Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Lo cierto es que los jueces, en Brasil, se eligen a través de concursos muy exigentes, de un modo
(tal vez demasiado) profesionalizado, que evita lo que es distintivo de países como el nuestro,
Bolivia, Venezuela o Ecuador, en donde la selección de los jueces tiene un carácter abiertamente
político, lo cual ayuda a generar (junto con otros pésimos incentivos, que incluyen a la actuación
de los servicios de inteligencia), y como resultado esperable, la politización de la justicia, vínculos
directos y estables con el poder.
En los hechos, el TSF de Brasil tomó una decisión que estaba habilitada a tomar; que hubiera sido
polémica en cualquier caso; que fue sostenida por algunos de sus mejores integrantes (incluyendo
a Barroso, Fachín, Carmen Antunes), honestos y bien formados; y rechazada en sus votos por
algunos de sus miembros más cuestionados, incluyendo al personaje más cuestionado y polémico
del tribunal (Gilmar M.), que lideró la votación A FAVOR de Lula. En sus instancias inferiores, la
justicia brasileña combina jueces probos, progresistas, honestos, con jueces muy conservadores,
burocráticos, y profesionales. Un poco de todo, pero, subrayaría, con ausencia mayor de lo que en
la Argentina es presencia mayor: jueces preparados para servir a quienes los nombraron, o
interesados en no ser sujetos a sanciones por el poder de turno.