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La Pareja

Introducción

Queridos devotos y devotas. Srila Sridhar Maharaj ha dicho que los Vedas siempre nos
entusiasman y que hay miles de versos para apoyar a los brahmacaris, a los grhasthas,
a vanaprasthas y sannyasis. Basado en esta premisa escribí este diálogo entre el esposo
y la esposa. También Srila Sridhar Maharaj dice que Srila Bhaktivinoda Thakur se
centró más en una guía para los grhasthas, por decirlo así, y que el espíritu de Srila
Prabhupad Bhaktisiddhanta iba más dirigido hacia el brahmacari y sannyas asram.

Por lo general se ha visto como una caída cuando una pareja se casa, pero no debería
ser considerado así, ya que simplemente están pasando a otro asram, y un asram es un
lugar espiritual, protegido y bendecido por el Señor Supremo.

Una vez Gurudeva Paramadvaiti dijo que para que un devoto se case tiene que haber
sido un buen brahmachari porque él no pensaba dar una de sus hijas a alguien
irresponsable.

Srila Prabhupad también dice que hay dos tipos de brahmacharis, el pratikurvan-
brahmachari y el naistika-brahmachari. El primero de ellos es el que piensa casarse en
un futuro. Kardama Muni fue uno de ellos y en ningún momento en el Srimad
Bhagavatam es considerado un caído por haberse casado, muy por el contrario, la
misma Suprema Personalidad de Dios nació como su hijo.

Si pensamos que casarse es una caída, justamente estamos abriendo las puertas a esa
posibilidad, estamos permitiendo que así sea. Pero no, casarse es seguir siendo
brahmacharis en pareja, porque la vida sexual no puede ser el centro en la vida
matrimonial, y porque la fidelidad y la monogamia es también considerada una
plataforma de brahmacharya.

Srila Prabhupada, estando muy feliz y orgulloso de sus discípulos grhasthas que habían
seguido predicando, se refería a ellos como sus 'paramahamsa-grhasthas'. De este
modo, esta es la línea que toda pareja de buenos grhasthas debe seguir, por muy cuesta
arriba que esto pueda ser. Muchos grhasthas en nuestra familia han seguido
predicando y han abierto centros de prédica y templos, y eso por cierto nos pone a
todos muy felices.

También considerar el matrimonio como una caída lo considero una contaminación


mayavadi porque el mismo Srimad Bhagvatam nos da ejemplos de matrimonios donde
ambos alcanzaron la perfección.

Por supuesto que el paso a este nuevo asram debe ser hecho con todas las bendiciones
de guru y vaisnavas, debe hacerse con el máximo cuidado y pureza, y con el único fin
de seguir sirviendo con Sri Krsna en el centro.

En realidad, el brahmachari y la brahmacharini que se casan deberían ver esto como


un paso hacia adelante, donde van a demostrar y ver lo que en el asram anterior han
aprendido. Debe ser un estado más maduro. Van a pasar a ser gurus, los guardianes de
la pureza de la familia y de la sociedad. Por ello el grhastha no puede ser una persona
común, que vuelve a reunirse con sus viejos amigos y familiares mundanos olvidando
todo su dedicado y extático servicio a Sri Guru, Krsna y vaisnavas.

He quedado alarmado al ver tanto divorcio en las familias de los devotos y esta es una
de las razones principales que me ha motivado a presentar este escrito.

Es verdad que en las escrituras se habla bastante de desapego, porque justamente en


la antigüedad había mucho amor en la familia y uno podía llegar incluso a olvidar a
Dios. Pero hoy en día prima más bien el desamor. Prima una sed insaciable de disfrute,
de perseguir fuertes emociones y placeres sensuales, prácticamente antes que se les
pase la juventud o la vida, y en ese loco frenesí olvidan el deber hacia los hijos, hacia la
sociedad y hacia el Supremo.

Por ello es muy importante entender bien a qué tipo de apego se refieren las escrituras,
porque es un hecho que no se podría obtener el verdadero objetivo supremo del
matrimonio si no hubiese amor en la pareja. Porque la Verdad esencial en última
instancia pertenece al mundo del amor, y sólo se accede a ella, ya sea a través del amor
espiritual entre el guru y el discípulo, o por el amor espiritual entre esposo y esposa o
de padres a hijos, etc.

Es un hecho que uno se casa con quien siente alguna atracción, y si esta unión está
siendo bendecida por los vaisnavas, debe ser vista como algo superior, es algo que se
debe espiritualizar y divinizar mediante la práctica apropiada. Si estamos
acercándonos al mundo del alma es un hecho que el amor es lo que más debe
prevalecer, entre todos, incluso hacia los enemigos, ¡qué decir de los demás!

Una buena pareja de grhasthas terminarán siendo guru y guruma. Algo muy bello. Algo
natural en el corazón de todos quienes los aprecien. Esa es la idea del Veda. Todo en él
es para nuestra elevación. En los tiempos védicos era condición estar casado para ser
guru.

De esta manera, cuando las escrituras nos previenen en contra del apego, debemos
entender como apego ese sentimiento que nos aleja de Dios. Srila Prabhupad y Srila
Sridhar Maharaj nos dicen que cuando el sentimiento está en armonía con lo absoluto,
no hay problema alguno, pero, en el caso que debamos decidir entre lo relativo y lo
absoluto, ahí deberemos dejar lo relativo y tomar lo absoluto.

Srila Prabhupad mismo fue un ejemplo de gran perseverancia en su vida familiar, y


varias veces dijo que nunca habría dejado a su esposa si lo hubiese acompañado en la
misión de su guru.

No tenemos la impresión de que Srila Prabhupad haya sido muy feliz en su


matrimonio, pero aun así, no dejó a su esposa sino hasta muy avanzada edad, y sólo
para cumplir un propósito superior. En muchos de sus comentarios él elogió el amor
de la antigua esposa Védica que dejaba su vida en la misma pira de su esposo al no
poder tolerar su separación. De esta manera, podemos apreciar lo inconcebible del
amor que se cultivaba en aquellas épocas.

El divorcio es algo muy lamentable, es un síntoma de gran decadencia, es dejar el


dharma, es como dejar a Krsna mismo. Porque, como bien dicen algunas agrupaciones
cristianas, "lo que Dios unió, no lo separe el hombre". El matrimonio es para crecer, es
un gran trabajo para personas cultas, espirituales y maduras. No se puede jugar con el
espíritu de los niños ni se puede desmoronar uno mismo ni la base de la sociedad.

Justamente por no ver el matrimonio como algo muy espiritual y divino, por quitarle
su posición tan esencial, lo vemos como algo chabacano que en cualquier momento se
puede dejar.

Esto no es así. No se puede dejar. Porque mantener la unión ha sido vuestra palabra,
pero también ha sido vuestra palabra el no fallar. Por ello el matrimonio nos exige una
muy elevada fidelidad y pureza, un gran respeto, y te vuelve un guru inmediato de tus
hijos y de la sociedad, y un formador de dinastías. No olviden esto, que las almas de
vuestros ancestros está ahora en vuestras manos y que de ustedes depende su elevación
o degradación.

Así es. Así cómo tú te puedes elevar o degradar, así también puedes elevar o degradar
a tu descendencia y a tus ancestros. El hombre actual se destruye y con ello destruye
también su medio ambiente. Del mismo modo podemos volveremos destructores de
nuestra familia y de las venideras.

Si ya te has divorciado, algo tan común en la sociedad actual, te recomiendo que pidas
perdón desde lo más hondo de tu corazón, y ora para no volver a fallar, y por favor no
olvides que es un gran gran trabajo cultivar y mantener el amor.

Si ya te has divorciado haz un esfuerzo grande por suprimir todo rencor y porque los
hijos sufran lo menos posible. No los hagas participar de malos sentimientos porque
todo eso se volverá en contra de ti.

Por otro lado, todo se puede sanar y corregir, pero para ello es fundamental reconocer
nuestros errores. Los que se divorcian pasan por un gran dolor, sin duda que no es
nada fácil, pero que todo nos sirva de aprendizaje para una vida superior.

En definitiva, no temas amar mucho, a tu esposa o esposo, a tus hijos e hijas, a los
amigos, familiares, a plantas, montañas y animales, pero ámalos a todos manteniendo
siempre en la cúspide el amor por Dios, e inspíralos a todos para que Lo amen más y
más a Él. Este es un nivel de madhyam-adhikari , en el cual nuestro amor se extiende
hacia todas las entidades, como Sri Krsna mismo dice que el devoto debe ser suhrdam
sarva-bhutanam, amigo de todas las entidades vivientes, y Mahaprabhu dice en Su
sloka esencial, 'amanina manadena', aprecia a los demás aun si ellos no lo hacen
contigo, no seas insensible o indiferente como lo son ellos.

Más de uno podrá considerar que el lenguaje usado en este texto es demasiado meloso,
pero la idea es estimular un amor fiel, espiritual y sano entre la pareja. En los versos
del Srimad Bhagavatam vemos al Señor Siva dirigiéndose a su esposa como devi o
diosa, o como varanana, la del hermoso rostro. Kasyapa también trata con mucho amor
a su esposa Diti y después le habla de un modo severo para corregirla, pero nunca deja
de preocuparse por el bien de su espíritu.

En el Srimad Bhagavatam encontramos muchas muestras de cómo debe ser el trato


maduro y respetuoso en la pareja, como en el caso de Pururava y Urvasi, donde ella le
habla con mucha sabiduría, a pesar de estar dejando a Pururava en ese momento.
También en la historia de Yayati encontramos una muy bella muestra de liberación en
la pareja, y qué decir del caso de Kardama Muni y Devahuti. Sri Krsna mismo nos ha
mostrado que es capaz de dejar a Sus amadas gopis o de corregir a Su muy amada
Rukminidevi si alguna mancha aparece en el corazón. De esta manera nos muestra
que en el verdadero amor prevalece la preocupación por el bien absoluto, mientras que
en el simple apego uno se limita a disfrutar de los sentimientos de la persona querida.

Las expresiones de amor no deberían evitarse en la pareja, pero nunca nunca debería
uno olvidar que verdadero amor es llevar a los seres queridos donde Dios. A menudo
doy el ejemplo que cuando alguien quiere a una persona la invita a ir a un jardín o a la
playa, etc., a algún lugar donde va a estar feliz, por ello es natural que la persona más
inteligente, sincera y pura, quiera llevar a todo aquel que en verdad ama, al mundo
espiritual, al reino de Dios. No la querrá retener para su propio disfrute egoísta, como
es el caso del enamoramiento en este mundo, en el cual se atan más y más entre sí, en
lugar de avanzar ambos, y todos como familia, hacia la liberación.

Por supuesto no considero estar agotando el tema con este pequeño escrito y si Krsna
da Su gracia me permitirá en un futuro explayarme más. Este trabajo es como una
continuación del Loto Rojo, el cual está más dirigido a la madre que aún no se casó, y
en él no se trata mucho la relación entre esposos.

Como verán, he dejado fluir un poco mi espíritu en la intención de mostrar lo que Sri
Krsna espera de una pareja de devotos que se aman, que han consagrado sus vidas a
purificar sus corazones y a ingresar en el mundo del amor divino. He tratado de
expresar la visión de los Vedas en donde toda relación viene en última instancia del
Absoluto, y está destinada a cumplir el excelso plan del Amor Universal.

Así habló el esposo:


Querida mía, amada mía, me has sido confiada desde lo alto, desde lo más alto me has
sido dada, porque no quise buscarte en el mundo de los sentidos, porque quise
encontrar joya preciosa donde guardar mis sentimientos, porque necesité una
compañera en mi vida, porque quise formar núcleo de amor, porque quise llamar a la
vida.
Por ello, yo entiendo, yo quiero ver, yo quiero que me ayudes a ver que me has sido
confiada desde lo alto, que has venido del corazón del Supremo, para que hagamos
nuestro viaje, para que cumplamos con lo nuestro, para que nos casemos con lo divino,
para que nos ayudemos, para que nos complementemos, para que seamos mutuo
sostén, para que seamos como hermanos, para que seamos compañeros en la larga y
dura travesía de la vida, para que seamos fieles amigos.
No nos conocemos bien, pero me has sido dada, me has sido confiada, y yo he sido dado
a ti, he sido confiado a ti. De ti será lícito que me ames, que estés conmigo, que vivas
conmigo, que dejes tu familia y cambies tu vida por mí. Esto será lícito, es deseado
desde arriba, se ha orquestado en los cielos, son planes divinos para que nos elevemos.
Tú me vas a elevar con el bien de tus virtudes. Tú me volverás manso, amistoso, deseoso
de amor. Tú harás que yo sea más fino, limpio, ordenado. Tú me ayudarás, tú estarás
conmigo en los deberes de la vida. Tú cuidarás mi pureza, mi fidelidad, tú cuidarás la
pureza de la casa. Me llevarás al altar, haremos las ofrendas, cantaremos los himnos,
haremos cantos con nuestros niños, buscaremos las flores y nos serviremos encantados
lo ofrecido.

Esposa mía, yo quiero quererte, quiero tenerte conmigo, deseo tu compañía en el largo
camino de subida, quiero que el amor sea puro, que sea bendecido, que cumpla con el
universal plan divino. Quiero que nos unamos en el compromiso, que luchemos juntos,
que nos alcemos juntos, que seamos luz de ejemplo para los que también buscan
esperanza en lo que se nos ha pedido.

La unión, el matrimonio, es una gran tarea de crecimiento para ambos. Todo es para
crecer, y mientras más creces, más bello, tal como los árboles altos, como las grandes
montañas, como el vasto océano, o como crece la luna.

Debemos crecer entonces, esposa mía, en la armonía, en el amor, en la comprensión,


en la tolerancia, en el respeto, en la humildad, en la sabiduría, en la espiritualidad, en
la pureza del alma. Se nos confiarán las almas de los niños, de nuestros hijos y de otros
niños; seremos los padres de todos, de las plantas, de los animalitos, de los ancianos y
necesitados; sí, seremos los padres de quienes nos tiendan sus manos, a todos ellos
deberemos elevarlos, inspirarlos, llevarlos al mundo de la luz y del amor divino. Es una
bella tarea que sólo puede realizarse con el corazón puro, con voluntad firme y
decidida.

Debemos confiar mucho el uno en el otro. Debemos confiar mucho en el sabio y


encumbrado destino que hemos decidido, que nos han decidido. Hacia él debemos
mirar siempre, hacia allá debemos siempre dirigir nuestros pasos, para no
extraviarnos, para que nuestro tiempo en vano no se haya perdido.

Así respondió la buena esposa:


Sí, esposo mío, desde pequeña quise amar y ser amada, desde pequeña busqué el
abrazo de mi padre y quise también ser madre, como era la madre mía. He sido
confiada a ti, para que seas mi guardián y mi guía, mi guru, mi refugio, mi más amado
compañero y amigo. Estoy aquí para ser tu amiga, tu compañera, tu pilar, tu refugio,
tu apoyo...
Sí, yo seré tu comprensiva amiga, seré esa compañía que de tiempo esperas. Nací para
ser como la flor, para que el abejorro de tu sentir remanse en mi buen trato, que mi voz
sea trino en tus oídos, que mi alegre y solidaria sonrisa sea en la adversidad tu
sustancial consuelo y alivio, y que en los tiempos de bonanza sea tu fuente de alegría y
de invencible satisfacción y entusiasmo.

Sin duda, esposo mío, me has sido dado de lo alto porque vienes a mí con la bendición
de los gurus, porque nuestra unión ha sido santificada en el fuego de sacrificio, donde
el mismo Señor Visnu, el preservador Supremo, nos ha unido para siempre, ya que Él
añora la unión de todas las almas a los pies de Su servicio divino. Entonces, ¿por qué
no iba a desear la unión de mi alma con la tuya, para que sirvamos juntos, para que
amemos juntos, para que distribuyamos la luz del santo nombre juntos, para que
celebremos fiestas, para que distribuyamos prasadam, para que demos alivio, para que
enseñemos la pureza, la fuerza y la sabiduría del verdadero amor?

Ya de niña busqué en lo alto, porque quise ser fina, quise ser tímida, quise ser callada,
quise ser servicial y amable. Y contigo hallo que es lícito y bueno, cuando me miras con
amor, cuando me abrazas; hallo que es lícito y bueno, porque siento tu confianza y
agradecimiento, siento que nuestra relación se fortifica y que eso resguarda nuestra
pureza y la sólida felicidad de nuestros hijos.
¡Oh!, es tan importante esta misión nuestra. ¡Somos la base de la sociedad! Somos el
consejo para el que sufre, la esperanza del desamparado, nuestra casa es templo,
nuestro corazón son oídos, es amplia nuestra mesa, es firme nuestra disposición al
servicio.

Dios me ha hecho amarte, Dios ha hecho que me ames, para que nuestro hogar sea
espacio de mansedumbre y de amor, de refugio y regocijo, para que nuestra relación
sea sol de amor, sol que alumbra y que abriga, sol que revela el poder absoluto de ese
amor que el Supremo ha sembrado en nosotros, y que debe florecer para Su
satisfacción, para la nuestra y la de todos los seres.

Así dijo el buen esposo:


Amada esposa, que nuestra relación sea elevada, que sea pura, que sea santificada por
las escrituras y por el consejo de los vaisnavas. Que tengamos vida consagrada, que
seamos dedicados, que seamos fuertes, que demos ánimo, que demos apoyo, que
seamos faros...
Trata siempre de comprenderme, no dudes de mi amor, no dudes de mi anhelo de darte
lo más alto, no te enojes conmigo, perdona mi rudeza, corrígeme cuando estés dolida,
háblame en tu temor, en tu desconsuelo, dime lo que necesitas, no calles, no dudes,
dame tu confianza, exígeme cuanta cosa buena de mí precises. Exígeme pureza,
exígeme divino katha de Krsna...
No olvides que para mí la mayor muestra de amor es llevarte donde Krsna, lo siento
como mi deber, como mi única muestra de amor sincero en este sucio mundo lleno de
egoísmo, de lujuria y de deseos.

Querida esposa, mantén la casa ordenada y limpia, que luzca luminosa, que esté
brillante, decorada y sencilla. Cocina con alegría y amor, prepara con dichoso ánimo la
ofrenda. No olvides que dependemos de ti, porque tú eres el hogar, tú eres el calor, eres
lo grato, eres la belleza y la dulzura. Tú eres la sacerdotisa del hogar, eres la
representante de Laksmi, eres la guardiana del dharma. Tu posición es muy elevada.
Es excelsa. Si cumples con ella, siento que será invencible mi ánimo, siento que
seremos llevados a muy encumbradas esferas. Entre los dos somos como ambas
piernas... ¡Ayúdame entonces a seguir subiendo!

Es duro el trabajo. Es agotador y amenazante el mundo de los hombres. En esa casa


por ti arreglada espero al atardecer hallar mi descanso, recibir tu saludo, ver tu sonrisa,
probar lo ofrendado y así, sentirme el más bendecido por tu grácil compañía.

Y si no puedes ser sólo ama de casa, y si también tienes que salir a trabajar para
apoyarnos en el sustento, compartiremos entonces las tareas hogareñas, las de nuestro
templo, y ocuparemos con prontitud a nuestros hijos en lo mismo, para compartir
como hermosa familia el peso que se nos presente.

Respondió así la amada esposa:

Gracias mi amado esposo que tanto en mí confías. Has venido a buscar tu felicidad en
mí. En mí has venido a buscar compañía en este desolado mundo. Conmigo has querido
tener hijos, formar familia, armar un templo, seguir avanzando hacia lo divino. Quiero
ser tu mejor parte, quiero ser tu lado de consuelo y de alivio.
Sí, confiaré en ti, como el representante de Dios porque así mismo El lo ha dispuesto.
No te condenaré en tu error, trataré de comprenderte. No dejaré de amarte por tus
defectos, porque veré que los quieres corregir y que los aceptas. Pienso que es más
grande ese amor que no exige más perfección que el deseo mismo de perfeccionarse.
Sí, te hablaré en mi tribulación, te develaré mis temores, me apoyaré en ti porque serás
mi conforte. Pero ayúdame tú también porque la mente es traicionera e inestable, está
llena de insatisfacción y de incertidumbre. Pienso que sólo el gran amor puede vencer
a esta mente en su vehemencia. Tenme paciencia, dame tiempo, quiero seguirte
aunque a veces, quizá, mucho me cueste. Pero será también mi orgullo seguirte,
acompañarte en las exigencias, vivir en el fuego de la virtud, en el empeño por la
trascendencia.
Ayúdame a nunca olvidar el ideal, a nunca dejar la meta, que nada me desvíe. Tú sabes,
a nosotras las mujeres nos frena el encanto de casa e hijos, nos apresa la familia, que
sin dejar yo ese amor, nunca desista de acompañarte hacia el destino supremo.

Será mi placer y alegría guardar la casa, porque será nuestro templo, el espacio que
Madre Tierra nos ha reservado para que adoremos junto con ella.

Sí, relucirá limpio nuestro hogar, refulgente, como quisiéramos que nuestro corazón
luzca. Habrá en él siempre buena acogida. Será la visita un dios. Serán bienvenidos tus
familiares y amigos. No habrá espacio en él para la codicia, para la envidia ni el
egoísmo.
Entiendo que todo nos llega por gracia, por lo cual, sólo quiero adornarla con lo que
los sadhus den por bendecido. Que no exista vanidad, que no halla traza de orgullo,
que la decore la sencillez y el candor de nuestra generosidad y sonrisa.

Así dijo el buen esposo:

Hemos entrado en el grhastha-asram, como ves, es un asram, estamos protegidos si


seguimos la enseñanza divina, si no olvidamos la guía que nuestros gurus nos prodigan.
Como es un asram, estamos protegidos, pero no debemos dejar este refugio, debemos
cuidarnos de que nadie nos lo quite; por otro lado, debe ser también refugio para otros,
para nuestros hijos, para nuestros amigos, para toda visita, que todos encuentren aquí
un acercamiento a lo eterno, a lo real, a lo que es benigno, a lo que tanto nos ha servido
a nosotros mismos.
Que no termine aquí nuestra vida de brahmacharis, el avanzar en el espíritu, sigamos
con esos votos que nos dignifican, que nos templan, que nos limpian y corrigen.
Insistamos día a día. Que el sueño reparador nos dé nueva energía. Que nos vea al salir
el sol con nuestras marcas de tilak, que hayamos cantado, que hayamos leído, que
hayamos danzado, como fuimos instruidos.

Seguimos en un asram, seguimos bajo el amparo, para seguir avanzando, en la lucha


continua, en la que tenemos que amar a Dios y en la que debemos amarnos, y desde
ahí, desde esa luz y esa fuerza, desde ese ánimo y ese brío, debemos extender nuestro
amor incluso hacia los enemigos.

¿Cuántas veces nos tendremos que tolerar para aprender a tolerar? ¿Cuántas veces nos
tendremos que perdonar para aprender a perdonar? ¿Cuántas veces tendremos que
escucharnos para aprender a ser amplios y comprensivos? ¿Cuántas veces tendré que
ponerme en tu lugar? ¿Cuántas veces pediré tu paciencia y comprensión, y pediré que
me perdones?
A crecer hemos sido llamados. Hemos entrado en el gran trabajo del matrimonio,
donde debemos probar que la paciencia y el amor, que la sabiduría y la bondad, que la
lealtad a los votos, que la firmeza y la determinación, pueden vencer todos esos
obstáculos que bien se presentan para estrechar más los lazos.

Dijo así la buena esposa:

Sí, bendito sea este asram de grhastha, donde se me permitirá servirte y conocerte,
donde se me permitirá estar feliz a tu lado y quererte, donde podremos complacer
nuestros deseos, donde traeremos bellas almas a este mundo para que sean por
siempre bendecidas.
Bendito sea este asram, nada fácil, lleno de pruebas, de invitaciones y tentaciones,
donde se nos acerca más al mundo, donde nuestra comprensión y madurez serán
puestos a prueba. Pero como bien has dicho, es un refugio, es un asram ideado por el
mismo Supremo, porque El también ama este mundo que es como Su vientre, del que
debemos nacer como Sus amantes puros y eternos.
De este divino asram deben nacer las almas consagradas, esas bellas almas que ya antes
estuvieron en servicio, esas almas que ansioso espera el Señor en Su morada, o incluso
aquellas almas que se iniciarán en Su servicio, como sea Su deseo, pero que nosotros
seamos sólo fuente de bendición para quienes se encuentren en nuestro camino.

Sí, ¿cuántas veces tendremos que perdonarnos porque no dejarás de quererme por mis
fallas y errores? Serás mi apoyo, mi corrector, mi guru, mi luz indicadora, serás la dicha
de mi afortunada guía buena. De este modo, ¿cuántas veces tendremos que conversar,
tendremos que aclararnos, tendremos que volver a comprendernos? Si hemos sido
llamados a compartir nuestra vida juntos, a toda hora, ¡debe ser porque es arduo el
trabajo que nos espera! ¡Pero bienvenido sea! Porque, ¿a qué teme el amor sino sólo a
perderse? ¿Qué vicio no puede vencer el amor, qué leño no consume? Por ello nos
llamaron a encender este fuego, porque sólo bhakti, sólo el amor puro limpia el espejo
del corazón como Mahaprabhu lo ha pedido, y todo amor guiado por las palabras de
nuestros gurus, es también bhakti, porque bhakti es el despertar del amor por Dios y
por todos los seres. De este modo, devoción por el esposo devoto, o por la esposa
devota, es devoción por un Vaisnava o Vaisnavi, devoción ésta muy apreciada y
ensalzada por el mismo Supremo, porque nos ayudará a dejar la comodidad y el
egoísmo, y a ser más comprometidos entre nosotros y con quienes nos necesiten.

Por ello, querámonos, apoyémonos, formemos firme cerco ante la continua amenaza
de Kali. Seamos fieles, seamos leales, seamos invulnerables amigos. Conversemos,
descubramos nuestro corazón, hablemos de nuestros sentires, de nuestra incansable
preocupación por agradar a nuestros maestros y a Krsna mismo. Llevemos a cabo este
difícil pero honorable esfuerzo, que nos eleva, que nos enseña, que nos prepara para
un más puro amor y para una más elevada conciencia.

Muy complacido, dijo así el buen esposo:

Querida esposa, no olvides, siempre debemos estar fijos en sattva-guna. Ya Sri Krsna
nos advirtió que seremos asaltados por los estados de conciencia inferiores de rajas y
tamas. En rajas uno cae en las garras del deseo, de la insatisfacción, del mal carácter,
de la ira, uno se llena de ambición y de disgusto y maltrata a las demás personas,
incluso a sus seres más queridos. Por ello debemos cuidarnos mucho de no caer en esa
modalidad y qué decir de caer en la ignorancia o tamas, en la cual uno se llena de mal
agradecimiento, de angustia, de depresión y pesimismo. Tanto en la pasión como en la
ignorancia uno pierde el aprecio y el respeto, y uno utiliza palabras hirientes que dañan
la relación. Por ello, querida esposa, debemos mantenernos en sattva, quiero tratarte
con pleno respeto, como un alma especial que eres, un alma devota, que busca el
espíritu, que me ha sido confiada para mi bien. No debo olvidar que eres mi diosa
Laksmi, que de tu tranquilidad y felicidad depende nuestra buena fortuna.

En toda relación hay discusiones y éstas también pueden estar en la ignorancia, en la


pasión o en la bondad. Las discusiones en la ignorancia se limitan a las mentiras y el
insulto. En las discusiones en la pasión hay mucho orgullo y de una u otra manera se
busca ganar, buscar tener la razón con vehemencia, pero en la bondad ambas partes
toman una posición muy objetiva e imparcial, y sólo se busca lo que en realidad es más
beneficioso para ambos.

Cualquiera de nosotros podrá tener la razón, o tal vez se manifieste por ambos lados
en la medida que se dé la conversación. Pero, en todo caso, la modalidad de la bondad
es un principio de luz, es un principio de esa sabiduría sobre la cual siempre nos
debemos basar y bajo cuyo amparo debemos convivir.

Ante estas palabras la buena esposa dijo:

Así es mi amado esposo, el respeto y la veneración deben estar siempre presentes entre
nosotros, como almas que somos, deseosas del bien supremo, deseosas de bendecir y
de ser bendecidas, deseosas del mundo de la virtud y de la sabiduría, sedientas de lo
eterno.

Aspirando a esta bondad la casa estará siempre ordenada y limpia, lucirá siempre
luminosa, estará hermosamente decorada, con sencillez y buen gusto, siempre en ella
se escucharán las oraciones, el canto de mantras, las enseñanzas de nuestros
bienhechores, primará en ella el buen trato, no habrá nunca una mala palabra, no
habrá celo ni ira, habrá amistad y confianza.

Debemos siempre presentar nuestras preocupaciones, antes que se vuelvan muy


grandes ponerlas en conocimiento, porque toda adversidad es para aplicar la sabiduría,
es para memorar en mayor profundidad lo que hemos aprendido de nuestros gurus.

Será nuestro hogar un templo, con el embellecido altar en el centro, con Sri Krsna como
nuestro hijo más pequeño. Cocinaré para El, limpiaré para El, para El cantaré, sobre
El serán nuestras conversaciones y lecturas. Sattva, justamente, nos dará
determinación, disciplina y paciencia; sattva nos dará claridad, respeto y disciplina. En
ese ambiente se criarán nuestros hijos y serán atendidas las visitas y amigos. Sattva nos
hará añorar el más puro estado de la trascendencia, del amor divino.

Que nuestra puerta esté siempre abierta, que abunde la generosidad en nosotros, que
los alimentos sean puros y sanos, preparados con amor, adquiridos con amor, porque
sattva-guna rige todos los aspectos de la vida. Uno debe acostarse temprano, levantarse
temprano, bañarse, adorar, cantar y escuchar antes de probar cualquier bocado. Que
primero se nutra nuestro espíritu, que en la sabiduría y en lo correcto se fortalezca
nuestra conciencia.
El buen esposo dijo:

Con una esposa como tú, con tan buena asociada y compañera, sin duda cruzaré bien
el tormentoso mar de pasiones. Fuiste primero llamada por Krsna. Te entregaste
primero a nuestro guru. Has servido sus divinos pies por tantos años. Has practicado
la brahmacharya y has sido feliz compartiendo tu servicio con los vaisnavas. Tan
afortunado por ello me siento, de tenerte como mi compañera en esta vida, es tan difícil
encontrar un alma como la tuya, inclinada al servicio de Sri Guru y Sri Krsna. No me
canso de agradecer a Sri Krsna por esta buena fortuna.
Pero este mundo está lleno de peligros y en la vida de casado uno fácilmente puede
olvidar el verdadero objetivo que es alcanzar el amor puro por Krsna, la realización de
la Verdad, el amor por todos. Como venimos de Krsna y El es tan sabio y bello, así
también lo es tanto nuestra existencia como su fin.
Hacia Él, por ello, debemos avanzar unidos, unidos en el espíritu, unidos en el ideal
superior, la vida sexual no debe ser lo más importante para nosotros. Como dijo
Gurudeva Paramadvati, "no se debería hablar de sexo sino de fe-cundar". ¿Te das
cuenta qué hermoso, que nuestra unión sea para tener descendencia, y para que de ese
modo cunda la fe a través de nuestros hijos?
La práctica sexual nos rebaja al nivel del cuerpo y sólo incrementa las ansiedades y
pasiones, aumenta el deseo, los celos, la vanidad, la violencia y la envidia. Yo quiero
respetarte como madre que vas a ser, como madre que eres, como mi respetable y
buena esposa que me ha sido dada por Krsna, para que venzamos las pasiones del
cuerpo, para que despertemos los sentires del espíritu, de la trascendencia. Tú vas a
ser la pujari de la casa, la que asiste a Sri Radha en la cocina, la guardiana de la pureza,
la instructora y el amor de nuestros hijos, mi más respetable y fiel amiga, la que me
acompañará en los cantos y en las clases, la que vendrá conmigo para los distintos
servicios. Por ello debemos cuidarnos y evitar del todo esa fantasía sexual que engaña
a gran parte del mundo. Debemos respetarnos y ayudarnos a buscar esas satisfacciones
que ya han sido saboreadas por los sabios y santos genuinos.

Dijo así la buena esposa:

Tú sabes, querido esposo, como mujer que soy, es natural mi deseo de ser madre. Por
supuesto tengo también mis deseos y pasiones, los que espero superar con la ayuda
tuya, pero mi esperanza es librarme de todo ello porque he visto que eso no da
satisfacción alguna, más bien, sólo se mantiene viva la llama del deseo.
Todo ha sido creado con un propósito superior y sabemos que la vida sexual es para
procrear y que es en un plano superior donde uno debe procurar la verdadera
complacencia del ser, del espíritu, de lo que en realidad somos. Por ello tenemos que
ayudarnos a superar este deseo. A veces tú querrás acercarte a mí, a veces seré yo la
que te llame, y en ambos casos deberemos apoyarnos y ayudarnos, complacernos de
sana manera, con el fin de que un día nuestra relación sea más madura y pura, más
basada en la amistad de dos almas que buscan salir de este mundo, que buscan cortar
con el círculo del samsara. A esa altura de trato habremos alcanzado la perfección de
nuestro matrimonio, como Srila Prabhupada lo ha dicho.
Ya la fidelidad es un gran logro en este vano mundo, y es algo que debemos mantener
a cualquier precio. La fidelidad, la castidad, serán un buen fuego para mantener una
relación profunda, honesta y sincera. No has de buscar tener amigas, ni yo, tener
amigos, y deberemos cuidarnos de las personas insidiosas y envidiosas, que en estos
tiempos abundan más de lo que uno pensaría.
La fidelidad ha sido muy ensalzada en los Vedas, en especial se les glorifica por ella a
Sri Sita y Sri Rama. Como ves, Dios mismo ha venido a mostrar su elogiable grandeza,
porque, ¿cómo le vas a entregar tu vida y corazón a un engañador, a alguien que pide
todo de ti pero que no muestra nobleza?
Por esta razón al verdadero monógamo se le considera un brahmachari. Mantengamos
esta pureza, fortalezcamos nuestra voluntad y determinación, respetemos esta relación
que ha sido bendecida, que no la ensucie ni estropee la bajeza del mundo. Veamos toda
tentación como algo que debe ser repudiado y que al rechazarla incrementará nuestra
entereza. Será uno coronado con bienes superiores cada vez que no mostremos
flaqueza.
La lujuria es todo destructiva, y aunque en el matrimonio, con el fin de un día vencerla,
se le dé cierta licencia, siempre debe ser atendida con vigilancia, no sea que ese fuego
aumente y arrase con esos votos destinados a llevarnos a lo divino.
Sí, tú eres alma, yo soy alma, traeremos a otras almas al mundo, que sea pura nuestra
relación, y que por la gracia de nuestros adorables Señores, podamos conquistar las
pasiones y proseguir como amados amigos, a esa tan elevada y definitiva meta a la que
se nos destina.

Marido y mujer estuvieron de acuerdo en que los hijos deberían ser educados
principalmente mediante el buen ejemplo de los padres. Ellos deberían ver a sus padres
siempre unidos y felices en el servicio divino. "Ejemplo mejor que precepto".
Ellos, como padres, deberían confiar en las primeras semillas en el corazón de sus
pequeños sembradas, y deberían entregar siempre a Krsna sus preocupaciones.
Exponer más que imponer. Mostrarles siempre alegría, unión y afecto. Simpatía hacia
todos los seres, generosidad y servicialidad.
Concordaron en que los hijos deben ser ocupados en los servicios de la casa. No ser
criados como príncipes ociosos. Libres de la televisión y de las maquinitas de juegos
que destruyen la imaginación y el ejercicio.

Qué difícil misión la de ser padres. Cuánta adversidad la del mundo entero si en
realidad quieres darle algo superior a los hijos. Mi conclusión es que uno debe dar
siempre el mejor ejemplo y dejar el resultado a Krsna. No debemos desesperarnos por
nada.

Vemos que algunos devotos han tenido hijos muy fieles que han seguido los pasos de
sus padres de un modo muy bello, y hemos visto también lo contrario, hijos que han
tomado otro camino muy distinto. Yo digo que nada está garantizado porque Sri Krsna
es el dueño del resultado.

Si tus hijos no quieren acompañarte en el sendero espiritual como hubieses deseado,


Sri Krsna te enviará muchos otros espirituales, como Srila Prabhupada nos decía, y de
todos modos tus hijos han recibido un beneficio eterno porque en esta vida han sabido
de Sri Krsna.

Por ello, como dice Srila Bhaktivinoda Thakur en su Saranagati, "hoy dejo toda
preocupación y entrego todo a Ti". Debemos aprender este arte. Supe de una madre
que estaba muy alarmada por tener un hijo incontrolable, hasta tal punto que le oró al
Supremo y lo entregó a Él, y a partir de ese momento sintió paz y su hijo comenzó a
bien comportarse.
Sin duda Sri Krsna conoce muy bien las grandes ansiedades por las que pasan Sus
buenos devotos en el deseo de que sus hijos sean almas rendidas y puedan liberarse de
este mundo. Después de todo, es incluso el deber que todo padre y madre debe cumplir.
Pero nuestro deber consiste en sólo intentarlo. Intentarlo con toda fuerza y corazón. Si
no resulta, si no nos va bien, como dije antes, de todos modos ellos van a haber recibido
la plena misericordia de haber conocido a Krsna y Sus devotos, del darsan de las bellas
Deidades, el prasadam, el santo nombre, etc. Todo ello les será de beneficio eterno,
porque, como dice Sri Krsna, svalpam asya dharmasya..., ya un pequeño servicio que
uno haya hecho lo salvará del peligro mayor.

Debemos considerar que nuestros hijos ya han sido bendecidos por haberse criado
entre vaisnavas y haber conocido un guru. Estas son bendiciones muy grandes e
indestructibles, e irán incrementándose más y más, porque esa es la disposición que el
mismo Sri Krsna nos ha mostrado. Sri Krsna ha enviado esas almas para que
comiencen su camino de buenaventura y de suprema bendición.

También es un hecho sabido que en una etapa mayor de la vida uno vuelve a ser más
apreciativo de sus padres.

Así hablaron los padres a sus hijos:

Queridos hijos. Pequeños nuestros. Frutos de nuestra esperanza y amor. Los hemos
invitado a venir para que formemos seno de armonía y amor. Para que nuestro hogar
sea fuente de solaz, para que irradie luz. En vuestra alegría descansa nuestro trabajo y
nuestra paz. Cada vez que nació uno de ustedes, se despertó en nosotros un nuevo amor
inmenso. Un amor que quisiéramos por siempre mantener e incrementar. Son ustedes
nuestra vida y nuestra proyección, y así como los vemos a ustedes, con tanto
incontenible amor, así quisiéramos ver a todos los seres. De este modo ustedes nos
enseñan cuánto uno puede amar.
Que para ustedes también el amor sea lo principal. Ayúdennos a ayudar. Sigamos
unidos en la misión de nuestro guru. Sean hijos de él también. Unamos así la familia
en la perspectiva trascendental y divina.
Hemos tratado de cultivar la pureza y la sabiduría, con el fin de dejarles a vosotros esta
tan valiosa herencia. Para que formemos iluminada descendencia. Es nuestro hermoso
deber. Para que todo tenga su verdadero y encumbrado destino. Porque todo viene de
lo alto y todo es para que se alcen a esos paraísos.
Allá queremos llevarlos. Porque es lo mejor. Porque queremos vuestro absoluto bien.
Porque los amamos.
Cada herida que padecen, más la sentimos en nuestros cuerpos. ¡Cuánto quisiéramos
que fuese nuestra! ¡Cuánto quisiéramos evitarles todos los dolores, que nos escuchasen
con oídos abiertos!
Queridos hijos, amados retoños de vida, como les decimos, formemos virtuosa y
luminosa descendencia. Es nuestro deber, es nuestro amor por nuestros ancestros.
Para ello, sean siempre correctos. Nunca flojeen, nunca roben, nunca mientan, nunca
tomen ventaja del menos hábil, del más débil. No tengan esa gran debilidad vosotros.
Nunca abusen, nunca exploten. No busquen mejor tajada en este mundo. Estén
siempre satisfechos. Siempre agradecidos. Siempre sanos y felices. Sean ordenados en
su vida. Así podrán disfrutarla por muchos años de salud y de buena energía. Sean
limpios y sencillos, así tendrán salud y buenaventura. Así estarán satisfechos. Coman
sencillo. Busquen la naturaleza. Hagan ejercicio, respiren aire puro. Estén siempre con
devotos, apóyenlos en sus programas. Canten y dancen con ellos. Que sean ellos sus
amigos, que sean parte principal de la familia.
El día que se casen no se divorcien. Sean siempre fieles. Gente impecable. Sean
impecables.
Sé una buena damita siempre amada hija. Sé honorable caballerito amado hijo.
Siempre, siempre correctos. Aunque cueste. Aunque duela a veces. Aunque parezca que
habrá pérdida. Aunque se burle la gente. Aunque pierdan amigos y trabajo. ¡Es mejor
la noble pobreza! ¡Es mil veces mejor y más saludable que venderse a lo corrupto, la
tranquilidad de vuestro sano espíritu! Vivan en el heroísmo de lo simple, de lo sencillo,
de lo que nace de un corazón sincero, llenos de amor y de vocación por lo que hacen.
Sin temer la pobreza. Sin deponer sus valores. Si no temen el despojo, si aman la vida
armoniosa y simple, si aprenden a gozar en el amor y en la sabiduría, ¡nadie podrá
pisarles la cabeza!
No hay mayor riqueza que librarse de las vanidades, de la envidia y de la lujuria.

Hija querida. Amada hija. Nunca te muestres a los hombres. No caigas en esa vana
seducción. No seas causa de atracción, razón de deseo. Ya de niñita fuiste madrecita.
Jugabas con tu muñequita, cuando aún eras tú una muñequita pequeña. Eres madre.
Eres lo más sagrado. Serás la pureza de tu casa. Serás lo más divino para tus niños.
Mantente siempre limpia, siempre juvenil, siempre alegre, siempre agradecida.
Siempre sabia, siempre anciana en el paso de tus días. Da pureza, da amor, da
entusiasmo, da esperanza. Eres tú la fuerza del amor en el mundo. Eres la esperanza
de lo armonioso y de lo bello. Eres madre. Serás madre. Querida hija, destinada a
ocupar el altar en el corazón de nuestros nietos. Cuídate hijita querida. No creas a las
palabras seductoras, no te muestres a las miradas. Tu castidad es tu fuerza máxima. Es
tu sabiduría y grandeza. Tu castidad es tu fuente de luz y de energía. Es tu más valioso
tesoro, es la más bella pureza para bendición del mundo. De ella brotará cual fuente
natural la sabiduría para tus hijos, para tus seres queridos. Crea un bello mundo, un
bello jardín para tu esposo y para vuestros familiares y amigos. Mantén tu puerta
abierta. Sé generosa y pura. Mantén siempre tu bella sonrisa. Vive en primavera. Da lo
santo. Da lo divino. Que te acompañe siempre el canto de los Nombres santos. Reparte
alimento divino, preparado con la riqueza de tu buen amor. Esta es la verdadera cultura
hijita querida. Lo que es mejor para ti. Ahora todo está rodeado de pasión y de deseo.
Todo está invadido de un ciego y fugaz disfrute, en donde peligra mucho tu vida hijita
querida.
Quisiera no tener que hablarte así. Quisiera haberte traído a un mundo ya protegido y
puro, y haberte soltado a volar como a mansa mariposa. ¡Pero hay tantas espinas en
estas disfrazadas flores! ¡Tanto es el engaño que hemos sufrido! Ya habrás visto la
ignorancia en las mismas instituciones de supuesto conocimiento, donde nada valioso
se enseña para formar a los hombres. Así es querida hija. Tienes tu sabiduría interna.
Tu corazón sano e inocente teme lo que debe ser temido. Guárdate dentro de esos
límites, porque es la voz del Padre la que sabia y cautelosamente te aconseja. Murmura
Su iluminado amor en tu interior para que no caigas en el engaño del mundo bajo. No
desciendas, no consientas. Vienes virgen, vienes pura. No olvides: serás sagrado
manantial para tus hijos. Cuando les hiera el hambre sus pequeños labios se nutrirán
de tu pecho. De tu amor líquido, de tus sentimientos. ¿Puedes valorar el peso de tu
misión divina? De Dios vendrán nuestros nietos, y para Él nacidos. Divina hijita, futura
madre santa, hacia ese Dios debes llevar tus hijitos, nuestros nietos, nuestra esperada
descendencia. Para que todo vaya hacia Él. Donde Él. Para que así se cumpla el destino
real del universo. Cumple con esto querida hija, para que sea valiosa tu vida, para que
tu vida sea solaz y bendiga. Es éste el pedido de estos padres que han luchado por el
bien y que te aman.

Y, querido hijo, amado hijo. Cuida siempre de tu hermana. Ella es como una segunda
mamita que te ha dado la vida. Tienes la gran fortuna de una buena hermana. Hijo, sé
siempre fuerte, sé siempre noble y caballero. Mantén siempre el recuerdo de lo divino.
Ama lo simple. Ama la naturaleza. Órale a nuestro Dios, mantenlo siempre presente.
Sé también puro y casto, controla tus sentidos. Ama la vida frugal, la del yogui. Toma
el camino de la luz. Sé una bendición para el mundo. Eres muy amado por nosotros.
Son el futuro de nuestra descendencia. Son la esperanza de nuestros ancestros.
Viajando por muchos siglos, recorriendo muchos planetas, hemos llegado por fin al
pórtico de los destinos y de la gran aurora, del despertar definitivo.
Hijo querido, como lo dijo nuestro Padre Sri Krsna, ¡ármate con el yoga! ¡Corta el
ilusorio árbol del universo y ve a Su lugar eterno! Conserva firme tu mente, conserva
lúcida y clara tu inteligencia. Bebe de continuo en las aguas de las escrituras. No vivas
separado, independiente del gran Amor. No. Él no te ha dejado. Él te llama del fondo
de tu pecho. Su voz es claro clamor. Su voz te muestra el desgano por este frustrante
plano.
Esto que les decimos no es nuestra sabiduría propia, es lo que hemos aprendido y
comprendido en nuestros muchos días. Es lo que hemos vivenciado. Es la enseñanza
de los Vedas, es la música de la diosa Sarasvati. Es la revelación de esos santos que se
sumieron en miles de años de meditación y de oración profundas. De hondo y continuo
silencio y ascetismo. Es la misma verdad que irradió de sus corazones. Esas son
nuestras palabras, nuestras enseñanzas. Las que estamos repitiendo a ustedes,
queridos niños. No es algo vulgar. No es algo inventado por los hombres. Es la
descodificación del murmullo de vuestras almas, de vuestro propio saber, porque
somos hijos de ese amor y de esa sabiduría divina.
Ya que somos partículas de luz trascendental, a brillar debe destinarse nuestra
existencia. Con ese fin los trajimos a este mundo, hijos amados. Almitas que
deambulaban en el ciclo de la oscuridad y el dolor. Quisimos tenerlos para rescatarlos
del paso tenebroso, para que pongan fin a su karma y acaben con el renacer continuo.
Para ello los llamamos, para ello los invitamos, para que empecemos a ser fuente de
luz y de alivio universal.
Por ello, apreciemos la sabiduría de los pueblos. Amemos con ellos. Con ellos
cantemos. Con ellos dancemos. Invítenlos al sankirtan de Mahaprabhu. A ese canto
unido, armonioso y universal de los miles y millones de nombres de Dios. Nunca
olviden a Dios. Siempre recuerden a Dios, a Krsna, al Supremo Ser, a la Suprema
Sabiduría y Amor Supremo. Destinen a Él sus vidas. Lleven a Él nuestra constelación.
Todas las constelaciones.

Como ven, estas palabras no vienen de ningún colegio ni universidad, provienen del
amor de nuestras almas. De estas almas que el destino ha unido para que nos amemos
a través de un sentimiento espiritual y puro, sancionado por las escrituras. Un amor
que sube, que se encuentra con lo eterno y que por siempre perdura.

En procurar lo divino está la verdadera lucha, la bella y valiosa lucha. Por lo divino.
Avanzar hacia tu verdadero ser y la realidad suprema. Sólo ahí está el manantial
genuino. Ese es tu hogar, es tu casa. Sólo ahí está la paz, la sabiduría, el amor, lo real
para vuestra existencia. Eso ya está y se encuentra en vuestros propios espíritus. No
es algo que será manufacturado por algún ideólogo, por algún filósofo, científico o
político. No. El éxtasis sustancial es esencia siempre existente. Es tu origen, es tu
verdadera cuna, es tu idioma y la necesidad más íntima de tu ser.
No va en esa dirección el mundo. No. El mundo es ciego, es desquiciado, corre a toda
prisa, se precipita sin rumbo. Crea su destrucción por envidia del Hacedor. Trata de
encender su propia luz pero sólo trae tiniebla. Sólo extiende la incertidumbre en la
falacia de su auto denominada ciencia. Y ya ven, queridos hijos, cómo ha cundido el
quebranto, la violencia, el abuso, la explotación de la naturaleza, de los animales y de
los pueblos. Todo ello para nutrir la insaciable codicia que ya ha crecido como
incansable llama. Y estos codiciosos se apoyan entre sí y se arman, y te persiguen y te
matan, porque te consideran un enemigo de sus deseos. Porque ustedes han sido
educados en la verdadera armonía y amor, en la sencillez y servicialidad, algo que no
comulga con los intereses mundanos donde se anima el señorío.

Bueno, estas son nuestras palabras. Es el mensaje de nuestra sabiduría. Es lo que nos
han dejado nuestros gurus, lo que escribió el sabio Vyasa, la encarnación de Dios, para
que la antorcha del saber no se apague en Kali-yuga, la era de la discrepancia, de la
oscuridad, de la especulación y la riña.

Como padre y madre hemos luchado por amarnos, por mantenernos unidos, por vivir
en compañía santa tras las huellas de nuestros gurus. Esa ha sido nuestra vida, ese ha
sido nuestro esfuerzo. Ustedes lo han visto. Son testigos presenciales de nuestros
empeños. Al máximo hemos querido santificar nuestra relación para que ustedes
también, queridos hijos, nazcan con luz y estén siempre bendecidos. Deseando
bendecir nuestras vidas, las vuestras, y las del mundo, para el placer supremo de Sri
Krsna, lo que constituye la perfección máxima de la vida.

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