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Contestación a la encuesta de “Contra”: ¿El arte debe estar al servicio del problema social?

Lamarque: El arte está, fuera de toda duda, al servicio del hecho social (saquemos la palabra
problema) siempre que la frase estar al servicio se entienda como sinónimo de que el arte
refleja la realidad social. Porque el arte, en todas sus manifestaciones, no es un rayo de
inspiración que cae desde lo alto sobre algunas cabezas elegidas, sino el producto y la síntesis
de factores sociales. El estetismo puro, el arte por el arte y demás teorías análogas, son
solamente expresiones de la decadencia mental de la burguesía llegada a una etapa de
impotencia creadora. El arte burgués ayuda a la burguesía a sostener su dominación de clase.
El arte proletario nace ya mundialmente con las primeras canciones revolucionarias, y
pronuncia en la U.R.S.S. con voz clara y triunfante las palabras de su primavera.

Jorge Luis Borges: Es una insípida y notoria verdad que el arte no debe estar al servicio de la
política. Tampoco el arte por el arte es la solución, debemos distinguir los fines del arte de las
excitaciones que lo producen. Y por más fabuloso que parezca, la política es una de éstas.

Luis Waismann: Imposible contestar brevemente a una pregunta mal planteada. Contradice el
espíritu científico el plantear la cuestión desde el punto de vista moral del deber. El arte
predominante es el espíritu de la clase dominante, y ha dejado de ser un instrumento puesto al
servicio del problema social para transformarse en una formidable arma política. El arte debe
estar al servicio del proletariado ya que en una sociedad dividida en clases antagónicas, no
puede haber un arte por encima de eso, un arte abstracto, ya que todas las clases, por el hecho
de vivir distintamente, piensan y sienten de un modo diferente. El arte por el arte no pasa de
ser una fórmula de cretinos, pues hasta el fascismo reaccionario nos ha demostrado que el arte
no puede escapar a la ley de la lucha política de clases.

Oliverio Girondo: El arte no debe servir a nadie, pero puede servirse de todo... hasta de la
política. Hay que reconocer igualmente que ésta nunca lo inspiró verdaderamente debido a
que los problemas que plantea son de orden práctico y carecen del desinterés y de la libertad
que requiere toda creación artística. Lo cual es lo único que le importa al arte. La superioridad
del arte sobre las otras manifestaciones del espíritu sólo radica en eso. Se encuentra más allá
de la moral, de la filosofía y por lo tanto de la política, porque al crear belleza encuentra una
verdad. Todo esto no significa que el artista se aparte de la vida e ignore la existencia del
calendario. El artista, al contacto de la vida que lo rodea y lo modela, capta el ritmo de su
época y traduce su acento en la obra que crea. El arte puro, que en realidad no es tal, no me
entusiasma. A tal perfección prefiero lo desgajado y lo viviente: un arte de carne y hueso, con
cerebro y sexo, menos perfecto. Un arte cuya dignidad le impida hallarse al servicio de nadie y
obedezca sólo a las necesidades de su propia existencia.

Córdova Iturburu: Mírese el mundo con ojos de hombre o con ojos de artista, la imparcialidad
no es posible. La necesidad de tomar partido es inevitable. Se está con la revolución o se está
contra ella. El arte-purismo es una de las formas de la reacción del espíritu
contrarrevolucionario. La imparcialidad no es posible ni justificable.

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