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ASIGNATURA:

LAS ETAPAS DE LA VIDA


ALUMNO: WILBERT GABRIEL TUN LÓPEZ
MAESTRA: PSIC. EDNA CECILIA HERRERA SOTO

ETAPA 7.
EDAD ADULTA: GENERATIVIDAD VS. ESTANCAMIENTO
(35 – 65 años aproximadamente)

Dios bendice lo que se hace por amor.

Este capítulo inicia con la historia de dos hermanos que, movidos por el amor, se ayudaban
mutuamente en secreto hasta que se auto descubrieron proporcionándose la ayuda. “Dios,
como testigo de su encuentro, proclamó: ` Este es un lugar santo -un lugar de amor- y aquí
es donde se deberá construir mi templo ´. Y así se hizo. El lugar sagrado, donde Dios se da
a conocer a su pueblo, es el lugar donde los seres humanos descubren el amor del uno por
el otro”
Belden C. Lane, “Rabbinical Stories.”

Erikson le llama al período de la edad mediana la etapa de la generatividad y la sitúa de los
35 a los 65 años de edad. Aunque algunos piensan que ser de edad mediana es estar de
bajada, es en esta etapa en la cual la gente busca el crecimiento interior integral y el amor
desinteresado. Una de las virtudes de esta etapa es la solicitud.

Para Erikson, Gandhi es un modelo de solicitud generativa, ya que su liderazgo a través de
la solicitud y la no violencia lleva a su pueblo a conseguir la independencia de la India. Su
ejemplo, incluso en el dolor, da una clara muestra de la generatividad y de la solicitud; ya
que la acción de la generatividad incluye cuidar de los demás, más allá de la familia de uno,
cuidar las generaciones futuras y cuidar del tipo del mundo en que vivirán esas
generaciones.

La forma más común de la generatividad es ser padres pero también se incluyen los papeles
de maestro y mentor o cualquier otra forma de crear vida y pasársela a otros.

La alternativa contraria de la generatividad es el estancamiento, el cual es el sentimiento
de no haber hecho, aún, algo que contribuya a la vida, algo que pudiera ser transmitido a
las generaciones futuras. Esto puede generar una crisis de significado existencial y la
búsqueda de una manera de vivir más profunda implica la confrontación con las tinieblas
interiores, en las cuales muchos se hunden y se estancan en ese proceso.

Una crisis de significado puede ocurrir a cualquier edad, pero es más común durante la
época de los cuarenta ya que empiezas a darte cuenta que el tiempo ha pasado y sigue
avanzando dejándote cada día con menos oportunidades de dejar una huella trascendente
en los demás. Estas crisis de “edad mediana” actúan diferente en hombres y mujeres; las
mujeres tienden a desarrollarse ayudando a otros y cuidando de sus propias necesidades
mientras que los hombres, al contrario, cuidan primero de sus necesidades y, si hay tiempo,
de los demás.

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ASIGNATURA: LAS ETAPAS DE LA VIDA
ALUMNO: WILBERT GABRIEL TUN LÓPEZ
MAESTRA: PSIC. EDNA CECILIA HERRERA SOTO

Pero estas crisis de edad mediana tienen la solución en la solicitud, tanto para hombres
como mujeres, si se enfocan a encontrar nuevas formas para cuidar de sí mismos y de los
demás. La virtud o tarea del cuidado solícito es hallar el sano equilibrio entre dar y recibir
para evitar el desgaste que se siente del sólo dar y el egoísmo que se desarrolla por
solamente recibir, es aquí donde entendemos la frase de Nuestro Señor Jesucristo: “ama a
tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22, 39). Cuidar de uno mismo es tan sólo la mitad de
la solución si no se le agrega la generatividad abierta al cuidado de los demás.

Es importante que, en esta etapa, también haya alguien cerca que te implique un reto, que
te presente obstáculos a vencer y que por su difícil manera de ser te impulse al verdadero
amor incondicional ya que eso te permite crecer como persona. Por ejemplo, una
comunidad para crecer debe pasar por cuatro etapas:
1) La “Pseudo-comunidad”: Todos los miembros fingen que todo está bien y evitan
el conflicto.
2) El caos: Las diferencias se expresan pero tratan de bloquearlas, eliminarlas o de no
tolerarlas.
3) El vacío: Se hacen a un lado sus ideologías, prejuicios y expectativas personales
para entender el mundo diferente del otro.
4) La comunidad: Se acepta y se ama a la gente con todo y sus diferencias, aunque no
siempre gusten.

Para lograr el equilibrio, entre recibir el amor de los amigos y dar amor a los que lo
necesitan, una persona requiere:
a) Cuidarse a sí mismo.
b) Aceptar la propia identidad
c) Contar con relaciones que te fortalezcan y apoyen (relaciones de intimidad, no
precisamente se refiere sexual).
d) Dar la mano y cuidar a los demás.

El cuidado solícito tiene el equilibrio adecuado en el grado en que recibimos y damos nueva
vida. Es importante saber identificar donde empezamos a tener solicitud, esto se da cuando
usamos muestro crecimiento y sanación personal como un regalo para fortalecer y guiar a
otros que pueden estar pasando por lo que uno ha sanado en su propia vida, las heridas
que han sanado se vuelven regalos de compasión y nos ayuda a pasar de una preocupación
pasiva a una compasión activa, yo le llamaría amor en movimiento o el amor en acción.

La oración también es importante, la generatividad y la plegaria de intercesión van de la
mano, orar siendo empáticos por quien estamos pidiendo, tratando de adentrarnos, en la
oración, en las necesidades e incluso dolencias que tenga la persona por a cual oramos; eso
es interceder compasivamente como Jesús quien, como alto sacerdote, intercedió
volviéndose como nosotros, por nosotros, en todas las cosas menos en el pecado (Hebreos
2,17 y 4,15).

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MAESTRA: PSIC. EDNA CECILIA HERRERA SOTO

También la oración de liberación es muy útil ya que con la intercesión compasiva puedo
convertirme en la que lleve el peso, queriendo hacer más por una persona que lo que
personalmente pueda hacer, ahí es el momento de entregarla en las manos de Jesús, confiar
en su misericordia y en su poder para actuar como el Señor amoroso que es. Jesús quiere
que hagamos lo que podamos por otra persona y, luego, que dejemos y confiemos el resto
en sus manos.

En el caso de los padres de familia, sobre todo ellos, que Jesús cure los errores que todo
padre comete, pedir perdón por sus errores, perdonarse a sí mismos y enseñar a sus hijos
a confiar en Dios como salvador, tanto como confiaban en ellos. Los padres siempre deben
acompañarse de Dios y adentrar a sus hijos al misterio de Dios para que sepan y entiendan
que no están solos. Sólo así se evita ver a los padres como Dios y podemos perdonarnos y
perdonarles por los errores cometidos.

Es importante apoyarnos y confiar en Dios para discernir cómo cuidar de nosotros mismos
y/o de los demás. Para esto se toma en cuenta que Dios nos deja en libertad para escoger,
pero es a través de la confianza en que Él siempre desea lo mejor para nosotros, sus hijos.
Es necesario hacer oración continuamente y darle el “SÍ” al señor ya que el amor perfecto
que proviene de Dios arroja el temor y da la libertad para encontrar su voluntad en nuestras
vidas. La prueba final de la voluntad es preguntarme si ésta me da vida a mí y a los demás;
es como el “Hágase” de la Virgen María, no sabes como va a ser todo, no sabes lo que va a
pasar a ciencia cierta pero confías en aquel que todo lo puede, que te ama sin medida y que
quiere lo mejor para ti.



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