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VÍA CRUCIS

NARRADOR: Antes de la Fiesta de Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar del mundo al Padre, se
levantó de la mesa, se quitó el manto, tomó una toalla y una palangana y se puso a lavar los pies de sus
discípulos.
PEDRO: - Señor, ¿Lavarme los pies Tú a mí?.
NARRADOR: Jesús le respondió.
JESÚS: Lo que yo hago tú no lo entiendes ahora; lo entenderás más tarde.
PEDRO: Jamás me lavarás los pies.
JESÚS: Si no te lavo no tendrás parte conmigo.
PEDRO: Señor, no sólo los pies, sino hasta las manos y la cabeza.
JESÚS: El que se ha bañado no necesita lavarse; está del todo limpio. Y vosotros estáis limpios, aunque no todos.
NARRADOR: Después volvió a la mesa y les dijo: - ¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros?. Este es mi último
mandamiento: Que se amen unos a otros como yo los he amado. En esto conocerá la gente que son mis discípulos.
NARRADOR: Jesucristo sale a orar en el huerto (Estaban Pedro, Juan, Santiago y Jesús)
JESUS: “Siento en mi alma una tristeza mortal… quédense aquí conmigo y manténganse despiertos” (Pedro y Santiago
se durmieron, despertando con el ruido de los soldados)
NARRADOR: Los soldados romanos llegaron junto a Judas Iscariote para llevarlo preso a Jesús por nombrarse el hijo
del hombre.
JESÚS: “¿A quién buscan?
SOLDADOS: “A Jesús el Nazoreo”
JESÚS: “Yo soy a quien buscan, así que dejen que estos se vayan”
JUDAS: “Buenas noches maestro” (y le dio un beso).
JESÚS: “Haz lo que vienes a hacer”
MALCO: (Jala del brazo a Jesús)
NARRADOR: Entonces tres soldados se acercaron y arrestaron a Jesús, querían atarlo cuando Pedro se opuso y saco
una espada.
PEDRO “No pueden llevarse al maestro” (le cortó la oreja a Malco) (soldado romano)
JESÚS: (enojado le quita la espada a Pedro y le dice mirando a Malco) “vuelve la espada a su sitio, pues quien a
espada mata a espada muere”. (Dirigiéndose a Pedro) ” ¿No sabes que puedo invocar a mi padre y él me enviaría más
de doce ejércitos de arcángeles? Pero así debe suceder y tienen que cumplirse las escrituras”.
En ese momento dijo:
JESÚS: (mirando a los soldados) “Quizás buscan a un ladrón y por eso salieron a detenerme con palos y espadas. Yo
sin embargo me sentaba diariamente entre ustedes en el templo para enseñar y no me detuvieron”.
NARRADOR: Entonces todos los apóstoles abandonaron a Jesús y huyeron.
Los que tomaron preso a Jesús lo llevaron a casa del sumo sacerdote Caifás, los sumos sacerdotes estaban buscando
argumentos para castigar a Jesús
CAIFÁS: (pregunto a Jesús) “Eres tú el mesías, el hijo de Dios”
JESÚS: “así es tal como tú lo has dicho”.
CAIFAS: (Mientras tanto Anás rasgo con mucha cólera la ropa de Jesús) “has blasfemado, para que necesitamos más
testigos” ”Ustedes acaban de escuchar las blasfemias. ¡Merece la muerte!”
NARRADOR: Mientras tanto Pedro se encontraba sentado afuera en la salida y una sirvienta dijo
SIRVIENTA: “este hombre andaba con Jesús de Nazaret”
PEDRO: “No sé de qué me hablas”.
SIRVIENTA: “Tú estabas con Jesús de Galilea”
PEDRO: Yo no conozco a ese hombre, no lo he visto nunca en mi vida
NARRADOR: y sale corriendo, al llegar a una esquina se pone a llorar, mientras el gallo cantaba. Luego los sacerdotes
decidieron llevar a Jesús al gobernador para que le diera el castigo de la muerte.
(una nueva escena) Cuando el traidor se enteró que Jesús había sido condenado a muerte, sintió remordimientos.
JUDAS: “He pecado, he entregado a muerte a un inocente” (y arrojo las monedas en el templo. Mucha gente peleaba
por recogérselas. Judas busco una cuerda y la ato en un árbol y allí se ahorco).
PILATO: (pregunto) “¿eres tú el rey de los judíos?”
JESÚS: “Tú eres el que lo dice”
NARRADOR: Los jefes de los sacerdotes y la gente empezaron a gritar acusándolo.
GENTE: es culpable, blasfema contra Dios.
PILATOS: “No oyes los cargos que presentan contra ti”
NARRADOR: Con ocasión de la pascua el gobernador tenía una costumbre de liberar a un condenado a elección de la
gente y había allí un detenido famoso de nombre Barrabás.
PILATO: Pregunto “¿A quién quieren que deje libre a Barrabás o a Jesús llamado el Cristo?”
“¿A cuál de ellos quieren que suelte?”
GENTE: A Barrabás, a barrabás ¡libera a Barrabás!
PILATOS: (llamo a dos soldados 4 y 5) “vayan y suéltenlo” (fueron hasta Barrabas y lo desataron)
PILATOS: (dirigiéndose a los soldados)”ustedes llévenlo y azótenlo” (3 esbirros toman del brazo a Jesús y lo empujan,
algunos de los apóstoles entre la gente seguían para ver lo que le sucedía, también estaba allí María y Juan)
NARRADOR: Entonces le pusieron una capa purpura (esbirro 1) y una corona de espinas (esbirro 2) y decían ¡Aquí
está el rey de los judíos! Y lo llevaron a azotar (verdugos se encargan de azotar)
Después del azote lo llevaron nuevamente a Pilatos.
PILATOS: “¿Por qué lo traen? ¿Qué quieren que haga con Él?”
GENTE: ¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!
PILATOS: ¿De dónde eres tú? (pero Jesús no le contesta) ¿No me quieres hablar a mi? ¿Sabes que tengo poder para
liberarte, como para crucificarte?
JESÚS: No tendrías ningún poder sobre mí, si no lo hubieras recibido de lo alto, por eso el que me ha entregado a ti,
tiene mayor pecado que tú
PILATOS: “Aquí les entrego a su rey ¿He de crucificar a su rey?”
ANÁS Y CAIFÁS: ¡No tenemos más rey que el Cesar
PILATOS: “Yo no encuentro ningún delito en este hombre” (con un gesto llama a la sirvienta)
NARRADOR: entonces mando a pedir una vasija con agua y se lavo las manos diciendo:
PILATOS: (dirigiéndose a la gente) “que sea crucificado, pero ustedes responderán por su sangre, yo no tengo culpa”.
SOLDADO 3: “ahí tiene a su rey, ¡Viva el rey de los judíos!” ( y lo escupían los 3). (le alcanza el madero de la cruz)
NARRADOR: Le dieron una cruz en la que iban a crucificarlo y lo obligaron a cargarlo, pese a que ya estaba sangrando.
Sobre aquella espalda llagada, sobre aquellos hombros doloridos colocan la cruz sin compasión. Y cae por primera vez
MALCO Párate, camina rey de los judíos!
VIRGEN MARÍA (se acerca a Jesús) “Hijo mío, que ingrata es la humanidad, hasta donde te ha llevado tu amor”,( le dijo
María mientras le acariciaba el rostro)
JESÚS: “Sí, madre pero no llores, es la voluntad de mi Padre. Ayúdame a salvar a los hombres” le contestó él,
SOLDADOS 4: grita, “¡Quítense mujeres que estorban!”
NARRADOR: entonces María es apartada de su hijo, quien cargando l a cruz, camina rumbo al Monte del Calvario,
dónde será crucificado.
SOLDADO 3 (un soldado adelantando a Jesús lo mira al rostro) “Soldados, temo que este hombre no llegue con vida…
¡miren, ahí viene ese hombre”, (gritó uno de los romanos, que además flagelaban a los dos ladrones, que junto con
Jesús serían crucificados).
SOLDADO 4 (un hombre se acercaba) “¡Eh, tú, ven acá!, carga con la cruz”
NARRADOR: le dijo un soldado a Cirineo, un hombre que venía del campo
CIRENEO: (contestó) “sí señor, yo te ayudo… siento lastima de tus sufrimientos, cuando yo necesite ayuda, ayúdame
Señor y ayuda a todos los oprimidos de sus vicios y por las injusticias de los poderosos”.
VERÓNICA: (Se acerca le ponte un manto en el rostro como secando su sangre) “Mi señor, mi señor, no mereces tales
castigos”
SOLDADO 4: “Apártate mujer”.
NARRADOR: Jesús cayó por segunda vez
SOLDADO 5: “¿qué pasa?, levántate, ya casi llegamos”,
NARRADOR: le gritó uno de soldados, sin decir una sola palabra el Nazareno se puso en pie.
3 MUJERES: (Se acercaron llorando, una de ellas se posaba a sus pies) Señor, mi señor
JESÚS: Mujeres no lloren por mi, lloren más bien por sus hijos
SOLDADO 2: Apártense, apártense, apártense,
NARRADOR: y Jesús cayo por tercera vez y los verdugos nuevamente lo obligan a ponerse de pie y seguir con la cruz a
cuestas.
En el Calvario mientras algunos soldados plantaban las cruces de los dos ladrones que acompañarían a Jesús.
SOLDADO 4: (le rasgaba sus vestiduras)
SOLDADO 5: (lo echa al suelo para clavarlo en la cruz y coloca un cartel que decía Jesús Nazareno Rey de los Judíos)
GENTE: (lo insultaban y le movían la cabeza y le decían) “Tú que destruyes el templo y lo reconstruirás en tres días,
¡sálvate de tu suplicio y baja de la cruz!”
NARRADOR: Los maestros de la ley también se burlaban de Él diciéndole
SACERDOTES: “a salvado a muchos y no puede salvarse a sí mismo, ha puesto su confianza en Dios, entonces que Él
lo salve”.
LADRONM: “Si en verdad eres el Mesías, bájate y bájanos a nosotros y líbranos de este suplicio”
LADRONB: “Si eres el hijo de Dios, apiádate de nosotros”
JESÚS: “a ti te digo, que hoy mismo estarás conmigo en la presencia del Padre”.
MARIAS: (después de haber sido crucificado se acercaron, María madre de Cleofás, María de Magdala y María madre
de Jesús, quienes lloraban bajo la cruz)
JUAN (en todo momento estuvo cerca a María, Jesús con un gesto le pide que se acerque)
JESÚS: (mirando a María) Madre ahí está tu hijo, hijo ahí está tu madre (Juan toma a María llorosa y la levanta para
llevársela consigo)
NARRADOR: Desde el medio día hasta las tres de la tarde todo el país se cubrió de tinieblas. A eso de las tres de la
tarde dijo.
JESÚS: (Con fuerza) Elí Elí lama Sabactani,
NARRADOR: que significa Dios mío, Dios mío, porque me has abandonado
GENTE: “Está llamando a Elías”
JESÚS: “tengo sed” (soldado 5 tomo una esponja la unto con vinagre y se la puso en los labios para que pudiera beber)
JESÚS: “todo está consumado, Padre… en tus manos encomiendo mi Espíritu”
NARRADOR: pero nuevamente Jesús dio un fuerte grito y entrego su espíritu.
JESÚS: aaaaaahhhhh

REFLEXIÓN: “El Viacrucis es caminar con Cristo su recorrido de dolor hacia el sacrificio de la Cruz, y nosotros en este
año lo hemos llevado a cabo como una petición para generar la Paz, en el corazón, familiar y social, en este signo del
amor de Dios de morir por nosotros”
REFLEXION DEL VÍA CRUCIS

INICIO: Hoy vamos a recordar los momentos y sufrimientos vividos por Jesús desde que fue
hecho prisionero hasta su muerte en la cruz.

Vía crucis significa "camino de la cruz” que a continuación contemplaremos con amor y
agradecimiento por lo mucho que Jesús sufrió por salvarnos del pecado, para que vivamos con
libertad y no seamos esclavos de lo malo, de lo ajeno ni de lo mundano.

Apreciemos con atención el mensaje escenificado por nuestras compañeras de cuarto y quinto
de secundaria.

FINAL: El Vía Crucis, es caminar con Cristo, es acompañarlo en su dolor, Significa tener parte
con él, es experimentar en el Espíritu Santo el amor que esconde la Cruz, es que cada uno pida
por la paz, por un corazón sincero, para que así podamos vivir en el amor de Dios.

Hagamos silencio para agradecerle a Dios su infinito amor.

Señor Pequé… Respondemos Ten Piedad y Misericordia de Mí

Oremos:
Señor Jesucristo, colma nuestros corazones con la luz de tu Espíritu Santo,
para que, siguiéndote en tu último camino,
sepamos cuál es el precio de nuestra redención
y seamos dignos de participar en los frutos de tu pasión, muerte y resurrección.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. [Juan Pablo II]

Tomados de la mano y juntos digamos la oración que nuestro Padre nos ha enseñado.

Padre Nuestro
Ave María
Gloria…

No podemos irnos tristes Porque Jesús vino para traer la felicidad eterna y a darnos vida y vida
en abundancia
Y también sabemos que este domingo de Pascua Jesucristo vencerá la muerte y resucitará.
PRIMERA ESTACIÓN JESÚS CONDENADO A MUERTE

Te adoramos señor y te bendecimos… porque con tu santa cruz redimiste al mundo

Con las manos atadas como un criminal Jesús que es inocente, está ante el infame juez que pronuncia la sentencia.
Jesús, fuente de vida es condenado a muerte. El hijo de Dios, juez supremo de vivos y muertos escucha su condena
de labios del hombre pecador. Ante tamaña monstruosidad tiemblan los cielos y se estremece la tierra…
Y ¿Es posible que el alma cristiana permanezca indiferente? ¿Qué hacer por un Dios que muere por nuestro amor?
¿Cómo le podemos pagar un amor tan grande y excesivo? ¡Nuestra ingratitud es la sentencia con que cada día le
condenamos de nuevo a muerte!

Señor pequé… ten piedad y misericordia de mí.

SEGUNDA ESTACIÓN JESÚS SALE CON LA CRUZ A CUESTAS

Te adoramos señor y te bendecimos… porque con tu santa cruz redimiste al mundo

Sobre las espaldas llagadas, sobre aquellos hombros doloridos y rasgados colocan sin compasión el madero de la
cruz.
Imagínate, ver a Jesucristo andar por la vía dolorosa cómo va la oveja al matadero; así es conducido a la muerte
nuestro redentor, ha perdido tanta sangre en los anteriores tormentos y está tan acabado, que sus fuerzas apenas
le permite tenerse en pie.
Mírale cubierto de heridas, con la corona de espinas sobre la cabeza, con el pesado madero sobre los hombros
llagados, y con un verdugo que le tira de una cuerda atada al cuello.
¡Oh Jesús mío! En esa cruz están todos mis pecados, y ellos son los que te lastiman y hieren.

Señor pequé… ten piedad y misericordia de mí.

TERCERA ESTACIÓN JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ

Te adoramos señor y te bendecimos… porque con tu santa cruz redimiste al mundo

Jesús rendido por el cansancio y los terribles dolores que el peso de la cruz le causa en las heridas del hombro y
espalda, apenas puede andar. El verdugo le tira de la soga que lleva en el cuello, tropieza, pierde el equilibrio y el
salvador del mundo cae al suelo.
¡Oh alma mía! Contempla sobre el polvo a tu redentor y reconoce que son tus pecados los únicos culpables de
haberlo reducido a ese estado. Aquel que sostiene con un solo dedo toda la máquina del mundo, míralo
arrastrándose por el suelo, como si fuera un inmundo gusano.

Señor pequé… ten piedad y misericordia de mí.

CUARTA ESTACIÓN JESÚS SE ENCUENTRA CON SU MADRE

Te adoramos señor y te bendecimos… porque con tu santa cruz redimiste al mundo

La Virgen santísima sabía por las escrituras la clase de muerte que había de sufrir su Hijo, y ese conocimiento fue
la espada del dolor que le predijo el profeta Simeón, espada que llevó clavada en el corazón durante toda su vida.
Pero en aquel momento en que oyó que los jueces lo habían condenado y lo llevaban a crucificar al calvario ¡Quien
podrá expresar lo que sintió en su corazón! ¿Y quién será capaz de comprender lo que sintió en lo más profundo
del alma cuando instantes después lo encuentra bajo la cruz en el camino del calvario? ¡Oh Virgen dulcísima! ¡Oh
virgen María mis pecados son los culpables de tu dolor. Me pesa haberte causado tanto sufrimiento!

Señor pequé… ten piedad y misericordia de mí.

QUINTA ESTACIÓN SIMÓN CIRINEO AYUDA A LLEVAR LA CRUZ A JESÚS


Te adoramos señor y te bendecimos… porque con tu santa cruz redimiste al mundo

A Jesús le habían condenado a que llevase Él mismo la cruz, pero a mitad del camino le ven tan exhausto, que los
soldados creen que si no le ayudan a llevarla se les morirá en el camino. Entre los espectadores ven a Simón el
Cirineo que venía de los trabajos del campo y le obligan a cargar con la cruz, no le ayudan por compasión sino por
el ansia que tenían de verle crucificado.
¡Oh Simón Cirineo que invídia me das! ¡Cómo quisiera haberme hallado en tu lugar!
¡Oh Jesús mío! Ponme sobre los hombros la cruz que tú quieras, y fuérzame como al Cirineo, con tal que llegue a
abrazar la cruz voluntariamente y a llevarla con gusto por tu amor.

Señor pequé… ten piedad y misericordia de mí.

SEXTA ESTACIÓN LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS

Te adoramos señor y te bendecimos… porque con tu santa cruz redimiste al mundo

Jesús cargado con la cruz no puede impedir que le roce la corona de espinas y que está le cause terribles dolores
en la cabeza. La sangre le corre por el rostro y hasta se le mete en los ojos. Al mismo tiempo el sudor y el polvo del
camino, le han puesto a tal punto que da compasión. Es tradición que una valiente mujer llamada Verónica viéndole
en aquel estado se conmovió y acercándose con valentía limpio el rostro del salvador.
Jesús le devolvió el favor imprimiendo en él su imagen.
¡Oh Jesús mío amor de mi alma! ¿No eres tú la hermosura de los cielos? Como te han afeado tanto mis pecados
que se estremece mi alma al contemplarte

Señor pequé… ten piedad y misericordia de mí.

SEPTIMA ESTACIÓN JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ

Te adoramos señor y te bendecimos… porque con tu santa cruz redimiste al mundo

Jesús está tan debilitado que apenas puede tenerse en pie. Los sayones se mofan de Él y le insultan para que
camine; pero Jesús extenuado tropieza y cae por segunda vez entre las risotadas y burlas de los judíos y
soldados…al caer en tierra la cruz roza fuertemente sobre la corona de espinas, causándole indecibles dolores…
¡Oh Jesús mío! ¿Eres tú omnipotente? ¿Quién te ha reducido a este estado? Ya lo entiendo ¡Jesús mío! Ya lo
entiendo. El excesivo amor que me tienes es el que te ha llevado a ese estado. Pues si todo un Dios me ama de
esa manera ¿Qué debiera hacer yo para corresponder a su amor?

Señor pequé… ten piedad y misericordia de mí.

OCTAVA ESTACIÓN JESÚS CONSUELA A UNAS MUJERES

Te adoramos Señor, y te bendecimos. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.


Nos dice San Lucas que seguían a Jesús una gran muchedumbre de pueblo y de mujeres que se golpeaban el
pecho y lloraban. Volviéndose hacia ellas Jesús les dijo “Hijas de Jerusalén, no lloren por mí. Lloren más bien por
ustedes y por sus hijos…” Las mujeres lloraban…
¡Oh Jesús mío! Que corazón más duro que las piedras, que no se conmoviera y llorara si te viera en aquel lamentable
estado.

Señor pequé… ten piedad y misericordia de mí.

NOVENA ESTACIÓN JESÚS CAE EN TIERRA POR TERCERA VEZ


Te adoramos señor y te bendecimos… porque con tu santa cruz redimiste al mundo

Cuando ya faltaban pocos metros para el lugar de la crucifixión, Jesús está tan fatigado que ya no puede más. Los
soldados que están ansiosos de verlo cuanto antes colgado de la cruz, le insultan, le empujan y le llenan de
improperios para que camine, pero el señor, exhausto y desfallecido cae por tercera vez.
Los malvados en vez de compadecerse de Él, le insultan y entre risas, burlas y blasfemias le obligan a levantarse y
a caminar hasta llegar al lugar de la muerte.
¡Oh Jesús amor de mi alma, cuanto sufrimiento… por culpa mía!

Señor pequé… ten piedad y misericordia de mí.

DECIMA ESTACIÓN JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS

Te adoramos señor y te bendecimos… porque con tu santa cruz redimiste al mundo

Habiendo llegado al lugar de la crucifixión el jefe de los soldados ordena que le desnuden. Pero para desnudarlo
antes tienen que quitarle la corona de espinas que le arrancaron sin compasión, luego tratan de quitarle las
vestiduras, pero estas estaban pegadas a las heridas que le cubrían casi todo el cuerpo. Los verdugos se las
arrancaron sin la menor piedad y sin la más mínima delicadeza
¿Quién podrá calcular el dolor que sintiera el Señor al arrancarle la ropa pegada a las heridas? Jesús envuelto en
un mar de sufrimientos, manando sangre por todo el cuerpo, desnudo a la vergüenza del pueblo no puede tenerse
en pie.
¡Oh virgen santísima! ¿Qué sentiste en el alma al ver a tu hijo sufriendo de esta manera?

Señor pequé… ten piedad y misericordia de mí.

DECIMO PRIMERA ESTACIÓN JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ

Te adoramos señor y te bendecimos… porque con tu santa cruz redimiste al mundo

Ha llegado el momento supremo. Jesús es tendido en la cruz y aquellas fieras, más que hombres que le rodean, a
traviesan sus manos y sus pies con gruesos clavos que taladran sus carnes produciéndole un inmenso dolor.
Considera alma mía el dolor que sufriría Jesús con semejante tormento. Si una picadura de alfiler nos duele tanto
¡Cuánto sufriría Jesús, que no con alfileres, sino con gruesos clavos atraviesan manos y pies, miembros llenos de
nervios, músculos y venas, que son los más sensibles al dolor!
Señor… ¿Cómo es posible que me ames tanto habiendo sido yo tan malo contigo?

Señor pequé… ten piedad y misericordia de mí.

DÉCIMO SEGUNDA ESTACIÓN JESÚS MUERE EN LA CRUZ

Te adoramos señor y te bendecimos… porque con tu santa cruz redimiste al mundo

Jesús Rey del universo, sin más símbolo de su poder que una corona de espinas, desnudo, chorreando sangre, con
las manos abiertas como queriendo abrazar al mundo entero, sin más apoyo que tres clavos donde descansa el
peso del cuerpo haciendo insoportable el dolor de las heridas, pasa tres horas interminables sufriendo indecibles
tormentos.
Jesús expira…tiembla la tierra, se oscurece el sol, se parten las piedras, los muertos resucitan, sólo el hombre,
más insensible que la naturaleza permanece indiferente ante la muerte del creador.
¡Oh Jesús mío! ¿Cómo no tiemblo yo y no se me parte el alma, sabiendo que yo soy el culpable de haberte quitado
la vida? Con la muerte de Jesús tiembla y se estremece el universo entero.

Señor pequé… ten piedad y misericordia de mí.

DÉCIMO TERCERA ESTACIÓN JESÚS MUERTO EN LOS BRAZOS DE SU MADRE


Te adoramos señor y te bendecimos… porque con tu santa cruz redimiste al mundo

José de Arimatea y Nicodemo le bajaron de la cruz y le pusieron delicadamente en los brazos de su madre… la
Virgen lo abraza y lo besa con indecible ternura y amor. No odia a los judíos que lo mataron. Ella sabe muy bien
que no fueron ellos los que le quitaron la vida, pues recordaba las palabras de Jesús “Yo doy mi vida, nadie me la
quita, sino que yo mismo la doy de mi propia voluntad…”
A Jesús nadie lo hubiera matado si Él no hubiera querido; su muerte fue voluntaria, por amor y la Virgen lo sabía.
¡Oh Señora mía, oh madre mía! Si Jesús ha dado su vida por mí, ¿No será justo que yo le entregue toda mi vida a
Él? Ayúdame Virgen María, a corresponder a su amor, agradarle y serle fiel.

Señor pequé… ten piedad y misericordia de mí.

DECIMO CUARTA ESTACIÓN JESÚS ES SEPULTADO

Te adoramos señor y te bendecimos… porque con tu santa cruz redimiste al mundo

José de Arimatea regala a Jesús su sepultura. La Virgen le da el último adiós y deja que lo sepulten. Las mujeres
corren a comprar aromas. Juan obediente a Jesús lleva a la Virgen a su casa. Pero María aquella noche no
duerme… La Santísima Virgen es nuestra corredentora porque sabiendo que su Hijo entregaba voluntariamente su
vida, ella deja que la entregue. Y aunque eso le cause inmensos sufrimientos, también lo acepta y uniendo sus
sufrimientos a los de su hijo, todo lo ofrece al Padre para la gloria de Dios y por nuestro bien.
¡Oh Virgen santísima corredentora nuestra, como aceptar que tu hijo ofreciera su vida por mí!

Señor pequé… ten piedad y misericordia de mí.

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