Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Clásicos
Lector agudo. En 1930 Martínez Estrada logró señalar ciertos rasgos del país que resultan recurrentes.
Elvio E. Gandolfo
Una vez más regresan dos libros clásicos de Ezequiel Martínez Estrada:
Radiografía de la pampa (1933) y La cabeza de Goliat (1940). Lo hacen en
dos volúmenes de la editorial Interzona, un tanto extraños, de tapa dura,
impresos y encuadernados en China, con puntas redondeadas de las
páginas, compuestos en tipografía Andralis ND (bien argentina),
impresos en papel Chen Ming Woodfree (ecológico), sólidamente cosidos,
en Hong Kong.
Esta vez el regreso se produce con un aparato ideal de prólogos y notas
de Christian Ferrer, que sabe muy bien de lo que habla, ya que escribió
un libro extenso sobre el autor: La amargura metódica: vida y obra de
Ezequiel Martínez Estrada (Sudamericana, 2014). Gracias a su
conocimiento, ubica a la perfección cada volumen, y le agrega excelentes
apéndices con prólogos sucesivos a lo largo del tiempo, y otros
materiales. También figuran, en cada caso, las ediciones sucesivas.
¿Por qué regresan ambos libros? ¿Acaso nos gustan los autores
metódicamente amargos? ¿Por qué otros libros argentinos paralelos de
la época, como El hombre que está solo y espera (1931) de Scalabrini
Ortiz, regresan menos? O algún libro extranjero, como Casa-Grande y
Senzala (1933), del brasileño Gilberto Freyre (que él mismo cita como
perteneciente al mismo interés por mezclar conocimiento y literatura),
en su traducción al castellano debe ser buscado con lupa en librerías de
usados, en cualquiera de las dos ediciones (1977 y 1983) de la Biblioteca
Ayacucho.