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ACTIVIDADES
EL PAPEL HISTORICO DE
POLITICA
CULTURAL
religiosidad
arte
5. En los grandes temas y estructuras generales de la historia bizantina
pueden percibirse, elementos de vitalidad desempeño un papel decisivo,
ante la magnitud étnica y religiosa del Estado bizantino, la estructura de su
sistema político. El Imperio nunca se vio libre de las luchas defensivas
libradas en el este y en los Balcanes. la guerra y la religión influyeron de
forma múltiple en su desarrollo interno.
Las exigencias imperiales de Bizancio estaban por encima de las
posibilidades y fuerzas del Estado, actuando por ello a la larga como factor
de su decadencia. Bizancio se sentía protector de una tradición política
para la que, a imitación de la idea oriental del imperio universal, la
soberanía era en el fondo única e indivisible. El Imperio y a la soberanía del
emperador estaban considerados como finalidad de un plan divino en este
mundo. En el Imperio cristiano, como parte necesaria de la historia
escatológica, el Imperio romano y el pueblo de Dios se habían convertido
en una sola comunidad. El Estado no pretendía afirmar tan solo su
soberanía; su tarea era, proteger y propagar la verdadera fe.
La teoría helenística concebía ya la soberanía absoluta del monarca con
imitatio Dei, y al estado justamente organizado como reflejo del cosmos.
Esta fundamentación filosófica del absolutismo, junto con la interpretación
del soberano como mandatario del poder supremo, fue adoptada por el
cristianismo y adicionalmente fundamentada en la concepción del Antiguo
Testamento sobre la elección divina del rey. La estructura política se
entendía como reflejo del reino celestial: del mismo modo que existía un
solo Dios, únicamente podía existir un solo emperador, una sola autoridad
central decisiva.
Las estructuras políticas de la sociedad bizantina temprana procedían al
igual que sus formas sociales y bases económicas, del Imperio romano-
cristiano. El Estado tardoromano de Dioclesano y Constantino fue
concebido como el cumplimiento de un plan escatológico, y esta solución,
claramente condicionada a unos problemas políticos y sociales, se convirtió
en norma intemporal, en forma de gobierno metafísicamente legalizada.
El concepto del poder ejercido en virtud de la justicia divina confirió a la
autoridad imperial una legitimidad transcendente, que librada al Estado de
la arbitrariedad del ejercito. En principio, la monarquía bizantina fue una
monarquía electiva, en la que cualquier persona podía llegar a ocupar el
trono independientemente de su origen y formación. En la entronización de
un nuevo emperador procedían de acuerdo el ejercito, el senado y el
pueblo de Constantinopla; de hecho, la elección decisiva se hacia la
mayoría de las veces por el ejército, y con menos frecuencia por
funcionarios civiles influyentes.
Por otra parte, la teoría bizantina sobre el poder no respondía a la de una
simple monarquía electiva terrenal: el emperador era elegido al mismo
tiempo por Dios. La proclamación requería la confirmación canónica a
través de una serie de ritos en la coronación. Esta confirmación religiosa
del vicario de Dios tenía tanta importancia que, en algunos casos, se
compraba a cambio de promesas político-religiosa. Además, la concepción
original de la elección de emperador permitía que en este sistema,
rigurosamente absolutista, quedaran legitimadas la revuelta y la destitución
del soberano, al proclamar conjuntamente el ejército, el senado y el pueblo
a un nuevo emperador para reemplazar al antiguo soberano
“incompetente”.
El control sobre un aparato administrativo amplio y rigurosamente
centralizado, unido al poder sobre el ejército, garantizaba por regla general
la imposición de la voluntad imperial. El intento de crear un sistema político
centralizado encontró, como en otras situaciones históricas similares, la
oposición de determinados grupos políticos y sociales. El rival más
poderoso del poder imperial era la numerosa aristocracia latifundista; la
seguridad del poder imperial descansaba en la conservación de un
delicado equilibrio entre esta clase social y el aparato administrativo. Como
poder que limitaban el poder imperial actuaban el ejército y la Iglesia, con
su capacidad de influencia sobre las masas. La administración bizantina
fue en muchos aspectos una institución muy notable: extremadamente
costosa, proverbialmente corrupta, reaccionario en su espíritu y métodos,
como toda burocracia, y, sin embargo, la organización admistrativa mas
eficaz durante una serie de siglos en el mundo europeo u en el del próximo
Oriente.
Otros dos factores, que desempeñaron un papel decisivo en la
supervivencia bizantina fueron la diplomacia y las fuerzas armadas. La
política exterior bizantina siguió desarrollando las acreditadas tradiciones
romanas. Estas contribuyeron decisivamente a la ampliación del área de
influencia bizantina y al mantenimiento de su prestigio internacional. Tanto
la administración como la diplomacia y las fuerzas armadas requerían una
economía desarrollada y una administración hacendística eficaz.
Durante mucho tiempo en Occidente la vida social y cultural se limito cada
vez más al ámbito del latifundio y de los monasterios, mientras que una
pequeña capa de aristocracia rural se contraponía a la masa de la
población que trabajaba en calidad de campesinos semilibres. En Bizancio,
sin embargo, la base del desarrollo siguió siendo una relación diferenciada
que tendía hacia un sistema social equilibrado entre la ciudad y campo,
entre latifundio y campesinado libre. El enfrentamiento entre latifundio y
campesinado libre no era un simple problema económico y social, sino un
problema interno y político-financiero de primer orden. La nobleza
latifundista no solo era una fuerza económica. Con sus intereses
particulares descentralizados ponía en peligro la ejecución de las
decisiones políticas del poder central y la disponibilidad que las provincias
y sus ingresos podía tener este poder. El campesinado libre debió su larga
supervivencia exclusivamente al interés del Estado.
6. La decisión de Constantino de reconocer al cristianismo como religión
legitima en el Imperio romano tuvo extraordinaria trascendencia en el
mundo histórico. La Iglesia se convirtió en portador de poder social junto
con el emperador el ejército y la administración; al mismo tiempo se
transformaron de forma duradera tanto sus estructuras institucionales como
sus funciones sociales. En Bizancio subsistieron aquellas formas de vida
individual y social que resultaron de la fusión del sistema político
absolutista y la revolución espiritual de la nueva fe. Constantino creó un
instrumento eclesiástico-político de la mayor importancia. Los obispos y los
patriarcas, si bien poseían autoridad doctrinal carecían sin embargo de
poder; aun tenía validez la igualdad jerárquica de todos los obispos como
guardianes de la transmisión de la fe. Con el Concilio de Nicea (325) nació
una institución general para todo el Imperio: el sínodo general o Concilio
ecuménico: reunión de todos los obispos cristianos para deliberar y decidir
sobre problemas litúrgicos, dogmaticos y jerárquicos.
La cultura bizantina fue, en muchos aspectos, tradicional: el problema de
la tradición y de la asimilación desempeño aquí un papel importante como
en el ámbito político-social. Pero no fue nunca, como los propios bizantinos
pretendieron un y otra vez, una simple continuación de la pintura, la
literatura y el arte clásico griego. Indudablemente, en los “renacimientos”
de la cultura bizantina se manifiesta la influencia, aun viva, de los modelos
griegos, así como su reverso: preciosismo, formalismo exagerado e
imitación convencional. El cristianismo y formación helenística, la tradición
espiritual de los griegos siguió constituyendo la base de la cultura
bizantina, tradición no interpretada, sino directamente transmitida.
7.
- Desde Constantino el Grande hasta la
caída de Constantinopla en el año
1453, resulta indiscutible;
- Fenómeno histórico, en el que se
fundieron tradiciones romanas y otras
fuerzas diferentes y nuevas;
- El final de dicha historia está
claramente determinado, por la caída
de Constantinopla en el año 1453;
- Se ha intentado fijar el comienzo de su
historia con el reinado de Constantino I
y el final con el de Constantino XI,
- CUATRO POSICIONES
- gobierno de Constantino; se funda
Constantinopla como capital del
Imperio, y se inician transformaciones
con el reconocimiento del cristianismo
y grandes reformas políticas;
EL IMPERIO BIZANTINO - emperadores iconoclastas, en el
año 717 como repuesta a la amenaza
PROBLEMA DE islámica en el siglo VII;
PERIODICIDAD
- en el 395, reconoce al cristianismo
como única religión oficial;
-reinado de Justiniano; intenta
unificar el Imperio romano.