Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Si bien es cierto que es criterio reiterado, sustentado por el máximo tribunal de la nación, que
para la comprobación del adulterio como causal de divorcio debe admitirse la prueba indirecta,
habida cuenta de que el medio directo para la comprobación de esa causal es casi imposible, no
menos cierto es que ese medio de convicción indirecto debe encaminarse a demostrar
precisamente la conducta infiel del cónyuge demandado, así como la mecánica del adulterio, y
por tanto el actor tiene la carga de probar en el juicio las circunstancias de tiempo, lugar y
modo en que se produjeron los hechos, de los cuales se pretende deducir que el culpable tuvo
relaciones sexuales con personas distintas de su cónyuge, para así satisfacer las exigencias
legales y el juzgador pueda apreciar la conducta indebida imputada al demandado; y por otra
parte, para estar en posibilidad de determinar si la acción se registró oportunamente, es decir
para estar en legal posibilidad de establecer si operó o no la caducidad.
Consiste en las relaciones sexuales realizadas con una persona distinta del cónyuge. El
adulterio en la mayoría de casos puede resultar ser una causa improbable ya que se
debe probar fehacientemente el acto sexual cometido por el cónyuge infractor;
llegando al extremo de sólo poder probar el adulterio mediante el hijo producto de la
infidelidad, ya que las fotografías, las cartas y los testimoniales según el sector de la
jurisprudencia no resultan ser medios probatorios idóneos para acreditar esta causal[3].
También se deberá tener mucho cuidado al querer obtener una prueba que demuestre
el adulterio del cónyuge ya que podrían ser declaradas ilegales al haber sido obtenidas
de manera contraria a la ley, así por ejemplo las pruebas obtenidas mediante robo,
hurto o infringiendo algún derecho fundamental de la persona como por ejemplo su
derecho a la intimidad o a la inviolabilidad de domicilio estas serán declaradas
invalidas por haber sido obtenidas de manera ilegal y por ende no tendrían validez en
ningún proceso.
“…La acción de separación de cuerpos por causal de adulterio caduca, en todo caso, a los
cinco años de producida. En tal caso el cómputo del citado plazo debe iniciarse desde la
fecha del nacimiento del último hijo extramatrimonial del demandado.”
CAS. Nº 1643-1999[5]
Con respecto a las consecuencias que trae la sentencia de divorcio debemos mencionar
que la obligación alimenticia que existía entre los cónyuges durante el matrimonio
cesa; pero si el que demanda el divorcio estuviese imposibilitado de trabajar o no
tuviese bienes propios o careciera de gananciales el Juez le asignará una pensión
alimenticia.
Así también si el cónyuge es indigente deberá ser socorrido por el ex – cónyuge, aunque
haya sido culpable del divorcio.
“…A pesar de haber quedado disuelto el vínculo matrimonial, deberá fijarse una pensión
alimenticia si no se ha acreditado que la ex cónyuge trabaje o subvenga a sus
necesidades.”[6]
Debemos tener presente que el cónyuge culpable del divorcio perderá los gananciales
que proceden de los bienes del otro cónyuge, ha de comprenderse que no pierde los
propios; es así que tenemos que entender que el cónyuge infractor no tendrá ningún
derecho sobre los bienes de su cónyuge, esto es no habrá repartición de bienes. De la
misma manera ambos cónyuges pierden su derecho de heredar entre sí.
Cas. Nº 1301-1996
Debemos aclara que cuando nos referimos al “culpable del divorcio” estamos hablando
del aquel cónyuge que ha incurrido en una de las causales del artículo 333º de nuestro
Código Civil.
Para terminar este artículo debo mencionar que el adulterio no es una causal de
divorcio con efecto permanente sino más bien de constitución inmediata; es por ello
que no se puede demandar por hechos que han sido consentidos ni perdonados.