FORMULO DENUNCIA POR POSIBLES DELITOS DE ACCION PUBLICA.
ACOMPAÑO COPIAS. SOLICITO SE PROVEAN LAS MEDIDAS PROPUESTAS.
Sr. Juez Federal en Turno de La Plata:
JORGE OMAR CASTILLO, DNI 12.805.409, con domicilio real ………………., actualmente detenido en la Alcaidía La Plata III, sita en la Avenida 520 de la Localidad de Melchor Romero, con el patrocinio letrado del Dr. CESAR ALBARRACIN, Abogado, Tomo 608, folio 358 de la CFALP, con domicilio electrónico 20229967615, y domicilio procesal en calle 49 número 1097 de la Plata, a VS me presento y respetuosamente digo: I. OBJETO. Que vengo por el presente a formular denuncia por la posible comisión de delitos de acción pública, a tenor de las consideraciones de hecho y de derecho que de seguido formularé. Se plantea la presente ante esa justicia de excepción (a) por encontrarse eventualmente involucrados miembros del Estado Federal y del Poder Judicial de la Provincia de Buenos Aires, con lo que se encontraría comprometida la administración de justicia con el alcance previsto en los artículos 5 y 6 de la CN; (b) porque el caso implica la vulneración de garantías con rango constitucional y puede resultar comprometida la responsabilidad Internacional del Estado Central por la violación a los artículos 7.1, 7.2, 7.3, 7.5 y 11.1 de la CADH; y, fundamentalmente (c) porque - según se explicará- resulta razonable suponer que los hechos puedan eventualmente encuadrar en alguno de los delitos a los que hace referencia el artículo 3 inciso 5 de la Ley 48 (artículo 170 del CP). II. HECHOS. Me encuentro detenido desde el día 20 de Junio de 2017. Tanto la imputación que se me ha dirigido como el desarrollo del proceso en su integridad son fruto de una serie de decisiones y actuaciones absolutamente irregulares e ilegítimas por parte de los funcionarios judiciales intervinientes. En el contexto de esas irregularidades, que llevaron a que me encuentre ilegítimamente detenido, se me ha pedido una importante suma de dinero a cambio de mi liberación. Se agrega a lo dicho que la persecución penal en mi contra tiene su evidente génesis en la presión que habría ejercido un representante del Poder Legislativo Nacional. Finalmente, el contexto mismo del proceso, ha sido dolosamente aprovechado por referentes del gobierno federal para motorizar una campaña mediática que afectó ilegítimamente mis derechos personalísimos con el único objeto de obtener un supuesto rédito político. II.1. Irregularidades certificadas jurisdiccionalmente y procesos en trámite contra los funcionarios intervinientes. No es intención del suscripto generar, por vía indirecta, la revisión de la actuación de los órganos judiciales intervinientes. De hecho, las irregularidades que operan como telón de fondo de los hechos que aquí se denuncian, ya fueron planteadas -como corresponde-, ante los órganos respectivos, y muchas de ellas se encuentran constatadas jurisdiccionalmente. A. Así, en primer término, debo destacar que, según lo ha declarado la Sala de Feria de la Excma. Cámara Penal de Lomas de Zamora (Resolución del día 26 de enero del corriente), el auto de prisión preventiva (que es el que da base a mi actual detención) fue dictado por el Juez de Garantías fuera del plazo legalmente previsto en la ley vigente y aplicable. Del mismo modo, La Cámara ha reconocido que -al fenecer el plazo- debió disponerse mi inmediata libertad. Sobre esta base, resulta claro, como primera premisa, que al momento en que el Juez de Garantías dictó el auto de prisión preventiva, él mismo se encontraba incurso -al menos desde el punto de vista objetivo- en la tipicidad del artículo 143 inciso 1° del CP. B. En segundo lugar, y tal como se expuso también por la vía procesal respectiva, ha quedado acreditado que la Sala III de la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal de Lomas de Zamora ha incurrido en una demora grave -y absolutamente injustificada- a la hora de resolver las apelaciones contra la prisión preventiva. Ello surge de la sentencia dictada por la Sala III del Excmo. Tribunal de Casación de la Provincia de Buenos Aires del día 8 de Febrero del corriente. Específicamente, en esta sentencia, y ante la gravedad de las demoras, se decidió comunicar los antecedentes del caso a la Suprema Corte de Justicia de la Provincia. C. En tercer lugar, la Cámara Penal de Lomas de Zamora, ha reconocido que el Fiscal actuante ha venido violando el debido proceso al sustraer del conocimiento de la Defensa -y de los mismos jueces- elementos de prueba incorporados al proceso, como es el caso de las escuchas telefónicas y de las filmaciones existentes sobre el procedimiento policial abusivo llevado a cabo en mi domicilio. Y lo que es mas grave aún, pese a lo resuelto, el Fiscal continúa a la fecha ocultando esos elementos a los intervinientes en el proceso. Acompañamos copias de las distintas resoluciones que acreditan la violación constitucional referida y el insólito levantamiento del Fiscal ante una resolución judicial firme. D. En cuarto lugar, y me refiero ahora a investigaciones en curso, por decisión del Juez de Garantías número 4 de Lomas de Zamora y del Procurador General de la Provincia de Buenos Aires, se ha dispuesto separar a todos los Fiscales del Departamento Judicial de Lomas de Zamora en la investigación del posible delito de abuso de autoridad que podría haber cometido el Fiscal actuante en el proceso en que se me tiene detenido. Esta investigación, que actualmente se encuentra en trámite ante la Fiscalía número 1 de Berazategui, tiene por objeto evaluar la actuación absolutamente irregular del Fiscal Scalera y del personal policial a su cargo en la intrusión en mi domicilio cometida el día de mi detención. No viene al caso referir aquí los pormenores y alcance de ese proceso penal en curso. Pero a modo de síntesis, puede decirse que la base del planteo surge porque “…el Agente Fiscal Scalera autorizó a que el allanamiento se haga en horario nocturno pese a que no se daban ninguno de los supuestos legales que lo justificara. Por sugerencia, imposición o, en coordinación con autoridades políticas, dispuso la intervención de la policía bonaerense, que él mismo había apartado del caso por encontrarse involucrada. Enfocó la investigación sobre mi persona, precipitando el procedimiento una vez que se tuvieran noticias del posible involucramiento de importantes jefes policiales que dependen de la actual conducción ministerial. Evitó cualquier posible contralor cruzado por parte de otras fuerzas, que estuvieron presentes en todos los otros allanamientos de relevancia. No estuvo presente en la diligencia ni designó a ninguno de los funcionarios de la Fiscalía para que lo haga. Omitió ordenar que se filmara o grabara el ingreso. Autorizó –o no impidió- la irrupción violenta. Autorizó –o no controló- la difusión de imágenes mías en los medios de comunicación nacional. Sustrajo el conocimiento del caso de las autoridades judiciales competentes. Omitió todo análisis crítico posterior a la regularidad del proceder policial. Omitió ordenar el relevamiento objetivo de rastros.” A tal punto llega la falta de objetividad y la existencia de intereses personales, que pese a la orden de la Cámara Penal, dispuesta mediante resolución firme, el Fiscal interviniente persiste en ocultar las filmaciones existentes y que tiene a su exclusiva disposición. E. En quinto lugar, un Juez de la Provincia, ha denunciado que la Fiscalía actuando pudo haber perdido o sustraído escuchas telefónicas incorporadas al caso. Ese hecho está siendo objeto de investigación en la IPP 07-00-071651-16 caratulada “Violación de elementos probatorios dte. Juzgado de Garantías número 8 en IPP 23.652”. Como expresamos en uno de los incidentes actualmente en trámite, el hecho es particularmente grave si se considera que existen funcionarios que se encontraban investigados (entre ellos, al menos dos efectivos de la policía de la Provincia de Buenos Aires y un efectivo de la policía federal). A lo dicho se agrega que se ha dejado trascender, en innumerable cantidad de intervenciones públicas, que en los hechos que se investigan –y a los que se refieren las escuchas- existirían responsabilidades policiales, políticas y hasta judiciales, al punto que una Diputada Nacional que integra la Alianza de Gobierno, ha formulado diversas presentaciones ante las máximas autoridades de la provincia, tal como lo referiremos luego. Así, según se publica por ejemplo en https://www.infobae.com/sociedad/policiales/2017/05/25/, se releva que en el mes de Mayo del año 2017, la Diputada Elisa Carrió, habría presentado diversas notas al Vicegobernador de la Provincia y al Procurador General en las que expresó que existiría un “…complejo entramado integrado por jueces, fiscales, funcionarios municipales, policías y barras bravas, que favorecería el desarrollo criminal alrededor de la inmensa feria de compras La Salada, en Lomas de Zamora…” En la misma publicación, se refiere a las "…escasas investigaciones que terminan en elevaciones a juicios y condenas en las numerosas denuncias contra los policías de Budge por abuso policial, violencia, armado de causas y pedido de coimas…” concluyendo que "…La conexión política, judicial y policial es, cuanto menos, muy cercana…” En este contexto, el hecho de que se haya perdido parte del material probatorio que se había obtenido en las escuchas, y que estaban en custodia de los funcionarios que integran el elenco de quienes se sindican públicamente como sospechados, concede al caso un evidente cariz de gravedad institucional. Consta además en el expediente que -en forma llamativa- la Fiscalía viene negando el acceso de los defensores a las escuchas incorporadas al proceso, actitud que había sido convalidada –sin explicación razonable alguna- por parte del Juez de Garantías y que, insólitamente, se mantiene en la actualidad pese a que la Cámara Penal ordenó -mediante resolución firme- que ese material sea puesto a disposición de la Defensa. La negativa -de por sí irrazonable- de la Fiscalía a que la defensa pueda controlar el contenido de las escuchas incorporadas al caso, se ha tornado directamente ilegítima desde el momento en que el Fiscal ha decidido -por escrito- desobedecer la orden judicial emanada de la Cámara (acompañamos copias de las resoluciones respectivas). No hace falta explicar que este ilícito, cometido por el propio Fiscal en el proceso, evidencia por sí mismo la existencia de las circunstancias de excepción y gravedad a la que nos referimos. F. En sexto lugar, el Procurador se encuentra evaluando la sustitución del Ministerio Público Fiscal de Lomas de Zamora para la sustanciación de otro proceso iniciado con motivo de la información introducida por una de las personas procesadas, consistente en el hecho de que el Fiscal interviniente habría celebrado reuniones con personas imputadas y habría practicado interrogatorios irregulares, con el fin intentar obtener información de cargo respecto de mi persona. Acompaño copia de esa declaración. II.2. El pedido de dinero a cambio de mi libertad. II.2.1. En el contexto de estas irregularidades, y mientras algunas de ellas se cometían (como la irrazonable - y, en principio, inexplicable- demora de la Cámara en dictar resolución), se me ha pedido la suma de U$S 400.000 (cuatrocientos mil dólares) a cambio de mi libertad. Las circunstancias personales, de tiempo y espacio las podré precisar ante VS. II.2.2. Adelanto que el pedido se me hizo en nombre de dos de los Jueces de la Cámara Penal de Lomas, un tal “Puma” -que luego supe que se correspondería con Rodríguez- y un tal Bravo. Esto lo dije públicamente. Y lo dije antes de que la Cámara dictara la resolución confirmando la prisión preventiva. Esta resolución, precisamente, se adoptó con la firma de estas dos personas, pese a que el Tribunal está integrado también por un tercer integrante. Puedo acompañar copia del registro de audio y video con el reportaje que se me hiciera el día 7 de Febrero de 2018 en horas de la tarde para la radio AM 1300. II.2.3. El dinero me fue pedido en forma insistente por quien en ese momento era mi Defensor Particular, el Dr. Jorge Fiasche Sieri. El hecho sucedió en la Unidad en la que me encuentro alojado, durante noviembre y diciembre de 2017 II.2.4. Desde el momento de mi detención, fui asistido, hasta diciembre del año 2017, por los Dres. Fiasche y Terrarosa. En su carácter de defensores, me han visitado en innumerables ocasiones en la Unidad Carcelaria en la que me encuentro alojado (Alcaidía La Plata III dependiente del Ministerio de Justicia de la Provincia de Buenos Aires). Debe existir registro en la Unidad de todas las visitas. En todas ellas asistieron ambos defensores en conjunto. Salvo en la feria judicial de invierno -en que Terrarosa tomó vacaciones- y en las dos oportunidades en que el Dr. Fiasche se apersonó para concretar la exigencia dineraria referida. Reitero que si se piden los registros de ingreso de Abogados podrá constatarse esta circunstancia. II.2.5. A tal punto han llegado los manejos espurios por parte de la Cámara, que el pedido dinerario tomó estado público durante el mes de diciembre del año 2017 Y de hecho, el propio Dr. Fiasche se ha referido por escrito al tema, negando en absoluto -como no podía ser de otra manera- que haya sido enviado para formularme el requerimiento de dinero. El escrito se encuentra incorporado a la IPP 23652 antes citada. II.2.6. Escapa a mi conocimiento si el Dr. Fiasche mantuvo o no reuniones o conversaciones telefónicas, por sí -o por interpósita persona- con alguno de los integrantes de la Cámara mencionados. De hecho, no me resultaría posible saberlo. Lo que sí puedo afirmar es que el Dr. Fiasche me refirió que su contacto con los camaristas se daba a través de otro abogado, de apellido Dorrego, profesional que ha representado a varios de los coimputados en mi causa. Me encuentro detenido intentando defenderme por medio de los únicos carriles admisibles, que son los constitucionales y legales. Pero como persona que sufre la privación de libertad pese a mantener su estado de inocencia, y que además ha sido víctima de múltiples injerencias arbitrarias por parte del Estado y de diversos funcionarios, no puedo más que efectuar la pertinente denuncia frente a la gravedad de los sucesos que vengo refiriendo. II.2.7. Como consta en la denuncia que se ha formulado, estuve a punto de ser asesinado a sangre fría por parte de los agentes policiales que envió el Dr. Scalera a mi domicilio. De esto hay constancias públicas, que no parten de mi persona, sino del propio efectivo policial que iba a ejecutarme. Efectivo que, también he acreditado, tenía gravísimos problemas psicológicos y antecedentes de agresiones con armas. En este contexto, la exigencia de dinero, efectuada por supuesta sugerencia de los Jueces de la Cámara Penal que se encontraban demorando la resolución del caso mientras se prolongaba mi privación -ilegítima- de la libertad, representa un ataque más -uno más- a mis derechos más básicos y elementales y, además, configura, en mi humilde criterio, una actividad delictiva compatible con la tipicidad del artículo 170 del CP. II.2.7. No puedo dejar de destacar que la Cámara se tomó más de cinco (5) meses para resolver lo que debió decidir en cinco (5) días (conforme artículo 443 del CPPBA) Que, en forma ilegal y antijurídica, dispuso en sucesivas oportunidades la suspensión del trámite recursivo. Que, los motivos invocados, además de resultar carentes de toda lógica y juridicidad, fueron desestimados con contundencia por el Tribunal de Casación Penal en una resolución que no tiene precedentes en la Provincia y que motivó que la Cámara resuelva en cinco horas lo que no había resuelto en los cinco meses previos. En esta resolución, del día 8 de Febrero del corriente, concedió la morigeración a una decena de coimputados. Todos ellos, como resulta claro, han permanecido en prisión varios meses más de los que correspondía. II.2.8. Cerrando el punto, tengo entendido que no he sido la única persona a la que se le efectuaron exigencias dinerarias mientras se prolongaba la privación de la libertad y se dilataba -sin explicación razonable- la decisión de la Cámara. De hecho, Adrián Castillo -sobrino mío- y Hugo Castillo -mi hermano- también habrían sido objeto de similares requerimientos a cambio de sus respectivas libertades y de sus familiares mas cercanos -de Leandro Castillo y Gladis Arrieta, esposa de Hugo-. El hecho se habría concretado en período análogo, en la misma Unidad Carcelaria, con la única diferencia que el encargado de transmitir el pedido fue el defensor que tenían en su momento, de apellido Trava. Entiendo que ambas personas pueden testificar sobre este hecho. II.3. Presiones políticas y campaña mediática violatoria de la privacidad y del principio de inocencia. II.3.1. Como vine exponiendo en diversas presentaciones, las detenciones no se explican por la prueba, sino por la voluntad –reiteramos, expuesta públicamente- de determinados funcionarios y actores políticos de que se me someta a encarcelamiento. Si se analizan las declaraciones públicas, como la antes citada de la Diputada Nacional Elisa Carrió, y el modo en que se han sucedido los distintos actos procesales, se advertirá que las decisiones intrusivas contra mi persona – sobre la que se centraron los comentarios y pedidos políticos- son consecuencia exclusiva, directa y explícita de esas opiniones y presiones extraprocesales. La misma Legisladora antes nombrada, reconoció que al poco tiempo de que ella hiciera la denuncia, se produjo mi detención, expresando textualmente: “…hicimos toda la trama y a las dos semanas estuvieron los allanamientos…”. La gravedad de esta afirmación exime de mayores comentarios. II.3.2. En la misma entrevista se menciona la intervención del Procurador General para lograr las detenciones y allanamientos (en lo que configuraría un escándalo institucional). Y se pretende exhibir como un mérito que se haya presionado a la justicia para que se proceda a privar de la libertad a los imputados. Esto se expuso en el Programa de Almuerzos de la Sra. Mirta Legrand. De hecho en el proceso penal existen transcripciones de audio incorporadas mediante actuaciones notariales. Se hizo “..una trama…” y se obtuvieron los allanamientos. Así de claro y sencillo. II.3.3. Hasta el momento en que comenzaron a ejercerse estas presiones políticas, antes de que se “arme la trama”, el suscripto ni siquiera figuraba como imputado y mis teléfonos jamás habían sido intervenidos (pese a haberse dispuesto decenas de intervenciones de otras personas durante años). Sin que haya variado en absoluto el panorama probatorio del caso, pasé de testigo y denunciante a imputado y detenido. Lo que hubo en el medio no fueron elementos de prueba, sino presiones políticas, reuniones y llamados de legisladores nacionales y miembros del poder ejecutivo, “tramas” armadas fuera del proceso pero que, como se vio, terminaron pesando en el caso más que la prueba y su análisis razonado. No hacen faltan explicaciones más elaboradas para entender lo que ha sucedido y para comprender que no se trata de excitar el análisis de la justicia de excepción TCP sólo por la evidente injusticia del caso particular sino – fundamentalmente- porque se ha actuado de un modo contrario a los pilares básicos del Estado de Derecho y la República y, más específicamente, de los límites constitucionales y legales de la competencia funcional de quien instigó este atropello procesal. II.3.4. El cuadro se completa con la publicidad posterior al procedimiento, donde distintos funcionarios políticos afirmaron –entre otras cosas, contra la prohibición del artículo 18 de la CN- que yo era un mafioso (“https://www.youtube.com/watch?v=tGt0pRKgMvI”),aprovechando diversos medios para difundir imágenes que afectan innecesariamente mi privacidad y dignidad (por ejemplo, transmitiendo en vivo mis imágenes saliendo esposado de mi casa) La celeridad con las que se difundieron las escuchas y filmaciones, contrasta a la vez escandalosamente con el hecho de que, por ejemplo, se haya negado –hasta la fecha- la posibilidad de que mi defensa pueda acceder a las grabaciones fílmicas que registran la irrupción de los efectivos policiales en mi casa, o que pueda tener una copia de las escuchas de las que dispone la Fiscalía –parte de las cuales, como se dijo, fueron sustraídas o extraviadas y, otras, expuestas ilegítimamente en los medios masivos de comunicación-. Sobre este punto, entendemos que la autorización del Juez para permitir la grabación de las conversaciones telefónicas no contempla la posibilidad de que las mismas – que no dejan de estar protegidas por la privacidad- sean distribuidas por la Fiscalía o los Funcionarios Políticos entre los medios de comunicación, circunstancia que –además- contribuye a establecer conclusiones públicas negativas sobre personas que aún conservan su estado de inocencia. Y si a ello se suma el hecho antecedente de que la misma Fiscalía habría extraviado o perdido parte de ese material, y que actualmente se niega a proporcionar una copia a la defensa contraviniendo una resolución judicial firme de la Cámara, es evidente que se trata de acciones y conductas que trascienden el trámite propio de un proceso penal y proyectan sus consecuencias sobre la credibilidad de la administración de justicia y el apego –o no- de los funcionarios actuantes a la constitución y la ley. II.3.5. En conclusión, entendemos que en el caso han existido, además de las posibles conductas delictivas mencionamos en el punto anterior, presiones políticas previas, decisiones que fueron frutos de esa presión y un esfuerzo por aprovechar políticamente el procedimiento a través de la difusión de escuchas, imágenes y mensajes que vulneran la privacidad, el derecho a la imagen, el honor y el estatus de inocencia de todos nuestros asistidos. II.3.6. A todo lo dicho se agrega que buena parte del objeto procesal se ha construido con deliberada violación de las reglas de jurisdicción y competencia. Por un lado, el Fiscal, el Juez y la Cámara se han arrogado intervención sobre casos de jurisdicción federal. Así lo ha explicado mi defensor en un incidente que se encuentra en trámite. Para ser breves, se expuso allí que dos de los delitos que se investigan, pertenecen a la esfera de la justicia federal, según lo establece expresamente la ley 48, de modo que la Provincia –y sus agentes- carecen de toda clase de potestad persecutoria o jurisdiccional sobre los mismos. Se dijo también que, tratándose de una cuestión de competencia en razón de la materia, debió ser declarada de oficio y que los actos cumplidos en contravención a esas normas legales son nulos de nulidad absoluta. II.3.7. Por otro lado, se explicó también que el Dr. Scalera ha sustraído del conocimiento del Fiscal y del Juez competente el hecho suscitado en el marco de la irrupción violenta concretada –bajo sus órdenes- en mi domicilio. Esto está claramente detallado tanto en la denuncia penal como en el escrito por el cual se promovió la declinatoria de competencia en favor de Mercedes, que hoy se encuentra también en trámite y a cuyos términos me remito. II.3.8. Y en tercer lugar, el grave hecho antecedente por el cual la Fiscalía de Cámaras decidiera quitar el proceso del Fiscal que estaba interviniendo para, a partir de ello, disponer la intervención directa de ese órgano en la Investigación, lo que –en nuestro modo de ver- resulta ilegítimo tanto en abstracto como en concreto, porque si se analiza el modo en que se ha aplicado la medida, se advertirá que se instrumentó con la única finalidad de perseguir a mi familia, omitiendo toda indagación sobre los verdaderos responsables de los hechos que se ventilan y, a la vez, incurriendo en un llamativo silencio sobre la posible participación de quien –aún hoy- reviste la condición de Jefe de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (a quien no sólo no se investigó, sino que se le terminó confiando la co-conducción de los allanamientos, con el insostenible resultado que se comentara en la denuncia). El modus operandi denunciado, se habría proyectado a otros casos resonantes. Ver, en ese sentido: https://www.infobae.com/deportes- 2/2018/03/30/el-sospechoso-cambio-en-la-justicia-en-una- semana-clave-para-los-moyano-en-la-causa-por-lavado-de- activos-en-independiente/ II.4. La irregular demora de la Cámara y la consecuente privación ilegítima de la libertad. Este punto, que no resulte esencial en cuanto a lo fáctico, pero que tiene cierta relevancia jurídica, fue explicado por mi defensa en el Recurso de Casación deducido contra el rechazo parcial del Habeas Corpus oportunamente deducido. Se había dicho al deducir el Hábeas Corpus que “…a la demora del Juzgado de Garantías en conceder los recursos – casi un mes desde su interposición-, se sumó una nueva demora –desde la concesión- de tres (3) meses para la realización de la audiencia oral en Cámara y, a partir de allí, han pasado a la fecha cuarenta y cinco (45) días sin que se haya dictado resolución.” Se sostuvo sobre esa base que “…si se confronta lo actuado con la Ley, se observará, por un lado, que la audiencia oral se celebró fuera del plazo que establece el artículo 447 del CPP. Esta norma prevé, específicamente, que la audiencia debe realizarse dentro de un plazo de diez (10) días desde recibidas las actuaciones. A ello se suma que la resolución, como establece ese mismo artículo en su remisión al artículo 108 del CPP, debe dictarse dentro de los cinco (5) días. Por ello, se recordó que “…tal como se establece en la última de las normas citadas, ‘Los Jueces y los Miembros del Ministerio Público estarán obligados a cumplir y a hacer cumplir los plazos establecidos durante el procedimiento, máxime en las cuestiones de urgencia. Siempre se entenderá de urgencia la causa que mantenga a personas privadas de su libertad.” La CIDH ha dejado sentado, en el precedente “Maqueda”, que los imputados en causas penales tienen derecho a revisión en doble instancia del fallo y de todos los autos procesales importantes. A la vez, nuestro Código Procesal Penal establece expresamente el derecho del imputado y la defensa de recurrir el auto de prisión preventiva (artículo 164 del CPP). A ello se agrega, además, que para el trámite recursivo se prevén, como se reseñó recién, plazos específicos, como modo de asegurar, por un lado, la tutela judicial continua y efectiva (artículo 15 de la Constitución Provincial) y, a la vez, que el proceso se desarrolle en plazos razonables y sin dilaciones indebidas (artículo 2 del CPP, artículo 8.1 y 8.2 de la CADH) En efecto, el artículo 15 de la Constitución Provincial prevé que “La Provincia asegura la tutela judicial continua y efectiva, el acceso irrestricto a la justicia, la gratuidad de los trámites y la asistencia letrada a quienes carezcan de recursos suficientes y la inviolabilidad de la defensa de la persona y de los derechos en todo procedimiento administrativo o judicial” A la vez, el artículo 168 de nuestra Carta Magna insiste al prever que “Los tribunales de justicia deberán resolver todas las cuestiones que le fueren sometidas por las partes, en la forma y plazos establecidos al efecto por las leyes procesales. Los jueces que integran los tribunales colegiados, deberán dar su voto en todas las cuestiones esenciales a decidir. Para que exista sentencia debe concurrir mayoría de opiniones acerca de cada una de ellas”. El acceso a la jurisdicción –garantía de rango constitucional- no solamente se garantiza con la posibilidad de peticionar ante las autoridades, sino que verdaderamente se plasma con la posibilidad de recorrer el camino procesal hacia la resolución final sin estancamientos, ni convirtiendo al proceso en una vía de tránsito interminable. La afectación de la razonabilidad temporal, a través de la morosidad y dilaciones inútiles, trae aparejada la conculcación del derecho a una jurisdicción oportuna y, por lo tanto, eficaz. Es clara la CADH cuando establece que “Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter ”. Como enseña Bidart Campos, "el derecho a la jurisdicción no consiste solamente ni se agota con el acceso al órgano jurisdiccional. Al acudir a él sólo se cumple una primera etapa. El desarrollo subsiguiente importa un despliegue del derecho a la jurisdicción que fundamentalmente requiere: a) que se cumpla la garantía del debido proceso, cuyo meollo radica en el derecho de defensa; b) que la pretensión se resuelva mediante la sentencia que debe ser: b') oportuna en el tiempo; b'') debidamente fundada; b''') justa.” Además, nuestra C.S.J.N. desarrolló, desde 1968, una jurisprudencia uniforme según la cual, ante todo, el derecho a un juicio penal rápido proviene de la inviolabilidad de la defensa en juicio consagrada en el art. 18 de la Constitución Nacional (leading case “Mattei” [Fallos 272:188]). Al poner en relación este derecho a un juicio rápido del art. 18 de la Constitución Nacional con los Tratados Internacionales de Derechos Humanos que rigen para Argentina, desde fecha posterior a “Mattei”, la C.S.J.N. ha sentado una doctrina judicial constante que conduce incluso a la finalización de los procesos en los cuales el imputado ha sido sometido a una duración del enjuiciamiento penal violatoria de sus derechos fundamentales (ver Fallos 297:486; 298:50; 298:312; 300:226; 300:1102; 303:917; 306:1688; 310:1476; 312:597; 312:2187; 312:2434; 316:1328; 316:365; 316:2063; 318:665; 321:2826; 322:360; 323:982, entre muchos otros más). En este contexto argumental, se postuló que “…si las dilaciones indebidas pueden llevar incluso al decaimiento de la potestad persecutoria o sancionatoria del Estado, como mucho más razón esas pautas deben aplicarse cuando lo que se discute son dilaciones indebidas en relación a la tramitación de medidas restrictivas de la libertad previas a la sentencia, porque allí además opera el principio de inocencia y el carácter excepcional y de última ratio de la coerción personal.” Se dijo entonces que por ello, nuestro CPP ha fijado como regla en el artículo 2 del CPP que “Toda persona sometida a proceso tiene derecho a ser juzgado en un tiempo razonable y sin dilaciones indebidas. El retardo en dictar sentencia o las dilaciones indebidas, cuando sean reiteradas, constituyen falta grave”, concepto que se reitera, con especial referencia a los procesos con personas privadas de la libertad, en el artículo 108 del CPP y que va en sintonía con los ya citados artículos 140 y sstes. del ritual. Por lo dicho, resulta claro que la manda de los artículos que se refieren a los plazos en que debe resolver los recursos las Cámaras de Apelación y Garantías, resultan de especial observancia cuando lo que se ataca, precisamente, es una resolución de la cual depende la privación de la libertad del imputado, porque la naturaleza de los derechos en juego y, en especial, el hecho de que se trate del encarcelamiento de una persona jurídicamente inocente, reclama el respeto irrestricto a la legalidad como principio especialmente aplicable en materia de coerción procesal. De modo que, también en el trámite de segunda instancia, se ha producido una situación apartada de la Ley, por lo que –encontrándose en juego la garantía de revisión de un auto procesal importante, en palabras de la CADH-, se encuentra directamente en crisis, nuevamente, la legitimidad del encierro que –ahora- ha pasado otra vez a descansar sobre la base de una actuación incompatible con el marco constitucional y legal. Es que si el imputado tiene derecho a la revisión de la prisión preventiva en segunda instancia y la ley establece además límites temporales precisos para que la Cámara Penal convalide, o no, el pronunciamiento de primera instancia, el hecho de que, sin justificación alguna, el Tribunal de Alzada se aparte de esos límites legales extendiendo así de facto el encarcelamiento preventivo, es evidente que la medida de coerción pierde de ese modo todo tipo de legitimidad sustancial. En suma, también en este punto, ha existido una decisión contraria a derecho que incluye la errónea aplicación del artículo 110 del CPP, la inobservancia del artículo 405 del CPP y vulnera indirectamente el derecho a revisión de los pronunciamientos judiciales importantes ante un tribunal superior (artículo 8.2. “h” de la CADH) en relación con el derecho de ser juzgado en plazo razonable y sin dilaciones indebidas (8.1. de la CADH). Los hechos que se denuncian, y en especial, el pedido de dinero para mi liberación, explican la razón de las - aparentemente inexplicables- demoras en que se había incurrido. III. MEDIDAS URGENTES. Por lo dicho, solicito que, una vez corrida la vista pertinente al Ministerio Público Fiscal, se adopten como medidas urgentes: 1.Solicitud de copias certificadas de la IPP en la que me encuentro detenido (IPP número 23652/15 en trámite ante el Juzgado de Garantías 3 de Lomas de Zamora). 2. Se pidan copias certificadas del expediente y de la resolución adoptada por la Sala II de la Excma. Cámara Penal de Lomas de Zamora el día 26 de enero del corriente con motivo del Habeas Corpus presentado en mi favor. 3. Se requieran copias certificadas del expediente tramitado con motivo de la “Queja por retardo de Justicia” interpuesta en mi favor y con intervención de la Sala III del Tribunal de Casación Penal de la Provincia de Buenos Aires. 4. Se requieran de la UFI 1 de Berazategui copias certificadas de la IPP en trámite con motivo de la denuncia formulada por mi actual abogado defensor relacionada con la irrupción violenta concretada en mi domicilio. 5. Se requieran, a través de la Procuración General, copias certificadas de todas las resoluciones adoptadas por esa Procuración o por las Fiscalías Generales en virtud de las cuales se asignen tareas de investigación penal a la Fiscalía General a través de su Titular o alguno de sus Adjuntos. 6. Se requiera informe a la Procuración General a fin de que proceda a certificar si existe proceso penal en trámite en el que se haya procedido a imputar o investigar la actuación funcional del actual Jefe de Policía Fabian Perroni. 7. Se requiera informe de titularidad de teléfonos del Dr. Fiasche Sieri y se realice un amplio relevamiento de llamadas entrantes y salientes, posicionamientos de antenas y todo otro dato útil respecto del periodo en el que se habrían desarrollado los hechos denunciados. 8. Se requiera informe a la Alcaidía Penitenciaria III de Melchor Romero a fin de que informe detalle de cada uno de las visitas registradas respecto del Dr. Fische Sieri, identificando en cada caso fecha, hora de ingreso y egreso y, especialmente, si fue solo o acompañado de algún otro letrado o persona. 9. Se me cita a ratificar y/o ampliar la presente, formulando todas las preguntas que se estimen conducentes. 10. Se cite a testimonial a Adrián y Hugo Castillo, ambos actualmente alojados en la Alcaidía La Plata III, a disposición del Juzgado de Garantías 3 de Lomas de Zamora. 10. Toda otra diligencia que VS. estime pertinente. IV. COMPETENCIA: La privación de la libertad que padezco se encuentra materializándose en Melchor Romero, Partido de La Plata. En el mismo lugar sucedió el requerimiento dinerario. Por ello, y lo expresado en el punto II, considero que VS resulta competente para intervenir en el caso, al menos inicialmente, V RESERVAS DEL CASO FEDERAL Y DE ACCIONAR ANTE LA CIDH. Los hechos descriptos importan desde ya la afectación de garantías constitucionales además de constituir delitos que –por haber sido eventualmente cometidos por agentes del estado en ejercicio de sus funciones- tengo derecho a que se esclarezcan castigando a los responsables (arg. artículo 18 de la CN).
La CADH establece, como ya se dijo, que “Nadie puede
ser objeto de injerencias arbitrarias o abusivas en su vida privada, en la de su familia, en su domicilio o en su correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra o reputación.” Y agrega que “Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra esas injerencias o esos ataques.” (CADH, articulo 11)
Asimismo, la misma Convención establece que “Toda
persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter.” (artículo 8.1).
Ha dicho la Corte IDH que “[E]l artículo 8.1 de la
Convención (…) consagra el derecho de acceso a la justicia. De ella se desprende que los Estados no deben interponer trabas a las personas que acudan a los jueces o tribunales en busca de que sus derechos sean determinados o protegidos. A, su vez, el artículo 25 de la Convención también consagra el derecho de acceso a la justicia. (…) [L]a Corte ha señalado que éste establece la obligación positiva del Estado de conceder a todas las personas bajo su jurisdicción un recurso judicial efectivo contra actos violatorios de sus derechos fundamentales. (…) la garantía allí consagrada se aplica no sólo respecto de los derechos contenidos en la Convención, sino también de aquéllos que estén reconocidos por la Constitución o por la ley. (…) [L]a garantía de un recurso efectivo “constituye uno de los pilares básicos, no sólo de la Convención Americana, sino del propio Estado de Derecho en una sociedad democrática en el sentido de la Convención”, y que para que el Estado cumpla con lo dispuesto en el artículo 25 de la Convención no basta con que los recursos existan formalmente, sino que los mismos deben tener efectividad.” (Corte IDH, caso “Cantos vs. Argentina).
Por lo dicho, entiendo los hechos denunciados reclaman
una amplia investigación por parte del Estado, en especial, por encontrarse eventualmente involucrados funcionarios públicos que habrían actuado con deliberada intención de vulnerar garantías constitucionales básicas.
Por lo mismo, desde ya, dejamos formuladas las
pertinentes reservas. VI PETITORIO: Por todo lo dicho, solicito: a) Se reciba la presente denuncia y se le de el pertinente trámite. b) Se corra vista al Ministerio Público Fiscal. c) Se de inicio a la pertinente pesquisa ordenando las diligencias investigativas conducentes a la averiguación de la verdad.
El laberinto procesal de la reclasificación del delito por el juez de control y el tribunal de enjuiciamiento en el CNPP: ( Un debate entre la Toga , la constitución y la tecnicidad de la imputación)