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Introducción.
La vida útil de las unidades de superficie es un tema de gran
importancia que deben tomar en consideración todas las armadas del
mundo al planificar la estructura y composición de sus fuerzas de
combate en el mediano y largo plazos, en este caso particular, de las
fuerzas de combate de superficie.
Este es un tema complejo debido a la gran cantidad de factores
involucrados que pueden incluir, entre otros, consideraciones de tipo
político, estratégico, económico, táctico, técnico, logístico,
demográfico, etc. Por estas razones no existen modelos teóricos a
nivel mundial que puedan dar una respuesta definitiva a esta
interrogante. En consecuencia todas las Armadas, tomando en
consideración su situación político-estratégica, económica, técnica
e histórica, deberán resolver en forma particular su propio problema.
Cada situación es única y no repetible.
La definición de la vida útil de las unidades de superficie es
el resultado de un proceso continuo de evaluación no lineal de
múltiples factores y está en continua reapreciación en cada Armada
a medida que evolucionan todos los factores que intervienen en esta
definición. Lo que ayer fue una buena solución, puede que hoy sea una
mala resolución, y viceversa.
Por otra parte, de la estimación de la vida útil de las unidades
de superficie se derivan dos grandes planes maestros que cada Armada
debe definir:
- Un plan destinado a renovar a las unidades de superficie, ya sea
mediante la construcción de nuevas unidades, adquisición de
unidades de segunda mano con una vida útil remanente, o mediante
la reconstrucción de algunas unidades existentes extendiéndoles
su vida útil.
- Un plan destinado a mantener, recuperar y modernizar a las
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armas. A mayor vida útil esperada del buque deberá existir una mayor
cantidad de peso y volumen reservados para las futuras
modernizaciones.
Lo anterior también está relacionado con la capacidad del buque
de proporcionar poder eléctrico y servicios de todo tipo tales como
aire acondicionado, agua enfriada, etc., a los nuevos sistemas de
armas que sean instalados durante la vida útil del buque.
Son conocidas las principales obsolescencias que afectan a las
fuerzas navales y en particular a las unidades de superficie. No cabe
duda que varios sistemas de los buques que están en construcción
quedan obsoletos junto con salir el buque al servicio, debido al gran
avance tecnológico existente, lo cual ha mantenido una tendencia
constante de acelerar los cambios, superando continuamente la
performance y capacidades de los sistemas diseñados con anterioridad.
Este efecto puede ser mayor si estamos hablando de construir el
último buque de una clase, salvo que el diseño original haya sido
modificado o modernizado en el intertanto.
Una de las obsolescencias que afectan a los buques de superficie
se puede denominar como "obsolescencia económica", la cual se produce
cuando los costos de operación de una determinada unidad (costos de
la dotación, del combustible, de la munición, repuestos, de las
reparaciones, del mantenimiento, etc.), dejan de ser rentables al
compararlos con el reducido aporte a la capacidad de una Fuerza naval
que entrega la unidad en cuestión, o cuando existen otras unidades
u otros medios que pueden cumplir esas mismas funciones, incluso con
una mayor eficiencia, pero a un costo más reducido.
En las marinas más desarrolladas el costo del personal está
siendo cada vez más importante para determinar dar de baja una unidad
o acortarle su vida útil por constituir este acápite el principal
factor de orden económico en el costo de operación de la unidad.
También puede determinarse que una unidad llegó al nivel de una
"obsolescencia económica" cuando sus costos de modernización o de
recuperación superan el costo de la adquisición de una unidad con
capacidades superiores a la unidad afectada. Este fue el caso cuando
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del total.
- La cantidad de fragatas existentes con más de 30 años de
servicios era de 28 unidades, equivalentes al 5,9 % del total.
- Finalmente, las fragatas existentes con más de 35 años de
servicios eran 7 unidades, equivalentes al 1,5 % del total.
Por otra parte la edad promedio, en 1991, de las fragatas de
algunos países es la que se indica a continuación:
Conclusiones.
La vida útil de las unidades de superficie está influenciada por
variados y múltiples factores tangibles e intangibles, entre los que
se cuentan las especificaciones de diseño y sus grados de
obsolescencias económica, logística, táctica y estratégica. En forma
práctica la vida útil de los destructores y de las fragatas ha sido
en las últimas décadas del orden de los 30-35 años como máximo,
existiendo excepciones estadísticas que superan estos valores en
un porcentaje inferior al 5 % a nivel mundial.
Las unidades de superficie son retiradas del servicio,
normalmente, debido a la existencia de una o varias de las
obsolescencias mencionadas en el párrafo anterior, o la suma de
ellas, lo que se ha denominado como la obsolescencia total.
De la definición de la vida útil de las unidades de superficie
las armadas deben configurar sus programas de renovación del Poder
Naval orientado a esta clase de unidades.
Existen criterios contrapuestos en lo que se refiere al diseño
y construcción de nuevas unidades entre dos de las principales
armadas del mundo, existiendo el criterio norteamericano que
privilegia la longevidad de sus unidades de superficie para 30 o más
años de servicios de vida útil, considerando en este período
modificaciones y modernizaciones, en contraposición con el criterio
británico que tiende a acortar la vida útil de sus unidades de
superficie favoreciendo los planes de construcción naval de nuevas
unidades antes de modernizar o reconstruir las existentes.
El promedio de vida útil de las unidades que han sido adquiridas
y dadas de baja en la Armada de Chile, en los últimos 50 años, ha
sido de 33 años, coincidente con los valores estadísticos de vida
útil de las unidades obtenidos a nivel mundial en 1991.
Los programas de "recuperaciones" y de "modernizaciones", no
están, en lo general, orientados a aumentar la vida útil de las
unidades de superficie más allá de los valores mencionados en los
párrafos precedentes. Sólo programas de "reconstrucción" como los
aplicados por la Armada estadounidense a sus portaaviones
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Cuadro 2.
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II G.M. 68 46
1946-1955 6 41
1956-1960 7 33
1961-1965 18 28
1966 4 25
1967 5 24
1968 3 23
1969 5 22
1970 7 21
1971 4 20
1972 11 19
1973 6 18
1974 6 17
1975 6 16
1976 7 15
1977 7 14
1978 11 13
1979 10 12
1980 10 11
1981 7 10
1982 11 9
1983 8 8
1984 4 7
1985 7 6
1986 7 5
1987 1 4
1988 7 3
1989 4 2
1990 5 1
1991 3 0
TOTAL: 265
Cuadro 3.
II G.M. 6 47
1945 - 1955 0 -o-
1956 - 1960 20 33
1961 - 1965 24 28
1966 6 25
1967 15 24
1968 10 23
1969 5 22
1970 18 25
1971 23 20
1972 13 19
1973 12 18
1974 13 17
1975 19 16
1976 14 15
1977 16 14
1978 20 13
1979 16 12
1980 26 11
1981 24 10
1982 26 9
1983 31 8
1984 26 7
1985 19 6
1986 14 5
1987 10 4
1988 10 3
1989 11 2
1990 12 1
1991 15 0
Total Fragatas
existentes en 1991 472
Promedio de vida de las fragatas existentes en 1991: 13,8 años.
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Cuadro 4.
o cambio de útil en la
roles. Armada de
Chile.
BIBLIOGRAFIA
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15. "CV - Slep; New Life for the Carriers", Captain F.C. Holmes, USN,
Proceedings, enero 1987, pág. 118.
16. "Leander Class Frigate", Richard Osborne and David Sowdan, The
World Ship Society, Kendal, England, 1990.
17. "The Procurement of a Warship", Admiral Lindsay Bugson, Royal
Navy, The Royal Institution of Naval Arquitecs, U.K. 1984.
NOTAS