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Los embarazos de gemelos o mellizos son siempre algo especial: de cada mil nacimientos solo

unos pocos son de este tipo y en la mayoría de los casos se trata de mellizos. Los mellizos no son
más parecidos que los hermanos normales, pues estos embarazos se derivan de dos
fecundaciones simultáneas pero independientes, es decir, ocurren cuando dos espermatozoides
fecundan al mismo tiempo dos óvulos diferentes.

En algunas familias el nacimiento de mellizos es especialmente frecuente, por lo que se sospecha


que la predisposición genética desempeña un papel fundamental, especialmente la carga
hereditaria femenina.

En los últimos años ha aumentado la cifra de embarazos múltiples a causa de los tratamientos
hormonales para provocar embarazos, que con frecuencia provocan también el desarrollo de
varios óvulos.

En los tratamientos de reproducción asistida se suelen implantar a la mujer hasta tres óvulos
fecundados a la vez. De hecho, casi uno de cada dos embarazos de mellizos es consecuencia de un
tratamiento de fertilización.

Otro motivo del incremento de embarazos múltiples es la edad cada vez mayor de las madres. A
más edad, mayor es la concentración de hormonas folículo estimulante (FSH) y más frecuente la
presencia de varios óvulos que pueden ser fecundados.

Actualmente también se ha probado que los mellizos pueden proceder de un óvulo que se divide
poco antes de la concepción, de forma que cada mitad es después fecundada por un
espermatozoide diferente. En este caso, los mellizos cuentan con un factor hereditario idéntico de
la madre y diferente por parte del padre.
Gemelos

Los gemelos, sin embargo, son hermanos mucho más parecidos, incluso se les puede llegar a
confundir, pues tienen factores hereditarios idénticos y el mismo sexo.
Los gemelos nacen de la fecundación de un solo óvulo que se divide en el transcurso de diez días
en dos embriones. Es un fenómeno que ocurre con una frecuencia similar en todo el mundo: en
cuatro de cada mil nacimientos.

Si el óvulo se divide poco después de la fecundación, cada gemelo tiene su propia placenta y su
propia cavidad embrionaria. Sin embargo, si la división se produce entre cuatro y siete días
después de la fecundación, los gemelos comparten placenta. A veces se produce en este caso el
llamado 'síndrome de transfusión feto-fetal”, que consiste en que un gemelo quita el alimento al
otro. Por eso es importante controlar el crecimiento de los fetos gemelos regularmente por
ecografías. Aún menos frecuente es el caso de parejas de gemelos que comparten una sola
cavidad fetal y placenta.
Otros embarazos múltiples

Un caso menos frecuente aún es el embarazo de más de dos niños, que siempre procede de
fecundaciones de óvulos diferentes. Hace unos años, eran frecuentes los embarazos múltiples
fruto de fecundaciones artificiales, pero los niños solían nacer de forma prematura y no siempre
sobrevivían todos. Por eso en algunos países, como España, solo se permite implantar un máximo
de tres embiones a la vez, y si la mujer es menor de 38 años, se implantan solo dos.
Transcurso del embarazo gemelar

Cuando una mujer espera gemelos o mellizos, su embarazo se suele considerar de riesgo. Pero no
hay que dejarse intimidar por ese concepto, ya que solo significa que deben eliminarse los posibles
riesgos mediante una previsión y vigilancia especialmente intensiva desde el primer momento.

Al crecer dos niños en la matriz, el cuerpo de la embarazada se encuentra más cargado, pero se
adapta ya desde las primeras semanas: aumenta la cantidad de sangre y el útero se agranda. Por
eso un aumento de peso superior a lo habitual en la primera etapa del embarazo es un signo de
que están en camino gemelos.

Hasta la 12ª semana de embarazo algunas madres engordan ya alrededor de 5,5 kilogramos. Hasta
el nacimiento, pueden ser al menos entre 17 y 20 kilogramos, frente a los entre ocho y 13
habituales cuando se trata de un solo niño.
Un embarazo múltiple supone siempre un esfuerzo físico mayor:

Muchas madres de gemelos o mellizos sufren vómitos desde el primer momento del embarazo.
La piel del vientre suele comenzar a picar ya durante el segundo mes, porque tiene que estirarse
antes.
Debido a que los niños presionan sobre el estómago, estas embarazadas sufren con frecuencia
acidez y al final del embarazo muchas sólo pueden comer pequeñas cantidades.
También son normales los problemas digestivos.
En muchos casos, a las embarazadas de gemelos o mellizos les resulta más difícil sentarse,
levantase o simplemente estar tumbadas.
Las noches se pasan cada vez con mayor desasosiego porque el tamaño de la tripa hace difícil
tumbarse.
Los edemas y las varices en las piernas son más frecuentes.
El peligro de una gestosis es mayor.

Consejos para un embarazo feliz

Para que todo transcurra bien para ti y para los fetos, debes tener en cuenta los siguientes
consejos:

Si estás embarazada de gemelos debes beber más: lo mejor es un vaso de agua cada hora. Es el
mejor medio de mantener bajos la tensión arterial y el riesgo de sufrir gestosis.
Descansa mucho: soportas un gran peso corporal y esto conlleva riesgos.
Tanto si esperas gemelos como si no, cuida tu alimentación. Es importante mantener una dieta
equilibrada con mucha fruta, verdura, cereales integrales y productos lácteos.
No debes hacer dieta en ningún caso por miedo a engordar, pero tampoco hay que comer por
tres. Aunque lleves una dieta equilibrada, en los embarazos gemelares o de mellizos se producen
con frecuencia estados carenciales. De ahí que muchos médicos recomienden determinados
suplementos de forma preventiva.
Evita los grandes esfuerzos y el estrés, ante el peligro de contracciones prematuras. Descansa
especialmente a partir del séptimo mes, para evitar un parto prematuro. Muchas mujeres ya no
pueden trabajar a partir de la 28ª semana de embarazo.
Incluso en los embarazos gemelares, cada caso es único. Por eso debes prestar atención siempre
a tus sensaciones, para descubrir lo que puedes exigirte.

El parto de gemelos o mellizos

Las madres de gemelos deben comenzar la preparación al parto antes, porque estos bebés suelen
adelantarse y nacen en la 37,1 semana de media. Naturalmente, suelen ser más pequeños que
otros niños.

Ya a partir de la 24ª semana de embarazo los dos fetos empiezan a tener cada vez menos espacio
en el útero materno, con lo que aumenta el peligro de un parto prematuro. Entre las semanas 26ª
y 28ª los gemelos pesan juntos unos tres kilogramos, aproximadamente el peso de un bebé
cuando llega el momento del parto. La tensión en la matriz crece, lo que puede provocar
contracciones prematuras. Por esa razón, son especialmente importantes las revisiones
preventivas en los embarazos múltiples. En los últimos tres meses de embarazo puede ser
necesario acudir a revisión médica todas las semanas.

En los partos múltiples, las contracciones son en general más débiles y menos frecuentes. A
consecuencia de ello, el parto puede prolongarse. Se necesita paciencia y, en muchos casos, el uso
de medios que provoquen las contracciones.

En casi la mitad de los partos gemelares ambos niños vienen de cabeza, con lo que la posibilidad
de que el parto comience de forma espontánea es grande. El primer bebé se abre camino entre
contracciones, mientras que el segundo se desliza fácilmente posteriormente.

Y en ello radica, sin embargo, un peligro para el segundo bebé: sin el estrés del nacimiento le
resulta más difícil adaptarse a la vida fuera del útero. Por eso el nacimiento del segundo niño no
puede comenzar mucho más tarde que el del primero. Los asistentes al parto revisan si se
encuentra bien y si viene de nalgas, se realiza normalmente una cesárea.

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