Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Entonces, la idea de la infancia surge a finales del siglo XIX en donde al niño se le
da su espacio. Pero esto es muy relativo. Tiene un espacio material más amplio,
pero su espacio relacional afectivo se ha reducido (Mannoni et). Cuando hablo de
una crisis, me refiero precisamente a esta crisis de la familia, en donde los padres
se han distanciado del niño, en donde lo han abandonado en un espacio social a
su suerte, pero es un espacio vacío, un lugar en donde el niño ya no puede
convivir con sus padres, se encuentran en un estado de crisis que ha sido
determinado por la gloabalización (Touraine, 2001).
Estas reflexiones nos llevan indudablemnete a pensar que el mundo de los niños
es totalmente diferente al mundo de los adultos, los niños viven en un mundo en el
cual el adulto decide que es lo mejor para él, bajo la creencia de que el niño no
sabe que es lo mejor para sí mismo, además de que se le pide al niño
comportarse como adulto, el niño crece en un sistema autoritario rígido y definido
por los adultos, como menciona (Barocio, 2004) en el sistema autoritario el niño
tiene claro sus límites y sabe las consecuencias de no obedecer, sin embargo en
pleno siglo XXI y con lo que vemos día a día en la calle o lo que escuchamos de
nuestros vecinos o hijos, podríamos preguntarnos ¿los niños siguen viviendo en
un sistema autoritario?
Por extraño que parezca el niño vive bajo un esquema autoritario, que quizás ha
cambiado sus formas, pasamos de no permitirle al niño moverse al polo opuesto,
dejamos que el niño haga lo que quiera y un polo aún peor “ignoramos a los
niños”. Todos ellos siguen siendo sistemas autoritarios, me refiero a que son
autoritarios ya que no se le pregunta al niño que es lo que el preferiría, el adulto
decide dejarlo hacer lo que él quiera, decide castigarlo o decide ignorarlo por
mencionar algunas de las formas actuales de autoritarismo infantil.
Entonces, ¿Qué papel juegan los padres y la escuela en el desarrollo de estos
niños?
De forma empírica puedo decir que las escuelas están llenas de niños con
problemas, y esta afirmación la hago por los comentarios que he escuchado de
vecinos, pero también al buscar información encontramos que en una
investigación realizada por la Universidad del Valle de México en el año 2012,
(Barrera & Bautista, 2012), encontraron una investigación realizada por Aláez,
Martínez y Rodríguez (2000), cuyo objetivo fue evaluar las tasas de prevalencia de
ciertos trastornos psicológicos y su relación con la edad y sexo en una muestra de
niños y adolescentes. En 404 sujetos menores de 19 años (265 varones y 139
mujeres), con promedio de edad de 9.77 años, evaluados durante un periodo de
dos años, los problemas o trastornos más comunes fueron los de conducta
(23.0%), depresión (14.6%), ansiedad (13.3%), específicos del desarrollo (12.7%)
y eliminación (9.7%). Adicionalmente, al correlacionar el sexo y el tipo de
trastorno, los más comúnmente presentados, en el caso de las mujeres, fueron
depresión (22.3%), conducta (21.0%), ansiedad (16.5%), especí- ficos del
desarrollo (9.4%) y sueño (6.5%). En el caso de los varones, fueron los de
conducta (24.2%), desarrollo (14.4%), eliminación (12.8%), ansiedad (11.4%) y
depresión (10.6%).
Como podemos observar en los datos estadísticos obtenidos por Aláes, los
trastornos psicológicos en los niños van de leves a severos, aunque las
estadísticas pueden ser alarmantes, recordemos que el núcleo que constituye el
andamiaje de un niño está integrado por tres grandes esferas.
ESCUELAS
PADRES
PARES
Aunque la autora propone tres pilares para lograr lo que ella denomina como una
educación consciente (Barocio, 2004) que es el punto de equilibrio entre el
autoritarismo y la permisividad, a este punto de equilibrio ella lo denomina
educación consciente, y para lograr este punto de equilibrio en la educación
consciente propone:
Para concluir, hay algunos conceptos que comparto con la autora, además de ser
un libro que sirve de guía para padres de familia y maestros, y que invita a una
reflexión más profunda respecto a una de las temáticas más escabrosas del siglo
XXI, la educación de los infantes y su desarrollo, sobre todo en una sociedad que
se empeña en controlar, contener y normalizar a los individuos al más estilo del
panóptico que describe (Foucault, 1975).
Disciplinar a un niño con amor, es una propuesta que pone de manifiesto escuchar
los deseos de los niños, pero repito, considero que son los padres, maestros y
todas las personas que tratan con niños los primeros en recibir algún tipo de
orientación o capacitación respecto a esta temática, para que en un futuro
podamos tener resultado positivos.
BIBIOGRAFÍA
Barocio, Rosa (2004) Disciplina con amor: como poner límites sin ahogarse en la
culpa. México: Editorial Pax