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INTERNADO NACIONAL

BARROS ARANA
DEPARTAMENTO DE FILOSOFÍA

MNEMOTECNÍA

“Puede imaginarse que este antiquísimo problema no fue resuelto precisamente con respuestas y
medios delicados; tal vez no haya, en la entera prehistoria del hombre, nada más terrible y siniestro que
su mnemotécnica. «Para que algo permanezca en la memoria se lo graba a fuego; sólo lo que no cesa de
doler permanece en la memoria»… éste es un axioma de la psicología más antigua (por desgracia,
también la más prolongada) que ha existido sobre la tierra”.

Profesora: Susana Delgado

Alumno: Fernando Arancibia

Curso: 4°G

Fecha de Entrega: 01/10/2015


Mnemotecnia, una palabra fuera del común vocabulario de la gente, sin embargo es una palabra que
tiene gran efecto sobre nuestras vidas. De acuerdo a la RAE es un “procedimiento de asociación mental
para facilitar el recuerdo de algo”. En base a esto, estudiantes de universidades, colegios, etc. lo usan
como un método de aprendizaje útil y rápido para materias complejas. Actualmente, entonces, es un
método de aprendizaje y memoria, sin embargo ¿Cómo es visto por ejemplo por el filósofo alemán
Friedrich Nietzsche? Un hombre nacido hace más de cien años atrás, para él la mnemotecnia es un
axioma de la psicología que está afectando hasta el día de hoy, nuestras vidas, Nietzsche llega a esta
conclusión en el segundo tratado de la genealogía de la moral a través de las influencias de las
capacidades humanas de olvido, hacer promesas y poseer una consciencia moral, que juntas dan como
resultado un sentimiento de culpa sobre el individuo, que es utilizado por la sociedad. ¿Cómo es
utilizado? ¿Cómo, exactamente llega Nietzsche a esta conclusión? ¿Es aplicable a nuestra actual
sociedad?

Al comienzo del Segundo Tratado Nietzsche habla sobre la capacidad inhibir un pensamiento como la
forma que tiene el ser humano de desligarse de cualquier pensamiento ajeno al propio, le ve como una
forma de “mantener el orden anímico” y que, con la perdida de ella el hombre se desliga de aquellas
cosas que le causan placer o felicidad y que por lo mismo el no olvido es señal de debilidad o de “salud
no vigorosa”. En este punto, tomando como concepto el olvido se puede mencionar que en realidad el
olvido o perdida de información en muchas ocasiones no existe si no que es nada más que un recuerdo,
pensamiento o aprendizaje que empieza a carecer de valor y es guardado en el subconsciente y que con
el paso del tiempo sobre el individuo, empieza a carecer de importancia en la sinapsis entre neuronas.
“La primera pérdida de información se produce debido a los procesos de atención y percepción. Los
sistemas sensoriales humanos tienen limitaciones, de modo que parte de la información ambiental no
llega a estimular nuestros sentidos, y la que lo hace sufre los efectos de los procesos de transducción e
interpretación. Pero, además, los filtros atencionales impiden que todos los estímulos que llegan a
nuestros sentidos se procesen con la misma intensidad, dado que nuestros recursos atencionales
necesarios para el procesamiento profundo de la información son limitados”. (Manzanero, 2008). El olvido
visto desde un punto de vista metafísico empieza a generar más significado, como el que Nietzsche llama
guardián del orden anímico, entendiendo esto como quien mantiene el estado anímico de una persona en
buen estado, sin embargo una persona va tener un estado anímico diferente independiente de su
capacidad de olvido, pues el estado anímico dura horas o días y es provocado por una cierta tensión en
relación a energía, por lo tanto la capacidad de olvidar no interfiere realmente en como una persona se
siente anímicamente. Desde otro punto, podemos apreciar aquellas ocasiones en que el cerebro bloquea
un recuerdo, por o doloroso o perjudicial que pueda ser par a la salud de una persona, de esa forma
ayuda a sanar o evitar el sufrimiento, pero en estos casos “se produce una interrupción de los procesos
mnemotécnicos gracias al córtex prefrontal dorso lateral, que inhibe la actividad del hipocampo,
una región clave para recordar eventos del pasado.” (T.I, 2012).

En este punto podemos hablar sobre la capacidad de olvido para ayudar a el individuo en su sufrimiento,
pero este es un proceso involuntario gatillado por el cerebro bajo circunstancias específicas y extremas,
en ningún caso significa un accionar consciente del individuo. Por lo tanto el acto de olvidar no es realidad
algo voluntario y mucho menos tiene una relación directa con el estado mental de una persona sino, que
es un resultado de ciertas acciones y reacciones del cerebro y cuerpo humano.

Nietzsche sigue por declarar que una promesa es el acto de conocer el futuro, de no mantener nuestro
estado mental de una forma específica para cumplir cierto rol y es a eso que Nietzsche le llama
responsabilidad, se puede definir una promesa como la capacidad del ser humano para pronosticar su
forma de actuar en el futuro y la responsabilidad como aquel peso que del que el humano se debe hacer
cargo.
Nietzsche sigue por definir la consciencia como la capacidad distinguida de los hombres libres, o sea
aquellos hombres que tienen la capacidad de no olvidar, en otras palabras la consciencia es una forma
de alejar al humano de sus verdaderos instintos, a través de la represión de sus verdadera naturaleza,
Según la Rae la consciencia es la “Propiedad del espíritu humano de reconocerse en sus atributos
esenciales y en todas las modificaciones que en sí mismo experimenta”. Para Kant la conciencia moral no
es adquirible ni se presenta en un tipo específico de humanos “sino que todo hombre, como ser moral,
la tiene originalmente en sí” (Kant, 1989) significando que es quien muestra a el hombre lo que es
correcto siendo inevitable para él tenerla presente.

Para Freud era una “habilidad aprendida consecuencia de la socialización temprana, principalmente en el
ámbito familiar y dependiente de modo prominente a los efectos de la relación edípica que los niños
mantienen con los padres” (Carracedo, 1987).En base a esto se puede definir a la consciencia como la
capacidad que posee el ser humano naturalmente pero influenciado por la sociedad y círculo familiar de
reconocer su propia existencia y la de los que lo rodean además de servir como guía para su forma de
actuar.

Nietzsche, hasta este punto tiene una forma de ver las cosas con la que se puede debatir, utilizando
adelantos científicos (función del olvido) o pensamientos de otros filósofos (consciencia moral) como
método de refutación a sus dichos, sin embargo es en los siguientes puntos es donde de su aforismo y
axioma empieza a tener sentido para una sociedad del siglo veintiuno

Uno de estos puntos trata sobre la mala consciencia, esta empieza por el sentimiento de deuda y la
posesión que tiene el acreedor sobre el deudor, pues para Nietzsche en caso de la culpa (shuld) esta
proviene directamente de la deuda (shulded) lo que significa en otras palabras que el deudor dentro de
su culpa queda a merced del acreedor, para que este pueda satisfacerse con el fin de acordonar la
deuda.

Esta mala consciencia o el sentimiento de culpa/deuda ha sido utilizada por la sociedad, que se refleja
como un acreedor, significando que nosotros somos sus deudores y en caso de faltar a sus leyes la
sociedad tiene el deber de expresarse a través de su “justicia” y que es admitida por nosotros mismos. Es
un método de persuasión a través del miedo, Freud lo llamaría conductismo, para Nietzsche es la
Mnemotecnia, pero es en realidad una mezcla de ambos pues el condicionamiento para que la gente no
se equivoque está hecho a base de una mnemotecnia para relacionar el error con el castigo. De la misma
forma es utilizada por la religión quien nos hace tener un falso sentido de culpabilidad al imponernos un
sentido moral en base una Biblia y un ente superior donde el error es llamado pecado, que es sancionado
con el infierno.

Es por esta razón que la religión sigue tan vigente y con tantos seguidores. Esto es una respuesta a
autores como Fernando Savater cuando dice “Puede que sea exagerado augurar tal victoria, pero desde
luego Dios –es decir, los dioses y sobre todo los creyentes—sigue (o siguen) ocupando la palestra, frente
a la ilustración racionalista en todas sus formas y terrenos. La religión continúa presente y a veces
agresivamente presente, quizá no más que antaño pero desde luego no menos que casi siempre. La
cuestión es: ¿por qué?” (Savater, 2007)

La pregunta se responde nada más que en la represión del ser humano. Lamentablemente Nietzsche
acierta cuando dice que ese axioma es el más viejo, pues desde el momento en el que el humano
comienza a creer en un ser superior estuvo bajo este conductismo mnemotécnico, un ejemplo es la
persecución de la Iglesia a supuestos brujos, magos, herejes, etc. llamada inquisición, donde no se podía
opinar distinto por el peligro de muerte que significaba. Un ejemplo más reciente puede ser Bartolomeo
Vanzetti y Nicola Sacco, Inmigrantes, injustamente ejecutados, bajo la excusa de un crimen millonario
que en realidad oculta el enojo de la sociedad Estadounidense contra estos inmigrantes italianos de
pensamiento anarquista.
Ejemplos como esos hay por miles durante la historia, es algo real, actualmente siguen existiendo, pero
han ido mutado, dando como resultado nuevos tipos de condicionamientos mnemotécnicos como la
cultura del miedo, la política del terror, etc. son símbolos de una sociedad de opresión y de manipulación,
el castigo actualmente no es palpable como la muerte, en muchos casos, pues los tiempos son distintos
y las sociedades se adatan para permanecer inmaculadas. A pesar de ello los métodos para evitar el
error dentro de la comunidad son básicamente la imposibilidad de hacerlos porque no hay necesidad de
responder a un instinto natural, porque el humano está adormecido, no puede cuestionar ningún aspecto
de su vida, está acostumbrado y saciado frente a la misma y cualquier pensamiento opuesto al que le han
impuesto le parece ridículo e irracional.

Nietzsche a través de este axioma trata de demostrar que la vida del humano está encerrada en un
sistema de limitaciones, ya sean espirituales como físicas o emocionales, el “fuego” al que hace
referencia es nada más que amenazas, torturas y castigos etc. Reflejados a través de la mnemotecnia
conductista que les obliga a pensar de una forma específica, como un perro al babear por una
campanilla, sin embargo este proceso conlleva más que sólo un castigo, pues se remonta según
Nietzsche, a la naturaleza y lo que le impone al hombre, a las capacidades del hombre, concretamente en
la capacidad de hombre de tener una “responsabilidad” pues el hombre siente un deber de obedecer o
actuar de una forma específica,

Hay varios aspectos que se pueden desglosar, Nietzsche arma una especie de genealogía de la
consciencia moral con el fin de criticar una sociedad mezquina y cruel, que, tras guerras y todo lo que
tocó vivir le deja sin más que dolor y una amenaza de volver a sentir su crueldad, con una iglesia y moral
cristiana latente que no le deja poder expresarse bajo sus propios deseos, este aforismo y axioma es un
recuerdo hacia la gente que la sociedad mantiene a raya a su población con el discurso de prosperidad
por un lado pero con el látigo opresor por otro y que es protegida por la el recuerdo de asociación al
miedo llamado justicia, claro, tras ciento veintiocho años desde la publicación del libro Genealogía de la
Moral las cosas cambian, pero no cambian a fondo sino que se maquillan, se transforman estéticamente
y dogmáticamente, la sociedad no te reprime abiertamente porque prefieren entorpecerte o comprarte, y
los medios de comunicación forman un gran aporte en este juego, lo que Nietzsche trata de expresar y
que se trata de rescatar en este ensayo es que en el tipo de sociedad en que vivimos es esperable y
obvio que esto ocurra, él habla sobre la eternidad de este axioma y es cierto la psicología del hombre le
permite estar a merced de este axioma, desde el comienzo de su existencia, sin embargo a través del
tiempo y de la evolución del hombre, él ha encontrado la forma de evitar que ella le entorpezca, porque es
parte de su evolución alejarse de su propia psicología, un ejemplo claro de esta se remonta a la época
anterior a la creación de la imprenta, donde la sociedad estaba destinada a ser analfabeta e ignorante,
donde los dones de la lectura eran dado sólo a los clérigos y nobles, sin embargo tras la creación de la
imprenta, los libros fueron más fáciles de reproducir y la gente empezó a generar más interés en ellos, el
punto en esta historia es que el humano siempre haya una forma de sobreponerse a sus propias
limitaciones intelectuales.

Quizás un sistema de social como el actual vaya a permanecer mucho tiempo más, pero está en
nosotros la posibilidad que sea más justo y equitativo, no porque una moral lo indique sino porque la
humanidad debe ir en post del progreso y eso significa el bien común para sus semejantes, el ser capaz
de convivir en armonía sin tomar provecho del otro. El humano es capaz de una crueldad muy grande,
Nietzsche lo sabía, pero, se equivocó en pensar que sólo eso le rige, pues el ser humano ha
evolucionado para alejarse de sus instintos más básicos, esto significa que mientras el humano tenga el
potencial para desprenderse de este axioma expresado en el aforismo también se tendrá el potencial
para dejar de necesitar sus instintos primitivos, Nietzsche fue capaz de ver la situación actual del humano
pero no fue capaz de ver el potencial a futuro que tiene, ni la capacidad de evolucionar y aprender que p
él pose y que es lo que nos diferencia intelectualmente del resto de los seres vivos del planeta.
Bibliografía
Carracedo, J. u. (1987). El hombre y la ética: humanismo crítico, desarrollo moral, constructivismo ético.
En J. u. Carracedo, El hombre y la ética: humanismo crítico, desarrollo moral, constructivismo
ético (pág. 125). Barcelona: anthropos.

Kant, I. (1989). La Metafisica de las costumbres. En I. Kant, La Metafisica de las costumbres (pág. 155).
Madrid: Tecnos.

Manzanero, A. L. (2008). Psicología de la Memoria. Recuperado el 30 de 09 de 2015, de


http://psicologiadelamemoria.blogspot.cl/p/el-olvido.html

Real Academia Española. (s.f.). Recuperado el 30 de 09 de 2015, de Real Academia Española:


http://lema.rae.es/drae/srv/search?id=en5T4sKbNDXX2si3b7TV

Savater, F. (2007). La Vida Eterna. En F. Savater, La vida Eterna (pág. 8). Buenos Aires: Ariel.

T.I. (18 de 10 de 2012). teinteresa.es. Recuperado el 27 de 09 de 2015, de


http://www.teinteresa.es/salud/cerebro-recuerdos-dolorosos-sustituyendolos-
borrandolos_0_794320936.html

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