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VIDA UTIL DE LAS UNIDADES DE SUPERFICIE

Gustavo Jordán Astaburuaga *

Introducción.
La vida útil de las unidades de superficie es un tema de gran
importancia que deben tomar en consideración todas las armadas del
mundo al planificar la estructura y composición de sus fuerzas de
combate en el mediano y largo plazos, en este caso particular, de las
fuerzas de combate de superficie.
Este es un tema complejo debido a la gran cantidad de factores
involucrados que pueden incluir, entre otros, consideraciones de tipo
político, estratégico, económico, táctico, técnico, logístico,
demográfico, etc. Por estas razones no existen modelos teóricos a
nivel mundial que puedan dar una respuesta definitiva a esta
interrogante. En consecuencia todas las Armadas, tomando en
consideración su situación político-estratégica, económica, técnica
e histórica, deberán resolver en forma particular su propio problema.
Cada situación es única y no repetible.
La definición de la vida útil de las unidades de superficie es
el resultado de un proceso continuo de evaluación no lineal de
múltiples factores y está en continua reapreciación en cada Armada
a medida que evolucionan todos los factores que intervienen en esta
definición. Lo que ayer fue una buena solución, puede que hoy sea una
mala resolución, y viceversa.
Por otra parte, de la estimación de la vida útil de las unidades
de superficie se derivan dos grandes planes maestros que cada Armada
debe definir:
- Un plan destinado a renovar a las unidades de superficie, ya sea
mediante la construcción de nuevas unidades, adquisición de
unidades de segunda mano con una vida útil remanente, o mediante
la reconstrucción de algunas unidades existentes extendiéndoles
su vida útil.
- Un plan destinado a mantener, recuperar y modernizar a las
2

unidades que están en servicio para mantenerlas cumpliendo


eficientemente las tareas que les han sido asignadas mientras
dure la vida útil definida o especificada.
Considerando lo complejo de este tema, en este artículo se
seguirá una metodología de análisis simplificada y se utilizará a la
historia reciente (desde la Segunda Guerra Mundial a la fecha) como
el reflejo del resultado final estadístico de la vida útil de las
unidades de superficie.
Debe tenerse presente que este tema está en constante evolución
a nivel mundial y existen tendencias contrapuestas en la actualidad,
como lo son el criterio de la Armada norteamericana que está
tendiendo a alargar, a nivel de especificaciones de diseño originales
de los buques, su vida útil esperada, y la tendencia de la Armada
británica que tiene la opción opuesta de reducir la vida útil de sus
buques.

Principales factores que afectan la vida útil de las Unidades de


Superficie.
Uno de los principales factores que afectan a la vida útil de
los buques de superficie son los requerimientos de alto nivel y
especificaciones de construcción, los cuales son incorporados en el
proceso de diseño de la nueva unidad. Derivado de lo anterior, se
establecen los parámetros fundamentales del diseño del buque que se
analizarán en los párrafos que siguen.
La vida útil del buque determinará el tipo de estructuras, los
materiales a emplear y la resistencia del casco a utilizar, con el
propósito de asegurar la vida útil del buque prevista y que éste no
tenga que ser dado de baja prematuramente por razones estructurales
tales como grietas, daños en la viga maestra u otros defectos
equivalentes. En este aspecto deberá considerarse, por ejemplo, los
tipos de cuadernas, distancias entre ellas, tipo y espesor de las
planchas a utilizar, tipo de diseño y peso total del casco, etc.
Se debe definir también cual será el margen de futuros aumentos
de pesos para modernizaciones o instalaciones de nuevos sistemas de
3

armas. A mayor vida útil esperada del buque deberá existir una mayor
cantidad de peso y volumen reservados para las futuras
modernizaciones.
Lo anterior también está relacionado con la capacidad del buque
de proporcionar poder eléctrico y servicios de todo tipo tales como
aire acondicionado, agua enfriada, etc., a los nuevos sistemas de
armas que sean instalados durante la vida útil del buque.
Son conocidas las principales obsolescencias que afectan a las
fuerzas navales y en particular a las unidades de superficie. No cabe
duda que varios sistemas de los buques que están en construcción
quedan obsoletos junto con salir el buque al servicio, debido al gran
avance tecnológico existente, lo cual ha mantenido una tendencia
constante de acelerar los cambios, superando continuamente la
performance y capacidades de los sistemas diseñados con anterioridad.
Este efecto puede ser mayor si estamos hablando de construir el
último buque de una clase, salvo que el diseño original haya sido
modificado o modernizado en el intertanto.
Una de las obsolescencias que afectan a los buques de superficie
se puede denominar como "obsolescencia económica", la cual se produce
cuando los costos de operación de una determinada unidad (costos de
la dotación, del combustible, de la munición, repuestos, de las
reparaciones, del mantenimiento, etc.), dejan de ser rentables al
compararlos con el reducido aporte a la capacidad de una Fuerza naval
que entrega la unidad en cuestión, o cuando existen otras unidades
u otros medios que pueden cumplir esas mismas funciones, incluso con
una mayor eficiencia, pero a un costo más reducido.
En las marinas más desarrolladas el costo del personal está
siendo cada vez más importante para determinar dar de baja una unidad
o acortarle su vida útil por constituir este acápite el principal
factor de orden económico en el costo de operación de la unidad.
También puede determinarse que una unidad llegó al nivel de una
"obsolescencia económica" cuando sus costos de modernización o de
recuperación superan el costo de la adquisición de una unidad con
capacidades superiores a la unidad afectada. Este fue el caso cuando
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se llegó a que el costo del refit y modernización de las últimas


fragatas Leander inglesas de la clase batch III (broad beam Leander),
las cuales fueron modernizadas al standard Seawolf + Exocet MM-38 en
la década de los años 80, refit que superó los 80 millones de libras
esterlinas de costo (equivalentes a US$ 120.000.000), y por cuyo
valor se dispuso la construcción de buques nuevos, los que
constituyeron las fragatas tipo 23.1
La "obsolescencia táctica" se origina fundamentalmente cuando
los sistemas y armas que tiene una determinada unidad han sido
superados en su performance original por otras capacidades de las
unidades o sistemas de armas del enemigo, siendo el buque ineficaz
para cumplir con sus funciones originales, no contribuyendo
mayormente a la potencia ofensiva, capacidad defensiva y capacidades
de Mando y Control de una Fuerza Organizada. Este es el caso, por
ejemplo, de unidades de superficie diseñadas durante la década de los
años 70 sin misiles antibuque y sin la capacidad para operar
helicópteros.
Parte de la "obsolescencia táctica" también se produce por la
dificultad de cambiarle la firma de emisiones del buque en cuestión,
tales como las emisiones de ruido acústico, emisiones infrarrojas,
área reflectora de radar, etc. lo que es crecientemente utilizado por
las plataformas enemigas que tienen sensores y sistemas de armas más
modernos, haciendo vulnerable al buque propio.
La "obsolescencia logística" se produce cuando no es posible
mantener o reparar los sistemas existentes en las unidades de
superficie fundamentalmente por carencia de repuestos que no se
fabrican más y también por cambios de tecnologías, quedando
discontinuados los repuestos relacionados con los sistemas existentes
a bordo. Este proceso se agrava naturalmente cuando las unidades
afectadas son las últimas de su clase en servicio.
La "obsolescencia logística" termina afectando a la
confiabilidad y disponibilidad general del buque, haciendo también
cada vez más difícil, costoso y lento sus procesos de reparación
debido a que numerosas fallas deben ser consideradas como casos
5

especiales porque quizás no existen los repuestos originales


disponibles para su reparación.
La "obsolescencia estratégica" se produce cuando aparecen nuevas
plataformas o sistemas capaces de cumplir en forma más eficiente y
económica las tareas asignadas a un buque de superficie determinado.
Como ejemplo podemos citar a los acorazados construidos previa y
durante la Segunda Guerra Mundial, los cuales quedaron
estratégicamente obsoletos al terminar ese conflicto, siendo
reemplazados en la mayoría de sus funciones por los portaaviones,
obligando a las marinas poseedoras de estas unidades a darlas de baja
en forma acelerada o anticipada.
Integrando las obsolescencias mencionadas anteriormente podemos
llegar a lo que se denomina como la "obsolescencia total", es decir
una unidad de superficie que es antieconómica, está obsoleta
logística y tácticamente y que está también obsoleta a nivel
estratégico.
La capacidad industrial de un país, particularmente en lo que
se refiere a la industria de defensa y de construcción naval es
también un factor de gran importancia cuando llega el momento de
definir la vida útil de las unidades. No cabe duda que aquellos
países con un mayor desarrollo y base industrial tienen una mayor
capacidad de modificar o alargar la vida útil de las unidades de
superficie, que aquellos países en que su industria naval no ha sido
desarrollada o es inexistente.

Opciones disponibles para mantener a las Unidades Vigentes


estratégica, táctica y logísticamente durante su vida útil.
Habiendo definido una determinada vida útil para las unidades
de combate de superficie, se deberán adoptar una serie de acciones,
más allá de las reparaciones normales o mantenimiento planificado y
preventivo, para asegurar que los buques cumplan su período de vida
útil y se mantengan vigentes a nivel estratégico, táctico y
logístico. Una de estas acciones son las "recuperaciones",
destinadas a reparar y reacondicionar todos los sistemas de los
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buques en forma periódica, con el propósito de recuperar sus


capacidades y performances ya sea de diseño o lo más cercano que sea
posible a ese nivel. De esta manera las "recuperaciones" tienen por
objetivo fundamental mantener o mejorar la confiabilidad y
disponibilidad de los diferentes sistemas de las unidades de
superficie.
La otra opción disponible son las "modernizaciones", orientadas
ya sea a aumentar el potencial bélico y la capacidad de cumplir sus
tareas a las unidades, o superar ciertas obsolescencias de orden
logístico o táctico que están dificultando el cumplimiento de sus
tareas.
La tercera opción disponible es la "reconstrucción", mediante
la cual se le extiende la vida útil a la unidad modernizándola donde
sea necesario y recuperando, a un nivel profundo y extenso, todas sus
capacidades originales y estructuras físicas. Un ejemplo de un
proceso de reconstrucción de unidades es el programa SLEP (Service
Life Extension Program) norteamericano destinado a otorgar una mayor
vida útil a algunos portaaviones convencionales, tema que se
analizará más adelante.

Criterio norteamericano respecto de la vida útil de las Unidades de


Superficie.
El criterio standard de la Armada norteamericana, vigente desde
hace ya varias décadas, es construir unidades de combate de
superficie para una vida útil de 30 años. La tendencia actual es,
incluso, aumentar más aún la vida útil de los nuevos destructores y
cruceros hasta los 35 y 40 años de vida útil.
Los portaaviones de ataque convencionales construidos durante
la década de los años 60, fueron diseñados para una vida útil de 30
años. Debido a diversos problemas con los astilleros constructores
y al alto costo de construcción de los portaaviones nucleares de
ataque de reemplazo, se resolvió a mediados de la década pasada
aplicarle a estas unidades el denominado programa SLEP. Como se
mencionó anteriormente, este es un programa de "reconstrucción" en
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el cual se han aplicado los siguientes criterios generales:2


- Reemplazo de toda la maquinaria rotatoria, por maquinaria nueva
(turbinas principales, bombas, turbogeneradores, etc.).
- Renovación significativa de circuitos y cañerías.
- Reemplazo, por maquinaria nueva más eficiente de la mayoría de los
equipos auxiliares del buque (compresores, bombas hidráulicas,
catapultas, calderas auxiliares, aire acondicionado, agua
enfriada, etc.).
- Reacondicionamiento de la habitabilidad.
- Modernización de los sensores, sistemas de Mando y Control y de
armas.
- Trabajos mayores y profundos para recuperar o renovar el planchaje
del casco y todos los aspectos estructurales del buque que puedan
estar deteriorados.
El costo de los programas SLEP es del orden del 25% del costo
de un portaaviones nuevo, pero le otorgan a estas unidades una
extensión en su vida útil de 15 años más, es decir el 50% más de la
vida útil de diseño original.
Se consideró la aplicación de programas similares a las fragatas
tipo Knox, las cuales cumplieron en forma masiva los 30 años de
servicios a fines de la década de los años 80, pero esta opción fue
descartada por no ser costo/rentable debido a que tenía considerado
reemplazar la planta de propulsión de vapor de estas unidades por una
planta propulsora de turbinas a Gas LM 2500 igual a la de las
fragatas tipo Perry. Debido a que no se les ejecutó un programa de
reconstrucción SLEP, la totalidad de las fragatas Knox fueron pasadas
a la reserva, dadas de baja o transferidas a terceros países a contar
de 1990.

Criterio británico respecto a la vida útil de las Unidades de


Superficie.
El criterio británico, a diferencia del norteamericano, ha sido
de ir reduciendo la vida útil de sus unidades de superficie en las
últimas décadas, manteniendo el mismo criterio norteamericano de 30
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años de vida útil para sus portaaviones y buques auxiliares o de


apoyo logístico.
Hasta la década de los años 70, el criterio británico era
construir buques con una vida útil de 20-25 años. 3 Las fragatas
Leander, la clase de buques más numerosa y exitosa de construcción
naval británica después de la Segunda Guerra Mundial, tuvieron en la
práctica una vida útil real promedio de 22,6 años de servicios en la
Armada británica (Ver cuadro 1, Vida Útil de las Fragatas Leander en
la Armada británica), terminados los cuales algunas de estas unidades
fueron transferidas a otros países y aún están en servicio.
Los destructores antiaéreos tipo 42 fueron diseñados con una
vida útil proyectada de 22 años (4), lo que se cumplirá con la unidad
más antigua en servicio el año 1998, sin tener aún las unidades de
reemplazo disponibles debido a una serie de atrasos del proyecto
tripartito "horizonte". Los destructores 42 Batch I y II fueron
construidos casi sin ningún margen de peso, volumen y espacio para
modernizaciones futuras, de manera que para instalarles sistemas de
hardkill de cañones antimisiles fue necesario desmontar las
embarcaciones y pescantes existentes en el centro del buque a ambas
bandas, reemplazándolas por botes de goma de quilla rígida. En la
batch III de estas unidades se aumentó la eslora de estos buques en
16 metros, rediseñándolos internamente para que la CIC tuviera un
espacio más adecuado y aumentar la cantidad de misiles SEADART,
quedando espacios y volúmenes disponibles para futuras
modernizaciones.
Otro ejemplo de fragatas británicas con un casi nulo margen de
peso y espacio para futuras modernizaciones lo constituyeron las
fragatas tipo 21, las cuales casi no recibieron ninguna modernización
en su vida útil de 18 - 20 años y se dieron de baja en bloque en
1993/1994, siendo transferidas a la Armada paquistaní.
Las fragatas 22 fueron construidas para una vida útil de 20
años. Las 4 fragatas de este tipo Batch I, construidas entre 1979 y
1982, empezaron a ser dadas de baja de la Armada británica a contar
de 1996 (con 16 años de edad como promedio) y fueron vendidas a la
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Armada de Brasil. Las fragatas 22 Batch II, que tienen un casco


alargado en 14 mts., tienen naturalmente una mayor disponibilidad de
pesos y volúmenes para futuras modernizaciones.
Las más recientes fragatas inglesas, las fragatas tipo 23,
fueron construidas para una vida útil de 18 años de servicios, lo
cual es algo notable.5
De lo anterior se puede deducir que la tendencia británica es
opuesta a la norteamericana y lo más probable es que en el futuro las
unidades británicas reciban en su vida útil un mínimo de
modernizaciones y ciertamente ninguna "reconstrucción", privilegiando
de esta manera las nuevas construcciones antes de intentar prolongar
la vida útil de sus unidades escolta, más allá de los 18 a 22 años
de vida proyectados.

Análisis estadístico de la vida útil de los Destructores y Fragatas


a nivel mundial.
Considerando lo complejo de este tema y la multiplicidad de
variables que lo afectan, se estimó conveniente hacer un análisis
totalmente práctico, en un momento dado, en este caso el año 1991,
de cual era o estaba siendo la vida útil de los destructores y
fragatas existentes a esa fecha. La síntesis de la edad de los
destructores existentes al año 1991 se indica en el Cuadro 2.
Del cuadro mencionado se desprende lo siguiente:
- La cantidad total de destructores existentes en servicio en
todas las armadas del mundo era de 265 unidades.
- El promedio de vida, considerando los destructores aún en
servicio de la Segunda Guerra Mundial (principalmente DD tipo
Sumner y Fletcher estadounidenses), era de 23,3 años.
- El promedio de vida de los destructores existentes, exceptuando
los de la Segunda Guerra Mundial aún en servicio era de 15,6
años.
- Los países que contaban en 1991 con destructores con más de 30
años de servicios eran los siguientes:
- Brasil, 6 unidades de la II G.M.; - Chile, 1 unidad (Ex DDG
10

Williams); Grecia, 8 unidades de la II G.M.; Irán, 3


unidades; Paquistán 5 unidades; Perú, 6 unidades; Taiwán, 34
unidades de la II G.M.; Turquía, 12 unidades de la II G.M.
Ese mismo año la edad promedio de los destructores existentes
en servicio en algunas Armadas en el mundo es el que se indica a
continuación:
País. Cantidad de DDs. Edad
en servicio. promedio.

Francia 15 10,7 años


Japón 35 10,4 años
UK 12 9,8 años
USA 44 11,6 años
Argentina 6 9,0 años
Chile 6 25,3 años
Perú 6 33,3 años

De estas mismas estadísticas se puede afirmar lo siguiente,


respecto a los destructores existentes en 1991 (exceptuando aquellos
de la II G. M.):
- Los destructores con más de 25 años de servicios existentes eran
34 unidades, equivalentes al 13.2 % del total.
- Los destructores con más de 30 años de servicios existentes eran
13 unidades, equivalentes al 4.9 % del total.
- Los destructores existentes en servicio con más de 35 años de
servicios eran 9 unidades, equivalentes al 3.3 % del total.
En lo que respecta a las fragatas existentes en 1991, en el
Cuadro 3 se incluye la síntesis de la estadística de esa clase de
unidades existentes en servicio en todas las armadas del mundo ese
año.
De este cuadro se puede afirmar lo siguiente:
- El total de fragatas existentes en 1991 a nivel mundial era de
472 unidades.
- El promedio de edad de las fragatas existentes era de 13,8 años
de vida.
- La cantidad de fragatas existentes a nivel mundial con más de
25 años de servicios era de 50 unidades, equivalentes al 10,5%
11

del total.
- La cantidad de fragatas existentes con más de 30 años de
servicios era de 28 unidades, equivalentes al 5,9 % del total.
- Finalmente, las fragatas existentes con más de 35 años de
servicios eran 7 unidades, equivalentes al 1,5 % del total.
Por otra parte la edad promedio, en 1991, de las fragatas de
algunos países es la que se indica a continuación:

País Cantidad de PFGs Edad


en servicio promedio.

USA 80 12,3 años.


Francia 20 13,2 años.
Japón 18 12,2 años.
Argentina 7 7,4 años.
Perú 4 5,8 años.
Chile 3 19,2 años.

Vida útil de las Unidades de Combate de Superficie de la Armada de


Chile en los últimos 50 años.
Se ha estimado interesante incluir en este artículo,
estadísticas de la vida útil que han tenido las unidades de
superficie que han sido adquiridas y dadas de baja en la Armada de
Chile entre 1947 y 1997 (los últimos 50 años), lo cual se muestra en
el Cuadro 4, Vida Útil de las Unidades de Superficie en la Armada de
Chile entre 1947 y 1997.
De este Cuadro se desprende lo siguiente:
- El promedio de vida útil de las unidades de superficie de
combate de la Armada de Chile en los últimos 50 años ha sido de
33 años de servicios.
- Los siguientes buques superaron la vida útil de 35 años: el CL
O'Higgins con 50 años, el CL Prat con 44 años, el DD Blanco con
39 años, el DD Cochrane con 38 años, el CL Latorre con 37 años
y el DDG Williams con 36 años.
- El promedio de la vida útil de todas las unidades consideradas,
formando parte de la Armada de Chile, fue de 24,4 años.
12

Conclusiones.
La vida útil de las unidades de superficie está influenciada por
variados y múltiples factores tangibles e intangibles, entre los que
se cuentan las especificaciones de diseño y sus grados de
obsolescencias económica, logística, táctica y estratégica. En forma
práctica la vida útil de los destructores y de las fragatas ha sido
en las últimas décadas del orden de los 30-35 años como máximo,
existiendo excepciones estadísticas que superan estos valores en
un porcentaje inferior al 5 % a nivel mundial.
Las unidades de superficie son retiradas del servicio,
normalmente, debido a la existencia de una o varias de las
obsolescencias mencionadas en el párrafo anterior, o la suma de
ellas, lo que se ha denominado como la obsolescencia total.
De la definición de la vida útil de las unidades de superficie
las armadas deben configurar sus programas de renovación del Poder
Naval orientado a esta clase de unidades.
Existen criterios contrapuestos en lo que se refiere al diseño
y construcción de nuevas unidades entre dos de las principales
armadas del mundo, existiendo el criterio norteamericano que
privilegia la longevidad de sus unidades de superficie para 30 o más
años de servicios de vida útil, considerando en este período
modificaciones y modernizaciones, en contraposición con el criterio
británico que tiende a acortar la vida útil de sus unidades de
superficie favoreciendo los planes de construcción naval de nuevas
unidades antes de modernizar o reconstruir las existentes.
El promedio de vida útil de las unidades que han sido adquiridas
y dadas de baja en la Armada de Chile, en los últimos 50 años, ha
sido de 33 años, coincidente con los valores estadísticos de vida
útil de las unidades obtenidos a nivel mundial en 1991.
Los programas de "recuperaciones" y de "modernizaciones", no
están, en lo general, orientados a aumentar la vida útil de las
unidades de superficie más allá de los valores mencionados en los
párrafos precedentes. Sólo programas de "reconstrucción" como los
aplicados por la Armada estadounidense a sus portaaviones
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convencionales, han permitido aumentar efectivamente la vida útil de


esas unidades más allá de lo planificado en sus especificaciones de
diseño.
Cuadro 1.
Vida útil de las Fragatas Leander en la Royal Navy.
Buque Fecha puesta Fecha moder- Fecha retiro del
en servicio. nizacion del servicio/vida útil
buque. en la Royal Navy.

1. Leander 1963 1972/9 1987/24


2. Ajax 1963 1973/10 1985/22
3. Dido 1963 1978/15 1983/20 (N. Zelandia)
4. Penelope 1963 1981/18 1991/28 (Ecuador)
5. Aurora 1964 1976/12 1987/23
6 Galatea 1964 1974/10 1987/23
7. Eurycaus 1964 1976/12 1989/25
8. Aretusa 1965 1977/12 1989/24
9. Naiad 1965 1975/10 1987/22
10. Cleopatra 1966 1975/9 1991/25
11. Phoebe 1966 1977/11 1991/25
12. Minerva 1966 1980/14 1992/26
13. Sirius 1966 1977/11 1993/27
14. Juno 1967 -o- 1993/26
15. Argonaut 1967 1980/13 1993/26
16. Danae 1967 1980/13 1991/24 (Ecuador)
17. Andromeda 1968 1980/12 1994/26
18. Hermione 1969 1983/14 1992/13
19. Jupiter 1969 1983/14 1992/23
20. Bacchante 1969 -o- 1982/23 (N. Zelandia)
21. Charydibis 1969 1982/13 1992/23
22. Achilles 1970 -o- 1990/20 (Chile)
23. Diomede 1971 -o- 1988/17 (Pakistán)
24. Apollo 1972 -o- 1983/16 (Pakistán)
25. Adriane 1973 -o- 1992/19 (Chile)

Promedio de vida útil en la R.N.= 22,3 años.


Promedio de edad a la ejecución de la modernización = 12,2 años.

Cuadro 2.
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Edad de los destructores existentes a nivel mundial en 1991.

Año construcción. Cantidad Edad (años).

II G.M. 68 46
1946-1955 6 41
1956-1960 7 33
1961-1965 18 28
1966 4 25
1967 5 24
1968 3 23
1969 5 22
1970 7 21
1971 4 20
1972 11 19
1973 6 18
1974 6 17
1975 6 16
1976 7 15
1977 7 14
1978 11 13
1979 10 12
1980 10 11
1981 7 10
1982 11 9
1983 8 8
1984 4 7
1985 7 6
1986 7 5
1987 1 4
1988 7 3
1989 4 2
1990 5 1
1991 3 0

TOTAL: 265

Promedio de vida considerando II G.M. = 23,3 años.


Promedio de vida no considerando unidades de la II G.M. = 15,6 años.
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Cuadro 3.

Edad de las fragatas existentes a nivel mundial en 1991.

Año construcción cantidad edad (años)

II G.M. 6 47
1945 - 1955 0 -o-
1956 - 1960 20 33
1961 - 1965 24 28
1966 6 25
1967 15 24
1968 10 23
1969 5 22
1970 18 25
1971 23 20
1972 13 19
1973 12 18
1974 13 17
1975 19 16
1976 14 15
1977 16 14
1978 20 13
1979 16 12
1980 26 11
1981 24 10
1982 26 9
1983 31 8
1984 26 7
1985 19 6
1986 14 5
1987 10 4
1988 10 3
1989 11 2
1990 12 1
1991 15 0

Total Fragatas
existentes en 1991 472
Promedio de vida de las fragatas existentes en 1991: 13,8 años.
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Cuadro 4.

Vida útil de las unidades de combate de la armada que se han


adquirido
y dados de baja o cambiado de roles en los últimos 50 años.

Unidad Fecha Fecha Fecha retiro Vida útil


construc. adquis. del servicio Total/vida

o cambio de útil en la
roles. Armada de
Chile.

CL. O'Higgins 1938 1951 1983 50/37


CL. Prat 1938 1951 1982 44/31
DD. Blanco 1943 1962 1982 39/20
PF. Covadonga 1944 1947 1967 23/20
PF. Iquique 1944 1947 1965 21/18
PF. Baquedano 1944 1947 1965 21/18
Corbeta Papudo 1944 1947 1965 21/18
Corbeta Casma 1944 1947 1967 23/20
Corbeta Chipana 1944 1947 1967 23/20
DD. Portales 1944 1973 1990 46/17
DD. Zenteno 1944 1973 1990 46/17
DD. Cochrane 1944 1962 1982 38/20
CL. Latorre 1947 1971 1984 37/13
DDG. Williams 1960 1960 1996 36/36
DDG. Riveros 1962 1962 1995 33/33
PTF. Tegualda 1965 1965 1996 31/31
PTF. Quidora 1965 1965 1996 31/31

Promedio de vida útil total buques Armada últimos 50 años = 33 años.


Promedio de vida útil total como parte de la Armada de Chile = 24,4
años.

BIBLIOGRAFIA
17

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NOTAS

* Capitán de Navío. Oficial de Estado Mayor. Magíster en Política


Integrada. Magno Colaborador, desde 1986.

1. Referencia bibliográfica 16, pág. 100.


2. Referencia bibliográfica 15, pág. 118 a 120.
3. Referencia bibliográfica 10, pág. 1.6 al 1.8.
4. Referencia bibliográfica 10, pág. 1.6 al 1.8.
5. Referencia bibliográfica 17, pág. 48.

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