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LAS SIETE PALABRAS DE JESUS EN LA CRUZ

LUCAS 23:33
32
Llevaban también con él a otros dos, que eran malhechores, para ser muertos. 33Y cuando llegaron al lugar
llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda.

INTRODUCCION:
Antes de morir, Jesús sufrió una gran inmolación: 39 latigazos, su cuerpo fue convertido en una sola
llaga, escupidas, burlas, una corona de espinas, golpes, ofensas, desnudez, soledad, muerte de cruz, los clavos y
muchas dificultades. Aunque fue, es y será siendo siempre Dios, Jesús NO renunció cuando se encontró en el
momento de la más dura prueba por amor al mundo pecador.
ISAIAS 53:7 “Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja
delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca”.
A pesar de todo el sufrimiento físico, emocional y espiritual del Señor, siempre mantuvo la
serenidad, la mansedumbre y la tranquilidad; además desde el calvario expresó 7 palabras que hoy siguen
resonando más de 2,000 años después de su muerte y resurrección. Estas palabras fueron:

1.- PRIMER PALABRA: PALABRA DE PERDON


LUCAS 23:34 34Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus
vestidos, echando suertes.
Todo el plan de nuestra salvación radica en la misericordia de Dios. Cristo se compadecía de los
enfermos y los sanaba, de las gentes hambrientas y les daba de comer. Pero lo extraordinario es compadecerse
del enemigo, de los que nos hacen daño, de los que nos hieren, de los que nos afrentan. Hasta este punto llegó el
amor de Jesucristo.
Es seguro que los enemigos de Cristo esperaban oír maldiciones, reniegos, protestas, injurias de
quien estaba sufriendo. Esperaban oír por lo menos quejidos de dolor y de él no salió un grito, sino una plegaria,
una dulce y suave oración de perdón.
Lo interesante del verbo griego es que no está en pasado sino en gerundio, o sea: “iba diciendo”.
En otras palabras esta frase fue repetida varias veces durante el cruel proceso.
Se ha dicho con razón que comprender es perdonar. Él comprendía la ignorancia de este horrendo
crimen. “No saben lo que hacen”.
Esta palabra de Jesús es un llamado a cada uno de nosotros a perdonar a los que nos ofenden, a los
que nos han causado dolor o sufrimiento en nuestra vida, a perdonar sin anhelar venganza.
Cuantas personas terminan sus días odiando, con un corazón lleno de resentimiento y amargura, esta
noche Jesús nos dice a cada uno de nosotros: no te vayas de este mundo sin haber perdonado.
Como cristianos tenemos que comprender que ese perdón de Jesús en la cruz, es para cada uno de
nosotros, pues él fue crucificado por nuestros pecados
2.- SEGUNDA PALABRA: PALABRA DE SALVACION
LUCAS 23: 39-43 39Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo,
sálvate a ti mismo y a nosotros. 40Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando
en la misma condenación? 41Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron
nuestros hechos; más éste ningún mal hizo. 42Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.
43
Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.
Los evangelios apócrifos relatan más detalles, algunos de ellos han sido incorporados a la tradición
católica, como los nombres Gestas y Dimas. Según el Evangelio de Nicodemo, el Mal Ladrón, llamado
Gestas, fue crucificado a la izquierda de Jesús y el Buen Ladrón Dimas a su derecha.
Me imagino que él estaba atento a lo que decía Jesús y seguramente oye de labios de Cristo la
palabra Padre, y seguramente eso le hace reflexionar: “Oh si yo pudiera dirigirme a Dios con esa paz y
tranquilidad”.
En ese momento comienza a creer en Dios, incluso comienza a reprochar a su compañero en el
versículo 40 diciéndole: “¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación?”. Luego añade en el
versículo 41: “Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros
hechos; mas éste ningún mal hizo”.
Notemos que se siente culpable y por un momento está de acuerdo con la justicia de los hombres.
De pronto pone su fe en Jesús y siguiendo el relato le dice: “Acuérdate de mí cuando vengas en tu
reino”.
Qué preciosa seguridad. Recuerden que ya durante su ministerio Jesús había afirmado:
JUAN 6:37 37Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.
Si la salvación fuera por obras, aquel ladrón no podía hacer nada para salvarse.
El apóstol Pablo lo aclaró perfectamente en:
ROMANOS 10:9-10 9que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le
levantó de los muertos, serás salvo. 10Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa
para salvación.
En la cruz, Jesús nos enseña que el perdón puede ser unilateral, no requiere dos partes a diferencia de
la reconciliación. Yo puedo -y debo- perdonar aunque mi ofensor no me haya pedido perdón.
Esteban, bajo la furia de las piedras que lo estaban matando, fue el primero en imitar de forma modélica
a su Maestro y Señor. Nosotros somos llamados a hacer lo mismo.

3.- TERCER PALABRA: PALABRA DE AMOR


JUAN 19:25-27 25Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas,
y María Magdalena. 26Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a
su madre: Mujer, he ahí tu hijo. 27Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo
la recibió en su casa.
Imagínese como madre lo que ella estaría sintiendo. Pero Jesús como hijo humano de una dolorida
mujer, se acuerda que él como hijo mayor tenía deberes humanos y los atendió cuidadosamente encomendando
a aquella buena y amante madre a su discípulo amado.
Su resignada pero dolorida madre lo necesitaba. Hay que notar que la más favorecida de todas las
mujeres fue también la más afligida.
Seguramente su fe estaba pasando una severa prueba, pues, aquel que era poderoso en palabra y
obras, se estaba dejando crucificar y no hacía nada para poder remediarlo.
Seguramente esa madre abnegada se acordó en este momento de cuántos milagros hizo su hijo
cuando estaba en su ministerio.
¿Ahora quién podría consolar a esta madre en aquellas circunstancias tan deplorables?
Precisamente había un discípulo que Jesús confiaba. Obviamente había parientes cercanos, hermanos, primos,
etc. Pero prefirió confiarle a su discípulo amado ya que posiblemente José ya había muerto.
Con esto Jesús nos hace pensar que no debemos dejar de pensar en nuestros padres.
El apóstol Pablo también lo señaló diciendo:
EFESIOS 6:2 “Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa“.
En medio de nosotros puede y debe manifestarse el amor de Dios. Con ese amor, amaremos a todo el
mundo. El amor de Dios es incondicional, es decir, que El ama aunque no lo amen. Es necesario el amor de
Dios para amar a los demás. Solo se puede amar de verdad con el Amor de Dios en nuestros corazones.

4.- CUARTA PALABRA: PALABRA DE ANGUSTIA


MATEO 27:45-46 45Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. 46Cerca de la
hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué
me has desamparado?
Pero no pensemos que esto representa una queja, o una duda, más bien era una situación interna de
no sentirse completo junto a su Padre.
Es una pregunta exclamativa que no requería respuesta, quizá sólo quería hacernos reconocer el
inmenso sacrificio que él hizo por nosotros para que reaccionemos y podamos decir: “Sí Señor, lo reconozco,
fue por mí. Sé que te sentiste temporalmente abandonado por tu Padre para que yo pudiera ser amado para
siempre”.
Todo pecado horrendo, cruel y oscuro recayó en Jesús, todo el pecado del mundo fue puesto sobre
él. Fue tal la atrocidad del pecado de todos los seres humanos que el mismo Dios tuvo que alejarse
momentáneamente para que toda esa oscuridad y crueldad humana recayera en Jesús.
Y quizá con un profundo pesar y dolor exclama: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has
desamparado?”. En otras palabras, sufrió al tope la agonía física y la agonía espiritual y hay que recordar
que ahí estaban también nuestros pecados.
Lo más horrible en esta vida es vivir sin la Presencia y Compañía de Dios. La soledad ataca y nos
sentimos desamparados. También hay dolor por nuestros errores y pecados, dolor por no hacer la Voluntad de
Dios, dolor por los que no conocen a Cristo, por las enfermedades y necesidades.
Sin embargo, la soledad es parte de la lucha. Cuando no sentimos la Presencia de Dios, es cuando
El está más cerca de nosotros. En el momento donde llegue la soledad en la prueba, hay que calmarnos, pues
Dios NO nos ha dejado solos ni un tan solo momento; tan solo es parte del proceso.
El mismo Jesús prometió que nunca nos dejaría:
MATEO 28:20 20enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con
vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
El mismo Jesús prometió que enviaría a Su Espíritu Santo que nos ayuda y nos guía por el camino
correcto.
En esos momentos (como Jesús), solo debemos estar firmes y no movernos.
El padre desamparó a Jesús por un momento para ampararnos a nosotros por toda la Eternidad.
5.- QUINTA PALABRA: PALABRA DE AGONIA
JUAN 19:28 28Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se
cumpliese:Tengo sed.
Tenemos que comprender que uno de los sufrimientos más grandes para los que morían crucificados
no eran solamente los clavos, sino la deshidratación, la perdida poco apoco de la sangre, la fiebre por la
insolación, por las heridas infectadas, eso hacía que la boca se secara, que la lengua se pegara al paladar:
SALMO 22:15 15 Como un tiesto se secó mi vigor, Y mi lengua se pegó a mi paladar, Y me has puesto en el
polvo de la muerte.
Esta palabra tiene un doble mensaje para nuestra vida:
A) el entrego hasta la última gota de su sangre por nosotros, sufrió hasta lo último por amor a
nosotros, ¿qué estamos dispuestos a sufrir por causa de Dios? Es triste que muchos cristianos no se
congreguen cuando está lloviendo, cuando hace mucho calor; que la sed del Señor nos motive a dar más de
nuestra vida para él.
B) el Señor sufrió la agonía de la sed para que nosotros no sufriéramos sed espiritual, así como
Moisés golpeo la roca en el desierto para que brotara agua, así Cristo que es nuestra roca fue golpeado
para que nosotros pudiéramos beber del agua de vida eterna

6.- SEXTA PALABRA: PALABRA DE ESPERANZA


JUAN 19:30 30Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza,
entregó el espíritu.
Jesús dejo bien claro que su obra redentora no quedaba a medias, sino que estaba terminada, que su
misión había sido cumplida, y por eso expreso la palabra griega “tetelestai” que en español es
“consumado es”
Tetelestai tenía varios significados en el tiempo Biblico y cada uno de esos significados fueron cumplidos
por nuestro Señor en la cruz.
Tetelestai era usado cuando en una batalla el general del ejército victorioso subía un monte y gritaba
tetelestai, la batalla había sido ganada, Jesús gano la batalla contra satanás
COLOSENSES 2:14-15 14anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria,
quitándola de en medio y clavándola en la cruz, 15y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió
públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.
Tetelestai también era una palabra usada en el comercio, cuando se cancelaba una deuda se decía
“tetelestai” es decir, la deuda esta cancelada, Jesús pago nuestra deuda con Dios, nos justifico y por medio de
el tenemos paz con Dios.
ROMANOS 5:1 1Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor
Jesucristo;
Cuando Jesús pronunció estas palabras, Satanás y todos los demonios del infierno supieron que
estaban vencidos. Incluso la misma muerte había sido destruida, la victoria fue total.
Por eso finalmente pronunció su última palabra.
7.- SEPTIMA PALABRA: PALABRA DE CONFIANZA
LUCAS 23:46 46Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y
habiendo dicho esto, expiró.
Jesús estaba confiado que al morir no estaría mas solo, el padre estaría con él, sabía que su vida no
quedaría a merced de la muerte, ni de satanás, sino en las manos de Dios.
Su cuerpo seria bajado de la cruz por los soldados romanos y entregado a José de Arimatea para ser
sepultado.
Jesús no se preocupó por quien se haría cargo de su cuerpo sino de su espíritu, el confiaba que aún mas
allá de la muerte su Padre celestial estaría con el:
SALMO 48:14 14Porque este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre; Él nos guiará aún más allá de la
muerte.
Cuantas personas se han ocupado de las cosa materiales cuando llegue el día de su muerte, ya
aseguraron su ceremonia fúnebre, ya dejaron repartidos sus bienes materiales, pero no han entregado su alma
al Señor.
Cada persona que tiene a Cristo en su corazón nunca se separara de Dios, ni la muerte misma:
ROMANOS 8:38-39 38Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni
potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá
separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
De modo inevitable hemos de pasar por aquel valle sombrío, pero la muerte redentora de Cristo es
la garantía de que podremos terminar nuestros días con la misma confianza que Él, sólo en esas circunstancias
podremos decir con gozo: “Padre en tus manos encomiendo mi espíritu“.

CONCLUSION: INVITAR A RECIBIR A CRISTO.

1.- PALABRA DE PERDON


2.- PALABRA DE SALVACION
3.- PALABRA DE AMOR
4.- PALABRA DE ANGUSTIA
5.- PALABRA DE AGONIA
6.- PALABRA DE ESPERANZA
7.- PALABRA DE CONFIANZA

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