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Quiénes son los nahuales y

cómo reconocerlos
Xiu
17 Jun 2016
19.750

México tiene una gran tradición de chamanes, hechiceros y curanderos, también


conocidos como nahuales (o naguales). Todos los pueblos y ciudades de nuestro país
tienen al menos un nahual.
La palabra náhuatl para nahual es nahualli, que significa “lo que es mi vestidura o
piel” y se refiere a la habilidad del nahual de transformarse en una criatura mitad
hombre, mitad animal (tecolote, jaguar, águila, coyote).

Para los pueblos prehispánicos, el nahualli era uno de los hechiceros llamados tla
tlacatecolotl, u “hombres búhos”, lo cual indica que solo aparecían de noche.
Antes del apogeo de las grandes civilizaciones prehispánicas como la mexica o la
maya, los indígenas yakis, tarahumaras y seris que vivían en el norte de México y en
el sur de los Estados Unidos (cerca del 900 d.C.) tenían nahuales. Estas
civilizaciones se hallaban asentadas en parte de lo que hoy son los estados
americanos de California, Nuevo México y Texas, y los estados mexicanos de
Chihuahua, Baja California, Sonora y Sinaloa.

Ellos creían que si un hombre puede llegar a conocer su espíritu primitivo o nahual,
entonces lo podía usar para curar a la gente y practicar la magia. Muchos dibujos
primitivos en viejas cuevas muestran a personas como hombres-lobo.
En la cosmovisión mexica los nahuales eran protegidos por Tezcatlipoca, el Señor
de la noche. La leyenda contaba que un nahual podía desprenderse de su piel y
transformarse en una de estas criaturas. Tal es el caso de leyendas coloniales en las
que algunos cazadores mexicas y españoles decían que durante la noche habían
matado a un animal y al amanecer el cadáver se había transformado en el de un
hombre.
El nahual deja su forma humana por un tiempo determinado, para adquirir la de un
animal elegido. Existen varias versiones de cómo se logra esta metamorfosis.
– Una asegura que el brujo simplemente desaparece y se encarna en el animal, a
voluntad. El chamán afirma ser capaz de incorporar su conciencia al cuerpo de un
animal ya existente. Sea de una forma u otra, hay una afinidad psíquica, una especie
de parentela del alma entre el chamán y el animal en el que se transforma, como si
se tratara de un avatar.
– Otra dice que “se fragmenta”, para lo cual se desprende, de modo deliberado, de
parte de su cuerpo (los ojos, las piernas, un brazo o, incluso, los intestinos). De este
modo, si se quiere acabar con un Nahual el mejor método es seguirle y observar
donde realiza su transformación, robarle la parte del cuerpo de la que se desprendió
ya que de este modo le será imposible volver a su forma original y al amanecer
morirá.
– Otra más afirma que el cuerpo dormido del brujo permanece en su casa, mientras
su espíritu vaga en la figura de animal. En este caso, para evitar que alguien toque su
cuerpo dormido, el nagual debe dar siete volteretas.
Los españoles decían que el nahual sólo podía transformarse durante la noche y
atacaba a sus hijos con hechizos infernales. La Santa Inquisición persiguió a los
nahuales durante mucho tiempo. Pero la gente creía en su poder y a veces los
protegían, especialmente en las comunidades indígenas.
En la región de los Tuxtlas, la creencia en los nahuales está muy arraigada. Se
asegura que hay personas que pueden transformarse en aves y que tienen el poder de
volar. Salen en días de luna llena y se metamorfosean en tecolotes, tapacaminos y
guajolotes (nombre que se le aplica a diversas aves locales). Si alguien observa que
un ave se posa en su casa varios días consecutivos, puede inferir que no se trata de
un ave común y corriente, sino de un nahual que busca un mal para uno de los
habitantes de esa casa.
La leyenda de los nahuales tiene partes oscuras, perdidas en el pasado, en la mágica
cosmología mexicana y difiere muchísimo dependiendo de las fuentes pues se basan
en leyendas locales que se adecuan a la región donde se cuente.
En lo que respecta a su relación con la naturaleza, hay que destacar que los animales
eran seres muy cercanos a la divinidad. Numerosas eran las deidades que se
vinculaban de alguna u otra forma con los animales, ya fuera porque la deidad era un
animal (como Xólotl, y su nahual el perro), por su nombre (como Quetzalcóatl-
serpiente emplumada- o Huitzilopochtli -colibrí de la izquierda-), por sus atavíos
zoomorfos o porque se creía que el numen tenía la capacidad de manifestarse como
un animal. Además de ser muy próximos a las deidades del panteón mesoamericano,
muchos animales tienen un papel preponderante en los mitos, tanto en los de
creación del mundo como en la vida de las personas.

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