Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
- Modo difuso: para llegar a este nuevo patrón de pensamiento, necesitas una nueva
forma de pensar, que está representada aquí por el modo difuso. En este modo
difuso de pensamiento, puedes ver las cosas más ampliamente, desde un punto de
vista mucho más amplio. Puedes hacer nuevas conexiones neuronales que recorren
nuevos caminos. No puedes concentrarte tan fijamente como sueles hacerlo para
finalizar cualquier tipo de resolución de problemas o para entender los aspectos más
sutiles de un concepto.
Uso de los modos enfocados o difuso: Según la leyenda, lo que Edison solía hacer era
sentarse y relajarse en su silla, sosteniendo rodamientos en su mano. Se relajaba liberando
sus pensamientos y su mente, aunque a menudo terminaba pensando en lo mismo en lo
que antes estaba pensando concentrado, pero más relajadamente. Cuando Edison se
dormía, el rodamiento se caía y hacía ruido en el piso, tal como sucedía con Dalí. Esto
despertaba a Edison y él arrancaba con las ideas generadas en el modo difuso, listo para
llevarlas al modo concentrado y construir a partir de allí.
Entonces, la conclusión es que cuando estás aprendiendo algo nuevo, especialmente algo
que es un poco más difícil, tu mente necesita poder ir de un modo de aprendizaje al otro
para construir una estructura neuronal, hay que trabajar un poco cada día, construyendo
poco a poco un andamio de neuronas para ir colocando allí tus pensamientos, un poquito
cada día. Este es el truco.
En resumen, aprendimos que usar analogías es una técnica poderosa para el aprendizaje.
Aprendimos sobre los dos modos de pensamiento diferentes del cerebro, enfocado y
difuso. Cada uno nos ayuda a aprender, pero de formas muy diferentes. Por último,
aprendimos que aprender algo difícil puede tomar tiempo. Tu cerebro necesita alternar sus
formas de aprendizaje, mientras lucha con el material nuevo y lo asimila.
- ¿Qué es el aprendizaje?
Esto ilustra que, curiosamente, no eres la misma persona que eras antes después de haber
dormido toda la noche, ni siquiera después de una siesta. Es decir, nos acostamos con un
cerebro y nos levantamos con uno actualizado. Éste es un trato mejor que el que nos puede
ofrecer Microsoft. Shakespeare, el gran poeta inglés, ya sabía esto.