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Los cuentos que integran esta publicación fueron seleccionados por la Dirección General de Cultura del Senado
y la Dirección de Cultura de la Cámara de Diputados de la Nación entre los participantes del Concurso
de Cuentos de El Congreso de los Chicos 2017. La edición general estuvo al cuidado del equipo de Contenidos
de la Dirección General de Comunicación Institucional del Senado y del equipo de Contenidos de la Dirección
de Prensa y Comunicación de la Cámara de Diputados, y el diseño gráfico fue realizado por el Departamento
de Diseño de la Dirección de Prensa y Comunicación de la Cámara de Diputados de la Nación.
Agradecemos a Celeste Volpe por las ilustraciones.
El Congreso,
contado por
los chicos
Selección del Concurso de Cuentos 2017
La Constitución, nuestro
escudo democrático
Lautaro Agustín Porcel Sabino.
9 años. Ciudad de Buenos Aires. 35
El diario de Felipe
Noelia Carolina Schmidt.
11 años. Ciudad de Santa Fe, Santa Fe. 43
Un viaje al pasado
Pilar Arietti, 11 años.
Tiziana Camila Barbero, 11 años.
Abril Issoglio, 12 años.
Victoria Ruffinatti, 12 años.
Las Varas, Córdoba. 49
El Congreso contado por los chicos. Selección.
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La historia
de Lucas,
el vampiro
Alma Eva Bellini
7 años
Esther, provincia de Santa Fe
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La historia comienza Lucas que era muy tímido y solitario.
Todos lo convocaban para hablar y él
cuando cobran vida no se acercaba a nadie.
los personajes de un
cuento, cuando pasa algo Un día, Manuel Belgrano decidió
imposible, cuando pasa buscar su libro para leerlo y
algo grandioso. encontrar la razón por la que siempre
estaba solo. Cuando empezó a leerlo,
se dio cuenta de que su historia
era muy triste. El vampiro tenía
En la antigua Biblioteca del una hermosa familia que había sido
Palacio del Congreso de la Nación capturada por unos cazadores y
Argentina, de noche, cuando todos llevada a un lugar presos de la luz y
los empleados se van a dormir, se solo él había podido escapar.
apagan las luces y se cierran las
puertas, algo sucede. La noche siguiente, todos los
personajes de los cuentos junto al
En ese lugar comenzaban a pasar guardián realizaron una sesión donde
cosas extrañas, se abrían libros, debatieron el problema del vampiro
se movían objetos, se prendían Lucas. Juntos decidieron escribir
las luces. Y cuando un cuento se una nueva historia en un libro nuevo,
abría, aparecía una luz blanca de su donde Lucas pudiera reencontrarse
interior, brillante, casi mágica. Digo con su familia y salvarlos, convertirlo
casi mágica porque lo que viene es en un héroe.
El Congreso contado por los chicos. Selección.
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El fantasma
del Salón
de los Pasos
Perdidos
Santino Martín Cassulo
7 años
Ciudad de Buenos Aires
15
Había una vez cinco se chocaron con un muñeco color
blanco con forma de fantasma.
nenes que eran muy Por el terrible golpe, sin querer
amigos desde pequeños ya lo rompieron y saltaron tuercas y
que se conocieron en el resortes, se le veían motores y una
jardín “El Gato Garabato” antena que servía para
del Congreso de la Nación. manejarlo a control remoto.
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El Congreso contado por los chicos. Selección.
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Mi visita al
Congreso
Agustín Ezequiel Cerda Coria
8 años
General Roca, Neuquén
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Un día fui a visitar el A mí me dio miedo caerme otra vez
y no poder salir, porque un mundo
Congreso de la Nación con al revés del nuestro podía ser muy
mi papá, mi mamá y mi malo, así que me fui con mis papás y
abuela. mi abuela a terminar de conocer todo
el Congreso. Pero al salir del recinto
para irnos el hoyo ya no estaba más.
Había muchas personas que querían
Fue muy extraña mi visita al
conocer el lugar, así que un señor nos
Congreso.
iba llevando. Cuando entramos en el
recinto de senadores, vimos con mi
mamá un gran agujero cerca de la
pared, pero nadie más lo veía. Yo le
decía a la gente que no pisara porque
se podían caer, pero ellos pisaban y
no se caían. Entonces yo fui y pisé
el hoyo y casi me caí adentro. Me
agarré de algo que estaba clavado en
el piso y pude subir de nuevo. Como
quería ver qué había, entré despacito
y llegué a un lugar extraño.
Fue muy
extraña mi
visita al
Congreso
El Congreso contado por los chicos. Selección.
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El Congreso
hechizado
Erika Cruz
10 años
San Ramón de la Nueva Orán, Salta
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Había una vez una —¡Soy el pensador! —le dijo la
estatua y le dio indicaciones para
hermosa niña de diez que fuera a un lugar. La niña le
años que se llamaba preguntó:
Marisa, ella vivía con su
padre Víctor y su madre —¿Dónde debo ir?
Laura, en una pequeña —Tienes que ir al Congreso que
ciudad de Salta. queda cruzando la calle. ¡Tú eres la
niña elegida para liberarnos a todos
de este hechizo!
En las vacaciones de verano, Marisa La nena quedó tan sorprendida que
con su padre se fueron de viaje, tuvo que aceptar ir al Congreso.
pero la madre no pudo ir porque ella Pero primero debía convencer a
debía trabajar diseñando un vestido su padre para entrar. La niña le
para entregar a una señora de París. dijo a la estatua que él también la
acompañara para guiarlos mejor.
Cuando la niña y el padre llegaron al
lugar, la nena le preguntó: —Cuando me levante de este
lugar el tiempo se detendrá, no te
—¿Dónde estamos, papá? preocupes por tu papá —dijo el
Pensador.
El padre respondió:
El Congreso contado por los chicos. Selección.
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El Congreso contado por los chicos. Selección.
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Nico en
la ciudad
Abril Anahí Ferrari Gómez
12 años
Santiago del Estero
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Las familias de ratones —Para allá —Nico se sonrojó y
empezó a tartamudear—, no sé.
viajan en colectivo del
campo a la ciudad de —¿Te pasa algo Nico?... —preguntó
Buenos Aires. Paulita.
—Nos falta la biblioteca —dijo Mark. —¿Crees que es hora de que le diga
que yo gusto de ella y le pregunte si
Fueron hasta la biblioteca y se ella gusta de mí? —preguntó Nico.
encontraron con un lugar muy
grande. —Y, sí —dijo Mark mientras movía la
cabeza en forma de afirmación.
Luego de cinco minutos una ratita
anciana se acercó a los ratoncitos. Salieron todos juntos del Congreso y
se fueron caminando hasta el hotel.
—¡Paulita, mi nieta querida! —gritó la Mark no se dio cuenta de que Nico
anciana y aparecieron una pareja de y Paulita iban tomados de las manos.
ancianos y un viejo ratón.
—¡Abuela! —se alegró Paulita— ¿Qué
haces aquí? ¿No deberías estar en
el asilo?
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El Congreso contado por los chicos. Selección.
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La Constitución,
nuestro escudo
democrático
Lautaro Agustín Porcel Sabino
9 años
Ciudad de Buenos Aires
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Había una vez un chico clase que tuvo con su señorita sobre los
derechos y se tranquilizó.
llamado Martín que
asistía a la escuela 13, Caminando hacia la biblioteca, se
situada en el barrio encontró con el monstruo de la Censura
porteño de Balvanera. en el Salón de los Pasos Perdidos que lo
venía a acechar. Rápidamente recordó
el derecho a la libertad de expresión,
Un día, fue junto a sus compañeros de lo gritó bien fuerte en su cara. Y éste
cuarto grado a visitar el Congreso de se desvaneció. Siguió su camino y al
la Nación. Algunos pensaban que iba pasar por el Salón Azul, desde una
a ser aburrido porque iban a ver gente araña gigante, saltó hacía él el monstruo
grande, asientos, cuadros antiguos y del Autoritarismo, para protegerse,
mucha pero mucha historia. Martín colocó sus manos hacia abajo y
gritó bien fuerte: “¡derecho a votar!”. El
Al llegar, los esperaba una guía, monstruo salió corriendo, sorprendido.
que se llamaba Marta, quien los
fue guiando por el edificio. Cuando Luego de caminar por el Salón Delia
llegaron al recinto de la Cámara de Parodi encontró una gran puerta. Al
Diputados, se sentaron en las butacas. abrirla cuidadosamente observó la
Martín, curioso, empezó a mirar y biblioteca. Sorpresivamente, apareció
tocó un botón de color rojo que el monstruo más grande y poderoso
llamó su atención. Mágicamente, se a vencer: la Represión. Recordó lo
teletransportó por el monitor al Salón estudiado y gritó fuerte dos veces
El Congreso contado por los chicos. Selección.
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Una aventura
con Sarmiento
Tiziana Estefanía Quattrini
10 años
Guaymallén. Mendoza
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En un barrio sencillo —Vine de paseo con la escuela y te
encontré —dijo Matías nervioso.
pero lindo, vivía un niño —Tengo un problema en mi barrio,
llamado Matías, que iba a ¿me ayudás? —comentó Matías con
una escuela de allí. preocupación.
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El diario
de Felipe
Noelia Carolina Schmidt
11 años
Ciudad de Santa Fe, Santa Fe
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Querido diario: completamente en su resplandor, sin
saber adónde me dirigía.
¡Estoy emocionado!
Mañana es el viaje Mis ojos se empezaron a abrir a
medida que la luz se desvanecía, al
escolar a Buenos Aires y mirar alrededor supe dónde estaba:
visitaremos el Congreso en el Congreso.
de la Nación.
Recorrí el lugar a oscuras, subí las
¡Espero con ansias escaleras y llegué al hall de planta
ese día! alta, luego pasé por el Salón de
los Pasos Perdidos hasta llegar al
Recinto. Me acerqué al estrado,
debajo del lugar donde se sienta el
Querido diario: presidente de la Cámara noté una
pequeña palanca. La activé y de
pronto, el suelo se movió, formando
Regresé del viaje, no pude dormir en una escalera descendente. Con coraje
toda la noche, lo que sucedió en el bajé los peldaños hasta llegar a un
Congreso me hizo desear no volver gran salón blanco iluminado por
jamás a ese lugar. Tú, querido diario, antorchas. En sus paredes colgaban
eres mi único confidente, porque si finísimos retratos de próceres
contara lo que he experimentado, me argentinos. Sobre el suelo, una larga
creerían loco. alfombra roja guió mis lentos pasos
El Congreso contado por los chicos. Selección.
—¡Felipe! Se va el colectivo y ni
siquiera tienes todo ordenado —dijo
Lio.
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El Congreso contado por los chicos. Selección.
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Un viaje
al pasado
Pilar Arietti, Tiziana Camila Barbero,
Abril Issoglio, Victoria Ruffinatti
11 y 12 años
Las Varas, Córdoba
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Un grupo de egresados encontró una pluma para escribir,
parecía muy costosa, y de las que no se
de primaria visitaban el ven muy a menudo. El niño la tomó, y
Congreso de la Nación. Al al hacerlo lo envolvió una extraña nube.
ingresar, una maestra les De repente, cuando esta se disolvió se
advirtió: dio cuenta de que ya no estaba solo. Y
de lo que había pasado… había viajado
en el tiempo, estaba en el año 1853. Se
—Niños, permanezcan todos juntos, no
encontraba frente al director provisional
se separen, recuerden… este edificio es
de la Confederación Argentina, Don
inmenso y pueden perderse.
Justo José de Urquiza.
La mayoría de los alumnos escucharon;
Intentando no asustarlo, se presentó
solo uno, Martín, que estaba bastante
ante este prócer salido de los libros,
distraído contemplando el lugar, no
quien también se sorprendió al verlo.
escuchó las indicaciones.
Luego de intercambiar algunas palabras,
Iniciaron el recorrido junto con el guía
Martín decidió preguntarle a Urquiza
que les había sido asignado.
qué era lo que lo tenía tan preocupado,
y el hombre le respondió:
Martín continuaba observando
minuciosamente todas las habitaciones,
—Mira niño… hace muchos años que
hasta que en una de ella observó
estamos viviendo momentos muy
una misteriosa puerta que le llamó la
duros, no nos podemos organizar como
atención. Se acercó a ella intrigado,
país, no conseguimos la unión entre
estaba camuflada entre las paredes,
El Congreso contado por los chicos. Selección.
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El Salón
de los Pasos
Perdidos
Brenda Abonizio
14 años
Rosario, Santa Fe
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–¿Sabes dónde estamos? Al final de la biblioteca, un antiguo
reloj dorado les llamó la atención.
–Supongo que aún Una indescriptible fuerza los obligó a
seguimos en el Congreso acercarse y casi sin quererlo o poder
negarse, las manos de ambos se
de la Nación. levantaron y se acercaron al antiguo
objeto.
–Estamos perdidos, ¿no?
–Y todavía lo preguntas... Los jóvenes se acercaron tan sumisa
y concentradamente al reloj, que no
se percataron de un libro abierto
sobre una mesa de la biblioteca.
El chico se encogió de hombros y Tampoco notaron que el libro
continuó caminando en silencio. contenía escrito en tinta lo que
Ella lo siguió y apuró el paso, el parecían ser nombres.
abrumador silencio del lugar lo
aterraba. Sentían que no debían tocarlo, ya
que el reloj no sólo parecía antiguo,
Todo comenzó debido a la sino también muy frágil, pero no
picardía adolescente de ambos podían hacer nada por evitarlo: sus
jóvenes de dieciséis años que, manos se movían como empujadas
queriendo escapar de las aburridas por vida propia, como miembros
explicaciones de la profesora y el aparte que no aceptaban recibir las
guía, decidieron alejarse del grupo órdenes que les daba su superior.
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El Congreso contado por los chicos. Selección.
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There is no
democracy
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Tic-Tac, mis pasos suenan perfecta expresión de pánico. Puedo
leer sus mentes, están perdidas.
a tiempo. Camino por Veo los escudos a mi alrededor, se
el pavimento, esquivo tiñen gota a gota de un rojo carmesí.
escombros de lo que hace
tiempo fueron majestuosos Corro por el salón, las cortinas rosas
edificios. se desgarran. Los sillones se destiñen,
el rostro de las mujeres se rompe. Las
Levanto la vista, observo el gran banderas me rodean, están en llamas
palacio en ruinas. Sobre su cúpula un y las cenizas cubren mi lisa piel de
cielo gris en remolino, como el ojo de bronce.
un huracán. La imagen del desastre, un
cuadro digno de aborrecer. TIC-TAC, todo tiembla, TIC-TAC,
la cúpula se rompe, Tic-Tac, dicen
Tic-Tac, retumba en mis oídos, me suavemente sus labios, TIC-TAC, una
ensordece. Corro. No sé a donde voy. bella mujer encerrada en un reloj y a mi
Atravieso un pasillo tras otro, no puedo alrededor imponentes estanterías de
parar. Una sensación en mi pecho, el madera, desbordantes de libros. El olor
miedo me arrastra. Subo, bajo, doy añejo me da un corto y dulce momento
vueltas, me pierdo. Todo es igual. Un de paz. Pienso en cada maravilloso
alto techo, paredes blancas, pisos de momento que contienen. Mi historia,
mármol. tan bella y oscura a la vez. Tic-Tac dice
nuevamente.
Subo las escaleras, estoy frente a la
entrada principal del Congreso. Detrás Caigo en la realidad.
El Congreso contado por los chicos. Selección.
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La leyenda
del Congreso
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Siempre he sido fanático Me senté frente al reloj, saqué
mi portátil y comencé a buscar
de la ciencia ficción y la información sobre el centro del
fantasía. Nunca he sido próximo caos. Encontré varias
bueno en historia, para leyendas sobre el reloj, pero ninguna
ser sincero, me aburre un real. Para comprobarlas esperaba a
poco la realidad. que el guardia se diera vuelta o yo
mismo debía crear una distracción,
ya que la cercanía al reloj se
encontraba limitada por una valla.
Los viernes por la noche no voy No encontré la historia que me había
a fiestas y prefiero quedarme contado mi abuelo, pero gracias
viendo una peli de superhéroes o a lo que recordaba sobre ella fui
de aventura, tal vez una futurista o armando las piezas y comprobando
de terror. Comencé a interesarme su veracidad.
en esto gracias a mi abuelo. El me
contaba todo tipo de historias que Según la leyenda, la caída del
la mayoría de la gente diría que son Imperio Romano de Occidente había
malas, debido a su falta de realismo. sucedido el 8 de junio del año 476,
si se suman los números de la fecha
Recuerdo especialmente la última 8+6+4+7+6, es igual a 31, a su vez
historia que me contó antes de 3+1=4.
morir: era sobre la Biblioteca del
Congreso Nacional. Normalmente, Asimismo, 488 años más tarde,
El Congreso contado por los chicos. Selección.
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La caja
misteriosa
Joaquín Sánchez
13 años
Moreno, Buenos Aires
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Era época navideña, —Sí, chau —se despidió.
la ciudad de Necochea —Chau papá —y colgó.
irradiaba luces de cada
pequeña casa. Una —¿Era mamá? —preguntaron sus
de ellas era la de don nietos.
Eusebio López, quien
—Sí, pero hubo un problema y no
junto a sus dos nietos, creo que puedan venir hasta dentro
esperaba la llegada de sus de unas horas.
padres que volaban esa
misma tarde hacia allí, —¡Horas! —exclamó Juan—. ¡Pero
de vuelta de un viaje de dentro de unas horas ya es Navidad!
negocios. —Lo sé, queridos, lo sé, pero no
podemos hacer nada, solo esperar
—dijo Eusebio.
Ya estaba oscureciendo, Juan y
—¿Y qué vamos a hacer hasta
Cristian, de 7 y 9 años, no veían la
entonces? —preguntó Cristian.
hora de que sus padres cruzaran por
la puerta. Mientras ellos jugaban, el
—¡Abuelo, contanos una historia!
teléfono comenzó a sonar. Eusebio
—gritaba Juan.
respondió:
—Sí, dale, contá algo, abuelo
El Congreso contado por los chicos. Selección.
—Hola papá, soy Diana. ¿Cómo están —Está bien, les contaré una historia.
los chicos? —preguntó su hija.
Los tres fueron a sentarse y cada
—Bien, querida, todo está perfecto. niño a un lado del abuelo escuchaba
¿Y ustedes? Pensé que ya estarían atentamente.
llegando. —Esta historia transcurrió hace
mucho tiempo, en el Congreso. Yo
—Sí, lo sé. Es que con la tormenta se tenía unos 13 años y solía acompañar
retrasó el vuelo —suspiró—. Dudo que a mi papá, que trabajaba ahí muy
podamos llegar antes de las 12. seguido. Cada vez que iba, pasaba
mucho tiempo con Tami, la hija de
—Bueno, ustedes no se hagan 13 años de uno de los colegas de
problema. Vos y Roberto solo mi padre. Siempre solíamos jugar a
concéntrense en poder llegar y que las escondidas, era uno de nuestros
70 todo esté bien, yo me encargo de los juegos favoritos. El Congreso era
chicos. tan grande y con tantos lugares
para esconderse que resultaba muy
—¡Gracias papá! Yo ya tengo que entretenido. Una tarde, mientras
colgar, mándales a Juan y a Cristian jugaba con Tami y era su turno de
un beso de nuestra parte. buscarme…
—Pero abuelo —interrumpió Juan— decir con la voz de Tami en mi
¿Tami no se llamaba la abuela? cabeza. La miré mal y le dije: “yo
no soy ningún tonto”. “Yo nunca
—Precisamente, Juan —sonrió su dije eso”, se defendió. “Sí, lo dijiste
abuelo—, la niña de la que estoy hace unos segundos”, respondí.
hablando es tu abuela. Continuemos. “No. Solamente lo pensé, lo siento”,
se disculpó y cuando ya se estaba
Era su turno de buscarme, yo siempre preparando para irse me di cuenta
fui muy ágil para esconderme, y por de algo. “¡Espera! ¿Cómo que lo
esta razón corrí hasta el despacho pensaste?”, pregunté. “Sí, solamente
de mi padre y me situé justo detrás lo pensé, no importa”. “Sí, sí que
de una biblioteca. Pasaron varios importa, yo lo escuché, escuché lo
minutos hasta que escuché los pasos que pensabas”. Y con sólo darnos
de Tami, acercándose de repente. cuenta de eso lo confirmamos.
Entonces ella gritó “te encontré” y,
en el momento en el que se abalanzó Los anillos podían hacer que quienes
sobre mí, la pared detrás nuestro los llevasen pudieran escuchar los
se movió y ambos, de repente, nos pensamientos del otro, y así fue
encontramos en un pequeño pasillo cómo nos los llevamos y al salir de
oscuro. “¿Dónde estamos?”, preguntó la habitación y llegar a nuestras
Tami. “No sé”, le respondí. “Seguime”. casas, nunca dejamos de estar
Agarré su mano y lentamente comunicados, en ningún momento
caminamos por un pasillo, hasta nos los quitábamos, incluso cuando
llegar a una habitación situada al por las tardes jugábamos a las
final, que estaba completamente escondidas en el Congreso y era más
vacía excepto por una caja en el fácil encontrarnos. Desde el día que
piso. “¿Qué es eso?”, preguntó Tami los hallamos prometimos que jamás
encaminándose hacia la caja. “No sé, nos los quitaríamos… y así pasaron
no lo toques”, le advertí. los años y todos vivieron felices para
siempre…
Sin temor alguno, ella se arrodilló y
abrió la caja, dentro había dos anillos —Wow, abuelo, ¡qué gran historia!
idénticos. Ella los tomó y se puso uno —sonrió Cristian— ¿Pasó en realidad?
y me tendió el otro a mí. Yo la miré
dudoso: “no creo que sea una buena —Eso es algo que no puedo
idea”. “Vamos, no le haremos ningún contestarte —dijo Eusebio.
mal a nadie”, me sonrió y yo no tuve
más remedio que ponerme el anillo. —No importa, abuelo —se oyó la voz
“Esto es una tontería”, pensé y de de Juan—. A mí me encantó.
repente escuché que Tami me decía
“no es ninguna tontería”. Impactado —Gracias, Juan —sonrió el abuelo. 71
la miré y le pregunté: “¿Cómo supiste
que pensé eso?” “No lo pensaste, En ese instante se escuchó sonar el
lo dijiste en voz alta”, aclaró. “Está timbre de la puerta principal: Eusebio
bien… qué chico más tonto”, escuché se levantó y abrió, frente a ellos
aparecieron los padres de Cristian y
Juan. Los niños saltaron sobre ellos
llenos de felicidad y en eso su padre
dijo:
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El Congreso contado por los chicos. Selección.
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Por una
nueva vida
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Un día nublado, como Capital, uses el transporte que uses,
vas con demoras.
cualquier otro. Mi Llegué relativamente rápido,
guitarra, a un lado de la comparado a otras veces. Dejé la bici
cama, ese instrumento atada a un poste de luz en la cuadra
ruidoso, como suele del Congreso. Me paré a mirar la gran
llamarlo mamá. Ella edificación.
es una persona muy Recordé cuando mi papá me traía y
estructurada y rígida, nos quedábamos viendo esas grandes
cómo no serlo si pertenece esculturas que rodeaban la entrada
a la Cámara de Diputados principal, mientras esperábamos a
de la Nación. que mamá saliera de trabajar.
—Te dije que no los vieras. —Trató de A pesar de eso seguí viendo a mi
reprocharme, como si la que estuviera papá y a mis abuelos, quienes me
mal fuera yo. contaban la verdadera historia que
mamá me escondía. En ese momento,
—Lo vea o no, no pueden hacer eso, cuando las cosas andaban bien,
no podés decir esas cosas, sabiendo ocurrió lo que menos me esperaba,
que mis abuelos, los padres de papá, papá murió. Fue el acontecimiento
pertenecen a esas comunidades más duro que atravesé en mi corta
indígenas que quieren desalojar —lo vida. Mamá tuvo un duelo bastante
dije tranquila, aunque por dentro desinteresado y mis abuelos fueron
deseaba gritarle para que entendiera quienes lo sufrieron más, pero a
lo mal que estaba. pesar de todo pudimos salir adelante
y afrontar los hechos. Yo me seguí
—Tu papá ya no está, se murió, y lo viendo a escondidas con mis abuelos,
sabés —lo dijo tan crudamente sin ya que era la única manera de tener
darse cuenta del efecto que podrían presente a papá.
causar esas palabras.
Ahora que lo pienso, hace tiempo que
—¿Cómo podés ser tan cruel con no hablaba de él y menos con ella.
papá? ¿Cómo podés despreciar así a Desde su fallecimiento que dejó de
la persona que alguna vez amaste? hablar de él.
—En serio, no lo entendía.
Llegamos al gran Salón Azul.
Se quedó callada, miró su reloj y Sorprendentemente estaba vacío,
giró varias veces la cabeza como si ya que siempre estaba ocupado con
vigilara que no la estuvieran viendo. alguna conferencia cada vez que
pasaba por allí. Entramos sin ningún
—Vení, seguime. —Se fue rápido, sin problema, estaba lista para discutir
esperar respuesta. sin que nadie nos mirara.
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