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CAPÍTULO IV

¿CON QUÉ CRITERIOS PUEDEN


JUZGARSE LAS ACCIONES HUMANAS?

Las preguntas centrales de este capítulo son las siguientes:

 ¿Con qué criterios pueden juzgarse las acciones humanas?


 ¿En qué medida somos libres?

Para buscar respuestas trabajaremos los siguientes temas:

 Conceptos fundamentales que hacen a la reflexión filosófica


sobre el comportamiento moral de las personas;
 La concepción aristotélica de la ética;
 La concepción utilitarista de John Stuart Mill;
 El modelo ético propuesto por Kant.

¿Cómo juzgar las acciones humanas?


Una pregunta típica de la filosofía
FILOSOFÍA

1. REFLEXIONES SOBRE LA CONDUCTA En todos estos casos solemos hacer un uso intuitivo de “ética” y de
“moral” tomándolos como sinónimos; esto es, como términos que
Si bien el capítulo anterior trataba sobre la mirada filosófica acerca poseen un mismo significado y designan un mismo objeto. Sin
del origen y las características del conocimiento en general, lo embargo, sin bien ambos conceptos están haciendo referencia a las
finalizamos proponiendo algunas reflexiones sobre las consecuencias conductas humanas y a las consecuencias tanto individuales como
sociales que tiene el desarrollo de cierto tipo de conocimiento sociales que tales conductas tienen, la filosofía reserva para cada
particular: en aquel caso, el científico. uno de ellos un significado bien preciso.

Fue así que nos preguntamos acerca de si es válido que los científicos Vamos a llamar “moral” al conjunto de normas y reglas que una
realicen investigaciones sin considerar las posibles aplicaciones de sociedad propone para regular las acciones de los individuos que la
sus hallazgos. Podríamos también haber agregado, por ejemplo, la integran. El fin de esta regulación está en hacer compatibles de
si los científicos deben realizar investigaciones aún sabiendo que alguna manera las conductas e intereses individuales con los
puedan acarrear efectos nocivos para algunas personas. colectivos. Es decir, los de cada sujeto con los del conjunto de la
sociedad.
Cuando planteamos interrogantes como estos ya no estamos
indagando acerca del conocimiento como una conducta que incumbe
a la reflexión gnoseológica, sino como una conducta que atañe a la
moral y que puede ser objeto de la reflexión ética. Podríamos
preguntarnos lo mismo respecto a cualquier otra forma de actividad.
A continuación veremos por qué.

1.1 MORAL Y ÉTICA

Es bastante habitual que, en la vida cotidiana, escuchemos


comentarios acerca de que alguien ‘carece de moral’, que ‘tiene una
doble moral’ o que ‘anda con la moral baja’. También podemos
escuchar juicios o valoraciones acerca de si una determinada acción
está de acuerdo o no con cierto código ético (algunos dirían, más
bien moral) o que cualquier profesional debe respetar las normas
La moral es el conjunto de normas y
éticas definidas para su profesión. reglas que regulan la conducta de los
individuos de una sociedad determinada

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CAPÍTULO IV - ¿Con qué criterios pueden juzgarse las acciones humanas?

La moral tiene una dimensión histórica. Basta tener en cuenta que Entonces, si bien existe una relación entre los conceptos “moral” y
las personas y las sociedades están atravesadas por la historia (como “ética”, no son intercambiables. Todos estamos comprometidos en
ya venimos planteando a lo largo de los capítulos anteriores) para conductas que pueden ser abordadas desde el punto de vista moral,
no poder negar el hecho de que la moral también lo está. Esto significa pero no todos llevamos adelante una reflexión ética sobre esas
que a medida que los sujetos cambian y cambian también las conductas.
relaciones que establecen tanto con su medio natural como con el
social, surgen nuevas situaciones que regular y, consecuentemente, Ahora sí estamos en condiciones de comprender que las preguntas
nuevas reglas, nuevas morales. con las que cerramos el capítulo anterior sobre el conocimiento
científico, en tanto apuntaban a realizar una reflexión sistemática
El comportamiento moral es adquirido, se aprende. No se trata de de las consecuencias sociales que tiene, son incumbencia de la ética.
una conducta natural como es, por ejemplo, el simple hecho de
alimentarse. Todos nosotros aprendemos las normas que hacen a la Si bien las distinciones que establecimos hasta aquí son muy
moral de la sociedad a la que pertenecemos a partir del proceso más importantes para comenzar a abordar los conceptos que nos ocupan
general de socialización, y aprendemos también a juzgar las acciones en este capítulo, no agotan los elementos que tenemos que tener en
propias y ajenas según si concuerdan o no con dichas normas. cuenta para definirlos y caracterizarlos con precisión. Nos
ocuparemos de ello en los siguientes apartados.
El término “ética” se diferencia de “moral” porque designa aquella
parte de la filosofía que tiene como objeto de estudio el
comportamiento moral de los sujetos. Esto implica que es una
reflexión sistemática sobre un aspecto particular de la conducta
humana (la que concierne a la moralidad) y que tiene por fin elaborar
teorías que permitan comprender los principios que rigen ese tipo
de conductas. En la medida en que es un conocimiento particular y
especializado no alcanza el hecho de vivir en sociedad para poseerlo.
Es necesario acceder a él de manera consciente y organizada.

La ética, en definitiva, busca develar de manera filosófica los


fundamentos de la conducta moral. En términos históricos, tiene un
surgimiento posterior al del objeto del que se ocupa: primero tuvo
lugar el comportamiento de los sujetos según las normas y luego, la
reflexión sistemática en clave filosófica sobre ese comportamiento.
Nuestras normas morales son distintas a las de cien años atrás

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FILOSOFÍA

ACTIVIDADES
En grupos de no más de tres personas, lean las situaciones que se describen a continuación y luego resuelvan las consignas planteadas.

A) Hace ya bastante tiempo que Andrés está preparando un examen previo de matemática, el último que debe rendir para terminar los estudios
secundarios e ingresar en la universidad. Su familia le proporciona toda la ayuda posible. Desde hace un tiempo, por ejemplo, aunque no tiene
demasiado dinero su madre le paga clases que le da una profesora particular, y lo ha relevado de las tareas que él tiene asignadas en su casa para
que pueda dedicarle más tiempo al estudio.
El día del examen, cuando está conversando con sus compañeros antes de entrar a rendir, Andrés se da cuenta de que se preparó siguiendo un
programa equivocado y que sólo conoce unos pocos temas de los que se van a evaluar. De todas maneras, se presenta. Se sienta al lado de uno
de sus amigos, quien le pasa muchas de las soluciones cuando el profesor no se da cuenta. Finalmente, Juan aprueba.
B) Hace poco que Martina obtuvo su licencia de conducir. Sus padres no le dejan usar el auto cuando sale con sus amigos. Una noche, sin embargo,
sin que la autoricen se lleva el auto para ir a bailar. A la vuelta maneja a pesar de que había consumido alcohol, y a más velocidad de la permitida.
Por una mala maniobra pierde el control del auto y choca contra un poste de luz. Una de las amigas que iba con ella muere a causa del accidente.

C) La empresa en la que Pedro trabaja contrata los servicios de diversos profesionales. Pablo, un importante directivo, es uno de los que deben
autorizar esas contrataciones. Pedro ha descubierto que hace mucho tiempo que Pablo sólo contrata a aquellos profesionales que le pasan
dinero para ser elegidos, y esto hace que los presupuestos aprobados sean mayores de lo que deberían si la selección fuera objetiva y siguiera
las reglas.
Pedro le dice a Pablo lo que sabe y este lo amenaza con implicarlo en el fraude si llega a hacer algún comentario a los dueños de la empresa. Poco
tiempo después Pedro se entera de que cuando los dueños tomaron conocimiento de las malas contrataciones echaron a Jorge, otro de los
directivos, injustamente acusado por Pablo. Jorge es el jefe directo de Pedro, y siempre se han llevado muy mal. Pedro decide no contar nada
de lo que sabe.

D) Ernesto sube a un taxi y encuentra que alguien ha dejado un maletín sobre el asiento y al bajar se lo lleva. Cuando ya en su casa lo revisa
encuentra que contiene algunos sobres con documentación y varios otros con dinero. En el interior de la valija hay pegada una etiqueta con el
nombre de una persona y un número de teléfono. Ernesto se comunica con ella, confirma que es la dueña cuando esta identifica claramente los
contenidos del maletín y le pide que pase a buscar lo que le pertenece. Ernesto devuelve la valija con todo su contenido intacto.
1. Determinen si Andrés, Martina, Pedro y Ernesto han actuado bien o no. En cada caso, tomen nota de las razones que dan para sostener el
punto de vista del grupo.
2. Digan si las situaciones en las que se encuentran estos cuatro protagonistas son iguales o no. Indiquen por qué.
3. Comparen las resoluciones que plantearon para los puntos 1 y 2 con las que propusieron los otros grupos. Determinen cuáles son las
principales similitudes y diferencias.
4. Cada miembro del grupo seleccionará un adulto (por ejemplo, algún padre, abuelo, profesor, etc.) a quien presentará las situaciones consignadas
antes y le pedirá que resuelva las consignas 1) y 2). Luego:
a) comparen entre sí las respuestas obtenidas de los tres adultos. Determinen similitudes y diferencias entre ellas. ¿A qué consideran que
pueden deberse?
b) Comparen las respuestas de los adultos con las que dieron ustedes. ¿Existen similitudes y diferencias? ¿Cuáles creen que son las causas?

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CAPÍTULO IV - ¿Con qué criterios pueden juzgarse las acciones humanas?

1.2. EL PLANO DE LA MORAL Cuando sostenemos que la fuente de la norma es el sujeto mismo, decimos
que hay autonomía de la moral; esto es, que el sujeto se da sus propias
Abordemos ahora con mayor detenimiento los aspectos que permiten normas. Cuando sostenemos que la fuente de la norma es ajena al individuo
decimos que estamos frente a una moral heterónoma, es decir, que se rige
caracterizar el plano de lo moral en la sociedad para comprender sus por reglas que se le imponen desde afuera. Entonces, la moral es autónoma
especificidades, y sus diferencias más significativas con el plano de la o heterónoma dependiendo de la fuente de la que emanan las normas que
ética. la rigen.

Hemos ya definido la moral como el conjunto de normas y reglas que Dijimos antes que en el plano de la moral podemos distinguir dos niveles.
una sociedad propone para regular las acciones de los individuos que la Nos referimos ya al normativo. El otro nivel de la moral es el de lo fáctico.
integran. Y en los casos presentados en la actividad anterior nos hemos Este se refiere a los problemas concretos que los sujetos tienen en
enfrentado a ciertos actos o comportamientos particulares de personas, situaciones particulares, problemas ante los cuales deben tomar una
que han tenido consecuencias para ellos mismos y para otros. Esto nos decisión y actuar en función de las normas de conducta por las que se
permitirá ver que el plano de la moral se despliega a un doble nivel: el rigen. El nivel de lo fáctico, así, se refiere a lo práctico. Se vincula con el
de lo normativo y el de lo fáctico. hecho de que los sujetos debieran comportarse de determinada manera
en relación con una norma. Como vemos, si bien podemos diferenciarlos
El nivel de lo normativo está integrado por las normas o reglas que los en el análisis, en la realidad el plano de lo normativo y de lo práctico no
miembros de la sociedad establecen para determinar lo que debe ser o son independientes.
cómo es necesario comportarse. Este nivel es general, ya que se supone
que la validez de esas normas o reglas rige para todos los involucrados.
Al mismo tiempo, apunta al cumplimiento efectivo de la norma. Esto es,
si las normas se proponen o están en vigencia se espera que los individuos
se comporten de acuerdo a lo que ellas establecen.

¿De dónde surgen esas normas con las cuales juzgamos nuestros actos? La
reflexión filosófica sostiene que las normas pueden surgir del sujeto mismo
que actúa o de una fuente externa o diferente del sujeto mismo. En el
primer caso esto no quiere decir que haya tantas normas como individuos y
situaciones en las que este se encuentre. Se trata más bien de considerar
que los sujetos, en tanto comparten un mismo momento histórico social,
adscriben a normas más o menos comunes. Pero lo importante de esta
perspectiva es que sostiene el hecho de que los sujetos son autores de las
normas que guían su conducta. En el segundo caso se supone que hay otra
personalidad u otro punto de origen de las normas, exterior al sujeto que se Muchos individuos adhieren a una
rige por ellas; pongamos por caso algún tipo de divinidad o la naturaleza. moral heterónoma

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FILOSOFÍA

LECTURA Y ACTIVIDADES
Si por moral entendemos un conjunto de normas y reglas de acción destinadas a regular las acciones de los individuos en una comunidad social
dada, el significado, función y validez de ellas no pueden dejar de variar históricamente en las diferentes sociedades. Así como unas sociedades
suceden a otras, así también las morales concretas, efectivas se suceden y desplazan unas a otras. Pero la moral es histórica justamente porque
es un modo de comportarse de un ser -el hombre- que es por naturaleza histórico, es decir, un ser que se caracteriza precisamente por estar
haciéndose, o autoproduciéndose constantemente tanto en el plano de su existencia material, práctica, como el de su vida espiritual, incluida
dentro de ésta, la moral.
La mayor parte de las doctrinas éticas tratan de explicar a la moral a la luz de principios absolutos y “a priori”, y fijan su esencia y función
desentendiéndose de las morales históricas concretas. De este modo, el origen de la moral se sitúa fuera de la historia, lo que equivale a decir
–puesto que el hombre real, concreto es un ser histórico- fuera del hombre real mismo.
Este ahistoricismo moral, en el campo de la reflexión ética, sigue tres direcciones fundamentales:
a) Dios como origen o fuente de la moral. Las normas morales derivan aquí de una potencia suprahumana, cuyos mandamientos constituyen los
principios y normas fundamentales. Las raíces de la moral estarían por encima del hombre.
b) La naturaleza como origen o fuente de la moral. La conducta humana moral sería un aspecto de la conducta natural o biológica. Las cualidades
morales (como por ejemplo, la ayuda mutua, la solidaridad), tendría su origen en los instintos y, por ello, podría encontrarse también en los
animales.
c) El Hombre (o un hombre en general) como origen y fuente de la moral. El hombre al que se hace referencia aquí sería un ser con una esencia
eterna e inmutable, inherente a todos los individuos, cualesquiera que sean su situación histórica o social.
Estas tres concepciones del origen y fuente de la moral coinciden en buscar estos fuera del hombre concreto, real, es decir, del hombre como
ser histórico y social. En un caso se busca fuera del hombre, en un ser que lo trasciende; el otro, en el mundo natural; el tercero, a un hombre
abstracto, irreal, situado fuera de la sociedad y la historia. Frente a estas concepciones hay que subrayar el carácter histórico de la moral en
virtud del propio devenir histórico-social del hombre. Pero el reconocimiento de estos cambios históricos de la moral plantea a su vez dos
problemas importantes: el de las causas o factores que determinan esos cambios y el del sentido o dirección de ellos. Esto es, el de cuál es la
correlación entre el cambio histórico-social y el cambio moral y el de si existe o no, a través del cambio histórico de las morales concretas, un
progreso moral.
Adolfo Sánchez Vázquez
El carácter histórico de la moral (Adaptación)

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CAPÍTULO IV - ¿Con qué criterios pueden juzgarse las acciones humanas?

Vuelvan a considerar la resolución de la primera consigna propuesta


en la actividad anterior, en la que debían analizar las situaciones
concretas por las que pasaban unos individuos. Busquen en las
justificaciones que propusieron cuáles fueron las normas que
supusieron y en función de las cuales determinaron si cada uno de
esos sujetos actuó bien o mal en esa situación. Redáctenlas. Traten
de determinar de dónde provienen o cuál es el origen de esas normas
que tuvieron en cuenta.

Sugerencia
Es común que las normas que rigen la moral de sociedades enteras o de
grupos particulares de personas estén reunidas en códigos que permiten su
transmisión a lo largo del tiempo. Así han llegado hasta nuestros días, por
ejemplo, el código de Hammurabi, el budista, el masónico, etc. Busquen en la
red “códigos morales” e indaguen, además de la época en la que comenzaron
Algunos pensadores han sostenido la posibilidad de una moral autónoma
a tener vigencia, qué normas proponen.
Muchas personas coinciden con ellos

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FILOSOFÍA

1.2.1 Los actos morales b) Que haya conciencia del fin implica que el sujeto puede prefigurar
(es decir, ver por anticipado o imaginar) el resultado que desea
Cuando abordamos los actos en tanto morales podemos identificar alcanzar con su acción. En tanto el motivo nos permite indicar el por
en ellos cuatro aspectos o componentes que están siempre presentes. qué de la acción, el fin nos señala el para qué. Pedro no denuncia a
Estos son: (a) el motivo, (b) la conciencia del fin que se persigue, (c) Pablo para no ser injustamente acusado o para tener la opción de
los medios seleccionados para alcanzar el fin y (d) el resultado trabajar bajo las órdenes de otro jefe. El hecho de que haya conciencia
obtenido. del fin que se persigue y de que exista la voluntad de alcanzarlo
hacen que el acto moral sea voluntario.
a) El motivo consiste en aquello que hace que el sujeto actúe, es
decir, aquello que lo impulsa, lo estimula o lo mueve a realizar una c) Ahora, como comúnmente suele decirse, no alcanza con la voluntad,
acción. Tomemos el caso de Pedro, quien no denunció al directivo con el querer, para que un acto quede efectivamente realizado. Esto
que estaba malversando fondos en la empresa en la que trabaja. Si es, el acto moral no es una mera elucubración intelectual. Implica
pensamos qué motivos pueden haber impulsado su acción podemos realizar las acciones necesarias para lograr el fin, y casi siempre
suponer que han sido el deseo de no verse involucrado en un ilícito para alcanzar el fin es necesario dar unos pasos previos o seleccionar
que no cometió, el temor de perder el puesto de trabajo o el deseo un conjunto de medios que permitirán el logro de lo propuesto. Por
de liberarse de un jefe con el que se lleva mal. eso el otro componente que debemos tener en cuenta en la
consideración del acto moral son los medios.
Si bien esto posibles motivos han llevado a Pedro a realizar una acción
en particular (en este caso, no decir nada), podemos ver que estos d) Desde el punto de vista moral, la realización de un acto implica la
mismos motivos pueden dar lugar a otras acciones: alguien puede selección y la determinación de los medios que se van a poner en
no querer verse involucrado en un ilícito y justamente por ello juego para llevar adelante la acción, para concretarla. Por ejemplo,
denunciar el delito descubierto; o puede querer liberarse de su jefe y el medio que Pedro selecciona para lograr trabajar bajo las órdenes
simplemente renunciar a su trabajo. de otro jefe es, en este caso, dejar que su jefe actual sea falsamente
acusado. Este ejemplo nos permite ver de manera bastante intuitiva
Los motivos que impulsan a actuar pueden ser inconscientes, esto que los medios no son siempre objetos que utilizamos y ni siquiera
es, el sujeto puede no pensar antes de actuar qué es lo que lo lleva unos simples instrumentos neutros a los que recurrir. Cada vez que
a realizar determinada acción. Pero para que el acto sea calificado juzgamos los medios debemos hacerlo en función tanto de los fines
como moral es necesario que el sujeto busque obtener o persiga de que se pretenden alcanzar como de las circunstancias en las que se
manera consciente un fin. lleva adelante el acto. Esto es, los medios se juzgan en el contexto
de la acción.

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CAPÍTULO IV - ¿Con qué criterios pueden juzgarse las acciones humanas?

(e) Finalmente, el resultado consiste en la realización y cumplimiento


efectivo del fin que se persigue. Es el conjunto de las consecuencias
actuales del acto realizado. En el caso que estamos tomando como
ejemplo, Pedro conserva su empleo y se deshace del jefe con el que
se lleva mal, Pablo no es penalizado por sus acciones y Jorge pierde
el trabajo.

Como vemos, en términos morales los actos son considerados no


sólo por las consecuencias que tienen para quienes los realizan sino
también para los otros individuos implicados en la situación de la
que se trate.

¿Lo denuncio o no lo denuncio?


Una misma conducta puede tener
distintas motivaciones

ACTIVIDADES
Para exponer los componentes que integran el acto moral hemos tomado como ejemplo una de las situaciones que presentamos en la actividad
de la página 100. Reúnanse en grupos de no más de tres personas. Vuelvan ahora sobre aquellas situaciones y:
1. Determinen para cada una de las tres restantes los correspondientes motivos, fines, normas y consecuencias.
2. Una vez finalizada esta identificación, comparen con los otros grupos similitudes y diferencias.
3. Indiquen en cuál de los tres componentes se registraron mayores diferencias entre las respuestas proporcionadas por los grupos y en cuáles
mayores similitudes. Expliquen por qué consideran que se produjeron tanto unas como otras.

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FILOSOFÍA

1.2.2 Conciencia moral, responsabilidad y libertad propia vida estaba en riesgo: no es responsable de las consecuencias
de su acción. A diferencia de C, A simplemente no pudo elegir, no
Si bien la descripción de los componentes del acto moral que fue libre de hacerlo.
incluimos en el apartado anterior nos da una idea bastante completa
del mismo, es necesario tener en cuenta otros factores de suma Los actos se consideran morales u objeto de juicio moral si puede
importancia para comprender de manera acabada este objeto que decirse que los sujetos que los llevan adelante son responsables de
estamos tratando de caracterizar. los fines que se propusieron y de los resultados de la acción que
llevaron a cabo. Pero son juzgados como responsables sólo en la
Agreguemos, entonces, algunos otros conceptos. A lo largo de nuestra medida en que hayan tenido libertad de decidir y de elegir qué hacer.
exposición hicimos varias veces referencia al hecho de que existen Es decir, sólo en la medida en que no haya habido algún tipo de
normas que nos permiten juzgar los actos que realizamos. Se dice obligación o coerción externa que los haya compelido a actuar de
que un sujeto tiene conciencia moral cuando ha internalizado esas una manera contraria a sus creencias y deseos.
normas y puede juzgar según ella los fines que se propone, los medios
de los que puede disponer y los resultados posibles de la acción.

Supongamos ahora estas dos situaciones:

 un cierto sujeto A sabe, porque su conciencia moral se lo dicta,


que no debe matar. Sin embargo un día se encuentra en esta
situación: dos personas lo han tomado de rehén y amenazan con
matarlo si no mata a un tercero, B, al que también tienen
prisionero. Nuestro sujeto A, entonces, mata a B.

 un cierto sujeto C sabe, porque su conciencia moral se lo dicta,


que no debe matar. Sin embargo, consigue un arma y una noche
mata a D, un sujeto con el que se cruza en la calle.

Tanto la acción de A como la de B pueden ponerse en relación con la


misma norma: “no matarás”. Sin embargo, pocos se atreverían a juzgar Somos responsables
de la misma manera a A que a C. Algunos argumentarán que no se cuando tenemos libertad
puede simplemente porque A no podía hacer otra cosa dado que su de decidir y elegir
qué hacer

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CAPÍTULO IV - ¿Con qué criterios pueden juzgarse las acciones humanas?

LECTURA Y ACTIVIDADES
Se dice de una persona que es responsable cuando está obligada a responder de sus propios actos. La gran mayoría de los filósofos está de
acuerdo en que el fundamento de la responsabilidad es la libertad de la voluntad. En efecto, dentro de un mundo cuyos fenómenos estuvieran
todos enteramente determinados, la responsabilidad se desvanecería. Ahora bien, una vez admitida la libertad que fundamenta la
responsabilidad se plantean todavía respecto de esta varias cuestiones importantes.
Ante todo, se trata de saber si la responsabilidad afecta solamente a algunos actos de la persona o bien si afecta a todos los actos. Los que
destacan el papel desempeñado por los impulsos naturales suelen adherirse a la primera opinión; los que consideran las personas como siendo
esencialmente una entidad espiritual se inclinan por la segunda, y hasta indican que la persona no solamente es responsable por todos sus
actos, sino también por todos los efectos queridos por tales actos. Hay que advertir, sin embargo, que los partidarios de la responsabilidad total
no ignoran la flaqueza del ser humano e insisten en que para ser responsables los actos deben ser espontáneos y no automáticos.
En segundo lugar, se plantea el problema de los grados de responsabilidad en lo que se refiere a la intención. Así, se ha preguntado si se es
responsable por el mal causado solamente cuando se ha querido el mal o si se es también responsable por tal mal aunque no se haya intentado
producirlo. Las soluciones al respecto varían de acuerdo con la opinión sustentada acerca de la intención moral. Señalaremos que aún cuando no
haya intención puede admitirse la posibilidad de prever el efecto causado por las acciones. Por tal motivo muchos autores se inclinan a
manifestar que hay responsabilidad inclusive cuando, previéndose el mal, se manifiesta decidida oposición a él.
Finalmente, se plantea el problema de la entidad o entidades ante las cuales se es responsable. Hay acuerdo general en que esta entidad o
entidades deben ser de carácter personal. Pero mientras algunos autores subrayan exclusivamente la responsabilidad para con dios, o para
consigo mismo, o para con la sociedad, otros indican que no puede excluirse ninguna de las tres instancias.
José Ferrater Mora
Diccionario de filosofía (Adaptación)

Lean el fragmento de Ferrater Mora reproducido antes y diseñen un cuadro sinóptico en el que sistematicen los aspectos a tener en cuenta a la
hora de reflexionar sobre la responsabilidad de la acción.

Sugerencia
El cine nos ofrece una enorme cantidad de oportunidades para pensar algunas de las cuestiones que venimos viendo en este capítulo. Por ejemplo: La ola (a la
que ya hicimos referencia en el capítulo uno). Esa película puede ser pensada a partir del tema de la responsabilidad, así como también El lector (2008).
También pueden ver Sentencia previa (2002) para discutir acerca de si podemos decir que existe libertad de la voluntad o si nuestras acciones están ya
irremediablemente predeterminadas.

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FILOSOFÍA

1.3. EL PLANO DE LA ÉTICA 1.3.1. Ética descriptiva y ética normativa

Mencionamos al comienzo de este capítulo que la ética busca develar A esta altura del desarrollo de este libro ya deben estar
de manera filosófica los fundamentos de la conducta moral y que, acostumbrados al hecho de que las indagaciones y la curiosidad
en términos históricos, tiene un surgimiento posterior al de la moral. filosófica son casi disposiciones sin fin. Acabamos de decir que la
Es claro ver por qué esto es así. ética tiene como objeto de estudio el sector de la realidad llamado
moral. Pero la filosofía también plantea algunos cuestionamientos
Si aceptamos que se trata de una disciplina filosófica, debe haber para la ética en sí misma. La base del cuestionamiento es la siguiente:
desarrollo filosófico para que haya reflexión ética. Y como ya vimos, si la ética se ocupa de analizar la conducta moral para determinar
la filosofía en tanto pensamiento sistemático acerca del hombre tiene sus características y los principios que la rigen, es decir, si se ocupa
un surgimiento posterior a las relaciones sociales efectivas que los de describir el comportamiento moral, ¿no sería adecuado, además,
hombres han establecido y que suponen la puesta en juego de ciertas que a partir de ese saber general proporcionara justamente la
normas de carácter moral para su regulación. fundamentación o justificación de los principios que debieran regir
la conducta de los sujetos? Esto es, a partir del saber que genera,
La relación que se establece entre la ética y la moral, entonces, es la ¿no debiera proporcionar las normas que de hecho deberían respetar
relación que mantiene cualquier disciplina con su objeto de estudio: las personas?
la ética propone conceptos y principios generales que le permiten
abordar los fenómenos particulares que consideramos morales. Quienes plantean estos interrogantes dan cuenta de la idea de que
Elabora hipótesis y teorías para explicar los principios que rigen la la ética puede tener a su cargo dos tareas distintas, pero no por ello
moral. completamente desvinculadas entre sí: puede responder a la
pretensión meramente científica de dar cuenta cómo es la parte de
Piensen, por ejemplo, en las preguntas con las que abrimos este la realidad que es de su incumbencia, o puede proponer un conjunto
capítulo: ¿con qué criterios pueden juzgarse las acciones humanas? de normas que los sujetos deberían seguir en sus relaciones con
¿En qué medida somos libres? otros sujetos.

Fíjense que estos interrogantes no están planteados para una Esto es, puede asumir las tareas que corresponden a una ética
situación histórica particular sino que tienen pretensión de descriptiva o las que corresponden a una ética normativa.
generalidad: indagan acerca de los principios generales que se ponen
en juego cuando evaluamos las acciones de los sujetos, los aspectos Vamos a llamar ética descriptiva a aquella que sólo pretende
regulares o constantes que hacen a las condiciones de la libertad investigar la conducta moral de las sociedades para explicar sus
para todo tiempo y lugar. causas, describir sus aspectos particulares, etc., y ética normativa a

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CAPÍTULO IV - ¿Con qué criterios pueden juzgarse las acciones humanas?

aquella que tiene la pretensión de señalar la mejor conducta en suponer que sucede con la norma “no matarás”) o su vigencia tiene
sentido moral y proponer las normas que debieran no sólo guiar la una fecha de caducidad?
acción sino también servir de criterio para juzgarla.
Sea lo que sea que respondamos a estos interrogantes, lo que
Ahora bien, plantear un papel normativo para la ética conlleva dos debemos tener en claro es que si la ética adopta esta postura
problemas no menores: el de determinar quiénes serían los normativa pierde buena parte de su carácter “científico-filosófico”
encargados de proponer las normas que deben cumplir los sujetos y en la medida en que pasa de decir cómo es la realidad moral a decir
el de determinar por qué esas normas deberían cumplirse, es decir, cómo debiera ser.
el de determinar la fuente de su legitimidad. Veamos estas dos
cuestiones brevemente.

Pensar la ética en clave normativa nos pone ante la necesidad de


determinar quiénes serían los encargados de proponer las normas
que deben estar vigentes para todos los miembros de la sociedad.
¿Se trataría de personas especiales, que contaran con un tipo de
saber particular? ¿Cómo se las elegiría? ¿Sería correcto que las
eligieran otras personas que no tuvieran los mismos conocimientos
específicos? ¿Cuáles serían los criterios para evaluarlas? ¿Quiénes
deberían evaluarlas? ¿Cómo podríamos asegurar que esos individuos
propusieran normas que favorecieran al conjunto de la sociedad y
no buscaran sólo defender sus propios intereses particulares?

En estrecha vinculación con los interrogantes anteriores, considerar


que la ética tiene una dimensión normativa también nos pone frente
a la necesidad de determinar, como anticipamos, cuál es la fuente
de legitimidad de las normas propuestas, esto es de dónde las normas
sacan su validez. ¿Deberíamos aceptar aquellas normas que postule
ese grupo encargado de proponerlas, simplemente porque les hemos
cedido la autoridad para hacerlo? ¿Las normas legítimas son aquellas
que se supone que siempre han estado vigentes (como podemos
Las normas morales son de origen social
y nuestros padres, habitualmente, son los primeros transmisores

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FILOSOFÍA

LECTURA
Independientemente de las reflexiones filosóficas, lo cierto es que la ética desempeña un papel normativo importante en la sociedad. Es
bastante común escuchar, por ejemplo que la actividad de ciertos profesionales como los médicos, los psicólogos, los abogados o los periodistas,
está regulada por un conjunto de normas especiales que hacen foco en su práctica profesional y que no tienen vigencia para el resto de las
personas que no desempeñan dicha profesión. Esas normas aparecen expresadas en los diversos códigos profesionales.
En estos casos, se tiene en cuenta que el hecho de contar con un saber especial puede dar o conferir un poder o una capacidad particular para
actuar sobre otras personas que no están en la misma posición de decidir si ese actuar es correcto o no. Pensemos un caso fácil: por su saber
profesional cualquier médico tiene la capacidad de intervenir de manera directa en los procesos vitales de otros sujetos, en sus cuerpos. Todos
aquellos que no somos médicos no contamos con el igual nivel de saber para determinar si esas intervenciones son correctas o debidas. Lo
mismo puede decirse de cualquier profesional que puede intervenir de manera directa en la vida de otra persona a partir del saber que ha
conseguido; como dijimos antes, los abogados, los psicólogos, etc. Socialmente se considera, entonces, que cualquier saber especial que
confiere una capacidad de acción particular debe implicar, también, obligaciones específicas.
Las obligaciones éticas que rigen las prácticas profesionales se vuelcan en códigos que reúnen las normas aceptadas por la comunidad. En
muchos casos, cuando una persona alcanza la formación que la habilita para un determinado ejercicio profesional, realiza un juramento por el
cual se compromete a cumplir las obligaciones que emanan de las normas que rigen su campo de saber. Quizás hayan oído hablar, por ejemplo,
del juramento hipocrático. Originalmente éste refería a la promesa de cumplir las normas que, según el médico griego Hipócrates (en el siglo V
a.C.) debían regir las obligaciones de todos sus colegas. Si bien hoy se sigue realizando el juramento hipocrático sus contenidos han cambiado:
la comunidad médica se ha topado con otros problemas y otras situaciones particulares distintas a las que enfrentaba Hipócrates y, entonces, se
vio obligada a volver a pensar sus obligaciones y responsabilidades.
A lo largo del tiempo las transformaciones sociales producen cambios en los códigos.
Pero los cambios no suceden sólo al interior de unas profesiones: también surgen otras nuevas que demandan la creación de sus propios
códigos.
Existe una subdisciplina de la ética que se encarga de estudiar el conjunto de deberes y obligaciones morales que tienen los profesionales de
una determinada rama: la deontología. Su origen data del siglo XIX, y surgió a partir de la propuesta que realizó el abogado y filósofo Jeremy
Bentham (Inglaterra, 1748-1832) de estudiar y establecer ese conjunto de normas.

Sugerencia
Existen muchos códigos de ética profesional que pueden consultarse en la web. Fíjense, por ejemplo, el propuesto por la Asociación Médica Argentina en
http://www.ama-med.org.ar/codigoetica.asp;
el que deben cumplir los contadores públicos, en
http://www.consejo.org.ar/elconsejo/etica.htm;
o el propuesto por el Foro de Periodismo Argentino, en
http://www.fopea.org/Etica/Codigo_de_Etica

110
CAPÍTULO IV - ¿Con qué criterios pueden juzgarse las acciones humanas?

1.4. UNA CLAVE PARA COMPRENDER LA ÉTICA: La sensación es resultado del hecho de que, desde nuestro punto de
ATRIBUIR VALOR A LAS ACCIONES vista de filósofos críticos, no podemos establecer una única definición
de lo valioso o de lo bueno sino que debemos estar atentos al contexto
Una vez consideradas las cuestiones generales que nos permiten filosófico e histórico en el que cada teoría ética se propone.
ubicarnos en el ámbito general de la reflexión filosófica sobre las
conductas morales, vamos a detenernos en conocer la concepción Para comprender las concepciones filosóficas que veremos a
que tienen al respecto algunos filósofos en particular. Pero para poder continuación, entonces, debemos tener en cuenta que están
abordar esas propuestas filosóficas particulares es necesario antes propuestas en un contexto socio histórico particular y que quienes
hacer una consideración final más, de carácter general. las proponen adoptan un enfoque ético en función de lo que en cada
uno de esos contextos valoran como bueno o como un bien.
Tengamos en cuenta que cuando evaluamos el carácter moral de
una acción estamos pensando, como ya dijimos, en acciones que
puedan elegirse. Si no hay elección, no hay responsabilidad moral. Y
elegir es preferir: preferimos no mentir a hacerlo; preferimos ser
honestos a ser deshonestos.

Preferimos en tanto asignamos un valor determinado a las cosas y a


las acciones. Y el valor que asignamos, por supuesto, dependerá de
nuestro contexto. Si pensamos en las preferencias que acabamos de
mencionar, alguien podría sostener que no son valiosas. Un ladrón,
por caso, puede preferir mentir (y valorar positivamente esa acción)
porque considera que es una conducta aceptable o porque le permite Mujeres musulmanas
lograr otros fines que, en su caso, también considera valiosos.

Sin detenernos demasiado en las cuestiones relativas a la mirada


filosófica sobre los valores (tarea de la que se ocupa la axiología)
digamos que, en términos generales, se suele considerar valioso lo
que valora como positivo desde un punto de vista moral y se valora Mujeres porteñas
como tal lo que se cree que es bueno. Parece que estamos dando En distintos contextos
vueltas en círculos ¿verdad? históricos y culturales
varían las nociones de
lo que está bien o mal

111
FILOSOFÍA

2. LA CONCEPCIÓN ARISTOTÉLICA DE LA ÉTICA 2.1. LA EUDAIMONÍA COMO FIN

A lo largo de las páginas anteriores ya nos hemos encontrado varias Aristóteles consideraba que para comprender las acciones del hombre
veces con Aristóteles. Volvemos a recurrir a él ahora dado que dentro en clave ética era necesario tener en cuenta por lo menos dos
de la historia de la filosofía se considera que su obra Ética a Nicómaco cuestiones.
es uno de los primeros y fundamentales tratados sobre ética y moral
de los que se tiene registro.  La primera, que no podemos pensar en términos de que existe un conjunto
de leyes éticas universales y válidas absolutamente para todos y a partir de
allí inferir de qué manera deben comportarse los sujetos. Es necesario más
La concepción ética de Aristóteles está en relación con sus ideas bien partir de casos particulares, de lo que se ve, analizar las ideas más o
generales acerca del mundo y de la naturaleza. Para este filósofo menos aceptadas en la sociedad y, a partir de allí, inferir o establecer los
todo en la naturaleza, todo lo que sucede, se produce cumpliendo un principios éticos que rigen lo social.
fin. Tomemos un ejemplo muy sencillo: el fin de una semilla es
 La segunda cuestión a tener en cuenta es que no podemos olvidar que el
convertirse en el árbol o la planta que corresponde a su especie. En hombre es un ser complejo que está formado tanto por una parte sensible
función de esto se considera que su perspectiva es teleológica. como por una parte racional. La parte sensible es aquella que los hombres
“Telos” (ôÝëïò) es un término griego que significa fin. La perspectiva tienen en común con los animales, la que los hace someterse a deseos que
teleológica no se aplica sólo al mundo natural sino también al humano a veces son irracionales. La parte racional es, por supuesto, aquella que le
y va a abonar el terreno sobre el que Aristóteles plantea su aporta a los hombres su carácter distintivo y superior. Las acciones humanas
comprensión de las acciones de los hombres desde la reflexión ética. suponen la presencia de estos dos factores.

Ahora bien, lo que vemos es que los hombres actúan, y ¿cuál es el


fin de sus acciones? Aristóteles nos dirá que actúan porque apuntan
al bien, al bienestar; en términos griegos, a la eudaimonía
(åýäáéìïíßá). Y para este filósofo el bienestar es la felicidad. La
felicidad es el fin o propósito, el telos, que persiguen las acciones
humanas.

Pero tratándose Aristóteles de un filósofo griego del siglo V a.C.,


sería sospechoso suponer sin más que comprendemos de qué nos
habla cuando se refiere a la felicidad, o que la felicidad es para él lo
mismo que para nosotros.
Como Aristóteles, Fernando Savater escribió una
ética dedicada a su hijo: Ética para Amador

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CAPÍTULO IV - ¿Con qué criterios pueden juzgarse las acciones humanas?

2.2. EXCELENCIA Y VIRTUD Debemos, entonces, buscar por otro camino la felicidad. Aristóteles
lo encuentra en la virtud, en la areté (ÜñåôÞ). La virtud es la
Existen muchas diferencias entre la manera de pensar de Aristóteles excelencia, esto es, la perfección en el ejercicio de la función que,
y la nuestra. Esto puede parecernos algo lógico y natural dada la por definición, le corresponde a algo o alguien. Esta concepción puede
gran cantidad de años que nos separan. Pero las diferencias también considerarse vigente hasta nuestros días en cierto uso del lenguaje.
existían entre los griegos de esa época y, como veremos, la Tengan en cuenta que nosotros usamos las palabras “excelencia” y
interpretación de Aristóteles no era la que predominaba de manera “virtud” en este sentido. Decimos por ejemplo que un pianista es un
uniforme entonces. virtuoso porque es capaz de ejecutar con máxima excelencia su arte.

Para algunos griegos de la época, no aristotélicos, la felicidad La función que el hombre puede desarrollar con excelencia es el
consistía en vivir en continuo estado de placer, en contacto ejercicio de la razón. Entonces, la virtud se encontrará en la
permanente con lo que proporcionaba satisfacción tanto al cuerpo perfección en el uso de la razón, es decir, en el desarrollo completo
como al alma. Agruparemos a los partidarios de esta concepción en de la vida racional del hombre.
términos amplios bajo el nombre de hedonistas.
Ahora bien, aunque resalta el componente racional del hombre, como
Mientras los hedonistas, consideraban que el fin último de la praxis buen científico que era. Aristóteles no pude negar que el hombre es
era la consecución del placer, Aristóteles desechaba esta idea también un ser sensible y que tiene capacidad de desear bienes que
principalmente por dos motivos. satisfagan sus sentidos. Para dar cuenta también de esta situación
el filósofo griego afirma entonces que hay dos tipos de virtudes: las
 El primero, porque si el fin de nuestras acciones es obtener placer, éticas o morales y las dianoéticas o intelectuales.
dependemos siempre de aquello que nos proporciona ese placer. Pero si
dependemos de algo somos esclavos, no somos libres. Y nadie puede ser feliz
si no es libre. Entonces, de ninguna manera es la búsqueda del placer lo que
puede conducirnos al fin supremo de la felicidad.

 El segundo motivo por el cual Aristóteles se oponía a las propuestas


hedonistas es el de que si estamos atados a los placeres, estamos sometidos
a la parte sensible de nuestro ser (porque nuestro filósofo se concentraba en
considerar los placeres que podían obtenerse a partir de los sentidos). En
tanto la parte sensible es lo que los hombres y los animales tienen en común,
perseguir el placer como fin de la acción implica seguir lo que menos de
humano tienen el hombre.
¿El placer conduce a la felicidad?
Estos son típicos problemas filosóficos
¿En qué consiste el placer?

113
FILOSOFÍA

2.2.1. Virtudes éticas y dianoéticas acciones serían reprobables en términos morales. La primera acción
sería reprobable porque representaría el extremo de la indiferencia;
Para Aristóteles la virtud es un estado que puede alcanzarse por la segunda, porque daría cuenta del extremo de la temeridad. Lo
aprendizaje: si uno ejercita o pone en práctica las acciones que se moralmente adecuado en este caso, lo virtuoso, sería lo que
adecuan a la clase de persona que se quiere ser, es posible que representaría el justo medio: asegurarnos de alguna manera nuestra
alcance un estado virtuoso particular, ya sea que se vincule con una supervivencia (con un chaleco salvavidas, atándonos con una soga
virtud ética o una dianoética. larga a un árbol, buscando un bote o lo que fuera) y ayudar al otro
individuo.
Las virtudes éticas son aquellas que se relacionan con la forma de
ser que las personas desarrollan a través de las acciones que Las virtudes dianoéticas, por su parte, son las que se alcanzan
responden a la parte sensible, apetitiva y volitiva, de los seres mediante la actividad de la facultad superior del hombre, la razón.
humanos; es decir, a la parte que corresponde a los deseos o los Se vinculan con el ejercicio del conocimiento, del arte, la ciencia y la
apetitos. Para que haya valor moral en las acciones de este tipo es sabiduría.
necesario que se cumplan algunas condiciones:
Estas virtudes permiten alcanzar la felicidad completa por dos
 los actos tienen que ser resultado de una elección. En esto motivos. El primero, porque ponen en acto la actividad superior del
Aristóteles estaría de acuerdo con nosotros: si no hay libertad de hombre. El segundo, porque se ejercen como un fin en sí mismo. No
elección no hay responsabilidad y, por lo tanto, los actos no pueden buscamos la sabiduría como un medio para lograr otro fin sino que
juzgarse desde el punto de vista moral. el solo estado de bienestar que se alcanza con el conocer es un fin
en sí mimo. En tanto el deseo de saber no depende de otra cosa, es
 Los actos deben ser habituales, no debe tratarse de un caso aislado. autárquico y, por lo tanto, virtuoso.
No es suficiente con que una vez no mienta, por ejemplo, para
considerar que mi conducta es virtuosa o moral. Es necesario que Un aspecto interesante que sostiene Aristóteles respecto de estas últimas
los actos establecidos formen parte del carácter de los sujetos, y el virtudes, las que tienen mayor valor ético y moral, es que pueden
desarrollarse si hay seguridad económica y libertad personal. Esto quiere
carácter implica una forma de ser que permanece en el tiempo. decir que estas virtudes las podrán alcanzar tanto aquellos que no tienen
que preocuparse por asegurar su subsistencia como aquellos que no
 La acción debe ser medida, esto es, debe poder ubicarse en una dependen de nadie. Ahora bien, si pensamos en el tipo de sociedad en la que
posición intermedia entre su ausencia y el punto máximo de su este filósofo vivía, claramente comprendemos que con el establecimiento
ejercicio. Supongamos, por ejemplo, que vemos una persona de estas condiciones deja afuera de la posibilidad de desarrollar una
conducta ética superior o virtuosa a dos grupos sociales muy claros: las
ahogándose en medio de un río y que no somos nadadores muy mujeres y los esclavos.
hábiles. Tanto si nos diéramos la vuelta y nos fuéramos sin prestarle
ayuda, como si nos arrojamos sin más a tratar de salvarla, nuestras
114
CAPÍTULO IV - ¿Con qué criterios pueden juzgarse las acciones humanas?

LECTURA Y ACTIVIDADES
Lean el texto que se encuentra a continuación. Tengan en cuenta que Aristóteles escribe de una manera particular (recuerden, si no, la definición de
verdad que reprodujimos de él en una lectura del capítulo tres), y que debe leérselo de manera muy atenta. Luego resuelvan las consignas planteadas.
Es, por tanto, la virtud un hábito selectivo que consiste en un término medio relativo a nosotros, determinado por la razón y por aquello por la cual
decidiría el hombre prudente. El término medio lo es entre dos vicios, uno por exceso y otro por defecto, y también por no alcanzar en un caso y
sobrepasar en otro el justo límite en las pasiones y las acciones, mientras que la virtud encuentra y elige el término medio. Por eso, desde el punto de
vista de su entidad y de la definición que enuncia su esencia, la virtud es un término medio, pero desde el punto de vista de lo mejor y del bien, un
extremo.
Sin embargo, no toda acción ni toda pasión admite el término medio, pues hay algunas cuyo mero nombre implica la maldad, por ejemplo, la
malignidad, la desvergüenza, la envidia; y entre las acciones el adulterio, el robo y el homicidio. Todas estas acciones y las semejantes a ellas se llaman
así por ser malas en sí mismas, no sus excesos ni sus defectos. Por tanto, no es posible nunca acertar con ellas sino que siempre se yerra. Y no está el bien
o el mal, cuando se trata de ellas, por ejemplo, en cometer adulterio con la mujer debida y cuándo y cómo es debido, sino que, en absoluto, el hacer
cualquiera de esas cosas está mal. Igualmente absurdo es creer que en la injusticia, la cobardía y el desenfreno hay término medio, exceso y defecto,
pues entonces tendrá que haber un término medio del exceso y del defecto, y un exceso del exceso y un defecto del defecto. Por el contrario, lo mismo
que no hay exceso ni defecto en la templanza ni en la fortaleza, por ser el término medio en cierto modo un extremo, tampoco hay un término medio
ni un exceso o defecto en aquellas cosas, sino que cualquier modo que se hagan, se yerra; pues, en general, ni existe término medio del exceso y del
defecto, ni exceso y defecto del término medio.
Aristóteles
Ética a Nicómaco, Libro 2, 6

1. Escriban un párrafo en el que expliquen qué significa hablar de “término medio relativo a nosotros”.
2. Retomen el ejemplo de término medio que dimos en el punto c) del apartado 2.2.1. Determinen si el término medio se modificaría o no, y de qué
manera si: a) quien se estuviera ahogando fuera un enemigo; b) si el que se estuviera ahogando se hubiera tirado al agua aunque no supiera nadar; c)
si el que puede salvarlo fuera un nadador experimentado; c) si el que puede salvarlo fuera alguien que tiene fobia al agua.
3. ¿Cómo denomina Aristóteles a las acciones que no son virtuosas?
4. Escriban un párrafo en el que expliquen el significado de la frase: “… desde el punto de vista de su entidad y de la definición que enuncia su esencia,
la virtud es un término medio, pero desde el punto de vista de lo mejor y del bien, un extremo.”
5. ¿Qué significa que no toda acción admite un término medio?
6. Elaboren una lista de las acciones y pasiones que Aristóteles menciona como virtuosas y de aquellas que no lo son. Agreguen ustedes dos a cada una
de las instancias de dicha lista.

Sugerencia
Si quieren ver un resumen de la propuesta aristotélica visiten:
http://www.youtube.com/watch?v=SxZsxS-LC7Q
Presten especial atención a la explicación que se da aquí de la relación entre medios y fines.

115
FILOSOFÍA

3. LA ÉTICA UTILITARISTA: La propuesta de Mill se diferencia de la del filósofo griego en que la


LA PROPUESTA DE JOHN S. MILL felicidad no está en el logro de la virtud sino en la utilidad: lo bueno es
lo que resulta útil y lo que resulta útil es lo que conlleva la mayor felicidad
A lo largo de la historia de la filosofía podemos rastrear distintas para el mayor número posible de personas.
valoraciones de la conducta en términos éticos. Dijimos que, en líneas
generales, se considera valioso lo que es bueno, y bueno lo que es positivo. Como todo enfoque ético, la propuesta utilitarista implica una reflexión
Pero la cuestión está en que “positivo” puede designar distintas cosas. sobre la conducta y las acciones de los sujetos. A partir de sus reflexiones,
Como vimos en Aristóteles, lo bueno, lo positivo, es la felicidad. Mill afirma que los sujetos actúan porque tienen deseos y que sus deseos
están, por supuesto, ligados con la consecución del placer. Ahora bien,
Veremos ahora la propuesta de un filósofo que podríamos decir que placeres hay de dos tipos. Por un lado están los que se encuentran ligados
coincide con Aristóteles en que lo bueno es la felicidad, aunque asigna a las sensaciones y, por el otro, los vinculados con el intelecto y la razón.
al término un significado distinto. Este filósofo es John Stuart Mill. Por supuesto que la valoración positiva está puesta del lado de los
placeres del intelecto, a los que considera placeres superiores.
Además de filósofo, Mill fue un economista (1806-1873) con una
influencia predominante en el mundo intelectual de habla inglesa durante Los sujetos actúan, entonces, porque desean y logran la felicidad si
el siglo XIX. Hijo de su tiempo, estaba fuertemente influenciado por las alcanzan aquello que se han propuesto, lo que han deseado. En este
ideas éticas de su predecesor en la escuela utilitarista, Jeremy Bentham sentido, lo útil y lo valioso moralmente será aquello que permita cumplir
(1748-1836), al tiempo que adscribía a las ideas liberales de amplia con los deseos y proporcione, en consecuencia, la mayor felicidad.
difusión en su época, que otorgaban marcada importancia a las libertades
individuales y al progreso en general. Por ello Mill valoraba la opinión
de los individuos y el conocimiento como medios que permitían lograr el
avance tanto intelectual como social de la humanidad.

Sobre la base de este enfoque general, Mill pretendía proponer una


filosofía que proporcionara principios que ayudaran a lograr el progreso
del conocimiento científico, de las libertades individuales y, en definitiva,
de la felicidad humana. Esta base nos permite ya hacernos a la idea de
que por más que Aristóteles y Mill hablen de la felicidad como el fin de
las acciones moralmente valiosas no están asignando a ese término el
John Stuart Mill vivió en un contexto
mismo significado, y eso principalmente porque sus contextos históricos socioeconómico muy diferente al de
sociales y filosóficos difieren enormemente. Aristóteles. Por eso, sus conceptos
de‘felicidad’ difieren

116
CAPÍTULO IV - ¿Con qué criterios pueden juzgarse las acciones humanas?

3.1. LAS CONDICIONES DE LA PROPUESTA ciudad, y por lo tanto, la restricción impuesta a la libertad particular
es valiosa en términos morales? Las dos situaciones que pusimos
¿Puede proponerse sin restricciones el criterio de utilidad para valorar como ejemplo nos permiten dar cuenta de algunos de los
las acciones en general? Esto es, ¿podemos afirmar sin más que la interrogantes que surgen cuando pensamos en la utilidad como
conducta valiosa desde el punto de vista de la moral es aquella que criterio para juzgar las acciones en términos morales.
resulta útil para el cumplimiento de los deseos?
Si utilizamos el criterio utilitarista para juzgar las acciones particulares,
Buscando una respuesta, supongamos esta situación. Juan se es decir, las de los individuos tomados de manera aislada, podemos
enamora de Elena quien está de novia con Mauro. Juan le dice a encontrar que a veces esas acciones entran en contradicción con
Elena que está enamorado de ella y que quiere que sea su novia, normas cuyo cumplimiento consideramos que nos conduce a acciones
pero ella lo rechaza. Con la ayuda de unos amigos, Juan hace correr moralmente correctas. Por ejemplo: “no se debe mentir” es una norma
una serie de mentiras sobre Mauro en las redes sociales, entre ellas, habitualmente aceptada a partir de la cual juzgaríamos la acción de
que está con otra chica. La pareja se pelea. Juan encuentra nuevas Juan como incorrecta en términos morales. Pero a nadie se le ocurriría
oportunidades de acercarse a Elena y de comenzar una relación con que es útil y valioso cumplirla si de ello depende la vida propia: si
ella. alguien miente para salvar su vida, tenderíamos a decir que ha
actuado correctamente, aunque haya violado la norma.
Es evidente que, en este caso, las acciones que realizó Juan buscando
satisfacer con sus deseos implican para él el camino para lograr su Mill trata de solucionar esta dificultad sosteniendo que es mejor
mayor felicidad. En términos estrictos, a él la mentira le resultó útil. considerar bajo un criterio utilitarista un conjunto de actos que cada
Pero ¿sería correcto juzgar su acción de mentir como buena en sentido acto particular. Esto implica que se deben aceptar las aquellas reglas
moral? que, cuando se adoptan, tienen en general mejores consecuencias
para una mayor parte de la gente que las que consecuencias que se
Pongamos otro ejemplo. En una ciudad cualquiera existe un enorme derivan de aceptar una regla alternativa o que la contradiga. Así,
problema de tránsito: en los últimos años hubo tal incremento en la son más útiles para la felicidad común las consecuencias de adoptar
compra de autos particulares que la cantidad que circula provoca la regla de “no mentirás” que las de aceptar “debes mentir”.
constantes colapsos, atascamientos y accidentes en las calles. Un
gran número de vecinos pide al gobierno que regule la situación. Las En términos técnicos, vamos a decir entonces que la propuesta apunta
autoridades municipales toman cartas en el asunto y limitan de a un utilitarismo de la norma en lugar de a un utilitarismo del acto.
manera estricta la circulación de autos particulares en los días hábiles. Cuando se evalúan los actos particulares se habla de utilitarismo
¿Podemos, en este caso, determinar que las nuevas medidas son del acto y se tiene en cuenta si el acto sirve sólo a propósitos egoístas
útiles y que provocarán la mayor felicidad de los habitantes de esta de quien realiza el acto o si son buenas para el conjunto social.

117
FILOSOFÍA

Por otro lado, hay muchas situaciones en las que no se puede


determinar cuáles de los cursos de acción posibles producirán la
mayor felicidad para el mayor número de personas. Pensemos en el
ejemplo de la ciudad que vimos antes. Los propietarios de los autos
no estarán felices con la nueva normativa y sí lo estarán los que
viajan en transporte público o los que sufren de manera directa las
consecuencias nocivas del tránsito, al revés de lo que posiblemente
pasara antes de la aplicación de los nuevos controles.

¿Se puede hablar de la conveniencia de aplicar el criterio utilitarista


en este caso? Mill diría que no es tan sencillo porque en esta
situación, como pasa en muchas otras, no resulta tan sencillo
determinar qué curso de acción provoca la mayor felicidad para el
mayor número posible. En esos casos, entonces, no es conveniente
aplicar el criterio de utilidad.

Algunas restricciones a nuestra libertad individual


benefician a la mayor parte de las personas

118
CAPÍTULO IV - ¿Con qué criterios pueden juzgarse las acciones humanas?

ACTIVIDADES
Lean los fragmentos de Mill que se encuentran a continuación y luego resuelvan las consignas planteadas.

Desde el momento en que la conducta de una persona es perjudicial a los intereses de otra, la sociedad tiene derecho de juzgarla, y la pregunta
sobre si esta intervención favorecerá o no el bienestar general se convierte en una cuestión debatible. Pero no hay ocasión de debatir este
problema cuando la conducta de una persona no afecta más que a sus propios intereses, o afecta a los de los demás en cuanto a que ellos lo
quieren (siempre que se trate de personas mayores de edad y dotadas de una inteligencia común). En tales casos debe existir libertad completa,
legal o social, de ejecutar una acción y de afrontar las consecuencias.
Sería una grave incomprensión de esta doctrina [la del utilitarismo] suponer que defiende una egoísta indiferencia, y que pretende que los
seres humanos no tienen nada que ver con su doctrina mutua, y que sólo deben inquietarse por el bienestar de las acciones de otro cuando su
propio interés está en juego. Es preciso, por supuesto, incrementar, no disminuir, nuestros esfuerzos interesados por incrementar el bien de
nuestros semejantes.
John S. Mill
Sobre la libertad (Adaptación)

El credo que acepta la Utilidad o Principio de la Mayor Felicidad como fundamento de la moral sostiene que las acciones son justas en la
proporción con que tienden a promover la felicidad; e injustas en cuanto tienden a producir lo contrario de la felicidad. Se entiende por
felicidad el placer, y la ausencia de dolor; por infelicidad, el dolor y la ausencia de placer.
Una concepción justa de la Utilidad o Felicidad es la regla directiva de la conducta humana. Pero no es la regla un criterio de mayor felicidad del
propio agente, sino la mayor cantidad de felicidad general; y si puede dudarse de que un carácter noble sea siempre más feliz por su nobleza,
no cabe duda de que hace más felices a los demás, y que el mundo en general alcanzar su fin con el cultivo general de la nobleza de carácter, si
la suya propia, en lo que a la felicidad concierne, fuera una pura consecuencia del beneficio.
John S. Mill
El utilitarismo (Adaptación)

Reúnanse en grupos de no más de cuatro personas y respondan las siguientes preguntas con sus propias palabras pero respetando el vocabulario
adecuado:

1. ¿Cuál es el límite que impone Mill a la injerencia de la sociedad en la valoración o enjuiciamiento de la conducta de las personas?
2. ¿Qué relación puede establecerse entre ese límite y la idea de justicia?
3. ¿Por qué el autor sostiene que no es adecuado considerar que el utilitarismo promueve o defiende el egoísmo?

119
FILOSOFÍA

4. EL MODELO ÉTICO PROPUESTO POR KANT 4.1. EL HOMBRE ENTRE DOS MUNDOS

Como pueden ver, este libro está lleno de retornos a filósofos que ya El hombre, como sujeto de conducta moral, responde, para Kant, a
hemos abordado en instancias anteriores. Volvemos ahora a Kant las mismas características que le asignaba en cuanto sujeto de
así como en unos párrafos anteriores volvimos a Aristóteles. conocimiento: es un ser entre dos mundos: el de la sensibilidad y el
de la razón; un sujeto que está en contacto con sus pasiones y que
Los retornos se justifican en parte por el hecho de que, generalmente, tiene a disposición una capacidad de orden superior a la que puede
los sistemas filosóficos propuestos por los pensadores no son someter su conducta.
sesgados. Esto es, en tanto se ocupan del hombre y de su contexto,
abarcan diversos aspectos que hacen a la realidad huma: por ejemplo, Siendo parte de la naturaleza, los sujetos tienen inclinaciones (en el
el hombre como ser que conoce o como ser que actúa. sentido de “preferencias”) de naturaleza física y psicológica. Cuando
esas inclinaciones guían la acción para obtener felicidad o placer,
Pero volver sobre los filósofos vistos también se justifica por la por ejemplo, el énfasis está puesto en el fin, que es variable porque
importancia que dentro de la historia de la filosofía se adjudica a depende de cada individuo. Esto es, no todos los individuos obtienen
sus propuestas. En este aspecto, Kant es un clásico al que siempre el mismo placer o la misma felicidad de iguales fines.
se retorna. Por eso veremos entonces a continuación su propuesta
ética, que desarrolló en trabajos como el de 1788, Crítica de la razón Pensemos en el caso de Juan, al que recurrimos cuando hablamos
práctica. de Mill. Guiado por su pasión, miente a fin de conseguir una
oportunidad para que Elena se enamore de él, y en ese intento no
En esta obra, “crítica” tiene el mismo significado metodológico que duda en sacrificar a Mauro. Consideremos también el caso del sujeto
se le asignaba en Crítica de la razón pura. La crítica se ocupa de que miente para salvar su vida.
determinar las condiciones de posibilidad de toda conducta y de todo
principio moral para todo individuo. Tanto la acción de Juan como la de este último individuo están en
oposición respecto de una misma norma y diríamos que un términos
Esto es, el interés de Kant estaba en determinar qué condiciones globales una es mala en sus efectos y la otra es buena. Esto nos
debían cumplir los conceptos y los principios que los sujetos debían conduce a la conclusión de que a veces es malo mentir (es decir, es
seguir para que su conducta fuera considerada moral. malo no cumplir con la norma “no mentirás”) y a veces es bueno.

Para Kant, las acciones morales no pueden ser consideradas de esta


manera, porque si prestamos atención a cada cuestión particular no
se pueden determinar las condiciones generales que hacen buena a

120
CAPÍTULO IV - ¿Con qué criterios pueden juzgarse las acciones humanas?

una acción para todo sujeto y todo lugar. Y este filósofo considera 4.2. LA NORMA POR EXCELENCIA:
que esto es un requisito indispensable, si estamos buscando las EL IMPERATIVO CATEGÓRICO
condiciones de posibilidad de todo acto moral. Pero esta forma de
considerarlas las acciones también falla porque estas no pueden Detengámonos ahora a considerar con un poco más de detalle la
juzgarse como buenas o malas por sus efectos sino por el principio naturaleza de estas normas o principios propuestos por la moral
que las guía, es decir, por la norma o máxima que el individuo tiene kantiana. Como ya dijimos, son normas dictadas por nuestra razón y
en mente al momento de actuar. Es allí, en la norma, donde que deben ser universales, es decir, válidas para todo sujeto en
encontraremos la regulación válida y necesaria para todo sujeto. cualquier circunstancia en la que este se encuentre.

¿Pero cuándo actuamos guiados por la norma? Es cierto que el hombre Pero ¿cómo hago para saber si, efectivamente, la norma por la que
está sometido a sus pasiones o inclinaciones y no puede elegir si las rijo mi conducta es moral?
tiene o no porque no puede dejar de ser parte de la naturaleza. Pero
lo que sí puede elegir es si actúa siguiendo sus pasiones o actúa Para determinar el carácter moral debo preguntarme si quiero que
siguiendo los principios que le dicta la razón. Esto es, los sujetos esa máxima o regla que rige mi conducta rija también por igual para
tienen la posibilidad de elegir actuar movidos por la inclinación o todos los sujetos posibles. Kant lo expresa así en Fundamentación
por el deber. metafísica de las costumbres, diciendo: “obra de manera tal que tu
máxima pueda ser elevada a ley universal”. En términos coloquiales
Cuando actúan movidos por el deber, siguiendo los dictados de la esto sería: “preguntate si querés que todos los sujetos del mundo
razón, sus acciones no son evaluadas en función del fin que persiguen cumplan con la norma que vos estás aplicando cuando actuás”.
sino en función de la norma que las guía y, en ese sentido, podemos
evaluarlas en términos morales. Si nuestro sujeto imaginario Juan aplicara este test, debiera
preguntarse si quiere (o puede querer) que todos los sujetos actúen
según la máxima “miente todas las veces que sea necesario para
conseguir lo que deseas”, aunque eso perjudique a otros e, incluso,
en algunos casos a él mismo. Es de suponer que Juan no admitiría
eso y, por lo tanto, su máxima no es un principio universalizable dictado
por la razón moral.

Ahora, pensemos en nuestro segundo sujeto imaginario, el que miente


para salvar su vida. En ese caso, este individuo puede decir que la
máxima que ha guiado su conducta es “miente todas las veces que

121
FILOSOFÍA

sea necesario si lo que deseas es salvar tu vida”. Pero Kant tampoco 4.3. DE LA FELICIDAD AL DEBER
aceptaría que esta es una máxima universalizable dictada por la razón
porque está sometida a una condición, esto es, depende de un “si…”. Como podemos ver, si lo comparamos con las dos propuestas que
Y lo que podemos poner detrás de ese “si…” dependerá de cada vimos antes en este capítulo, (la de Aristóteles y la de Mill), la
sujeto o circunstancia. Podríamos aceptar como correcta la conducta perspectiva de Kant cambia el eje del pensamiento moral. Ya no se
de este sujeto, pero ¿qué pasa si el que la aplica es por ejemplo un trata de la búsqueda del placer o de la felicidad, sino del cumplimiento
asesino que quiere salvarse de la pena de muerte? del deber. Ciertamente el sujeto está sometido a otros imperativos
que los de la moral: las personas quieren lograr la felicidad, por
¿Podríamos aceptar que en su caso también es correcto que el siga ejemplo. Kant no negaría este hecho Pero los imperativos que rigen
la misma máxima? ¿Y qué pasa si cambiamos las condiciones que esa búsqueda no son categóricos sino hipotéticos; están atados a
van detrás del “si…” y ponemos “si quieres conservar tu empleo”, “si condiciones particulares, indican los pasos o los medios para alcanzar
quieres obtener un beneficio”, “si quieres conseguir que ella te ame”, ese fin y no son dictados por la razón.
o cualquier otra cosa que se nos ocurriera?
Seguir un imperativo hipotético implica actuar evaluando los
En términos de Kant esto sería impensable. El filósofo postula que resultados de la acción. En cambio, seguir el imperativo categórico
las máximas que dicta nuestra razón moral son imperativos implica actuar por deber, actuar se quiera o no, sin considerar los
categóricos, esto es, enunciados que expresan un deber o una resultados de la acción. Esto es, el imperativo debe cumplirse por sí
exigencia inexcusable y que tienen la forma de una afirmación mismo, por deber.
(“cumplirás tus promesas”) o una negación (“no mentirás”), que no
admite ningún tipo de restricciones como las que puede postular un Pensemos que esta exigencia nos pone en condiciones distintas para
enunciado condicional. evaluar las acciones que las que se derivaban de la propuesta
aristotélica, por ejemplo. Volvamos al caso del individuo que le teme
El enunciado “obra de manera tal que tu máxima pueda ser elevada al agua y que se enfrenta a la situación de que hay alguien que se
a ley universal” es un imperativo categórico, sin condiciones, que está ahogando. En este caso, la exigencia kantiana nos haría
debe regir nuestra conducta. abandonar todas las consideraciones intermedias, no habrá que
ponerse a considerar si le tenemos o no al agua, si nuestra vida
estará o no en peligro, si el otro se tiró al agua aún no sabiendo
nadar, etc.

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CAPÍTULO IV - ¿Con qué criterios pueden juzgarse las acciones humanas?

Al afirmar que es la razón, esta capacidad general de los sujetos, la


que nos va a proporcionar la máxima que rige nuestra conducta, Kant
está suponiendo que todos los sujetos están en igualdad de
condiciones de darse las reglas morales y que éstas se aplican sin
distinción a todas las personas. Esto pone a todos los individuos en
igualdad de condiciones morales. Y si todos somos iguales, dirá Kant,
no hay categorías de sujetos en las acciones, no habrá algunos que
ocupen el lugar de medios para conseguir unos fines. Volviendo a un
ejemplo que habíamos visto unas cuantas páginas antes, Pablo no
debe usar a Pedro o a Jorge como medios que le permitan obtener su
fin, en ese caso, el de seguir haciendo negocios lucrativos pero ilícitos.

Para Kant, todos los sujetos deben ser tratados como fines en sí
mismos, todos están en igualdad de condiciones. Por ello, Kant
propone también otra formulación del imperativo categórico: “Obra
de modo tal que uses a la humanidad, tanto en tu persona como en
la de cualquier otro, siempre como un fin y nunca como un medio”.

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FILOSOFÍA

LECTURA Y ACTIVIDADES
1. Vuelvan a leer lo que expusimos en el apartado 1.2 de este capítulo y el fragmento de Sánchez Vázquez que incluimos en una lectura también
en esa parte. Teniendo en cuenta los conceptos allí volcados y lo que hemos desarrollado aquí de Kant, ¿podemos decir que la moral en Kant es
autónoma o heterónoma? Justifiquen su respuesta.
2. Vean y escuchen atentamente la conferencia que lleva por título “Desafíos de los valores éticos en un mundo globalizado” que se dictó en el
marco del VI Congreso de diálogo intercultural e interreligioso llevado a cabo en Málaga, en febrero de 2010 bajo el patrocinio de la UNESCO en:
http://www.youtube.com/watch?v=yjMWGoHyfNs&feature=relmfu.
Determinen si los conceptos allí vertidos están en consonancia o no con una visión kantiana de la moral y de la ética. Escriban un texto breve en
el que justifiquen de manera completa su respuesta.
3. En la película El lector, deténganse en la escena del juicio que le hacen a la protagonista, Hanna Schmitz, quien fue acusada junto a otras
mujeres de ser responsable por la muerte de trescientas prisioneras judías en un campo de concentración. Presten especial atención a la
justificación que la protagonista da de sus acciones. Luego: a) evalúen esa justificación en los términos kantianos del imperativo categórico; b)
redacten un párrafo breve en el que den cuenta de su evaluación; c) lean los textos elaborados por cada uno y evalúen similitudes y diferencias
entre los distintos puntos de vista.

Nietzsche se encuentra en el punto en que todas las influencias contradictorias del siglo XIX están llamadas a manifestarse. Tenía demasiada
conciencia de ello y buscó el aislamiento. La soledad de su carácter corre paralela con su resistencia al espíritu de la época. Sintió una intensa
aversión por la cruda política imperialista del Imperio alemán de 1871. Odiaba el pangermanismo en todas sus formas, y especialmente en sus
aspectos raciales y antisemitas. Pero sentía igualmente aversión por el socialismo moderno, al que consideraba como una nueva encarnación de
los valores cristianos que más despreciaba. Según Nietzsche, el cristianismo se encuentra en el corazón de los males modernos. ¿Por qué?
Porque el cristianismo ha conducido a una desvalorización sistemática de este mundo a favor de un mundo próximo, y así a una falsa espiritualidad.
Ante todo, porque el cristianismo ha encarnado valores que resultan destructivos para todos los valores morales, incluso los propios. Nietzsche
considera que está escribiendo en una época de vacío moral. Tiene tres tareas: mostrar las causas históricas y psicológicas de este vacío,
desenmascarar falsos candidatos para desempeñar el papel de la nueva moralidad y, finalmente, trascender las limitaciones de todos los
sistemas de moralidad existentes hasta el momento de introducir proféticamente – a través de una “transmutación de los valores” – una nueva
forma de vida.
Nietzsche considera que todos los intentos contemporáneos a él que quieren reemplazar al cristianismo son, de una manera u otra, formas de
autoengaño. La ética kantiana pretende dar el apoyo de una ley universal a las actitudes morales individualistas. “Kant quería demostrar en una
forma que confundiera al ´hombre común´que éste tenía razón”. Pero la acusación de Nietzsche es que Kant presupone lo que se dedica a
probar. Da por supuesto que estamos autorizados a formular juicios morales e investiga las condiciones para que esto sea sí. Nunca se pregunta,
como lo hace Nietzsche, si estamos autorizados a ello. La respuesta de Nietzsche señala que al tratar de obligar a los otros mediante juicios
morales universales, pretendemos hablar en nombre de la razón práctica pura; pero de hecho usamos estos juicios como un arma contra

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CAPÍTULO IV - ¿Con qué criterios pueden juzgarse las acciones humanas?

aquellos con respecto a los cuales estamos celosos. Los utilitaristas también son atacados con fundamentos tomados de la psicología. “El
hombre no busca la felicidad, sólo el inglés lo hace”. La meta humana fundamental no es la felicidad sino la voluntad de poder.

Alasdair MacIntyre
Historia de la ética (Adaptación)

En la lectura anterior sobre Nietzsche, MacIntyre aporta varios elementos que nos permitirán comprender la relación que existe entre la
propuesta de aquel filósofo sobre la moral y la que desarrolla sobre el conocimiento. Para poner en claro esa conexión, vuelvan a leer la lectura
sobre Nietzsche que incluimos en el capítulo 3 y luego resuelvan las consignas que siguen.

1. Indiquen a qué se llama pangermanismo y a qué antisemitismo.


2. Determinen cuál es la crítica que hace Nietzsche al cristianismo.
3. ¿Qué querrá decir el filósofo con la frase “el hombre no busca la felicidad, sólo el inglés lo hace”?
4. Releven en la lectura del capítulo 3 los valores de la cultura europea de su época de los que Nietzsche reniega. Agreguen a esa lista los otros
que pueden deducirse a partir de la lectura del texto de MacIntyre.
5. ¿Qué relación pude establecerse entre la crítica que Nietzsche realiza a la teoría del conocimiento y a la teoría moral de Kant?
6. Redacten un breve párrafo en el que expliquen por qué Nietzsche condena los modelos gnoseológicos y éticos de la modernidad.

Sugerencia
Pueden ampliar lo visto sobre Nietzsche consultando el siguiente enlace:
http://www.youtube.com/watch?v=nPi6sU3K5eo

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FILOSOFÍA

ACTIVIDAD PARA LA REVISIÓN Y CIERRE DEL CAPÍTULO


Un ámbito de reflexión estrechamente vinculado con las normas morales que rigen una comunidad es el de los derechos a los que tales normas
sirven de fundamento. Y cuando hablamos de derechos, en tanto somos sujetos modernos, hablamos de los derechos que competen a todos los
individuos en términos de derechos humanos.
Ahora bien, el concepto de derechos humanos hace referencia a los derechos que benefician a todos los sujetos existentes. Y si la base de esos
derechos está en las normas establecidas a partir de la reflexión ética, la ética tiene que proporcionar normas de alcance universal, es decir, que
competan a todos los sujetos y que sirvan, entonces, para fundamentar todos los derechos. ¿Es esto posible?
Lean el texto que se encuentra a continuación, que es una adaptación de un texto más extenso que podrán encontrar en
http://www.propaz.org/documents/vigenciadeddhhvisionfilosofica.pdf.
Luego, resuelvan las consignas planteadas.

Fundamentación y vigencia de los derechos humanos:


planteamiento de un problema

Jhonder Vargas César

-”¡¿Los Derechos Humanos?!,¿qué ya no se ha hablado bastante sobre ellos?”. Así podría argumentar cualquiera de los que piensan que las
discusiones al respecto no son otra cosa que tediosos ejercicios retóricos, tan largos como inútiles pero, de cierta manera no deja de tener razón
porque ciertamente mucho se ha hablado (dejado de hablar y hasta pelear) por ese concepto de tan hondas repercusiones llamado Derechos
Humanos. Sí, mucho se ha dicho pero no todo. El tema en sí jamás se agota y sus vertientes pueden llegar a ser infinitas, si reparamos en que
justamente por ser “humanos” los tales “derechos” no dejan de ofrecer un vasto y complejo panorama sembrado de cientos de reparos,
proposiciones, soluciones y hasta negaciones, que genuinamente constituyen el punto de partida para iniciar el estudio del hombre moderno,
inserto en un mundo que avanza a zancadas enormes y frente al cual es absolutamente necesario definir nuestra identidad y esencia como
humanos.
Sin duda alguna, este proceso de afirmación de lo “humano” frente a las más variadas instituciones de la organización social (fundamentalmente
frente al Estado), se ha topado con serios escollos y problemas que van desde la justificación misma (religiosa, ética, filosófica y política) del por
qué existen derechos inherentes a la condición de humanos, hasta la forma de transformar principios en normas jurídicas positivas eficaces,
para amparar tales derechos. Justamente ha sido esto último (lograr el reconocimiento y protección efectiva por parte del Estado) lo que más
ha costado, por lo que más se ha luchado con denuedo. Ha sido una historia plagada de fracasos, pero también de brillantes victorias que a la
postre, al menos en Occidente, originaron regímenes más o menos democráticos regidos por constituciones que proclaman al unísono los
“derechos del hombre” y señalan su protección. (…)
Para quién aborda el estudio de los Derechos Humanos surge una primera dificultad y esa no es otra que la muy delicada tarea de hallar su
fundamentación filosófica. Este asunto ha involucrado a los más grandes genios de la humanidad, en la búsqueda del “factor común” que sirve

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CAPÍTULO IV - ¿Con qué criterios pueden juzgarse las acciones humanas?

de base a tales derechos y del cual se puedan “deducir” en un “sistema racional” (obsesión particularmente característica de nuestra cultura
occidental); pero la opinión no es unánime (…)
Creemos que todos tienen, sin necesidad de ser juristas ni filósofos, un concepto intuitivo y bastante cercano de la significación de la palabra
“derecho” al que, en general, se concibe como aquello que merecemos o esperamos en virtud de algo. Un derecho es lo que nos vuelve
acreedores de algo (“yo tengo derecho a que se me oiga” o “a que se me pague”), es pues lo que podemos exigir de otro, porque se nos debe.
En este sentido, los Derechos Humanos vendrían a ser lo que podemos y merecemos exigir de otro en virtud de nuestra condición humana, de
individuos del género humano, es decir, que como hombres gozamos de una dignidad, de un status único y especial que nos iguala y nos merece
derechos.
Pero esto en sí no aclara nada, porque cabe preguntarse ahora por el fundamento de esa dignidad, pregunta que los antiguos filósofos griegos
también se hicieron, y que Aristóteles respondió con su definición de hombre como “animal racional”. Aunque ahora nos parezca simplemente
evidente, este concepto fue tan importante, que los cimientos de nuestra civilización descansan sobre este dato antropológico común. El
problema de tal fundamento es que la racionalidad por sí misma no es un principio satisfactorio sobre el cual asentar la naturaleza humana y,
muchos menos para deducir de ella los Derechos Humanos; cierto es que la racionalidad es una característica única y singular de la especie, pero
que por sí no impone una idea total, universalizante de lo que se ha de entender como naturaleza humana. El mismo Aristóteles afirmó que
siendo la razón la nota común, no todos gozaban de derechos iguales: los niños, las mujeres y los esclavos los tendrían disminuidos, porque los
dos primeros no participan plenamente de la razón y los últimos carecían completamente de ella. (…)
Norberto Bobbio cree que es imposible hallar un fundamento absoluto a prueba de críticas razonables que se impongan como dato ontológico
irrefutable de los Derechos Humanos, en otras palabras, niega la posibilidad de su fundamentación filosófica (…) [Bobbio sostiene que esto se
debe a que] las ideas acerca de los Derechos Humanos no han sido uniformes a través de los siglos, su postulación ha variado inevitablemente
de signo dentro de lo que se ha entendido como una dialéctica evolutiva paralela con el desarrollo del pensamiento humano en general.
Resulta obvio, que no en todas las épocas históricas se ha tomado en cuenta a los Derechos Humanos y que, por fuerza, la extensión teórica no
ha sido la misma a través del tiempo (…).
Pero la conclusión a la que llega Bobbio acerca de la relatividad histórica de los Derechos Humanos es sorprendente: “Todo esto prueba que no
existen Derechos Fundamentales por naturaleza. Lo que parece fundamental en una época histórica o en una civilización determinada, no es
fundamental en otras épocas”, aquí Bobbio incurre en una “falacia non causa pro causa”, según la cual no existen Derechos Fundamentales por
el sólo hecho de que no ha sido constante ni uniforme su concepción en el tiempo. Tal afirmación equivale a decir, que tal o cual ley natural no
es cierta sólo porque en la antigüedad no era conocida o que hombres y mujeres no son iguales, tan solo porque la liberación femenina es
reciente y no se conocía en otras épocas.
Este argumento historicista que postula Bobbio no es plausible para justificar el abandono de las discusiones acerca del problema fundacional
de los Derechos Humanos; aunque resulte muy cierto que el mismo término “naturaleza humana” haya tenido una significación distinta a través
de la historia se justifica-como apunta Beuchot- el considerar la naturaleza humana como fundamento de tales derechos. El problema radica en
desentrañar la esencia última de esa naturaleza, muy a pesar de que Bobbio sostenga que es un asunto del cual “no debemos preocuparnos más
por su solución” (…).

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FILOSOFÍA

La crisis del criterio racional como fundamento de los Derechos Humanos, dijimos ya, más que cerrar o apartar el problema, lleva a replantearse
el asunto desde otros enfoques tales como los que ha dado Richard Rorty al asunto. Rorty critica el “criterio racional” partiendo, sobre todo, de
los errores y dificultades prácticas que representa, y propone una justificación alternativa: el “criterio sentimental”. Esta posición parte de
considerar a los seres humanos como si se tratasen de seres intuicionalmente impulsados al bien y “naturalmente” morales, lo cual ya es
bastante difícil de aceptar, y traslada en consecuencia el fundamento de los Derechos Humanos desde el plano racional, al que se rechaza por
su endeblez, al plano irracional de los sentimientos cuyo concepto es más vago, más ambiguo y más contradictorio aún. (…)
Nosotros creemos que tal posición no aporta nada significativo a la solución del problema ontológico de los Derechos Humanos, es más
pensamos que el planteamiento de Rorty posee una gran fuerza moral para la formación de los principios éticos necesarios en la observancia,
respeto y práctica de los Derechos Humanos, es decir, la tesis de Rorty no es otra cosa que una postura axiológica que no representa un
fundamento sino el punto de partida práctico de unos Derechos Humanos que ya se suponen fundados. (…) Al problema ontológico de la
fundamentación filosófica de los Derechos Humanos, que acabamos de plantear, se agrega al problema de la positivización jurídica de tales
derechos.
La discusión filosófica es más antigua que la jurídica, justamente porque la conversión de los preceptos filosóficos en normas jurídicas ha sido
tardía. Se puede afirmar con propiedad, que el reconocimiento jurídico sistemático de los Derechos Humanos comienza con el hecho político de
la Revolución Francesa nacida bajo el influjo ideológico del enciclopedismo humanista. Cuando la cabeza ensangrentada de Luis XVI rodó por el
suelo, ya se había experimentado, no sólo en Francia, no sólo en Europa, sino en el pensamiento humano en general, un cambio esperanzador:
La Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano no era un montón de ideas bienintencionadas solamente, era también un programa
con vocación práctica aplicable no sólo a los franceses (…).

1. ¿A qué se llama “norma positiva”?


2. ¿A quiénes competen los derechos humanos?
3. ¿Cuál es la razón de buscar una fundamentación filosófica de los derechos humanos?
4. ¿Cuál es la definición de derechos humanos desde el punto de vista del sentido común?
5. ¿Cuál es el problema que surge, para el autor, de aceptar una definición de los derechos humanos desde el sentido común?
6. Enuncien los argumentos que propone el autor para sostener que la racionalidad no es una base suficiente para fundamentar los derechos
humanos.
7. Redacten el argumento que el jurista y filósofo italiano Roberto Bobbio propone para sostener que no puede haber un fundamento universal
de los derechos humanos.
8. ¿Cómo contraargumenta el autor del artículo la opinión de Bobbio?
9. Redacten un párrafo breve en el que expliquen la relación que puede establecerse entre los principios morales que rigen en una sociedad y
los derechos que esa sociedad sanciona para sus miembros.

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