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UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN CRISTOBAL

DE HUAMANGA
FACULTAD DE CIENCIAS AGRARIAS
ESCUELA DE FORMACIÓN PROFESIONAL DE AGRONOMIA

TEMA:

FERTIRRIEGO – FERTILIZACION - FERTIRRIGACION

ASIGNATURA : FERTILIDAD DE SUELOS (SU_342)

DOCENTE : M.Sc. ALEX TINEO BERMUDEZ

INTEGRANTES : HINOSTROZA HUACACHI, RUBEN

ZAMORA MENDEZ, ROGER

2014
 Introducción
 Ventajas del fertirriego
 Fertilizantes para fertirriego
 El crecimiento de la planta y el fertirriego

1.- INTRODUCCIÓN

Más del 80% de la superficie irrigada en Israel usa el método de "fertirriego", que
combina la aplicación de agua de riego con los fertilizantes. Esta práctica contribuye a
la obtención de rendimientos más altos y de mejor calidad, al incrementar
notablemente la eficiencia de la aplicación del fertilizante.

Los cultivos de invernadero en Israel son fertilizados exclusivamente a través del


sistema de riego empleando las más modernas y avanzadas técnicas de fertirriego. La
producción israelí de hortalizas, flores, plantas ornamentales y especias bajo
invernadero abarca más de 3,000 Has. La hidroponía en Israel cubre un área de 700
Has, siendo los cultivos principales el tomate, ají, frutilla y flores, cultivados sobre
sustratos artificiales como piedra volcánica, lana de roca y perlita. En estos sistemas,
el equipo de fertirriego es muy sofisticado y completamente automatizado. La mayoría
de los invernaderos están computarizados, con control automático del fertirriego y del
clima, lo cual permite la producción fuera de estación de altos rendimientos y con
calidad de exportación.

2.- VENTAJAS DEL FERTIRRIEGO

Con el fertirriego, los nutrientes son aplicados en forma exacta y uniforme solamente al
volumen radicular humedecido, donde están concentradas las raíces activas. El control
preciso de la tasa de aplicación de los nutrientes optimiza la fertilización, reduciendo el
potencial de contaminación del agua subterránea causado por el lixiviado de
fertilizantes.

El fertirriego permite adecuar la cantidad y concentración de los nutrientes de acuerdo


a la demanda de nutrientes durante el ciclo de crecimiendo del cultivo. El
abastecimiento de nutrientes a los cultivos de acuerdo a la etapa fisiológica,
considerando las características climáticas y del suelo, resulta en altos rendimientos y
excelente calidad de los cultivos.

Cuando se usa métodos de riego a presión (goteo, aspersores, microaspersores), el


fertirriego no es opcional, sino absolutamente necesario. Bajo riego por goteo sólo el
20% del suelo es humedecido por los goteros, y si los fertilizantes son aplicados al
suelo separadamente del agua, los beneficios del riego no se verán expresados en el
cultivo. Esto se debe a que la eficiencia de la fertilización disminuye mucho ya que los
nutrientes no se disuelven en las zonas secas donde el suelo no es regado.

3.- FERTILIZANTES PARA FERTIRRIEGO

La entrega directa de fertilizantes a través del sistema de riego exige el uso de


fertilizantes solubles y sistemas de bombas e inyectores para introducir la solución
nutritiva en el sistema de riego. Un pre-requisito esencial para el uso de fertilizantes
sólidos en fertirriego es su completa disolución en agua. Ejemplos de fertilizantes
altamente solubles apropiados para su uso en fertirriego son: nitrato de amonio,
cloruro de potasio, nitrato de potasio, urea, monofosfato de amonio,
monofosfato de potasio, etc.

En sistemas intensivos como invernaderos y/o sustratos artificiales, la solución


nutritiva debe incluir calcio, magnesio y micronutrientes (Fe, Zn, Mn, Cu, B, Mo). El
hierro debe se suministrado como quelato porque las sales de hierro, como por ejm.
Sulfato de hierro, son muy inestables en solución y el hierro precipita fácilmente. En
caso de aguas duras, se debe tomar en cuenta el contenido de Ca y Mg en el agua de
riego.

Fertilizantes simples:

Los agricultores pueden preparar sus soluciones madre nutritivas disolviendo y


mezclando dichos fertilizantes simples, obteniendo así formulaciones "a medida" con
distintas concentraciones y relaciones N:P:K, de acuerdo a las necesidades
nutricionales de cada cultivo y de cada etapa fisiológica.

Soluciones NK, PK y NPK cristalinas con contenido de por lo menos 9-10% de


nutrientes (N, P2O5, K2O) en base a urea, ácido fosfórico y KCl pueden ser preparadas
fácilmente por el agricultor en el campo (Lupin et al., 1996). Así por ejm., la aplicación
de 2 litros de una solución madre 1-1-1 (3.6-3.6-3.6) en 1m3 de agua de riego, dará
una concentración final en el gotero de 72 ppm de N, P2O5 y K2O.

La solubilidad de los fertilizantes aumenta con la temperatura.

Por ej, a 10oC, las solubilidades de KCl, KNO3 y K2SO4 y son 31, 21 y 9 g/100 g H2O
respectivamente, mientras que a 20oC las solubilidades aumentan a 34, 31 y 11 g/100
g H2O respectivamente (Elam et al, 1995). La mayoría de los fertilizantes absorben
calor al ser disueltos, reduciendo la temperatura del agua. La dilución de ácido
fosfórico en cambio produce una reacción exotérmica. Por esto conviene agregar
primero ácido fosfórico para aprovechar el aumento de la temperatura y así facilitar la
disolución de los fertilizantes agregados a continuación (Lupin et al, 1996).

Fertilizantes sólidos compuestos y soluciones fertilizantes líquidas compuestas:

Son mezclas multi-nutrientes ya preparadas, manufacturadas especialmente para su


uso en fertirriego. Se presentan en una amplia gama de relaciones N:P:K, con o sin
micronutrientes. El nitrógeno está en forma de nitrato y de amonio en una relación
adecuada, y el potasio es en base a KCl o KNO3/K2SO4.

Por ej. Un fertilizante sólido compuesto NPK 20-20-20 puede ser aplicado en las
primeras etapas de un cultivo de tomate o melón, y luego en la etapa reproductiva -
cuando la planta necesita menos fósforo y más potasio - cambiar a un fertilizante 14-7-
21.

No existe evidencia científica alguna para preferir fertilizantes líquidos o sólidos en


fertirriego, los factores a tener en cuenta son el costo, la comodidad y la disponibilidad
de transporte, almacenamiento y fertilizantes en el mercado

Compatibilidad entre fertilizantes:

La mezcla entre fertilizantes no compatibles y la interacción de los fertilizantes con el


agua de riego, especialmente si son aguas duras y/o alcalinas, puede ocasionar la
formación de precipitados en el tanque de fertilización y la obturación de goteros y
filtros.

Estos problemas pueden evitados por medio de una elección correcta de los
fertilizantes y un manejo adecuado. Por ej., el nitrato de calcio no puede ser mezclado
con ningún fertilizante fosforado o sulfatado porque se forma un precipitado de sulfato
o fosfato de calcio; cuando se mezcla sulfato de magnesio con fosfato de amonio
forma un precipitado de fosfato magnésico.

El uso de dos tanques de fertilización permite separar a los fertilizantes que


interactúan, separando los fertilizantes con calcio, magnesio y microelementos, de los
fertilizantes con fósforo y el sulfato y evitando así la formación de precipitados.

Se recomienda el uso de fertilizantes de reacción ácida y/o la inyección periódica de


ácido en el sistema de fertirriego para disolver los precipitados y destapar los goteros.
La inyección de ácido en el sistema de riego remueve también bacterias y algas.
Luego de inyectar ácido, el sistema de riego y de inyección deberá ser
cuidadosamente lavado (Sneh, 1995).

El principal problema es con el fósforo:

aguas con altas concentraciones de calcio y magnesio y pH alcalino provoca la


precipitación de fosfatos de Ca y Mg. Estos precipitados se van depositando sobre las
paredes de las tuberías y en los orificios de los emisores, causando su obturación.
También se ve afectado el aporte de fósforo a la planta, ya que éste se encuentra
precipitado y no en la solución nutritiva. Se recomienda elegir fertilizantes fosforados
ácidos (ácido fosfórico o fosfato monoamónico) cuando se riega con aguas duras y/o
alcalinas.

4.- EL CRECIMIENTO DE LA PLANTA Y EL FERTIRRIEGO

Para programar correctamente el fertirriego se deben conocer el consumo de


nutrientes a lo largo del ciclo del cultivo que resulta en el máximo rendimiento y calidad
(Bar-Yosef, 1991). La curva óptima de consumo de nutrientes define la tasa de
aplicación de un determinado nutriente, evitando así las posibilidades de deficiencia y
de consumo de lujo.

Las tasas diarias de absorción de nutrientes son específicas para cada cultivo y clima,
y fueron determinadas en diferentes ensayos para los principales cultivos en Israel
como tomate, ají, melón, maíz, etc. (Scaife y Bar-Yosef, 1995).

Por ej. En tomate se consideran 4 etapas: establecimiento-floración, floración-cuajado


de frutos, maduración-1ra cosecha y 1ra cosecha-fin. En cada etapa, las
concentraciones de N y K van aumentando, y la relación N: K va disminuyendo, ya que
el potasio es absorbido en gran cantidad durante la etapa reproductiva del cultivo
(Zaidan y Avidan, 1997).

Basándose en las figuras de absorción de nutrientes del cultivo, se ajustan las


cantidades o concentraciones de acuerdo al tipo de suelo. En suelos pesados, las
concentraciones recomendadas son menores que el suelos livianos, debido a la mayor
capacidad de retención de nutrientes. Cuando se cultiva en substratos inertes, las
recomendaciones son aún mayores.

Fertirriego en cultivos intensivos, invernaderos y con sustratos artificiales


El cultivo de hortalizas y flores en invernaderos sobre dunas de arena y/o en sustratos
inertes requiere un especial y preciso control del fertirriego. Esto se debe a que por un
lado, se trata de cultivos delicados, con corto e intenso período de crecimiento, muy
sensibles al manejo nutricional y con un sistema radicular poco desarrollado. Por otro
lado, la CIC de estos medios de cultivo es muy baja y no contribuyen nutrientes,
siendo la única fuente de nutrientes a través del sistema de fertirriego. Esta situación
se potencia aún más cuando se cultiva en contenedores o macetas donde las raíces
están confinadas en un volumen muy limitado (Bunt, 1988).

La baja capacidad de retención de agua y la pequeña reserva de nutrientes existente


en estos sistemas, hacen que éstos sean muy sensibles y con poca capacidad de
recuperación frente a cualquier error o desajuste en el fertirriego. Esto implica que los
ciclos de fertirriego deben ser frecuentes, homogéneos y precisos. El aporte de
nutrientes debe ser completo (N, P, K, Ca, Mg y micronutrientes) y el pH debe ser
mantenido constantemente dentro de los valores adecuados. El monitoreo del agua de
riego y de drenaje debe ser exhaustivo (Asaf, 1990).

Instalación del fertirriego:

El fertirriego se programa para diluir la solución madre con el agua de riego, y así
lograr una solución nutritiva con las concentraciones finales de nutrientes según las
recomendaciones. Generalmente las diluciones se realizan en las proporciones de
1:100 o 1:1000, controlando el pH y CE. Así se obtiene la disolución fertilizante final
que luego de filtrada llega a la red de goteros. Esta disolución reacciona con el
sustrato y da lugar a la solución nutritiva final que es absorbida por las raíces.

cambios del ph en la rizosfera y la relación nh4/no3 en la solución nutritiva:

La disponibilidad óptima de todos los nutrientes es en el rango de pH 6-6.5. El pH de la


rizosfera determina la disponibilidad de fósforo ya que afecta los procesos de
precipitación/solubilización y de adsoción/desorción de los fosfatos. El pH tambien
influye sobre la disponibilidad de micronutrientes (Fe, Zn, Mn) y la toxicidad de
algunos de ellos (Al, Mn). El principal factor que afecta el pH en la rizosfera es la
relación NH4/NO3 en el agua de riego, especialmente en hidroponía, substratos inertes
y en medios con bajo poder buffer, como suelos muy arenosos (Feigin et al, 1980).

Cuando el nitrógeno es proporcionado bajo la forma de nitratos, el anión NO 3- es


absorbido, y la planta absorbe más aniones que cationes. Para mantener el balance
cationes-aniones, las raíces excretan OH- al medio, aumentando así el pH de la
rizosfera (Marschner, 1995).

Las plantas bajo nutrición con NO3 presentan un mejor crecimiento y mayores
rendimientos (Ganmore-Neumann y Kafkafi, 1980; 1983; Imas et al, 1997). Sin
embargo, una nutrición con 100% del N como nitratos puede aumentar el pH de la
rizosfera a valores de más de 8 (Marschner, 1995). A esos valores de pH, el fósforo y
microelementos precipitan, disminuyendo la disponibilidad de estos nutrientes.

Por lo tanto, en la práctica se recomienda aplicar el N en una relación de 80-90 % de


nitratos y 10-20% de amonio, para mantener el pH de la rizosfera en valores óptimos
(Avidan, 1998; Zaidan y Avidan, 1997).

Monitoreo:
El uso de contenedores para el cultivo en invernaderos permite la recolección de la
solución nutritiva lixiviada y su comparación con la solución nutritiva entrante. El
monitoreo del volumen lixiviado, pH, CE y concentración de los nutrientes en la
solución lixiviada permite determinar si se está aplicando los fertilizantes y el agua en
exceso o en deficiencia, y por lo tanto permite ir corrigiendo el régimen de fertirriego.

En la actualidad existen sistemas automáticos que miden el pH y la CE de ambas


soluciones y corrigen automática y continuamente la solución de acuerdo a los valores
óptimos que se entran a la computadora de antemano.

Volúmenes de lixiviación muy pequeños indican que la planta absorbe casi toda el
agua que se le proporciona, por lo tanto se deberá incrementar la lámina de agua
aplicada. Concentraciones de nitratos muy bajas en la solución lixiviada indican que la
planta absorbe casi todo el nitrógeno que se le proporciona, por lo tanto se deberá
incrementar la concentración de fertilizante en la solución nutritiva.

El régimen de fertirriego (lámina de agua e intervalo de riego) deberá ajustarse de


acuerdo al gradiente de CE y cloro entre la solución de riego y la de drenaje, para
mantener así las sales por debajo de la zona radicular activa.

El valor óptimo del pH de la solución de riego es de 6-6.5 y el pH de la solución de


lixiviación no más de 8.5. El pH del agua de riego se ajusta mediante la inyección de
ácido. Cuando el pH del agua de lixiviación es más alcalino que 8.5, esto indica que el
pH en la zona radicular alcanza valores que provocan la precipitación de fósforo y
menor disponibilidad de micronutrientes. El ajuste es por medio de la relación NH4/NO3
de la solución de riego: si el pH se hace demasiado alcalino, se debe aumentar la
proporción de NH4 con respecto al NO3 en la solución nutritiva y viceversa. El
porcentaje de amonio no debe superar el 20% del total del nitrógeno aportado (Zaidan
y Avidan, 1997).

1.- Introducción.
2.- El Problema De La Salinidad.
3.- Particularidades De Empleo De Cada Fertilizante.

1. INTRODUCCIÓN.

en este capítulo se expone un estudio que recoge las curvas de aumento del
contenido salino, incremento de conductividad eléctrica (ce) de los abonos más
comúnmente empleados en nuestro país bajo técnicas de fertirrigación.

se denomina fertilizante o abono a todo producto natural o sintético, orgánico o


inorgánico, que se añade al suelo o a las plantas para poner a disposición de éstas
nutrientes necesarios para su desarrollo. los fertilizantes empleados en fertirrigación
deben ser abonos líquidos o sólidos especiales de alta solubilidad, es decir, cuyo
residuo insoluble en agua a 15ºc, a la mayor dosis de empleo recomendada, sea
inferior al 0.5%.

2. EL PROBLEMA DE LA SALINIDAD.

En las zonas áridas y semiáridas, la salinidad constituye el principal factor limitante de


la fertilidad de los suelos. En estas zonas, el riego es una práctica imprescindible y las
lluvias son demasiado escasas como para arrastrar las sales lejos del alcance de las
raíces, lo mismo que sucede en cultivos protegidos (invernaderos). En condiciones
húmedas, las sales solubles originariamente presentes en los materiales del suelo y
las formadas por transformación de minerales, son llevadas a capas inferiores, hacia
acuíferos subterráneos y finalmente transportados a los océanos.

La salinización de los suelos agrícolas como consecuencia de la práctica del riego


constituye uno de los ejemplos más antiguos de contaminación del suelo. La salinidad
de un suelo puede tener principalmente tres orígenes diferentes: En primer lugar que
se trate de un asentamiento salino de por sí, es decir, suelos formados sobre
yacimientos salinos, antiguas cuencas marinas, rocas que liberen gran cantidad de
sales solubles, etc. En segundo término que exista una capa freática alta y con
elevado contenido en sales, que acumula en el suelo cada vez que crece su nivel. Y
en tercer lugar que la salinidad sea debida a los aportes salinos del agua de riego
empleada (o a un aporte incontrolado de fertilizantes); esta última forma es la más
grave y sobre ella podemos ejercer acciones de control.

Como norma general, los abonos sólidos empleados en fertirrigación son sales
altamente disociables, es decir, en disolución se separan en sus correspondientes
partes catiónica y aniónica (lo que ya sucede en los abonos líquidos) generando un
incremento específico de la CE; esto conlleva a un aumento de la presión osmótica de
la disolución disponible en el entorno radical, lo que dificulta la absorción hídrica por
parte de la planta.

De una manera muy genérica, ya que depende de numerosos factores se puede


considerar como idónea una CE total de 2-3 mS/cm, con un máximo de incremento de
CE debido al abonado de 1 mS/cm.

3.-PARTICULARIDADES DE EMPLEO DE CADA FERTILIZANTE

- Nitrato amónico 33.5% N: es el conocido 33.5, quizá el abono sólido más empleado
en fertirrigación, con la mitad de su nitrógeno en forma nítrica y la otra mitad en forma
amoniacal. Sin embargo en hidroponía su utilización se reduce al empleo de dosis muy
pequeñas. Esto es debido a la fitotoxidad del ion amonio (NH4+). Esta forma
nitrogenada es directamente asimilable por la planta y, en la zona del sureste español,
por encima de 0.5 mM en la solución nutritiva ya puede presentar problemas de
toxidad, por ello en cultivo hidropónico sólo se utiliza nitrato amónico en situaciones de
gran demanda de nitrógeno. Sin embargo, para el cultivo en suelo es un fertilizante
cuyo empleo ofrece muchas ventajas, es acidificante, de gran riqueza y la forma
amónica es retenida por los coloides del suelo (minimizando las pérdidas por lavado
del perfil) y es absorbida por la planta a medida que se transforma en ion nitrato
mediante el proceso de nitrificación realizado por bacterias nitrificantes. La CE de una
solución de nitrato amónico de 0.5 g/l en agua pura es de 850 mS/cm, es decir,
provoca aumentos de CE elevados.

- Urea 46% N: es el fertilizante nitrogenado de mayor riqueza, con un 46% de


nitrógeno en forma amídica, que debe pasar a ion nitrato para ser absorbido por el
cultivo. No se emplea en cultivo hidropónico, pero sí es muy utilizada en fertirrigación
de cultivos en suelo, donde se transforma en la forma nítrica tras un paso intermedio
por la forma amoniacal. Estas transformaciones son dependientes de múltiples
factores tales como humedad, temperatura, tipo de suelo, contenido en materia
orgánica, etc., lo que origina no tener totalmente controlado su grado de
aprovechamiento en la nutrición del cultivo. Desde el punto de vista de la CE,
constituye una muy ventajosa excepción, al ser una forma orgánica no disociada en
disolución, no provoca aumento alguno de la CE al adicionarla al agua de riego.
- Nitrato potásico 13-46-0: constituye la fuente potásica más utilizada en
fertirrigación. Frecuentemente se cubren las necesidades de potasio con el uso
exclusivo de este fertilizante. Una disolución de 0.5 g/l en agua pura presenta una CE
de 693 mS/cm, es decir, muestra incrementos de CE relativamente elevados.

- Nitrato cálcico 15.5% N y 27% CaO: es un fertilizante muy empleado en


fertirrigación. El suministro de cantidades de calcio adicionales a las presentes en el
agua de riego resulta a veces beneficioso ante excesos relativos de sodio (para
prevenir la degradación de la estructura del suelo) y de magnesio o para prevenir
fisiopatías ocasionadas por deficiencia cálcica tales como el blossom end rot
(podredumbre apical) de tomates, pimientos y melones, el tipburn de lechugas o el
bitter pit de manzanas. El mayor inconveniente de este fertilizante es su precio. Una
disolución de 0.5 g/l presenta una CE de 605 mS/cm, muestra niveles medios de
incremento de CE.

- Sulfato amónico 21%N y 58% SO3: abono empleado en situaciones de potencial


carencia de azufre, es acidificante y su uso en hidroponía está muy limitado por lo
anteriormente referido respecto al ion amonio. Una disolución de 0.5 g/l presenta una
CE de 1033 mS/cm, es decir, provoca aumentos de CE extremadamente altos
(además de mostrar una riqueza nitrogenada no muy elevada), por lo que su empleo
con aguas de riego salinas es poco aconsejable, sobre todo si son ricas en sulfatos.

- Sulfato potásico 50-52% K2O y 46.5-47.5% SO3: es el segundo abono potásico


más ampliamente utilizado. Su empleo viene motivado principalmente por situaciones
de carencia potencial de azufre o por necesidades de abonado potásico sin
incrementos en el aporte de nitrógeno. Una disolución de 0.5 g/l muestra una CE de
880 mS/cm, por lo que provoca aumentos de CE altos, limitando su empleo en aguas
de alta salinidad, sobre todo si en ellas predomina el ion sulfato.

- Fosfato monoamónico 12% N y 60% P2O5: es el abono fosfatado sólido más


empleado en fertirrigación. En cultivo hidropónico su uso está limitado ya que la
totalidad de su nitrógeno está en forma amoniacal, en suelo. Su empleo está siendo
cada vez más desplazado por las múltiples ventajas que supone la utilización de ácido
fosfórico como fuente de fósforo. Una disolución de 0.5 g/l muestra una CE en agua
pura de 455 mS/cm, es decir, provoca incrementos bajos de CE.

- Fosfato monopotásico 51% P2O5 y 34% K2O: se trata de un abono de excelentes


cualidades físico-químicas y nutricionales, pero con un precio muy elevado. En
hidroponía puede ser empleado con aguas muy buenas, con escasa presencia de
bicarbonatos (donde el empleo de ácido fosfórico hace caer el pH hasta valores
extremadamente bajos). Una disolución de 0.5 g/l presenta una CE de sólo 375
mS/cm. Es un fertilizante que provoca aumentos de CE muy bajos.

- Cloruro potásico 60% K2O: fertilizante de gran riqueza en potasio, pero con el
inconveniente de aportar gran cantidad de cloruro, con lo que su uso queda restringido
a aguas de buena calidad, con niveles de cloruros nulos o muy bajos. Una disolución
de 0.5 g/l muestra una CE de 948 mS/cm, provoca incrementos de CEmuyaltos.

Equivalencias en cuanto al aporte de fósforo (g del fertilizante)

Fosfato Fosfato Fosfato de Fosfato Acido fosfórico


Abonos 1 g de:
monoamónico biamónico urea monopotásico 75%
Fofato
1 1.13 1.36 1.18 1.11
monoamónico

Fosfato biamónico 0.88 1 1.20 1.04 0.98

Fosfato de urea 0.73 0.83 1 0.86 0.81

Fosfato
0.85 0.96 1.16 1 0.94
monopotásico

Equivalencias en cuanto al aporte de potasio (g de fertilizante)

Cloruro de Sulfato de Nitrato Fosfato Solución ácida de potasio


Abonos 1 g de:
potasio potasio potásico monopotásico (0-0-10)

Cloruro de potasio 1 1.15 1.30 1.76 6.00

Sulfato de potasio 0.87 1 1.13 1.53 5.20

Nitrato potásico 0.77 0.88 1 1.35 4.60

Fosfato monopotásico 0.57 0.65 0.74 1 3.40

Solución ácida de potasio (0-


0.17 0.19 0.22 0.29 1
0-10)

Equivalencias en cuanto al aporte de nitrógeno (g del fertilizante)

Ac.
Abonos 1 g Nitrato Nitrato Sulfato Nitrato Urea Fosfato Nitrato Solución Solución
nítrico
de: cálcico magnesio amónico amónico cristalina monoam. potásico N-32 N-20
59%

Nitrato
1 1.41 0.74 0.46 0.34 1.29 1.19 0.48 0.78 1.18
cálcico

Nitrato
0.71 1 0.52 0.33 0.24 0.92 0.85 0.34 0.55 0.84
magnesio

Sulfato
1.35 1.91 1 0.63 0.46 1.75 1.62 0.66 1.05 1.60
amónico

Nitrato
2.16 3.05 1.60 1 0.73 2.79 2.58 1.05 1.68 2.56
amónico

Urea
2.97 4.18 2.19 1.37 1 3.83 3.54 1.44 2.30 3.51
cristalina

Fosfato
0.77 1.09 0.57 0.36 0.26 1 0.92 0.38 0.60 0.92
monoam.

Nitrato
0.84 1.18 0.62 0.39 0.28 1.08 1 0.41 0.65 0.99
potásico

Solución
2.06 2.91 1.52 0.96 0.70 2.67 2.46 1 1.60 2.44
N-32
Solución
1.29 1.82 0.95 0.60 0.43 1.67 1.54 0.63 1 1.53
N-20

Ac. nítrico
0.85 1.19 0.62 0.39 0.28 1.09 1.01 0.41 0.66 1
59%

Dpto. Producción Agraria (Área Edafología y Química Agrícola) - ETSIA. Universidad


Politécnica de Cartagena.

1. Introducción
2. Problemática Actual De La Fertirrigación
3. Fertilización De Fondo
4.Fertilización De Cobertera (Fertirrigación)
5.Fertirrigación Según Tipo De Substrato
6.Fertilización Nitrogenada Y Fosfórica
7.Relaciones Catiónicas
8.Calidad De Aguas De Riego. Obturación De Goteros
9.Acumulación Salina En El Substrato

1. INTRODUCCIÓN

Los conceptos básicos de la química del sistema suelo-planta, del comportamiento de


los fertilizantes químicos, de las características de los diversos substratos,
exportaciones de cada cultivo y tolerancia a la salinidad son imprescindibles para
realizar una fertirrigación racional. Por otra parte, y muy frecuentemente, el principal
factor limitante de una adecuada fertirrigación es la salinidad del agua de riego, que,
además, aporta elementos nutrientes. Por. tanto, la adición de fertilizantes ha de
realizarse como complemento hasta los niveles adecuados y también para paliar los
antagonismos con los elementos nocivos para el cultivo. En resumen, es necesario
estudiar fundamentalmente tres parámetros, de los que depende básicamente la
fertirrigación: el cultivo, el agua de riego y el substrato.

2. PROBLEMÁTICA ACTUAL DE LA FERTIRRIGACIÓN

Desde que se fabrica una disolución madre concentrada en un cabezal de riego, hasta
que la planta toma nutrientes de la disolución del substrato, resultado de la interacción
entre la disolución que llega a los goteros y dicho substrato, transcurren una serie de
fases en el proceso de fertirrigación que pueden provocar un gran número de
problemas que vamos a- describir, analizando, al mismo tiempo, posibles soluciones o
las correspondientes precauciones a tomar. El esquema del proceso se indica en la
figura 1.

3. FERTILIZACIÓN DE FONDO

Además de la fertirrigación propiamente dicha, y según el substrato que se considere,


en muchos casos es necesario realizar una fertilización de fondo con materia orgánica
para mejorar los parámetros físicos del substrato y aplicar correctores como yeso y
abonos nitrogenados que favorezcan la humificación del abono orgánico. Por tanto, los
substratos donde se debe realizar una fertilización de fondo son, fundamentalmente,
enarenados, turba y suelo. Enarenado y suelo En el enarenado se suele aplicar el
abono orgánico y superfosfato en el proceso de "retranqueo" cada tres o cuatro años.
Por otra parte, en dicho retranqueo es posible añadir yeso, el año que sea necesario,
para equilibrar el Ca respecto al Na y Mg del agua de riego. Es recomendable añadir el
N mineral necesario en cada retranqueo para facilitar la humificación de la materia
orgánica. En el control de esta fertilización de fondo ha de tenerse en cuenta la
distribución de raíces, sobre todo en el horizonte orgánico del enarenado y en el suelo.

Turba

Cuando la turba es el substrato, y antes de comenzar el cultivo, se suele tratar con


NPK y oligoelementos, así como con caliza, para ajustar el pH al cultivo
correspondiente. Rock wool Toda la fertilización se realiza en la fertirrigación.

4. FERTILIZACIÓN DE COBERTERA (FERTIRRIGACIÓN)

Substratos inertes

Si el agua no es salina se utilizan disoluciones nutrientes, optimizadas para cada


cultivo mediante ensayos hidropónicos previos. Si el agua contiene salinidad, que es el
caso más frecuente, debe tenerse ésta en cuenta, no sólo por la aportación de
elementos fertilizantes y las relaciones entre ellos, sino también por los elementos
tóxicos como CI, Na e incluso un exceso de Mg, con el fin de evitar los antagonismos
correspondientes. Paralelamente se debe realizar un control de planta y substrato para
determinar una posible acumulación de elementos nutrientes o una deficiencia de
estos y proceder, en consecuencia, a la corrección de la disolución nutriente y a
verificar los correspondientes lavados del substrato. Cuando exista en el agua de riego
una salinidad alta debida a CI - , Na y Mg se necesita aplicar niveles de NO3 - y Ca
elevados desde el principio del cultivo, con el fin de paliar los antagonismos
correspondientes. Si la salinidad no es alta se debe utilizar la disolución nutriente
diluida, al menos el primer mes de cultivo. El coeficiente de dilución puede ser de 50
por 100 y después del primer mes ir subiendo paulatinamente hasta el 100 por 100 de
las concentraciones normales. Por otra parte, las necesidades de la planta no son las
mismas durante todo el ciclo de cultivo. Por tanto, la mejor forma de establecer la
secuencia de concentraciones en la disolución nutriente es hacer un seguimiento del
cultivo para ver la respuesta de éste a una disolución nutriente optimizada, deducida
por cultivo hidropónico. Los fertilizantes minerales a emplear en la fertirrigación deben
ser simples y baratos y, por tanto, con el proceso más corto posible de fabricación. El
pH de las disoluciones nutrientes suele oscilar entre 5,5 y 6,5. Debe controlarse
también su conductividad, y sobre todo, su interacción con el substrato.

5. FERTIRRIGACIÓN SEGÚN TIPO DE SUBSTRATO


Según hemos indicado anteriormente, una vez que se ha optimizado la disolución
nutriente, mediante cultivo hidropónico, y para una especie vegetal determinada, se
considera la salinidad y se equilibran los elementos antagónicos correspondientes
dentro de las limitaciones de la propia agua de riego, conductividad, pH y niveles y
relaciones óptimas. Pero la disolución así constituida todavía es susceptible de
variación al considerar el substrato sobre el que se va a aplicar.

Turba
Se utilizan "pastillas" de turba de 20 x 70 y con una profundidad de 9 cm. y dos plantas
por pastilla. Suelen estar tratadas para mejorar su pH y el nivel de elementos
nutrientes.

Disolución nutritiva real "in situ".

Interacción substrato-disolución de goteros


En la tabla II, se comparan la disolución que llega a los goteros y la que realmente
está a disposición de la planta. Pueden observarse las diferencias acusadas y, por
tanto, la necesidad de evaluar la disolución del substrato, en este caso enarenado, en
el mismo campo para conocer los elementos que realmente están a disposición de la
planta. En función de la interacción substrato-disolución de goteros deberemos
corregir ésta última, considerando la respuesta del cultivo indicador correspondiente
para optimizar su nutrición.

6. FERTILIZACIÓN NITROGENADA Y FOSFÓRICA

En función de la calidad de aguas de riego y los diferentes tipos de substrato, según


hemos indicado, deben aplicarse, fundamentalmente, HNO3, KNO3 y Ca(NO3)2; las
experiencias que se realizan actualmente así lo indican. El NH4 * no es imprescindible
para el cultivo, sobretodo en localizaciones con alta luminosidad, y si se emplea un
sustrato inerte no podrá ser retenido (rock wool y suelos arenosos de la comarca
agrícola de Huelva). Incluso en substrato donde pueda ser retenido no es
imprescindible si añadimos a diario el NO3 - . Por otra parte, la adición de NH4 + no
permitirá acidificar la disolución concentrada de fertilizantes, pues la cantidad a
emplear de HNO3 deberá ser menor para mantener el nivel adecuado de N total. Sin
embargo, un fertilizante nitrogenado a base de NH4 + como (NH4)SO4 puede ser
necesario para mejorar la relación C/N en la fertilización de fondo en el "retranqueo" y
con el fin de acelerar el proceso de humificación del abono orgánico.

De la tabla II se deduce que la diferencia entre el tratamiento 100 por 100 NO - 3 y


80/20 de NO3 - /NH + 4 es significativa a favor de la nutrición exclusivamente nítrica.
Respecto al P, la mayor parte, e incluso el total exportado por la planta, puede
añadirse en el riego localizado en forma de PO4H3 si lo permite el agua de riego y el
substrato. También pueden emplearse fosfatos amónicos y potásicos solubles. En las
disoluciones madres concentradas deben tenerse en cuenta las incompatibilidades
químicas de los fosfatos con otros productos fertilizantes.

7. RELACIONES CATIONICAS
Uno de los principales problemas planteados en la nutrición de cultivos, como tomate y
pimiento, se refiere a las relaciones entre cationes (Ca, Na, K y Mg) contenidos en la
disolución nutritiva que llega a los goteros, pues la elevada cantidad de Mg y Na de
algunas aguas produce, aun en substratos calizos, deficiencia de Ca en la planta y en
el fruto, que origina el síntoma denominado "podredumbre apical" o "blossom end rot",
que produce un descenso considerable en los rendimientos de fruto con calidad
comercial adecuada.

8. FERTILIZACIÓN CON OLIGOELEMENTOS

En primer lugar, es necesario realizar una estimación de diferentes aportes de


oligoelementos al substrato de nutrición. El abono orgánico, a través de las
substancias húmicas, forma complejos estables con el Cu y Zn y también, aunque
menos estables, con Fe y Mn. Por otra parte, algunos tratamientos plaguicidas
incorporan a la planta fundamentalmente Cu, Zn y Mn. El agua de riego, en muchos
casos, aporta B e incluso en concentraciones por encima de lo normal, que es preciso
controlar. Por tanto, una aplicación periódica complementaria es suficiente para llegar
a niveles normales en planta. El análisis periódico de la planta nos indicará el ritmo y
cantidad de oligoelementos a aplicar. Exceptuando el B y Mo, que se aplican como
sustancias minerales solubles, el resto de los oligoelementos (Fe, Mn, Zn y Cu) se
suelen utilizar como quelatos.

9. CALIDAD DE AGUAS DE RIEGO. OBTURACIÓN DE GOTEROS

Es importante el aprovechamiento del contenido en el agua de riego de elementos


fertilizantes como Ca, Mg y SO 2-4. Debido al contenido salino de las aguas, las
precipitaciones de fosfatos y sulfatos de Ca y, fundamentalmente, la carbonatación de
los residuos de bicarbonatos de Ca y la desecación de disoluciones salinas pueden
producir obturación de goteros. Para evitar dicha obturación se utilizan las disoluciones
madres ácidas antes indicadas, en función de la calidad del agua de riego y
manteniendo, al mismo tiempo, las relaciones óptimas de nutrientes y diariamente se
realiza un lavado al final de la fertilización durante unos minutos con HNO3 diluido, a
pH de 3,5 a 6, según el substrato, o con el mismo agua de riego.

10. ACUMULACIÓN SALINA EN EL SUBSTRATO

Frecuentemente las aguas de riego contienen salinidad y la aportación continua de


sales al substrato es muy elevada, de manera que hay que emplear los
procedimientos adecuados para que su acumulación no sea el factor limitante
fundamental del desarrollo del cultivo. Por tanto, además del lavado con un volumen
suficiente, según las características del agua de riego y el substrato, que elimine por
drenaje una parte del exceso de sales, es necesario utilizar en muchos casos otros
procedimientos como, por ejemplo: - Dosis algo elevadas de NO3 - y Ca para evitar,
en parte, la absorción de CI - , Na y Mg en exceso y control paralelo de estos iones
tóxicos en el substrato.

Otros procedimientos complementarios para paliar la salinidad podrían ser:

- Lavado con ácido, conveniente por las razones anteriormente expuestas, que debe
hacerse en pequeñas dosis al final de cada fertilización en el riego.
- Estudio de la eficacia de la aplicación de humatos de hierro que mejoran la estructura
y favorecen el drenaje.
- Cambio periódico de substrato, tanto inerte como enarenado.
- Estudio del posible aprovechamiento de aguas residuales de ciudad.
1.- Introducción.
2.- Ventajas De La Acidificación De La Solución Nutritiva.
3.- Principales Ácidos Minerales Utilizados En Fertirrigación.
4.- Conductividad Eléctrica (Ce) De Los Ácidos En Disolución de Agua Pura.

1. INTRODUCCIÓN.

La acidificación de las soluciones nutritivas en fertirrigación es una práctica común y


ventajosa desde numerosos puntos de vista, como veremos a continuación. Aunque
existe la posibilidad de utilizar otro tipo de sustancias, en general, la acidificación de
las soluciones hasta alcanzar el pH deseado se efectúa mediante la aplicación de
ácidos minerales.

De acuerdo con la composición química de las aguas de riego normalmente


empleadas, el poder tampón o amortiguador de éstas ante la adición de un compuesto
ácido, depende casi exclusivamente de la presencia de ion bicarbonato (HCO3-). Este
anión es la especie predominante del equilibrio del ácido carbónico en disolución entre
pH 4 y pH 8.3, y es determinante en el valor de pH de la solución. Al adicionar un
ácido, es decir, cualquier sustancia capaz de aportar iones hidrógeno (H+), se produce
la siguiente reacción de neutralización:

HCO3- + H+ -- H2O + CO2


Con lo que eliminamos los iones bicarbonato, para obtener agua y dióxido de carbono
gas. Esta es la principal reacción que nos va a gobernar el pH de una solución nutritiva
cuyo pH pretendemos controlar.

2.- VENTAJAS DE LA ACIDIFICACIÓN DE LA SOLUCIÓN NUTRITIVA.

El ajuste del pH de la solución nutriente en fertirrigación nos proporciona múltiples


aspectos ventajosos; la principal se citan a continuación:

pH óptimo para la disponibilidad de elementos nutritivos

Cada uno de los elementos esenciales para las plantas presentan un rango de pH, en
el que las formas asimilables por los cultivos se encuentran a la mayor disponibilidad.
Este rango de pH es variable para cada uno de los nutrientes esenciales,
presentándose en el valor de pH 6.5 la mejor disponibilidad de la mayor parte de los
elementos nutritivos, si bien algunos de ellos muestran mayor disponibilidad a pH
distintos.

Por esta razón, el pH de las soluciones nutritivas en cultivo hidropónico y en cualquier


técnica de fertirrigación en general, se establece en torno a 5.5; este valor con los
posteriores reequilibrios con el CO2, generalmente asciende hasta 6.0-6.5 a la salida
del emisor.

Existen, además, unos valores de pH óptimos para la absorción y funcionamiento


radicular de cada especie. De esta forma, existen plantas que se adaptan mejor a
niveles bajos de pH (especies acidófilas) y otras que, por el contrario, se desarrollan
más adecuadamente en condiciones de pH superiores (especies basólifas). Este
factor, aunque generalmente muestra menor importancia que la disponibilidad de
elementos nutritivos, también conviene tenerlo en cuenta.

3- PRINCIPALES ÁCIDOS MINERALES UTILIZADOS EN FERTIRRIGACIÓN.

Los ácidos empleados en fertirrigación para la acidificación de soluciones nutritivas


son fundamentalmente los siguientes:
- Ácido fosfórico: se utiliza a 55-75% de riqueza, lo que equivale a 40-54% como
P2O5 y una densidad de 1.38-1.58 g/cm3. Generalmente se emplea el de mayor
gradación, con una riqueza en P2O5 variable entre 52-54%, dependiendo de la marca
y la partida. Es el fertilizante fosfatado más utilizado en fertirrigación, y frecuentemente
se cubren con él la totalidad de las necesidades de fósforo del cultivo.
- Ácido nítrico: se emplea a 56-59% de riqueza, lo que equivale a 12.4-13.1% como
nitrógeno nítrico y una densidad en torno a 1.35 g/cm3. Dado su carácter corrosivo y
oxidante, es utilizado para la limpieza de redes de riego. Generalmente es utilizado en
sistemas de hidroponía y de fertirrigación en general, para completar el ajuste del pH,
una vez cubiertas las necesidades de fósforo con la adición de ácido fosfórico.
Además aporta una cantidad de nitratos que puede ser muy considerable de cara a
cubrir las necesidades nitrogenadas del cultivo.
- Ácido sulfúrico: se emplea a una riqueza del 98 %, su densidad es
aproximadamente 1.84 g/cm3. No está extendido su empleo en España, aunque sí a
nivel mundial. Además del ajuste del pH de la solución nutriente, aporta una
considerable cantidad de azufre.

4.- CONDUCTIVIDAD ELÉCTRICA (CE) DE LOS ÁCIDOS EN DISOLUCIÓN DE


AGUA PURA.
Con sólo 1 ml/l el ácido fosfórico incrementa la CE unos 2.5 mS/cm, el nítrico lo hace
en torno a 4.6 mS/cm y el sulfúrico lleva la CE hasta un valor de 10.1 mS/cm.
Véase como el incremento de CE no es exactamente proporcional al aumento de la
concentración del ácido en cuestión, lo que lleva a la obtención de curvas en lugar de
líneas rectas, este aspecto es más acusado en el caso del ácido fosfórico.

Ahora bien, uno de los principales problemas, por no decir el mayor, de nuestras
aguas de riego es su alta CE debido a su elevado contenido en sales. Por lo tanto,
resultaría contraproducente la acidificación de las soluciones nutritivas, a pesar de las
numerosas ventajas reseñadas, si esto supone un sensible incremento de CE. Pero, al
contrario de lo que cabría suponer, esto no es así, es más como veremos a
continuación tras el ajuste del pH de la solución nutritiva mediante la adición de ácidos,
la CE no se incrementa o lo hace muy escasamente, y en algunos casos hasta
desciende con respecto a la solución inicial.

1.- Introducción.
2.- Aspectos Químicos De Los Sustratos Y Su Relación Con La Fertirrigación.
3.- Aspectos Físicos De Los Sustratos Y Su Relación Con La Fertirrigación.

1. INTRODUCCIÓN.

Actualmente existe una tendencia en horticultura hacia la intensificación, entendida


como el nivel de inputs por unidad de superficie, con el objetivo de aumentar la
productividad y la calidad. Esta tendencia conduce, en muchos casos, a un uso poco
eficiente de los recursos naturales, entre ellos del agua y de los nutrientes, y al
aumento del valor energético de las actividades productivas. En el marco de una
economía de mercado esta casuistica provoca un deterioro de las rentas de los
horticultores y la reubicación de las producciones hortícolas en territorios y
agrosistemas más ventajosos a nivel socioeconómico. También repercute,
naturalmente, en acrecentar la contaminación en las grandes áreas de horticultura
intensiva.

Pero paralelamente a la situación descrita, también se observa que el uso de técnicas


de cultivo sin suelo (CSS), que se corresponden con una posición extrema de la
secuencia de intensificación comentada anteriormente, permitiría la sustitución
progresiva de recursos naturales, por tecnología, y harían posible una horticultura
cada vez más independiente de los recursos naturales. Esto no es aplicable a todas
las técnicas de CSS, ni a todas las formas de gestionarlas, tal como veremos al
referirnos al agua y a los fertilizantes.

En el límite del cultivo de plantas en un medio radicular restringido y asilado del suelo
natural, como pretenden los CSS, haría posible igualar las aportaciones de agua y
nutrientes con los ritmos de extracciones hidrominerales de las plantas cultivadas. En
la práctica esto es cuestionable pero se entiende que la posibilidad de control de la
fertirrigación en los CSS es mayor que en los cultivos en suelos naturales.

En los sistemas "cerrados", es decir, los que reciclan la solución nutritiva (SN), es más
viable ajustar las aportaciones hidrominerales a los ritmos de absorción de agua y de
nutrientes de las plantas. Pero esto es difícil si se utilizan aguas de baja calidad y en
condiciones de elevada demanda evaporativa atmosférica, como sucede en el área
mediterránea.
En los sistemas CSS "abiertos", que son los más habituales, resulta necesario un
control más exhaustivo del estado hídrico y nutricional de la planta, ya que
actualmente las eficiencias son bajas y se generan graves problemas de
contaminación.

En resumen, la baja eficiencia en el uso del agua y de los fertilizantes en los CSS se
puede atribuir a dos causas principales:

 Las dificultades del agrónomo y/o del horticultor en el conocimiento preciso, en


tiempo real, de los requerimientos de agua y especialmente de nutrientes de
los diferentes CSS en las diferentes situaciones agroclimáticas.
 La propia configuración del sistema de producción en cuanto al material
vegetal, al clima, al sustrato, a las SN, a las aguas disponibles y al equipo de
irrigación.

Comentada la situación actual de los CSS en relación al uso indisociable del agua y
los fertilizantes, debemos profundizar en las características particulares de estos
agrosistemas, analizando la metodología y los conocimientos que permitan establecer,
en el futuro, estrategias para una gestión más eficiente de los recursos.

2. ASPECTOS QUÍMICOS DE LOS SUSTRATOS Y SU RELACIÓN CON LA


FERTIRRIGACIÓN.

En cuanto a la reactividad química de los sustratos diferenciamos dos tipos:

 Sustratos inactivos o inertes: los que tienen una capacidad de intercambio


catiótico (CIC) nula o baja (lana de roca, perlita ...)
 Sustratos activos: los que tienen una CIC elevada, como por ejemplo la turba o
la fibra de coco.

Naturalmente, tanto la gestión de la fertirrigación durante el cultivo como la


fertirrigación inicial es muy diferente en cada tipo de sustrato. Un elevado valor de la
CIC del sustrato supone mayor efecto amortiguador y por lo tanto, debe conocerse
como la SN utilizada interaccionará con el complejo. En el caso contrario, el de los
sustratos inertes, no se da la interacción y la reacción ácido-base de la SN es la que
impondrá el pH al medio radicular. En consecuencia, con los sustratos inertes es más
sencillo establecer pautas para el manejo de la fertirrigación y predecir los resultados.
En cambio, al tratar con sustratos activos se cuenta con las ventajas derivadas del
efecto amortiguador, fruto de la capacidad de intercambio catiótico y de la fertilidad
propia.

Para conseguir una buena gestión de la fertirrigación de los CSS debe atenderse a las
siguientes acciones:

 Profundizar en el conocimiento de los requerimientos hidrominerales de cada


especie.
 Seguir durante el cultivo el nivel de fertilidad del sustrato, la composición de la
solución de drenaje y/o del medio radicular, y el estado nutricional de las
plantas.
 Ajustar el pH del sustrato para una óptima disponibilidad de los iones nutritivos
para el sistema radicular y, al mismo tiempo, prever un abonado de fondo
que asegure un equilibrio de la SN prevista durante el cultivo, con el
contenido catiónico del CIC del sustrato.
 Con sustratos inertes, intentar utilizar SN equilibradas de concentración baja,
manteniendo la CE del medio radicular mediante corrección automatizada de
la CE de la SN.

3. ASPECTOS FÍSICOS DE LOS SUSTRATOS Y SU RELACIÓN CON LA


FERTIRRIGACIÓN.

Los sustratos deben garantizar condiciones de confort al sistema radicular en cuanto a


la aireación, el agua, los nutrientes y la temperatura.

Según sus propiedades hídricas y en consecuencia, según el manejo del riego, se


puede establecer la siguiente clasificación de los sustratos:

- Sustratos aireados, con gran disponibilidad de agua a bajas tensiones y suficiente a


potenciales superiores a pF 1.7.
Ciertas turbas de Sphagnum se incluyen en este grupo. De todos modos, a veces
presentan baja aireación y es necesario mezclarlas con condicionadores físicos.

- Sustratos poco aireados con disponibilidad de agua de mediana a grande. Se


distinguen dos tipos:

 Materiales de porosidad elevada, por ejemplo, ciertas turbas negras


evolucionadas.
 Materiales de baja porosidad, por ejemplo, algunas arenas.

- Sustratos muy aireados con escasa disponibilidad de agua. Son ejemplos de este
tipo la grava y las perlitas de grano grueso.

- Sustratos aireados con gran disponibilidad de agua. La lana de roca es el ejemplo


más característico.

El manejo del agua (dosis y frecuencia de riego) es diferente para cada uno de estos
tipos.
Así, los del primer tipo admiten un manejo menos cuidadoso; los del tipo 2 presentan
riesgo de asfixia con riegos excedentarios, los del 3 exigen riegos cortos y frecuentes y
finalmente, los del 4 requieren un buen drenaje para evitar que el agua se estanque y
se debe vigilar que no se agote el agua de reserva que suele ser baja.

En general, en la práctica del riego de sustratos, debe tenerse en cuenta:


 Mantener niveles de humedad no inferiores a pF2 (-10KPa).
 Emplear criterios de riego basados en el contenido de agua antes del mismo o
en un porcentaje de agotamiento del agua disponible.
 La capacidad del sustrato para transmitir agua según su contenido hídrico,
puesto que puede disminuir brutalmente a partir de un cierto valor de
humedad.

1.- Introducción.
2.- Importancia Del Ph Para Los Cultivos.
3- Ph Del Agua De Riego.
4.- Factores Causantes De Los Cambios De Ph En La Solución De Nutrientes.
5.- Ph En El Suelo.

1. INTRODUCCIÓN.

La mayoría de la gente sabe que el pH es un valor variable entre 0 y 14 que indica la


acidez o la alcalinidad de una solución. Y, además, conoce que el mantenimiento del
pH apropiado en el flujo del riego ayuda a prevenir reacciones químicas de fertilizantes
en las líneas, que un valor de pH elevado puede causar obstrucciones en los
diferentes componentes de un sistema de fertirrigación debidas a la formación de
precipitados, que un adecuado pH asegura una mejor asimilabilidad de los diferentes
nutrientes, especialmente fósforo y micronutrientes, etc.
Simplificadamente, podemos afirmar que las sustancias capaces de liberar iones
hidrógeno (H+) son ácidas y las capaces de ceder grupos hidroxilo (OH-) son básicas
o alcalinas. De este modo, el ácido nítrico, al adicionarlo al agua se ioniza aportando
iones hidrógeno o protones a la solución.

HNO3 <---> NO3- + H+

El agua puede comportarse como un ácido o como una base:

H2O<---> H+ + OH-

2. IMPORTANCIA DEL pH PARA LOS CULTIVOS.

El pH de la solución nutriente en contacto con las raíces puede afectar el crecimiento


vegetal de dos formas principalmente:

- el pH puede afectar la disponibilidad de los nutrientes: para que el aparato radical


pueda absorber los distintos nutrientes, éstos obviamente deben estar disueltos.
Valores extremos de pH pueden provocar la precipitación de ciertos nutrientes con lo
que permanecen en forma no disponible para las plantas.

- el pH puede afectar al proceso fisiológico de absorción de los nutrientes por parte de


las raíces: todas las especies vegetales presentan unos rangos característicos de pH
en los que su absorción es idónea. Fuera de este rango la absorción radicular se ve
dificultada y si la desviación en los valores de pH es extrema, puede verse deteriorado
el sistema radical o presentarse toxicidades debidas a la excesiva absorción de
elementos fitotóxicos (aluminio).

El ajuste del pH a valores adecuados en el entorno de influencia de la raíz, es, con


frecuencia, suficiente para corregir estos estados carenciales de fósforo, hierro y
manganeso.

pH en la solución de fertirrigación. Disponibilidad de nutrientes

El pH en las soluciones de fertirrigación, tanto en cultivo en suelo como en hidroponía,


debe ser tal que permita estar disueltos a la totalidad de los nutrientes sin dañar las
raíces, evitando de este modo la formación de precipitados (algunos de los cuales
pueden presentarse en forma de finísima suspensión invisible al ojo humano) que
pudieran causar obturaciones en los sistemas de riego e indisponibilidad para la
absorción radical de dichos nutrientes.

De este modo, el hierro, que es el elemento esencial cuya solubilidad resulta más
afectada por el pH, a menos que se adicione diariamente o en forma quelatada, se
encentra en forma iónica disponible para la planta en menos del 50% por encima de
pH 7, mientras que a pH 8 no queda nada disponible debido a su precipitación en
forma de hidróxido férrico Fe(OH)3 (óxido, robín o herrumbre). Por el contrario, por
debajo de pH 6.5, más del 90% del hierro permanece disuelto y disponible para las
plantas. El manganeso sigue una dinámica similar al hierro.

De forma análoga, por encima de pH 6.5, la disponibilidad del fósforo y el calcio


pueden decrecer considerablemente debido al predominio de la forma HPO4-2 (que
forma precipitados insolubles en contacto con el calcio) sobre la forma H2PO4- (que
forma compuestos muy solubles con el calcio). Y por encima de pH 7 el riesgo de
precipitación de calcio y magnesio en forma de carbonatos, CaCO3 y MgCO3, es muy
alto, lo que puede provocar importantes obturaciones de emisores y otros
componentes en los sistemas de fertirriego. En resumen, en el rango de pH 5.0-6.5, la
práctica totalidad de los nutrientes está en forma directamente asimilable para las
plantas, por encima de pH 6.5 la formación de precipitados puede causar importantes
problemas y por debajo de pH 5 puede verse deteriorado el sistema radical, sobre todo
en cultivo hidropónico, donde el poder tamponador del sustrato suele ser muy
pequeño.

3. pH DEL AGUA DE RIEGO.

La inmensa mayoría de las aguas de riego que manejamos muestran un pH superior al


óptimo. Como ya se ha explicado en artículos anteriores (Horticultura nº 129 y 130), la
cantidad de ácido a aportar para llevar el pH al rango antes mencionado depende
principalmente de la concentración del ión bicarbonato presente en el agua de riego,
ya que reacciona con el mismo según:

HCO3- + H+ <--->H2O + CO2

De esta forma, el ión bicarbonato actúa de tampón amortiguando los cambios de pH


del agua de riego, y cuando su concentración es elevada, se precisa mayor cantidad
de ácido para su neutralización y ajuste del pH al valor deseado.

El empleo de una solución ácida (pH 3-4) pasando lentamente durante una noche por
las líneas de riego, se puede emplear para limpiar las incrustaciones y precipitados
formados y devolver así las redes de riego a su funcionamiento habitual, resolviendo
los problemas de pérdidas de uniformidad y obstrucciones provocados por el elevado
pH del agua de riego.

4. FACTORES CAUSANTES DE LOS CAMBIOS DE Ph EN LA SOLUCIÓN DE


NUTRIENTES.

Muchos son los factores que afectan al pH de la solución de nutrientes, uno de los
más importantes es la relación de absorción de nutrientes negativamente cargados
(aniones) y nutrientes cargados positivamente (cationes). En general, un exceso de en
la absorción de cationes sobre aniones, provoca un descenso del pH, mientras que un
exceso en la absorción de aniones sobre cationes produce un incremento del pH.

Si atendemos al nitrógeno (nutriente requerido en grandes cantidades), puede ser


aportado a la planta como catión amonio (NH4+) o como anión nitrato (NO3-), pues
bien, la relación existente entre estas dos formas nitrogenadas en la solución de
nutrientes puede afectar sustancialmente a la dirección y magnitud de la modificación
del pH de la misma. Efectivamente, la raíz de las plantas posee una marcada
capacidad de modificar el medio inmediatamente alrededor de ellas, sobre todo a nivel
de la superficie radical, con el fin de incrementar la disponibilidad de los nutrientes.
Cuando la planta absorbe preferentemente cationes (NH4+), se produce un exceso de
carga negativa que la propia planta intenta neutralizar segregando cationes hidrógeno
(H+), con lo que el pH de la solución desciende. De la forma contraria, cuando se
absorben preferentemente aniones (NO3-), las raíces liberan iones hidroxilo (OH-) o
iones bicarbonato (HCO3-) para mantener la neutralidad eléctrica en la superficie de la
raíz, con lo que el pH de la solución tiende a incrementarse.
Se sabe experimentalmente que cuando un 10-20% del nitrógeno total es aportado
como amonio (NH4+), el pH de la solución nutritiva en cultivos hidropónicos
permanece estable en torno a 5.5. Así pues, jugando con la relación NH4+/NO3-
podríamos, en cierta manera, ajustar el pH de la solución de nutrientes, ahora bien,
hay que tener en cuenta que el catión amonio resulta fitotóxico por encima de cierta
concentración (en las latitudes del sureste español por encima de 0.75 mM, ya es
probable que se presenten síntomas visibles), y, además, puede inducir interacciones
considerables con otros cationes (K+, Ca+2, Mg+2) en el seno de la solución.

Los tampones son soluciones que resisten o amortiguan los cambios de pH y son
comúnmente usados para calibrar las sondas de pH (tampones de pH 4 y 7). Cuando
se trata de unidades hidropónicas experimentales de reducido tamaño,

5. pH EN EL SUELO.

El valor de pH de los suelos puede variar ampliamente; valores normales son 5-7 para
zonas húmedas y 7-8.5 para zonas áridas. Niveles extremos en el pH de un suelo
deben ser corregidos. En la figura 1 se muestra la disponibilidad de los distintos
nutrientes según el pH del suelo de cultivo. A menudo se aplica este diagrama a
sistemas hidropónicos y a la dinámica de comportamiento de las soluciones de
fertirrigación, esto no es correcto, ya que esta figura está basada en las reacciones de
los nutrientes en el suelo, donde su disponibilidad depende de múltiples factores tales
como mineralogía del suelo, solubilidad de los minerales componentes, reacciones de
intercambio iónico, nutrientes ligados a arcillas y materia orgánica, etc. Según el
diagrama, si exceptuamos a hierro y manganeso, el mejor pH para la máxima
disponibilidad de nutrientes en el suelo (bandas más anchas) está 7.0, valor
claramente elevado cuanto se trata de soluciones nutritivas.

En cualquier caso, el crecimiento y el funcionamiento radicular pueden ser


directamente afectados a pH 5 e inferiores, dependiendo de la especie considerada.
Los efectos dañinos pueden ser compensados mediante el aporte de calcio adicional a
pH 4-5, pero no a pH 3. Entre pH 5 y 8, el crecimiento suele ser satisfactorio, pero a
pH 9, pueden darse efectos directos del OH- o HCO3-, sobre la absorción de fósforo,
hierro, molibdeno y otros.

Por todo lo anteriormente expuesto, resulta imprescindible en las modernas y costosas


instalaciones de fertirrigación el ajuste y control del pH de la solución, de esta forma se
evitará la formación de precipitados y consiguientes obturaciones en los sistemas de
riego, se ahorrará en mano de obra para la limpieza de emisores, se alcanzará una
mayor durabilidad en los componentes de la instalación de riego y, sobre todo, se
logrará un estado óptimo para la nutrición mineral de los cultivos que se traducirá en
un aumento de la productividad y calidad de las cosechas. Aunque el ajuste del pH
resulta especialmente crítico en los cultivos hidropónicos, también es interesante
controlar el pH del suelo de cultivo en el entorno donde se desarrollan las raíces, con
el fin de asegurarnos una correcta nutrición vegetal.

Cuadro 1: Rangos de pH óptimo para distintos cultivos

Hortícolas pH óptimo Frutales pH óptimo Extensivos pH óptimo

Acelga 6.0-7.5 Albaricoque 6.0-6.8 Alfalfa 6.5-7.8

Apio 6.1-7.4 Almendro 6.0-6.8 Algodón 5.0-6.2

Berenjena 5.4-6.0 Avellano 6.0-7.0 Alpiste 6.0-7.0


Boniato 5.1-6.0 Café 5.0-7.0 Altramuz 5.0-7.0

Bróculi 6.0-7.2 Castaño 5.0-6.5 Arroz 5.0-6.5

Calabaza 5.6-6.8 Encina 4.8-6.0 Avena 5.2-7.1

Cebolla 6.0-7.2 Grosellero 6.0-7.0 Batatas 5.3-6.5

Col 6.0-7.5 Limonero 6.0-7.5 Cacahuete 5.3-6.5

Col de Bruselas 5.7-7.2 Manzano 5.3-6.7 Caña de azúcar 6.0-7.8

Coliflor 6.0-7.2 Melocotonero 5.3-6.8 Cáñamo 6.2-7.2

Escarola 5.6-6.8 Membrillero 5.5-7.2 Cebada 6.4-7.8

Espárrago 6.3-7.5 Naranjo 6.0-7.5 Centeno 5.3-6.8

Espinaca 6.3-7.1 Nogal 6.2-7.8 Colza 5.8-7.1

Fresa 5.0-6.2 Olivo 6.0-7.8 Dáctilo 5.6-7.2

Guisantes 5.9-7.3 Peral 5.6-7.2 Girasol 6.0-7.2

Judías 5.8-6.8 Pino 5.0-6.0 Habas 7.4-8.1

Lechugas 5.8-7.2 Platanera 6.0-7.5 Lenteja 5.0-7.0

Maíz dulce 5.6-6.8 Pomelo 6.0-7.5 Lino 5.5-7.5

Melón 5.7-7.2 Vid 5.3-6.7 Maíz 5.5-7.5

Nabo 5.7-6.7 Trigo 5.5-7.2

Pepino 5.7-7.2 Mostaza 6.0-8.0

Pimiento 6.3-7.8 Patatas 5.0-5.8

Rábano 6.1-7.4 Soja 6.1-7.2

Remolacha 6.0-7.6 Sorgo 5.8-7.5

Tomate 5.8-7.2 Tabaco 5.5-7.3

Zanahoria 5.7-7.0 Trébol blanco 5.5-7.0

Veza 5.5-7.5 Trébol rojo 5.5-7.0

Trébol violeta 6.0-7.5 Trébol híbrido 5.2-7.8

El método de "fertirriego" combina la aplicación de agua de riego con los fertilizantes.


Esta práctica incrementa notablemente la eficiencia de la aplicación de los nutrientes,
obteniéndose mayores rendimientos y mejor calidad, con una mínima polución del
medio ambiente.

El fertirriego permite aplicar los nutrientes en forma exacta y uniforme solamente al


volumen radicular humedecido, donde están concentradas las raíces activas. Para
programar correctamente el fertirriego se deben conocer la demanda de nutrientes en
las diferentes etapas fenológicas del ciclo del cultivo. La curva óptima de consumo de
nutrientes define la tasa de aplicación los nutrientes, evitando así posibles deficiencias
o consumo de lujo.

Las recomendaciones del régimen de fertirriego para los diferentes cultivos están
basadas en la etapa fisiológica, tipo de suelo, clima, variedades y otros factores
agrotécnicos. Especial atención debe prestarse al pH, la relación NO3/NH4, la
movilidad de los nutrientes en el suelo y la acumulación de sales.

La producción de hortalizas en invernaderos con sustratos artificiales requiere


de sistemas de fertirriego sofisticados y automatizados. Para cítricos, frutales y
cultivos a campo abierto se aplican sistemas de fertirriego sencillos y manuales.
Distintos métodos de dosificación, preparación de soluciones fertilizantes, equipos de
inyección y monitoreo son presentados, según los diferentes requisitos que presentan
estos dos sistemas de cultivo.

De una manera muy genérica, ya que depende de numerosos factores se puede


considerar como idónea una CE total de 2-3 mS/cm, con un máximo de incremento de
CE debido al abonado de 1 mS/cm.

Cabe suponer, esto no es así, es más como veremos a continuación tras el ajuste del
pH de la solución nutritiva mediante la adición de ácidos, la CE no se incrementa o lo
hace muy escasamente, y en algunos casos hasta desciende con respecto a la
solución inicial.

Y el ajuste del pH a valores adecuados en el entorno de influencia de la raíz, es, con


frecuencia, suficiente para corregir estos estados carenciales de fósforo, hierro y
manganeso.

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