos divergentes de los circunstantes son una causa de perturbación y de insucesso, por un
efecto contrario, los pensamientos dirigidos para un objetivo común, sobre todo cuando elevado,
producen vibraciones armónicas que difunden en el ambiente una impresión de tranquila, de serenidade,
que penetra el médium y facilita la acción de los Espíritus. Estos, en vez de luchar, empleando el poder de
la gana, no tienen más que asociar sus esfuerzos a las intenciones de los asistentes; y desde
inmediatamente la diferencia de los resultados es considerable.

Por eso es por lo que en las reuniones de nuestro grupo de estudios reclamamos constantemente el
silencio, el recolhimento, la unión de los pensamientos y, a fin de los facilitar y de orientar la asistencia en
el sentido de elevados asuntos, abrimos siempre las sesiones con una plegaria colectiva, con una
invocación improvisada al Poder Infinito y a sus invisibles Agentes, poniendo en esa invocación todas las
fuerzas de nuestro espíritu, todos los espontâneos surtos de nuestro corazón.

Además de eso, en las sesiones de efectos físicos, cuando se pretende obtener fenómenos de
transportes, escritura directa, materializações, es conveniente emplear un medio artificial para fijar en
un punto los pensamientos de los circunstantes. Se puede adoptar un signo y colocar imaginariamente
por encima del médium, como, por ejemplo, una cruz, un triángulo, una flor, y, de cuando en cuando, en
el curso de la sesión, acordar el signo convencional, atraer para él la atención oscilante y prestes siempre
a desviarse.

Ese proceso sustituye con ventaja las cantarolas vulgares, poco edificantes, a que muchos acostumbran
recurrir en ciertas reuniones y que impresionan desagradablemente las personas de fino me gusta y
espíritu culto, y sólo tienen aplicación en la obscuridade. La luz generalmente ejerce una acción
dissolvente sobre los fluidos. En todos los casos en que no sea indispensable, como para obtenerse la
escritura semimecânica, será conveniente disminuirle la intensidad y aún la suprimís enteramente, desde
que, por ejemplo, se dispone de médiuns videntes y de incorporación..

La música, las esquinas graves y religiosos pueden también contribuir poderosamente para determinar la
armonía de los pensamientos y de los fluidos. Esto no es, sin embargo, suficiente. En las sesiones, a la unión
de los pensamientos es necesario añadir la unión de los corazones. Cuando reina la antipatia entre los
miembros de un grupo, la acción de los Espíritus elevados se enflaquece y aniquila. Para obtener su
intervención assídua es preciso que la armonía moral, madre de la armonía fluídica, si establezca en los
corazones y que todos los adeptos se sientan en la conjunção de esfuerzos por alcanzar un objetivo común,
conectados por un sentimiento de sincera y benévola cordialidade.

Las más secretas leyes del pensamiento se revelan en las experiencias. Cuando, a veces, los miembros
de un grupo están agitados por intensas preocupaciones, puede el lenguaje del médium ressentir-se de
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ese hecho.

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El mismo se dará con la acción de los Espíritus sobre el médium y recíprocamente. Cualquiera que sea el
predomínio de un Espíritu sobre el sensitivo, si este se halla desassossegado, inquieto, agitado, las
comunicaciones presentarán el cunho de ese estado de perturbación. Las inteligencias que se
manifiestan, cuando sean poco adelantadas, pueden también sufrir la influencia de los asistentes.

Hay, de modo general, entre el medio terrestre y las entidades invisibles una reciprocidade de influencias
que es preciso tener en consideración en el análisis de los fenómenos. El Espíritu elevado, sin embargo, aún
en virtud de su superioridade y de las fuerzas de que dispone, escapa a esas influencias, las domina y
gobierna, y se afirma con una autoridad que no deja lugar a la más pequeña duda. Por eso es por lo que
conviene por encima de todo captemos la intervención de las almas superiores y facilitarla, colocándonos
en las condiciones que ellas nos imponen, sin las cuales no podemos atraer sino Espíritus medíocres, poco
aptos a servirnos de guías y traducir fielmente los altos ensinamentos del Espacio.

Los grupos poco numerosos y de composición homogénea son los que reúnen las mayores probabilidades
de éxito. Si ya es difícil armonizar las vibraciones de cinco o seis personas entre sí y con los fluidos del
Espíritu, es evidente, la fortiori, que las dificultades aumentan con el número de los asistentes. ES prudente
no exceder el límite de diez a doce personas, de uno y otro sexo, cuando posible siempre las mismas, sobre
todo en el comienzo de las experiencias.

La renovación frecuente de la asistencia, reclamando continuo trabajo de fusión y asimilación de la parte


de los Espíritus, compromete o por lo menos tarda los resultados. Si es excelente, al punto de vista de la
propaganda, franquear los círculos a nuevos adeptos, es necesario que al menos un núcleo de antiguos
miembros permanezca compacto y constituya invariable mayoría.

Conviene reunirse en días y horas fijos y en el mismo lugar. Los Espíritus pueden apropiarse, así, de los
elementos fluídicos que les son necesarios, y los lugares de reunión, impregnándose de esos fluidos, se
hacen cada vez más favorables a las manifestaciones.

La perseverança es una de las calidades indispensables al experimentador. Aborrece muchas veces pasar
uno serán infrutífero en la expectativa de los fenómenos. Sabemos, pero, que una acción insensível, lenta y
progresiva, se realiza en el curso de las sesiones. La concentración de las fuerzas necesarias no se efectúa,
a veces, sino tras repetidos esfuerzos, en reuniones de tentativas y de ensayos..

Los siguientes ejemplos nos demuestran que la paciencia es frecuentemente la condición del éxito.

En 1855 el profesor Mapes formó, en Nueva York, un grupo de doce personas, hombres cultos y escépticos,
que combinaron reunirse, con un médium, veinte veces seguidas.

Durante las dieciocho primeras noches los fenómenos presentaron carácter tan indeciso y trivial que
muchos de entre los asistentes deploravam la pérdida de un tiempo precioso; en el curso de las dos
últimas sesiones, sin embargo, se produjeron hechos de tal modo notables que el estudio fue proseguido
por el mismo grupo durante cuatro años; todos sus miembros se hicieron engreídos adeptos. 46

46
Russel Wallace, “Los Milagros y el Moderno Espiritualismo”, pág. 205.

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En 1861, el banquero Livermore, experimentando con la médium Kate Fox, con el fin de obtener
materializações del Espíritu de su esposa Estela, sólo a la 24ª sesión vio diseñarse su forma. Pudo más
tarde conversar con ese Espíritu y obtener comunicaciones directas. 47 La falta de perseverança ninguno de
esos resultados habría permitido cuchara.

Se comprende, a la vista de esos hechos, cuanto es necesario aplicar una atención rigurosa a la
composición de los grupos y a las condiciones de experimentación. Tal sea la naturaleza del medio, la
facultad del médium producirá efectos muchísimo diversos. Ora se manifestará en fenómenos de carácter
equívoco, que despertarán la duda y la desconfianza, haciendo que las sesiones, en tal caso, dejad una
impresión de malestar indefinível; ora dará lugar a efectos tan poderosos que delante de ellos toda
incertidumbre se disipará.

Tengo, por mi parte, asistido la muchas sesiones nulas o insignificantes; pero también puedo afirmar que
he visto médiuns admirablemente inspirados en sus horas de éxtasis y de sueño magnético. Otros he visto
escribir de un jato, a veces aún en la obscuridade, páginas magníficas de estilo, esplêndidas de elevación y
de vigor. He asistido, a los miles, a fenómenos de incorporación que permitían la habitantes del Espacio
apoderarse, durante algunas horas, del órgano de un médium y proferir frases, discursos, con inflexiones
tales que todos cuántos los oían guardaban de esas reuniones una recordação imorredoura.

Para el observador atento, que estudió todos los aspectos del fenómeno, hay como que una gradação, una
escala ascensional, que va desde los ligeros ruidos y los movimientos de mesas hasta las más altas
producciones del pensamiento. ES un engranaje que se apodera del experimentador imparcial y cuyo
poder todos los hombres que tienen la preocupación de la verdad cedo o tarde reconocerán.

A pesar de las hostilidades, de las repulsas y hesitações, forçoso vendrá a ser un día consagrarse, de modo
general, al estudio de las manifestaciones físicas; este, por un riguroso encadenamiento, conducirá a la
psicografia y, enseguida, por la visión y audición, a la incorporación; y desde que se quiera investigar las
causas re ais de esos fenómenos, defrontar-se-á con el gran problema de la supervivencia.

A medida que el observador penetrar en ese dominio, se sentirá poco a poco elevado por encima del plan
material. Será inducido a reconocer que los hechos de orden física no son más que preparación para
fenómenos más eminentes y que todos, en conjunto, convergen para la manifestación de esta verdad:
que el alma humana es imperecedera y sus destinos son eternos. Concebirá, desde entonces, de las leyes
del Universo, de la orden y armonía de las cosas, una idea cada vez más grandiosa, con una noción
siempre más profunda del objetivo de la existencia y de los imprescritíveis debas que ella impone.

En los fenómenos es, por lo tanto, necesario distinguir tres causas en acción: la gana de los
experimentadores, las fuerzas externalizadas del médium y de los asistentes y la intervención de los
Espíritus.

Los propios fenómenos se pueden dividir en dos grandes categorías: los hechos magnéticos y los hechos
mediúnicos; unos y otros, sin embargo, íntimamente se entrelaçam y muchas veces se confunden.

47
Ver R. Dale Owen, “Región en Litígio”, passim; Aksakof, “Animismo y Espiritismo”, cap. IV, C.
Muchos otros ejemplos podrían ser mencionados. El Doctor Cyriox, director de la “Spiritualistiche Blaetter”, de Berlín, no
obtuvo la escritura mecánica sino en la 21ª sesión (L. Gardy, “Cherchons”, pág. 164).
Varios miembros de nuestro grupo tuvieron que aplicarse a ejercicios preparatórios, trazar señales y caracteres informes
durante muchos meses, antes de obtener dictados legibles
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En lo Invisible – Léon Denis 1903

El médium, una vez buceado en sueño magnético, se halla en tres estados distinguidos que se pueden en
él suceder, cada uno de los cuales corresponde una orden de fenómenos. Son ellos:

1. El estado superficial de hipnose, favorable a los hechos telepáticos y a la transmisión de


pensamiento; los que, sin embargo, se producen en ese estado son en general poco concludentes;
el desprendimento del cuerpo fluídico del médium es incompleto, y su acción personal se puede
mezclar a la sugerencia del Espíritu.
2. El sueño magnético real, que permite al cuerpo fluídico del médium externalizarse y actuar a la
distancia.
3. El sueño profundo, gracias al cual se producen las aparições, las materializações, la levitação del
médium, las incorporaciones. El sueño mediúnico, en sus varias fases, puede ser provocado, ora por
uno de los experimentadores, ora directamente por el Espíritu. Juzgamos preferible dejar actuar
la influencia oculta, cuando suficiente. Así se evitará la objeção habitual de que la acción del
magnetizador favorece la sugerencia..

Los hechos espíritas pueden ser subdivididos en cuatro clases:

1ª- La tiptologia y el fenómeno de las mesas – En este género de experiencias es preciso eliminar con
cuidado las causas físicas, los movimientos involuntários, el magnetismo de los asistentes, la
sugerencia mental. Excluidos todos los hechos explicabais por esas causas, restará un número
considerable de fenómenos que demuestran la intervención de inteligencias ajenas a las personas
presentes.

2ª- La escritura automática – Muchos dictados obtenidos por ese proceso pueden ser atribuidos a la
sugerencia inconsciente.

Pudiendo el pensamiento, como venimos, externalizarse, acontece, en ciertos casos, que el


pensamiento del médium responde a la pregunta por él propio formulada. Se daría entonces un
fenómeno de auto-sugerencia involuntária, o de sugerencia de los asistentes. La acción de los
Espíritus, sin embargo, se revela en los casos en que escrituras desconocidas son trazadas, y
hechos, particularidades, revelaciones, que constituyen otros tantos elementos de identidad,
son obtenidos por ese modo de experimentación. 48

3ª- La incorporación – En los fenómenos de esta orden puede el inconsciente del médium ejercer una
correcta intervención. Hay en cada uno de nodos adquisiciones mentales, aptitudes,
reminiscencias, una extensa acumulación de riquezas intelectuales, fruto de nuestras anteriores
existencias, las cuales, sepultadas en las profundidades de la conciencia, si nos conservan
ignoradas en el estado de vigilia. ES lo que constituye el inconsciente, o antes, el subconsciente.

En los casos de desprendimento sonambúlico y de exteriorização, esas energías despiertan, vibran


e irradiam en torno al cuerpo fluídico del médium; la Psique readquire sus recônditas capacidades
y entra en acción. Fácil, sin embargo, es reconocer los numerosos casos en que ocultas
personalidades se apoderan del organismo del médium y se sustituyen a su propio espíritu. Esas
personalidades se evidenciam por señales características, gestos y voz que les son.

48
Ver 2ª Parte, cap. XVIII.

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propios, como por ciertas particularidades psicológicas que no las permiten confundir con el
inconsciente del médium.49

4ª- Las materializações – Esos fenómenos, en virtud de producirse en la obscuridade, exigen rigurosa
verificación. Se puede, para eso, hacer uso, quiere de balanzas munidas de aparatos registradores
que permitan averiguar la disminución de peso del médium, como en las experiencias de
Armstrong y Reimers,50 quiere, a ejemplo de W. Crookes y del ingeniero Varley, de baterías
eléctricas, a que es conectado el médium por una corriente que impide todo movimiento equívoco
de su parte.

En el que se refiere a las manifestaciones espíritas, propiamente dichas, cual será el criterio de certeza?
Donde estará la prueba de la intervención de los Espíritus?

Esa prueba, ya lo dijimos, reside en el conjunto de las particularidades que permiten establecer una
identidad positiva. Sólo el experimentador puede en ese caso ser juez, y su convicción no se puede basar
sino sobre el reconocimiento de esos indicios característicos desconocidos del médium y a veces mismo de
los asistentes, mediante los cuales se revela la personalidad del ser invisible.51

Para adquirir certeza y multiplicar los medios de verificación, es conveniente variar las experiencias,
completar unas con las otras, recurriendo a los diversos géneros de mediunidade. Del conjunto de los
testimonios y de los resultados obtenidos podremos así coligir de más considerable suma de pruebas que
sea posible obtener en ese dominio, en que múltiples causas intervienen y no raro se confunden.

ES a veces cruel y desolador sepamos, sintamos, al pie de nodos, un ente amado y desaparecido, sin poder
con él conversar; y si, dotado de mediunidade, busquemos obtener una comunicación, no lo es menos
percibamos, mientras el lápiz corre veloz sobre el papel, que nuestro pensamiento se intercala a su de un
modo tan íntimo que no podemos separar uno del otro y determinar lo que emana de nodos o provém de
él.

Recurrimos entonces a otro médium. Quiere él escriba, sin embargo, quiere quiebra por su boca, durante
el sueño mediúnico, el Espíritu evocado, reconocemos aún, por un efecto de esa malfadada sugerencia,
que por toda parte se insinúa, que la personalidad del médium se mezcla con a de el ser que nos es caro. Y
la duda nos asalta, la angustiosa incertidumbre nos oprime. Súbito, sin embargo, una prueba de identidad
brota como una chispa, tan viva, tan brillante, tan incontestável que, delante de ella, todas las hesitações
desaparecen, todas las dudas se disipan y nuestra razón satisfecha y nuestro corazón emociona del
entran, en un transporte de amor y de fe, en comunhão con el alma idolatrada que de modo tan claro e
inconfundible acudiu a nuestro reclamo y para siempre firmó la certeza de su presencia y de su
protección.

En cuanto a las comunicaciones de carácter general y que revisten la forma de enseñanza filosófico, deben
ser cuidadosamente examinadas, discutidas, juzgadas con rigor, con de más completa libertad de
apreciación. La Humanidad invisible se compone de los Espíritus que vivieron en este mundo, en cuyo
número
– sabemos – se cuentan muchos, bien poco adelantados. Pero en el Espacio hay también inteligencias

49
Ver 2ª Parte, cap. XIX.
50
Ver Aksakof – “Animismo y Espiritismo”, cap. I, C, y más adelante, cap. XX.
51
Ver 2ª Parte, cap. XXI – “Identidad de los Espíritus”.
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brillantes, iluminadas por los esplendores del Además. Y cuando anuem a venir hasta nodos, podemos
reconhecê- las en la elevación del pensamiento, como en la judiciosa retidão de las apreciaciones.

En esta orden de ideas el discernimento es una calidad indispensable. El investigador debe ser dotado de
criterio seguro, que le permitirá distinguir el verdadero del falso y, tras haber todo examinado, conservar lo
que ha legítimo valor.

Nada es más prejudicial a la causa del Espiritismo que la excesiva credulidade de ciertos adeptos y las
experiencias apenas dirigidas. Estas producen a los investigadores novatos una deplorável impresión;
suministran alimento a la crítica y al motejo y dan una idea falsa del mundo de los Espíritus. Muchos salen
de esas reuniones aún más incrédulos que antes.

El hombre crédulo es dotado de buena-fe; a sí aún se engaña inconscientemente y se hace víctima de su


propia imaginação. Acepta las cosas más inverossímeis y muchas veces las afirma y propaga con
entusiasmo extravagante. ES eso uno de los mayores estorvos para el Espiritismo, una de las causas que de
él alejan muchas personas sensatas, muchos sinceros investigadores, que no pueden tomar a serio una
doctrina y hechos tan apenas presentados.

ES preciso no aceptar ciegamente cosa alguna. Cada hecho debe ser objeto de minucioso y profundizado
examen. Sólo en esas condiciones es que el Espiritismo se impondrá a los hombres estudiosos y
racionalistas. Las experiencias hechas superficialmente, sin conocimiento de causa, los fenómenos
presentados en malas condiciones suministran argumentos a los escépticos y perjudican la causa a que
se pretende servir.

Podemos, en resumen, decir que el principal motivo de los errores e insucessos, en cuestión de
psiquismo experimental, es la falta de preparación. Los pueblos del Occidente abordan ahí un nuevo
dominio, ignorado u olvidado, que no es exento de peligros para ellos; sólo excepcionalmente lo hacen
munidos de ese elevado sentimiento, de esa luz interior, de ese sentido penetrante del alma, que los
grandes iniciados poseyeron y son los únicos que nos pueden preservar de los embustes y ciladas dlo
Invisible.

La primera de las condiciones, así pues, es aparelhar-os moral y mentalmente. No provoquéis los hechos
antes de haberos hecho aptos para los comprender y dominar, mediante tarda del y paciente estudio de las
obras fundamentales, la reflexión, el desarrollo de la gana y el ejercicio de un raciocínio claro y firme. Si no
llenáis esas condiciones, más prudente sería os abstengáis, la menos que os consagréis a esas experiencias
bajo la dirección de un hombre esclarecido y orientado, a quien auxiliaréis con vuestra buena-gana y
dejaréis el cuidado de guiaros..

Los procesos de investigación usados en el mundo físico no se pueden adaptar al plan psíquico. En este son
los pensamientos que entran en acción. Los pensamientos son fuerzas. Son ellos que lapidam y
lentamente modelan nuestro ser interior; influyen aún en nuestra forma exterior, a punto de ser fácil
distinguir, por los trazos y expresión de la fisionomia, el sabio del hombre vicioso. Esos efectos del
pensamiento no son, sin embargo, circunscritos a los límites de nuestro ser material: se extienden en
torno a nodos y forman una atmósfera que sirve de lazo entre nodos y los seres de pensamientos
similares.

En eso reside el secreto de la inspiración, de la fecundação del espíritu por el espíritu. De esa ley resulta un
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hecho: aquel que, por medio de evocações, de reclamos, entra en relación con el mundo invisible, atrae
seres en afinidade con su propio estado mental. El mundo de los Espíritus borbolla de entidades benfazejas

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y maléficas, y si no supiéramos purificarnos, orientar nuestros pensamientos y fuerzas en el sentido de la


vida superior, podremos hacernos víctimas de las potencias malfazejas que en torno a nodos se agitan y
tienen, en ciertos casos, conducido el individuo imprudente al error, a la obcecação, la obsessões vecinas
de la locura.

Pero, se sabéis dominar los sentidos, elevar el alma por encima de las curiosidades vanas y de las
preocupaciones materiales, hacer del Espiritismo un medio de educación y de disciplina moral, entraréis
en el dominio del verdadero conocimiento; influencias regeneradoras bajarán sobre vosotros; una luz suave
y penetrante os iluminará el camino, os preservará de las caídas, de los desfalecimentos y de cualquier
peligro.

X - Formación y Dirección de los Grupos


Primeras Experiencias
La constitución de los grupos – dijimos – compuerta reglas y condiciones cuya observancia influye
considerablemente en el resultado a alcanzar. Conforme su estado psíquico, los asistentes favorecen o
embaraçam la acción de los Espíritus. Mientras unos, sólo con su presencia facilitan las manifestaciones,
otros les oponen un casi insuperável obstáculo.

ES, conseguintemente, necesario proceder a una correcta elección, sobre todo en el comienzo de las
experiencias. Esa elección no puede ser dictada, sancionada, sino por los resultados obtenidos, o aún por las
indicaçõe s de un Espíritu-guía. Cuando, al fin de cierto número de sesiones, ningún efecto satisfactorio se
produjo, se puede adoptar el proceso de eliminación y sustitución, hasta que la asistencia parezca
compuesta de modo a suministrar a los invisibles los medios fluídicos necesarios a su acción.

Así, también, la dirección del grupo debe ser confiada a una persona excelentemente dotada, del punto
de vista de las atracciones psíquicas, digna, además de eso, de simpatía y confianza..

Hay, en esa orden de estudios, un conjunto de reglas a observar y precauciones a adoptar que
desanimam los investigadores. Cumple, sin embargo, advertir que esas exigencias se presentan en toda
experiencia delicada, en todo estudio psicológico y, aún, en la aplicación cotidiana de nuestras propias
facultades. No experimentamos, agradable o desagradablemente, la influencia de nuestros semejantes?
En presencia de unos, sentimo-nos cómo animados, atraídos, inspirados. Nuestro pensamiento gana surto;
la palabra se hace más fácil, más vivas y coloreadas se hacen las imágenes. Otros en los tolhem y
paralizan. No es de admirar que los Espíritus, en sus tan complejas manifestaciones, encuentren, en un
grado más elevado, las mismas dificultades, y que en las experiencias sea preciso tomar en rigurosa
consideración el estado de espíritu y gana de los asistentes.

Con el tiempo, cuando esté el grupo sólidamente constituido y sean sus trabajos coronados de éxito, será
entonces posible abrir mano del rigor de los primeros días y admitir nuevos miembros en una limitada
proporción.

ES de las más delicadas la tarea de dirigir un grupo. Exige calidades raras, extensos conocimientos y
sobre todo larga práctica del mundo invisible.

Ningún grupo, sin ser sometido a una correcta disciplina, puede funcionar. Esta se impone no solamente a
los experimentadores, como también a los Espíritus. El director del grupo debe ser un hombre de pareja
enfibratura, asistido por un Espíritu-guía que establecerá la orden enmedio oculto, como él propio a
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mantendrá enmedio terrestre y humano. Esas dos direcciones deben mutuamente completarse,
inspirarse en un pensamiento igualmente elevado, unirse en la prossecução de un objetivo común.

En los casos de ausencia de esa protección oculta, la misión del director del grupo aún se hace más difícil.
Exige de su parte la máxima experiencia necesaria para discernir la naturez a de los Espíritus que
intervienen, desmascarar los impostores, moralizar los atrasados, oponer una gana firme a los Espíritus
levianos y perturbadores y emitir esclarecida apreciación sobre las comunicaciones obtenidas.

Los propios miembros del grupo no le deben merecer menos cuidado. Sofrear las exigencias y las
opiniones demasiado personales de unos, la posible rivalidade de otros, principalmente de los médiuns que
atraen los malos elementos del Además e imprimen a los fenómenos extrañas y desordenadas
modalidades – he ahí la tarea del presidente, como se ve, de las más delicadas.

En el grupo que por mucho tiempo dirigimos, la asistencia eficaz de los invisibles se hizo sentir desde el
comienzo y pocas dificultades de ese género encontramos. Por impulso de nuestros corazones y
pensamientos, esforçávamo-nos por colocarnos en uníssono con los nuestros guías y, gracias a nuestros
esfuerzos y con su auxilio, habíamos llegado a crear en torno a nodos, por las irradiações mentales, una
atmósfera de paz y de serenidade que imprimía a las manifestaciones, en su mayoría, un carácter de
elevación moral, de sinceridad y de franqueza que impresionaba los asistentes y ahuyentaba los Espíritus
embusteros.

Más tarde, a consecuencia de la introducción en nuestro grupo de un experimentador entusiasta de


hechos materiales, asistido por un cortejo de Espíritus inferiores, fenómenos vulgares vinieron a añadirse a
las elevadas manifestaciones. Espíritus levianos, propensos a las trivialidades, si imiscuíram entre nodos y
fue preciso toda la energía de nuestras ganas reunidas para reaccionar contra las malas influencias
invasoras.

Antes, sin embargo, de ese periodo de perturbación, gracias a nuestra persistencia y unión, las
manifestaciones tenían gradualmente adquirido un cunho de limpidez y de grandeza que en los cativara;
las pruebas se multiplicaban, fortaleciendo nuestras convicciones, haciéndolas definitivas. Predicciones de
naturaleza íntima se habían realizado. Consejos, instrucciones, dissertações científicas y filosóficas,
constituyendo materia para algunos volúmenes, fueron obtenidos.

Conseguimos atraer y conservar en nuestras sesiones hombres de valor pertenecientes a todas las
esferas, dividiendo todas las opiniones: materialistas, indiferentes, creyentes religiosos y hasta padres, a
cuyo espíritu liberal e investigador no repugnaban nuestras investigaciones.

Muchas tentativas se hacen infrutíferas, gran número de grupos no tienen más que una existencia
efímera, a consecuencia de la falta de paciencia, de dedicación y cohesión.

Se busca con avidez obtener los fenómenos transcendentes; desde que, sin embargo, para los obtener
queda -sabiéndose que es preciso someterse a una disciplina gradual de muchos meses, de muchos años,
reunirse en día fijo, todas las semanas por lo menos, y no desanimar con los repetidos insucessos, muchos
hesitan y reculan. ES preciso, pues, en los grupos en formación sólo admitir miembros absolutamente
resueltos la perseverar, no obstante la lentitud y los obstáculos. Sólo con el tiempo y mediante esfuerzos
reiterados es que el organismo de los médiuns y de los experimentadores puede sufrir las profundas
modificaciones que permiten externalizar las fuerzas indispensables a la producción de los fenómenos.

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Si es conveniente escoger con cuidado los colaboradores, es preciso, sin embargo, no llevar las cosas al
extremo, ni ser demasiado exclusivista. Con lo auxilio del Alto y la asistencia de los Espíritus-guía, las
discordancias que reinan al comienzo en algunos círculos se pueden atenuar y ceder lugar a la
homogeneidad. ES lo que nos dicen las entidades del Espacio:

“Estáis en contacto cotidiano con muchísimas personas que actúan fatalmente sobre vosotros,
como sobre ellas actuáis por vuestra vez. Esas acciones y reacciones son necesarias, porque sin
ellas no se podría realizar el progreso. Crede en nuestra constante asistencia, en nuestra afetuosa
presencia al pie de vosotros. ES en nuestro amor que haurimos la fuerza para conservarnos cerca
de los que nos aman, como suyos guías, sus dedicados protectores. Imitai-nos. Proscribí todo
pensamiento malévolo o envidioso. Aprendei a sacrificaros, a vivir y trabajar en común. No os
ahorréis, es decir: no temáis las perturbaciones que pueden resultar de ciertas relaciones con
vuestros semejantes. Y las os acarrean, a buen seguro, una disminución de gozos; pero esas
relaciones constituyen la ley de la Humanidad. No debéis vivir como egoístas, pero hacer
participen los otros de vuestros propios bienes.” (comunicación mediúnica).

Estas instrucciones indican, en el que se refiere a la frecuencia a las sesiones, nuestra línea de conducta. La
similitude de aspiraciones, las afinidades que entre los hombres crean las condiciones sociales y la cultura
de espíritu, han de necesariamente influir, en una correcta medida, sobre la constitución de los grupos.
Pero, por altamente colocado que esté en la escala social, no debe el adepto desdeñar las reuniones
populares, ni incomodarse con la falta de instrucción o de educación de los que las componen. Los
intelectuales probarán su superioridade asociándose a los trabajos de los grupos obreros, esforzándose en
poner al alcance de sus hermanos menos favorecidos sus conocimientos y apreciaciones. ES sobre todo en
las asociaciones espíritas que la fusión de las clases se debe efectuar.

El Espiritismo nos lo demuestra: nuestras ventajas sociales son transitorias; el progreso y la educación del
Espíritu lo inducen a nacer y renascer sucesivamente en las más diversas condiciones de vida, a fin de
adquirir los méritos inherentes a esos medios. Él pone en relieve, con un poder de lógica no alcanzado por
otra doctrina, la fraternidade y la solidaridad de las almas, consecuentes de su origen y de sus destinos
comunes. La verdadera superioridade consiste en las calidades adquiridas y se traduce principalmente por
un sentimiento profundo de nuestros deberes para con los humildes y los deserdados de este mundo.

Del principio, sin embargo, a la aplicación va sensible distancia. Si los progresos de la idea espírita son
menos acentuados en Francia que en ciertos países extranjeros, es sobre todo a la indiferencia, a la apatia
de los espíritus descuidosos que ese estado de cosas se debe atribuir. Únicamente un reducido número
parece preocuparse con las responsabilidades contraídas. Fuerza es reconocer: son los grupos obreros que
más fácilmente se organizan y más subsisten. Sus miembros saben encarnar en sí las propias creencias; se
comprenden, se auxilian mutuamente por medio de cajas de socorros, con sacrificio alimentadas soldo a
soldo 52 y destinadas a socorrer los que entre ellos son visitados por la provação..

Algunos de esos grupos funcionan hace diez o veinte años. Todos los domingos, a la hora fija, se reúnen sus
miembros para oír las instrucciones de los Espíritus. Su assiduidade es notable y en ellos la práctica del
Espiritismo produce sensibles resultados. Ahí encuentran ellos un derivativo a su vida de miseria y de
trabajo, dulces consolações y ensinamentos. La descripción, hecha por los desencarnados, de las
sensaciones que experimentan, de la situación en que se encuentran tras la muerte, las consecuencias de
los malos hábitos

52
Moedinha del valor de la vigésima parte del franco.

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contraídos durante la vida terrestre, todo lo que esos colóquios ponen en evidencia los impresiona,
conmueve e influye poderosamente en su carácter y en sus actos. Forman poco a poco opinión sobre las
cosas del Además; una exacta noción del objetivo de la vida se les oferta y les hace la resignación más
fácil, más agradable el deber.

Ya no son las eruditas exortações de un pregador, las especulaciones de un profesor de Filosofía o las
enseñanzas rígidas de un libro: es el ejemplo vivo, dramático, a veces terrible, que les dan los que ellos
conocieron, con los cuales convivieron y que colhem en el Además los frutos de una vida entera; son las
voces de además-túmulo que se hacen oír, en su rude y simple eloqüência, el llamamiento vibrante,
espontâneo del sufrimiento moral, la expresión de angustia del Espíritu culpable que ve siempre se disipen
las quimeras terrestres, si patentaran sus errores y actos vergonhosos, y que siente el remorso, como
plomo derretido, penetrarle los recessos de la conciencia, sutilizada por el desprendimento de toda la
materia corporal.

El día en que esas prácticas se hayan generalizado y en todas las regiones del Globo la comunicación de
los vivos con los muertos dé al hombre el anticipado conocimiento del destino y de sus leyes, nuevo
principio de educación y regeneración habrá surgido, y con él un incomparable instrument lo de reacción
contra los mórbidos efectos producidos sobre las masas por el materialismo y la superstición..

Constituido el grupo y compuesto de cuatro a ocho personas de los dos sexos, por cuáles experiencias se
deberá comenzar?

Si ninguna mediunidade se tenga aún revelado, será bueno comenzar por la mesa. ES el medio más
simple, más rudimentar; por eso aún está al alcance del mayor número.

Colocados alternadamente hombres y señoras en torno a una mesa leve, con las manos espalmadas
sobre la madera pura, los asistentes dirigirán un llamamiento a sus amigos del Espacio, después
quedarán a la espera, en silencio, con el deseo de obtener alguna cosa, pero sin presión de los dedos, sin
tensión de espíritu.

E inútil prolongar las tentativas por más de media hora. Casi siempre, desde la primera sesión, sienten- si
impresiones fluídicas; de las manos de los experimentadores se desprenden corrientes, que revelan, por su
intensidad, el grado de aptitud de cada uno de ellos; se hacen oír crepitações en el móvil, que acaba por
oscilar, agitarse, y enseguida se destaca del suelo y queda suspenso, apoyado sobre uno de los pies.

Conviene desde inmediatamente combinar un correcto número de señales. Se pide a la fuerza-inteligencia


que se manifieste batiendo, o con los pies o en el interior de la mesa, un número de pancadas
correspondiente al de las letras del alfabeto. Por ese modo pueden ser compuestas palabras; un diálogo se
establecerá entre el jefe del grupo y la Inteligencia invisible. Se puede abreviar y simplificar el proceso por
medio de señales convencionales; por ejemplo: una pancada para la afirmativa, dos para la negativa. Ese
modo comunicacional, lento y fastidioso a principio, vendrá con la práctica a hacerse bastante rápido.

Cuando conocerse cuáles son los médiuns, bastará colocarlos en el centro del grupo, en torno a un velador,
a fin de acelerar los movimientos y facilitar las comunicaciones, haciendo círculo los otros miembros
alrededor de ellos. Habiéndose el previo cuidado de colocar a la mano algunas hojas de papel y lápiz, las
preguntas y respuestas serán fielmente transcritas. Desde que se tenga la Inteligencia revelado

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mediante respuestas precisas, sensatas, características, se podrá consultarla sobre la constitución del
grupo, las aptitudes mediúnicas de los asistentes, el rumbo a imprimir a los trabajos. Se debe, sin embargo,
estar de prevención contra los Espíritus levianos y fúteis que afluem en torno a nodos y no trepidam en
tomar nombres célebres para en los mistificar.

Se puede experimentar simultáneamente por medio de la mesa y de la escritura. Los fenómenos de esta
orden conducen generalmente a otras manifestaciones más elevadas, al transe o sueño magnético, por
ejemplo, y a la incorporación. Será conveniente, al comienzo, consagrar sucesivamente a ese ejercicio
mitad de cada sesión.

Casi siempre cada uno de los asistentes ha al pie de sí Espíritus desejosos de comunicarse y transmitan
afetuoso dictado a los que dejaron en la Tierra. En todas las sesiones de nuestro grupo los médiuns
videntes describían esos Espíritus, y a la vista de ciertas particularidades de costumbres, de ciertas señales
características, la persona asistida reconocía un pariente, un amigo fallecido, personalidades que, muchas
veces, los médiuns no habían conocido.

El modo de proceder, en cuanto a la escritura automática, es muy simple. El experimentador, munido de


un lápiz cuya punta se apóia ligeramente en el papel, evoca mentalmente alguno de sus y espera. Al fin de
cierto lapso de tiempo, extremadamente variable, conforme los casos y las personas, siente en la mano, o
en el brazo, una agitación febril, que se va acentuando; después, un impulso extraño lo hace rabiscar
señales informes, líneas, garatujas. ES preciso obedecer a ese impulso y someterse con paciencia a
ejercicios de extraño feitio, necesarios, sin embargo, para hacer flexible el organismo y regularizar la
emisión fluídica.

Poco a poco, al cabo de algunas sesiones, aparecerán letras en medio de las señales incoherentes,
después vendrán palabras y frases. El médium obtendrá dictados, al comienzo breves, resumidos en
algunas líneas, pero que se harán cada vez más largos, a medida que su facultad desarrollarse. Vendrán
por último instrucciones más positivas y extensas..

Durante el periodo de los ejercicios el médium podrá trabajar fuera de las reuniones, la hora fija cada día,
a fin de activar el desarrollo de su facultad; luego que, sin embargo, sea terminado ese periodo, desde que
las manifestaciones revistan carácter intelectual, deberá evitar el insulamento, no trabajar más sino en
sesión y someter las producciones recibidas al examen del presidente y de los guías del grupo.

Hay varios procesos para facilitar la comunicación alfabética. Se trazan las letras en un cuadrante, sobre
cuya superficie gira un triángulo móvil. Basta el contacto de los dedos de un médium para transmitir a ese
leve aparato la fuerza fluídica necesaria. Bajo esa influencia el triángulo se desplaza rápidamente y va a
designar las letras escogidas por el Espíritu. En ciertos grupos, las letras son indicadas por medio de
pancadas en el interior de la mesa. Otros se sirven, con resultado, de la cestinha de escribir o prancha
americana. Los sistemas son numerosos y variados. Se puede ensaiá-los hasta que se haya encontrado
aquel que mejor se adapta a los elementos fluídicos y al me gusta de los experimentadores.

Nunca sería demasiado insistamos sobre los peligros que resultan de la intrusão de los malos Espíritus en
las sesiones de un grupo en formación o en los ensayos de un médium insulado. Muchas veces son nuestros
pensamientos que los atraen.

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Abstende-os, pues, en vuestras reuniones – diremos a los investigadores sinceros – de toda


preocupación de negocios o placeres. No dejéis flotar el pensamiento en torno a varios asuntos, pero
fixai-lo en un elevado objetivo; ponde-os en armonía de vistas y de sentimientos con las almas
superiores. Conservándoos en ese estado de espíritu, sentiréis poco a poco bajen sobre vosotros
corrientes de energía, de las cuales quedaréis impregnados y que aumentarán la sensibilidad de vuestro
organismo fluídico. Efímera e intermitente al comienzo, esa sensibilidad se acentuará y hará
permanente. Vuestro perispírito, dilatando-si, purificándose, ganará más afinidade con los Espíritus-guía
y facultades ignoradas se os revelarán: mediunidade vidente, falante, auditiva, curadora, etc. Mediante
el perfeccionamiento y la elevación moral es que adquiriréis esa profunda sensibilidad, esa sensitividade
psíquica que permite obtener las más altas manifestaciones, las pruebas más convincentes, de más
positiva identidad.

Orai al comienzo y al fin de cada sesión; al comienzo, para elevar vuestras almas y atraigáis los Espíritus
esclarecidos y benevolentes; al terminar, para agradecer los beneficios y enseñanzas que hayáis recibido.
Sea vuestra plegaria corta y fervorosa, y muy menos una fórmula que un transporte del corazón.

La plegaria desprende el alma humana de la materia, que la escraviza, y a aproxima del Divino Foco.
Establece una suerte de telegrafia espiritual, por cuyo intermédio el pensamiento del Alto, respondiendo a
la solicitud de bajo, desciende a nuestras obscuras regiones. Nuestras explotaciones en los abismos del
invisible serían inçadas de peligros, si no tuviéramos por encima de nodos seas más poderosos y perfectos
para dirigirnos y esclarecernos el camino.

No es indispensable hacer evocações determinadas. En nuestro grupo raramente las practicábamos.


Preferíamos dirigir un llamamiento a nuestros guías y protectores habituales, dejando a cualquier Espíritu
la libertad de manifestarse, bajo su vigilancia. El mismo acontece en muchos grupos de nuestro
conocimiento. Así cae, de sí aún, por tierra el gran argumento de ciertos adversarios del Espiritismo, en el
sentido de ser reprovável entregarse la evocações y constranger los Espíritus a volver a la Tierra. El
Espíritu, como el hombre, es libre y no responde, sino cuando le apraz, a los llamados que le son dirigidos.
Toda injunção es vana; toda encantação es superflua. Son procesos arreglados para iludir las gentes
simples.

ES excelente comenzar las sesiones por una lectura seria y atractiva, hecha de una de las obras o revistas
espíritas escogidas. Esa lectura debe ser objeto de comentarios y permuta de apreciaciones entre los
asistentes, bajo la dirección del presidente. Acontece con frecuencia que las comunicaciones dadas por los
Espíritus, enseguida la tales lecturas, se refieren a los asuntos discutidos y los desarrollan, completando-
los. ES ese un modo de enseñanza mutua, que nunca sería demasiado recomendar.

Se pueden también formular preguntas a los Espíritus sobre todos los incontables problemas
pertenecientes al dominio de la Filosofía y de la vida social, sobre las condiciones de existencia en el mundo
espiritual, las impresiones tras la muerte, la evolución del alma, etc. Todas esas preguntas deben ser
presentadas por el presidente, simple y claras, siempre de orden moral y desinteressadas. Interrogando
los invisibles sobre intereses personales, tesoros ocultos, etc., pidiéndoles la revelación de los éxitos futuros,
formando pactos cabalísticos, haciendo uso de emblemas, talismanes, fórmulas extravagantes, no
solamente se ofertará margen a la crítica y a la mofaría, pero serán atraídos los Espíritus trocistas y
quedarse- á expuesto a las ciladas en que son vezeiros.

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Meditando, al contrario, de los asuntos elevados del Espiritismo, nos aseguramos la colaboración de
Espíritus serios, que consideran un deber de su parte cooperar en nuestro adiantamento y educación.
Emprendiendo esa orden de estudios, no tardaremos a reconocer la rica extensión y variedad de las
enseñanzas espíritas y quão fácil se hace resolver, con su auxilio, mil problemas hasta hoy inextricáveis y
obscuros..

Si el concurso de los Espíritus superiores es deseable y debe ser buscado con empeño, lo de los Espíritus
vulgares y atrasados tiene algunas veces su utilidad. Conviene reservarles un lugar en los trabajos de los
grupos sólidamente constituidos y que cuentan con suficiente protección. En virtud de su propia
inferioridade, ellos proporcionan un motivo de estudio bien característico; su identidad se patenta a veces
con indicios personales que imponen la convicción. La situación que ocupan en el Espacio y las
consecuencias que resultan de su pasado son elementos preciosos para el conocimiento de las leyes
universales.

Ciertos grupos adoptan como tarea especial evocar los Espíritus inferiores y, mediante consejos y
exortações, los instruya, moralizá-los, ayudarlos la desembaraçar-se de los lazos que aún los prenden a la
materia. ES de las más meritórias esa misión: exige la perfecta unión de las ganas, una profunda
experiencia de las cosas dlo Invisible, que sólo se encuentra en los medios de larga fecha dedicados al
Espiritismo.

En los casos en que falten los médiuns, o sean improdutivos, no debe quedar por eso el grupo reducido a la
inação. A ejemplo de las sociedades o agremiações científicas, debe él buscar un alimento en todas las
cuestiones relacionadas con el objeto de sus predileções, las cuales serán puestas en la orden del día y, de
igual manera que las lecturas de que hablábamos arriba, comentadas y discutidas, con gran
aprovechamiento para los ouvintes. De tiempos a tiempos pueden algunas sesiones ser consagradas la
conferencias o charlas, terminadas las cuales cada uno presentará sus argumentos y objeções. Por esa
forma los trabajos de un grupo se harán no sólo un excelente medio de instrucción, pero también un
ejercicio oratório que vendrá a preparar sus miembros para la propaganda pública. Aparelhando-si para
las discusiones y las justas de la palabra, podrán estos hacerse útiles defensores y propagandistas de la
idea espírita.

ES siempre en debates de esa naturaleza que se forman los oradores; por ese medio es que ellos adquieren
la eloqüência, ese don de emocionar las almas, empolgá-las para un elevado objetivo. Los adeptos del
Espiritualismo no deben despreciar ningún medio de prepararse para las vindouras luchas, de apropiarse
de ese doble poder de la palabra y de la sabiduría, que permite a una doctrina afirme -si victoriosamente en
nuestro mundo.

XI - Aplicación Moral y Frutos del Espiritismo


No será inútil, al terminemos la primera parte de esta obra, inquirir cuáles han sido las consecuencias
del fenómeno espírita sobre el estado de espíritu de nuestra época.

A La primera vista, no parecerán considerables los resultados. No es preciso la acción del tiempo, la
lenta incubação de los siglos, para que una idea produzca todos sus frutos?

Y, sin embargo, apreciando las cosas de cerca, no se tardará en reconocer que el Espiritismo tiene ya
ejercido enorme influencia sobre el estado de espíritu de nuestros contemporáneos. No solamente
descerrou a la Ciencia completo e ignorado dominio, y a obligó a reconocer la realidad de hechos –
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sugerencia, exteriorização, telepatia – que ella por tanto tiempo había negado o repelido, pero aún hizo
que los pensamientos se volvieran para el Además; despertó en las conciencias adormecidas y enevoadas
de nuestra época el sentimiento de la inmortalidad; hizo más viva, más real y tangible la creencia en la
supervivencia de los desaparecidos. Donde no había más que esperanza y creencias, él implantó certezas.

Bajo la exterioridade del fenómeno completa revelación se ocultaba. De la comunhão de las almas nació
una doctrina. Y por ella el problema del Destino, tormento perpetuo de la Humanidad, revistió nuevo
aspecto, recibiendo, con los elementos de definitiva solución, los medios de análisis y de verificación que
le habían completamente faltado hasta ahora.

Las revelaciones de además-túmulo son concuerdes en un punto capital: tras la muerte, como en el vasto
encadenamiento de nuestras existencias, todo es regulado por una ley suprema. El destino, feliz o
desgraciado, es la consecuencia de nuestros actos. El alma edifica por sí misma su futuro. Por sus propios
esfuerzos se emancipa de las materialidades subalternas, progresa y se eleva para la luz divina, siempre
más íntimamente identificándose con las sociedades radiosas del Espacio, y tomando parte, por una
colaboración constantemente más extensa, en la obra universal.

El Espiritismo oferta esta inapreciável ventaja de, a la vez, satisfacer a la razón y al sentimiento. Hasta
ahora esas dos facultades del alma se han conservado en lucha abierta, en un perpetuo conflicto. De ahí
una causa profunda de sufrimiento y de desorden para las sociedades humanas. La Religión, apelando
para el sentimiento y excluyendo la razón, caía muchas veces en el fanatismo y en el error. La Ciencia,
procediendo en sentido contrario, permanecía inerte y sequía, impotente para regular la conducta
moral.

Cuál no será la superioridade de una doctrina que viene a restablecer el equilibrio y la armonía entre esas
dos fuerzas, las unís e imprimirles un impulso uniforme para el bien?! Hay en ese hecho, como se debe
comprender, el principio de una revolución inmensa. Por esa conciliación del sentimiento y de la razón el
Espiritismo se hace la religión científica del futuro. El hombre, desembaraçado de los dogmas que
constrangem y de las infalibilidades que oprimen, readquire su independencia y el uso de sus facultades.
Examina, aprecia libremente y sólo acepta lo que le parece bueno.

El Espiritismo amplía la noción de fraternidade. Demuestra por medio de hechos que ella no es
únicamente un mero concepto, pero una ley fundamental de la Naturaleza, ley cuya acción se ejerce en
todos los planes de la evolución humana, así al punto de vista físico como en el espiritual, en el visible como
En lo Invisible. Por su origen, por los destinos que les son trazados, todas las almas son hermanas.

Así, esa fraternidade, que los messias proclamaron en todas las grandes épocas de la Historia, encuentra
en la enseñanza de los Espíritus una base nueva y una sanción. No es más la inerte y banal afirmación
inscrita en la fachada de nuestros monumentos; es la fraternidade palpitante de las almas que emergen,
conjuntas, de las obscuridades del abismo y palmilham el calvário de las existencias dolorosas; es la
iniciación común en el sufrimiento; es la reunión final en la plena luz.

Con el Espiritismo, corazón y razón, todo tiene su parte. El círculo de los afetos se dilata. Sentimo-en los
más bien amparados en la prueba, porque aquellos que en vida nos amaban, nos aman aún además del
túmulo y nos ayudan a cargar el fardo de las miserias terrestres. No estamos de ellos separados senã lo
en apariencia. En la realidad, los humanos y los invisibles caminan muchas veces codo con codo, a través
de las alegrías y de las lágrimas, de los éxitos y reveses. El amor de las almas que nos son diletas nos
envuelve, nos consola y reanima. Cesaron de en los acabrunhar los terrores de la muerte.

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El Espiritismo, criteriosamente practicado, no es sólo una fuente de ensinamentos, pero también un


medio de preparación moral. Las exortações, los consejos de los Espíritus, sus descripciones de la vida de
además-túmulo vienen a influir en nuestros pensamientos y actos y operan lenta modificación en nuestro
carácter y en nuestro modo de vivir..

Nada es más impresionante que oír, en el curso de las sesiones de evocação, la narrativa, la confissão de
las angustias soportadas por el Espíritu que empleó apenas su vida terrestre: – del egoísta, que sólo
encuentra en torno a sí la indiferencia y el vácuo, del envidioso, que se ve imerso en una suerte de noche
profunda, por la acumulación de sus malos pensamientos, de sus malévolos propósitos.

Entre incontables hechos, citaremos lo que se dio en nuestro grupo de estudios: el Espíritu de una antigua
vendedora de legumbres de Amiens me gustaba de recordarnos su perturbación y ansiedad cuando,
después del falecimento, se halló en medio de espesas tinieblas, efecto de las rixas y maledicência a que
frecuentemente se entregaba. Larga y penosa fue su expectativa. Finalmente, tras años de incertidumbre,
de sombrío insulamento, escuchó voces: “Ora, Sofia; ora, y te arrepiente”, le decían. Sofia oró; y su plegaria
fervorosa fue iluminando, como un pálido clarão, la noche fluídica que la envolvía. Según sus propias
expresiones, “la oscuridad se hacía cinzenta”, de un cinzento que se iba cada vez más atenuando, hasta
que ella readquiriu la relativa libertad de los Espíritus poco adelantados.

No hay en eso un ejemplo la ponderar? Notemos sobre todo en que lo deslice del Espíritu, en el mal,
implica fatalmente en la disminución proporcional de libertad. Los pensamientos y los actos creían en
hago del alma culpada una sombría atmósfera fluídica, que se condensa, poco a poco se va contrayendo y a
concluye como en una prisión.

Vemos en la Tierra una aplicación de esa ley de equilibrio moral y de justicia en las enfermedades cruéis,
en la privación de los órganos de los sentidos, en las paralisias prolongadas, que son muchas veces las
consecuencias del pasado, la lejana repercusión de las faltas cometidas.

Volvamos al caso de Sofia. Durante cinco años ese Espíritu tomó parte en nuestros trabajos y, aunque poco
adelantado, sus comunicaciones y las opiniones que externava no eran destituidas de interés. Con mucha
antecedência nos anunció ella su reencarnação, en la ciudad que ya había habitado. Reviste actualmente
un nuevo cuerpo terrestre, como la primera hija de pobres obreros, la primogénita de un rancho de
pequeninos seas, cuya venida ella predijo, preparándose así una existencia laboriosa y obscura, que
facilitará su adiantamento y cuyas vicissitudes serán compensadas por la posesión de una bella facultad
mediúnica.

Frecuentes veces, en el curso de nuestras sesiones, orgullosos venían a expresarnos su despeito y


humilhação, al se hayan encontrado, en el Espacio, abajo de aquellos que habían despreciado; avarentos
se lastimavam de la dissipação de sus bienes; sensuais deploravam amargamente se vean privados de todo
lo que hacía su satisfacción exclusiva en este mundo.

Suicidas nos describían sus angustias. Experimentaban, desde largo tiempo, la sensación del género de
muerte que habían escogido. Uno de ellos oía la detonação continua de un tiro de pistola. Otro sentía los
horrores de la asfixia. Todos se hallaban acabrunhados por un profundo abatimiento. Tarde comprendían
que la prueba, que habían juzgado evitar, era la reparação debida, el rescate del pasado, y que sería
preciso afrontá-la nuevamente, en condiciones más duras, por la reencarnação en otro cuerpo.

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Más desoladora es aún la condición de los que maculam la existencia con la perpetração de assassínios y
espoliações, que de la vida, honra, bienes y dignidad de los otros hicieron escalones de su fortuna y de su
gloria efímera. Ellos se hallan incesantemente en faz de ese cuadro acusatório con la perspectiva de la
repercusión de los actos sobre las vindouras existencias y de las incontables encarnações de purificación y
dolor que serán necesarias para los notar. Por sobre tales lamentos y perturbadoras confissões se elevaba,
sin embargo, al fin de cada sesión, la voz de Jerônimo, nuestro guía, que quitaba las consecuencias de esas
revelaciones, ponía en relieve las grandes leyes del destino y mostraba los caminos del arrependimento y
de la reparação franqueados a todos. Todos, tras las culpas y de las caídas, harán a adquirir, mediante las
pruebas y el trabajo, la paz de conciencia y la rehabilitación..

Esas enseñanzas, esas descripciones de las recompensas o de los sufrimientos vienen a ejercer, con el
tiempo, sensible influencia en el estado de espíritu de los experimentadores, induciéndolos a considerar la
vida y sus responsabilidades bajo un aspecto más grave, a someter más estrictamente sus actos a la regla
austera del deber.

Muchas veces son nuestros parientes – padre, madre, un hermano más viejo – que del Además vienen a
guiarnos y consolar, llamarnos la atención para las imperfeições de nuestra naturaleza, hacernos sentir la
necesidad de reformarnos. Al lado de las tocantes exortações de los que nos fueron caros, como parecen
descoloridos las enseñanzas del saber humano!

Nuestro grupo se hallaba bajo la protección de dos Espíritus elevados, uno de los cuales Jerônimo, de
que hablé arriba; el otro, un Espíritu femenino, cuya personalidad se ocultaba bajo libre pseudônimo, el
“Espíritu Azul”,53 era dotado de maravillosa penetración. Leía en el recesso de los corazones, escrutava -
se los más secretos refolhos y, con admirable tato, en una voz dulce y penetrante, por el médium
sonambulizado, nos enseñaba la mejor nos conozcamos y nos indicaba los medios de perfeccionarnos.

Cada miembro del grupo, en el curso de las sesiones, era a su turno objeto de su atención y solicitud, y
recibía sus consejos maternais. Cuando el “Espíritu Azul” se incorporaba, nodos lo reconocíamos a las
primeras frases proferidas, por las suaves inflexiones de la voz; aguardábamos sus palabras y
apreciaciones con verdadera avidez. Al retirarse, nos dejaba bajo una impresión profunda, como si una
alma angélica tuviera pairado sobre nodos y nos hubiera penetrado de sus eflúvios. Esa acción
moralizadora y educativa duró años y fueron sensibles sus resultados.

ES preciso notar que, en su mayoría, los hombres son inconscientes de sus defectos. Ignora m-se a sí
mismos y acumulan faltas sobre faltas, sin de eso advertirse. En ese punto de vista, las indicaciones de
nuestros guías espirituales son preciosas. Las del “Espíritu Azul” produjeron en muchos de entre nodos
serias modificaciones y, en cuanto a mí, puedo decir que con ellas mucho aproveché.

Como tantos otros de mis semejantes, correctos aspectos defectuosos de mi carácter me habían
escapado. A veces la fuerza del pensamiento me brotaba en jatos bruscos, en impulsos rápidos, en
expresiones exageradas, que me causaban muchos dissabores. Míos guías me atraían sobre ese punto la
atención y, con sus consejos, me enseñaron a dominarme, a imponer silencio a los impetuosos surtos de
mi naturaleza.

ES así que, por la práctica del Espiritismo y con las instrucciones de los Espíritus elevados, puede el hombre
adquirir esa preciosa ciencia de la vida: la disciplina de las emociones y de las sensaciones, el dominio de sí
aún,

53
Así lo designábamos, porque nuestros médiuns lo veían envolto en un véu azul.
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ese arte profundo de observarse y, después, de se assenhorear de los secretos impulsos de su propio ser.

El nuevo Espiritualismo ya vincula entre sí adeptos de todas las clases y de todos los países; un día
conectará todas las religiones, todas las sociedades humanas.

Hasta ahora la diversidad de las razas y de las creencias había sido un elemento esencial del desarrollo de
la Humanidad. Las oposiciones y divergencias eran necesarias para crear la magnífica variedad de las
formas y de los grupamentos. Cada individuo, como cada pueblo, tuvo que, antes de todo, aislar -si para
hacerse él aún, para constituir el suyo “yo” distinguido y adquirir su conciencia y libre autonomía. En la
sucesión de los tiempos, el principio de individualidade debía, en sus aplicaciones, preceder la vida
colectiva y solidaria, sin lo que todos los elementos vitales se habrían confundido, neutralizado.

Poco a poco se fue dilatando el círculo de la vida colectiva; se constituyeron grupamentos, que entraron en
conflicto. Se sucedieron las guerras. A través de luchas perpetuas, luchas de razas, de religiones y de
ideas, es que se efectúa la dolorosa peregrinação y la conciencia de la Humanidad se despierta.

Cada religión, cada sociedad, cada nacionalidad contribuye con su contingente de ideas; da origen la
formas especiales, la manifestaciones particulares del arte y del pensamiento. En su gran concierto de la
Historia, cada pueblo suministra su nota personal, la colaboración de su genio. De la lucha, de la
competencia vital nace la evolución; surgen obras sólidas de los conflictos y reencuentros.

Y ahora una gran idea se va delineando. Poco a poco, de la penumbra de los siglos se destaca otra
concepción de la vida universal. En medio de la aparente confusión, del caos de los acontecimientos, otras
formas sociales y religiosas se elaboran. Del estado de diversidad y de criba, encaminhamo-nos para la
armonía y la solidaridad..

Malo grado a los odios y a las pasiones, las barreras se van abatiendo entre los pueblos; las relaciones se
multiplican, haciéndose más fáciles; permutam-si las ideas, las civilizaciones se penetran y fecundam. La
noción de humanidad una se edifica: se sueña, se habla en paz, lengua, religión universales.

Pero para satisfacer a esas aspiraciones aún vacantes, para transformar el sueño en realidad, para hacer
de las diversas creencias una fe común, era necesario que una poderosa revelación viniera a iluminar las
inteligencias, aproximar los corazones, hacer converger todas las fuerzas vivas del alma humana para un
mismo objetivo, para una misma concepción de la vida y del destino.

El nuevo Espiritualismo, apoyado en la Ciencia, es el portador de esa concepción, de esa revelación en que
se funden y reviven, bajo formas más simples y elevadas, las grandes concepciones del pasado, las
enseñanzas de los messias enviados por el Cielo a la Tierra. Y ahí estará un nuevo elemento de vida y
regeneración para todas las religiones del Globo.

Toda creencia debe ser basada en hechos. A las manifestaciones de las almas liberadas de la carne, y no a
textos obscuros y envejecidos, es que se debe pedir la revelación de las leyes que rigen la vida futura y el
ascenso de los seres.

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Las religiones del futuro tendrán por fundamento la comunhão de los vivos y de los muertos, la enseñanza
mutua de dos humanidades. A pesar de las dificultades que aún presenta la comunicación con lo Invisible
– y que es probable se aplanen con el tiempo y la experiencia – se puede desde ya verificar que hay una
base, muy más amplia que todas, sobre la cual se apóia la idea religiosa. Será uno de los más señalados
méritos del Espiritismo haberla proporcionado al mundo, por ese modo preparando, facilitando la unidad
moral y religiosa. La solidaridad que vincula los vivos de la Tierra a los del Cielo se extenderá poco a poco a
todos los habitantes de nuestro globo, y todos comungarão un día en un mismo ideal realizado.

El alma humana aprenderá a conocerse en su naturaleza inmortal, en su futuro eterno. Espíritus, de


pasada por esta Tierra, comprenderemos que nuestro destino es vivir y progresar incesantemente, a
través del infinito de los espacios y del tiempo, a fin de iniciarnos siempre y cada vez más en las maravillas
del Universo, para cooperar siempre más íntimamente en la obra divina.

Compenetrados de estas verdades, sabremos desprendernos de las cosas materiales y elevar bien alto
nuestras aspiraciones. Nos sentiremos conectados a nuestros compañeros de jornada, en la grande
romaria eterna, conectados a todas las almas por la cadena de atracción y de amor que Dios se prende y
a todos nos mantiene en la unidad de la vida universal.

Entonces las mezquinas rivalidades, los odiosos prejuicios habrán cesado para siempre. Todas las reformas,
todas las obras de solidaridad recibirán vigoroso impulso. Por encima de las pequeñas patrias terrestres
veremos desplegarse la gran patria común: el cielo iluminado.

De allá nos extienden los brazos los Espíritus superiores. Y todos, a través de las pruebas y de las lágrimas,
subimos de las obscuras regiones a las culminâncias de la divina luz. El carreiro de la misericórdia y del
perdón está siempre franqueado a los culpables. Los más decaídos se pueden rehabilitar, por el trabajo y
por el arrependimento, porque Dios es justicia, Dios es amor.

Así, la revelación de los Espíritus disipa las brumas del odio, las incertidumbres y los errores que aún nos
envuelven. Hace resplandecer sobre el mundo el gran sol de la bondad, de la concórdia y de la verdad!...

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Segunda Parte - El Espiritismo


Experimental: Los Hechos
XII - Exteriorização del Ser Humano - Telepatia - Desdoblamiento -
Los Fantasmas de los Vivos
El hombre es para sí aún un misterio vivo. De su ser no conoce ni utiliza sino la superficie. Hay en su
personalidad profundidades ignoradas en que dormitam fuerzas, conocimientos, recordações acumuladas
en el curso de las anteriores existencias, un mundo completo de ideas, de facultades, de energías, que el
envoltório carnal oculta y borra, pero que despiertan y entran en acción en el sueño normal y en el sueño
magnético.

Ese es el misterio de Psique, es decir, del alma concluida con sus tesoros en la crisálida de carne, y que de
ella se evade en ciertas horas, se libera de las leyes físicas, de las condiciones de tiempo y de espacio, y se
afirma en su poder espiritual.

Todo en la Naturaleza es alternativa y ritmo. De igual manera que el día sucede a la noche y el Verano al
Invierno, la vida libre del alma sucede a la estancia en la prisión corpórea. Pero el alma se desprende
también durante el sueño; se reintegra en su conciencia amplificada, en esa conciencia por ella edificada
lentamente a través de la sucesión de los tiempos; entra en la posesión de sí misma, la examina, se hace
objeto de admiración para ella propia. Suyo mire bucea en los recessos obscuros de su pasado, y ahí va a
sorprender todas las adquisiciones mentales, todas las riquezas acumuladas en el curso de su evolución, y
que la reencarnação había amortalhado. Y lo que el cerebro concreto era impotente para expresar, su
cerebro fluídico lo patenta, el irradia con tanto más intensidad mientras más completo es el
desprendimento.

El sueño, en verdad, otra cosa no es que la evasión del alma de la prisión del cuerpo. En el sueño ordinario
lo ser psíquico se aleja poco; no readquire sino en parte su independencia, y casi siempre queda
íntimamente conectado al cuerpo. En el sueño provocado, el desprendimento alcanza todas las
gradações. Bajo la influencia magnética, los lazos que prenden el alma al cuerpo se van afrouxando poco a
poco. Mientras más profunda es la hipnose, el transe, más se desprende y se eleva el alma. Su lucidez
aumenta, su penetración se intensifica, el círculo de sus percepciones se dilata. A la vez las zonas
obscuras, las regiones ocultas del “yo” se amplían, se esclarecen y entran en vibración: todas las
adquisiciones del pasado ressurgem. Las facultades psíquicas – vista la distancia, audición, adivinhação –
entran en actividad. Con los estados superiores de la hipnose llegamos a los últimos confins, a los extremos
límites de la vida física. El ser ya vive entonces de la vida del espíritu y utiliza sus capacidades. Más un
grado, y el lazo fluídico que conecta el alma al cuerpo se despedazaría. Sería la criba definitiva, absoluta –
la muerte..

Vamos a indicar algunos de entre los hechos a la vista de los cuales se puede establecer que el alma tiene
una existencia propia, independiente del cuerpo, y posee un conjunto de facultades que se ejercen sin el
concurso de los sentidos físicos.

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Denis
En primer lugar, durante el sueño normal cuando el cuerpo descansa y los sentidos están inactivos,
podemos verificar que un ser vela y actúa en nodos, ve y oye a través de los obstáculos materiales, paredes
o puertas, y la cualquier distancia. En el sueño se suceden imágenes, desenrolam-si cuadros, se oyen voces,
se traban conversaciones con diversas personas. El ser fluídico se desplaza, viaja, paira sobre la Naturaleza,
asiste a una multitud de escenas, ora incoherentes, ora definidas y claras, y todo eso se realiza sin la
intervención de los sentidos materiales, estando cerrados los ojos, y los oídos nada percibiendo.

En ciertos casos, la visión psíquica durante el sueño se caracteriza por una nitidez y exactitud idénticas a
las de la percepción física en el estado de vigilia. Los testimonios de experimentadores conscienciosos y
esclarecidos lo demuestran.

El Sr. Varley, ingeniero-jefe de los Telégrafos de Gran Bretaña, en su testimonio por ocasión de la
investigación emprendida por la Sociedad de Dialéctica de Londres, refiere el siguiente hecho:54

“Hallándose en viaje, apeou-si, noche alta, en un hotel, se recogió al aposento y adormeció. Durante el
sueño vio, en sueño, el patio de ese hotel y notó que en él trabajaban unos obreros. Teniendo- se a sí aún
sugerido la idea de despertar, luego que se levantó pudo verificar la realidad del sueño. La disposición del
patio y el lugar ocupado por los obreros eran exactamente como lo había visto en espíritu. Ora, era la
primera vez que él se hallaba en tal lugar.”

El Sr. Camille Flammarion, en su libro “El Desconocido y los Problemas Psíquicos”, 55 cita gran número de
casos de visión a la distancia durante el sueño. He ahí aquí algunos de ellos:

“El Sr. G. Parent, maire de Wiége (Aisne), asiste, en sueño, a un incendio que destruye la masía
de uno de sus amigos, en Chevennes.

El Sr. Palmero, ingeniero de puentes y calzadas en Toulon, es informado, por un sueño de su


mujer, de la llegada inesperada de su padre y de su madre, que ella ve, en el mar, en un paquete.

El Dr. P., formado en Derecho por Philippeville, refiere el sueño de una dama de compañía de
amigas suyas. En el sueño, ella vio un naufragio que ocasionó la pérdida de un navío, y de unas
cien personas, hecho que fue confirmado, el día siguiente, en todas sus particularidades.

El Sr. Lee, hijo del obispo protestante de Iowa (Estados Unidos), vio en sueño, a la distancia de más
de 5 kilómetros, su padre rolar de una escalera. El hecho es atestado por varias testigos y, entre
otras, por el Sr. Sullivan, obispo de Algowa..

El Sr. Carrau, de Angeres, vio morir su hermano en S. Petersburgo, y los hijos, de rodillas, en torno
al lecho de muerte..

Un francés, mecánico en Foutchéou, vio una noche su filhinho, que había dejado en Francia,
muerto de crupe, extendido en un móvil encarnado. Narró su sueño a un amigo, que se puso a reír
de su credulidade. La primera carta que recibió era de su mujer y le comunicaba el falecimento en
las mismas condiciones que él vuelca en sueño.

54
“Proceedings”, tomo I.
55
Ob. cit., cap. VIII.

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El Sr. Orieux, inspector-jefe de las carreteras del Loire inferior, hallándose en Cartagena, asiste en
sueño a las exéquias de su mejor amiga, cuyo traspase ignoraba, la cual residía en Nantes.

El Sr. Jean Dreuilhe, de París, percibe, en sueño, la caída mortal que hube dado, en una escalera,
el General de Cossigny, amigo de su familia.

El Mariscal Serrano anuncia en Madrid la muerte inesperada de Afonso XII, en el Prado, muerte
que él había percibido en sueño.”

He ahí aquí un caso respigado en los “Proceedings” (procesos verbales de la Sociedad de Investigaciones
Psíquicas de Londres). 56

“La Sra. Broughton despertó cierta noche, en 1844, en Londres y despertó su marido para decirle
que un grave acontecimiento hube ocurrido en Francia. Ella había sido testigo, en sueño, del
desastre de carruagem de que fue víctima el Duque de Orleães. Había visto el duque extendido en
un lecho; amigos, miembros de la familia real, llegaban a toda aprisa; el rey y la reina
aparecieron y asistieron, llorando, a los últimos momentos del duque. Luego que amaneció, ella
anotó en un diario de recuerdos las particularidades de tal éxito. Se pasaba eso antes de la
invención de la telegrafia, y sólo dos días después es que el “Equipos” informó la muerte del
duque. Visitando París, algún tiempo después, ella vio y reconoció el lugar donde se hube dado el
accidente.”

Fenómenos de la misma orden se producen en el sueño magnético. Camille Flammarion cita varios
ejemplos, entre otros lo de la esposa de un coronel de Cavalaria que, en estado magnético, presencia el
suicidio de un oficial, a 4 kilómetros de distancia. 57

El espíritu de ciertas personas continúa a trabajar durante el sueño, y con el auxilio de los conocimientos
adquiridos en el pasado llega a realizar obras considerables. De eso se pueden citar ejemplos célebres:

Voltaire declara tener, una noche, concebido en sueño una esquina completa de la

“Henriade”. La Fontaine compuso, soñando, la fábula de los “Dos Palomos”...

Coleridge adormeció leyendo y, al despertar, se acordó de haber compuesto, mientras dormía, doscientos
versos que sólo tuvo el trabajo de escribir..

Compositores, S. Bach, Tartini, oyen, durante el sueño, la ejecución de sonatas que no habían conseguido
termine de modo que les satisficiera. Sólo despertos, las escriben de memoria..

En todos esos casos, la actividad intelectual y la aptitud de trabajo parecen mayores en el sueño que
durante la vigilia.

A veces el alma, desconectada de los liames corporais, comunica, por medio del sueño, con otras personas,
vivas o fallecidas, y de ellas recibe indicaciones y avisos..

El correspondiente de “Le Matin”, de París, Sr. Scarfoglio, enviado especialmente la Messina, por ocasión
del terremoto que la hube asolado, de ahí telegrafava, en 5 de enero de 1909, a ese periódico:58

56
Tomo I, pág. 30; tomo II, pág. 160.
57
Ver C. Flammarion – “El Desconocido y los Problemas Psíquicos”, cap. IX.
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“... Aún hoy fueron retiradas muchas personas vivas de las ruinas. A ese propósito conviene señalar
un caso extremadamente comovedor, que ocurrió esta mañana.

Un joven marinero del encouraçado Regina Elena era prometido de una joven, que se hallaba
enterrada en los escombros de una casa. Habiendo obtenido del comandante autorización para
trabajar, con algunos compañeros, en el salvamento de su prometida y de las otras personas que
allí se hallaban igualmente enterradas, el marinero hube hecho obstinadas e infrut íferas
investigaciones durante cuatro días. Hoy, en el auge de la desesperación y agotado de cansancio,
adormeció. De repente soñó con su prometida, que le decía: “Estoy viva. Acode! Me salva!”
Inmediatamente despertó, y pidió con ejemplar a los compañeros que recomenzaran la
excavación por la última vez. Sus esfuerzos fueron milagrosamente coronados de éxito, pues que
al fin de algunas horas encontró la prometida y la retiró viva de las ruinas. La moça, que se hallaba
en estado comatoso, sólo salva, recuperó los sentidos y extendió los brazos al marinero,
abrazándolo con delirio. Refirió que un sueño profundo se había de ella apoderado inmediatamente
después de la catástrofe y hube soñado que hablaba con el prometido algunas horas antes del
salvamento.

Ahí está un singular y comoventíssimo caso de telepatia. La moça, con lágrimas en los ojos,
agradeció a todos sus salvadores y aseguró que en breve desposaria su prometido y salvador.”

Los “Annales des Sciences Psychiques”, de octubre de 1901, publicaron la descripción de un sueño,
referido en 18 de abril de 1908 por el cura de Domdidier, cantão de Friburgo (Suiza), al Sr. Rolline, que
realizaba en esa localidad una conferencia, descripción que este por su parte transmitió al Sr. Camille
Flammarion. y cuyo resumen es el siguiente:

“En 1859, el Sr. Doutax, de 18 años de edad, acababa de acostarse, tras haber preparado su tesis
de Filosofía para el día siguiente. Adormecido, tuvo él una visión extraña, que dos veces siguientes
se le presentó. Vio su padre, que residía a 24 kilómetros de distancia y que, de la primera vez, le
dijo: “Mi caro José, tu pobre hermana Josefina está, en París, a expirar”, y de la segunda vez: “Mi
caro José..., pero tu madre aún no recibió la dolorosa noticia.” El día siguiente, el Sr. Doutax iba a
camino del liceu, cuando le fue entregue una carta de su padre, con la exacta confirmación del que
hube oído a la noche, durante el sueño.”

La revista “Zeitschrift für Spiritismus”, de 9 de julio de 1910, cita el siguiente sueño comunicado por el
Conde Henri Sterkij:

“Un rico propietario de los subúrbios de Tarnoff perdió, durante un paseo, 600 florins. Parando en
una estalagem, refería ese desagradable incidente al rendeiro Kuhusteiner, cuando un almocreve,
llamado Kosminter, que acababa de entrar, le preguntó en que circunstancias hube perdido
aquella suma. No le dio respuesta y continuó a conversar con el estalajadeiro, cuando Kosminter,
espontáneamente, le entregó la bolsa perdida. Admirado y reconocido, el propietario le dio 300
florins como recompensa.

Pero, semanas después, Kosminter le apareció, ensangüentado, en sueño, y acusó el estalajadeiro


del haber asesinado. Otras dos semanas más tarde el mismo sueño se reprodujo, pero con
mayores particularidades, y a la tercera vez, inducido por la precisión.

58
Ver “Le Matin”, de 7 de enero de 1909.

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En lo Invisible – Léon 1903
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extraordinaria de las revelaciones, denunció el caso a la justicia. Kuhusteiner fue prendido y,
probado el crimen, condenado a la muerte.”

La acción del alma, la distancia, sin el concurso de los sentidos, se revela aún en el estado de vigilia, en
los fenómenos de la transmisión de pensamiento y de la telepatia.

Sabemos59 cada ser humano posee un dinamismo propio, un estado vibratório que varía al infinito,
conforme los individuos, y los hace aptos a producir en los otros y perciban ellos propios sensaciones
psíquicas extremadamente variadas.

Las vibraciones de nuestro pensamiento, proyectadas con intensidad volitiva, se propagan al lejos y
pueden influenciar organismos en afinidade con el nuestro, y después, suscitando una especie de
ricochete, volver al punto de emisión. Así, dos almas, vinculadas por las ondulaciones de un mismo ritmo
psíquico, pueden sentir y vibrar en uníssono. A veces, un diálogo misterioso se traba, de cerca o de lejos;
permutam-si pensamientos, demasiado sutis para que puedan ser expresos por palabras; imágenes; temas
de conversación, llamados, flotan o vuelan en la atmósfera fluídica entre esas almas que, a pesar de la
distancia, se sienten unidas, penetradas de un mismo sentimiento, y hacen irradiar de una la otra los
eflúvios de su personalidad psíquica.

Los que se aman, así se corresponden muchas veces: permutam sus alegrías y tristezas. Pero el corazón
tiene sus secretos que no revela de bueno grado. Una madre oye a través del espacio los llamamientos de
su hijo infortunado. Somos assediados de mil impresiones, provenientes de los pensamientos lejanos de los
que nos son caros.60

Esa teoría apóia-si en pruebas indiscutíveis:

Recordemos antes de todo las experiencias relatadas en los “Proceedings” (procesos verbales) de la
Sociedad de Investigaciones Psíquicas, de Londres. El operador y el sensitivo, colocados en la misma sala,
pero separados por una cortina, sin hacer un gesto, sin proferir una palabra, se transmiten silenciosamente
los pensamientos. La misma experiencia fue, enseguida, realizada con éxito, colocando- si el operador y el
percipiente, a principio, en dos salas, después en dos casas diferentes. A fin de evitar toda combinación
fraudulenta, los pensamientos a transmitir eran previamente escritos y quitados a la suerte.

El “Daily Express”, de septiembre de 1907, divulgó varias sesiones de transmisión de pensamiento, dadas al
rey Eduardo VII y la otros personajes de la Corte por dos sensitivos, el Sr. y la Sra. Zancig. Los resultados
fueron hechos conocidos por el propio rey y fue principalmente tras eso que la atención pública se
encaminó, en Inglaterra, para esa orden de hechos..

El rey sometió los dos sensitivos a las más difíciles pruebas, siempre con éxito completo. Quedó
evidenciado que la comunhão de pensamientos existía, no una vez u otra, pero de modo constante y
normal, entre el marido y la mujer. Si, por ejemplo, el primero leía una carta, la segunda, la gran distancia
y con los ojos vendados, percibía inmediatamente su contenido. Todo lo que se comunica al marido es
conocido en el mismo instante por la mujer. Los dos sensitivos vibran en uníssono. Además de eso, la Sra.

59
Ver 1ª Parte, cap. VIII.
60
Ver C. Flammarion – “El Desconocido y los Problemas Psíquicos”, cap. VI.

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Zancig dio prueba al rey de su facultad de visión psíquica, hablándole de cosas que él tenía la certeza de
ser el único a saber..

Las experiencias hechas por los psicólogos y magnetizadores son incontables y acompañadas de
particularidades tan precisas que sería imposible explicarlas como alucinações.61

Citemos algunos casos recientes, muchos de los cuales son inéditos:

“El Dr. Balme, de Nancy, tenía a sus cuidados la Condessa de L., afectada de dispepsia. Ella iba a
buscarlo en su consulta, nunca teniendo él, pues, entrado en casa de su cliente, situada fuera de la
ciudad. Tres días tras una de sus visitas, a 19 de mayo de 1899, entrando en casa y atravesando a
ante-sala, oyó él distintamente estas palabras: “Como me siento apenas! Y nadie para
socorrerme.” Después oyó el ruido de un cuerpo que encala en una espreguiçadeira. La voz era de
la Sra. de L.. Buscó informarse, pero en casa nadie había visto ni oído esa señora. Fue para su
gabinete de trabajo, se concentró y, colocándose voluntariamente en ligero estado de hipnose, se
transportó a la casa de la condessa y la vio. Acompañó todos sus movimientos y gestos, y los
anotó minuciosamente.

Cuando la Sra. de L. fue nuevamente consultarlo, él le comunicó sus impresiones, que fueron
verificadas exactas en todos los puntos y acordes a la realidad de los hechos. “Tras haberos
recogido a vuestro aposento – preguntó él – que era lo que parecíais buscar en torno a
vosotros?” “Parecía que alguien me acechaba”, respondió la señora.”62

A ejemplo del Dr. Hilbert y del Sr. Pierre Janet, cuyo sensitivo, Léonie, obedecía a la sugerencia a un
kilómetro de distancia, 63 el Dr. Balme tenía el poder de transmitir mentalmente su gana a una senhorita de
Lunéville. La obligaba así a venir a su gabinete, en Nancy, reclamar sus cuidados. Un día, habiendo
concentrado y dirigido para ella el pensamiento, proferiu estas palabras: “Venga; la espero en el tren del
medio-día.” A La hora fijada a moça entraba en casa de él, diciendo: “Aquí estoy.”64

C. Flammarion, en su obra “El Desconocido y los Problemas Psíquicos”, cap. VI, cita el caso de un niño que,
en la edad de cinco años, resolvía problemas complicadíssimos y repetía palabras y frases que su madre
leía mentalmente en un libro. El niño no calculaba, lo que hacía era únicamente leer en el pensamiento de
su madre la solución de los problemas propuestos. Desde que esta se retiraba, él era incapaz de obtener la
mínima solución.

En la opinión del Sr. G. Delanne,65 los estados vibratórios individuales deben ser clasificados en tres tipos
que él denomina visuales, auditivos y motores, y por los cuales se explicaría la variedad de las
percepciones en los sensitivos y en los médiuns. En los sensitivos pertenecientes a esos diversos tipos, las
impresiones producidas por una misma causa revestirán formas diferentes. La acción psíquica de un vivo, la
distancia,.

61
Verse las experiencias del Barão Du Potet, en el Hospital General (Du Potet, “Traité de Magnetisme”, passim), del
magnetizador La Fontaine (La Fontaine, “L'Art de Guérir”), del profesor Ch. Richet y del Dr. Ochorowicz, “La Suggestion
Mentale”; Dr. Moutin, “Le Diagnostíc de la Suggestibilité”; del Señor Boirac, rector en la Universidad de Grenoble, “Annales des
Sciences Psychiques”, 1896, pág. 36; Flammarion, “El Desconocido y los Problemas Psíquicos”: 57 experiencias de transmisión de
pensamientos sin el concurso de los sentidos, cap. VI.
62
“Bulletin de la Société d'Etudes Psychiques de Nancy”, abril de 1901.
63
Ver Plerre Janet, “Revue de Philosophie”, agosto de 1886.
64
“Bulletin de la Société d'Etudes Psychiques de Nancy”, abril de 1901.
65
“Revue Scíentifique et Morale du Spiritisme”, octubre de 1901, págs. 193 y 194.
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o a de un Espíritu provocará en unos la percepción visual de una figura de fantasma; en otros, la audición
de sonidos, de ruidos, de palabras; en un tercero suscitará movimientos. 66

Las impresiones pueden igualmente variar en los sensitivos pertenecientes al mismo tipo sensorial. El
pensamiento inicial será por ellos percibido bajo formas distinguidas, aunque el sentido de la
manifestación sea idéntico en el fondo. ES lo que tenemos frecuentes veces verificado en nuestras propias
experiencias. Diversos médiuns auditivos percibían el pensamiento del Espíritu y lo traducían en términos
diferentes.

Ese hecho nos demuestra que un gran número de fenómenos telepáticos deben ser incluidos en la orden
subjetiva, en el sentido de que se producen únicamente en el cerebro del percipiente. Aunque internos, no
son pero menos reales. La onda vibratória, emanada de un pensamiento extraño, penetra el cerebro del
sensitivo y le produce la ilusión de un hecho exterior que, según su estado dinámico, parecerá visual,
auditivo o tátil..

Sabemos que las impresiones de los sentidos se centralizam todas en el cerebro. Este es el verdadero
receptáculo, que arquiva las sensaciones y las transmite a la conciencia. Ora, conforme su estado
vibratório, somos llevados a referir nuestras sensaciones a uno de los tres estados sensoriais supla -
indicados. De ahí la variedad de las impresiones sugestivas percibidas por los sensitivos.

He ahí aquí varios casos inéditos, en que la acción telepática se manifiesta por medio de ruidos y visiones:

“La Sra. Troussel, cuyo sobrenome en solteira era Daudet, parienta del ilustre escritor y residente
en Alger, a la calle Daguerre, se comunica telepaticamente, hay horas convencionadas, con
algunas de sus amigas, cada una de las cuales sirve a su turno de transmisor y receptor. Ellas
establecen recíprocamente el proceso verbal de los pensamientos emitidos y de las impresiones
recibidas y los comparan enseguida. Preguntas mentales formuladas la distancia obtienen
respuestas precisas: un problema complicado fue resuelto. En la media, siete experiencias sobre
diez son coronadas de éxito. A veces, el pensamiento proyectado con intensidad produce una
acción física sobre los móviles, haciéndolos vibrar fuertemente.

La Sra. Troussel hizo la misma experiencia con una de sus amigas de Marsella. Debían poner -si en
comunicación el jueves santa, a las 8:30 horas de la noche. No siendo, sin embargo, idéntico el
meridiano, y siendo la hora de Marsella adelantada en relación a la de Alger, al subir la Sra.
Troussel para su cuarto en búsqueda del insulamento, se sintió invadida por un sentimiento de
tristeza. Un instante después, habiéndose recogido, vio aparecer una joven de Marsella; junto a
ella estaba una criancinha que le extendía los brazos, sonriendo, y le mostraba un rayo luminoso
que parecía venir del cielo. La Sra. Troussel se apresuró en transmitir a su amiga la narrativa de
esa experiencia. Sus cartas se cruzaron. A de Marsella contenía las siguientes líneas:

“Escogí el jueves santa, querida amiga, por ser el aniversario de la muerte de mi idolatrado
filhinho. A La hora indicada, vinisteis a consolarme. Pensé, en ese momento, en el pequenino ser
querido. Pensasteis también en él? Yo os vi subir del pavimento planta baja al primero andar.
Traíais un vestido que yo no conozco (pormenor exacto). Cosa singular: pensando en todas esas
cosas, yo veía a la vez la imensidade del mar; el rayo luminoso del farol parecía venir del cielo y
llegaba hasta junto de mí.”.

66
Se pueden ver ejemplos de esa naturaleza en la obra de Myers, Gurney y Podmore, “Les Fantômes des Vivants” (edición
francesa), págs. 350 y 354 y en la de C. Flammarion, “El Desconocido y los Problemas Psíquicos”, cap. III.
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Comunicaciones escritas han sido transmitidas, la grandes distancias, por personas vivas externalizadas.
Aksakof refiere los siguientes hechos:67

“El Sr. Tomás Everitt, de Londres, obtuvo, por el puño de su mujer, una comunicación de uno de
sus amigos, médium, en viaje para a América.

El eminente juez Edmonds, de Nueva York, refiere que dos grupos espíritas, reunidos a la misma
hora, en Boston y en Nueva York, se correspondían por sus respectivos médiuns.

Así también dos grupos de experimentadores, reunidos en Madrid y en Barcelona, se


comunicaban simultáneamente por el mismo proceso. Al fin de cada sesión, redactaba cada uno
por su parte una acta, que era puesta inmediatamente en el Correo. Los dos mensajes
combinaban siempre fielmente.”68

La “Revue Scientifique et Morale du Spiritisme”, en su número de enero de 1908, cita un hecho


interesante, extraído de las “Memorias” de la Sra. Adelma de Vay:

“La Sra. de Vay refiere que, durante la campaña de 1866, el Conde Wurmbrandt, suyo primo,
formaba parte del Ejército austríaco. El día 25 de mayo, recibió de él una extensa comunicación,
en que le afirmaba ser él propio, “suyo primo Luís Wurmbrandt”, añadiendo que “estaba pasando
bien, que su espíritu se hallaba al pie de ella y el cuerpo en el campo, en compañía de los
soldados”. A 15 de junio, nueva comunicación: “Esperamos una batalla... mi cuerpo está
completamente adormecido.” Y afirmaba estar en ella pensando intensamente. A 4 de julio, aún
una comunicación: “No dude de la presencia de mi espíritu... Acabamos de trabar una gran
batalla. Voy pasando bien.”

El día 5 de julio, el nombre de Wurmbrandt figura en la lista de los muertos. Sin embargo, a 9 del
mismo mes, la Señora de Vay recibe una comunicación de suyo primo, asegurando haber
“felizmente sobrevivido a la batalla de Honig Gratz” y que dentro de tres días se lo confirmaría por
carta. La Sra. de Vay recibió efectivamente de suyo primo una carta enumerando, con
particularidad, las enormes pérdidas sufridas por su batallón, lo que explica la errónea suposición
de su muerte.”

Todos esos hechos establecen de modo positivo, desde esta vida, la acción mental y recíproca de alma el
alma y la posible intervención de los vivos externalizados en los fenómenos psíquicos.

Para practicar la telepatia son necesarias dos condiciones: de un lado, en el operador, la concentración y
la exteriorização del pensamiento. Para actuar mentalmente, a distancia, es preciso recogerse y dirigir
con persistencia el pensamiento al blanco predeterminado. Se provoca, así, un desprendimento parcial del
ser psíquico y se origina una corriente de vibraciones que nos pone en relación con nuestro
correspondiente. En este se requiere, por su parte, un grado suficiente de sensibilidad..

Estas condiciones no se encuentran tan frecuentemente como se podría suponer. ES preciso criá -las por
una acción tardada de la gana y, enseguida, mejorarlas mediante el ejercicio cotidiano de las facultades
adquiridas.

67
Aksakof – “Animismo y Espiritismo”, cap. IV, I. Ver también dos otros casos curiosos, en el mismo capítulo .
68
Eugène Desnudos – “Choses de l'autre Monde”, pág. 365.
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El Dr. Balme observa69 que, habiendo experimentado con una señora de su amistad, ningún resultado
obtuvo al comienzo. Todos los días, a la misma hora y durante mucho tiempo, prosiguieron ambos la
tentativa. Los pensamientos intercambiados fueron a principio contradictorios. Un día, sin embargo, fue
percibida una palabra con perfecta exactitud; después fueron seguidamente transmitidas frases de cuatro
a cinco palabras. Finalmente, al cabo de dos años, conseguían comunicarse, la distancia, a cualquier hora
del día indiferentemente, comenzando sólo por batir palmas.

En esas experiencias, como se ve, la perseverança es el elemento esencial de todo el éxito. ES preciso,
antes de todo, aprender a fijar los pensamientos. Estos son por naturaleza inestables, flotantes; varían
muy amiúde de uno a otro objeto. Sepamos mantenerlos bajo la acción de la gana e imponerles un
determinado objetivo. ES de los más salutares ese ejercicio, en el sentido de habituarnos a practicar la
disciplina mental.

Una vez fijado el pensamiento y establecida la corriente vibratória, se hace posible la comunicación.
Llegamos a correspondernos telepaticamente, no sólo con nuestros amigos terrestres, pero también con
los del Espacio, porque la ley de las correspondencias es la misma en los dos casos. No es más difícil
conversemos mentalmente con los seres amados cuyo envolvente la muerte destruyó, que con aquellos
que, permaneciendo en la Tierra, fueron alejados para lejos de nodos por las exigencias de la vida. El
poder de la evocação que va a alcanzar el ser espiritual, a través de la imensidade, en una región
desconocida del evocador, es de más evidente demostración de la energía del pensamiento.

A veces, durante el sueño o en la vigilia, el alma se externaliza, si objetiva en su forma fluídica y aparece, la
distancia. De ahí el fenómeno de los fantasmas de los vivos.

Uno de los más notables casos es lo de Emília Sagée, profesora en Volmar, cuyo desdoblamiento pudo
ser incontables veces observado por las cuarenta y dos personas residentes en el internato.70

A ese se puede añadir el caso del reverendo Tr. Benning, citado por la Sra. Hardinge-Britten en el
“Manner of Light”. Su doble se transportó la Troy, donde debía realizar urna conferencia el día siguiente, a
fin de dar aviso de que una indisposição lo impedía de cumplir su promesa. Allá estuvo y fue visto y oído
por tres personas, en una de las cuales dio un empujón. Durante ese tiempo su cuerpo no había dejado
Nueva York. 71

Una joven creada alemana, de Boston (Massachusetts), acometida de fiebre acompañada de delirio, se
transportaba, en sueño, a la casa de su familia, en Europa. Ahí, durante quince noches consecutivas, todos
sus parientes a oyeron batir a la puerta de la casa paterna y vuelcan entrar su fantasma. Todos a
creyeron muerta; ella, sin embargo, se restableció.72

El “Equipos”, en su edición hebdomadária de 1º de enero de 1908, consagra un largo artículo a un hecho


de desdoblamiento, que habría ocurrido en la paróquia de East Rudham. El reverendo Dr. Astley, que ahí
ejercía sus funciones, enseguida a un accidente de carretera de hierro, en la línea de Biskra, fue conducido
para el hospital de los ingleses, en Alger. Mientras en él se hallaba en tratamiento, su fantasma fue
repetidas veces percibido y distintamente reconocido por tres personas, particularmente pelo
69
“Bulletin de la Société d'Etudes Psychiques de Nancy”, abril de 1901.
70
Aksakof – “Animismo y Espiritismo”, cap. IV, III, IV.
71
Ídem, Ibidem.
72
Ídem, Ibidem.
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Denis
reverendo Brock, vigário encargado de sustituir el Dr. Astley, en la paróquia de East Rudham, durante su
impedimento.

Los más numerosos testimonios son suministrados por la Sociedad de Investigaciones Psíquicas, de Londres.
Esa Sociedad, compuesta de hombres eminentes, erigiu un verdadero monumento científico con la
publicación del libro “The Phantasms of the Living”73 y a de los “Proceedings”, compilación de narrativas,
que forman veintidós volúmenes y comprenden un periodo de veinte años de estudios. Esas obras relatan
miles de casos de aparições, observados con todo el rigor que los sabios aplican al estudio de los
fenómenos y señalan las circunstancias y las pruebas que dan cada hecho su cunho de autenticidade y el
apoyo de testimonios severamente esmerilhados.

Esos hechos establecen de modo incontestável las relaciones que existen entre la aparição del doble y la
persona viva que él representa.

No sería lícito atribuir a todos esos fenómenos un carácter subjetivo. En ciertos casos, como venimos, sólo
el cerebro del percipiente es impresionado por las vibraciones de un pensamiento lejano, las vibraciones
que se transmiten al foco visual y ahí hacen surgir la imagen del manifestante. Aquí, sin embargo, en la
mayor parte de los casos, los fenómenos observados no se prestan de modo alguno a esa interpretación.
Su objetividad queda demostrada en el hecho de ser vistos los fantasmas por muchas personas a la vez, o
aún sucesivamente, cuando, por ejemplo, el fantasma se transporta a los diversos pavimentos de una casa.

Los fantasmas de los vivos actúan sobre la materia; abren y cierran puertas, agitan campainhas,74 hacen
oír despiertes en pianos cerrados.75 Impresionan animales domésticos, dejan señales de manos y dedos en
la poeira de los móviles y, a veces, aún comunicaciones escritas, que permanecen como una irrecusável
prueba de su pasaje.76

Los desdoblamientos de los vivos han sido comprobados en todos los tiempos. De ellos relata la Historia
numerosos casos, firmados en valiosos testimonios.

Tácito refiere77 que Basilides apareció la Vespasiano en un templo de Alexandria, hallándose en la


ocasión retenido por la enfermedad la muchas leguas de distancia..

La mística cristiana78 registra, como hechos miraculosos, casos de bilocação o bicorporeidade, en que
fácilmente reconocemos fenómenos de exteriorização.

Santo Afonso de Liguóri fue canonizado por haberse mostrado simultáneamente en dos lugares diferentes.
Hallándose adormecido en Arienzo, pudo asistir a la muerte del papa Clemente XIV, en Roma, y anunció, al
despertar, que, acababa de ser testigo de ese acontecimiento. El caso de Santo Antônio de Pádua es
célebre. Estando en Pádua a predicar, se interrumpió de repente, en medio del sermón, y adormeció. En
ese mismo instante, en Lisboa, su padre, acusado falsamente de homicidio, era

73
“Los Fantasmas de los vivos” (edición francesa, resumida bajo el nombre de “Hallucinations télépathiques”), París, 1891, in 80,
Alcan.
74
“Hallucinations télépathiques”, pág. 237
75
Aksakof – “Animismo y Espiritismo”, cap. IV, III.
76
Ídem, Ibidem, cap IV, IV.
77
Tácito – “Hist.”, libro IV, cap. 81-82.
78
J. Ríbet – “La Mystique Divine”, tomo II.

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En lo Invisible – Léon 1903
Denis
conducido al suplício. Santo Antônio aparece, demuestra la inocencia de su padre y hace conocer el
verdadero culpable.79

Se encuentran numerosos hechos análogos en la vida de los santos, particularmente en las de Santo
Ambrósio, Son Francisco Xavier, Son José de Cupertino, Santa Maria d'Agreda, Santa Liduína, etc.

El ser humano, desprendido de los liames carnais por la plegaria, por las elevadas aspiraciones y por una
vida pura y sóbria, se hace más apto a externalizarse..

La posibilidad de esas manifestaciones se halla igualmente demostrada por las experiencias de los
magnetizadores, como Du Potet, Deleuze, Billot, por Kerner, Perty, D'Assier, etc.

Conviene notar que esos fenómenos no se producen solamente durante el sueño. Una emoción violenta,
ciertas enfermedades, la agonía, la muerte, pueden provocar el desprendimento psíquico.

El Sr. Camille Flammarion, en “El Desconocido y los Problemas Psíquicos”, capítulo VII, cita ciento y
ochenta y seis casos en que moribundos se manifiestan, la distancia, hablando, o sólo visibles. 80

En la “Revue des Revues” (respuesta a Sannt-Saêns) lo ilustre astrónomo relata el siguiente hecho:

“Una joven, al fin de siete años de afetuosas relaciones, se había separado del hombre que
amaba. Este se casó y ella nunca más tuvo noticias suyas. Se pasaron algunos años, cuando, en una
noche de abril de 1893, vio ella entrar en su cuarto una forma humana, que se aproximó y sobre
ella se debruçou. Sintió entonces, en los labios, con terror, el tardado beso de una boca helada..
El día siguiente, cerca de medio-día, corriendo la vista por un periódico, leyó la noticia del
falecimento y de los funerales del que fuera su amante.”

Publicó la “L'Éclair” de 24 de noviembre de 1908:81

“El comandante de un navío de guerra inglés hacía un crucero en los mares del Sur. Estaba, una
noche, concluido en su camarote, a hacer cálculos algebraicos la giz, en el cuadro-negro, y en
dato momento se sentó a la mesa para anotar en el canhoto los resultados obtenidos. Al volverse,
para leer en el cuadro la última ecuación, vio de repente aparecer una mano, con un libre
comienzo de antebraço, tomar la esponja y borrar las fórmulas. Quedó estupefacto, inmóvil. Una
figura, al comienzo nebulosa e indistinta, se hizo visible; era un hombre, uniformado, en quien
reconoció uno de sus antiguos compañeros de escuela, oficial de Marina como él, y que hube
dejado de ver, había muchos años. Notó que estaba envejecido. La figura tomó un pedazo de giz,
escribió una latitude, una longitud, y desapareció. El comandante, sólo disipado el asombro que lo
hube tomado, sale rápidamente del camarote, llama sus oficiales y les refiere lo que acababa de
presenciar, mostrándoles las indicaciones inscritas en el cuadro y haciéndoles notar que nunca
escribía, como allí estaban, los algarismos.
79
Tomamos – data vênia – la libertad de ressalvar este final, en que hay un evidente equivoco. Antônio de Pádua, según la
historia que conocemos de suya vi de la, se limitó a demostrar cabalmente la inocencia de su padre, alegando que “no hube
venido a condenar el culpable, sino salvar el inocente”, y así se esquivando al odioso papel de delator. Ni otro procedimiento
sería compatible con el carácter de aquel eminente Espíritu. – (Nota del Traductor)
80
Ver también Aksakof, “Animismo y Espiritismo”, cap. IV, III, y D'Assier, “L'Humanité Posthume”, pág. 147. “The Phantasms of
the Living” relatan igualmente numerosos casos de aparições de moribundos y de personas fallecidas, co m coincidencia de
muerte.
81
Conforme la “Revue Spirite”, febrero de 1909.

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Tomaron nota de la hora y fecha y, obedeciendo a un mismo sentimiento, hicieron rumbo a todo
vapor para el punto del océano indicado en el cuadro. Al fin de cinco días lo alcanzaron y durante
largas horas cruzaron en las imediações del lugar, situado en pleno mar, a miles de millas de toda
costa y fuera de las rutas de navegación. Finalmente, en la mañana del sexto día, percibieron al
lejos alguna cosa que flotaba, punto negro en el horizonte claro, en que se esgarçavam las nieblas
matutinas. Al alcanzarlo, verificaron ser una jangada, hecha de tábuas sólo reunidas, a la cual, sin
vivir, sin agua, a la mercê del más ligero viento, se hallaban agarrados tres agonizantes – como lo
refirieron cuarenta y ocho horas más tarde, cuando pudieron hablar – únicos supervivientes del
naufragio de un gran navío que se había incendiado y soçobrado en poco tiempo. Era su
comandante el oficial que hube aparecido delante del cuadro-negro. El sinistro había ocurrido al
punto inscrito por el fantasma y precisamente a la hora en que este se había manifestado.

El capitán anotó el hecho en su diario de bordo. Puede a buen seguro creerse que él propio hube
escrito, inconscientemente, los algarismos en el cuadro-negro. Pero es preciso entonces admitir
que él actuó bajo la influencia del Espíritu de su antiguo compañero, que estaba muriendo en las
llamas y le transmitió la latitude y la longitud del lugar en que se producía la catástrofe.”.

Esos casos son múltiples y jamás se podría explicarlos por la teoría de la alucinação. En ellos hay relación
de causa y efecto. La muerte coincide con las aparições y estas son demasiado numerosas para que se
puedan considerar las coincidencias como producto del acaso. Las voces que se oyen son de personas que
se hallan lejos; las visiones representan figuras conocidas; las ropas, verifica -se que son tales cuáles las que
las personas vestían en la ocasión. Particularidad digna de nota: perros y caballos se muestran asustados e
inquietos a la aproximación de los fenómenos, de los cuales parece tengan la visión o el presentimiento,
mucho tiempo antes que sean perceptibles al hombre.

Los fenómenos debidos a la exteriorização o acción extracorpórea del alma humana fueron estudiados con
atención y clasificados por Aksakof bajo la denominación general de animismo. Ese erudito observador
quiso establecer una distinción formal entre esos hechos y las manifestaciones de los denominados
muertos. Tal distinción, realmente, no existe; esos hechos, como veremos adelante, son siempre idénticos
quiere antes, quiere tras la muerte. El alma del hombre puede, exactamente como el alma desencarnada,
actuar sobre médiuns, dictar comunicaciones, avisos, tanto por escrito como por medio de mesinhas,
provocar desplazamientos de objetos materiales, aparecer la gran distancia de su propio cuerpo e
impresionar chapas fotográficas.

Allan Kardec consagró un capítulo entero de “El Libro de los Médiuns”82 a los estudios de las aparições de
vivos..

Esos fenómenos, pues, no eran ignorados por los espíritas, como se ha pretendido, y Aksakof, en
“Animismo y Espiritismo”, sólo confirmó lo que muy antes de él ya había sido reconocido.

Experiencias más recientes han demostrado la posibilidad, para ciertos individuos, de desplegarse
parcialmente, de materializar determinadas partes de su forma fluídica y produzcan varios fenómenos.

82
Ob. cit., cap. VII, nºs 114 y siguientes. Ver también “El Libro de los Espíritus”, Parte 2ª, cap. VIII, “Visitas espíritas entre pe
ssoas vivas”, y “Revue Spìrìte”, 1860, pág. 81 – Evocação del Espíritu del Dr. “Vignal, adormecido.

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Médiuns, como Eusápia Paladino y Eglinton, han provocado, a muchos metros de distancia y sin contacto
físico, el desplazamiento de cuerpos inertes en plena luz y dejado impresiones de sus miembros fluídicos en
substancias moles: argila, parafina o papel enegrecido al tabaco.83

No nos sería lícito dejar de mencionar aún los casos de incorporación de vivos en el organismo de médiuns
adormecidos. Ese género de manifestaciones introduce casi siempre un elemento de confusión y error en
los fenómenos de “transe” y es preciso una experiencia consumada para los no confundir con las
manifestaciones de los desencarnados. Con efecto, los vivos incrustados en un organismo extraño ni
siempre tienen la noción perfecta de su verdadera situación.

Aquí está un ejemplo que demuestra cuánto es necesario, en el curso de tales experiencias, haber
siempre la máxima atención:

Durante tres años consecutivos, pudo el Espíritu de un vivo manifestarse, por vía de incorporación, en el
grupo que dirigíamos en Tours, sin que lo pudieran distinguir de los Espíritus desencarnados que intervenían
habitualmente en nuestras sesiones. Los pormenores más positivos nos eran, sin embargo, por él
suministrados acerca de su identidad. Decía llamarse B. y había sido sacristão de la vila de D., en la Sarthe.
La voz arrastrada, el gesto lento y fatigado, la actitud curvada contrastaban con las actitudes y gestos
propios del médium y de los otros Espíritus familiares. Nodos lo reconocíamos inmediatamente a las
primeras palabras proferidas. Se ponía él entonces a narrar por miúdo los más pequeños incidentes de su
vida, las admoestações del vigário, con ocasión de su preguiça y de las bebedeiras que tomaba, el mal
estado de la iglesia y de los paramentos confiados a sus cuidados, y hasta sus infrutíferas investigaciones
en el Espacio, a fin de encontrar la confirmación del que le había sido enseñado! – Todo en él – propósitos,
recordações, peses – nos daba la firme convicción de estar tratando con un desencarnado.

No pequeña fue por eso la sorpresa que experimentamos, cuando un miembro de nuestro grupo,
habiendo ido a la indicada región y sido encargado de proceder a una investigación, nos informó que B.
aún pertenecía a este mundo. Todo lo que nos había él dicho, era, al demás, exacto. Nuestro secretario lo
pudo ver y conversar con él. Hallándose viejo y cada vez más dato a la preguiça y a la embriaguez, hubo
tenido que abandonar sus funciones. Todas las noches, a las primeras horas, se acostaba y adormecía pr
ofundamente. Podía así externalizarse, transportarse hasta junto de nodos e incorporarse en uno de
nuestros médiuns, a quién lo prendían lazos de afinidade cuya causa se nos conservó siempre ignorada.

Se pregunta como puede el alma de los vivos llegar a producir, durante el sueño, fenómenos tan
sorprendentes quão complejos. En ciertos casos las aparições, las materializações, exigen una fuerza
considerable, un profundo conocimiento del que llamaremos la química espiritual; y queda -se
maravilhado de que, sólo alejada de su envoltório carnal, pueda el alma incautar sus leyes.

Parece que la energía necesaria para producir esos fenómenos es haurida en el cuerpo físico, a que se halla
conectada la forma fantástica por una especie de cordón fluídico, sea cuál sea la distancia a que se
encuentre. La existencia de ese lazo es atestada por los videntes y confirmada por los Espíritus. Tan sutil es
él que, cada sensación un poco viva que afecte el cuerpo material, el alma, bruscamente atraída, retoma
posesión de este inmediatamente. Ese acto constituye el despertar.

83
Ver Aksakof, “Animismo y Espiritismo”, cap. IV, IV; ver De Rocas, “Extériorisatíon de la Sensibilité” y “Extériorisatìon de la
Motricité”, passim (experiencias hechas con Eusápia por los Srs. Lombroso, Schiapparelli, Finzi, Ermacora, Wagner, Ch. Richet, De
Rocas, Flammarion, Lodge, Ochorowicz, etc.).

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Conviene no olvidar que el espíritu dirige la materia. El alma dispone, a su talante, de los elementos
imponderáveis de la Naturaleza, con los cuales construye, a principio, el cuerpo fluídico, modelo estructural
del cuerpo físico, y después forma este con el auxilio de los elementos terrestres, que reúne y asimila..

Durante el sueño normal, como en el sueño magnético, el lazo que une los dos cuerpos se afrouxa, sin
quebrarse. Los dos envolventes quedan separados. Si, al alejarse, el cuerpo fluídico absorbe la necesaria
energía, puede condensar-si, solidificar-si, actuar sobre la materia, producir sonidos, ruidos, hacerse hasta
visible.

El gran motor en todo eso es la gana. Esa facultad es creadora; y lo demuestran los fenómenos de
sugerencia, mediante los cuales la gana interveniente puede ocasionar profundas modificaciones en el
cuerpo humano. Así, el Espíritu, por la acción mental, puede imprimir a la materia sutil las formas, los
atributos, las apariencias de trajos, de ropas que permitirán reconocerlo. Además de eso, en la mayoría de
los casos, el manifestante es asistido por amigos invisibles, como evidentemente lo provenga la
intervención del Espíritu John King en las sesiones de Eusápia, y Abdullah en las de Eglinton, etc. Los
habitantes del Espacio en general poseen experiencia y conocimiento más extenso de las cosas de ese
medio. Grande es su fuerza de gana y ellos pueden auxiliar eficazmente la producción de ciertos hechos
telepáticos, que el manifestante no sería capaz de realizar sin el concurso de ellos.

Todos los fenómenos que acabamos de describir pertenecen al dominio de las observaciones. Les pueden
ser, sin embargo, añadidos hechos de experiencia, provocados voluntariamente, y que permiten verificar
simultáneamente la presencia del cuerpo material y a de el doble fluídico del alma en dos lugares
diferentes.

Ahí ya no hay que recurrir al acaso ni la coincidencias fortuitas. El resultado a obtener, previamente
indicado por el experimentador, es alcanzado mediante procesos y en condiciones que desafían toda
crítica. Son numerosos esos hechos, de entre los cuales indicaremos los siguientes:

El Sr. Desmond-Fitz-Gérald, ingeniero, tomó parte en una experiencia decisiva. El Espíritu de una joven,
externalizado durante el sueño, fue enviado a su casa y ahí se materializó. Su presencia fue reconocida
por diversas personas, una de las cuales se sintió tocar por el fantasma, lo que le produjo un gran
terror.84 ES una experiencia de desdoblamiento con resultado positivo.

La Sra. De Morgan, esposa del profesor a quién se debe la obra intitulada “From Matter te lo Spirit”,
hipnotiza una senhorita y ordena a su doble externalizado que vaya a batir a la puerta de la calle. Las
pancadas fueron oídas por varias personas, que abrieron inmediatamente aquella puerta y verificaron que
la calle se hallaba desierta.85

84
Aksakof – “Animismo y Espiritismo”, cap. IV, IV. Ver también, en el mismo capítulo, el caso de la sonâmbula Suzette B., cuyo doble
aparece al Dr. Ruffi y borra -le la vela.
85
“Light”, 1883, pág. 458; Aksakof, “Animismo y Espiritismo”, cap. IV, II. Ver también “The Phantasms of the Living”, edición
francesa, pág. 45.

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Se pueden encontrar en ciertas obras y revistas numerosos casos en que personas vivas, evocadas durante
el sueño, vienen a dar, utilizándose de médiuns, comunicaciones que concluyen pruebas de identidad. 86

A esos hechos añadiremos los de reproducciones fotográficas de dobles o fantasmas de vivos


externalizados. El testimonio es en tal caso irrecusável y ninguna ilusión es posible. No se podría
sospechar la chapa sensible de estar sujeta la alucinações.

El profesor Istrati, miembro del Consejo de Ministros de la România, concentrando la propia gana antes de
adormecer, pudo externalizarse, aparecer al Doctor Hasden, senador romeno, de más de 50 kilómetros de
distancia, y por él hacerse fotografiar en espíritu. En la chapa distingue -si la imagen fluídica del profesor,
encarando el obturador del aparato.87

Una certeza resulta de ese conjunto de hechos; es que el alma humana, al contrario del que pretenden
los materialistas, no es una resultante del organismo, transitoria cómo él, una función del cerebro, que
se aniquile por ocasión de la muerte, pero un ser en sí aún real, independiente de los órganos.

Su acción se puede ejercer fuera de los límites del cuerpo; el alma puede transmitir a otros seres sus
pensamientos, sus sensaciones, y mismo desplegarse y aparecer en su forma fluídica. Sobranceira a las
leyes del tiempo y del espacio, ella ve a la distancia y se transporta al lejos; lee en el pasado y puede
penetrar el futuro.

La existencia del alma se revela, conseguintemente, por hechos. El cuerpo no es una condición
indispensable de su existencia y se a él se halla conectada durante el pasaje terrestre, ese lazo es sólo
temporal. Tras su criba del organismo físico ella continúa a manifestarse por fenómenos de orden espírita,
cuyo estudio hará el objeto de los capítulos que van a seguirse.

El estudio del alma externalizada durante la vida nos conduce, así, al estudio de sus manifestaciones tras
la muerte. Las leyes que rigen esos fenómenos son idénticas. La exteriorização no es más que una
preparación del Espíritu para el estado de libertad, para esa otra forma de existencia en que él se
encuentra desembaraçado de los liames de la materia.

No será de los más pequeños títulos de gloria de ese Espiritismo, tanto tiempo repudiado, el haber
enseñado el alma humana a estudiarse en sus profundidades, la entreabrir lo espeso véu que ocultaba el
secreto de su naturaleza y de su grandeza insuspeita.

XIII - Sueños Premonitórios - Clarividência - Presentimientos


En las páginas que preceden tocamos sólo ligeramente en la cuestión de los sueños. Este asunto reclama
otra explicación.

Los sueños, en sus variadas formas, tienen una causa única: la emancipação del alma. Esta se desprende
del cuerpo carnal durante el sueño y se transporta a un plan más o menos elevado del Universo, donde
percibe, con el auxilio de sus sentidos propios, los seres y las cosas de ese plan.

86
Ver “Revue Spirite”, 1860, págs. 81, 88 y 173; Allan Kardec, “El Cielo y el Infierno”, cap. VIII, “Carlos de S. G. (idiota)”; Aksakof,
“Animismo y Espiritismo”, cap. IV, I; “Banner of Light”, de 6 de noviembre y 11 de diciembre de 1875.
87
Dr. Baraduc, “El alma humana, sus movimientos, sus luminosidades”. Ver también el caso de Humber (Aksakof, “Animismo y
Espiritismo”, cap. I); lo del juez Carter (“Banner of Light”, 31 de julio de 1875); el caso de W. Stead (“Borderland”, abril de 1896 ).

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Pueden dividirse los sueños en tres categorías principales:

De entrada, el sueño ordinario, puramente cerebral, simple repercusión de nuestras disposiciones físicas o
de nuestras preocupaciones morales. ES también el reflejo de las impresiones e imágenes arquivadas en
el cerebro durante la vigilia; en la ausencia de cualquier dirección consciente, de toda intervención de la
gana, ellas se desarrollan automáticamente o se traducen en escenas indecisas, destituidas de
coordinación y de sentido, pero que permanecen grabadas en la memoria..

El sufrimiento en general y, particularmente, ciertas enfermedades, facilitando el desprendimento del


Espíritu, aumentan aún más la incoerência e intensidad de los sueños. El Espíritu, obstado en su surto,
empuxado cada instante para el cuerpo, no se puede elevar. De ahí el conflicto entre la materia y el
principio espiritual, que recíprocamente se influéncian. Las impresiones e imágenes se chocan y
confunden..

En el primer grado de desprendimento, el Espíritu flota en la atmósfera, sin alejarse mucho del cuerpo;
bucea, por así decir, en el océano de pensamientos e imágenes, que de todos los lados rolam por el
espacio, de ellos se impregna y ahí colhe impresiones confusas, tiene extrañas visiones e inexplicáveis
sueños; a eso se mesclam a veces reminiscencias de vidas anteriores, tanto más vivazes mientras más
completo es el desprendimento, que así permite entren en vibración las capas profundas de la memoria.
Esos sueños, de infinita diversidad, conforme el grado de emancipação del alma, afectan sobre todo el
cerebro material, y por eso es por lo que de ellos conservamos el recuerdo, al despertar.

Por último vienen los sueños profundos, o sueños etéreos. El Espíritu se subtrai a la vida física, se
desprende de la materia, recorre la superficie de la Tierra y la imensidade, donde busca los seres amados,
sus parientes, sus amigos, suyos guías espirituales. Va, no raro, al encuentro de las almas humanas, como
él desprendidas de la carne durante el sueño, con las cuales se establece una permuta de pensamientos y
designios. De esas prácticas conserva el Espíritu impresiones que raramente afectan el cerebro físico, en
virtud de su impotência vibratória. Esas impresiones se graban, sin embargo, en la conciencia, que
guárdales los vestigios, bajo la forma de intuições, de presentimientos, e influyen, más del que se podría
suponer, en la dirección de nuestra vida, inspirando nuestros actos y resoluciones. De ahí el proverbio: “La
noche es buena consejera.”

En la “Revue Spirite” de 1866, pág. 172, Allan Kardec habla del desprendimento del Espíritu de una joven
de Lião, durante el sueño, y de su venida a París, en medio de una reunión espírita en que se hallaba su
madre:

“El médium, en estado de transe, va la Lião, la pedido de una señora presente, al aposento de su
hija, que describe fielmente. La moça está adormecida; su Espíritu, conducido por uno guía
espiritual, se aproxima de su madre, a quien ve y oye, para ella un sueño, dice lo guía del
médium, de que, al despertar, no guardará recuerdo claro; conservará sólo el presentimiento del
bien que se puede auferir de una creencia firme y pura.

Ella hace sentir su madre que, si pudiera recordarse tan bien de sus precedentes encarnações, en
el estado normal, como se acuerda ahora, no permanecería muy tiempo en la situación
estacionaria en que se encuentra. Porque ve claramente y siéntese capaz de progresar sin
hesitação; mientras que en el estado de vigilia nodos tenemos una venta sobre los ojos.

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“Gracias – dice ella a los asistentes – por haberos ocupado conmigo.” Enseguida, abraza su
madre. El médium añade, al terminar: “Ella siéntese feliz con ese sueño, de que se no hay de
acordar, pero que ni por eso le dejará de producir salutar impresión.”

Algunas veces, cuando suficientemente purificada, el alma, conducida por Espíritus angélicos, llega en sus
transportes a alcanzar las esferas divinas, el mundo en que se generan las causas. Ahí paira, sobranceira al
tiempo, y ve se despleguen lo pasado y el futuro. Si acaso comunica al envolvente humano un reflejo de las
sensaciones colhidas, podrán estas constituya lo que se denomina sueño profético.

En los casos importantes, cuando el cerebro vibra con demasiada lentitud para que pueda registrar las
impresiones intensas o sutis percibidas por el Espíritu, y este quiere conservar, al despertar, el recuerdo de
las instrucciones que recibió, crea entonces, por la acción de la gana, cuadros, escenas figurativas de las
imágenes fluídicas, adaptadas a la capacidad vibratória del cerebro material, sobre el cual, por un efecto
sugestivo, las proyecta enérgicamente. Y, conforme la necesidad, si es inábil para eso, recurrirá al auxilio
de los Espíritus más adelantados, y así revestirá el sueño una forma alegórica.

Entre los de este género, hay algunos célebres, como, por ejemplo, el sueño del Faraó, interpreta del por
José.88 Muchas personas tienen sueños alegóricos, los cuales ni siempre traducen las impresiones recibidas
directamente por el Espíritu del individuo adormecido, pero, en la mayor parte de las veces, revelaciones
provenientes de las almas, que todos hemos, prepostas nuestra guardia.

Hallándome gravemente enfermo y casi desenganado, obtuve, bajo significación figurada, el aviso de mi
propia cura. En el sueño, yo recorría con mucha dificultad un camino cubierto de escombros; a medida que
me adelantaba, los obstáculos se me acumulaban bajo los pies. Súbito, un riacho ancho y profundo surge a
mi vista, y soy gracias a interrumpir la marcha. Me siento, lleno de angustia, a la riba d'agua; pero del
otro margen mano invisible me extiende una prancha, cuya extremidad se inclina a mis pies. No tengo
más que firmarme en ella y, por ese medio, consigo transponer el curso del agua. Del lado opuesto el
camino es libre y desembaraçado, y yo sigo con el paso más firme, en medio de aprazível llanura.

He ahí aquí el sentido de ese sueño:

Informado, algún tiempo después, por una mujer imersa en sueño magnético, de la causa de mi
enfermedad, causa assaz vulgar, con que ningún médico había podido atinar, ni con los remedios
aplicables, readquiri poco a poco la salud y pude recomenzar mis trabajos.

En los sueños son, con frecuencia, registrados fenómenos de premonición, es decir, comprueba -si la
facultad que poseen ciertos sensitivos de percibir, durante el sueño, las cosas futuras. Son abundantes los
ejemplos históricos:

Plutarco (“Vida de Júlio César”) hace mención del sueño premonitório de Calpúrnia, mujer de César. Ella
presenciou durante la noche la conjuração de Brutus y Cassius y el assassínio de César, e hizo todo el
posible por impedir este de ir a Senado.

88
“Gênesis”, XLI, 1-38.

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Se puede también ver en Cícero el sueño de Simônides (“De Divinatione”, I, 27); en Valério Máximo, el
sueño premonitório de Atério Rufo (VII, par. I, 8) y lo del rey Creso (VII, par. I, 4), anunciándole la muerte
de su hijo Athys.

En sus “Comentarios”, refiere Montlue que asistió, en sueño, en la víspera del acontecimiento, a la muerte
del rey Henrique II, traspasado por un golpe de lanza, que en un torneo le vibró Montgommery.

Sully, en sus “Memorias” (VII, 383), afirma que Henrique IV tenía el presentimiento de que sería
asesinado en una carruagem.

Hechos más recientes, registrados en gran número, pueden ser comprobatoriamente mencionados:

Abraão Lincoln soñó que se hallaba en una tranquila silenciosa, como de muerte, únicamente perturbada
por soluços; se levantó, recorrió varias salas y vio, finalmente, al centro de una de ellas, un catafalco en
que yacía un cuerpo vestido de negro, guardado por soldados y rodeado de una multitud en llanto. “Quién
murió en Casa Branca?” – preguntó Lincoln. “El presidente; – respondió un soldado – fue asesinado!” En ese
momento una prolongada aclamação del pueblo lo despertó. Poco tiempo después moría él asesinado.89

En su libro “El Desconocido y los Problemas Psíquicos”, C. Flammarion cita 76 sueños premonitórios, dos de
los cuales por su madre (cap. IX). En la mayor parte los revisten el carácter de la más absoluta
autenticidade.

Uno de los más notables es el caso del Sr. Berard, antiguo magistrado y diputado (cap. IX). Gracias, por el
cansancio, durante un viaje, la pernoitar en pésima estalagem, situada entre montañas selváticas, él
presenciou, en sueño, todos los detalles de un assassínio que había de ser cometido, tres años más tarde,
en el cuarto que ocupaba, y de que fue víctima el abogado Vitor Arnaud. Gracias al recuerdo de ese sueño
es que el Sr. Berard hizo descubrir los asesinos.

Ese hecho es igualmente referido por el Sr. Goron, Jefe de Vigila, en sus “Memorias” (t. II, pág. 338). Se
puede también citar:

El sueño de la mujer de un minero, que ve corten la cuerda del cesto que servía para descender los obreros
a los pozos de extracción. Luego el día siguiente el hecho se verificó y muchos mineros debieron la vida a
ese sueño (cap. IX).

Una joven hermana de caridad (Nièvre) vio en sueño el muchacho, para ella entonces desconocido, con
quien después habría de casarse. Gracias a ese sueño ella se hizo Mme. de la Bédollière (cap. IX).

Conscritos ven en sueño los números que quitaron el día siguiente o días después (cap. IX).

Muchas personas ven en sueño ciudades, casas de campo, paisajes, que realmente visitaron más tarde
(cap. IX).

El Sr. Henri Horet, profesor de Música en Estrasburgo, vio cierta noche, en sueño, salgan cinco féretros de
su casa. Poco después se dio ahí un escapamento de gas y cinco personas murieron asfixiadas (cap. IX).

89
“The Two Worlds”.

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A los sueños etéreos se puede juntar el fenómeno de éxtasis o arroubo. Considerado por correctos sabios,
poco competentes en cuestión de Psiquismo, como estado mórbido, el éxtasis es en verdad uno de los
más bellos apanágios del alma afetuosa y creyente, que, en la exaltação de su fe, reúne todas sus energías,
se desembaraça momentáneamente de los empecilhos carnais y se transporta a las regiones en que el
Bello se ostenta en sus infinitas manifestaciones.

En el éxtasis el cuerpo se hace insensível; el alma, liberada de su prisión, ha concentradas toda su energía
vital y toda su facultad de visión en un punto único. Ella no es más de este mundo, pero participa ya de la
vida celeste.

La felicidad de los extáticos, el júbilo que experimentan, contemplando las magnificências del Además,
serían sólo por sí suficientes para demostrarnos la extensión de los gozos que nos reservan las esferas
espirituales, si nuestras groseras concepciones en los no impidieran muchísimas veces de los comprender y
presentir..

La clarividência o adivinhação es esa facultad, que posee el alma, de percibir en el estado de vigilia los
acontecimientos pasados y futuros, en el mundo intelectual como en el dominio físico. Ese don se ejerce
a través del tiempo y de la distancia, independientemente de todas las causas humanas de información.

La adivinhação fue practicada en todos los tiempos. Su papel en la antigüedad era considerable y,
cualquiera que sea la parte de alucinação, de error o fraude que se le deba atribuir, ya no es posible, tras las
recientes comprobaciones de la psicología transcendental, rechazar masivamente los hechos de esa orden
atribuidos a los profetas, a los oráculos y a las silbas.

Esas extrañas manifestaciones reaparecen en la Edad Media:

João Huss anuncia, del alto de la hoguera, la venida de

Lutero.

Joana d'Arc había predicho, desde Domrémy, el livramento de Orleães y la sagração de Carlos VII. Anuncia
también que será herida enfrente de Orleães.

Una carta escrita por el encargado de negocios de Brabant, a 22 de abril de 1429, quince días antes del
acontecimiento y conservada en los archivos de Bruselas, contiene este pasaje: “Ella predijo que será
herida por una flecha durante el asalto, pero que no morirá; que el rey será sagrado en Reims, en el
próximo verano”.90 Profetiza su encarcelamiento y muerte. Junto a los fosos de Melun, sus “voces” a
habían advertido de que sería entregue a los ingleses antes del día de Son João. 91 Durante el proceso,
anuncia la completa expulsión de los ingleses, antes de siete años. Se suceden después, en toda esa vida
maravillosa, profecías de orden secundaria: en Chinon, la muerte de un soldado que la escarnecia, el cual,
en la misma noche, se ahogó en el riacho de Vienne; en Orleães, la muerte del capitán Glasdale; el
livramento de Compiègne antes de Saint-Martin-d'Hiver, etc.

Los casos de clarividência son numerosos en nuestra época. Citaremos algunos de ellos.

90
“Diccionario Larousse”.
87 | P á g i n a
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91
Henri Martin – “Hist. de France”, tomo VI, pág. 226. Denis

88 | P á g i n a
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Los “Annales des Sciences Psychiques” (1896, página 205) refiere que Lady A., habiendo sido víctima de un
robo en París, consiguió descubrir, por intermédio de una vidente, el autor del delito, que ella estaba lejos
de sospechar, con todas las particularidades complicadíssimas del hecho. El culpable no era otro sino
Marchandon, uno de sus creados, que, por sus buenas maneras, había captado la entera confianza de su
patrona y vino a ser más tarde el asesino de la Sra. Cornet.

El presentimiento es la vacante y confusa intuição del que va a acontecer.

J. de Maistre hizo notar que “el hombre es informado naturalmente de todas las verdades útiles”.

Soldados y oficiales tienen, en la mañana del día en que va a trabarse una batalla, el nítido sentimiento
de su muerte próxima. Por una averiguação procedida en tal sentido, quedó probado que una religiosa
de S. Vicente de Paulo, en la víspera del incendio del Bazar de Caridad, había predicho que ahí moriría
quemada.

Esa facultad se encuentra con frecuencia en ciertos países, como, por ejemplo, en las regiones altas de
Escocia, en la Bretanha, en Alemania, en Italia. Un poco, sin embargo, por toda la parte, en torno a nodos,
podemos coligir hechos de presentimientos, basados en testimonios inequívocos. Son tan numerosos que
juzgamos superfluo insistir en eso. Citemos sólo los tres siguientes casos:

“El Coronel Collet, en el “Bulletin de la Société d'Etudes Psychiques de Nancy” (febrero de 1902,
pág. 6), refiere que su sogro, el Sr. Vigneron, emérito cazador y pescador, falda casi todos los días
para entregarse a sus placeres favoritos, sin que por ese motivo su mujer de modo alguno se
inquietara.

Un día, sin embargo, ella lo quiso impedir de ir a la pesca, teniendo el presentimiento de que él
se ahogaría. El marido, sin embargo, no hizo caso y, al regresar a la noche, se puso la gracejar de
la puerilidade de sus temores.

El día siguiente confesaba en particular a su genro que, teniendo su barco soçobrado, él hube
conseguido salir del agua y del lodo, en que se iba hundiendo, gracias a un ramo de salgueiro a
que se hube agarrado a tiempo. Había puesto las ropas a secar y las hube limpiado antes de
entrar en casa.”

El Dr. Max Simon, en el “Monde des Rêves”, narra un hecho de la misma naturaleza:

“Un joven doctor alemán, volviendo de una visita a sus padres, encontró dos oficiales y con ellos
combinó tomen un coche. En el momento de subir al veiculo, se sintió tolhido por una extraña
influencia, que lo hizo rechazarse terminantemente a partir, a pesar de los ejemplares de los
oficiales. Apenas se habían puesto a camino, la influencia se disipó. El joven doctor aprovechó
entonces la primera ocasión para continuar el viaje. Al llegar a los márgenes del Elba, notó un
ajuntamento: – Los dos oficiales se habían ahogado en el río, donde tombara la carruagem.”.

Se puede, finalmente, ver en los “Annales des Sciences Psychiques”, de agosto de 1905, la narrativa de
un caso descrito por el “Messagero”, de Roma:

“Un correcto Marino Tonelli, de 27 años de edad, residente en Rancidello (República de San
Marino), regresaba la casa, en su cabriolé, en la noche de 13 de junio. Hube Adormecido y, al
pasar por un lugar peligroso de la carretera, conocido bajo la denominación de Coste di Borgo, de
repente se sintió violentamente sacudido y despertó. Se halló extendido en un campo, al fondo de
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pequeña ribanceira, por donde acababa de rolar con el caballo y el cabriolé. Felizmente no
estaba herido y hube comenzado, con el auxilio de algunas personas que lo habían acudido, a
poner a salvo su pequeña equipagem, cuando vio aparecer, con grande espanto, su madre. La
pobre señora, llorando de comoção, lo abrazó, preguntándole si no se machucara y añadió:

– “Yo te vi, sabes? No conseguía dormir. Tu mujer y tus dos pequeninos ya estaban durmiendo
hace algún tiempo; pero yo sentía un desasosiego, un malestar extraordinario, desconocido, que
no podía explicar. De repente vi aparecer delante de mí este camino, exactamente este lugar,
con la ribanceira al lado; vi el cabriolé volcar y seres precipitado en este campo; tú me llamabas
en tu socorro. Sentí, por último, la necesidad irresistível de aquí venir y, sin despertar persona
alguna, resistiendo al pavor de la soledad, de la obscuridade y de la tempestad ameaçadora,
aquí estoy, tras una caminada de cuatro kilómetros.”

El correspondiente del Messagero termina diciendo: “Ahí está el hecho, ay la narrativa exacta
que colhi de los labios, aún trêmulos de comoção, de esa honrada gente.”

En consonancia con una indagação a que procedió al Señor Francesco, el desasosiego de la


madre del muchacho precedió de algunas horas la visión del accidente, y este ocurrió tres
cuartos de hora tras la visión, es decir; el tiempo necesario para recorrer a pie la distancia que
separa la casa de los Tonelli del lugar del accidente.”

La premonición y los presentimientos son difíciles de analizarse, al punto de vista científico. No son
explicabais, sino en ciertos casos, cuando el acontecimiento presentido ha precedentes, subjetivos u
objetivos. En la mayoría de los casos, sin embargo, los hechos anunciados nada ofertan que se preste a la
idea de sucesión o encadenamiento..

Donde viene el poder de ciertas almas, de leer en el futuro? Cuestión profunda y obscura, que causa
vértigo como el abismo, y que no proponemos sin una correcta perturbación, porque a sentimos casi
insolúvel para nuestra mezquina ciencia.

De igual manera que, girando en el espacio, cada mundo se comunica, a través de la noche, con la gran
familia de los astros por las leyes del magnetismo universal, así también el alma humana, centelha
emanada del Divino Foco, se puede comunicar con la gran Alma eterna y de ella recibir instrucciones,
inspiraciones, lampejos instantáneos.

De esta explicación pueden sonreír los escépticos. No es, sin embargo, de nuestra elevación para Dios que
derivan las fuerzas vivas, los socorros espirituales, todo lo que nos engrandece y hace mejores? Cada uno
de nodos posee, en las profundidades de su ser, como que una fresta rasgada sobre el infinito. En el estado
de desprendimento psíquico – sueño, éxtasis, transe – el círculo de nuestras percepciones se puede dilatar
en proporciones incalculáveis; entramos en contacto con la inmensa jerarquía de las almas y de los
poderes celestes. Gradual y sucesivamente, puede el espíritu remontar hasta a la Causa de las causas, a la
Inteligencia divina, para quien el pasado, el presente y el futuro se confunden en un todo único, y que del
conjunto de los hechos conocidos sabe deducir todas las consecuencias que comportan.

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XIV - Visión y Audición Psíquicas en el Estado de Vigilia.
La visión y audición psíquicas en estado de vigilia están conectadas a los fenómenos de exteriorização,
en este sentido: necesitan de un comienzo de desprendimento en el percipiente. No se trata más de
hechos fisiológicos o de manifestaciones del ser vivo, la distancia, y sí de una de las formas de
mediunidade.

En la visión espírita, el alma del sensitivo ya se halla parcialmente externalizada, es decir, fuera del
organismo material. Su facultad propia de visión viene a añadirse al sentido físico de la vista. A veces la
sustitución de este por el sentido psíquico es completa. Lo demuestra el hecho de, en ciertos casos, el
médium ver con los ojos cerrados. Fui muchas veces testigo de ese fenómeno.

Conviene tener el cuidado de distinguir la clarividência de la visión mediúnica. Acontece que sonâmbulos
muy lúcidos, en el que se refiere a los seres y a las cosas de este mundo, son enteramente ciegos acerca
de todo lo que concerne al mundo de los Espíritus. Se prende eso a la naturaleza de las irradiações fluídicas
de su envolvente externalizado y al modo peculiar de adestramento a que los somete el magnetizador. ES
lo que distingue el estado de simple lucidez del de mediunidade. En este último caso, ya no es el
magnetismo humano que interviene. El vidente se halla bajo la influencia del Espíritu que sobre él opera,
visando producir determinada manifestación. Provocando el estado de semidesprendimento, faculta al
sensitivo la visión espiritual.

El sentido psíquico, como venimos, es muy más sutil que el sentido físico; puede distinguir formas,
radiaciones, combinaciones de la materia que la vista normal no sería capaz de percibir. Para hacer más
distinguida su aparição, el Espíritu muchas veces recurre a un comienzo de materialização. Objetiva -si
mediante las fuerzas hauridas en los asistentes. En esas condiciones, su forma fluídica penetra en el campo
visual del médium y puede aún, en ciertos casos, impresionar la placa fotográfica.

Los videntes describen los Espíritus con particularidades que son otros tantos elementos de
comprobación. Después viene la fotografía confirmar, a la vez, la fidelidad de la descripción y la
identidad de los Espíritus que se manifiestan. Estos son muchas veces desconocidos de los médiuns.

En el grupo de estudios psíquicos de Tours, 92 de 1897 a 1900, poseíamos tres médiuns videntes, auditivos y
de incorporación. Antes de adormecer, hecha la obscuridade, ellos divisaban, al pie de cada uno de los
asistentes, Espíritus de parientes o de amigos que nombraban cuando los conocían, o que describían
minuciosamente cuando los veían por primera vez. En ese caso, la descripción era tal que, conforme la
actitud o el vestuario, los asistentes reconocían fácilmente la personalidad del manifestante. Además de
eso, los médiuns oían y transmitían el lenguaje de los Espíritus y los deseos que estos formulaban.

La impresión producida en los videntes variaba de modo muy sensible, conforme el desarrollo de las
facultades mediúnicas o el adiantamento de los Espíritus. Donde unos sólo distinguían un punto brillante,
una llama, otro veía una forma radiosa. El mismo acontecía con la audición, que variaba de intensidad y
precisión conforme los sensitivos. Mientras un no percibía más que un libre sonido, una simple vibración,
otro escuchaba una armonía dulce y penetrante que lo conmovía hasta a las lágrimas.

El estado de adiantamento del Espíritu, como lo sabemos, se revela, a la primera vista, en el Espacio, pelo
brillo u obscuridade de su envolvente. En nuestras experiencias, ya los videntes reconocían el grado de

92
Ver “Resenha del Congreso Espírita y Espiritualista”, de 1900, pág. 521.

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elevación de las almas por la intensidad de sus irradiações. Muchas veces hicimos esta reparación:
médium despierto, con los ojos abiertos, percibía un correcto número de Espíritus de todas las órdenes.
Cerrados los ojos, distinguía solamente algunos de ellos, los más adelantados, aquellos cuyas irradiações
sutis – a ejemplo de los rayos X en relación a las placas fotográficas – podían, a través de los párpados
cerradas, influenciar el sentido visual.93

La Historia está llena de fenómenos de visión y de aparição. En la Judéia, la sombra de Samuel exorta
Saul. En el mundo latino aparecen fantasmas a En una, Brutus y Pompeu. Los anais del Cristianismo son
ricos en hechos de ese género.94

En la Edad Media los más notables fenómenos de visión y audición conocidos son los de Joana d'Arc. La
esa virgem incomparable, el más portentoso de los médiuns que ya produjo el Occidente, es que se
deberá siempre recurrir, toda vez que se quiera citar brillantes pruebas de la intervención del mundo
invisible en nuestra Historia.

La vida entera de la heroína está llena de aparições y voces, siempre idénticas, y que jamás son
desmentidas. En los valles de Domrémy, en los campos de batalla, en presencia de sus argüidores de
Poitiers y de los jueces de Ruão, por toda parte a asisten e inspiran los Espíritus. Sus “voces” le resuenan a
los oídos, marcando su tarea cotidiana e imprimiendo a su vida una dirección precisa y un glorioso objetivo.
Ellas anuncian acontecimientos que, sin excepción, se realizan. En su doloroso encarcelamiento, esas
voces la encorajam y consolan: “Lleva todo con paciencia; no te inquietes con tu martirio; llegarás por fin
al reino del paraíso”. 95 Y los jueces, a quién ella comunica esos colóquios, aparecen desassossegados con
semejante predicción, cuyo sentido comprenden.

A todas las preguntas pérfidas, insidiosas, que le dirigen, las voces dictan la respuesta y, si esta se hizo
esperar, ella lo declara: “Louvar-me-ei en mi consejo.”

Cuando las voces se callan, abandonada a sí misma, ella no es más que una mujer; fraqueja, si retrata, se
somete. Durante la noche, sin embargo, la voz se hace nuevamente oír. Y ella lo repite a sus jueces: “La
voz me dijo que era pecado abjurar; lo que yo hice está bien hecho.”

Ciertos sensitivos sólo obtienen la visión por medio de objetos en que se concentra el pensamiento de los
Espíritus bajo la forma de imágenes o cuadros, como, por ejemplo, un vaso d'agua, un espejo, un cristal.
Cuando el Espíritu es impotente para hacer vibrar el cerebro del médium o provocar una exteriorização
suficiente, impregna de fluidos los objetos que acabamos de indicar; hace, por la acción de la gana,

93
Ver también Aksakof, “Animismo y Espiritismo”, cap. IV, B, IV, varios casos de aparições de personas fallecidas, corroborados
por el testimonio visual de médiuns y confirmados por la fotografía transcendental, o por la simple fotografía; en la ausencia de
personas que conocen el desencarnado, lo que excluye toda hipótesis de lectura o de fotografía del pensamiento. – ejemplos
referidos por Oxum (Meses), Down, Sra. Conant, Johnstone; pruebas de identidad de las aparições citadas por el Dr. Thompson,
Srs. Down, Evans, Snipe y Sra. Conant.
Ver también Russel Wallace, “Les Miracles et le Moderne Spiritualisme”, pág. 102.
94
Ver mi obra “Cristianismo y Espiritismo”, cap. V y nota nº 6.
95
Joseph Fabre – “Proceso de condena”, 59 interrogatorio secreto.

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aparezcan imágenes, escenas muy nítidas, que el sensitivo describirá en sus más pequeñas
particularidades y que otros asistentes podrán igualmente ver. 96

He ahí aquí uno de los casos más notables, señalado por el “Light” de 16 de febrero de 1901. El Espíritu
de un hombre asesinado hace encuentren su cuerpo, a principio por medio de la visión en el cristal, y
después, directamente, por los sentidos psíquicos del médium:

“El Sr. Perey-Foxwell, corrector de cambio, residente en Thames Ditton, la pequeña distancia de
Londres, salió de casa el día 20 de diciembre de 1900, por la mañana, y se dirigió para su oficina,
en la ciudad. Ay no apareció él ese día ni nunca más. Verificado su desaparición, la policía
procedió la largas y minuciosas investigaciones, pero inútilmente.

Desesperançada, la Sra. Foxwell recurrió a un médium, el Sr. Von Bourg, que obtuvo, en un
espejo, la visión del corrector de cambio, vivo, y después su cuerpo debaixo d’agua.

En otra sesión el médium ve un Espíritu de pie junto a la Sra. Foxwell, indicando con insistência un
reloj, una cadena y berloques que tiene en la mano. En aquel se ve grabado un nombre. La Sra.
Foxwell, por la descripción, reconoce su marido y el reloj, gracias al cual pudo más tarde ser el
cuerpo identificado. El Espíritu pide que busquen suyo despojo y promete conducir el médium al
lugar en que fue lanzado al agua..

Se hace una nueva reunión, y el Espíritu diseña, por el puño del Sr. Von Bourg, la planta del
camino que será preciso recorrer. Acompañado de muchos amigos del finado, el médium toma ese
camino y le sigue todas las sinuosidades. Experimenta la repercusión muy viva de las impresiones
sentidas por la víctima. En el propio local en que esta fue herida, casi perdió los sentidos. Tuvieron
que recorrer diversas veredas, contornar casas, transponer barreras, como lo habían hecho los
asesinos. Toda vez que vacilaban en la dirección a tomar, los médiuns, Srs. Von Bourg y Knowles,
“veían claramente el Espíritu delante de ellos indicando el camino”. Llegaron finalmente al reborde
de un riacho, de aguas tranquilas y profundas. “ES aquí!” declararon los médiuns. Pero había ya
anoitecido, y fue preciso volver al punto de partida.

El día siguiente se hicieron investigaciones. Individuos munidos de varas sondaram el fondo del
riacho; y, poco después, abajo del sitio en que se hacían los sondeos, aún en el lugar en que el
riacho se encuentra con el Tamisa, se vio boiar un cadáver a la flor d’agua. Un reloj, encontrado
con el fúnebre despojo, permitió reconocer el cuerpo del Sr. Foxwell. Una permanencia de seis
semanas debaixo d’agua hube dado lugar a la decomposição de las carnes. El cuerpo se hallaba
revestido con los objetos descritos por el médium. Se pudo entonces reconocer la identidad, no
solamente por la presencia del reloj y de los berloques, como también por ciertas
particularidades observadas en los dientes, etc.”

El profesor Bessi relata en la “Revue des Études Psychiques” (mayo de 1901) un otro fenómeno de visión
espontânea, de que fue testigo en una casa apenas-asombrada de la Úmbria. El caso es tanto más digno
de nota cuanto el profesor, según su propia confissão, era absolutamente refratário a toda idea espírita:

96
Ver Antoinette Bourdin, “La Mediumnité su verre d'eau”, passim, Leymarie, editor.

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“Trabajaba él alta noche, escribiendo las derradeiras páginas de una brochura que iba a publicar,
cuando de repente se borró la lâmpada. El gabinete continuaba, sin embargo, iluminado por débil
claridad un tanto fosca. Delante de él un espejo reflejaba una luz aún más viva y, con ella, un
cuarto y móviles que le eran desconocidos. Una señora anciana, sentada frente a una mesa,
escribía lentamente, en actitud muy absorta; metió después la hoja escrita en un envelope, que
guardó en la gaveta. Por último encostou la cabeza en el espaldar de la poltrona y pareció
adormecer. La luz se extinguió y la visión desapareció.

Horas después, venía el profesor a tener noticia del falecimento de una tía de su mujer, la cual
había sido encontrada muerta, en su poltrona, encontrándose también en la gaveta de la mesa
un testamento ológrafo.

“De las respuestas por el Sr. Bessi dadas a las preguntas que le dirigí – dice el Sr. César de Vesme,
director de la Revue des Etudes Psychiques –, resulta que la visión se produjo a la medianoche, y
que la señora anciana fue encontrada muerta a las primeras horas de la mañana.” El agente
habría sido, así pues, la propia finada, amparada por alguna asistencia oculta; y como sólo el Sr.
Bessi estaba despertado en casa, a la hora de la manifestación, fue él el único que a apreció.”.

El órgano de la audición, en condiciones idénticas al fenómeno de la visión, puede ser igualmente


influenciado por los Espíritus.

Myers refiere el siguiente hecho: 97

“Lady Caidly, en la ocasión de tomar un baño, hallándose ya cerrada en el cuarto de baño y


desnudada, oyó una voz extraña y claramente distinguida que decía: “Estire el ferrolho!” Ella
quedó sorprendida y miró para todos los lados, pero vanamente. Cuando se metió en el baño, oyó
aún la voz repita tres veces seguidas, con insistência creciente: “Estire el ferrolho!” Salió entonces
de la banheira y estiró el ferrolho. Pero al volver al baño, perdió los sentidos y cayó con a c abeça
dentro d’agua. Por fortuna pudo, en la caída, estirar el cordón de la campainha. La creada de
cuarto acudiu. Si la puerta estuviera trancada, ella se tendría infalivelmente ahogado.”

El Sr. François Coppée, el poeta académico, oyó muchas veces una voz misteriosa. ES lo que nos informa el
Sr. Jules Bueyes en su investigación sobre “L'Au-de là et lees fuerces inconnues”, publicada por el periódico
“Le Matin” (7 de octubre de 1901) :

“ES siempre cuando estoy acostado – escribe el poeta – y poco después de haber borrado la luz,
que se produce el fenómeno. Oigo entonces distintamente una voz que me llama por mi apelido
de familia: Coppée!

ES absolutamente correcto que yo no estoy durmiendo en ese momento; y la prueba es que, a


pesar de la viva emoción y del acelerado palpitar del corazón que siento, tengo siempre r
etorquido inmediatamente: “Quién está ahí? Quién me quiebre?” Pero nunca la voz añadió cosa
alguna en su simple llamado.

97
“Subliminal Self”, reproducido por Jules Bueyes en “Le Monde Invisible”, pág. 274. Ver también un notable caso de audición
narrado por el Dr. Berget, examinador en la Facultad de Ciencias de París, en “L'Inconnu et les Problèmes Psychiques”, de C.
Flammarion, pág. 79.

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Esa voz me es desconocida. No me hace acordar la voz de mi padre, ni a de mi madre, ni a de otra
persona que particularmente me estimara, o que yo amara extremosamente y que ya no exista.
Pero, lo repito, es clara y distinguida, y, lo que es verdaderamente notable, y os lo aseguro,
asombroso, por la inflexión que da a mi nombre, tan breve como es, parece corresponder al
sentimiento que me anima.

Sólo muy raramente me ha acontecido oír esa voz, y en circunstancias bastantes graves de mi vida
moral, cuando acabrunhado por un disgusto o descontente de mí aún. Y siempre la voz tradujo
una expresión, o compadecida o de reprovação, ya sea condoendo-se de mi aflicción, o
censurando mi sentimiento malo. Y en eso tengo la certeza de más de que no es en sueño que
oigo esa voz; porque nunca me habló sino cuando precisamente yo me hallaba bien despierto por
mis preocupaciones.”

En ciertos médiuns, el sentido psíquico puede incautar las vibraciones más sutis del pensamiento de los
Espíritus y aún percibir las penetrantes armonías de los espacios y de los mundos, los conciertos de los
Espíritus celestes. La facultad de audición se hace, a veces, extensiva a todas las personas presentes.

En su “Historia del Espiritualismo en América”, la Sra. Hardinge-Britten refiere que la Sra. Tamlin fue, en
ese país, el primero médium por cuya intervención se oyeron árias tocadas en instrumentos invisibles con
la mayor perfeição. Los sonidos variaban, desde los más intensos a los más graves. En ciertos momentos,
dir-se-iba sean los despiertes de una arpa eólia. Parecía que los sonidos iban a transformarse en voz
humana de extraña dulzura.

Esos hechos se repetían después en medios muchísimo diversos.

Durante las célebres sesiones dadas por Jesse Shepard en todas las grandes capitales y en presencia de
varios soberanos, como en las del Dr. Sant'Angelo, en Roma, se oyeron coros celestes y los despiertes de
múltiples instrumentos invisibles. Suelos que eran entonados permitían reconocer las voces de cantantes
o cantantes fallecidos.98

Casi todos los grandes compositores son sensitivos, médiuns auditivos o inspirados. Sus propios
testimonios en tal sentido son dignos de fe.

Se encuentran en Goethe (“Cartas a un hijo”) las siguientes particularidades acerca de Beethoven:

“Beethoven, refiriéndose a la fuente de que le provenía la concepción de sus obras-primas, decía


la Betina: “Me siento gracias a dejar rebosar de todos los lados las ondas de armonía
provenientes del foco de la inspiración. Busco acompañarlas y de ellas me apodero
apasionadamente; de nuevo me escapan y desaparecen entre la multitud de distracciones que
me cercan. De ahí a poco, hago a incautar con ardor la inspiración; arrebatado, voy
multiplicando todas las modulações, y vengo, por fin, a apropiarme del primer pensamiento
musical. Vede ahora: es una sinfonia...

“Tengo necesidad de vivir sólo conmigo aún. Siento que Dios y los ángeles están más próximos de
mí, en mi arte, del que los otros. Entro en comunhão con ellos, y sin temor. La música es el único
acceso espiritual en las esferas superiores de la inteligencia.”

98
Ver “Mind and Matter”, de 10 de noviembre de 1883; “Revue Spirite”, de abril de 1884, págs. 228 y 231.

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“Enseguida a haber compuesto sus más suaves armonías, exclamaba él: – “Tuve un éxtasis.”

Mozart, por su parte, en una de sus cartas a un amigo íntimo, nos inicia en los misterios de la inspiración
musical:99

“Dices que desearías saber cual mi modo de componer y que método sigo. No te puedo
verdaderamente decir a ese respeto sino lo que se sigue, porque yo aún nada sé y no me lo puedo
explicar.

Cuando estoy en buenas disposiciones y enteramente sólo, durante mi paseo, los pensamientos
musicales me vienen con abundancia. Ignoro donde proceden esos pensamientos y como me
llegan; en eso no tiene mi gana la más pequeña intervención.”

En el declínio de su vida, cuando ya sobre él se extendía la sombra de la muerte, en un momento de


tranquila, de perfecta serenidade, él llamó uno de sus amigos que se hallaban en el cuarto: “Escucha – dijo
él – estoy oyendo música.” El amigo le respondió: “No oigo nada.” Mozart, sin embargo, tomado de
arroubo, continúa a percibir las armonías celestes. Y su pálido semblante se ilumina. Cita después el
testimonio de S. João: “Y yo oí música en el cielo!”

Fue entonces que compuso su “Requiem”. Luego que lo concluyó, llamó su hija Emelia y le dijo: “Viene, mi
Emelia, mi tarea está terminada: mi “Requiem” está concluido!” Su hija cantó algunas estrofes; después,
cuando terminó, tardándose en las notas melancólicas y profundas del tramo, se volvió dulcemente a
buscar la sonrisa aprobativo de su padre, pero sólo encontró la sonrisa tranquila y reposado de la
muerte. Mozart no era más de este mundo.100

Massenet, a propósito de su poema sinfônico “Visiones”, interpretado en Leeds, en 1898, escribía estas
líneas reproducidas por el “Light”, de Londres, 1898:

“Hay alguna cosa de más o menos experimental en esta composición, y yo deseo que los primeros
que a oír no formen a su respeto una idea falsa. Voy a referiros la historia de su gênese. Hay muy
poco tiempo viajaba yo en el Simplon. Habiendo llegado a un pequeño hotel, situado en medio de
las montañas, tomé la resolución de ahí pasar algunos días en una tranquilidad absoluta.

Me instalé, pues, para gozar un poco de reposo; pero en la primera mañana, mientras estaba
sentado, solo, en medio de ese majestoso silencio de las montañas, escuché una voz. Que cantaba
ella? No sé. Pero siempre esa voz espiritual, extraña, me resonaba a los oídos, y yo quedé absorto
en un sueño, nacido de la voz y de la soledad de las montañas.”

Massenet y Mozart recibían, pues, las inspiraciones del exterior, independientemente de su gana.

Se puede decir que la intervención del Alto, la comunhão del Cielo y de la Tierra se afirman de mil
modos en la concepción del pensamiento y del genio, para la victoria del bello y la realización del ideal
divino.

99
Esa carta fue publicada en la “Vida de Mozart”, por Holmes, Londres, 1845 .
100
Allan Kardec, en la “Revue Spirite”, de 1859, pág. 123, reproduce la siguiente comunicación del Espíritu Mozart sobre la música
celeste: “Vosotros en la Tierra hacéis música; aquí toda la Naturaleza hace oír melodiosos sonidos. Ha obras musicales y medios
de ejecución de que los vuestros no pueden siquiera dar una idea.”

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ES esta una verdad de todos los tiempos. Hasta ahora fue imperfeitamente comprendida. Pero la luz se
hace y, dentro en poco, la Humanidad se adelantará, más llena de confianza, por esa vía fecunda. La
comunhão entre los muertos y los Espíritus inspiradores se hará más efectiva, más consciente, y con eso
ganará en vigor y amplitud la obra humana.

XV - La Fuerza Psíquica - Los Fluidos - El Magnetismo


El estudio de los fenómenos espíritas nos hizo conocer estados de materia y condiciones de vida que la
Ciencia había por largo tiempo ignorado. Quedamos sabiendo que, además del estado gaseoso y aún del
estado radiante descubierto por W. Crookes, la materia, hecha invisible, imponderável, se encuentra bajo
formas cada vez más sutis, que denominamos “fluidos”. A medida que se rarefaz, adquiere nuevas
propiedades y una capacidad de irradiação siempre creciente; se hace una de las formas de la energía. ES
bajo ese aspecto que se revela en la mayor parte de las experiencias de que hablaremos en los capítulos
siguientes.

Cuando un Espíritu se manifiesta enmedio humano, sólo lo puede hacer con el auxilio de una fuerza haurida
en los médiuns y en los asistentes.

Esa fuerza es generada por el cuerpo fluídico. Ha sido alternativamente designada bajo los nombres de
fuerza magnética, nêurica, etérica; le llamaremos, por nuestra parte, fuerza psíquica, pues que obedece a
la gana, que es de hecho su motor; los miembros le sirven de agentes conductores; ella se desprende más
particularmente de los dedos y del cerebro.

Existe en cada uno de nodos un foco invisible cuyas radiaciones varían de intensidad y amplitud conforme
nuestras disposiciones mentales. La gana les puede comunicar propiedades especiales; en eso reside el
secreto del poder curativo de los magnetizadores.

A estos, efectivamente, es que en primer lugar se reveló esa fuerza, en sus aplicaciones terapéuticas.
Reichenbach a estudió en su naturaleza y le dio el nombre de “od”. William Crookes fue el primero a
medirle la intensidad.101

Los médiuns de efectos físicos externalizan esa fuerza en gran abundancia; todos nodos, sin embargo, a
poseemos en diversos grados. Mediante esa fuerza es que se produce la suspensión de mesas al aire, el
cambio de objetos, sin contacto, de un lugar para otro, el fenómeno de los transportes, la escritura directa
en ardósia, etc. ES constante su acción en todas las manifestaciones espíritas.

Los eflúvios del cuerpo humano son luminosos, coloreados de tonalidades diferentes – dicen los sensitivos,
que los distinguen en la obscuridade. Ciertos médiuns los ven, aún en plena luz, a escaparse de las manos
de los magnetizadores. Analizados al espectroscópio, la extensión de sus ondas ha sido determinada según
cada una de los colores.

101
W. Crookes, “Recherches sur le Spiritualisme”, págs. 62 y siguientes; “Le fluide des magnetiseurs”, traducción de Rocas,
passim. “La emisión de radiaciones por el sistema nervioso – dijo el profesor D'Arsonval, del Colegio de Francia, en su nota a la
Academia de Ciencias, en 28 de diciembre de 1903 – puede, en ciertas condiciones, persistir tras la muerte, por lo menos
aparente, del organismo y ser aumentada por excitaciones de origen reflexa.”
Y más adelante: “Tengo motivos para creer que lo piensan ento no expreso, la atención y el esfuerzo mental producen una
emisión de rayos que actúan sobre la fosforescência.”

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Esos eflúvios forman en torno a nodos capas concéntricas que constituyen una especie de atmósfera
fluídica. ES la “aura” de los ocultistas, o fotosfera humana, por la cual se explica el fenómeno de
exteriorização de la sensibilidad, establecida por las numerosas experiencias del Coronel De Rocas, del Dr.
Luys, del Dr. Paul Joire, etc.102

El Dr. Baraduc fabricó un aparato, denominado biômetro, con el cual consiguió medir la fuerza psíquica.

Ese aparato se compone de una aguja de cubre suspensa por los pelos de seda, por encima de un
cuadrante numerado, todo eso dispuesto bajo un globo de vidrio, al abrigo del aire y de las influencias
exteriores. En esas condiciones, la aguja puede ser influenciada sin contacto, a través del vidrio, por las
radiaciones que se escapan de la mano del experimentador, colocado la distancia. Por ese proceso se
obtienen desvíos de la aguja, que varían entre 40 y 75 grados, en los dos sexos, siendo la aguja atraída o
repelida conforme el estado de salud o las disposiciones mentales de las personas. En general, la mano
derecha atrae y la izquierda repele.

La fuerza invisible puede influenciar la aguja a través de un pedazo de vidrio de diez centímetros de
espesor, a través de una lamina de mica, de alúmen, de colódio isolador, etc.

El Dr. Baraduc103 efectuó, en el espacio de diez años, más de dos mil experiencias que le permitieron
establecer, con de más rigurosa exactitud, la existencia de esa fuerza y la intensidad de su emisión o el
grado de atracción sobre ella ejercida, según el vigor o la debilidad de nuestra naturaleza. 104

Las experiencias de W. Crookes aún son más demonstrativas. Operando en su propio laboratorio con el
médium Home, se sirvió el eminente sabio de una balanza de gran precisión. La mano del médium llegó a
influenciar el aparato, sin contacto, a punto de producir desvíos de una de las conchas y aumento de
peso hasta ocho libras. Las experiencias fueron repetidas múltiples veces, bajo las más rigurosas
condiciones de verificación, en presencia de varias testigos, con el auxilio de aparatos construidos con el
máximo cuidado y de una extrema sensibilidad. Todas las precauciones fueron tomadas para excluir la
posibilidad de cualquier fraude.105

Las irradiações de la fuerza psíquica pueden ser fotografiadas. Si, en completa obscuridade, se coloca la
mano por encima de una placa sensible imergida en el baño revelador, al fin de algunos minutos de
exposición se verifica que la placa se halla impresionada. Si a ella adhirieron los dedos, de la mancha que
cada uno de ellos

102
Ver Coronel De Rocas, “Extériorisation de la sensibilité”, passim; Dr. Luys, “Phénomènes produits par I'action des
medicaments a la distance”, passim. Ya desde 1860 (“Revue Spirite”, pág. 81), Allan Kardec afirmaba, en consonancia con las
revelaciones del Espíritu del Dr. Vignal, que los cuerpos emiten vibraciones luminosas, invisibles a los sentidos materiales, lo que
más tarde la Ciencia confirmó. El Espiritismo tiene, pues, el mérito de haber, en primer lugar, sobre ese como sobre tantos otros
puntos, presentado teorías físicas que la Ciencia no admitió sino treinta años después, bajo la reiterada presión de los hechos.
103
Ver su exposición, “Resenha del Congreso Espírita y Espiritualista”, de 1900, págs. 99 y siguientes.
104
Una objeção ha sido hecha en el sentido de que los desvíos de la aguja se podían explicar por la acción calorífica de los dedos.
Esa
acción se ejerce evidentemente en un correcto límite; además desala, sin embargo, existe otra acción que se no puede explicar
sino por el dinamismo vital. Suprimida, con efecto, la influencia del calor por la interposição de una cuchilla de alúmen o un
pedazo de vidrio entre el aparato y la mano, a pesar de eso producen -si desvíos, siendo estos en sentidos opuestos, en la misma
extremidad de la aguja, conforme se presenta la mano derecha o la izquierda. Siendo la misma, en los dos casos, la posición de la
mano, no podrían ser las vibraciones caloríficas que actuaran ora en un sentido ora en el otro, pues que irradiam identicam ente
de igual manera en los dos casos.
Además de eso, las experiencias del Sr. Geoffriault, relatadas en “Annales Psychiques” de diciembre de 1901, demostraron que
todos los seres vivos, abstracción hecha del calor animal, ejercen acción atrativa.
105
W. Crookes – “Recherches sur le Spiritualisme”, pág. 37.
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producir se ve, como de otros tantos focos, se desprendan, e irradiarem en todos los sentidos,
ondulaciones, espirais, lo que demuestra que la fuerza psíquica, como los rayos ultravioleta o los rayos
Roentgen, actúa sobre las sales de plata.

Ese fenómeno fue puesto en evidencia, por primera vez, en 1872, por las experiencias de los Srs.
Beattie,106 Taylor, Dr. Thompson, profesor Wagner, etc. El Sr. De Rocas lo obtuvo en el curso de sus
experiencias con la Sra. Lux.107

La placa colocada a seco sobre la fronte, el corazón o la mano, les reproduce las irradiações conforme la
intensidad de los pensamientos, de los sentimientos, de las emociones. A cólera, el dolor, el éxtasis, la
plegaria y el amor tienen sus irradiações especiales.108

Así, la placa fotográfica, ese “mire lanzado al invisible”, viene a ser el irrecusável testimonio de la
irradiação del alma humana.

Denegado muy tiempo por las corporaciones doctas, como denegadas fueron, por ellas, la circulación de
la sangre, la vacuna, el método anti-séptico y tantas otros descubrimientos, el magnetismo, tan antiguo
cuanto el mundo, acabó por penetrar en el dominio científico bajo el nombre de hipnotismo..

ES verdad que los procesos difieren. En el hipnotismo, es por la sugerencia que se actúa sobre el sensitivo, a
principio para el adormecer, y enseguida para provocar fenómenos. La sugerencia es la subordinação de
una gana a otra. El sensitivo se abandona al experimentador y ejecuta sus órdenes, expresas por la palabra
y por el gesto, o simplemente por el pensamiento. Se puede obtener el mismo resultado con las prácticas
magnéticas. La única diferencia consiste en los medios empleados. Los de los hipnotizadores son, antes de
todo, violentos. Si pueden curar ciertas afecções – y no es posible desconocer que su aplicación a la
terapéutica haya dado resultados apreciabais –, en la mayor parte de las veces ocasionan desórdenes en el
sistema nervioso y, con la continuación, desequilibram el sensitivo, mientras que los eflúvios magnéticos,
bien dirigidos, quiere en estado de vigilia, quiere en el sueño, restablecen con frecuencia la armonía en los
organismos perturbados.

Venimos que la sugerencia puede ser ejercida de cerca o de lejos, tanto en el plan visible cuánto En lo
Invisible, quiere por operadores humanos, quiere por agentes ocultos. Permitiendo al individuo actuar
mentalmente sobre otro, sin el concurso de los sentidos, ella nos hace mejor comprender la acción del
Espíritu sobre el médium. Lo que, con efecto, puede obtener el hombre, cuya acción y poder son
limitados, mezquinos, restrictos, una inteligencia desembaraçada de los obstáculos de la materia grosera
muy mejor lo podrá: conseguirá influenciar el sensitivo, inspirarlo, servirse de él para realizar los fines a que
se propone.

106
Ver Aksakof, “Animisme et Spiritisme”, págs. 27 y siguientes. Puede -verse, en el fin de esa obra, la reproducción de una serie
de clichês, que muestran de que modo la fuerza psíquica actúa sobre la mesa y como puede ella, bajo la direçã lo de los Espíritus,
revestir las más variadas formas.
107
Ver De Rocas, “Exteriorização de la sensibilidad”.
108
Hice diversas veces esta experiencia: colocada la extremidad de los dedos sobre la placa buceada en el baño revelador, si,
elevando el pensamiento, en un subitâneo y ardiente impulso, hacemos una plegaria, verificaremos enseguida que las
irradiações
adquirieron en el vidrio una forma particular – a de una columna de llamas que se eleva de un jato. Ese hecho demuestra, no
solamente la acción de nuestro pensamiento sobre los fluidos, pero también cuanto influyen nuestras disposiciones psíquicas
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sobre el medio en que operamos y le pueden modificar las condiciones vibratórias.

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El magnetismo, considerado en su aspecto general, es la utilización, bajo el nombre de fluido, de la
fuerza psíquica por aquellos que abundantemente a poseen.

La acción del fluido magnético está demostrada por ejemplos tan numerosos y comprovativos que sólo
la ignorancia o la mala-fe podrían hoy negarle la existencia. Citemos un caso entre mil:109

“El Sr. Boirac, rector de la Academia de Grenoble, fue vicepresidente de la Sociedad Hipnótica de
París y abandonó el hipnotismo por el magnetismo tras la siguiente experiencia: entrando en
casa, un día, a la tarde, encontró su creado a dormir. El Sr. Boirac el avistou desde el nivel de la
escalera en que se hallaba y tuvo la idea de intentar una experiencia magnética. Del lugar donde
estaba extendió la mano derecha en la dirección y a la altura de los pies del creado adormecido.
Después de uno o dos minutos, habiendo levantado la mano, vio, con sorpresa, se eleven los pies
del creado y acompañen el movimiento ascensional de la mano. Renovó diversas veces la
experiencia, y de todas ellas los resultados fueron idénticos.”

La gana de aliviar, de curar – dijimos – comunica al fluido magnético propiedades curativas. El remedio
para nuestros males está en nodos. Un hombre bueno y sadio puede actuar sobre los seres débeis y
enfermiços, regenerarlos por medio de soplo, por la imposición de las manos y aún mediante objetos
impregnados de su energía. Se opera más frecuentemente por medio de gestos, denominados pases,
rápidos o lentos, longitudinais o transversales, conforme el efecto, calmante o excitante, que se quiere
producir en los enfermos. Ese tratamiento debe ser seguido con regularidad y las sesiones renovadas todos
los días hasta la cura completa.

Puede así la persona, por la automagnetização, tratarse a sí misma, descargando con el auxilio de pases o
de fricciones los órganos enflaquecidos e impregnándolos de las corrientes de fuerza desprendidas de las
manos.

La fe vivaz, la gana, la plegaria y la evocação de los poderes superiores amparan el operador y el


sensitivo. Cuando ambos se hallan unidos por el pensamiento y por el corazón, la acción curativa es más
intensa.

La exaltação de la fe, que provoca una especie de dilatação del ser psíquico y lo hace más accesible a los
influxos del Alto, permite admitir y explicar ciertas curas extraordinarias operadas en los lugares de
peregrinação y en los santuarios religiosos. Esos casos de curas son numerosos y basados en testimonios
muy importantes para que se pueda a todos poner en duda. No son peculiares a tal o tal religión: se
encuentran indistintamente en los más diversos medios: católicos, griegos, musulmanes, hindus, etc.

Libre de todo accesorio teatral, de todo móvil interesseiro, practicado con el fin de carida de, el
magnetismo viene a ser la medicina de los humildes y de los creyentes, del padre de familia, de la madre
para sus hijos, de cuantos saben verdaderamente amar. Su aplicación está al alcance de los más simples.
No exige sino la confianza en sí, la fe en el Poder Infinito que por toda la parte hace irradiar la vida y la
fuerza. Como Cristo y los apóstolos, como los santos, los profetas y los magos, todos nodos podemos
imponer las manos y curar, si tenemos amor a nuestros semejantes y el deseo ardiente de los aliviar.

Cuando el paciente se halla adormecido bajo la influencia magnética y parece ofertarse a la sugerencia,
no a empleéis sino con palabras de dulzura y de bondad. Persuadí, en lugar de intimar. En todos los

109
“Bulletin de la Société d'Etudes Psychiques de Nancy”, febrero de 1901, Pág. 60.

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casos, recolhei-os en silencio, solo con el paciente, y apelai para los Espíritus benfazejos que pairam
sobre los dolores humanos. Entonces sentiréis descender del Alto sobre vosotros y propagarse al
sensitivo el poderoso influxo. Una onda regeneradora penetrará por sí misma hasta a la causa del mal; y
tardando, renovando semejante acción, habréis contribuido para aligeirar el fardo de las miserias
terrestres.

Cuando se observa el gran poder del magnetismo curativo y los servicios que ya ha prestado a la
Humanidad, se siente que nunca sería demasiado protestar contra las tendencias de los poderes públicos,
en ciertos países, en el sentido de le embaraçar el libre ejercicio. Así procediendo, ellos violan los más
respetabais principios, pisan a los pies los sagrados derechos del sufrimiento. El magnetismo es un don de
la Naturaleza y de Dios. Regularle el uso, coibir los abusos, es justo. Impedir, sin embargo, su aplicación
sería usurpar la acción divina, atentar contra la libertad y el progreso de la Ciencia y hacer obra de
obscurantismo..

El magnetismo no se limita, únicamente a la acción terapéutica; tiene un alcance muy mayor. ES un


poder que desata los lazos constritores del alma y descerra las puertas del mundo invisible; es una fuerza
que en nodos dormita y que, utilizada, valorada por una preparación gradual, por una gana enérgica y
persistente, nos desprende del pesadume carnal, en los emancipa de las leyes del tiempo y del espacio,
nos da poder sobre la Naturaleza y sobre las criaturas.

El sueño magnético tiene diversas graduações, que se desplegan y van del sueño ligero hasta al éxtasis y al
transe. El Coronel De Rocas considera los tres primeros grados como superficiales y constitutivos de la
hipnose. La sugerencia es aplicable a esos estados; desde que, sin embargo, a los procesos hipnóticos se
añaden los de los magnetizadores, fenómenos superiores se presentan: catalepsia, sonambulismo, transe.
En el primer caso, se verifica el estado favorable a las manifestaciones espíritas: materializações de
Espíritus, aparições de clarões, manos, fantasmas, etc.; en el segundo, presenta -si la lucidez, el estado de
clarividência, que permite al médium guiar el magnetizador en su acción curativa, describiendo la
naturaleza de las enfermedades, indicando remedios, etc. 110

En los estados superiores del sonambulismo, el sensitivo escapa a la acción del magnetizador y readquire
su libertad propia, su vida espiritual. Mientras más se acentúa el desprendimento del cuerpo fluídico, más
inerte se hace el cuerpo físico, en un estado semejante a la muerte. A la vez, los pensamientos, las
sensaciones se filtran, la repulsa a la vida terrestre se manifiesta. La vuelta al organismo provoca escenas
pungitivas, accesos de lágrimas, amargos queixumes.

El mundo de los fluidos, más que cualquiera otro, está sometido a las leyes de la atracción. Por la gana,
atraemos fuerzas buenas o malas, en armonía con nuestros pensamientos y sentimientos. De ellas se
puede hacer uso formidável; pero aquel que se sirve del poder magnético para el mal, cedo o tarde lo ve
contra sí mismo volverse. La influencia perniciosa ejercida sobre los otros, en forma de sortilégios, de
feitiçaria, de enguiço, recai fatalmente sobre aquel que la engendró.

En hipnotismo, como en magnetismo, si el operador no tiene intenciones puras, carácter recto, la


experimentación será arriesgada tanto para él cuánto para el sensitivo.

110
Ver en Flammarion, “El Desconocido y los Problemas Psíquicos”, cap. IX, dos ejemplos notables.
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No penetréis, pues, en ese dominio sin la pureza de corazón y la caridad. Nunca pongáis en acción las
fuerzas magnéticas, sin añadirles el impulso de la plegaria y un pensamiento de amor sincero por vuestros
semejantes. Así procediendo, estableceréis la armonía de vuestros fluidos con el dinamismo divino y haréis
su acción más profunda y eficaz..

Por el magnetismo transcendente – lo de los grandes terapeutas y de los iniciados – el pensamiento se


ilumina; bajo el influxo del Alto nuestros sentimientos se exaltan; una sensación de tranquila, de vigor,
de serenidade nos penetra; el alma siente, poco a poco, se disipen todas las mezquinas subalternidades
del “yo” humano y surjan los aspectos superiores de su naturaleza. Al tiempo que aprende a olvidarse de
sí, en beneficio y para salvación de los otros, siente se despierten-le nuevas y desconocidas energías.

Pueda el magnetismo benfazejo desarrollarse en la Tierra, por las aspiraciones generosas y por la
elevación de las almas! Tengamos bien presente que toda idea contiene en el estado potencial su
realización, y sepamos comunicar la nuestras vibraciones fluídicas la irradiação de nobles y elevados
pensamientos. Que una vigorosa corriente conecte entre sí las almas terrestres y las vincule a sus
hermanas más viejas del Espacio! Entonces las maléficas influencias, que retardan la marcha y el progreso
de la Humanidad, se dispersarán bajo los influxos del espíritu de amor y sacrificio..

XVI - Fenómenos Espontâneos - Casas Apenas-Asombradas - Tiptologia


Luego que se esflora el estudio de las manifestaciones espíritas, una primera necesidad se impone: a de
una clasificación metódica y rigurosa. Al primer aspecto, la masa de los hechos es considerable y
presenta una correcta confusión. Tanto que, sin embargo, al examinemos de cerca, acompañando el
desarrollo del moderno Espiritualismo, hay medio siglo, reconocemos que esos hechos se han graduado,
desplegado en serie, obedeciendo a un programa trazado, a un método preciso, de modo a poner cada
vez más en evidencia la causa que los producía.

Vacante y confusa a principio, en los fenómenos de las casas apenas-asombradas, la personalidad oculta
comienza a afirmarse en la Tiptologia y después en la escritura; adquiere caracteres determinados en la
incorporación mediúnica y se hace visible y tangible en las materializações. En esa orden es que se han
desarrollado los hechos, multiplicándose progresivamente, de modo a atraer la atención de los
indiferentes, a forzar la opinión de los escépticos y a demostrar a todos la supervivencia del alma
humana.

Esa orden, a que se podría llamar histórica, es a que por nuestra parte adoptaremos en nuestro estudio de
los fenómenos espíritas. Se podría igualmente dividir este en dos categorías: los hechos de naturaleza física
y los hechos intelectuales. En los primeros, el médium desempeña papel pasivo; es el foco de emisión, de
que emanam los fluidos y las energías con cuyo concurso los invisibles actuarán sobre la materia y
manifestarán su presencia. En los otros fenómenos el médium ejerce función más importante. ES él el
agente transmisor de los pensamientos del Espíritu; y, como venimos precedentemente, su estado
psíquico, sus aptitudes, sus conocimientos, influyen, a veces, de modo sensible en las comunicaciones
obtenidas.

La historia del moderno Espiritualismo comenzó por un caso de naturaleza apenas-asombrada. Las
manifestaciones de la casa de Hydesville, así visitada, en 1848, y las tribulações de la familia Fox, que en
ella residía, son bien conocidas. Las recordaremos sólo en un breve resumen. Todas las noches, una
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Inteligencia invisible acusaba estar presente por medio de ruidos violentos y continuos, abriendo y
cerrando las puertas, arrastrando los móviles, arrebatando las ropas de las camas. Manos frías y rudes
agarraban las Srtas. Fox y el soalho oscilaba bajo una acción desconocida.

Mediante pancadas en las paredes – siendo cada letra del alfabeto designada por un número
correspondiente de pancadas –, esa Inteligencia afirmaba haber vivido en la Tierra. Soletrava su nombre,
Carlos Gruñe, indicaba su profesión de mascate y entraba en muchas particularidades acerca de su fin
trágico, particularidades ignoradas de todos y cuya exactitud fue reconocida por el descubrimiento de
ossadas humanas en la bodega, precisamente en el lugar indicado por el Espíritu como lo del enterramento
de su cadáver, después del assassínio. 111

Esas ossadas se hallaban mezcladas con residuos de carbón y cal, que demostraban la evidente
intención de hacer desaparecer todo vestigio de ese misterioso acontecimiento.

Afluíram los curiosos; la casa se hizo insuficiente para contener la multitud, venida de todas las partes.
Ocasión hubo en que se reunieron quinientas personas para oír los ruidos.

Fue por esa manifestación, tan nueva y tan extraña para aquellos que la testificaron, en una humilde casa
de una pobre vila del Estado de Nueva York, en presencia de personas de la más modesta condición, que el
secreto de la muerte fue divulgado por un ser invisible, en el silencio de la noche. Por primera vez, los
tiempos modernos, un poco de claridad penetró por bajo la puerta que separa el mundo de los vivos del
mundo de los desencarnados.112

Por su naturaleza espontânea, inesperada, por las comovedoras circunstancias que la rodean, esa
manifestación escapa a todas las explicaciones y teorías que se han buscado oponer al Espiritismo. La
sugerencia, de igual manera que la alucinação y el inconsciente, es impotente para explicarla. La familia
Fox era de una honorabilidade a toda prueba, conectada a la Iglesia Episcopal Metodista, cuyos ofícios
frecuentaba con regularidad. Educados en la más estricta rutina religiosa, todos sus miembros ignoraban la
posibilidad de tales hechos, a cuyo respeto se hallaban absolutamente desprevenidos.

Lejos de obtener de tales manifestaciones la mínima ventaja, estas fueron para ellos la causa de
disgustos y de persecuciones sin cuenta. Con ellas perdieron la salud y el sossego. Su reputación y sus
recursos quedaron destruidos. A pesar de todos los esfuerzos que emplearon para los evitar, y de una
partida precipitada y cambio de residencia, los fenómenos los persiguieron sin treguas, siendo todo inútil
para escapar a la acción de los Espíritus. A las reiteradas injunções de los invisibles, nã lo hubo remedio sino
hacer públicas las manifestaciones, afrontar el escenario del Corinthian-Hall, en Rochester, soportar los
humilhantes rigores de muchas comisiones de examen y los insultos de un público hostil, para probar la
posibilidad de las relaciones entre los dos mundos, visible e invisible.

Volvamos a la casa apenas-asombrada de Hydesville. Carlos Gruñe no era el único a ahí manifestarse. Un
gran número de Espíritus de todas las condiciones, parientes o amigos de las personas presentes,
intervenían, respondiendo por pancadas a las preguntas hechas, soletrando sus nombres propios,
suministrando indicaciones exactas e inesperadas de su identidad, dando explicaciones sobre los
fenómenos

111
Ver, en cuanto a mayores detalles, Ema Hardinge, “History of Modern American Spiritualism”, passim; Aksakof, “Animismo y
Espiritismo”, cap. I. IV, “d” y “y”; Lea Underhill, “The missing link on Modern Spiritualism”, New York, 1855, pág. 48; W. Capron,
“Modern Spiritualism its facts and fanaticisms”, Boston, 1855.
112
De 1837 a 1840, una serie de manifestaciones se había ya producido entre los Shakers, pero tuvieron sólo una escasa
repercusión.
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producidos y el modo de los obtener, explicaciones que tuvieron como resultado la formación de los
primeros círculos o grupos, en los cuales los hechos fueron estudiados y provocados con el auxilio de
mesinhas, pranchetas y otros objetos materiales.

Los Espíritus precursores declaraban no actuar por su iniciativa. Esas manifestaciones, decían ellos, eran el
resultado de la gana y de la dirección de los Espíritus más elevados, filósofos y sabios, executores, por su
parte, de órdenes venidas de más alto y teniendo por objetivo una vasta e importante revelación que se
debía extender al mundo entero.

Con efecto, la intervención de esos Espíritus y, entre otros, del Dr. Benjamim Franklin, fue repetidas
veces comprobada. Más tarde, en las sesiones de aparição de Estela Livermore, en Nueva York, ese
mismo Benjamim Franklin se hizo visible y fue reconocido por varias personas.

Dentro en poco las manifestaciones se multiplican y propagan. De ciudad en ciudad, de Estado en Estado,
invaden todo el norte de América. El poder mediúnico se revela en un gran número de personas y hasta en
el seno de familias ricas, influyentes, al abrigo de toda sospechosa de fraude..

Hubo, a buen seguro, al comienzo mucha incertidumbre y confusión. Ni siempre los actores invisibles eran
serios: Espíritus levianos y atrasados se imiscuíam en las sesiones, dictando comunicaciones pueris,
absurdas, y permitiéndose toda suerte de divagações y excentricidades; pero también se obtenían hechos
importantes, dictados de real merecimento, como el atestam el reverendo Jervis, ministro metodista de
Rochester, el Dr. Langworth, el reverendo Ch. Hannon,113 etc. Todos esos hechos tuvieron su utilidad, en el
sentido de enseñar a conocer los diferentes aspectos del mundo invisible. Gracias a los errores y
decepciones, pudo ser adquirida la experiencia de las cosas ocultas y poco a poco se hizo luz sobre las
condiciones de la vida en el además-túmulo.

El movimiento se hizo permanente y simultáneo. Se puede decir que el Espiritismo no partió de un punto
fijo; brotó espontáneamente de todos los Estados de la Unión, independiente de la iniciativa humana, y
prosiguió su ruta, a pesar de los obstáculos de toda orden acumulados por la ignorancia y por los malévolos
prejuicios. Desde su aparición, sublevou contra sí todos los poderes constituidos, todas las influencias,
todas las autoridades de este mundo, y por único sustentáculo tuvo algunos humildes servidores de la
Verdad, personas en la mayor parte obscuras, pero que una legião invisible fortalecía y amparaba. Nada
más tocante que las exortações y consejos prodigalizados a las hermanas Fox por sus Espíritus
protectores, consejos sin los cuales, mocinhas tímidas y assustadiças, jamás tendrían osado arrostar, con
riesgo de la propia vida, un público ameaçador, ni soportar las escenas tumultuosas del Corinthian-Hall.

Las injurias, las calúnias, todos los excesos de una prensa en delirio tuvieron sobre todo como resultado
atraer la atención pública para esos fenómenos extraños y demostrar a los observadores serios que ahí
intervenían causas independientes de la gana del hombre. Delineado por manos poderosas e impalpáveis,
se desplegaba un plan, cuya realización nada podría embaraçar.

Al movimiento espiritualista no tardaram en adherir hombres eminentes por el saber, por el carácter y
por la posición social. El reverendo Brittain, el Dr. Hallock, el reverendo Griswold, los profesores Robert
Hare y

113
Ver las obras pre-citadas.

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Mapes, el gran juez Edmonds, el senador Tallmadge, el diplomático R. Dale Owen, etc., estudiaron atenta
y demoradamente los fenómenos y afirmaron públicamente la intervención de los Espíritus.

Enumerar aquí sus experiencias, citar sus testimonios, sería exorbitar del plan de este estudio. Su
exposición se encuentra en la notable obra de la Sra. Ema Hardinge, de la cual sólo destacaremos
algunas atestações acerca de fenómenos físicos extraordinarios.

El senador Tallmadge, ex-gobernador del Wisconsin, describe un caso de levitação de que fue objeto, en
Washington:114

“La mesa tenía cuatro pies; era una gran mesa para té. Me senté al centro. Las tres señoras
colocaron las manos encima, aumentando así el peso de 200 libras que en ella ya existía. Al
comienzo, dos pies se elevaron del suelo, después otros dos se pusieron al nivel de los primeros, y
la mesa quedó completamente suspensa en el aire, a seis pulgadas de altura. Habiéndome
sentado encima, sentí un movimiento blando, como si ella flotara. La mesa quedó algunos
instantes suspensa e hizo a descender dulcemente.”

Veremos, dentro en breve, hechos semejantes se produzcan en diferentes puntos de Europa, en particular
en las sesiones de la médium napolitana Eusápia Paladino. En rigor se podría explicarlos por la acción de
fuerzas fluídicas emanadas de los asistentes, aunque parezca bien poco probable que fuerzas humanas
externalizadas sean, sólo por sí, suficientes para por en movimiento objetos tan pesados. Aquí están, sin
embargo, otros hechos que denotan la intervención de Inteligencias invisibles.

ES siempre el senador Tallmadge quien habla:

“El fenómeno siguiente se produjo en otra sesión con las senhoritas Fox. Estábamos presentes, los
generales Hamilton y Waddy Thompson y yo. Nos recomendaron que colocáramos la Bíblia,
cerrada, en una gaveta bajo la mesa. Era una pequeña Bíblia de algibeira, impresa en caracteres
minúsculos.

Durante algún tiempo numerosos “raps” (pancadas vibradas) tamborilaram una marcha que
habíamos pedido. Fueron después enflaqueciéndose como pasos que se alejan, y cesaron
enteramente; y otros “raps”, dato la señal del alfabeto, soletraram esta única palabra: “Olhai”.

Tomé el libro con precaución, porque estaba abierto. Soletraram: “Lede”, indicando los números
de los versículos que deseaban que yo leyera. Durante esa lectura, pancadas violentas
acentuaron con una fuerza extraña los sentimientos traducidos.

El libro estaba abierto en el evangelio de S. João, cap. III; los versículos a leer eran los siguientes:

“8. El espíritu sopla dondequiera, y tú oyes su voz, pero no sabes donde él viene ni para donde va;
así es todo aquel que es nacido del Espíritu.

11. En verdad, en verdad te digo que nodos decimos lo que sabemos y que damos testimonio del
que venimos; y vosotros, con todo eso, no recibís nuestro testimonio.

114
Ver Ema Hardinge, ob. cit.

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19. Y la causa de esta condena es: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las
tinieblas del que la luz; porque eran malas sus obras.

34. Porque aquel que Dios envió habla palabras de Dios; porque no le da Dios el espíritu por
medida.”

Tras eso, me mandaron colocar diversas hojas de papel para carta, con un lápiz, en la gaveta bajo
la mesa. De ahí la poco oímos el ruido del lápiz en el papel y batieron. Miré bajo la mesa; las
hojas que yo ahí había colocado estaban en desorden y en la hoja de cima estaba escrito:

“I'm with you still (estoy aún con vosotros) – John C. Calhoun.”

Mostré esa frase al general Hamilton, antiguo gobernador de Carolina del Sur, al general Waddy
Thompson, antiguo ministro de México, al general Robert Campbell, de La Habana, así como a
otros amigos íntimos del Señor Calhoun. La mostré también a uno de sus hijos, y todos afirmaban
que era un fac-símile perfecto de la escritura de John Calhoun. El general Hamilton y la generala
Macomb, que poseen muchas cartas particulares de Calhoun, indicaron como particularmente
significativo el hábito constante que él tenía que abreviar I am en I’m; de suerte que esa frase “I'm
with you still”, breve como es, caracteriza perfectamente su estilo y su modo peculiar de decir.”.

En la misma orden de hechos, citemos aún el testimonio de Charles Cathcart, antiguo miembro del
Congreso, hombre instruido e influyente, que ocupa en Hindú una elevada posición social: 115

“Constituido lo circulo, reconocí que el médium más poderoso era mi hijo Henry, niño de 7 años
sólo. La familia no hubo tenido aún tiempo de habituarse a esa mediunidade, e inesperadas
demostraciones se produjeron. El pequeño Henry era balouçado en el cuarto como una pena.
Suspenso por los Espíritus, era transportado hasta al techo, a las cornijas de las ventanas, a los
recantos más elevados de los aposentos, fuera del alcance de las manos humanas.

A veces, quedaba el niño en transe mediúnico, y en ese estado decía cosas admirables de sabiduría
y de belleza; pero, a pesar de la confianza que la familia depositaba en los tiernos cuidados y en el
carácter perfectamente bueno de los Espíritus sus amigos, la madre no podía ver sin desasosiego
su filhinho bajo ese poder anormal, y suplicava a los invisibles que el no sonambulizassem. Ellos le
repetían constantemente, por intermédio de la mesa, que esa influencia era benéfica para el niño
y les permitía la realización de actas muy importantes, como doutro modo el no podrían hacer;
pero como la Sra. Cathcart no se pudo conformar con esa fase de mediunidade, los Espíritus se
abstuvieron benevolamente de continuar los transes.”

El gran juez Edmonds, presidente de la Corte Suprema de Nueva York, en su “Llamamiento al público”, en
el cual refuta las malévolas imputações de que fuera objeto después de sus investigaciones espiritualistas,
así resume el problema de los fenómenos y de su causa:116

115
Ver su carta al “Spiritual Telegraph”, de New York, reproducida en la “History of Modern American Spiritualism”, de Ema
Hardinge.
116
Ver su obra “Spiritualism”, por J. W. Edmonds, con apêndice de Tallmadge, New York, 1851.

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“Vi una mesa de pinho, de cuatro pies, levantada del soalho, en medio de una reunión de ocho
personas, derribada desordenadamente a nuestros pies, elevada por encima de nuestras cabezas,
enseguida apoyada en el encosto de un sofá en que estábamos sentados. Vi esa misma mesa
levantarse sobre dos pies con una inclinación de 45º, y así permanecer, sin que se pudiera hacerla
vuelva a su posición normal. Vi una mesa de acaju, de un único pie y teniendo encima una
lâmpada acesa, erguida la distancia de, por lo menos, un pie por encima del soalho, a pesar de
nuestros esfuerzos en contrario, y agitada como un vaso que se tuviera empunhado,
conservándose la lâmpada en su lugar, pero entrechocando-si los pingentes. Vi esa mesa oscilar
con la lâmpada encima, la cual debería haber caído, si no fuera amparada por otro medio que no
por su propio peso, y, sin embargo, no cayó y ni siquiera se movió.

Vi, muchas veces, más de una persona ser estirada con una fuerza a que le era imposible resistir,
aún en ocasión en que yo juntaba mis esfuerzos a los de la persona empuxada.

Lo que refiero no es siquiera la centésima parte del que presenciei, pero es suficiente para
mostrar el carácter del fenómeno.

En esa época, los periódicos formularon diferentes explicaciones para “desmascarar la farsa”,
como decían ellos. Los leí atentamente, contando recibir auxilio en mis investigaciones, y no pude
menos que sonreír de la audácia e inanidade de esas explicaciones. Mientras, por ejemplo,
correctos profesores de Buffalo se jactavam de todo hayan explicado por el estalo de las bisagras
de los dedos y de las rodillas, las manifestaciones consistían en el tilintar de una campainha, que
sonaba bajo una mesa, y que era después transportada de uno para otro aposento.

Oí médiuns se sirvan de términos griegos, latinos, españoles y franceses, cuando sé que no


conocían otra lengua además de su. Y es un hecho que muchas personas pueden atestar, ese de
tener los médiuns, muchas veces, hablado y escrito en lenguas que les eran desconocidas.

Se pregunta entonces si, por cualquier misteriosa operación del espíritu, todo eso no es
simplemente un reflejo mental de alguno de los asistentes. Y la respuesta es que se ha recibido
comunicación de hechos ignorados y que enseguida son reconocidos verdaderos.”

El autor cita varios casos y después añade:

“Muchos pensamientos que me no estaban en la mente, o que eran aún contrarios a mis ideas,
me fueron revelados. Eso me aconteció varias veces, a mí como la otras personas, como para
convencerme de que nuestro propio espíritu no toma parte alguna en esas comunicaciones. Todo
eso, sin embargo, y muchas otras cosas semejantes, me han demostrado que existe en ese
fenómeno una clase de Inteligencias elevadas, colocadas fuera de la Humanidad; porque no hay
otra hipótesis que yo pueda imaginar, que explique todos los hechos establecidos por el
testimonio de diez mil personas, los cuales pueden ser verificados por quienquiera que se dé al
trabajo de buscar.

Reconocí que esas Inteligencias invisibles comunicaban con nosotros de varios modos, sin contar
los “raps”,117 las mesas giratorias, y que, mediante esos otros procesos, se obtenían, no raro,

117
Ruidos particulares producidos por los Espíritus, en el interior de los móviles, paredes, etc.

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comunicaciones eloqüentes y de la más pura y alta moralidade, entre muchas inconseqüências y
contradicciones.”.

El fenómeno de las casas apenas-asombradas es uno de los más conocidos y frecuentes. Lo encontramos
un poco por toda la parte. Numerosíssimos son los lugares apenas-asombrados, las casas en cuyos soalhos,
móviles y paredes se oyen ruidos y pancadas. En ciertas habitaciones, los objetos se desplazan sin
contacto; caen piedras lanzadas del exterior por una fuerza desconocida; se oyen estrépitos de vajilla a
quebrarse, gritos, rumores diversos, que incomodan y atemorizam las personas impresionabais.

Visité algunas de esas casas, en ellas permanecí demoradamente y pude casi siempre certificarme de la
presencia de seres invisibles, con los cuales era posible entrar en comunicación, quiere por la mesa, quiere
por la escritura mediúnica. En tales casos adquirí yo la convicción de que los agentes de las
manifestaciones eran las almas de las personas que habían habitado esos lugares, almas sofredoras, que
buscaban atraer la atención; en la mayor parte de las veces, bastan pensamientos compasivos y plegarias
para darles alivio. Ciertos Espíritus son llevados a esas casas de campo por la recordação de remotos
crímenes; otros, por un deseo de venganza; otros, aún, por su apego a los bienes terrestres.

Las investigaciones de la policía jamás consiguen descubrir los autores de semejantes hechos. Aún en los
arremessos de piedras, se nota que los projéteis son dirigidos por una Inteligencia invisible.

En el caso de la paróquia de Groben (Alemania), descrito por el pastor Hennisch,118 en el de Munchkof, que
fue objeto de una investigación dirigida por el profesor Arschauer, se veían piedras describan un arco de
círculo, después un ángulo. En Munchkof, más de sesenta personas vuelcan piedras salgan por una
ventana, después vuelvan al interior, describiendo una curva. Esos projéteis nunca hirieron persona
alguna: cuando alcanzaban las testigos de tales escenas, les resbalaban al largo del cuerpo, sin producir
choque. Objetos que se buscaban interponer, a fin de servirles de anteparo, eran arrebatados, por una
fuerza oculta, de las manos de los que los sustinham y recolocados en su lugar habitual.

El mismo aconteció en la chácara de La Liodière, prójimo la Tours. Las piedras ahí caían en profusión, sin
herir nadie. Parecía provengan de muy lejos y eran de una naturaleza geológica diferente de la del país.

En Izeures (Indre-et-Loire), en una casa habitada por la familia del empreiteiro Sr. Saboureau, oía -si,
durante la noche, un cuerpo pesado, una masa enorme, descender las escaleras, haciendo ranger a su
peso los escalones y los tabiques. Luego que se hacía luz, se restablecía el silencio.

La Srta. Saboureau, que es médium,119 fue varias veces levantada, con la silla en que se hallaba sentada, y
después tirada al suelo. Se estableció un diálogo, por medio de pancadas convencionales, con un ser
invisible que dijo llamarse Roberto y, por sus familiaridades, velo, con el tiempo, a ser considerado amigo
de la casa.

En “Animismo y Espiritismo” (cap. III, 1), Aksakof refiere diversos casos de naturaleza apenas-asombrada.
Uno de ellos tuvo por teatro una chácara del distrito de Uralsk, en el este de Rusia. El propietario, Sr.
Schtchapov, transmitió al “Mensajero del Ural”, en 1886, la circunstanciada narrativa de las
persecuciones

118
Ver la obra de Carl du Prel, de Munich, “Universal Bibliothek dé Spíritism”, y sus artículos, en el “Sphinx” y en el
“Uebersinnliche Welt”, sobre las casas apenas-asombradas.
119
Ver “Resenha del Congreso Espírita y Espiritualista”, de 1900, pág. 161.
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ocultas a que estuvo expuesta su familia durante seis meses. Vanamente se había él dirigido a todas las
personas esclarecidas de su conocimiento, algunas de las cuales se distinguían por grande erudição:

“Todas sus teorías cientificas – dice él – se aniquilaban delante de la evidencia de los hechos. ES
preciso haber hecho por sí aún la experiencia; es preciso haber visto y oído, haber pasado noches
en claro y experimentado moral y físicamente verdaderas torturas hasta al esgotamento de las
propias fuerzas, para adquirir finalmente la convicción inabalável de que hay cosas de que los
sabios ni aún sospechan.

Las pancadas se hacían oír día y noche. Los objetos cuidadosamente guardados en armarios y
cofres eran esparcidos por los cuartos. La inteligencia oculta se revelaba acompañando de
pancadas ritmadas las esquinas, las palabras y aún los pensamientos. Mediante pancadas y ruidos
peculiares, como de arranhaduras de uñas, se establecieron diálogos entre el Sr. Akoutine,
ingeniero químico, adido del gobernador del Oremburgo, y los Agentes invisibles, sobre asuntos
superiores a los conocimientos de los habitantes de la chácara. Globos luminosos surgían de bajo
los lechos y de los recantos del cuarto y flotaban en el espacio. La mano de un niño aparece. Cosa
más grave: atearam fuego en diversos lugares y hasta en las ropas de la Sra. Schtchapov, que
escapó de quedar quemada. Fue preciso abandonar a toda prisa la casa hecha peligrosa.”

Allan Kardec, en la “Revue Spirite”, señala varios fenómenos de naturaleza apenas-asombrada, entre otros
el caso del Espíritu batedor de Bergzabern, cuyas proezas duraron ocho años (números de mayo, junio y
julio de 1858); lo del padeiro de Grandes-Ventes, prójimo la Dieppe (marzo de 1860); lo de la calle des
Noyers n° 95, en París (agosto de 1860); después, bajo el título “Historia de un condenado”, la historia del
Espíritu batedor de Castelnaudary (febrero de 1860); a de un industrial de Son Petersburgo (abril de 1860),
etc.

La “Revue d'Études Psychiques”, de diciembre de 1903, refiere, transcrevendo-lo del “Daily Express”, de
Londres, los curiosos éxitos que ocurrieron en la “Raikes Farm”, ocupada por la familia Webster, en
Beverley:

“El pan comprado o fabricado para el consumo de la casa disminuía, desaparecía de modo
inexplicável, así durante el día como a la noche. Un redactor del Express hizo una investigación
minuciosa a tal respeto y no pudo encontrar una explicación razonable. Un ex-comisario de
policía, de Bishop-Burton, llamado Berridge, a quién fue, días seguidos, confiada a guardia del
lugar en que se recaudaba la harina y fabricaba el pan, confesó francamente que el fenómeno el
desorientava por completo. Un día, resuelto a quitar el caso a limpio, trajo para la casa de campo
dos pãezinhos que había comprado en Beverley, los guardó en el compartimiento de la casa, cuya
vigilancia le hube sido confiada, reforzó con una otra fechadura a que ya existía, y esperó..

El pan estaba intacto. Cortando, sin embargo, uno de los pãezinhos que hube traído, quedó
sorprendido el comisario del hallar mitad hueco. El propio Sr. Webster, desconfiado antes de todo
de una pilhéria de malo me gusta, guardó el pan fresco en el guardia-comidas, espolvoreó de
harina el soalho del compartimiento, perfectamente seco, cerró la puerta a la llave y selou-a con
dos quitas de percal. El día siguiente, estaba todo intacto, menos los dos pãezinhos allí
guardados, uno de los cuales había desaparecido y estaba el otro reducido a la mitad. La situación
se hacía cada vez más inquietadora, a pesar de toda la vigilancia ejercida, resultando a la vez en
una pérdida sensible de dinero, pelo que resolvió el Sr. Webster cambiarse.

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Otros fenómenos igualmente se produjeron en la aludida casa de campo. Después que venía la
noche, comenzaban a oírse extraños ruidos de pasos en la escalera y cambio de sillas y de
utensilios de hierro del fogão, de un lugar para otro, despertando los habitantes de la casa. El
rendeiro y el comisario hacían numerosas rondas y no descubrían cosa alguna. Cierta noche, la
Sra. Webster y un hijo suyo, de 14 años, fueron despertados por una música extremadamente
dulce. “Dir-se-iba un coro” – refirió el día siguiente la Sra. Webster.”

Los “Annales des Sciences Psychiques”, de noviembre de 1907, publicaron un memorial, redactado por
el eminente abogado de Nápoles, Francisco Zingaropoli, a favor de la Duquesa de Castelpoto y contra la
Baronesa Laura Engien, relativamente a la rescisión de arrendamiento, cuando se trate de casa
frecuentada por Espíritus. He ahí los hechos que motivaron ese proceso:

“En el segundo andar del edificio perteneciente a la Baronesa de Engien, en el ancho de San Carlo
alle Mortelle nº 7, arrendado por la Duquesa de Castelpoto, transcurrieron misteriosas
manifestaciones, tan variadas e incômodas que perturbaron profundamente la tranquilidad de los
habitantes. Al comienzo, eran pancadas y rumores extraños en el pasillo; enseguida, comenzaron
a observar - si cambios de móviles de un lugar para otro, con tamaño ruido que provocaron
reclamaciones de los locatários de los pavimentos inferiores. Una noche, fueron tres camas
completamente desechas: colchones, lençóis y travesseiros fueron arrebatados y esparcidos por
el suelo. Noutra noche, al regresen, los locatários de la casa encontraron la puerta de la calle
atravancada por el lado de dentro con móviles pesadíssimos. Y no hubo recurso que pusiera
término al desorden; ni el comisario de Policía, ni la Cúria Arquiepiscopal, para que apelaron, ni
los exorcismos dieron resultado alguno. La duquesa fue por eso gracias, en 4 de octubre de 1906,
a requerir al juez la rescisión del contrato, que tenía, de locação.”.

En su memorial, cita el Sr. Zingaropoli un otro caso del mismo género, cuya narrativa fue publicada por el
ingeniero profesor Henrique Pájaro:

“En Florença, a la calle Ghibellina nº 14, se producían, en fines de septiembre de 1867, fenómenos
consistentes en rumores o estruendos subterráneos y pancadas, que se hacían de repente oír en
la mesa en torno a la cual se hallaba reunida la familia B.. Uno de los hijos, confiante en su
incredulidade y en la robustez de los propios brazos, se propuso a quedar solo de vigilia una noche
y descubrir la causa de tales fenómenos. Pasada medianoche, descendió a la cocina a verificar la
confusión, que hube oído, de los objetos en los armarios; un formidável rumor lo asustó; sintió que
le apretaban los brazos y que, a la vez, le daban un soco.

Enseguida a esos otros numerosos hechos, el locatário abandonó la casa, citó el propietario,
reclamando indemnización de los perjuicios causados, y ganó la demanda. Los pormenores
fueron relatados en la crónica judicial de la Opinione, de 18 de julio de 1868. Varias testigos
depusieron en el Tribunal, atestando los hechos.”

Finalmente, los “Annales des Sciences Psychiques”, de noviembre de 1907, aún publicaron una narrativa
del profesor César Lombroso, escritura especialmente para los lectores de esa revista:

“El célebre jefe de la escuela positivista italiana trata de un caso de naturaleza “apenas-
asombrada”, que no pudo observar de viso, a cuyo respeto hizo una investigación, que dio los
más atractivos resultados. Tenía él que, sin embargo, visitar una de esas casas apenas-
asombradas, luego que se le

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ofertara la ocasión. Esta se presentó, en noviembre de 1900, en la taverna situada a la calle
Bava nº 6, en Turim, de propiedad de un Sr. Tunero.

Lombroso allí compareció el día 12 de noviembre y pidió informaciones acerca de los fenómenos
divulgados. Los dueños del local le respondieron que a la llegada del profesor Lombroso todo había
cesado. Muy intrigado, el profesor pidió explicaciones, a fin de averiguar si alguien habría abusado
de su nombre, pues que jamás hubo puesto los pies en semejante lugar. Supo entonces que fuera
por el recelo de la vigila y para evitar la curiosidad del público que habían inventado aquella
noticia de que su visita ahuyentaba “los Espíritus”, pero que infelizmente continuaban en la
bodega. Ahí descendió Lombroso y oyó inmediatamente un ruido de vidrios a quebrarse. Hizo
colocar seis velas acesas en una mesa, en la esperanza de que bajo una viva claridad cesaran los
fenómenos. Bien al contrario, sin embargo, vio botellas vacías o llenas salgan de las prateleiras
donde estaban, se eleven, caigan por tierra lentamente y, antes en la descendida que
propiamente en la caída, se quiebren en el suelo. Lombroso se había previamente asegurado de
que ningún hilo alámbrico o barbante podría explicar tales insólitos movimientos.

El mes de mayo de 1903, tuvo aún el profesor ocasión de examinar de viso fenómenos de
naturaleza apenas-asombrada, en otra casa de Turim: a de el tipógrafo Mignóti, a la calle
Massena nº 30, habiéndose hecho acompañar por el Dr. Imoda. Sólo el hijo del dueño de la casa se
había acostado, oyeron pancadas muy fuertes en la pared. Estableciendo una combinación de esas
pancadas con las letras del alfabeto, pudieron trabar conversación con el ser invisible.”

Tras eso, idénticas manifestaciones se produjeron un poco por toda parte. Apenas cesan en un lugar esos
fenómenos, reaparecen noutros. No parece haber en eso un encadenamiento de hechos sucesivos y
volitivos, con el fin de atraer y prender la atención, de provocar investigaciones e investigaciones?
Apreciadores superficiales consideran esas manifestaciones vulgares, grotescas, indignas de intereses de
su parte. En verdad, ellas son perfectamente adaptadas a las exigencias positivas y materialistas de
nuestra época. Eran necesarios fenómenos ruidosos y repetidos para sacudir la indiferencia e inercia de
nuestros contemporáneos.

Esa indiferencia es de las más difíciles de vencerse. Los sabios franceses, sobre todo, si han esquivado
sistemáticamente y han evitado estudiar esos hechos. Vanamente se repiten y permanecen insistentes
los casos. En ciertos lugares, como en Valiente-en-Brie, a las puertas de París, las manifestaciones
duraron meses enteros, sin que ningún sabio oficial se resuelva a incomodarse, lo que no impedirá esos
señores de declarar, cuando se oferte ocasión, como lo hizo un gran químico, acerca del Espiritismo, “que
nada vuelcan y son obligados a negar”. 120

Una excepción cumple hacerse en favor del Sr. Maxwell, doctor en Medicina, actualmente procurador-
general ante a Corte de Apelación de Sena. En su número de julio de 1905, a “Revue Scientifique et
Morale du Spiritisme” publicó un resumen de la conferencia “sobre los fenómenos de naturaleza
apenas- asombrada”, por él hecha en Bordéus, a 19 de junio del mismo año.

En dieciséis casos de que tuvo conocimiento, la policía efectuó investigaciones para descubrir el autor de
los fenómenos: arremessos de piedras, cambios de objetos de lugar, etc., y sólo en dos casos lo
consiguió descubrir. “Observé de cerca uno de esos casos – dice él –, en la aldea de Objat (Corrèze), en
una casa denominada “La Constantinie”.

120
Asserção atribuida al Sr. Berthelot por el “Sonar” de 20 de diciembre de 1896.

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El Sr. Maxwell destacó de los “Proceedings”, de la Sociedad de Investigaciones Psíquicas, 235 casos de
casas apenas-asombradas, en que las manifestaciones fueron apreciadas por todos. Se encuentran, al
demás, en los archivos del Tribunal Superior de Guiana varios procesos de rescisión de contrat los con
ocasión de “apenas- asombrado”, que datan del siglo XVIII.

Sobre las casas apenas-asombradas, añadiré mi testimonio personal a los que acabo de citar.

Residí, por mucho tiempo, en Tours, en una casa en que se oían ruidos de pasos, pancadas en las paredes
y en los móviles. Se abrían puertas, luego después de haber la mano invisible meneado en la fechadura y
dato vuelve a la llave. La campainha tinia, sin que alguien a hubiera tocado. Algunas veces, en el
momento mismo en que una visita llevaba la mano en su dirección, antes que a hubiera alcanzado, ya
estaba ella vibrando.

Durante la guerra de 1870, siendo yo oficial de los movilizados del Indre-et-Loire, aboletei-me durante
algunos días en una vasta y antigua casa, en las proximidades del campo de Dompierre, donde estaba
aquartelado nuestro batallón. Cuando a la noche yo regresaba a mi cuarto, a través de las escaleras y de
los extensos pasillos, experimentaba singulares sensaciones: sopros y contactos indefiníveis me
impresionaban. Toda noche era incomodado por misteriosos ruidos, por vibraciones que hacían temblar
cama y soalho..

Como fuera médium un sargento de mi compañía, lo llevé a ese aposento, en una noche de invierno, y
ambos nos sentamos a una mesa, buscando penetrar el secreto de esas manifestaciones. La mesa fue,
dentro en poco, sacudida e inmediatamente derribada por una fuerza invisible. Se quebraron los lápices, el
papel quedó rasgado; pancadas sacudían las paredes; se hacían oiga sordos ruidos, que parecían provenir
de las profundidades del suelo. De repente, se borró la luz. Un estruendo, más fuerte que todos los
precedentes ruidos, hizo estremecer la casa y enseguida se perdió al lejos, en el silencio de la noche.

Antes de dejar esa casa apenas-asombrada, supimos que ella otrora había sido teatro de escenas
sanguinolentas. Almas penadas también frecuentan los palacios. La Duquesa de Pomar, cuya pérdida sus
amigos han de siempre deplorar, por el encanto, por las elevadas aspiraciones de su alma y por el carinho
de su hospitalidad principesca, poseía en París, en la Avenida de Wagram, un suntuoso palacio, abierto a
todos los que se hicieron conocidos en el dominio de las investigaciones psíquicas. Ahí a hube reservado
para sí una especie de oratório, en forma de capela. En una indecisa claridad, coada por vitrais, en medio
de un recolhimento provocado por los sonidos graves de un harmônio, rodeada de varios médiuns, recibía
ella muchas veces las instrucciones de las Inteligencias invisibles y, en particular, las del Espíritu Maria
Stuart, que ella consideraba su assídua inspiradora.

En una tarde de sesión, las paredes del oratório vibraron bajo violentas corrientes fluídicas; sonaron
pancadas en el retrato, en pie, de Maria Stuart, colocado en una especie de santuario. Una estatuilla de
bronce se agitó y la mesa, en torno a la cual estábamos colocados, se puso a oscilar y a gemir. Digo gemir
y, con efecto, del pequeño móvil parecía salgan gemidos. El General C. de B. formuló algunas preguntas, y
por medio de “raps”, entrecortados de gemidos semejantes la soluços, un Espíritu, que decía ser el
General Boulanger, que se suicidó recientemente en Ixelles, nos refirió su angustia, sus sufrimientos
morales.

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A pesar de los lazos de amistad que unían los dos generales, nada obtuvimos que pudiera establecer de
modo positivo la identidad del manifestante; pero los gemidos que se oyeron, imposibles de imitarse, nos
dejaron penosíssima impresión.

XVII - Fenómenos Físicos - Las Mesas


Los fenómenos físicos se presentan bajo las más variadas formas. La fuerza que sirve para produce -los se
presta a todas las combinaciones; penetra todos los cuerpos, atraviesa todos los obstáculos, transpone
todas las distancias. Bajo la acción de una gana poderosa, consigue descomponer y recompor la materia
compacta. ES lo que demuestra el fenómeno de los “apports”, o transportes de flores, frutos y otros
objetos a través de las paredes, en aposentos cerrados.121 Zoellner, el astrónomo alemán, observó la
penetración de la materia por otra materia, sin que fuera posible distinguir solución de continuidad en uno
y otro cuerpo.122

Con el auxilio de la fuerza psíquica, las entidades a que son debidas las manifestaciones llegan a imitar los
más extraños ruidos.

W. Crookes, en su obra ya citada, se ocupa de ese género de fenómenos.123

“El nombre popular de “raps” (percusiones) da una idea muy poco verdadera de esos fenómenos.
Repetidas veces, durante mis experiencias, oí pancadas delicadíssimas, que dir-se-iba producidas
por la punta de un alfinete, una cascada de sonidos penetrantes como los de máquina de
inducción en pleno movimiento, detonações en el aire, ligeros ruidos metálicos agudos, sonidos
que se asemejaban la raspaduras, trinados cómo los de un pájaro, etc.”

Entiende el célebre químico que esos toques, que él dice “haber sentido en sus propios hombros y en las
manos”, deben ser atribuidos, en la mayoría de los casos, la Inteligencias invisibles, pues que, mediante
señales convencionados, se puede conversar, horas enteras, con esas entidades (ob. cit., pág. 147).

En presencia del médium Home, un acordeão, concluido en una caja o suspenso en el aire, tocaba solo
dulces melodías.124 El peso de los cuerpos aumentaba o disminuía a la gana. Una mesa se hacía
alternadamente pesada, a punto de si no poder levantarla, o tan leve que se suspendía al más pequeño
esfuerzo.

Home fue recibido por varios soberanos. El Emperador Alexandre II obtuvo en su presencia una
manifestación poco común:

“En plena luz, la mano de un Espíritu abrió un medalhão que se ajustaba sobre uno de los
botones del uniforme que el emperador traía, medalhão en que estaba concluido el retrato del
fallecido czarevitch; una comunicación, dictada por pancadinhas sobre el botón, vino enseguida

121
Russel Wallace, “Los Milagros y el Moderno Espiritualismo”, pág. 226; W. Crookes, “Investigaciones sobre los fenómenos del
Espiritualismo”, págs. 164 y 167.
122
Eug. Desnudos, “Choses de fautre monde”, págs. 362 y 393; Zoellner, “Wissenschaitliche Abhandlungen”.
123
Págs. 145, 146 y 147.
124
Louis Gardy – “Le Médium D. Home”, pág. 41.

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demostrar al czar que el Espíritu que se manifestaba era exactamente aquel en que había
pensado.”125

En memorável sesión, a 16 de diciembre de 1868, en Ashleyhouse, Londres, sesión a que asistió Lorde
Lindsay, Lorde Adare y el Capitán Wyne, suyo primo, Home, en transe mediúnico, fue levantado y
proyectado de la parte de fuera de una ventana, suspenso a esa altura de la calle, y entró por otra
ventana.

Lorde Lindsay fue invitado a dar testimonio de ese hecho ante la Sociedad Dialéctica: 126

“Veíamos Home – dice él – flotando en el aire, fuera de la ventana, a una distancia de seis
pulgadas. Tras haber quedado en esa posición durante algunos segundos, levantó la otra ventana,
resbaló por el cuarto, con los pies para el frente, y volvió a sentarse. Las dos ventanas quedan a
70 pies por encima del suelo, separadas entre sí de siete pies y seis pulgadas.”

Esos fenómenos se producían en casas en que Home jamás había penetrado antes y donde no podría
hacer preparativo alguno, ni recurrir la artifícios especiales.

A 27 de mayo de 1886, en París, el Dr. Paul Gibier, preparador del Museo de Historia Natural, observó, en
presencia del médium Slade, el caso de levitação de una mesa, que se ergue, se vuelca y va a tocar con
los cuatro pies el forro de la sala, “en menos tiempo que el necesario para el referir”. 127

Con un fin de experimentación psíquica, se vio después ilustres sabios – Charles Richet, Lombroso,128 A. De
Rocas, Flammarion, etc. – coloquen las manos en esas mesas tan ridicularizadas, en compañía de la
médium napolitana Eusápia Paladino, e interroguen el fenómeno. Numerosas fotografías, quitadas
durante esas sesiones, muestran la mesa completamente alejada del suelo, mientras la médium tiene las
manos y los pies seguros por los experimentadores.

Esas sesiones comenzaron en Nápoles, en 1891, enseguida a un desafío lanzado por el cavalheiro Chiaia al
profesor Lombroso). Fueron renovadas en Milán, en 1892; después en Nápoles, en 1893; en Roma y en
Varsóvia, en 1894; en 1895, en casa del Sr. Charles Richet, en el castillo de Carqueiranne y en la isla
Roubaud, en la espalda de la Provença; en 1896, en Agnelas, en casa del Coronel De Rocas; en 1897, en
Montfort-l'Amaury, en presencia del Sr. Flammarion; en 1901, en Auteil, donde Sully-Prudhomme se reunió
a los experimentadores habituales.129

Otras sesiones se efectuaron en el círculo “Minerva”, en Gênova, en 1901, las cuales tuvieron gran
repercusión en Italia.

El Sr. Vasallo, director del “Secolo XIX”, reunió en un volumen130 las narrativas de esas sesiones, que él
acompañó con escrupulosa atención. A 5 de abril de 1902, realizaba él, sobre el mismo asunto y bajo lo
titulo “La mediunidade y la teoría espírita”, en la Asociación de la Prensa, en Roma, una conferencia

125
“Life and Mission”, pág. 363. Traducido por L. Gardy, “Le Médium Home”, pág. 39.
126 127
Ver “Quartely Journal of Science”, enero de 1874; W. Crookes, ob. cit., pág. 151.
Dr. Paul Gibier – “Espiritismo o Faquirismo Occidental”, pág. 326.
128
Ver “Tras la Muerte”, cap. XIX. El profesor Lombroso, en el acte redactada, atesta “que un guardia -vajilla caminaba solo en el
medio de la sala como un paquiderme”.
129
Ver “Revue des Etudes Psychíques”, enero de 1902, pág. 13.
130
Vasallo – “Nel mondo degl'Invisibili”, Roma, Voghera, editor.
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presidida por el ex-ministro Luzzatti, presidente de la Asociación, conferencia de que todos los periódicos
italianos dieron noticias en términos elogiosos y cuyo resumen puede ser así hecho:

“1ª Sesión – En plena luz, la mesa de pinho tosco, de cuatro pies, con un metro de largura, se
levanta, se aleja del suelo un gran número de veces y queda suspensa a 10 centímetros del
ladrilho, sin que mano humana a tocara. Durante ese tiempo las manos de Eusápia se
conservaron seguras por sus vecinos, que le examinaban igualmente los pies y las piernas, de
modo que ninguna parte de su cuerpo pudiera ejercer el mínimo esfuerzo.”

“2ª Sesión – Pancadas violentas, de quebrar la mesa, resuenan. Aparecen manos, cuyo contacto y
cuyas carícias se sienten – manos anchas y vigorosas de hombres, manos más pequeñas de mujer,
mãozinhas minúsculas de niños. Labios invisibles se pegan a la fronte de los asistentes, y oyen- si
besos. Impresiones de manos invisibles son obtenidas en plastilina.”

“5ª Sesión – El médium, cuyas manos están siempre seguras, es levantado, con la silla, por una
acción oculta, sin choques, sin abalos, en un movimiento lento, y es conservado suspenso en el
aire, quedando con los dos pies y los pies anteriores de la silla encima de la mesa, ya estropeada
por los trambolhões. El peso erguido es de 70 quilogramas y exige una fuerza considerable.

Cosa más extraordinaria: de la superficie de la mesa, Eusápia, con la silla, es aún levitada de tal
suerte que el profesor Porro, astrónomo, y otra persona llegan a pasar las manos sobre sus pies y
los de la silla, sin acuerdo previo y con perfecta concordancia de impresiones. El hecho de
destacarse de la mesa la silla denota, más aunque lo de alejarse del suelo, la intervención de una
fuerza extrínseca al médium, inteligente, calculadora, que supo proporcionar los actos a los
resultados y evitar un accidente siempre posible, dato el peso de Eusápia, el apoyo precario de
una mesa medio quebrada y el hecho de que dos pies de la silla se hallaban suspensos en el
vácuo.”

“6ª Sesión – Transporte de objetos, sin contacto: flores, anillos, instrumentos de música, ardósias,
brújula y, sobre todo, uno de esos dinamômetros que sirven para medir la fuerza con que se puede
apretar una mola; cuatro o cinco veces, como por brincadeira, ese dinamômetro es arrebatado a
su propietario, que lo había repuesto en la marcación de cero, después restituido, de cada vez,
con indicaciones variantes, desde un “maximum” correspondiente a una fuerza hercúlea hasta un
“minimum” igual a la fuerza de una criancinha.

Como atribuir – dice el profesor Porro – a una emanación de Eusápia un proceso tan complicado
de actos volitivos y conscientes, acompañados de tan acertada graduação de efectos dinámicos?
Podría ella alternativamente simular diversas entidades y desarrollar en cada caso una fuerza
pertinente?”

En el correr de las sesiones subseqüentes se produjeron materializações de las cuales nos ocuparemos en
el capítulo especialmente consagrado a ese género de manifestaciones..

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El Dr. Ochorowicz, de Varsóvia, obtuvo, en pleno día, y muchas veces a la gana, con el concurso de la
médium Srta. Stanislas Tomszick, desplazamientos, sin contacto, de objetos materiales: lápiz, agujas, tubos
de experiencias, etc., y los consiguió fotografiar suspensos en el vácuo. 131

ES un error considerarse, como se ha hecho, el fenómeno de la levitação una violación de las leyes de la
gravedad. Él demuestra simplemente la acción de una fuerza y de una inteligencia invisibles. El médium no
podría encontrar en sí aún el poder de elevarse sin punto de apoyo y permanecer suspenso. Y preciso
admitir necesariamente la intervención de una gana extraña, que acumula la fuerza fluídica en cantidad
suficiente para contrabalançar el peso del médium o de los objetos levitados y los alejar del suelo. Los
fluidos son suministrados en parte por el propio médium que, en tal caso, desempeña la función de pila, así
como por las otras personas presentes y, aún, si son insuficientes, por otras entidades invisibles, que
prestan su concurso al operador.

El mismo se da con los “raps” o pancadas. Esos ruidos son producidos por la condensação y proyección de
aglomeraciones fluídicas sobre cuerpos resistentes. Esas aglomeraciones son a veces luminosas. Se lee en
las notas del Sr. Livermore:132

“Todos esos fenómenos – es evidente – son acordes a las leyes físicas conocidas. Basta sólo hacer
extensiva la aplicación de esas leyes al mundo invisible como al visible, y todo inmediatamente se explica y
esclarece. Nada hay en eso de sobrenatural. El Espiritismo es la ciencia que nos enseña a conocer la
naturaleza y la acción de las fuerzas ocultas, como la Mecánica nos hace conocer las leyes del movimiento
y la Óptica las de la luz. Sus fenómenos vienen a reunirse a los fenómenos conocidos, sin alterar ni destruir
la orden imponente que los rige. Dilata-les simplemente la órbita de acción, a la vez que nos hace
penetrar en las remotas profundidades de la vida y de la Naturaleza.”

Las mesas no representan únicamente un papel importante en las manifestaciones físicas espontâneas:
figuran también en los fenómenos de orden intelectual.

Las mesas giratorias y falantes suscitaron muchas críticas y mofarías; pero, como lo dijo Victor Hugo: “esa
mofaría es estulta.” Si, poniendo de parte el motejo, ocioso y estéril, consideramos el hecho en sí aún, que
reconoceremos en las manifestaciones de la mesa? Casi siempre el modo de acción de un ser inteligente y
consciente..

La mesa es uno de los móviles más fáciles de manejar. Se encuentra por toda parte, en todos los
aposentos. Por eso es por lo que de preferencia es ella utilizada. Lo que es preciso ver antes de todo en
esos hechos son los resultados obtenidos, y no el objeto que sirvió para los producir. Cuando leemos una
bella página o contemplamos un cuadro, cuidamos acaso de la pena que la escribió o del pincel que lo
ejecutó? La mesa no tiene mayor importancia; no pasa del instrumento vulgar que transmite el
pensamiento de los Espíritus. Conforme los manifestantes, ese pensamiento será alternativamente banal,
grosero, espirituoso, poético, malicioso o sublime. Los investigadores que por ese medio reciben
testimonios de afecto de los seres que les fueron caros olvidan fácilmente la insignificância del proceso
utilizado.

131
Ver “Annales des Sciences Psychíques”, todo el año de 1910.
132
R. Dale Owen, “Región en Litígio”, 25ª sesión.
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Ciertos movimientos de la mesa pueden, a buen seguro, ser atribuidos a la acción de fuerzas externalizadas
por los asistentes y transmitidas por sus propia manos al móvil. En esas experiencias es preciso considerar
siempre los movimientos involuntários de los operadores, cuando se trata de fenómenos físicos, y la
sugerencia, cuando se trata del hecho intelectual.

En la mayoría de los casos, sin embargo, son insuficientes esas dos causas para explicar los fenómenos. En
primer lugar, el contacto de las manos ni siempre es necesario para provocar los movimientos. Faraday,
Babinet, Chevreul y otros sabios habían adoptado, para resolver el problema, la teoría de los movimientos
musculares inconscientes. He ahí que, sin embargo, las mesas se movieron libres de todo contacto
humano. Fue lo que quedó demostrado en las experiencias de Robert Hare y W. Crookes, que fiscalizaron
los movimientos de la mesa por medio de registros de precisión empleados en los laboratorios de Física..

Un informe de la Comisión designada por la Sociedad Dialéctica de Londres en 1869133 vino a confirmar sus
deducciones. Y concluía así:134

“1º – Una fuerza emanante de los operadores puede actuar sin contacto o posibilidad de contacto
sobre objetos materiales;

2º – ES frecuentemente dirigida con inteligencia.”

Las experiencias, continuadas durante muchos años en París, a la calle de Beaune nº 2, por Eugênio
Desnudos, el argustíssimo escritor, y a quien vinieron a reunirse el pintor Ch. Brunier, el compositor
Allyre Bureau, el ingeniero Franchot, etc., son de las más célebres. Recordémoslas sucintamente.135

Se utilizan, al comienzo, de una mesa de cena, pesada y maciza, que se ergue sobre dos pies y permanece
inmóvil en equilibrio. Una enérgica presión sobre ella consigue, con dificultad, la restituya a la posición
normal. Experimentan, enseguida, con una mesinha que, más leve, saltita, erguendo-si bajo las manos en
ella apoyadas, imita el movimiento oscilatório de la cuna y el arfar de la vacante. “Ya no es un objeto: es un
ser. No necesita, para comprender, ni de palabras, ni de gestos, ni de señales. Basta quererse y, rápida
como el pensamiento, va, vuelta, se detiene, ergue-si en los dos pies y obedece.”

Habla... mediante la percusión de golpes, dicta sentencias, enseñanzas, frases delicadas o profundas. Por
ejemplo: “La experimentación solitaria es fuente de errores, de alucinações, de locura. Para hacer
experiencias provechosas, es preciso tener el pensamiento vuelto para Dios. Elevai vuestras almas a Dios,
a fin de ser fortalecidos contra los descoroçoamentos de la duda.”

Le piden que se exprese en inglés. Ella lo hace de modo extremadamente poético. Muchas expresiones
desconocidas de los asistentes no consiguen ser traducidas sino a poder de diccionario.

Vienen después las definiciones en doce palabras. “Desafío – dice Eugênio Desnudos – todas las
academias reunidas a formular bruscamente, instantáneamente, sin preparo previo, sin reflexión,
definiciones circunscritas en doce palabras, tan claras, tan completas y, muchas veces, tan elegantes
como las improvisadas por nuestra mesa.”

He ahí aquí algunas de ellas:

133
Ver W. Crookes, ob. cit., págs. 149 y 150.
134
Ver el informe In extenso; Eug. Desnudos, “Choses de l'autre monde”, pág. 234.
135
Ver Eug. Desnudos, “Choses de 1'autre monde”, Págs. 2 a 218.

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“Armonía es el equilibrio perfecto del todo con las partes entre sí.”

“Amor: polo de las pasiones mortales; fuerza atrativa de los sentidos; elementos de la

continuación.” “Religión futura: ideal progresivo por dogma, artes por culto, Naturaleza

por templo.”

“Las veces – añade el escritor – para mayor prueba de la espontaneidade del fenómeno, nos rechazábamos
a aceptar una definición. La mesa recomenzaba inmediatamente y nos dictaba una frase de doce
palabras, enteramente nueva.”

“Otras veces, interrumpíamos el fenómeno para buscar por nodos mismos el fin de la frase, y nunca lo
encontrábamos.”

“Un ejemplo: la mesa nos daba la definición de la Fe: “La Fe diviniza lo que el sentimiento nos revela y...”
“Y... quê? dijo yo de repente, deteniendo la mesinha para impedir determinar el dictado: nada más que
tres palabras. Busquemos! Miramos unos para los otros, reflejamos y quedamos boquiabertos.
Finalmente, restituimos a la mesa la libertad de movimientos, y ella concluye tranquilamente la frase: “...
la razón explica.”136

“Por más gana que tuviéramos que limitarnos al papel de experimentadores, no nos era posible permanecer
indiferentes a las afirmaciones de ese interlocutor misterioso que exhibía e imponía su extraña
personalidad con tanto vigor e independencia, superior a todos nodos, por lo menos en la expresión y en la
concentración de las ideas, no raro en los descerrando perspectivas de que cada uno confesaba de buena-
fe no haber tenido jamás la intuição.”.

“La misma mesa compuso melodías. Le oyó Felicien David la ejecución y quedó encantado. Entre otras
había: La esquina de la Tierra en el Espacio; la esquina del mar; la melodía del viento; la esquina del
satélite lunar; la esquina de Saturno, de Júpiter, de Vesta; la Adoração, etc.”137

Fueron también dictadas comunicaciones mediante pancadas vibradas, no ya sobre el soalho, pero en la
propia mesa. Después, fue el lápiz de Ch. Brunier, hecho médium escrevente, que interpretó el
pensamiento dlo Invisible visitante. La una pregunta formulada por Eugênio Desnudos: Que es el deber?
respondía él: “El deber es el saludo, por libre volição, del destino del ser inteligente. El deber es
proporcional al grado del individuo, en la gran jerarquía divina necesaria. Digo necesaria, porque siempre la
necesidad implica Dios.”

Una comparación, para definir la plegaria: “Supongamos un ser representado por un círculo. Ese ser
tiene una vida interna y una vida externa. Su vida externa o irradiante, o expansión divina, parte del
punto que está en el centro y ultrapasa el círculo que corresponde al finito para dirigirse al infinito. Ahí
está, por lo tanto, la elevación en la vida. Como religión actual, se llama eso, al punto de vista de la
plegaria, simple ascenso para Dios. Sondai esas tres palabras, y podréis concluir con la Ciencia.”

136
O sea, en francés: “La fue déifie ce que ie sentiment révèle et la raison explique.”
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Ver Eug. Desnudos; “Choses de l'autre monde”, págs. 92Denis
137
a 103.

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El misterioso interlocutor de Eugênio Desnudos no se dio a conocer. 138 Noutros casos, sin embargo, se
manifestaron, por intermédio de la mesa, personalidades invisibles absolutamente desconocidas de los
experimentadores, y su identidad pudo ser positivamente verificada.

Fue, entre otros, el caso de Anastácia Perelyguine, fallecida en el hospital de Tambov (Rusia), en
noviembre de 1887, y que se manifestó espontáneamente por la mesa, el día siguiente al de su muerte, en
casa del Sr. Nartzeff, a un grupo de personas, las cuales le desconocían la existencia. 139

Después fue Abraão Florentino, soldado de la milicia americana, muerto a 5 de agosto de 1874 en Brooklin
(Estados Unidos), que se comunicó en Shanklyn, isla de Wight (Inglaterra), el mismo mes, indicando de
modo claríssimo su edad, su dirección, con abundantes particularidades acerca de su vida pasada. De
minuciosa investigación resultó constatarse que todas esas particularidades eran exactas.140

Las pruebas de identidad obtenidas por intermédio de la mesa son numerosas; muchas, sin embargo, si han
perdido para la publicidad y para la Ciencia, en virtud del carácter de intimidade asociado a esas
manifestaciones. Muchas almas sensibles receiam exponer a la curiosidad pública el secreto de sus
afeições y de sus padecimentos.

El Dr. Chazarain transmitió dos comunicaciones de esa orden al Congreso de París, de 1900, en los
términos siguientes:141

“Durante diez años, en un grupo familiar a que yo presidía, y cuyo médium (mi hija Joana) no tenía
más de trece años cuando comenzaron las sesiones, comunicamos de modo más satisfactorio con
nuestros amigos del Además, pues que nos dieron, sobre la vida del Espacio, instrucciones valiosas,
como raramente se obtiene.

La primera comunicación, de 16 de mayo de 1888, viña al encuentro del gran dolor que me hube
causado la pérdida de mis dos mejores amigos, fallecidos dos meses antes, con algunos días de
intervalo uno del otro. ES la siguiente:.

“Desearíais oír los festivos cânticos entonados allá encima, cuando una alma querida y esperada
hace su reingresso en el mundo de los Espíritus? Desearíais contemplar el espectáculo de la
felicidad de ese nuevo encuentro?

Oh! Nodos que experimentamos esas alegrías, querríamos hacéroslas dividir. Pero ay! por qué es
forçoso que sea muchas veces nuestra felicidad perturbada por vuestras tristezas? Cuando uno de
vosotros se halla vuelto para el país de las almas, es necesario que se eleve por encima de los
sufrimientos terrestres y despedace todos los lazos que lo prendan a la Tierra. Nada sería capaz
del retener o encadenar por más tiempo; semejante al prisionero, a quién fue restituida la
libertad, ala-se

138
Entendieron ciertos críticos poder explicar las manifestaciones de la calle de Beaune por la teoría del inconsciente o
subliminal de los experimentadores. Si, sin embargo, algunos de los fenómenos obtenidos parece justifiquen esa explicación, el
conjunto de los hechos le escapa completamente. Hay contradicción frecuente entre las apreciaciones, las opiniones, los
conocimientos del manifestante y los de los operadores.
139
Ver en Aksakof, “Animismo y Espiritismo”, cap. III, 9, I, la reproducción de las actas y de todas las piezas referentes a esos dos
casos de identidad. Ver también el caso de Luis Constant, citado por Eug. Desnudos en su obra “A la recherche des destinées”,
pág. 224.
140
Ídem, págs. 437 a 440, Ibidem.
141
Ver “Resenha del Congreso Espírita y Espiritualista”, de 1900, págs. 104 a 109. Encontrar -se-ão también, en las páginas 110,
120 y 121, cuatro casos de identificación obtenidos con la mesa.
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a los nuevos horizontes que se le descerram. Oh! No lloréis por vuestros caros liberados, porque,
tras haber conocido las amarguras de la criba, conoceréis también las dulzuras de los hacer a
ver.”.

Las mesas fueron consultadas por altas Inteligencias. Gracias a ellas, la Sra. Y. de Girardin conversaba con
Espíritus de escol. Augusto Vacquerie, en las “Miettes de l'Histoire”, refiere que en Jersey inició ella en
esas prácticas toda la familia de Victor Hugo. De entre otras, reproduciremos esta comovedora narrativa:

“Una noche, la mesa soletrou el nombre de una muerta, siempre, sin embargo, viva en el
recuerdo de todos los que allí se hallaban... Era inadmisible la desconfianza: nadie habría tenido el
coraje o la osadía de en nuestra presencia tripudiar sobre ese túmulo. Una mistificação era ya
bien difícil da admitir, mientras más una infâmia! La sospecha sería de sí misma desprezível! El
hermano interrogó la hermana, que surgía de la muerte para consolar el exiliado; la madre
lloraba; una emoción inexprimível oprimía todos los corazones; yo sentía distintamente la
presencia de aquella que el vendaval hube arrebatado. Donde estaba? Nos amaba siempre? Era
feliz? Ella satisfacía a todas las preguntas, o respondía que le era defeso responder. La noche
escolaba y nodos permanecíamos allí, con el alma presa a la invisible aparição. Finalmente, nos dijo
ella: “Adiós!” y la mesa quedó inmóvil.”

Después de.la partida de la Sra. De Girardin, el gran exiliado continuó esos misteriosos ejercicios y los
consignó en muchos cuadernos, que el Sr. Camille Flammarion pudo compulsar, de los cuales publicó
algunos fragmentos en “Annales Politiques et Littéraires”, de 7 de mayo de 1899. Ahí se encuentra el
siguiente:

“La Sra. Victor Hugo142 y su hijo François se reunían casi siempre en torno a la mesa. Vacquerie y
algunos otros no se aproximaban sino alternativamente; Hugo jamás. Él desempeñaba el papel de
secretario, escribiendo, a la parte, en hojas de papel los dictados de la mesa. Esta, consultada,
anunciaba, generalmente, la presencia de poetas, autores dramáticos y otros personajes célebres,
como Molière, Shakespeare, Galileu, etc. En la mayoría de las veces, sin embargo, cuando
encuestados, en lugar del nombre que se esperaba, la mesa soletrava lo de un ser imaginario,
como este por ejemplo, que reaparecía con frecuencia: “la Sombra del Sepulcro”.

Un día, los Espíritus pidieron que los interrogaran en verso. Victor Hugo declaró que no sabía improvisar
como repentista y pidió que fuera aplazada la sesión. El día siguiente, teniendo Molière dictado su
nombre, el autor de “La Légende des Siècles” recitou los siguientes versos:

VICTOR HUGO A MOLIÈRE143

Toi qui du vieux Shakespeare las ramaassé le ceste,


Toi qui, près d'Othello, sculpta le sombre Alceste,
Astre qui resplenuiis sur un double horizon,
Poète au Louvre, archange au ciel, ò grande Molière!
Visítetela splenlide honore una maison.

142
Reproducido por “Le Journal”, de 20 de julio de 1899.
143
A los lectores no versados en el conocimiento de la lengua francesa, tomamos la libertad de ofertar, aunque desfig urada, a
imitación de estos esplêndidos versos, como de los que van a seguirse.

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Me tendras-tú là haut te la main
hospitalière? Que la fuera pour moí s'ouvre
dans le gazon,
Je vois sans peur la tombe aux ombres éternelles,
Car je salís que le corps y trouve une prison,
Más que l’âme y trouve des ailes!

Se espera. No es Molière quien responde, pero aún la “Sombra del Sepulcro”; y, en verdad, nadie puede
leer esa respuesta sin quedar maravilhado de su irónica imponência:

L'OMBRE DU SEPULCRE A VICTOR HUGO

Esprit qui veux savoir le secret des ténèbres,


Et qui, tenant en main le terrestre fìambeau,
Viens, furtif, a la tátons, dans en los ombres
funèbres Crocheter l'immense tombeau!

Rentre dans ton silence et souffle tes chandelles!


Rentre dans cette muit dont quelques fois tú sors.
L'oeil vivant ne lit pas les choses éternelles
Par-dessus l'épaule des morts!

La lección era ríspida. Indignado con la conducta de los Espíritus, Victor Hugo largou el cuaderno y
abandonó la sala.

VICTOR HUGO La MOLIÈRE

Tú, que de Shakespeare la manopla


empunhaste, Y que opusiste a Otelo el taciturno
Alceste, Astro la resplandecer en un dúplice
horizonte,
Ya en el Louvre, o en el cielo, poeta, arcanjo, ó Molière!
Honrosa es para mí tu insigne visita.

En el espacio me prestarás hospitaleiro


auxilio? Séame bajo la relva la sepultura
abierta; Encaro sin temor de la eterna
sombra la cova, Porque en ella, bien sé, se
aprisiona el cuerpo,
De alas sin embargo el alma se adorna.

La SOMBRA DEL SEPULCRO A VICTOR HUGO

Espíritu que la tiniebla devassar pretendes,


Y que, el facho terrestre empunhando, aquí vienes,
Furtivo, la tatear, en estas funéreas sombras,
Forzar del túmulo los umbrales!

Te recoge al silencio y borra esa candeia! Volve a


la noche, de la cual sólo a espacios emerges.
120 | P á g i n a
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No puede el humano mirar leer las eternas cosas
De los muertos en la espádua inclinado.

Las comunicaciones dictadas por la mesa, en Jersey – concluye el Sr. Flammarion – presentan una
gran elevación de pensamiento y esplêndida lenguaje. El autor de las “Contemplações” creyó
siempre que en ellas había una entidad exterior, independiente de él, a veces aún hostil, que con
él discutía y lo llamaba a la orden. Y sin embargo, examinándose esos tres cuadernos, fuerza es
reconocer que allí está Victor Hugo, algunas veces aún Victor Hugo sublime.

Lejos de mí la idea de acusar siquiera de leve ni Victor Hugo, ni Vacquerie, ni algunos de los
asistentes, de haber trapaceado, de haber conscientemente engendrado frases para
reproducirlas por el movimiento de la mesa. Eso está fuera de cuestión. Restan, pues, dos
hipótesis: o una acción inconsciente del Espíritu Victor Hugo, de uno o de algunos de los
asistentes, o la presencia de un Espíritu independiente.”

No nos sería posible dividir de la hesitação del Sr. Flammarion en faz de ese problema. Los versos de la
“Sombra del Sepulcro” no son el producto de Victor Hugo, pues que él con antelación declara “no sepa
improvisar” y zanga-si con la respuesta altaneira y espontânea del Espíritu. Si no es admisible que se
tuviera él querido a sí aún infligir una lección, el respeto que le votaban aún menos permite atribuir esa
intención a las personas que lo cercaban. Al demás – se asegura – él jamás estaba al pie de la mesa. En
cuanto al lenguaje, no olvidemos que los Espíritus no a emplean entre sí, pero se comunican simplemente
por el pensamiento. Ellos no se utilizan del lenguaje articulado sino en relación con nosotros y siempre en
la forma que nos es habitual. Que admira que un Espíritu de gran elevación, como parece el interlocutor de
Victor Hugo, haya querido hablar al poeta en su propio lenguaje? Cualquiera otro estilo habría quedado
abajo de las circunstancias y del medio.

Los fenómenos de la mesa han traído numerosas adhesiones al Espiritismo. La mesa que se ergue y se
mueve, con o sin contacto, y dicta frases imprevistas, impresiona los escépticos, sacude la incredulidade.
Pero las convicciones no se firman y consolidan sino cuando el fenómeno reviste un carácter inteligente y
suministra pruebas de identidad. Sin eso, la primera impresión no tarda a disiparse, y se llega a explicar el
hecho por otra cosa que no la intervención de los Espíritus.

Los hechos puramente físicos son impotentes para producir convicciones duraderas. El propio profesor
Charles Richet lo reconoce. Él presenciou en Milán, Roma y París manifestaciones muy significativas;
suscribió informes concludentes; pero, la breve tramo, por la fuerza del hábito, reincide en sus hesitações
de antaño. Dice él en su discurso proferido en 1899, en la Sociedad Inglesa de Investigaciones Psíquicas:144

“Nuestra convicción, es decir, a de los hombres que observaron, debería servir para convencer
los otros; al contrario, sin embargo, es la convicción negativa de los que nada vuelcan, y nada
deberían decir, que enflaquece y llega a destruir la nuestra.”

144
“Revue Scientifique et Morale du Spiritisme”, 1900, pág. 517.

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Acabamos de ver, en los casos mencionados, que la mesa puede hacerse el instrumento de Espíritus
eminentes. Esos casos son bien raros. En la mayoría de las veces son almas de débil inteligencia que se
manifiestan por ese proceso. Sus comunicaciones son generalmente proscribáis o aún groseras y sin valor.
Mientras más inferior es el Espíritu, más fácil le es actuar sobre los objetos materiales. Los Espíritus
adelantados sólo excepcionalmente se sirven de la mesa, en falta de otro medio. El contacto y la
manipulación de los fluidos necesarios a las manifestaciones de ese género imponen un correcto
constrangimento a los Espíritus de naturaleza etérea y delicada; no raro, pero, lo afecto y solicitud que
nos votan les hacen superar muchas dificultades.

Las manifestaciones de la mesa son sólo el vestíbulo del Espiritismo, una preparación para fenómenos más
nobles e instrutivos. No os detengáis en las experiencias físicas; luego que de ellas hayáis colhido lo que os
pueden suministrar como certeza, procurai modos comunicacionales más perfectos, suscetíveis de
conduciros al verdadero conocimiento del ser y de sus destinos.

VIII - Escritura Directa o Psicografia - Escritura Mediúnica


La escritura es también uno de los medios por los cuales los seres que amamos en este mundo pueden
comunicarse con nosotros y transmitirnos sus pensamientos. Dos son las formas que reviste: escritura
directa, o psicografia, y escritura mediúnica.

De esos dos modos de manifestación, la psicografia es ciertamente el más seguro, el más fácil de fiscalizar
- se. Puede producirse en plena luz. El médium permanece en estado normal, extraño su s peculiaridades, a
punto de parecer que no tiene la mínima intervención en el fenómeno. Colocadas algunas hojas de papel
en una caja o en una gaveta cerradas a la llave, o aún entre ardósias dobles, amarradas y lacradas, al sean
retiradas algún tiempo después, son encontradas escrituras, firmadas con los nombres de personas
fallecidas.

Los tiempos modernos, el Barão de Guldenstubbé fue el primero que llamó la atención pública para esa
orden de hechos, con su libro “La réalité des Esprits et le phénomène de leur écriture directe”.145

Sin el concurso de persona alguna, siendo él propio indudablemente médium, obtuvo, en variadíssimas
condiciones, numerosos mensajes escritos. Sus más notables experiencias fueron efectuadas en el Louvre,
en el Museo de Versalhes, en la basílica de Saint-Denis, en la abadía de Westminster, en British Museum y
en diversas iglesias o monumentos, en ruinas, de Francia, de Alemania y de Inglaterra.

Entre las testigos de esos hechos cita él el Sr. Delamare, redactor-jefe de “La Patrie”; Croisselat, redactor
del “Universo”; R. Dale Owen, Lacordaire, hermano del grande orador, el historiador De Bonnechose, el
Príncipe Leopoldo Galitzin, el Reverendo W. Mountfort, cuyo testimonio a ese respeto fue publicado por el
“The Spiritualist”, de 21 de diciembre de 1877..

El barão colocaba algunas hojas de su propio cuaderno en lugares ocultos, sin lápices ni cosa alguna que
sirviera para escribir. Se alejaba algunos pasos, sin perder de vista un sólo instante el objeto de la
experimentación, y después retiraba el papel, en que se hallaban escritos mensajes inteligíveis.

145
Leymarie, editor, 1857.

122 | P á g i n a
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El volumen es acompañado de treinta fac-símiles de psicografias así obtenidas y escogidas entre más de
doscientos espécimes en veinte lenguas diferentes.

En ciertos casos, dispuestas sobre mesas o en el suelo hojas de papel y lápiz, bajo las vistas de los
experimentadores erguia-si el lápiz, como empunhado por mano invisible, y trazaba caracteres. Algunas
veces, se veía esa mano guiar y dirigir los movimientos del lápiz; noutras, parece la escritura ser el
resultado de una acción química.

En su libro “Investigaciones sobre los fenómenos del Espiritualismo”, pág. 158, W. Crookes cita varios
ejemplos de psicografia:

“Me había sentado cerca de la médium, la Srta. Fox, y las otras únicas personas presentes eran mi
mujer y una de sus parientas. Yo mantenía las dos manos de la médium en una de mis, mientras
sus pies descansaban sobre los míos. Una hoja de papel había sido colocada sobre la mesa,
delante de nodos, y con la mano que yo conservaba libre cogía un lápiz.

Una mano luminosa descendió del techo del salón y, tras haber flotado algunos segundos cerca
de mí, me tomó el lápiz de la mano, escribió rápidamente en la hoja de papel, tiró el lápiz,
después se elevó por encima de nuestras cabezas, perdiéndose poco a poco en la obscuridade.”

Aksakof, en “Animismo y Espiritismo” (cap. I, B), cita diversos casos en que manos de Espíritus
materializados escriben bajo las vistas de los asistentes.

Aquí están hechos más recientes, obtenidos en la aldea de Douchy (Norte) y presentados al Congreso
Espírita de París, de 1900, por el Dr. Dusart:146

“El día 4 de marzo de 1898, a médium Maria D., rodeada de cinco personas, indica una silla vacía,
en la cual dice ver el Espíritu Agnes, suya prima, fallecida hace muchos años, entretido a escribir
en pedazos de papel recortados en forma de corazón. Un momento después, todos los asistentes
ven una mano deponer sobre la mesa un pacotinho conteniendo cinco corazones de papel, en un
de los cuales estaba escritura una pequeña plegaria. El Sr. y la Sra. N., padres de Agnes,
reconocen la escritura de su hija y se deshacen en lágrimas.

En otra sesión se vio, dos veces seguidas, una pena colocada sobre la mesa erguer-si, escribir por
sí misma dos líneas y volver a la primitiva posición.”

Noutros casos, es sobre la ardósia que son trazadas las comunicaciones directas.

Una observación aquí se impone. ES sabido que ciertas radiaciones ejercen acción dissolvente sobre los
fluidos. Una luz demasiado viva, la fijación de los mires al punto en que se producen las experiencias
pueden paralizar la fuerza psíquica y constituir obstáculos a las manifestaciones, mientras que la
obscuridade las favorece. Esta, sin embargo, hace más difícil la verificación y disminuye el valor de los
resultados obtenidos. ES preciso, por lo tanto, a ella recurrir el menos posible, salvo en el que se refiere a
los fenómenos luminosos, que sin la obscuridade no podrían ocurrir.

146
Ver “Resenha del Congreso Espírita y Espiritualista”, de 1900, pág. 186.

123 | P á g i n a
En lo Invisible – Léon 1903
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Las experiencias de escritura en ardósia ofertan la preciosa ventaja de poderse realizar en plena luz y ser
sometidas a una severa fiscalización, al tiempo que reúnen las condiciones más favorables a la
preparación de los fenómenos. Las ardósias, con efecto, aplicadas una contra la otra, constituyen, con sus
faces interiores, una cámara completamente obscura, semejante a la cámara oscura de los fotógrafos y,
por eso aún, muchísimo propia a la acción fluídica.

En todas las experiencias que vamos a mencionar, las ardósias eran nuevas, limpias de cualesquier
caracteres, compradas y traídas por los experimentadores; muchas veces, a fin de evitar alguna
sustitución fraudulenta, si les ponía una marca secreta. Eran, o fuertemente amarradas, o lacradas y
carimbadas, o hasta, como en el caso de la Sra. L. Andrews y W. Petty, sólidamente atarraxadas una a la
otra. En esas condiciones, aparecen mensajes escritos en el interior de tales ardósias, que se no perdieron
de vista un sólo instante. A veces, aún las manos de los experimentadores no las abandonan. Casos hay
también en que ni el médium, ni cualquiera de los asistentes toca siquiera en las ardósias. Colocando un
pedazo de lápiz en el intervalo vacío, se oye, todo tiempo que dura el fenómeno, el ranger de ese lápiz
sobre la losa y el ruido característico que se produce cuando se pone el puntaje o cuando se cortan los
"tês".

Bajo el título “Psychography”, Stainton Moses (Oxon) escribió, acerca de los fenómenos de la escritura en
ardósia, una obra multo documentada, en que refiere numerosos casos por él aún observados en un
periodo de diez años; a esos hechos vienen a añadirse otros de la misma naturaleza, presenciados y
atestados por investigadores no menos serios.

Ahí se encuentran testimonios colectivos provenientes de notables personalidades o de observadores


escépticos, en cuyo número el autor cita muchas veces los nombres del'Sullivan, ministro de Estados
Unidos en la Corte de Portugal, el Consejero Thiersch, el profesor de Derecho Criminal Wach; los profesores
Zoellner, Fechner, Weber y Scheibner, de la Universidad de Leipzig; Harrison, redactor-jefe del “The
Spiritualist”, de Londres; Robert Dale Owen, ministro de Estados Unidos en Nápoles, etc.

Habiendo sido en su mayoría reproducidos esos hechos en diversos periódicos y vueltas a ver, 147 de ellos
no citaremos más que un limitado número.

Sergeant Cox, presidente de la Sociedad Psicológica de Gran Bretaña, declara haber obtenido diversos
mensajes en ardósia con el concurso del médium Slade. He ahí aquí un extracto de su testimonio:

“Slade apoyaba las manos en la mesa y todo su cuerpo estaba bajo mis vistas, de la cabe ça a los
pies. Tomó la ardósia, que yo había cuidadosamente inspeccionado, para asegurarme de que en
ella ningún trazo de escritura existía, y, colocándole un fragmento de lápiz, la aplicó contra la faz
inferior de la tábua de la mesa. En el mismo instante oí un ruido como se estuvieran escribiendo
en la ardósia..

Teniendo algunas pancadas rápidas indicado que estaba terminada la escritura, fue retirada la
ardósia y, entonces, pudimos leer la comunicación siguiente, escritura en caracteres nítidos y
correctamente dispuestos:

147
Ver principalmente: “The Spiritualist”, de Londres, de 21 de septiembre de 1877; “Light”, de 3 de febrero de 1900; Revue
Spirite”, de París, números de junio a septiembre, noviembre y diciembre de 1900. Ver también Eug. Desnudos, “Choses de
l'autre monde”, págs. 333 y 336.

124 | P á g i n a
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“Caro Sergeant, estudiáis un asunto que merece toda vuestra atención. El hombre que llega a
creer en esta verdad se hace mejor, en la mayoría de los casos. Tal es nuestro objetivo, cuando
volvemos a la Tierra, impelidos por el deseo de hacer los hombres más conscientes y más puros.”

El reverendo J. Savage, pregador de nombrada, cita el testimonio de un su amigo, rabino judío, escéptico
acerca de la posibilidad de comunicar con un otro mundo.

“Tenía él ido a ver un médium de Chicago, munido de un pasaje que hube dirigido a su padre,
fallecido algunos años antes en Alemania, y que hube redactado en alemán, en caracteres
hebraicos, a fin de impedir que el médium, por un medio cualquiera, descubriera del que
posiblemente se trataba. Colocó el pasaje entre dos ardósias, que amarrou sólidamente, y las
prendió a una lâmpada suspensa que había por encima de la mesa en que estaban sentados. Fue
en estas condiciones que, al abrir las ardósias al fin de un instante, encontró una respuesta a su
pasaje, firmada por su padre y también escritura en alemán con caracteres hebraicos.”

Algunas veces, los caracteres trazados en la ardósia son tan pequeños que sólo pueden ser leídos con el
auxilio de una lente de fortíssimo grado. Los caracteres difieren, conforme las entidades que se comunican,
y el tipo de cada escritura se conserva uniforme durante todo el curso de las experiencias, por largo que
sea. No solamente el carácter de la escritura se mantiene constante, pero los mensajes revelan la
presencia de una individualidade consciente, que declara haber vivido en la Tierra, en la condición humana.
Ellas tienen su originalidad, en la forma y en el fondo; las Inteligencias se distinguen claramente unas de
las otras por sus comunicaciones, como se distinguen del médium.

Ciertos mensajes, obtenidas en presencia de Slade, de Monck o Watkins, fueron escritas en griego antiguo
y moderno, en español, portugués, ruso, sueco, holandés, alemán, árabe y chino. Ora, todas las testigos
atestam que ni uno ni otro de esos médiuns conocían tales lenguas. Por eso aún había imposibilidad de
sospechar de su parte el mínimo fraude.

Robert Dale Owen, experimentando con Slade, había colocado sobre sus propias rodillas, en plena luz, una
ardósia cubierta con una hoja de papel. Una mano fluídica, semejante a la de que habla William Crookes, y
venida de bajo la mesa, apareció y trazó una comunicación en esa hoja de papel:.

“La mano se asemejaba en todo a la de una mujer, en mármore, y tenía dedos delicados. Destacaba -si
visiblemente y terminaba en vapor al nivel del puño. Comenzó a escribir y continuó, a mi vista, durante
dos o tres minutos. Enseguida resbaló dulcemente bajo la mesa. Cinco minutos después, una segunda
mano, menor que la primera, vino, a su turno, escribir y desapareció como la precedente. El primer
mensaje, en inglés, estaba firmada con el nombre de la fallecida mujer del Dr. Slade; la última estaba
escritura en griego.”148

Ninguno de esos fenómenos podría ser considerado una alucinação, pues que cada vez la escritura
permanece como prueba irrecusável de la acción de los Espíritus.

De más extensa comunicación recibida en ardósia es a que el Sr. Owen, redactor del “Golden Gate”,
obtuvo a 24 de diciembre de 1892 con el concurso del médium Evans. Se extendía ella por catorce ardósias
dobles, amarradas y lacradas, que quedaron enteramente escrituras en un cuarto de hora, y se componía
de

148
Oxon, “Psychography”, cap. II, traducción Dusart. Ver también “The Spiritualist”, 1876, II, pág. 162, con el fac -símile de la
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escritura
Denis

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Denis
un millar de palabras.149 Uno otro periodista, redactor del “Light”, obtuvo, por el mismo proceso, un
mensaje de su fallecido padre, en diez colores diferentes. Las ardósias se conservaron cerradas entre sus
manos. Durante todo el tiempo de la experiencia, conversaba él con el médium y le desvía la atención
para varios asuntos. Cada línea de la comunicación es de un color distinguido, no escritura o pintada,
pero como precipitada, por medios que escapan al análisis.150

En Francia, el Dr. Paul Gibier, preparador del Museo, estudió muy particularmente el fenómeno de la
escritura directa. En treinta y tres sesiones, obtuvo él en París, el año de 1886, con el concurso del médium
Slade, mensajes, en ardósias dobles y cerradas, en diferentes lenguas, algunas de las cuales desconocidas
del médium. Se encuentra la reproducción fotográfica de esos mensajes en la obra del Dr. Gibier,
“Espiritismo o Faquirismo Occidental”.

En esas experiencias, el médium ponía simplemente la extremidad de los dedos sobre las ardósias para
transmitir la fuerza psíquica. Una vez, las ardósias le fueron colocadas sobre la cabeza, a la vista de
todos.

Al Congreso Espírita de París, en 1900, el profesor Moutonnier presentó ardósias en que estaban escritos
mensajes de su fallecida hija. Esa manifestación se había producido en América, en casa de las hermanas
Bangs. El profesar era completamente desconocido en ese país y los médiuns lo veían por primera vez. Él
no perdió de vista las ardósias, que no sufrieron el mínimo contacto. La escritura es idéntica a la que en la
Tierra usaba la Srta. Moutonnier.151

Los fenómenos de escritura directa, aunque frecuentes, son pero excedidos en número por los de la
escritura mediúnica. La facultad de los médiuns escreventes es una de las más generalizadas y a que
presenta los más variados aspectos.

Habiendo parecido demasiado lento a correctos experimentadores el proceso de las comunicaciones por
medio de pancadas, imaginaron ellos la construcción de aparatos especiales, como el cuadrante o la
prancheta de escribir,152 a fin de facilitar las manifestaciones. Algunas personas tuvieron la idea de
sustituirse ellas propias a cualquier aparato. Tomando de un lápiz, se abandonaron al impulso exterior y
recibieron comunicaciones, de que no tenían conciencia, y que parecía provengan de Espíritus de
personas fallecidas.

No tardaram, sin embargo, a surgir numerosas dificultades. Antes de todo, se reconoció que el
automatismo de la mano que escribe no constituye, sólo por sí, un fenómeno espírita. Las experiencias de
Gurney y Myers, en Inglaterra, acerca de la escritura de los sonâmbulos despiertos, las de los Srs. Pierre
Janet, Ferré, Dr. Binet, etc., en Francia, demostraron que se puede provocar la escritura automática en un
sensitivo por medio de la sugerencia y dar a ese fenómeno todas las apariencias de la mediunidade.

Sensitivos hipnotizados recibían de los experimentadores orden de representar, al despertar, tal o tal
personaje, escribir órdenes, dictados, referentes al papel que les era impuesto. Habiéndose la sugerencia
realizado exactamente, sin el más pequeño fallo, concluyó el Sr. Pierre Janet, y con él otros sabios, que
habían descubierto en la acción post-hipnótica la explicación de todos los fenómenos de escritura
mediúnica. Los médiuns – dijeron ellos – se sugestionam a sí mismos, o entonces reciben una sugerencia
exterior.

149
Erny – “Le Psychisme Expérimental”, pág. 50.
150
Ver “Moniteur Spirite et Magnétique”, París, 15 de julio de 1899.

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151
Ver la “Resenha del Congreso Espírita y Espiritualista”, deDenis
1900, pág. 201, y “Annales des Scíences Psychiques”, de 1898, con
los fac-símiles de la escritura en ardósia y de la Srta. Moutonnier.
152
Ver 1ª Parte, cap. X.

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Denis
Otros, como Taine y el profesor Flournoy, atribuyen las comunicaciones a la influencia de la personalidad
secundaria, es decir, de un segundo “yo” subconsciente, o “subliminal” que les parece existir en nodos, que
en los casos de mediunidade se sustituiría a la personalidad normal, para actuar sobre el pensamiento y la
mano del sensitivo.

La esas dificultades conviene añadir aún la acción telepática de los vivos, a la distancia, y la transmisión
del pensamiento.

Como se ve, el fenómeno de la escritura mediúnica se prende a los más delicados problemas de la
personalidad y de la conciencia, a los estados anormais del alma, considerada en sus múltiples
manifestaciones.

Son acreedores de nuestro reconocimiento los sabios que estudiaron esos complejos problemas. Sus
investigaciones nos suministraron preciosas indicaciones, que permiten eliminar del dominio de las
investigaciones psíquicas ciertas causas de error. Pero no podríamos aceptar sus conclusiones, tan
exageradas en su exclusivismo como las de los creyentes propensos a ver en todos los fenómenos la
intervención de los seres del otro mundo. In medio stat veritas. Determinadas las causas del error y
cuidadosamente separados los hechos que a ellas se prenden, veremos que resta un gran número de
manifestaciones absolutamente inexplicáveis por las teorías de nuestros contraditores.

Tales son los dictados que concluyen ideas enteramente imprevistas, en oposición a las de los asistentes, y
los que son escritos en lenguas desconocidas de los médiuns. ES preciso recordar, además de eso, las
comunicaciones obtenidas por niños de tierna edad, así como las respuestas científicas y literarias dadas la
personas de modo algún versadas en tales materias; después los autógrafos y las firmas de personas
fallecidas, reproducidas mecánicamente por médiuns que jamás las conocieron y que ningún escrito de su
puño habían visto. El mismo se aplica a las comunicaciones triviales y groseras, obtenidas en grupos
honestos, las cuales demuestran la intervención de una Inteligencia extraña. No se podría, por ejemplo,
atribuir a la sugerencia la palabra “histórica”, que Espíritus atrasados se divierten a dictar por la mesa o
por el lápiz.

Conviene notar que no hay verdadera correlación entre el automatismo de los sensitivos hipnotizados y la
acción del médium escrevente. Este no recibió previamente ninguna influencia hipnótica; no fue buceado
en el sueño y se mantiene en la posesión completa de su libre-arbítrio y gana. Puede repelir, si lo quisiera,
las inspiraciones que recibe y rechazarse a toda cooperación; mientras que el sensitivo hipnotizado se
halla aún, después del despertar, bajo el imperio del sugestionador y subordina su gana a la de él. Sería
incapaz de subtrair-si a su acción, mientras que el médium actúa de pleno y propio grado y presta
voluntariamente el cerebro y la mano, con miras a los resultados que se pretenden.

Otra consideración: el sensitivo hipnotizado sólo pone en práctica la sugerencia en el límite restricto de sus
aptitudes y de sus conocimientos normales. Por ese motivo su lenguaje y sus escritos son siempre de una
acabrunhadora banalidade, enteramente destituidos de las pruebas de identidad y de las revelaciones
espontâneas que constituyen todo el mérito de las comunicaciones espirituales. Vanamente se hay de
sugerir a un sensitivo sin instrucción que él es escritor o poeta; nada producirá de original ni de notable. El
mismo no acontece a los médiuns, cuyos dictados ultrapasan muchas veces la esfera de su saber e
inteligencia. Se han visto aún comunicaciones de gran alcance escrituras por niños.

En esa orden de hechos, es este el criterio: con la sugerencia hipnótica, las producciones de los sensitivos
son siempre adecuadas a su valor normal; en la mediunidade, son casi siempre superiores a la condición y
al.
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saber del escrevente. La escritura automática e inconsciente de las histéricas del Sr. Janet nunca es
espontânea; sólo se produce tras largo adestramento, de educación especial; es, además de eso,
restricta la señoras.

En cuanto a la teoría subliminal, particularmente cara al Sr. Flournoy, es verdad que hay, en la conciencia
profunda de cada uno de nodos, recuerdos, impresiones, conocimientos, provenientes de nuestras
existencias anteriores y aún de la vida actual, los cuales pueden ser despertados en ciertas condiciones,
como lo veremos en el capítulo de las incorporaciones. Pero ese despertar sólo es posible en el estado
sonambúlico y, acabamos de verlo, no es ese el estado de los médiuns escreventes.

El inconsciente, o subconsciente, no es un ser, pero simplemente un estado del ser. Sería incapaz de por sí
aún producir las variadas manifestaciones que pasamos en revista: comunicaciones inteligentes, por
pancadas o escrituras, con o sin lápices o por medio de colores precipitados, y todos los fenómenos que
constituyen el objeto de tales estudios. Y, al demás, siempre se puede preguntar: por qué esos
inconscientes ocultos en nodos serían unánimes en declarar sean Espíritus de muertos? No se percibe que
motivo induciría el Espíritu desprendido del médium, tanto como el inconsciente, a identificarse como el
Espíritu de un otro hombre fallecido. Si existe en nodos una segunda personalidad, que posee aptitudes y
conocimientos superiores a los de la personalidad normal, no debe ella ser menos bien dotada en relación
a la moralidade, y debe tener horror a la mentira. Cómo admitirse, entonces, que toda vez que se
manifiesta se permita el maligno placer de engañarnos?.

La teoría de un ser colectivo consciente, creado por las inteligencias de las personas que toman parte en
las experiencias, no corresponde satisfactoriamente a la realidad de los hechos. ES, al contrario,
destruida por las divergencias de opiniones y los casos de identidad que frecuentemente revelan en las
manifestaciones.

W. Crookes, en todo tan prudente, se pronunció a ese respeto de modo positivo:153

“La inteligencia que dirige esos fenómenos es, a veces, manifiestamente inferior a la del médium
y, no raro, está en oposición directa a sus deseos. Manifestada la determinación de hacer alguna
cosa que se no puede considerar razonable, he visto sean dadas instantes comunicaciones,
invitando a reflejar de nuevo. La inteligencia es, a veces, de tal carácter, que nos lleva a creer que
no emana de ninguna de las personas presentes.”

Todas las explicaciones que se ha buscado dar del conjunto de las manifestaciones, excluyendo la
intervención de los Espíritus, no han podido resista a la imponência de los hechos acumulados, ni a los
procesos de una crítica severa y de un riguroso examen; sólo han conseguido demostrar la insuficiencia de
las investigaciones y de las observaciones de sus autores. La teoría espírita es la única que se adapta a la
inmensa mayoría de los hechos. Dos ventajas incontestáveis presenta: a de explicar todo con el auxilio de
principios simples, claros, fácilmente comprensibles – y esta otra, no menos importante: no haber sido
concebida por experimentadores benévolos, pero ser constante e invariablemente formulada por la causa
inteligente de las manifestaciones.

Dicho esto, pasemos al examen de los hechos.

130 | P á g i n a
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153
Denis pág. 147.
W. Crookes – “Investigaciones sobre los fenómenos del Espiritualismo”,

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Denis
Los hechos de escritura mediúnica son tan antiguos como la Historia. De ellos nos suministran numerosos
ejemplos la Antigüedad y la Edad Media.

Recogido al fondo de una caverna, Maomet va, con febricitante rapidez, cubriendo de caracteres grande
número de hojas, que lanza al azar. Cogidas y coordenadas esas hojas esparsas, que es que se encuentra?
El Alcorão! El propio Cristo interroga el pensamiento supremo y escribe la respuesta sobre la arena, en
ciertas ocasiones, como, por ejemplo, en el caso de la mujer adúltera. Jerônimo Cardan154 declara que sus
obras fueron ejecutadas con la colaboración de un Espíritu.

Casi todos los que han lanzado en el mundo levadura de progreso, de justicia, de verdad, han sido
intermediarios del Además, a la manera de espejos en que se refleja la irradiação del pensamiento
superior. Mayor sería aún su número, si nuestro estado de inferioridade no hiciera difíciles de realizar- si
en nuestro mundo material esas altas manifestaciones. No podría ser determinada en ese dominio la parte
relativa cada mediunidade: la intuição ahí se asocia íntimamente con el automatismo.

Los tiempos modernos la facultad de escribir bajo una acción oculta se ha más nítidamente revelado en
ciertos individuos. Citemos los casos más célebres:

Hudson Tuttle, de Cleveland (Ohio), era a los dieciocho años un simple lavrador, sin educación ni
instrucción, ocupado todos los días en los penosos trabajos de los campos.

Escribió durante noches consecutivas, bajo la inspiración de los Espíritus, un libro admirable, “Arcanes de
la Nature”, que excedía de mucho los conocimientos científicos de la época. No tenía a su alcance ni libros,
ni bibliotecas, porque sus padres vivían en el interior y sólo se ocupaban de agricultura. La obra fue
publicada en 1860, con un apêndice indicando su origen. Tuvo tres ediciones en América, fue después
reeditada en Inglaterra, traducida en alemán por el Dr. Aschenbrenner y publicada en Leipzig.

Particularidad curiosa: el Dr. Büchner, jefe de la escuela materialista alemana, leyó la obra sin prestar al
apêndice la mínima atención, creyó que a hube producido un hombre de Ciencia y de ella extrajo
numerosas citações, que figuran en su célebre libro “Fuerza y Materia”, sin designación de autor.

El Dr. Cyriax lo hizo notar, y cuando Büchner fue a América realizar una serie de conferencias, pasó por
Cleveland y pidió para ver Hudson Tuttle, “desejoso que estaba – decía él – de trabar conocimiento con un
hombre que tan valioso auxilio le hube prestado para la confección de su obra”.

El médium le fue presentado por ocasión de un banquete. Grande fue, sin embargo, la decepción de
Büchner al ver el muchacho; y cuando supo de que modo habían sido escritos los “Arcanes”, creyó que era
una burla. El Dr. Cyriax y el Sr. Teime, editor del periódico alemán de Cleveland, tuvieron gra nde dificultad
en dissuadi-lo.155

El gran escritor Hasden, senador romeno, historiador y filólogo, contaba 53 años, cuando perdió la hija
única, vitimada a los 16 años por la tuberculosis. Esa pérdida provocó nueva orientación en el espíritu de
Hasden, dando motivo a su iniciación en el Espiritismo, conforme lo explicó él en el prefácio de “Sic
Medito”, la única de sus obras escritas sobre el asunto:

154
Cardan – “De Rerum Varietate”, VIII, passim.
155
Carl du Prel, “Dé Spiritismus”, pág. 44, citado por Aksakof, “Animismo y Espiritismo”, cap. III, 4.

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“Habían transcurridos seis meses de la muerte de mi hija; estábamos en marzo (1889), hube cesado el
Invierno, tardando, sin embargo, aún la Primavera. En una tarde húmeda y desagradable, hallaba -me yo,
solo, sentado a mi mesa de trabajo, teniendo, como de costumbre, delante de mí una resma de hojas de
papel y varios lápices.

Como fue? Lo ignoro; pero, sin el saber, mi mano tomó un lápiz, cuya punta apoyó sobre el papel, y yo
comencé a sentir en la têmpora izquierda pancadas rápidas e intensas, exactamente como se en ella me
hubieran introducido un aparato telegráfico. De repente, la mano se me post en movimiento, sin parar.
Cinco minutos, a lo sumo. Cuando se me detuvo el brazo y el lápiz me escapó de los dedos, creí despertar
de un sueño, correcto aunque que estaba de no haber adormecido. Miré para el papel y leí sin la más
pequeña dificultad

“Soy feliz; te amo, hemos de hacernos a ver; eso te debe bastar. – Julie Hasden.”156

Estaba escrito y firmado con la propia letra de mi hija.”

Toda la obra “Sic Medito” se destina a explicar ese hecho, el primero de una larga serie de comunicaciones
espíritas que se habían de establecer entre el Espíritu Júlia Hasden, la “Lilica”, como le llamaba el padre, y
la inteligencia, extremadamente sugestionável y bajo viva tensión, del propio Hasden.

Las comunicaciones mediúnicas ejercieron desde entonces influencia incluso en los trabajos literarios de
Hasden. En un artículo a su respeto, publicado en el “Mercure de France”, de 16 de noviembre de 1907,
el Sr. M. Craiovan reproduce el fac-símile de algunas líneas de escritura automática obtenida por Hasden,
en una sesión de Espiritismo realizada en su casa, el día 13 de noviembre de 1890, en la cual tomaron parte
lo
D. Steiner, los profesores Florescu y Sperantia, el jinete de Sazzara, cônsul-general austro-húngaro, y,
finalmente, V. Cosmovici, que sirvió de médium. De repente Hasden recibió, en ruso, una comunicación,
que parecía proveniente de su padre, cuyo texto rezaba así: “En la calidad de último descendiente de la
familia, debes desarrollar el tesoro de la lengua moldávia: Etimologicum magnum Romaniae.”

Ese documento automático tuvo siempre para Hasden el valor de verdadera revelación, probándole la
realidad de las inspiraciones que se hacían sentir en su vida mental. Él hizo, y no sin un correcto espíritu
crítico, larga exposición de los motivos que lo llevaron a creer en el carácter espirítico de esa revelación,
ya teniéndole, al demás, callado en el ánimo la idea, por Luiz Figuier expuesta, de que los artistas,
pensadores y escritores, tras haber perdido un ser caro, sienten una como ampliación de sus facultades.
Dir- se-iba que las aptitudes intelectuales de la persona fallecida vienen a añadirse a sus y enriquecer -les el
genio. De todo modo, esa comunicación mediúnica valió a la România una obra filológica que, aunque no
habiendo quedado terminada, es indudablemente uno de los más preciosos tesoros de su lengua.

Un día, en que remoques idiotas alcanzaban su Espiritismo, “única religión experimental!” posible, en su
opinión, Hasden se creyó gracias a demostrar su buena-fe:

“En Historia – escribió él – en Filologia, en todas las esferas del conocimiento, siempre fui
escéptico, repelindo el autoritarismo de cima y la popularidad acá de bajo, y por toda parte
franqueándome, mediante mis propias investigaciones y yendo a la fuente de todo, un rumbo
nuevo,

156
Comunicación en francés, en el texto original.
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bueno o malo, conforme lo entendía, pero con el corazón limpio, sin temor de quienquiera que
fuera, sin utilidad personal, sin bajulação ni preconício.” (Sic Medito, capítulo I)157

El reverendo Stainton Moses, pastor de la Iglesia Anglicana, erudito y venerado pensador, muy imbuído de
los dogmas de la teologia protestante, vino a hacerse médium escrevente mecánico. En su obra
“Enseñanzas Espiritualistas”, expone él el estado de espíritu en que acogía las comunicaciones del mundo
invisible. Las ideas, para él nuevas, que contenían los dictados, le provocaban protestas, y sólo tras muchas
luchas interiores fue que acabó por adoptarlas como más acordes con la justicia y la bondad de Dios..

Empleó siempre el máximo cuidado en evitar que sus propios pensamientos ejercieran cualquier influencia
sobre los asuntos tratados, a punto de ponerse a leer, en el propio texto, obras griegas, mientras su mano
obedecía al impulso extraño.

Había entre él y sus instructores espirituales, conocidos bajo los nombres de Imperator, Rector y Prudens,
tal divergencia de opiniones, que es verdaderamente imposible atribuir esas personalidades distinguidas a
desdoblamientos inconscientes del médium.

Stainton Moses afirma que esos Espíritus muchas veces le revelaban hechos absolutamente desconocidos
de todas las personas que tomaban parte en las sesiones, hechos ulteriormente reconocidos verdaderos.

Aquí está uno de esos casos, extraído de la obra arriba indicada:158

“El día 29 de marzo de 1894 fue escrita una comunicación en mi canhenho. La letra me era
desconocida, muy trêmula y desigual; parecía trazada por persona extremadamente anciana y
débil. La firma se conservó un enigma, hasta que fue descifrada por el Espíritu-fiscal. Ese dictado
provenía de una vieja, de quien jamás yo hube oído hablar, y que hube fallecido con más de 90
años, en una casa poco distante de aquella en que se reunía nuestro grupo. El nombre del lugar en
que se habían pasado los primeros años de esa señora, su edad, la fecha del falecimento, fueron
dados con la máxima exactitud. El Espíritu hube dejado la Tierra había algunos meses. Al
despertar en el Espacio, lo hube atraído su vieja habitación, después el grupo, que se hallaba en la
vecindad inmediata.”

En Francia encontramos los mismos hechos. Un correcto número de obras fueron escritas o dictadas por
los Espíritus.

Se puede citar: “La Clef de la Vie”, dos gruesos volúmenes escritos en 1856 por Michel de Figanières,
joven campesino del Var, de 22 años de edad, y que fueron señalados en el “Le Siècle”, en un excelente
artículo de Louis Jourdan; “Les vies mysterieuses et successives de l'être humain et de l'être terre”;159
después “Les

157
Ver, en cuanto a otras particularidades, “Annales des Sciences Psychiques”, noviembre de 1907, y “Revue Scientifique et
Morale du Spiritisme”, marco de 1911.
158
“Enseñanzas Espiritualistas”, sección IV, pág. 57, Leymarie, editor. Ver también “Revue Scientifique et Morale du Spiritisme”,
agosto y diciembre de 1899, y “Revue Spirite”, junio de 1902, traducción Dusart.
159
París, Ghio y Fischbacher, editores.

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origines et les fines”,160 obra importante obtenida por la acción mediúnica de diversas señoras lionesas,
solapando las manos unas a las otras.

Debemos, además de eso, señalar “Le Survie, écho de l'au-de-là”, colección de notables comunicaciones
dictadas por Espíritus y publicadas por la Sra. Noeggerath, en 1897,161 con prefácio del Sr. Camille
Flammarion.

El “Bulletin de la Société d'Études Psychiques de Nancy”, 1901, 162 publicó una comunicación transmitida
en sesión de esa sociedad, a 29 de marzo, por el Sr. Fouquet, redactor-jefe de la “Étoile de l'Est”, sobre
fenómenos de escritura mediúnica, obtenidos en su presencia por el Sr. P., su colaborador, materialista
engreído. De ella destacaremos los siguientes pasajes:

“La escritura variaba al infinito, conforme el Espíritu que dictaba. Se reconocía fácilmente cada
una de ellas e inmediatamente a las primeras palabras ya sabíamos con quienes nos hayamos.

En esos dictados tan dessemelhantes, jamás reconocí el estilo del Sr. P., y le habría sido preciso
notable talento de falsário para revestir tan múltiples formas.

P. ignoraba absolutamente lo que escribía. Mientras su mano trazaba los caracteres, el mirar se le
hacía ligeramente fijo y nunca se volvía en la dirección del papel. Sin embargo, él no dormía.

Un día, se manifestó nueva personalidad, bajo el nombre de Alfantis, diciendo haber vivido el siglo
VII, en la Armênia, donde era pontífice. Desconfiamos de una mistificação y le dijimos: Dai-en los
vuestro nombre en caracteres armênios.

Inmediatamente la letra del médium cambió, y venimos a aparecer una especie de firma en
caracteres desconocidos, después una frase completa, en caracteres análogos y, enseguida, la
traducción.

Ninguno de nodos sabía el armênio y no podíamos, así, hacer la verificación. Tuve la idea de pedir
al Espíritu el alfabeto armênio, a fin de tener un medio de quitar la prueba. Vino el alfabeto, con
las letras correspondientes. Comparándolas con las frases escritas antes y el propio nombre de
Alfantis, reconocemos que había concordancia.

Alfantis nos dio, sobre la historia y la geografía de la antigua Armênia, informaciones que en
parte pudimos verificar. El médium no conocía esas particularidades.

Los experimentadores no consiguieron obtener fragmento alguno de escritura armênia del siglo
VII, pero únicamente una frase en armênio moderno. Aunque muy diferente una de la otra –,
como sería el francés moderno comparado con lo del siglo VII – el Espíritu pudo la traducís y un
estudiante búlgaro, que conocía un poco el armênio, confirmó la traducción.”

160
París, Leymarie, editor.
161
Ídem, Ibidem.
162
Págs. 92 y siguientes.

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Extraeremos de la memoria presentada por el Dr. Dusart al Congreso Espírita de París, en 1900,163 los
párrafos siguientes, relativos a los médiuns escreventes que él utiliza en sus experiencias:

“Maria D. escribe automáticamente. El carácter de la escritura y la ortografía varían conforme


los manifestantes. El autor es reconocido antes que haya firmado el nombre. En muchos casos, el
enfrentamiento entre la escritura del desencarnado y a de que él usaba cuando en la Tierra, acusa
admirable semejanza.

Cuatro criancinhas, de 9 a 23 meses y de 3 a 4 años, escribieron sós, o reunidas a una misma


mesa. Las comunicaciones obtenidas, cuando eran simultáneas, representaban el mismo
pensamiento bajo tres formas diferentes. Esos niños agitaban los brazos y las manos, como para
escapar a una constrição.

La Sra. B., lavradora, completamente iletrada, hasta tal punto que más de un mê s de lecciones y
de esfuerzos no consiguieron habituarla a firmar su firma, en un acto ante el tabelião, obtuvo,
bajo la influencia de un Espíritu, media página de una escritura, informe, conteniendo varios
consejos.”

Citaremos aún, reproduciéndolo de la revista “Luce y Ombra”, de Milán (julio de 1905), este hecho:

“Modesto porteiro de la repartição de los Correos, llamado Peziárdi, apenas conocía un poco del
italiano y, no obstante, escribía poesías en lenguas que ignoraba. Cierta noche, llenó una hoja de
papel almaço con una serie de señales que nadie conseguía interpretar. Fue presentado ese
extraño escrito al profesor Gorrésio, célebre paleógrafo, hace ese tiempo director de la Biblioteca
de la Universidad. Profundamente admirado, preguntó él quien había escrito semejante página, y
le fue narrada toda la ocurrencia. Imposible sería de describirse el asombro del sabio y más aún lo
del visitante, al saber que aquel escrito era la reproducción integral de una inscripción rúnica,
había muchos años, conservada intraduzível en el Museo de Arqueología, y que diversas veces el
profesor Gorrésio hube intentado interpretar, pero inútilmente, porque el tiempo había borrado
muchas señales; además de eso, estando quebrada la piedra, fuera imposible adivinar el resto. De
posesión ahora del texto completo, leía él que un correcto jefe bárbaro imploraba la protección
de la divindade para su tribu, etc. Desde ese día, se convirtió Gorrésio al Espiritismo. En una sesión
subseqüente, se manifestó el jefe bárbaro, declarando exacta la traducción del paleógrafo y
añadiendo que su inscripción fuera despedazada por un rayo.”

Bajo el nombre de cross-correspondence, los experimentadores ingleses imaginaron, mediante la


escritura mediúnica, un nuevo proceso comunicacional, que sería de naturaleza a establecer, del modo más
positivo, la identidad de los manifestantes.

Son estos los términos en que el Sr. Oliver Lodge, rector de la Universidad de Birmingham, relata esas
experiencias en su discurso, de 30 de enero de 1908, en la “Society sea Psychical Researchs”:

“Comprendieron tan así como nodos los ostensivos comunicantes la necesidad de las pruebas de
identidad y emplearon todos los esfuerzos para satisfacer esa exigencia racional. Algunos de entre
nodos entienden que lo consiguieron; otros dudan aún. Pertenezco al número de los que,

163
Ver la “Resenha del Congreso Espírita y Espiritualista”, de París, 1900, pág. 185.

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deseando obtener nuevas pruebas, más eficientes y continuas, piensan, sin embargo, que ya fue
dado un gran paso y que es legítimo admitir esos lúcidos momentos de correspondencia con las
personas fallecidas, que, en los mejores casos, vienen a traernos nueva suma de argumentos, como
a hacer de esa hipótesis la mejor hipótesis de trabajo. 164

Hallamos, con efecto, que amigos cuya pérdida lamentamos, como Ed. Gurney, Rich, Hodgson, F.
Myers y otros menos conocidos, parece entren con nosotros en comunicación constante, con la
idea bien determinada y expresa de pacientemente en los demostrar su identidad y en los
permitir la verificación recíproca de médiuns extraños entre sí. Hallamos, igualmente, que sus
respuestas la preguntas especiales son dadas por forma que caracteriza su bien conocida
personalidad y revela conocimientos que eran de su cualificación.

La “cross-correspondence” – añade Sir Lodge – es decir, parte de una comunicación recibida por
un médium y otra parte por otro médium, no pudiendo cada una de esas partes ser comprendida
sin el complemento de la otra, constituye excelente prueba de que una misma inteligencia opera
en los dos automatistas. Si, además de eso, el mensaje trae los característicos de una persona
fallecida y a ese título es recibida por personas que no a conocían íntimamente, se puede ver en
ese hecho la prueba de la persistencia de la actividad intelectual de esa persona. Si de ella,
finalmente, recibimos un tramo de crítica literaria que está eminentemente en su feitio y no
podría provenir de individuos ordinarios, entonces yo declaro que tal prueba es de todo punto
concludente, con tendencia a adquirir el carácter de crucial. Tales son las especies de pruebas
que la sociedad puede comunicar sobre ese punto.

Las fronteras entre los dos estados, el presente y el futuro, son aún apreciabais, pero tienden la
esbater-si gradualmente. Tal como, en medio del estrépito de las aguas y de los varios ruidos,
durante la perforación de un túnel, percibimos de cuando en cuando el rumor de los escavadores
que del otro lado se encaminan para nodos, así oímos, a intervalos, la percusión de nuestros
camaradas que pasaron para el Además.”

A eso no se limitaron los ingleses, dato el espíritu de iniciativa que les es propio. Fundaron una oficina de
comunicaciones regulares con el otro mundo, y fue el intrépido escritor W. Stead quién lo instaló en
Londres, la ejemplares de una amiga desencarnada, Srta. Júlia Ames. De ahí su denominación: Oficina
Júlia. Se propone ese Espíritu venir en auxilio así de todos los desencarnados desejosos de entrar en relación
con los vivos que aquí dejaron, como de los encarnados aflitos por la pérdida de un ente caro. Para ser
admitido a solicitar comunicación, Júlia, que dirige personalmente las sesiones, sólo exige dos cosas:
afeição lícita y sincera entre el vivo y el muerto y estudio previo del problema espírita. Ninguna
retribución es por ella admitida. El postulante, una vez tomado en consideración su pedido, es llevado a la
presencia de tres médiuns diferentes y todos los resultados son registrados.

Esa oficina ya consiguió, desde su fundación, establecer numerosas relaciones con lo Invisible. “Lanzó

un puente de una el otro margen del túmulo”, dijo con alguna razón W. Stead.

La clientela de la Oficina Júlia es, sobre todo, compuesta de personas ilustres e instruidas: doctores,
abogados, profesores, etc. Un reportero del “Daily News” escribe que acompañó, correcto día, un bien

164
El lenguaje es un tanto hirta y, de cierto modo, obscura, propia sin embargo del estilo inglés. Cingimo -nos, sin embargo, el
más fielmente posible a los términos de la versión francesa.

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conocido autor, cuyo nombre causaría admiración saberse conectado a ese negocio. Deseaba obtener él
la manifestación de un amigo fallecido. Concedida por Júlia la autorización, fue él, conforme la praxe,
puesto en contacto sucesivo con tres médiuns, asistidos por un estenógrafo, siendo labrada minuciosa acta
de cada sesión. En una de las sesiones, fue la casa de su residencia exactamente descrita, con las
respectivas adjacências; en una otra, recibió él un mensaje, que reconoció provenir con certeza de su
fallecido amigo.

En resenha publicada en el “Light”, de Londres, así se expresa el Sr. W. Stead:

“En el espacio de dos años, 500 pedidos nos vinieron de toda parte. Sobre ese total, nunca
vinimos a saber el resultado de 126 por comunicación de los interesados; de estos, 171 nos
escribieron afirmando la convicción de haber sido puestos en comunicación con los parientes
fallecidos; 80 respondieron que el resultado era tal vez satisfactorio, pero no lo podían asegurar;
53, finalmente, declararon no haber recibido comunicaciones auténticas. Los éxitos fueron más
numerosos del que sería lícito esperar y de molde a excluir la hipótesis de poder ser invocada la
telepatia para explicar los mensajes obtenidos. Los postulantes declararon que, cuando fijaban la
atención en un asunto, nunca era ese el explanado y las pruebas obtenidas no eran las que las
preguntas reclamaban. La telepatia, por lo tanto, no puede explicar tales hechos.”

El estudio de esos fenómenos demuestra que los médiuns escreventes deben ser clasificados en tres
categorías, según la naturaleza de sus facultades. Son ellos:

1º- Puramente autômatos – no tienen conciencia del que escriben; sólo el brazo les es influenciado;
sus movimientos son bruscos y sacudidos y ellos tienen a veces cierta dificultad en leer lo que
obtuvieron. Esa facultad es a que mayor garantía oferta, no siendo el médium más que un
instrumento, o, antes, un agente pasivo, cuyo pensamiento y gana se conservan independientes
de los movimientos de la mano.

2º- Escreventes semimecânicos, en los cuales el cerebro y la mano son igualmente impresionados. T êm
conciencia del que escriben y las palabras les acodem a la mente en el propio momento en que
son lanzadas en el papel.

3º- Escreventes intuitivos o inspirados, en los cuales sólo el cerebro es influenciado. Esa facultad es
incierta, a veces ilusória, porque los pensamientos del individuo se mezclan frecuentemente con
los del inspirador oculto y es difícil los distinguís unos de los otros. De ahí la hesitação de ciertos
médiuns de esa naturaleza. No deben ellos, sin embargo, despreciar ese modo de trabajo, que se
perfecciona con el ejercicio y puede hacerse con el tiempo precioso método comunicacional..

Tenemos muchas veces notado este hecho en la mediunidade intuitiva. La parte de intervención
intelectual del médium, considerable al comienzo en las comunicaciones, hasta tal punto que se
llega a dudar del propio carácter de esa facultad, disminuye poco a poco, y la parte de intervención
del Espíritu aumenta gradualmente, hasta hacerse preponderante. Siempre se encontrarán, en las
comunicaciones obtenidas, términos, expresiones, construcciones de frases familiares al médium,
de los cuales hace él habitual empleo, pero la originalidad, la divergencia de las ideas y opiniones
expresas se afirmarán cada vez más, así como su superioridade sobre las del sensitivo.

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A los médiuns que a sí mismos quisieran posiblemente atribuir el mérito de las comunicaciones
obtenidas, apuntaremos el siguiente hecho, referido por el Capitán Bloume, en su carta al Sr. L. Gordy,
publicada por “Le Messager”, de Liège, de 15 de abril de 1900:

“En un grupo de oficiales del 57º de línea, uno 2º teniente, hombre muy vulgar en el que se refiere
al espíritu e inteligencia, poco instruido, pero bueno médium, estaba persuadido de quitar de su
propio cerebro belíssimas comunicaciones morales, y comenzaba la presumir-si un inmenso
talento personal como escritor, cuando un bello día, en el serán hebdomadário, en medio de una
bonita frase, para repentinamente. Imposible continuar; su cerebro se rechaza absolutamente a
producir la mínima cosa. Durante ese tiempo, un otro médium explicaba que, sin que se hubiera
pedido, los Espíritus daban una lección de humildade a ese médium presunçoso.

En otra sesión, ese mismo médium escribía, sobre tres hojas de papel justapostas, tres
comunicaciones completamente diferentes, redactando sólo una línea en cada hoja
sucesivamente, y eso con la mayor claridad y la rapidez habitual.”

En el curso de numerosas sesiones de experimentación, muchas veces nos aconteció proponer la


médiuns intuitivos cuestiones improvisadas, de orden assaz elevada e intencionalmente abstracta,
mucho por encima de sus concepciones personales. Eran resueltas de una asentada, en dictados bien
extensos, cuya forma, tan notable como el fondo, no comportaba modificaciones ni enmiendas, cosa
que los sensitivos habrían sido incapaces de hacer por sí mismos, sin asistencia oculta.

No obstante las diferencias de opiniones y de educación religiosa que distinguían entre sí nuestros
médiuns, todas las indicaciones que recibían y transmitían acerca de la vida futura y de la evolución de las
almas eran idénticas en sus grandes líneas, en sus aspectos esenciales. Uno de ellos, muy refratário a la
creencia en las existencias sucesivas, recibía diariamente comunicaciones sobre la reencarnação y sus
leyes. Otros, muy imbuídos de las ideas católicas o protestantes ortodoxas, obtenían dictados
demonstrativos de que las concepciones de paraíso y de infierno son erróneas, o por lo menos alegóricas,
y no se basan en nada de real, y finalmente un conjunto de nociones sobre el Además, que diferían
esencialmente de las que les eran familiares y les habían sido profundamente incutidas desde la infancia..

Esas manifestaciones eran muchas veces confirmadas por la visita y descripción de los Espíritus, que se
conservaban al pie de los sensitivos y los dirigían e inspiraban. En esas condiciones, el médium vidente
completaba el médium escrevente. ES bueno haber así, en un grupo, algunos sensitivos cuyas diferentes
facultades sirven recíprocamente de contraprova.

La mediunidade intuitiva, decíamos nodos, no debe ser desdeñada, porque con el ejercicio se desarrolla y
se hace bien definida. Sin embargo, es preciso – como acerca de todas las producciones mediúnicas –
jamás dejar de someter sus resultados a la inspección de nuestro criterio y raciocínio..

No es la credulidade más pequeño mal que el escepticismo intransigente. El discernimento y una


correcta educación científica son necesarios para determinar el verdadero origen y el valor de las
comunicaciones, para hacer la distinción entre las diferentes causas que intervienen en el fenómeno.

La autenticidade de los mensajes es, a veces, difícil de establecerse. El abuso de nombres célebres, de
personalidades veneradas entre los hombres es frecuentemente practicado y se hace un elemento de
duda y de confusión para los observadores. Ciertas producciones, de deplorável banalidade, en un estilo
incorretíssimo, suscritas por nombres ilustres, despiertan la desconfianza y llevan muchas personas a

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considerar el Espiritismo una grosera mistificação. Para el analista tranquilo e imparcial esos abusos
demuestran simplemente una cosa: es que el autor del dictado ni siempre es lo que dice ser. En el
mundo invisible, como entre nodos, hay Espíritus embusteros, siempre listos a apropiarse de títulos o
merecimentos, a que ningún derecho poseen, con el fin de imponerse al vulgo.

ES, por lo tanto, necesario dar más atención al propio contenido de las comunicaciones que al nombre que
las suscribe. Por la obra se juzga el obrero. Los Espíritus superiores, para hacerse reconocer, en lugar de los
nombres que usaban en la Tierra, adoptan de bueno grado hayamos alegóricos.

En regla, los nombres y títulos no tienen en el otro mundo la importancia que les damos. Los juicios del
Espacio no son los de la Tierra, y muchos nombres que fulguram en la historia humana se eclipsam en la
otra vida. Las obras de dedicación, amor y caridad constituyen allá valiosos y duraderos títulos. Los que las
edificaron ni siempre han dejado sus nombres en la memoria de los hombres. Pasaron obscuros, casi
desconocidos en este mundo, pero la ley divina consagró su existencia y su alma refulge con uno brillo que
muchos Espíritus, reputados grandes entre nodos, están lejos de poseer..

Hay en las regiones inferiores del Espacio, como en la Tierra, Espíritus sofísticos que tratan de impingir sus
concepciones bajo la portada de nombres pomposos. En ellos, el error se disimula bajo las formas austeras
o sedutoras, que iludem, y son por eso aún más peligrosas. ES principalmente en tales casos que se debe
ejercer nuestro discernimento. No debemos adoptar las opiniones de un Espíritu, simplemente porque se
trata de un Espíritu, pero únicamente se nos parecen justas y buenas. Debemos discutir y averiguar las
producciones del Además con la misma libertad de apreciación con que juzgamos las de los autores
terrestres. El Espíritu no es más que un hombre liberado de su cuerpo carnal; con la muerte no adquiere la
infalibilidade. El espacio que nos envuelve es poblado de una multitud invisible poco evolucionada. Por
encima de ella, sin embargo, hay elevadas y nobles Inteligencias, cuyas enseñanzas nos deben ser
preciosos. Podemos reconocerlas por la sabiduría que las inspira, por la claridad y amplitud de sus
apreciaciones.

Una objeção nos ha sido algunas veces formulada. Diversos grupos evocan el mismo Espíritu y obtienen, a
la vez, comunicaciones firmadas por él. Se debe ver siempre en eso un embuste? No. Sabemos que el poder
del pensamiento se engrandece con la elevación del Espíritu y su irradiação puede comprender un círculo
vastíssimo. El alma, llegada a un elevado grado de adiantamento, hace -si un foco poderoso cuyas
irradiações pueden penetrar en todo lugar donde una súplica y una evocação le es dirigida. ES lo que debe
haber hecho creer, en ciertos casos, en el don de la ubiqüidade.

La deficiencia de ciertas comunicaciones no provém únicamente de los que las dictan: se puede también la
atribuya a la falta de aptitud, de preparo, de conocimientos del médium que las recibe. Espíritus de real
valor se ven muchas veces reducidos a emplear instrumentos imperfeitíssimos, por medio de los cuales no
percibimos más que enflaquecidas manifestaciones de su pensamiento, pálidos reflejos de su genio.

En la generalidad de los casos, médiuns imperfeitos sólo consiguen transmitir comunicaciones imperfeitas,
en el que se refiere al lenguaje y a la riqueza de las ideas; pero hay también organizaciones mediúnicas
admirables, que se prestan, con una facilidad que llega a ser prodigiosa, a las intenciones del Espíritu.
Venimos en París, en casa de la Duquesa de P. y noutros centros, una joven médium, la Srta. J. D., que, en
una obscuridade casi completa, llenaba en muy poco tiempo numerosas páginas de una escritura rápida y
corriente. Esos dictados siempre se refirieron a las más altas cuestiones de moral y de filosofía. En un
estilo grandioso, expresaban los más nobles pensamientos. Era un profundo encanto oírles la lectura y,

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a pesar de no traer firma, provenían, a buen seguro posible, de las más brillantes Inteligencias del
Espacio.

Las contradicciones que presentan correctos dictados entre sí y la raridade de las pruebas de identidad
constituyen también grandes motivos de incertidumbre. Así, por ejemplo, comunicaciones firma de las por
parientes nuestros ni siempre ofertan el carácter de autenticidade que en ellas nos agradaría encontrar.
Muchas incoerências deben ser antes atribuidas a los obstáculos encontrados por los manifestantes, que a
la intención de engañar. Si a los que evocamos falta la aptitud para comunicarse, tienen que recurrir a
intermediarios, a Espíritus más expertos, que tomarán su nombre, a fin de hacer más inteligível o más
eficaz la comunicación. De ahí ciertas inexatidões o deficiencias, imputabais a los transmisores.

Nuestros medios de percepción, de investigación y análisis son aún débiles y, en la mayoría de los casos,
nada hacemos del que es necesario, como método de adestramento moral y físico, para establecer la
comunicación en más perfectas condiciones.

En el médium inspirado debe la razón equilibrarse con la intuição. Esta es siempre segura y fecunda,
cuando provém de las almas elevadas; es a veces enganadora y peligrosa cuando emana de Espíritus de
orden inferior, cuyas ideas y apreciaciones son erróneas.

En esto, como en todo que se refiere a nuestras relaciones con el mundo oculto, sólo hay una regla:
espiritualizar-si. La materia es cual muralla que se ergue entre nodos y lo Invisible. Busquemos por todos
los medios atenuarle la opacidad. Para eso es preciso recurrir a los seres superiores y, por las irradiações
de nuestra alma, facilitar la comunhão con ellos. No empleemos sino con respeto y desinteresse las
facultades que nos son concedidas, es decir, nunca las utilicemos a pretexto o para intereses materiales,
pero visando únicamente nuestro bien moral. Mientras más se desprende el médium de las influencias
terrestres, más se engrandecen y aprimoram sus facultades.

La escritura mediúnica reviste algunas veces las más caprichosas formas. Mientras fuera de la influencia
oculta, los médiuns serían incapaces de escribir en esas condiciones, algunos obtienen la escritura
invertida, también denominada “escritura en espejo”, legible solamente por medio de un espejo. Otros
escriben a las avessas, de tal suerte que es preciso leer sus producciones en sentido inverso, comenzando
las frases por la última letra y terminando en la primera. 165

En los “Proceedings de la S. P. R.”, Frederic Myers menciona el siguiente caso:

“La viuda de un clérigo ponía absolutamente en duda la escritura automática: “Cogiera yo en un


lápiz – decía ella – hasta a la consumación de los siglos, y mía, mano sólo escribiría lo que yo
quisiera.” No tardou, sin embargo, a entrarle la mano en movimiento, mientras ella desafiaba el
Espíritu a escribir el nombre y mofaba de su incapacidad en tal sentido. Era un tanto ilógico, pues
la mano le era ya vencida por el movimiento, a pesar de los esfuerzos que hacía por imobilizá-la. Y
rabiscava, contra la gana, líneas incoherentes, que una resistencia intencional desfigurava por
completo. Abandonó por fin el lápiz, cantando victoria. He ahí aquí, sin embargo, el ardil; se
acordó una de las personas presentes de colocar el papel frente a un espejo, y todos pudieron
leer: – “Unkind, my name is Norman.” (Malo! Mi nombre es Norman.) ES evidente que la gana
hostil del sensitivo

165
En Brasil, así obtuvo el médium Francisco Candido Xavier la transmisión de una poesía, en inglés, lengua que le era desconocida.
– (Nota de la Editora)
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habría impedido ese borrador, si la formación de los caracteres en el sentido normal hubiera
podido ser acompañada por la vista.”166

La esa orden de fenómenos se halla conectado un conjunto de trabajos que no podríamos pasar en
silencio. Se trata de dibujos ejecutados, quiere la pena, quiere a lápiz, por personas que no tenían que
dibujo la mínima noción. Cubren el papel de hojas, de flores extrañas y monas de colores brillantes, de
arabescos, de animales, ora de pura fantasia, ora imitando la flora o la fauna de planetas lejanos.

Victorien Sardou obtuvo gravuras representando construcciones ideales. Hugo d'Alési diseñó retratos de
personas fallecidas, cuya semejanza fue reconocida. Helena Smith, completamente ignorante del asunto,
pintó cuadros que impresionan. Rosa Agullana y Según Oliver obtuvieron perturbadores dibujos, ornatos,
flores, figuras extrañas, o ejecutaron deliciosos trabajos. Se puede decir que la mediunidade se presta a mil
variadas obras. Un bueno médium es como una lira, que vibra bajo el impulso de los Espíritus.

En el Congreso Espírita, efectuado en París, en septiembre de 1900, a la calle d'Atenas, algunas de esas
obras fueron coleccionadas en una sala especial y expuestas a la curiosidad del público.

Atrajo particularmente la atención una serie de retratos obtenidos automáticamente por el Sr. Fernand
Desmoulins, pintor de talento, muy conocido en el mundo parisiense. Había figuras de sueño y de asombro,
cuya vista causaba desagradable impresión; perfiles deliciosos, de melancólica sonrisa; cabezas de
supliciados, que expresaban un dolor horrible; semblantes de una intensidad de expresión extraordinaria,
de mirar súplices o interrogativos..

Esos dibujos habían sido ejecutados, ora oblicuamente, las más de las veces a las avessas, otras en la
obscuridade o con los ojos cerrados, bajo el imperio de una gana extraña – a de un invisible, que firma:
“El Preceptor”.

El Sr. Desmoulins emplea de diez a veinte minutos para hacer esos cuadros, mientras que le son
necesarios cinco o seis días para componer uno de los de su autoría.

Su mano diseña con vertiginosa rapidez, sin que él tenga la mínima conciencia del que hace. Se pone a
asestarla curiosamente y él propio lo dice: 167

“Ella trabaja a la manera de Rodin. Muchas veces es arrebatada con la rapidez del rayo, en una
suerte de turbilhão o de giro fulgurante. Curvas, volutas y líneas rectas, ojos, nariz, boca y
cabellos, todo es trazado, diseñado en un ápice. Un retrato hecho a las avessas representa una
vieja de semblante contraído, apoyando la cabeza en la mano. Ora, yo comencé por diseñar el
brazo a la inversa, y como me era naturalmente imposible reconocer que diseñaba un brazo, me
puse la indagar cual podría ser el objeto que esbozaba.”

-------------------------------------

“Cuando el Espíritu quiere hacer, por nuestro intermédio, correctos retoques, opera de este
modo: el lápiz, que empunho, traza, inconscientemente por mi parte, antes de todo, un círculo en
determinada parte del rostro – a que él desea modificar – después la punta del lápiz es
conducida
166
Ver “Revue Scientifique et Morale du Spiritisme”, junio de 1906.
167
“L'Eclair” de 10 de octubre de 1900.

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para fuera de la parte diseñada, a una esquina del papel, donde escribe: borra. Sé lo que eso
quiere decir; con mi goma borro la parte comprendida por el círculo y retomo el lápiz.

Él le gusta, sobre todo, de causarme admiración. ES así que varias veces me ha hecho ejecutar, en
presencia de terceros, retratos de personas que yo nunca vi y que se verifica sean, quiere
parientes, quiere amigos (fallecidos) de las personas que me cercaban, y que me atribuían, no sin
espanto, esas especies de instantáneos dlo Invisible.

No tengo – yo, el escrupuloso y amigo de la exactitud – la mínima relación con ese extravagante
“preceptor”, que hace un retrato comenzando por donde se acaba, sin cuidar donde colocará los
ojos, la nariz y la boca.”.

Así se afirma, bajo mil formas, extrañas, inesperadas, variadíssimas, la comunhão del visible con lo Invisible,
la colaboración del hombre y del Espíritu. Y por ella quedamos sabiendo que la muerte es irreal. Todas las
almas actúan y trabajan, tanto en la carne como fuera de ella. La vida reviste aspectos diferentes, pero no
tiene fin!

XIX - Transe e Incorporaciones


El estado de transe es ese grado de sueño magnético que permite al cuerpo fluídico externalizarse,
desprenderse del cuerpo carnal, y al alma hacer a vivir por un instante su vida libre e independiente. La
criba, sin embargo, nunca es completa; la criba absoluta sería la muerte. Un lazo invisible continúa a
prender el alma a su envolvente terrestre. Semejante al hilo telefónico que asegura la transmisión entre
dos puntos, ese lazo fluídico permite al alma desprendida transmitir sus impresiones por los órganos del
cuerpo adormecido. En el transe, el médium habla, se mueve, escribe automáticamente; de esos actos, sin
embargo, ningún recuerdo conserva al despertar.

El estado de transe puede ser provocado, quiere por la acción de un magnetizador, quiere pela de un
Espíritu. Bajo el influxo magnético, los lazos que unen los dos cuerpos se afrouxam. El alma, con su cuerpo
sut il, se va emancipando poco a poco; recobra el uso de sus poderes ocultos, comprimidos por la materia.
Mientras más profundo es el sueño, más completo viene a ser el desprendimento. Las radiaciones de la
psique aumentan y se dilatam; un estado diferente de conciencia, facultades nuevas se revelan. Un mundo
de recordações y conocimientos, sepultados en las profundidades del “yo”, se patenta. El médium puede,
bajo el imperio de una gana superior, reconstituir-si en una de sus pasadas existencias, revivirla en todas
sus particularidades, con las actitudes, el lenguaje y los atributos que caracterizan esa existencia. Entran
a la vez en acción los sentidos psíquicos. La visión y audición a la distancia se producen tanto más claras y
fieles mientras más completa es la exteriorização del alma..

En el cuerpo del médium, momentáneamente abandonado, puede darse una sustitución de Espíritu. ES el
fenómeno de las incorporaciones. El alma de un desencarnado, aún el alma de un vivo adormecido,
puede tomar el lugar del médium y servirse de su organismo material, para comunicarse por la palabra y
por el gesto con las personas presentes.

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Sabios eminentes dan testimonio de la realidad de esos hechos. El Dr. Oliver Lodge, en su discurso en la
Royal Society, de Londres, en 31 de enero de 1902, 168 así se expresa:

“Una máquina, elaborada como lo son nuestros cuerpos, puede ser empleada, en el caso de transe, no
sólo por la Inteligencia que, por así decir, a fabricó, pero también por otras Inteligencias a que de ella se
permite hacer uso. Eso naturalmente no se realizaría sino por un correcto tiempo y con bastante
dificultad.

En su comunicación transmitida al Congreso Oficial de Psicología, de París, en 1900, 169 el profesor


Myers, de Cambridge, era aún más afirmativo. Tras haber enumerado los fenómenos obtenidos en el
estado de transe por las Sras. Piper y Thompson, fenómenos que él estudia hace 25 años, así concluía el
profesor:

“En su mayoría, los hechos enunciados acuerdan el carácter y la memoria de ciertas personas
muertas...

Estoy convencido de que esa sustitución de personalidad, o cambio de Espíritu, o possessão, es


un sensible progreso en la evolución de nuestra raza.”

Durante el transe, el Espíritu del médium poco se aleja; permanece casi siempre confundido en el grupo
espiritual que cerca su envolvente terrestre. Su influencia a veces se hace aún sentir sobre el cuerpo, al cual
sus propios hábitos lo atraen. Su acción se hace en tal si un incômodo, uno estorbo para los Espíritus que se
comunican.

Cuando la fuerza oculta es insuficiente y el transe poco profundo, el desprendimento es incompleto; las
personalidades se confunden. El médium resiste a la acción exterior del Espíritu, que se esforza por tomar
posesión de sus órganos.

Sus radiaciones psíquicas se mesclam a las del manifestante. De ahí, en variadas proporciones, conforme
los casos, dos partes se distinguen en la manifestación: a de el médium y a de el Espíritu, operación
delicada, que exige profundo conocimiento de las personalidades que se presentan y de las condiciones del
fenómeno.

El estado de transe facilita la sugerencia. En los fenómenos de escritura y de la mesa el médium se


conserva en la plena posesión de su “yo”, de su gana, y podría repelir las inspiraciones que recibe. En el
desprendimento ya si no da el mismo. El alma se ha retirado y el cerebro material queda expuesto a todas
las influencias. Cuando está suficientemente protegido, el médium se hace receptivo, tanto a las
sugerencias de un magnetizador como a las de los asistentes o de un Espíritu. ES lo que muchas veces lanza
una correcta confusión en la interpretación de los hechos y exige, de la parte de los experimentadores,
extrema prudencia. En tal caso es difícil distinguir la naturaleza real de las influencias actuantes. Hudson
Tuttle, médium él propio, lo hace notar en su libro “Arcana of Spiritualism”:

“Los grupos espíritas son frecuentemente joguete de una ilusión, engañados por sus propias
fuerzas positivas. Alejan los dictados espíritas, sustituyéndolos por el reflejo de sus propios
pensamientos; y entonces observan contradicciones y confusiones que ingenuamente atribuyen a
la intervención de Espíritus malévolos.”
168
“Revue des Études Psychiques”, pág. 71.
169
“Revue Scientifique et Morale du Spiritisme”, octubre de 1900, pág. 213. Ver también el excelente libro de Myers, “La
Personnalité Humaine”, cap. 57.
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ES preferible, por eso, dejar actúen solos los Espíritus sobre el médium, absteniéndose de toda
intervención magnética humana. Fue siempre lo que hicimos, en el curso de nuestros estudios
experimentales. En raras circunstancia, cuando, faltándoles de repente la fuerza psíquica, las Inteligencias
nos pedían que actuáramos sobre el médium por medio de pases; bastaba esa pasajera intervención para
hacer creer a los asistentes en una acción sugestiva de nuestra parte.

En la mayoría de las veces, los fluidos de un magnetizador, por su estado vibratório particular, contrarían
los de los Espíritus, en lugar de auxiliarlos. Tienen estos que entregarse a un trabajo de adaptación, o
purificación, que agota las fuerzas indispensables al mantenimiento. Un magnetizador, cuyos fluidos no
sean puros, que no posea un carácter recto, ni irrepreensível moralidade, puede, aún sin el querer,
influenciar el sensitivo en un sentido muy desfavorable.

Aún cuando la acción oculta es poderosa y bien determinada, es preciso haber aún en cuenta el embaraço
del Espíritu que se debe comunicar con el auxilio de un organismo extraño, mediante recursos muchas
veces restrictos. El estado de armonía entre las facultades del Espíritu y las del médium raramente existe;
el desarrollo de los cerebros no es idéntico y las manifestaciones son por eso contrariadas. ES lo que nos
decían ciertos Espíritus, en el curso de nuestras experiencias de incorporación:.

“Estamos acanhadamente concluidos; los faltan medios suficientes para expresar nuestros
pensamientos. Las partículas físicas de este cerebro son muy groseras para poder vibrar bajo
nuestra acción y nuestras comunicaciones se hacen por eso considerablemente enflaquecidas.”

El Espíritu Robert Hyslop lo repite a su hijo, el profesor Hyslop. Cuando penetra en la atmósfera terrestre y
en el organismo del médium, las cosas, dice él, si le amesquinham: “Todas las cosas se me presentan tan
nítidamente, y cuando aquí vengo para las expresáis, James, no lo puedo.”170

Sin embargo, cuando se puede disponer de un médium de real valor, cuando la possessão es completa y la
fuerza es suficiente para alejar las influencias contrarias, deparam-si fenómenos imponentes. El Espíritu se
manifiesta en la plenitud de su “yo”, en toda su originalidad. El fenómeno de las incorporaciones se
muestra entonces superior a todos los otros.

Indagam correctos experimentadores: el Espíritu del manifestante se incorpora efectivamente en el


organismo del médium? u opera él antes, la distancia, por la sugerencia mental y por la transmisión de
pensamiento, como lo puede hacer un espíritu externalizado del sensitivo?

Un examen atento de los hechos nos lleva a creer que esas dos explicaciones son igualmente admisibles,
conforme los casos. Las citações que acabamos de hacer prueban que la incorporación puede ser real y
completa. ES aún algunas veces inconsciente, cuando, por ejemplo, correctos Espíritus poco adelantados
son conducidos por una gana superior al cuerpo de un médium y puestos en comunicación con nosotros,
a fin de ser esclarecidos sobre su verdadera situación. Esos Espíritus, perturbados por la muerte, creen
aún, mucho tiempo después, pertenezcan a la vida terrestre. No permitiéndoles sus fluidos groseros
entren en relación con Espíritus más adelantados, son llevados a los grupos de estudio, para ser instruidos
acerca de su nueva condición. ES difícil a veces hacer -comprenderles que abandonaron la vida carnal y su
estupefação alcanza el cómico, cuando, invitados a

170
M. Sage – “Madame Piper et la Société diez Recherches Psychiques ”, pág. 244.

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comparar el organismo que momentáneamente animan con lo que poseían en la Tierra, son obligados a
reconocer su engaño. No se podría dudar, en tal caso, en la incorporación completa del Espíritu.

Noutras circunstancias, la teoría de la transmisión a la distancia parece mejor explicar los hechos. Las
impresiones oriundas de fuera son más o menos fielmente percibidas y transmitidas por los órganos. Al
lado de pruebas de identidad, que ninguna hesitação permiten sobre la autenticidade del fenómeno e
intervención de los Espíritus, se verifican, en el lenguaje del sensitivo en transe, expresiones,
construcciones de frases, un modo de pronunciar que le son habituales. El Espíritu parece proyectar el
pensamiento en el cerebro del médium, donde adquiere, de pasada, formas de lenguaje familiares a este.
La transmisión se efectúa, en tal caso, en el límite de los conocimientos y aptitudes del sensitivo, en
términos vulgares o escogidos, conforme su grado de instrucción. De ahí también ciertas incoerências que
se deben atribuir a la imperfeição del instrumento.

Al despertar, el Espíritu del médium pierde toda conciencia de las impresiones recibidas en el sentido de
libertad, de igual manera que no guardará el más pequeño conocimiento del papel que su cuerpo haya
desempeñado durante el transe. Los sentidos psíquicos, de que por un momento había readquirido la
posesión, se extinguen de nuevo; la materia extiende su manto; la noche se produce; toda recordação se
desvanece. El médium despierta en un estado de perturbación, que lentamente se disipa.

A veces el regreso a la carne origina escenas pungitivas, cuando el médium, durante la exteriorização,
hizo a ver, en el Espacio, entes amados, y en el instante que precede el despertar aún conserva esa
impresión. Lo contraste entre la vida libre y luminosa, que acaba de fruir, y la cárcel sombría a que es
gracias nuevamente a descender, provoca escenas de lágrimas y lamentos, repugnâncias de reintegrar -si
en la carne, que se traducen por lamentos y comovedoras súplicas. Hemos sido muchas veces testigos de
tales escenas.

No siéndonos posible examinar todos los hechos relacionados con el fenómeno del transe, limitarnos-
emos a citar los más importantes, no sólo entre los que han sido verificados estos últimos años, por
diversos hombres de Ciencia, como entre los que tenemos por nuestra parte observado.

Figuran en primero plano las manifestaciones debidas a la mediunidade de la Sra. Piper.

Esa señora estuvo muy tiempo conectada por contrato a la Sociedad de Investigaciones Psíquicas (S.P.R.),
de que ya hemos hablado, y que posee una sección en Londres y otra en Nueva York. La Sra. Piper fue el
agente principal de las experiencias llevadas a efecto en esos centros por sabios como los profesores
Lodge, Myers, Hodgson, W. James, Hyslop y otros, todos pertenecientes la universidades inglesas o
americanas, y que son, decerto, los hombres más competentes que pueden ser aún citados en cuestión de
Psiquismo. El estudio de sus facultades constituyó el objetivo de numerosas sesiones, cuyos resultados
fueron consignados en los “Proceedings”, boletines de la Sociedad supramencionada. Esos documentos
forman un volumen de 650 páginas, constituyendo lo tomo XVI de los “Proceedings”. Un resumen de él fue
publicado en francés.171

171
M. Sage – “Madame Piper et la Socíété Anglo-americaine des Recherches Psychiques”, París, Leymarie, editor. Ver también
“Proceedings”, tomos XIII, XIV, XV y XVI.

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La Sra. Piper – los experimentadores el atestam – goza de excelente salud. No hay en su familia ninguna
tara hereditária. Sólo dos veces en el curso de las experiencias, en 1893 y 1895, estuvo enferma; en
ambas, sus facultades mediúnicas declinaram y no fue posible obtener buenas comunicaciones.

La Sra. Piper fue objeto de constante y minuciosa vigilancia. Policías le acompañaban los pasos y le
observaban los más pequeños actos; se tomaron todas las providencias para descubrir la fuente en que
ella podría cuchara informaciones. Durante su permanencia en Inglaterra, en casa de los profesores Myers y
Lodge, ella quedó insulada, privada de toda relación extraña; sus maletas fueron revistadas, sus cartas
abiertas a pedido suyo. Nada se encontró de sospechoso. Al contrario, mientras más rigurosa era la
vigilancia, mayor carácter de certeza revestían las manifestaciones obtenidas.

Durante el transe ella se conserva indiferente al dolor y los globos de los ojos se le volvieron a ver en las
órbitas. Habla o escribe y la voz cambia cada Espíritu. Todas las preguntas hechas son breves y ella nunca
sabe quién las formula, porque los visitantes son introducidos durante su sueño y uniformemente
designados bajo el nombre de Sr. Smith. Algunos llevan la precaución al punto de venir de carruagem,
teniendo el rostro cubierto con una máscara.

Un testimonio, primero que todos, nos debe prender la atención. ES lo del Dr. Richard Hodgson, vice -
presidente de la S.P.R. en América, que abordó el estudio del fenómeno espírita como crítico severo y
meticuloso. Fue él quien estudió los hechos extraordinarios atribuidos a la Sra. Blavatsky y concluyó por el
embuste. Puso en evidencia los fraudes inconscientes de Eusápia Paladino y se mostró, durante años, un
implacable adversario de la mediunidade. Aquí está lo que él declaró en los “Proceedings”:

“Hace doce años estudio la mediunidade de la Sra. Piper. Al comienzo, una sólo cosa deseaba:
descubrir en ella el fraude y el embuste. Entré en su casa profundamente materialista, con el fin
de la desmascarar. Hoy, digo simplemente: Creo!... La demostración me fue hecha por modo a
quitar - me hasta la posibilidad de una duda.”

Para transformar a ese punto la opinión de un hombre tan prevenido como el Dr. Hodgson, fueron
precisos hechos bien eloqüentes. El más significativo es la manifestación espontânea de su amigo George
Pellew (de hecho Pelham), hombre de letras, fallecido había algunos meses, y que la médium no podía
conocer. La identidad del defunto fue establecida de modo muy positivo, en el curso de numerosos
diálogos.

El Dr. Hodgson trajo a la presencia de la médium adormecida todos los antiguos amigos de G. Pelham que
pudo encontrar – cerca de unos treinta. El Espíritu los reconocía a todos, luego a la llegada, y los acogía
con dichos imprevistos. No solamente los llamaba por sus nombres, como les hablaba en el mismo tono
familiar, usando de las expresiones habituales de que se servía con cada uno de ellos, según el grado de
intimidade que los conectaba en la Tierra, y eso sin la más pequeña hesitação de la parte de la médium,
antes con la máxima espontaneidade. A todos suministraba las más minuciosas pruebas de identidad..

Uno de ellos, el profesor Newbold, propuso la Pelham una traducción del griego, lengua que él conocía,
pero que la Sra. Piper ignoraba absolutamente. El Espíritu tradujo con exactitud, acompañando el texto
literal griego.

Durante la primera fase de las experiencias, el médium es influenciado, dirigido, fiscalizado (según la
expresión americana) por Espíritus poco adelantados. Un correcto Phinuit responde de modo incoherente
a las preguntas formuladas y se hace necesaria toda la paciencia anglo-saxônia para acompañar lo

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desarrollo del fenómeno durante años, a través del labirinto de sus divagações. ES probable que
investigadores franceses no hubieran tenido esa perseverança y hubieran perdido todo lo beneficio de
las concludentes manifestaciones que sucedieron a ese periodo confuso.

Con G. Pelham las comunicaciones se hacen más claras; pero, en el correr del tiempo, se siente la falta de
dirección competente. Phinuit y Pelham no son Espíritus que hayan bastante fuerza ni aptitudes para
mantener el transe en grado profundo e impidan la personalidad del sensitivo de imiscuir-si algunas veces
en los fenómenos y los perturbar. Estimulada por influencias contrarias, la médium se agota rápidamente.
La “máquina”, conforme la expresión de los guías, se deteriora. Las manifestaciones se hacen de nuevo
confusas.

Se evoca el Espíritu Stainton Moses, autor de las “Enseñanzas Espiritualistas”, hay poco restituido a la vida
del Espacio, y se traba con él controversia sobre un punto de doctrina. El escritor inglés afirmaba en su
libro que los Espíritus atrasados conservan en el otro mundo sus pasiones y apetites terrestres y aún los
buscan satisfacer. Esa teoría disgusta en extremo al profesor Newbold, que pide la Stainton Moses se
retrate. Este accede inmediatamente, y sus explicaciones son deploráveis. Ciertos escritores, comentando
este hecho, creyeron de él poder quitar conclusiones desfavorables a la filosofía espírita. Las condiciones
en que Stainton Moses se pronunció nos parecen sospechas. La médium funcionaba apenas; el Espíritu no
pudo sobre ella firmar su imperio, ni aún llegó a probar su identidad. Tal vez no hubiera afinidade suficiente
entre su organismo fluídico y lo de la Sra. Piper. ES esa una dificultad que los críticos no toman bastante en
consideración. Por su lado, el profesor Newbold, con su opinión muy radicada, habría ejercido acción
sugestiva sobre el sensitivo.

De resto, ahí están los hechos, a los miles, para demostrar la inanidade de esa teoría muy cómoda, de esa
opinión de que la muerte bastaría para en los desembaraçar de nuestras adicciones. El Espíritu, en la
realidad, se conserva lo aunque se hizo durante la vida terrestre. Las necesidades proceden del cuerpo y
con él se extinguen. Los deseos y las pasiones son del Espíritu y lo acompañan. Casi todos los fenómenos
de las casas apenas-asombradas son producidos por Espíritus atrasados que vienen a satisfacer, post -
mortem, rencores nacidos aquí en la Tierra, de males o de perjuicios causados por ciertas familias, que así
se hacen presa de nefastas influencias. El mismo se da en todos los hechos de obsessão y en ciertos casos
de locura. Todos los observadores de larga fecha lo saben. La sensualidade y la avareza subsisten en las
almas inferiores. Los fenómenos producidos por Espíritus “incubos” y “súcubos” no son imaginarios y
asientan en testimonios formales; fácil negar; sería preferible observar y curar..

La manifestación efímera de Stainton Moses y la discusión de sus “Ensayos” sugirieron a los


experimentadores la idea de evocar los Espíritus que los habían dictado, Espíritus superiores, designados en
esa obra bajo los nombres de Imperator, Rector, Doctor y Prudens. Estos acudiram al llamado, e
inmediatamente el aspecto de las sesiones cambió. Se sintió que acción nueva y combinada se ejercía bajo
la dirección de alta Inteligencia. Cesan las incoerências; las obscuridades, los errores se disipan; las
explicaciones se hacen claras, las pruebas abundantes; las últimas dudas de los experimentadores se
desvanecen. El médium es objeto de cuidados fluídicos assíduos; la “máquina”, notada, funciona de ahí en
delante con precisión. Rector es especialmente preposto su guardia y aleja los intrusos, los Espíritus
levianos. Todas las manifestaciones tienen que someterse a su fiscalización. ES él quien se encargará de
transmitir las comunicaciones útiles, las respuestas a las preguntas formuladas. Imperator comienza
siempre por una plegaria. Cuando habla por la boca de la Sra. Piper, su voz es grave, imponente; impresiona
y conmueve. Sus vibraciones provocan el recolhimento, restablecen la armonía en los pensamientos de los
consultantes.

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Eso viene a confirmar lo que tantas veces notamos en nuestro largo tirocínio de experimentadores. Cuando
se emprende el estudio de los fenómenos, como diletante, sin ningún cuidado por las condiciones psíquicas
a llenar, raramente se obtienen resultados perfectos y satisfactorios. En las sesiones que yo dirigía, en
consonancia con un método riguroso, desde que la unidad y elevación de los pensamientos cesaban entre
los asistentes, desde que el recolhimento era interrumpido por conversaciones o discusiones inoportunas y
surgían divergencias de opinión, luego las manifestaciones disminuían de valor e intensidad. Espíritus
inferiores se entrometían y, bajo su influencia, las facultades de los médiuns se turbavam, no produciendo
más que imperfeitíssimos resultados. Era necesito un enérgico esfuerzo de reacción interior y obtener la
intervención de las potencias invisibles, para restablecer el curso regular de las manifestaciones.

En la experiencia espírita – no lo olvidemos – los resultados dependen de la protección oculta que


podemos obtener y, sobre todo, de la extensión y eficacia de esa protección. Ora, esta sólo se puede
ejercer en el limit y en que a hagamos posible, colocándonos en estado moral y mental de armonía que
facilite la acción de los Espíritus adelantados. Sin afinidade de pensamiento y de sentimiento, sin
comunhão entre sí, no pueden las almas comunicarse sino confusa y accidentalmente..

He ahí ahí la ley suprema y la suprema ciencia de las manifestaciones! Que valen las críticas de los
teóricos fantasistas delante de la lección de los hechos? Los que sólo ven en el Espiritismo una ciencia
semejante a las otras ciencias han de forzosamente llegar a reconocer la insuficiencia de sus
concepciones, desde que, pasando de la teoría a la práctica, verificad el mal resultado de sus esfuerzos, o,
por lo menos, la indigencia de los resultados obtenidos.

Otro notable investigador, tan perspicaz quão escrupuloso, cuyo testifico no podemos dejar en olvido, es el
profesor Hyslop, de la Universidad de Colúmbia, en Nueva York. Ese sabio se entregó a tardada investigación
sobre la mediunidade de la Sra. Piper, de la cual resulta que los fenómenos obtenidos no se podrían
explicar ni por la telepatia, ni por la lectura de pensamiento. 172

El profesor formuló doscientas preguntas, dirigidas al Espíritu de su fallecido padre, por intermédio del
Dr. Hodgson. Mientras este hablaba, J. Hyslop, disfrazado con una máscara y colocado por detrás de la
médium, no proferia una sólo palabra. En esas condiciones, la Sra. Piper no podía leer en el cerebro del
interrogante respuestas que este ignoraba, porque el profesor hubo tenido el cuidado de escoger asuntos
de carácter enteramente íntimo, ignorados por todos.

Así se pudo verificar, tras largas y laboriosas investigaciones, que de las 205 respuestas obtenidas, 152
eran perfectamente exactas y 16 inexactas; 37 quedaron en duda, porque no pudieron ser averiguadas.
Esa verificación exigió numerosos viajes a través de Estados Unidos, a fin de ser reconstituídas
minuciosamente ciertas particularidades de la historia de la familia Hyslop, a que se referían las
preguntas.

Todas esas respuestas son admirables por su claridad y precisión. En ellas, la personalidad de los
manifestantes, sus ideas, sus expresiones familiares se patentan con tamaña fidelidad que imponen
fatalmente a los observadores la convicción. El profesor Hyslop, abriendo mano de toda desconfianza,
conversación, por el órgano de la Señora Piper en transe, y bajo la vigilancia de Rector, con suyo

172
M. Sage – “Madame Piper”, etc., págs. 177 a 217.
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padre desencarnado, “con tanta facilidad como si él estuviera vivo. Nodos nos comprendíamos por
medias palabras173 – dice él – como en una conversación ordinaria”.

Además de eso, pudo el Sr. Hyslop, en diálogos animados y llenos de incidentes, conversar con algunos de
sus tíos y primos fallecidos, con su hermano Carlos,174 muerto cuando él tenía cuatro años, con sus
hermanas Ana y Elisa, y de todos obtuvo respuestas satisfactorias, cuya enumeração llena centenares de
páginas de su informe publicado en el “Harpers Magazine”, después en los “Proceedings” de la S.P.R., tomo
XVI. Ahí se encuentran reunidos en cantidad considerable hechos miúdos, incidentes de la vida de familia
olvidados por el profesor y, después de examen, reconocidos verdaderos. Eran precisas a veces semanas
enteras de investigaciones para los averiguar, y se encontraba entonces algún pariente alejado que les
atestava la realidad. Los resultados eran casi siempre acordes al decir de los Espíritus. Sobre las pruebas
colhidas, dice el profesor:175

“Para el lector extraño, la narrativa de una sesión no puede producir la convicción que se apodera
del pariente o del amigo que hace a encontrar, tras largo tiempo, los hábitos de lenguaje, las
construcciones de frases, las expresiones pitorescas, la manera de discutir, tan bien conocidas y
que caracterizaban de modo inconfundible aquel con quien otrora hube convivido.”

Vienen después característicos nuevos, desconocidos y de profunda originalidad. Por ejemplo:

“En que subconsciente habría podido la Sra. Piper hallar esos personajes – Imperator, Rector,
G. Pelham, etc. – con sus modos de intervención tan justos y pertinentes cada incidente, sin que
jamás sus caracteres se confundan? A todo instante, Imperator revela su carácter lleno de
dignidad y sus tendencias imperiosas, que tan bien justifican su pseudônimo, mientras Rector
encamina las conversaciones y Pelham resuelve las dudas y rectifica los errores en cuanto a los
hechos y, sobre todo, a las personas y a las relaciones entre ellas y los consultantes.”176

La telepatia, añade el profesor, no puede explicar mejor esas revelaciones. Los propios errores, en su
opinión, contribuyen para excluir la posibilidad de esa hipótesis, porque diversas veces los Espíritus se
engañaron en puntos que él, Hyslop, conocía perfectamente, y sobre los cuales la médium tenía toda la
facilidad de informarse. Y concluye en estos términos:

“Considerando el problema con imparcialidad, otra explicación no hay sino la intervención de los
muertos.”

La historia del nuevo Espiritualismo nos suministra numerosos ejemplos de médiuns que poseen, en el
estado de transe, facultades extraordinarias y se expresan con arrebatadora eloqüência.

Cora Tappan recorrió los Estados Unidos y a Inglaterra, haciendo oír en cada ciudad maravillosos
discursos, en verso y en prosa. Respondía, además de eso, la preguntas de todos los géneros, dando
prueba de sorprendente erudição. Afirmaba que sus respuestas no provenían de ella misma y de eso no
quitaba

173
M. Sage, ob. cit., págs. 188, 190, 195, 199 y 212. Ver también “Revue Scientifique et Morale du Spiritisme”, mayo de 1902.
174
M. Sage, ob. cit.
175
M. Sage, ob. cit., pág. 667.
176
Traducão Dusart, “Revue Scientifique et Morale du Spiritisme”, mayo de 1902, pág. 266.
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motivo de vanidad. Sus prédicas – decía – emanavam de un grupo de Guías, siempre listos a hablar por
su boca, toda vez que sus servicios eran reclamados.177

T. G. Forster no causaba menos impresión. He ahí lo que de él decía un literato de Luisiana que, tras haber
perdido tres hijos y la esposa idolatrada, a la fuerza de desesperación hube llegado a traer consigo “el
vidrio fatal que debería poner término a sus miserias y adormecer sus dolores para siempre”.178

“Fui oír T. G. Forster; entré dispuesto a reír y divertirme; quedé para escuchar y maravilhar-me;
salí conmovido y sacudido, y allá volví aún. Ese hombre hablaba de todo con una eloqüência de
que nunca hasta entonces hube podido tener idea. Tengo oído oradores célebres: leí Cícero,
Chatham, Pitt y otros; jamás vi cosa que se aproximara de la eloqüência irrefutável de ese hombre
adormecido. Los oradores de cátedra y de tribuna son obligados a llenar con palabras el intervalo
entre dos ideas; con él no se da eso: las ideas, los hechos, las fechas se sucedían sin interrupción ni
esfuerzo y sin la menor hesitação. La historia de todos los pueblos le era conocida; todas las
ciencias le eran familiares, como se le hubiera consagrado todo el plazo de una vida humana al
estudio de cada una de ellas, y su lenguaje, a la vez simple y elevada, siempre se conservaba a la
altura de su ciencia. Busqué serle presentado, cuando volvió a su estado normal, y en él encontré
un hombre eminente, pero no – y muy lejos de eso – el hombre universal de sus discursos. Él me
concedió una sesión de transe y por su intermédio conversé con el profesor Drayton, su Espíritu-
guía. Quedé convencido. Soy ahora otro hombre; soy feliz, oh! bien feliz!”

El siguiente caso ocurrió en Francia y la persona del manifestante se reveló de modo irrefragável.
Citamos textualmente el informe, cuyo original se halla en nuestro poder:

“A 13 de enero de 1899, doce personas se habían reunido en casa del Sr. David, a la plaza Corps-
Saints nº 9, en Avignon, para la sesión hebdomadária de Espiritismo.

Después de un instante de recolhimento, venimos la médium, la Sra. Gallas, en estado de transe,


volver- si para el lado del Sr. Abade Grimaud y hablarle en el lenguaje de las señales empleadas
por correctos sordos-mudos. Su volubilidade mímica era tal que fue preciso pedir al Espíritu que se
comunicara más despacio, lo que inmediatamente hizo. Por precaución, cuya importancia va a ser
apreciada, el Sr. Abade Grimaud se limitaba a enunciar las letras, a medida que eran transmitidas
por la médium. Como cada letra insulada nada significa, era imposible, aunque lo hubiéramos
querido, interpretar el pensamiento del Espíritu; y sólo en el fin de la comunicación fue que
quedamos conociendo su contenido, después de la lectura de ella por uno de los miembros del
grupo encargado de registrar los caracteres.

Al demás, la médium empleó un doble método: lo que consiste en enunciar todas las letras de una
sólo palabra, para indicarles la ortografía, única forma perceptible a la vista, y lo que enuncia la
bisagra sin preocuparse con la forma gráfica, método inventado por el Sr. Fourcade, y que sólo es
usado en el Instituto de los Sordos-mudos de Avignon. Estos pormenores son suministrados por el
Abade Grimaud, director y fundador del establecimiento.

177
Ver “Light” de 22 de marzo de 1902: “Testimonio del Sr. Colville”.
178
Extraído del “Spiritualist”, Nueva Orleães, 1858, artículo firmado Jos. Barthet, reproducido por la “Vie d'Outre -Tombe” de 15 de
marzo de 1902, pág. 241.

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La comunicación, relativa a la obra de excelsa filantropia a que se dedicó el Sr. Abade Grimaud,
estaba firmada: “Hermano Fourcade, fallecido en Caen.” Ninguno de los asistentes, con la salvedad
del venerable sacerdote, conoció ni podía conocer, quiere el autor de esa comunicación, aunque
él hubiera pasado, hace treinta años, algún tiempo en Avignon, quiere su método.”

Suscribieron el informe los miembros del grupo que asistieron a la sesión: Toursier, director jubilado del
Banco de Francia; Roussel, maestro de música del 58º; Domenach, teniente del 58º; David, negociante;
Bremond, Canuel, Sras. Toursier, Roussel, David, Bremond. Junto al informe venía el siguiente atestado:

“Yo, abajo firmado, Grimaud, padre, director-fundador del Instituto de los enfermos de los
órganos vocales, sordos-mudos, gagos y niños anormais en Avignon, certifico la absoluta exactitud
de todo lo que arriba es referido. Debo decir, en testimonio de la verdad, que estaba lejos de
esperar semejante manifestación, de la cual comprendo toda la importancia, al punto de vista de
la realidad del Espiritismo, de que soy fervoroso adepto. No tengo la más pequeña duda en el
declarar públicamente.

Avignon, 17 de abril de 1899.

(firmado) Grimaud, padre.”

De 1893 a 1901 teníamos, en el Grupo de Estudios Psíquicos de Tours, tres señoras, médiuns de transe,
todas pertenecientes a la burguesia, y cuyo concurso era absolutamente desinteressado.

Informes estenográficos, que forman diversos volúmenes, permiten comparar los discursos pronunciados,
las comunicaciones obtenidas con lo auxilio de sus facultades, y comprobar, a muchos años de distancia,
una perfecta identidad de carácter y de opiniones en relación cada uno de los Espíritus que se
comunicaban.

Luego que se produce la obscuridade, los médiuns sienten la influencia magnética de los invisibles. En el
primer grado del transe, estando aún despiertos, ellos ven un grupo completo de Espíritus formarse
atrás de los experimentadores y describen las aparições; oyen y transmiten las indicaciones, los pedidos
de esos Espíritus, y por su lenguaje, por ciertas particularidades de la fisionomia o de la actitud, los
asistentes fácilmente reconocen parientes y amigos fallecidos.

Dentro en poco se acentúa el transe, el médium adormece, la incorporación se verifica. En nuestro grupo
el poder fluídico de los Espíritus-guía era suficiente para anular por completo la personalidad del sensitivo
y evitar cualquier intervención de la subconsciência. Como mucho, se pudo observar algunas veces en un
de los sensitivos, la Sra. D., una interferencia de personalidades, cuando el transe no era profundo.

Casi siempre las incorporaciones se suceden. Desde que la possessão es completa, se hace la luz, y
después, cuando el Espíritu se retira, se hace a disminuirla para facilitar la acción fluídica de los invisibles
y el ingreso de un nuevo manifestante. Cada médium sirve habitualmente de órgano a tres Espíritus
diferentes, en una misma sesión. Mientras la incorporación se produce en un de los médiuns, los otros
descansan; algunas veces las incorporaciones son simultáneas. Diálogos, discusiones se traban entonces
entre diversos Espíritus y el presidente del grupo. Esas conversaciones entre cuatro personas, tres de las
cuales pertenecen al mundo de los Espíritus, son de las que más vivamente impresionan.

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En general, son los Espíritus-guía que primero se manifiestan, dando consejos, instrucciones, repasadas de
lógica y de grandeza, sobre los problemas de la vida y del destino. Se suceden después conversaciones con
Espíritus menos elevados, algunos de los cuales vivieron entre nodos y participaron de nuestros trabajos.
Escenas patéticas se producen. ES un padre, una madre, que vienen exortar sus hijos, presentes a la
reunión. Son amigos de además-túmulo, que nos despiertan recordações de infancia, relembram servicios
prestados, faltas cometidas. Describen sus condiciones de vida en el Espacio, hablan de las alegrías y de
los sufrimientos morales, experimentados tras la muerte, consecuencias inevitables de su conducta en la
Tierra. Como lecciones vivas de cosas, palpitantes de coloreado y movimiento, esas expansiones, esas
confissões nos dejaban profundamente conmovidos.

Muchas veces se trabaron discusiones un tanto veementes entre Espíritus. Dos políticos célebres,
adversarios declarados en la Tierra, continuaban la hostilizar-se por la boca de nuestros médiuns, con
arroubos oratórios, una dialéctica cerrada, argumentos de tribuna y de pretório, un conjunto de dichos
característicos y acerados que constituían otras tantas pruebas de identidad. Un duelo de gana, entre uno
de nuestros Guías y un Espíritu obsessor, ambos incrustados, alcanzaba culminâncias verdaderamente
épicas. Esas escenas, de una intensidad de vida y de expresión como si no puede ver en teatro alguno,
dejaron en nuestra memoria indeléveis recordações.

Dos Espíritus asumen más particularmente la dirección del grupo y se manifiestan en todas las sesiones:
el Espíritu Azul179 y Jerônimo. El Espíritu Azul es una entidad femenina de orden assaz elevada. Cuando
anima el organismo de la médium, persona tímida y de modesta instrucción, las líneas del semblante
adquieren una expresión seráfica, la voz se hace extremadamente dulce y melodiosa, el lenguaje reviste
forma poética e irrepreensível. Cada uno de los asistentes, por su parte, dirige ella advertencias, consejos,
relativos a su conducta privada, los cuales atestam, aún al primer encuentro, perfecto conocimiento del
carácter y de la vida íntima de aquellos a quién son dirigidos.

Acontece frecuentemente que personas venidas por primera vez a nuestras reuniones, y desconocida s de
la médium, recibían consejos, palabras de animación o de censura, apropiadas a su estado moral y a suyos
más secretos pensamientos. Esas advertencias, obscuras para los otros ouvintes, eran siempre claras y
positivas para los interesados. Y no era uno de los más pequeños atractivos de tales manifestaciones ese
arte que empleaba el Espíritu Azul en hablar, delante de todos, las cosas íntimas y ocultas, de modo a
evitar cualquier indiscrição, haciéndose perfectamente claro para la persona alvejada.

La solicitud y la protección del Espíritu Azul se extendían a todos los miembros del grupo y se patentaron
muchas veces en el dominio de los hechos. Varios de entre nodos, premidos por serias dificultades,
conseguimos vencerlas, gracias a la acción providencial de ese Espíritu, que, en los casos más melindrosos y
en el momento oportuno, sabía hacer surgir un socorro, provocar una intervención inesperada. Sus
instrucciones se refieren generalmente a la familia y a la educación de los niños. “La Tribune Psychique”,
de marzo de 1900, reprodujo una de esas comunicaciones, que resume en términos elevados el método de
nuestro guía. El Espíritu Azul ve, en una profunda reforma de la educación de la infancia y de la mocidade,
el verdadero remedio a los males del presente y a los peligros que amenazan la sociedad moderna.

Jerônimo se comunica por la misma médium; pero lo contraste entre los dos Espíritus es flagrante.
Jerônimo, que fue un apóstolo y un mártir, se conservó orador y combatiente; su palabra es vibrante, su
gesto amplio y dominador. Se expresa por periodos incisivos, en términos escogidos. Su energía es tal que
agota rápidamente el sensitivo, de suerte que ni siempre puede terminar sus discursos, por

179
Así denominado porque los médiuns lo ven siempre envolto en un véu azul.

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falta de fuerza fluídica. Él dirige más especialmente los estudios filosóficos del grupo. Numerosas
existencias, pasadas en el silencio de los claustros y entre la poeira de las bibliotecas, le permitieron
acumular tesoros de conocimientos y le imprimieron mayor vigor al pensamiento. Los siglos lo vuelcan
imerso en la investigación, en el estudio, en la meditação. Las percepciones más nítidas y las impresiones
de la vida del Espacio vinieron a completar su ciencia, ya de sí tan extensa. Por eso, que amplitud en sus
apreciaciones, que habilidad en disipar las contradicciones y resumir en líneas sóbrias y claras las más
transcendentes leyes de la vida y del Universo! Y todo eso por la boca de una pobre señora, de gestos
tímidos e instrucción elemental!

Deberemos examinar, a propósito de esos fenómenos, la objeção habitual que les es hecha, es decir, de
ser productos de la subconsciência del médium, de las personalidades secundarias creadas por una división
temporal de la conciencia normal, como lo pretenden los Srs. Pierre Janet y Flournoy?.

Esa teoría no podría resistir a un examen atento de los hechos. ES precisamente en los fenómenos de
incorporación que más positiva se revela la identidad de los Espíritus, cuando el transe es profundo y
completa la posesión de aquellos sobre el sensitivo. Por sus actitudes, sus gestos, sus alocuções, el Espíritu
se muestra tal cual era aquí en la Tierra. Los que lo conocieron durante su existencia humana lo reconocen
en locuciones familiares, en mil detalles psicológicos que escapan al análisis.

El mismo acontece con las individualidades que vivieron en épocas remotas. En nuestro grupo, los
Espíritus-guía se comunicaban por el órgano del médium más modesto. Otra señora, de maneras
elegantes, era preferida, para la incorporación, por Espíritus de orden inferior. Se oía una vendedora de
legumbres hablar, por su boca, el calão de un país en que esa señora jamás hubo estado. Una velhota
leviana discorria en una verbiagem ociosa, o se ponía a contarnos anedotas engraçadas. Tras eso, era un
sacristão de voz arrastrada que se presentaba o aún un antiguo procurador que, por el órgano de la propia
médium, decía al marido de ella, en tono veemente, duras verdades.

El carácter de cada uno de esos Espíritus y de otros muchos180 se mantuvo y afirmó en su originalidad, sin
la mínima alteración, a través de un periodo de siete años. De eso dan testimonio nuestras actas. A la vez
nos fue dado acompañar los progresos graduales de uno de ellos. Sofia, la vendedora de legumbres, que
gracias a su buena-gana y a la protección de nuestros Guías consiguió enmendarse e instruir- si, hasta que
para ella sonó la hora de la reencarnação. Su vuelta a la vida terrestre fue con antelación anunciada y
nodos pudimos observarle las fases dolorosas. Consumado ese acto, Sofia nunca más reapareció en
nuestras sesiones.

Si ahí están personalidades secundarias del médium, como explicar que sean en tan grande número y
revistan aspectos y nombres tan diferentes? En nuestro grupo se contaban por decenas los Espíritus que
se comunicaban. En cada sesión, teníamos que seis a ocho, de los cuales dos o tres para cada médium. A
medida que cada uno de ellos se presentaba, cambiaba la fisionomia del sensitivo, la expresión de las
feições se modificaba. Por la inflexión de la voz, por el lenguaje y actitud, la personalidad invisible se
revelaba, antes de tener dato el nombre. Esos Espíritus no se manifestaban todos seguidamente. Algunos
sólo reaparecían tras largas ausencias, pero siempre con la misma originalidad de carácter, con la misma
intensa realidad de vida y de acción..

Como explicar por la subconsciência, o doble personalidad, esa variedad de personajes que, del
sacristão al Espíritu Azul, representan todos los tipos de la gradação jerárquica del mundo invisible,
desde

180
Ver “Resenha del Congreso Espírita y Espiritualista”, de 1900. Informe sobre los trabajos del grupo de Tours.
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el bruto hasta el ángel, todas las formas del aviltamento, de la mediocridade o de la elevación; de un
lado, poder, bondad, saber, penetración de las cosas; de otro, flaqueza, ignorancia, grosseria, miseria
moral?

Esos Espíritus observan, unos para con los otros, la actitud que conviene a su posición. Todos, por
ejemplo, muestran pronunciada deferência a los Espíritus-guía. De ellos no hablan sino con respeto; y es
siempre en un tono conmovido y suplicante que Sofia se recomienda a la protección de la “dama azul”.

No se trata de personajes ilusórias, de libres fantasmas subconscientes. Esos Espíritus viven y actúan como
hombres. Sus opiniones, sus percepciones son diferentes. Las divergencias son a veces categóricas;
discusiones veementes y enamoradas se traban entre ellos; surgen incidentes dramáticos y a eso vienen a
intercalarse mil pruebas de identidad que disipan las dudas más tenazes y obligan a la convicción. Si la
personalidad secundaria puede engendrar semejantes contrastes, animar tan variadas creaciones, fuerza
es reconocer que ella ultrapasa en talento, en genio, las más prodigiosas concepciones del pensamiento
normal. Produce obras-primas a la gana y sin esfuerzo; es de más portentosa de las explicaciones que se
pueda dar del fenómeno; presupuesta por el sobrenatural. Y es preciso que nuestros contraditores se
sientan verdaderamente en extremos apuros, para lanzar mano de teoría tan contraria a las exigencias
de una crítica sensata y de una rigurosa ciencia, y recurrir a una hipótesis tan fantástica quão inverossímil,
mientras que la teoría espírita explica los hechos mediante leyes naturales, simples y claras..

Estudiemos más de cerca esa teoría de la subconsciência, de que incidentemente acabamos de hablar, y
con la cual creen ciertos psicólogos poder explicar los fenómenos del transe y de la incorporación.

Los Srs. Pierre Janet,181 A. Binet, Taine, Ribot y Flournoy creen que una cisão se produce en la conciencia
de los sensitivos adormecidos y que de ahí resulta una segunda personalidad, desconocida de la persona
normal, y con la cual se relacionan todos los fenómenos. Le dieron ellos los más diversos nombres:
inconsciente, subconsciência, conciencia subliminal, personalidad secundaria, etc. Esa hipótesis serviría para
explicar la mayor parte de las anomalias observadas en histéricas, en los casos de sugerencia, así como los
diferentes aspectos del sonambulismo y todas las variaciones de la personalidad. La unidad del “yo-
consciente” no pasaría de una ilusión. Este sería suscetível de desagregación en ciertos casos patológicos, y
personalidades distinguidas, inconscientes o dotadas de subconsciência, ignorándose recíprocamente,
podrían surgir en el estado de sueño y manifestarse a la revelia una de la otra. Así se explicarían los hechos
espíritas. Los médiuns serían sólo histéricos, neuróticos, particularmente predispostos, por su estado
fisiológico, la tales cisões de la personalidad. 182 Observemos antes de todo,

181
Ver P. Janet, “L'automatisme psychologique”, passim; A. Binet, “Les altérations de la personnalité”; Th. F lournoy, “Des Indes
a la la planète Mars”; Talne, “De l’intelligence”, tomo I, pág. 16; Ribot, “Les maladies de la personnalité”, pág. 105.
182
Los trabajos de los modernos fisiologistas, Dr. Luys, Ferrier, Broca, etc., demostraron que cada orden de sensaciones, vi son,
audición, olor, etc., se localiza en una parte especial del cerebro.
Ora, es el caso de preguntarse como poden esas diversas sensaciones ir a la búsqueda unas de las otras, reunir -si, acumularse,
para espontáneamente constituir y hacer brotar, sin la más pequeña incub acción, una segunda personalidad que tiene sus
gostos propios, sus fantasias, sin carácter, y que, sólo emersa, llega a utilizarse, sin estudio, sin aprendizado, de ese complicado
organismo que es el cerebro y todo el cuerpo físico, a hacer uso de la palabra y de la mano, en la escritura, con entero
desembaraço.
Ahí está, como lo dijeron G. Delanne (“Recherches sur la mediumnité”, págs. 16 y 62) y Aksakof (“Animismo y Espiritismo”), ni
más ni menos que – verdadero sobrenaturalismo. Y son psicólogos materialistas que n los ofertan ese casi milagro como una
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explicación!
Denis

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Denis
con el Dr. Geley, que la histeria y la neurose nada explican.183 Por otro lado, los médiuns no son histéricos.
El Dr. Hodgson y Myers atestam que las Sras. Piper y Thompson gozan perfecta salud. El profesor Flournoy,
que es médico, dice la misma cosa de Helena Smith. Ninguna señal de histeria se manifiesta en esas tres
célebres médiuns. A La menor indisposição en ellas, al contrario, los fenómenos disminuyen de intensidad,
cesan de producirse. La misma declaración puedo yo hacer en relación a los sensitivos de transe que por
mucho tiempo formaron parte de nuestro grupo. Sobre ese punto las comparaciones que nuestros
adversarios buscan establecer son erróneas y su argumentação es completamente falla. Las
personalidades ficticias que ellos provocan, por medio de sugerencias post hipnóticas, en las histéricas,
tienen sólo una vacante semejanza con las manifestaciones de personalidades en el transe. En relación a
estas, no pasan de imperfeitas copias, de difuminadas y lejanas imitaciones.

En el transe, la entidad psíquica, el alma, se revela por distinguida actividad del funcionamiento orgánico,
por particular acuidade de las facultades. Cuando es completa la exteriorização, el Espíritu del médium
puede actuar sobre el cuerpo adormecido con más eficacia que en el estado de vigilia y de igual manera
que un Espíritu extraño. El cerebro no es entonces, como en el estado normal, un instrumento movido
directamente por el alma, pero un receptor que ella acciona de fuera..

ES lo que resulta de numerosas observaciones.

El Sr. Cromwell Varley, ingeniero-jefe de los Telégrafos de Gran Bretaña, en su testimonio ante la comisión
de interrogatorio de la Sociedad Dialéctica, acerca de su esposa que es médium de transe, refiere el
siguiente hecho: 184

“La Sra. Varley, adormecida, me dice: Ahora no son los Espíritus que os hablan; soy yo misma, y
me sirvo de mi cuerpo de igual manera que lo hacen los Espíritus cuando hablan por mi boca.”

Myers, en su informe al Congreso de Psicología, 1900,185 hace la siguiente declaración a propósito de los
transes de la Sra. Thompson:

“Los dictados son, en su mayoría, transmitidos mediante el organismo del médium, por Espíritus
que en ese momento lo influéncian o se apossam de ese organismo. Algunos son directamente
colhidos en el mundo invisible por su propio Espíritu y por él transmitidos.”

Una cosa evidente para el psicólogo reflejado es que muy poco nos conocemos aún. Hay en nodos
profundidades llenas de misterio, que a veces se entreabrem y cuya visión nos perturba. Un mundo entero
ahí reside, mundo de intuições, de aspiraciones, de sensaciones, cuyo origen nos es desconocida, y que
parece provengan de un pasado distante; mescla de adquisiciones personales, de hereditariedades
psíquicas y atavismos étnicos, vestigios de las existencias recorridas en la sucesión de los tiempos, todo
eso está grabado en los refolhos abscônditos del “yo”.

183
El Dr. Geley, en su obra “L'étre subconscient”, Félix Alcan, editor, así se expresa: “La histeria y la neuropatia presentan
síntomas inconstantes, que varían sin causa o bajo la influencia de múltiples causas – anestesia, hiperestesia, contratura – que se
suceden y escapan a toda previsión de tiempo y extensión. Al punto de vista explicativo, ignora -si completamente lo que son.”
184
“Report on Spiritualism”, pág. 157, citado por G. Delanne, El alma es Inmortal”, 2ª Parte, cap. I.
185
Ver “Resenha del IV Congreso de Psicología”, página 113.

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Denis
La conciencia, en el estado normal, es tímida; en el de desprendimento es vasta y profunda. No hay, sin
embargo, dos conciencias, de igual manera que no hay en nodos dos entidades. ES siempre el mismo ser, la
misma personalidad vista bajo dos aspectos diferentes.

La permanencia y unidad del “yo” consciente son demostradas por un hecho bien conocido; mientras
nuestro cuerpo físico incesantemente se renueva, la conciencia y la memoria persisten en nodos, a través
de las fluctuaciones de la materia. ES verdad que la conciencia normal no conserva todas las impresiones
recogidas por los sentidos. Muchas sensaciones y conocimientos quedan, en la apariencia, olvidados; pero
son realmente arquivados en la conciencia profunda. Pueden ressurgir por un esfuerzo intelectual, bajo el
influxo de una emoción, o aún en el sueño y, en general, en todos los estados que provocan el despertar de
las facultades adormecidas.

En el estado de exteriorização total, ese despierte es completo. El Espíritu readquire, con la plenitud de
sus facultades latentes, de sus conocimientos y recordações, una libertad y una energía de acción
amplificadas. Alcanza su maximum de vibraciones y puede reconstituir su pasado.

Hay, por lo tanto, dos órdenes de hechos en el transe y es preciso los distinguís con cuidado: de entrada la
intervención de los desencarnados, y después los otros casos, en que el médium, bajo el influxo magnético
de suyo guía espiritual, si reconstitui en una de sus anteriores existencias.

En el caso de Helena Smith, que el Sr. Flournoy, profesor de Psicología de la Universidad de Ginebra,
estudió durante cuatro años, la médium en transe reproduce las escenas de una de sus existencias,
pasada en la India, el siglo XII. En ese estado, se sirve frecuentemente de términos sanscríticos, lengua que
ella ignora en el estado normal. Suministra, acerca de personajes históricos de la India, indicaciones
positivas, imposibles de hallar en obra alguna usual, y cuya confirmación, tras muchas investigaciones, el
profesor descubre en una obra de Marlès, historiador poco conocido y enteramente fuera del alcance de la
sensitiva. Esta, en las fases del transe, asume actitud que enleva e impresiona. He ahí lo que a respeto dice
el Sr. Flournoy:186

“Hay en todo su ser, en la expresión de la fisionomia, en los movimientos, en el timbre de la voz,


cuando habla o canta en hindu, una gracia indolente, uno abandono, una dulzura melancólica,
alguna cosa de encantador y lânguido que corresponde maravillosamente al carácter del Oriente.
Toda la mímica de Helena, tan diferente, y ese hable exótico tienen tal cunho de originalidad,
propio, natural, que se llega a preguntar con estupefação donde viene a esa hija de las ribeiras
del Lemen, sin educación artística ni conocimientos especiales del Oriente, una perfeição de
desempeño que la mejor actriz no alcanzaría sino a la cuesta de tardados estudios o de larga
permanencia en los márgenes del Ganges.”

En el que se refiere a la escritura y al lenguaje hindus, el Sr. Flournoy añade que, en sus investigaciones
para las experiencias, todas las pistas que pudo descubrir eran “falsas”, y pide al lector que “lo dispense
de pormenorizar sus insucessos”.

Todas esas experiencias, sin embargo – dice él – lo indujeron a “divertirse”. Tras el que, concluye
rechazando la teoría de los Espíritus, para ver en los fenómenos espíritas únicamente una creación, uno
manejo de la conciencia “subliminal”.

186
Th. Flournoy – “Des Indes a la la planète Mars”, p493. 271 y 272.

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Observemos que las conclusiones del Sr. Flournoy187 están en contradicción con los hechos observados. En
el transe, la Srta. Smith ve muchas veces suyo Guía, Leopoldo, a su lado, y le oye la voz. Él tiene gana
propia y procede como entiende, muchas veces estableciéndose lucha entre ellos. La Srta. Smith discute;
resiste, al querer él tomar posesión de su organismo. Y cuando, a pesar de sus esfuerzos, esta se hace
completa, toda su persona se transforma; se cambia la voz; es a de un hombre, lenta y grave, de
pronúncia italiana; el aspecto se le hace majestoso. Cuando Leopoldo se apodera de la mano de Helena,
para a hacer escribir, la escritura es enteramente diversa, y la ortografía es a de el siglo XVIII, época en
que él vivió en la Tierra. Más aún: él “interviene constantemente en su vida de modo sensible y casi físico,
no dejando margen a la más pequeña duda”.

Quieren un ejemplo? En una sesión, el Espíritu Leopoldo levanta la médium con la almofada en que reposa,
sin el concurso de ninguno de los asistentes. He ahí ahí un fenómeno de levitação perfectamente
caracterizado y que no sería lícito atribuir al “subliminal”, pues que exige la intervención de una fuerza y
de agente exterior.

Ciertamente, ni todo es de fácil explicación en los fenómenos de que la Srta. Smith es el foco. En su caso,
cumple reconocerlo, son abundantes las dificultades, y factores diversos parece intervengan. Se nota un
entrelaçamento de hechos espíritas y de hechos de animismo, de productos de la subconsciência
intercalados con intervenciones de Inteligencias exteriores y super-humanas, que complican
singularmente el problema. De ese conjunto un tanto confuso sé destacan, sin embargo, pruebas de
identidad, claras, nítidas, positivas, como, por ejemplo: la manifestación de João, el cavouqueiro, cuya
personalidad se revela con particularidades convincentes; a de el cura Burnier y a de el síndico
Chaumontet, fallecidos hace cerca de medio siglo, cuya escritura y firma la médium reproduce
automáticamente y son reconocidas, después de averiguações, exactamente iguales a las que figuran en
gran número de tener que nacimientos, bodas y óbitos, que forman los archivos de la Comuna de
Chessenaz, donde la Srta. Smith nunca estuvo.

Somos llevados a creer que en esa médium la fuerza psíquica es muchas veces insuficiente, las fases del
transe extremadamente desiguales y frecuente despertarlo de la propia personalidad. De ahí, pero, no se
sigue que los hechos observados se puedan explicar, como lo pretendería el Sr. Flournoy, por el mecanismo
de las facultades de la memoria asociadas al poder de imaginação de la subconsciência.

Además de eso, el profesor, en su disposición de “divertirse”, tendrá más de un golpe atraído Espíritus
galhofeiros a esas sesiones, en que – dice él – “ríase bastante”. Los mistificadores son para recear en
casos tales. Y es ahí que se comprende la utilidad de las reglas que indicamos: unidad y elevación de
pensamiento de los asistentes, como medio de facilitar la acción de los agentes exteriores. Reír,
juguetear, interrumpir a todo instante, interrogar fuera de propósito, todo eso constituye pésimas
condiciones para experiencias serias.

No es caso insulado lo de Helena Smith. Un médium de nuestro grupo reprodujo diversas veces, en transe,
bajo la influencia del Espíritu-guía, escenas de su vida anterior.

Un magnetizador, amparado por la acción oculta de los Espíritus protectores, puede también provocar
esos fenómenos en ciertos sensitivos.

187
Th. Flournoy – “Des Indes a la la planète Mars”, páginas 68, 98, 99, 100, 116 y passim.

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Fernandez Colavida, presidente del Grupo de Estudios Psíquicos de Barcelona, obtuvo resultados que
creemos deber señalar. He ahí lo que la tal respeto consta en el informe de los delegados españoles al
Congreso Espírita, de 1900:188

“Magnetizado el médium en el más alto grado, F. Colavida le ordenó que dijera lo que había hecho
en la víspera, en la antevéspera, una semana, un mes, un año antes, y lo hizo sucesivamente
recular hasta a la infancia, que explicó en todas sus particularidades.

Impelido siempre por la misma gana, el médium refirió su vida en el Espacio, su muerte en la
última encarnação y, continuamente estimulado, llegó hasta cuatro encarnações, de más antigua
de las cuales era una existencia enteramente salvaje. Cada existencia, las feições del médium
cambiaban de expresión. Para ser restituido a su estado habitual, fue gradualmente reconduzido
hasta su presente encarnação y despertado enseguida.”.

En un objetivo de verificación, el experimentador hizo magnetizar el sensitivo por otra persona y sugerir-
le que sus anteriores narrativas eran falsas. A pesar de esa sugerencia, el médium reprodujo la serie de
cuatro existencias, como antes lo hube hecho.

Esteva Marata, presidente de la Unión Espírita de Catalunha, declara haber obtenido análogos
resultados, por los mismos procesos, en su esposa, en estado de transe.

Esas experiencias podrían ser multiplicadas y obtendríamos así numerosos elementos de certeza sobre el
hecho de las existencias anteriores del alma; ellas, sin embargo, exigen gran prudencia. El
experimentador debe escoger sensitivos que sean dotados de mucha sensibilidad y bien desarrollados.
Debe ser asistido por un Espíritu bastante poderoso para alejar todas las influencias extrañas, todas las
causas de perturbación, y preservar el médium de posibles accidentes.

Recapitulemos. La teoría de la subconsciência es verdadera en el sentido de que nuestra conciencia plena


es más extensa que nuestra conciencia normal. De ella emerge en los estados sonambúlicos, domina -a y a
ultrapasa, sin de ella jamás separarse.

La teoría de la subconsciência es falsa pretenderse se considere esta cómo segunda conciencia autónoma,
como doble personalidad. No hay en nodos dos seas que coexistan, ignorándose. La personalidad, la
conciencia, es una. Lo que simplemente acontece es que ella se presenta bajo dos aspectos diferentes:
ora, durante la vida material, en los restrictos límites del cuerpo físico, con una memoria y facultades
circunscritas; ora, durante la vida psíquica, en la plenitud de sus adquisiciones intelectuales y de sus
recordações. En ese caso, comprende todas las fases de su pasado y las puede hacer revivir.

Todas las teorías de los Srs. Pierre Janet, Binet, Taine, Ribot, etc., asientan sobre apariencias vanas. Lo
“yo” no se fraciona. Las facultades extraordinarias, reveladas en el transe, convergen, al contrario, en el
sentido de una unidad tanto más grandiosa mientras más completa es la exteriorização..

Infelizmente la situación ni siempre es clara, ni el desprendimento suficiente. A veces se producen unas


especies de intercalação, de flujo y refluxo vibratório entre las causas actuantes, que hacen

188
“Resenha del Congreso Espírita y Espiritualista”, de 1900, págs. 349 y 350.

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obscuro y confuso el fenómeno. ES principalmente el caso cuando se manifiestan diversas
personalidades invisibles y ninguna de ellas tiene la fuerza ni la gana necesarias para alejar los motivos
de error.

Las causas en acción pueden confundirse en los estados sonambúlicos parciales e incompletos. Hay, sin
embargo, un estado superior, en que el Espíritu se presenta en todo su poder vital, en su penetración
íntima de las cosas. Se puede entonces asistir a fenómenos realmente grandiosos. Para los obtener, pero,
es preciso proceder de modo más serio del que lo hacen los psicólogos “hílares y brincalhões”..

Son de esa orden las manifestaciones de George Pelham, Robert Hyslop y, principalmente, las de
Imperator, de Jerônimo y del Espíritu Azul. En ellas, las señales características, las pruebas de identidad
son abundantes; ninguna duda podría existir. El mismo acontece en los casos en que numerosas
personalidades, presentando gran variedad de caracteres y opiniones, se suceden con precisión y
regularidad en el cuerpo de un médium y hacen oír, por la misma boca, ora el lenguaje más trivial, ora el
lenguaje seleta y elevada, expresando nobles y delicados sentimientos, apreciaciones tan profundas que
extasiam todo el auditorio.

Las manifestaciones de Espíritus desventurados, que vienen, guiados por almas compasivas, referirnos sus
sufrimientos, sus dolores y aflicciones, buscar enseñanzas y conforto, no son también imposturas del
subliminal.

Tenemos a ese propósito muchas veces observado un hecho: la influencia fluídica de los Espíritus inferiores
incomoda los médiuns, les causa indisposições durante el transe y violentos dolores de cabeza al despertar,
a punto de reclamar el desligamento inmediato por medio de pases magnéticos. En los mismos sensitivos,
al contrario, con otras entidades elevadas, como, por ejemplo, el Espíritu Azul, el transe es dulce, la
influencia benéfica, el médium despierta bajo impresión de tranquila, como saturado de una atmósfera de
paz y de serenidade..

Las teorías de la subconsciência y de la doble personalidad son impotentes para explicar esos hechos. El
subconsciente es simplemente un estado de la memoria, cuyas capas profundas, silenciosas en la vida
normal, despiertan y vibran durante la exteriorização. ES lo que demuestran los casos de reconstituição
de las vidas anteriores en los médiuns. Hay en eso magnífico objeto de estudio, para llegarse al
conocimiento del ser y de las leyes de su evolución. Ahí encontramos la prueba de que lo “yo” consciente
no es una creación espontânea, pero constituyó su individualidade mediante sucesivas adquisiciones, a
través de larga serie de existencias. No teniendo el organismo físico actual contribuido para alg unas de
esas adquisiciones, es evidente que no podría el Espíritu ser considerado la resultante de ese organismo,
pues que existió antes de este y le sobrevivirá..

Así se deriva la teoría espírita, en toda su lógica y esplendor, de un conjunto de hechos que sólo ella es
capaz de explicar. El alma en ellos se revela, independiente del cuerpo, en su personalidad indivisível, en su
“ego” lentamente constituido a través de los tiempos, con el auxilio de materiales que conserva latentes en
sí misma, y cuya posesión readquire en el estado de desprendimento: así en el sueño, como en el transe, o
por ocasión de la muerte.

XX - Aparições y Materializações de Espíritus.


Son los fenómenos de aparição y materialização los que más vivamente impresionan los
experimentadores. En las manifestaciones de que precedentemente nos ocupamos, el Espíritu actúa por
158 | P á g i n a
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medio Denis

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Denis
de objetos materiales o de organismos extraños. Vamos ahora apreciá -lo directamente en acción. Cônscio
de que entre las pruebas de su supervivencia ninguna es más convincente que su vida terrestre, va a buscar
el Espíritu reconstituir esa forma por medio de los elementos fluídicos y de la fuerza vital hauridos en los
asistentes.

En ciertas sesiones, en la presencia de médiuns dotados de considerable fuerza psíquica, se ven formar
manos, rostros, bustos y mismo cuerpos enteros, que tienen todas las apariencias de vida: calor,
tangibilidade, movimiento. Esas manos nos tocan, nos acarician o baten; cambian de lugar los objetos y
hacen vibrar los instrumentos de música; esos rostros se animan y hablan; esos cuerpos se mueven y
pasean por entre los asistentes. Se puede agarrarlos, palpá-los; después, ellos se desvanecen en un
repente, pasando del estado sólido al fluídico, después de efímera duración.

Así como los fenómenos de incorporación nos inician en las leyes profundas de la Psicología, la
reconstituição de las formas de Espíritus va a familiarizarnos con los estados menos conocidos de la
materia. Mostrando- nos que acción puede la gana ejercer sobre los imponderáveis, ella nos hará penetrar
en los más íntimos secretos de la Creación, o, antes, de la renovación perpetua del Universo.

Sabemos que el fluido universal, o fluido cósmico etéreo, representa el estado más simple de la materia; su
sutileza es tal que escapa a todo análisis. Y, sin embargo, de ese fluido proceden, mediante condensações
graduales, todos los cuerpos sólidos y pesados que constituyen la base de la materia terrestre. Esos
cuerpos no son tan densos, tan compactos como parecen. Con la mayor facilidad los atraviesan los fluidos,
así como los propios Espíritus. Estos, por la concentración de la gana, secundados por la fuerza psíquica, los
pueden desagregar, disociarles los elementos, los restituya al estado fluídico, después transportarlos y los
reconstituir en su primitivo estado. Así se explica el fenómeno de los transportes.

Recorriendo sucesivos grados de su rarefação, la materia pasa del sólido al líquido, después al estado
gaseoso, y finalmente al estado de fluido. Los cuerpos más duros pueden así volver al estado etéreo e
invisible. En sentido inverso, el fluido más sutil se puede gradualmente convertir en cuerpo tangible y
opaco. Toda la Naturaleza nos muestra el encadenamiento de las transformaciones que conducen la
materia, del éter más puro al más grosero estado físico.

A medida que se rarefaz y se hace más sutil, la materia adquiere nuevas propiedades, potencias de
intensidad progresiva. De eso nos suministran ejemplos los explosivos, las radiaciones de ciertas
substancias, el poder de penetración de los rayos catódicos, la acción la gran distancia de las ondas
hertzianas. Por ellos somos llevados a considerar el éter cósmico el medio en que la materia y la energía
se confunden, el gran foco de las actividades dinámicas, la fuente de las inagotables fuerzas que la gana
divina impulsa y donde se expanden, en ondas incesantes, las armonías de la vida y del pensamiento
eterno.

Pues bien, – y aquí va la cuestión adquirir amplitud inesperada – la acción ejercida por el poder creador
sobre el fluido universal para engendrar sistemas de mundos, vamos de nuevo encontrá -la en un plan más
modesto, sin embargo sometida la leyes idénticas, en la acción del Espíritu a reconstituir las formas
transitorias que establecerán, a los ojos de los hombres, su existencia e identidad.

Las propias nebulosidades, agregados de materia cósmica condensada, germens de mundos, y que en la
profundidad de los espacios nos muestran los telescopios, van a reaparecer en la primera fase de las
materializações de Espíritus. ES así que la experimentación espírita conduce a las más vastas
consecuencias. La acción del Espíritu sobre la materia nos puede hacer comprender de que modo se
elaboran los astros y se consuma la obra gigantesca del Cosmo.
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En la mayor parte de las sesiones, se distinguen, al comienzo, colmos nebulosos en forma de huevo;
después, listões fluídicos brillantes, que se desprenden, quiere de las paredes y del soalho, quiere de las
propias personas, se avolumam poco a poco, se alargan y se hacen formas espectrais.

Las materializações son infinitamente graduadas. Los Espíritus condensam sus formas de modo a ser de
entrada percibidos por los médiuns videntes. Estos describen la fisionomia de los manifestantes y lo que
describen es después confirmado por la fotografía, tanto a la claridad del día como a la luz del magnesio.189
Se sabe que la placa sensible es más impressionável que el ojo humano. En un grado superior la
materialização se completa; el Espíritu se hace visible para todos; se deja pese; sus miembros pueden
dejar impresiones y moldes, en substancias plásticas.

En todo eso la fiscalización debe ser muy rigurosa. ES preciso preservarse cuidadosamente de todas las
causas de error o ilusión. Conviene por eso recurrir, tanto cuánto posible, a los aparatos registradores y a
la fotografía.

Veamos, en primer lugar, los casos en que fue posible conseguir en la placa las imágenes de Espíritus,
invisibles para los asistentes.

Si han sido cometidos numerosos abusos y fraudes, en esa orden de hechos son abundantes, en
compensación, las experiencias y los testimonios serios.

El académico inglés Russel Wallace, experimentando en su propia casa, con persona de su familia, obtuvo
una fotografía del Espíritu de su madre, en que un desvío del labio constituía una prueba convincente de
identidad. El médium vidente había descrito la aparição antes de terminada a “pose”, y se verificó que era
exacta la descripción. 190

El pintor Tissot, célebre por las ilustraciones de su “Vida de Jesus”, obtuvo una prueba que no es menos
admirable: la fotografía de un grupo compuesto del cuerpo físico y del cuerpo fluídico del médium,
desplegado, simultáneamente, con a de un Espíritu desencarnado y lo del experimentador. 191

Análogas comprobaciones fueron hechas por los Doctores Thompson y Moroni, por los profesores
Boutlerov y Rossi-Pagnoni y por el Sr. Beattie, de Bristol. Todos ellos adoptaron las más minuciosas
precauciones. Puede- leerse en “Animismo y Espiritismo”, de Aksakof, cap. I, la narrativa minuciosa de las
experiencias del Sr. Beattie.

En la primera serie de esas experiencias, una forma humana se diseñó en la placa a la décima octava
exposición. Más tarde, el Dr. Thompson se asoció a las investigaciones y se obtuvo una serie de cabezas,
perfiles y formas humanas, al comienzo vacantes, después cada vez más distinguidas, todas las cuales
habían sido previamente descritas por el médium en transe. A veces se operaba a las oscuras. Aquí está lo
que dice Aksakof:192

“En esas experiencias nos hallamos en presencia, no de simple aparições luminosas, pero de
condensações de una correcta materia, invisible a nuestra vista, y que o es de sí misma luminosa
o refleja en la placa fotográfica los rayos de luz, a la acción de los cuales nuestra retina es
insensível. Que se

189
Aksakof – “Animismo y Espiritismo”, cap. I.
190
A. Russel Wallace – “Les Miracles et le Moderne Spiritualisme”, pág. 255.
191
“Revue Parisiense”, junio de 1899.
192
Aksakof, ob. cit., cap. I.
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trata aquí de una correcta materia, lo prueba el hecho de que ora es tan poco comprime que
deja ver a través de las formas de las personas presentes, ora es tan densa que cubre la imagen
de los asistentes. En un de los casos la forma aparecida es negra.”

Como se ve, Aksakof cree con nosotros que se no podrían explicar esas manifestaciones sin la existencia de
un fluido, o éter, substancia manipulada por seres inteligentes invisibles. ES lo que imprime al fenómeno –
piensa él – un doble carácter, a la vez material, en el estricto sentido de la palabra, e intelectual, por la
intervención de una gana que trabaja artificialmente esa materia invisible, con determinado fin.

Mumler, fotógrafo profesional, obtenía en las placas las imágenes de personas fallecidas. Intentaram-le
un proceso por dolo, pero no pudo ser descubierta fraude alguna y el fotógrafo ganó la cuestión.

No solamente el interrogatorio judicial estableció el hecho de la producción, en las placas, de figuras


humanas invisibles a la vista desarmada, como también doce testigos declararon haber reconocido en esas
figuras las imágenes de parientes suyos ya fallecidos. Más aún: cinco testigos, entre las cuales el gran juez
Edmonds, depusieron que habían sido producidas, y fueron reconocidas, imágenes de personas que en
vida nunca se habían fotografiado.193 Se obtuvo mismo, en el caso del Señor Bronson Murray,194 la efígie de
personas fallecidas, en la ausencia de toda testigo que las hubiera conocido en la Tierra..

Se consiguió fotografiar las sucesivas fases de una materialização. En mi poder conservo una serie de
reproducciones, que debo a la gentileza del Sr. Volpi, director del “Vessillo”, de Roma, cuya integridad está
por encima de cualquier sospecha. Representan las aparições graduales de la forma de un Espíritu,
mucho vaga a la primera exposición, después cada vez más condensada y, por último, visible para el
médium, al tiempo que impresiona la placa fotográfica.

Recordemos ahora algunos de los casos en que la aparição es simultáneamente visible para todos los
asistentes y para el médium, lo que hace imposible cualquier equívoco. El Espíritu materializado ha todas
las apariencias de un ser humano; se mueve y anda, conversación con las personas presentes y, tras haber
participado algunos momentos de su vida, se desvanece lentamente, fúndese, por así decir, a sus vistas.

ES de entrada el caso de Katie King, forma femenina que durante algunos años se manifestó en casa de Sir
William Crookes, de la Sociedad Real de Londres, y de que ya tuvimos ensejo de hablar. 195

Varias veces se ha buscado insinuar que W. Crookes se había retratado de sus afirmaciones. Ora, he ahí
lo que decía él, a propósito de esos fenómenos, en su discurso en el Congreso para el adiantamento de
las ciencias (British Association), realizado en Bristol, en 1898, y del cual era presidente:

“Treinta años se pasaron, después que publiqué las narrativas de experiencias tendientes a
demostrar que, fuera de nuestros conocimientos científicos, existe una fuerza puesta en acción
por

193
Aksakof, ob. cit., cap. I.
194
Ídem, Ibidem.
195
Ver Léon Denis, “Tras la Muerte”, cap. XIX; William Crookes, “Recherches sur le Spiritualisme”, passim, y Aksakof, ob. cit.,
cap. I, B.

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una inteligencia que difiere de la inteligencia común a todos los mortales. Nada tengo que
retratar; mantengo mis observaciones ya publicadas. Puedo aún añadirles otras muchas.”

La Sra. Florence Marryat, autora de grande nombrada, insertó, en una de sus obras,196 una descripción
minuciosa de las sesiones de Crookes, de que era de las más assíduas testigos. He ahí aquí un fragmento:

“Asistí diversas veces a las investigaciones hechas por el Señor Crookes, para convencerse de la
existencia de la aparição. Vi madeixas oscuras de Florence Cook esparsas en el suelo, delante de la
cortina, a la vista de todos los asistentes, mientras Katie paseaba y conversaba con nosotros. Vi,
en varias ocasiones, Florence y Katie, al pie una de la otra, de suerte que no puedo tener la
mínima duda de que eran dos individualidades distinguidas... En el correr de una sesión, se pidió la
Katie que se desmaterializasse en plena luz. Consintió en someterse a la prueba, aunque nos dijera
enseguida que le habíamos hecho muy apenas. Fue encostar-si a la pared del salón, con los brazos
extendidos en cruz. Se encendieron tres picos de gas. El efecto producido en Katie fue terrífico. La
venimos aún durante un segundo sólo; después, ella se desvaneció lentamente. No puedo mejor
comparar su extinción que la una muñeca de cera derretendo-si al calor de un brasero. De
entrada, los dos lados del rostro, vaporizados y confusos, parecía entren uno en el otro; los ojos se
hundían en las órbitas; la nariz desapareció y la fronte se deshizo. Los miembros y el vestido
tuvieron la misma suerte; iba todo cayendo en la alfombra, como una c oisa que desmorona. A La
luz de los tres picos de gas, mirábamos fijamente para el lugar que Katie King había ocupado.”

Reproducimos esas descripciones a fin de mostrar el gran poder de desagregación que ejerce la luz sobre
las creaciones fluídicas temporales y la necesidad de las sesiones obscuras, en ciertos casos, a pesar de los
inconvenientes que presentan.

A ese respeto, el Sr. Camille Flammarion establece la siguiente comparación, escribiendo en la “Revue”
de 1906:

“Aquí está, en un frasco y en volumen igual, una mezcla de hidrógeno y cloro. Si queréis que la
mezcla se conserve, es preciso – sea o no de vuestro agrado – que el frasco permanezca en la
obscuridade. Tal es la ley. Mientras allí quedar, ella se conservará. Si, sin embargo, movido por
una fantasia pueril, expongáis esa mezcla a la acción de la luz, una violenta explosión se hará
súbitamente oír; el hidrógeno y el cloro habrán desaparecido y encontraréis en el frasco nueva
substancia: el ácido clorídrico. Y, con acierto, concluiréis: la obscuridade respeta los dos
elementos; la luz los aniquila.”

Otro caso célebre, que reúne los mejores elementos de certeza, las más concludentes pruebas, 197 es la
aparição de Estela Livermore, fallecida, a su marido, el banquero Livermore, en Nueva York, de 1861 a
1866, en 388 sesiones, dirigidas por un otro Espíritu que a sí aún se designaba por el nombre de Dr.
Franklin.

El fenómeno se completa con una serie de pruebas de carácter persistente. Unos cien dictados son escritos
por Estela, bajo las vistas de su marido, en tarjetas traídas y marcados por él. Gracias a una luz misteriosa
que envolvía el fantasma, el Sr. Livermore reconocía la mano, las feições, los ojos, la fronte, los

196
Fl. Marryat – “Le Monde des Esprits”, 1894, traducción del “Het Toekomstig Leven”, Utrec ht, agosto de 1902.
197
Ver Aksakof, “Animismo y Espiritismo”, cap. IV.

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Denis
cabellos de la escrevente. “Su fisionomia – dice él – era de una belleza sobre-humana y me miraba con
inefável expresión de felicidad.”

Esos hechos son antiguos y ya han sido muchas veces relatados. No podíamos, sin embargo, deixá -los
olvidados, en razón de su importancia y de la extensa repercusión que se les ha dado. Vamos a presentar
otros más recientes. Ya no se trata sólo de formas insuladas que la parecen, pero de grupos de Espíritus
materializados, cada uno de los cuales constituye una individualidade distinguida del médium. Formas, de
compleição y dimensiones diferentes, se muestran a la vez, se organizan gradualmente la expensas de
una masa fluídica nebulosa y, por fin, se disuelven de repente, tras tener interviniendo algunos instantes en
los trabajos y en las conversaciones de los experimentadores.

El Dr. Paul Gibier, director del Instituto Pasteur, de Nueva York, presentó al Congreso de Psicología de
París, en 1900, extensa memoria acerca de las “materializações de fantasmas”, 198 obtenidas por él en su
propio laboratorio, en la presencia de los preparadores que lo auxilian habitualmente en sus trabajos de
biología. Muchas señoras de su familia asistían, además de eso, a esas experiencias. Tenían por gravamen
especial vigilar la médium, Sra. Salmon, examinarle los vestidos, negros siempre, mientras que los
fantasmas aparecían de blanco..

Fueron tomadas todas las precauciones. Se empleaba una jaula metálica, cuidadosamente cerrada, con
puerta de hierro presa por un candado. Durante las sesiones, la médium era concluida en esa jaula, cuya
llave el Dr. Gibier conservaba en su poder. Por exceso de precaución, se pegaba un sello postal francés en
el orificio del candado. La jaula era completada con un gabinete formado de cartinas. Otras veces, sólo el
gabinete era utilizado, sin la jaula..

Numerosas sesiones se efectuaron en esas condiciones, de las cuales solamente una relataremos, porque
resume todas las otras.199

El día 10 de julio de 1889 la médium, Sra. Salmon, es colocada en el gabinete y amarrada a la silla. Le
pasan, además de eso, una cinta en vuelta del cuello, fijada por un nodo cirúrgico. Las extremidades de la
cinta pasan por dos orificios abiertos en el forro del gabinete y son amarradas una a la otra por un doble
nodo muy apretado, muy lejos del alcance de la médium, que está vestida de negro. Se disminuyó la luz;
pero se distinguían los objetos.

Aparições incompletas de brazos, bustos y faces se producen a principio. Formas enteras, vestidas de
blanco, les suceden. Sus compleições varían, desde una forma de niño, la pequeña Maudy, a los fantasmas
de elevada estatura. Vienen después formas femeninas, delgadas y monas, mientras que la médium es
persona de sus cinqüenta años, bien nutrida. Entre aquellas, aparece una figura masculina, alta y barbada.
ES Ellan, un Espíritu de voz fuerte, que distribuye vigorosos apertos de manos a los asistentes. Esa mano,
apretada pela del Dr. Gibier, se disuelve poco a poco bajo la presión recibida.

Tales aparições se forman a la vista de los experimentadores. Se distingue al comienzo un punto nebuloso,
brillante y móbil, que se dilata y prolonga en forma de columna; después es una T. Este se cambia en un
perfil de señora, cubierto con un véu, y por fin una encantadora figura de moça, esbelta y delicada, se
esboza, si condensa. Pasea por entre los asistentes, saluda, aprieta las manos que se extienden

198
“Resenha oficial del IV Congreso Internacional de Psicología”, París, Félix Alcan, editor, 1901, pág. 675, reproducido In
extenso en “Annales des Sciences Psychiques”, del Dr. Darieux, febrero de 1901.
199
“Annales des Sciences Psychiques”, marco-abril de 1901.

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Denis
para ella, tras el que la aparição se desmorona como un castillo de cartas. Por un momento aún se
distingue una cabeza mona que emerge del soalho y enseguida todo desaparece. En el mismo instante, el
Dr. Gibier palpa la médium, que se conserva en su lugar, amarrada, en el gabinete. Se da toda la fuerza a
la luz; las cintas son examinadas; están intactas y es preciso algún tiempo para desatarlas.

Esas formas se mueven y hablan. Dan los nombres: Blanche, Lélia, Musiquita, etc. Esta última toca una
guitarra eléctrica. Todas conversan con los asistentes; sus voces se hacen oír en todos los puntos de la
sala. En cuanto a los tejidos de que se visten las aparições, ellas mismas afirman los producís con el
concurso de elementos quitados a las ropas del médium, parcialmente desmaterializadas. En una sesión,
el Espíritu Lélia forma con uno soplo, a los ojos de los asistentes, un tejido leve de gaze blanca, que se
extiende poco a poco y termina por cubrir todas las personas presentes. ES un ejemplo de creación por
la gana, que viene a confirmar lo que decíamos en el comienzo de este capítulo.

Donde vienen esas aparições, y cuál es su naturaleza? El Dr. Gibier va a decírnoslo: “Los fantasmas,
encuestados, declararon todos ser entidades, personalidades distinguidas del médium, Espíritus
desencarnados, que vivieron en la Tierra, y cuya misión es demostrarnos la existencia de la otra vida.”

Una particularidad, entre otras, va a demostrarnos que esos Espíritus tienen todo el carácter humano. “Las
formas – dice Gibier – se muestran a principio muy tímidas y es preciso captarles la confianza.”.

La identidad de uno de esos Espíritus fue positivamente establecida: – a de Blanche, fallecida parienta
de dos señoras que asistían a las sesiones; ella era sobrina de una y prima de otra. Ambas pudieron
abrazarla repetidas veces y conversar con ella en francés, lengua que la médium no comprende.

El Dr. Gibier notó que las manifestaciones variaban de intensidad, en la proporción del “volumen de
fuerzas” suministrado a los Espíritus por la médium, y se producían, conforme el caso, la mayor o más
pequeña distancia de la jaula o del gabinete donde estaba la médium sentada.

En el decurso de una sesión ocurrió un hecho sorprendente. La médium, en transe, concluida en la jaula,
fue encontrada del lado de fuera, al terminar de las experiencias. Según las explicaciones dadas por el
Espíritu Ellan, la puerta de la jaula había sido desmaterializada e inmediatamente reconstituída por
agentes invisibles.200 ES ese un caso notable de desagregación y reconstituição de la materia, que
convenía señalar.

Otros testimonios, no menos importantes, fueron coligidos por el Congreso Espiritualista de París, en
1900.

En la sesión de 23 de septiembre, el Dr. Bayol, ex-gobernador del Dahomey, senador y presidente del
Consejo General de las Bocas del Ródano, expuso con claridad los fenómenos de aparições observados, de
1º de enero de 1899 a 6 de septiembre de 1900, en una quinta de Aliscamps, en Arles.201

Visitamos, tras eso, el cementerio romano de Aliscamps (Campos Elíseos), donde se alinean, entre los teixos
y terebintos, bajo el límpido cielo de la Provença, extensas filas de sarcófagos antiguos. Venimos la
sepultura de Acella, de quien va a tratarse, y leemos la siguiente inscripción: “Mi hija Acella, muerta a los
17 años, en la propia noche de su noivado.” Fue en una quinta prójima, construida con piedras tumulares,
200
“Annales des Sciences Psychiques”, marco-abril de 1901.
201
Ver “Resenha del Congreso Espírita y Espiritualista”, de 1900, págs. 241 y siguientes. Leymarie, editor.
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que se hicieron las experiencias del Dr. Bayol, en presencia de eminentes personajes, como el alcalde de
las Bocas del Ródano, un general de División, el gran poeta Mistral, autor de la “Mireille”, doctores en
Medicina, abogados, etc.

Los fenómenos comenzaron por los movimientos de pesada mesa, que giraba en la sala con gran ruido. Se
vuelcan después dos globos luminosos circunvagar y se reflejen en los espejos, lo que demostraba su
perfecta objetividad. El Dr. Bayol tuvo la idea de evocar el Espíritu Acella, la joven romana, muerta el
tiempo de los Antoninos. Apareció una llama, que se dirigía para él y le pousou en la cabeza. Con ella
conversó como se lo hiciera con una persona viva, y a llama se agitaba de modo inteligente. Se veían, a
veces, hasta diez a doce llamas, que parecían inteligentes e iluminaban toda la sala..

“Estaríamos alucinados?” – interroga el Dr. Bayol. “Éramos, algunas veces, diecinueve, y creo que es
difícil alucinarse un viejo colonial como yo.”

Más tarde, en Eyguières, Acella se hizo visible y dio una impresión del rostro en parafina, no en côncavo,
como acostumbran ser los moldes, pero en relieve. Se produjeron después transportes, lluvias de pétalas de
rosa, de hojas de figueira y louro, que llenaban los bolsillos del narrador. Fue dictado un poema en idioma
provençal y desferidas melodías en un bandolim, sin contacto aparente.

Los médiuns, personas iletradas, obtuvieron fenómenos de escritura en griego. Otras veces se
produjeron efectos físicos de gran energía. Uno de los médiuns fue proyectado en el aire, a una altura
de cuatro metros, e hizo a caer sobre la mesa, sin nada sufrir.

“Mis experiencias – dijo el Dr. Bayol en su memorial202 – fueron rodeadas de todas las precauciones
posibles. Hay en Francia una cosa formidável, un terrible monstruo, que mete miedo a los franceses y que
se llama ridículo. A un viejo colonial como yo permitiréis que el afronte. Estoy convencido de que tengo
razón y no debo tener miedo de decir la verdad.”.

En el correr de los años de 1901 y de 1902, toda la prensa italiana se ocupó con una serie de sesiones
dadas por la médium Eusápia Paladino, en el Círculo Minerva, en Gênova, en presencia de los profesores
Lombroso, Morsélli y F. Porro y del arguto escritor, conocido en toda la península, extremadamente
escéptico acerca del Espiritismo, A. Vasallo, director del “Siglo XIX”.

Diez sesiones se efectuaron. Tras numerosos fenómenos físicos y varios casos de levitação,203
se formaron aparições. He ahí como el Sr. Vasallo las describe en su periódico.204

“El fenómeno dura tiempo demasiado largo, para que pueda ser atribuido a la alucinação, parcial
o colectiva. Por cima de la cabeza del médium se muestra una mano blanca, en un gesto de adiós
a todos los asistentes. Para favorecer el desarrollo del fenómeno, se borra la luz, que impide la
materialização. Siento inmediatamente atrás de mí el indubitável contacto de una persona; dos
brazos me ciñen con ternura y afecto; dos mãozinhas débeis, proporcionadas a la mano
entrevista, me toman la cabeza, acariciándola, una luz misteriosa me ofusca y recibo largos y
repetidos besos, oídos por todos. Sólo puede ser mi fallecido hijo Naldino; y ahora que
202
“Resenha del Congreso Espírita y Espiritualista”, de 1900, págs. 203 y 204.
203
Ver cap. XVII.
204
“Secolo XIX”, de Genova, artículos de 21 a 25 de junio de 1901.

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Denis
si enciende una vela, una silueta se diseña a mi lado, representando exactamente las feições de
mi niño fallecido; esa forma permanece inmóvil durante algunos segundos.

La cuarta sesión nos muestra el fenómeno en su punto culminante. Naldino aparece nuevamente.
A principio, un tardado abrazo, durante el cual siento la forma de un muchacho, delgada,
comprimirme; después, una multitud de besos, percibidos por todos, y palabras en dialecto
genovês – el médium sólo habla el napolitano – que todos oyen y que tienen un timbre particular
sobre que no me puedo engañar: “Papa mio! papa mio!” intercaladas de exclamación de alegría:
“el Dio!”

De repente, el contacto con lo Invisible – tan visible, sin embargo – parece querer desvanecerse;
como que se va evaporar; después, nuevo abrazo. Recibo tres largos y enamorados besos, y la voz
me dice: “Estos son para mamá.” Los invitan a encender de nuevo la lâmpada eléctrica; y, como si
lo Invisible nos quisiera dar una derradeira prueba de su presencia, un fenómeno, entrevisto en
precedente sesión por el profesor Lombroso, se renueva. Percibimos todos una forma humana, de
perfecta semejanza con la ya designada, abrir los brazos y ceñirme. Una de sus manos me toma la
mano derecha, mientras con la izquierda seguro siempre el médium, que, como todos pudimos
certificarnos, estaba reclinado en la silla, en hipnose profunda.”

En ciertas noches son múltiples las aparições. Perfiles indistintos, contornos de cabezas, sombras obscuras
se diseñan en un fondo escasamente iluminado; fantasmas blancos, de extrema tenuidade, se muestran en
los lugares oscuros de la sala. El profesor Morsélli reconoce la sombra de su filhinha, muerta a los once
años. El Sr. Bozzano siente una delicada mano de mujer el apretar, el acariciar; dos brazos le ciñen el
cuello. Una voz débil, pero distinguida, pronuncia un nombre que es para él “una revelación de Además-
túmulo”. Durante todo ese tiempo, el médium, despierto, gime, dirige súplicas a sus amigos invisibles y les
pide socorro. Sus sufrimientos llegan hasta tal punto, que es preciso suspender las experiencias.

En el curso de una sesión dirigida por el Dr. Morsélli, profesor de Psicología en la Universidad de Gênova,
durante la cual el médium, tras minucioso examen de suyas vistes, fue amarrado en una cama, cinco
formas materializadas aparecieron en media-luz. La última era a de una señora, envolta en gaze
transparente y trayendo en los brazos una criancinha. Otra figura de moça, cuya sombra proyectada por la
luz del gas se diseñaba en la pared, saludó, y la sombra acompañó todos los movimientos de la forma.205

Se trabó viva polémica entre varios periódicos acerca de esas experiencias. En una de sus réplicas, así se
expresaba el profesor Morsélli: “Declaro que el Espiritismo merece ser plenamente estudiado por los
sabios y, por mi parte, confieso que en él creo enteramente. Yo, el materialista obstinado; yo, el intrépido
director de un periódico intransigente y positivista, pretenderían hacerme pasar por víctima de una
alucinação o por neófito crédulo?!”

A. Vasallo, en una conferencia hecha posteriormente en Roma, en la sede de la Asociación de la Prensa,


ante un público de escol, bajo la presidencia del Sr. Luzzatti, antiguo ministro, expuso
desassombradamente todos los hechos a que acabamos de aludir y afirmó las aparições de su hijo
fallecido.

205
“Revue des Études Psychiques”, septiembre de 1902, Pág. 264.

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César Lombroso, finalmente, el célebre profesor de la Universidad de Turim, en su obra “Hipnotismo y
Espiritismo” (traducción Rossigneux), en el capítulo intitulado “Fantasmas”, tras relatar las aparições
obtenidas en el curso de las sesiones de Eusápia, por Vasallo y Morsélli, así se expresa:

“Obtuve yo propio una bien comovedora aparição. Fue en Gênova, en 1882. Eusápia no parecía,
en ese momento, en condiciones de producir gran cosa. Pidiéndole al comienzo que hiciera
moverse en plena luz un pesado tinteiro, objetou-me en tono vulgar: “De que sirven tales
ninharias? Yo soy capaz de hacerte ver tu madre.” Poco después, en la media obscuridade
producida por una lâmpada de vidrios encarnados, vi destacarse de la cortina una silueta, envolta
en un véu y de bien pequeña estatura, como lo era mi pobre madre. Hizo el giro completo en
hago a la mesa y se detuvo al pie de mí, sonriendo y dirigiéndome palabras que los otros oían,
pero que, a consecuencia de mi sordera, no pude percibir. Extremadamente conmovido, le pido
que repita, y ella dice: “César, hilo mio”, lo que, confieso, me sorprende bastante, porque de
preferencia acostumbraba ella decir, en su lengua veneziana: “mio fiol”. Después a mi pedido hace
nuevamente el giro en hago a la mesa y me envía un beso. En ese momento, Eusápia estaba bien
coge por sus dos vecinos y, al demás, su estatura excede por lo menos diez centímetros a la de mi
madre, que me hizo a aparecer aún, menos distinguida, enviándome besos y hablándome en ocho
sesiones más, los años de 1906 y 1907, en Milán y Turim.”

Massaro, de Palermo, en una sesión, a 26 de noviembre de 1906, en Milán, vio aparecer su hijo, que lo
tomó ampliamente en los brazos y lo abrazó.

Ya no tienen cuenta a las aparições y materializações de Espíritus. Han sido observadas en todos los países
por numerosos experimentadores. En Tours, pude yo aún observar una de ellas, que describí en mi libro
“Cristianismo y Espiritismo”, cap. IX. En ese caso, la forma era vacante y sombría; no caminaba, deslizaba
por el suelo.

A veces, sin embargo, las aparições revisten todos los caracteres de una belleza ideal.

El Sr. Georg Larsen, en una carta dirigida al “Eko”,206 periódico que se publica en Suecia, describe la
aparição de su esposa Ana, fallecida a 24 de marzo de 1899. El fenómeno ocurrió en Berlín, en 1901, en
presencia de la Princesa Karadja, de la Condessa de Moltke y otras personas. Se redactó un memorial, que
fue firmado por todos los asistentes. El Sr. Larsen así se expresa:

“Se abrieron las cortinas, dejando ver un espectáculo maravilloso. Venimos elegante mujer,
vestida de prometida, con largo véu blanco que le caía de la cabeza a los pies; pero que véu!
Parecía tejido de aéreos rayos luminosos. Y como yo le reconocía las feições! Hace doce años me
conducía al altar esa mujer, entonces viva. Como era hermosa, con el véu sobre los cabellos
negros y la estrella brillante al alto de la cabeza! Oí en torno a mí exclamaciones de asombro. Mis
ojos se conservaron fijos en el adorado rostro, hasta que de nuevo cerraram-si las cortinas.

Un momento después reapareció ella, tal como acostumbraba estar en nuestra casa; caminó
hasta más cerca de mí y levantó los brazos extendidos. Los cabellos negros formaban de más bella

206
Ver “Revue Scientifique et Morale du Spiritisme”, mayo de 1901, pág. 672.

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moldura en torno a su rostro; estaba con los brazos desnudos y tenía el esbelto cuerpo envolto en
un largo vestido de un blanco de nieve. Fitava-me con sus ojos luminosos; yo hacía a encontrar su
actitud y su expresión afetuosa; era mi mujer viva; pero la aparição total tenía uno belleza y una
armonía singulares, un conjunto idealizado, que un ser de la Tierra no posee. Murmuré su nombre.
El sentimiento de una felicidad inexprimível se apoderaba de mí. Ella deslizó silenciosamente
hasta al gabinete, cuyas cortinas se cerraram de nuevo. La sala estaba bien iluminada; los
asistentes se conservaron serios y tranquilos; el médium permaneció visible en su poltrona, al lado
y durante todo el tiempo de la aparição.”

La pedido del Sr. Larsen, le fue dejado un pedazo del véu, que él aún conserva en su poder. “Ese véu – dice
él – de un tejido delicado, fue urdido con materia igual a la que emplea el Espíritu para hacerse visible y
tiene su origen en las radiaciones del cuerpo humano.”

En su crítica a los fenómenos de aparição, recurren casi siempre los detratores del Espiritismo a la teoría
de la alucinação. ES una explicación, por igual, cómoda y vacante, y antes una palabra hueca, destinada a
disimular la penuria de argumentos de contraditores en apuros.

Convendría antes de todo definir precisamente lo que es alucinação. ES – dicen – una aberração de los
sentidos. Pero el campo de nuestras percepciones es tan limitado, tantas cosas en la Naturaleza escapan a
nuestros sentidos imperfeitos, que nunca sabemos, en los casos controvertidos, si no se trata de objetos
percibidos por sentidos más sutis, más filtrados que los de la generalidad de los hombres.

Como venimos, gran número de manifestaciones espíritas se basa en fotografías o moldes, que,
confirmando su autenticidade, excluyen toda posibilidad de ilusión. Aksakof obtuvo fotografías de una
forma de Espíritu materializada, que amparaba en los brazos el médium Eglinton, imerso en profundo
transe y en un estado de completo esgotamento. Todos los asistentes distinguían la aparição, de elevada
estatura, de barba negra y penetrante mirar.207

En casa de la Sra. d`Espérance, en Gotenburgo, se obtuvieron, en 1897, numerosas fotografías de


Espíritus, en la presencia de Aksakof y de otros experimentadores.208

Moldes de miembros materializados son obtenidos en parafina derretida, moldes sobre los cuales es,
enseguida, pisado un modelo en gesso, que reproduce en relieve, con perfecta exactitud, todas las
particularidades anatómicas de la forma.

Las manos, moldeadas por ese proceso, no tienen relación alguna con las de los médiuns. El profesor de
Geología Denton las obtuvo de tamaños diferentes, desde manos gigantescas que excedían las
dimensiones de manos humanas, hasta dedos de criancinhas. Como medida de fiscalización, las
experiencias fueron hechas en una caja cerrada a la llave y lacrada, previamente examinada por todos los
assist entes. La operación se efectuó en plena luz, estando el médium constantemente vigilado, y los
informes fueron

207
Ver “Animismo y Espiritismo”, cap. 1, IV, d.
208
Ver Y. d'Espérance, “En el País de las Sombras”, Leymarie, editor, 1899, con fotografías de los Espíritus Leila, Iolanda, Y -An-Allí,
etc.,
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págs. 255, 310 y 312 y prefacio de Aksa kof.
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firmados por los experimentadores, entre los cuales se hallaban el profesor Denton, el Dr. Gardner, el
Coronel Cope, Epes Sargent, literato bien conocido nos Estados Unidos, etc.209

Idénticas experiencias fueron hechas con el mismo resultado por el Sr. Reimers, de Manchester, siendo la
cabeza y las manos del médium prendidas en un saco de filó, amarrado en la cintura. Los agentes ocultos
son visibles al tiempo que el médium. En una sesión, fueron simultáneamente vistos este último y cuatro
formas materializadas, teniendo cada una la fisionomia y señales particulares que a distinguían de las
otras figuras. Se presentaban a los asistentes, después de la operación de la moldagem, y los invitaban a
retirar ellos mismos los guantes de parafina de sus manos y los revestimientos de sus pies materializados.
210

Todo fraude se hace al demás imposible por el hecho de que, estando la parafina a hervir, no habría mano
humana que le pudiera tolerar la excesiva temperatura, como no podría igualmente retirarse del molde,
sin quebrarle o, por lo menos, estropearle la forma, delicada y extremadamente quebradiça, mientras la
mano oculta parece desmaterializar-si en el propio molde.

Ernesto Bozzano, en “Annales des Sciences Psychiques”, de enero de 1910, publicó un extracto de las
sesiones organizadas en 1893 con la Sra. d'Espérance, en Noruega, por un grupo de eminentes
experimentadores, las cuales fueron efectuadas en la residencia del profesor Y. En casi todas se presentó
la forma de “Nefentes”. Era una forma de mujer extremadamente bella; se mostraba a la luz al tiempo
que la médium, “despierta y sentada con los otros experimentadores fuera del gabinete”. Se
materializaba en medio del círculo y se prestaba, ora a ser fotografiada, ora a escribir en el canhenho de
uno de los asistentes, ora a suministrar el modelo de su propia mano, imergindo-a en parafina liquefeita.

Esa última experiencia es así narrada en el “diario” de la Baronesa Peyron:

“El leve ruido producido por la mano a bucear en el líquido y ser de él retirada continuó durante
algunos minutos, a la sombra de las cortinas, permitiéndonos divisar completamente la forma
blanca inclinada para el recipiente. Después, “Nefentes” retomó la actitud erecta y se volvió para
nodos, mirando en hago, hasta que descubrió el Sr. F. sentado atrás de un otro experimentador,
que lo ocultaba en parte. Se dirigió entonces a él, suspensa en el aire, buscando entregarle un
objeto. “Ella me entrega un bocado de cera!” exclamó él; pero inmediatamente notando: “No; es
el modelo de su mano, cubierta hasta al puño; la mano se disuelve en el interior del molde.”
Mientras él hablaba aún, la forma deslizaba tranquilamente para el gabinete, dejando en las
manos del Sr. F. el modelo de parafina. Teníamos, finalmente, obtenido el tan deseado fenómeno!

Terminada la sesión, fue examinado el molde: exteriormente parecía informe, glanduloso,


formado por un gran número de capas superpuestas de parafina, en cuyo interior notaba- si la
impresión de todos los dedos de mano muchísimo pequeña. Fuimos el día siguiente llevarla a un
modelador, a fin de darnos la reproducción interior en gesso. Tal fue su estupefação y a de sus
obreros, que consideraron aquel objeto como obra de hechicera. Ejecutado el trabajo, pudimos
entonces admirar una mano muy pequeña y completa hasta al puño; todas las minúcias de las
uñas y de la piel aparecían: los dedos se presentaban curvados por forma tal que sería imposible a
una mano humana ser retirada sin quebrar el modelo.”

209
Ver Aksakof, ob. cit., cap. 1, D.
210
Ver Aksakof, ob. cit., cap. I, D, I.

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Las materializações de miembros fluídicos poden algunas veces explicarse por un desdoblamiento parcial
del organismo del médium. Aksakof obtuvo un molde del pie de la forma desplegada de Eglinton. 211 Fue
igualmente comprobado que las manos externalizadas de Eusápia Paladino dejaban impresiones, la
distancia, en substancias plásticas.

De esos hechos creyeron ciertas personas poder deducir que las aparições de fantasmas no pasan de
desdoblamientos del médium. Esa explicación es inadmisible, pues que, como venimos, en presencia de un
único médium pudieron contarse hasta cinco o seis Espíritus materializados, de sexo diferente, algunos de
los cuales hablaban lenguas extrañas, desconocidas del sensitivo. Aún en los casos de aparições insuladas,
las formas materializadas difieren totalmente del médium, física e intelectualmente, como lo demuestran
los hechos citados.

Aksakof es inducido a creer que esas formas no son reproducciones de las que revestían los Espíritus en su
existencia terrestre; son antes formas de fantasia, creadas por los agentes invisibles, no concluidos en esas
formas, sino animándolas exteriormente. Esa explicación, al que él dice, le tendría sido ministrada por los
Espíritus.212

Esa teoría, si es aplicable a los fenómenos de Gotenburgo, no parece poder hacerse extensiva a todos los
casos de materialização, como, por ejemplo, a los hechos observados por Crookes, Wallace, G ibier, etc. Si,
con efecto, puede el Espíritu crear formas materiales que son simples imágenes, puede también
condensar su propio envolvente, a punto del hacer visible. El fenómeno de las materializações se explica
de modo racional y satisfactorio por el funcionamiento del perispírito. Ese envoltório fluídico del alma es
como un dibujo, uno esbozo, en que la materia se incorpora, si condensa, por sucesivas acumulaciones de
las moléculas, hasta llegar la reconstituir un organismo humano.

Así, con Katie King el Espíritu materializado es una mujer terrestre; respira, su corazón palpita; posee
todos los caracteres fisiológicos de una persona viva.213

En los moldes en parafina obtenidos por Zoellner, Dentou, etc., moldes o impresiones de manos, pies y
rostros, las más pequeñas particularidades de la piel, de los huesos, de los tendões, son reproducidos con
rigurosa exactitud. Los Drs. Nichols y Friese obtuvieron, en la presencia de doce testigos, el molde de mano
de niño, con una señal particular, una ligera deformidade, que permitió a una señora presente reconocer
la mano de su hija, muerta a los cinco años de edad. 214

No se debe concluir de ahí que el Espíritu conserve, en el Espacio, las imperfeições físicas o las mutilações
de su cuerpo terrestre. Sería un error crasso, pues que el testimonio unánime de los desencarnados nos
indica exactamente el contrario. En el Además, jamás el perispírito es mutilado o enfermo:.

“Cuando el Espíritu se quiere materializar – dice G. Delanne215 – es gracias a poner nuevamente en


acción el mecanismo perispiritual, y este reconstitui el cuerpo con las modificaciones que hube sufrido
durante la permanencia del Espíritu en la Tierra.”

211
Aksakof, ob. cit., cap. I, D, II.
212
Ver Aksakof, ob. cit., cap. I, y prefácio del libro “En el Padres de las Sombras”.
213
Ver Florence Marryat, “El Mundo de los Espíritus”, 1894 y W. Crookes, “Recherches sur le Spiritualísme”, apêndice.
214
Aksakof, ob. cit., cap. I, D, II.
215
“Revue Scientifique et Morale du Spiritisme”, abril de 1905.

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La siguiente narrativa, transmitida al periódico “Facts” por el Sr. James N. Sherman, de Rumfort (Rhode
Island), y reproducida en “Light” de 1885, pág. 235, es un nuevo ejemplo de la ley de conservación de las
formas evolvidas por el ser durante su pasaje aquí en la Tierra:.

“Estuve, en mi mocidade, entre los años de 1835 y 1839, en las islas del Pacifico, y había
indígenas a bordo de nuestro navío, con los cuales conseguí aprender perfectamente la lengua
que hablaban. Más tarde, a 23 de febrero de 1883, asistí a una sesión en casa de los Srs. Allens, en
Providencia (Rhode Island), durante la cual se materializó un indígena de las islas del Pacífico: lo
reconocí por la descripción que hizo de la caída que había dato de la pavesada y de la cual hube
resultado contundir-si en la rodilla, que quedó hinchado. En la aludida sesión, colocó él la mano en
la rodilla, que presentaba, materializado, la misma tumefação y rijeza verificadas por ocasión del
accidente y que no más cesaron. A bordo le llamábamos Billie Marryat.”

Los elementos de las materializações – dijimos nodos – son temporalmente hauridos en los médiuns y en
las otras personas presentes. Sus radiaciones, sus eflúvios, son condensados por la gana de los Espíritus,
inicialmente en colmos luminosos; después, a medida que aumenta la condensação, la forma se diseña, se
hace cada vez más visible. Ese fenómeno es siempre, en las sesiones, acompañado de sensación de frío,
indicio de dispêndio de fuerza y de calor – no siendo calor y luz, como se sabe, sino modos vibratórios, más
o menos intensos, de la misma substancia dinámica, en un periodo uniforme de tiempo. En los médiuns, ese
dispêndio es considerable y se traduce por diferencias de peso muy sensibles.

W. Crookes lo verificó durante las materializações de Katie King, por medio de balanzas munidas de
aparatos registradores. A ese respeto, dice la Sra. Fl. Marryat:

“Vi Florence Cook en una balanza especialmente fabricada por el Sr. Crookes; ella estaba atrás de
la cortina, mientras el fiel permanecía a la vista. En esas condiciones, la médium, que pesaba 80
libras en el estado normal, acusaba sólo 40, desde que la forma de Katie estuviera completamente
materializada.”

En las experiencias de los Srs. Armstrong y Reimers, hechas en Liverpool con el concurso de los médiuns
Miss Wood y Fairlamb, se procedió a la pesagem de los médiuns y de las formas aparecidas, y se pudo
verificar que el peso perdido por las sensitivas se encontraba en las aparições materializadas. 216

Durante todo el tiempo en que duran esos fenómenos los médiuns están buceados en transe profundo,
semejante a la muerte. Sus cuerpos menguan, los vestidos flotan en torno a ellos; la piel pende flácida y
vacía y forma verdaderos sacos.217

Los otros asistentes sufren también disminución de fuerza y de vida. El Sr. Larsen lo señala, después de
la aparição de su mujer:218

“Yo debo haber contribuido para su materialização, porque el día siguiente estaba bastante
fatigado; tenía los ojos amortiguados; los cabellos y la barba estaban un poco embranquecidos;
evidente que mucha fuerza física me había sido subtraída. En pocos días readquiriu mi cuerpo lo
216
Aksakof, ob. cit., cap. I, IV, y.
217
Ver Condessa Wachtmeister, “Le Spiritisme et la Théosophie, pág. 19, Leymarie, editor.
218
“Revue Scientifique et Morale du Spiritisme”, mayo de 1901, pág. 672.

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vigor normal; pero eso indica que las personas dotadas de poderes mediúnicos deben tomar sus
precauciones.”

La Sra. Florence Marryat describe una sesión que se efectuó, el día 5 de septiembre de 1884, en presencia
de los Coroneles Stewart y Lean, del Sr. y de la Sra. Russell-Davies, del Sr. Morgan y de ella propia, en la
cual los Espíritus mostraron a los experimentadores de que modo procedían a fin de organizar para sí
mismos un cuerpo la expensas del médium:219

“Eglinton se presentó de entrada entre nodos, en transe completo. Entró de culo, con los ojos
cerrados, la respiración ofegante, pareciendo debatirse contra la fuerza que el impeliu para
nuestro lado. Una vez ahí, se apoyó a una silla y venimos a salirle de la ilharga izquierda una
especie de vapor, masa nevoenta como tabaco. Sus piernas estaban iluminadas por clarões que las
recorrían en todos los sentidos. Un véu blanco se le extendía por la cabeza y pelas hombros. La
masa vaporosa iba aumentando siempre y la opressão del médium hacía -si más intensa, mientras
manos invisibles, retirándole de la ilharga flóculos de una especie de gaze muy leve, los
acumulaban en el suelo, en capas superpuestas. Acompañábamos con alvoroçada atención los
progresos de ese trabajo. De repente se evaporou la masa y en un abrir y cerrar de ojos un
Espíritu perfectamente formado apareció al lado de Eglinton. Nadie podría decir donde ni como se
hallaba él entre nodos; pero ahí estaba. Eglinton se dejó caer en el soalho.”

No solamente son hechas considerables absorciones del cuerpo del médium, pero en ciertos casos es este
sometido a la desagregación total. En las experiencias dirigidas por Aksakof, en casa de la Sra.
d'Espérance, en Gotenburgo, fue observada una cosa sorprendente. El cuerpo del médium, aislado en el
gabinete oscuro, había parcialmente desaparecido. Enteramente desagregada y hecha invisible por un
poder misterioso, la parte inferior del cuerpo había servido a las materializações de los Espíritus Ana,
Iolanda y Leila. Sus elementos habían sido transfundidos temporalmente en las formas espectrais, para
enseguida volver a su primitivo estado, habiendo conservado todas sus propiedades y sin que de eso el
médium hubiera tenido conciencia.220

Hecho semejante fue registrado por el Coronel Olcott, en condiciones de fiscalización que hacían imposible
todo fraude.221

La médium, Sra. Compton, a quien habían quitado los brincos de las orejas, fue amarrada a una silla con
línea muy fuerte, enfiada en los orificios de los lobos de las orejas y lacrada en el espaldar de la silla, siendo
impreso en el lacre el sinete personal del coronel. Además de eso, la silla fue fijada al soalho por medio de
un barbante y cera. El Espíritu de una niña, Katie Brink, apareció vestido de blanco, circuló por la sala y
tocó diversas personas. Invitado a dejarse pese, se prestó de bueno grado y el peso verificado fue de 77
libras inglesas:

“Penetré en el gabinete – dice el coronel – mientras la niña estaba en la sala; no encontré la


médium; la silla estaba vacía; en ella no había ninguna especie de cuerpo. Invité entonces la niña a
hacerse más leve, si fuera posible, y subir de nuevo al prato de la balanza. Su peso había bajado a
59 libras. Ella reapareció aún, se dirigió de uno a otro espectador, se sentó en las rodillas de la Sra.
Hardy y, finalmente, se prestó a una derradeira pesagem, que no acusó

219
“Revue Scientifique et Morale du Spiritisme”, agosto de 1902, pág. 97. Traducción del Dr. Dusart.
220
Y. d'Espérance, “En el País de las Sombras”, Leymarie, editor.
221
Ver Coronel H. L. Olcott, “Cens de l'Autre Monde” (People from the other world), 1875.

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más de 52 libras, aunque, del comienzo al fin de esas operaciones, ningún cambio se hubiera
operado en la apariencia de su forma corporal.

Efectuada esa última pesagem, el Espíritu no hizo a aparecer. Penetré con la lâmpada en el
gabinete y encontré la médium tal como a había dejado en el comienzo de la sesión, amarrada
con las líneas y los sinetes de lacre intactos. Continuaba sentada, con la cabeza encostada a una
de las paredes; su carne, pálida, tenía la frialdad del mármore; con las pupilas reviradas bajo los
párpados, la fronte cubierta de sudor frío, estaba sin pulso y casi sin respiración. Permaneció
veinte minutos en catalepsia; después la vida le fue poco a poco regresando al cuerpo y ella volvió
a su estado normal; colocada en el prato de la balanza, pesó 121 libras.”

El venerable Arcediago Colley, rector de Stockton, efectuó, en 6 de octubre de 1905, una conferencia
relativa al Espiritismo, durante la semana del Congreso de la Iglesia Anglicana. Esa conferencia hizo gran
rumor en Gran Bretaña; fue, enseguida, publicada en brochura y creemos interesante reproducir- se los
siguientes pasajes. En ella dice el autor:

“Aquí está un extracto de mi diario, en 28 de diciembre de 1877.222 Éramos cinco reunidos esa
noche, con nuestro eminente médium,223 en mi aposento, 22, Bernard Street, Russel Square, en
Londres. La primera forma humana anormal que en esa ocasión se presentó fue a de un niño, igual
a la de cualquier niño inglés de seis o siete años. Esa pequeña personalidad, a la vista de todos
(tres picos de gas estaban bien acesos), se reconstituiu delante de nodos..

Para no repetir tantas veces, sin necesidad, como se producen esas maravillas, diré una vez por
todas que la aparição de nuestros amigos psíquicos se opera del siguiente modo: yo me
conservaba habitualmente al lado del médium en transe, amparándolo con el brazo izquierdo,
de modo a asegurarme las mejores condiciones posibles para observar lo que se pasaba.

Cuando estábamos a la espera de una materialização (y, a veces, de repente, sin ninguna
expectativa del grande parto psíquico), veíamos elevarse, como del tubo de una caldeira, a través
de la ropa negra del médium y un poco abajo de su pecho izquierdo, un filamento vaporoso, que
permanecía sólo visible, estando a una o dos pulgadas del cuerpo de nuestro amigo.

Entonces ese filamento constituía poco a poco una especie de niebla, donde salgan nuestros
visitantes psíquicos, utilizándose aparentemente de ese vapor fluídico para formar las amplias
roupagens blancas en que se envolvían...

Ora, la forma infantil que, de modo anormal, se hallaba en nuestra presencia, vestida de blanco y
con lindos cabellos de oro, tenía todas las actitudes propias de un niño humano; batía con las
mãozinhas, aproximaba la boca para que cada uno de nodos la beijasse, hablaba de modo
infantil, con un leve recelo. El médium, como un hermano más viejo, le daba instrucciones y lo
mandaba aquí, allí, llevar tal y tal cosa de un lado a otro del aposento – lo que el niño hacía con
perfecta naturalidade. Aproximándose, finalmente, con sencillez y confianza, del autor de su
existencia momentânea, la mona criatura fue por él reabsorvida y desapareció, fundiéndose
nuevamente en el cuerpo de nuestro amigo.

222
Ver “Annales des Sciences Psychiques”, enero de 1906.
223
El médium era el Dr. Monck, pastor batista. Ver G. Delanne, “Les Apparitions des Vivants et des Morts”, volumen II, pág. 521.

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Tocó después la vez al egipcio, nuestro amigo “el Mahedi”. El color de la piel bronzeada que
presentaba nuestro visitante anormal, que yo conseguía examinar de cerca con una lente, a
través de la cual le observaba minuciosamente la carne, las uñas, las manos pequeñas, los pies, los
tobillos, los brazos y las piernas trigueiras y cabeludas, la movilidad de las feições, en que, de
cuando en cuando, brillaba una expresión de esfinge; la nariz pronunciada, el contorno general
del semblante, el perfil regular, los ojos negros, el mirar penetrante, no, pero, sin benevolencia,
los cabellos negros, lisos y compridos, con el bigode y la barba largos y caídos, los miembros
nervudos y musculosos; la gran estatura, de más de dos metros, todo eso me confirmaba en las
primeras impresiones de que “el Mahedi” era un oriental, pero no de la India ni del Extremo
Oriente.

Mi examen, hecho con todo el vagar en esa ocasión, fue muchas veces repetido y yo tenía
conciencia de la gracia que nuestro amigo misterioso hallaba en mi importuna y minuciosa
inspección de su robusta persona físico-psíquica.

Yo no retiraría, para ser arzobispo de Cantuária, una única palabra del que escribí acerca de
cosas vistas y anotadas, por primera vez, hay largos años y sobre las cuales medité en silencio
durante veintiocho años.

Afirmo la veracidade de esas cosas, empeñando mi palabra de clergyman, y por ella puse en
riesgo mi posición eclesiástica y mi futuro profesional.”

A las materializações de Espíritus se vienen algunas veces añadir creaciones espontâneas de plantas,
transportes de flores y frutos.

El día 28 de junio de 1890, bajo las vistas de Aksakof y del profesor Boutlerov, en casa de la Sra.
d`Espérance, en Gotenburgo, un lírio dorado, de seis pies de altura, fue producido por el Espíritu Iolanda.
Auxiliado por los asistentes, ese Espíritu depositó arena, tierra y agua en un vaso, que enseguida cubrió
con el véu. Este se elevó lentamente, impelido de modo continuo por un objeto invisible; y cuando
Iolanda retiró el véu se vio aparecer una linda planta cubierta de flores, que exhalaban penetrante
aroma. Ese lírio dorado se conservó durante una semana entera, tras el que desapareció misteriosamente
como tenía viniendo.224

Acabamos de ver los Espíritus en acción, creando objetos y flores. De igual manera operan ellos en la
formación de las vistes, costumbres y adornos que aparecen. Ese hecho, de mostrarse vestidos los
Espíritus, ha provocado numerosas objeções, a que cumple responder.

Recordemos antes de todo, como principio, que la gana y el pensamiento son creadores. En las aparições,
ya venimos como la materia sutil obedece a sus menores influxos. Un Espíritu puede actuar sobre los
fluidos y prestarles formas y propiedades adecuadas al fin que haya en vista.

En el dominio terrestre, esa acción ya se revela en las prácticas del Magnetismo. El hombre, dotado del
poder de curar, transmite, por la gana, a los eflúvios que de él emanam y, por extensión, al agua y a
correctos objetos materiales, como panos, metales, etc., propiedades curativas. Los fenómenos del
Hipnotismo y de la

224
Y. d'Espérance, “En el País de las Sombras”, cap. XXIII, con Prefácio de Aksakof.
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sugerencia nos muestran, bajo otras formas, la aplicación de esa misma ley. Mediante la sugerencia
provocan- si, en el organismo de sensitivos adormecidos, profundas modificaciones; se puede hacer
aparezcan o cicatrizarem chagas, estigmas, quemaduras, regular ciertas funciones como la circulación,
las secreções, etc., que en el estado normal escapan a la acción de la gana.

Casos hay en que un experimentador, sugiriendo la sensitivos que un sello postal, una obreira, son
vesicatórios, transmite por el pensamiento a esos inofensivos objetos una fuerza que hace empolar la
piel y producir serosidades. Otros han provocado, por simple orden, hemorragias cutâneas.225

Por la sugerencia, que es principalmente un acto de la gana, se ha conseguido no solamente impresionar


sensitivos, pero también causarles verdaderas perturbaciones, por la ingesta de líquidos anódinos a que se
prestan propiedades nocivas. ES así que se provoca la embriaguês con agua pura. Cosa más grave: hicieron
absorber a un sensitivo un veneno imaginario y ese veneno, a pesar de una sugerencia contraria casi
inmediata, produjo desórdenes fisiológicas que por mucho tiempo le arruinaron la salud. El memorial de
esa experiencia existe en el Salpetrière.226

A esos ejemplos cumple añadir las impresiones experimentadas por señoras embarazadas y que se
traducen, en el cuerpo del hijo en gestação, por taras, manchas, deformaciones. La influencia de esas
emociones a veces es vivíssima. El Doctor Goudard, en una comunicación a la Sociedad de Estudios
Psíquicos de Marsella, 227 refiere los siguientes hechos:

“Un hombre culto, salido de una de nuestras grandes facultades, fue operado, en su infancia, de
un doble pulgar de cada lado, que simulaba una pata de crustáceo, y era atribuido al hecho de
haber sido su madre, durante el embarazo, trincada fuertemente en la mano por una lagosta.
Otra madre, vivamente impresionada a la vista de una carranca de fuente, dio a la luz un feto
cuya cabeza tenía una extraña semejanza de feições con esa carranca.”

Caso notable es el siguiente, publicado por el “Matin”, de 1º de junio de 1906:

“Una joven de 19 años, Luísa Mirbel, había vivido muy tiempo con un muchacho llamado Pedro
Chauvin, de 27 años de edad, que tenía por alcunha “el Tatuado”. Ese individuo era célebre en una
zona especial de Montparnasse por la magnífica serie de tatuagens que le ornava el cuerpo.
Beberrão y violento, él batía en la amante, que no osaba abandonarlo con recelo de sus
represalias. Hay unos quince meses Pedro Chauvin fue prendido a consecuencia de un robo y
condenado a algunos meses de prisión. Luísa Mirbel aprovechó la ocasión para huir.
Definitivamente resuelta a abandonar la existencia vergonhosa que había llevado, vino a vivir en
el barrio Picpus, donde trabó conocimiento con un honrado trabajador, João Barrau, que la
desposou. Un día sintió ella que no tardaria a ser madre. Un recelo, sin embargo, a asaltaba:.

– Mira – repitió varias veces al marido –, yo tengo miedo de que aquel individuo, que abusó de la
inexperiencia de mi mocidade, me venga un día buscar. Temo por ti y por mí, porque el
“Tatuado” es terrible en sus venganzas.

225
Binet y Ferré, “El Magnetismo animal”, págs., 146 y siguientes. Dr. Beaunis, “Le Somnambulisme provoqué”, pági en las 24 y
siguientes. “Revue de l'Hypnotisme”, diciembre de 1887, pág. 183; abril de 1899, pág. 298; junio de 1890, pág. 361. Ver también
en el “Progrès Médical”, 11 y 18 de octubre de 1890, un caso de cianose por sugerencia.
226
Ver “Journal du Magnétisme”, 1901, pala g. 53.
227
“Bulletin de la Société des Etudes Psychiques de Marsellle”, enero de 1903, pág. 17.

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J. Barrau se esforzaba por tranquilizarla, pero vanamente. A La noche, la pobre muchacha veía
en sueño el antiguo amante y despertaba trêmula. Una mañana dijo al marido:

– Tuve esta noche un sueño horrible: me parecía que el “Tatuado” estaba allí. Yo acababa de dar
a la luz nuestro hijo; él lo apretaba en los brazos y le diseñaba en el cuerpo todas las tatuagens
que en sí mismo trae.

– Tú estás loca, mi pobre amiga – respondió João Barrau –. Olvida ese hombre. Yo te aseguro que
él jamás te hará a hallar..

Ora, ayer de mañana, Luísa Mirbel dio a la luz un hijo. Imagínese lo espanto de los que a asistían,
viendo en el cuerpo del niño anchas manchas azuladas en que fácilmente se reconocían los trazos
de letras y dibujos. En el pecho se notaba distintamente un corazón atravesado por un punhal.”

En su libro “La Zone Frontière” (pág. 131) el Señor Sage refiere dos otros hechos:

“En Italia, un murciélago penetró, esvoaçando, en una sala de baile y las señoras invirtieron,
buscando enxotá-lo con los pañuelos; el mísero animalejo se dejó caer en el hombro desnudo de
una de las señoras, que tuvo uno desmayo. Poco tiempo después esa señora dio a la luz una hija,
que traía en el hombro la imagen perfecta de un murciélago con las alas extendidas. Nada
faltaba: los por los cinzentos, las garras, el hocico. La niña, tras moça, nunca se pudo decotar.

Las impresiones débiles, desde que perdurem, producen el mismo resultado que las súbitas y
violentas. Liébault refiere que un vinhateiro se asemejaba de modo sorprendente a la estatua del
santo padroeiro de su aldea, que existía en la iglesia. Durante el embarazo su madre había tenido
la idea fija de que el hijo se parecería con el santo.”

En el ser humano, como se ve, el pensamiento y la gana influyen profundamente sobre el organismo y sus
funciones. En otros casos nuestro pensamiento puede adquirir bastante intensidad para crear formas e
imágenes suscetíveis de impresionar placas fotográficas. Son numerosos los ejemplos.

Aksakof refiere228 que en el curso de experiencias fotográficas hechas en compañía de Mumler y del Doctor
Child, en 1862, fue obtenida en una placa la imagen de una señora que deseaba ardientemente aparecer
con una guitarra eléctrica en los brazos. La forma deseada apareció. Desde entonces se han multiplicado
esos casos. En las experiencias de sugerencia, se tienen muchas veces creado por el pensamiento objetos
que para los sensitivos poseían una existencia real y estaban sometidos a las leyes de la óptica.

No es aún necesario que la acción sea volitiva. Muchas veces, como en los casos de embarazo que
indicamos, el pensamiento es inconsciente y ni por eso deja de producir efectos muchísimo sensibles sobre
la materia. El mismo se da con los vivos externalizados que aparecen la distancia. Basta que su
pensamiento se haya fijado en una persona ausente para que su forma surja delante de ella, a punto de ser
fácilmente reconocida.

Si el hombre puede mentalmente operar tales efectos, que resultado no obtendrá el Espíritu,
desembaraçado de todo obstáculo carnal, él cuyo pensamiento vibra con intensidad superior?

228
Aksakof, “Animismo y Espiritismo”, cap. I.

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No solamente el Espíritu domina los elementos sutis de la materia, de modo a impresionar la placa
sensible y los órganos de los videntes, pero en las aparições visibles para todos puede aún producir, por la
acción de la gana, las formas que revistió y los trajos que usó en la Tierra y que le permiten hacerse
reconocer. Ese es, con efecto, el objetivo esencial de tales manifestaciones. De ahí las roupagens, vistes,
armas y accesorios con que se presentan las aparições.

Casi siempre esos accesorios no tienen consistencia ni duración. Puede, sin embargo, acontecer que el
Espíritu concentre bastante fuerza para condensar objetos, a punto de los hacer tangibles y duraderos.

Ciertos Espíritus pueden modificar su aspecto, con facilidad prodigiosa, a los ojos mismo de los asistentes.
Aquí está un caso que parece dar razón a la hipótesis de Aksakof, hay poco mencionada.

Refiere el Sr. Brakett229 que en una sesión de materialização fue visto aparecer el Espíritu de un moço alto,
diciéndose hermano de una señora que él acompañaba. Esta observó que el no podía reconocer, porque
sólo lo vuelca niño. Poco a poco la figura fue disminuyendo de estatura, hasta alcanzar a de el niño que la
señora hube conocido.

Recordemos también el caso de Ema Hardinge, señalado por el Sr. Colville; apareció ella con el vestido de
reina de las fadas, que hube traído muy tiempo antes, en su mocidade.230

En ese caso, como en algunos otros, la aparição parece no ser más que simple imagen mental
externalizada por el Espíritu, que adquiere bastante consistencia material para ser percibida por los
sentidos.

A veces los Espíritus imprimen a las formas que revisten el más encantador aspecto. Robert Dale Owen,
ministro de Estados Unidos en la Corte de Nápoles, en su obra “Región en Litígio”,231 describe la aparição
de una forma femenina:

“Suyo brillo era comparable al de la nieve reciente iluminada por un rayo de Sol, haciendo
acordar lo que fue escrito sobre vistes de luz de Cristo, en la transfiguração, o aún lo brillo del
mármore de Paros, el más puro y el más recientemente tallado, bajo el jato de viva luz.”

No se podría comparar la manifestaciones de este género las aparições, dichas “miraculosas”, de


virgens, de ángeles y santos, que ahí entonces encontrarían explicación racional?

En resumen, se puede decir que los modos de acción del Espíritu varían conforme los recursos facultados
por el medio en que él opera. Los fenómenos de materialização deben ser clasificados en tres órdenes:

De entrada, los casos en que el doble del médium externalizado es utilizado y modificado por el Espíritu, a
punto de reproducir el aspecto que tenía este en la Tierra y aún los trazos de su fisionomia. El Espíritu, por
efecto de la gana, se refleja, se fotografía en la forma fluídica del médium; es una transfiguração más o
menos completa, conforme el poder del manifestante. Por eso, en ciertas experiencias, la aparição tendrá
alguna semejanza con el médium.

229
G. Delanne, “El alma es Inmortal”, 3ª Parte, cap. IV.
230
“Revue Scientifique et Morale du Spiritisme”, diciembre de 1902, pág. 353.
231
“Revue Scientifique et Morale du Spiritisme”, septiembre de 1902, pág. 187.

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Noutros casos el Espíritu, con el auxilio de los fluidos ambientes, crea formas temporales que anima y
dirige de fuera, sin incorporarse, como lo observó Aksakof.

Hay, finalmente, casos, más numerosos, en que el Espíritu condensa y materializa su propio envoltório
fluídico, de forma a reaparecer tal como era en su precedente existencia terrestre. La materialização
sería así una especie de reencarnação efímera.

El papel de los médiuns difiere esencialmente conforme los casos. Ellos pasan por todos los grados del
transe, en consonancia con las absorciones que les deben ser hechas. A veces mismo, como en las Sras.
d'Espérance y Compton, la absorción es total. Noutras circunstancias los Espíritus traen consigo casi todos
los elementos de la materialização y el médium se conserva despierto.

El estudio de las fuerzas en acción en esos fenómenos demuestra que eficaces auxiliares pueden ser la
música y las esquinas. Sus vibraciones armónicas facilitan la combinación de los fluidos. En sentido
opuesto, hemos verificado la desfavorable influencia de la luz; esta produce un efecto dissolvente sobre los
fluidos en elaboración y exige un empleo más considerable de fuerza psíquica. De ahí la necesidad de las
sesiones obscuras, por lo menos en las tentativas iniciales.

Todos cuántos han observado la Naturaleza saben que las ondas luminosas perturban la formación del ser
en su periodo de gestação. Todo gérmen, todo cuerpo, sea vegetal, animal o humano, debe constituir- si en
las tinieblas, antes de aparecer a la luz del día. La fotografía es gracias a operar en condiciones aná logas.
La reproducción de las imágenes requiere la obscuridade. El mismo acontece con las formaciones
temporales de Espíritus. Por eso es por lo que se adoptan gabinetes oscuros en las salas de experiencias,
para facilitar las materializações. A veces, pero, cuando la fuerza es suficiente, se ve el fenómeno
producirse en medio de los asistentes.

Todas estas observaciones son científicamente confirmadas por las experiencias de la telegrafia sin hilo.
Según una comunicación del Sr. Marconi a la Sociedad Real de Londres, está verificado que las ondas
hertzianas se transmiten mejor a la noche que de día; el nacer del Sol produce gran perturbación en las
transmisiones.

ES así que el Espiritismo, tras habernos franqueado el vasto imperio de las fuerzas y de los elementos
invisibles de la Naturaleza, nos inicia en las leyes que rigen sus profundas armonías. ES por el estudio de sus
fenómenos que la materia, en su más rarefeito estado, si nos presenta como un mundo sutil en que se
imprimen los pensamientos y los actos. A la vez ella constituye inmenso depósito de energías que, viniendo
a añadirse a las energías psíquicas, engendran la fuerza por excelencia, el poder creador de que emana el
Universo en sus eternas y variables manifestaciones.

XXI - Identidad de los Espíritus


Acabamos de ver, por la exposición de los hechos espíritas hasta ahora hecha, que la supervivencia está
ampliamente demostrada. Otra teoría, la no ser a de la intervención de los sobrevivos, sería capaz de
explicar el conjunto de los fenómenos, en sus variadas formas. Alf. Russel Wallace lo dijo: “El Espiritismo
está tan bien demostrado como la ley de gravitação.” Y W. Crookes repetía: “El Espiritismo está
científicamente demostrado.”

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Al punto de vista objetivo o exterior, las pruebas suministradas por las aparições y materializações no
pueden dejar duda alguna. Sin embargo, en la orden subjetiva, en el que concerne a los otros modos de
manifestaciones, subsiste una dificultad: a de obtener de los Espíritus, en número suficiente para satisfacer
a los escépticos exigentes, pruebas de identidad, indicaciones precisas, que los asistentes no conozcan y
que sean más tarde verificabais.

Objeta-se muchas veces a los espíritas que las comunicaciones, en su conjunto, presentan un carácter
muy libre, son destituidas de indicaciones, revelaciones y hechos bien definidos, suscetíveis de establecer
la identidad de los manifestantes e imponer la convicción a los investigadores. Ciertamente, no es posible
desconocer esas dificultades. Ellas son inherentes a la propia naturaleza de las cosas y a las diferencias de
medio. Los seres que viven en un mismo plan, como los hombres, dotados de los mismos sentidos,
comunican entre sí por diferentes procesos, que son otros tantos elementos de certeza. Esos diferentes
modos de observación y verificación utilizables en el hábitat humano, nodos lo querríamos hacer
extensivos al dominio dlo Invisible, y exigimos de sus habitantes manifestaciones assaz probatorias, de una
precisión igual a las que aseguran nuestra convicción en la orden física. Ora, he ahí ahí una cosa casi
irrealizável. El habitante del plan invisible tiene que vencer muchos obstáculos para comunicarse. Los
medios de que dispone para esclarecernos y persuadir son restrictos. Él no se puede manifestar sin médium
y el médium, inconscientemente, introduce casi siempre una parte de sí aún, de su mentalidad, en las
manifestaciones.

El Espíritu que quiere expresar su pensamiento se sirve de órganos extraños, experimenta grande embaço.
ES semejante a una persona que conversara con nosotros en una situación muy incômoda que a privara del
uso de sus facultades. ES preciso conducirse discretamente a su respeto, formular preguntas claras,
mostrar paciencia, benevolencia, a fin de obtener satisfactorios resultados.

“Mis caros amigos – decía George Pelham la Hodeson y Hart 232 – no me consideréis con ánimo de
críticos. Esforzarnos por transmitiros nuestros pensamientos, mediante el organismo de cualquier médium,
es cómo se intentara subir por el tronco de un árbol hueco.” Robert Hyslop lo repite a su hijo:233 “Todas
las cosas se me presentan con tanta claridad, y cuando vengo aquí para las expresáis, James, no puedo!”

Lo que decían los Espíritus de la Sra. Piper, lo afirmaba lo Guía de nuestro grupo en estos términos: “En el
Espacio, todo es para nodos amplio, desembaraçado, fácil. Cuando bajamos a la Tierra todo se restringe, si
amesquinha.”

Otra objeção es esta: en la mayor parte de los casos de identidad señalados, los hechos y las pruebas,
por medio de los cuales se consiguió determinar con certeza la personalidad de los manifestantes, son
de naturaleza común, a veces aún trivial. Ora, la experiencia ha demostrado que es casi siempre
imposible proceder de otro modo. Las particularidades, consideradas frívolas y vulgares, parece
constituyan precisamente los medios más seguros para firmarse juízo acerca de los autores de los
fenómenos.

Con el fin de comparación y de crítica, el profesor Hyslop hizo establecer una línea telegráfica entre dos de
los edificios de la Universidad de Colúmbia, distantes de 500 pies, y postou en las extremidades dos
telegrafistas profesionales, por cuyo intermédio debían interlocutores desconocidos comunicar entre sí y
establecer su identidad. En esas condiciones, que se aproximan de las de la mediunidade – valiendo ahí a

232
“Proceedings” de la B.P.R., reproducidos por M. Sage, “Madame Piper”, págs. 243 y 244.
233
Ídem, Ibidem.

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distancia por la diferencia de plan –, el profesor pudo reconocer cuánto era difícil determinar la
identificación de modo probatorio. El resultado no era alcanzado en la mayoría de las veces sino
mediante las más vulgares indicaciones y narrativas sin importancia. Los procesos empleados por los
comunicantes
– constató el profesor, – eran absolutamente los mismos que los adoptados por los Espíritus en el caso de la
Sra. Piper. A propósito de las dificultades encontradas por los operadores, el Sr. Hyslop así se expresa: 234

“Mientras acompañaba esas experiencias, me llamó la atención este hecho, que se observa
igualmente cuando sólo disponemos de tiempo limitado para comunicar por teléfono: toda la
atención del comunicante está concentrada en el deseo de escoger incidentes bien característicos
para la identificación por un amigo particular. Y como, para escoger, se ve urgido por el tiempo,
en su espíritu se traba un conflicto interesante y se produce una confusión que toda gente puede
por sí misma apreciar, desde que se aplique a hacer una elección de incidentes con ese fin.
Podemos figurarnos de igual modo a la situación de un Espíritu desencarnado que dispone de
algunos minutos para dar su comunicación, y que lucha probablemente con enormes dificultades
de que no podemos hacer idea.”

El profesor Hyslop es un observador metódico y solerte. Cumple, sin embargo, señalar que él sólo estudió
hasta ahora un caso insulado – lo de la Sra. Piper. Una experimentación de treinta años ha demostrado
que, a pesar de las dificultades inherentes a todo género comunicacional espírita, las pruebas de
identidad son muy más abundantes del que generalmente se cree. En ciertas reuniones privadas, son
diariamente suministradas pruebas de la supervivencia de los que nos fueron caros; esas pruebas, sin
embargo, son casi siempre guardadas cuidadosamente, porque se refieren a la vida íntima de los
experimentadores. Entre estos, muchos receiam las críticas mordazes y no quieren exponer a las vistas de
indiferentes, de escépticos motejadores, los más sagrados sentimientos, los secretos más íntimos de su
corazón.

Muchas veces Espíritus desconocidos de los asistentes vienen a dar comunicaciones dirigidas a sus
parientes aún vivos, comunicaciones que contienen, no raro, característicos originales, pruebas
irrefutáveis. Esas manifestaciones, sin embargo, permanecen ignoradas en su mayor parte. Receiam-si los
sarcasmos de sabios superficiales y las prevenciones del vulgo, siempre pronto a rechazar hechos que
ultrapasan la órbita de los conocimientos usuales. De ahí resulta que las más peremptórias
manifestaciones raramente llegan al conocimiento del público.

En el mismo sentido se nota extrema circunspeção y gran reserva de la parte de los Espíritus en las
reuniones franqueadas a todos. ES principalmente en la intimidade de la familia y de algunos amigos que
se reúnen los mejores elementos para obtener buenas pruebas. Facilitada por la afeição y armonía de los
pensamientos, la confianza recíproca se establece y con ella la sinceridad y a sin-ceremonia. El Espíritu
encuentra un conjunto de condiciones fluídicas que aseguran a la transmisión de su pensamiento toda la
claridad y precisión necesarias para llevar la convicción al ánimo de los asistentes.

Los Espíritus adelantados no se prestan de bueno grado a nuestras exigencias. Sus comunicaciones tienen
siempre un carácter moral e impessoal; su pensamiento paira demasiado alto, por encima de las esferas
de la individualidade, para que les no sea penoso ahí bajar. En su mayoría, tuvieron ellos en la Tierra
existencias de sacrificios, soportaron vidas dolorosas – condiciones de su propia elevación; – no les gusta,
cuando a sí aún aluden, de ornar-si con sus títulos de merecimento. Para convencer los escépticos, lanzan
mano de otros recursos; prefieren introducir en nuestras sesiones Espíritus más

234
Experiencias del Sr. Hyslop. Traducción del Dr. Audais. “Revue Scientífique et Morale du Spiritisme”, diciembre de 1902, pág.
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271.
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atrasados, individualidades que en la Tierra conocemos y que, por su originalidad, su modo de hablar, de
gesticular, de pensar, nos suministrarán pruebas satisfactorias. Así procedían los Guías de nuestro grupo.
Bajo su dirección, Espíritus assaz vulgares, pero animados de buenas intenciones – una vendedora de
legumbres, un herrero de aldea, una velhota tagarela – y otros aún, fallecidos parientes de miembros del
grupo, se manifestaban, en el transe, por señales características e inimitáveis. Su identidad se establecía
por considerable variedad de pormenores, de incidentes domésticos; pero, si eran de indubitável interés
para los que los habían conocido, serían considerados fastidiosos por otros y así no convendría sean traídos
a público. La multiplicidad y repetición cotidiana de los pequeninos hechos de que se compone una
existencia, aunque imposibles de reproducir y analizar, terminan por impresionar los más refratários y
triunfar de las más tenazes dudas.

Todos los días, en muchos grupos se obtiene la revelación de nombres, fechas, hechos desconocidos y
más tarde comprobados; pero no pueden ser divulgados, porque interesan personas aún vivas, que no
autorizan su publicación. O son aún revelaciones científicas que se obtienen, como las que relata Aksakof,
en el caso del Sr. Barkas, de Newcastle, 235 revelaciones mucho por encima de la capacidad del sensitivo.

Otras veces son fenómenos de escritura, como los que señaló el mismo autor,236 y firmas auténticas de
personalidades que el médium jamás vuelca, como, por ejemplo, las del cura Burnier y del síndico
Chaumontet, fallecidos había medio siglo, obtenidas por Helena Smith, de Ginebra. 237 El profesor Flournoy
las atribuye a un despertar de la subconsciência del sensitivo; es esa, como venimos, una teoría “ad hoc”,
muy cómoda para explicar lo que se no comprende, o no se quiere comprender.

En “Spirit Identity”, Stainton Moses relata notables hechos de identidad, obtenidos por la mediunidade
escrevente y basados en testimonios oficiales. Declara poseer unos cien casos de ese género y muchos
experimentadores podrían decir otro tanto.238

Entre esos numerosos fenómenos, se puede recordar el caso citado por el “Light”, de 27 de mayo de 1899,
y debido a la mediunidade de Mrs. Bessie Russell-Davies, de Londres:.

“Un pedido de prueba de identidad, formulado por personas conectadas a la Corte de Viena, había
sido enderezado a la aludida señora. Las preguntas estaban concluidas en un envolvente lacrado,
que se conservó intacto. Tras algunos días de investigaciones, lo Guía del médium volvió con cinco
Espíritus extraños, que dictaron una respuesta en idioma desconocido. Hecho el examen,
reconocieron los interlocutores que esa lengua era el antiguo magiar, idioma únicamente
conocido de algunos eruditos. La respuesta estaba firmada por cinco personajes que habían vivido
dos siglos antes y eran miembros fallecidos de la familia húngara que hube solicitado ese
testimonio.”

Aquí está otra prueba, más concludente en su simplicidade que estrepitosas manifestaciones. ES extraída
de la obra de Watson, publicista americano, “Spiritualism, its phenomenes”, Nueva York, 1880:

“Watson había recibido una comunicación firmada por su amigo el General Th. Rivers. Según la
costumbre inglesa, el general apusera las iniciales de sus nombres propios, entre las cuales

235
“Animismo y Espiritismo”, cap. III, 4.
236
Ídem, Ibidem, cap. IV, B, III.
237
Ver G. Delanne, “Investigaciones sobre la mediunidade”, pág. 463.
238
Ver Stainton Moses, “Enseñanzas Espiritualistas”, págs. 21 y siguientes, y también L. Denis, “El Problema del Ser, del Destino y de
la
Dolor”.
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figuraba un W. Ora, ninguno de sus nombres propios admitía esa inicial. Por escrúpulo y respeto a
la verdad, Watson había publicado esa firma sin modificación, pero a disgusto y no sin alguna
desconfianza, que ciertos pormenores de la missiva parecía deban disipar. Los contraditores de la
prensa no perdieron la ocasión de denunciar el error, metiendo a ridículo ese Espíritu que no sabía
el propio nombre.

Sin embargo, en el curso de otra sesión el mismo Espíritu confirmó esa inicial, diciendo que su
madre daría la explicación. La madre, encuestada, respondió que el W era un engaño. Luego, sin
embargo, intervino el Espíritu y dijo: “Mi madre, tú hallas singular que yo firme un W; acuerda- te,
sin embargo, de que en mi infancia yo era tan irritadiço que mis camaradas me llamaban Wasp
(vespa). Ese apelido me quedó; yo lo había adoptado y con él firmaba mis composiciones. Nota en
mis cuadernos y en mis libros escolares, y en ellos lo encontrarás.” Así se hizo y se verificó la
exactitud del que afirmaba el Espíritu.”

La “Revista de Estudios Psicológicos”, de Barcelona (septiembre de 1900), publicó el siguiente caso de


identidad, acompañado de documentos comprobatórios:

“Tres personas, un profesor de Matemática, un médico y un eclesiástico, habían pedido al Sr. Según
Oliver, médium desinteressado, que les suministrara pruebas de la realidad de los Espíritus. Después
de un instante de recolhimento, la mano del médium trazó mecánicamente las siguientes
palabras: “Isidora, 50 años de edad, nacida en San Sebastian, muerta a 31 de marzo de 1870;
molestia, cáncer intestinal; dejó tres hijos; sus nombres y edades: P., 15 años; C., 19 años; M., 25
años.”

Por esas particularidades, uno de los asistentes reconoció el Espíritu de su madre. Sorprendido y
conmovido, preguntó se tenía algunos consejos a darle. El médium retomó el lápiz; con grande
estupefação, sin embargo, trazó, en algunos minutos, el retrato de una persona que le era desconocida y
en el cual fue reconocido el Espíritu Isidora, que en vida jamás hube consentido en fotografiarse. El
médium nunca hube aprendido dibujo, ni sabía diseñar. Todos los asistentes declararon que no habían
pensado en cosa alguna del que fuera escrito, y que no podía haber en aquello un fenómeno de sugerencia
ni de lectura del pensamiento.”

El Sr. G. Owen, a su turno, escribió el siguiente en el “Spiritual Record”:

“Hace doce años, contaba yo entre mis amigos íntimos un senador por California, muy conocido, el
Dr. Knox, que era director de un próspero banco en S. José. Pensador profundo, era también un
decidido partidario de las teorías materialistas. Sintiendo aproximarse el término de su vida,
hablaba muchas veces del sueño eterno. Un día le dijo yo: “Hagamos un pacto, doctor: si en el
Además os sintáis vivir, haréis todo el posible por comunicarme estas simples palabras: Vivo aún.”

Tras su muerte, estando conmigo un bueno médium, limpié una ardósia, le coloqué un lápiz y
encostei en la superficie inferior de la mesa. Oímos el ranger del lápiz escribiendo en la ardósia y,
al retirarla, encontramos escrituras las siguientes líneas: “Amigo Owen, aunque haya visto
completamente desmoronadas las antiguas ideas que tenía sobre la vida futura, me fue
agradable, lo confieso, tal desilusão; me siento feliz, mi amigo, en poderle decir: Vivo aún. Siempre
su amigo W. Knox.” La escritura era de tal modo igual a la del desencarnado que fue reconocida
auténtica por el personal del banco por él dirigido en vida.”

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El fenómeno de incorporación tiene dato lugar a múltiples hechos de identidad. En las manifestaciones de
que es instrumento la Sra. Piper, se puede comprobar de más perfecta unidad de carácter y de conciencia
en los manifestantes, particularmente nos Guías o Espíritus-fiscales. Ninguno de ellos puede ser
considerado una personalidad secundaria del médium; todos se presentan como individualidades
autónomas dotadas de gran intensidad de vida, de sinceridad y de realidad..

A pesar de las dificultades que a veces encuentran para manifestarse, las personalidades de G. Pelham y
Robert Hyslop son de las más rigurosamente delineadas y jamás se contradicen.239

El rector de la Universidad, Oliver Lodge, en los volúmenes XII y XIII de los “Proceedings”, cita igualmente
muchos casos de identidad por él obtenidos mediante la facultad de la Sra. Piper. Uno de sus tíos, fallecido
veinte años antes, refiere particularidades de su mocidade, completamente olvidadas de todos los
miembros supervivientes de la familia; no fue posible verificarlas sino tras tardada y minuciosa
investigación. Su finado sogro vino a indicarle pormenores exactos de su muerte, ocurrida en condiciones
comovedoras, citando nombres y fechas, enteramente borrados de la memoria de él, Lodge. Menciona
este aún otras notables señales de identidad provenientes de varios de sus amigos fallecidos.

El reverendo Minot-Savage, célebre orador nos Estados Unidos, cita un conmovedor caso de
identificación, que dispensa comentarios.240

En el curso de una de las sesiones con la Sra. Piper, una personalidad, que se afirmaba su hijo, se presentó,
no teniéndolo jamás el médium conocido. “Papá – dijo con ansiedad –, yo desearía que, sin tarda, fuera al
aposento que yo ocupaba. Abre mi gaveta y, entre los numerosos papeles que allá están, encontrarás uno
que te pido destruyas inmediatamente.”

Aunque semejante pedido pareciera inexplicável al reverendo Minot-Savage, para quien su hijo nunca
hubo tenido secreto alguno, se encaminó él para la calle Joy, en Boston, último domicilio del finado,
penetró en el aposento, que nunca vuelca, y dio búsqueda en la gaveta indicada. En ella realmente
encontró documentos de gran importancia, que el moço por cosa alguna de este mundo haría públicos y
que plenamente justificaban la ansiedad manifestada en la comunicación.

El hecho siguiente ocurrió en S. Paulo, Brasil, en casa del Dr. Lo. Vidigal, residente a la alameda del Triunfo
nº 2, con su familia, compuesta de su esposa, dos hijos y su viejo padre. Su madre hube fallecido había tres
meses: 241

El médium era una rapariguinha española de 12 años, acepta como creada, en la repartição de
emigrantes, el mismo día en que acababa de llegar. No conocía una única palabra en portugués, nunca
vuelca la ciudad ni conocía el doctor. Un amigo de la familia, el Dr. Eduardo Silva, que sabía español,
hablando con la rapariguinha, tuvo espontáneamente la idea de la magnetizar. Se dejó ella adormecer y,
en algunos instantes, cayó en sonambulismo profundo.

Afirmaba estar viendo su padre, que le hablaba y le decía estar presente una señora anciana, que tenía
una comunicación a transmitir al Dr. Vidigal. Hizo una descripción tan exacta de esa señora que todos de
la familia reconocieron la fallecida madre del doctor.

239
Ver “Proceedings”, vols. XII, XIII, XIV y XV (resumido en el cap. XIX, Transe e incorporaciones) págs. 169 y siguiente s.
240
Ver “Annales des Sciences Psychiques”, de 19 de abril de 1910 .
241
Conforme “Annales des Sciences Psychiques”, de 16 de abril de 1910.

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El Espíritu ordenó a su hijo que fuera a su cuarto (en que nadie hube penetrado tras su desencarnação),
que quitara de un bolsillo cosido del vestido de seda negra, colgado a la pared, la cuantía de 75$000 y a
entregara a su marido.

El Dr. Vidigal, tras reflejar un momento, se resolvió a penetrar, en compañía del Dr. Eduardo Silva y de
otras testigos, en el aposento, lo que sólo con dificultad consiguió, por estar enferrujada la fechadura, y
encontró las cosas tales cuáles cómo le habían sido indicadas.

Por su parte, el Sr. Vicente Tornaro hace circunstanciada narrativa de las singula ridades del Espíritu
“Baccala”,
242
cuyas pruebas de identidad fueron de fácil verificación.

Había sido él corrector, cuando en la Tierra, y era un hombre jovial, muy espirituoso y dissoluto, calidades
que se reflejaban en las comunicaciones, las cuales, sin embargo, presentaban, a pesar de eso, un real
interés al punto de vista experimental, en razón de las pruebas de identidad suministradas bajo las más
variadas formas y hasta mediante espontâneas materializações.

Entre las numerosas experiencias hechas con “Baccala” el Sr. Vicente Tornaro cita de más impressiva de
todas:

“Mi padre estaba gravemente enfermo de una terrible afecção en los brônquios, a consecuencia
de una influenza apenas tratada. Habían sido llamados los más ilustres médicos; unos nos
torturaban el corazón con los más funestos pronósticos; otros en los reanimavam con palabras de
esperanza. Todos nuestros cuidados se concentraban en conservar la vida a nuestro caro enfermo.
En esas dolorosas recordações “Baccala” tuvo su parte. Una noche, en medio del desânimo que
transtorna el alma y el cerebro, que nos hace pensar en el imposible, para agarrarnos a toda
esperanza, pedimos la “Baccala” que nos pusiera en comunicación con el Espíritu de uno de los
más notables médicos y él nos respondió que iba a satisfacernos inmediatamente.

Poco después, con efecto, las pancadas en la mesinha nos advirtieron de que se hallaba presente
un Espíritu. Le preguntamos el nombre; respondió – “Domênico Cotugno!” “Baccala” hube hecho
una óptima elección... Pedimos al Espíritu Cotugno que examinara nuestro padre y nos dijera la
verdad, fuera cuál fuera. Mi padre estaba durmiendo; en ese momento despertó con un
sentimiento de disgusto y en los repreendeu, porque – decía – lo habíamos sacudido; y aún
sonolento, sin notar que nadie estaba a su lado, continuó la admoestar-nos de estarlo volcando y
revirando, a batirle en el pecho y en la espalda. Evidentemente, el examen se efectuaba y nodos
temblábamos; el corazón nos batía con violencia, teníamos el espíritu suspenso.

Luego enseguida la mesinha hizo un leve movimiento; interrogamos ansiosos: una única, horrible
palabra nos fue dicha en respuesta: “Resignación!” Comprendemos, y quince días después se
cubría de luto nuestra casa.”

El Dr. Moutin, presidente de la Sociedad de Estudios de los Fenómenos Psíquicos, de París, comunicó a la
“Revue Scientifique et Morale” (marzo de 1901) el siguiente hecho:

242
Ver “Annales des Sciences Psychiques”, mayo de 1910. Casos de identidad coligidos por el Sr. Bozzano.

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“En 1884, en Marsella, durante la epidemia de cólera, asistí a los últimos momentos de una de
mis parientas, que fue acometida y sucumbió dentro de algunas horas. Antes de morir, cuando ya
no podía más hablar, me quiso comunicar alguna cosa que yo creía importante, a juzgar por sus
gestos de desesperación. Haciendo, por fin, un derradeiro esfuerzo, ella articuló dos veces la
palabra “espejo”, indicando con la mano lo que ornava el fogão de su cuarto.

Su marido, el Sr. J., estaba en el mar, en esa ocasión. Informado del ocurrido, en su regreso, y
sabiendo que la fallecida tenía la mania de esconder el dinero un poco por toda parte, no vaciló en
retirar la parte posterior del espejo, pero sin resultado.

Quince meses más tarde, asistiendo yo a una sesión en casa de la Sra. Decius Deo, en Avignon, a
la calle de los Mercadores, y estando esa señora en transe, el Espíritu de la Sra. J. me dirigió la
palabra por su boca, llamándome por mi nombre propio, que el médium ciertamente no
conocía: “Luciano, vengo a decirte lo que te no pude hacer antes de mi muerte. Yo había
colocado uno titulo de 500 francos de la Compañía Fraissinet entre el vidrio y el fondo del espejo
que está en la cocina. Mi marido va a cambiarse y vender, tal vez, ese objeto. ES preciso lo
prevenís de eso.”

Escribí al Sr. J., que dio la necesaria búsqueda, y halló el título en el lugar indicado.”

Clara Galichou, en su libro “Souveniers et Problèmes Spirites”, refiere (págs. 208 y siguientes) que,
habiendo evocado Beethoven,, pidió al Espíritu que se había manifestado en nombre del célebre
compositor que le de ese una prueba de identidad, mencionando un hecho de su vida, que ni ella conociera
ni la Srta. R., que asistía a la sesión.

El Espíritu respondió: “De bueno grado, y viene a ser: tuve en mi vida un gran amor y una profunda
admiración: el amor por la Julita, la admiración por Napoleão. Sitas, fue para él que compuse la Sinfonia
heróica.”

Esas dos asserções, que la Srta. R. y Clara G. ignoraban, son exactas. Beethoven no se casó, pero estuvo
muchos años enamorado por la Srta. Júlia de Guicciardi, que fue desposada, más tarde, por el Conde de
Gallenberg..

Se sabe igualmente que Beethoven había sido un admirador del genio de Napoleão I, en quien veía un
héroe republicano (sic) dotado de las mayores virtudes patrióticas. Cuando comenzó a escribir la “Sinfonia
heróica”, tencionava darle el nombre de “Bonaparte” y pretendía dedicarla al primero cônsul de la
República Francesa. Tenía ya escrito la dedicatória, cuando un día uno de sus amigos vino a anunciarle que
el primero cônsul acababa de hacerse proclamar emperador. Beethoven exclamó: “Ora, pues! es un
ambicioso como todos.” Y, en lugar de la simple denominación “Bonaparte”, puso esta otra: “Sinfonia
eroica per festeggiare il sovvenire dun grand'uomo”.

Ciertos Espíritus revelan su identidad, en el transe, por un lenguaje convencional, ignorada por el
médium.

Tal es el caso del Espíritu Fourcade, que se comunicó con el abade Grimaud, en Avignon, en 1899, por
medio de señales usadas entre los sordos-mudos, y según un método especial de que fuera él lo

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inventor. La manifestación se produjo en una reunión en que sólo ese eclesiástico le podía comprender el
sentido.243

Aksakof244 cita un caso análogo. El Espíritu de una señora fallecida, que en vida fuera sorda y cambia,
transmitió a su marido, por intermédio de la médium Sra. Corwin, en Siracusa (EE.UU.), una comunicación
mediante el alfabeto de los sordos-mudos:

“Era comovedora la escena: el marido se conservaba delante de la médium en transe y dirigía a su


mujer diversas preguntas, por señales, y esta respondía a sus pensamientos de igual manera, por
intermédio de un organismo extraño, de una persona que nunca hube practicado ese modo de
conversación.”

Otros Espíritus, víctimas de accidentes, guían las personas incumbidas de encontrarles los cuerpos:

Teniendo soçobrado un barco en el puerto de Argel, en 1895, un hombre se ahogó y no fue posible
encontrarle el cadáver. El Comandante Courmes, de la Marina de Guerra, asistiendo en aquella ciudad a
una reunión espírita, hizo evocar el ahogado. Este acudiu a la evocação, se incorporó en el médium, que
cambió de voz y de actitud, e hizo una narración en este sentido: “Cuando el barco soçobrou, yo estaba en
la escalera y caí; mi pierna derecha enfiou por entre dos traviesas y el brazo de palanca del casco me
produjo una fractura de la pierna que me impidió de desvencilhar-me. Han de hallar prendido mi cuerpo
en la escalera, cuando pongan de nuevo el barco a flotar. ES inútil buscarlo noutro lugar”.245

Las manifestaciones por la mesa no son menos abundantes en pruebas de identidad.

El Comandante P. Martin (de hecho Dauvil), en sus “Notas antiguas”,246 refiere el siguiente hecho que
sucedió en el seno de la familia de su mujer, en la isla de la Reunión, en 1860, y es confirmado por los
testimonios de varios de sus parientes:

“Una tarde en que estaba reunida la familia B. en torno a una mesa, en el gran salón, en plena
luz, un Espíritu pidió que llamaran el Sr. A. B., abuelo de mi mujer (la cual aún no era nacida), a fin
de transmitirle una comunicación muy importante. El Sr. A. B. fumaba tranquilamente su
cachimbo, en el alpendre, pensando en sus plantaciones de caña, en su fábrica, más que en los
Espíritus, en los cuales no creía. Lo llamaron entonces por la segunda vez: “Vinde, mi querido
padre, el Espíritu os espera, para deciros su nombre.” – “Deixai-me en paz, mis hijos, con esas
brincadeiras.” Finalmente, una de sus hijas le vino suplicar que fuera al salón – “Vamos allá, mi
hija, ver lo que tu Espíritu quiere de mí.” Y el excelente hombre se aproximó de la mesa, que todos
sus hijos rodeaban, pronunciando la fórmula – “Espíritu, que me quieres tú?” y lo Invisible dictó: –
“Mi caro Sr. B., yo soy el Capitán Régnier; a buen seguro os recordáis de que cargué vuestra
última partida de azúcar en el veleiro Bueyes Rouge, hace dos meses. Me hice de vela el día
(exacta, la fecha), estáis acordado?” – “Sí. Y entonces?” – “Entonces, yo vengo a deciros que
vuestro veleiro Bueyes Rouge se perdió totalmente, con la tempestad, en los peñascos de Simon's
Bay, en el cabo de la Buena Esperanza, hace diez días. Yo y todos mis marineros perecemos y mi
alma no podía abandonar las ondas, sobre las cuales yerra desde

243
Ver 2ª Parte, cap. XIX.
244
“Animismo y Espiritismo”, cap. IV, B, I.
245
“Resenha del IV Congreso Internacional de Psicología”, informe del Dr. Pascal, pág. 710, y “Lotus Bleu”, 27 de octubre de
1900, pág. 277.
246
“Revue Spirite”, enero y febrero de 1903.

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aquel día. No quedaré tranquilo sino tras haberos asegurado que hicimos todo para salvar el navío;
sin embargo el mar estaba muy encapelado y la gana de Dios se cumplió.” – “Si el acto es
verdadero – respondió el Sr. B. – lo que yo más deploro es vuestra muerte y a de vuestros bravos
marineros; pero, hasta prueba de lo contrario, me permití dudar de la veracidade de esa triste
nueva. Si os ahogasteis, como podéis estar ahí en esa mesa?” – “Y, sin embargo, la verdad
verdadera – dictó la mesa, agitándola y batiendo con un pie rápidamente; – veréis, mi caro Sr. B.,
que el armador de Nantes os confirmará la noticia de aquí a cuatro meses. Adiós, Sr. B.; passai
bien, vosotros y vuestra familia.”

– “Y precisamente cuatro meses tras ese día – decía el querido abuelo de mi mujer, contándome
esa historia treinta y cinco años más tarde – porque en esa época no teníamos como hoy los
vapores que nos llevan el correo dos veces por mes, la pérdida del navío Bueyes Rouge, de su
equipagem y del bravo Capitán Régnier, lo que fue realmente confirmado.” “Que responder a
eso?” – añadía filosóficamente el querido viejo.”

Un otro caso demonstrativo es el siguiente, atestado por W. Stead y reproducido por la “Revue
Scientifique et Morale du Spiritisme”, de enero de 1904:.

“Durante semanas y meses antes de la muerte de mi hermano, conversábamos acerca de la


comunhão de los Espíritus, cuando cierta mañana me pidió él que le de ese un pedazo de vajilla de
barro, pena y tinta. Hizo dos marcas la tinta en un de los lados y una en el otro; quebrando
enseguida en dos el fragmento de barro, me dio uno de los pedazos, recomendándome que lo
guardara con cuidado y poco tiempo después escondió el otro en un lugar solamente de él
conocido, en la intención de venirme, tras su muerte, revelar donde se hallaba. Me sería entonces
posible compararlo, lo que probaría tener él viniendo a comunicarse, sin mi intervención mental,
pues que yo ignoraría completamente el escondite del objeto.

Tras su muerte y de varias tentativas, nos sentamos, yo y mi madre, a la mesa, y he ahí que, por el
alfabeto soletrado, nos fue dicho: “El pedazo de vajilla está en mi oficina, bajo el tomahawk. –
Benja”.247 Fui a su oficina, que tras su muerte se conservaba cerrado, encontré el fragmento en
cuestión en el lugar indicado y, aproximándolo del que había guardado, vi que los dos se ajustaban
perfectamente y que las señales con que habían sido marcados concordaban en absoluto.

Mencionaré aún otro incidente, que tiene para mí tanto valor como el pre-citado. Mi hermano me
escribió una carta, en la misma ocasión en que me había dado el fragmento de vajilla, lacrou- a y
me dijo que no a leyera, porque me indicaría su contenido. Fue aún por el método alfabético de
pancadas con la mesa que vine a saber el contenido de la carta, que rezaba así: “Júlia! procede
bien y sé feliz! – Benja”. Era exacto: las palabras de la carta habían sido esas. No tengo la mínima
hesitação en firmar mi nombre, porque sólo digo la verdad.”.

La fotografía de los Espíritus suministra también su contingente de pruebas. “La Revue”, de 15 de enero
de 1909, publica un artículo del mismo W. T. Stead, intitulado “Como comunicar con el Además?”, del
cual extraemos el tramo referente a la fotografía de los invisibles, que así comienza:

247
Abreviatura de Benjamim.

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En lo Invisible – Léon 1903
Denis
“Me apresuro a desarmar el lector escéptico, admitiendo que nada es más fácil que adulterar
fotografías de ese género, y añadiré que un prestidigitador puede siempre engañar el observador
desconfiado y vigilante..

Las chapas de que me sirvo, por mí aún reveladas y que, al demás, son marcadas, suministrarían
alguna garantía contra los fraudes. Pero, se creo en la autenticidade de las fotografías, es porque
me firmo en argumentos demonstrativos de otra orden. La prueba de autenticidade de la
fotografía de un Espíritu consiste antes de todo en la ejecución de un retrato perfectamente
reconhecível de la persona fallecida por un fotógrafo que nada absolutamente sepa de la
existencia de esa persona y, enseguida, en el hecho de no ser percibida forma alguna visible por el
operador o por quien asiste a la operación.

Tales fotografías fueron por mí obtenidas, no una, más repetidas veces. Referiré ahora
únicamente un caso.

El fotógrafo, cuya mediunidade permite fotografiar lo Invisible, es un artista ya viejo y sin


instrucción, particularidad que lo impide aún, en dadas circunstancias, de ocuparse
ventajosamente de su profesión. ES clarividente y, como por mi parte lo de nominarei,
clariaudiente.

Durante la última guerra de los Boers, fui pedirle una sesión, curioso que estaba de saber lo que
iría a pasarse. Apenas me había sentado enfrente del bueno viejo, me dijo él:

– Tuve otro día una turra. Un viejo Boer vino a mi taller; traía una carabina y suyo mire feroz me
causó correcto miedo. “Te va aunque – le dijo yo; – no me gustan armas de fuego.” Él se fue; pero
volvió y está ahí. Entró con vosmecê; no trae la carabina y su mirar ya no es tan feroz. Debo
consentir que quede?

– Ciertamente – respondí –. Juzga que lo podrá fotografiar?

– No sé – dijo el viejo –; puedo experimentar.

Me senté delante de la objetiva y el operador empunhou el obturador. Yo nada podía ver; antes,
sin embargo, de la exposición de la chapa, interrogué el fotógrafo:

– Pues que noutro día le habló, podrá hablarle ahora nuevamente ?

– Decerto; él está siempre atrás de vosmecê..

– Él le responderá, si el interrogar?

– No sé, vamos a ver..

– Pregúntele el nombre.

El fotógrafo tuvo el gesto de hacer una pregunta mental y esperar la respuesta. E inmediatamente:

– Dice él que se llama Piet Botha.

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Denis
– Piet Botha? – objetei en un tono de duda. – Conozco Filipe, Luís, Cristiano y no sé cuantos otros
Botha, pero nunca oí hablar de ese Piet.

– Dice él que es su nombre – replicó, teimoso, el viejo.

Cuando reveló la chapa, vi, de pie, atrás de mí, un rapagão barbado, que tanto podría ser un boer
como un mujick. No dijo una palabra; pero esperé hasta el fin de la guerra y, cuando llegó Londres
el General Botha, le envié la fotografía por intermédio del Sr. Fischer, actual primer-ministro del
Estado Libre de Orange. El día siguiente, el Sr. Wessels, delegado de un otro Estado, vino a
buscarme.

– Donde obtuvo el señor esta fotografía que dio al Sr. Fischer?

Le narré fielmente como se hallaba ella en mi poder. Meneou la cabeza:

– No creo en almas del otro mundo; pero dígame seriamente de donde le vino ese retrato. Aquel
hombre jamás conoció William Stead; nunca pisó a Inglaterra.

– Le dijo cómo lo obtuve – insistí yo – y el señor puede no creerme; pero por qué se muestra así tan
admirado?

– Porque aquel hombre – dijo – es uno de mis parientes; tengo en mi casa su retrato.

– Hubiste Debido! – exclamé. – ES muerto?

– Fue el primer comandante boer que murió en el cerco de Kimberley... Petrus Botha – añadió –
pero, para abreviar, el apelidávamos Piet.

Conservo esa fotografía en mi poder; fue igualmente identificada por otros delegados de los
Estados Libres, que también habían conocido Piet Botha.

Ora, eso no se explica por la telepatia ni cabe admitir la hipótesis de fraude. Fue por mero acaso
que pedí al fotógrafo verifique si el Espíritu daría el nombre. Nadie en Inglaterra, tanto cuánto
pude certificarme, sabía que existía Piet Botha.”

En varias circunstancias, Espíritus desencarnados contribuyen con sus indicaciones para la regularização
de sus negocios terrestres; ayudan a encontrar testamentos ocultos o extraviados..

El Dr. Cyriax, en su brochura “Die Lehre Von Geist”, refiere un hecho de ese género en que él propio tomó
parte:

“Un muchacho de Baltimore, llamado Robert, había sido educado por una de sus tías, rica,
celibatária, que, habiéndolo adoptado, hube hecho darle una instrucción completa y lo había
casado. Se hubo Hecho él padre de familia, cuando su tía falleció súbitamente. No se le halló
testamento alguno y los parientes interesados trataron de excluir de la herencia el Sr. Robert.
Este, extremadamente perplexo, fue, por indicación de algunos amigos, consultar la Sra. Morill,
médium a la test, que evocó la tía fallecida. Reveló entonces ese Espíritu que el testamento
estaba guardado en un armario de ropa blanca, en el piso superior de su vivenda. Sólo tras
remexido todo el contenido del armario fue que se halló, en un pie de media, el documento, tal
cuál fuera descrito.
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En lo Invisible – Léon 1903
Denis
Nadie en el mundo, y el médium menos que otra persona, podía tener la mínima idea de tal
escondite. Sólo el Espíritu de la tía estaba en el caso de suministrar aquella indicación.”

Aksakof narra un hecho semejante, extraído de los “Proceedings”, vol. XVI, pág. 353.

El Príncipe de Sayn-Wittgenstein-Berlesbourg obtuvo del General Barão de Korff, muerto había algunos
meses, una comunicación espontânea, en la cual le determinaba que revelara a su familia el lugar en que,
por enemistad, habían escondido su testamento. Ese documento fue descubierto en el lugar indicado por
el Espíritu.248

A esos hechos añadiremos dos casos de identidad, publicados por Y. Bozzano en “Annales des Sciences
Psychiques” de enero de 1910, y que consistieron en escritos o conversaciones en lenguas desconocidas
por el médium.

Fue el primero referido por Myers en su obra sobre la “Conciencia subliminal” (“Proceedings of the S.P.R.”,
vol. IX, pág. 124) y es concernente a un episodio de escritura obtenida por intermédio de una niña de 11
años, hija del Sr. Hugh Junor Brown, que lo publicó en un libro intitulado “The Holy Truth”. Myers conoció
personalmente el narrador y asegura su perfecta sinceridad. Reproducimos la narrativa de este último:

“Paseando un día con mi mujer, encontré un negro que yo no conocía, pero que inmediatamente
me pareció un cafre, en razón de los anchos orificios que presentaba en las orejas, costumbre
peculiara a esa raza. Tras el tener encuestado en su lengua nativa, lo que hubiste debido lo
sorprendió, lo invité a venir nuestra casa y le di mi dirección. Se presentó él justamente en la
ocasión en que hacíamos experiencias mediúnicas. Dijo al creado que lo hiciera entrar y pregunté
si no estarían presentes Espíritus amigos suyos. La mano de mi hija escribió, en respuesta, varios
nombres cafres, que yo leí para el negro oír y que él r econheceu, manifestando grande espanto.
Pregunté entonces se tales amigos tenían alguna cosa a decir al negro e inmediatamente fue
escrita en lengua cafre una frase en que había palabras que yo no conocía. Las leí a mi visitante,
que les comprendió perfectamente la significación, excepto a de una única palabra. Intenté
hacerlo entenderla, pronunciándola de varios modos, pero vanamente. De repente, la mano de
mi hija escribió: “Da un estalo con la lengua.” Me recordé entonces de un característico estalo
que debe habitualmente acompañar la letra t, en la lengua cafre, y pronuncié la palabra
conforme el método indicado, consiguiendo hacerme comprender inmediatamente.

Me cumple señalar que mi hija ninguna palabra conoce del cafre, habiendo nacido años tras haber
yo dejado aquellas regiones. Pregunté quién era el sujeto que dirigía la mano de mi hija, siendo
generalmente el arte de escribir ignorada por los cafres, y me fue respondido que el dictado fuera
escrito por un viejo amigo mío, H. S., la pedido de los amigos del negro. Ora, H. S., persona culta y
de elevada posición, hablaba perfectamente el cafre, habiendo residido largo tiempo en Navidad.
En ese momento expliqué a mi visitante que los Espíritus de sus amigos estaban presentes, lo que
pareció aterrarlo.”

El Ministro Plenipotenciário de la Serbia en Londres, Sr. Chedo Mijatovich, escribió el siguiente al director
del “Light” (1908, pág. 136)

248
Aksakof – “Animismo y Espiritismo”, cap. IV, B, V.

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“No soy espírita, pero me encuentro precisamente en el camino que conduce a esa creencia, y fui
atraído gracias a una experiencia personal, que juzgo de mi deber hacer pública. (Ahí refiere él
que varios espíritas húngaros le escribieron, pidiéndole buscara en Londres algún médium bien
considerado, a fin de, siendo posible, entrar en relación con un antiguo soberano serbio y
consultarlo sobre determinado asunto.)

A ese tiempo exactamente – continúa él – mi mujer había dicho cualquier cosa acerca de un Sr.
Vango, dotado, al que se decía, de notables facultades mediúnicas, y por ese motivo lo fui buscar.
Nunca lo había visto y, por su lado, él también nunca me vuelca. Ninguna razón hay para
suponerse que él tenía informaciones a mi respeto, o que las hubiera adivinado. A mi pregunta, si
me podría por en relación con el Espíritu en que yo pensaba, respondió modestamente que a
veces era bien sucedido, pero ni siempre, y que otras muchas, al contrario, se manifestaban
Espíritus no deseados por el consulente. Enseguida se declaró a mi disposición, recomendándome
que concentrara el pensamiento en el Espíritu que yo deseaba.

En poco adormeció el Sr. Vango y comenzó: “Está aquí el Espíritu de un moço que parece muy
aflito por hablarle, pero se expresa en una lengua que yo no conozco.” El soberano serbio, en quien
había yo concentrado el pensamiento, hube fallecido ya maduro en 1850; yo estaba, sin
embargo, curioso de saber quién sería ese joven Espíritu aflito por hablarme y pedí al médium que
repitiera al menos una palabra pronunciada por la entidad presente, al que respondió que lo
intentaría. Así diciendo, inclinó el busto para la pared enfrente de la cual estaba sentado, en una
actitud de quien se pone a escuchar. E inmediatamente, con extrema sorpresa para mí, comenzó a
pronunciar lentamente en lengua serbia: “Molim vas pihite moyoy materi Nataliyi de la ye molim
de la mi oprosti”, cuya traducción es: “Te pido el favor de escribir mi madre Natália, diciéndole
que imploro su perdón.” Comprendí naturalmente que se trataba del Espíritu del joven Rey
Alexandre. Pedí entonces al Sr. Vango que le describiera la apariencia, y él listamente: “Oh! es
horrible! Su cuerpo está crivado cómo que de punhaladas!”.

Si tuviera otra prueba ser necesaria para convencerme de la identidad del Espíritu comunicante,
bastaba a que enseguida me dio el Sr. Vango, añadiendo: “El Espíritu le desea decir que deplora
amargamente no haber seguido su consejo en lo que respecta a la ereção de un correcto
monumento y a las medidas policiales a adoptar en el caso.” Se refería eso a un consejo
confidencial que yo había dato al Rey Alexandre, dos años antes de su assassínio, y que en la
ocasión él juzgaba intempestivo, sólo pudiendo a suyo ver ser puesto en práctica en el comienzo
de 1904. Debo añadir que el Sr. Vango repitió las palabras serbias de un modo bien característico,
pronunciándolas silaba por sílaba y comenzando por la última de cada palabra, para volver a la
primera.

Como doy publicidad al hecho en el interés de la verdad, no hesito en firmar mi nombre con la
indicación de mi cargo. – (Firmado) Chedo Mijatovich, Ministro Plenipotenciário de la Serbia en
la Corte de Saint-James; 3, Redchiffe-gardens, S.W., Londres.”

El Sr. D. Home, finalmente, en “Life and Mission” (págs. 19 a 22), describe un conjunto de pruebas de
identidad, obtenidas por la mediunidade vidente y auditiva, que juzgamos deber aquí reproducir:249

249
Ver también: “Le Médium D. Home”, por Louis Gardy, páginas 78 y 81.

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“Al tiempo en que yo habitaba Springfield (Mass), fui acometido de grave enfermedad que me
retuvo en el lecho por algún tiempo. Un día, en el momento en que el médico acababa de
retirarse, vino un Espíritu comunicarse conmigo y me transmitió esta determinación: “Vas a
tomar esta tarde el tren para Hartford; se trata de asunto importante para el progreso de la
causa. No discutas; faze simplemente lo que te decimos.” Di parte mi familia de esa extraña orden
y, a pesar de mi estado de flaqueza, tomé el tren, ignorando completamente lo que iba a hacer y
cual el fin de tal viaje.

Llegado la Hartford, fui abordado por un desconocido, que me dijo: “No tuve ocasión del ver sino
una vez; sin embargo, creo no estar engañado: es el Sr. Home, no es verdad?” Respondí
afirmativamente, añadiendo que llegaba la Hartford, sin saber absolutamente lo que ahí querían
de mí. “Y extraordinario! – replicó mi interlocutor – yo venía a tomar justamente el tren para ir a
buscarlo en Springfield.” Me explicó entonces que una importante familia, muy conocida, me
mandaba invitar a visitarla y prestarle mi concurso, en las investigaciones que deseaba hacer en
cuestión de Espiritismo. El fin del viaje comenzaba, por lo tanto, a esbozar- se; pero el misterio
continuaba impenetrable en cuanto al proseguimiento de esa aventura.

Un agradable trayecto en carruagem nos condujo rápidamente a nuestro destino. El dueño de la


casa, Sr. Ward Cheney, estaba justamente a la puerta y me dio la bienvenida, diciendo que el más
cedo que esperaba verme llegue era el día siguiente. Al penetrar en el vestíbulo, me atrajo la
atención el frufru de pesado vestido de seda. Reparación en torno a mí y quedo sorprendido de
no ver persona alguna; luego, sin embargo, pasamos a uno de los salones, y no me preocupé más
con el incidente.

Poco después divisé en el vestíbulo una señora anciana, baixinha, trajando un vestido de seda
encorpada, cinzenta, y que parecía muy atarefada. Ahí estaba la explicación del misterio: yo
hube oído, sin a ver, esa persona que andaba por la casa, de uno para otro lado.

Habiéndose hecho nuevamente oír el frufru de la seda, y habiéndolo el Sr. Cheney notado al
tiempo que yo, me preguntó él donde podría provenir ese ruido: “Oh! – respondí – es del vestido
de seda cinzenta de aquella señora anciana que está allí en el vestíbulo. Quién es esa persona?” La
aparição era tan distinguida, con efecto, que yo no tenía la más pequeña duda de que aquella
señora fuera una criatura de carne y hueso..

Llegando en ese momento el resto de la familia, las presentaciones impidieron el Sr. Cheney de
responderme, y nada más pude sepa en la ocasión; habiendo sido, sin embargo, servido la cena,
admiré- me de no ver a la mesa la señora del vestido de seda: aguçou-me la curiosidad y esa
persona se hizo desde entonces para mí un motivo de preocupación.

Cuando la sociedad se retiró de la sala de cena, hice a oír el roçagar del vestido de seda. Nada
veía, pero oí distintamente una voz que decía: “Estoy aborrecida por haber colocado un ataúd
sobre el mío; no quiero que allá lo dejen quedar.” Teniendo comunicado al jefe de la familia y su
mujer el extraño recado, ellos se miraron con sorpresa; después el Sr. Cheney, quebrando el
silencio, me dijo que “reconocía perfectamente aquel vestido, su color y aún la calidad de la seda
encorpada; pero, – añadió – la referencia al ataúd colocado sobre el suyo es absurda y errónea.”
Esa respuesta me dejó perplexo; no sabía ya lo que decir, tanto más que antes de la comunicación
yo no había sospechado que se trataba de una desencarnada; no conocía

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Denis
aún las relaciones de familia o de amistad que pudieran existir entre la vieja dama y los Cheney.

Una hora más tarde, oí de repente la misma voz, proferindo exactamente las mismas palabras,
pero añadiendo: “Además de eso, Seth no tenía el derecho de cortar ese árbol.” Teniendo dato
parte de ese nuevo recado al Sr. Cheney, quedó él muy aprensivo. “Hay en todo eso – dijo él –
alguna cosa bastante singular; mi hermano Seth hizo cortar un árbol que encubría la vista de la
antigua vivenda y nodos siempre fuimos de opinión que la persona que le dice estar hablando no
habría consentido en derribarem-en la, si aún perteneciera a este mundo. En cuanto al resto del
aviso, no tiene siquiera sombra de bueno-senso.”.

Habiéndome sido dado, a la noche, la misma comunicación por la tercera vez, me arriesgué de
nuevo a un desmentido formal, en el que se refería al ataúd. Estaba bajo impresión muy aflitiva,
cuando me retiré para mi cuarto. Nunca tenía yo recibido comunicación falsa, y aún admitiendo la
perfecta veracidade del hecho argüido, semejante insistência, de la parte de un Espíritu
desencarnado, en no querer que fuera un otro ataúd colocado sobre el suyo, me parecía
absolutamente ridícula.

Por la mañana expuse al Sr. Cheney mi profunda contrariedade; él me respondió que “tenía
también con eso grande pesar, pero que iba a probarme que ese Espíritu – se era de hecho quien
pretendía ser – estaba completamente engañado. Vamos al jazigo de nuestra familia – dijo él – y
verá que, aunque lo quisiéramos, no sería posible colocar un ataúd encima de su.”.

Llegados al cementerio, fuimos buscar el coveiro que tenía la llave del jazigo. En el momento en
que iba a abrir la puerta, él pareció reflejar y dijo con un aire un tanto embaraçado, dirigiéndose
al Sr. Cheney: “Debo preveniros, señor, de que, como quedaba justamente un pequeño espacio
por encima de la Sra. ***, coloqué ahí el pequenino féretro del hijo de L.. Creo que eso no tiene
importancia, pero tal vez yo hubiera hecho mejor avisándoos. ES sólo desde ayer que él ahí está.”

Jamás olvidaré el mirar que me lanzó el Sr. Cheney, al exclamar, volviéndose para mí: “Mi Dios! ES
entonces verdad!”

En esa misma noche tuvimos una nueva manifestación del Espíritu, que vino a decirnos: “No crean
que yo conecte la mínima importancia al féretro colocado sobre el mío; podrían ahí apilar una
pirámide de ataúdes, que eso me sería perfectamente indiferente. Mi único fin era probarles una
vez por todas mi identidad y los inducir a la absoluta convicción de que soy siempre un ser vivo y
dotado de razón, la misma Y. que siempre fui. Fue ese el finito motivo que me llevó a proceder
cómo lo hice.”

Todos los hechos que acabamos de citar están revestidos de las garantías necesarias para asegurar -les
la autenticidade. En su mayoría, fueron ellos sometidos a la más rigurosa crítica. Podríamos haber
añadido muchos otros casos semejantes, si el plan de este trabajo no nos impusiera límites restrictos.

En resumen, podemos decir que son copiosas las pruebas de la supervivencia para aquellos que las buscan
de ánimo sincero, con inteligencia y perseverança. Así, la noción de inmortalidad se destaca poco a

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Denis
poco de las sombras acumuladas por los sofismas y negaciones, y el alma humana se afirma en su
imperecedoura realidad.

El Universo infinito viene a ser nuestra eterna patria. La vasta perspectiva de los tiempos se desplega a
nuestros ojos como el campo de nuestros trabajos, de nuestros estudios y progresos. Y cuando esta
certeza penetró en nuestro espíritu, ningún desfalecimento ni temor nos pode más acabrunhar, ni en esta
vida ni en las incontables vidas que en los compele el destino a recorrer..

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En lo Invisible – Léon Denis

Tercera Parte - Grandezas y Mise reías dela


Mediunidade
XXII - Práctica y Peligros de la Mediunidade
Tras haber largo tiempo denegado la realidad de los fenómenos espíritas, numerosos contraditores,
subjugados por la evidencia, cambiaron ahora de táctica y afirman: Sí, el Espiritismo es verdadero, pero su
práctica es inçada de peligros..

No se puede contestar que el Espiritismo oferte peligros a los imprudentes que, sin estudios previos, sin
preparo, sin método ni protección eficaz, se entregan a las investigaciones ocultas. Haciendo de la
experimentación un passatempo, una frívola diversão, atraen los elementos inferiores del mundo invisible,
de cuyas influencias fatalmente padecen.

Esos peligros, sin embargo, han sido muy exagerados. En todas las cosas hay precauciones a adoptar. La
Física, la Química y la Medicina exigen también prolongados estudios y el ignorante que pretendiera
manipular substancia químicas, explosivos o tóxicos, pondría en riesgo la salud y la propia vida. No hay
una sólo cosa, conforme el uso que de ella hagamos, que no sea buena o mala. ES siempre injusto destacar
el lado malo de las prácticas espíritas, sin señalar los beneficios que de ellas resultan y que sobrepujam
considerablemente los abusos y las decepciones.

Ningún progreso, ningún descubrimiento se efectúa sin peligros. Si nadie tuviera, desde el origen de los
tiempos, osado aventurarse en el Océano, porque la navegación es arriesgada, que tendría de ahí
resultado? La Humanidad, fragmentada en diversas familias, permanecería insulada en los continentes y
habría perdido todo el provecho que aufere de los viajes y permutas. El mundo invisible es también un
vasto y profundo océano sembrado de escolhos, pero repleto de vida y de riqueza. Por detrás de la
cortina del además-túmulo se agitan multitudes incontables que tenemos interés en conocer, porque son
depositárias del secreto de nuestro propio futuro. De ahí la necesidad de estudiar, de explorar ese mundo
invisible y ponderar-se las fuerzas, los inexauríveis recursos que contiene, recursos al pie de los cuales los de
la Tierra parecerán un día bien restrictos.

Cuando aún, al demás, en los desinteressemos del mundo invisible, ni por eso él se desinteressaria de nodos.
Su acción sobre la Humanidad es constante. Estamos sometidos a sus influencias y sugerencias. Querer
ignorarlo es conservarse inerme delante de ese mundo, mientras que por un estudio metódico
aprendemos a atraer las fuerzas benfazejas, los socorros, las buenas influencias que él concluye;
aprendemos a repelir las malas influencias, a reaccionar contra ellas por la gana y por la plegaria. Todo
depende del modo de empleo y de la dirección dada a nuestras fuerzas mentales. Y cuántos males hay,
cuyo origen nos escapa, porque queremos ignorar esas cosas, males que podrían ser evitados por un
estudio profundizado y consciencioso del mundo invisible!

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En su mayor parte, los neuróticos y los alucinados, tratados sin éxito por la medicina oficial, no son más
que obsessos, passíveis de ser curados por las prácticas espíritas y magnéticas. 250

Dios colocó el hombre en el centro de un océano de vida, de un depósito inagotable de fuerzas y potencia.
Y le dio la inteligencia, la razón, la conciencia, para aprender a conocer esas fuerzas, la assenhorear-se de
ellas y utilizarlas. Por ese ejercicio constante es que a nodos mismos nos desarrollaremos y llegaremos a
afirmar nuestro imperio sobre la Naturaleza, el dominio del pensamiento sobre la materia, el reino del
Espíritu sobre el mundo.

ES ese el más elevado objetivo a que podamos consagrar nuestra vida. En vez de alejar de él el hombre,
enseñémosle a caminar a su encuentro, sin hesitação. Estudiemos, escrutemos el Universo en todos sus
aspectos, bajo todas sus formas.

Saber es el supremo bien, y todos los males provienen de la ignorancia.

Las dificultades de la experimentación provienen de no poseer nuestros contemporáneos, en general, la


mínima noción de las leyes psíquicas y sean, además de eso, inaptos para estudiarlas con provecho, en
virtud de las disposiciones de espíritu resultantes de pésima educación. Por su presunción y prejuicios,
como por su escarninho escepticismo, alejan de sí las influencias favorables.

En tales condiciones, puede acontecer que la experimentación espírita reserve numerosas ciladas, muy
más, sin embargo, a los médiuns que a los observadores. El médium es un ser nervioso, sensible,
impressionável; tiene necesidad de sentirse envolto en una atmósfera de tranquila, de paz y benevolencia,
que sólo la presencia de los Espíritus adelantados puede crear. La prolongada acción fluídica de los
Espíritus inferiores le puede ser funesta, arruinarle la salud, provocando los fenómenos de obsessão y
possessão de que hablamos. Son numerosos esos casos. Allan Kardec los estudió y señaló. 251 Varios
otros,252 tras él, fueron relatados por Eugênio Desnudos. Citaremos casos más recientes. Algunos llegan
hasta a la locura. De eso forjaron un argumento contra el Espiritismo. Tales desastres, pero, resultan
simplemente de la leviandade y falta de precaución de los experimentadores, y nada prueban contra el
principio. Por toda parte, en el Espiritismo, al lado del mal se encuentra el remedio.

ES necesario – decíamos – adoptar precauciones en la práctica de la mediunidade. Las vías


comunicacionales que el Espiritismo facilita entre el nuestro y el mundo oculto pueden servir de vehículos
de invasión a las almas perversas que flotan en nuestra atmósfera, si les no sepamos oponer la resistencia
vigilante y firme. Muchas almas sensibles y delicadas, encarnadas en la Tierra, han sufrido a consecuencia
de su comercio con esos Espíritus maléficos, cuyos deseos, apetites y remorsos los atraen constantemente
cerca de nodos.

Las almas elevadas saben, mediante sus consejos, preservarnos de los abusos, de los peligros, y en los guiar
por el camino de la sabiduría; pero su protección será ineficaz si, por nuestra parte, no hagamos esfuerzos
para mejorarnos. ES destino del hombre desarrollar sus fuerzas, edificar él propio suya

250
Th. Daré – “La Folie” (Leymarie, editor), passim.
251
Allan Kardec – “El Libro de los Médiuns”, cap. XXIII.
252
Ver en “Choses de l’autre monde”, pág. 139, el caso de Victor Hennequin que, obstinando -si en experimentar solo y
sin fiscalización, enlouqueceu. Recibía, por la mesa, comunicaciones de la “alma de la Tierra”, y creyó -si elevado a la categoría
de “vice-dios” del planeta. En eso, sin embargo, tal vez no hubiera más que un fenómeno de auto -sugerencia inconsciente.

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inteligencia y su conciencia. ES preciso que sepamos alcanzar un estado moral que nos ponga al abrigo de
toda agresión de las individualidades inferiores. Sin eso, la presencia de nuestros Guías será impotente
para en los salvaguardar. Al contrario, la luz que en torno a nodos proyectan a traicionará los Espíritus del
abismo, como la lâmpada acesa en la amplidão de la noche atrae las falenas, los pájaros nocturnos, todos
los alados habitantes de la tiniebla.

Quebremos de las obsessões; he ahí aquí algunos ejemplos:

El médium Filipe Randone, dice “La Mediunità”, de Roma, 253 ha sido blanco de las turbulencias de un
Espíritu designado por el nombre de “uomo fui”, que se ha esforzado varias veces para chafarlo, durante la
noche, bajo una pila de móviles, que se divierte en transportarle para el lecho. En plena sesión, él se
apodera violentamente de Randone y lo tira al suelo, con riesgo del matar. Hasta ahora no fue posible
desembaraçar el médium de ese peligroso visitante.

En compensación, la revista “Luz y Unión”, de Barcelona (diciembre de 1902), refiere que una infortunada
madre de familia impelida al crimen contra su marido por una influencia oculta, acometida de acceso de
furor, para cuya debelação eran de todo impotentes los recursos ordinarios, fue curada en dos meses,
gracias a la evocação y conversión del Espíritu obsessor, mediante la persuasão y la plegaria. ES evidente
que análogos resultados serían obtenidos, en muchos casos, con el empleo de los mismos procesos.

En su mayoría, los Espíritus que intervienen en los fenómenos de casas apenas-asombradas pueden ser
clasificados entre los obsessores.

El espectro de Valence-en-Brie (1896), que derribava los móviles en la casa del Sr. Lebègeu, y cuya voz se
hacía oír desde la bodega hasta el sótão, injuriando los habitantes, expandiéndose en palabras groseras y
expresiones indecorosas, es el tipo de esos manifestantes de baja categoría.

El “Psychische Studien”, de agosto de 1891, registra un caso análogo. Una pobre mujer de Goepingen, de
50 años de edad, era perseguida por el Espíritu de su marido que, tras a haber abandonado, ausentando-si
para a América y llevando consigo otra mujer, hube asesinado su amante y hube suicidado- si enseguida.
Producía variados y continuos ruidos en su cuarto e impedía de dormir los locatários vecinos. Ella lo
reconocía por la voz; y tuvo que cambiar varias veces de domicilio, pero inútilmente. El Espíritu a toda
parte a acompañaba. Se metía-le en la cama durante la noche, la empujaba con violencia y le estiraba el
cabello. Una ocasión la quemó tan vivamente que durante 15 días ella conservó la señal de la quemadura.

Esos malos Espíritus son, en general, sólo ignorantes y se puede los conducís al camino del bien por la
dulzura, paciencia y persuasão. También los hay perversos, endurecidos y aún peligrosos, que se no
conseguiría impunemente afrontar, sin estarse munido de gana, de fe y de moralidade. Conviene lo repetís:
la ley de analogía regula todas las cosas en el dominio del invisible. Nuestros contactos con el mundo
ultraterrestre varían al infinito, conforme la naturaleza de nuestros pensamientos y de nuestros fluidos,
que constituyen poderosos ímãs para lo así como para el mal. Mediante él podemos asociar- nos al que
hay de mejor o de peor en el Además y provocar en torno a nodos las manifestaciones más sublimes o
los más repulsivos fenómenos.

253
Reproducido por el “Spiritualisme Moderne”, París, 1903, pág. 57.

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Citemos aún estos dos interesantes casos de obsessão, que fue posible hacer cesar mediante procesos
diferentes, habiendo sido lo primero publicado en “Annales des Sciences Psychiques”, de enero de 1911, y
atestado por el Sr. Y. Magnin, profesor de la Escuela de Magnetismo:.

“Una señora, menos mal moça, que padecía dolores de cabeza de origen neurastênica, al fin de
algunos años agravadas con una obsessão de suicidio, vino a consultarme. El minucioso examen
que le hice reveló un organismo exento de cualquier tara física. El lado psíquico, al contrario,
dejaba muy a desear: emotivo, extravagante, fácilmente sugestionável. La enferma acusaba con
insistência una opressão “enlouquecedora”, decía ella, sobre la nuca, acompañada de una
sensación de peso, a veces intolerable, sobre los hombros; en esas se sentía asaltada de un deseo
casi irresistível de matarse..

En el curso de larga conversación me reveló ella que, antes de su boda, había sido requestada por
un oficial, a quien amaba, pero con quien fuera, por motivos de familia, impedida de casar- se.
Hube Fallecido este algún tiempo después, y la breve tramo hube comenzado ella a sentir esa
obsessão de acabar con la vida. Ahí estaba indudablemente el origen de la idea obsidente, y un
tratamiento psicoterápico se imponía. Varias sesiones, en estado de vigilia, fueron efectuadas sin
éxito; hice enseguida experiencias de reeducação en la hipnose “magnética” y no obtuve mejora
alguna; sugerencias imperativas en el sueño “hipnótico” tampoco produjeron resultado
apreciável.

Decidí entonces, con anuência del marido, pero sin que lo supiera la enferma, operar con el
concurso de una médium yo venía estudiando hace algún tiempo y que muchas veces me hube
sorprendido por la nitidez de las percepciones visuales que su don de “vidente” le permitía
describirme. No revelé a la médium una única palabra de la situación y sólo tras haber
adormecido la enferma es que a coloqué en su presencia. La previne de que le no haría pregunta
alguna y que, por su parte, si limitara a describir el más simplemente posible lo que su don de vista
psíquica le dejara ver.

Tan deprisa fue traída al pie de la enferma, adormecida en una poltrona, describió un ser que
parecía “agarrado” a la espalda de la paciente. Sin dejar percibir mi sorpresa, en el interés que
despertaba esa observación, pedí a la vidente que indicara la posición exacta del ser invisible para
mí. “Con la mano derecha – dijo – él aprieta la nuca de la enferma y con la izquierda oculta la
propia fronte.” Después, ofegante de comoção, exclamó: “ES un suicida y quiere que ella vaya a
reunírsele.” A mi pedido, le describió la fisionomia, la expresión: “un mirar singularmente extraño.”
Pudimos enseguida, yo y la médium, conversar con esa personalidad. Larga y extenuante fue mi
conversación, hasta que vine a experimentar uno alivio y una verdadera satisfacción, al saber por
la médium que mis argumentos habían convencido el “espectro” y que, tocado de compasión, él
prometía dejar su víctima en paz.

Sólo dos horas tras tener la médium se retirado fue posible despertar la paciente. No le revelé una
única palabra de la experiencia, que ella debía siempre ignorar. Al despedirse, me dijo ella: “Me
siento hoy muy aliviada.”

Dos días después volvió a visitarme: la transformación era visible. Su actitud, expresión
fisionômica, manera de vestirse, todo denotaba completo cambio en sus pensamientos; sus
naturales disposiciones, su jovialidade y me gusta por los artes le habían vuelto de un día para el
otro. Su marido ya no a reconocía, tan brusca fuera la transición..

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En lo Invisible – Léon 1903
Denis
Tras la aludida experiencia, la joven señora no más hizo a sentir la opressão en la nuca, ni la
sensación física de peso en los hombros, ni la obsessão psíquica de suicidio; su salud, en todos los
sentidos, se hizo hasta hoy perfecta.

Una discreta investigación me permitió saber que el oficial en cuestión no hube muerto de fiebre
infecciosa, como lo creían las personas de sus relaciones, pero que él se tenía realmente
suicidado con un tiro en la cabeza. También su carácter quedó averiguado ser exactamente lo
que hube descrito la médium, así como el mirar “extraño”, explicado por un ligero estrabismo.”

El segundo caso viene relatado en la “Luce y Ombra”, de enero de 1905. Enrico Carreras describió los
conflictos de influencia que se producían, en las sesiones realizadas con el médium Politi, entre el
Espíritu protector Ramuzzi y el obsessor Spavento:

“Me recuerdo de que una noche, en la obscuridade, hallándome solo delante de él, porque mis
compañeros de estudio habían huido apavorados, tuve que empeñarme con el médium, de quién
Spavento se había apoderado, en una tremenda lucha, en que me fue preciso recurrir a toda la
fuerza de que soy dotado.

Juzgué conveniente exponer todo eso, a fin de mostrar a los neófitos que el Espiritismo no es cosa
que se debe tomar como brincadeira, pues que puede acarrear consecuencias, y para mostrar a
los profesores de la escuela materialista quão lejos están de las inofensivas personalidades
secundarias de Binet y P. Jane esas personalidades mediúnicas o, por mejor decir, espíritas, capaces
de producir los supracitados fenómenos, sin contar varios otros, como los repetidos urros de
animales que hasta en la calle se oían, los assobios agudos, las violentas explosiones que se
producían en una casa desabitada, vecina de nuestra, etc.

El sistema que habíamos adoptado y la assídua colaboración de Ramuzzi, que se esforzaba de un


lado por calmar Spavento y, del otro, por sostener el médium, materializándose a la noche en su
cuarto y dirigiéndole palabras de conforto, al tiempo que le transfundia buenos fluidos, esa táctica
– decimos – no tardou a hacer sentir sus benéficos efectos.

Poco a poco, Spavento se modificó, así en el moral como en sus manifestaciones físicas. Abandonó
el primer nombre para adoptar lo de César y vino a hacerse, con gran satisfacción para nodos, uno
de nuestros más caros amigos invisibles. Tal vez en breve haya ocasión de exponer a mis assíduos
lectores como se efectuó esa gradual transformación, que nos costó gran trabajo, pero de que
fuimos sobejamente recompensados.”

Por qué medios se puede preservar los médiuns de los peligros de la obsessão? Rodeándolos de una
atmósfera de paz, de recolhimento, de sossego moral, formando, por la unión de las ganas, el antepa ro de
fuerzas magnéticas.

El médium debe sentirse amparado, protegido. ES preciso tampoco descurar de la plegaria. Los
pensamientos son fuerzas, tanto más poderosas mientras más puros y elevados sean ellos. La plegaria,
auxiliada por la unión de las ganas, opone una barrera fluídica inacessível a las entidades inferiores.

Debe, por su lado, el médium resistir por la gana y por el pensamiento a toda tentativa de obsessão y
liberarse de las dominações sospechosas. ES más fácil prevenir que remediar. Los casos de
incorporación,

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Denis
principalmente, ofertan peligros. Por eso, no debe el médium abandonar su organismo a otras entidades
sino bajo la vigilancia y fiscalización de uno Guía esclarecido.

ES un error y un abuso creer que el médium debe ser siempre pasivo y, sin reserva, submisso a las
influencias ambientes. El médium no es un paciente servil como los sensitivos enfermos que sirven a las
experiencias de ciertos especialistas; es un missionário, cuya conciencia y gana jamás se deben aniquilar,
pero ejercerse juiciosamente y sólo curvarse, convictamente y después de examen, a la dirección oculta
que le es impresa. Cuando las influencias que siente le parecen malas y degeneren en obsessão, no lo debe
hesitar en cambiar de medio, o por lo menos alejar de sí las personas que se le afigure favorezcan o
atraigan esas influencias.

Alejándose las causas de obsessão, se evitan a la vez las causas de enfermedad. Son los fluidos impuros
que alteran la salud de los médiuns y les perturban y deprimem las más bellas facultades.

En los fenómenos de incorporación muchas veces se abusa del magnetismo humano. Sólo la acción de un
hombre de bien, de hábitos puros y elevados pensamientos, puede ser admitida. El médium, en todas las
circunstancias, debe colocarse bajo la protección de suyo guía espiritual, que, si fuera elevado y enérgico,
le sabrá desviar todos los elementos de perturbación, todos los motivos de sufrimiento. En suma, los malos
Espíritus sólo ejercen en nodos la influencia que les queramos permitir. Cuando hay retidão de la moral,
pureza de corazón, gana firme, son infrutíferos sus esfuerzos.

Una eficaz protección oculta, veníamos diciendo, es la condición esencial de buen éxito en el dominio de
la experimentación. Ningún grupo a podría dispensar. Los hechos muestran y todos los médiuns que han
publicado sus impresiones y memorias el atestam.

La Sra. d'Espérance dedica su libro, “En el País de las Sombras”, a suyo guía espiritual, Hummur Stafford,
“cuya mano directora, aunque invisible, y los sabios consejos fueron suyo amparo y conforto en la
travessia de la vida”.

La Sra. Piper, enflaquecida y adoentada por el contacto de Espíritus inferiores, debió su restabelecimento
y la buena dirección de sus trabajos a la enérgica y vigorosa intervención de los Espíritus Imperator,
Doctor y Rector. Gracias a ellos, de confusas que eran, las experiencias dentro en poco se hicieron claras,
convincentes.254

Se podrían multiplicar esos ejemplos. Allan Kardec constituyó la Doctrina Espírita con el auxilio de
revelaciones emanadas de Espíritus superiores. En nuestro propio grupo fue, gracias a la influencia de
Espíritus elevados, que obtuvimos los magníficos fenómenos relatados páginas atrás. ES verdad que sólo al
cabo de largo periodo de expectação y de perseverantes ensayos es que nos fue prestado ese concurso. En
esa orden de hechos se obtiene lo que se supo merecer por una paciencia puesta por mucho tiempo a la
prueba y por un desinteresse absoluto. En la experimentación achamo-nos en presencia de Inteligencias
extrañas, de Ganas que muchas veces sobrepujam la nuestra y poco se inquietan con nuestras exigencias
y caprichos. Ellas perscrutam nuestro foro íntimo y es preciso saber captarles la confianza y lo amparo,
mediante intenciones puras y generosos propósitos.

254
Ver 2ª Parte, cap. XIX

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Esa protección, que pairava sobre nuestro grupo y persistió por todo el tiempo en que nos conservamos
unidos de corazón y en pensamiento, yo había encontrado siempre en mi tirocínio de conferencista, y me
siento feliz en el poder testificar aquí, agradeciéndola, de ánimo sincero y conmovido, a esos nobles
amigos del Espacio, cuya asistencia me ha sido tan preciosa en los momentos arriesgados.

Más de un golpe, en la ocasión de comparecer ante un público descrente, casi hostil, y de haber que
explanar, delante de salas repletas, asuntos assaz controvertidos, me encontré en las más desfavorables
condiciones físicas. Y de cada vez también, a mi instante llamamiento, venían los míos guía s invisibles
restituirme las fuerzas indispensables al desempeño de mi tarea.

Se ve quão necesaria es en las sesiones la protección de uno guía serio, valeroso, esclarecido. Cuando lo
guía es inapto las dificultades se multiplican y son numerosas las mistificações. Los Espíritus levianos se
imiscuem con los Espíritus de nuestra familia, cuyas manifestaciones perturban. Intrusos, de una
imprudência revoltante, se insinúan a veces en las reuniones. El profesor Falcomer, en su
“Phénoménographie”,255 refiere un caso en que “la manifestaciones piadosas sucedió un lenguaje ímpia
dictada por pancadas de la mesa y dirigida a tres señoras y una mocinha. Era el lenguaje de un ser
impudente y abjeto y es imposible transcrevê-la”. La madre del profesor y los otros asistentes quedaron
seriamente aborrecidos.

La acción de Espíritus malignos y de baja clase no lanza únicamente el ridículo y el descrédito sobre
nuestra causa, de ella alejando las personas escrupulosas y bien educadas; impele aún los médiuns al
fraude y, con el tiempo, viene a corromperles el senso y la dignidad. Comienzan los asistentes riendo y
divirtiéndose con las respuestas cínicas o extravagantes de esos Espíritus; pero, por eso aún, los atraen; y
esos incômodos visitantes, a quién así abre la puerta, vuelven, se agarran a los que les dan acceso y se
hacen, no raro, temibles obsessores.

El Espiritismo, por unos considerado peligroso, por otros vulgar y pueril, casi sólo es conocido por el pueblo
bajo sus aspectos inferiores. Son los fenómenos más materiales que atraen, de preferencia, la atención y
provocan apreciaciones desfavorables. Ese estado de cosas es debido a los teoristas y vulgarizadores que,
viendo en el Espiritismo una ciencia puramente experimental, descuram o repelem por sistema, algunas
veces con desdém, los medios de cultivo y elevación mental indispensables para producirse
manifestaciones verdaderamente imponentes entre el estado físico vibratório de los experimentadores y
lo de los Espíritus suscetíveis de producir fenómenos de gran alcance, y nada se hace en el sentido de
atenuar esas diferencias. De ahí la penuria de altas manifestaciones comparadas a la abundancia de los
fenómenos vulgares.

El resultado es que incontables críticos, sólo conociendo de la cuestión su faz tierra -la-tierra,
constantemente nos acusan de edificar sobre hechos mezquinos una doctrina demasiado amplia. Más
familiarizados con el aspecto transcendental del Espiritismo, reconocerían que nada exageramos; al
contrario, nos hemos conservado abajo de la verdad.

Cualesquiera que sean las relutâncias de los teóricos positivistas y “antimísticos”, forçoso será tener en
cuenta las indicaciones de los hombres competentes, sin lo que vendría a hacerse del Espiritismo mísera
ciencia, llena de obscuridades y peligrosa para los investigadores.

255
Reproducido por la “Revue Spirite”, 1902, pág. 747.

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El amor de la ciencia no basta, dijo el profesor Falcomer; es indispensable la ciencia del amor. En los
fenómenos no tenemos que habernos únicamente con elementos físicos, pero con agentes espirituales,
con entidades morales, que, como nodos, piensan, aman y sufren. En las profundidades invisibles, la
inmensa jerarquía de las almas se desplega, de las más obscuras a las más radiosas. De nodos depende
atraer unas y alejar las otras.

El único medio consiste en crear en nodos, por nuestros pensamientos y actos, un foco irradiador de luz y
de pureza. Toda comunhão es obra del pensamiento. El pensamiento es la propia essência de la vida
espiritual. ES fuerza que vibra con intensidad creciente, a medida que el alma se eleva, del ser inferior al
Espíritu puro y del Espíritu puro hasta Dios.

Las vibraciones del pensamiento se propagan a través del espacio y sobre nodos atraen pensamientos y
vibraciones similares. Si comprendiéramos la naturaleza y la extensión de esa fuerza no alimentaríamos
sino altos y nobles pensamientos. Pero el hombre se ignora aún, como ignora la inmensa capacidad de ese
pensamiento creador y fecundo que en él dormita y con el cual podría renovar el mundo.

En nuestra flaqueza e inconsciência, atraemos en la mayor parte de las veces Espíritus malos, cuyas
sugerencias nos perturban. ES así que la comunicación espiritual, a consecuencia de nuestra inferioridade,
si obscurece y desvirtua; fluidos corrompidos se esparcen por la Tierra y la lucha entre el bien y el mal se
empeña en el mundo oculto como en el mundo material.

En la atracción de los pensamientos y de las almas consiste íntegramente la ley de las manifestaciones
psíquicas. Todo es afinidade y analogía En lo Invisible. Investigadores que sondais el seg redo de las
tinieblas, elevai bien alto, pues, los pensamientos, a fin de atraer los genios inspiradores, las fuerzas del
bien y del bello. Elevai-los, no solamente en las horas de estudio y experiencias, pero frecuentemente, a
todas las horas del día, como un ejercicio regenerador y salutar. No olvidéis que son esos pensamientos
que van lentamente eternizando y purificando nuestro ser, engrandeciendo nuestras facultades y
haciéndonos aptos a experimentar las más delicadas sensaciones, fuente de nuestra felicidad futura.

El problema de la mediunidade ha permanecido obscuro e incompreendido para la mayoría de los


psicologistas y teólogos de nuestra época. El pasado poseía a ese respeto lúcidas nociones, y aún en la Edad
Media algunos hombres, herederos de la sabiduría antigua, apreciaron con justeza esa cuestión. El siglo XII,
Maimônides, el docto rabino judío de Córdova, discípulo de Averrhoes, inspirándose en las doctrinas de la
Cabala, resumía en estos términos la ley de la mediunidade:

“El Espíritu paira sobre la Humanidad, hasta encontrar el lugar de su vivida. Ni toda naturaleza le
es propicia; su luz sólo pousa y permanece en el hombre prudente, son y esclarecido. Quienquiera
que aspire a las honras del sublime comercio debe consagrarse a perfeccionar su naturaleza, por
dentro como por fuera. Amigo de la soledad, lleva consigo los libros sagrados, allí prolonga sus
vigilias y meditações, sacia su alma de ciencia y de virtud. Sus comidas son reguladas; su comida y
bebida escogidas, a fin de que en su cuerpo sadio y en su carne convenientemente renovada haya
una sangre generosa. Entonces está todo listo: el fuerte, el precavido, el sabio será profeta o
desde que el Espíritu lo encuentre en su camino.” 256

256
“Dux dubitantium et director perplexorum”. (Le Guide des Egarés). Tra. Munck, tomo I, pág. 328.

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Tiene, pues, el hombre que someterse a una compleja preparación y observar una regla de conducta, para
en sí desarrollar el precioso don de la mediunidade. ES necesaria para eso la cultura simultánea de la
inteligencia, de la meditação, del recolhimento y del desprendimento de las humanas cosas. El Espíritu
inspirador detesta el ruido: “Dios no habita el tumulto”, dice la Escritura. Un proverbio árabe lo repite: “El
ruido es de los hombres; el silencio es de Dios.”.

“ES preciso perfeccionarse por dentro y por fuera”, afirma el sabio judío. Las compañías vulgares son, con
efecto, nocivas a la mediunidade, en razón de los fluidos impuros que se desprenden de las personas
viciosas y se adaptan a nuestros, para los neutralizar. ES preciso también velar por el cuerpo: “Mens sana
in corpore sano.” Las pasiones carnais atraen los Espíritus de lascívia; el médium que a ellas se abandona
avilta su precioso don y termina perdiéndolo. Nada enflaquece tanto las altas facultades como entregarse
al amor sensual, que enerva el cuerpo y perturba las límpidas fuentes de inspiración. De igual manera que
el lago más puro y más profundo, cuando lo agita la tempestad, que le revolve el lodo y lo hace subir a la
superficie, cesa de reflejar el azul del cielo y el esplendor de las estrellas, así también el alma del médium,
turbada por impuros movimientos, se hace inapta para reproducir las visiones del Además.

Hay en las íntimas profundidades, en los recessos ignorados de toda conciencia, un punto misterioso por
donde cada uno de nodos se íntegra En lo Invisible, en el divino. Ese punto que cumple descubrir, ampliar,
engrandecer; es esa infraconsciência que despierta en el transe, como un mundo adormecido, y patenta el
secreto de las vidas anteriores del alma. ES la gran ley de la psicología espírita, uniendo y conciliando, en
el fenómeno mediúnico, la acción del Espíritu y la libertad del hombre; es el ósculo misterioso resultante
de la fusión de dos mundos en ese frágil y efímero ser que somos nodos; es uno de los más nobles
privilegios, una de las grandezas más reales de nuestra naturaleza.

Sublimes deberes y extensas responsabilidades acarrea el alta mediunidade. “Mucho se pedirá a quién
muy recibió.” Los médiuns son de ese número. Su quinhão de certeza es mayor que lo de los otros hombres,
pues que viven por anticipación en el dominio dlo Invisible, al cual los prende un lazo cada vez más
apretado. Un prudente ejercicio de sus facultades los elevará a las esferas luminosas del Además y ahí les
prepara su futura situación. Del punto de vista físico, no es menos salutar ese ejercicio. El médium se baña,
si retempera en un océano de eflúvios magnéticos que le dan poder y fuerza..

En compensación, tiene que cumplir imperiosos debas y no debe olvidar que sus facultades le no son
otorgadas para sí mismo, pero para el bien de sus semejantes y para el servicio de la verdad. ES una de las
más nobles tareas que puedan caber a una alma en este mundo. Para a desempeñar, debe el médium
aceptar todas las pruebas, saber perdonar todas las ofensas, olvidar todas las injurias. Su destino será, tal
vez, torturado, pero es el más bello porque conduce a las culminâncias de la espiritualidade. En el recorrido
extensíssimo de la Historia, la vida de los mayores médiuns y profetas le oferta el ejemplo del sacrificio y
de la abnegação.

XXIII - Hipótesis y Objeções.


En cuestión de Espiritismo, son numerosas las objeções y teorías adversas. Las hemos, en su mayor parte,
examinado en el curso de este siglo. Venimos, por ejemplo, que la teoría de las alucinações es
insustentável tras la obtención de fotografías de las aparições, de los moldes en parafina, de los
fenómenos de escritura y firma, reconhecidamente auténticas, de sobrevivos. La teoría de la
subconsciência, también denominada inconsciente o conciencia subliminal, fue refutada en los capítulos
XVIII y XIX, a propósito de la grafia mediúnica y de las incorporaciones. Correcto es que también a aplican
a los fenómenos
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producidos con la mesa, expresamente en cuanto a los hechos de tiptologia obtenidos por Victor Hugo en
su propia casa y que referimos en el capítulo XVIII. No pocos son los críticos refratários a admitir en los
versos dictados por la mesa otra cosa más que inconscientes producciones del grande vate. Aquellos versos,
dicen, son de factura idéntica a la de él; los anima la misma vigorosa inspiración.

La insuficiencia, sin embargo, de semejante explicación queda demostrada por el análisis de los hechos.
Victor Hugo jamás se sentaba a la mesa. Confesaba no poder improvisar, en verso, mientras que los
Espíritus pedían que los interrogaran de ese modo y de ese modo respondían inmediatamente, sin
hesitação ni pausa de memoria. Cuando un día, anuindo a sus deseos, prepara de antemano una pregunta
enderezada al Espíritu Molière, este emudece; la “Sombra del Sepulcro” es que responde en términos
acres, constituyendo acerba lección para el poeta, que se retira de la sala indignado con el desembaraço
de los Espíritus.

Podía Victor Hugo ser a la vez consciente e inconsciente y actuar extrapessoalmente sin el querer? El
inconsciente, que a sí aún se ignora, no puede ser un determinativo de acción. Ora, todos los fenómenos
espíritas representan formas de actividad reguladas por la conciencia, en que no se pueden asociar dos
principios opuestos, la acción y la inação. Pretenderlo, no sería menos que resbalar en el absurdo!

El mismo acontecía a los asistentes. Ninguno de ellos meditaba de provocar el sueño y, así pues, el
desdoblamiento. Nadie preveía las respuestas de la mesa. Todos aguardaban ansiosos las frases que iría a
dictar. El esperado era, Molière, que Victor Hugo acababa de interrogar. Si el inconsciente del poeta,
estimulado por esa expectativa, tuviera que intervenir, la respuesta del grande satírico es que habría
venido. Ora, fue, como lo dijimos, la “Sombra del Sepulcro”, en un lenguaje áspero y solemne, que se
manifestó en términos deprimentes que Victor Hugo, en su orgullo, jamás se acordaría ciertamente de a
sí aún dirigir en presencia de testigos..

Ni solamente en verso el misterioso Espíritu se expresa. Su prosa es también magnífica y austera, como se
puede ajuizar por este fragmento, dictado por la mesa en otra sesión:257

“Dices tú, imprudente: la sombra del sepulcro emplea el lenguaje humano; se sirve de palabras,
metáforas, figuras y mentiras, para decir la verdad; la sombra del sepulcro no es un simulacro,
tienes razón; yo soy una realidad. Si desciendo a hablar vuestra algaravia, es porque sois limitados.
La palabra es el grilhão del Espíritu; la imagen es la golilha del pensamiento; vuestro lenguaje es
un ruido enfeixado en un diccionario; mi lengua propia es la imensidade, es el océano, es el tufão;
mi biblioteca contiene millones de estrellas, millones de planetas y de constelaciones. El infinito
es el libro supremo y Dios es el lector eterno. Ahora, se quieres que te quiebra mi lenguaje, sube al
Sinai y me oirás en los relámpagos; sube al Calvário y me verás en resplandores; desciende al
túmulo y has de sentirme en la clemencia.”.

He ahí un hecho, al demás, que demuestra quão impotente es la teoría de la subconsciência para
explicar los fenómenos obtenidos en casa de Victor Hugo.

El “Gaulois”, de 10 de enero de 1906, publicó, bajo la epígrafe “El canhenho de un materialista”, un


tramo de las memorias del Sr. Y. Blum, de que destacamos la siguiente anedota:

257
Inserto en el “Gaulois”, de 1º y 2 de junio de 1907.

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“Victor Hugo confesaba creer firmemente en el Espiritismo y conservó esa creencia hasta a la
muerte. Sus dos hijos, así como sus grandes amigos Augusto Vacquerie y Paulo Maurice en él
también crean. Vacquerie me refirió una cosa extraordinaria:

Cierta noche de Invierno, en Guernesey, se hacían las experiencias de mesa giratoria. Estaban
presentes el gran poeta, sus dos hijos y Vacquerie. Carlos Hugo es que servía de médium;
interrogaba la mesa y comunicaba las respuestas obtenidas. De repente, dio un grito de dolorosa
sorpresa. – “Oh! – exclamó – Los Espíritus me dan una horrible noticia: la Sra. De Girardin acaba
de fallecer en este momento.”

Consultaron el reloj: eran 10 horas.

La Sra. De Girardin, justamente en esa mañana, hube escrito comunicando que pretendía pasar
algunos días en Guernesey con su gran amigo Hugo y era, por lo tanto, esperada su visita. El día
siguiente llegó una carta anunciando el falecimento de la Sra. De Girardin. Nadie lo podría saber
en Guernesey, donde el telégrafo a ese tiempo no funcionaba.

Carlos Hugo lo ignoraba, como todos, y – cosa curiosa – la Sra. De Girardin hube fallecido con
efecto en la víspera, a las 10 horas. Esa historia siempre me impresionó singularmente, porque
era difícil ponerle en duda la veracidade, con testigos semejantes.”

La teoría de la subconsciência debe ser considerada seriamente, pues que contribuye para la aclaración de
gran número de casos psíquicos; hizo progresar la ciencia del Ser, poniendo en evidencia los aspectos
ocultos de nuestra naturaleza, e hizo más fácil y positiva la clasificación de los hechos. Sólo es, sin
embargo, aplicable a correctos fenómenos de animismo, es decir, de exteriorização de los vivos, a los casos,
por ejemplo, de renovación de la memoria. No podría explicar los hechos de orden física e intelectual, todo
que constituye el Espiritismo puro. La intervención de los sobrevivos es la solución más simple, más lógica,
a que mejor se adapta al conjunto de esos hechos. No dan las Entidades que se manifiestan otra
explicación y su testimonio es universal. Hasta los propios errores que cometen no dejan de constituir
elementos de certeza; porque lo que no existe no puede dejar vestigio subconsciente y ser conocido por el
médium o por los asistentes.

F. Myers, en su magnífico libro “La Personalidad Humana”, dio una definición me la gistral de la
subconsciência. Tras él, sin embargo, muchos sabios abusaron de esa teoría, haciéndola extensiva a hechos
en que es completamente inadmisible. En la imposibilidad en que se encuentran de explicar los
fenómenos espíritas, recurren la hipótesis que de modo alguno se adaptan a la realidad de las cosas.

El reciente libro del Sr. Th. Flournoy, “Espíritus y Médiuns”,258 es bien característico en tal sentido. En él
enfeixou el autor centenares de hechos colhidos en una investigación informativa que emprendió. Las
explicaciones que da son de pasmosa fragilidad y dejan intacta la interpretación espírita, que pretenden
destruir. Su idea preconcebida es evidente, sobre todo cuando busca relacionar con los fenómenos de
inconsciência un caso vulgaríssismo de plágio (pág. 340).

Señalemos, aún, el caso Buscarlet (pág. 359). Se trata de una señora (con ese nombre), que soñó en París,
el día 10 de diciembre de 1883, que la Sra. Nitchinoff, residente en Kazan (Rusia), dejaría el día 17 el
Instituto que dirigía, y eso con ciertas particularidades que indicaban la idea de muerte. Escribe,

258
París, Fischbacher, editor, 1911.

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relatando ese sueño, a la Sra. Moratief, también residente en Kazan. Esta le responde que la indicada
persona hube dejado realmente su Instituto el día 17, pero en el estado de cadáver, habiendo sucumbido
en tres días, vitimada por la difteria. El Sr. Flournoy ve en eso un caso típico de telepatia! La Sra. Moratief,
estando relacionada con las dos otras personas, que apenas se conocían, percibió subconscientemente, el
día 10, los primeros síntomas de la molestia de la Sra. Nitchinoff y transmitió involuntariamente esas
percepciones a la Sra. Buscarlet! Ahí está un ejemplo de las explicaciones del Sr. Flournoy!

Si es poco admisible semejante hipótesis, cual será, por la telepatia o la subconsciência, la explicación
posible del caso n° 15, en que la Srta. Sofia S., debiendo encontrarse en Mayens con el pastor H., para
hacer una excursão con él y sus pensionistas, recibe por la mesa, 10 días antes de la catástrofe en que el
pastor y una de sus discípulas perdieron la vida, el siguiente aviso: “Sofia no debe ir la Mayens; correría
peligro de vida”? O aún la explicación del caso nº 28 (previsión de muerte a consecuencia de una caída
de bicicleta, con algunas semanas de anticipación)?

Y fácil al demás, en esa coletânea, en que tantas personas de buena-fe comunicaron los más notables
hechos de sus experiencias, encontrar un número regular de fenómenos de los cuales el Sr. Flournoy ni
intenta aún dar explicación. Pueden citarse por ejemplo: el caso nº 267 (comunicación anunciando el
assassínio de Sadi Carnot, antes que fuera conocido); el caso n° 190, en que el aviso de alteración en un
programa de viaje es de cerca acompañado por la llegada de una carta con la noticia de una imprevista
enfermedad, que transtorna todos los planes de viaje; el caso nº 191, en que es obtenida la redacción de
una tarjeta postal, que nadie había previamente leído; el caso nº 307, en que se hace alusión, en la
ausencia de la persona interesada, a hechos íntimos que solamente ella y su fallecido marido conocían.

El caso n° 322 es igualmente inexplicável por los procesos tan del agrado del Sr. Flournoy. La narradora
recibió cierto día una comunicación de un Sr. Martinol, fallecido en Australia en el momento en que
embarcaba de regreso a Europa. “Ese hombre, cuya existencia yo ignoraba – dice ella – me hizo una aflita
confissão, que me incumbia de transmitir su mujer. Había poco tiempo que yo practicaba la escritura
mediúnica y, no conociendo la señora en cuestión, me abstuve de a buscar. Viendo que yo no iba, el
mismo Martinol dio una comunicación aún más insistente a mi amiga H., que conocía la Sra. Martinol y
con ella fue haber, llevando los dos mensajes. Era todo cierto, y las dos confissões esclarecían el motivo de
actos hasta entonces incompreendidos para la familia.”

La táctica del Sr. Flournoy consiste, además de todo, en abafar en una profusión de haber técnic los y
pretensiosos los elementos probatorios que se destacan de la experimentación: criptomnésia, complejos
emotivos subyacentes, capas hipnóides, etc. Por esa forma es que siempre la Ciencia obscureceu las
verdades primarias y los grandes problemas de la vida y del destino. Bajo ese punto de vista, no es ella
menos responsable que la ortodoxia religiosa por el deplorável estado mental de nuestros días y por las
tremendas consecuencias que de él resultan. Al cabo de siglos de predomínio religioso y de trabajo
científico, la Humanidad aún está a la busca del camino que por el Espiritismo le es claramente indicado.

Fuerza es, sin embargo, reconocer que el Sr. Flournoy imprime a sus argumentos una perfecta cortesia. La
moderação de su lenguaje, el talento de observación y de análisis, que en toda circunstancia patenta, lo
hacen eminentemente simpático. Hay aún ocasiones en que parece inclinarse a las probabilidades
espiríticas, dejando escapar una confissão como esta: “ES posible que, entre los hechos, algunos haya
auténticos, es decir, que hayan origen espírita; pero no me encargo de esa elección.” Se siente que él es
tolhido por consideraciones de orden personal. Su libro tendrá para nodos la ventaja de atraer gran número
de investigadores para nuestros estudios, porque el autor insiste muchas veces en el

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deber que a los sabios e intelectuales se impone de sondar los múltiples problemas que la experimentación
física viene a poner en foco.

Hemos indicado los peligros reales que oferta la práctica de la mediunidade. También los hay
imaginarios, inventados por me gusta y estrepitosamente apregoados por los adversarios del
Espiritismo, dando origen a dos teorías principales, que por su turno examinaremos: a de las larvas, o
elementais, y a de los demonios.

Las manifestaciones espíritas, dicen cotidianamente ciertas revistas católicas,259 cuando no provienen
consciente o inconscientemente del médium o de los asistentes, son obra del demonio.

Encontramos ahí el argumento habitual de la Iglesia, el principal instrumento de su dominação, que le


permite resistir a todas las innovaciones, manteniendo bajo el terror el rebaño de los fieles y asegurando
su imperio a través de los siglos.

Aún cuando los Espíritus nos hablan de Dios, de plegaria, de virtud y sacrificio, cumple ver en eso la
intervención del demonio – dicen los teólogos –, porque Satanás, el padre de la mentira, sabe revestir
todas las formas, emplear todos los lenguajes, suministrar todas las pruebas; y cuando creemos estar en
presencia de las almas de nuestros parientes y amigos, de una esposa o de un hijo fallecidos, es aún el
grande impostor que se disfraza para engañarnos.

Se ha visto – afirman ellos – el Espíritu del mal revestir las más dolorosas apariencias, aún a de Virgem y
de los santos, para mejor lograr los creyentes. ES lo que assevera el Cônego Brettes en la “Revue du Monde
Invisible”, de 15 de febrero de 1902, después de un estudio de Monseñor Méric acerca de las
materializações de fantasmas:.

“Los resultados – dice él – me parece concluyan a favor de la opinión que sostiene ser todo
diabólico en las aparições de Tilly. Si son verdaderas estas deducciones, es el diablo que allí se
presenta bajo la forma aparente de la santa Virgem, y recibe los homenajes dirigidos a la madre
de Dios.”

Objetam otros críticos que en sus relaciones con el mundo invisible el hombre no comunica solamente con
las almas de los muertos, pero también con ilusórias apariencias de almas, con larvas, formas fluídicas
animadas por una suerte de vibración expirante del pensamiento de los defuntos. Por otro lado, dicen ellos,
es condenável, es casi sacrilégio evocar las almas de los muertos, porque estas, abandonando la Tierra,
suben a las regiones superiores y toda vuelve aquí abajo es un constrangimento, un sufrimiento para ellas.
“El método espírita – dice un teósofo notable – oferta el gran inconveniente de ser prejudicial a los
muertos, cuya evolución estorba.”

Venimos, con ejemplos numerosos y pruebas de identidad, que la hipótesis de las larvas no es de modo
algún justificável; los hechos demuestran al contrario que es con almas de hombres, otrora existentes en la
Tierra, que confabulamos en las manifestaciones, pues que presentan un carácter esencialmente humano.
La acción de los manifestantes es humana, como también lo son los dibujos, la escritura y el lenguaje de
que se sirven. Los fenómenos intelectuales que producen traen el cunho de las ideas, de los sentimientos,
de las

259
Ver, entre otras, a “Revue du Monde Invisible”, de Monseñor Méric, “L'Echo du Merveilleux”, del Sr. Gastão Méry, y la
reciente brochura de un doctor en letras, de Lião, sobre el “Espiritismo”, aprobada por el cardenal -arzobispo de Lião. Librería
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Católico, 14, calle de la Abadía, París, 1911.
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emociones, en una palabra, de todo que constituye la trama de nuestra propia existencia . De todas las
órdenes pueden ser sus manifestaciones, desde el trivial hasta el sublime, y es lo que igualmente
caracteriza las sociedades humanas. Las formas de los fantasmas que se presentan materializados, las
fotografías obtenidas, son de seres semejantes a nodos y nunca de demonios, elementales o larvas.
Añádase a eso todos los hechos y particularidades con carácter positivo tendiente a establecer que los
manifestantes vivieron entre las generaciones humanas, y la certeza se impone de que la intervención
atribuida a los demonios y a las larvas en los fenómenos espíritas no es más que el producto de un
desvario de la imaginação.

En cuanto a la segunda objeção, no tiene mayor consistencia. Como podrían ser condenabais esas
comunhões del Cielo con la Tierra, de la cual sale el alma humana esclarecida, confortada, enlevada por
todas las exortações, por todas las inspiraciones que le vienen del Alto? Las prácticas espíritas han
consolado y reanimado muchas criaturas combalidas bajo la prueba de la criba; han restituido la paz a los
aflitos, probándoles que aquellos que juzgaban perdidos están sólo ocultos por algún tiempo a sus vistas. Y
que influencia moral ejerce en toda nuestra vida el pensamiento de que seas caros, seres invisibles nos
acompañan y observan, examinan y aprecian nuestros actos, y que nuestros bien-amados están muchas
veces cerca de nodos, asociándose a nuestros esfuerzos para el bien, regozijando-si con nuestras alegrías,
con nuestros progresos, y entristecendo-si con nuestros desfalecimentos, como amparándonos en las
situaciones difíciles! Quién habrá que, habiendo perdido un ente caro, pueda permanecer indiferente a ese
pensamiento?

Lejos de estorbar la evolución de las almas desencarnadas, sabemos, al contrario, que nuestros llamados a
favorecen en muchos casos. No se trata de evocações imperiosas, como lo pretenderían insinuar. Los
Espíritus son libres y vienen a nodos si eso les agrada. Al demás, que es en sí misma la evocação? ES la
frágil palabra humana ensaiando-si en articular el lenguaje sublime del pensamiento; es el balbuciar del
alma que entra en la comunhão divina y universal!.

La experiencia todos los días lo demuestra: gracias a los consejos de los humanos, muchas almas
obscurecidas y atrasadas han podido reconocerse y orientarse en su nueva existencia. En la mayor parte,
los materialistas pasan por el fenómeno de la muerte sin el percibir. Creen aún participar de la vida
terrestre, mucho tiempo tras haber fallecido. Los Espíritus elevados no tienen acción sobre ellos, en virtud
de las diferencias de densidad fluídica, mientras que las evocações, las advertencias, las explicaciones que
ellos reciben en los grupos espíritas los arrancan de su torpor, de su estado de inconsciência, y les facilitan
el surto, en vez de el estorbar. Para nodos, como para los desencarnados, la comunhão de las dos
humanidades es salutar, cuando se efectúa en condiciones serias. ES una enseñanza mutua ministrado por
los Espíritus adelantados de ambos planos, visando esclarecer, consolar y moralizar las almas sofredoras o
atrasadas de los dos mundos.

Las teorías de los ocultistas y teósofos tan justas en el que se refiere a la ley del Carma, o de las
reencarnações, claudicam por completo al punto de que nos ocupamos. Apartando el investigador del
método experimental, para el concluir en el dominio de la metafísica pura, ellas suprimieron la única
base positiva de toda la verdadera filosofía.

Gracias a las pruebas experimentales es que la inmortalidad, mero concepto hasta ahora, vaga
esperanza del espíritu humano, se hace una realidad palpitante. Y con ella, muchas almas escépticas y
desiludidas se sienten revivir en faz de los destinos que les son patentados. Lejos de las depreciar,
sepamos, conseguintemente, hacer justicia a esas prácticas espíritas que tienen enxugado tantas
lágrimas, calmado tantos dolores y proyectado tan abundantes claridades en la noche de las
inteligencias.
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*

Volvamos a la teoría del demonio y consideremos una cuestión: si el Espíritu maligno, como pretenden los
teólogos, tienen la facilidad de reproducir todas las formas, todas las figuras, revelar las cosas ocultas,
proferir las más sublimes alocuções; si nos enseña el bien, la caridad, el amor, se puede igualmente
atribuirle las aparições mencionadas en los libros santos, creer que fue él quienes habló a Moisés, a los
otros profetas y al propio Cristo, y que toda acción espiritual oculta es obra suya.

El diablo, todo sabiendo y pudiendo, incluso hacer sabio y virtuoso el Espíritu, puede muy bien haber
asumido el papel de guía religioso y, bajo el pálio de la Iglesia, en los conducir a la perdición. La Historia,
con efecto, nos demuestra con irrefragável lógica que ni siempre la Iglesia fue inspirada por Dios. En
muchas circunstancias, sus actos tienen estado en absoluta contradicción con los atributos de que en los
apraz revestir la divindade. La Iglesia es un árbol colossal, cuyos frutos ni siempre fueron los mejores, y el
diablo – pues que es tan hábil – puede muy bien haberse abrigado a su sombra.

Si debemos admitir, con los teólogos, que en todos los tiempos y lugares tenga Dios permitido las más
odiosas fraudes, el mundo se nos presentará como inmensa impostura y ninguna seguridad tendremos que
no ser engañados: tanto por la Iglesia como por el Espiritismo. La Iglesia – ella propia lo reconoce – sólo
posee, relativamente al que denomina “sobrenatural diabólico o divino”, un criterio de certeza puramente
moral.260 Y qué, con tan restrictas bases de apreciación, dato el talento de imitación que atribuye al
enemigo del género humano, que crédito a ella propia podemos conceder en todas las materias? ES así
que el argumento del demonio, como arma de dos gumes, se puede volver contra aquellos que lo
forjaron.

Cabe, sin embargo, preguntar si de hecho habría tamaña habilidad de la parte del diablo en proceder
como nuestros contraditores lo pretenden. En las sesiones espíritas, lo veríamos convenza de la
supervivencia del alma y de la responsabilidad de los actos a individuos materialistas; liberar de la duda los
escépticos, y de la negación y de todas sus consecuencias, decir a veces duras verdades la personas
desregradas y obligarlas a caer en sí y orientarse en el sentido del bien. Donde estaría, pues, en todo eso la
ventaja para Satanás? No debería, al contrario, el papel del Espíritu de las tinieblas consistir en acoroç oar
en sus tendencias los materialistas, los ateos, los escépticos y los individuos sensuais?

ES verdaderamente pueril atribuir al demonio la enseñanza moral que en los prodigalizam los Espíritus
elevados. Creer que Satanás se esforce por desviar los hombres del mal, mientras que, dejándolos resbalar
por el declive de las pasiones, se harían fatalmente presa suya; creer que puede enseñarlos a amar, a orar,
a servir a Dios, a punto de dictarles plegarias, es atribuirle un procedimiento ridículo extremadamente
inepto.

Si el diablo es hábil, pueden imputarle las respuestas ingenuas, groseras, ininteligentes, obtenidas en los
círculos donde se experimenta sin criterio? Y las manifestaciones obscenas! No son antes propias a
alejarnos del que a atraernos para él? Mientras que, admitiendo la intervención de Espíritus de todas las
órdenes, desde de más baja a la más elevada, todo se explica racionalmente. Los Espíritus malfazejos no
son de naturaleza diabólica, pero de naturaleza simplemente humana.

260
Ver los manuales de Teologia, por ejemplo: Bonal, “Institut. Theol.”, tomo I, pág. 94; “Tract. de Revelatione”, en que son
expuestos los principales caracteres del sobrenatural diabólico.

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No hay en la Tierra, encarnadas entre nodos, almas perversas, que se podrían considerar demonios?
Volviendo al Espacio, esas almas continúan a proceder de igual manera, hasta que vengan a ser
regeneradas por las provações, subjugadas por los sufrimientos. A los investigadores prudentes compite
ponerse en guardia contra esos entes funestos y reaccionar contra su influencia.

En la mayor parte de los círculos de experimentación, en lugar de proceder con cautela y respeto, se
desprecian los consejos de los que nos precedieron en el camino de las investigaciones. Con intempestivas
exigencias y modos inconvenientes, repelem-si las influencias armónicas y se atraen individualidades
perversas y Espíritus atrasados. De ahí tantas decepciones, incoerências, obsessões, que han hecho creer
en la existencia de los demonios y lanzado sobre cierto “espiritismo” de baja clase el ridículo y el
descrédito.

La teoría del demonio, en resumen, ni es positiva ni científica. ES un argumento cómodo, que se presta a
las explotaciones, permite rechazar todas las pruebas, todos los casos de identidad, y hacer tábua rasa de
los más autorizados testimonios; poco concludente, sin embargo, y absolutamente en contradicción con la
naturaleza de los hechos.

La creencia en el demonio y en el infierno ha sido combatida con argumentos de tal modo peremptórios
que causa admiración ver inteligencias esclarecidas aún hoy a adoptar. Como si no comprende que
oponiendo incesantemente Satanás a Dios, atribuyéndose-le sobre el mundo y sobre las almas un poder
que, día a día, aumenta, se disminuye paralelamente el imperio de Dios, amesquinha-si su poder, se
aniquila su autoridad, se pone en duda la sabiduría, la bondad, la sanidad del Creador?

Dios, siendo justo y bueno, como lo declara la enseñanza católica, no puede haber creado un ser dotado
de toda la ciencia del mal, de toda suerte de seducción, y haberle concedido poder absoluto sobre el
hombre inerme y débil..

O Satanás es eterno, o no lo es. Si lo es, Dios no es único; hay dos dioses – lo del bien y lo del mal. O
entonces Satanás es una criatura de Dios, e inmediatamente a Dios cabe la responsabilidad de todo el
mal por él practicado; porque, al crearlo, conoció, vio todas las consecuencias de su obra. Y el infierno
poblado de la inmensa mayoría de las almas, votadas por su flaqueza original al pecado y a la condena, es
la obra de Dios, producto de su gana y por él prevista!

Tales son las consecuencias de la teoría de Satanás y del infierno. ES de admirar que haya producido
tantos materialistas y ateos? Y es en nombre de Cristo, de sus enseñanzas de amor, de caridad y de
perdón que se preconizan tales doctrinas!

Más conforme al verdadero espíritu de las Escrituras no será esa revelación espírita, que nos presenta,
después del rescate y la reparação de sus culpas, en existencias de provações, las almas a proseguir su
ascenso a las regiones de la luz? Así lo dijo el apóstolo: “Dios no quiere que hombre alguno perezca, pero
que todos se conviertan a la penitencia.”261

Lo que se llaman demonios, como venimos, son simplemente Espíritus inferiores, aún propensos al mal,
sometidos, sin embargo, como todas las almas, a la ley del progreso. No hay diversas categorías de almas,.

261
II Pedro, 3:9.
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destinadas unas a la felicidad y otras a la desgracia eterna. Todas se elevan por el trabajo, por el estudio
y por el sufrimiento. La unidad perfecta y la armonía reinan en el Universo.

Cesemos, pues, de profanar la idea de Dios con esas concepciones indignas de la grandeza y de la bondad
infinitas; sepamos despojarla de las desgraciadas pasiones humanas que se le atribuyen. Con eso la
Religión ganará prestigio. Poniéndola en armonía con los progresos del espíritu humano, se le dará mayor
vitalidade.

Acenar con el espectro de Satanás y toda la fantasmagoria del infierno, en una época en que la
Humanidad ya no cree en los mitos con que la embalaram en la infancia, es perpetrar un anacronismo, es
exponerse a provocar la risa. Satanás no asusta más nadie. Y los que más de él hablan son, tal vez, los que
en él menos creen.262 Se puede explorar el esvaecimento de una quimera rendosa, de que por mucho
tiempo se abusó, y soltar a los cuatro vientos los ecos de su queja. Delante, sin embargo, de tales
recriminações, propias de otra edad, el pensador desinteressado sonríe y pasa adelante.

Ya no creemos en un Dios colérico y vengativo, pero en un Dios de justicia y de infinita misericórdia. El


Jeová sanguinário y terrible hizo su época. El infierno implacable se cerró para siempre. Del Cielo a la
Tierra desciende ahora, con la nueva revelación, el lenitivo para todos los dolores, el perdón para todas
las flaquezas, el rescate para todos los crímenes, mediante el arrependimento y la expiação..

XXIV - Abusos de la Mediunidade


En la primera orden de los abusos que debemos señalar, cumple colocar los fraudes, las simulaciones.

Los fraudes o son conscientes y volitivas, o inconscientes. En este último caso son provocadas quiere por
la acción de Espíritus malfazejos, quiere por sugerencias sobre los médiuns ejercidas por los
experimentadores y asistentes.

Los fraudes conscientes provienen ora de falsos médiuns, ora de médiuns verdaderos, pero pérfidos, que
han hecho de su facultad una fuente de proventos materiales. Desconociendo la nobleza y la importancia
de su misión, por naturaleza preciosa, ellos la transforman en un medio de explotación y no trepidam,
cuando falla el fenómeno, en el simular con artifícios.

Los falsos médiuns se encuentran un poco por toda parte. Unos no pasan de pésimos farsistas que se
divierten a la cuesta del vulgacho y a sí mismos se traicionan pronto o tarde. Otros hay, industriosos,
hábiles, para los cuales el Espiritismo es sólo una mercancia; se esforzan por imitar las manifestaciones,
teniendo en asesta el logro la auferir. Muchos han sido desmascarados en plena sesión; algunos ya fueron
colhidos en las mallas de ruidosos procesos. En esa orden de hechos, han sido presenciadas las más
audaciosas falcatruas.263 Correctos individuos, abusando de la buena-fe de los que los consultan, no han
hesitado en

262
En el propio seno de las iglesias el Espiritismo tiene sus ade ptos. La P. Lacordaire, la P. Lebrun, del Oratório, los abades
Poussin, Lecanu, Marouzeau, el venerando abade Grimaud, la P. Marchal, y con ellos gran número de pastores (ver “Cristianismo
y Espiritismo”, cap. VII), enxergaram en las manifestaciones de los Espíritus un acto de la gana divina, ejerciéndose por una
nueva forma, para elevar el pensamiento humano por encima de las regiones materiales.
263
El “Banner of Light”, de Boston, de 5 de agosto de 1899, anuncia tener -se descubierto la trama de una vasta asociación entre
ciertos médiuns profesionales, para explotación del público espiritualista. Esa asociación dirigió a todos los médiuns de aquella
naturaleza una circular, ofertando una serie de aparatos destinados a imitar las manifestaciones espíritas, con indicaciones de
los precios, de 1 a 5 dólares ”.
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profanar los más sagrados sentimientos y hacer sospechas una ciencia y doctrinas que pueden ser un
medio de regeneración. En la mayoría de las veces, son destituidos del sentimiento de su responsabilidad;
pero en la vida de además-túmulo bien desagradables sorprendidas les están reservadas.

ES incalculável el perjuicio por esos espertalhões causado a la verdad. Con sus artifícios han alejado
muchos pensadores del estudio serio del Espiritismo. Por eso es deber de todo hombre de bien
desmascará-los, los expuso a la merecida execração. El desprecio en este mundo, el remorso y la
vergüenza en el otro – he ahí lo que los espera. Porque, nodos lo sabemos, todo se paga: el mal recai
siempre sobre aquel que lo practica.

No hay cosa más vil, más desprezível, que batir moneda sobre los dolores ajenos, simular, a intercambio de
dinero, los amigos, los entes caros que lloramos, hacer de la propia muerte una especulación desbriada, un
objeto de falsificación..

El Espiritismo no puede ser responsabilizado por tales manejos. El abuso o imitación de una cosa nada
puede hacer prejulgar contra la propia cosa. No vemos frecuentemente imitados los fenómenos de Física
por los prestidigitadores? Y que provenga eso contra la verdadera Ciencia? Nada. El investigador
inteligente debe estar precavido y hacer constante uso de su razón. Si hay algunos laboratorios en que, a
pretexto de manifestaciones, se practica un odioso tráfico, numerosos círculos existen, compuestos de
personas cuyo carácter, posición y honorabilidade constituyen otras tantas garantías de sinceridad,
inacessíveis, en tales condiciones, a cualquier sospecha de charlatanismo..

Se ha dado el hecho – observemos – de ciertos médiuns, dotados de notables facultades, no hayan vacilado
en mezclar, en las sesiones que realizan, las simulaciones con los hechos reales, visando aumentar los
proventos o la fama que disfrutan.

Preguntarán tal vez por qué anuem los desencarnados a prestar su concurso a individuos de tal suerte
indignos. La respuesta es fácil. Esos Espíritus, en su vivo deseo de manifestarse a los que en la Tierra
amaron, encontrando en tales médiuns los elementos necesarios para materializarse, haciéndose
visibles, y, así, demuestren la propia supervivencia, no hesitan en utilizar los medios que se les ofertan,
no obstante la indignidade de los intermediarios.

Fue lo que sucedió en 1906, 1907 y 1908, en el curso de sesiones efectuadas en París por un médium
extranjero, de que ya hablé en el prefácio de esta obra.

El día 18 de junio de 1908, en casa del Sr. David, en el Boulevard des Batignolles, estando sentado el
médium fuera del gabinete de materializações, a la media-luz, en el círculo de los asistentes, fue visto
formarse un brazo, que parecía surgir de un ángulo de la sala. Describió un movimiento circular y vino a
tocarnos la cabeza, a mí y al reverendo Benezech, pastor protestante, sentado al pie de mí. Del soalho
salió un fantasma vaporoso, que se ergueu a la vista de todos, y una voz se hizo oír, proferindo un nombre
bien conocido. Enseguida se fue abaixando y se disipó gradualmente en el soalho. El médium, bien
despierto, señalaba esos fenómenos, al tiempo que se producían en lugares de la sala que no habría
podido alcanzar.

En la sesión de 12 de julio, en casa de la Sra. Cornély, estaba yo colocado a la entrada del gabinete, frente
a la apertura de las cortinas. Un Espíritu, con estatura de niño, despreciando esa apertura, atravesó lo

211 | P á g i n a
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pano, a mi izquierda, junto al Sr. Debrus, sentado atrás de mí, y pronunció estas palabras: “Maria, Rosa”,
y enseguida: “papá, mamá!” Tocó el Sr. Debrus, y su lindo brazo roliço fue visto alargarse por cima de su y
de mi cabeza. El Sr. y la Sra. Debrus quedaron convencidos de haber visto la aparição de su propia hija,
fallecida en Valence, a 4 de noviembre de 1902, a quién me referí en “El Problema del Ser, del Destino, y
del Dolor”. En semejante caso, nos pareció imposible la simulación, pues que el médium jamás había visto
la niña..

La autenticidade de esos fenómenos es incontestável, por haber sido producidos en excelentes condiciones
de verificación. El mismo ya si no dio posteriormente. Luego que el médium se ocultaba atrás de las
cortinas y se hacía la obscuridade, se oían ruidos significativos. En el curso de 11 sesiones a que asistí, pude
adquirir la certeza de que el médium se desnudaba, quitaba los zapatos y pintaba el rostro, para simular
las aparições.

En una de las sesiones, efectuada en casa de la Sra. Nceggerath, a la calle Milton, dos señoras
favorablemente colocadas para bien observar, estando yo sentado más distante, vuelcan distintamente
el médium desnudado, agachado y, después, extendido en el soalho, la erguer-si poco a poco para levantar
la gaze flotante que le servía para imitar los fantasmas. Las aludidas señoras, una de las cuales era la Sra.
Nceggerath, me comunicaron separadamente sus impresiones, que concordaban, antes de conversar
acerca del hecho observado.

El día 9 de septiembre, el Sr. Drubay, espírita íntegro y convicto, al deshacer el gabinete de


materializações, el día siguiente al de una sesión efectuada en su casa, encontró un retalho de filó de seda,
muchísimo fino, que parecía desplegado o arrancado de un pedazo mayor. Días después, en la sede de la
Sociedad de Estudios Psíquicos, en el arrabalde de Saint-Martin, cogió en las mismas condiciones un trapo
negro, muy comprido, fuertemente impregnado de un olor de rosa y sâ ndalo combinados, que se hacía
sentir en ciertos momentos en las sesiones y que el médium pretendía ser proveniente de los Espíritus.
Más de veinte testigos, en resumen, verificaron los fraudes, en sesiones ulteriores.264 El compromiso
formal que habían tomado de observar la normativa fue lo que únicamente las impidió de desmascarar el
culpable.

Teniendo los “Annales des Sciences Psychiques” denunciado tales artifícios, juzgué deber a mi turno
intervenir, para salvar nuestras responsabilidades y a de una causa comprometida por esas divulgaciones,
265
con lo que pudo quedar el público enterado de que los espíritas no se dejan ludibriar y saben discernir la
verdad de la impostura. Denunciar, con efecto, los fraudes, dondequiera que se produzcan, es el medio
más seguro de hacer desacoroçoar sus autores.

Procediendo cómo lo hice, desempeñé una tarea ingrata, pero necesaria, que me valió la aprobación de
las personas honestas. Si, de un lado, fui blanco de críticas malévolas, del otro recibí elevados y calorosos
aplausos. Un eminente psiquista, que ocupa saliente posición en la magistratura, me escribe a tal respeto:

“París, 8 de abril de 1910.

Admiré vuestro coraje en el incidente M., porque adivino cuánto debéis haber sufrido, siendo
gracias a protestar..

264
Vide “Revue Spirite”, febrero y abril de 1900.
265
“Annales des Sciences Psychiques”, diciembre de 1908.

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Hicisteis bien y os revelasteis más una vez el hombre sincero y honrado que de hecho sois. Sé que
ciertos grupos quedaron un tanto descontentes con vosotros, pero cumplisteis un deber,
expelindo “los mercadores del templo”. Lo que lanza el desprestígio en el movimiento de que sois
uno de los más respetabais jefes es justamente la ceguera de ciertos grupos que, con su
indiferencia por la sinceridad de los fenómenos, favorecen los médiuns fraudulentos y los que se
rejubilam con tales fraudes.

En el que me dice personalmente respeto, estoy con vosotros. Desde las primeras sesiones me fue
patente el fraude de M., y comprendí fácilmente sus procesos, que son groseros. Nada articulé
públicamente, en atención a las personas que me acogían en su casa, habiéndome, al demás, M.
prometido sesiones serias. Pero no cumplió la promesa.”.

Como epílogo de esos hechos, los espíritas, reunidos en el Congreso Internacional de Bruselas, en mayo
de 1910, aprobaron la siguiente moción:

“El Congreso Espírita de Bruselas, impresionado con los fraudes numerosos y repetidas que se
tienen produzido.nas sesiones efectuadas, en la obscuridade, por médiuns profesionales,
impresionado con el perjuicio moral que así causan a la Doctrina:

Invita los grupos de estudios y los experimentadores que buscan los hechos de orden física, los
transportes y los fenómenos de materialização, la sólo admitan sesiones obscuras o a la media-
luz en condiciones de rigurosa verificación;

Recomienda especialmente, que sean las manos y los pies de los médiuns seguros por dos
asistentes experimentados, mientras durar la sesión, o que sea aislado el médium por medio de
un hilo tenso y sin solución de continuidad; o aún, que sea él metido en una jaula cuidadosamente
cerrada y cuya llave quede en poder de una persona de confianza;.

Las sesiones a la media-luz son muchísimo preferibles, por ser los fenómenos verificados por todos
los asistentes. Con eso debe contentarse un médium bien dotado, mientras que se hace
sospechoso cuando exige la obscuridade, aunque esta aumente la fuerza física, porque puede
hacer recear que de ella se aproveche para fraudar, lo que ha ocurrido en ciertos casos. Cumple
satisfacerse con resultados más pequeños, sin embargo más seguros;

El Congreso dirige, además de eso, una instante exortação a los médiuns honestos y
desinteressados. Les pide que intensifiquen lo celo por las buenas servir una verdad sagrada,
verdad comprometida por desbriados simuladores, y les recuerda que, si el fraude acarrea una
justa y severa reprovação, la dedicación y la sinceridad, al contrario, les granjeiam la estima y el
reconocimiento de todos, así como la asistencia de las elevadas Inteligencias invisibles, que velan
por el progreso de nuestras creencias en este mundo.”

Hay – dijimos – fraudes inconscientes, que se explican por la sugerencia. Los médiuns son
extremadamente sensibles a la acción sugestiva, tanto de los vivos como de los desencarnados.266 El
estado de espíritu de las personas que toman parte en las experiencias reacciona sobre ellos y ejerce
una influencia que los médiuns no distinguen, pero que es a veces considerable.
266
Esa acción ya no es casi contestada en los círculos intelectuales superiores. “La ciencia oficial – dice el profesor Falcomer –
enseña actualmente que un sensitivo puede engañar por sugerencia mental proveniente de outrem.” (Phénoménographie”, por
el profesor Falcomer.) Ver “Revue Spirite”, 1903, pág. 173.

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Médiuns perfectamente honestos y desinteressados confiesan que son impelidos al fraude, en ciertos
medios, por una fuerza oculta. En la mayor parte, resisten la tales sugerencias, preferirían renunciar al
ejercicio de sus facultades a dejarse arrastrar por ese resvaladouro. Algunos ceden a esas influencias; y un
momento de flaqueza bastará para levantar dudas sobre todas las experiencias en que hayan figurado.

Ciertos fraudes, verificadas con diversos médiuns, pueden ser atribuidas la sugerencias exteriores, quiere
humanas, quiere espíritas. A veces coinciden y se combinan las dos influencias. Los escépticos mal-
intencionados son secundados por auxiliares del Además. Y entonces el poder sugestivo será tanto más
irresistível mientras más impressionável sea el médium y esté más profundamente imerso en el transe e
insuficientemente protegido. Se ve a que peligros está este expuesto; en ciertas sesiones, apenas
constituidas, apenas dirigidas, puede hacerse víctima de las fuerzas exteriores combinadas. No era ese el
caso del médium M., de que acabamos de hablar y que consigo traía el filó y los otros objetos necesarios a
las simulaciones. La premeditação era en él evidente; los artifícios eran calculados, previamente
preparados.

Acontece que el médium, principalmente el médium escrevente, se sugestiona a sí mismo y, en un impulso


automático, escribe comunicaciones que abusivamente atribuye a Espíritus desencarnados. Esa auto-
sugerencia es una especie de inducción del “ego” normal al “ego” subconsciente, que no es un ser
distinguido, como venimos precedentemente, pero una modalidad más extensa de la personalidad. En ese
caso, con de más perfecta buena-fe, el médium responde a sus propias preguntas; externaliza sus
pensamientos ocultos, sus propios raciocínios, los productos de una vida psíquica más intensa y profunda.
Allan Kardec, Davis, Hudson Tuttle, Aksakof, etc., se ocuparon en sus obras de esa categoría de médiuns,
que el Sr. Delanne denomina “automatistas”. Dice él:267

“El automatismo de la escritura, el olvido inmediato de las ideas enunciadas, que incute en el
escrevente la ilusión de estar bajo la influencia de una gana extraña, la personificação de las
ideas, las nociones que yacen en la memoria latente, las impresiones sensoriais inconscientes,
todos esos hechos se comprenden y tienen su explicación en causas reconocidas en el estudio más
completo de la inteligencia humana, y de modo alguno suponen la necesidad de intervención de
los Espíritus.”

La credulidade ilimitada y la ausencia de todo principio elemental de verificación, que predominan en


ciertos medios, favorecen y alimentan esos abusos. Hay, en diversos países, grupos espíritas ingenuos, en
que pseudomédiuns automáticos escriben extensas elucubrações bajo la inspiración de Santo Antônio de
Pádua, de S. José, de Virgem. O aún en ellos se incorporan Sócrates y Maomet, que en lenguaje vulgar
vienen a declarar mil absurdos a ouvintes extasiados, prohibiéndoles leer e instruirse, a fin de los subtrair
a toda influencia esclarecida, a toda averiguação seria.

En tales medios, ya no tienen cuenta las mistificações. Conocí un jardinero corajoso que, a consejo de un
Espíritu, iba a cavar, a la medianoche, en una casa de campo desierta, un enorme agujero, a la busca de un
imaginario tesoro. Una señora de 55 años, muy devota, esposa de un oficial reformado, llevaba la
ingenuidade a punto de preparar el enxoval de un niño que ella debía dar a la luz, y que sería la
reencarnação de Cristo – decían sus instructores invisibles. Unos ven por toda parte la intervención de los
Espíritus, incluso en los hechos más triviales. Otros consultan los invisibles sobre las más pequeñas
particularidades de la vida, sobre sus negocios comerciales y sus operaciones en la Bolsa..

267
Gabriel Delanne – “Investigaciones sobre la mediunidade”, pág. 185.

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Se atribuyen generalmente esas aberrações a Espíritus embusteros. A buen seguro, las mistificações de
además-túmulo son frecuentes; se explican fácilmente por el hecho de preguntarse muchas veces a los
Espíritus cosas que ellos no pueden o no quieren decir. Hacen del Espiritismo un medio de adivinhação y
atraen, con eso, Espíritus levianos. No raro, sin embargo, cabe a la sugerencia mental una gran parte en
tales embustes.

Por eso es por lo que en el dominio arriesgado, y tantas veces obscuro, de la experimentación, cumple
examinar, analizar las cosas con sereno criterio y extrema circunspeção, y sólo admitir lo que se presenta
con un carácter de autenticidade perfectamente definido. Nuestro conocimiento de las condiciones de la
vida futura, como el propio Espiritismo, asienta sobre los fenómenos mediúnicos. Conviene estudiar
seriamente estos y eliminar inflexiblemente todo lo que no traiga el cunho de un origen extra-humana. ES
preciso no sustituir, a pretexto de progreso, la incredulidade sistemática por una ciega confianza, por una
credulidade ridícula, pero separar con cuidado el real del ficticio. De eso está dependiendo el futuro del
Espiritismo.

Abordemos ahora una cuestión extremadamente delicada: a de la mediunidade profesional. Puede la


mediunidade ser retribuída? o debe ser ejercida con desinteresse absoluto?

Notemos antes de todo que la facultad mediúnica es, por naturaleza, variable, inconstante, intermitente.
No estando los Espíritus a las órdenes ni a la mercê de los caprichos de nadie, nunca se está de antemano
seguro del resultado de las sesiones. Puede el médium estar indisposto, apenas preparado, y la asistencia
apenas compuesta, al punto de vista psíquico. Por otro lado, la protección de los Espíritus adelantados no
se conforma de modo alguno con ese hecho del Espiritismo a precio fijado. Por eso, el médium profesional,
aquel que se habituó a vivir del producto de las sesiones, está expuesto la muchas decepciones. Como hará
él dinero de una cosa cuya producción jamás es correcta? Como satisfará los curiosos, cuando los Espíritus
no atiendan a su llamado? No será intentado, antes o después, cuando sean numerosos los asistentes y
sedutora la perspectiva de la ganancia, a provocar fraudulentamente los fenómenos? Aquel que una vez
resbaló por ese declive difícilmente conseguirá volver atrás. ES llevado a emplear habitualmente el fraude
y cae poco a poco en el más desbragado charlatanismo.

Los delegados americanos al Congreso Espírita de 1900, en París, entre otros, la Sra. Addi-Balou,
declararon que mediunidade profesional y los embustes a que da ensejo han sido hace algunos años
motivo de retrogradação y descrédito para el Espiritismo nos Estados Unidos. La mejor garantía de
sinceridad que pode un médium ofertar es el desinteresse. ES también el medio más seguro de obtener el
auxilio del Alto.

Para conservar su prestigio moral, para producir frutos de verdad, debe la mediunidade ser practicada con
elevación y desprendimento, sin lo que se hace una fuente de abusos, instrumento de contradicción y
desorden, de que se utilizarán las entidades malfazejas. El médium venal es como el mal sacerdote, que
introduce en el santuario sus pasiones egoísticas y sus intereses materiales. La comparación no es
destituida de propiedad, porque también la mediunidade es una especie de sacerdócio. Todo ser humano
distinguido con ese don debe prepararse para hacer sacrificio de suyo reposo, de sus intereses y aún de su
felicidad terrestre; pero, así procediendo, obtendrá la satisfacción de su propia conciencia y se
aproximará de suyos guías espirituales.

Mercadejar con la mediunidade es disponer de una cosa de que se no es dueño; es abusar de la buena -
gana de los muertos, los puso al servicio de una obra indigna de ellos y desviar el Espiritismo de su fin
providencial.

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En lo Invisible – Léon 1903
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ES preferible para el médium buscar noutra parte los medios de subsistencia y sólo consagrar a las
sesiones el tiempo que quedarle disponible. Con eso ganará en estima y consideración.

Cumple, sin embargo, reconocer que médiuns públicos y remunerados han prestado reales servicios. Las
personas que sólo disponen de modestos recursos pecuniários ni siempre pueden atender a las invitaciones
de los sabios, ausentar-si, emprender viajes, como lo exige el interés de la causa que sirven.

A ese respeto, Stainton Moses, que fue un experimentador consciencioso y un excelente juez en tal
materia, dice el siguiente:268

“Algunos de entre los médiuns públicos no ven más que los logros la auferir y ni siempre reculan
delante de los fraudes para alcanzar sus fines. Muchos hay, sin embargo, de los cuales sólo se
puede decir bien y que son muchísimo útiles. Nueve veces sobre diez, los que en tan grande
número a ellos se dirigen, incapaces de comprender y acompañar una experiencia científica,
únicamente exigen que en pago de los diez francos que pagan se les dé la prueba de la
inmortalidad. La multitud agota rápidamente las facultades del médium que, para no hacer
fiasco, cede a la tentação de recurrir al fraude. A pesar de esas detestabais condiciones, quedé
muchas veces admirado de los resultados obtenidos y de las magníficas pruebas suministradas”

Que deducir de todo eso? ES que haya una justa medida, que el médium consciencioso, esclarecido acerca
del valor de su misión, puede fácilmente observar. Si, en ciertos casos, es gracias a aceptar una
indemnización por el tiempo consumido y las excursões efectuadas, que séalo en límites de no
comprometer su dignidad en este mundo y su situación en el otro. El uso de la mediunidade debe ser
siempre un acto grave y religioso, redimo de todo carácter mercantil, de todo que a pueda amesquinhar y
deprimir..

XXV - El Martirológio de los Médiuns


El médium – nos dijimos – es muchas veces una víctima, y casi siempre esa víctima es una mujer. La Edad
Media a había calificado de hechicera y la quemaba. La Ciencia actual, menos bárbara, se contenta en
deprimi-la, aplicándole el epíteto de histérica o de charlatã..

En el origen del moderno Espiritualismo, dos mocinhas, Catarina y Margarida Fox, fueron las primeras a
testificar las manifestaciones, a recibir el mensaje reveladora de la inmortalidad. Su testimonio fue la
señal de una persecución violenta. Escenas de selvageria se desenrolam, tempestades de amenazas e
injurias se desencadenan en torno a la familia Fox, lo que no a hube impedido de proseguir su misión y
afrontar las asambleas más hostiles.

Cuando se hacen necesarias grandes dedicaciones para reconduzir la Humanidad al camino de sus
destinos, es en la mujer que ellas se encuentran muchas veces. Lo que decimos de las hermanas Fox, se
podría decir de los médiuns más notables. Joana d'Arc fue quemada viva, por no haber querido renegar las
aparições y voces que percibía. Y no termina con ella el martirológico de la mujer médium. En
contraposición a algunas que se han dejado seducir por las ventajas materiales y recurrido al fraude,
cuantas otras no han sacrificado la propia salud y comprometido la existencia por la causa de la verdad!

268
Stainton Moses (de hecho Oxon), “Spirit Identity”. “Revue Scientifique et Morale”, enero de 1900, pág. 397.

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Si la mediunidade psíquica es exenta de peligros, como veremos adelante, cuando utilizada por Espíritus
adelantados, el mismo si no da con las manifestaciones físicas, sobre todo con las manifestaciones que,
repetidas y frecuentes, vienen a ocasionar al sensitivo una considerable pérdida de fuerza y de vitalidade.
Las hermanas Fox se agotaron con experiencias y se extinguieron en la miseria. La “Revue Spirite”, de
abril de 1902, informó que los derradeiros miembros de la familia Fox habían sucumbido, en enero, de frío
y privaciones..

La Sra. Hauffe, la célebre vidente de Prévorst, fue tratada con el máximo rigor por sus propios padres y
expiró a los 28 años, al fin de incontables tribulações. La Sra. d'Espérance perdió la salud. Tras Home,
Slade y Eglinton, Eusápia Paladino fue acusada de fraudes voluntarias.

Ciertos médiuns han sido sometidos a todas las torturas morales imaginables, y eso sin examen previo, sin
investigación verdaderamente seria. Home, por ejemplo, fue objeto de las más pérfidas acusaciones,
William Crookes, sin embargo, le hizo justicia, diciendo:269

“Jamás observé el mínimo caso que me pudiera hacer suponer que él engañara. Era muy
escrupuloso y no desaprobaba que se tomaran precauciones contra el fraude. Muchas veces,
aún, antes de una sesión, me decía él: “Procedei como si yo fuera un prestidigitador, dispuesto a
engañaros; tomai todas las precauciones que a mi respeto podáis imaginar, y no os preocupéis
con mi amor-propio. Mientras más severas sean esas precauciones, más evidente se hará la
realidad de los fenómenos.” A pesar de todo, aquellos que no conocían la absoluta honestidad de
Home lo consideraban un charlatão, y los que en él creían eran argüidos de locos y reputados
sospechosos.”

En tiempos más recientes, venimos una médium alemana perseguida con una sanha brutal y, a pesar de
respetabais testimonios, sacrificada a las exigencias de más tacanho espíritu de casta. Pretendía -si, al
que en las más altas ruedas se apregoava, “poner uno freno a todas las manifestaciones de un
espiritualismo rebelde a los dogmas oficiales”.

Ana Rothe fue detenida y recogida a la prisión. La detención duró ocho meses. Durante ese tiempo, le
murieron el marido y la hija, sin que ella pudiera asistir a sus últimos momentos. Permitieron- le
únicamente que fuera arrodillar sobre sus túmulos, metida entre dos policías. Finalmente, termina el
interrogatorio; se instaura el proceso.270 Los testimonios favorables afluem: el profesor Koessinger, el
filólogo Herman Eischacker y el Dr. Langsdorff presenciaram los hechos y ningún fraude consiguieron
descubrir. El Sr. George Sulzer, presidente de la Corte de Apelación de Zúrich, atesta su convicción en la
inocencia de la Sra. Rothe. El primer magistrado del cantão de Zúrich, en la orden judicial, no receia
exponer a la publicidad sus creencias íntimas, para con ellas beneficiar la acusada. Otros magistrados
afirman la autenticidade de los transportes de flores, que ella obtenía en plena luz. Esas testigos veían
flores o frutos desmaterializados reconstituir-si en su presencia, condensar-si en materia palpável, como un
flóculo de vapor que poco a poco se transforma y solidifica, en el estado de hielo. Esos objetos se movían
horizontalmente y otras veces descendían lentamente del forro de la sala.

El director de la Casa de Detención, en que ella pasó los ocho meses de prisión preventiva, declaró que la
enseñanza moral dato a sus detenidos nunca se aproximó, como efecto producido, de la impresión
causada por las comovedoras prácticas, del carácter más edificante, hechas por la médium en transe la
suyas.

269
Ver A. Erny, “Annales des Sciences Psychiques”, y “Light”, de 19 de enero de 1895.
270
Ver, en cuanto a las particularidades del proceso, a “Revue des Études Psychiques”, enero de 1903, págs. 15 y siguientes.
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hermanas transviadas. Ana Rothe no pasaba, sin embargo, de una simple mujer del pueblo, sin instrucción,
sin cultura de espíritu..

Tras enamorados debates, que duraron seis días, la “médium de flores” fue condenada a 18 meses de
prisión. Se engañan, creyendo destruir el Espiritismo con tales procesos. Lejos de eso, al atractivo que él
ejerce se añade el prestigio de la persecución.

El día 9 de octubre de 1861, el obispo de Barcelona quemaba, en la esplanada pública, en el lugar donde
son ejecutados los criminales, trescientos volúmenes y brochuras espíritas, juzgando así est igmatizar y
aniquilar la nueva doctrina. Ese auto-de-fe provocó una verdadera revuelta en la opinión pública. Hoy, los
espíritas se cuentan por miles en la Capital de la Catalunha. Poseen vueltas a ver, bibliotecas, grupos de
estudio y experimentación. El movimiento espírita adquiere día a día mayor importancia y extensión en
ese país.

En su mayor parte, los sabios, médicos y psicólogos consideran los médiuns como histéricos,
desequilibrados, enfermos, y no pierden ocasión del proclamar. Están habituados a experimentar con
sensitivos retirados de los hospitales y de los asilos de alienados, con algunos neuróticos, por lo menos, y de
las observaciones efectuadas en esas defectuosas condiciones cometen el error de quitar conclusiones de
orden general.

Ciertos literatos no son más amables. El Sr. Júlio Bueyes no hesita en mimosear todos los médiuns con los
epítetos de “charlatães prestidigitadores, embusteros desequilibrados, histéricos”,271 etc. ES de admirar,
tras eso, que estos se retraiam y sólo de mala-gana se presten la experiencias dirigidas por críticos de tal
modo prevenidos, por jueces tan poco atenciosos? La presencia de esos escépticos, con sus eflúvios
glaciales, es una causa de indisposição y de sufrimiento para el médium. Falta, en general, a los sabios la
bondad; a los espíritas, a los médiuns, falta en la mayoría de las veces la ciencia. Donde se encontrará el
trazo de unión, la línea de aproximación? En el estudio sincero, imparcial, desinteressado!

La ciencia médica está lejos de ser infalível en sus opiniones; diagnósticos tan célebres quão erróneos lo
han, en todos los tiempos, demostrado. Testimonios formales atestam que una vez más se engañó ella,
considerando a mediunidade una tara.

F. Myers lo declara, en relación a la Sra. Thompson,272 “La impresión es de que son tan naturales como el
sueño ordinario. La Sra. Thompson cree que esos transes han contribuido poderosamente para robustecer-
le la salud.” El Sr. Flournoy, insuspeito de parcialidade a favor de los médiuns, reconoció el mismo hecho a
propósito de Helena Smith, cuya salud ni de leve se alteró con el uso de sus facultades psíquicas; en eso, al
contrario, a encuentra poderoso adjuvante para el desempeño de su tarea cotidiana. 273

Idénticas observaciones han sido hechas acerca de la Sra. Piper.274

271
“Revue Bleu”, de 22 de marzo de 1902, “La Psicología del Médium”.
272
“Proceedings”, S.P.R., fascículo XLIV.
273
Th. Flournoy – “Des Indes a la la Planète Mars”, páginas 41 a 45.
274
Ver más atrás, 2ª Parte, cap. XIX.

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El Sr. J. W. Colville, médium inglés muy conocido, por su parte el atesta: 275

“ES mi deber – dice él –, al fin de 25 años de misiones públicas, traer sin restricciones mi
testimonio acerca de los benéficos resultados que me produjo, en todos los sentidos, la
mediunidade, tal como a he ejercido. Lucrei de modo considerable, tanto mental como
físicamente, con el uso de esta facultad y con esas experiencias, que parecen no raro peligrosas,
cuando no son suficientemente estudiadas. Las indicaciones que yo recibía de mis auxiliares
invisibles eran buenas, elevadas y dignas en sus mínimas particularidades.”

Yo propio he trabado conocimiento con gran número de médiuns en todas las regiones de Francia, en
Bélgica, en la Suiza, en España, y pude siempre observar que en general gozaban excelente salud. Sólo la
mediunidade de efectos físicos, a que se presta a las materializações de Espíritus y a los transportes, es
que acarrea grande dispêndio de fuerza y de vitalidade. Esas pérdidas pueden ser compensadas con los
socorros prestados por los Espíritus protectores. A veces, sin embargo, como lo venimos a propósito de las
hermanas Fox, de Slade, Eglinton, etc., las exigencias del público y de los sabios son tales que el médium
se agota rápidamente; el abuso de las experiencias les altera la salud y compromete la vida..

El médium es un instrumento delicado y sensible, de que muchos juzgan poder servirse como de un
mecanismo. De bueno grado lo utilizarían como lo hace el niño con los juguetes, que despedaza para ver
lo que en ellos se oculta. No se ha suficientemente en consideración el trabajo de desarrollo reclamado
por las facultades que desabrocham. Se exigen inmediatamente hechos concludentes y pruebas de
identidad. El médium, impresionado por los pensamientos ambientes, sufre; tras haber sido torturado
moralmente durante cierto número de sesiones, se disgusta de una facultad que lo expone a tantos
dissabores, y termina por se retrair.

Los médiuns tendrán aún por mucho tiempo que sufrir por la verdad. Los adversarios del Espiritismo
continuarán a difamá-los, a lanzarles acusaciones; buscarán hacerlos pasar por desequilibrados enfermos y
por todos los medios desviarlos de su ministerio. Sabiendo que el médium es la condición “sine qua non”
del fenómeno, esperan así causar la ruina del Espiritismo en sus fundamentos. En caso de necesidad harán
surgir médiuns exploradores y ficticios. Cumple neutralizar esa táctica y, para ese fin, proteger y animar
los buenos médiuns, cercando de la necesaria fiscalización el ejercicio de sus facultades. Magnífica es su
tarea, aunque frecuentes veces dolorosa. Cuántos esfuerzos, cuántos años de expectativa, de provanças y
de súplicas, hasta llegar a recibir y transmitir la inspiración del Alto! Son muchas veces recompensadas
únicamente con la injusticia. Pero obreros de plan divino rasgaron la ranura y en él depositaron la semilla
donde se hay de erguer la seara del futuro.

Caros médiuns, no desanimeis; furtai-os a todo desfalecimento. Elevai las vistas por encima de este mundo
efímero; atraje los auxilios divinos. Suplantai lo “yo”; libertai-os de esa afeição demasiado viva que
sentimos por nodos mismos. Vivir para otros – he ahí todo! Tiende el espíritu de sacrificio. Preferí
conservar- os pobres a enriqueceros con los productos del fraude y de la traición. Permanecei obscuros,
de preferencia, a traficar con vuestros poderes. Sabei sufrir, por amor al bien de todos y para vuestro
progreso personal. La pobreza, la obscuridade y el sufrimiento poseen su encanto, su belleza y magnitud:
es por ese medio que, lentamente, a través de las generaciones silenciosas, se acumulan tesoros

275
“Light”, de 22 de marzo de 1902.

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de paciencia, de energía, de virtud, y que el alma se desprende de las vanidades materiales, se depura y
santifica, y adquiere intrepidez para galgar los escabrosos cimas.

En el dominio del Espíritu, como en el mundo físico, nada se pierde, todo se transforma. Todo dolor, todo
sacrificio es un desabrolhar del ser. El sufrimiento es el misterioso obrero que trabaja en las profundidades
de nuestra alma, y trabaja por nuestra elevación. Aplicando el oído, casi escucharéis el ruido de su obra.
Lembrai-os de una cosa: es en el terreno del dolor que se construye el edificio de nuestros poderes, de
nuestra virtud, de nuestras vindouras alegrías.

XXVI - La Mediunidade Gloriosa


Los médiuns de nuestro tiempo son muchas veces tratados con ingratidão, despreciados, perseguidos. Si,
sin embargo, en un golpe de vista comprendamos la vasta perspectiva de la Historia, veremos que la
mediunidade, en sus varias denominaciones, es lo que hay de más importante en el mundo. Casi todos los
privilegiados – profetas, videntes, missionários, mensajeros de amor, de justicia y de verdad – fueron
médiuns, en el sentido de que se comunicaban con lo Invisible, con el infinito.

Bien se podría, bajo muchos puntos de vista, decir que el genio es una de las formas de mediunidade. Los
hombres de genio son inspirados, en la acepção fatídica y transcendental de esa palabra. Son los
intermediarios y mensajeros del pensamiento superior. Su misión es imperativa. ES por ellos que Dios
conversa con el mundo; que incita y atrae a sí la Humanidad. Sus obras son fanais que él enciende por la
extensa ruta de los siglos a fuera..

Debemos, por eso, considerarlos meros instrumentos, y no tendrán ellos derecho alguno a nuestra
admiración? Así no lo entendemos. El genio es antes de todo una adquisición del pasado, el resultado de
pacientes estudios seculares, de lenta y penosa iniciación, que vinieron a desarrollar en el individuo
aptitudes inmensas, una profunda sensibilidad, que el predispõe a las influencias elevadas. Dios reserva la
luz únicamente a aquel que por mucho tiempo a buscó, pidió y con veemência a deseó..

Schlegel, hablando de los genios, formula esta pregunta “Son verdaderamente hombres, esos hombres?”

Son hombres, sí, en todo que tienen que terrestre, por sus flaquezas y pasiones. Padecen todas las
miserias de la carne, las dulzuras, las necesidades, los deseos materiales. Lo que, sin embargo, los hace
más que hombres, lo que en ellos constituye el genio, es esa acumulación de los tesoros del pensamiento,
esa lenta elaboración de la inteligencia y del sentimiento a través de innumerables existencias, todo eso
fecundado por el influxo, por la inspiración del Alto, por una assídua comunhão con los planes superiores del
Universo. El genio, bajo las mil formas que reviste, es una colaboración con lo Invisible, una asunción del
alma humana a la Divindade.

Los hombres de genio, los santos, los profetas, los grandes poetas, sabios, artistas, inventores, todos
cuántos tienen dilatado el dominio del alma, son enviados del Cielo, executores de los designios de Dios en
nuestro mundo. Toda la filosofía de la Historia ahí se concluye. Habrá espectáculo más bello que esa
ininterrupta cadena mediúnica que conecta los siglos entre sí, como las páginas de un gran libro de la vida,
e integra todos los acontecimientos, aún los más aparentemente contradictorios, en el plan armónico de
solemne y majestosa unidad? La existencia de un hombre de genio es como un capítulo vivo de esa
grandiosa Bíblia.

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Surgen al comienzo los grandes iniciados del mundo antiguo, los próceres del pensamiento, aquellos que
vuelcan el Espíritu fulgurar en las cimas o revelarse en los santuarios de la iniciación sagrada: Orfeu,
Hermes, Crisna, Pitágoras, Zoroastro, Platão, Moisés; los grandes profetas hebreos: Isaías, Ezequiel,
Daniel.

Vendrán más tarde João Batista, Cristo y toda la plêiade apostólica, el vidente de Patmos, hasta a la
explosión mediúnica de Pentecostes, que va a iluminar el mundo, según la palabra de Joel; y aún Hipatia,
la alexandrina, y Veleda, la druidesa.

ES en el augusto silencio de las florestas y de las montañas, por el desprendimento de las cosas sensibles,
en la plegaria y en la meditação, que el profeta, el vidente y el inspirado se preparan para su tarea. Lo
Invisible sólo se revela al hombre solitario y recogido. Platão recibe sus inspiraciones en la cima del
Himeto; Maomet en el monte Hira; Moisés en el Sinai. Jesus entra en comunhão con el Padre, orando y en
lágrimas, en el monte de los Olivos.

El profetismo en Israel, durante veinte consecutivos siglos, es uno de los fenómenos transcendentais más
notables de la Historia. La crítica contemporánea nada comprendió o fingió nada comprender en tal
sentido; creyó simplificar todo, recurriendo a la negación. La exegese católica desnaturou el hecho,
imaginando explicar todo con una sólo palabra: el milagro. Y, sin embargo, otra expresión más justa a
encontró, cuando denominó los profetas de “arpas vivas del Espíritu Santo”. Así, en ese punto, como en
tantos otros, la Ciencia y la Religión, aisladas, no pueden ministrar más que incompletas nociones; sólo la
doctrina espírita, que sirve de trazo de unión entre una y otra, las puede reconciliar. El Espiritismo penetró
el misterio aparente de las cosas; proyecta las claridades del Además sobre la teologia, que completa, y
sobre el experimentalismo, que esclarece. La verdad es que los profetas israelíes son médiuns inspirados;
esta es la única denominación que les conviene, como veremos adelante, con ejemplos colhidos en la
Bíblia. Ellos nos demostrarán que la Historia de Israel es el más bello poema mediúnico, la epopéia
espiritualista por excelencia. ES lo que un día indudablemente dirá la exegese científica. Y gracias a ella se
disiparán las obscuridades de los Libros sagrados. Todo se explicará, todo, a la vez, se hará simple y
grande..

El origen del profetismo en Israel es señalada por imponente manifestación. Un día, Moisés escoge 70
anciães y los coloca alrededor del tabernáculo. Jeová revela su presencia en una nube; inmediatamente
las poderosas facultades de Moisés se transmiten a los otros y “ellos profetizaram”.276 El tabernáculo ahí
representa un acumulador o condensador fluídico; es un medio de exteriorização, como los espejos de
metal brillante; fijándose en él mirarlo, se provocaba el transe. La manifestación de Jeová en la nube es
una especie de materialização. Esta, como venimos, siempre comienza por una aglomeración nebulosa,
vaga a principio, en la cual la aparição se diseña y toma forma poco a poco. Jeová es uno de los Eloim,
Espíritus protectores del pueblo judío y de Moisés en particular. Bajo la influencia que en el momento
ejerce, los
276
Según la Escritura, “profetizar” no significa únicamente predecir o adivinar, pero también ser impulsado por un Espíritu bueno
o malo (1, “Reg.”, trad. Glaire, cap. XVIII, 10). Encuentran -se muchas veces estas expresiones en la boca de los profetas: “El peso
del Señor cayó sobre mí”, o aún: “El Espíritu del Señor entró en mí.” Esos términos claramente indican la sensación que precede
el transe, antes de ser el médium tomado por el Espíritu. Y aún: “Vi, y he ahí lo que dijo el Senho r”, lo que designa la
mediunidade vidente y auditiva simultáneas.
“Si entre vosotros hallarse algún profeta, yo le apareceré en visión.” (“Números”, cap. XII, 6.) “Pondré en su boca las mías
palabras.” (“Deut.”, XVIII, 18.) “El espíritu me levantó y me llevó co nsigo.” (“Ezequiel”, III, 14.) Caso de levitação que se aplica
igualmente al apóstolo Filipe.

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Como nuestros días, la mediunidade se hallaba por igual esparcida en los dos sexos. Había profetas y profetisas. Las más
célebres entre estas son Maria, hermana de Mois eres, Deborah, Holda, Ana, madre de Samuel, Abigail, Ester, Sara, Rebeca y
Judíth.

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puedas espirituales de Moisés se transmitieron a los 70 anciães, como los poderes de Cristo se
transmitieron más tarde, parcialmente, a los apóstolos, en el Cenáculo, y como hoy día vemos, en ciertos
casos, la mediunidade transmitirse de una persona la otra por medio de contacto y de pases..

Así comienza el profetismo, o mediunidade sagrada, en Israel. Moisés, iniciado en los misterios de Ísis,
gracias a su larga permanencia en Egipto, y sobre todo a consecuencia de sus relaciones familiais con su
sogro Jetro, grã-sacerdote de Heliópolis, fue a su turno el grande iniciador psíquico de su pueblo, antes de
constituirse su inmortal legislador.

Desde entonces la mediunidade profética se hizo permanente en la raza judaica, aunque intermitente en
sus manifestaciones. Está visiblemente subordinada a correctos estados psicológicos, que no son
siempre constantes ni en los individuos ni en los pueblos. Al tiempo de los Jueces, el profetismo era
“cosa rara”. Con Samuel reaparece, fulgura con un nuevo esplendor. En esa época el estado de alma del
pueblo hebreo se prestaba mejor a tal fenómeno. En la vida de las naciones hay periodos de
perturbación intelectual y depresión moral que obligan el Espíritu a momentáneamente alejarse. Francia
también ha conocido sus horas de obscuridade y de incertidumbre.

Habiendo comprendido que la mediunidade transcendente está subordinada a las disposiciones morales
de los individuos y de las sociedades, Samuel instituyó escuelas de profetas, es decir, agremiações en
que sus miembros se iniciaban en los misterios de la comunicación fluídica.

Esas escuelas eran establecidas en ciertas ciudades, de preferencia, sin embargo, en los valles solitarios o
en los recôncavos de las montañas. El estudio, la contemplação del infinito, en el silencio y belleza de las
noches, al cintilar de las estrellas, o aún a la claridad del día, bajo el límpido cielo del Oriente, prepara el
discípulo- profeta para recibir el influxo del Alto. La soledade lo atrae; a medida que se aleja de los
hombres y se insula, una comunhão más íntima se establece entre él y el mundo de las fuerzas divinas. Por
los desfiladeiros profundos de las montañas de la Judéia, en las desiertas cavernas de la cadena salvaje de
Moab, él sueña, presta oído atento a las mil voces de esa Naturaleza austera y grave que lo rodea.

ES que la Naturaleza entera, penetrada por la substancia divina, es un médium, es decir, un intermediario
entre el hombre y los seres superiores. Todo se conecta en el Universo inmenso; una cadena magnética
prende entre sí todos los seres, los mundos todos. Sólo nuestra ciencia fragmentária y el exceso dissolvente
del espíritu crítico fueron capaces de destruir esa magnífica síntesis e insular el hombre moderno del resto
del Universo y de sus harmoniosos planos.

La música desempeñaba también grande papel en la iniciación profética.277 ES sabido que ese arte
imprime el ritmo en la emisión fluídica y facilita la acción de las entidades invisibles. La preparación era
laboriosa, difícil el noviciado. Durante los dos primeros años, el aspirante profeta era simplemente médium
pasivo; después, aprendía a hacerse activo y, por la exteriorização, a leer En lo Invisible los cuadros, la
norma de los acontecimientos futuros. Ese ejercicio era largo y sujeto muchas veces a engaños. 278

277
Ver, en cuanto a las escuelas de profetas, el estudio abundantemente documentado del Cardenal Meignan, “Les Prophètes
d'Israel”, consideraciones preliminares, págs. 14 y siguientes, Lecoffre, editor.
278
En la visión profética los planes visuales sucesivos son muchas veces invertidos, y transtornadas las leyes de la perspectiva. ES lo
que
hace tan obscuros los oráculos proféticos de todos los tiempos, particularmente los oráculos bíblicos.
Todos los éxitos de la Historia están previstos por Dios y grabados en su luz. La mayor dificultad consiste en los poder y saber
leer; porque es muy difícil distinguir el pasado del futuro en esa rápida visión. Por eso es por lo que el oráculo habla siempre en
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el passad lo,
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Influencias sucesivas y contrarias se apossavam no raro de los profetas. Tal es el ejemplo de Balaão, que
parte para maldecir las tribus y es gracias a profetizar su gloria. Nunca, como en ese episodio bíblico, fue
más patente la dualidade de los Espíritus inspiradores. Será difícil, a veces, distinguir en la mediunidade,
cualquiera que sea su naturaleza, la parte del médium y a de el Espíritu. De ahí contradicciones aparentes,
una especie de lucha psicológica íntima entre el médium y lo que lo inspira; es el combate simbólico de
Jacob y el ángel; pero el Espíritu siempre termina por vencer y su luz impregna victoriosamente la
mentalidad y la gana del sensitivo. Conviene, sin embargo, no olvidar que el Espíritu, cuando es de
naturaleza elevada, jamás violenta el sensitivo de que se apodera, respeta su personalidad, su libertad,
procede siempre con delicadeza y sólo emplea la persuasão. ES por ese motivo que cada profeta, quiere
sea grande como Isaías o humilde como el pastor Amós, conserva, en el desempeño de su misión, el
lenguaje habitual y el cunho de su personalidad. Así, nuestros días, dos médiuns, al interpreten la misma
revelación, no se expresarán en los mismos términos ni verano con igual claridad.

Cada página de la Bíblia encontramos textos que afirman la mediunidade bajo todas sus formas y en todos
sus grados. Bajo los nombres de ángeles, dioses, etc., los Espíritus protectores de los hombres o de las
naciones toman parte en todos los hechos, intervienen en todos los acontecimientos.279

Moisés es vidente y auditivo. Él ve Jeová, el Espíritu protector de Israel, en la sarça del Horeb y en el Sinai.
Cuando se inclina delante del propiciatório del arca de la alianza, escucha voces (“Núm.”, VII, 89). ES
médium escrevente cuando, bajo el dictado de Eloim, escribe las tábuas de la ley; médium activo,
magnetizador poderoso, cuando fulmina con una descarga fluídica los hebreos revoltados en el desierto;
médium inspirado, cuando entona su maravilloso cântico después de la derrota del Faraó. Moisés presenta
aún el género especial de mediunidade – la transfiguração luminosa – observada en ciertos fenómenos
contemporáneos. Cuando él desciende del Sinai, trae en la fronte una auréola de luz..

Samuel, cuyo nacimiento, como lo de los predestinados, fue precedido de oráculos y de señales, se hizo
profeta desde la infancia. Durmiendo en el templo, es muchas veces despertado por voces que lo llaman,
le hablan en el silencio de la noche y le anuncian las cosas futuras (I, “Reyes”, III, 1 a 18)..

Esdras (liv. IV, cap. XIV) reconstitui íntegramente la Bíblia que se había perdido, y eso en condiciones en
que aún se patentan diferentes géneros de mediunidade. La voz le dice:.

“Prepara una gran porción de tabuinha y ajunta-si con cinco escribas expeditos y hábiles. Y yo
encenderé en tu corazón la lâmpada de la inteligencia, que no se borrará hasta que hayas
acabado de escribir lo que hayas comenzado. – Mi boca se abrió y no hizo a cerrarse. Dicté sin
cesar, noche y día. Y el Altíssimo dio inteligencia a los cinco hombres que estaban

aún cuando se tra te la del presente. Así la grande epopéia humana, con sus dramas, sus episodios tan múltiples y movidos, está
inscrita en la divina luz, de donde puede, concretando -si, reflejarse en el cerebro del vidente.
279
Quiere sea una voz, una luz, una visión o cualquiera el utro fenómeno, el vidente exclama: “Yo vi Dios, de cara a faz.” (“Gên.”,
XXXII, 30.) En el cap. XVIII leemos: “El Eterno apareció la Abraão en el mayor calor del día; y he ahí que tres hombres aparecieron
junto a él.” Esos hombres discuten con Abraão y acompañan la Lot. ES evidente que el texto quiere decir hombres de Dios, o
Espíritus. “Vi un dios subir de la tierra”, dice la pitonisa de Êndor la Saul. ES sabido que se trata del Espíritu Samuel; la duda es
inadmisible (I, “Reyes”, XXVII, 7-20). Samuel predice a Saul su muerte próxima y a de sus hijos, acontecimiento que se realizó.

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conmigo, y ellos escribieron las revelaciones de la noche, cosa que no comprendían. Y así,
durante cuarenta días, fueron escritos 204 libros.”280

Job tuvo una visión que es el tipo perfecto de la materialização espírita. Todo el libro de Job está repleto
de iluminaciones y de inspiraciones mediúnicas. Su propia vida, atormentada de malos Espíritus, es un
asunto de estudios muchísimo sugestivos.

La Bíblia menciona casos frecuentes de obsessão, entre otros, en Saul, que es muchas veces subjugado por
un Espíritu colérico: “En su alma abandonada, un Espíritu maligno se introduce”.281 ES un fenómeno de
incorporación perfectamente caracterizado.

Saul fue al comienzo un médium “del Señor”; pero, a consecuencia de faltas graves y de una vida
desordenada, perdió su facultad o, antes, se hizo instrumento de Espíritus inferiores. Esa pérdida, o
atenuación de los poderes mediúnicos es frecuente nos que se dejan dominar por las pasiones. La
mediunidade se deprime y desaparece sin causa aparente; pero, ordinariamente, porque se modificaron
las disposiciones íntimas del médium.

La misión de los profetas, como a de los médiuns contemporáneos, era accidentada de ciladas. Son dignos
de leerse, en el capítulo XI de la Epístola a los Hebreos, las pruebas, las humilhações, los sufrimientos por
qué pasaban esos médiuns inspirados. Una de las más penosas tareas de la vida del profeta era luchar
contra los impostores. Siempre hubo, y habrá siempre, falsos profetas, es decir, médiuns impulsados por
Espíritus malignos. Su objetivo, al parecer, es contrariar la acción de los verdaderos profetas, sembrar la
discordia en sus centros habituales. Muchos grupos espíritas se han desorganizado bajo la influencia de
los Espíritus inferiores. Por eso es por lo que la gran habilidad del espiritualista consiste en acautelar los
centros contra la preponderância de esas nefastas influencias, que se complacen obstinadamente en
perturbar la acción de los missionários de paz y de verdad..

En resumen, la obra de los profetas hebreos fue considerable. Sus prédicas monoteístas y moralizadoras
prepararon el advento del Cristianismo y la evolución religiosa de la Humanidad. Hombres que
practicaban la meditação, el recolhimento y la plegaria, los grandes médiuns israelíes sabían y enseñaban
que el comercio con lo Invisible es un principio regenerador. Ellos tenían por misión espiritualizar la
religión de Moisés, que tendía a materializarse, de igual manera que el Espiritismo contemporáneo tiene
también la misión de espiritualizar la sociedad actual, que cada vez más se disuelve, y reconduzir las
Iglesias a las límpidas tradiciones del Cristianismo primitivo.

Los profetas hebreos fueron los consejeros de los reyes de Israel, los verberadores de los abusos de poder,
los consoladores del pueblo aflito y oprimido. Como todos los hombres de genio, habían recorrido
numerosas vidas, existencias de trabajo, de investigación penosa, que en ellos habían desarrollado la
intuição profunda. Su penetración de las cosas y su maravillosa perspicácia eran simplemente los frutos de
encarnações anteriores. Habiendo vivido en el pasado de Israel, poseían una perfecta inteligencia del alma
de su nacionalidad. Así, João Batista, que era la reencarnação de Elias, preparó eficazmente sus hermanos
para la revelación de Jesus..

El tema habitual de la enseñanza profético era antes de todo la adoração “en espíritu y verdad”. Los
profetas combatían enérgicamente el formalismo farisaico de la ley y proclamaban abiertamente que la
circuncisão

280
IV, “Esdras”, X, 41 a 44.
281
“Reyes”, XVI, 14.
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del sentimiento valle más que a de la carne. Así también nuestros días los Espíritus condenan las prácticas
materiales y el tímido farisaísmo de los falsos devotos, de todos cuántos, a pretexto de religión, sustituyen
los preceptos del Evangelio por supersticiosas prácticas.

La virtud, que los videntes de Israel más recomendaban, era la justicia. La palabra justo significaba
entonces el conjunto de las virtudes: “Dar a Dios lo que es de Dios y a los hombres lo que les pertenece.”
Por toda parte se constituían ellos los abogados de los pobres, de esos deserdados que entonces eran
llamados los Ebionim. Tras el pecado de idolatría, el desprecio de los pobres y opressão de los débiles era
el más vivamente profligado.

Isaías, sobre todo, es el eloqüente defensor de los pobres. El Messias por él anunciado es aquel que juzgará
los pobres con justicia (Isaías, XI, 4). ES precisamente por ese gran amor a los humildes que ciertos
racionalistas modernos calificaron los profetas de demagogos, de enamorados enemigos de toda dinastia.

En la realidad, tres grandes revelaciones mediúnicas dominan la Historia. A los profetas de Israel sucedió
el médium divino, Jesus. El Espiritismo es la última revelación, la difusión espiritual anunciada por Joel (II,
28, 29), “cuando el Espíritu se derramará como una aurora sobre el mundo, y los viejos serán instruidos por
sueños y los mancebos tendrán visiones”.

El propio Reuss concuerda que, según ese oráculo, “la efusão del Espíritu será tan amplia que la nación
entera se hará un pueblo de profetas”. Así, la acción física del Además transformará el mundo futuro en
una humanidad de videntes y auditivos. La mediunidade será el último estado de la raza humana
encaminándose al término de su destino.

Acompañemos el curso de las edades y veremos la mediunidade expandirse en los más diversos medios,
uniforme en su principio, variada al infinito en sus manifestaciones. La historia de los profetas de Israel se
concluyó con la aparição del hijo de Maria. Venimos noutro lugar282 que la vida de Cristo está llena de
manifestaciones que hacen de él el mediador por excelencia. Jesus fue vidente y un inspirado, el mayor de
cuantos lo soplo divino vivificou en su pasaje por la Tierra. Toda su persona y toda su existencia están
envoltas en el misterio dlo Invisible. Él conversaba en el Tabor con Moisés y Elias, y legiões de almas lo
asisten. Su pensamiento comprende dos universos; su palabra tiene la dulzura de los mundos angélicos;
suyo mire lee en el recesso de los corazones, y con un simple contacto él hace cesar el sufrimiento.

Esas maravillosas facultades son por él transmitidas parcialmente a sus apóstolos. Y les dice:

“No cuidéis como o lo que haveis de hablar; porque en aquella hora os será inspirado lo que haveis
de decir. Porque no sois vosotros los que quebréis, pero el Espíritu de vuestro Padre es lo que
habla en vosotros.” (Mateus, X, 19, 20.)

Transcurren los siglos; se cambia la escena. Además, en el Oriente, surge otra imponente figura.

En el silencio del desierto, ese gran silencio de los espacios que comunica al alma una serenidade y un
equilibrio casi nada conocidos por habitantes de las ciudades, Maomet,283 el fundador del Islam, redacta
lo
282
Léon Denis – “Cristianismo y Espiritismo”, cap. VI.
283
Corruptela de la palabra Mohammed.

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“Alcorão”, bajo el dictado de un Espíritu, que adopta, para hacerse escuchar, el nombre y la apariencia
del ángel Gabriel.284 Él aún lo afirma en el libro sagrado de los árabes:

“Vuestro compatriota, ó Koraichitas, no está transviado, ni fue iludido. El Alcorão es una


revelación que le fue hecha. Fue el Terrible quien lo instruyó. Y él reveló al siervo de Dios lo que
tenía a revelarle. El corazón de Maomet no miente; él lo vio.”285

“El Alcorão – dice él – permanece como el más bello monumento de la lengua en que fue escrito,
y nada veo que lo iguale, en la historia religiosa de la Humanidad. ES lo que explica la influencia
enorme que ese libro ha ejercido sobre los árabes, que están convencidos de que Maomet, cuya
instrucción era rudimentar, no podía escribir ese libro, y que él le fue dictado por un ángel.”

Singular coincidencia: su misión comienza como a de Joana d'Arc; si le revela mediante voces y visiones.286
Como Joana, también él por mucho tiempo se esquivara; pero el poder misterioso lo arrastra contra su
gana y el humilde conductor de camellos se hace fundador de una religión que se extiende sobre una vasta
región del mundo; él crea íntegramente un gran pueblo y un gran imperio.

Acerca de sus facultades mediúnicas así se expresa Y. Bonnemère:287

“Maomet calla de tarde en tarde en un estado que metía miedo a los que en hago se hallaban. En
esos momentos en que su personalidad le huía y él se sentía subjugado por una gana más poderosa
que la suya, subtraía-si a las vistas extrañas. Los ojos, desmesuradamente abiertos, se hacían fijos
y sin expresión; inmóvil, Maomet parecía invadido por un desfalecimento que nada lograva disipar.
Enseguida, poco a poco, la inspiración fluía, y él escribía, con vertiginosa rapidez, lo que voces
misteriosas le dictaban.”.

En la Edad Media, mencionemos dos grandes figuras históricas: Cristóvão Colombo, el descobridor de un
nuevo mundo, impelido por una obsessão divina, y Joana d'Arc, que obedece a sus voces.

En su aventurosa misión, Colombo era guiado por un genio invisible. Lo trataban de visionário. En las horas
de las mayores dificultades, él escuchaba una voz desconocida murmurarle al oído: “Dios quiere que tu
nombre resuene gloriosamente a través del mundo; te serán dadas las llaves de todos esos puertos
desconocidos del océano que se conservan actualmente cerrados por formidáveis cadenas.”288

La vida de Joana d'Arc está en la memoria de todos. Se sabe que en todos los lugares seres invisibles
inspiraban y dirigían la heróica virgem de Domrémy. Todos los éxitos de su gloriosa epopéia son
previamente anunciados. Surgen aparições delante de ella; voces celestes ciciam-le al oído. En ella, la
inspiración fluye como el borbotar de una torrente impetuosa. En medio de los combates, en los consejos,
como delante de sus jueces, por toda parte, ese niño de 18 años comanda o responde con seguridad,
consciente del sublime papel que desempeña, jamás variando en la fe ni en las palabras, inquebrantable
aún delante de las súplicas, aún en faz de la muerte – iluminada y como transfigurada por el clarão de un
otro mundo. Oigámosla:

284
Ver Bartelemy Saint-Hilaire, « Mahomet et le Coran”, págs. 103 y 158.
285
“Alcorão”, cap. LIII, 1 a 11. Traducción de Kasimirski.
286
Caussin de Perceval – “Essai sur l’Histoire des Arabes”.
287
Y. Bonnemère – “L'âme et ses manifestations a la travers l’Histoire”, pág. 210.
288
Rosely de Lorgues – “Cristophe Colomb”, pág, 465.

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“Yo amo la Iglesia y soy buena cristiana. Pero, en cuanto a las obras que he hecho y a mi venida,
debo confiarme al rey del Cielo que me envió.

Yo vine de la parte de Dios y de los santos y santas del paraíso, de la Iglesia victoriosa allá de cima y
por su determinación; la esa Iglesia someto todos mis actos y todo lo que he hecho o por
hacer.”289

La vida de Joana d'Arc, como médium y missionária, sería sin par en la Historia si no hubiera habido antes
de ella el mártir del Calvário. Se puede por lo menos decir que nada se vio de más augusto desde los
primeros tiempos del Cristianismo.

A esos nombres gloriosos tenemos el derecho de añadir los de los grandes poetas. Tras la música es la
poesía uno de los focos más puros de la inspiración; provoca el éxtasis intelectual, que permite entrar en
comunicación con las esferas superiores. El poeta, más que los otros hombres, siente, ama y sufre. En él
cantan las voces todas de la Naturaleza. El ritmo de la vida invisible regula la cadência de sus versos.

Todos los grandes poetas heróicos principiam sus esquinas por una invocación a los dioses o a la musa; y
los Espíritus inspiradores atienden a la deprecação. Murmuran al oído del poeta mil cosas sublimes, mil
cosas que sólo él entiende, entre los hijos de los hombres.

Homero tiene esquinas que vienen de más alto que la Tierra.

Platão decía (“Diálogos del Ión y del Menon”): “El poeta y el profeta, para recibir la inspiración, deben
entrar en un estado superior en que su horizonte intelectual se dilata e ilumina por una luz más alta.”
– “No son los videntes, los profetas o los poetas que hablan; es Dios que por ellos quiebre.”

Según Pitágoras (Diog. Laerte, VIII, 32), “la inspiración es una sugerencia de los Espíritus que nos revelan
el futuro y las cosas ocultas”.

Virgílio fue por mucho tiempo considerado un profeta, en virtud de su “Écloga messiânica de Polion”.

Dante es un médium incomparable. Su “Divina Comedia” es una peregrinação a través de los mundos
invisibles. Ozanam, el principal autor católico que ya analizó esa obra genial, reconoce que su plan es
pisado en las grandes líneas de la iniciación en los misterios antiguos, cuyo principio, como es sabido, era la
comunhão con el oculto.

ES por los ojos de su Beatriz, muerta, que Alighieri ve “el esplendor de la viva luz eterna”, que iluminó toda
su vida. En medio de aquella sombría Edad Media, su vida y su obra resplandecem como las cimas
alpestres cuando se coloreen de los últimos clarões del día y ya el resto de la tierra está buceado en la
sombra..

Tasso compone a los 18 años su poema cavalheiresco “Renaud”, bajo la inspiración de Ariosto, y más
tarde, en 1575, su obra capital, Jerusalén Liberada”, vasta epopéia, que afirma haber -le sido igualmente
inspirada. Shakespeare, Milton y Shelley fueron también inspirados.

289
“Procès”, tomo I, págs. 162 a 176.

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Hablando del gran dramaturgo, dijo Victor Hugo: “Forbes, en el curioso fascículo compulsado por
Warburton y perdido por Garrick, afirma que Shakespeare se entregaba a la magia y que en sus piezas lo
que había de bueno le era dictado por un Espíritu.”290

Todas las obras geniais son pobladas de fantasmas y de aparições: “Allí, allí – dice Ésquilo,291 hablando
de los muertos – vosotros no los vedes, pero veo seres.”

El mismo acontece la Shakespeare. Sus obras principales292 – “Hamlet”, “Macbeth”, etc. – contienen
escenas célebres en que se mueven aparições. Los espectros del padre de Hamlet y de Banquo,
prendidos al mundo material por el yugo del pasado, se hacen visibles e impelem los vivos al crimen.

Milton hacía sus hijas toquen arpa antes de componer sus esquinas del “Paraíso Perdido”, porque, decía
él, la armonía atrae los genios inspiradores.

He ahí lo que dijo de Shelley su historiador, Medwin:

“Él soñaba despierto, en una especie de abstracción letárgica que le era habitual; y tras cada
acceso los ojos le cintilavam, los labios se agitaban en crispaciones y su voz temblaba de emoción.
Él entraba en una especie de sonambulismo, durante el cual su lenguaje era antes de un Espíritu,
o de un ángel, que de un hombre.”293

Goethe se abeberou ampliamente en las fuentes dlo Invisible. Sus relaciones con Lavater y la Sra. D y
Klettenborg lo habían iniciado en las ciencias profundas, de que cada una de sus obras trae el cunho.
Fausto” es una obra mediúnica y simbólica de primera orden. Otro tanto se puede decir de Klopstock y de
su “Messiada”, poema en que se siente perpassar lo soplo del Además.

“Yo corría a veces a mi escrivaninha – dice Goethe – sin preocuparme en endireitar una hoja de
papel que estuviera de través, y escribía mi pieza en versos, de comienzo al fin, en aquella posición,
sin menearme. Para eso, tomaba de preferencia un lápiz que mejor se prestaba a la grafia, porque
algunas veces me había acontecido ser despertado de mi sonambulismo poético por el ranger de
la pena o los salpicos de tinta, y distraerme, y sofocar en el nascedouro mi pequeña
producción.”294

W. Blake afirma haber escrito sus poesías bajo la dirección del Espíritu Milton y reconocer que todas sus
obras fueron inspiradas.

Más próximo a nodos, Alfred de Musset tenía visiones, vía aparições y oía voces. Una noche, bajo las
ventanas del Louvre, escuchó él estas palabras: “Me asesinaron en la calle de Chabanais.” Corrió para allá,
y

290
Victor Hugo – “W. Shakespeare”, pág. 50.
291
Berthelot – “Louis Ménar det son ceuvre”, pág. 64.
292
Según una tesis reciente, las obras principales de Shakespeare deberían ser atribuidas al canciller Bacon. Otros críticos,
tomando por base las relaciones del canciller con los ocultistas y cabalistas del tiempo, hacen de Shakespeare el médium de
Bacon. Como quiere que sea, los hechos señalados ni por eso conservan menos todo su interés y significación.
293
Felix Rabe – “Vie de Shelley”.
294
“Wie ein Schafwandler”, dice Goethe, conforme la “Occult Review”.
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deparou-se-le un cadáver...295 “Donde, pues, me conduce esa mano invisible que no quiere que yo me
detenga?” decía él. 296

Ora sublime y puro como los ángeles, ora pervertido como un demonio, Musset vivía sometido a las más
diversas influencias, y él propio lo señalaba. Dos testigos de su vida íntima, George Sand y la Sra. Colet,
describieron con fidelidad ese aspecto misterioso de la existencia del “hijo del siglo”:

“Sí – decía él a Teresa – yo experimento el fenómeno que los taumaturgos denominan


“possessão”. Dos Espíritus se han apoderado de mí.297

Hay muchos años que tengo visiones y oigo voces. Como lo podría yo poner en duda, cuando todos
mis sentidos me lo afirman? Cuántas veces, al caer de la noche, he visto y oído el joven príncipe
que me fue caro y un otro amigo mío, herido en un duelo, en mi presencia! Me parece, en el
momento en que esa comunhão se opera, que mi espíritu se me desprende del cuerpo, para
responder a la voz de los Espíritus que me hablan.”298

La Sra. Colet conocía, hecha por el poeta, la narrativa de tres aparições femeninas – criaturas amadas y
ya muertas – de que ella hace una comovedora descripción.299

Le añade diversos casos de exteriorização semejantes a los de nuestros médiuns contemporáneos.


G. Sand y la Sra. Colet afirman que el poeta caía en transe con la mayor facilidad.300 Él propio habla de
sopros fríos, cuya sensación hube experimentado, y de súbito desprendimento, lo que le sería difícil
imaginar.

De esos hechos resulta que A. de Musset debía la influencias ocultas una parte, por lo menos, del
ascendente que ejercía sobre sus contemporáneos. Él fue a la vez un poeta de elevada inspiración y,
propiamente hablando, un vidente y un auditivo.

En todos los tiempos esas comunicaciones sutis de los Espíritus a los mortales tienen viniendo fecundar el
arte y la literatura. Ciertamente, no consideramos literatos esos alinhadores de frases, que nunca sintieron
los inspiradores del Además. Los escritores sobre los cuales bajan los eflúvios superiores son raros. ES
preciso haber predisposições anteriores, un lento trabajo de asimilación, para que la fuerza ignota pueda
actuar en el alma del pensador. En aquellos que, sin embargo, reúnen esas condiciones, la inspiración se
precipita como un jorro. El pensamiento brota, original o vigoroso, y la influencia por él ejercida es
soberana.

La forma de la inspiración varía conforme las naturalezas. En algunos, el cerebro es como un espejo que
refleja las cosas ocultas y proyecta sus irradiações sobre la Humanidad. Otros escuchan la gran voz
misteriosa, el murmúrio de las palabras que explican el pasado, esclarecen el presente y anuncian el
futuro. Bajo mil formas lo Invisible penetra los sensitivos y se impone:

“En Goethe – dice Flammarion301 – en ciertos momentos de pasión, esa comunicación de los
Espíritus se revela con luminosa claridad. En otros, como Bacon, la convicción se formó
lentamente con esos mínimos indicios que el estudio cotidiano del hombre hace sobressair.”

295
“Annales Politiques et Littéraires”, de 25 de julio y de 2 2 de agosto de 1897.
296
Paul Marleton – “Une Histoire d'Amour”, 1897, página 168.
297
G. Sand – “Elle et Luí”, XII.
298
Sra. Colet, “Lui”, XXIII, págs. 368 y 369, y cf. “Mélanges de Littérature et de Critique”. (Compilación de la Srta. Garela, 1839.)
299
Ídem, Ibidem, XXIII, págs. 369-381.
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300
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G. Sand, “Elle et Lui”, VIII y XI. Sra. Colet, “Lui”, VI, VII y XXIII.

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En la obra de Rogério Bacon, “el doctor admirable”, “Opuse Majus”, todas las grandes invenciones de
nuestro tiempo están profetizadas y descritas.

Jerônimo Cardan, en “De Rerum Varietate” (VIII, 3), se felicitaba por tener los “dones” que permiten caer
en éxtasis a la gana, ver objetos extraños con los ojos del espíritu y ser informado del futuro.

Schiller declaró que suyos más bellos pensamientos no eran de su propia creación; le ocurrían tan
rápidamente y con tal energía que él tenía dificultad en incautarlos con suficiente presteza para los
transcrever.

Las facultades mediúnicas de Emmanuel Swedenborg, el filósofo sueco, son atestadas por la célebre carta
de Kant a la Srta. De Knobich. En esa missiva, el autor de la “Crítica de la razón pura” refiere que la Sra.
Harteville, viuda del embajador alemán en Estocolmo, obtuvo por intermédio del Barão de Swedenborg
una comunicación de su defunto marido, relativa a un documento precioso que no fuera posible
encontrar, a pesar de repetidas búsquedas; estaba guardado en una gaveta secreta, cuya existencia fue
revelada por el fallecido, y que sólo él conocía.

El incendio de Estocolmo, visto y descrito por Swedenborg a trescientas millas de distancia, es también
una prueba de la pujança de sus facultades. Se puede, por lo tanto, admitir que las teorías por él
formuladas acerca de la vida invisible no son producto de su imaginação, pero le fueron inspiradas por
visiones y revelaciones. En cuanto a la forma bajo la cual él las describió, no se le debe conectar más que
una importancia relativa. Todos los videntes ceden a la necesidad, en que se encuentran, de traducir la
percepción que tienen dlo Invisible con el auxilio de las formas, de las imágenes, de las expresiones
impuestas por su educación y familiares por la mitad en que viven. ES así que, conforme el tiempo y las
latitudes, darán a los habitantes del otro mundo los nombres de dioses, ángeles, demonios, genios o
espíritus. Veamos ahora los grandes escritores del siglo XIX.

Chateaubriand y su hermana Lucília tienen igual derecho a ser considerados inspirados:

“La primera inspiración del poeta, su primera musa – se asegura302 – fue su hermana Lucília. No
hay la mínima duda de tener los años pasados al pie de esa criatura soñadora y mística, dejando
una ranura en el corazón del moço, conmovido, como lo recuerda él (Memorias de Además-
Túmulo), por los súbitos desalientos de esa naturaleza consternada y extática. Esa criatura
misteriosa, medio sonâmbula, casi dotada de la doble vista, como una habitant y de las islas
Hébridas, atravesó la infancia de Chateaubriand como la figura del dolor. Transmitió su poética
enfermedad moral a ese hermano ya tan mortificado; es así que ella entra por mitad en todas las
concepciones del poeta. En ese coro de blancas visiones... por toda parte a encontraremos. Sus
extrañas predicciones no le habrían hecho entrever el tipo de una Veleda?”

Balzac, en “Ursule Mirouet”, “Séraphita”, “Louis Lambert”, “La Peau de Chagrin”, etc., tocó en todos los
problemas de la vida invisible, del ocultismo y del magnetismo. Todas esas cuestiones le eran familiares.
Las trataba con la cualificación del verdadero maestro, en una época en que aún eran pouquíssimo
conocidas. Era no solamente un profundo observador, pero también un vidente en la más elevada acepção
del término.

301
C. Flammarion – “El Desconocido y los Problemas Psíquicos”, cap. VI.
302
“Histoire de la Littérature Française”, de Petit de Julleville. Artículo de En. Des Essar ts sobre Chateaubriand, tomo VII, pág. 4.

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Edgard Quinet tuvo las mismas intuições geniais, a creer en el Sr. Ledrain, crítico literario
extremadamente escéptico, que así se expresaba en un artículo de la “L'Éclair”, por ocasión de su
centenario, en 1903:

“Al tiempo que el mundo visible el extasiava, tenía él los ojos fijos en el mundo invisible. Fue un
fervoroso espiritualista, como todos los de su generación, como Lamartine, Victor Hugo, Michelet.
Creía en la “ciudad inmortal de las almas”, en la patria de donde si no puede ser proscrito por
hombre alguno. Lo soplo de no-sé-quê país supraterrestre en cierto momentos lo envuelve y
transporta como suspenso en alas, a los espacios infinitos. Lede su discurso al pie del túmulo de su
madre, de su genro Georges Mourouzi; que inflexiones del Alto! ES un nabi (profeta), a elevarse
por encima de todos los sacerdócios y a hablar en nombre del Eterno, como invertido de una
misión directa.”

Lamartine, en “Jocelin” y en la “Chute d'un Ange”, y Jean Reynaud, en “Terre et Ciel”, pueden también
ser considerados inspirados.

Lamartine escribía la Arlès Dufour, para defenderse de una censura de Infantin:

“Yo tengo mi objetivo; no sospéchalo él; nadie sabe cual sea, excepto yo. Me elevo en su
dirección, en la medida que lo comporta el tiempo y no más deprisa. Ese objetivo es impessoal y
puramente divino. Pero tarde será desvelado. Mientras espero, como quiere él que yo quiebra a
hombres de carne y hueso el puro lenguaje de los Espíritus?”303

Michelet, en ciertas ocasiones, parece estar bajo el imperio de algún poder desconocido. Escutai-lo
hablando de su “Histoìre de la Révolution”:

“Nunca, desde mi Doncella de Orléans, había yo sentido semejante lampejo del Alto, una tan
luminosa proyección del Cielo...

Inolvidáveis días; quién soy yo para los haber descrito? Aún no sé, ni sabré jamás, como los pude
reproducir. La inacreditável felicidad de encontrar de nuevo eso tan vivo, tan intenso, tras sesenta
años, me había intumescido el pecho de una alegría heróica.”

Inspirado, pregoeiro dlo Invisible, no es menos Victor Hugo: “Dios se manifiesta a través del pensamiento
del hombre – dijo él –; el poeta es sacerdote”.304 Creía en la comunhão con los muertos. Son conocidas sus
sesiones de Espiritismo en Jersey, con la Sra. De Girardin y Augusto Vacquerie, descritas por este en sus
“Miettes de l'Histoire”, como son conocidos los versos por él dirigidos al Espíritu Molière y los
terriblemente irónicos que la “Sombra del Sepulcro” le dictaba con el auxilio de los pies de urna
mesinha.305

A buen seguro, a propósito de los hombres de genio, él repele ese “error de todos los tiempos, de
pretender- darse al cerebro humano auxiliares exteriores”. Semejante opinión – Antrum adjuvat vatem –
melindra su orgullo. Pero a sí mismo se contradirá él en muchos casos. Léanse, por ejemplo, estos sus
versos:

303
“Revue Latine” y “Journal des Débats”, de 6 de septiembre de 1903.
304
Victor Hugo – “William Shakespeare”, págs. 49 y 50.
305
Ver 2ª Parte, cap. XVII.

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“Les morts sont des vivants mêlés a la en los
combats. Et nous sentons passer leurs flèches
invisibles.”306

Al pie del túmulo de Emília Putron, proferia estas palabras que se hicieron célebres: “Los muertos son
los invisibles, pero no son los ausentes.”

En la poltrona de los antepasados, que se veía en la sala de cena de Hauteville-house, hube inscrito estas
palabras expresivas: Absentes adsunt. No representa eso una constante evocação de los que él hube
amado? En todas sus obras se encuentran magníficas invocaciones a las “voces de la sombra”, a las
“voces del abismo”, a las “voces del espacio”.

Ciertamente no pretendemos que Hugo fuera médium en el sentido restricto del vocábulo, como gran
número de personas, aptas a obtener fenómenos de mínimo valor. Ese pujante espíritu no podía ser
restringido al papel secundario de intérprete de los pensamientos de outrem. Queremos decir que el
Además proyectaba sobre él sus radiaciones y armonías, las cuales fecundavam su genio y dilatavam-le
hasta al infinito el horizonte del pensamiento.

En Henri Heine esa colaboración dlo Invisible se traduce de modo sensible. He ahí lo que él decía en el
prefácio de su tragedia “W. Radcliff”:

“Escribí William Radcliff en Berlín, bajo tílias, en los derradeiros días de 1821, mientras el Sol con
sus enlanguescidos rayos iluminaba los techos cubiertos de nieve y los árboles despojados de sus
hojas. Escribía sin interrupción y sin hacer enmiendas. Y, a medida que escribía, me parecía oír
por cima de la cabeza uno cómo que ruflar de alas. Cuando referí ese hecho a mis amigos, jóvenes
poetas berlinenses, ellos se entreolharam de un modo singular y me declararon unánimemente
que, escribiendo, nada de semejante a eso habían jamás observado.”

Lo que hay de más notable es que esa tragedia es enteramente espírita; el desarrollo de la acción y su
desenlace patentan la recíproca influencia del mundo terrestre y del mundo de los Espíritus.

Muchos autores célebres fueron médiuns sin el saber. Otros tuvieron de eso conciencia. Paul Adam, uno
de los más fecundos escritores contemporáneos, francamente lo confesó:307

“Fui un poderoso médium escrevente. La Fuerza que me inspiraba tenía tal intensidad física, que
obligaba el lápiz a subir solo por el declive del papel, que yo inclinaba con la mano contrariamente
a las leyes del peso. Esa Fuerza no solamente veía en el pasado, que yo ignoraba, como poseía la
presciência del futuro. Sus predicciones eran de sorprendente realización, visto como, nada,
absolutamente nada, me podía hacer preverlas.”

Ni todos tienen esa franqueza, y prefieren dejar creer en sus méritos personales, pero en general los
grandes genios reconocen de bueno grado que son dirigidos por Inteligencias superiores.

Se encuentra en gran número de escritores contemporáneos esa especie de obsessão dlo Invisible.
Hoffmann, Bullwer-Lytton, Barbey d'Aurevilly, Guy de Maupassant, etc., a conocieron y expresaron en
algunas de sus obras. Participaron, en grados diversos, de esa comunhão de las almas, de que surge
desvelado el inmenso misterio de la vida y del espacio.
306
“Los muertos vivos son; dividen nuestras luchas. Y oímos silbar sus flechas.”
307
“Le Journal”, de 5 de agosto de 1899.
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*

Como se ve, en todos los dominios del arte y del pensamiento los Cielos vivificam la Tierra. Los grandes
músicos, los príncipes de la armonía, parece tengan estado más directamente aún bajo la influencia de la
mediunidade. No solamente la precocidade de algunos, como, por ejemplo, de Mozart, atesta, el principio
de las reencarnações, pero también hay, en la vida de los compositores célebres, fenómenos
absolutamente mediúnicos, que sería demasiado largo referir aquí. Su historia es de todos conocida.

Venimos atrás (cap. XIV) que Mozart y Beethoven dieron testimonio de las influencias ultraterrenas que
les inspiraban el genio. Otro tanto se podría decir de Haydn, Haendel, Gluck, etc. Chopin tenía visiones que,
a veces, lo aterrizaban. Sus más bellas composiciones – su “Marcha Fúnebre”, sus “Nocturnos” – fueron
escritos en completa obscuridade. Toda la obra de Wagner reposa sobre un fondo de espiritualidade. Y eso
tanto es expreso en las palabras de “Lohengrin”, del “Tannhauser” y de “Parsifal”, como en toda la propia
música.

Los hombres ilustres han sido, en su mayor parte, médiuns auditivos. Fue al despertar que, en la mayoría
de las veces, compusieron sus obras. Dante denominaba la mañana “la hora divina”, por ser aquella en
que se expresan las inspiraciones de la noche. Belíssimas cosas habría que decir acerca de las revelaciones
nocturnas hechas al genio. Los antiguos conocían el misterio de esa iniciación. Decían ellos: “El día es de
los hombres; la noche pertenencia a los dioses.” Durante el sueño las almas superiores remontan a las
esferas sublimes; bucean en las irradiações del pensamiento divino, en un océano de sonoridade, de
harmoniosas vibraciones; ahí descubren los principios y las causas de la sinfonia eterna. Francisco de Assis y
Nic olau de Tolentino se sintieron imersos en el éxtasis, por haber escuchado un eco lejano, algunas notas
esparsas de los conciertos celestes, es decir, de la orquesta infinita de las esferas. El “Requiem” de Mozart
no tiene otro origen. Algunas horas sólo antes de su desprendimento corporal, el maestro, con la mano
ya invadida por el hielo de la muerte, trazó ese himno fúnebre, que fue la derradeira manifestación de su
genio. Convenía que lo ilustre médium, que durante toda la vida hube percibido las voces melodiosas del
Espacio, expirara en una última armonía y que su alma se exhalara en un lamento sobre-humano, de
inefáveis inflexiones, de que sólo son capaces los grandes inspirados, al asomen el umbral de los mundos
gloriosos.

Rafael Sanzio decía que sus más bellas obras le habían sido inspiradas y presentadas en una especie de
visión..

Dannecker, escultor alemán, afirmaba que la idea de Cristo, una obra -prima, le había sido comunicada por
inspiración, en un sueño, tras a tener inútilmente buscado en sus horas de estudio..

Alberto Dürer velaba, una noche, y meditaba. Quería pintar los cuatro evangelistas y, teniendo retocado
esboços, que no expresaban a suyo me gusta el ideal que imaginaba, tiró los pincéis, abrió la ventana y se
puso a contemplar las estrellas. La inspiración le vino en ese momento de tristeza; invocó sus modelos
espirituales. La Luna proyectaba su claridad en los monumentos y en las agujas de las catedrales de
Nuremberg. Y dijo él: “Permitisteis a hombres transformar ahí lascas de piedra en construcciones
armónicas, de majestosas líneas. Me consentí transportar para la pantalla esos santos enviados que traigo
en el alma.”.

Vio entonces la iglesia de Son Sebald avermelhar-si en fuego, y nubes azules formen un fondo en que se
diseñaban las imponentes figuras de los cuatro evangelistas, y exclamó: “He ahí ahí los rostros que tengo

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inútilmente buscado fijar!” No es ese un caso de mediunidade, y no vemos actualmente el mismo hecho
reproducirse con Helena Smith, la médium de Ginebra? 308

Mucho había que escribir sobre la intervención de las inspiraciones superiores en el dominio del arte.

No habría también la influencia del Alto en ese poder de la oratória que subleva y arrebata las multitudes,
como el viento subleva las ondas del océano? Ella parece manifestarse principalmente en los oradores de
arrojados surtos que, en ciertos momentos, son cómo que suspensos de la Tierra y transportados en
possantes alas, o aún en esos improvisadores, de frases sugestivas y sonoro lenguaje, cuya palabra fluye
en acelerados jorros, y que Cícero denominaba “la torrente del discurso”.

El poder de curar por el mirar, por el tato, por la imposición de las manos, es también una de las formas
por qué la acción espiritual se hace sentir en el mundo. Dios, fuente de vida, es el principio de la salud física,
de igual manera que lo es de la perfeição moral y de la suprema belleza. Ciertos hombres, por medio de la
plegaria y del esfuerzo magnético, atraen ese influxo, esa irradiação de la fuerza divina que expele los
fluidos impuros, causa de tantos sufrimientos. El espíritu de caridad y dedicación llevada hasta al sacrificio,
el olvido de sí aún, son las condiciones necesarias para adquirir y conservar ese poder, uno de los más
admirables que Dios concede al hombre.

Ese dominio, esa superioridade del espíritu sobre la materia se afirma en todos los tiempos. Vespasiano
cura por la imposición de las manos un invidente y un estropiado.309

No menos célebres son las curas de Apolônio de Tiana. Todas son ultrapasadas pelas de Cristo y sus
apóstolos, operadas en virtud de las mismas leyes.

Los tiempos modernos, por el año de 1830, un santo padre bávaro, el Príncipe de Hohenlohe, poseyó esa
admirable facultad. Él procedía siempre mediante la plegaria y la invocación, y la fama de sus curas
repercutió en toda a Europa. Curaba los invidentes, sordos, mudos; una multitud de enfermo y achacados,
incesantemente renovado, assediava-le la casa..

Más recientemente, otros taumaturgos atrajeron la multitud de los sofredores y desenganados.


Cahagnet, Puységur, Du Potet, Deleuze y sus discípulos hicieron prodigios. Aún hoy, incontables curadores,
más o menos felices, tratan con asistencia de los Espíritus.

Esos simples, esos creyentes, son enigmas torturantes para la ciencia médica oficial, tan impotente en faz
del dolor, a pesar de sus orgullosas pretensiones. Charcot, ese observador genial, en el fin de la vida les
reconoció el poder. En una revista inglesa publicó él un estudio que se hizo famoso: “The faith healing” – la
fe que cura. Con efecto, la fe, que es de sí misma una fuente de vida, puede bastar para restituir la salud.
Los hechos lo demostraron con eloqüência irrefragável. En los más diversos medios, hombre de bien – el
cura d'Ars, el Sr. Vigne, un protestante de las Cevennas, el padre João, de Cronstadt, otros aún, tanto en
los santuarios católicos como nos del Islam o de la India – obtuvieron por la plegaria innumerables curas.

308
“La Paix Universelle”, de 15 de noviembre de 1910.
309
Tácito – “Hist.”, liv. IV, cap. 81.

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Demuestra eso que, por encima de todas las iglesias humanas, fuera de todos los ritos, de todas a s
fórmulas y sectas, hay un foco supremo que el alma puede alcanzar por los impulsos de la fe, y en el cual va
ella haurir fuerzas, auxilios, luces, que se no pueden apreciar ni comprender desconociendo Dios y no
queriendo orar. La cura magnética no exige, en la realidad, ni pases, ni fórmulas especiales, pero
únicamente el deseo ardiente de aliviar la outrem, la invocación profunda y sincera del alma a Dios,
fuente y principio de todas las fuerzas.

De esas consideraciones se depreende un hecho: es que perpetuamente, en todas las épocas, tiene el
mundo invisible colaborado con el mundo de los mortales, en él transfundindo sus aspiraciones y socorros.
Los milagros del pasado son los fenómenos del presente; sólo los nombres cambian; los hechos espíritas
son eternos.

Así, todo se explica, se esclarece y se comprende. Ante el inmenso panorama del pasado se inclina el
pensador, empunhando el facho del nuevo Espiritualismo; y esa luz, en la vastidão de los siglos, la poeira
de los destroços, que la Historia registró, brilla a sus ojos como auríferas centelhas.

El genio – dijimos – es una mediunidade; los hombres de genio son médiuns en grados diversos y de varias
órdenes. Hay en esa facultad, además de gran variedad de formas, graduação y jerarquía, como en todos
los dominios de la Naturaleza y de la vida.

Los hombres de genio, voluntaria o involuntariamente, conscientemente o no, se hallan en relación con el
Además; de él reciben los poderosos eflúvios; inspiradores invisibles los asisten y colaboran en sus obras.

Añadiré que el genio es una mediunidade dolorosa. Los grandes médiuns, como venimos, han sido los
mayores mártires. La muerte de Sócrates, el suplício de Jesus y la hoguera de Joana d'Arc son algunos de
esos calvários redentores que dominan la Historia.

Todos los grandes hombres sufrieron; fueron, según una palabra célebre: “ilustres perseguidos”. Todo
hombre que se eleva, se aísla: y el hombre aislado sufre; es incompreendido. Un excelente libro a escribir
sería lo de las desdichas del genio; en él se vería quão doloroso fue el destino de todos los Cristos de este
mundo: Orfeu, dilacerado por las bacantes; Moisés, enterrado probablemente vivo en el Nebo; Isaías,
serrado por el medio del cuerpo; Sócrates, envenenado con cicuta; Colombo, acorrentado como malfeitor;
Tasso, recluido entre locos; Dante, errando a través de los exilios; Milton, pobre como Job y ceg lo cómo
Homero; Camões, agonizando en una enxerga de hospital; los grandes inventores: Galileu, encarcelado
por la Inquisição; Salomão de Caus, Bernardo Palissy, Jenner, Papin, Fulton y tantos otros, reputados
insensatos! Insensatez sublime, como a de Jesus, que Herodes hizo coronar de espinhos y revestir con un
manto de púrpura, en señal de humanidad. Hay en ese hecho leyes misteriosas, conocidas otrora por los
sabios, actualmente postergadas, pero que la ciencia espiritualista contemporánea debe reconstituir con
paciente labor entre numerosas contradicciones; porque la punición de los pueblos consiste en readquirir al
precio de su sudor, de su sangre y sus lágrimas, las verdades perdidas y las revelaciones menospreciadas.
Volvamos, sin embargo, al estudio psíquico del genio.

El genio es una mediunidade, de la cual posee antes de todo el carácter esencial, que es la intermitência.
Un hombre superior no lo es jamás en el estado habitual; el sublime a jato continuo haría rebentar el
cerebro. Los hombres de genio tienen a veces suetos vulgares. Algunos aún hay que no fueron inspirados
más que una vez en la vida; escribieron una obra inmortal y enseguida reposaron.

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Numerosos ejemplos lo demuestran: la mediunidade genial se asemeja a la mediunidade de incorporación.
ES precedida de una especie de transe, que ha sido justamente denominado “la tortura de la inspiración”.
El mensaje divino no penetra impunemente el ser mortal; se impone-le de alguna suerte por la violencia.
Una especie de fiebre y un frêmito sagrado se apoderan de aquel que el Espíritu visita.310 Manifestaciones,
transportes semejantes a los que agitaban la pítia en su trípode, anuncian la llegada del dios: Ecce dios!
Todos los grandes inspirados – poetas, oradores, músicos, artistas – han experimentado esa
hiperexcitação sibilina, a consecuencia de la cual llegaron algunos mismo a morir. Rafael se consumió en
la flor de los años. Hay jóvenes predestinados cuyo envolvente demasiado frágil no pudo soportar la energía
de las inspiraciones super-humanas, y que tombaram, luego al alvorecer del propio genio, como la
delicada flor que el primer rayo de sol tira muerta al suelo.

310
Lamartine (“XIe. Méditation, 1'Enthousiasme”), describió en esplêndidos versos ese estado: Ainst
quand tú fonds sur mon âme,
Enthousiasme, aigle vainqueur,
Au bruit de tes alíes de flamme
Je frémis d'une sainte horreur;
Je me débats sous te la
puissance, Je fuis, je crains que
te la présence N'anéantisse un
coeur mortel,
Comme un feu que la foudre allume,
Qui ne s’éteint plus et consume
Le bücher, le temple et 1'autel.
Más a la l’essor de la pensée
L’instinct des sens s’oppose en vain:
Sous le dieu mon âme oppressée
Bondit, s’élance et bat mon sein.
La foudre en mes veins circule.
Etonné du feu qui me brüle.
Je l’irrite en le combattant,
Et la lave de mon génie
Déborde en torrents d'harmonie
Et me consume en s’échappant.”
De estos magníficos versos, que reproducimos en original, para permitir a los lectores aprecien toda su belleza, pedimos licencia
para ofertar, a los que desconozcan el francés, la siguiente descolorada imitación:
Cuando así de mi alma te apoderas,
Águila victoriosa – ó entusiasmo!
De tus alas flamantes al ruido Yo
estremezco de sagrado horror.
Bajo tu yugo debatirme intento,
Huyo, temiendo que la pres ença tuya
Un corazón mortal pronto aniquile,
Cual labareda que produce el rayo,
Que no se extingue más y que consume Así
la pira como el altar y el templo.
Al arrojo, sin embargo, del pensamiento,
Vanamente se opone el instinto de los
sentidos: Bajo la opressão del dios pulsa mi
alma Tumultua-me el pecho la palpitar.
Siento que el rayo me recorre las
venas. Aturdido con el fuego que me
abrasa, Más el ateio, buscando
combatê -lo. Y a lava impetuosa de mi
genio Extravasa en torrentes de
armonía,
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Y mientras que se escapa me consume.”
Denis

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La Iglesia admite esa doctrina; enseña que de entre sus autores sagrados algunos son directamente
inspirados, como los profetas, otros simplemente asistidos.

Esa distinción entre la inspiración y la asistencia es para nodos representada por los diferentes grados de
la mediunidade. Lembremo-nos a ese respeto del que expusimos en otro lugar.311 La Iglesia fue espírita
durante los tres primeros siglos. Las Epístolas de São Paulo y los libros de los Actos de los Apóstolos son
manuales clásicos de mediunidade..

La teologia escolástica vino turvar la límpida fuente de las inspiraciones, introduciendo elementos de error
en la magnífica síntesis de la doctrina hierática de las primeras épocas cristianas. La obra llamada de Denis
el “Areopagita” es enteramente impregnada de Espiritismo. En la vida de los santos ressuma exuberante
la seiva mediúnica de que fue saturada la primitiva Iglesia por Cristo y sus apóstolos. Los consejos de São
Paulo a los Coríntios son recomendaciones de un director grupal a sus iniciados. Tomás de Aquino afirma
haber comentado esas epístolas bajo el propio dictado del apóstolo; él conversaba con un personaje
invisible; a la noche su celda era inundada por una luz extraña y su discípulo Reginaldo, tres días tras
muerto, vino a decirle lo que vuelca en el Cielo. Alberto, el Cirande, hauria su incomparable ciencia de la
Naturaleza por medio de infusão mediúnica, ciencia que le fue retirada súbitamente, de igual manera que
le había sido transmitida; y en la edad de cuarenta años se hizo él nuevamente ignorante como un niño.

Joaquim de Flora y João de Parma, sus discípulos, fueron instruidos por medio de visiones y escribieron,
bajo el dictado de un Espíritu, “El Evangelio Eterno”, que contiene, en gérmen, toda la revelación del
futuro. Los “litterati” de la Renascença, Marsilio Ficino, de Florença; Pico de Mirandola, Jerônimo Cardan,
Paracelso, Pomponácio y el insigne Savonarola imergiram en la mediunidade como en un océano espiritual.

El siglo XVII tuvo también sus gloriosos inspirados. Pascal tenía éxtasis; Malebranche escribió, en la
obscuridade de una celda cerrada, su “Investigación de la Verdad”. El propio Descartes refiere que su
sistema genial de la “Duda Metódica” le fue revelado por súbita intuição que le atravesó el pensamiento
con la rapidez de un rayo.312 Ora, a la filosofía cartesiana, así oriunda de una especie de revelación
mediúnica, es que debemos la emancipação del pensamiento moderno, la liberación del espíritu humano,
encarcelado había siglos en la fortaleza escolástica, verdadera bastilha del despotismo aristotélico y
monástico..

Esos grandes iluminados del siglo XVII son los precursores de Mesmer, de Saint-Martin, de Swedenborg, de
la escuela san-simoneana y de todos los apóstolos de la doctrina humanitaria, precediendo Allan Kardec y
la actual escuela espiritualista, cuyos incontables luzeiros se van encendiendo en todos los puntos del
Universo.

Así, el fenómeno de la mediunidade se patenta en todas las épocas, ora fulgurando con intenso brillo, ora
velado y obscurecido, conforme el estado de alma de los pueblos, jamás cesando de encaminar.

311
Ver “Cristianismo y Espiritismo”, caps. IV y V.
312
Ver sus “Olímpicas”. El Sr. A. Fusilé, en su biografía de Descartes”, pág. 12 (Abete, editor 1893), escribe a respeto dess a
inspirarán: “Él (Descartes) a consideraba una revelación del Espíritu de Ver dade acerca del camino que le cumplía seguir.
Porque poseía la imaginação ardiente, una especie de exaltação interior que iba, dice Voltaire, hasta la singularidade. En una de
suya s notas, escribió él relativamente hace ese día decisivo, en señal de reconocimiento al que consideraba haber sido una
inspiración divina: “Antes del fin de noviembre iré la Lorete, y para allá seguiré, de Venecia, a pie.”

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la Humanidad en su peregrinação terrestre. Todas las grandes obras son hijas del Además. Todo lo que
hay revolucionado el mundo del pensamiento, aduzindo un progreso intelectual, nació de uno soplo
inspirador.

En la jerarquía de las inteligencias existe una solidaridad magnífica. Unos a los otros se tienen los grandes
inspirados transmitido, a través del largo rosário de los siglos, el farol de la mediunidade reveladora y
gloriosa. La Humanidad aún camina a la holgada luz crepuscular de esas revelaciones, a la claridad de esos
fuegos acesos, en las eminências de la Historia, secundada por predestinados instructores.

Esa perspectiva de la historia general es consoladora y grandiosa; reviste las modalidades y el carácter de
un drama sacrossanto. Dios envía su pensamiento al mundo por emisarios que incesantemente descienden
los escalones de la escalera de los seres y van a llevar a los hombres la comunicación divina, como los
astros envían a la Tierra, a través de las profundidades, sus irradiações sutis. Así todo se conecta en el plan
universal. Las esferas superiores promueven la educación de los mundos inferiores. Los Espíritus celestes
se hacen instructores de las Humanidades atrasadas. El ascenso de los mundos de prueba para los de
regeneración es el más bello espectáculo que puede ser ofertado a la admiración del pensador.

Desde las más elevadas y brillantes esferas a las regiones más bajas y obscuras, desde los más radiosos
Espíritus a los hombres más groseros, el pensamiento divino se proyecta en catadupas de luz, en una
efusão de amor..

Con esa doctrina o, antes, mediante esa visión de solidaridad intelectual de los seres, comprendemos de
cuánto somos devedores a nuestros antepasados espirituales, a los gloriosos médiuns, que, con la labor
penosíssimo del genio, sembraron lo que fruímos hoy, lo que otros han de mejor cuchara aún en el futuro.
Esos pensamientos nos deben inspirar una piedad reconocida a los muertos augustos que implantaron el
progreso en nuestro mundo.

Vivimos en una época de perturbación en que ya casi si no sienten estas cosas. Pouquíssimos entre
nuestros contemporáneos se elevan a esas culminâncias, donde, como de un promontorio, se descortina el
vasto océano de las edades, el cadenciado flujo y refluxo de los éxitos.

La Iglesia, transformada en sociedad política, no supo aplicar a las necesidades morales de la Humanidad
esas verdades profundas y esas leyes dlo Invisible. Los sacerdotes son impotentes para encaminarnos,
porque ellos propios olvidaron los términos sagrados de la sabiduría antigua y el secreto de los “misterios”.
La ciencia moderna se engolfou hasta ahora en el materialismo y en el positivismo experimental. La
Universidad no sabe ministrar, por la palabra de los maestros, la enseñanza regenerador que retempera
las almas y las prepara para las grandes luchas de la existencia. Hasta las sociedades secretas perdieron
también el sentido de las tradiciones que justificaban su funcionamiento; practican aún los ritos, pero el
alma que las vivificava emigró para otros cielos.

ES tiempo de que un nuevo influxo recorra el mundo y restituya la vida a esas formas gastas, a esos
debilitados envoltórios. Sólo la Ciencia y la revelación de los Espíritus pueden dar a la Humanidad la exacta
noción de sus destinos.

Un inmenso trabajo en tal sentido se realiza actualmente; una obra considerable se elabora. El estudio
profundizado y constante del mundo invisible, que lo es también de las causas, será el gran manantial, el
depósito inagotable en que se han de alimentar el pensamiento y la vida. La mediunidade es su llave.
Por ese estudio llegará el hombre a la verdadera ciencia y a la verdadera creencia que se no excluyen

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mutuamente, pero que se unen para fecundar-se; por él también una comunhão más íntima se
establecerá entre los vivos y los muertos, y socorros más abundantes fluirán de los Espacios hasta nodos. El
hombre de mañana sabrá comprender y bendecir la vida; cesará de recear la muerte. Hay de, por sus
esfuerzos, realizar en la Tierra el reino de Dios, es decir, de la paz y de la justicia, y, llegado al término del
viaje, su derradeira noche será luminosa y tranquila como el ocaso de las constelaciones, a la hora en que
los primeros albores matinales se espraiam en el horizonte.

- UF QUE BUENO QUE FUE HASTA El FINAL DE La LECTURA


- ESTARÁ MÁS SABIO

FIN

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