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La tragedia actual de la condición de ser mujer.

Por: Adela H.R.

Releyendo a Emma Goldman me pasan dos cosas muy especiales, la primera es que me

pongo de un excelente estado de ánimo respecto a que se pueden ver las cosas de otra

manera y el segundo es que mi corazón se tiñe de negro con morado bugambilia.

Entonces, viene hacia mi mente todo este asunto del anarquismo y el feminismo de Emma

Goldman, que si su parte anarquista es una sombra negra en su biografía, por aquello de

los atentados planeados y entradas y salidas de la cárcel, siempre es más fuerte su lado

feminista, ese morado bugambilia que celebraba la vida de una manera muy intensa.

Alix Shulman dice que Emma “utilizó la doctrina anarquista para explicar la opresión que

padecían las mujeres, pues sabía muy bien que la raíz de semejante opresión era más

profunda que las instituciones. Cuando su anarquismo entraba en conflicto con su

feminismo, reaccionaba siempre como feminista”.

Y es ese lado el que en esta relectura me llama enormemente la atención porque antes no

entendía muy bien a que se refería con ciertas cosas que les criticaba a las feministas,

pero con el paso del tiempo, después de veinte años de estarla leyendo y practicando su

anarquismo y feminismo acabo de entender esas críticas que incluso me parecían que

estaban algo equivocadas, pero no es así.

Emma Goldman vislumbró ciertos matices en contra de las mujeres que las propias

feministas contribuyeron a difundir y que en su momento incluso fue muy criticada por

esas aseveraciones, pero el paso del tiempo le van dando la razón.

Una de estas aseveraciones que hizo fue la siguiente:

“Ciertamente, el movimiento por los derechos de la mujer ha roto muchas cadenas pero

también ha forjado nuevas”.

Las nuevas cadenas de las mujeres actuales, además son muy sutiles, casi ni se perciben
porque están rodeadas de un áura de supuesto empoderamiento y autoestima que se

supone “deben” de tener las mujeres actualmente para tener dignidad en lo que hacen en

ese trabajo que implica “ser mujer”.

Considero que esa es una cadena sutil muy especial: la de “Ser mujer” nada más por ser

portadora de un sexo femenino. El orden imperante actual aún las tiene convencidas de

que “Ser mujer” es una opción para vivir la vida dizque plenamente y la gran mayoría de

las personas que tiene sexo femenino no cuestionan qué es eso de ser mujer y únicamente

reproducen el modelo de ser mujer a tontas y ciegas e incluso dan la vida por ello al

encargarse de la pesada carga que implica la reproducción de la especie.

Porque la mujer se liberó, ahora se ha emancipado, dicen, pero como ya lo vislumbraba

Emma en su ensayo: La tragedia de la emancipación de la mujer : "Ahora la mujer se

enfrenta a la necesidad de emanciparse de la emancipación, si realmente quiere ser

libre."

¿Emanciparse de la emancipación? ¿Hay algo negativo en la emancipación actual? Hace

veinte años que leía estas cosas no las entendí en su justa dimensión, pero ahora que las

vuelvo a releer me doy cuenta a lo que se refiere, e incluso percibo que es muy probable

que de ahí es de donde he ido elaborando una teoría respecto a como es el juego del

orden imperante para tener a las mujeres peor que antes respecto a la opresión de ser

mujer, me refiero a lo que he dado por llamar el “Síndrome de la SuperWoman”.

Una “SuperWoman” es una mujer que el sistema tiene plenamente convencida de que debe

ser absolutamente independiente, de no ser una dependiente de los varones, de no ser

una mantenida ni una mujercita hogareña clásica que nada más se dedicaba a las labores

del hogar y el cuidado de los hijos. Una “SuperWoman” está convencida de que como

mujer es un ser superior que ya no requiere del varón para subsistir en el orden

establecido. Una “SuperWoman” lo hace todo ella sola y se las arregla para cargar el

mundo a cuestas sin ayuda, total si ya es una mujer emancipada... Creo que es eso a lo que

se refería Emma Goldman cuando escribía esas palabras de la cárcel de la emancipación


femenina.

Ahora las mujeres estudian, tienen grados académicos diversos e incluso dos carreras,

trabajan, tienen su propia casa, sus propios hijos que mantienen sin la ayuda del

progenitor... ¡Pero todo al mismo tiempo! Así resulta que mientras estudian están

trabajando y cargando con una criatura o con un novio flojo que nada más las está

distrayendo de todo lo que hacen, porque mientras van consiguiendo los grados

académicos y un buen trabajo para ser ejecutivas de algo, van teniendo los hijos y el

cuidado ellos y de la casa que sigue siendo su labor. Pero están felices porque pueden

hacerlo todo ellas mismas y se bastan así mismas para hacerlo. Están inmersas en una

triple jornada de trabajo y además aducen que son felices así, que porque le demuestran

al mundo entero que son capaces de hacer lo mismo que los varones y un poquito más.

Nada más de describir todo lo que hacen... me entra fatiga... ¿Cómo pueden cargar con

todo el sistema ahora ellas y además sentirse felices, plenas y realizadas? ¿De veras se

han emancipado? ¿De veras eso es lo que tenía que ser la emancipación de la mujer?

¿Cargar con todas las obligaciones del orden actualmente imperante?

Cuanta razón tenía Emma Goldman al escribir ese ensayo de La tragedia de la

emancipación de la mujer. Por lo menos, es trágico ver a las alumnas de nivel licenciatura

y que han conseguido llegar a se nivel, clamando por un poco de ayuda porque no pueden

asistir a la clase ni hacer todas las lectura ni todos los trabajos porque trabajan y tienen

que llevar a una criatura a la guardería antes que nada. Cada vez que se acerca una alumna

con esas características mi lado feminista se pone a llorar primero y luego le entra una

furia de ver que el orden ya atrapó a una muchachita con una serie de obligaciones

terribles, sí, es una gran tragedia cada inicio de semestre y tratar con esas alumnas,

porque además no son los alumnos los que están en ese caso, en veinte años que llevo de

ejercer la docencia, nunca un alumno me ha presentado esa problemática existencial,

siempre son las alumnas, las “SuperWoman” las que padecen la tragedia de la

emancipación.
Y bueno, antes no las entendía, ahora no sólo las entiendo sino que trato de ayudarlas lo

más que se pueda y no es que sea nada más que les diga que ya tienen la calificación y que

se quiten ese problema de encima, no, eso no puedo hacer, porque además, tienen su

orgullo propio y necesitan demostrar que pueden hacer lo que no pueden hacer y pasar la

materia por su propio esfuerzo, cosa bastante complicada en el sistema escolarizado en

el que doy clase presencial, la mayoría termina por ya ni siquiera asistir al curso ni

mandar sus trabajos ni nada de nada. Tal vez, si acaso, me las encuentro presentando el

examen extraordinario. Esa, sí es una verdadera y auténtica tragedia de la emancipación:

el “Síndrome de la SuperWoman”.

Sí, cuando Emma Goldamn escribía este tipo de razonamientos: "Lo que importa no es el

género de trabajo que emprenda, sino la calidad del trabajo que produzca ... El

desenvolvimiento ideal de sus facultades, su libertad, su independencia personal deberá

ser la obra de su propio intelecto y de sus propias manos. Primero, afinándose como

carácter y como individualidad libre, y no como un objeto de placer; segundo, rechazando

todo derecho que se quiera imponer sobre su cuerpo; rehusándose a procrear, cuando no

se sienta con necesidad de hacerlo, negarse a ser sierva de Dios, del Estado, de la

sociedad, del marido, de la familia, simplificando su existencia tornándola más profunda y

rica en nobleza"

...tenía mucha, pero mucha razón al decirlo.

Porque a la “SuperWoman” la veo como una sierva de dios, del estado, de la sociedad, del

marido que ya no tiene legalmente, porque ahora nada más es “el padre de mi hijo”, de la

familia que no le ayuda a criar a su criatura y la deja sola con la carga.

Lo que me percato en todo este asunto de la emancipación de la mujer, es que está como

al principio, diré del argüende feminista, sin posibilidad de elección, y sin embargo, cree

que está eligiendo todo. ¿Cómo puede ser elección elegir todo, quedarse con todo? Esa no

es elección es la imposición de siempre, pero ahora rodeada con el halo del

empoderamiento y una supuesta autoestima al demostrar que pueden hacer todo lo que
hace un varón y más con el plus de la maternidad.

Por eso Emma Goldman sonaba tan radical cuando escribió:

"En una ocasión señalé que parece existir una relación más profunda entre la madre y ama

de casa al viejo estilo, aun cuando esté dedicada al cuidado de los pequeños y a procurar

la felicidad de los que ama, y la verdadera mujer nueva, que entre ésta y el término medio

de sus hermanas emancipadas. Las discípulas de la emancipación pura y simple pensaron

de mí que era una hereje digna de la hoguera. Su ceguera no les dejó ver que mi

comparación entre lo nuevo y lo viejo era simplemente para demostrar que un gran

número de nuestras abuelas tenían más sangre en las venas, más humor e ingenio y, por

supuesto, mucha más naturalidad, buen corazón y sencillez, que la mayoría de nuestras

mujeres profesionales emancipadas que llenan los colegios, aulas universitarias y oficinas.

Con esto no quiero decir que haya que volver al pasado, ni que condene a la mujer a sus

antiguos dominios de la cocina y los hijos."

Creo que a lo que se refería Emma es justamente a todo eso que he anotado de lo que es

ser una “SuperWoman” y que esté tan denigrado el asunto de querer ser simplemente una

mujer dedicada al cuidado y crianza de las criaturas, porque actualmente está

pésimamente visto que las mujeres sean simple y llanamente mujeres, tienen que ser algo

más para no sentirse depreciadas por ser simplemente una mujer.

Por eso, saco mi bandera negra/bugambilia para decir: lo más radical que actualmente

puede hacer una persona con sexo femenino es tomar una decisión de que quiere hacer en

la vida y no hacerlo todo al mismo tiempo. Si quiere ser una persona que se dedique a las

labores del intelecto o a las labores de la industria y el trabajo empresarial o

simplemente a las labores hogareñas y la crianza de los hijos. ¿Porqué estaría mal elegir

una sola de esas funciones? ¿Porqué hay que hacerlo todo y ser una atareada

“SuperWoman” que se la pasa en friega para que el mundo la vea con buenos ojos?

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