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Roy: Sólo uno de los suyos

Por Mumia Abu-Jamal

El asombroso escándalo en torno a la campaña senatorial del juez Roy Moore es una historia de
poder, y no de sexo.

No hay nada que fascine más a los medios masivos como un escándalo sexual porque es una
bonanza para los ratings. Y aunque parece ser la historia de un señor con el caso del síndrome de
Lolita (la obsesión de un adulto con niñas), se trata de poder: poder político, poder religioso, poder
masculino.

Sin embargo, no he visto a ningún comentarista que llegue al punto central de este asunto.

Nos dan una pista los repetidos actos de Moore en los cuales él desobedece la Constitución y
favorece interpretaciones bíblicas de la ley.

No conozco la ley en el estado de Alabama, pero en Pensilvania, todos los jueces están obligados
a jurar obediencia a las constituciones estatales y federal.

Al parecer, el juramento judicial de Moore fue violado dos veces cuando él se opuso a los
dictámenes de la Suprema Corte de Estados Unidos. Por el contrario, su juramento a creencias
religiosas representa la elevación de la religión sobre la ley.

Hace varios años, el premiado periodista Chris Hedges, escribió un libro titulado American
Fascists, (Fascistas Americanos, 2006), en el cual describió como “dominionistas” a las personas
que pretenden transformar Estados Unidos en una teocracia, donde la Biblia se vuelve la ley
suprema de la nación.

Imagínense The Handmaid's Tale (El cuento de la criada)* hecho realidad, en un mundo donde las
mujeres están totalmente controladas por los hombres, quienes las tratan como propiedad sexual,
sin elección.

¿Qué manera mejor de empezar, que con una niña?

Esto es lo que representa el juez Roy Moore.

Desde la nación encarcelada soy Mumia Abu-Jamal.

*Una serie de televisión estadounidense basada en la novela feminista homónima (1985) de la


escritora canadiense Margaret Atwood.

--©'17maj
13 de noviembre de 2017

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