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BATERIA

Se denomina batería eléctrica, acumulador eléctrico o


simplemente pila, batería o acumulador, al dispositivo que consiste en una o
más celdas electroquímicas que pueden convertir la energía química almacenada
en electricidad. Cada celda consta de un electro dispositivo, o cátodo, un
electrodo negativo, o ánodo, y electrolitos que permiten que los iones se muevan
entre los electrodos, permitiendo que la corriente fluya fuera de la batería para
llevar a cabo su función.
Las baterías se presentan en muchas formas y tamaños, desde las celdas en
miniatura que se utilizan en audífonos y relojes de pulsera, a los bancos de
baterías del tamaño de las habitaciones que proporcionan energía de reserva a las
centrales telefónicas y ordenadores de centros de datos.
Baterías o pilas alcalinas
Estos acumuladores son habitualmente desechables y usan hidróxido de potasio
como su electrólito, así como una reacción química entre el zinc y el dióxido de
magnesio para generar la corriente eléctrica. Las pilas alcalinas destacan por una
corriente de gran estabilidad, usada en la mayoría de juguetes para niños, las
linternas convencionales o los mandos a distancia.
Las pilas alcalinas han avanzado para eliminar el contaminante mercurio que se
producía en su interior, de todos modos, siempre debemos tirarlas en puntos de
recogida de reciclaje, ya que siguen siendo altamente contaminantes para el
medio ambiente.
Hay que tomar precauciones con las pilas alcalinas, en especial con los niños, ya
que pueden generar fugas de hidróxido de potasio, visualmente una espuma
blanquinosa fuera de la pila, que es altamente contaminante y puede generar
irritaciones en la piel, las vías respiratorias o los ojos. Es siempre aconsejable no
mezclar pilas de distintos tipos, reemplazar todas las pilas cuando una se agota, y
guardarlas en un lugar seco cuando no usamos el dispositivo.
Baterías de ácido plomo
Son los acumuladores más comunes hasta ahora utilizadas en coches, motos o
barcos, entre muchos otros usos. Estas baterías son formadas por dos electrodos
de plomo, durante el proceso de carga el sulfato de plomo del interior pierde
electrones y se reduce así en plomo metal en su polo negativo mientras que en el
polo positivo se forma el óxido de plomo. Del mismo modo, durante el proceso de
descarga se invierte el proceso y será el momento en el que el óxido de plomo
formado en el polo positivo se transforme otra vez en sulfato de plomo, así como
el plomo elemental del polo negativo se oxidará para convertirse igualmente en
sulfato de plomo. Este proceso genera el intercambio de electrones que
aprovechamos para generar energía eléctrica mediante un circuito eléctrico.
La principal ventaja de las baterías de ácido plomo es su bajo coste, así como una
sencilla fabricación en serie. En contra, son baterías que no se pueden someter a
sobrecargas o descargas intensas, son extremadamente contaminantes, no se
caracterizan por una densidad de energía demasiado alta y son muy pesadas.
Debemos saber que los acumuladores de ácido plomo no duran toda la vida, estas
baterías forman cristales y será entonces cuando los procesos de carga y
descarga dejen de actuar correctamente. Cuando esto ocurre no tendremos otro
remedio que reemplazar la batería, y se conoce como una batería sulfatada.
Baterías de níquel
La mayoría de estas baterías tienen los primeros orígenes, utilizadas en la
industria y para máquinas. Las baterías de níquel destacan por su bajo coste, pero
en su contra, por su bajo rendimiento.
Baterías de níquel hierro (NI-FE)
Unos acumuladores formados por unos tubos finos enrollados por láminas de
acero niquelado formaban estas baterías. En el interior de los tubos se utilizaba
hidróxido de níquel y como electrólito una mezcla de potasa cáustica en agua
destilada. Estos acumuladores podían cargar y descargar perfectamente sin efecto
memoria ya que formaba cristales de hierro que conservaba los electrodos en los
procesos. Unas baterías inventadas por Waldemar Jungner y patentadas y
desarrolladas por el gran Thomas Edison a principios del siglo XX.
Los acumuladores de níquel hierro eran fáciles de fabricar y a bajo precio. Además
son mucho menos contaminantes que el resto de acumuladores, se les estima una
vida útil de más de 80 años y pueden funcionar en cualquier temperatura encima
de la corteza de la tierra. Su principal inconveniente es un rendimiento de solo el
65%. Actualmente aún podemos encontrar algunas funcionando, para almacenar
energía generada por placas solares o turbinas eólicas.
Por sus similitudes, se dice que las baterías de grafeno han resucitado este tipo de
baterías de níquel hierro, aunque eso sí, mejorando su inconveniente del
rendimiento.
Baterías de níquel cadmio (NI-CD)
Una clase de baterías que utilizan el ánodo de cadmio y el cátodo de hidróxido de
níquel, con hidróxido de potasio como electrolito. Los acumuladores de níquel
cadmio son perfectamente recargables, aunque su principal inconveniente es su
baja densidad energética de solo 50Wh/kg.
En su favor, son acumuladores que admiten un rango de temperaturas de
funcionamiento muy amplio y no les pasa nada con las sobrecargas. Frente su
densidad baja de energía y un efecto memoria muy elevado en su contra.
Baterías de níquel hidruro (Ni-MH)
Acumuladores que emplean un ánodo de hidróxido de níquel, mientras que el
cátodo es formado por una aleación de hidruro metálico. Unos acumuladores en
los que no preocupan tanto su carga por el efecto memoria ya que lo aguantan
mejor que los anteriores. En su contra, no pueden ser utilizadas a bajas
temperaturas ya que pierden mucho rendimiento.
Esta clase de acumuladores de níquel-metal hidruro son perfectamente
recargables y han sido las pioneras en la utilización de vehículos eléctricos.
También en la electrónica de gran consumo en forma de pila recargable, que
requerirá un cargador específico.
Baterías de litio
Los acumuladores de litio son conocidos actualmente como los de mayor
rendimiento. La principal competencia para las nuevas baterías de grafeno. Son
los utilizados en la electrónica de gran consumo como tabletas y móviles
inteligentes, por sus pequeñas dimensiones, reducido peso y excelente
rendimiento hasta ahora comprobado con el resto de baterías de mercado.
Baterías de iones de litio (LI-ION)
Los acumuladores de iones de litio se han convertido en los más utilizados para
pequeños dispositivos electrónicos. Gracias a su sal de litio usada como electrolito
genera la reacción química para hacer corriente eléctrica. Las baterías de iones de
litio destacan por su alta densidad energética, acumuladores pequeños y ligeros
con elevada unidad de carga, y por un mínimo efecto memoria, es decir, permiten
múltiples cargas y descargas sin verse afectado el rendimiento del acumulador.

De todos modos, en esta clase de baterías no todo son ventajas. Su vida se


considera media, no se estima que aguanten más de tres años aproximadamente,
y su duración en las principales aplicaciones de electrónica no es superior a un día
por lo habitual. Un gran inconveniente que puede mejorar el grafeno. El número de
cargas y descargas estimado también es limitado, se estima que a partir de las
1000 cargas la batería puede ya haber perdido mucho rendimiento. Al utilizar
materiales inflamables, al sobrecalentarse pueden llegar a explotar, del mismo
modo, a muy bajas temperaturas pueden perder rendimiento. Por último, su
fabricación es costosa y la salida de corriente es bastante inestable, por este
motivo se usan convertidores para estabilizar la tensión.
Baterías de polímero de litio (LIPo)
Los acumuladores de polímero de litio son una variación de las anteriores. Con
una densidad energética superior y mejoras en la tasa de descarga. A pesar de
ser una clase de baterías que mejoran las de iones de litio su principal
inconveniente es que quedan prácticamente inútiles si se descargan por debajo de
su mínimo de tres voltios.
Baterías de grafeno
Esta es una de las grandes aplicaciones de este nuevo material y por la que
encontrarás mucha información en esta página web, así como los últimos
productos que aparecen en el mercado.
COMO SE FABRICAN
Las baterías se fabrican de 12 voltios están compuestas por seis celdas. Cada una
de estas produce 2.1 voltios y están conectadas en serie desde positivo hasta
negativo. Cada celda está hecha por un elemento que contiene placas positivas,
todas conectadas, y placas negativas, también conectadas. Están separados
individualmente con finas capas de aislante eléctrico, “sobres de material poroso
que se utilizan como separadores entre las placas positivas y negativas para evitar
que se provoque un corto circuito entre ellas. Las placas, dentro de la celda,
alternan entre positivo y negativo. Una placa está compuesta de una rejillla de
metal que sirve como marco de soporte para el material poroso adherido a la
placa.
Después, las placas se convierten en celdas, las cuales se insertan en una caja de
polipropileno duro de alta densidad o de goma dura. Las celdas se conectan a los
terminales y la caja se cubre, para luego llenarla de electrolito de ácido sulfúrico
diluido.
En un principio, la batería se carga para convertir el óxido de plomo amarillo en
peróxido de plomo, el cual es a menudo de color marrón oscuro o negro. El
electrolito se reemplaza y la batería se le da otra carga. Algunas baterías reciben
una “carga en seco”, es decir, las baterías salen a la venta sin electrolito. A estas
luego se les agrega este líquido y se cargan cuando se ponen en servicio.
En resumen, una batería se construye al alternar dos metales diferentes como el
dióxido de plomo (PbO2), las placas positivas; y plomo esponjoso (Pb), las placas
negativas. Luego, las placas se sumergen en ácido sulfúrico diluido (H2SO4), el
electrolito. El tipo de metales y el electrolito utilizado determinará el resultado de
una celda.

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