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El poder constituyente ha sido definido como la "voluntad política creadora del orden, que
requiere naturaleza originaria, eficacia y carácter creadora" y como la "voluntad originaria,
soberana, suprema y directa que tiene un pueblo, para constituir un Estado dándole una
personalidad al mismo y darse la organización jurídica y política que más le convenga".1 De
todos modos, existen concepciones que consideran que el poder constituyente originario
puede recaer en el pueblo o en la nación.
Índice [ocultar]
3 Clasificación
6 Referencias
7 Véase también
8 Enlaces externos
Emmanuel Joseph Sieyès, en su obra "Qué es el Tercer Estado", atribuía dos características al
poder constituyente: es un poder originario y único, que no puede encontrar fundamento
fuera de sí; y que era un poder incondicionado, es decir, que no posee límites formales o
materiales.
Si bien, el poder constituyente no puede ser definido jurídicamente, si puede ser definido
políticamente en términos de legitimidad.
Que el poder constituyente sea titularidad del pueblo no obstaculiza que el ejercicio efectivo
del mismo este a cargo de un órgano convocado al efecto como son las asambleas
constituyentes o las convenciones constituyentes, esto en concordancia con el principio
representativo propio de las democracias indirectas, en este caso los convencionales o
constituyentes actúan por mandato y en representación del pueblo.
Clasificación[editar]
El poder constituyente originario puede actuar dictando una Constitución que no sea la
primera del país. Se trata de un Estado que ya tenía una Constitución, en el cual se produce un
cambio radical de todas sus estructuras (una revolución). La Constitución que se dicta
consagrando nuevas estructuras políticas, sociales y a veces económicas es el fruto de un
poder constituyente originario, aunque no se trate, históricamente de la primera Constitución
del país. En la gran mayoría de los casos en que se dicta una Constitución luego de un proceso
revolucionario, los órganos que intervienen y el procedimiento que se utiliza para dictarla, no
son los previstos en la Constitución anterior. Si se dictase una nueva Constitución por los
órganos previstos por la Constitución anterior, estaríamos ante una actuación del poder
constituyente derivado.3
El poder constituyente, según la teoría de Bidart Campos también puede ser abierto o cerrado.
El autor entiende que es abierto cuando es resultado de un proceso de construcción a lo largo
del tiempo, por ejemplo la Constitución Argentina de 1853/60, fue resultado de un proceso
histórico que inició en 1853 y finalizó en 1860. Por otra parte, el poder constituyente es
cerrado cuando se abre y se cierra en un mismo acto constituyente, es el caso de las reformas
o enmiendas a la constitución.
Poder constituyente formal y material[editar]
Según los distintos niveles del estado que lo ejerzan puede clasificarse en poder constituyente
de: Primer Grado: ejercido por la nación (nación política) en su conjunto; Segundo Grado:
ejercido por las provincias o entidad subnacional; y de Tercer Grado: cuando su ejercicio
corresponde a los municipios.
Hemos indicado que el poder constituyente es la capacidad que tiene el pueblo de darse una
organización política-jurídica fundamental y revisar la misma cuando así lo considere
atendiendo a situaciones culturales, sociales o políticas que importen una revisión y
modificación de los principios que anteriormente fueron establecidos.
Los Poderes Constituidos emergen o nacen de la voluntad suprema del Poder Constituyente
para darle al pueblo en su conjunto una organización política y como consecuencia de ello,
esos poderes constituidos son derivativos, están limitados y regulados normativamente por la
voluntad del poder constituyente, actuando la Constitución como un parámetro de validez
para la actuación de estos.
En este sentido los poderes constituidos son los instrumentos o medios a través de los cuales
se cumplen las funciones del estado y son necesarios para alcanzar los fines y propósitos de
una sociedad organizada; pero no obstante las atribuciones que tuvieren asignados en el
marco de competencias que a cada uno ellos les corresponda por mandato constitucional, las
mismas pueden sufrir cambios significativos “a la hora en que el poder constituyente decida
reestructurar el Estado, como quiera, sin restricciones, libre de toda vinculación a
organizaciones pretéritas”.
Límites del Poder Constituyente[editar]
Los límites del poder constituyente se acotan en función de la naturaleza taxonómica de los
mismos atendiendo así a su clasificación en función de si son poder constituyente originario o
derivado.(limites)
Según expone Pilar Mellado "la doctrina mantiene sin vacilaciones el carácter ilimitado y
absolutamente libre del poder constituyente originario, es decir, la inexistencia de límites
formales o materiales en su ejercicio, en cuanto es expresión de una potestad suprema que se
identifica con la soberanía".
En este sentido muchas constituciones contienen una declaración de soberanía que pretende
concretar desde el derecho político quien en el verdadero titular del poder constituyente
originario. Al lector puede servirle como ejemplo enciclopédico la declaración de soberanía de
la constitución española que expresa quien es el poder constituyente originario:4
Artículo 1. 2. La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes
del Estado
En contraposición, el poder derivado será por su propia naturaleza limitado. Así según cita
literal "incluso cuando el texto constitucional prevé su reforma total, como en el supuesto del
artículo 168 de la Constitución" -española-.... "porque reformar es solo adaptar la Constitución
a una realidad, no destruirla. Esta tarea únicamente incumbe al poder constituyente originario,
no al derivado".
En ese sentido académico se resalta que "cuando se viola el principio de limitación del poder
de revisión, es decir, cuando se utiliza artificialmente para elaborar una nueva Constitución,
estamos ante una práctica que en la doctrina francesa se ha calificado de fraude a la
Constitución".
Los fraudes en la Constitución fueron prácticas utilizada por los fascistas en Italia y los nazis en
Alemania que trasformaron estados constitucionales en regímenes radicalmente distintos,
todo ello envuelto en una apariencia de continuidad constitucional aparentemente
democrática como nos recuerdan todos los tratados de derecho político al explicar el fraude
constitucional y cuales son las limitación de los poderes constituyentes. Más reciente, el
régimen venezolano chavista-madurista lo ha empleado (2017), no para reformular la
Constitución de 1999, sino para gobernar en nombre del pueblo, lo que constituiría un doble
fraude (uno, por considerar que el poder constituyente es original y no dervado. El otro, por
gobernar "de facto" sin establecer previamente qué tipo de reformas se van a hacer en la
Constitución. En resumen, conceder a la Asamblea Nacional Constituyente un poder original
que no tiene (incluso, aceptando que la ANC fuese elegida por la mayoría del pueblo en
elecciones libres), se obtendría un poder constituyente derivado (nunca original), y por lo
tanto, limitado.
Por ello hay que remarcar que las limitaciones de ese poder constituyente derivado se
sustancian en varios motivos, como expone la obra de Santiago Sánchez González:
a. Un órgano creado por la Constitución no puede ejercer un poder ilimitado, solo el pueblo es
soberano.
Hermann Heller ya nos remarcaba que no se debe actuar a espaldas de esos límites porque se
termina sufriendo el rechazo de la comunidad a la que se dirige y generalmente se instauran
sistemas con vulneración de los Derechos Humanos.